LAS MALETAS DE LA MOTO La moto era la más bonita con diferencia entre las que había a la venta. Aunque Andrés se encontró muy cómodo conduciendo otra, a mí los ojos se me iban a ella. Solo su precio nos hizo dudar un poco y tomarnos un tiempo antes de tomar la decisión de comprarla. Cuando lo hicimos ya sabíamos que había ya algo que cambiar, algo en lo que deparé en cuanto salimos con ella a probarla: el asiento de pasajero original. Solo era cómodo como respaldo para el piloto. Pedimos precio del asiento confort pero su precio nos tiró para atrás, así que durante una semana anduvimos tal cual. El primer día que dimos una vuelta con ella recorrimos unos cuarenta kilómetros. En mi vida lo había pasado tan mal en una moto. El pantalón que llevaba puesto era de tela fina y hacía que me escurriese. No sabía a donde había de agarrarme para no irme al suelo. Pronto llamamos a la BMW a preguntar el precio y encargamos el asiento y el aro confort. Cuando lo pusimos cambió totalmente mi percepción en cuanto a comodidad además de estética de la moto. Aún así, pronto estaba dando la tabarra sobre el respaldo. En poco tiempo estaba nuestro hijo Adrián preparando una pletina para colocar el respaldo confortable y a mi medida. ¡Menudo lujo! Hicimos nuestro primer viaje con equipaje. Fuimos a Viveiro un fin de semana. Meter la ropa en las bonitas maletas pequeñas de piel, además de las cosas que ya había en ellas (guantes, bayeta, forros…) fue bastante difícil. Nos dimos cuenta de que habría que echar mano de bolsas aparte. En nuestro primer gran viaje a Cataluña por 15 días en Agosto de 2007 echamos mano de las típicas bolsas de motero, rulos sin fin que se llenan y llenan y parece que no tienen fondo. El inconveniente es que cada vez que llegábamos a los hoteles y vaciábamos la ropa estaba bastante arrugada Un día fuimos a Andorra, en donde compramos los cascos SystemV que tenemos en la actualidad. Pasamos la frontera que no se veía la moto, parecíamos el carrito de los helados. Nos habíamos comprado también una maleta de las de quad , así que el viaje de vuelta a Barcelona lo hicimos con nuestros estrenados cascos en la cabeza y los otros metidos en la maleta. Imaginaros que ilusión ¡todo encartado guardando la forma! Las bolsas las enviamos a casa por transporte cargadas de ropa sucia y los cascos antiguos. Esa no volvimos a usarla nunca. ¿Quién dijo que había falta de espacio para equipaje? Con las maletas grandes mejoraron muchísimo las cosas. Para algunos viajes usamos un troller que acoplamos muy bien en el pequeño portaequipajes que confeccionamos con el antiguo aro del asiento trasero original. Usamos dos tamaños, según los días que durase el viaje, pero solo tengo fotos de uno. La plancha también trabajó para colocar una pegatina del foro en éste. Aún así buscábamos algo más cómodo de poner y sacar. Compramos en Internet casi a la vez el rulo y la maleta grande que va simplemente encajada en el respaldo del asiento trasero. Es una maleta con mucha tachuela (que teñimos) y flecos (que le sacamos). . Ahí metemos la mitra de cosas, creo que son nuestras maletas definitivas La maleta la sacamos y llevamos a la habitación del hotel y el rulo lo solemos vaciar y dejar siempre en la moto por si hace falta. En la bolsa sobre-depósito llevamos los cargadores de los móviles, guantes, toallitas anti grasa, gafas, mapa, un pequeño botiquín alguna ocurrencia de última hora y poco más, creo que si fuese necesario no la llevaríamos siquiera. Mis gafas y pañuelos suelo ponerlos en uno de los bolsillos laterales de la negra cuadrada, así no tengo que andar pidiéndoselas a Andrés . Como os pasará a todos, cuando viajamos en pareja debemos ponernos de acuerdo sobre lo que se ha de meter dentro de las maletas. En un viaje en moto hay que rizar el rizo y ordenar todo muy bien, aprovechar cada recoveco para meter algo, un par de calcetines bien apretados o cualquier pieza de ropa interior. En la cuadrada metemos ropa más delicada de plancha y en las bolsas de las de la moto metemos el resto. Particularmente a mi no me gustan mucho las bolsas interiores de las maletas. Las lleno pero cuando las meto en la moto siempre tengo la impresión de que hubiese metido algo más sin ellas, sin embargo son muy cómodas cuando llegas al destino; puedes dejar en el garaje los cascos metidos dentro de las maletas e irte con el equipaje en la mano. En el rulo metemos algún calzado más cómodo que las botas y el neceser con todos los cachivaches fundamentales para una mujer cuando va a pasar al menos una noche fuera de casa, esto es: ”todo lo que puede que haga falta aunque casi nunca uses, pero echarías de menos si no llevases”, todos los “porsia!, por si acaso hace falta, vamos. Si es entretiempo y los trajes los llevamos ligeros debemos hacer sitio también para los forros térmicos por si el tiempo se pone feo y hace frio. Siempre metemos una bolsa a mayores por si acabamos comprando algo, aunque cada vez nos estamos volviendo más cómodos y prácticos, y los recuerdos los llevamos en la cámara de fotos y en la sesera, que ocupan menos. Ana. (Salamana)