EL HUMANISMO Y EL TRANSITO ... CONCIENCIA ECOLOGICA

EL HUMANISMO Y EL TRANSITO ETICO HACIA UNA
CONCIENCIA ECOLOGICA
Primera parte
“El hacha nació amistosa cuando la forjó una mano que
sólo buscaba airosa, un poco de bosque sano .El hacha
cortó temprano, la leña que nutre el fuego donde se
doraba ciego, el pan de todas las mesas”.
La vida surgió en la tierra hace más de 3.000 millones de años El
hombre es relativamente reciente, ya que data de apenas unos tres o
cuatro millones de años.
Contrariamente a los animales, que vivían vinculados al medio
ambiente, el hombre no podía sobrevivir si no transformando cuanto le
rodeaba. De esta forma se fue convirtiendo en soberano indiscutible
de su ambiente. En sus orígenes, allí donde no existían tierras de
labranza, se aclaraban los bosques , dejando así un campo fértil para
la producción de alimentos. La tierra arrasada, tras sucesivas
cosechas, iba perdiendo la capacidad productiva y a los pocos años la
tribu se trasladaba hacia nuevos sitios de bosque virgen, iniciando un
nuevo ciclo.
Esta situación lleva a los hombres a desarrollar la agricultura en forma
más sistemática. El origen de la agricultura, se sitúa aproximadamente
hace unos 8.000 a 10.000 años Con el desarrollo de esta actividad el
hombre empieza una nueva época en su vida, dejando de ser un
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nómade itinerante, cazador y recolector. Se convierte en sedentario,:
surgen las ciudades, y se desarrolla el comercio de productos
agrícolas para proporcionar alimentos a los habitantes de estas urbes.
El aumento de la población y la comercialización de los excedentes
producidos en los campos, llevaron a los dueños de la tierra a
explotarla en forma más intensiva, en un principio utilizando mano de
obra esclava. Posteriormente, conforme escaseaba la mano de obra
cautiva, se iban arrendando las tierras a agricultores particulares más
laboriosos. Estos pagaban el arrendamiento a los propietarios de las
tierras ya sea en especie o bien, con una parte de la producción. Con
el tiempo estos productores se fueron transformando en siervos al
servicio del señor propietario de la tierra. Nace así el sistema feudal,
que se extendió como sistema político y económico desde fines del
imperio Romano, en el, siglo V (se
estiman 54 millones de habitantes),
hasta
fines del siglo XVIII (.se estiman 1.325 millones de habitantes )
Los excedentes de la agricultura y la ganadería se utilizaron en la
producción de productos más industrializados, como los tejidos de
lana y la ropa, que originalmente fabricaron los artesanos en un taller
familiar, y posteriormente en talleres industriales.
En la medida que la población fue aumentando había que alimentar a
un mayor número de
habitantes de las ciudades. Nacía así el
comercio nacional y las redes de comercio y conquista internacional,
encabezados por los reinos de países europeos, como
Inglaterra,
España, Portugal y, Francia, entre otras potencias.de la época.
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Hacia fines del siglo XV, con la especialización de los continentes en
el desarrollo mercantil ya nacía la globalización. Europa ponía la
capacidad empresarial, América y los países de la periferia los
recursos naturales, y el África negra la mano de obra esclava.
La escala de la explotación de los recursos naturales, que se realizaba
en la época, con una población mundial estimada en 1.300 millones de
habitantes, no provocaba problemas ecológicos de magnitud, y si esto
ocurría era en condiciones muy locales.
Los pensadores e historiadores
de la época no citan la cuestión
ambiental o ecológica, como un problema serio. Los problemas
derivados del desarrollo agrícola, industrial y mercantil estaban
centrados en otro foco, un foco social de la relación de los hombres
entre sí.
Segunda parte
“Con el paso de unos largos siglos de rasgo muy duro el
hacha extendió su apuro a las selvas en letargo, y allí
comenzó el amargo tiempo en que el bosque entreabierto
abrió la puerta al desierto y el desierto a la sequía y la
sequía a los días de chubascos tan inciertos”.
El siglo XVIII es el siglo de las luces o de la Ilustración. Se desarrollan
las corrientes filosóficas del racionalismo y el naturalismo. Es una
época de
grandes pensadores, el francés Descartes, los ingleses
Bacon y, Hobbes, el alemán Leibniz (m. 1716). Se produce un avance
notable en la investigación científica, representada por el genial
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Newton. Se abren paso las ideas políticas de Rousseau, Diderot,
D'Alambert y Voltaire . Los líderes intelectuales de la época, a través
de sus ideas, querían provocar cambios y conducir a la humanidad
hacia un nuevo paradigma de progreso, sacándola del largo periodo
de tradiciones, superstición, irracionalidad y tiranía del período feudal
También aparecen doctrinas filosóficas del liberalismo económico,
como las propugnadas por Adam Smith (1776), que dieron sustento
teórico al capitalismo. Bastante más tarde (1848) se escuchan los
socialismos utópicos de Henry Saint-Simon, Luis Blanc y Proudhon y
el socialismo científico de Marx y Engels (1880).
Cambios sociales notables se inician ya en 1649, cuando en Inglaterra
estalla la revolución liderada por Crowmwell, que estableció la
monarquía parlamentaria y se abren las puertas del poder político y
económico más allá de la nobleza gobernante. Casi un siglo más
tarde, en 1776 se declara la independencia de Estados Unidos de
América del Norte, proclamando los principios básicos de "Libertad,
Igualdad, Fraternidad" y el sentido republicano en la dirección del
destino de las ex colonias inglesas. En un día como hoy, el 14 de julio
de 1789 se inicio la Revolución Francesa, movimiento social y político
que derrocó a la monarquía absoluta, proclamó los derechos del
hombre y del ciudadano, instituyó la república y puso fin al régimen
feudal imperante en Francia hasta la época. En la primera década del
siglo XVIII se inician las acciones independentistas de los países de la
América Española, inspirados en las gestas de Estados Unidos de
Norte América y de la Revolución Francesa..
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En el siglo de las luces se realizaron también grandes innovaciones
tecnológicas, las cuales se vio favorecidas por la riqueza, proveniente
de las colonias que dominaban los países europeos y de
la
acumulación de capital, producto de las actividades mercantiles, y del
descubrimiento de nuevas formas de energía.
Se hace presente en este período la Revolución Industrial que llevó al
surgimiento de la fábrica en reemplazó al taller familiar, e incorporó la
división del trabajo, la especialización y la producción en serie.
El sector obrero nacido con la Revolución Industrial no tenía una
jornada ni salario mínimo, trabajaban niños y mujeres, los obreros
vivían al lado de las fábricas.Frente a este tipo de situaciones, la
reacción de los obreros o "proletarios" fue la huelga y la creación de un
nuevo género de organizaciones gremiales; los sindicatos, las
sociedades de resistencia y socorro, las mancomunales..
También la agricultura innova sus procesos de producción obteniendo
mayores rendimientos. La propiedad de la tierra se concentra y se
produce un éxodo de la población rural hacia las ciudades y las
fábricas,
generándose
múltiples
problemas:
hacinamiento
y,
mortalidad infantil, entre otros problemas sociales
De lo anterior se desprende que en este período de la historia se
produjeron profundos cambios en el sistema político y económico, que
echó por tierra al feudalismo iniciado ya 13 siglos antes.
La cuestión social fue la gran preocupación de los hombres de la
ilustración. En esta época de la historia aumenta la riqueza a nivel
global, comparado con los siglos anteriores, pero las clases sociales
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más bajas, los labradores, los obreros y los miserables se benefician
en una escala muy inferior de las transformaciones producidas
Visto los hechos con la perspectiva que proporciona el tiempo
histórico, cabe preguntarse si ¿fueron
las ideas de
los filósofos
intelectuales y pensadores , las artífices de un tránsito ético desde una
sociedad feudal a una más moderna , de principios más humanistas?
La respuesta es afirmativa, pero solo en forma parcial. Los pensadores
influyeron en los líderes de los movimientos revolucionarios. Sin
embargo, tanto en la revolución inglesa, como en la francesa y en los
movimientos de emancipación de América, la burguesía se apoderó
del movimiento social, en defensa y construcción de sus propios
intereses económicos, sobrepasando el ideal ético y humanista
elaborado por aquellos hombres de bien.
“Tercera parte
“El hacha se hizo violenta, y ya no midió el hachazo,
cortó de manera cruenta dejando los bosques rasos.
Cayó el árbol a su paso, muerto de mala fortuna, sin
utilidad
ninguna.
El
bosque
entró
en
cautiverio,
pareciendo un cementerio calcinado por la luna”
Fue a partir de la revolución industrial que se incrementa la
explotación de los recursos naturales a nivel mundial.
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La Revolución Industrial desató, no sólo, el auge económico, científico
y técnico, sino también el uso intensivo, e irracional de los recursos
naturales, en busca de modelos de acelerado crecimiento económico."
Luego de la Segunda Guerra Mundial, se hicieron carne los conceptos
de “Desarrollo, Industrialización, Modernización y Crecimiento”; la
naturaleza comenzó a ser esquilmada y el endiosamiento del dinero
transformó al hombre en su propio lobo predador, como sostenía
Thomas Hobbes,
Las economías socialistas o socialismo reales no fueron ajenas a esta
realidad, todos recordamos, como un botón de muestra el terrible
accidente nuclear de Chernobyil. Los socialismos reales, mostraron
una incapacidad de proveer democracia, justicia social y sostenibilidad
ecológica.
Con la caída del muro de Berlín, en 1989, predomina
capitalista, que con sus políticas neoliberales ha
el sistema
profundizado las
crisis ecológicas y sociales.
Hoy, la mitad de los bosques que una vez cubrieron la Tierra, han
desaparecido.
No
hay
suficientes
árboles
que
absorban
los
excedentes de CO2, por lo cual el efecto invernadero y el
recalentamiento de la tierra se agravan. El dióxido de carbono
presente en la atmósfera (370 partes por millón) se ha incrementado
en un 32% respecto al siglo XIX, alcanzando las mayores
concentraciones en los últimos 20 millones de años, Hoy añadimos
anualmente a la atmósfera más de 23.000 millones de toneladas de
CO2, acelerando el cambio climático y se prevé que las emisiones de
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aumenten en un 75% al año 2020. Cada año se emiten cerca de 100
millones de toneladas de dióxido de azufre, 70 millones de óxidos de
nitrógeno, 200 millones de monóxido de carbono y 60 millones de
partículas en suspensión, agravando los problemas causados por las
lluvias ácidas, el ozono troposférico y la contaminación atmosférica
local.
Este grado de alteración del medio ambiente nos afecta a todos por
igual, pero no así los beneficios que de ello se pueden haber derivado.
El 15% de la población mundial vive en países de altos ingresos y a
ellos corresponde el 56% de todo el consumo del mundo, mientras que
al 40% más pobre de la población mundial, que vive en países en
desarrollo, corresponde únicamente el 11% del consumo.
En fin, hemos llegado al momento actual de la economía mundial con
un escenario en donde la polarización es cada día más grande; un
mundo dirigido por las empresas trasnacionales, las que dictan
políticas económicas y sociales que benefician sus propios intereses,
en detrimento de los países pobres, y además, en detrimento del
medio ambiente y de los equilibrios ecológicos a escala planetaria..
El comienzo del tercer milenio se caracteriza entonces por un
ecosistema humano mundial amenazado por graves desequilibrios de
la productividad y de la distribución de bienes y servicios. Una
proporción importante de la humanidad sigue viviendo en condiciones
de verdadera pobreza, y la proyección de las tendencias indica una
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creciente divergencia entre los que se benefician del desarrollo
económico y tecnológico y los que no se benefician. .
. No serán los estados los que regirán al mundo en el siglo XXI, sino el
poder de las estructuras económicas transnacionales. La globalización
no solo ha igualado las costumbres sino que además ha privatizado el
poder.
Según sostienen arqueólogos y antropólogos, desde la aparición del
primer hombre, hace tres s o cuatro millones de años, han pasado por
este planeta hasta la fecha unos 85 mil millones de seres humanos;
96% de los mismos respetaron e interactuaron con la naturaleza y
solamente el último 4% ha comenzado a destruirla.
Sin embargo, como en el mosaico que decora nuestro templo, siempre
el blanco acompaña al negro, y como el principio de acción y reacción,
como la voz de la conciencia han existido voces que han tenido otra
actitud respecto de la relación que el hombre y la sociedad debieran
tener sobre el medio ambiente.
En efecto, el concepto de protección de la naturaleza nace en la
segunda mitad del siglo XIX, aunque solo hacía referencia sobre todo
a valores estéticos. Las primeras huellas del ecologismo se puedan
encontrar en Inglaterra, donde la explotación abusiva de la naturaleza
por la incipiente industrialización creó un espacio favorable al
desarrollo de las ciencias naturales. Hacia 1948, se crea la Unión
Internacional por la Protección de la Naturaleza (UIPN). y 15 años más
tarde se funda el Fundación de la Vida Silvestre (WWF)
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A partir de 1960, el ecologismo incipiente conocido hasta la época,
opera un cambio profundo, para centrarse en el entorno humano con
un tema nuevo: la supervivencia de la especie humana. El movimiento
ecologista se radicaliza buscando un nuevo estilo de vida alternativo a
la sociedad industrial. Se abre paso la Ecología Política y, en
numerosos
países,
se
crean
los
partidos
políticos
“verdes”.
Pensadores y teóricos de origen marxista como André Gorz y Alain
Lipietz teorizan el paso de lo “rojo al verde” y en 1974, René Dumont,
considerado como el padre de la Ecología política en Francia, se
presenta por primera vez a las elecciones presidenciales de ese país
En 1972, y gracias a nuevos conocimientos científicos, se publica el
primer informe del Club de Roma que prevé el colapso del sistema
mundial debido a los “límites del crecimiento”. En este mismo período,
en Estocolmo, se realiza la conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medioambiente.. En 1987 el documento de Naciones Unidas,
“Nuestro futuro común”, impone el concepto de
“desarrollo
sostenible”, definido como aquél que satisface las necesidades del
presente
sin
comprometer
las
necesidades
de
las
futuras
generaciones.
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Basándose en este concepto, tiene lugar la Cumbre de la Tierra en
Río de Janeiro en 199. Le siguen otros eventos internacionales hasta
llegar a la Cumbre de Kyoto y su protocolo homónimo, cuyos alcances,
lamentablemente han tenido solo un valor simbólico.
Los sectores capitalistas también han presentado reivindicaciones.
ambientales, estableciendo
que puede haber una situación de
convivencia y respeto entre lo ecológico y el sistema económico actual
,sin existir un necesario conflicto entre ambos. Estos “holocapitalistas”,
o “capitalistas verdes”, establecen que los recursos naturales son
bienes transables, que tienen un precio, y que se debería establecer
un sistema de multas y penalizaciones a las empresas y personas que
incumplan con los planes de respeto con el medio ambiente. Crean el
concepoto de transacciones de bonos de carbono, de cuotas de
contaminación transables en el mercado, de las multas pecuniarias por
daños ambientales y la idea de crear
reservas medioambientales
privadas, en poder de ricos hombres de negocios,, que seguramente
les permitirán realizar nuevos negocios en el futuro.
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.Nuevamente cabe preguntarse si el tránsito de la sociedad hacia una
conciencia ecológica frente a los problemas económicos, sociales y
ambientales que enfrenta la humanidad será un tránsito ético, basado
en los principios de sustentabilidad ecológica, o bien será mercantil,
basado en la transacción de estos nuevos bienes,. ¿Serán los
pensadores y filósofos modernos, que promovieron la conciencia de la
humanidad
quienes también promuevan el cambio hacia una
conciencia ecológica, basados en principios éticos o serán superados
por los intereses de económicos de los mercaderes transnacionales,
que ven en el tema ambiental nuevos negocios y herramientas de
poder?
A modo de conclusión
“El hacha es un reloj hueco, que marca la hora del
bosque, aunque de furia se enrostre
el paramo mas
reseco, y cambie el río sus ecos y el leñador su
prenombre,. No cambian lo que por cierto consigue el
hacha en su nombre, el bosque precede al hombre, pero
le sigue el desierto”.
. En el campo de las ideas se está gestando un tránsito ético hacia
una conciencia ecológica que cambie la relación del hombre con el
medio ambiente, lo que pasa por profundos cambios en la economía ,
en la sociedad y en nuestra forma de pensar. Esta necesidad, está
fuertemente entroncada en la sociedad civil y la opinión pública. No
obstante, en el campo práctico, este tránsito, parece ser que será
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gobernado por otros intereses, los económicos y de poder,
relacionados con un sentido mercantil del medio ambiente,
.
Frente a este mundo globalizado, los miembros de la Masonería
deben proponerse ser el gran alquimista, que cambie al hombre
consumidor en un hombre ciudadano, que sea capaz de impulsar el
tránsito ético hacia una conciencia ecológica, que gobierne la relación
entre los hombres y su medio ambiente, y de esta forma permita la
construcción de una sociedad de hombres libres, iguales y hermanos.
“El hacha nació amistosa cuando la forjó una mano que
sólo buscaba airosa, un poco de bosque sano .El hacha
cortó temprano, la leña que nutre el fuego donde se
doraba ciego, el pan de todas las mesas y apostaba a la
certeza del hambre saciada luego”.
GSvSch
Julio 2010
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