Inf NU VigilanciaNormasIgualdad 2000

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E/CN.5/2000/3
Naciones Unidas
Consejo Económico y Social
Distr. general
17 de diciembre de 1999
Español
Original: inglés
Comisión de Desarrollo Social
38/ período de sesiones
8 a 17 de febrero de 2000
Tema 3 b) del programa provisional*
Seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social: Examen de los
planes y programas de las Naciones Unidas relacionados con la situación de los
grupos sociales
Vigilancia de la aplicación de las Normas Uniformes
sobre la igualdad de oportunidades para las personas
con discapacidad
Nota del Secretario General
1.
En su cuadragésimo octavo período de sesiones, la Asamblea General aprobó las Normas
Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad, contenidas
en el anexo de su resolución 48/96, de 20 de diciembre de 19931. Las 22 normas constituyen un
marco adecuado para la promoción de los objetivos de “igualdad” y “plena participación” de
las personas con discapacidad en la vida y el desarrollo social, establecidos en el Programa
de Acción Mundial para los Impedidos 2.
2.
En el párrafo 2 de la sección IV de las Normas Uniformes, se dispone que éstas deberán
supervisarse dentro del marco de los períodos de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social.
También s e prevé en e s e párrafo el nombramiento de un Relator Especial que supervise su
aplicación dentro del marco de la Comisión de Desarrollo Social.
3.
En marzo de 1994 el Secretario General nombró al Sr. Bengt Lindqvist (Suecia) Relator
Especial sobre Discapacidad de la Comisión de Desarrollo Social. El Relator Especial preparó
un informe que sometió a la consideración de la Comisión de Desarrollo Social en su 34/ período
de sesiones 3. Sobre la base de e s e informe y de las conclusiones del grupo de trabajo de la
Comisión, ésta aprobó la resolución 34/2, titulada “Vigilancia de la aplicación de las Normas
Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad” 4. En esa
resolución, la Comisión tomó nota con reconocimiento del informe oral del Relator Especial y
de las recomendaciones por él formuladas, y acogió favorablemente el modo de enfocar la
*
00-22100 (S)
E/CN.5/2000/1.
180100
210100
E/CN.5/2000/3
vigilancia adoptado por el Relator Especial, consistente en destacar el asesoramiento y el apoyo
a los Estados respecto de la aplicación de las Normas Uniformes.
4.
En su 35/ período de sesiones, celebrado en 1997 la Comisión de Desarrollo Social examinó
el informe del Relator Especial sobre la supervisión de la aplicación de las Normas Uniformes
en el período comprendido entre 1994 y 19965. La Comisión tomó nota con reconocimiento de
la valiosa labor desempeñada por el Relator Especial, decidió renovar su mandato por un nuevo
período adicional de tres años y le pidió que preparara un informe para presentarlo a la Comisión
de Desarrollo Social en su 38 / período de sesiones, que tendrá lugar en 2000 6.
5.
En el párrafo 12 de la sección IV de las Normas Uniformes, se dispone también que en
el período de sesiones siguiente a la terminación del mandato del Relator Especial, la Comisión
examinará la posibilidad ya sea de renovar e s e mandato, de nombrar a un nuevo Relator Especial
o de establecer otro mecanismo de supervisión, y formulará las recomendaciones apropiadas
al Consejo Económico y Social. El actual mandato del Relator Especial terminará en 2000. Se
pide a la Comisión que formule s u s recomendaciones sobre el particular al Consejo Económico
y Social y a la Asamblea General.
6.
Cabe recordar que las actividades del Relator Especial y su grupo de expertos s e financian
mediante contribuciones voluntarias 7. Durante sus dos mandatos de tres años de 1994 a 1997
y de 1998 a 2000, respectivamente, 10 Gobiernos y el Consejo Nacional sobre Problemas de
Discapacidad de los Estados Unidos de América 8 aportaron aproximadamente 750.000 dólares
de los EE.UU. a la cuenta de un fondo fiduciario establecida especialmente por el Secretario
General para financiar las actividades del Relator Especial. El Gobierno de Suecia prestó
asistencia financiera y en especie al mantenimiento de la oficina del Relator Especial. El Gobierno
del Canadá hizo una contribución financiera directa. Los datos provisionales sobre las
contribuciones recibidas y los gastos efectuados en apoyo de los dos mandatos al 15 de
noviembre de 1999 figuran en los cuadros 1 y 2, respectivamente, y s e actualizarán al 31 de julio
de 2000.
7.
Durante los dos mandatos del Relator Especial, diversos Gobiernos y organizaciones
nacionales, regionales e interregionales de personas con discapacidad han solicitado asistencia
cofinanciada del Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para Problemas
de Discapacidad, a fin de crear la capacidad nacional necesaria para seguir aplicando las Normas
Uniformes. Los datos relativos a los proyectos aprobados y en tramitación al 15 de noviembre
de 1999 se resumen en el cuadro 3. Los proyectos seleccionados se examinan en los informes
del Secretario General sobre la aplicación del Programa de Acción Mundial para los Impedidos
(E/CN.5/1999/5 y A/54/388 y Add.1, respectivamente).
2
E/CN.5/2000/3
Cuadro 1
Contribuciones destinadas a las actividades del Relator Especial realizadas por conducto de las Naciones Unidas, agosto
de 1994 a julio de 2000
(En dólares EE.UU.)
Agosto de
1994–julio
de 1995
País
Austria
9 094
China
10 000
Dinamarca
Agosto de
1995–julio de
1996
Agosto de
1996–julio de
1997
Subtotal
agosto de
1994–julio
de 1997
8 110
17 204
10 000
10 000
30 000
100 000
Consejo Nacional sobre
Problemas de
Discapacidad de los
Estados Unidos de
América
24 500
25 000
10 000
10 000
7 941
10 000
Noruega
49 978
10 000
Países Bajos
Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda del
Norte
219 072
75 646
60 000
100 000
200 000
74 500
25 000
3 000
3 000
0
20 000
25 000
74 978
83 052
83 052
171 162
25 145
3 000
30 000
30 000
7 941
30 000
25 000
10 000
31 146
Subtotal
agosto de
Total
1998–julio de
agosto de
2000 1994– julio de 2000
0
20 000
Otros:
10 000
100 000
0
Japón
Total
10 000
Agosto de
1999–julio de
2000
49 500
10 000
Islandia
Fondo de contribuciones
Voluntarias de las
Naciones Unidas para
Problemas de
Discapacidad,
subasignación a la
cuenta del grupo de
trabajo sobre las
Normas Uniformes
Agosto de
1998–julio de
1999
100 000
Filipinas
Finlandia
Agosto de
1997–julio de
1998
5 000
5 000
24 100
54 100
50 000
50 000
124 978
39 695
39 695
122 747
31 146
0
31 146
0
0
30 000
0
30 000
284 736
750 616
465 880
5 000
9 100
47 100
7 500
220 136
7 500
17 500
3
E/CN.5/2000/3
Cuadro 2
Gastos relacionados con las actividades del Relator Especial, agosto 1994 a julio de 2000
(En dólares EE.UU.)
Subtotal
agosto de
Agosto de
Agosto de
1994–julio de 1997–julio de 1998–julio de
1997
1998
1999
Agosto de
1994–julio de
1995
Agosto de
1995–julio de
1996
Agosto de
1996–julio de
1997
Honorarios
20 000
20 000
20 000
60 000
Reuniones del grupo de expertos
38 273
37 260
48 585
124 118
27 056
47 497
61 773
136 326
Descripción/Actividad
24 000
24 000
Agosto de
1999–julio de
2000
Subtotal
agosto de
1998–julio de
2000
Total
Agosto de
1994–julio
de 2000
24 000
72 000
132 000
54 432
178 550
79 690
216 016
54 432
(Nueva York, 15–17 de febrero de
1995)
(Nueva York, 10–14 de junio de
1996)
(Ferney-Voltaire, Francia
20–25 de mayo de 1997)
(Ferney-Voltaire, Francia
20–22 de octubre de 1998)
Viajes del Relator Especial y su
adjunto
Subtotal
Más el 13% de apoyo
Total
4
14 377
49 773
15 540
526 566
68 454
595 020
E/CN.5/2000/3
Cuadro 3
Proyectos de creación de capacidad sobre las Normas Uniformes que cuentan con el apoyo del Fondo de Contribuciones
Voluntarias de las Naciones Unidas para Problemas de Discapacidad (1997-1999)
Proyecto
número
País/Región
Título abreviado
Organismo de ejecución
Presupuesto
total (dólares
EE.UU.)
Donaciones
(dólares
EE.UU.)
99 600
40 100
87 000
28 200
África
MAU/99/D10
Mauritania
(Nouakchott)
Seminario subregional magrebí sobre las
Normas (Nouakchott, diciembre de 1999)
Action pour le développement
social en Mauritanie
MOZ/97/D33
Región de África
meridional
Seminario sobre “Igualdad de oportunidades:
leyes, cuestiones de género y la situación
socioeconómica de las víctimas de las minas
terrestres, mujeres y niños con
discapacidades” (Maputo, 10 a 13 de agosto
de 1999)
Federación de Discapacitados del
África Meridional (Zimbabwe)
RAF/99/D36*
Senegal
(Dakar)
Seminario para los Estados miembros del
Instituto Africano de Rehabilitación de habla
francesa: “Normas Uniformes sobre la
Igualdad de Oportunidades para las Personas
con Discapacidad” (Dakar, diciembre de
1999)
Instituto Africano de
Rehabilitación (oficina de Dakar)
35 168
28 000
ZIM/97/D28
Zimbabwe
(Harare)
Primer Seminario del Instituto Africano
de Rehabilitación sobre las Normas Uniformes (Harare, 11 a 13 de febrero de 1998)
Instituto Africano de Rehabilitación (oficina de Zimbabwe), en
cooperación con International
Disability Foundation
22 800
13 300
Comisión de Igualdad de Oportunidades, Hong Kong, Región
Administrativa Especial en
cooperación con el Centro de
Derecho Comparado y Derecho
Público de la Facultad de Derecho
de la Universidad de Hong Kong
95 000
70 000
70 000
30 000
66 000
49 000
50 000
35 000
Asia y el Pacífico
INT/99/D27*
Hong Kong
Seminario y simposio interregionales sobre
normas y principios internacionales relativos
a las personas con discapacidad
América Latina y el Caribe
MEX/96/D24
México
(Guadalajara)
Seminario sobre la promoción de entornos
urbanos accesibles en preparación de la
Asamblea Mundial de la organización
Disabled Peoples' International, que se
celebró en Guadalajara en 1998 (Guadala-jara
(México), 19 a 25 de agosto de 1997)
Disabled Peoples' International en
cooperación con la Municipalidad
de Guadalajara, el Estado de
Nayarit y el Gobierno de México
RLA/97/D17
República
Dominicana
(Santo Domingo)
Formación de instructores con miras a la
supervisión de la aplicación de las Normas
Uniformes en América Latina y el Caribe
(Santo Domingo (República Dominicana), 13
a 18 de abril de 1998)
Disabled Peoples' International en
cooperación con el Gobierno de la
República Dominicana y la
Asociación Dominicana de Rehabilitación, y con la participación
de la Federación Nacional
Dominicana de Discapacitados
Interregional
INT/98/D30
Berkeley,
California
(Estados Unidos
de América)
Reunión consultiva de expertos en
legislación y políticas sobre discapacidad
(Berkeley (Estados Unidos de América), 8 a
12 de diciembre de 1998)
World Institute on Disability, en
colaboración con la Universidad de
California (Berkeley)
5
E/CN.5/2000/3
Proyecto
número
País/Región
Título abreviado
Organismo de ejecución
Total
Presupuesto
total (dólares
EE.UU.)
Donaciones
(dólares
EE.UU.)
525 568
293 600
* Pendiente de aprobación financiera.
1.
El informe definitivo del Relator Especial sobre la supervisión de la aplicación de las
Normas Uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad
figura en el anexo de la presente nota.
Notas
6
1
www.un.org/esa/socdev/dissre00.htm.
2
A/37/351/Add.1 y Add.1/Corr.1, anexo, secc. VIII (www.un.org/esa/socdev/diswpa00.htm).
3
A/50/374, anexo.
4
Documentos Oficiales del Consejo Económico y Social, 1995, Suplemento No. 4 (E/1995/24), cap. I,
secc. E.
5
A/52/56, anexo (www.un/org/esa/socdev/dismsre0.htm).
6
Documentos Oficiales del Consejo Económico y Social, 1997, Suplemento No. 6 (E/1997/26), cap. I,
secc. A, aprobado posteriormente como resolución 1997/19 del Consejo Económico y Social, de 21 de
julio de 1997.
7
Resolución 48/96 de la Asamblea General, anexo, secc. IV, párr. 2.
8
El Gobierno de Suecia presta apoyo en especie a las actividades de la Oficina del Relator Especial en
Estocolmo.
E/CN.5/2000/3
Anexo
Informe definitivo del Relator Especial de la Comisión de
Desarrollo Social relativo a las actividades de vigilancia de
la aplicación de las Normas Uniformes sobre la igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad
realizadas durante su segunda misión, 1997–2000
Índice
Párrafos
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
I.
II.
III.
Antecedentes y marco de la misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Página
9
1–19
9
A.
Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
1–7
9
B.
Condiciones de la vigilancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
8–13
10
C.
Directrices de la Comisión de Desarrollo Social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
14–15
11
D.
Reuniones del grupo de expertos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
16–19
11
Exposición de las actividades del Relator Especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
20–116
11
A.
Promoción de la aplicación de las Normas Uniformes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21–29
11
B.
Tercera encuesta mundial en colaboración con la Organización Mundial de la
Salud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
30–62
13
C.
Progreso en materia de derechos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
63–70
16
D.
Cooperación con la Secretaría y otras organizaciones del sistema de las
Naciones Unidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
71–83
17
Reunión Consultiva oficiosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
84–85
19
E.
Cooperación con las organizaciones no gubernamentales internacionales . . . . .
86–91
19
F.
Promoción de aspectos especiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
92–116
20
1.
Los niños con discapacidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
92–97
20
2.
Aspectos relacionados con el género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
98–106
21
3.
Personas con discapacidades psiquiátricas y de desarrollo . . . . . . . . . . . . .
107–116
22
Observaciones y conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
117–166
23
A.
El documento de las Normas Uniformes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
117–120
23
B.
Función del Relator Especial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
121–126
24
C.
La contribución de las organizaciones no gubernamentales . . . . . . . . . . . . . . . . . .
127–129
24
D.
Respuesta de los Estados Miembros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
130–132
25
E.
Resultados del tercer estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
133–140
25
F.
Legislación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
141
26
G.
Desarrollo de los derechos humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
142
26
7
E/CN.5/2000/3
H.
Los niños con discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
143–145
26
I.
Aspectos relacionados con el género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
146–148
27
J.
Personas con discapacidad psiquiátrica y del desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
149–152
27
K.
Participación de las Naciones Unidas en el futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
153–166
27
Mejoramiento de los documentos de las Naciones Unidas relativos a la
discapacidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
156–159
28
2.
Opciones para la supervisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
160–163
28
3.
Mejoramiento de la coordinación dentro del sistema de las Naciones
Unidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
164
29
Campañas de concienciación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
165–166
29
1.
4.
8
E/CN.5/2000/3
Cualquier violación del principio fundamental de
igualdad y cualquier discriminación o diferencia negativa
de trato de las personas con discapacidad que contravenga las Normas Uniformes de las Naciones Unidas
sobre la igualdad de oportunidades para las personas
con discapacidad vulnera los derechos humanos de esas
personas.
Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas
Resolución 1998/31
Prefacio
En mi calidad de Relator Especial encargado de vigilar
la aplicación de las Normas Uniformes sobre la igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad, tengo el
honor de presentar a la Comisión de Des arrollo Social mi
informe definitivo sobre el segundo período de vigilancia
(1997–2000). Ha sido para mí un privilegio y un estímulo
trabajar como Relator Especial en este ámbito. Deseo expresar
mi sincero agradecimiento al Consejo Económico y Social por
la confianza que depositó en mí al renovar mi mandato por un
segundo período. También quisiera dar las gracias a todos los
gobiernos que han contribuido económicamente a este proyecto, incluido el Gobierno de Suecia, que me ha proporcionado
una oficina durante todo mi período de servicio.
Desde que inicié la labor de vigilancia y a lo largo de
todo el período, he contado con el pleno apoyo del Secretario
General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales, Sr. Nitin
Desai, y con el excelente asesoramiento profesional del Sr.
Andraej Krassowski y de su equipo de la División de Política
Social y Desarrollo. También he contado con la cooperación
de diversos organismos de las Naciones Unidas, en especial
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que, en
estrecha colaboración conmigo, ha realizado un estudio
mundial sobre la aplicación de diversas normas. Asimismo ,
deseo expresar mi agradecimiento a Eva Sagström, de la oficina
de Suecia, por la excelente labor realizada.
El grupo de expertos creado en 1994 por seis organizaciones no gubernamentales internacionales importantes que se
ocupan de los discapacitados ha sido un elemento fundamental
de esta campaña de supervisión. Los expertos, cinco hombres
y cinco mujeres que representaban a todas las regiones y
contaban con experiencias diversas en el ámbito de la discapacidad, proporcionaron una valiosa orientación. T ambién fueron
muy comprensivos en los casos en que la escasez de recursos
impidió poner en práctica todas las ideas e iniciativas acertadas.
Por último, quisiera dar las gracias a todos los gobiernos
y organizaciones no gubernamentales que facilitaron información útil para mi labor.
I. Antecedentes y marco de la misión
A. Antecedentes
1.
Siempre han existido diferencias en el funcionamiento
físico, mental y sensorial de los seres humanos. Sin embargo,
las personas con limitaciones funcionales, es decir, discapacidades, corren permanentemente el riesgo de quedar excluidas
o marginadas. A lo largo de los siglos hemos concebido y
construido nuestras sociedades como s i las personas con
discapacidades no existieran, como s i todos los seres humanos
pudieran ver, oír, andar, comprender y reaccionar r á p i d a y
adecuadamente a las señales procedentes del mundo que los
rodea. Es a ilusión, esa concepción errónea de la naturaleza
humana, e s a incapacidad para tener en cuenta las necesidades
de todos los ciudadanos en la configuración de la sociedad,
es el motivo principal del aislamiento y la exclusión de las
personas con discapacidades que se observa en formas
diversas y en grados variables en todo el mundo. Hará falta
mucho tiempo para modificar este comportamiento, profundamente arraigado en los prejuicios, el miedo, la vergüenza y la
incomprensión de lo que significa realmente vivir con una
discapacidad. Sin embargo, s e han puesto en marcha iniciativas
internacionales para mejorar las condiciones de vid a de las
personas con discapacidades y s e está avanzando en e s e
sentido.
2.
En las naciones industrializadas hace mucho tiempo que
s e empezó a hacer un esfuerzo sistemático para mejorar las
condiciones de vida de las personas con discapacidades. En
los últimos 50 años, los llamados Estados del bienestar
avanzados han creado programas y servicios diversos con
miras a atender las necesidades de esas personas. No obstante,
durante un período muy largo, esos programas se limitaban a
prestar diferentes tipos de apoyo al individuo y s e organizaban
como servicios para discapacidades concretas no integrados
en el funcionamiento ordinario de la sociedad.
3.
En los decenios de 1960 y 1970 empezó a aumentar la
conciencia, en especial entre las personas con discapacidad
de algunos países, de que la participación en las actividades
de la sociedad sólo era posible si el entorno y los servicios y
actividades generales e s taban concebidos para atender las
necesidades de las personas con discapacidades. Se aplicó
entonces un planteamiento nuevo a las políticas sobre discapacidad en que s e situaba en primer plano la falta de a c c e s o
9
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predominante en la sociedad y se destacaba el derecho a la
participación.
4.
La pro clamación de 1981 Año Internacional de los
Impedidos por las Naciones Unidas fue un acontecimiento de
importancia histórica. La adopción del tema “Participación e
igualdad plenas” para las actividades del Año debe considerarse también un importante avance político hacia la aplicación
de un planteamiento basado en los derechos humanos en el
ámbito de la discapacidad.
5.
En el Programa de Acción Mundial para los Impedidos,
aprobado por la Asamblea General en su resolución 37/52, de
3 de diciembre de 1982, s e formulaba e s a filosofía y s e determinaban diversos ámbitos de acción importantes. Por primera vez
en las actividades internacionales dedicadas a los discapacitados, en el Programa Mundial s e pedía a todos los órganos de
derechos humanos que prestaran atención a los problemas
relacionados con las discapacidades. Otras de las grandes
contribuciones realizadas por el Programa Mundial fueron la
introducción del concepto de establecimiento de la igualdad
de oportunidades como un ámbito nuevo de intervención y el
reconocimiento del derecho de los discapacitados y sus
organizaciones a participar en la adopción de decisiones sobre
las cuestiones que les afectaban.
6.
El Año Internacional y el Programa Mundial de Acción
pusieron en marcha un proceso de cambio y desarrollo que se
inició en el Decenio de las Naciones Unidas para los Impedidos
(1983–1992) y prosigue en la actualidad, casi20 años más tarde.
En los primeros años del Decenio, en muchos países s e prestó
una gran atención a las cuestiones relacionadas con las
discapacidades. No obstante, unos años después e s e interés
fue disminuyendo, y así se observó en la evaluación de mitad
de período realizada en una reunión de expertos celebrada en
1987. En el informe de e s a reunión s e sugirieron varias medidas
encaminadas a fortalecer el liderazgo de las Naciones Unidas
en la aplicación de la nueva política sobre discapacidades. El
resultado final de e s a iniciativa fue la elaboración y aprobación
de las Normas Uniformes de las Naciones Unidas sobre la
igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad.
7.
Aunque las Normas Uniformes reflejan la misma filosofía
en materia de discapacid a d que el Programa Mundial de
Acción, incluyen también importantes elementos nuevos que
son resultado de la experiencia adquirida durante el Decenio.
En las Normas se establece con mayor claridad la función de
los gobiernos de los Estados Miembros en la ejecución del
proceso, pero el elemento nuevo más destacado es el establecimiento de un mecanismo de supervisión activo y diferenciado.
B. Condiciones de la vigilancia
10
8.
Uno de los rasgos más destacados de las Normas
Uniformes es que su aplicación debe vigilarse activamente,
como s e indica en el capítulo IV de las Normas, en el cual figura
una descripción bastante detallada del mecanismo de supervisión:
“La finalidad del mecanismo de supervisión es promover
la aplicación efectiva de las Normas Uniformes. Dicho
mecanismo prestará asistencia a todos los Estados en
la evaluación de su grado de aplicación de las Normas
Uniformes y la medición de los progresos que s e alcancen. La supervisión debe ayudar a determinar los obstáculos y a sugerir medidas idóneas que contribuyan a
una aplicación eficaz de las Normas.”
9.
En la labor de supervisión intervienen tres instancias. En
las Normas Uniformes s e indica que la supervisión debe
llevarse a cabo en el marco de los períodos de sesiones de la
Comisión de Desarrollo Social, que esa labor debe correr a
cargo de un relator especial, que informará a la Comisión, y que
debe invitarse a las organizaciones no gubernamentales (ONG)
que s e ocupan de los discapacitados a que constituyan un
grupo de expertos al cual pueda consultar el Relator Especial.
10. El Secretario General, Sr. Boutros Boutros–Ghali, me
nombró Relator Especial en marzo de 1994. En septiembre del
mismo año, seis organizaciones no gubernamentales — la
Organización Mundial de Personas Impedidas, Inclusion
International, Rehabilitación Internacional, la Unión Mundial
de Ciegos, la Federació n Mundial de Sordos y la World
Federation of Psychiatric Survivors and Users — constituyeron un grupo de 10 expertos.
11. La Comisión de Desarrollo Social fue informada de las
actividades realizadas durante el primer período de vigilancia
en su 35º período de sesiones (A/52/56, anexo).
12. En su período de sesiones de 1997, el Consejo Económico y Social, en cumplimiento de las recomendaciones de la
Comisión de Desarrollo Social, decidió renovar el mandato del
Relator Especial por un nuevo período de tres años, es decir
de 1997 a 2000 (resolución 1997/19 del Consejo). También la
Asamblea General hizo suyas las actividades del Relator
Especial en su resolución 52/82, de 12 de diciembre de 1997.
13. Para realizar la vigilancia era necesario recaudar fondos
extrapresupuestarios mediante los cuales sufragar la mayor
parte de las actividades. En el primer período, 11 gobiernos
hicieron aportaciones financieras al proyecto. En el segundo
período, han sido seis los gobiernos que han hecho contribuciones. Se calcula que esas contribuciones ascienden a un total
de 700.000 dólares. En el segundo período de vigilancia
(1997–2000) s e ha mantenido el acuerdo de servicios especiales
firmado entre la Secretaría y el Relator Especial en agosto de
1994, en el cual se preveía que éste llevaría a cabo su labor
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desde una pequeña oficina situada en Suecia y que la Secretaría le proporcionaría asesoramie nto y servicios administrativos.
C. Directrices de la Comisión de Desarrollo
Social
14. En su 35º período de sesiones, la Comisión de Desarrollo
Social decidió recomendar que se renovara el mandato del
Relator Especial por un nuevo período de tres años a fin de que
pudiera seguir supervisando la aplicación de las Normas
Uniformes. En su resolución 35/2, la Comisión:
“Instó al Secretario General y a los gobiernos a que
impulsaran la aplicación efectiva de las Normas Uniformes y a que hicieran hincapié en la dimensión de los
derechos humanos, incluso para las personas con
discapacidades psiquiátricas y de desarrollo;
Invitó al Relator Especial y al Comité sobre los
Derechos del Niño a que prosiguieran y reforzaran su
cooperación a fin de asegurar que en el proceso de
preparación de informes del Comité s e tuvieran en cuenta
en forma integral los derechos de los niños con discapacidad;
Pidió al Relator Especia l que, al supervisar
la aplicación de las Normas Uniformes, prestaran especial
atención a la situación de los niños con discapacidad.”
15. Estas directrices de la Comisión han desempeñado una
función importante en las actividades realizadas por el Relator
Especial en el segundo período de vigilancia. Las actividades
relacionadas con cada aspecto concreto s e describen en
apartados particulares del informe.
D. Reuniones del grupo de expertos
16. En el segundo período de vigilancia (1997–2000) se
organizaron tres reuniones del grupo de expertos. La primera
s e celebró en mayo de 1997 y en ella se trataron dos temas
principales. El grupo analizó el resultado del primer período de
vigilancia y debatió qué actividades debían llevarse a cabo en
el segundo. En la reunión participaron diversos organismos
de las Naciones Unidas, que informaron al grupo de sus
actividades. Se invitó a los miembros del grupo a presentar s u s
opiniones y de este modo se inició un proceso de consulta.
17. En la segunda reunión, que s e celebró en octubre de
1998, s e trataron algunas novedades, entre ellas la aprobación
de la resolución 1998/31 de la Comisión de Derechos Humanos,
en la cual figuraban diversas recomendaciones importantes
sobre medidas complementarias de las organizaciones no
gubernamentales y la elaboración de una política en materia
de discapacidad por el Banco Mundial.
18. Prosiguieron las consultas con diversos organismos de
las Naciones Unidas y se celebró un debate preliminar sobre
la promoción de la política de las Naciones Unidas en materia
de discapacid ad una vez finalizado el segundo período de
vigilancia.
19. El grupo celebrará una tercera reunión coincidiendo con
el 38º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social,
previsto para febrero de 2000.
II. Exposición de las actividades
del Relator Especial
20. Cuando el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas renovó mi mandato el 27 de julio de 1997 (resolución
1997/19), no hubo cambios importantes en las instrucciones
que recibí con respecto a mi trabajo. Por tanto, de conformidad
con las directrices que se dan en la sección IV del documento
de las Normas Uniformes, he seguido asesorando a los gobiernos que me lo solicitaban, participando en seminarios y
conferencias para analizar cómo poner en práctica las Normas
y estudiando cómo aplicarlas en todo el mundo mediante
encuestas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esas
actividades había que llevarlas a cabo dentro de los límites que
imponían los recursos existentes. Deseo añadir también que
hubo de pasar casi un año del segundo período de vigilancia
antes de que empezaran a recibirse nuevas aportaciones de los
Estados Miembros.
A. Promoción de la aplicación de las Normas
Uniformes
21. En el segundo período de vigilancia, he visitado los siguientes países en transición: Mongolia, Armenia, Bulgaria,
Rumania y la Federación de Rusia. Con el apoyo del Consejo
de Europa he participado en la planificación de una conferencia
nacional sobre política en materia de discapacidad para el
Gobierno ruso, las organizaciones de discapacitados y representantes de todas las regiones de la Federación. Por desgracia, la conferencia se ha aplazado dos veces.
22. Un grave problema para muchos de los países en
transición es que aún no han trazado directrices para elaborar
normas modernas en materia de discapacidad. En prácticamente
todos los países en transición hay problemas gravísimos para
resolver el problema de las instituciones grandes que s e
ocupan de los discapacitados. Un buen número de discapacita-
11
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dos graves, principalmente personas con impedimentos
intelectuales, psiquiátricos o múltiples, han pasado toda la vida
en esas instituciones. Tanto los países afectados como los
organismos de cooperació n internacional para el desarrollo
prestan cada vez más atención a este problema.
23. Otro problema, que comparten muchos países en
transición, es el de las relaciones entre las organizaciones no
gubernamentales existentes . Hay organizaciones antiguas para
los grupos de ciegos y sordos, ya que el régimen anterior las
admitía como socias en la creación de oportunidades de
empleo. En el caso de otros grupos de discapacitados, s e están
constituyendo nuevas organizaciones y a veces hay dificultades para lograr que estas diversas organizaciones mantengan
buenas relaciones de trabajo.
24. Desde 1997, he visitado también varios países en
desarrollo para estudiar su política con respecto a los discapacitados, como Tailandia, Jordania, Chile, el Uruguay, México
y Costa Rica. Los programas que he observado en mis visitas
variaban considerablemente. En algunos casos, nuestro
diálogo ha versado más bien sobre cuestiones esenciales de
política en materia de discapacidad. En otros casos, se habían
aprobado leyes nuevas y nuestras conversaciones trataron de
cuestiones relativas a su aplicación. En ocasiones he formulado recomendaciones en un recordatorio que he enviado al
Presidente o al Primer Ministro del país interesado. Esos
recordatorios han influido, a menudo, en la elaboración de
nuevas medidas.
25. Durante este segundo período, también he participado
en conferencias internacionales, en algunas de las cuales se
han planteado nuevos temas o s e han tratado las Normas
Uniformes desde una perspectiva particular. En 1997, participé
en una conferencia coorganizada por la Comisión Económica
y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico
(CESPAP) y por Rehabilitación Internacional. Se me invitó a
hablar en la Reunión de funcionarios superiores en observancia de la mitad de período del Decenio de Asia y el Pacífico
para los Impedidos (1993–2000) (Seúl, 26 a 29 de septiembre de
1997). En mi declaración, señalé el hecho de que el Programa
de Acción, que constituía el documento esencial de las
actividades del Decenio para los Impedidos, y las Normas
Uniformes s e habían elaborado simultáneamente. Están
imbuidos del mismo espíritu, pero tienen finalidades un tanto
distintas. Las Normas Uniformes son un conjunto de directrices, mientras que el Programa de Acción es, ante todo, una
selección de algunas esferas de desarrollo importantes. En mi
opinión, ambos pueden y deben combinarse en los esfuerzos
nacionales por mejorar las condiciones de vida de los discapacitados. Debe hacerse todo lo posible por evitar la duplicación
de tareas y los dos mecanismos de vigilancia deben intercambiar información de manera más sistemática.
12
26. En 1998, participé en un foro mundial sobre los derechos
humanos de los ciegos, que s e celebró en el Uruguay (Montevideo, del 6 al 18 de noviembre de 1998). En mi discurso, señalé
que había nuevas e importantes oportunidades de afianzar los
derechos de los discapacitados, aprovechando los avances
que se habían logrado en el ámbito de los derechos humanos
en años recientes. Hice hincapié en que las organizaciones de
discapacitados tenían la misión fundamental de estar en la
vanguardia de este movimiento. También aproveché la oportunidad para felicitar a los representantes de los países del
continente americano por el progreso que habían logrado en
la redacción de un convenio regional sobre los derechos de
los discapacitados.
27. En enero de 1999, Disabled People South Africa y la
Fundación Sueca de Ayuda Internacional a las Organizaciones
de Discapacitados (SHIA) organizaron un seminario africano
sobre la cooperación para el desarrollo, la discapacidad y los
derechos humanos. En él s e aprobó una resolución en que se
proponía que se celebrara un decenio africano de los impedidos, del año 2000 al 2009.
28. En mi discurso, hice una reseña de los acontecimientos
recientes más importantes que se habían producido en el
ámbito de los derechos humanos. También me permití hacer
las siguientes propuestas acerca de la cuestión del decenio
africano de los impedidos:
a)
Los gobiernos de África deben aceptar los programas del decenio, prestarles apoyo y participar activamente en
ellos;
b)
Las organizaciones de discapacitados deben
participar de manera directa y activa en todos los estadios y
niveles del programa;
c)
Debe haber una labor de planificación y coordinación eficientes para el programa;
d)
Los gobiernos deben incluir las necesidades de los
discapacitados en sus negociaciones generales sobre cooperación para el desarrollo;
e)
Debe haber un programa general convenido para
el decenio;
f)
Debe obtenerse suficiente apoyo financiero para
sufragar las actividades básicas del programa, y
g)
La movilización de los discapacitados debe
constituir una actividad básica dentro del programa.
29. El Gobierno de Jordania y el Colegio de Médicos Suecos
de Jordania coorganizaron en Ammán (Jordania) un simposio
panárabe sobre las Normas Uniformes de las Naciones Unidas
(del 18 al 20 de septiembre de 1997). Participaron en él representantes de gobiernos, profesionales y organiza ciones no
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gubernamentales de 12 países árabes. Se aprobó una declaración que serviría de guía a los diversos países. Cabe mencionar
las siguientes recomendaciones:
a)
Los gobiernos deben proclamar su voluntad de
lograr la meta de la participación y la igualdad plenas de los
discapacitados;
b)
Los gobiernos deben aprobar unos planes de
trabajo nacionales para cuestiones de procedimiento a fin de
aplicar las Normas Uniformes por conducto de los ministerios
competentes y de otras instancias;
c)
Los gobiernos deben reconocer el papel de las
organizaciones de discapacitados, que representan a éstos en
los asuntos que los afectan;
d)
país, y
Debe constituirse un consejo nacional en cada
e)
Los gobiernos deben reconocer la importancia de
la rehabilitación de base comunitaria para hacer participar a las
comunidades locales en la elevación de las condiciones de vida
de los discapacitados.
B. Tercera encuesta mundial en colaboración
con la Organización Mundial de la Salud
30. Los cuatro primeros artículos del texto de las Normas
Uniformes se agrupan bajo el epígrafe de “Requisitos para la
igualdad de participación”. El sentido de este epígrafe es que
deben adoptarse medidas en esos ámbitos, ya que son necesarias para permitir a los individuos participar activamente en la
sociedad. Tres de esos artículos — Atención médica, Rehabilitación y Servicios de apoyo (que entrañan la prestación de
recursos y equipo) — abarcan ámbitos que son de competencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
31. En las conversaciones que celebré en 1998 con el Grupo
de Expertos y con los representantes de la OMS, se convino
en que debería hacerse una encuesta sobre la aplicación de las
Normas en esos ámbitos. La OMS se ofreció a hacerla.
32. En 1999 s e reunió información mediante un cuestionario
que se envió a los 191 gobiernos de los Estados miembros de
la OMS y a más de 600 organizaciones no gubernamentales
nacionales que trabajaban con discapacitados. La información
recopilada s e refería a cuestiones relacionadas con los siguientes 4 artículos: artículo 2 — atención médica, artículo 3 —
rehabilitación, artículo 4 — servicios de apoyo y artículo 19
— capacitación del personal. El cuestionario, que constaba de
35 preguntas, se repartió en abril de 1999.
33. El objetivo de la encuesta era doble: determinar la política
de los gobiernos en materia de atención médica, rehabilitación,
servicios de apoyo y capacitación del personal y determinar
las estra tegias que se adoptaban y los problemas que se
afrontaban al trabajar en el ámbito de la atención médica a los
discapacitados y la rehabilitación de éstos.
34. Se pidió a los encuestados que respondieran al cuestionario para determinar la política oficial del país de que se
trataba. En total, respondieron 104 gobiernos, resultado que
debe considerarse muy satisfactorio.
35. Se recibieron respuestas de países que representaban
a las distintas regiones del mundo: 17 de América, 25 de
Europa, 20 de la región del Pacífico occidental, 4 de la región
de Asia sudoriental, 11 de la región del Mediterráneo oriental
y 27 de África.
36. Si se clasifican las respuestas de los gobiernos según
criterios socioeconómicos, s e observa que hay 18 países con
economía de mercado desarrollada, 9 países con economía en
transición y 77 países en desarrollo, 24 de ellos pertenecientes
al grupo de países menos adelantados.
37. Se recibieron 115 respuestas de organizaciones no
gubernamentales. La clasificación de las respuestas es la
siguiente: s e recibieron 18 respuestas de organizaciones
afiliadas a Disabled Peoples ' International; 28 respuestas de
organizaciones afiliadas a Inclusion International; 24 respuestas de organizaciones afiliadas a Rehabilitación Internacional;
23 respuestas de organizaciones afiliadas a la Unión Mundial
de Ciegos; 14 respuestas de organizaciones afiliadas a la
Federación Mundial de Sordos, y 8 respuestas de organizaciones afiliadas a la Federación Mundial de Usuarios Psiquiátricos. El número total de países cuyos gobiernos u organizaciones no gubernamentales respondieron es de 130.
38. La información de los gobiernos la proporcionó la
división o dependencia del ministerio encargado de la atención
médica, la rehabilitación y los servicios de apoyo a los discapacitados (normalmente el Ministerio de Sanidad o el de Asuntos
Sociales). Pese a las limitaciones que impone este método de
recopilación de información — en el que s e presupone que las
respuestas las dará el funcionario mejor informado de la esfera
de que s e trate o que éste funcionario se molestará en recurrir
a otras fuentes s i no sabe responder —, la encuesta representa
una síntesis incomparable de información sobre la política y
los usos de todo el mundo. Cabe esperar que sirva de ayuda
a los encargados de formular políticas, los administradores, los
especialistas en rehabilitación y los representantes de organizaciones que trabajan con los discapacitados. El estudio s e
llevó a cabo en colaboración estrecha con mi oficina y constituirá una aportación grata y significativa a nuestro conocimiento y nuestra comprensión de la situación del mundo. La OMS
publicará en el año 2000 la versión íntegra del informe sobre
los resultados de la encuesta.
13
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39. El contenido del presente informe, elaborado mientras
s e analizaban todavía los resultados de la encuesta, consta de
un número reducido de cuestiones más generales relativas al
ámbito de cada uno de los artículos. Se trata principalmente de
las cuestiones de en qué medida s e prestan los s ervicios
previstos en los ámbitos definidos, en qué medida participan
los gobiernos y otras entidades y qué influencia tienen los
discapacitados y s u s organizaciones en esos servicios. Por
desgracia, no pudieron tenerse en cuenta las respuestas de las
organizaciones no gubernamentales nacionales.
Atención médica
40. Según la primera oración del artículo relativo a la
atención médica, “[l]os Estados deben asegurar la prestación
de atención médica eficaz a las personas con discapacidad”.
La primera cuestión s e refiere al grado en que los E s t a d o s
c umplen esta recomendación. La inmensa mayoría d e l o s
Estados miembros (99 de 104) prestan servicios a los discapacitados. La atención médica a los niños discapacit a d o s e s t á
incluida, en 90 países, dentro del régimen general de atención
médica.
41. Según el primer párrafo del artículo relativo a la atención
médica, “[l]os Estados deben esforzarse por proporcionar
programas dirigidos por equipos multidisciplinarios de profesionales para la detección precoz, la evaluación y el tratamiento
de las deficiencias”.
42. La gran mayoría de los países incluyen la prevención y
el tratamiento de las deficiencias y las técnicas de rehabilitación en el régimen de atención médica y en otros programas.
Es menos común que haya programas de asesoramiento a los
progenitores y de detección y diagnóstico tempranos. Quince
países carecen de programas de esta índole.
43. Otra pregunta s e refería al grado de participación de las
organizaciones de dis capacitados en la planificación y la
evaluación de esos programas. En la mayoría de los países (59
de 103), las organizaciones de discapacitados participan en
ocasiones. Sólo hay tres países en que las organizaciones de
discapacitados participen siempre en esos programas; en
cambio son 12 los países cuyas organizaciones de discapacitados nunca participan en la planificación ni en la evaluación de
los programas de atención médica. En 29 países, esas organizaciones tienen una participación frecuente.
44. En otra pregunta se pedía información sobre si los
discapacitados recibían tratamie nto médico habitual para
mantener o mejorar su grado de funcionamiento y, en el caso
de los países donde eso no sucedía, qué criterios s e empleaban
para determinar la necesidad de ese tratamiento. En 85 de 103
países, los discapacitados reciben tratamiento médico habitual.
Los 18 países en que no se facilitaba tratamiento médico
14
adujeron las siguientes razones: falta de programas especiales
(16), falta de personal (12), falta de capacitación (8), actitudes
sociales negativas (9) y limitaciones económicas familiares (12).
45. Una pregunta se refería al asunto de la financiación de
la atención médica. De las respuestas s e desprende que los
pacientes de 31 países pagan íntegramente los gastos correspondientes. En los demás países, la atención médica s e presta
gratuitamente o en régimen mixto que entraña el pago por el
paciente, subvenciones estatales o seguridad social. En los 62
países que respondieron a la pregunta sobre el pago de los
gastos de atención médica por la seguridad social, s e observa
lo siguiente: hay 22 países en los que el 20% o menos de la
población está protegida por planes de seguridad social, y 27
países en los que entre el 81% y el 100% de la población está
protegida por esos planes. La conclusión que s e desprende
de todo ello es que, cuando la seguridad social paga la
atención médica, los beneficiarios son bien una pequeña parte
de la población (a menudo, funcionarios de la administración
pública) o bien casi toda ella.
46. Otra pregunta s e refería a la prestación de atención
médica en los pueblos y las zonas urbanas pobres. De los 102
países que respondieron, 97 indicaron que se prestaban
servicios en esas zonas. De esos 97 países, 88 indicaron que
proporcionaban servicios de atención primaria de la salud y
44 que prestaban atención médica mediante programas comunitarios.
47. Por último, s e preguntó a los encuestados que indicaran
qué servicios de información y comunicación se prestaban a
los discapacitados que recibían atención médica. Según las
respuestas recibidas, el servicio más frecuente que s e prestaba
era el de proporcionar información fácil de leer (62 de los 104
países que respondieron). Cincuenta países proporcionaban
interpretación en lenguaje de signos y un tercio de los países
facilitaba información en braille o en casete.
Rehabilitación
48. En una primera pregunta de carácter general, s e pidió
información sobre en qué medida proporcionaban los Estados
miembros programas nacionales de rehabilitación. Setenta y
tres de los 102 países que respondieron indicaron que había
programas de esa índole.
49. Había 51 países (de los 104 que respondieron) que
adminis traban programas comunitarios de rehabilitación a nivel
local. Casi otros tantos países facilitaban programas de e s a
índole a nivel de distrito. Trece países indicaron que carecían
de servicios comunitarios de rehabilitación. Por lo que atañe
a la rehabilitación institucional, de las respuestas s e desprende
lo siguiente: 74 países tienen instituciones de rehabilitación
de ámbito nacional; 56, de ámbito provincial; 46, de distrito, y
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22, de ámbito local. En ocho países no había programas
institucionales de rehabilitación.
50. Se hizo una pregunta s obre qué grupos recibían servicios
de rehabilitación. En general, las respuestas indicaron que, en
la mayoría de los países, había programas de rehabilitación
destinados a muchos grupos. En la mayoría de los casos se
destinaban a personas con deficiencias motoras (99 de los 104
países que respondieron), a personas con deficiencias auditivas (90), deficiencias visuales (89) y discapacidades intelectuales (86) y a los sordos (84). Merece la pena observar que
incluso en el caso de los de los problemas de aprendizaje (por
ejemplo, la dislexia) un número considerable de países (69)
prestan servicios de rehabilitación. Hasta 74 llegan los países
que tienen servicios de rehabilitación para enfermos mentales.
51. Estas cifras elevadas son alentadora s, pero hay que
añadir que dicen poco acerca de s i todas las personas pertenecientes a los distin tos grupos que necesitan servicios de
rehabilitación tienen verdaderamente acceso a esos servicios.
La disponibilidad de esos servicios varía desde la prestación
de atención a todos quienes los necesitan hasta la prestación
de atenció n a una pequeña porción del grupo afectado.
También debe tenerse en cuenta que las cifras que acaban de
enunciarse indican que no hay servicios en un número considerable de países; por ejemplo, para las personas con deficiencias auditivas, no los hay en 14 países y para las personas con
deficiencias visuales no los hay en 15.
52. Otra pregunta se refería a cuáles eran las fórmulas de
participación de los discapacitados, s u s familias y s u s organizaciones en los servicios de rehabilitación. Según la información recibida, en lo que más participan los discapacitados es
en los servicios comunitarios de rehabilitación y en las labores
de maestro, instructor y asesor calificado, y en lo que menos
participan es en la formulación y la evaluación de los programas de rehabilitación. El mismo fenómeno se repite en las
familias de los discapacitados, aunque éstas participan con
más frecuencia en las citadas actividades que los propios
discapacitados. Por lo que atañe a las organizaciones de
discapacitados, s e produce el fenómeno contrario. Las actividades en que más participan esas instituciones son la planificación y la organización de los servicios de rehabilitación y la
formulación y evaluación de los programas correspondientes.
Los representantes de esas organizaciones trabajan, con
muchísima frecuencia, como maestros calificados. También hay
que señalar que, en muchos países, esas organizaciones no
participan en ninguna de esas actividades. Lo mismo ocurre,
e incluso en mayor medida, en el caso de los discapacitados
y s u s familias.Por lo que respecta a la rehabilitación comunitaria, las organizaciones tienen un grado de participación igual
al de los discapacitados; participan en ella en 44 países.
Servicios de apoyo
53. En el presente informe nos hemos limitado a seleccionar
preguntas relativas al suministro de equipo y recursos (muletas, prótesis, aparatos auditivos, aparatos visuales, etc.) a los
discapacitados.
54. Se pidió información sobre la participación de los
gobiernos en el suministro de recursos de e s a índole. En 87 de
los 96 países, que facilitaron información sobre esta cuestión,
los gobiernos participan en el suministro de recursos y equipo.
Este alto grado de participación es alentador, pero al mismo
tiempo debe repararse en que ello no indica en qué medida los
discapacitados que necesitan recursos y equipo los reciben
realmente.
55. Por lo que respecta a la pregunta que se hizo sobre el
pago de esos recursos y equipo, s e obtuvieron los siguientes
resultados. Respondieron 104 países. Lo más común era que
e s e servicio s e sufragara en régimen de responsabilidad
compartida entre los ministerios y los discapacitados. En
28 países, los ministerios o los ayuntamientos pagaban
íntegramente esos recursos y equipo; en nueve países, los
gastos los pagaban íntegramente los planes de seguridad
social; en 18 países, los pagaban íntegramente los propios
discapacitados y, en 13 países, las organizaciones no gubernamentales. En 32 países, ni los ministerios ni los ayuntamientos
pagaban parte alguna de los gastos de suministro d e e s o s
recursos y equipo.
56. Por lo que atañe a las clases de recursos y equipo que
proporcionan los gobiernos, los resultados son los siguientes:
el material auxiliar que se proporciona con más frecuencia son
las muletas (87 de los 104 países que respondieron); en 83
países, se proporcionan prótesis y ortosis; en 77 países, sillas
de ruedas; en 64 países, aparatos auditivos; en 62 países,
accesorios para la vista; en 48 países, recursos para la vida
diaria y, en 23 países, computadoras. Los recursos que se
proporcionan con más frecuencia son los destinados a personas con deficiencias motoras, seguidos del equip o p a r a
personas con deficiencias auditivas o visuales. Como es
natural, los diversos aspectos del suministro de las distintas
clases de equipo entrañan ciertos gastos. Un resultado
sorprendente es que más de la mitad de los países que han
facilitado información no s uministran recursos para la vida
diaria.
57. También se solicitó información sobre la prestación de
servicios de interpretación a las personas con deficiencias
auditivas: 67 de los 100 países, que facilitaron información
respondieron que sí prestaban servicios de interpretación.
58. Se solicitó información sobre el grado de participación
de los discapacitados o s u s organizaciones en la planificación
de los servicios de apoyo. En casi la tercera parte de los países
15
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que respondieron a la pregunta, ni los discapacitados ni sus
organizaciones participaban en ese proceso. En 68 de los 99
países que facilitaron información, los discapacitados participaban en la planificación de los servicios de apoyo.
Pueden darse situaciones especiales que hagan
imposible que las personas impedidas ejerzan los derechos
y libertades humanos reconocidos como universales para
toda la humanidad. La Comisión de Derechos Humanos
de las Naciones Unidas debe examinar tales situaciones.
(párr. 166)
Capacitación del personal
La ocurrencia de violaciones graves de los derechos humanos básicos, como la tortura, puede ser causa
de incapacidades mentales y físicas. La Comisión de
Derechos Humanos debe prestar atención, entre otras
cosas, a tales violaciones con el objeto de adoptar
las medidas apropiadas para mejorar la situación.
(párr. 168)”
59. La primera pregunta que s e hizo sobre la capacitación del
personal fue si los gobiernos velaban por que todos los
organismos, oficiales y no oficiales, que prestaban servicios
a los discapacitados impartieran capacitación a su personal.
De los 96 gobiernos que respondieron, 64 indicaron que no
velaban por que se proporcionara capacitación.
60. Entre 47 y 76 gobiernos indicaron que el estudio de la
discapacidad era parte de la formación profesional de distintos
grupos de personas (fisioterapeutas, enfermeros, asistentes
sociales, etc.) que trabajaban en los ámbitos de la atención
médica y la rehabilitación.
61. Cuarenta y tres gobiernos (de los 92 que respondieron)
indicaron que consultaban con las organizaciones de discapacitados al elaborar programas de formación de personal.
62. El resultado más notable de esta parte de la encuesta fue
que un tercio de los gobiernos no velaban por que los organismos oficiales y no oficiales que prestaban servicios a los
discapacitados ofrecieran formación a su personal.
C. Progreso en materia de derechos humanos
63. Uno de los ámbitos cuya evolución ha tenido más
importancia en los últimos años es el de los derechos humanos
de los discapacit ados. En mi condición de Relator Especial
sobre la discapacidad de la Comisión de Desarrollo Social, la
Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas me
invitó a participar en este proceso. Antes de exponer las
novedades recientes deseo, describir el proceso, que s e inició
ya con motivo del Año Internacional de los Impedidos.
64. En el Programa de Acción Mundial para los impedidos
(A/37/351/Add.1 y A dd.1/Corr.1, secc. VIII) s e incluye una
sección sobre los derechos humanos y la discapacidad. Las
siguientes recomendaciones son de particular interés:
“[...] las organizaciones y los organismos del
sistema de las Naciones Unidas encargados de la preparación y administración de acuerdos, pactos y otros instrumentos internacionales que puedan tener repercusiones
directas o indirectas en los impedidos deben velar por que
en tales instrumentos s e tome plenamente en cuenta la
situación de las personas impedidas. (párr. 164)
16
65. El 29 de agosto de 1984, la Subcomisión de Prevención
de Discriminaciones y Protección de las Minorías aprobó la
resolución 1984/20, en la que decidió nombrar un Relator
Especial, el Sr. Leandro Despouy, que se encargara de hacer
un estudio exhaustivo de la relación entre los derechos
humanos y la discapacidad. Su estudio, Human Rights and
Disabled Persons, se publicó en 1993 (E.92.XIV.4). El
Sr. Despouy puso de relieve que la discapacidad era u n a
cuestión que afectaba a los derechos humanos y en la que
deberían interesarse activamente los órganos de vigilancia de
las Naciones Unidas. Entre las recomendaciones que hizo, cabe
citar las siguientes:
a)
Una vez que terminara el Decenio, debería mantenerse el tema de los derechos humanos y la discapacidad en
el programa de la Asamblea General, del Consejo Económico
y Social, de la Comisión de Derechos Humanos y de la citada
subcomisión como tema que merece inter é s c o n s t a n t e y
atención permanente;
b)
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales de las Naciones Unidas debería asumir la función
de supervisión en el ámbito de la discapacidad. El Comité
debería recibir un mandato especial a estos efectos.
66. En 1994, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales asumió e s a responsabilidad al formular su observación general No. 5, en la que hizo un análisis interesante de la
discapacidad como cuestión de derechos humanos.
67.
En la citada observación general s e declara lo siguiente:
“El Pacto no se refiere explícitamente a personas
con discapacidad. Sin embargo, la Declaración Universal
de Derechos Humanos reconoce que todos los seres
humanos han nacido libres e iguales en dignidad y en
derechos y, como las disposiciones del Pacto s e aplican
plenamente a todos los miembros de la sociedad, las
personas con discapacidad tienen claramente derecho
a toda la gama de derechos reconocidos en el Pacto.
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Además, en la medida en que se requiere un tratamiento
especial, los Estados Partes han de adoptar medidas
apropiadas, en toda la medida que se lo permitan los
recursos disponibles, para lograr que dichas personas
procuren superar los inconvenientes, en términos del
disfrute de los derechos especificados en el Pacto,
derivados de su discapacidad. Además, el requisito que
s e estipula en el párrafo 2 del artículo 2 del Pacto que
gara ntiza ‘el ejercicio de los derechos que en él se
enuncian, sin discriminación alguna’ basada en determinados motivos especificados ‘o cualquier otra condición
social’ se aplica claramente a la discriminación basada
en motivos de discapacidad.”
68. En su 54 / período de sesiones, celebrado en 1998, la
Comisión de Derechos Hu manos de las Naciones Unidas,
decidió estudiar cuestiones que afectaban a los derechos
humanos de los discapacitados. Tuve oportunidad de hablar
sobre esas cuestiones. En mi declaración, hice algunas recomendaciones, que la Comisión tuvo muy en cuenta. Algunos
Estados miembros y organizaciones no gubernamentales
hicieron también aportaciones al debate.
69. De resultas de las deliberaciones, la Comisión aprobó la
resolución 1998/31, en la que hizo algunas declara ciones y
recomendaciones de gran importancia para la evolución futura
de ese ámbito.
70. En el primer párrafo de la citada resolución, la Comisión
reconoció que las Normas Uniformes de las Naciones Unidas
eran un instrumento de evaluación que debía utilizarse para
juzgar el grado de cumplimiento de las normas de derechos
humanos relativas a los discapacitados. Se alentaba a las
organizaciones no gubernamentales que se ocupaban de los
discapacitados a que proporcionaran la información pertinente
al Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y a
la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos, y a que recurrieran a la cooperación
técnica que les ofrecía la Oficina del Alto Comisionado para
ayudarlas a actuar con eficacia en el ámbito de los derechos
humanos. Asimismo, en la citada resolución la Comisión
a lentaba a todos los órganos encargados de supervis a r l a
aplicación de instrumentos internacionales de derechos
humanos a que vigilaran el cumplimiento por los Estados de
los compromisos contraídos en virtud de dichos instrumentos,
a fin de garantizar el pleno disfrute de esos derechos por los
discapacitados y pidió a los gobiernos que tuvieran plenamente en cuenta la cuestión de los derechos humanos de las
personas con discapacidad cuando presentaran s u s informes
de conformidad con los instrumentos pertinentes de las
Naciones Unidas en materia de derechos humanos. La Comisión invitó al Relator Especial de la Comisión de Desarrollo
Social a que interviniera ante ella en su 56 / período de sesio-
nes, que se celebraría en el año 2000. Por último, la Comisión
pidió al Secretario General que informara bienalmente a la
Asamblea General de los progresos que se hubieran realizado
para lograr el pleno reconocimiento y el disfrute de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
D. Cooperación con la Secretaría y otras
organizaciones del sistema de las Naciones
Unidas
71. Una dependencia especial de la División de Política
Social y Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos
y Sociales tiene el mandato, ya encomendado con motivo del
Año Internacional de los Impedidos, de servir de centro de
coordinación en materia de discapacidad dentro del sistema de
las Naciones Unidas. La dependencia refuerza actualmente e s a
función elaborando una base de información en la Internet y
poniendo en marcha un proyecto para crear una bibli o t e c a
mediante la compilación de información sobre normas y
principios internacionales. La dependencia también s e encarga
de efectuar una estimación y una evaluación quinquenales del
Programa de Acción Mundial y de prestarme asistencia en mi
tarea de supervisión. Además, administra el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para Problemas
de Discapacidad, que cofinancia proyectos catalític os en
países en desarrollo y en transición.
72. La División de Estadística del Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales se ha estado ocupando cada vez más
de los discapacitados en los cinco últimos años. En la actualidad, su labor s e centra fundamentalmente en dos importantes
esferas: el perfeccionamiento de los conceptos y métodos
estadísticos y de los programas de recopilación de datos y la
compilación y difusión de datos estadísticos sobre discapacidad.
73. Como s e puede observar en el informe del Secretario
General a la Asamblea General en su quincuagésimo cuarto
período de sesiones, son numerosos los fondos, programas
y organismos especializados de las Naciones Unidas que
también intervienen en el ámbito de la discapacidad.
74. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Mundial de
la Salud (OMS) participan en la formulación de políticas en s u s
respectivas esferas de competencia. A mi parecer, las Normas
Uniformes sirven de documento de política básico en este
proceso. En el caso de la OMS, el nuevo documento normativo,
actualmente en la etapa de redacción, s e basa explícitamente
17
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en las Normas. En la comparación que he hecho del contenido
de las Normas con documentos como la Declaración de
Salamanca de 1994 o el Convenio 159 de la OIT, he comprobado que, aunque el lenguaje difiera en ocasiones, los objetivos
y principios son los mismos.
75. Todas las organizaciones citadas tienen un número
sustancial de proyectos nacionales que s e financian por medio
de diversos mecanismos gubernamentales e intergubernamentales. En algunos casos, esas organizaciones cooperan en
proyectos nacionales, si bien me consta que esto no sucede
con regularidad.
76. En el marco de mi labor, he cooperado con estas entidades de las Naciones Unidas de muy diferentes maneras. Los
representantes locales han participado a menudo en l o s
debates celebrados durante mis misiones a distintos países.
En ciertos casos, he visitado las sedes de las organizaciones
con el fin de examinar determinados temas. Como ya he
señalado anteriormente, s u s representantes formularon
exposiciones en las dos reuniones del Grupo de Trabajo,
celebradas en 1997 y 1998. En esas reuniones también participó
la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos.
77. Durante el Decenio Internacional de las Naciones Unidas
para los Impedidos y varios años después existió un mecanismo interinstitucional especial de coordinación e intercambio
de experiencias en el sistema de las Naciones Unidas. En el
marco de la reforma de los órganos subsidiarios del Comité
Administrativo de Coordinación del sistema, las reuniones
anuales oficiales se sustituyeron normalmente por mecanismos
especiales de carácter más oficioso. Un grupo central, formado
por la OIT, la UNESCO, el UNICEF y la OMS, se ha venido
reuniendo de manera extraoficial y s e ha ampliado e n l o s
últimos años. Se me ha invitado a participar en él y a s í lo he
hecho siempre que he podido.
78. En mi informe anterior a la Comisión de Desarrollo Social
indiqué que los principales organismos internacionales de
cooperación para el desarrollo no se esforzaban lo suficiente
por incorporar a sus actividades habituales las medidas sobre
discapacidad, con el riesgo consiguiente de excluir o relegar
el tema de los programas de desarrollo. En los tres últimos años
se ha iniciado un cambio alentador.
79. En marzo de 1998 participé en un seminario relativo a la
política sobre discapacidad organizado por el Departamento
de Desarrollo Humano del Banco Mundial. Alrededor de 30
funcionarios del Banco (incluido el jefe del Departamento de
Desarrollo Humano) participaron en los debates. En el seminario s e nos informó de que el Banco estaba iniciando un proceso
encaminado a elaborar una política sobre discapacidad en el
seno de la organización. Desde entonces, son numerosas las
18
nuevas iniciativas adoptadas y los representantes del Banco
Mundial han comenzado a participar más activamente en los
asuntos internacionales relacionados con la discapacidad.
80. Según un informe reciente, los documentos básicos de
las Naciones Unidas sirven de marco a las actividades del
Banco Mundial en el ámbito de la discapacidad. Para intervenir
eficazmente en e s a esfera, el Banco Mundial depende de su
asociación con otros organismos, que se fomenta mediante la
participación en las conferencias y los grupos de trabajo
pertinentes. El Banco reconoce el valor económico y social de
acrecentar la participación de los ciudadanos discapacitados
en la socie dad y cuenta con un número cada vez mayor de
proyectos en esa esfera. Se ha creado una guía de proyectos
del Banco que s e actualizará periódicamente, ya que s e espera
que el número de proyectos siga creciendo.
81. El Banco Mundial recientemente ha empre ndido una serie
de iniciativas para ampliarla incorporación de las personas con
discapacidad a su labor y para asistir a los países en la
consecución de sus propios objetivos en materia de acceso,
inclusión y lucha contra la pobreza. En el marco de los preparativos del próximo Informe sobre el Desarrollo Mundial, que
girará en torno a la pobreza, el Banco está llevando a cabo un
análisis de los vínculos entre discapacidad y pobreza en los
países en desarrollo.
82. A fin de mejorar la calidad del apoyo que presta a los
discapacitados en los países en desarrollo, el Ban c o e s t á
reuniendo información sobre prácticas acertadas en materia de
asistencia para el desarrollo. Entre las medidas que ha adoptado para ampliarla incorporación de las personas con discapacidad a su labor, cabe citar la creación de un grupo de trabajo
interno centrado en el tema de la discapacidad.
83. Por último, cabe señalar que el Banco Asiático de
Desarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo recientemente han puesto en marcha medidas encaminadas a abordar
mejor las cuestiones relacionadas con la discapacidad.
Reunión consultiva oficiosa
84. En junio de 1999 la OMS y el PNUD organizaron conjuntamente una reunión consultiva oficiosa cuyo objetivo general
fue examinar la adopción de un planteamiento de colaboración
más eficaz en materia de discapacidad, que integrara los
aspectos generales de la prevenció n y la rehabilitación y
cuestiones de derechos humanos. Participaron en la reunión
representantes de organismos de las Naciones Unidas, entre
ellos el Banco Mundial, y determinadas organiza c i o n e s n o
gubernamentales que trabajan en la esfera de la discapacidad.
Acepté la invitación de presidir la reunión.
85. Tras examinar la situación mundial, las actividades en
curso relativas a la discapacidad, los derechos, las necesidades
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y las posibilidades de acción mundial, los obstáculos y medios
actuales y las modalidades futuras de colaboración, los
participantes hicieron la siguiente evaluación de la situación:
a)
En el decenio de 1990 se hicieron grandes progres o s en los planos político y operacional, aunque la discapacidad no ha ocupado aún un lugar destacado en los programas
internacionales de desarrollo, lo que no deja de ser sorprendente habida cuenta del número amplio y creciente de personas
discapacitadas;
b)
Es necesario mejorar la información sobre la
discapacidad. Se deben elaborar y aplicar mejores metodologías y nuevos instrumentos de recopilación y análisis de
datos;
c)
También es preciso que todas las organizaciones
de las Naciones Unidas asignen mayor prioridad al tema de la
discapacidad;
d)
Si bien las Naciones Unidas y las organizaciones
no gubernamentales asociadas han prestado apoyo a actividades provechosas entre ellas actividades conjuntas entre
divers as organizaciones, sus esfuerzos siguen estando
fragmentados a nivel nacional y carecen de mecanismos de
seguimiento;
e)
Se puso de manifiesto la necesidad y el interés de
desarrollar un programa interinstitucional común en apoyo de
políticas y programas favorables a los discapacitados en el
plano nacional, con componentes y aportaciones precisos de
cada organización;
f)
Se expresó reconocimiento al sistema de coordinadores residentes de las Naciones Unidas, así como interés en
trabajar por su conducto a nivel de los países;
g)
Los participantes mostraron interés en facilitar la
colaboración interinstitucional a nivel mundial por medio de
un mecanismo apropiado, sin añadir un nuevo estrato administrativo ni menoscabar el mandato de cada organización afectada;
h)
Se debe analizar la posibilidad de crear un subcomité sobre discapacidad en el seno del Comité Administrativo de
Coordinación. Dicho subcomité podría hacer las veces de foro
interinstitucional, lo que daría a la discapacidad un lugar más
prominente y visible.
E. Cooperación con las organizaciones no
gubernamentales internacionales
86. Uno de los rasgos más característicos de la tarea de
supervisión de las Naciones Unidas es la estrecha cooperación
con las principales organizaciones no gubernamentales
internacionales que actúan en la esfera de la discapacidad,
organizaciones éstas que ya participaron directamente en la
redacción de las Normas Uniformes a principios del decenio
de 1990. En mi informe de 1997 a esta Comisión describí su
participación activa.
87. Las seis organizaciones que respondieron a la invitación
de las Naciones Unidas y formaron el grupo de expertos en
1994 han desempeñado un papel destacado en el proyecto.
Cabe mencionar, con todo, que otras organizaciones también
han apoyado activamente las Normas y las han utilizado en
sus trabajos.
88. Las seis organizaciones cuentan con una red de más de
600 filiales nacionales. Esas organizaciones nacionales han
desempeñado un importante papel en mis visitas a los países.
M e he puesto en contacto con ellas frecuentemente con
motivo de los preparativos de mis visitas. Han participado en
las deliberaciones con los gobiernos y he tratado de que
participaran en las tareas de seguimiento resultantes de mis
visitas.
89. En recientes informes remitidos a mi oficina, las seis
organizaciones me han comunicado que siguen utilizando
considerablemente las Normas Uniformes en su labor. Las
guías para los usuarios y otros materiales educativos relacionados con las Normas, que s e elaboraron durante el p r i m e r
período de supervisión, s e siguen utilizando. En este segundo
período se han organizado nuevos seminarios y conferencias
para los funcionarios y miembros de las organizaciones y
algunas de ellas han nombrado agentes especiales para
coordinar los trabajos con las Normas. Varias organizaciones
aseguran valerse de ciertos aspectos de las Normas en s u s
intentos por mejorar los servicios o el acceso.
90. Las organizaciones también informan de que prosigue
la traducción de las Normas a un mayor número de idiomas
nacionales. La Unión Mundial de Ciegos está proporcionando
a s u s org anizaciones afiliadas versiones en Braille de las
Normas en diversos idiomas y la organización “Inclusion
International” informa de la disponibilidad de las Normas en
versiones de fácil lectura en varias lenguas.
91. Por último, cabe mencionar que durante el período
comprendido entre 1997 y 1999 la “International Disability
Foundation” ejecutó un programa de promoción y acción para
la aplicación de las Normas Uniformes. El programa, concebido
con el fin de crear oportunidades para que las organizaciones
nacionales de ayuda a los discapacitados promuevan la
aplicación de las Normas, ha puesto recursos financieros y
técnicos a disposición de org anizaciones de seis países
africanos . La responsabilidad de cada programa nacional recae
en un comité directivo integrado por representantes de las
organizaciones nacionales. El Organismo Danés de Desarrollo
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Internacional (DANIDA) y la International Disability Foundation han aportado los fondos necesarios para este programa.
F. Promoción de aspectos especiales
1. Los niños con discapacidades
92. El 6 de octubre de 1997, el Comité de los Derechos del
Niño celebró un día de debate general en Ginebra. En un
esquema preparado para el acto, el Comité insistió en que a lo
largo de la historia se había negado y en muchas sociedades
se seguía todavía negando a los niños con discapacidades el
acceso a la educación, la vida familiar, la atención médica, las
oportunidades de juego y capacitación y el derecho a participar
en las actividades normales de la infancia. Pese a que sufrían
de hecho una forma de exclusión social equivalente a la
denegación de sus derechos fundamentales consagrados en
la Convención, raramente figuraba su suerte en u n l u g a r
destacado de los programas nacionales o internacionales y más
bien seguían siendo invisibles.
93. En el debate participaron varios miembros del Comité y
representantes de los organismos de las Naciones Uni d a s ,
entre ellos el Banco Mundial, y una serie de organizaciones no
gubernamentales internacionales. Se me invitó a formular una
exposición en mi calidad de Relator Especial sobre política en
materia de dis capacidad. En mi exposición establecí una
comparación entre la Convención sobre los Derechos del Niño
y las Normas Uniformes. M e referí al estatuto jurídico diferente
de los dos documentos. Hice hincapié tanto en s u s diferencias
como en su complementariedad. La Convención es una
declaración importante de principios que protege los derechos
de todos los niños, incluidos los niños con discapacidades.
Las Normas Uniformes constituyen todo un documento sobre
política en materia de discapacidad, con un grado de especificidad mucho mayor y más orientación sobre qué se debe hacer
y cómo debe hacerse. Es preciso adoptar medidas para combatir la exclusión y las condiciones desfavorables en dos esferas
fundamentales, a saber, el apoyo a la persona y la creación de
posibilidades de acceso. Subrayé además que la Convención
no apoya en términos suficientemente claros la cuestión de la
accesibilidad.
94. Por último, formulé las siguientes propuestas para
incrementar mi cooperación con el Comité en mi calidad de
Relator Especial:
a)
Examinar la adopción de medidas ulteriores
relativas a los niños con discapacidades sobre la base de un
análisis de los informes de los Estados Miembros sobre la
aplicación de la Convención;
20
b)
Lograr que las encuestas futuras sobre la aplicación de las Normas Uniformes se realicen en consulta con el
Comité de los Derechos del Niño;
c)
Cooperar para eliminar la discriminación contra los
niños con discapacidades en los programas de enseñanza
general;
d)
Cooperar para reunir información sobre prácticas
acertadas;
e)
Considerar la posibilidad de incorporar al grupo
de expertos creado como parte del mecanismo de supervisión
en relación con las Normas Uniformes.
95. En su 419ª sesión, el Comité de los Derechos del Niño
aprobó una serie de cuestiones y recome n daciones
fundamentales y entre otras cosas, abordó la cuestión de
establecer un grupo de trabajo encargado de elaborar un plan
de acción.
96. En cumplimiento de la recomendación de examinar la
posibilidad de establecer un grupo de trabajo, Disability
A wareness in Action (un proyecto de colaboración entre
varias organizaciones que s e ocupan de la discapacidad) tomó
la iniciativa de crear un grupo de trabajo encargado de seguir
examinando las múltiples cuestiones planteadas durante la
jornada de debate general. El grupo está integrado por organizaciones internacionales de personas con discapacidad (Unión
Mundial de Ciegos, Federación Mundial de Sordos, Inclusion
International y Disabled Peoples' International), organizaciones
que trabajan en pro de los derechos del niño (la Alianza
Inte rnacional para el Apoyo a la Niñez y el Centro para los
Derechos del Niño) y un miembro del Comité de los Derechos
del Niño. He aceptado ser su presidente.
97. En 1999 el grupo celebró dos reuniones. Entre las
diversas actividades examinadas, cabría mencionar las siguientes:
a)
En términos generales, el objetivo principal del
grupo de trabajo consiste en proporcionar más información y
mejores instrumentos para supervisar la situación de los niños
con discapacidades en el marco de la labor del Comité de los
Derechos del Niño;
b)
El grupo considera la posibilidad de organizar
cuatro seminarios regionales con objeto de reunir más información sobre la situación y divulgar más en esas regiones la
cuestión de los niños con discapacidades;
c)
Se dirigirá una carta a los organismos de las
Naciones Unidas para indagar sobre las políticas que han
previsto en relación con los niños con discapacidades;
d)
Se ha iniciado un debate en el grupo de trabajo en
relación con la posibilidad de redactar una declaración de
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carácter general que será examinada por el Comité de los
Derechos del Niño;
e)
Se ha planteado la cuestión de reunir ejemplos de
prácticas acertadas y el grupo buscará maneras de promover
esa actividad.
2. Aspectos relacionados con el género
98. En la Plataforma de Acción de Beijing s e hace referencia
reiteradamente a las mujeres y las niñas con discapacidades
y se formulan sugerencias al respecto. Desde 1996, representantes de la mujer en las organizaciones no gubernamentales
internacionales que s e interesan por la cuestión de la discapacidad han tomado parte todos los años en la labor complementaria sobre dicho documento, realizada por la Comisión de la
Condición Jurídica y Social de la Mujer. De resultas de ello, en
todos los informes de la Comisión hasta el presente se ha
hecho referencia a la cuestión de la mujer con discapacidad.
99. En 1997 s e organizó en Suecia un seminario para dirigentes sobre cuestiones de género con participantes de muchos
países en desarrollo. Uno de los objetivos principales del
seminario fue sensibilizar a los participantes y lograr que
aprendieran a reconocer las situaciones de discriminación.
100. En mi exposición hice un análisis de las Normas Uniformes desde una perspectiva de género, análisis que se esboza
a continuación.
101. La presentación general de las Normas parte de la
base de que las directrices y políticas sugeridas conciernen a todas las personas con discapacidad, independientemente de su raza, sexo o edad. Esa interpretación se inspira en la
tradición aplicada en la esfera de los derechos humanos.
102. Pocas veces s e hace referencia directamente a la cuestión
del género. Se la menciona en forma más general en el párrafo
15 de la introducción: “La finalidad de estas Normas es garantizar que niñas y niños, mujeres y hombres con discapacidad,
en su calidad de miembros de sus respectivas sociedades,
puedan tener los mismos derechos y obligaciones que los
demás”.
dirigidas a las mujeres con discapacidad en la educación de
adultos, la atención médica, la rehabilitación y el suministro de
recursos técnicos auxiliares.
105. Resulta muy importante combinar las disposiciones que
figuran en las Normas Uniformes y las de la Convención sobre
la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer. Es preciso aprovechar aún más esta posibilidad mediante la cooperación entre los organismos adecuados dentro de
las Naciones Unidas, los organismos especializados, las
organizaciones no gubernamentales internacionales y todas
las entidades interesadas a nivel nacional.
106. Por último, en lo que respecta a la cuestión del género,
no cabe duda de que habría sido mejor que en las Normas
Uniformes s e hubiera expuesto más claramente ese aspecto.
Sin embargo, si se aprovechan los diferentes medios que
he destacado, estoy seguro de que también podremos convertirlas en un instrumento poderoso y útil en la lucha por la
potenciación y la participación plena de las mujeres con
discapacidad en sus respectivas sociedades.
3. Personas con discapacidades psiquiátricas y de
desarrollo
107. En su resolución 35/2, la Comisión de Desarrollo Social
hizo hincapié en la necesidad de estudiar la dimensión de los
derechos humanos para las personas con discapacidades
psiquiátricas y de desarrollo. La idea de hacer especial hincapié
en la situación de esos grupos responde, por supuesto, al
hecho de que figuran entre los más desfavorecidos y marginados de la sociedad. Existen muchas semejanzas en la situación
de las personas con discapacidades psiquiátricas y de desarrollo. Con frecuencia ambos grupos han permanecido ocultos,
ya sea en las familias o en instituciones, y han sido víctimas
de actitudes negativas y prejuicios.
103. En otras part es de la introducción y el preámbulo se
menciona la perspectiva de género. En el artículo 4, sobre
Servicios de apoyo, el artículo 6, sobre Educación y el artículo
9 sobre Vida en familia e integridad personal, s e dedica especial
atención a las necesidades de las jóvenes y las mujeres con
discapacidad.
108. En mi segunda encuesta mundial sobre la aplicación de
las Normas Uniformes s e incluyó una sección sobre la protección de los derechos humanos de las personas con discapacidad. De esa investigación se extrajo la conclusión general de
que existen graves problemas en la esfera de los derechos
humanos, por ejemplo, en lo que respecta a aspectos importantes como el derecho de voto y a presentarse a elecciones, el
derecho a comparecer ante un tribunal de justicia, y el derecho
al matrimonio y la propiedad. Como es obvio, las personas más
afectadas eran aquellas con discapacidades psiquiátricas y de
desarrollo.
104. Las Normas siempre deben guardar relación con la
situación concreta de cada país. Para eso, es necesario
interpretar determinadas condiciones o circunstancias y hacer
hincapié o centrarse en ellas. Por ejemplo, suele ser necesario
hacer hincapié en la necesidad de incluir medidas especiales
109. Sin embargo, también existen diferencias en la labor en
defensa de los derechos de estos dos grupos. En lo que
respecta a las discapacidades de desarrollo, existe una sólida
y bien desarrollada organización mundial, a saber, Inclusion
International, que promueve eficazmente los derechos de las
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personas con discapacidades de desarrollo y ejecuta muchos
proyectos en todo el mundo para mejorar la situación de esas
personas tanto en los países en desarrollo como en los países
en transición. Existen programas para movilizar a las familias
en el marco de los llamados grupos de acción de padres. Se
utiliza la rehabilitación a nivel de la comunidad para fomentar
el apoyo a las familias con objeto de que puedan mantener en
sus hogares a los hijos con discapacidades de desarrollo. En
muchos países se plantea la necesidad de mejorar la situación
de las personas con discapacidades de desarrollo que viven
en grandes instituciones. Una manera de lograrlo es fomentar
el apoyo a las familias como alternativa a la internación en esas
instituciones. Otra opción es mejorar las condiciones de vida
materiales y sociales de las personas que viven en esas
instituciones.
110. Durante este segundo período de supervis i ó n h e
participado de diversas maneras en debates sobre la situación
de las personas con discapacidades de desarrollo. Se me ha
invitado a participar en conferencias celebradas por Inclusion
International y he trabajado con sus representantes en una
serie de países, con frecuencia en seminarios con los gobiernos
y las organizaciones nacionales.
111. Ha resultado mucho más difícil hallar foros para examinar
las cues tiones relativas a las personas con discapacidades
psiquiátricas. Tras la reunión del Grupo celebrada en mayo de
1998, analicé con representantes de la Federación Mundial de
Usuarios de Servicios Psiquiátricos la manera de concentrar
más mi labor en los derechos de esas personas. Determinamos
dos oportunidades importantes, ambas programadas para
septiembre de 1999. Una de ellas fue una conferencia celebrada
en Chennai (India), que constituyó una de las primeras iniciativas internacionales en que se examinó a la luz de las Normas
Uniformes la situación de las personas con discapacidades
derivadas de enfermedades mentales. La otra fue el Congreso
de la Federación Mundial de Salud Mental, en el qu e fue
posible reunir a un grupo de usuarios para examinar la manera
de crear una organización mundial de usuarios de servicios
psiquiátricos.
112. En mi exposición ante la Conferencia de Chennai me referí
a la contribución que podía hacer la comunidad internacional,
en forma de directrices, para mejorar las condiciones de vida
de las personas con discapacidades psiquiá tricas. En los
Principios para la protección de los enfermos mentales y para
el mejoramiento de la atención de la salud mental, que figuran
en el anexo de la resolución 46/119 de la Asamblea General, de
17 de diciembre de 1991, se ofrecen directrices claras sobre la
protección de las libertades fundamentales y los de r e c h o s
básicos de los enfermos mentales. También s e ofrecen directrices concretas para el establecimiento de instituciones psiquiátricas y la atención de la salud mental, aunque algunos usua22
rios no están de acuerdo con las recomendaciones relativas al
tratamiento involuntario y la reclusión.
113. En lo que respecta a las medidas encaminadas a lograr
la participación activa de las personas con discapacidades
psiquiátricas en s u s respectivas sociedades, el documento no
ofrece ninguna orientación concreta. Por consiguiente, parece
ser necesario basar nuestra labor en favor de e s e grupo tanto
en esos principios como en las Normas Uniformes.
114. En las Normas Uniformes todas las recomendaciones y
directrices son válidas para todos los grupos de personas con
discapacidad. Ello queda bien claro en el concepto de discapacidad que en ellas s e aplica. En el párrafo 17 de la Introducción
s e expresa lo siguiente: “Con la palabra ‘discapacid ad’ s e
resume un gran número de diferentes limitaciones funcionales
que s e registran en las poblaciones de todos los países del
mundo. La discapacidad puede revestir la forma de una
deficiencia física, intelectual o sensorial, una dolencia que
requiera atención médica o una enfermedad mental. Tales
deficiencias, dolencias o enfermedades pueden ser de carácter
permanente o transitorio”.
115. Obviamente las recomendaciones y directrices de las
Normas Uniformes son más concretas en relación con otros
grupos que con los enfermos mentales. De hecho, muy pocas
veces s e hace referencia directamente a las personas con
discapacidad mental.
116. En el Congreso de la Federación Mundial de Salud
Mental celebrado en Chile en septiembre de 1999,
varios usuarios s e reunieron con el propósito de elaborar
un plan de acción para crear una organización mundial
que tuviera una representación más vigorosa que la
actual.Conforme a e s e plan, s e han realizado preparativos para
movilizar a usuarios y sobrevivientes de todas
partes del mundo . Se prevé celebrar la reunión constituyente de esa nueva organización mundial en diciembre
del 2001.
III. Observaciones y conclusiones
A. El documento de las Normas Uniformes
117. No cabe duda de que en el decenio de 1990 se ha
avanzado más en materia de formulación de políticas y
legislación que en decenios anteriores. También es evidente
que los progresos registrados en los últimos 10 años están
claramente vinculados al Año Internacional de los Impedidos
(1981), el Programa de Acción Mundial (1982) y el pro c e s o
político iniciado a la sazón. Un número considerable de países
de todo el mundo han promulgado nuevas leyes y formulado
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políticas nacionales en consonancia con las directrices internacionales. Las Normas Uniformes han desempeñado una
importante función en ese proceso. Sobre todo, han definido
claramente la función del Estado en la aplicación de las
medidas orientadas a lograr la participación plena y la igualdad
de oportunidades, han fortalecido los aspectos relativos a los
derechos humanos y han proporcionado un mecanismo de
supervisión activa dentro del sistema de las Naciones Unidas.
118. El documento de las Normas Uniformes tiene muchos
aspectos valiosos. Es un docu mento conciso que presenta
en forma concentrada un conjunto de directrices en
varias esferas. Esas directrices s e han aplicado en muchos
países de muy diversas formas. El hecho de que las
recomendaciones se formulen de manera general ha permitido
su aplicación a nivel nacional y su ajuste a las circunstancias
regionales y locales.
119. Sin embargo, el documento tiene ciertas deficiencias. No
s e han tratado lo suficiente algunos aspectos de la política
sobre discapacidad, por ejemplo, en lo tocante a los niños con
discapacidades, la cuestión del género y determinados grupos,
principalmente las personas con discapacidades psiquiátricas
y de desarrollo. Se ha señalado que en las Normas no figura
una estrategia para el mejoramiento de las condiciones de vida
de los discapacitados en regiones de extrema pobreza. También
s e ha omitido la cuestión de los discapacitados en condiciones
de refugiados o situaciones de emergencia. Como señalé en mi
informe anterior a la Comisión de Desarrollo Social (A/52/56),
no s e ha hecho referencia alguna al ámbito de la vivienda. Entre
otras cosas, ello significa que no existe ninguna orientación
con respecto a la gestión de las instituciones, en que un
gran número de personas con discapacidades todavía pasan su
vida entera en condiciones lamentables. Quizás también
deberían reflejarse más claramente los importantes acontecimientos registrados en materia de derechos humanos en el
decenio de 1990. (Véanse los párrafos 157 a 160 infra.)
120. Uno de los elementos más destacados de las Normas
Uniformes es el mecanismo de supervisión. El alcance
de e s a función, que s e expone en la sección IV del documento,
es muy amplio y podría motivar la movilización de importantes
recursos de ejecución. De hecho, los recursos disponibles han
sido limitados, aunque cabe destacar que los fondos recibidos
para e s e proyecto por canales extrapresupuestarios han sido
superiores a los destinados a la mayoría de los demás proyectos en la esfera del desarrollo social. Atendiendo a la manera
en que se expone la finalidad de la supervisión, ha de hacerse
hincapié en la promoción, la asistencia y la evaluación. Dentro
de los límites de los recursos disponibles, he tratado de incluir
actividades en todas esas esferas.
B. Función del Relator Especial
121. En mi calidad de Relator Especial, he realizado varias
funciones diferentes. He presentado las Normas Uniformes en
numerosas conferencias y s eminarios internacionales y
nacionales. En esas ocasiones, he explicado los antecedentes
de las Normas y su relación con otro s documentos de las
Naciones Unidas. Una importante tarea durante las visitas a
los países ha sido ayudar a interpretar el significado de las
Normas y a determinar las aplicaciones pertinentes en situaciones concretas. En algunos casos los gobiernos han solicitado
asesoramiento sobre cómo proceder en determinados sectores.
En otros, nuestros debates han versado sobre las prioridades.
122. Muchas personas con las que he trabajado me han dicho
que una importante función de mi labor ha sido s ervir de
agente catalítico. He propiciado el encuentro entre los gobiernos y otras partes interesadas para examinar cuestiones d e
interés común, he contribuido a que los gobiernos incluyan
la cuestión de la discapacidad en sus programas y en ocasiones he propiciado el diálogo entre las organizaciones interesadas.
123. La divulgación de mis visitas en los medios de información ha sido de diversa índole. En algunos casos, mis visitas
han atraído atención considerable, mientras que en otros s e ha
dicho o escrito muy poco.
124. Evidentemente, el hecho de que sea un discapacitado
con experiencia como parlamentario y ministro de gobierno ha
sido un importante antecedente, sobre todo en mis contactos
con representantes de los gobiernos.
125. Dada la brevedad de mis visitas, siempre ha sido importante indicar claramente la manera en que deberá darse seguimiento a los acuerdos o nuevas ideas. En la mayoría de los
casos, eso ha estado a cargo de los diferentes agentes en los
países. En algunos casos he enviado recordatorios en los que
se resume lo acordado y se señala lo que debería hacerse. En
ciertos casos, esos recordatorios s e han convertido en instrumentos de ejecución a corto plazo.
126. Como ya mencioné, he evaluado el nivel de aplicación
de las Normas en los Estados Miembros mediante la distribución de cuestionarios a los gobiernos y las organizaciones no
gubernamentales nacionales. Esas encuestas de supervisión
se han concentrado en un grupo de Normas. De ese modo, se
ha estudiado el fundamento de 10 de las 22 Normas. La primera
encuesta consistió en unas cuantas preguntas de carácter
general sobre cómo los gobiernos habían recibido las Normas
Uniformes. Treinta y ocho gobiernos respondieron. En la
segunda y la tercera encuestas, el número de gobiernos que
respondieron fue relativamente superior (83 y 104). A s í hemos
reunido un volumen bastante considerable de información que
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he podido utilizar en mi trabajo y que también se encuentra a
disposición de los organismos de las Naciones Unidas y demás
interesados. El hecho de que las organizaciones no gubernamentales nacionales hayan respondido también a las encuestas
(165 en la segunda y 115 en la tercera) ha aportado un nuevo
elemento. Indudablemente, las organizaciones y los gobiernos
no suelen evaluar la situación de la misma manera. Ello podría
servir de base para nuevos debates a nivel nacional.
C. La contribución de las organizaciones
no gubernamentales
127. Una de las grandes ventajas del mecanismo de supervisión es la cooperación estrecha que s e es tablece con las
principales organizaciones internacionales en la esfera de las
discapacidades, lo cual ha sido importante en dos aspectos
distintos. El grupo de expertos establecido por esas organizaciones ha desempeñado un papel consultivo activo en apoyo
de mi labor. Las organizaciones que apoyan el grupo también
proporcionan una red internacional amplia que cuenta con más
de 600 afiliados nacionales de unos 160 Estados Miembros de
las Naciones Unidas. Tengo la impresión de que esta forma de
cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones
no gubernamentales es única y podría servir de modelo para
otras esferas. Sobre todo, es importante velar por que esa
forma de cooperación siga formando parte de un mecanismo
de supervisión en el futuro.
128. Las organizaciones del grupo han publicado material
informativo y directrices para facilitar a los miembros nacionales la utilización de las Normas. Se han organizado varios
talleres y seminarios de capacitación a nivel regional, algunos
financiados conjuntamente con el Fondo de Contribuciones
Voluntarias de las Naciones Unidas para Problemas de Discapacidad. Las Normas Uniformes y su aplicación ha seguido
formando parte del programa de los congresos internacionales
organizados por las organizaciones del grupo.
129. En los diversos países que visité, celebré reuniones con
los representantes de las organizaciones para recabar su
opinión sobre la situación. Dichos representantes participaron
también en muchas de mis deliberaciones con los gobiernos.
Lograr que las organizaciones que representan los intereses
de las personas con discapacidad participen y se mantengan
informadas es la mejor garantía de que las cuestiones relacionadas con las discapacidades s e mantienen en los programas
nacionales y de que los acuerdos y nuevas ideas reciben
seguimiento.
D. Respuesta de los Estados Miembros
24
130. ¿Cómo han respondido los Estados Miembros a las
Normas Uniformes y a nuestras medidas de supervisión? M i
impresión general es que los expertos en cuestiones de
discapacidad de la mayoría de las administraciones de todo el
mundo conocen muy bien las Normas, las cuales s e utilizan en
muchos países. Se utilizan para crear nueva legislación, como
base de los planes de acción, y en ocasiones como mecanismo
para evaluar la situación. Se han organizado conferencias y
seminarios de formación para introducir el contenido de las
Normas y debatir su aplicación en determinadas esferas.
131. En mis deliberaciones con los gobiernos se plantearon
numerosas cuestiones distintas. En algunas ocasiones, los
gobiernos pueden haber previsto la formulación de una nueva
política sobre discapacidad, pero en la mayoría de los casos,
buscaban una estrategia para aplicar una nueva política o ley.
A menudo los gobiernos quisieron conocer la forma en que
otros países utilizaron las Normas Uniformes o cómo resolvieron un problema determinado. Una cuestión que parece
plantearse con frecuencia es la de la atribución de responsabilidades, que surge cuando un gobierno ha adoptado el principio
de inclusión o integración. En esos casos, el ministerio que s e
encarga de la aplicación de dicha política choca con otros
ministerios e instituciones públicas que son reacias a aceptar
que los problemas relativos a la discapacidad son responsabilidad de ellos. La noción de que la discapacidad es un problema
que atañe únicamente a los especialistas en la materia está
profundamente arraigada en todo el mundo. Otras cuestiones
importantes que han formado la base de nuestro diálogo son
las cuestiones de cooperación y coordinación, el paso de un
sistema anticuado a la aplicación de principios modernos, la
forma de modificar comportamientos de la población en general
hostiles al problema de la discapacidad, la desinstitucionalización y cuestiones como la accesibilidad y la educación.
132. La respuesta de los Estados Miembros a nuestras
actividades de supervisión también se puede medir por la
información que s e ha proporcionado a nuestros estudios
mundiales. Más de 100 gobiernos facilitaron información sobre
una serie de aspectos relativos a la aplicación. La extensa
información recibida se puede utilizar para varias medidas
complementarias. Una de las esferas contempla d a s e n e l
segundo estudio mundial es la de los graves problemas
relacionados con los derechos humanos. La información
acumulada a e s e re specto también ha permitido describir
algunos fenómenos a nivel mundial, como el establecimiento
de estructuras de cooperación entre los gobiernos y las
organizaciones no gubernamentales nacionale s, los graves
problemas comunes en la falta de acceso a la educación y el
hecho de que las medidas relacionadas con la discapacidad
apenas s e incluyan en los programas generales de cooperación
para el desarrollo. Todos los gobiernos que respondieron a
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nuestros cuestionarios han hecho considerables esfuerzos
para facilitar información sobre una serie de esferas. Naturalmente, e s e hecho también ha traído consigo que las administraciones y los gobiernos cobren conciencia sobre la cuestión.
Desgraciadamente, hay una serie de países, en la mayoría de
los casos países pequeños y pobres, de los que no tenemos
información, a los que no he sido invitado y que no han
respondido a ninguno de nuestros estudios. Probablemente,
el motivo principal para no participar en nuestro ejercicio de
supervisión sea el de la falta de recursos o de conocimiento
sobre cuestiones relacionadas con la discapacidad. El hecho
de que el Relator Especial sólo visite los países a los que haya
sido invitado también ha sido un factor limitador en ese
contexto.
E. Resultados del tercer estudio
133. Los resultados presentados en e s e estudio deben
considerarse partiendo de la base de que 77 de los 104 Estados
Miembros que respondieron son países en desarrollo, según
una clasificación realizada con arreglo a criterios socioeconómicos. Desde e s a perspectiva, una proporción increíblemente
elevada de gobiernos señalaron que cuentan con servicios de
atención médica (99 países de los 104 que respondieron), y de
rehabilitación (73 de 102) y que facilitan equipo y recursos
auxiliares (87 de 96) destinados a las personas con discapacidad. Los resultados son alentadores.
134. El hecho de que existan servicios en un país y de que
haya participación pública significa que se ha establecido un
programa de ese tipo, que la competencia en e s a esfera puede
crecer a nivel nacional y que, por consiguiente, s e han sentado
las bases para un desarrollo ulterior. No obstante, cabe señalar
que, a pesar de las respuestas afirmativas, puede haber
distintas situaciones. Tanto los países con cobertura completa
de las necesidades como los países en que s e haya establecido
un centro nacional que atienda el 1% o el 2% de las necesidades reales se incluyen entre las respuestas afirmativas sobre
la existencia de un programa nacional.
135. Es de esperar que en el informe completo preparado por
la OMS s e haga un análisis lo más profundo posible, especialmente dado que la OMS estará en posición de tener en cuenta
las respuestas recibidas tanto de los gobiernos como de las
organizaciones no gubernamentales nacionales.
136. Un estudio complementario sobre la disponibilidad de
servicios en una serie de países s eleccionados aumentaría
nuestro conocimiento de la situación.
137. Resulta interesante observar que en muchos países
existen servicios de rehabilitación basados en la comunidad
y otras formas de servicios descentralizados.
138. Por lo que se refiere a los servicios que facilitan equipo
y recursos auxiliares a las personas con discapacidad, resulta
alentador observar que la mayoría de países prestan servicios
a numerosos grupos definidos.
139. Las personas con discapacidad, s u s familias y s u s
organizaciones están sin duda involucrados en diversos
aspectos de la prestación de servicios en una serie de países,
incluso si las frecuencias indicadas son muy inferiores a las
de la existencia de servicios.
140. Finalmente, dado que el derecho a que las personas con
discapacidad y s u s organizaciones participen y ejerzan su
influencia es una cuestión prioritaria en las Normas Uniformes,
más gobiernos deberían tomar medidas para reforzar y garantizar dicha influencia.
F. Legislación
141. Tanto la adopción de las Normas Uniformes como los
logros alcanzados en la esfera de los derechos humanos han
aumentado la presión para modernizar la legislació n . U n
número considerable de países han elaborado legislación
relativa a las personas con discapacidad. Algunos han incluido
la discapacidad en una cláusula en contra de la discriminación
de su constitución introducida, en la mayoría de los casos, con
ocasión de la revisión de sus constituciones. En la gran
mayoría de los casos, los países han optado por elaborar leyes
especiales sobre la discapacidad sin limitarse a incluir cuestiones relativas a la discapacidad en la legislación general. En las
leyes nuevas varía considerablemente tanto la forma como los
temas contemplados. También hay grandes divergencias en
la esfera de los mecanismos de ejecución. Una cuestión común
es la definición del grupo o grupos de personas contempladas
en las diversas disposiciones de la ley. La primera iniciativa
para analizar el desarrollo jurídico que se produjo a nivel
mundial en el decenio de 1990 fue la reunión internacional de
expertos sobre normas y principios internacionales relacionados con la discapacidad que se celebró en Berkeley del 8 al 12
de diciembre de 1998. En el informe de e s a reunión se incluye
una serie de recomendaciones y sugerencias valiosas relativas
tanto a la formulación de legislación nacional como a la
cooperación internacional. La iniciativa para compilar la
legislación nacional con el fin de crear una biblioteca de
normas y principios internacionales adoptada por el programa
sobre discapacidad de la Secretaría de las Naciones Unidas es
muy loable.
G. Desarrollo de los derechos humanos
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142. Como señalé en los párrafos 63 a 70 supra s e han
alcanzado importantes logros en la esfera de los derechos
humanos y la discapacidad. La esencia de dicho avance es el
reconocimiento de que la discapacidad y los problemas
relacionados con la discapacidad atañen al sistema de supervisión de los derechos humanos de las Naciones Unidas. Se trata
del avance más importante en la causa de las personas con
discapacidad que se ha producido en los últimos años. Para
aprovechar al máximo dicha oportunidad, el desafío se centra
ahora en desarrollar conciencia y competencia para desarrollar
e s a nueva tarea dentro del sistema de supervisión de las
Naciones Unidas, en las administraciones públicas y en las
organizaciones no gubernamentales. Que yo sepa, s e han
producido pocos avances desde que la Comisión de Derechos
Humanos aprobara la resolución 1998/31. Por consiguiente, aún
hay una necesidad urgente de tomar medidas de seguimiento
en esa esfera.
H. Los niños con discapacidad
143. Durante este segundo período de supervisión s e han
producido algunos acontecimientos positivos. En el día de
debate organizado en octubre de 1997 por el Comité de los
Derechos del Niño se logró adquirir un mayor conocimiento
de las muchas dimensiones de esa cuestión, lo que animó al
Comité a formular una serie de recomendaciones para adoptar
más medidas. El grupo de trabajo establecido en 1999 por las
organizaciones no gubernamentales en las esferas de la
discapacidad y los derechos del niño con el fin de hacer un
seguimiento de algunas de esas recomendaciones proporcionará con toda probabilidad información y conocimientos valiosos
al respecto.
144. Muchos organismos de las Naciones Unidas, en particular el UNICEF, la UNESCO, la OMS y la OIT, tienen programas
relativos a los niños con discapacidad. Es importante que esos
esfuerzos estén bien coordinados y que los organismos s e
aseguren de que s e mantiene un criterio común y que no s e ha
dejado fuera ningún aspecto importante.
145. Cabe señalar que las organizaciones no gubernamentales
que s e ocupan de los problemas relacionados con la discapacidad s e interesan cada vez más por la situación de los niños con
discapacidad. No obstante, es necesario que dicho interés siga
aumentando. El Grupo de Trabajo recién creado podría contribuir a ello.
I. Aspectos relacionados con el género
26
146. Es importante que las cuestiones de género relacionadas
con la discapacidad s e consideren, en la medida de lo posible,
como parte natural del análisis del género en las distintas
esferas. Resulta alentador que la Comisión de la Condición
Jurídica y Social de la Mujer lleve incluyendo desde 1997 los
aspectos relacionados con la discapacidad en la labor que
realiza en distintas esferas.
147. No obstante, aún queda mucho por hacer para mejorar
las condiciones de vida de niñas y mujeres con discapacidad.
En gran medida, la tarea se centra ahora en aumentar la conciencia y el conocimiento acerca de los problemas específicos
y la discriminación a que se enfrentan las mujeres y las niñas
con discapacidad. La información sobre tales problemas y la
capacidad para solucionarlos deben formar parte de los
programas relacionados tanto con el género como con la
discapacidad.
148. Algunos de los organismos de las Naciones Unidas
han empezado a trabajar en esa esfera y tienen un importante
papel que desempeñar en la promoción de esas cuestiones a
nivel mundial. Las organizaciones internacionales que se
ocupan de las cuestiones relacionadas con la discapacidad y
s u s afiliados nacionales tienen un importante papel que
desempeñar tanto en la concienciación de sus propios miembros como en la consolidación del apoyo internacional para
la lucha por mejorar las condiciones de las mujeres y las niñas
con discapacidad. Aún queda mucho por hacer en esas
esferas.
J. Personas con discapacidad psiquiátrica
y del desarrollo
149. Estos dos grupos se cuentan entre los más marginadas
de la sociedad. En la mayoría de las comunidades tanto ellos
como s u s familiares s e enfrentan a prejuicios y comportamientos hostiles. Su existencia debe ser reconocida en todos los
países y deben darse a conocer sus necesidades. “Inclusión
Internacional” está contribuyendo de forma considerable a
movilizar a profesionales y padres de personas con discapacidad del desarrollo en la lucha por crear mejores condiciones.
Es necesario apoyar tales acciones para que puedan mantenerse y reforzarse.
150. En el caso de las personas con discapacidad psiquiátrica,
no hay ninguna organización mundial que represente nada más
que s u s intereses. Una de las necesidades más urgentes es
apoyar los intentos que hacen pequeños grupos de usuarios
de servicios psiquiátricos de muchos países para organizarse
y crear una voz propia. El plan de convertir la Federación
Mundial de Supervivientes y Usuarios de Servicios Psiquiátri-
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cos en una organización mundial fuerte y representativa debe
contar con apoyo y reconocimiento.
en la actualidad entre el sistema de las Naciones Unidas y las
organizaciones no gubernamentales internacionales?
151. Para ambos grupos la cuestión de la gestión de las
grandes instituciones en muchos países resulta crucial. Para
ello es necesario tener en cuenta tanto la forma de mejorar las
condiciones de vida de los que ya viven en instituciones como
las medidas que deben adoptarse para evitar la institucionalización en el futuro. Por consiguiente, es igualmente necesario
desarrollar servicios y programas de apoyo que permitan a
esos dos grupos de pers onas vivir en la sociedad con una
discapacidad psiquiátrica o del desarrollo. Por lo que he podido
averiguar, las Naciones Unidas y sus organismos no han
adoptado una política en esa esfera importante.
155. Cuando s e considere la supervisión de las Normas
Uniformes en el futuro es necesario tener en cuenta los logros
alcanzado s. He debatido esas cuestiones con el grupo de
expertos y he recibido una serie de valiosas respu e s t a s e n
relación a una carta sobre las opciones para el futuro que envié
a principios de 1999.
152. En el documento de las Naciones Unidas titulado
“Principios para la protección de los enfermos mentales y para
el mejoramiento de la atención de la salud mental” se ofrecen
directrices claras y progresivas para el tratamiento y la atención
de los enfermos mentales. Sería interesante estudiar hasta
dónde han llegado los Estados Miembros en la aplicación de
esas directrices. Que yo sepa, no s e ha hecho ningún estudio
de seguimiento desde que se aprobara la resolución.
K. Participación de las Naciones Unidas
en el futuro
153. M i mandato como Relator Especial finaliza en agosto de
2000. Por consiguiente, la Comisión de Desarrollo Social ha de
considerar en su 38/ período de sesiones si debe continuar el
ejercicio de supervisión y, en caso afirmativo, de qué forma.
Desde que s e aprobaron las Normas Uniformes s e han alcanzado importantes logros. Muchos más gobiernos s e han dedicado a elaborar políticas y crear estructuras nacionales para
planificar y coordinar las cuestiones relativas a la discapacidad.
Además, la discapacidad será una cuestión mucho más
destacada en la esfera de los derechos humanos. Se ha establecido una estructura de cooperación entre el sistema de las
Naciones Unidas y las organizaciones no gube rnamentales
internacionales en la esfera de la discapacidad. Las Normas
Uniformes han demostrado ser un mecanismo útil para el
desarrollo de políticas y legislación nacionales.
154. Este nuevo avance también ha dado como resultado una
mayor concienciación y nuevos desafíos ¿Cómo se puede
aprovechar la nueva situación en la esfera de los derechos
humanos? ¿Qué se debería hacer con las deficiencias del
documento de las Normas Uniformes? ¿Qué medidas habría
que adoptar para mejorar la situación de las personas con
discapacidad psiquiátrica o del desarrollo? ¿Cómo se podría
mantener y desarrollar en el futuro la cooperación establecida
1. Mejoramiento de los documentos de las Naciones
Unidas relativos a la discapacidad
156. Las Normas Uniformes s e utilizan en muchos países.
También sabemos que el documento contiene deficiencias y
omisiones que necesitan corregirse. En los párrafos 157 a 160
del presente informe he indicado algunas de ellas. La Comisión
de Desarrollo Social debería considerar la forma de complementar y desarrollar las Normas con el fin de incluir esferas nuevas
o no contempladas en la esfera de la discapacidad.
157. Hace diez años, la Asamblea General de las Naciones
Unidas rechazó las propuestas para elaborar una convención
sobre los derechos de las personas con discapacidad. El
movimiento internacional de personas con discapacidad nunca
aceptó plenamente los motivos que llevaron a adoptar esa
decisión. Muchos no ven la diferencia en principio entre una
convención especial sobre la materia y otras esferas en que ya
existen convenciones. Dado que s e ha avanzado considerablemente en las políticas y leyes nacionales de todo el mundo en
los diez últimos años, es posible que haya más países que
aceptarían en la actualidad la elaboración de una convención.
No obstante, la cuestión es saber si el número de gobiernos
que la apoyarían sería suficiente para que la elaboración de una
convención tuviera realmente sentido.
158. Una cuestión fundamental en e s e contexto es el nivel de
especificación que debería elegirse en una convención. Una
idea sería desarrollar las Normas Uniformes y elaborar una
convención como principio que s e vincularía con las Normas.
159. Los logros alcanzados en la esfera de los derechos
humanos exigen nuevas iniciativas. Una opción, que en mi
opinión debería considerar la Comisión de Derechos Humanos,
es elaborar protocolos especiales o comentarios sobre los
distintos aspectos de los derechos humanos relativos a las
personas con discapacidad. El propósito sería mejorar las
normas de supervisión y, al menos con carácter temporal, sería
una alternativa a la elaboración de una convención especial.
2. Opciones para la supervisión
160. El mecanismo especial de supervisión, que s e estableció
para supervisar la aplicación de las Normas Uniformes, incluye
la promoción de las Normas, la asistencia a los Estados
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Miembros y la evaluación de la situación. Mi experiencia es
que se trata de una combinación de tareas muy útil. Por
consiguiente, no sería adecuado reducir la supervisión a una
función más pasiva de limitarse a observar lo que ocurre. En
función de mi experiencia, apoyo la continuación de un
mecanismo de supervisión con las mismas funciones básicas.
161. Por lo que puedo entender, hay dos opciones principales
para que continúe la supervisió n. La primera es integrar la
función en la Secretaría y la otra continuar de la misma manera
que antes. La es tructura actual, con un grupo de expertos
designado por organizaciones internacionales que se encargan
de cuestiones relacionadas con la discapacidad, debería
mantenerse en relación con cualquiera de esas opciones. Una
tercera posibilidad, que parece interesante pero que exige
demasiados recursos, sería añadir una función amplia de
relatores regionales que harían la mayoría de los viajes.
162. Para que la supervisión tenga sentido y sea eficaz es
necesario contar con recursos económicos suficientes. Sería
una ventaja que los fondos se asignaran por conducto de las
fuentes habituales. De lo contrario, deberán añadirse recursos
extrapresupuestarios.
163. Co mo mencioné en la sección relativa a los derechos
humanos, he sido invitado a compartir mi experiencia con la
Comisión de Derechos Humanos. A ese respecto, se ha
sugerido que s e considere la posibilidad de crear una función
que sirva tanto a la Comisión de Derechos Humanos como a
la Comisión de Desarrollo Social. No sé si es técnicamente
posible o s i ha ocurrido en el pasado. Considero la posibilidad
interesante como expresión de la necesidad de tener un criterio
global y crear una estrecha cooperación entre las distintas
entidades de las Naciones Unidas que se ocupan de la misma
esfera. Lo más importante en e s e contexto es, sin embargo, que
s e establezcan mecanismos para que a partir de ahora se
puedan supervisar las cuestiones relativas a la discapacidad
t anto desde la perspectiva de los derechos humanos como
desde la perspectiva del desarrollo social.
3. Mejoramiento de la coordinación dentro del sistema
de las Naciones Unidas
164. Ha quedado claramente ilustrado, tanto en el informe que
presentó el Secretario General en el quincuagésimo cuarto
período de sesiones de la Asamblea General c o m o e n e l
presente informe, que mucho s organismos de las Naciones
Unidas tienen programas amplios en la esfera de la discapacidad. Es necesario mejorar la coordinación entre esos organismos tanto a nivel nacional como internacional. He planteado
dicha cuestión en mis informes anteriores y sugiero que s e
restablezca de forma permanente el mecanismo interinstitucional oficial que existió durante el Decenio de las Naciones
28
Unidas para los Impedidos (1983–1992). A medida que más
agentes s e incorporan a la esfera de la discapa cidad y s e
realizan más actividades hay más necesidad de coordinar mejor
los esfuerzos, intercambiar experiencias y compartir información. A falta de una iniciativa para una solución permanente,
los organismos celebran consultas oficiosas todos los años.
En la reunión de organismos y organizaciones no gubernamentales que s e celebró en junio de 1999 s e declaró que era
necesario facilitar la colaboración interinstitucio n al a nivel
mundial, por medio de un mecanismo adecuado, sin añadir otro
escalón administrativo ni obstaculizar el mandato de las
organizaciones correspondientes. En dicha reunión también
s e sugirió la posibilidad de crear un subcomité sobre la
discapacidad dentro del Comité Administrativo de Coordinación, que s e encargaría de crear un perfil más visible y destacado de las cuestiones relativas a la discapacidad.
4. Campañas de concienciación
165. En el debate sobre las posibilidades para el futuro, se
sugirió la organización de un segundo Año Internacional y un
segundo Decenio de las Personas con Discapacidad. En e s e
contexto, se sugirió la posibilidad de recurrir a las comisiones
regionales de las Naciones Unidas y otros organismos intergubernamentales regionales para tales iniciativas. Un buen
ejemplo de lo que s e puede lograr en e s e sentido es el Decenio
para los Impedidos (1993–2002) organizado por la Comisión
Económica y Social para Asia y el Pacífico. También hay
propuestas para organizar decenios regionales en África y
Europa. En la región de América, la Organización de los
Estados Americanos aprobó recientemente una Convención
sobre los derechos de las personas con discapacidad. Se
espera que vaya seguida de medidas de aplicación a nivel
regional.
166. Si se tienen en cuenta todas esas iniciativas regionales,
creo que no hay motivo para poner en marcha ninguna campaña a nivel mundial. Las Naciones Unidas deberían centrarse
en prestar apoyo a las iniciativas regionales de todas las
formas posible s y tomar medidas para coordinar y crear
oportunidades para el intercambio de información.
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