TRANSMISION DE IMPULSOS

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TRANSMISION DE IMPULSOS
Todas las señales nerviosas se transmiten por fibras nerviosas, ya sea en cerebro,
médula espinal o nervios periféricos. Las fibras nerviosas largas son axones o
cilindroejes. El axón es una estructura tubular limitada por una membrana celular
característica y llena en el interior de líquido extracelular llamado axoplasma.
Dentro de la membrana de todas las fibras nerviosas se encuentra un potencial
eléctrico de aproximadamente -90 mv, que se llama potencial de membrana y es
causado por la diferencia de concentración iónica a través de la membrana celular, dé
manera específica, la concentración de iones potasio en el interior de la membrana es
muy elevada en comparación con su concentración en el exterior. Esta diferencia de
concentración hace que escapen iones potasio de carga positiva hacia el exterior de
la fibra, y dejen en el interior moléculas de proteínas de carga negativa que no pueden
salir, con lo que se crea electronegatividad en el interior.
La membrana nerviosa también tiene otra diferencia de concentración esencial para la
transmisión de las señales nerviosas. Esta es una concentración elevada de iones
sodio en el exterior, pero una concentración baja en el interior, lo que es exactamente
lo contrario de las diferencias de concentración de iones potasio. Cuando la fibra
nerviosa se estimula se vuelven muy permeables los conductos de sodio de la
membrana, y los iones sodio de carga positiva pasan en este momento en grandes
cantidades hacia el interior del axón y hacen que el potencial de membrana se vuelva
súbitamente positivo en vez de negativo. Sin embargo, este escape de iones sodio
dura menos de una milésima de segundo, y una vez que ha pasado, salen iones
potasio hacia el exterior y restablecen la negatividad de la membrana. Este cambio
secuencial del potencial de membrana negativo a positivo, y a continuación otra vez a
negativo, se llama potencial de acción.
El potencial de acción que aparece en cualquier punto membrana de la fibra nerviosa
envía corriente eléctrica a lo largo del interior del axón. Esta Corriente abre los
conductos de sodio en las áreas adyacentes de la membrana del axón, lo que
ocasiona que el potencial de acción se extienda a lo largo de toda la fibra (desde un
extremo hasta el otro). De esta manera se transmite señales nerviosas, llamadas
impulsos nerviosos.
El impulso nervioso que se desplaza por el axón y llega hasta la terminal nerviosa
produce la liberación de una sustancia transmisora. Un neurotransmisor que es una
sustancia química liberada por exocitosis en la sinapsis de una terminal nerviosa
como reacción ante el potencial de acción del axón, y que transmite la señal a otra
célula (postsináptica) (neurona u órgano efector), la sustancia transmisora se difunde,
a través de la hendidura sináptica intercelular, a la célula adyacente (postsináptica).
Donde se fija a moléculas receptoras específicas sobre la membrana superficial
postsináptica. La reacción entre el transmisor y las moléculas receptoras causa
entonces un cambio del potencial de membrana en la célula siguiente.
La sinapsis es la zona especializada de contacto donde tiene lugar la transmisión del
impulso eléctrico, mediada por un neurotransmisor. En el sitio donde ocurre la
sinapsis, el axón presenta ensanchamientos, que se denominan botones sinápticos,
los cuales contienen escasas mitocondrias y numerosas pequeñas vesículas, que sólo
se encuentran en el tejido nervioso y se denominan vesículas sinápticas. Algunas de
las vesículas están muy cerca de la porción presináptica del axolema. Esta zona se
denomina zona activa, dado que es aquí donde se fijan las vesículas sinápticas y
liberan los neurotransmisores a la hendidura sináptica.
La presencia exclusiva de vesículas presinápticas implica que la sinapsis sólo
transmite en una dirección, desde el axón hacia la célula con la que hace contacto.
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