SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED Sermón Liberty 24 D E EN ERO D E 2015 Loshuesos de José W W W . L I B 1E R T Y M A G A Z I N E . O R G Loshuesos de José Por Lincoln Steed D efender nuestros principios suele acarrear un determinado costo. No obstante, la fidelidad puede pagar dividendos más allá de nuestra imaginación. La libertad religiosa no es tan solo un principio, sino que está vinculada integralmente con nuestra lealtad al Creador y Señor de todas las cosas. La libertad religiosa es probada por medio de acciones, por los actos de los que honran el gran “evangelio de la libertad”, como lo expresa el apóstol Pablo, y por los que están dispuestos a defenderla de palabra y de hecho, y permanecer fieles “aunque se desplomen los cielos”. Kimberly Crider es adventista. Está casada, y tiene un hijo de 8 años. Sus modales radiantes y confiados acompañan bien su capacitación y experiencia profesional en el Cuerpo de Paz. Cuando solicitó un cargo en el programa de Estudiantes en el Extranjero de la Universidad de Tennessee parecía la candidata perfecta, y fue aceptada en seguida. Entonces, una semana después, se le dijo que durante los fines de semana tenía que llevar su teléfono celular para estar disponible en cualquier momento. Jamás se lo habían mencionado antes, y esto creó un conflicto inmediato con sus profundas convicciones respecto del sábado como día de reposo. 3 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED Era algo importante para Kimberly, y sus empleadores podrían haber hecho arreglos fácilmente. En efecto, algunos colegas se ofrecieron a ayudarla y responder las llamadas de los fines de semana, pero se les dijo que no. Poco tiempo después, la echaron del trabajo. Realizó entonces una apelación legal, pero la perdió, en parte quizá porque aún estaba en etapa de prueba. Sin embargo, Kimberly dice que ese no fue el final de la historia. Ella cree que todo el proceso le dio una oportunidad —no, en realidad, mucho más que eso—, de ser colocada en una posición donde dio testimonio ante los abogados, el juez, sus empleadores y colegas. Vio la conducción divina que la llevó a conseguir el trabajo, solo para perderlo poco después. Hace varios milenios, José le expresó algo similar a sus hermanos, a esos mismos hermanos que lo habían vendido como esclavo. Cuando se le acercaron con temor, pensando que se vengaría, expresó: “Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a mucha gente” (Génesis 50:20). La comprensión que tuvo José de la providencia divina y la postura de Kate frente a su situación no son tan raras como podría suponerse. Es verdad: En la obra de libertad religiosa, a menudo logramos ayudar a que un empleado gane un juicio laboral. En otras ocasiones, sumamos nuestra voz a organizaciones similares, y logramos bloquear o retrasar legislación que podría tener un impacto negativo sobre las libertades religiosas. No obstante, es bueno recordar que la 4 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED verdadera cuestión es dar testimonio y vivir nuestra libertad en Cristo ante el mundo, cueste lo que cueste. A lo largo de los años, los que fueron probados han sido testigos de ello, y a menudo han dado gloria a Dios por la experiencia de la persecución misma. Durante casi dos años, nuestro departamento de libertad religiosa hizo todo lo posible para que liberaran al pastor Antonio Monteiro, un empleado de la iglesia en Togo, encarcelado después de ser acusado de un atroz crimen de asesinatos masivos y tráfico de la sangre de las víctimas. La acusación era estrafalaria, y pronto se tradujo en una cobertura también estrafalaria de las creencias y prácticas adventistas en el país. Para Monteiro y su religión, se convirtió en un verdadero “libelo de sangre”. Los meses se transformaron en años, mientras el pastor languidecía en prisión sin indicación alguna de cuándo se llevaría a cabo el juicio. La prisión era peor que lo que tienen que soportar los peores criminales de Occidente. Los sistemas sanitarios no cumplían con ninguna de las reglas básicas de higiene. Había guardias por fuera, pero adentro, era territorio de los presos. El único alimento dentro de la cárcel era lo que lograban introducir los parientes. La vida misma del pastor estaba en peligro. Y con el fracaso de cada negociación con los diversos niveles del gobierno, comenzamos a preguntarnos de qué manera Dios pensaba revelarse ante essta situación desesperante. A comienzos de 2014, después de 22 meses de detención, el pastor Monteiro fue liberado. Sin mucho aviso previo, se llevó a cabo el juicio. El testimonio en su 5 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED contra fue revocado y fue declarado inocente. Una vez más, se elevaron muchas oraciones, pero en este caso de acción de gracias. Y por supuesto, su liberación fue muy celebrada. Regresó con su familia a su hogar en Cabo Verde, donde recibió una multitudinaria bienvenida de parte del gobierno y la población. Una vez más, la historia se repite. Dios permitió todo para bien. El pastor Monteiro había declarado en muchas ocasiones que sentía haber sido escogido para dar testimonio en la prisión. Para mí, una de las anécdotas más inolvidables de toda la historia es la de la despedida que le dieron los demás presos y un guardia de la prisión cuando fue liberado. ¿De qué otra manera se les podría haber dado un testimonio tan poderoso? La historia tiene, sin embargo, una sombra. Aunque el pastor Monteiro fue liberado, un laico encarcelado con él sobre la base de la misma acusación retractada recibió cadena perpetua. Resta ver cómo se revelará finalmente el plan de Dios. Pero por cierto, su presencia consoladora está allí presente con nuestro hermano como lo estuvo con Daniel, Pablo y José. En una pared de mi casa, tengo un cuadro original del artista adventista Lars Justinen. Fue usada para ilustrar un libro de la casa editora Pacific Press sobre la vida de José. A menudo la observo y pienso en la dinámica de la historia que transmite. En una parte de la ilustración aparecen las pirámides de Egipto y delante de ellas siluetas de los camellos. Es la “mística tierra de Egipto” celebrada en canciones y leyendas. En una aparición 6 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED breve en el centro, es la recreación que hace el artista de José al comienzo de la historia: un jovencito de 17 años de mirada sólida y confiada, de rasgos suaves y juveniles. A la derecha está el José de años posteriores. Su cabeza está cubierta con un tocado egipcio, y su rostro surcado muestra la fortaleza de carácter que lo ha llevado al pináculo del poder político. Según el relato bíblico, José tenía 30 años cuando comenzó a servir al faraón. Después de siete años de abundancia y dos de escasez, tenía 39 años cuando sus hermanos aparecieron ante él en Egipto para buscar alivio de la hambruna. La obra de arte muestra vívidamente la transformación de un joven con principios aunque obstinado en ese hombre de edad media, pleno de sabiduría y probada fidelidad. ¿Cómo hizo José para mantenerse fiel durante todos esos años? ¿Cómo hizo para dejar de lado el odio por sus hermanos mayores que procuraron matarlo y, en su lugar, lo vendieron en lo que, se esperaba, era un destino peor al de la muerte? ¿Cómo mantuvo José su integridad en la casa de Potifar, el jefe militar? ¿Cómo hizo para conservar la esperanza durante sus dos años en prisión? ¿Cómo podía estar tan seguro de que era el cumplimiento de un sueño y no la casualidad lo que le trajo sus antiguos atormentadores después de tantos años? ¿Y cómo podía haber estado tan seguro de que era el Dios de sus padres el que le había dado sueños y lo había conducido, cuando la familia de su esposa pertenecía a la casta sacerdotal de Egipto? La respuesta a esas preguntas es compleja, pero en último término está expresada en la reacción de José 7 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED ante el intento de seducción por parte de la esposa de Potifar, así como también, de una u otra manera, el mundo siempre tratará de seducir a los que aspiran obedecer a Dios. Durante ese precario encuentro, José recordó por qué debía devolver la confianza que su amo había colocado en él. De la misma manera, en el presente, un cristiano tiene una obligación hacia su empleador, hacia la comunidad y hacia la familia. Pero la explicación de su acción (o más bien, su inacción), fue más allá: “¿Cómo, pues, haría yo este gran mal — preguntó retóricamente— y pecaría contra Dios? (Génesis 39:9). Aquí estaba la clave del carácter del joven. Años antes, había alienado a sus hermanos y sobresaltado a sus padres al relatar dos sueños divinos en los que aparecían manojos, que representaban a sus hermanos; y el sol, la luna y las estrellas, que representaban a sus padres y descendientes; todos ellos inclinándose ante él. Había usado asimismo la túnica multicolor que le había dado su padre frente a sus celosos hermanos. Así como nosotros los del remanente a veces lucimos nuestros privilegios espirituales antes de mostrar la obligación que encierra nuestro llamado, así también José tuvo que aprender que el centro no era él, sino Dios. Tuvo que aprender a refrenar sus sueños para servir mejor a Dios. Durante el tiempo que pasó en prisión, descubrió al Dios que estaba tras sus sueños. Cuando el copero y el panadero le pidieron que interpretara sus sueños, respondió: “¿No son de Dios las interpretaciones?” (Génesis 40:8). Al igual que el pastor Monteiro y otros a lo largo de los años, José llegó a comprender que Dios y no él era el centro de 8 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED sus sueños. Esto se revela nueve años después, cuando los culpables hermanos se inclinan ante él en un cuadro que le evocó su sueño original. Se mantuvo tranquilo, y lloró tras las cortinas cuando nadie lo veía. Porque para entonces había entendido que él era una pequeña parte de una historia más grande: el cumplimiento de los propósitos divinos para salvar a todo un pueblo. Veo esta muestra de “sagrada osadía” y ego empequeñecido cuando José es llamado ante faraón para interpretar los sueños de las vacas gordas y el maíz, y las vacas flacas y el maíz. El copero reinstaurado recuerda bien tarde su apresurada promesa de acordarse de José. Fue una promesa que olvidó fácilmente, acaso porque José hizo el pedido casi a la ligera, quizá porque confiaba más en la memoria de Dios que en la del copero. José respondió al faraón con confianza, pero solo se incluyó tangencialmente en la respuesta. Su respuesta deja en claro que está al tanto de los caminos de Dios, pero solo por inferencia. En su lugar dice: “Dios ha mostrado al faraón” (véase Génesis 41:25-32). Para mí, queda claro este cambio del atrevido joven al confiado mensajero de Dios, y está muy relacionado con el tiempo que pasó en la prisión y su madurez espiritual durante esos años. Para mí, el paralelo obvio es el prisionero político moderno Nelson Mandela. Encarcelado por causa del odio que despertaba y liberado 27 años después, Mandela volvió a incorporarse a la sociedad con la capacidad de enseñar a amar y perdonar 9 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED a pesar de los prejuicios y la animosidad. Al ponernos de lado de la libertad religiosa, no debemos caer en la falacia de pensar que es una lucha contra nosotros. No podemos escapar a la obligación de testificar a los “espíritus encarcelados”, o aun refinar nuestros propios caracteres mediante la adversidad. En Testimonios para la iglesia, tomo 5, página 76, leo estas palabras inspiradas de la pluma de Elena G. White: “No está lejos el tiempo cuando toda alma será probada. Se nos querrá imponer la marca de la bestia. Para aquellos que han ido cediendo paso a paso a las exigencias del mundo y se han acomodado a sus costumbres, no será cosa difícil ceder ante las autoridades dominantes, antes que someterse al escarnio, a los insultos, a la amenaza de encarcelamiento y a la muerte. La contienda es entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres. En ese tiempo, el oro será separado de la escoria en la iglesia. La verdadera piedad se diferenciará claramente de la imitación y oropel de la misma”. ¿Adónde aprendió José a confiar tan solo en Dios? Había tenido la ventaja de tener una crianza piadosa. Su padre lo amaba, acaso demasiado, hasta cierto nivel de indisimulable favoritismo. El seguro José sabía de memoria la historia de las acciones de Dios con sus antepasados. En cierto sentido, José era como muchos de nosotros: individuos que, de una u otra forma, nacimos en el movimiento del remanente. Conocemos nuestra historia. 10 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED Sabemos que Dios nos ha hablado en estos últimos días por medio de sueños y visiones. Nos sentimos especiales, y a menudo se lo comunicamos a los demás. Sin embargo, ¿estaremos listos cuando nuestros mismos seres queridos se vuelvan contra nosotros, y acaso nos traicionen ante las fuerzas desplegadas contra la verdad? ¿Estamos listos para sacrificar todo, para renunciar al sustento por nuestra fe? ¿Estamos listos para dar de nosotros, aun si nos implica perder la libertad? ¿Estamos listos para comparecer antes las autoridades y explicarles lo que significa nuestra fe? ¿Podemos dar razón de nuestra fe, una razón que supere aducir que alguna vez tuvimos una túnica de colores, que en algún punto remoto de nuestra experiencia conocimos el favor diario de un padre devoto? Una vez más, leo algo pertinente que escribió Elena G. White: “Ahora no nos parece posible que alguno de nosotros tenga que comparecer solo [ante las autoridades] —escribió en The Review and Herald del 18 de diciembre de 1888—. Si alguna vez Dios ha hablado por mi intermedio, llegará el tiempo cuando seremos llevados ante concilios y ante miles de personas por causa de su nombre, y cada uno tendrá que dar razón de su fe. Luego vendrá la crítica más severa sobre cada posición que se ha tomado en favor de la verdad. Necesitamos, entonces, estudiar la Palabra de Dios, para que podamos conocer por qué creemos las doctrinas que defendemos”. ¿Adónde aprendió José su fe? ¿Fueron esos momentos desesperantes en el foso, antes de ser vendido a 11 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED mercaderes descendientes del desheredado Ismael? Quizá no. Pero está claro que al ingresar a su cautiverio, José decidió que sería fiel a sus principios, que sería fiel a Dios. Sus años en la prisión confirmaron esa elección de fidelidad. Fue un prisionero modelo, que atendió las necesidades de los demás En esos años, pasó de ser atrevido a tener confianza en el Señor. Nos aproximamos al relato a partir del bosquejo bíblico de los descendientes de Abrahán, que recibió la promesa del favor divino. Sin embargo, lo invito a pensar desde la dinámica que brinda el punto de vista de los egipcios. José creció siendo un pastor de ovejas en zonas desoladas de Canaán. Para los egipcios, era lo más bajo de lo bajo, casi un intocable. La Biblia dice que para un egipcio, era “abominación” siquiera comer con esa gente. No es probable que José haya llegado con una gran educación a Egipto, o hablando con fluidez el idioma local. José, más allá de su facilidad para soñar, era eso: un atacante de la esposa de su amo, que había sido condenado. Por cierto, era una ofensa moral, pero para la época era más serio, porque lo convertía en un usurpador del lugar y un atacante del orden social. No obstante, una vez que estuvo ante faraón, José habló con veracidad ante el poder, y trascendió el yo al expresarse con autoridad sobre Dios y sus caminos. ¡Nosotros también podemos hacer eso! También nosotros somos llamados para prepararnos para hacer lo mismo! José se destacó no porque una vez usó una túnica multicolor en el desierto, no porque fue subiendo hasta llegar a ser mayordomo de la casa de un hombre 12 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED rico, y no porque tenía dentro de sí el poder de los sueños divinos. José fue grande porque fue fiel a Dios, más allá de las circunstancias. Sobre los grandes hombres de los últimos días, leo lo siguiente: “ “Pocos serán los hombres grandes que tomarán parte en la obra solemne del fin […]. Dios ha de llevar a cabo una obra en nuestros días que muy pocos anticipan. Levantará y exaltará en nuestro medio a aquellos que son enseñados por la unción de su Espíritu en vez de por la enseñanza de las instituciones científicas del mundo. Estos planteles no han de despreciarse ni condenarse; son ordenados por Dios, pero son capaces de proporcionar tan sólo calificaciones de carácter exterior. Dios revelará que él no depende de mortales doctos y vanidosos” (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 76, 77). La historia de José es una saga que uno difícilmente puede imaginar. Segundo en comando en el reino, después de faraón. Sin embargo, más allá de su fingida altivez para probar a sus quebrantados hermanos, no parece haberse enfocado demasiado en las prerrogativas del poder. Le implora a faraón que le permita ir a ver a su anciano padre, y entonces, más tarde, ir a Canaán para enterrar al patriarca en la tumba de Macpela. La imagen de José en esos últimos días muestra una persona amable y solícita con su familia. El joven ha desaparecido, y ahora, el hombre de mediana edad llora de gozo al ver a sus hermanos, llora sobre el cuello de su anciano padre, y hace todo lo posible para garantizar muestras de favor 13 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED hacia su clan cuando se establecen en Egipto. Los días del foso y la prisión han quedado atrás, y el que una vez estuvo solo en tierra extraña ya no los recuerda. Alrededor de setenta años después de la reunión de Egipto, José fallece y es embalsamado según el método de los faraones. No es enterrado, sino que yace allí, aguardando la liberación. “Dios ciertamente os visitará —le dice a su familia en el lecho de muerte—. Os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob […] y haréis llevar de aquí mis huesos (Génesis 50:24, 25). Y así lo hicieron cientos de años después. ¿Los huesos de José? ¿Qué eran en realidad? Para algunos de la gran multitud, eran un talismán de otra época. Pero para mí, los huesos de José eran algo más. En exilio de Canaán a Egipto, el joven cautivo solo fue sostenido por su fe en Dios. En prisión por acusaciones falsas, José se aferró a la fe de que Dios recompensaba a los fieles. Ante el mismo faraón, José pudo ignorar sus simples orígenes y representar con valor al Dios que lo había sustentado. Y en años posteriores, pudo dejar de lado la malicia y no buscar justicia, sino misericordia. Todos deberíamos tener esos huesos. En efecto, todos necesitamos tenerlos, cuando los años de abundancia lleguen a su fin y los años de prueba caigan sobre nosotros. Lincoln E. Steed es editor de la revista Liberty. Por favor, visite http://www.libertymagazine.org/campaign, donde figura una versión digital editable del sermón. 14 SERMÓN LIBERTY | LOS HUESOS DE JOSÉ | LINCOLN STEED W W W . L I B16 E R T Y M A G A Z I N E . O R G