Trabajo de Endodoncia Hidróxido de Calcio Ariel Amigo Dr. Doussoulin Indice 1. Introducción 3 2. Generalidades sobre el hidróxido de calcio 4 3. Indicaciones del hidróxido de calcio como medicación tópica 6 4. Empleo de barreras apicales 8 5. Uso del hidróxido de calcio como revestimiento de la pulpa 9 6. Reimplantación en dientes con ápices cerrados 11 7. Conclusión 12 8. Bibliografía 13 1 Introducción El uso del hidróxido de calcio (Ca[OH2]) en endodoncia fue introducido por Hermann en 1920. Aunque bien documentado en su tiempo, las aplicaciones clínicas durante los 25 años siguientes no fueron bien conocidas. El hidróxido de calcio no puede catalogarse como un antiséptico convencional, ya que mata las bacterias en el espacio del canal radicular. Muchos endodoncistas lo han utilizado de manera rutinaria durante los últimos 40 años. El hidróxido de calcio es ampliamente usado en Endodoncia por sus propiedades para controlar la inflamación e inducir la reparación con tejidos duros, así como por su actividad antimicrobiana, lo cual hace aconsejable su empleo como medicación tópica entre sesiones y como componente de materiales de obturación temporarios y definitivos. 2 Generalidades sobre el Hidróxido de Calcio El hidróxido de calcio tiene un alto poder bactericida y es tal vez la medicación más empleada en Endodoncia como complemento de la preparación quirúrgica. Es un polvo blanco poco soluble, que se obtiene haciendo reaccionar, con agua, óxido de calcio recién preparado; absorbe dióxido de carbono del aire transformándose en carbonato de calcio, por lo que debe procurarse usar el producto recién preparado y cerrar herméticamente el recipiente que lo contiene. La acción antiséptica del hidróxido de calcio se debe fundamentalmente a su alto pH, que hace incompatible el desarrollo microbiano en su contacto. El efecto bactericida del hidróxido de calcio se debe a la concentración de iones OH resultantes de la disolución de producto en iones calcio e hidróxilo, y su efecto a distancia depende de la difusión de dichos iones a través de la dentina. Los iones OH pueden agotarse por reaccionar con los fluidos tisulares o con los microorganismos, en cuyo caso la disolución del hidróxido de calcio continuará para mantener ese balance. La difusión de iones OH a través de la dentina para crear un efecto alcalinizante a distancia depende de varios factores, a saber: l. La permeabilidad dentinaria 2. El tiempo de aplicación del material 3. El vehículo utilizado en el preparado La permeabilidad dentinaria no es la misma a lo largo de todo el conducto radicular, ya que la difusión de iones ocurre con mayor facilidad en el l/3 coronarlo del conducto que en la dentina del l/3 apical donde hay menos túbulos dentinarios y éstos son más estrechos que en el resto de la misma; esta situación además varía según el tipo de diente y su grado de mineralización. La permeabilidad dentinaria puede ser aumentada por el operador utilizando hipoclorito de sodio y EDTA o ácido cítrico para eliminar el barro dentinario; de esta manera la apertura de los túbulos 3 dentinarios favorece la penetración de la medicación tópica colocada en el conducto, accediendo asía los microorganismos alojados en los tubulillos dentinarios y en las ramificaciones del sistema de conductos. El tiempo de aplicación de la medicación tiene suma importancia, ya que los iones OH se difunden muy lentamente a través de la dentina, debiendo vencer la capacidad buffer de la hidroxiapatita. Existen estudios donde la aplicación de hidróxido de calcio por 10 minutos en el conducto radicular no fue efectiva para destruir las bacterias. En cambio, luego de 7 días de aplicación el hidróxido de calcio fue altamente efectivo para destruir la flora persistente en el conducto. Por lo tanto, no es suficiente realizar el lavaje del conducto con agua de cal, o su relleno con una pasta de hidróxido de calcio durante la sesión clínica, sino que su permanencia en el conducto no debe ser inferior a los 7 días para lograr un pH altamente alcalino en la dentina interna, nivel en el cual la mayoría de las bacterias comúnmente aisladas en los conductos infectados no pueden desarrollarse. Los preparados de hidróxido de calcio liberan iones OH según el vehículo utilizado para elaborar la pasta o el cemento, por lo que debe determinarse a priori cual es la finalidad de su empleo: medicación tópica entre sesiones, obturación provisoria u obturación definitiva. Cuando se utiliza hidróxido de calcio como medicación tópica buscando que sus efectos alcalinizantes se extiendan en la profundidad de la dentina, se emplean preparados que no fraguan; y de acuerdo con el vehículo utilizado su acción será más rápida y fugaz, o retardada y duradera. En los casos en que el hidróxido de calcio es vehiculizado con agua destilada tiene mayor difusión en la dentina, aunque su acción es menos perdurable que cuando se lo vehiculiza con polietilenglicol, que es viscoso y le confiere al preparado menor solubilidad. Se comprobó que la pasta que utilizó paraclorofenol como vehículo liberó iones con más rapidez, posiblemente porque ocurre una reacción química con el hidróxido de calcio que conduce a la formación de clorofenolato de calcio que puede liberar iones OH rápidamente; en cambio, la pasta de hidróxido de calcio, cuyo vehículo era polietilenglicol resultó en una liberación controlada de iones y un permanente mantenimiento en los valores del pH en los tejidos. Teniendo en cuenta sus propiedades bactericidas, la liberación controlada de iones y su compatibilidad biológica, el polietilenglicol es el vehículo de elección para el hidróxido de calcio, sobre todo si debe dejarse sellado en el conducto durante mucho tiempo. 4 Si se busca obtener ese efecto alcalinizante con la obturación definitiva del conducto, deben emplearse cementos con hidróxido de calcio. La liberación de iones OH de los selladores a base de hidróxido de calcio depende de la naturaleza hidrófila de su matriz y de sus otras sustancias componentes. Estos selladores se presentan como preparados que fraguan y, como todos los selladores, deben reunir una serie de propiedades físico-químicas y biológicas. El efecto alcalinizante de estos preparados no debería ser su objetivo principal, ya que la necesidad de ser solubles para liberar iones OH puede implicar una deficiencia en su capacidad selladora en un período prolongado de tiempo. Si la obturación es correcta, el área de contacto entre el sellador y los fluidos tisulares será mínima, y si la alcalinización inicial promueve un cierre biológico, la disolución a largo plazo también será ínfima. La acción del hidróxido de calcio sobre las endotoxinas bacterianas fue reportada recientemente y constituye una razón más para emplearlo como medicación tópica. Las endotoxinas pueden iniciar y/o mantener la inflamación de los tejidos periapicales, aunque las bacterias queden inviables debido a la instrumentación e irrigación de los conductos. Durante el desarrollo o lisis bacteriana se liberan lipopolisacáridos localizados en la membrana de la célula; su componente lipídico es el responsable de la mayoría de las actividades biológicas de las endotoxinas. Se reportó que la exposición de los LPS bacterianos al hidróxido de calcio provoca hidrólisis del componente lipídico, con la consiguiente degradación de la endotoxina. Otra propiedad del hidróxido de calcio que aún no está muy bien definida es su acción disolvente sobre el tejido pulpar; Hasselgren'O (1988) demostró que el hidróxido de calcio pudo disolver tejido muscular necrótico de porcino y pulpas humanas extirpadas, adjudicando esa propiedad a su alta alcalinidad; esto fue confirmado por Andersen (1992), quien reportó que el hidróxido de calcio pudo disolver tejido pulpar más rápidamente que el hipociorito de sodio en los 15 minutos iniciales de su aplicación, pero resultando casi inefectivo al cabo de los 30 minutos. La acción disolvente del hidróxido de calcio puede colaborar en la etapa de desbridamiento y así favorecer el saneamiento del conducto. A la luz de los conocimientos actuales los efectos disolventes del hidróxido de calcio no son tan enérgicos como para solubilizar espesas redes de colágeno o predentina, para lo cual sigue siendo más eficaz el hipociorito de sodio. La posibilidad de que el hidróxido de calcio reduzca el dolor postoperatorio puede depender de su capacidad de eliminar las bacterias y de neutralizar sus subproductos. 5 Indicaciones del hidróxido de calcio como medicación tópica 1. El hidróxido de calcio es una medicación indicada luego de una biopulpectomía que presente signos de inflamación en el remanente pulpar apical, debido a sus propiedades antiinflamatorias y antiexudativas. 2. Por su acción perdurable puede ser sellado en el conducto cuando el paciente, por diversas razones, debe posponer su próxima sesión. 3. Cuando existan alteraciones inflamatorias periapicales puede llenarse el conducto con hidróxido de calcio con el fin de alcalinizar el medio vecino al ápice; mezclado con paraclorofenol como en la pasta de Frank, o en las de Holland y Leonardo se logra un amplio espectro antibacteriano especialmente indicado en el tratamiento de periodontitis crónicas. Cualquiera sea la pasta de hidróxido de calcio con que se rellenó el conducto, es necesario hacer una profusa irrigación para lograr su total eliminación antes de obturar definitivamente la pieza dentaria, de forma tal que no haya interferencias en la interface pared dentinaria/material de obturación definitivo. Porkaewll demostró que no alcanza con irrigar el conducto para eliminar la totalidad del hidróxido de calcio de las paredes dentinarias, sino que esa irrigación debe ser acompañada de un intenso limado del conducto mediante 2 números superiores de una lima al anteriormente empleado. En casos de complicaciones periapicales crónicas, varios autores proponen traspasar las pastas de hidróxido de calcio más allá del foramen apical, sobre todo en casos de quistes apicales, suponiendo que su efecto necrotizante sobre el epitelio pueda destruirlo. En general, en todos los casos de lesiones crónicas, el hidróxido de calcio podría producir en la zona periapical una acción antiinflamatoria por su poder higroscópico y por la neutralización de productos ácidos. Esta conducta de realizar ligeras sobreobturaciones con pastas de hidróxido de calcio puede ser cuestionable, pero no debe descartarse en absoluto luego de las investigaciones de Tronstad y otros autores, que reportaron colonización microbiana fuera del conducto, en los tejidos periapicales. El agua de cal (lechada) es una solución de hidróxido de calcio puro en agua destilada que se utiliza como irrigante de los conductos radiculares, sobre todo cuando existen tejidos apicales inflamados; luego de la irrigación, el agua de cal debe ser eliminada de las paredes del conducto 6 mediante lavajes con agua destilada o suero fisiológico, para evitar que el polvo de hidróxido de calcio interfiera con la adhesión de la obturación a las paredes dentinarias. Puede ser preparada de dos maneras: hidróxido de calcio 5g agua destilada csp 1000 ml Ó hidróxido de calcio 0,15 g agua destilada csp 30 ml 7 Empleo de barreras apicales Un método que se aplica con frecuencia para crear una parada o matriz con el propósito de obtener un sellado apical biológico consiste en colocar virutas de dentina u otras barreras artificiales como el hidróxido de calcio. El uso de componentes cálcicos, en particular el hidróxido de calcio, como barrera apical ha sido exhaustivamente estudiado. El hidróxido de calcio en estado húmedo o seco se introduce y compacta de 1 a 3 mm del ápice del canal preparado antes de proceder a obturar el mismo. Este proceso se facilita con un portaamalgamas, un léntulo o una jeringa con hidróxido de calcio premezclado. Se han observado calcificaciones significativas en el foramen apical, y la respuesta tisular perirradicular en comparación con las virutas dentinarias es inapreciable. Además, en los dientes con tapones apicales de hidróxido de calcio se ha demostrado menor filtración que los dientes sin tapón. Incluso con los datos prometedores que apoyan el uso potencial de una barrera artificial en la porción apical del canal preparado, el uso clínico rutinario d esta técnica no parece ser el modelo terapéutico. Si se adopta este tipo de tratamiento, es necesario un material con capacidades inductivas predecibles, uno que selle el canal e impida cualquier influencia bacteriana y que estimule predeciblemente la regeneración del cemento a través del foramen apical. 8 Uso del hidróxido de calcio como revestimiento de la pulpa El hidróxido de calcio es el material de revestimiento más utilizado para tratar la pulpa vital. Sus ventajas son dos: tiene actividad antibacteriana y desinfecta la pulpa superficial. El hidróxido de calcio puro necrosa alrededor de 1,5 mm de tejido pulpar, lo cual sirve para eliminar las capas superficiales de la pulpa. La toxicidad de esta sustancia parece neutralizarse a medida que se afectan las capas más profundas de la pulpa, produciéndose una necrosis coagulativa en la unión de la pulpa vital y la pulpa necrótica, lo que da lugar a una leve irritación de la pulpa. Esta irritación desencadena una respuesta inflamatoria y, en ausencia de bacterias, cicatriza con la aparición de una barrera de tejido duro. El hidróxido de calcio de fraguado consistente no necrosa las capas superficiales de la pulpa, pero si desencadena la cicatrización, también con la aparición de una barrera de tejido duro. Una de las principales desventajas del hidróxido de calcio es que no sella la superficie fracturada. Por tanto, hay que utilizar otro material para impedir la penetración de bacterias en la pulpa, en especial durante la fase crítica de la cicatrización. Se han propuesto numerosos materiales para tratar la pulpa vital, por ejemplo el óxido de zinc-eugenol, el fosfato tricálcico y la resina de composite. Ninguno d ellos igual a la previsibilidad de los resultados que se obtienen cuando se asocia la aplicación de hidróxido de calcio con una restauración coronal bien sellada. Recubrimiento pulpar: El procedimiento de recubrimiento pulpar supone colocar directamente el material sobre la porción de la pulpa expuesta. Indicaciones: Entre las indicaciones de recubrimiento pulpar cabe citar los dientes permanentes inmaduros, las exposiciones muy recientes (<24 hrs.) y, posiblemente, los dientes permanentes y maduros en los que se plantea un plan restaurador sencillo. Técnica: Después de una anestesia adecuada, se aplica un dique de goma y se lavan perfectamente la corona y la superficie expuesta de la dentina con suero salino, pasando después a desinfectarlos con povidona yodada o clorhexidina al 0,12%. Se aplica cuidadosamente hidróxido de 9 calcio puro, mezclando con suero salino no estéril (o solución anestésica), sobre la superficie de la dentina y la pulpa expuesta. El esmalte que rodea la zona graba con ácido y se adhiere composite resinoso. Seguimiento: el recubrimiento pulpar presenta dos ventajas: 1. Permite completar el tratamiento restaurador final durante la primera consulta 2. Se conserva el tejido pulpar en la porción coronal, lo cual permite la realización periódica de pruebas de sensibilidad. Pronóstico: El éxito del procedimiento de recubrimiento pulpar depende de la capacidad del hidróxido de calcio para desinfectar la dentina y la pulpa, necrosando simultáneamente la zona de pulpa superficial inflamada. Por otra parte, la calidad del sellado antibacteriano que aporta la restauración de resina adherida al esmalte es un factor importante con respecto al éxito del recubrimiento pulpar. Se ha comunicado que este procedimiento es pronóstico en alrededor del 80 % de los casos. 10 Reimplantación en dientes con ápices cerrados No existe ninguna posibilidad de revascularización en los dientes con ápices cerrados, por lo cual el tratamiento endodóntico debe iniciarse durante la segunda consulta dental. 7- 1 0 días después de la lesión. Si se inicia el tratamiento en este período de tiempo óptimo, la pulpa sufrirá una necrosis isquémica sin infección o con infección mínima. Por tanto, bastará con aplicar un tratamiento endodóntico con un agente antibacteriano eficaz entre las consultas durante un período de tiempo relativamente corto (7 a 30 días) para asegurar la desinfección eficaz del conducto radicular. Si el odontólogo confía en la absoluta cooperación del paciente, el tratamiento prolongado con hidróxido calcio siendo una excelente opción terapéutica. La ventaja de esta opción es que permite al odontólogo mantener en posición un material de obturación provisional hasta que se confirme la presencia de un espacio intacto de ligamento periodontal. El tratamiento prolongado con hidróxido de calcio debe utilizarce siempre que la lesión se haya producido más de 2 semanas antes de iniciar el tratamiento endodóntico o curando existan signos radiográficos de reabsorción. El conducto radicular se explora cuidadosamente para después irrigarlo y rellenarlo con una mezcla viscosa de hidróxido de calcio y suero salino estéril (también se puede utilizar solución anestésica). El hidróxido de calcio se cambia cada 3 meses durante un intervalo total de 6 a 24 meses. El conducto se obtura cuando se verifica radiográficamente la existencia de la membrana periodontal intacta alrededor de la raíz del diente. El hidróxido de calcio es un agente antibacteriano eficaz e influye de forma favorable en el ambiente local del foco de reabsorción, estimulando teóricamente la cicatrización. 11 Conclusión Gracias a este trabajo hemos comprendido la importancia del hidróxido de calcio en los diversos tratamientos antes expuestos estando de acuerdo con sus múltiples propiedades, algunas de las cuales ocurren por mecanismos no bien establecidos. Es indudable que este producto ocupa un lugar preponderante en la medicación tópica entre sesiones en los tratamientos de conductos radiculares con vitalidad pulpar y con necrosis o sin complicaciones periapicales, además el apropiado manejo de este material con un correcto fundamento teórico de sus características y propiedades nos permitirán realizar una terapia adecuada logrando resultados predecibles y satisfactorios. 12 Bibliografía 1. Ingle - Bakland "Endodoncia" cuarta edición 1996 pag. 667 – 669. 2. Cohen – Burns "Vías de la pulpa" séptima edición 1999 pag. 43 – 44, 283, 268, 484, 517, 535 – 536, 541 – 542, 568 – 570. 3. Basrani "Endodoncia integrada" primera edición 1999 pag. 269 – 273. 13