Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 1 de 6 COMISIÓN N° 2: SOCIEDADES COMISION 2 – TEMA B – CONFLICTOS SOCIETARIOS Y MEDIOS DE SOLUCION CONFLICTOS Y RESPONSABILIDADES EMERGENTES EN LA SOCIEDAD QUE PIERDE EL RECAUDO DE PLURALIDAD DE SOCIOS Autor: Dr. Roberto Alfredo MUGUILLO I.- INTRODUCCIÓN El Art. 94 de la ley de sociedades comerciales prevé las causales de disolución aplicables a todas las sociedades (excepción hecha del inciso 9 solo aplicable a ciertas sociedades anónimas), sin perjuicio de la posibilidad de que el estatuto social prevea otras causales (Conf. Art. 89 L.S.C.). Según exponen al respecto HALPERIN y OTAEGUI ( 1), a los que adhieren la mayoría de los autores (2) la existencia de la causal de disolución debe ser declarada por la asamblea (Conf. Art. 235 inc. 4) L.S.C.). Comprobada así la causal de disolución, los administradores solo pueden atender los asuntos urgentes y deben adoptar las medidas necesarias para iniciar la liquidación, so pena de incurrir en responsabilidad ilimitada y solidaria (Art. 99 parr. 1 y 2 de la L.S.C.), subsistiendo la personalidad de la sociedad al solo efecto de su liquidación, aunque sigue en plena capacidad de ejercer derechos y contraer obligaciones y la responsabilidad ampliada del inciso 8) del Art. 94. II.- DISOLUCION POR REDUCCION A UNO DEL NÚMERO DE SOCIOS La situación de crisis y situación disolutoria de la sociedad comercial por la causal del Art. 94 inc. 8) – reducción a uno del número de socios – resulta obvia, pues hasta el día de hoy la existencia de toda sociedad comercial depende y requiere como condición natural e inexcusable – al igual que el matrimonio – de al menos dos sujetos (3). Esto nos lleva a adelantar que el hecho de la reducción a uno del número de socios, genera la resolución o disolución del contrato de sociedad, disolución que a su vez queda sujeta a una condición resolutoria (4), en una clara aplicación del principio de conservación de la empresa (Art. 100 L.S.C.) que nutre dicho inciso octavo, al disponer la norma ”...siempre que no se incorporen nuevos socios dentro del término de tres meses”. Este vocablo ‘siempre’ debe entenderse en igual sentido que contiene la excepción del inciso 6), en cuanto a que ‘quedará sin efecto’, de incorporarse los nuevos socios que reintegrarían la situación de pluralidad necesaria para la existencia de la sociedad como tal (Conf. Art. 1 L.S.C.) concretando así la característica resolutoria que exponemos. Reiteramos: queda entonces sin efecto la causal si, dentro de esos tres meses, se reinstala la pluralidad del contrato. En el curso de ese periodo de tres meses, conforme establece la norma, el socio único será responsable ilimitada y solidariamente por las obligaciones contraídas durante él, esto es durante todo aquel período en que ha quedado como socio singular ( 5) ya que el medio técnico de la personalidad ha perdido razón de ser para reconocerse en ese período. .-HALPERIN Isaac, OTAEGUI Julio C. “Sociedades Anónimas”, Ed. Depalma, 1998, 2da. Edición., pag. 829/835. 2 .- SASOT BETES “Las Asambleas”pag. 450 y ss. 3 .- CAMARA Héctor, “Disolución y Liquidación de Sociedades Mercantiles”, T.E.A. Ed. 1959. Pág. 255. 4.- ZALDIVAR Enrique, MANOVIL Rafael y otros “Cuadernos de Derecho Societario”, Ed. Abeledo Perrot, 1978, Vol. IV, pag. 276 (H). Dicen estos autores que ..’la disolución por la causal de este inciso está sometida a una condición suspensiva que es el transcurso del plazo indicado sin que se incorporen nuevos socios..”. Entendemos que erran los citados pues se trata en el caso de una condición resolutoria. El hecho disolutorio ha ocurrido y es clara la inexistencia de ‘sociedad’ técnicamente hablando por infracción al Art. 1. Queda resuelta la disolución que afecta si en el plazo indicado se completa el cargo de integrar la pluralidad legal y no cumplida la condición queda irrevocablemente adquirida la situación disolutoria (Conf. Arts. 553, 554 y 558 Cod.Civ.). 5.- ARECHA M. Y GARCIA CUERVA A. “Sociedades Comerciales” Ed. Depalma, 1976, pag. 162,163. 1 Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 2 de 6 Debemos también adelantar que algunos autores entienden que, transcurrido el término de tres meses, no necesariamente debe producirse la liquidación de la sociedad (6) aunque esos mismos autores no expresan ni clarifican cómo se procedería en el caso. En este estadio de la cuestión advertimos que casi todos los autores, ajustándose a aquella posición de HALPERIN y OTAEGUI, sostienen que el socio único queda en manejo de la situación de la figura societaria y por ende – adelantamos nosotros – del manejo de los límites de su propia responsabilidad frente a terceros lo que no luce lógico frente a los terceros contratantes. Esto es lo que permite a autores como SASOT BETES generar toda una serie de alternativas por las que el socio ‘único’ puede por sí evadir esa sanción, enumerándolas con precisión (7). No obstante estos supuestos que importan claramente sustraer a los terceros afectados de su derecho contra ese socio único, el citado autor mantiene su adhesión a la posición postulante de la declaración por el órgano de gobierno como recaudo esencial para que opere la causal, lo que llama curiosamente la atención. En efecto: si en estos casos la disolución debe ser pronunciada por la asamblea (Conf. Art. 235 inc. 4) L.S.C.) queda a exclusiva disponibilidad del socio único el denunciarlo y sujeta a la decisión del órgano de gobierno que el solo integra. Esta curiosa situación y facultad omnímoda del socio único que no creemos que haya sido prevista ni consentida por el legislador, no se advierte que los autores citados la hayan debatido o analizado; todo lo cual nos hace preguntar: i.- ¿ Puede decirse validamente con sustento en norma legal vigente, que este supuesto disolutorio debe plasmarse o declararse por una resolución del órgano de gobierno integrado por ese solo socio interesado naturalmente en no ser él, el responsable directo y personal de las deudas sociales ? ii.- A la luz de lo determinado por el Art. 2 de la LSC y luego de transcurridos los tres meses ¿ Puede válidamente hablarse de responsabilidad solidaria entre el socio y el sujeto de derecho si este tenía simple existencia precaria por incumplimiento de la pluralidad esencial del contrato de sociedad, conforme Art. 1, L.S.C.? III.- NUESTRA VISIÓN DEL PROBLEMA Hemos sostenido (8) que la mayoría de los supuestos de disolución de la sociedad comercial, y en particular este del inciso 8º. del Art. 94 L.S.C. conforman y se encuadran en un “hecho jurídico” (Conf. 896 Cod.Civ.) que opera por sí mismo, pues se trata de un acontecimiento susceptible de producir – el solo – la modificación o extinción de derechos u obligaciones. Son estos hechos los que al verificarse, introducen necesariamente y por disposición legal a la sociedad en estado de liquidación, liquidación en nuestro caso sujeta a esa condición resolutoria que prevé el propio inciso 8), esto es reconstruir la pluralidad esencial del Art. 1 L.S.C. Ello conlleva - a nuestro criterio (9) – que en protección de los derechos de los terceros contratantes, debamos necesariamente desligarnos de cualquier declaración formal por parte de la reunión o asamblea societaria (no requerida por la ley) para la aplicación directa de la responsabilidad que instrumenta la L.S.C. aunque solo fueren las decisiones del órgano de gobierno las que obliguen a la sociedad (Conf. Art. 233, tercer párrafo LSC). Esta afirmación nos impone entonces el análisis y consecuencias de los dos aspectos de la norma que nos hacen sustentar una opinión contraria a la sostenida por la mayoría de los autores: 6.- RICHARD Efrain H. MUIÑO Orlando M. “Derecho Societario”, Ed. Astrea 1997, pag. 309. No obstante no expresan cómo se evitaría ello. Estimamos que podría evaluarse una aplicación extensiva de la reconducción societaria. 7.- SASOT BETES “De las Asambleas en Particular, Ed Abaco, pag. 458 / 453. El accionista puede no asistir a la asamblea y evitar la declaración, o bien retener en su poder un par de acciones sin inscribirlas o hacer declarar perdidos algunos títulos impidiendo su registro. Conf. CAMARA citado en nota 272. 8 MASCHERONI Fernando H. Y MUGUILLO Roberto A. “Ley de Sociedades Comerciales Comentada y Concordada”, Ed. Errepar,2000, pag. 110/111. 9 Es nuestro criterio sustentado en la disposición del Art.542 del Cod.Civ. que impide dar reconocimiento a las obligaciones absolutamente potestativas. Conf. en igual sentido COLMO, Alfredo, “De las obligaciones en General”, Ed.Abeledo Perrot, Tercera Edición, Bs.As. 1961, pag. 160 No. 220. Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 3 de 6 a.- El plazo de tres meses. La reducción a uno del número de socios hace ingresar a la sociedad comercial por ese solo hecho jurídico, en estado de disolución y liquidación sin necesidad de declaración alguna por parte de la asamblea o reunión de socios, ya que estamos ante un hecho que produce – por sí mismo – consecuencias en derecho y altera per se el plano de existencia de la sociedad a la luz de lo determinado por el Art. 1, 2 y 12 de la L.S.C. El socio único es así responsable solidaria e ilimitadamente de todas las obligaciones asumidas por la sociedad a través de sus administradores, desde la ocurrencia misma del hecho disolutorio pues no puede ignorarlo y – más aún – a la luz de la pauta de conducta de los Arts. 902 y 1198 Cod.Civ. esta obligado a denunciarlo a los administradores que lo desconocieren, para proceder a la inmediata convocatoria de la reunión o asamblea de socios en los términos del Art. 235 inc. 4) de la L.S.C. para decidir los pasos liquidatorios pertinentes (aunque operen a partir del final del 3er. Mes), pero sin que ello deje de reconocer que es el hecho o acto jurídico que ocasiona la reducción a un socio, el que determina el comienzo del plazo trimestral del inciso 8 del Art. 94 L.S.C. La imputación de responsabilidad al socio único se produce entonces – y reiteramos - desde la ocurrencia del hecho mismo y es de su responsabilidad el tratar de recomponer aquella pluralidad que deje sin efecto la situación de disolución antes de que venzan los tres meses de hallarse en infracción al Art. 1 L.S.C. pues como bien expone VANASCO (10), no existe razón para que la sociedad continúe funcionando como tal, pues estaría presentándose ante terceros como sociedad sin serlo (conf. Art. 1 L.S.C.), ya que esa estructura, ese recurso técnico de la personalidad diferenciada, solo está solo al servicio del grupo o pluralidad de personas reconocido por el derecho (Arts. 1 y 2 L.S.C.), lo que no ocurre en el caso, transcurridos los tres meses del Art. 94 inc. 8) de la LSC. Además – es claro - como contrato (y esa es la naturaleza de la sociedad) no es tal, pues no cumple con las pautas un único socio parte, ni las cumple frente a la comunidad que le ha permitido generar un sujeto de derecho, un centro diferenciado de imputación de consecuencias jurídicas, en atención a determinados recaudos – pluralidad que no se cumplen (Conf. Arts.1 y 2 L.S.C.). Es que en este caso se ha plasmado un supuesto implícito de inoponibilidad de la personalidad jurídica, supuesto automático y transitorio – por tres meses – que desaparecerá de concretarse nuevamente la pluralidad requerida por el Art. 1 LSC o dejará paso a la continuación de la faz liquidatoria de la sociedad y al mantenimiento de esa responsabilidad que sanciona la norma del Art. 94 inc. 8) LSC. Es un supuesto implícito, pues la reducción a uno, viola la ley (Art. 1 LSC) y conformaría el reconocimiento de la calidad de sujeto de derecho en un mero y simple recurso técnico sin contenido específico, violandose el principio del Art. 2 L.S.C.. Es automático y transitorio, pues opera per se, por el hecho jurídico mismo de la reducción a uno, sin declaración alguna y transitorio pues lo es durante el lapso en que no se haya recompuesto la pluralidad esencial del contrato. Y decimos ‘conjunto’ pues, sin perjuicio de la continuidad liquidatoria forzosa, se aplicará la responsabilidad ilimitada del inciso 8) por todas las obligaciones sociales, sin límite alguno ahora, ya que la limitación temporal legal ha concluido. La norma legal – Art. 2 L.S.C. – reconoce a la sociedad comercial como ‘sujeto de derecho’ con los límites fijados en la propia ley y si esa ‘sociedad’ ha roto el principio de pluralidad, no lo ha recompuesto en el término de 3 meses, los terceros no pueden verse afectados e impedidos de ejercer esa responsabilidad solidaria e ilimitada del socio único con todas las obligaciones sociales, por la opinión – sin base legal – de que debe este convocar a una asamblea social para ‘declarar’ ( 11) el hecho disolutorio, que entendemos opera por si mismo. Pensamos también que luego del plazo de tres meses – de no existir oposición de terceros – podrá reconstruirse la pluralidad y regularizarse a través de una reconducción societaria que requerirá de las pertinentes publicaciones para conocer aquella oposición de los acreedores terceros. VANASCO Carlos A. “Manual de Sociedades Comerciales”to. 1, Ed. Astrea, 2001, pag. 253/5. .- Es que por otro lado los autores que sostienen la ‘declaración’ del órgano de gobierno para que opere el plazo de 3 meses estan incurriendo en una contradicción. Si debe hacerse una simple ‘declaración’quiere decir que el hecho ‘constitutivo’ es inobjetable y por ende debe operar sin que tal declaración (necesaria al solo efecto del trámite registral) sea condición de cálculo del plazo indicado. 10 11 Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 4 de 6 De lo expuesto entonces advertimos que los terceros podrán accionar contra la sociedad o contra el socio único por su responsabilidad (o contra ambos conjuntamente) en tanto y en cuanto acrediten fehacientemente el ‘hecho disolutorio’, aun cuando este no haya sido tratado en asamblea y aunque aun lo desconozcan los administradores. Sostenemos que no es necesario – para que opere la disolución – sujetarse a la declaración del órgano de gobierno por dos razones: (i) (ii) Que socio y órgano de gobierno se encuentran confundidos en un solo y mismo centro de voluntad por lo que resulta un recaudo inorgánico y superfluo (12). Que si el socio único es por necesidad el obligado a la denuncia de la ruptura de la pluralidad (Art. 902 Cod.Civ. y Art 1 LSC) y a él se le deja el manejo de la oportunidad de la convocatoria del órgano de gobierno (que lo conforma él mismo) y la operatividad de la disolución, nos encontraríamos en abierta violación – en perjuicio de los terceros contratantes – al derecho vigente que prohíbe dejar librado al propio interesado la situación jurídica de la que emergerá responsable, una situación de claro corte potestativo y por ende nula (Conf. Arg. Art. 542 Cod.Civ.) (13) b.- Vencido el plazo de tres meses se produce la caducidad del derecho. Creemos que el plazo de tres meses que fija la norma, como plazo de gracia para la recomposición de la pluralidad social, es un plazo de CADUCIDAD, por lo cual una vez producido su vencimiento no cabe otra alternativa que la liquidación de la sociedad con la continuidad de la responsabilidad personal del socio emergente de la norma extendida a todos los negocios sociales, incluso aquellas obligaciones que deriven de la disolución y liquidación respectiva. Entendemos que vencidos los tres meses de que habla la norma del inciso 8) del Art. 94 LSC, será irreversible y quedará firme la situación disolutoria, imponiéndose el inicio de la faz liquidatoria de la sociedad (del patrimonio social) no siendo – en principio - de aplicación al caso la pauta del Art. 100 L.S.C. (conservación de la empresa), pues debe atenderse al interés general (y superior) de los terceros involucrados por esta situación anómala e híbrida, que no debe extenderse mas en el tiempo. c.- La responsabilidad solidaria e ilimitada de otros involucrados frente a los terceros contratantes con la sociedad. Los administradores que hubieren tomado conocimiento del hecho disolutorio deberán – al solo efecto de cumplir con los trámites pertinentes y abrir la etapa liquidatoria convocar al órgano de gobierno a fin de proceder a la liquidación social. Si – tomando conocimiento del hecho disolutorio - no hubieren actuado en consecuencia, esto es convocando a la asamblea extraordinaria en el plazo del Art. 236 de la L.S.C. incurrirán en violación a sus deberes de conformidad a la pauta del Art. 59 de la L.S.C. y Art. 902 del Cod.Civl, sin perjuicio de lo normado en el Art. 274 y ss. de la misma L.S.C. Consecuentemente, comprobada la existencia de un solo socio y continuando la sociedad su operatoria sin convocar a asamblea para iniciar el proceso liquidatorio, los terceros acreedores de la sociedad tendrán ante sí como obligados solidarios por las obligaciones contraídas en ese período a: Por otro lado es el menos interesado en declarar y consolidar la situación fáctica y asumir por ello una responsabilidad ilimitada frente a los terceros contratantes. 13 - En el caso estudiado por la ponencia, si debemos dejar la operatividad de la disolución social por reducción a uno del número de socios, que dependa la misma de la convocatoria a reunión de socios (o asamblea) que haga este, o a la declaración de la reunión de socios que va a estar conformada por la sola declaración del propio socio único - estamos ante el supuesto particular en que la obligación depende absolutamente de la voluntad del deudor, y por ende de ningún efecto en tal sentido. El hecho disolutorio debe operar por si solo sin depender de ninguna convocatoria, denuncia ni trámite especial a cargo del socio único o del administrador. Conf. COLMO Alfredo, “De las Obligaciones en General”Ed. Abeledo Perrot, 3ª. Ed., 1961 pag. 160 No. 220, pag. 161, No. 221. Como bien informa Luis María REZZONICO también (Conf. “Estudio de las Obligaciones”, Ed.Depalma, 9ª. Edición, 1961, pag. 532 y ss) estamos ante una condición ‘puramente’ potestativa, ilícita o mejor contrario a la esencia de obligación y derecho y como tal debe ser de ningún efecto. En el caso es ilícito dejar librada la obligación del socio único – ante los terceros – al hecho de su decisión de convocar o no al órgano de gobierno para tratar la declaración de esa circunstancia a efectos de que entonces comience a correr el plazo de 3 meses del Art. 94 inc. 8) de la L.S.C. 12 Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 5 de 6 (i) (ii) (iii) A la sociedad (o a su patrimonio pues la reducción a uno hace inoponible el carácter de sujeto de derecho a la luz de lo determinado por el Art. 2 L.S.C.), Al socio único de conformidad a las pautas del Art. 94 inc. 8) L.S.C., y A los administradores que con su conocimiento y omisión se han colocado en infracción a la pauta de los Arts. 59, 99 y 274 de la L.S.C. al no proceder a la liquidación de la sociedad y actuar en consecuencia, en todo aquello que pueda acreditarse como daño a los terceros ejecutantes. La pauta del inciso 8) es también de aplicación aún frente a una situación de liquidación de la sociedad (p.ej. ante una decisión de disolver anticipadamente a la sociedad), ya que igualmente en este estado la sociedad tiene personalidad y los títulos accionarios o cuotas sociales son aún libremente negociables. En efecto: eliminado el proceso disolutorio en virtud del Art. 94 inc. 8) por haberse decidido ello con anterioridad por cualquier otro motivo, la circunstancia de que en ese periodo de liquidación, por vía de negociación de cuotas o acciones (o de cualquier otro supuesto), un individuo deviniera en único socio de la sociedad en liquidación, se le aplicará al mismo la responsabilidad personal, solidaria e limitada por todos los actos y obligaciones asumidas mientras se mantuviere tal situación y por sus consecuencias, aunque estas se materialicen luego de reintegrada la pluralidad, de conformidad a lo determinado por los Arts. 901, 903, 904 y conc. Cod.Civ.). d) La reestructuración o reconduccion de la sociedad. Para concluir digamos que, luego de transcurridos los tres meses de que habla el Art. 94 inc. 8) L.S.C., el socio único solo podrán recomponer la vigencia de la sociedad como sujeto de derecho, previas las publicaciones pertinentes, dando la posibilidad de que cualquier tercero con interés legítimo pueda oponerse a esa reintegración de la pluralidad sin antes satisfacer las obligaciones pendientes. Se produce así una ultra actividad del principio del Art. 100 (conservación de la empresa) pero dejando a salvo los derechos de los terceros vinculados a la sociedad. El hecho del reconocimiento de la facultad de oposición de cualquier tercero con interés legítimo a esa recomposición, no impedirá al socio único reestructurar la situación de pluralidad en aras al principio de conservación de la empresa del Art. 100 L.S.C. ya que los derechos de los terceros (por los actos y obligaciones a que hace referencia la norma), no verían afectados sus derechos por tal circunstancia que tiende a la preservación de la empresa. Debemos entender que la intención del legislador de conservación de la empresa (Art. 100 L.S.C.) debe conjugarse también en preservar el sujeto de derecho regular y operativo, concepto que debe poder extenderse a otros supuestos análogos (Conf. Art. 16 Cod.Civ.) en tanto no resulten perjudicados los mencionados derechos de terceros. En tal sentido, del mismo modo en que se habilitó la regularización de las sociedades no constituidas regularmente (Conf. Art. 22 L.S.C.) o bien – aún antes de la reforma del Art. 95 por la ley 22.903) se admitió la posibilidad de reconducir una sociedad vencida, consecuentemente entendemos que se podrá ‘reconducir o regularizar’ o mejor dicho reestructurarse la sociedad, a través de un acto formal otorgado por el socio único con el nuevo integrante incorporado, instrumentándose esta reestructuración social de conformidad al tipo operativo que tuviere el sujeto de derecho en liquidación (14) y con la pauta del Art. 183 LSC (y responsabilidades propias de esta norma) registrarse nuevamente en la I.G.J. pues ésta ya ha tomado nota de la situación liquidatoria (Conf. Art. 102 LSC) y deberá ordenar y mantener el control de legalidad correspondiente a esta reestructuración. IV.- CONCLUSIONES De todo lo expuesto estimo que podríamos sacar como conclusión que la reducción a uno del número de socios opera - como hecho o acto jurídico - la disolución de la sociedad sin necesidad de acto formal declarativo alguno, pudiendo ser alegada tal situación por terceros interesados para responsabilizar por los actos y obligaciones contratados en ese periodo al socio único y por sus consecuencias aunque fueren posteriores (Conf. Arts. 901, 903, 904 Cod.Civ.). 14 .- Lo que determinará la clase de instrumento a utilizar – público o privado -. Dr. Muguillo Roberto “Conflictos y responsabilidades emergentes en la sociedad…” Página 6 de 6 La vigencia de la responsabilidad del socio único en ese periodo no puede dejarse librada a su sola disponibilidad y discrecionalidad, pues ello implicaría una potestatividad prohibida por la ley (Conf. Art. 542 Cod.Civ.) que afectaría el legitimo derecho de los terceros que contratan con el ente, operando tal sanción ‘per se’, por el hecho mismo de la ruptura del principio de pluralidad desde el mismo momento en que ello ocurre. La disolución – sin embargo - queda sujeta a la condición resolutoria de que en el curso del limitado y no prorrogable plazo de tres meses pueda el socio único reestablecer la pluralidad esencial base del contrato de sociedad. En este supuesto podemos decir que nos encontramos ante un caso implícito, automático y transitorio de inoponibilidad de la personalidad jurídica (Art. 54 párrafo tercero LSC) pues la sociedad como sujeto de derecho (Art. 2 LSC) dejará de producir sus consecuencias naturales hasta el restablecemiento – dentro de los tres meses – la pluralidad esencial del Art. 1 LSC. Una vez transcurridos esos tres meses del improrrogable término legal, caduca la facultad de recomposición de la pluralidad, se mantiene la responsabilidad solidaria e ilimitada, quedando habilitado cualquier tercero con interés legítimo a requerir la liquidación y oponerse a esa reintegración de la pluralidad con las consecuencias que tal continuidad admite la norma legal (Art. 94 inc. 8) L.S.C.). Esa oposición – sin embargo - no podrá impedir la eventual aplicación de un esquema de regularización o reconducción en vía analógica (principio de conservación de la empresa del Art. 100 LSC), o quizás mejor expresado la reestructuración del sujeto por aplicación analógica de los Arts. 22, 95 y 183 de la L.S.C., con la debida publicación e inscripción pertinente en la I.G.J., D.P.J.B.A. o similar. Pero en modo alguno esta eventual alternativa, impedirá la aplicación de la responsabilidad solidaria e ilimitada por todas las obligaciones sociales sobre la cabeza del socio único (y sobre el patrimonio del ente) hasta tanto tal circunstancia regularizante o reorganizativa ocurra y sea registrada. Roberto Alfredo Muguillo Instituto de Derecho Comercial C.A. SAN ISIDRO Instituto de Derecho Comercial Universidad F.A.S.T.A. (Mar del Plata) TE : (54-11) 4814-4267 o 4371-5434 E Mail: [email protected] / [email protected] www.muguillo.com.ar