GLADIATOR

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GLADIATOR (2000). EL CINE Y SU APLICACIÓN
DIDÁCTICA
INTRODUCCIÓN
Nacionalidad
Estreno
Duración
Dirección
Intérpretes
USA
19-05-2000
110 m.
Ridley Scout
Russell Crowe (Máximo)
Joaquin Phoenix (Cómodo)
Richard Harris (Marco Aurelio)
Djimon Hounsou (Juba)
Oliver Reed (Próximo)
Connie Nielsen (Lucilla)
La película de Ridley Scott Gladiator (pronúnciese en latín y no en inglés) ha
supuesto la reactivación del género de lo que se solía llamar “películas de romanos”
o lo que los entendidos llaman “peplum”.
Fernando Lillo Redonet, en su libro “El cine de romanos y su aplicación
didáctica”, ed. Clásicas, Madrid, 1994, mostró diversas formas de acercamiento a
este cine y a cómo sacar partido de lo que ese “cine de romanos” puede aportar. Hemos
pretendido ofrecer un ejemplo de acercamiento al mundo clásico a través del cine y, en
particular, de una película que ha marcado un hito dentro del cine actual, al saber
conjugar recreación histórica clásica con sofisticados y modernos efectos especiales.
I - ROMA: HISTORIA Y EXPANSIÓN
La película, como es evidente en una “película de romanos”, está localizada
temporal y espacialmente en la Roma, en concreto en la Roma Imperial. El
carácter pseudo-histórico de la película, muy de moda en la actualidad en el ámbito
de la literatura gracias al subgénero de la novela histórica, va a ser el guía de este
apartado del estudio de la Antigüedad y de Roma. Analizar la veracidad y fidelidad de
los hechos narrados en la película en relación con la realidad histórica y las desviaciones
y falsedades históricas de la película pueden ser un hilo conductor del tema histórico, ya
que la recreación de un pasado y de una época tan arraigada en los cimientos de la
cultura occidental nos obliga a comprobar qué hay de verdad y qué hay de ficción en
esta recreación histórica.
En concreto, la acción nos lleva al momento histórico que va de los últimos
momentos de la vida del emperador Marco Aurelio, tras su victoria sobre los
germanos marcomanos cerca de Vindobona (actual Viena) (178-180 dC.), y la sucesión
al trono de éste por parte de su hijo Cómodo, con quien se pone fin al período conocido
generalmente como Alto Imperio y a la dinastía de los Flavios y tras el cual se dibuja la
crisis y decadencia del Imperio, abriéndose Roma camino hacia el Bajo Imperio.
Marcus Annius Aurelius Verus (Marco Aurelio) llegó al poder en el año 161 d.C,
tras suceder a Antonino Pío. Contaba con 40 años de edad, y con una sólida formación
humanística, de lo que se infiere fácilmente, que fuera conocido por todos como “el
filósofo”. Hallándose el emperador en Vindobona, murió aquejado de peste, el 17 de
marzo del año 180, y no en manos de su hijo Cómodo, como induce a creer el filme.
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Marco Aurelio, no sin dificultades, alivió el peso fiscal del Imperio sobre los más
desfavorecidos, al tiempo que hacía considerables esfuerzos por proteger las fronteras
de Roma, y aún ampliar el territorio, cuyos confines eran sobradamente vastos, ya por
aquél entonces. La afinidad que le unía al emperador precedente, Trajano, contribuyó a
situarle en la línea sucesoria. Ambos eran de origen hispano, como el general Máximo
en el filme. El cosmopolitismo que destila la película da a entender la vastedad de un
Imperio que sólo una conducta recta podía preservar. Por ello, son muchos quienes
defienden el restablecimiento de la República, como la solución más efectiva para
combatir el despotismo de muchos emperadores, cuya política se basaba en una mezcla
de exceso y represión, necesaria para contener a una población ávida de justicia social, y
contraria al abuso de los poderosos. Para Cómodo, la única solución al descontento
popular parecía ser una fórmula aparentemente infalible: panem et circenses, o lo que
es lo mismo, alimento y diversión. La base del alimento, que se materializaba a través
de la annona (reparto de trigo y otros alimentos de primera necesidad), la constituía,
como no podía ser menos, el producto final del ingrediente principal: el pan. La
diversión, por otro lado, estaba garantizada sobre la base de los espectáculos que se
celebraban en el coliseo y en el circo. Hay que resaltar que durante un segundo o dos en
una silla en la que se sienta Cómodo mientras habla con su hermana se leen
abreviaturas del tipo a las que aparecen en las inscripciones IMP. CAES., etc.
Hasta aquí historia y film van unidos.
En la película, desviándose de la historia que nosotros conocemos, la trama
pseudo-histórica nos cuenta que Marco Aurelio, cercano a la muerte, propone a su
general en jefe Máximo que devuelva Roma a la República, así como su intención de no
transferir el trono a su hijo Cómodo, encargo que Máximo acepta no muy gustoso.
Cuando Marco Aurelio informa a su hijo de su decisión, no encuentra la comprensión
de este, que lo asesina (hecho que la historia no parece reflejar) y decide asumir el
imperio. Cuando pide fidelidad a Máximo, este se la deniega y, tras el intento fallido de
ejecución del general por parte de la guardia pretoriana y el asesinato de la familia de
Máximo, comienza el desarrollo de la obra: el fin de Máximo será la venganza. Se nos
pinta a un emperador enloquecido (no debía ser muy distinto en la realidad) y a un
general inverosímilmente convertido en gladiador, centrándose el final de la película en
su enfrentamiento y desafíos.
Esta sinopsis podría hacernos pensar en un típico protagonista de las modernas
películas de acción, pasado por los filtros del cine histórico. Sin embargo, el personaje
de Máximo resulta muy diferente a esos héroes unidimensionales a los que
Hollywood nos tiene acostumbrados, ya que en él se dan cita muy diversos y
sugestivos matices: antes que un guerrero implacable acuciado por la sed de venganza,
es un jefe responsable, un camarada leal, y, ante todo, un hombre devoto de su familia,
que desea volver a su hacienda de Hispania para recoger sus cosechas. Ciertos rasgos
del personaje de Máximo, como su religiosidad, su modestia, su capacidad de ternura,
incluso el fatalismo estoico con el que sobrelleva el dolor por la cruel pérdida de sus
seres queridos, resultan más que infrecuentes en el cine de consumo de estos últimos
tiempos. Ahora bien, si Máximo es el que nos emociona, el personaje más jugoso y
complejo psicológicamente es Cómodo, que se desmarca del tópico del malo de la
función. Paradójicamente, es el más débil de toda la película: un hombre atormentado y
acomplejado por su falta de carisma, víctima de un amor imposible y escandaloso, y
corroído por la envidia hacia Máximo, porque en realidad fue él el que le arrebató el
papel de hijo del César. La coraza blanca que lucía Cómodo durante la lucha con
Máximo al final, es una reproducción exacta de la famosa coraza de Augusto, el Primer
Emperador de Roma. De hecho, éste aparece con ella en su escultura más conocida,
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pero no pintada de blanco. En la vida real, Cómodo fue realmente el único Emperador
Romano en la historia que luchó como gladiador en la arena. Sin embargo, el lo hizo en
varias ocasiones, no solo una vez; además, el no murió en la arena, sino que fue
estrangulado en su vestuario por un atleta llamado Narcissus.
La banda sonora de la película, realizada por Hans Zimmer, es un gran
trabajo. Se aleja bastante de esas composiciones suyas que no logra combinar
acertadamente con las imágenes que surgen de la pantalla. Al contrario, su música es
aquí una auténtica banda sonora, una verdadera música de cine. Temas como los que se
escuchan durante la batalla (y sobre todo antes de que ésta se produzca), con la llegada
del emperador a Roma y, sobre todo, el fragmento melódico que oímos cuando el
protagonista reza antes de partir a su hogar, demuestran la gran capacidad creativa del
compositor alemán. No obstante, presenta otros momentos sublimes a la vez que breves;
tal sucede cuando Máximo avanza hacia su casa intentando evitar la tragedia. La música
de Zimmer se adapta magistralmente al cabalgar del caballo, una auténtica maravilla
Junto a ello, a lo largo de la película, en diversos pasajes, se nos recuerda
otros momentos importantes de la historia de Roma: hacia el minuto 80 de la
película, cuando Máximo y sus compañeros gladiadores salen a escena en el Anfiteatro
Flavio, el “presentador” de los juegos recuerda a sus conciudadanos que allí se va a
recrear la famosa batalla de Zama, donde el romano Publio Cornelio Escipión derrotó a
los ejércitos del bárbaro cartaginés Aníbal, en el año 202 a. C. y que supuso el final de
la Segunda Guerra Púnica y la extensión de Roma por nuevos territorios del
Mediterráneo Occidental. Más adelante, hacia el minuto 125 de la película, cuando
Cómodo juega con su sobrino Lucio Vero y éste muestra su admiración por Máximo,
“el liberador de Roma”, el emperador alecciona a su sobrino a partir de libros de historia
sobre el futuro que espera a los traidores al emperador; le habla entonces del emperador
Claudio (ejerció el “imperium” del 41 al 54 d. C.) y de cómo sus más allegados
intentaron asesinarlo, pero, al enterarse él mismo con antelación, tomó las medidas
oportunas para evitar su muerte, haciendo asesinar a la entonces su esposa, Mesalina, y
a su amante Cayo Silio.
Junto a estas escenas, es necesario citar la constante obsesión y
contraposición entre el emperador Cómodo y el senador Graco, reflejo de la
oposición entre la vieja aspiración de muchos romanos (e incluso del propio Marco
Aurelio según la película) de volver a la República y el talante de los emperadores y de
algunos de sus seguidores (como los pretorianos) defensores del “imperium”, al tiempo
que nos recuerda la oposición entre Cómodo y su padre Marco Aurelio, que, como otros
emperadores de la familia antonina, intentó tener siempre de su parte al senado
confiriéndole más atribuciones que las que los Julio-Claudios y Flavios le confirieron,
mientras que Cómodo les restó importancia y atribuciones, persiguiendo a senadores
sospechosos (como hiciera Nerón), siendo esta una posible causa de su derrocamiento.
Análisis:
1.º.- La reiterada obsesión reflejada en la película por los ideales de la vieja
República y por devolver el poder al senado, tal cual le pide Marco Aurelio a
Máximo antes de que muriera , es el momento oportuno para estudiar el segundo gran
período histórico de Roma (el primero es el de la Monarquía de Roma, desde el 753 a.
C. hasta el 509 a. C): la República, desde el lejano 509 a. C. hasta el año 30 a. C., en el
que muere Marco Antonio, año que se toma como crucial ya que deja el camino
expedito a Octavio para su definitivo ascenso político hasta el llamado Principado.
2.º.- La aparición de personajes históricos como Marco Aurelio y Cómodo,
dos emperadores, y la idea del gobierno de emperadores depravados (motivo
recurrente en las películas de romanos; sin ir más lejos, podemos mencionar a Tiberio,
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Calígula y Nerón en “Yo, Claudio” o Nerón en varias películas “de romanos”), nos
conduce inevitablemente a hablar del tercer gran momento de la historia de Roma: el
Imperio, desde el 27 a. C. hasta el final de Imperio romano y su división en dos hacia el
siglo V. El carácter autoritario de este sistema político está bien reflejado en la película.
3.º.- En relación con la República y con el Imperio, se nos plantea un importante
apartado dentro de la historia de Roma que de siempre ha fascinado a todos aquellos
que se han acercado a su historia, su expansión por el Mediterráneo y otros
territorios: de pueblecito del Lacio al vasto imperio de la época de Adriano.
Compaginando el estudio histórico y geográfico puede hacerse más entretenido el
estudio de la romanización. Podemos tomar como referentes de la película el hecho de
que la batalla inicial se lleve a cabo contra los germanos cerca de Vindobona (actual
Viena); que Máximo Décimo Meridio es hispano (de hecho vive cerca de Emérita
Augusta o Mérida); en el Coliseo van a rememorar la batalla Zama, punto final de la
Segunda Guerra Púnica; se cita a Marco Antonio y Cleopatra, amor sólo posible por la
conquista romana de Egipto; los gladiadores del grupo de Próximo, al que pertenece
Máximo, inician su andadura y sus primeros combates en algún punto de lo que sería
Mauritania (en la película el poblado se llama Zucchabar, en la actual Argelia).
4. º.- Por otro lado, la expansión de Roma sólo fue posible gracias a la
imponente máquina de guerra que fue el ejército romano en su conjunto. La
película comienza con la impresionante batalla en los bosques de Germania , donde se
puede ver a los diversos destacamentos de infantería y caballería, las armas de corto y
largo alcance, las máquinas de guerra, los generales, los estandartes de la legión
(recuérdese el grito de guerra: “¡Por la Victrix!” y “Fuerza y honor”). Por otro lado, la
escena en que Máximo se “borra” la marca de la legión de su brazo, SPQR (abreviatura
de la denominación política de Roma, Senatus Populusque Romanus).
Tanto las secuencias bélicas como las que describen la arquitectura de la
Roma imperial son asombrosas, tanto por su perfección plástica (la imagen del
exterior del Coliseo, contemplado desde abajo por los ojos asombrados de Máximo y
sus camaradas gladiadores, es muy hermosa) como por su rotundidad y vigor. De entre
todos los ejemplos que se podrían citar a este respecto, yo prefiero destacar la secuencia
que abre la película (la batalla en los bosques de Germania), que deja al espectador
literalmente pegado a la butaca durante toda su duración. No puede hacerse ningún
reparo a su enérgica plasticidad, procedente no sólo de los detalles violentos y
sanguinarios, sino de su precisión y detallismo. Y se puede ver que una de las legiones
que aparecen dispuestas a la batalla, es la Legio VII que fue la que se asentó en España,
sentando las bases para la fundación de la actual ciudad de León
5. º.- La presencia de personajes históricos (bien como elementos básicos del
transcurso de la narración cinematográfica, bien sólo citados en algún momento del
film), frente a personajes creados “ad hoc” para la película, nos puede llevar a revisar
la historia de Roma a través de estos personajes, es decir, hablar de las épocas
relevantes de la historia de Roma a partir de los personajes claves de la misma.
Para la República, podríamos fijarnos en Publio Cornelio Escipión, por su importancia
en la Segunda Guerra Púnica, ya que, gracias a su victoria sobre Cartago, Roma se
deshizo de un peligroso enemigo, Aníbal, de un pueblo rival, el cartaginés, y, además,
supuso la expansión definitiva y el asentamiento continuado de los romanos en el
Mediterráneo Occidental: Hispania y Mauritania. También dentro de la República
deberíamos hablar de Cayo Julio César, que dará nombre o título a los emperadores, por
cuanto supone el inicio del tránsito del poder político oligárquico al poder político
unipersonal y porque logró la conquista de las Galias y la delimitación y el
enfrentamiento con los pueblos germanos e incluso el enfrentamiento con los habitantes
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de Britania. También podríamos hablar de Marco Antonio y Cleopatra (historia de
amor a menudo representada en el cine y en el teatro), que a su vez encierra un doble
análisis: la expansión de Roma por el Mediterráneo Oriental (Egipto) y la formación
del segundo triunvirato entre Marco Antonio, Lépido y Octavio, que finalizó con el
ascenso político de éste último hasta el Principado, es decir, el inicio del Imperio
Romano; téngase en cuenta además la relación de Cleopatra con César, del que tuvo un
hijo, Cesarión. La figura misma de Octavio Augusto debe ser analizada por ser el inicio
de la época imperial romana. La cita en un momento de la película del nombre de
Claudio es también excusa para hablar de él y de la familia Julio-Claudia (recuérdese el
“Yo, Claudio” de Robert Graves).
Por último, la persona de Marco Aurelio y la de Cómodo nos han de bastar
para que se explique la oposición de personalidades entre el emperador filósofo y el
emperador gladiador, entre la templanza y el buen gobierno y la desmesura y el
descontrol, el final del auge del Imperio y el inicio de la decadencia y la crisis. Por otro
lado, podríamos hilar más fino e intentar ver en la figura de Máximo un nuevo
Cincinato (Lucio Quincio Cincinato, 450 aC.): la conocida historia de Cincinato
cuenta cómo el senado romano en un momento de crisis hizo venir de sus campos a
Cincinato y le ordenó sacar a Roma de dicha crisis; así lo hizo, pero una vez acabada su
tarea, se volvió a sus campos, se dedicó a sus tareas agrícolas y dejó de lado de nuevo la
vida urbana y política; cuando Marco Aurelio le pide a Máximo que devuelva a Roma la
República, le está haciendo un encargo parecido y la única condición que pide Máximo
es volver a casa con su mujer y cuidar sus campos. También existió un general romano,
de origen hispano, llamado Máximo. Fue nombrado emperador sobre Britania, Galias y
todas las provincias hispanas entre los años 384-388 d. C. Fue derrotado y muerto en la
batalla de Aquileya.
II - ARQUITECTURA Y URBANISMO
1.º - Roma en el siglo II después de Cristo
En el siglo II, Roma pudo contar más de 1.200.000 habitantes.
Dentro de la ciudad de Roma, una ciudad que en época imperial llegó a
tener un perímetro de casi 20 km., 11 acueductos que suministraban 1000 millones de
litros diarios, 11 termas, 423 barrios, 190 graneros, 254 molinos y unas 1152 fuentes.
Podemos encontrar distintos tipos de edificios y construcciones entre las que destacan
los foros imperiales (antes y ahora). Estaban adornados con monumentos y estatuas que
cada gran emperador hizo erigir cerca del viejo foro republicano. La élite escuchaba los
discursos de los abogados en las basílicas, donde se administraba justicia, y las
conferencias de los filósofos en las salas de recitationes. La élite y la multitud se
mezclaban en el teatro, en el circo, en los combates del anfiteatro (el Coliseo de los
Flavios) y en los grandes desfiles victoriosos, en los que el imperator, al frente de sus
tropas, de los prisioneros y del botín conquistado, pasaba bajo un arco de triunfo
decorado con bajorrelieves y con inscripciones, y ascendía por la vía Sacra hasta el
Capitolio, para dar gracias a Júpiter.
En la ciudad romana el centro de la vida urbana era el foro. Era el lugar de
reunión, centro de la vida política, económica, judicial y religiosa. En Roma, por
ejemplo, las horas de máxima animación eran las del mediodía. Desde el amanecer
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hasta las cuatro de la tarde estaba prohibido el tráfico de carros por el foro, circulando
sólo los peatones. Los ricos utilizaban para sus desplazamientos literas transportadas
por esclavos. En los alrededores de los foros se levantaron distintos mercados. Había
un macellum, dedicado a la venta de toda clase de comestibles. Luego había mercados
más especializados: en el Forum boarium, se vendía ganado; en el Forum piscarium,
pescado; y en el Forum Holitorium, verduras. Sin embargo, también había tiendas o
tabernae en muchas otras zonas de la ciudad.
- Curia: Era la sede donde deliberaba el Senado. Según la tradición fue
fundada antes de la dominación etrusca de Tulio Hostilio. El aspecto que todavía
perdura fue el que heredó de la reforma que hizo Julio César. A lo largo de la pared
corrían tres rellanos bajos de mármol donde se apoyaban los escaños de los senadores
(hacia el final de la República los senadores votaban cambiando de lugar; los que
estaban a favor se ponían en una parte y los que estaban en contra, en la otra).
2.º - Residencias imperiales en el Palatino
La Domus Augusta: La Domus Augusta era la residencia privada del
emperador; se asemejaba a la típica villa romana en cuanto a planta y diseño. Ocupaba
el doble que la Domus Flavia, pero en dos niveles. El palacio privado tenía tres
peristilos en vez de uno. El nivel inferior sobrevive casi por completo. A esta parte del
palacio se accedía desde el Área Palatina, a través de una entrada monumental que
conducía a un largo peristilo y a continuación a otro con un estanque en el centro. Las
habitaciones de la familia imperial estaban en el ala sudoeste. Todas eran abovedadas
incluida la bóveda de planta octogonal. Una escalera conducía desde las habitaciones
hasta la parte inferior del palacio. Un pasaje conducía desde el peristilo de la parte
inferior hasta el Hipódromo que era una especie de estadio en miniatura vallado y
aislado para el uso personal del emperador y sus invitados.
3.º - El Anfiteatro Flavio o Coliseo
La leyenda dice que el anfiteatro surgió sobre el año 53-52 a. C. de la unión de
dos teatros móviles de madera. Los anfiteatros eran construcciones ovaladas
dedicadas a los combates de gladiadores , a las luchas de fieras y a las naumachiae
o combates navales. El lugar donde se desarrollaba el espectáculo, siempre sangriento,
era la arena generalmente rodeada de un vallado metálico para proteger al público de las
fieras. A cuatro metros por encima de la arena empezaba la cavea o graderío destinado
al público.
Las gradas estaban perfectamente organizadas por un sistema de pasillos y a
ellas se accedía por escaleras interiores. A los espectadores se les daba una entrada de
piedra donde figuraba el número de su localidad y el sector donde se encontraba. Por
último, por debajo de la arena había varias plantas subterráneas que servían de almacén
y tenían jaulas para las fieras . Este subterráneo estaba cubierto de madera por lo que
quedaba oculto a la vista del público. Para los días de calor también se extendía un
toldo como en el teatro que recibía el nombre de velario.
Las gradas en las que se sentaban los espectadores reflejaban con gran
precisión la desigualdad social existente en Roma. De hecho el conjunto del graderío
estaba dividido en cuatro secciones: las primeras gradas estaban destinadas a las
personas distinguidas (vestales, senadores, magistrados); en la segunda sección se
situaban los caballeros, tribunos y ciudadanos. La tercera sección correspondía a
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quienes no tenían derecho de ciudadanía y en la cuarta se ubicaban las mujeres
plebeyas.
El anfiteatro de Vespasiano fue el más famoso de todo el mundo romano.
Conocido como anfiteatrum Flavium por el patronímico de Tito y Vespasiano, en la
Edad Media recibió el nombre de Coliseo, por su proximidad a una colosal estatua de
Nerón. El emperador Vespasiano inició su construcción en el año 70 d. C. en el lugar
que ocupaba el lago de la Domus Aurea de Nerón, utilizando para su financiación el
producto del saqueo de Jerusalén. Fue inaugurado por su hijo Tito en el año 80 d. C.
Es el más grande de los anfiteatros romanos; sus ejes, de 188 y 156 m. forman un óvalo
de 524 m. de perímetro. Es el monumento antiguo más impresionante de los que
quedan en Roma. El Coliseo sigue en pie a pesar de los desastres naturales. Fue herido
por un rayo en el año 217 d.C. y quedó en tan mal estado que no pudo utilizarse durante
varios años. De nuevo sufrió los embates de la naturaleza 30 años más tarde y,
finalmente, en los siglos V y VI, los terremotos hicieron mella en su estructura. Tras
quedar seriamente dañado por otro terremoto en el siglo IX, sus ruinas fueron objeto del
pillaje y utilizadas como cantera para la construcción de edificios privados en Roma.
En el año 1749, el Papa Benedicto XIV consagró el Coliseo a la pasión de Cristo y dijo
que estaba santificado por la sangre de los mártires y con ello se frenó la destrucción del
edificio.
Estructura del edificio.
Consiste en 80 grandes pilares de mármol travertino. La fachada descansa
sobre ellos y alcanza una altura de 45 m. En cada nivel las arquerías están reforzadas
por columnas embebidas. La primera planta era de orden dórico, la segunda de orden
jónico y la tercer pertenecía al corintio. La cuarta se compone de una pared lisa con
pilastras corintias.
Los cimientos son de hormigón y tienen una profundidad de 12 m. El
hormigón estaba echado directamente sobre el subsuelo arcilloso y contenido por un
muro lateral revestido de ladrillo. Estos cimientos soportaban los pilares de carga en
travertino. Para las paredes radiales inferiores se utilizó la toba volcánica. En los
niveles superiores se utilizó hormigón recubierto de ladrillo. Las bóvedas de cañón
también eran de hormigón.
La red de bóvedas y pasajes proporcionaba un sistema de acceso
independiente mediante escaleras radiales o rampas (vomitoria) y cuatro galerías
concéntricas con paredes enlucidas y pintadas. Había bocas de entrada por todo el
perímetro, señaladas con números romanos sobre cada arco.
Había 76 entradas para el público. Todavía hoy pueden verse los números de
las puertas que van desde la XXIII hasta la LIV. El emperador y los magistrados tenían
puertas especiales. La entrada situada en el extremo occidental, entre la número XIX y
XX conectaba por medio de un túnel con el “Ludus Magnus”, escuela de gladiadores
donde vivían y se entrenaban éstos.
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III - CURIOSIDADES:
1. º.- Fallos:
Aunque el propio director reconoció que no pretendía hacer una película
histórica o, mejor dicho, fiel reflejo de una realidad histórica, no obstante, en la misma
se pueden comprobar una serie de despropósitos de menor y mayor gravedad.
Eduardo de Vicente expuso en un artículo de “El Periódico” del 16 de Abril del
2001, titulado “La película Gladiator gana el óscar de los errores en pantalla”,
algunos de los fallos más escandalosos de la película, fallos extraídos de la página web
www.moviemistakes.com, creada por John Sandys, un joven cinéfilo británico que se
dedica a recoger los errores de las películas. Entre los errores habría que diferenciar
errores propiamente cinematográficos de los fallos de caracterización y ambientación
histórica que aparecen en el film.
De los 124 errores que el británico recogió, E. de Vicente indica las
siguientes como errores cinematográficos, la mayoría detectados en los cambios de
planos dentro de una misma escena: cascos de gladiador que se abren y aparecen
cerrados en la escena siguiente; espadas que cambian de mano; manchas de sangre que
desaparecen; maniquíes que se caen de los caballos; soldados que se ríen en medio de la
batalla, estelas de avión en el cielo, huellas de tractor en los campos, una bombona de
gas en uno de los carros del Coliseo, cámaras y técnicos en vaqueros en mitad de una
escena de guerra, las banderas del Coliseo, agitadas por el viento, ondean todas hacia un
único punto, que es el centro del Coliseo, y no en una única y misma dirección, etc.
Como fallos históricos, los que más nos interesan, se citan:
- la utilización de sillas de montar y estribos por parte de los soldados romanos
de caballería e incluso el propio protagonista;
- lanzamiento de octavillas impresas (o a modo de las impresas que hoy en día se
utilizan), siendo que la imprenta se inventó en el siglo XV (d. C., evidentemente);
- elementos arquitectónicos que anuncian el Renacimiento, como la villa
renacentista en la que vive la familia de Máximo y algún que otro campanario y cúpula
que se ven en el horizonte de Roma;
- los tratantes de esclavos hablan en plena Península Ibérica ni más ni menos que
italiano, que no latín, e incluso después se escucha algo parecido al árabe, cuando están
en Zucchabar;
- las flores que deposita el gladiador sobre la tumba de su familia, flores de
buganvilla, no llegaron a Europa hasta siglos después (este fallo es de nota y para
expertos botánicos).
- el gladiador viste no unas sandalias ni unas “botas” al uso tradicional romano,
sino una especie de botas-zapatillas con suela de goma (al más puro estilo de la moda de
hoy);
- los senadores reciben a Cómodo como emperador victorioso en el Foro, al pie
de una Curia, que está orientada frente por frente al Coliseo, en una enorme plaza
abierta; sin embargo, sabemos que la entrada a la Curia no está orientada al Coliseo,
sino que, en todo caso, lo está uno de sus laterales, concretamente el derecho; al mismo
tiempo, la gran plaza, el Foro, no estaba despejado ni podía dar cabida a tanta gente
como aparecía en la película, sino que está jalonada de arcos, templos, fuentes, etc.;
- los asientos del Coliseo son todos de piedra o mármol, si bien la mayoría de las
gradas superiores poseían asientos de madera;
- la decoración del palacio imperial nos parece más barroca que clásica, con
tanto cortinaje, grandes mesas y grandes sillas;
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- la batalla inicial de Vindobona parece tener un error estratégico, ya que no es
normal que la caballería ataque en un bosque, donde la capacidad de maniobra es
mucho menor que en campo abierto. La escena principal nunca se pudo haber producido
en el Imperio Romano, ya que los ejércitos de este gran imperio nunca atacaban en
bosques o lugares cerrados, siempre batallaban en llanuras y lugares bien descubiertos.
Era su táctica de lucha;
- aparece una imagen de una vía y su entrada a Roma que en realidad es un
camino de tierra, más parecido a una pista forestal o para hacer rallies que a una calzada
romana, sin empedrado; es sabido que los accesos a Roma por las puertas eran calzadas;
- el propio nombre del gladiador, que por nacimiento parece un ciudadano
romano (y para alcanzar el puesto que había alcanzado así lo debía ser), muestra un gran
despropósito: si un ciudadano romano tenía un tria nomina (tres nombres) a la usanza,
no parece lógico que Máximo tenga tres cognomina (tres apellidos): Máximo Décimo
Meridio; Décimo es claramente un cognomen con carácter numérico al estilo de
Secundus, Septimus, Sextus, Octavius, etc.; Máximo parece otro cognomina de los que
indican características físicas al estilo de Flaccus, Rufus, Crispus, etc.; Meridio parece
significar “que nació por la tarde” o “que nació en el sur”, por lo que también sería una
característica aplicable a los cognomina;
- otro error de importancia es la duración del reinado de Cómodo, ya que la
película parece dar a entender que sólo dura unos meses, mientras que en realidad
superó los diez años;
Quede claro que los errores no quitan para que la película sea un gran
espectáculo cinematográfico en el que hay que alabar la revitalización de un género y la
preocupación por reflejar una época tan apasionante como ésta.
2. º - Guiños a la historia reciente:
La película también nos ofrece en algunos momentos recreaciones de temas de
la tradición romana, pero de factura no clásica sino de los últimos siglos de nuestra era.
En primer lugar podemos partir de que la película es un revival del film de
Anthony Mann del año 1964, “La caída del Imperio Romano”, con Sofía Loren y
Christopher Plummer, entre otros.
La escena en la que aparece una maqueta del Coliseo es un “remake” de otra
escena de la película británica de Desmond Davis de 1981, “Furia de Titanes”, en la
que Zeus (Lawrence Olivier) decide el futuro y la muerte de los personajes de la
película sacándolos a la escena de la maqueta de un teatro y haciéndoles actuar allí.
Por otro lado, en el Coliseo hay momentos en los que parece que la recreación
está hecha no tanto sobre la tradición romana, como inspirándose en el cuadro del
francés Jean Léon Gerôme, Police Verso.
También la escena que se desarrolla en la Curia, la reconstrucción de la sede del
Senado romano recuerda a la realizada en el cuadro de Cesare Maccari, “Juicio contra
Catalina”.
La puerta que aparece en el interior del anfiteatro africano parece una
reproducción del arco de Tito de Roma.
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LIBROS PARA CONSULTAR Y/O LEER
- Alberich, J. y otros: “Griegos y romanos”, ed. Alhambra-Longman, Madrid, 1999
- Asimov, I.: “La República Romana”, Alianza ed., Madrid, 1999
- _______, “El Imperio Romano”, Alianza ed. Madrid, 1999
- Beltrán Lloris, F. y Marco Simón, F.: “Atlas de Historia Antigua”, ed. DGA-Pórtico,
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- Beltrán Llorís, F.: “Lo mejor del arte romano”, vol. 1 y 2, ed. Historia 16, Madrid,
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- Bendala, M.: “El arte romano”, ed. Anaya (col. Biblioteca Básica del Arte), Madrid,
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- Bravo, G.: “Historia de la Roma antigua”, Alianza ed., Madrid, 1998
- CARCOPINO, J.: “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio”, ed. Temas
de Hoy, Madrid, 1993 (libro imprescindible para cualquier aficionado a la historia de la
Roma imperial. Carcopino, un auténtico fan de la cultura y la civilización romanas, no
ahorra sin embargo juicios severísimos sobre la terrible institución de los juegos del
circo. El capítulo dedicado a este sangriento entretenimiento es terrorífico)
- Christol, M. y Nony, D.: “De los orígenes de Roma a las invasiones bárbaras”, ed.
Akal, Madrid, 1988
- Codoñer, C. y Fernández-Corte, C.: “Roma y su Imperio”, ed. Anaya (col. Biblioteca
Básica de Historia), Madrid, 1996
- Corbí Echevarrieta, J. M.: “Cultura Clásica. Julio César”, ed. Palas Atenea, Madrid,
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- Connolly, P. y Dodge, H.: “La ciudad Antigua: La vida en la Atenas y Roma clásicas”,
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- Corbishley, M.: “¿Qué sabemos sobre los romanos?”, ed. SM, Madrid, 1993
- Davies, L.: “La plata de Bretaña”, ed. Plaza y Janés, Barcelona, 1998 (este autor
posee un gran número de novelas policíacas desarrolladas en la Antigua Roma)
- ESPAÑA, RAFAEL DE, “El peplum. La antigüedad en el cine”, Barcelona, Glénat,
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- Espinós, J. y otros: “Así vivían los romanos”, ed. Anaya (col. Biblioteca Básica de
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- LILLO REDONET, F., “El cine de romanos y su aplicación didáctica”, ed. Clásicas,
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