El Quijote; Miguel de Cervantes Saavedra

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Ensayo de Lenguaje
“Ficción y Realidad”
DON QUIJOTE DE LA MANCHA
La realidad es un mundo tan cotidiano, tan tÃ−pico, tan igual, que a veces necesitamos darle un toque de
ficción, esa esencia a locura y desconcierto que nos lleva a sacarle partido a la imaginación que llevamos
dentro. AsÃ− como bien supo hacerlo Don Quijote, es como deberÃ−amos llevar la vida: Hacer de un
sueño, una aventura que realizaremos de un dÃ−a para otro, y llevar a cabo ese sueño que camina en el
pensamiento.
Si alguna vez nos hemos preguntado si lo real es imaginario, o si lo imaginario es real, supongo que no hemos
estado tan lejos de Alonso Quijano, más conocido como El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Es esta clase de locura, la que nos envuelve por completo en el relato de Cervantes, o más bien dicho, su
odisea caballeresca, donde nuestro héroe es, principalmente, el loco descabellado Don Quijote, junto a su
fiel escudero Sancho Panza, quien le otorga la dosis de cordura a la situación. Sin embargo, es este fiel y
cuerdo escudero, apegado a su cotidianeidad, termina por contagiarse de este maravilloso viaje en busca de
doncellas y caballeros; y es él mismo, quien acompaña literalmente hasta la muerte, a su caballero Don
Quijote de la Mancha.
Al momento en que uno comienza a leer la historia, se da cuenta que Alonso Quijano, no está del todo en sus
casillas: à l vive este mundo tan cotidiano como una aventura inimaginable, donde la mujer más poco
agraciada y corriente, es la doncella más hermosa que jamás se habÃ−a reflejado en sus ojos; Un mundo
donde unos sacos de vino eran monstruos llenos de sangre, y donde los molinos de viento eran enormes
gigantes que intentaban atacarlo.
Es Sancho, el escudero fiel, quien intenta constantemente hacerlo volver a la realidad, devolviéndole la
cordura a la situación. Al comienzo Sancho se ve muy enajenado en todo lo que pasa -o lo que el Quijote
cree que pasa-, traduciendo su actitud en la de un padre, un profesor, un orientador; aquella persona que nos
da esa perspectiva realista, pero que nos muestra también que la vida es un sueño, y que ese sueño hay
que vivirlo de la manera más cuerda posible.
Cuando miramos (o más bien, analizamos) a un “loco”, nos transmite la sensación de algo tan ajeno a
nosotros - pero quizás hasta se nos parezca-, y está en esa circunstancia tomar la consciencia de lo que
acontece a nuestro alrededor. Y sÃ−, podrÃ−a llegar a ser más cuerdo que nosotros. Y si bien podrÃ−a ser
asÃ−, estemos orgullosos de ser una mente más alejada de otra que talvez se encuentre aterrizada - y casi
desgraciadamente- en un mundo que no nos agrada del todo, pero que construimos con la misma gana que con
la que nos desagrada.
Realidad es aquello que relacionamos con las palabras como cordura o cotidianeidad, aquello que nos va
ocurriendo - o que puede ocurrirnos- dÃ−a a dÃ−a, es eso que comprobamos mediante distintos métodos,
como el Empirismo o Racionalismo, dependiendo de la materia que sea. Nuestra realidad es de la cual somos
los protagonistas y de la cual nuestras acciones repercuten a futuro.
Realidad es la palabra que forma parte en nuestro vocabulario consciente, dejando de lado un poco, y
denigrando en cierto punto, a la palabra Locura, que al pronunciarla, ya viene con cierta esencia a insulto. Y
no es que queramos tener un estereotipo de dos palabras tan simples; esto quiere decir que nuestra sociedad ha
sido la encargada de poner esta inmensa barrera entre dos mundos que están estrechamente ligados por la
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mente de cada uno de nosotros.
Estamos en el mundo para vivir una realidad de manera abstracta. Esto quiere decir que somos nosotros
mismos los que hacemos de nuestras vivencias, algo que llamamos cordura o locura, mediante la forma en que
reaccionamos, pensamos, somos y llevamos todo a cabo.
Analicemos lo que significa Ficción: nos encontraremos inmersos en un mundo onÃ−rico, falso, idealizado
talvez, imaginario, un mundo donde Don Quijote es un verdadero caballero, y donde Dulcinea es la doncella
más hermosa que jamás nadie haya visto, un mundo donde el viento es más rápido que el correr de la
sombra al galopar, es ese mundo donde vivÃ−a Don Quijote: el mundo más bello y aislado de una realidad
poco agradable debido a al época. Y quién sabe si es mejor asÃ−, aislándonos del mundo donde los
molinos no son más que molinos, y donde los sacos de vino no son más que sacos de vino.
A veces hace falta este tipo de imaginación, para cumplir sueños, metas, propósitos y a veces objetivos
que no nos creemos capaces de llevar al fin porque no nos sentimos útiles, o por cualquiera el motivo que
sea.
Necesitamos ese empujoncito para darnos cuenta que Locura y Cordura son dos cosas tan cercanas, tan
unidas, tan iguales y homogéneas; y que sólo se pueden encontrar cuando asimilamos que todos somos un
poco locos como Don Quijote de La Mancha, aquel caballero noble y valiente que supo encontrar el punto
exacto para vivir su vida cotidiana como un sueño - quizás algo idealizado-, pero ¿qué más da? Si
para eso estamos, para situarnos en el medio de nuestra mente y el pensamiento, de nuestra vida.
BibliografÃ−a:
“El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”, Miguel de Cervantes, 1605.
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