Gasto de consumo final de las ISFLSH

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5.4 Gasto de consumo final de las ISFLSH
Las instituciones sin fines de lucro al servicio de los
hogares (ISFLSH) son unidades constituidas por grupos de
hogares con el fin de suministrarse servicios a sí mismos o a
otros hogares sobre una base no comercial. Las ISFLSH
incluyen los partidos políticos, sindicatos, organizaciones
religiosas, deportivas, asociaciones culturales, asociaciones
benéficas y filantrópicas (Cruz Roja, etc.), y algunas
fundaciones de beneficencia. En algunos países, hay una serie
de universidades también incluidas en este sector. Es preciso
señalar, sin embargo, que las ISFLSH no incluyen todas las
instituciones con fines no comerciales - lejos de eso. Esto
se debe a que para ser definidas como ISFLSH tienen que ser
financiadas principalmente por los hogares o por donaciones
regulares o suscripciones. Las instituciones sin fines de
lucro que no están directamente financiados por los hogares,
pero son, por ejemplo, controlados o financiados por empresas
(Cámaras de Comercio, las asociaciones profesionales, las
mutuales de seguros, etc.) se clasifican en el sector
empresarial.
Las
controlados
o
financiados
por
las
administraciones públicas se clasifican en el sector de las
administraciones públicas. Al final, las ISFLSH constituyen
sólo un pequeño sector en las cuentas nacionales.
Al igual que las administraciones públicas, las ISFLSH
proporcionan " servicios no de mercado". Por esta razón, su
tratamiento
en
las
cuentas
es
similar
al
de
las
administraciones públicas. La producción de servicios de las
ISFLSH se valora a precio de costo, y por convención las
ISFLSH "consumen" el servicio que producen. El gasto en
consumo final de las ISFLSH, por lo tanto, es igual a sus
gastos de funcionamiento. Tenga en cuenta que las donaciones
a organizaciones caritativas no son pagos por servicios. Se
consideran como transferencias y se registran en la cuenta de
distribución secundaria del ingreso de los hogares (véase el
capítulo 6).
Se vio anteriormente que
administraciones
públicas
el gasto de consumo
se
dividió
entre
de las
gastos
individualizables y gastos colectivos. Esta distinción no
tiene
que
hacerse
para
las
ISFLSH,
ya
que
estas
organizaciones están al servicio de los hogares y todos sus
gastos se consideran como individuales.
Pasa de los gastos de consumo al consumo efectivo
Para mejorar el análisis del consumo de los hogares mediante
la incorporación del consumo de las personas financiado por
las administraciones públicas o las ISFLSH, los contadores
nacionales han inventado el concepto de consumo efectivo
(real). El consumo efectivo de los hogares es igual a los
gastos de consumo de los hogares más el gasto en consumo
individual de las administraciones públicas y las ISFLSH.
Este gasto en consumo individual es también conocido como
"Transferencias en especie". La Tabla 5.3 ilustra este cambio
de la noción de "quién paga" a la de "quién consume".
Tabla 5.3. Colombia: Moviéndose de “quién paga” a “quién
consume”
2006
(P3) Gasto en consumo final
(¿Quien gasta?)
(S14)Hogares
(S15) ISFLSH
(P4) Consumo final efectivo
(¿Quien consume?)
(P3-S14) 240.2 billones de pesos = (P4-S14) 266.0 billones de pesos
Gastos en consumo final de los = (P3-S14) 240.2 gastos de
hogares
consumo final de los hogares +
(P31-S13) 24.8 gastos de
consumo
individual
del
gobierno general + (P3-S15)
1.0 de consumo de las ISFLSH.
(P3-S15) 955.698 = Gastos de Ninguno (0).
consumo final de las ISFLSH.
(S13) Las administraciones (P3-S13)65.0 billones de pesos =
públicas
Gastos de consumo final del
gobierno general = (P31-S13) 24.9
gastos de consumo individual +
(P32-S13)40.1 = Gastos de
consumo
colectivo
de
las
administraciones públicas.
Fuente: DANE, Dirección de Síntesis y Cuentas Naturales
(P42-S13) 40.1 billones de
pesos = Gastos de consumo
colectivo
de
las
administraciones públicas
Sin embargo, probablemente debido a que la serie es
relativamente corta, las estadísticas de consumo efectivo son
poco utilizadas por los economistas, a pesar de tener dos
ventajas analíticas. Primero, es una medida que se acerca al
bienestar de los hogares. Para analizar el consumo de la
salud y la educación, no es suficiente utilizar sólo los
gastos directos de los hogares en atención sanitaria o en
educación y omitir los gastos realizados para estos fines por
el gobierno en beneficio de los hogares. El uso del consumo
final efectivo de los hogares hace que sea posible evitar
esta omisión. La segunda ventaja es que las normas sobre
comparaciones internacionales del consumo de los hogares sólo
tienen sentido cuando se basan en el consumo efectivo y no en
gastos de consumo.
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