INTRODUCCIÓN Este año se celebra el Año Internacional de la Química y nos ha parecido oportuno inaugurar nuestro PASEO POR LA CIENCIA con canciones que, como no, son de amor…pero de amor a la ciencia. CANCIÓN DEL HIDRÓGENO Hace algún tiempo, una amiga, me enseñó una canción de escuela, de una escuela lejana para nuestros jóvenes, pero que sigue en la memoria de muchos de nosotros que aprendimos en ella. Eran unos tiempos, años 50 del siglo XX, en los que los pupitres eran de madera encerada, escribíamos en pizarras pequeñas con un pizarrín, y todos llevábamos nuestro BABI. En aquellos tiempos se abusaba de la memorización de los contenidos y los alumnos aprendíamos listas interminables de cosas inservibles. No todo era así por supuesto. Esta canción, aprendida por mi amiga y sus hermanas hace más de 60 años, corresponde a esa “Química descriptiva “ que se enseñaba a los alumnos de entonces . ¿Por qué hablar del Hidrogeno?. Los átomos de hidrogeno se formaron en los primeros momentos de la creación de nuestro Universo, y como yo les digo a mis alumnos: “es lo menos que se despacha en átomo”. Está formado por un solo protón en su núcleo y un electrón. Es el tipo de átomo más abundante, con diferencia, en nuestro Universo y a partir de él se forman, en las estrellas, el resto de los tipos de átomos que existen y de los que está formado todo y Todos nosotros. Dedicarle una canción para memorizar sus propiedades estaba justificado. Hoy en día tenemos muchas esperanzas puestas en el Hidrógeno para que nos proporcione la energía que necesitamos en nuestra complicada sociedad de consumo. Las famosas pilas de combustible para los coches eléctricos son una realidad. Se sigue investigando en la Fusión del hidrógeno que nos proporcionará ingentes cantidades de energía limpia. Volviendo atrás, me gustaría recordar que en aquella escuela también existían unos lemas: “la letra con sangre entra”, de muy triste recuerdo o “aprender cantando”. Si el primero no daba ningún resultado bueno, el segundo si. La prueba de ello es que esta canción ha perdurado en el recuerdo de mis amigas hasta hoy. Quizás a los espectadores mayores les pase como a mi, al escucharla me parece oler a pupitre de madera, a pizarrín y a babi, y me sabe a juego de patio y canción de corro. LA TRISTEZA DEL ELECTRÓN Esta canción llegó también hasta mi de la mano de un amigo, esta vez compañero de centro y más joven que yo, por eso la canción es ya del siglo XXI. Si en los años 50 del siglo pasado se hablaba poco del electrón en la escuela, hoy es una estrella de las aulas y del mundo mundial. ¿Quién no ha oído hablar de él?....,Que levante la mano. El electrón, partícula fundamental de la materia que se encuentra en el interior de los átomos fue descubierto por J.J Thomson en el año 1897. Fue el primer corpúsculo encontrado con masa y carga eléctrica, las dos propiedades primordiales de la materia, con él se abrieron las puertas para conocer “los átomos y sus misterios”. En 1918, Rutherford descubrió el protón, su seguro compañero dentro de los átomos y casi 2000 veces más pesado que él y con carga eléctrica positiva, lo que los condena a una mutua y eterna atracción. En 1932, Chadwick , confirmó la existencia de otra partícula subatómica: el neutrón. Este tiene masa pero no carga y completa “el equipamiento básico” de un átomo:“Todos los átomos tienen un núcleo con protones y neutrones y electrones danzando a su alrededor”. En 1937 , George Thomson, hijo del anterior Thomson, descubridor del electrón como primera partícula, confirmó con sus experimentos las propiedades ondulatorias del electrón. Aclaro un poco lo que quiero decir: una partícula se caracteriza, entre otras cosas, por ocupar un espacio, yo estoy aquí y no en otro lugar, pero una onda, por ejemplo la del sonido de mi voz, no está localizada en ningún lugar concreto, está en muchos a la vez. En 1927, Heisenberg estableció el “Principio de Indeterminación “, que aplicado a las partículas subatómicas, viene a decir algo por el estilo “el electrón se puede comportar como una bolita o como una onda”. Paradojas de la vida: a Thomson padre le dieron el premio Nobel por confirmar al electrón como primera partícula y a su hijo por confirmar que, a veces, no lo era. De todo esto habla nuestra siguiente canción