FINALIDAD Y PROPÓSITO DE LA CELESTINA Stephen Gilman cree ver en la Celestina la “amargura de los judío-conversos acosados por la Inquisición”. Se proponen varias soluciones : - Intención estética (común a Europa > comedia humanística) - Creación artística (crítica al amor cortés : la originalidad de la Celestina) - Intención moralizadora ( contra el loco amor de los jóvenes : didactismo) - Necesidad en su alma de converso de demostrar su cristiandad. Nos detenemos un poco en : En esa carta se insiste de nuevo en la utilidad de la obra, SU DIDACTISMO - MARCEL BATAILLON en 1961 defiende con un ahinco casi insuperable que la obra debe leerse teniendo en cuenta los valores de su tiempo, y no de manera anacrónica, pues lo que para sus lectores serían condenas de sus personajes, dadas las circunstancias históricas del momento, para los lectores actuales, dadas las diferencias de percepción pueden no serlo. Posturas semejantes aadoptan RAFAEL LAPESA, quien en la reseña del libro de Mª Rosa Lida sostiene que “en cierto sentido sí hay propósito moral: se condena el amor que rompe las barrerars éticas y sociales, y hay una moral de pecado y castigo en el fin trágico de los personajes, señalando además el pesimismo latente de la obra. J.A. MARAVALL cree que si que hay enseñanza moral sobre las cosas humanas, pero hay que despojarlo del “didactismo mostrenco de los apólogos medievales”( “Si durante casi 3 siglos, siendo varias veces denunciada ante el Santo Oficio, no sufrió más que leves correciones, y sólo en 1793 es objeto de prohibición porque en palabras de la Inquisición no son convenientes en una época en que la malignidad se ha hecho tan común”- Es interesante revisar el libro “La Inquisición española y los libros franceses del siglo XVIII”, Defourneame,Paris 1963). JOSÉ LUIS ALBORG defiende también la moralidad de la obra, pero sin caer en el medievalismo de la moralización explícita :” Lo que da grandeza a la Celestina es que Rojas consigue comunicar la gran lección que se propone sin moralizar jamás expresamente ni hablar por boca de sus personajes”. También ALAN DEYERMOND se fija en la preocupación sincera de Rojas, el arrepentemiento a última hora : hay dos momentos en que los personajes, Calisto y Celestina solicitan confesión; por lo tanto habría en Rojas, además de una cierta preocupación estética, una preocupación moral y religiosa. - STEPHEN GILMMAN basa su tesis en el pesimismo y agnosticismo de Rojas como judio-converso, identificando la reflexión final de Pleberio con la del autor. VAN BEYSTERVELDT en Nueva interpretación de la Celestina, 1977 cree que el didactismo es meramente convencional, y que el movil de la obra de Rojas es la crítica social. . De otro modo Mª ROSA LIDA DE MALKIEL afrima que la Celestina es la sintesis de una larga tradición artística emparentada con la comedia humanística y con la literatura trovadoresca medieval y ANGEL DEL RIO quien dice “nada hay en la Tragicomedia que nos haga pensar en un castigo impuesto por la ley moral de una Providencia que rige el mundo...” RODRIGUEZ PUERTOLAS en su obra “La Celestina o la negación de la negación” en Literatura, historia, alineación.-Ed. Labor 1976 señala que el rasgo fundamental no es el didactismo, sino el enfrentamiento del individuo con su ambiente social hace que todo intento de realización del personaje como persona y de entendimiento y comunicación está condenado al fracaso y a la destrucción. JUAN GOYTISOLO destaca el ateismo de los personajes y rechaza cualquier tesis moral y aduce estas razones : la obra invita al gozo y al placer, el egoismo de los personajes impide ver el orden y la armonía de un Dios justo, Melibea no se arrepiente de su pecado ni teme condenarse por el suicidio y Pleberio no se lamenta por el hecho de que su hija pueda condenarse... Para otros autores, el valor más importante se encuentra en el contenido existencial de la vida de los personajes. ESPERANZA GURZA en “Lectura existencialista de La Celestina”, Ed. Gredos, 1977 :”casi todos los personajes de la Celestina se hacen a sí mismos, siguiendo volitivamente el derrotero de su destino y todos ellos se caracterizan por apresurarse a vivir desenfrenadamente, entretenerse en un aparente intercambio social con los demás, ser peregrinos solitarios, estar desilusionados, estar desesperados, ser pesimistas y estar descontentos consigo mismos por no gozar plenamente de la vida- en el caso de Pleberio, aparece la soledad humana, la conciencia angustiada, la idea del universo absurdo, regido por un poder irracional y arbitrario”. CIRIACO MORÓN ARROYO en su “Sentido y forma de la Celestina”, Ed. Cátedra, 1974, afirma que :”La insistencia en querer avisar a los jóvenes contra el servicio - en el capítulo “sentido moral y teológico”- de cirados y alcahuetas en sus amores, nos sugiere dos sentidos de la utilidad moral : sabiduría humana, prudencia, como señaló Bataillon, y moral en sentido religioso: pecado contra Dios al que sigue un ejemplar castigo. Los dos sentidos están presentes en la obra, pero el de la sabiduría humana en función del sentido religioso..... Ni “naturalismo renacentista”, ni “alegoría moral” explican el fin de Rojas. Para interpretar la Celestina, no olvidemos ni el clásico de RAMIRO DE MAEZTU :Don Quijote, don Juan y La Celestina, en donde mantiene una postura intermedia, de compromiso “es posible que se concibiera con un propósito moral, incluso que esa haya sido la excusa, pero la obra no se limita a eso, como ninguna obra de arte”; AMÉRICO CASTRO en “La Celestina como contienda literaria”, Rev. Occidente, 1965 dice : “ la finalidad de esta TC no fue moralizar ni criticar priomordialmente el orden social o religioso, sino que buscaba la perversión y el trastorno de las jerarquias de valoración vigentes, de los ideales poéticos y caballerescos”, ni el novedoso de FERNANDO CANTALAPIEDRA “Lectura semiótico-formal de la Celestina”. Dice Keith Winnom : La tragicomedia no es un folleto misógino; arguye que la Danza del Amor es una Danza de la Muerte, porque la muerte no constituye una tragedia López Pinciano en su Philosophia antigua poética “Las muertes trágicas son lastimosas, mas la comedia, si alguna hay, son de gusto y pasatiempo, porque en ellas mueren personas que sobran en el mundo, como es una vieja zizañadora, un rufián o una alcahueta”. Y Rojas, después de matar a una alcahueta y a un par de sirvientes, se despacha a sus dos amantes aristocráticos y llama a su obra comedia. Es muy posible que Rojas conociera el Anfitrion de Plauto o el Fernandus Servatus de Verardi, pero en cualquier caso no hay duda de que el primer autor la llamó “comedia” no sólo porque la obra tenía un principio cómico, sino porque no había tenido intención de convertirla en tragedia. Rojas no consideraba que la muerte de Calisto y Melibea como una tragedia. La Celestina es un ataque que no va dirigod sencillamente contra el código del amor cortesano, sino también contra quienes lo cuscribía, a saber, la aristocracia. En tiempos de Isabel está muy reafirmado el concepto de la que la nobleza verdadera no depende del linaje, sino exclusivamente de la virtud y la sabiduría, algo que poseía excepcionalmente Rojas. Por eso, no resulta difícil imaginar que Rojas abrigaba la conciencia de su propia capacidad y experimentaba un resentimiento profundamente arraigado por los mimados vástagos de las clases altas, que no pagaban impuestos, no necesitaban trabajar y daban por sentado que serían objeto de deferencia y respto por el solo hecho de su noble linaje. Así, Rojas pinta a un ejemplar típico de aquella clase social : rico, ocioso, ostentoso, estúpido, egoista, débil e innoble; y lo envía a una muerte ignominiosa. Pero volvamos adonde nos habíamos quedado : el segundo autor de la Comedia nos dice algo realmente importante en relación con la intención creativa y de contenido del primer autor “era dulce en su principal historia” (La Comedia como origen). Si leemos esa principal historia, o sea el Auto I y parte del Auto II ( hasta la cena 2ª del Auto II : Vamos luego porque sobre este negocio quiero hablar contigo más largo / FIN del autor primero) vemos los inicios de una historia similar a la que cuentan las narraciones sentimentales. Como en ellas, el matrimonio no se plantea y el amor cortés conduce a la desesperación de Calisto. Y a semejanza de lo que ocurría en la Comedia Humanística, observamos una acción de gran dinamismo donde los sentimientos se exteriorizan y el tono jocoso domina muchos episodios e incluso se cuela en los momentos potencialmente más trágicos o sublimes. La combinación de estos dos géneros, las narraciones sentimentales y la comedia humanística, así como la integración de elementos de la poesía amorosa de tipo tradicionaltodo esto en palabras de Mª EUGENIA LACARRA “La parodia de la ficción sentimental en la Celestina”, 1989-, y de los géneros didácticos, especialmente de las exposiciones doctrinales de las teorias naturalistas del amor, impresionaron tanto a Fernando de Rojas que decidió continuarla. El resultado de trasladar la historia amorosa, que los lectores estaban habituados a leer en la elevada prosa de la retórica cortesana, a la estructura dialogada de la comedia, con su lenguaje con frecuencia jocoso, es la parodia del género sentimental. La adopción del género dramático por el primer autor señala la hipocresía y artificiosidad del amor cortesano y desenmascara lo inherente de su caracter lujurioso. A diferencia de la novela sentimental, al desaparecer el narrador, en la primitiva comedia se obliga al lector a realizar las funciones que antes se le encomendaban al autor; el lector debe atar los cabos oportunos y llegar a sus propias conclusiones. Dado que el primitivo autor ridiculiza a sus personajes desde el primer momento y presenta sus actos de manera humorística - postura semejante ha adoptado DORORHY SEVERIN en sus reflexiones sobre la parodia y el humor en la Celestina-, los lectores no se ven movidos por la compasión, sino por la risa. La retórica del diálogo inicial responde al lenguaje del código amoroso cortesano, propio tanto de la ficción sentimental como de la poesía lírica amorosa. Sin embargo, ya en ese primer diálogo entre Calisto y Melibea existen elementos que nos ponen sobre aviso de la distorsión a que se somete este lenguaje cortesano (lenguaje que también adopta Sempronio cuando se dirige a la prostituta Elicia). Calisto es ridículo porque pretende disfrazar su lujuria con la retórica cortesana mal aprendida; él es un mal alumno de Andreas Capellanus, pero lo es mejor de Sempronio a quien hace caso enseguida, incluso corrompiendo al joven Pármeno, a quien intenta comprar con un sayo cuando advierte que puede ser obstáculo para sus planes.