Unidad fundamental de la materia: El átomo Desde la más remota antigüedad el hombre ha tenido la preocupación por saber cómo está constituida la materia. Por medio de especulaciones filosóficas los antiguos griegos llegaron a la idea de que la materia está formada por partículas muy pequeñas, imposibles de dividir, a las que denominaron átomos (etimológicamente: a = sm; tomos = dividir) o sea que átomo significa indivisible. Posteriormente, los científicos llegaron a la conclusión de que toda la materia está formada realmente por átomos. Así, el agua, las piedras, el aire, el banco, el pizarrón, nuestro cuerpo y toda la materia está constituida por partículas muy pequeñas denominadas átomos. Esos átomos rara vez se encuentran solos y aislados en la Naturaleza, como ocurre en algunos gases, llamados inertes (helio (He), neón (Ne), argón (Ar), etcétera); lo más frecuente es que tiendan a unirse unos con otros, ya sean iguales o diferentes, para formar partículas más estables: las moléculas. 1.1. El átomo es divisible El sabio griego Demócrito (alrededor de 400 años a.C.) sostuvo que la materia se compone de átomos invisibles, indestructibles e indivisibles. Sin embargo, esta afirmación sólo era la consecuencia de una especulación filosófica. John Dalton (1766-1844) fue el primero que fundó sus teorías sobre la base de los resultados de sus experiencias y como resultado de las mismas introdujo la idea de que los átomos de un mismo elemento químico son iguales entre sí. A comienzos de 1896, Henri Becquerel (1852-1908), estudiando piedras de uranio descubrió que tenían la propiedad de emitir radiaciones espontáneas, invisibles y penetrantes. Cuando se produce este fenómeno que fue denominado radiactividad, los átomos de uranio se transforman en otros más pequeños, los de torio. Esta comprobación demostró que los átomos pueden dividirse. A fines del siglo XIX, William Crookes hizo pasar una chispa eléctrica a través de un tubo en el que había hecho el vacío: la electricidad formó un rayo especial que fue llamado rayo catódico. J.J. Thomson (1856-1940) estudió detenidamente los rayos catódicos, demostrando que están compuestos por partículas con carga eléctrica negativa, a las que llamó electrones. Estás partículas están presentes en todos los átomos. En 1911, los experimentos de Ernest Rutherford (1871-1937) aplicando la radiactividad, permitieron deducir la existencia en el centro del átomo de un núcleo con carga eléctrica positiva, alrededor del cual giran los electrones negativos. Experimento de Rutherford. Niels Bohr, de Dinamarca, en 1914 sugirió que los electrones se mueven alrededor del núcleo en órbitas fijas y definidas, como los planetas alrededor del Sol en el Sistema Solar. En 1919 Rutherford descubrió que el núcleo poseía protones con carga eléctrica positiva. En 1932 James Chadwick comprobó que en los núcleos de los átomos hay otra clase de partícula, del mismo peso que el protón pero sin carga eléctrica, a la que se le dio el nombre de neutrón. A partir del principio de incertidumbre enunciado en 1926 por Werner Heisenberg, se llegó a establecer el concepto de orbital atómico que reemplazó la idea de órbitas desarrollada por Bohr. En 1964, el físico norteamericano Murray Gell'Man demostró experimentalmente que los protones y los neutrones están compuestos por otras partículas más pequeñas aún, a las que denominó quarks. En las últimas décadas, para comprender adecuadamente la estructura del átomo, se han incorporado complejas interpretaciones de la física cuántica que describen la ubicación y propiedades de los electrones a través de los números cuánticos. 1.2 ¿Cuáles son las partículas subatómicas? Como resultado de diversos experimentos se considera que el átomo está formado por tres partículas fundamentales: electrón, protón y neutrón. Las características principales de cada una se resumen en el siguiente cuadro: (u.m.a. = unidad de masa atómica) 1.3 Los modelos atómicos En el átomo, dada su extraordinaria pequeñez, no es posible observar cómo es su estructura. Los científicos no pueden tomar un átomo, abrirlo y ver qué hay adentro. Entonces, interpretan los diferentes datos que obtienen en las experiencias que realizan y con ellos construyen hipótesis sobre cómo creen que son realmente los átomos. Estas suposiciones constituyen lo que se denomina modelos atómicos. Desde que John Dalton, en 1808, postuló que los átomos son pequeñas esferas rígidas, indivisibles e indestructibles hasta llegar al modelo mecánico cuántico actualmente aceptado, se sucedieron muchas y diversas propuestas. A medida que la ciencia va avanzando, se obtiene nueva información que a veces se contradice con el modelo aceptado en ese momento y ello obliga a revisarlo y modificarlo. Cuando Joseph John Thomson descubrió que los rayos catódicos estaban formados por electrones, propuso el siguiente modelo: el átomo es una esfera cargada de electricidad positiva, dentro de la cual están los electrones negativos en número suficiente para neutralizar esas cargas positivas. Se podría decir que los electrones se encuentran en el átomo como las pasas de uva en un budín de pan. Años después, en 1911, Ernest Rutherford logró un avance muy importante en el conocimiento de la estructura atómica. Aplicando la radiactividad descubierta por Becquerel, dedujo la existencia en el átomo de un núcleo central con carga eléctrica positiva rodeado por los electrones en cantidad suficiente para compensar esa carga. Este modelo se puede comparar con el Sistema Solar: el núcleo representa al Sol y los electrones a los planetas. Más adelante, en 1913, Niels Bohr al interpretar la luz que produce el hidrógeno incandescente, propone que los electrones giran a altas velocidades en órbitas definidas, circulares, con una cantidad fija de energía. En esas órbitas, también denominadas niveles de energía, los electrones no absorben ni emiten energía. En los niveles más próximos al núcleo los electrones tienen menos energía, mientras que los que están más alejados presentan mayor cantidad. El modelo de Bohr sólo pudo explicar el comportamiento de la luz que emite el hidrógeno al arder, pero no el de los otros elementos, por lo cual fue necesario revisarlo y modificarlo. Distintos investigadores (Heisenberg, Born, Jordán, Dirac, Schrodinger), aplicando complejos principios y cálculos matemáticos, llegaron a suponer que las órbitas están representadas por zonas, llamadas orbitales, donde más frecuentemente se encuentran los electrones. Entonces, se puede imaginar el núcleo positivo del átomo rodeado por una "nube" de carga eléctrica negativa producida por el electrón en movimiento. 1.3.1. Un modelo atómico básico Para trabajar en este curso de Química utilizaremos un modelo atómico que explica los aspectos básicos de la constitución del átomo: • El átomo está constituido por protones (positivos), neutrones (sin carga eléctrica) y los electrones (negativos). • En el átomo hay dos zonas diferentes: el núcleo en el centro y la corteza a su alrededor. • El núcleo está formado por protones y los neutrones, y, por lo tanto, tiene carga eléctrica positiva. • En la corteza se encuentran los electrones con carga eléctrica negativa. • El número de protones (positivos) es igual al de electrones (negativos) y por ello el átomo es neutro. • Los protones y los neutrones forman un núcleo muy compacto, mientras que los electrones están muy separados entre sí, y, por eso, el diámetro del núcleo es muy pequeño con relación al diámetro total del átomo. • Los electrones giran alrededor del núcleo dispuestos en capas, órbitas o niveles de energía. • El número máximo de órbitas o niveles que puede tener un átomo es de siete y se designan, de adentro hacia fuera, con las letras K, L, M, N, O, P, Q. • Los electrones se ubican en orden creciente de energía desde la órbita K hasta la Q. • Cada órbita admite un máximo de electrones, a saber: K = 2; L = 8; M = 18; N = 32; O = 50; P - 72; Q - 98. • La masa del electrón es prácticamente nula y por eso la masa del átomo está concentrada en el núcleo. 1.4. Dos números importantes Los átomos se caracterizan por el número atómico y el número de masa. 1.4.1 Número atómico Todos los átomos de hidrógeno (H) tienen un protón en su núcleo; los de helio (He), dos; los de litio (Li), tres; los de oxígeno (O), ocho; los de sodio (Na), once; los de c/ora (Cl), diecisiete; los hierro (Fe), veintiséis; los de plata (Ag), cuarenta y siete; los de oro (Au), setenta y nueve; los de uranio (U), noventa y dos. Cada elemento químico (H, He, Li, O, Na, Cl, Fe, Ag, Au, U) tiene un determinado número de protones en el núcleo de sus átomos que le es propio y característico. Ese número que identifica los elementos químicos se denomina número atómico y se representa con la letra Z. En consecuencia: Número atómico (Z) es la cantidad de protones que tiene un átomo en su núcleo. En el caso del hidrógeno, su Z = 1 porque sus átomos tienen 1 protón en el núcleo; en el helio, Z 2; en el litio, Z = 3; en el oxígeno, Z = 8; etcétera. Como los átomos tienen igual número de protones que de electrones, el Z también indica el número de electrones que los átomos tienen en su corteza. Así, los átomos de hidrógeno tienen un electrón; los de helio, dos; los de litio, tres, los de oxígeno, ocho, etcétera. 1.4.2 El número de masa Como la masa de los electrones es muy pequeña, la masa de los átomos está dada por los protones y neutrones que forman sus núcleos. Por esta razón, se ha establecido que la suma de protones y neutrones de un átomo se denomine número de masa o número másico y se represente con la letra A. Así, por ejemplo, si un átomo de oxígeno tiene 8 protones y 8 neutrones, su número de masa (A) es igual a 16; si un átomo de cloro tiene 17 protones y 18 neutrones, su A = 35. En consecuencia: Número de masa o número másico es igual a la suma del número de protones y de neutrones que tiene un átomo en su núcleo. 1.5. Semejantes pero no iguales: Los isótopos Al estudiar los átomos del hidrógeno (H) se encontraron estas tres clases: Los tres átomos corresponden al elemento hidrógeno (H) porque tienen un solo protón en su núcleo (Z = 1). Sin embargo, tienen diferente número de neutrones por lo cual su número másico es distinto (A = 1; A - 2; A - 3). A estos átomos que tienen igual número de protones pero diferente número de neutrones se los denomina isótopos. Veamos el caso del carbono (C): En consecuencia: Isótopos son átomos que tienen igual número atómico pero distinto número de masa. El isótopo carbono 14 es utilizado para calcular la antigüedad de los restos fósiles. Estos átomos pertenecen a un mismo elemento químico pero presentan distinta masa. Todos los elementos químicos tienen isótopos y algunos de ellos son radiactivos. Estos últimos son muy importantes por sus aplicaciones en arqueología, en diagnósticos y tratamientos médicos, en la agricultura, en la producción de electricidad, en la esterilización de material quirúrgico, en la radiopreservación de alimentos, etcétera.