“Detrás de las fachadas de casas o edificios que se llaman

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María Olivia Mönckeberg y su libro “El
negocio de las universidades en Chile”
CUANDO LO IMPORTANTE
ES GANAR Y NO EDUCAR
Para la periodista, titulada en la U.
de Chile, las entidades de educación
superior privilegian el lucro y se
alimentan de redes de poder y
dinero, aprovechándose del vacío
legal existente.
Por Manuel Quinteros y Fabián Valdés.
“Detrás de las fachadas de casas o edificios que se llaman universidades,
suelen esconderse actividades y operaciones que poco o nada tienen que
ver con la vida académica, la investigación universitaria o la formación de
científicos y profesionales, las inmobiliarias, las “prestaciones de servicios”,
las sociedades anónimas cerradas o limitadas que esconden su verdadera
actividad y otras fórmulas habituales ya en ese ambiente, configuran un
panorama donde el lucro –aunque se le cambie el nombre- es motor y
protagonista central” es lo primero que nos dice la periodista , María Olivia
Mönckeberg, en las primeras paginas de su libro.
Para la autora de El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno y de
El Imperio del Opus Dei en Chile, la educación, además de ser clave en la
formación de las nuevas generaciones, es un campo crucial donde se da la
batalla por el poder. Es ahí donde los grupos más influyentes del país
buscan formar a los futuros profesionales chilenos con una perspectiva
ideológica que apunta hacia la creación de una sociedad capitalista, y en
otros casos apuntan a factores religiosos
Cuando en el país la educación está en el primer plano desde la llamada
“revolución de los pingüinos”, “El Negocio de las universidades en Chile”
permite ampliar la mirada para observar distintos ángulos de una realidad
inquietante que puede comprometer el futuro de los miles de jóvenes que
acceden a la educación superior, la mayoría de las veces a costa de
abrumadoras deudas.
Simplemente un negocio en la educación
Mönckeberg señala en el libro que el negocio se
trata “simplemente de ganar dinero. Donde la
educación pasa a ser simplemente una mercancía
o un servicio que se otorga a cambio de un
elevado arancel que pagan los alumnos clientes
(…) Para otros – en cambio, el negocio tiene un
sentido de más largo plazo y se entronca con una
determinada “misión”; como la de generar una
sociedad acorde con los postulados de quienes las
controlan”.
Casos como el imperio planetario, del fallecido
Gerardo Rocha, que fundo la Universidad Santo
Tomás dejan el claro el negocio existente, que consta aparte de las sedes
en chile, con sedes en Japón, Etiopía y otros sectores en África y Asia, una
red internacional de educación enorme que genera enormes dividendos
económicos a sus dueños, contrariamente a que legalmente no pueden
obtener ganancias. Por lo que utilizan los más variados subterfugios para
conseguirlas.
Otro de los casos emblemáticos en torno al negocio que se genera en la
educación es el de la UNIACC. Esta universidad tiene los aranceles más
elevados que cualquier otra casa de estudios superiores en el país, sumas
que deben cancelar año a año los alumnos que ingresan a esta universidad.
Este hecho demuestra que el afán de estos empresarios no es entregar una
buena formación universitaria, sino generar ganancias a través de esta, en
este caso aprovechándose del sueño de muchos jóvenes de obtener un
titulo profesional, quienes se endeudan sin importarles las consecuencias y
sin asegurarse si están recibiendo una educación de calidad.
Las casas de estudios superiores, en su mayoría las privadas, del país
están lejos de centrarse en la excelencia académica o valores como la
igualdad de oportunidades, sino más bien tienen el objetivo propio de un
negocio: el lucro y aquel que persigue naturalmente una ideología, el poder.
Papel protagónico en este negocio lo tienen los bancos, quienes ven como
importantes futuros clientes el segmento estudiantil y se muestran muy
interesados en financiar sus carreras universitarias, ofreciéndoles diversos
beneficios y productos, como tarjetas de crédito, dejándolos de esta forma
amarrados y llenos de deudas.
Falta de regulación
Desde la vuelta a la democracia no se han hecho los cambios sustantivos
para eliminar de raíz los vacíos legales o, más a fondo, las mismas leyes
que sustentan los vicios del marcado en temas sociales. El negocio en la
educación, que impera hoy, es la muestra fidedigna de su erosionada
calidad. Las Universidades estatales y tradicionales han tenido que meterse
en el juego del marcado para sobrevivir, mientras las universidades
privadas van ganando terreno.
La educación como negocio es posible, y más aún en el caso de las
privadas, al favorecerse de los subsidios. Éstos hay que entenderlos como el
aporte del Estado y, también, el subsidio que obtienen las universidades
privadas de las tradicionales y estatales.
En ese último caso podemos encontrar los “subsidios académicos”. Esto
significa que las universidades privadas se aprovechan de las comunidades
académicas de las estatales, ofreciendo el doble de sueldos a los profesores
para que hagan clases en sus dependencias. Así, encontramos a docentes
que tienen cátedras en la universidad estatal, y en una o varias privadas.
Lo agravante es cuando aquel profesor no sólo se le paga un sueldo mayor
por hacer clases, sino que además se le paga por llevar sus proyectos de
investigación que fueron financiados anteriormente por la universidad
estatal.
De esta forma las universidades privadas se ahorran las capacitaciones y el
perfeccionamiento del docente, pues eso lo financia la estatal, y, además,
no otorgan fondos para los proyectos y sólo los compran cuando están
desarrollados. Y si esto fuera poco, el tener profesores de universidades
estatales les hace un favor mediático al momento de captar nuevos
estudiantes, porque publicitan a la universidad con profesores que vienen
de la “Chile” y la “Cato”.
El defecto de estos docentes multifacéticos es que no pueden seguir
desarrollándose como profesionales y se convierten en meros prestadores
de servicios. A la vez, las universidades que se abastecen en gran medida
de profesores de otras instituciones, por lo general no crean sus propias
comunidades académicas. La mayor parte de sus docentes son part time, a
los cuales, en muchos casos, se le someten a restricciones de libertad de
cátedra o de presiones para que los alumnos aprueben fácilmente los ramos
para que se mantenga el negocio.
Financiamiento estatal
Actualmente las universidades gozan de dos modos de financiamiento. El
primero es sólo para las universidades públicas y particulares tradicionales y
se otorga a través del Aporte Fiscal Directo (AFD). El aporte que reciben es
diferente en cada una de ellas.
El segundo modo de financiamiento incorpora a las 61 universidades de
todo Chile e institutos técnicos. Es el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) y se
entrega a las universidades que incorporen a los estudiantes que hayan
obtenido altos puntajes en la PSU. Ahora bien, si la competencia de las
universidades privadas tiene terreno que ganado, es muy inferior en recibir
este aporte. Las universidades que ostentan el mayor aporte son la
Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica.
Pero como el asunto de la educación es el negocio que genera grandes
ganancias, las universidades privadas intentan captar el ingreso de los
estudiantes de más alto puntaje a través de distintas gratificaciones. Les
ofrecen desde pagos completos de la carrera, hasta un reembolso en
dinero. Todo esto es sustentable para la universidad privada por la buena
inversión mediática y al momento de la acreditación.
Liberación de impuestos y donaciones fraudulentas
Otro subsidio es que las universidades no pagan las contribuciones de
bienes raíces de las propiedades que poseen. Así, una universidad puede
tener sociedades tras de ellas inmersas en los negocios inmobiliarios, las
que otorgan los inmuebles a la universidad y no pagan impuesto territorial
ni impuesto a la renta.
Por otro lado las universidades están liberadas de pagar impuestos cuando
reciben donaciones. Junto a eso,
los donantes, ya sean empresa o
Legados de dictadura
personas, tienen un descuento de
En dictadura, cuando intervienen a la U.
más del 50 por ciento en el
Chile se buscaba situar a personas que la
impuesto a al renta. Y como las
desactivaran desde adentro. Aún se
universidades no pagan el
mantienen los mismos profesores. Y no sólo
eso. Desde el 81 se pasó a asimilar a las
“tramite de insinuación” que es el
universidades
privadas
y
fueron
pago de impuesto a las
reconocidas por el Estado, con eso todas las
donaciones, no pierden nada, sino
universidades quedaban exentas de pago
que ganan gracias a esas
del Impuesto de Primera categoría. Y a
donaciones, y la empresa
fines de la dictadura se diseñó un sistema
de donaciones a la educación superior que
benefactora no paga los
contribuyera a sustentar el esquema
impuestos al fisco.
elaborado. Es en 1987 cuando se permite
que las empresas privadas y las personas
naturales afectas al Impuesto a la Renta
Global Complementario, puedan descontar
impuestos
si
entregan
dinero
a
universidades e institutos.
Este subsidio, reforzado en
dictadura, ha sido destinado para
favorecer a las nuevas
universidades privadas y
respaldar con efecto de liberación del impuesto tributario las donaciones.
Ahí pueden venir los diferentes trucos entre empresas y universidades. La
empresa puede proponer a la Universidades que bequen a sus ejecutivos en
cursos de postgrados con parte de las donaciones. Otro método es que la
donación se hace a cambio de recibir una factura con el doble de lo donado.
A la universidad no le afecta, y la empresa se ahorra el 100 por ciento de la
renta.
Publicidad su mayor aliado
Millones de pesos
invertidos en publicidad
año 2007
U. de las Américas: 2652,3
Uniacc: 1660,3
Inacap: 1114,6
U. Andrés Bello: 1088,3
U. Católica: 1021,6
Según datos entregados en el libro las
universidades privadas del país destinan
enormes cantidades de dinero en publicidad.
Pues es de esta forma en donde estas casas de
estudios logran captar a la mayoría de sus
alumnos, quienes se ven seducidos por
promociones y promociones que les ofrecen por
el hecho de matricularse en alguna de estas
universidades.
Universidades como la UNIACC o la Universidad de las Américas, invierten
grandes sumas en campañas publicitarias, que son difundidas tanto en
medios escritos, canales de televisión, radioemisoras y páginas de Internet.
Sin contar, además, el dinero que invierten en folletos que son entregados
por los mismos estudiantes de estas universidades en las afueras de las
distintas sedes, quienes son los encargados de reclutar datos de nombres y
direcciones.
Un hecho importante ha destacar es lo persistentes que son a al hora de
reclutar nuevos alumnos, puesto que a los que logran tomarles los datos les
envían a sus casas folletos y los llaman constantemente situación que se da
a lo largo del periodo de matricula. Un factor importante que distingue a
esta dos universidades es el hecho que no solicitan puntaje para ingresar,
por lo tanto, captan a la gran mayoría de jóvenes que no logran buenos
puntajes un las pruebas de selección universitaria que ven como única
salida para cumplir su metas profesionales el matricularse en estas casas de
estudios.
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