El Plan Estratégico Aagroalimentario en Neuquén

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El Plan Estratégico Aagroalimentario en Neuquén
A pesar de creer que la expansión agrícola está lejos y que nada tiene que ver con esta
porción de la tierra donde vivimos, el Plan Estratégico Agroalimentario y
Agroindustrial tuvo en cuenta la participación de la Patagonia con uno de los
eslabones fundamentales para llevar adelante el proyecto.
El Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y Federal, más
conocido como PEA, surge como iniciativa del gobierno nacional, en el marco del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación con el de objetivo “promover
por medio de políticas públicas, una visión compartida de la Argentina Futura”.
A través de una extensa publicación, en la que abundan gráficos y estadísticas, se
intenta explicar las metas productivas en materia de políticas agropecuarias que se
pretende alcanzar en el período del 2010-2016. Consolidar a la Argentina como líder
mundial agroalimentario y agroindustrial resulta ser la intensión más clara
expuesta en el desarrollo del documento fundada en la demanda externa actual y
futura en materia de agroalimentos.
En el marco de los aumentos en los volúmenes de producción mundiales de granos de
soja (50, 3%), aceites y sus subproductos, Argentina continúa siendo el tercer país
productor de granos de soja “que mostró mayor crecimiento en volumen con un 76.3%
de incremento”[1] y con un incremento de la participación en el mercado mundial. Lo
mismo ocurre con otro tipo de cultivos, por ejemplo el maíz, con mayores volúmenes de
producción y su destino es el consumo industrial fundamentalmente para la elaboración
de etanol.
Con notable claridad el PEA expresa que se busca continuar con el modelo de país
agroexportador basado en la agricultura industrial, pooles de siembra, el uso de
agrotóxicos, el avance del monocultivo, entre otras intervenciones tecnológicas en
detrimento de la naturaleza. Algunas nuevas incorporaciones en materia tecnológica es
el cambio “favorable” de pasar de una agricultura de labranza “a la adopción masiva de
siembra directa”, es decir que nos encontramos frente una nueva ruralidad con una
actitud claramente favorable a la incorporación de tecnología en pos de aumentar la
productividad sin tener en cuenta el empobrecimiento de los suelos ni la pérdida de
cultivos nativos (ver cuadro). El PEA confunde crecimiento con desarrollo.
Crecimiento refiere al PBI (producto Bruto Interno, o sea la suma de todas las
transacciones acumuladas de bienes finales y servicios de un país) y desarrollo incluye
dimensiones sociales, culturales, económicas y ambientales.
CULTIVO
Soja
Maíz
Trigo
Girasol
Sorgo
Arroz
TOTAL
PRODUCCIÓN
47.338
21.507
14.543
3.498
2.780
1.080
90.789
N (nitrógeno)
1.145
282
263
74
55
16
1.840
(valores en miles de toneladas)
Extracción de nutrientes para los 6 cultivos principales
P (fósforo)
256
57
51
21
11
3
399
K (potasio)
796
75
51
17
11
3
954
Fuente: Cruzate y Casas (2009) Inta, en Martinez Enrique, “Nuevos Cimientos” ED Ciccus, INTI, 2011. Pág, 213
Llama la atención la omisión de información en cuanto a cuál es la manera en que esos
objetivos estadísticos se llevarán adelante. Al no hacerse referencia a la
reorganización del uso del suelo ni la distribución territorial queda suponer que el
avance de frontera agrícola se llevará adelante mediante la deforestación y el
desmonte, generando la expulsión de comunidades originarias y campesinas que desde
hace tiempo resisten desalojos y se ven obligadas a instalarse en hacinadas
aglomeraciones urbanas, en el mejor de los casos. Necesariamente significará continuar
eliminando cultivos tradicionales y saberes ancestrales, utilizando semillas
genéticamente modificadas (y con ello fumigaciones con agrotóxicos y fertilizantes
químicos), alterando los ciclos de la naturaleza y generando problemas en la salud de la
población, como para nombrar algunas consecuencias. Tampoco son menores las
consecuencias sociales de este modelo, con desalojos y represiones de campesinos y
comunidades de pueblos originarios e inclusive asesinatos como el de Cristian Ferreyra,
activista del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, en Noviembre de 2011.
El Plan incorpora un nuevo concepto, la Seguridad Alimentaria Nutricional. Esta
inventiva se basa en el argumento de abastecer el consumo interno de alimentos pero
dista de la idea de Soberanía Alimentaria. La Seguridad Alimentaria hace referencia a
que cada persona debe tener la certeza de contar con los alimentos suficientes cada día.
Pero el concepto no dice nada con respecto a la procedencia de los alimentos, o la forma
en que se producen. En cambio la Soberanía Alimentaria, según la Vía Campesina, es
“el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de
alimentación, a proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el
mercado doméstico a fin de alcanzar metas de desarrollo sustentable, a decidir en qué
medida quieren ser autosuficientes, a impedir que sus mercados se vean inundados por
productos excedentarios de otros países que los vuelcan al mercado internacional
mediante la práctica del ‘dumping’. La soberanía alimentaria no niega el comercio
internacional, más bien defiende la opción de formular aquellas políticas y prácticas
comerciales que mejor sirvan a los derechos de la población a disponer de métodos y
productos alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente sustentables.
El aporte neuquino
La soja sigue siendo la vedette que motoriza el crecimiento rural, naturalizando así el
avance del monocultivo sin la mínima intensión de diversificar la producción. El
crecimiento de la superficie destinada a este cultivo generará, y ya genera, suelos
pobres en materia de nutrientes. La soja se lleva principalmente nitrógeno, fósforo,
azufre y potasio. Aquí el aporte de la provincia de Neuquén para llevar adelante el PEA.
El proyecto Potasio Río Colorado y Potasio Neuquén, sumado a la explotación de gas
no convencional (shale gas) son las piezas claves para avanzar.
Para nutrir las superficies empobrecidas producto del acérrimo monocultivo es
necesario la producción de potasio. La empresa Vale S.A. llevará adelante esa misión
que se encargará de la explotación, transporte, y exportación de sales de cloruro de
potasio en un yacimiento minero localizado en el centro-norte de Neuquén y en el sur de
Mendoza.
No todo termina ahí. La extracción de potasio requiere grandes volúmenes de agua
caliente y por lo tanto de gas, y en este sentido no se ha dejado nada al azar. La
explotación de shale gas en la provincia garantiza entibiar el suministro.
En el Plan Quinquenal de la Provincia de Neuquén “Neuquén más Energía 2012-2016”,
se enuncia como objetivo el incremento en la producción hidrocarburífera convencional
y no convencional, en la cuenca neuquina, con una estimación de un crecimiento en las
cantidades de extracción del gas no convencional de 0,6 millones de m3 en el 2012 a
44,2 millones de m3 para el año 2018[2]. Una parte de esta producción corresponde al
yacimiento de Loma de Lata, parte de la extracción en manos de la empresa Vale, para
garantizar los insumos necesarios en la extracción de cloruro de potasio.
Como ocurre en otras zonas del país las consecuencias sociales del modelo también
repercuten en la provincia de Neuquén. Un ejemplo es la represión llevada a cabo en
Julio de 2012, a la comunidad Mapuche de Gelay Ko –en las cercanías de Zapala-, por
proteger su territorio de la contaminación como consecuencia de la instalación de un
pozo de Shale gas por parte de la empresa Apache[3].
Para finalizar la nota y comenzar el debate, no sólo desbordarán las rutas trasladando las
toneladas de granos desde los rincones desmontados del interior hacia los puertos del
país, sino que también se sumarán los fletes de potasio y el peligro de contaminación
que el shale gas significa por el uso de los más de 500 químicos en medio de un
exorbitante uso de agua potable. El gobierno provincial y nacional lejos de advertir la
gran contaminación ambiental que esta actividad generará, redobla la apuesta y
planifica la generación de agrocombustibles en la región, engendrando la competencia
más perversa: el uso del suelo para la producción de granos para calmar la sed de
los combustibles y no el hambre de la población. Esto conlleva, entonces a
profundizar un modelo productivo extractivo agro –minero exportador, que implica la
industrialización de la agricultura y la presencia de corporaciones y capitales
financieros transnacionales. Este modelo que acabamos de describir es contrario a un
proyecto basado en la Soberanía Alimentaria, con consecuencias ambientales, sociales,
culturales y económicas en desmedro de la población.
Entonces, resulta necesario y urgente invitar a todos y todas las que transitamos sobre
este territorio a debatir y preparar una economía alternativa, en donde prevalezca la idea
de modelo justo que tenga como prioridad la producción local, la recuperación de
saberes, oficios, semillas, mercados regionales. Una forma creativa en la que el motor
de desarrollo sea la pequeña agricultura en sintonía con las necesidades locales, en
armonía con la naturaleza toda.
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria
Universidad Nacional del Comahue
Julio 2012
Antuña, Juan Carlos, “Mapa Agroalimentario Mundial 2011” Ed. INTA, Buenos
Aires, 2011.
[1]
[2] Plan Quinquenal 2012- 2016 Gobierno de la Provincia del Neuquén
[3] http://www.8300.com.ar/2012/06/15/represion-contra-la-comunidad-gelay-ko/
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Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria - UNComa
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