Artículos especializados y artículos generales.

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Programa Académico de Comunicaciones
ARTÍCULOS ESPECIALIZADOS Y ARTÍCULOS GENERALES
Por: Carlos Montoya Álvarez
Profesor Comunicaciones
Es muy factible que durante el transcurso de la vida activa de un profesional tenga
que escribir uno o varios artículos, ya sea por sus responsabilidades académicas y
laborales o porque algún medio informativo solicite su ayuda de manera eventual.
No importa la razón o la circunstancia, se supone que debe estar preparado para
ello, pero en la mayoría de los casos no es así. Este documento pretende ser una
corta guía que enrute a los lectores hacia lo que podríamos considerar un buen
artículo.
Comencemos por aclarar que un artículo es un escrito que trata un tema a
profundidad pero cuyo objetivo es más informativo que formativo o especulativo.
En este sentido se diferencia del tratado, que pretende ser formativo, y del ensayo,
cuyo fin es especulativo (en otro documento nos referiremos a los dos géneros
anteriores).
¿Qué espera el público?
Si usted, el público de este documento, espera que le responda la pregunta
anterior se verá ciertamente defraudado, porque yo me la he hecho cientos de
veces y he obtenido el mismo número de respuestas, precisamente porque esa es
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la solución más sensata: cada público espera algo completamente diferente. Sin
embargo, esa es la primera pregunta que se hace cualquier buen articulista, ya
que está conciente de que una cosa esperan los académicos de una universidad
norteamericana y otra los de una europea (por más científicos y exactos que
pretendan ser) de igual manera sabe que un ama de casa ecuatoriana busca algo
muy distinto en el periódico dominical que una japonesa.
El proceso de
planeación del artículo comienza entonces por definir el público objeto y, de
acuerdo a esto, establecer el tema, el tratamiento que se le dará al tema
(coloquial, formal, académico, humorístico, poético) y definir el lenguaje a utilizar
(Especializado o general).
Por lo general los editores suelen orientar a los
redactores a este respecto, es usual que dispongan de un manual de estilo o de
algunos lineamientos para los escritores, estos se encuentran redactados bajo
ciertos parámetros que ayudan a que los medios acierten de manera más o menos
exacta, sin tener una descripción pormenorizada de su público. Por ejemplo, a
una persona siempre le interesará aquello que en términos geográficos y afectivos
se encuentre más próximo a ella, no sólo como individuo, sino como ser social,
así que seguramente también se inclinará por lo que afecte a un gran número de
personas; de igual manera mostrará, debido a la connatural curiosidad humana,
mayor predisposición para prestarle oído, en este caso vista, a lo que se le hace
desconocido o raro, claro, que también hay aquellos que suelen preferir lo que le
dicen personas, publicaciones o instituciones con una reputación ya ganada,
debido a que no tienen tiempo o cabeza para estar juzgando de manera minuciosa
cada letra que llegue a sus manos.
Los lectores de suplementos o revistas
especializadas, por lo general buscan artículos de utilidad para sus aficiones o
ejercicio profesional y, por supuesto, están las publicaciones académicas, cuya
función es publicar nuevos aportes a la construcción del saber específico en el
cual
se encuentra inserto. Dichos parámetro también influyen en la siguiente
pregunta.
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¿Qué esperan los medios y, por ende, los editores?
Cada medio, dependiendo de su vocación, tiene un público objeto previamente
identificado al cual conoce y cuida, así que, por lo general, el medio quiere lo que
su público desea. Pero también es factible que los medios vayan moldeando a
sus lectores para crear su propio grupo cautivo. En términos generales de un
artículo (Sea científico o general) se espera ante todo actualidad, lo cual implica
tanto abordar temas nuevos como retomar temas viejos con enfoques novedosos.
Como ya lo expresamos en la definición, se da por sobreentendido que el tema
será tratado a profundidad.
Lo anterior implica, por lo tanto, rigurosidad en la
investigación sin, por ello, sacrificar la amenidad. Infortunadamente confundimos
seriedad con tedio, pero es perfectamente factible lograr un artículo juicioso y
entretenido a la vez.
Por último, aunque no menos importante, los editores
esperan puntualidad, o sea, que los escritores envíen su material dentro de las
fechas fijadas para la recepción de estos; una publicación suele involucrar a
muchas personas para su preparación, un retraso genera traumatismos a lo largo
de todo le proceso que, si bien no suelen ser serios, si bastante incómodos. Es
factible que tengan que enviar nuestro artículo a un par académico que lo evalúe,
así que el camino del escrito será bastante largo, por lo tanto, siempre es mejor
enviarlo con tiempo, si no lo hacemos simplemente no nos publicarán y,
posiblemente, no nos volverán a llamar.
¿Qué se espera de un artículo?
Aparte de lo que hemos señalado, existen ciertas cualidades que tanto editores
como público esperan y merecen.
Son características básicas que, bien
observadas, pueden sacarnos airosos en la empresa de publicar un artículo.
Tal vez la cualidad más apreciada en un escrito es la claridad, no importa si es
académico o general, a todo el mundo le gusta entender lo que lee. Algunos
autores hacen textos oscuros o complicados pensando que talvez así pasarán por
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sujetos de ideas muy complejas, pero a decir verdad, la sencillez es más difícil de
alcanzar. Decir mucho con palabras simples es la verdadera maestría. Llenar un
escrito de datos técnicos, palabras altisonantes y estadísticas complejas no ayuda
en nada, a menos que sea un informe científico para una revista especializada o
una defensa de tesis.
Existen otras cualidades aledañas que ayudan a la
claridad, estas son: la precisión, lo cual implica usar las palabras en su
significado correcto y cuidarse de los sinónimos aproximados, pero no exactos.
No es otra cosa que decir lo que realmente se quiere decir; es más difícil de lo que
parece.
También ayuda mucho la concisión, consistente en ir al grano,
expresando las ideas de manera directa y ojalá corta, dicho de otra manera, es
evitar dar vueltas sobre lo mismo. Aunque es la parte más tediosa para muchos
de nosotros, no podemos apartarnos del hecho de que el uso correcto de la
ortografía y de la gramática es el mejor camino para que nuestro artículo sea
entendido a cabalidad y nuestras ideas no sean distorsionadas; a esta cualidad le
llamamos corrección. No debemos olvidar que todo el artículo debe conservar un
mismo tono, un mismo lenguaje y no abordar múltiples temas; también es
importante que las ideas guarden relación entre sí y que los anexos (cuadros,
fotos, ilustraciones) estén conectados con el tema tratado, a esto se le conoce
como coherencia. Para finalizar, citaremos la cualidad más difícil de alcanzar: la
autenticidad, su complejidad se debe a que lograr un estilo propio implica muchos
años de labor y autoconocimiento, de madurez y múltiples ensayos pero, ante
todo, de una búsqueda conciente y dirigida, en resumen, trabajo y más trabajo.
¿Qué extensión debe tener el artículo?
Varios factores determinan el tamaño de un artículo: el soporte, la línea editorial y
la función del medio. En cuanto al soporte, es evidente que la lectura en una
pantalla es significativamente más difícil que en papel, por lo tanto, las
publicaciones electrónicas suelen pedir artículos más cortos (de 8 a 12 cuartillas)
mientras que las impresas no tienen reparos en artículos más largos (de 15 a 24
cuartillas) siempre y cuando sean de carácter científico. Los medios de carácter
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masivo suelen, a su vez, ser menos tolerantes a materiales extensos, así, un
periódico no recibirá más de 3 o 4 cuartillas para un artículo especializado o 2 a 3
para una columna; de igual manera, los suplementos de temas específicos no
aceptarán más de 5 cuartillas, mientras que revistas de divulgación dirigidas a
públicos concretos podrían aceptar de 6 a 8 cuartillas. De nuevo, la manera más
simple de tomar la decisión es preguntando a los editores.
No es fácil, ni es mi intención,
resumir en cuatro páginas un compendio de
redacción, pero si espero haber generado la inquietud por crecer como individuos
y profesionales. Este documento es sólo una invitación hacia un recorrido que no
tiene destino, porque el objetivo es el mismo viaje: ser cada vez mejores. El
primer paso es la motivación, después es sólo asunto de mantenerse en
movimiento.
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