INDICE 1. 2. 3. 4. 5. El Gold Rush Californiano y la necesidad de una vía interoceánica por Centroamérica. El Contrato Stephens-Paredes. Las Compañías navieras estadounidenses y la construcción del ferrocarril. Consecuencias para la sociedad panameña: • Sociales • Económicas y • Políticas. Las modificaciones al Contrato Stephen-Paredes. THE GOLD RUSH CALIFORNIANO La fiebre del oro de California fue un fenómeno social ocurrido en Estados Unidos entre 1848 y 1855; caracterizado por la gran cantidad de inmigrantes que llegaron a las cercanías de San Francisco (California) en busca de dicho metal. Este fenómeno comenzó cerca del pueblo de Coloma, cuando se descubrió oro en Sutter's Mill. Cuando la noticia del descubrimiento se esparció, alrededor de trescientas mil personas emigraron a California desde el resto de los Estados Unidos y de otros países. Los primeros buscadores de oro, llamados "Forty-niners", viajaron a California por barco por la ruta de Cabo de Hornos o en caravanas atravesando el continente, enfrentando un viaje muy duro la mayoría de las veces. La mayoría de los inmigrantes eran estadounidenses, pero la fiebre del oro también atrajo decenas de miles de personas desde Iberoamérica, Europa, Australia y Asia. Al principio, los buscadores de oro recogían el oro en los arroyos y lechos de los ríos usando técnicas simples como el cribado, pero más tarde desarrollaron métodos más sofisticados para la extracción del oro que fueron adoptados en todo el mundo. Algunos de estos buscadores de fortuna se hicieron millonarios, pero la mayoría se quedó con poco más de los bienes que tenía cuando la fiebre comenzó. Los efectos de esta migración repentina fueron espectaculares. Antes de la fiebre del oro, San Francisco era una aldea diminuta, y con la fiebre la aldea llegó a ser una ciudad. Se construyeron escuelas, caminos e iglesias, y se fundaron otros pueblos. Se creó un sistema legal y de gobierno, lo cual llevó a la admisión de California como estado de la Unión en 1850. Los nuevos medios de transporte, como el barco de vapor, entraron en servicio en el El 24 de enero de 1848, en Sutter's Mill, el rancho del general John Sutter, en Coloma, en las cercanías del Río Americano, el capataz James Marshall y sus hombres construían un molino de harina cuando estado, y se tendieron líneas de ferrocarril. También se inició el negocio de la agricultura, el segundo rubro de mayor crecimiento en California. La fiebre del oro también tuvo efectos negativos: los aborígenes de la región fueron atacados y expulsados de sus tierras tradicionales. Importante fue también el impacto ambiental que la minería produjo. encontraron pepitas de oro. Al saber del descubrimiento, Sutter quiso mantener la noticia en secreto, pues temía que sus planes de crear un imperio agrícola se vinieran abajo si había una inmigración en masa en busca del oro. Sin embargo, los rumores se esparcieron rápidamente, y el 15 de marzo siguiente el periódico The Californian publicó la noticia. El periodista que la firmaba, Samuel Brannan, inmediatamente puso una tienda de suministros para los caza fortunas que llegarían. Brannan corrió por las calles de San Francisco, con un frasco lleno de oro y gritando "¡....oro, oro! ¡Oro en el río Americano!". El 19 de agosto de 1848, el diario New York Herald fue el primer periódico en la Costa Este que anunció que se había descubierto oro en California. El 5 de diciembre de ese año, el presidente James Polk confirmó el descubrimiento en un discurso ante el Congreso de los Estados Unidos. Muy pronto, la "Tierra dorada de California" se vio invadida por oleadas de inmigrantes de todo el mundo, llamados posteriormente "Forty-niners". Tal y como Sutter temió, se encontró pronto en la ruina, pues sus trabajadores lo dejaron en pos del oro mientras sus tierras eran invadidas por ocupantes ilegales que robaron sus cosechas y ganado. Antes de la fiebre, San Francisco era un asentamiento diminuto. Cuando los residentes supieron del descubrimiento, se dieron prisa en dedicarse a la búsqueda de oro y San Francisco se convirtió en un pueblo fantasma, aunque luego resurgió con nuevos bríos. Su población creció vertiginosamente, pasando de menos de mil habitantes en 1848,a 25.000 dos años después. Como otras poblaciones similares, la infraestructura de San Francisco y de otros pueblos aledaños pronto se vio saturada por la repentina afluencia de gente. Los recién llegados tuvieron que alojarse en tiendas, precarias cabañas, o cobertizos recogidos de barcos abandonados. En la llamada la primera fiebre del oro de clase mundial, no habría un modo fácil de llegar a california. Los Forty-nines se enfrentaron a condiciones muy adversas que en muchas ocasiones los llevaron a la muerte. Al principio los llamados Argonautas, viajaron en barco. Un viaje marítimo desde la costa Este de los Estados Unidos llevaba cinco u ocho meses, pues era necesario recorrer 33.000 kilómetros para rodear por el sur al continente Americano. Una ruta alternativa consistía en atravesar el Istmo de Panamá con mulas y canoas, lo cual llevaba una semana, y, una vez en el Océano Pacífico, embarcarse en una nave que se dirigiera hacia San Francisco. Una tercer ruta, que era más barata y llevaba menos tiempo de recorrido, era abordar un barco en Nueva York, o cualquier otro puerto de Estados Unidos, rumbo a Veracruz o Tampico, en México, viajar por tierra hasta Guadalajara, Tepic o San Blas; y de ahí cabalgar hasta Mazatlán. Ahí los futuros gambusinos abordaban barcos que al cabo de cuatro a cinco semanas los llevaban hasta San Francisco. Al final, la mayoría de los viajeros acabaron tomando la ruta terrestre que atravesaba los Estados Unidos; en particular por la ruta de California, puesto que, más al sur, los territorios de Arizona y Nuevo México, incluido el río Gila, eran un obstáculo casi imposible de franquear. Cada una de estas diferentes rutas tenía sus propios riesgos mortales, desde naufragios hasta fiebres tifoideas, pasando por el cólera. Para satisfacer las necesidades de los recién llegados, barcos cargados con mercancías de todo el mundo llegaron en masa a la bahía de San Francisco. Llegó a haber barcos cargados de porcelana y seda de China, o de cerveza de Escocia. Los capitanes de las embarcaciones tenían problemas con sus tripulaciones, pues al llegar a San Francisco, los marineros desertaban para ir a los campos de oro. Esto transformó a los muelles del puerto en junglas de mástiles, por los cientos de barcos abandonados. Personas emprendedoras tomaron algunos de estos barcos abandonados, transformándolos en bodegas, tiendas, tabernas y hoteles. Hubo uno que fue transformado en cárcel. Muchos de estos barcos fueron posteriormente destruidos y utilizados como relleno para agrandar el área edificable en el boyante pueblo. En pocos años, se desarrolló una importante, aunque poco conocida, comunidad de gambusinos hacia el norte de California, llegando hasta los condados de Siskiyou, Shasta y Trinity. Cuando se descubrieron pepitas de oro en Yreka en 1851, miles de buscadores de oro viajaron hacia el norte, por la ruta llamada Siskiyou Trail, a través de los condados norteños de California. Varios asentamientos aparecieron y desaparecieron rápidamente, como Portugueses Flat. En otro de ellos, el pueblo de Weaverville, aún funciona el templo taoísta más antiguo en California, legado de los inmigrantes chinos. No quedan muchos pueblos fantasmas de la época, pero el pueblo de Shasta está bien conservado, e integra la lista de Parques Históricos del Estado de California. Combate entre mineros y amerindios. También se descubrió oro en el sur de California, pero en una escala mucho menor. El primer descubrimiento fue en las montañas al norte de Los Ángeles, en 1842, cuando California era parte de México. Sin embargo, estos yacimientos no atrajeron mucha atención, y económicamente tuvieron consecuencias limitadas. La mayor parte del oro fácil de recoger ya había sido obtenida para 1850, por lo que la atención se desvió hacia la extracción del mineral en localidades más problemáticas. Los estadounidenses comenzaron a rechazar a los extranjeros, para quedarse con el poco oro que aún era fácilmente obtenible. La legislatura del estado aprobó un impuesto especial para los mineros extranjeros, de veinte dólares al mes. Además, los mineros estadounidenses comenzaron a organizarse para atacar a los extranjeros, especialmente latinoamericanos y chinos. Adicionalmente, las multitudes de inmigrantes estaban obligando a los aborígenes a salir de sus áreas tradicionales de caza y pesca. Para proteger sus hogares y su forma de vida, éstos comenzaron a atacar a los mineros, lo cual originó una serie de contraataques sobre los pueblos indígenas. La inferioridad en el armamento de los indígenas provocó que éstos fueran masacrados. Aquellos indios que escaparon a las masacres encontraron la muerte al no tener acceso a caza, pesca o recolección. El novelista y poeta Joaquín Miller refleja uno de estos ataques en su trabajo semiautobiográfico "La vida con los Modocs. El destino del oro Una vez que el oro era recuperado, el metal podía tomar varios caminos. El más inmediato era ser utilizado como moneda de trueque para comprar provisiones y pagar por el hospedaje de los mineros. Con frecuencia, el oro usado en estas transacciones acababa de ser encontrado, y había sido cuidadosamente pesado y valorado.[] A su vez, los comerciantes y vendedores utilizaban el oro para comprar provisiones a los capitanes de los barcos que llevaban mercancías a California.[] El oro dejaba California a bordo de barcos o en mulas. Un segundo destino era que los propios Argonautas lo llevaran consigo al partir, cuando decidían que habían obtenido lo suficiente como para volver a casa. Se estima que unos 80 millones de dólares en oro fueron llevados a Francia de esta manera.[] Con el avance y la consolidación de la fiebre del oro, los bancos locales comenzaron a emitir notas de crédito o billetes, a cambio de oro,[ ]y algunas casas de moneda privadas crearon monedas de oro.[ ]Con la construcción de la Casa de Moneda de San Francisco en 1854, el oro se transformó en monedas oficiales de los Estados Unidos, para circulación. [] El oro también fue enviado a bancos nacionales en California, a cambio de papel moneda corriente. EFECTOS DE LA FIEBRE DE ORO Antes de la fiebre del oro, California tenía cerca de 15.000 habitantes, sin contar a los nativos y la llegada de cientos de miles de inmigrantes en tan poco tiempo, tuvo consecuencias dramáticas. Efectos a corto plazo Los costos humanos y ambientales del fenómeno fueron considerables. Los indios nativos de la región fueron víctimas de enfermedades, hambruna y ataques genocidas. La población nativa, estimada en 150 mil habitantes en 1845, disminuyó abruptamente a menos de 30 mil personas para 1870. Se expidieron leyes explícitamente xenófobas, buscando alejar a los inmigrantes de China y de América Latina. La cuota mortal entre los inmigrantes estadounidenses también fue severa, ya que uno entre cada doce Fortyniners pereció; los índices de criminalidad durante la fiebre del oro fueron extremadamente altos. El medio ambiente sufrió un deterioro considerable, gracias a que la grava, tierra suelta y los químicos tóxicos empleados en la minería mataron animales y deterioraron hábitats. Sin embargo, la fiebre del oro catapultó a California hacia el centro de la imaginación global, convirtiéndola en el destino de cientos de miles de personas, los cuales frecuentemente mostraron una inventiva, una autonomía y una civilidad notables. En este periodo, se fundaron pueblos y ciudades; también se convocó a una asamblea constituyente, que redactó la Constitución del estado. Se celebraron elecciones, y los representantes fueron a Washington para negociar la admisión de California como estado de la Unión La agricultura en gran escala (también llamada "la segunda fiebre del oro de California".) comenzó también durante esta época. Gracias a este vertiginoso desarrollo, rápidamente florecieron iglesias, escuelas, caminos. y organizaciones civiles La población también demandaba una eficiente red de comunicaciones y conexiones políticas con el resto del país. El 9 de septiembre de 1850, California consiguió su reconocimiento como estado, convirtiéndose en el estado número 31 de la Unión. Fuera del estado, las comunicaciones también mejoraron como consecuencia del fenómeno. El primer ferrocarril transcontinental del mundo fue inaugurado en el Istmo de Panamá en 1855.Entre Panamá y San Francisco comenzaron a navegar nuevas líneas de barcos de vapor, incluyendo los barcos de la Pacific Mail Steamship Company, desde los que los pasajeros y la carga enlazaban con el ferrocarril transcontinental. Desde Panamá zarpaban regularmente los barcos hacia la Costa Este de los Estados Unidos. En uno de estos viajes, el barco S.S. Central America se hundió frente a la costa de las Carolinas en 1857, víctima de un huracán. Se calcula que tres toneladas de oro se hundieron con el navío. [] El primer ferrocarril transcontinental de Estados Unidos se inauguró en 1869, pero seis años antes se abrió el tramo occidental en Sacramento. La construcción de esta línea fue financiada en parte con el oro de California.[] La línea unió al estado con el resto del país de una manera más efectiva, reduciendo el viaje que tradicionalmente llevaba varias semanas o hasta meses, a unos cuantos días.[] La fiebre del oro también estimuló varias economías en todo el mundo. Los granjeros en Chile, Australia y Hawái encontraron un gran mercado donde colocar sus productos, los bienes manufacturados británicos tenían gran demanda, y desde China llegó ropa e incluso casas prefabricadas.[] Los precios se elevaron rápidamente, y el oro de California estimuló la inversión y creación de empleos en otros países. [] El buscador de oro australiano Edward Hargraves percibió cierta similitud entre los terrenos californiano y australiano, y dedujo que era posible que en Australia existiera oro, en cantidades y depósitos similares. Cuando Hargraves volvió a Australia, efectivamente descubrió oro, y detonó la fiebre del oro de Australia. [] Efectos a largo plazo El nombre de California quedó relacionado perennemente al de la Fiebre del oro, y, como resultado, también se relacionó a lo que fue conocido como el "Sueño californiano". California se percibía como un lugar de nuevos comienzos y grandes oportunidades, donde el duro trabajo y un poco de suerte podían ser recompensados con enormes riquezas. El historiador H. W. Brands hizo notar que, en los años posteriores a la fiebre del oro. El sueño californiano atrajo a generaciones completas de familias. Tras la fiebre del oro, las actividades de las mismas se diversificaron y convirtieron a California en un centro de liderazgo constante en diversos ramos industriales. Al principio, los granjeros eran mayoría,[] y luego lo fueron los perforadores de petróleo, los cineastas, constructores de aviones,[ ] y compañías, que se sucedieron en el próspero ámbito industrial de California en las décadas siguientes a la fiebre del oro. Entre los legados de la fiebre del oro de California se encuentra el lema del estado: Eureka, que en griego significa "lo encontré", además de que el escudo del estado consiste en una imagen alegórica de la fiebre del oro. El sobrenombre del estado es The Golden State, o "El estado dorado". CONTRATO STEPHEN-PAREDES Para construir esta obra por Panamá, se firmó un Contrato en 1847, entre Francisco Martín, representante de la Nueva Granada y Mateo Klein, por una compañía francesa, privilegio cancelado en 1849, transfiriéndose los derechos a un consorcio norteamericano integrado por William Henry Aspinwall, John Lloyd Stephens y Henry Chaunvey, quienes constituyeron la "Panamá Railroad Company". En 1850, se suscribió el Contrato StephensParedes, documento que permitió hacer realidad el ferrocarril transístmico, iniciado y concluido en el período 1850-1855. A través de este Convenio suscrito en mayo de 1850, entre Estados Unidos e Inglaterra, ambas partes se comprometieron a que ni la una ni la otra obtendrían jamás para sí mismas ningún predominio exclusivo sobre un canal para buques que se construyese entre los Océanos Atlántico y Pacífico, ni a levantar fortificaciones en todo el territorio Centroamericano, incluyendo el Istmo de Panamá. El Ing. Lucién Napoleón Bonaparte Wise, para realizar un ambicioso proyecto de comunicación transístmico por el Istmo de Panamá, obtuvo la respectiva concesión del Gobierno de Bogotá, mediante el Contrato Salgar-Wise, en 1878, privilegio que, según un autor, fue comprado por el Conde Fernando de Lesseps, por 2 millones de dólares, aunque otras fuentes documentales fijan el precio en 10 millones. Esta empresa, organizada con un capital de 400 millones de Francos, por Lesseps, constructor del Canal del Suez, fracasó en su empeño de hacer realidad la monumental obra, debido a la intervención de múltiples factores, entre otros, la inexperiencia técnica, las enfermedades tropicales y la mala administración de los recursos económicos disponibles. Después de ingentes esfuerzos realizados desde 1880 hasta 1889, años éste último en que se disolvió la compañía Después del fracaso de la empresa de Lesseps, se nombró un liquidador de la misma, quien a su vez designó a Bonaparte Wise como su Apoderado especial ante el Gobierno de Colombia, con la misión de obtener una prórroga para terminar la obra canalera. Ello se logró mediante el Contrato Roldán-Wise, suscrito el 26 de diciembre de 1890. Por medio del Contrato SuárezMange, del 4 de abril de 1893, se estipuló que la citada prórroga tendría vigencia a partir del 31 de octubre de 1894, y terminaría el 31 de octubre de 1904. Resultado inmediato de esos pactos fue la creación de la Nueva Compañía del Canal, en 1894. Referencias históricas señalan la existencia de una tercera prórroga, por seis años, con base en Decretos Ejecutivos, no promulgados, del 20 de diciembre de 1899 y 23 de abril de 1900, respectivamente, del Gobierno de Colombia, que sustentaron el Contrato Calderón- Mancini, aprobándose una extensión que se iniciaría el 31 de octubre de 1904, por lo que el canal debería terminarse, a más tardar, el 31 de octubre de 1910. Las diferencias entre Inglaterra y los Estados Unidos, surgidas como resultado de la interpretación del Tratado Clayton-Bulwer (1850), fueron resueltas con este Convenio suscrito el 5 de febrero de 1900, y más tarde otro similar, de fecha 18 de noviembre de 1901. En dichos instrumentos se estipuló que el canal podía ser construido por el Gobierno norteamericano, además que se adoptó de neutralidad las reglas establecidas en la Convención de Constantinopla, del 28 de octubre de 1888, que normaba la libre navegación por el Canal del Suez. Mediante esta norma promulgada por el Congreso de los Estados Unidos, el 28 de junio de 1902, se autorizó al Presidente de ese país, para adquirir los derechos de la Nueva Compañía del Canal por 40 millones de dólares, inclusive el ferrocarril transístmico y obtener de Colombia una faja de tierra para construir la obra canalera. Una vez separada de la hermana República de Colombia, Panamá suscribió el pacto Tratado Hay-Buneau Varilla con los Estados Unidos, el 18 de noviembre de 1903. El 4 de mayo de 1904, se perfeccionó la compra anteriormente señalada, reiniciándose los trabajos de la vía interoceánica, los que concluyeron una década después, en 1914, con una inversión aproximada de 400 millones de dólares y el trabajo de más de 75 mil hombres y mujeres de diversas nacionalidades. El 15 de agosto de ese año, con el paso del Vapor Ancón, se inauguró la portentosa obra de comunicación intermarina. Estados Unidos ha invertido alrededor de 3 mil millones en la empresa del Canal, cuya recuperación se sitúa en las dos terceras partes. Su construcción enfrentó sustantivos problemas de sanidad, organización e ingeniería. Su culminación exitosa fue posible gracias a la moderna tecnología utilizada; a la intervención de profesionales de la ingeniería, de jerarquía y de científicos experimentados. Desde su inicio hasta la fecha, los LAS COMPAÑIAS NAVIERAS ESTADOUNIDENSES Y LA CONSTRUCCION DEL FERROCARRIL DE PANAMA En el año de 1847, dos líneas navieras competían por el transporte de pasajeros y mercancías, una de ellas era la UNITE STATES MAIL STEAM LINE que unía a Nueva York, Nueva Orleans y Colon; y la PACIFIC MAIL STEAMSHIP COMPANY que tenía la ruta entre Panamá y San Francisco. Ambas con un solo obstáculo, las condiciones del Istmo de Panamá, donde trasladaban sus cargas en mulas y a pie, por tierra hasta el otro punto. En 1847, la Nueva Granada le otorgo una compañía privada norteamericana, constituida en su mayoría por capitalistas navieros quienes ya tenían intereses financieros en el Istmo, la concesión para la apertura de un ferrocarril por Panamá (Contrato StephensParedes). Dichos capitalistas eran accionistas de la Pacific Mail Steamship Company, que competían por el monopolio de las comunicaciones entre las costas norteamericanas. Debido a los problemas que existían en la ruta por Nicaragua, se aventuraron a construir un ferrocarril por Panamá, pese a las dificultades climáticas y de salubridad. CONSECUENCIAS PARA LA SOCIEDAD PANAMEÑA DEL FERROCARRIL TRANSISTMICO. Sociales: El incremento de las actividades transitistas en la región de Panamá, debido a la construcción del ferrocarril, aumento en gran medida la inmigración de trabajadores, empleados técnicos y comerciantes burgueses extranjeros que se fusionan con los grupos que ya estaban asentados en el Istmo. Esto desarrolla las clases o grupos sociales en panamá y facilita el mejor resurgimiento de nuestro país como vía de tránsito, después de la experiencia de las ferias de Portobelo. Llegaron empleados de diferentes lugares del globo terráqueo, como Irlanda, india, china, Inglaterra, Francia, Alemania, Austria, como también negros jamaiquinos, nativos de panamá y lugares adyacentes. Sin contar a los comerciantes que vinieron hacer fortuna con la construcción del ferrocarril de Panamá. Se estima que más de 12.000 personas murieron en la construcción del ferrocarril, además de las víctimas que hubo en el incidente de la Tajada de sandía, fueron aproximadamente, 15 muertos, una cifra insignificante al lado de las que causaron enfermedades como la malaria y el clima que afectaba a las personas. La compañía del ferrocarril de Panamá no dio datos oficiales y el total pudo haber sido mayor. Enfermedades como el cólera y el paludismo se cobraron la vida de sin número de obreros. Los obreros del ferrocarril provenían de Estados Unidos, Europa, China, las Antillas, incluyendo algunos esclavos africanos. Muchos de estos obreros habían venido a Panamá en busca de fortuna, y poseían poca o ninguna identificación. De la mayoría de los muertos se ignora su origen, no se notificó la muerte a sus parientes más cercanos, y de muchos ni siquiera sabemos su nombre. Económicas: Aprovechando la afluencia de emigrantes del istmo, algunos sectores panameños se enriquecen de diversas actividades especialmente el alquiler, la venta de inmuebles, cantinas, farmacias. El agotamiento y las enfermedades propagadas principalmente por mosquitos que crecían rápidamente por la condiciones pantanosas del clima de Panamá se cobraron la vida de un sin número de obreros. Para quienes tenían las conexiones adecuadas la eliminación de estos cadáveres resultó un buen negocio. Puede ser una consecuencia social y económica pues las escuelas de Medicina y hospitales docentes demandaban cadáveres para las prácticas de sus estudiantes, y pagaban generosas sumas por cadáveres no identificados conservados en barriles traídos desde el trópico. La compañía del Ferrocarril de Panamá vendía los cadáveres en el extranjero, y los ingresos generados fueron suficientes para sostener su propio hospital. Un periodista informó haber visto al director médico del hospital de la compañía del Ferrocarril de Panamá tratando químicamente esqueletos de obreros, a fin de formar un museo con huesos de todas las razas que trabajaron en la construcción del ferrocarril. Políticas: Los Estados Unidos de América tratan de encontrar la mejor ruta para construir un Canal Interoceánico a través del Istmo centroamericano, en el periodo del siglo XIX, de 1826 a 1873, y empieza a ejercer una presión política y militar, que desplaza inicialmente, a Inglaterra y luego a Colombia, en la consecuencia de su llamado ‘‘Destino Manifiesto’’. La doctrina del Destino manifiesto (en inglés, Manifest Destiny) es una frase e idea que expresa la creencia en que Estados Unidos de América es una nación destinada a expandirse desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico. Esta idea es también usada por los partidarios, para justificar, otras adquisiciones territoriales. Los partidarios de esta ideología creen que la expansión no sólo es buena sino también obvia (manifiesta) y certera (destino). Se le puede comparar con la teoría del Lebensraum que impulsaban los nazis para justificar su expansión hacia el este de Europa y Asia Central. La frase pasó a convertirse con el tiempo en un cliché, teniendo una connotación ideológica y posteriormente, doctrinarinarios. MODIFICACIONES AL CONTRATO STEPHENS-PAREDES En esto se decreta que se aprueba el contrato preinserto, con las modificaciones siguientes: La empresa es reputada de utilidad pública. Suprimirse la palabra hipotecaria. Por ninguna razón ni en ningún tiempo se suspenderá la obra del ferrocarril de panamá, a causa de las diferencias que se susciten entre la Compañía empresaria de los dueños de tierras sobre el valor que haya de darse a las que tenga necesidad de comprar para la formación del camino; mas para dar positivas garantías a tales dueños, y que sus derechos no sean en manera alguna perjudicados, la Compañía otorgara una fianza personal o hipotecaria, que sea suficiente, a juicio del Gobernador de Panamá, para responder del precio que se fijare a dichas tierras con arreglo a la ley de 2 de junio de 1848, sobre la expropiación. Siendo la empresa del ferrocarril de utilidad pública, las autoridades le dispensaran toda la protección posible con arreglo a las leyes. Se destinan al pago de los intereses de la deuda nacional exterior el 3% de utilidad de la Compañía debe pagar a la Republica, el 5% que también debe pagar y las demás cantidades que deben ingresar al Tesoro Nacional, provenientes de utilidades de la vía interoceánica del Istmo de Panamá y que pertenezcan a la Nueva Granada. Y por cuanto, según consta del adjunto protocolo, el señor John Lloyd Stephens, vicepresidente de la Compañía del Ferrocarril de Panamá, obrando a nombre, en representación y como apoderado general de dicha Compañía, ha convenido en aceptar el contrato preinserto, tal cual ha sido modificado por el precedente decreto legislativo. Por tanto, he dispuesto que el mencionado contrato se cumpla y ejecute en los términos en que ha sido aprobado y con las reformas que se le han hecho en el ya expresado decreto legislativo. Dado, firmado de mi mano, sellado con el sello del Poder Ejecutivo y refrendado por el Secretario de Estado del Despacho de Relaciones Exteriores en Bogotá, a 4 de junio de 1850. El señor Paredes expuso al señor Stephens lo siguiente: que lo había citado para esta conferencia, en primer lugar, con el objeto de poner en su conocimiento el decreto legislativo expedido con fecha 29 de mayo próximo pasado, aprobado el contrato celebrado en 15 de abril anterior, sobre privilegio para la construcción de un camino de ferrocarriles de un océano a otro por el Istmo de Panamá; y en segundo lugar, para impuesto de modificaciones con que dicho contrato ha sido aprobado por el Congreso, manifieste si las acepte en todas sus partes a nombre de su poderdante la Compañía del Ferrocarril de Panamá. En consecuencia, traídos inmediatamente a la vista los dos ejemplares del precitado decreto legislativo, que habían sido pasados por el Congreso al Poder Ejecutivo, el señor Paredes hizo advertir al señor Stephens, que a virtud de los dispuesto en dicho decreto legislativo, el contrato del 15 de abril, arriba expresado, había recibido varias modificaciones, sin las cuales no podría considerarse subsistente; ni llevarse a efecto. Siendo la empresa del Ferrocarril de utilidad pública, las autoridades le dispersaran toda la protección posible, con arreglo a las leyes. Hecha esta manifestación, el señor Paredes pregunto al señor Stephens si aceptaba el contrato con las reformas que acababan de expresarse, y el señor Stephens contesto que lo aceptaba en todas sus partes, a nombre y en representación de la Compañía del Ferrocarril de Panamá, con las reformas que acababan de expresarse, esto es, con la supresión y modificación que el Congreso de la Republica ha tenido a bien hacer a dicho contrato en el precitado decreto legislativo. BIBLIOGRAFIA • • • LIBRO DE LA ¨ LOTERIA¨ LDE LA BIBLIOTECA DEL CENTRO REGIONAL UNIVERSITARIO DE PANAMA OESTE. PERIODICO ¨LA ESTRELLA DE PANAMA¨ DEL MARTES 12 DE JULIO AÑO 1994 DE LA BIBLIOTECA DE LA CHORRERA Y UNO DEL 29 DE MARZO DE 1987 ¨LIBRO DE RELACIONES DE PANAMA CON ESTADOS UNIDOS¨ DE LA PROFESORA THAIS ALESSANDRIA CAPITULO III,IV,V,VI