Finanzas / Opinión John C. Edmunds Doctor en Administración de Empresas de la La mayoría de los mercados financieros latinoamericanos han mantenido tasas Universidad de alto desempeño por casi tres años. Cuando hubo noticias buenas, los de Harvard, mercados subieron mucho. Y cuando las noticias eran malas, sólo se retrajeron profesor de finanzas de un poquito. Cada inmersión ha sido una oportunidad para comprar, un avance Babson College que ni las agitaciones políticas han descarrilado. En muchos países de América en Boston y Latina parece haberse formado un consenso a favor de una moneda estable, y coautor de Wealth han surgido claras evidencias de que las reformas financieras están by Association. funcionando. El desempeño económico de la región en este período ha ¿Tiempo para diversificar? superado los cautelosos pronósticos emanados de las instituciones multilaterales. La prosperidad, sin embargo, no dura para siempre, y muchas personas se están preguntando si llegó el momento de vender algunos de sus arriesgados activos en la región y mover su dinero a inversiones más seguras. La respuesta hay que buscarla en los mismos latinoamericanos y averiguar cuándo decidirán buscar la diversificación fuera de la región. Y es que, aunque suene soprendente, esta vez las compras de acciones que han hecho subir los valores bursátiles no corresponden a flujos de capitales internacionales. Han sido hechas por los mismos inversionistas locales. Aunque suena antiintuitivo en una región en que cada rally bursátil ha sido empujado por compradores extranjeros, la evidencia es inequívoca. Por ejemplo, los fondos mutuos estadounidenses que invierten en acciones comunes de América Latina disminuyeron sus influjos de US$ 185,7 millones en 2003 a US$ 65,3 millones en 2004, mientras que la emisión total de acciones de América Latina en esos años pasó de US$ 827,4 millones a US$ 1.862,5 millones. Obviamente, no fueron los inversionistas de Estados Unidos los que empujaron los precios bursátiles de la región. Si bien otros compradores extranjeros deben haber estado comprando, fueron los latinoamericanos los que jugaron el rol principal en esta alza de valores. Las cifras son más llamativas en los instrumentos de deuda. En 2001, antes que el rally empezara, la tasa de ahorro de la región era equivalente al 16,7% del PIB. En 2003, había aumentado a 20% del PIB, mientras que la inversión en nueva capacidad fue sólo del 19% del PIB. En 2004 la tasa de ahorro subió a 21%, con inversiones nuevamente por debajo: sólo 19,8%. Esas cifras agregadas indican que en 2003 y 2004 había más dinero disponible para prestar, pero no había muchos interesados en pedirlo, por lo que no se emitieron muchos instrumentos de deuda nuevos. La demanda por instrumentos de deuda excedió la oferta, obligando a los compradores de papeles, locales y extranjeros, a competir entre ellos mismos por una cada vez menor oferta de instrumentos de deuda. Y mientras el PIB se elevaba, la calidad promedio de los instrumentos de deuda restantes mejoró. Varios países latinoamericanos han visto que sus procesos de intermediación financiera trabajan mejor hoy que antes, así como los países canalizan ahora sus ahorros locales de manera más exitosa. La combinación de retornos reales altos y de una protección adecuada ha convencido a los ahorristas de colocar su dinero en las instituciones financieras locales en vez de mandarlos al extranjero o guardarlos bajo el colchón. La mayoría de los países está también asignando esos ahorros a una mejor combinación de proyectos. El alza de fondos mutuos y de pensiones bate récords cada día, haciendo de paso la competencia por fondos un proceso más transparente que el que solía ser cuando los bancos comerciales controlados por grupos familiares eran las instituciones dominantes. Los deudores que han actuado pobremente en el pasado ahora tienen dificultad para obtener préstamos adicionales. Además, los sistemas financieros de muchos países hoy hacen un mejor trabajo al asignar capital al sector de servicios, gracias a una mayor atención a activos intangibles y asignando créditos múltiples para los flujos de caja que vienen de ellos. Esto, junto a una clase media latinoamericana que sigue poniendo dinero en sus cuentas de jubilación, da como resultado un rally de bonos y acciones que todavía está en curso. Volvamos a la pregunta: ¿Cuándo es tiempo para liquidar algunas de estas inversiones de riesgo? La respuesta depende de cuánto riesgo se está dispuesto a tolerar, y de cómo está diseñado el sistema financiero nacional respectivo. Algunos están construidos de manera más sólida que otros. Con algún descenso, ciertas bolsas y mercados de bonos de la región caerán más que otros. Y si bien habrá contagio, no será tan fuerte como en 1994-1995. La buena fortuna, así como un crecimiento real de 4%, pueden continuar por muchos años. Las clases medias continuarán poniendo dinero en sus cuentas de pensiones. Claro, algún día ellas querrán diversificar internacionalmente, con lo que en algún momento la provisión de papeles locales sobrepasará la demanda. Todo lo que usted tiene que hacer es adivinar cuándo y, entonces, vender antes que lo hagan los demás.