Big Data. “La máquina para leer el pensamiento” Por Manuel Dávila

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Big Data. “La máquina para leer el pensamiento”
Por Manuel Dávila Sguerra
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Hace años leí un cuento titulado "La máquina para leer el pensamiento". El personaje central recordaba
sus épocas como universitario y hacía remembranzas sobre los laboratorios de física y de electrónica en los
que se sentía capaz de inventar muchas cosas; inclusive una máquina que leyera el pensamiento de las
personas.
Este personaje quiso convertir esa remembranza en una realidad y se puso en la tarea de construirla. Allí se
narran las dificultades de tipo tecnológico para lograr hacer de su invento una realidad y nos cuenta como
aplicó sus conocimientos sobre los servomecanismos, que le permitieron interpretar las reacciones químicas
y físicas de un sujeto para convertirlas en señales, que capturadas por el "receptor de sensaciones" de su
máquina, dieran como resultado el desvelamiento de los pensamientos de las personas.
Cuando logró que su máquina funcionara, salió a la calle, triunfante, con un halo de superioridad por sus
logros y puso su máquina en la mayor frecuencia para sintonizar los pensamientos de los transeúntes. Lo
que recibió casi lo enloquece. Fueron pensamientos y sentimientos de angustia, envidia, rabia, frustración,
competitividad, egoísmo que se sobreponían a escasos pensamientos de bondad, felicidad, generosidad,
interés por los demás. La resonancia generada por este tipo de ondas magnéticas no las pudo resistir y
apagó su máquina para siempre. Y se dijo: “ahora sólo tendré activa mí propia máquina humana para leer,
no los pensamientos de las personas, sino sus sentimientos”. Y así sigue el cuento hasta que encuentra su
mujer amada sin necesidad de una máquina diferente a si mismo.
Volvamos ahora a la realidad: Big Data.
Pensemos por un momento ¿Quienes somos hoy en día como personas? ¿Será que nos conocemos a
nosotros mismos? Hay muchas formas de buscar respuestas a estas preguntas, pero fieles al tema que nos
ocupa, un experto en Big Data diría que somos lo que de nosotros se diga en la web. Allí reside información
nuestra en formas de textos, blogs, noticias, escritos, debates, foros, vídeos, gráficos, Facebook, Twiter y en
los cientos de plataformas a donde ha llegado la información que de nosotros han publicado otros o que lo
hemos hecho nosotros mismos. Pero algo más, hemos pasado por cientos de cámaras de video que nos
vigilan, en la calle, en parqueaderos, en oficinas, en edificios, en bares, en discotecas, en aulas de clase, en
teatros, en restaurantes que han sido instaladas para seguridad ciudadana y que nos han convertido en
actores involuntarios que hacen posible leer hasta los gestos de nuestro rostro y de nuestro cuerpo. Toda
esa información va a conformar nuestro ADN virtual que nos define, de alguna manera, en lo que somos.
Big Data permitirá que toda esa información sea recopilada en grandes centros de datos. La discusión
técnica se centra en sí podremos almacenar tanta información, en los algoritmos de recuperación para
hacer factible el acceso usando nuevas formas de minería de datos usando técnicas no sql aplicable no
solo a los resultados de la inteligencia de negocios sino también como una máquina para leer el
pensamiento representado en lo que somos según el ADN Virtual, con los riesgos de que haya
interpretaciones equivocadas, tendenciosas reales o irreales.
Este mes me encontré un artículo escrito e una revista tecnológica por dos profesoras de la Universidad de
Wollongong, Katina Michael de la Universidad de Missouri, St. Louis y Keith W. Miller. No era una revista de
filosofía sino de Ingeniería, la de la IEEE que tanto me acompaña, y de la cual traduzco del inglés un
pequeño párrafo: "La analítica de Big Data mostrará aspectos de nuestra casa, nuestro trabajo y vida social
que nos traerá preguntas ontológicas (sobre el ser) como ¿Quién es usted? Ese ¿Quién es? Podría ser
transformado por usted para protección y seguridad o podría ser malinterpretado, o podría reflejar ese
¿Quién es? Adecuadamente". Según estos autores esto tiene implicaciones metafísicas,
Hace unos días, en un evento de expertos sobre seguridad informática, un ejecutivos de una firma
multinacional contaba su estrategia para asegurar no ser identificado como tal disminuyendo los riesgos de
ser perseguido. Consistía en adoptar diversas identidades en la web para engañar a la máquina para leer el
pensamiento. Esto ¿es bueno o malo para la sociedad? ¿Como se configurarán los Estado para regular,
normalizar, proteger, usar, manipular, controlar al ser humano? ¿Será que la Big Data nos ayudará a
conocernos a nosotros mismos?
La intención de este artículo es llamar la atención sobre la problemática ética que la tecnología nos está
planteando. Tiene que ver con asuntos de privacidad, de seguridad, de libertad o esclavitud y aun con la
configuración del nuevo ser humano de hoy en día, asuntos que deberán ser tratados de manera formal en
algún momento.
Para terminar y a propósito de la pregunta sobre ¿Quienes somos? Hago alusión a otro cuento del mismo
autor de "La máquina para leer el pensamiento" quien con cierto humor negro dice: "Conócete a ti mismo,
leyó en su libro de filosofía. Leyó el libro y se conoció y después de hacerlo hubiera querido haber sido
analfabeta". El autor de este par de cuentos me pidió no publicar su nombre para no añadir más datos a su
ADN virtual.
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