Narración e imagen: Una propuesta didáctica innovadora

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Narración e imagen: Una propuesta didáctica innovadora
Juan Gabriel Araya Grandón
Tilma Cornejo Fontecilla
Patricio Espinoza Henríquez
1. INTRODUCCIÓN
La Reforma Educacional Chilena plantea entre sus principales desafíos, la
incorporación tanto en el plano curricular como didáctico, de un conjunto de
variables contextuales que enmarcan la realidad inmediata de los estudiantes del
sistema educacional vigente. En este plano, la incorporación de los discursos
difundidos por los medios de comunicación como recursos didácticos innovadores
implica la necesidad de definir aproximaciones teóricas y prácticas que permitan
articular, adecuadamente, y con fines pedagógicos, la práctica educativa y el
análisis de la variedad de textos mediáticos que circulan socialmente.
Por su parte, el mundo contemporáneo ha incorporado el discurso visual como
una de las principales expresiones, no solo en el ámbito propio de los mas media,
sino en el espacio más general de los procesos y formas de comunicación entre
los sujetos del nuevo siglo. Este predominio de los visual por sobre lo verbal, más
allá de corresponder a una amenaza, en relación con las formas tradicionales de
transmisión (informativas o estéticas), puede considerarse como una herramienta
útil para la ampliación de los horizontes culturales, sociales y estéticos de los
individuos.
En este ámbito, la enseñanza de la literatura constituye un escenario
abiertamente propicio para implementar innovaciones pedagógicas en el aula,
mediante un proceso de aprendizaje que integre, de forma armónica y equilibrada,
los diferentes ejes curriculares de la carrera de Pedagogía en Castellano y
Comunicación: literatura, medios de comunicación y didáctica. En el caso de:
Narración e imagen: Una propuesta didáctica innovadora, que entrega una
visión holística del saber, en un contexto educacional actualizado y pertinente.
2. EL TEXTO LITERARIO
Acorde con los desafíos del mundo actual, introducir cambios didácticos
sustanciales que aproximen al alumno a la lectura de las obras literarias,
constituye una acción innovadora e imprescindible, ante la irrupción de la imagen
que avasalla y aparta al joven de la lectura. La propuesta que se presenta,
considera la transcodificación visual del cuento: El hincha de toda la vida del
escritor Juan Gabriel Araya, como elemento clave para impulsar el gusto por la
creación artística y la investigación en el aula, otorgándole a la obra nuevos
significados y perspectivas de estudio.
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Al utilizar el video como material didáctico se multiplican los espacios
identitarios a través de la cultura visual. Tal hecho permite un acceso a la
reflexión, a la creatividad, a la argumentación y a la crítica de la obra literaria
desde nuevos enfoques transdisciplinario, transversal, holístico e integral.
El hincha de toda la vida
La transcodificación visual del cuento El hincha de toda la vida del escritor
Juan Gabriel Araya es la materialización de un proyecto de un Fondo de
Desarrollo de la Docencia dispuesto por la Universidad del Bío-Bío.
El cuento, que tiene como protagonista a un hincha fanático, está destinado a
promover debates dirigidos a dar a conocer distintos puntos de vista en función del
fanatismo y el deporte. Caricaturiza al hincha a fin de provocar una discusión en
torno a la formación de una cultura deportiva equilibrada desde la perspectiva del
cuento en general.
Dentro de los objetivos fundamentales planteados para la producción visual
destacamos los siguientes:
1. Expresar, en un formato propio del lenguaje audiovisual, las imágenes literarias
más relevantes del texto “El hincha de toda la vida”.
2. Incentivar en los alumnos el interés por la narrativa breve a partir de un texto
significativo, en la medida que contiene elementos familiares vinculados a su
propia cotidianidad e identidad.
3. Proporcionar elementos de análisis y comprensión de un cuento aplicado al
entorno deportivo del estudiante.
En el contexto anterior, el propósito del presente trabajo consiste en integrar
los componentes literarios, comunicacionales y didácticos sobre la base de la
utilización de los recursos audiovisuales ya señalados. Es decir, a partir de un
cuento se construye un texto-video capaz de ampliar las posibilidades
significacionales del texto original.
3. LITERATURA Y HEGEMONÍA AUDIOVISUAL
El concepto de hegemonía audiovisual propuesto por Martín-Barbero (1987,
1999) hace referencia, de un modo general, a la incidencia categórica de los
dispositivos audiovisuales en la configuración de los nuevos escenarios sociales y
culturales del mundo contemporáneo, incluida Latinoamérica.
En ese contexto, la preponderancia de lo visual como estructura discursiva, no
solo se manifestaría a nivel del flujo productivo (producción económica), sino en el
espacio más amplio del entramado simbólico que conforma la base del orden
social. Consiste, según Martín-Barbero, en un proceso de descubrimiento de la
manera que adopta la modernidad latinoamericana, dejando entrever las
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características esenciales de nuestras culturas híbridas, sobre la base de
proyecciones imaginísticas audiovisuales.
Desde esta perspectiva, y desde la mirada de diversas disciplinas que se han
hecho cargo de esta problemática –psicoanálisis, semiótica, filosofía, antropología,
por mencionar algunas–, la producción audiovisual concurriría significativamente
en la caracterización profunda de las sociedades contemporáneas, ya sea en el
sentido de su representación, ya en el ámbito de su conformación. Se trata, en
definitiva, de una expansión del poder de lo visual hacia esferas que trascienden el
simple intercambio informacional o la mera fruición estética.
En efecto, la irrupción del discurso visual como dispositivo hegemónico en el
campo de las prácticas comunicativas, irrupción que se ha radicado a partir de la
última mitad del siglo veinte, ha venido a modificar de manera sustantiva tanto las
prácticas sociales (mecanismos de toma de decisión, hábitos de consumo,
participación política y ciudadana, etc.) como las relaciones intersubjetivas,
elemento base de la vida cultural.
No se trata, sin embargo, de sostener que las prácticas mediáticas –y
fundamentalmente los discursos visuales– hayan venido a sustituir a aquellas que
se sustentan en la palabra como medio de intercambio intersubjetico, sino de
constatar que en el contexto antropológico actual la dialéctica palabra-imagen
articula un tipo de andamiaje social que exige de nuevos paradigmas analíticos y
hermenéuticos.
De este modo, entendemos que las relaciones entre hegemonía audiovisual y
literatura se sustentan en la concepción de la obra literaria como un fenómeno
cultural sujeto a los influjos y transformaciones del orden social. Ámbito en el que
la literatura encuentra sus fuentes de problematización y sus directrices de
generación.
Percepción, palabra e imagen
Desde la perspectiva de Bettetini (1989), la palabra que enuncia o relata y
la imagen que representa, conforman el soporte primario y primordial de la lectura
del mundo como espacio de actividad humana. Se trata de una correspondencia
que hace posible la estructuración del espacio societario como espacio
relativamente coherente, capaz de integrar en sí mismo la praxis individual y social
que posibilita el desenvolvimiento de la vida en comunidad.
Ahora bien, tratándose de las sociedades contemporáneas puede
sostenerse que la actividad perceptiva como herramienta de modelamiento de lo
real se encontraría fuertemente determinada por un nuevo orden de lo social,
orden dentro del cual la imagen (fija y en movimiento) ocupa un lugar si no
primordial al menos preponderante.
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En este sentido, Vattima (1997) propone que en la llamada posmodernidad,
los medios de comunicación –y particularmente el discurso televisual– han
multiplicado los centros de referencia desde los cuales es narrada la historia,
producto de lo cual la experiencia individual empieza a verse debilitada frente a
modos de percepción caracterizados por la colectivización y la masificación. En
consecuencia, la estructuración perceptiva de la realidad vendría a ser el resultado
del entrecruzamiento de las experiencias del sujeto con la circulación de
imágenes, interpretaciones y reconstrucciones propagadas por los medios
masivos de comunicación y sus productos específicos, entre ellos el discurso
audiovisual.
A partir de las proposiciones de Vattimo, puede colegirse que en las
sociedades contemporáneas viene obrando un cambio cultural que afecta, de
modo importante, la manera como el sujeto organiza y se proyecta en el espacio
simbólico circundante, y el modo como se insertan en ese espacio las relaciones
individuo-realidad. Se trataría, consiguientemente, de una transformación de los
dispositivos de significación humanos, basada en una concepción otra de los
signos como instrumentos acceso del sujeto al orden social.
Finalmente, habría que indicar que esta transformación de los signos
apunta no solo a una modificación de las prácticas comunicacionales entre los
individuos, sino que funciona como un nuevo sistema de mediación simbólica que
atravesaría el conjunto de las producciones discursivas humanas, entre ellas la de
la creación literaria.
Lo literario y lo audiovisual
No cabe duda, pues, que nos encontramos frente a nuevos modos de ver la
realidad correlacionados directamente con nuevos modos de relatar, narrar y
representar el mundo, modalidades que integrarían en su seno las estrategias
características de la audiovisualidad como discurso predominante -hegemónico–
en las culturas contemporáneas.
Así, para Saer (1997) resulta posible asociar la proliferación mediática, en
particular, y la cultura de masas, en general, con la instauración de un nuevo
imaginario sociocultural que obligaría a una toma de posición distinta respecto del
papel que juegan las prácticas literarias en el ámbito general de la producción
artística.
En concreto, la tesis fundamental en el planteamiento de este autor consiste
en proponer la existencia de una reciprocidad entre el desarrollo de las
comunicaciones y los medios de comunicación masivos, y la modernidad y la
independencia estética de la nueva literatura latinoamericana, como dos esferas
en constante determinación.
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En este escenario, el predominio de lo visual –y de la acción, complementa
Saer– por sobre los procesos reflexivos y analíticos, aparecería como una
constante de gran parte de la narrativa latinoamericana, producto de la inmersión
de los nuevos creadores en el hegemónico territorio de los medios de
comunicación masivos (fundamentalmente el cine y la televisión).
Quedaría de manifiesta, así, la estrecha vinculación entre lo literario, como
conjunto de prácticas de significación del mundo, y lo visual, como dispositivo de
conformación del imaginario sociocultural. La visualidad, sin embargo, terminaría
por imponer una especie de modelamiento de las producciones narrativas,
estableciéndose una relación de carácter hegemónico.
Por nuestra parte, sostenemos que el discurso visual no solo incidiría en el
ámbito de la apropiación e institucionalización de la creación literaria, sino que
afectaría también, y más profundamente, los modos de estructuración intrínsecos
de la ficción narrativa, contribuyendo así a un re-modelamiento de la formas
tradicionales de este tipo de producción artística.
Apoyamos esta postura en la reflexión teórica de Martín-Barbero (1999) en
torno a la influencia de lo mediático, por una parte, y de lo audiovisual, por otra, en
la generación de nuevas modalidades de ficcionalización en el campo artísticoliterario. En efecto, para este autor la audiovisualidad impone profundas
transformaciones en los modos de ver el mundo y, por consiguiente, de narrarlo.
Ahora bien, la incidencia de la experiencia audiovisual en el terreno
específico de la creación literaria puede observarse, asimismo, desde la óptica de
las marcas específicas que hacen posible el reconocimiento de la traslación de los
formatos propios de lo audiovisual en la factura de lo literario, dando cuenta de un
entrecruzamiento que no solo propone nuevas formas de narración, sino nuevos
modos de urdimbre del complejo narrativo.
Para Sánchez Biosca (1995), la marca de lo audiovisual en la gramática
particular de los nuevos relatos se desplegaría en direcciones que dicen relación
tanto con la construcción formal como con la determinación de los contenidos
propios de la ficción literaria. En este sentido, las nuevas formas escriturales
partirían por impulsar un rompimiento categórico entre realidad y ficción, en virtud
de una manera de observar el mundo caracterizada por la contemplación de lo
real como entramado más dentro de la multiplicidad de relatos en circulación. En
ese sentido, una escritura, socialmente sancionada y masivamente difundida.
En forma paralela, el principio coherencia construccional literaria a ser
suplantado por una versión fragmentaria de la realidad que permite al autor
problematizar sobre el proceso mismo de ficcionalización, introduciendo dichas
reflexiones en el marco global de la ficción narrativa.
Por último, los procedimientos narrativos aparecerían, si no suplantados,
por lo manos matizados por los procedimientos característicos de la narración
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audiovisual, con la consecuente relativización de la autonomía del texto y la
desnaturalización de su estructura formal.
Todos estos aspectos contribuyen a hacernos pensar que, desde la
perspectiva del análisis de las interrelaciones entre discursividad audiovisual y
discursividad literaria, se estaría operando, en el campo de esta última, una
transformación que no solo involucra una reformulación de la obra literaria desde
el punto de vista de su entramado estético, poético, social, etc., sino que dicha
transformación vendría a subvertir, abiertamente, la estructura esencial de la
literatura como manifestación cultural poseedora de cierta autonomía.
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CONCLUSIÓN
La experiencia audiovisual parece ser un factor caracterizador de las
sociedades contemporáneas, al mismo tiempo que se proyectaría como un
discurso de carácter hegemónico capaz de atravesar el conjunto de las
manifestaciones culturales que le otorgan cierto sentido y cierta identidad a la
experiencia individual y colectiva.
Así, en tanto dispositivo modelador de los imaginarios intra e
intersubjetivos, lo audiovisual afectaría también, de manera más o menos
categórica, el modo como la literatura se apropia de la realidad y la proyecta de
acuerdo a sus propios patrones estructurales.
Es un hecho que la cultura visual dialoga y ha dialogado en forma permanente
con lo verbal como sistema tradicionalmente predominante tanto en el nivel de la
comunicación entre los individuos, como en el de la representación estética del
mundo. Sin embargo, el análisis de diversas visiones en torno del estado actual de
la prácticas simbólicas humanas, permiten sugerir que la audiovisualidad
constituye una maquinaria hegemónica, capaz de traspasar decisivamente las
diversas capas del entramado sociocultural.
No se trata, sin embargo, de plantear una suplantación definitiva de un sistema
de signos por otro, sino de constatar que la relación literatura y audiovisualidad
conforma una entidad dialéctica, cuyas correspondencias, afinidades y codeterminaciones, permiten ubicar la experiencia literaria en un nuevo terreno
epistemológico y didáctico cuyo abordaje analítico requiere de una mirada amplia
y heterogénea.
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