1315.9

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Manual de Fiscalización de la Sindicatura de Comptes de la Comunitat Valenciana
Sección 1315.9: Riesgos de auditoría ante la crisis económico financiera
Referencia:
Circular E03/2009 del ICJCE
1.
Introducción
Esta circular pretende llamar la atención de los miembros de nuestra corporación sobre aquellos riesgos más
significativos a los que nos enfrentamos en la realización de los trabajos de auditoría en la actual situación
económico-financiera así como sobre los procedimientos a desarrollar en respuesta a dichos riesgos.
La pérdida de valor de las propiedades inmobiliarias, la severa restricción del crédito y las crecientes
dificultades de liquidez han contribuido de manera conjunta a generar una inquietud significativa en los
mercados. La mayor parte de las economías están atravesando turbulencias y el desafío es, obviamente,
encontrar el camino de vuelta a la estabilidad.
En este marco preocupante, con dificultades para todos los agentes económicos, es donde actúan nuestros
clientes, desarrollando su actividad económica. Sin lugar a dudas, esta situación de crisis económica impactará
en mayor o menor medida en sus negocios y en su actividad económica, que se ve reflejada en sus estados
financieros.
En el desarrollo de nuestra actuación como auditores deberemos prestar atención especial a los efectos de esta
situación sobre los estados financieros o cuentas anuales que vamos a auditar y debemos hacerlo desde el
momento inicial, es decir, desde la fase de planificación de la auditoría.
Para ello es fundamental alcanzar un conocimiento lo más amplio posible de los efectos que esta situación
tiene, o se espera que tenga en un futuro cercano, en el negocio de la entidad auditada, conocimiento que se
obtendrá mediante un diálogo inicial, pero, sobre todo, mediante un contacto regular con la dirección.
En la fase de planificación identificamos los riesgos que pueden afectar a los estados financieros de la entidad
auditada como consecuencia de la situación de crisis y diseñamos los procedimientos de auditoría necesarios
para responder a los mismos. Con la ejecución de dichos procedimientos trataremos de minimizar el riesgo de
errores materiales en los estados financieros no detectados en nuestra auditoría.
En la fase inicial del trabajo realizamos la estimación de la cifra de importancia relativa, calculando la
materialidad que nos servirá de base para establecer el alcance de nuestras pruebas de auditoría. Al realizar
estos cálculos tendremos que tener en consideración los efectos de la situación de crisis en las magnitudes
clave de la entidad auditada: reducciones de resultados o del importe neto de la cifra de negocios pueden
suponer disminuciones en la materialidad que hagan necesario un cambio en el alcance de nuestros
procedimientos de auditoría con respecto a los parámetros utilizados en ejercicios anteriores o incluso con los
utilizados durante el trabajo preliminar.
2.
Riesgos de auditoría y procedimientos a desarrollar
A continuación se enumeran los riesgos que entendemos son más significativos y/o generalizados a los que nos
enfrentamos los auditores en la realización de los trabajos de auditoría en la actual situación económica, junto
con los procedimientos que podemos efectuar como respuesta a dichos riesgos.
2.1
Riesgo de fraude
En una situación como la actual aumenta el riesgo de que se produzcan alteraciones significativas en los
estados financieros como consecuencia de fraude, bien por emisión o formulación de información financiera
fraudulenta o bien por apropiación o uso indebido de activos, que hace que los estados financieros no estén
presentados de acuerdo con los principios contables aplicables.
Cuando se produce un fraude, generalmente están presentes tres aspectos:
•
La dirección u otros empleados tienen un incentivo o presión que proporciona una razón para cometer
el fraude.
•
Existen circunstancias (como la ausencia de controles) que proporcionan una oportunidad para que se
realice dicho fraude.
•
Las personas implicadas son capaces de racionalizar un acto fraudulento para que sea consistente con
su código moral personal. Incluso los individuos más honestos pueden cometer fraude si el entorno les
presiona lo suficiente.
En esta situación de crisis económica, la dirección de la sociedad o determinados miembros del personal
pueden encontrarse con fuertes presiones para, por ejemplo y sin ánimo de ser exhaustivo:
•
Cumplir o alcanzar determinados objetivos presupuestados (reportados a los accionistas, en base a los
cuales puede incluso determinarse su remuneración).
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Sección 1315.9: Riesgos de auditoría ante la crisis económico financiera
•
Cumplir determinados ratios establecidos en cláusulas especiales de contratos de financiación, cuyo
incumplimiento podría suponer la exigibilidad por parte de la entidad financiera de la totalidad de la
financiación pendiente.
•
Obtener financiación adicional para mantener la competitividad frente al mercado invirtiendo por
ejemplo en I+D o en inmovilizado para nuevas líneas de negocio.
•
Obtener mayores ingresos para usos particulares (consumo suntuario, otros negocios, etc.), lo cual
podría llevar a situaciones de apropiación indebida.
Estas presiones, junto con la oportunidad para que se lleven a cabo, pueden derivar en la elaboración de
información financiera fraudulenta. Es lo que coloquialmente se conoce como contabilidad creativa, cuyo
objetivo es manipular las cifras base relacionadas con los objetivos establecidos (registro de ventas
inexistentes, manipulación de las estimaciones de gastos a contabilizar, incorrecta valoración de los activos
propiedad de la entidad auditada, etc.). También pueden llevar a apropiación o uso indebido de activos, ya que
pueden hacer que aumente la susceptibilidad de apropiación de efectivo por ejemplo en aquellos casos en los
que una persona maneje grandes cantidades de efectivo de la entidad o de elementos de almacén o de
inmovilizado si éstos son de pequeño tamaño y elevado valor, con intención de venderlos en mercados
paralelos. Todo lo anterior se produce en situaciones en las que pueden existir obligaciones financieras
personales de la dirección o del personal con oportunidades para la apropiación indebida o en situaciones de
relaciones tensas o difíciles entre la sociedad y los empleados (por ejemplo, por despidos conocidos o futuros,
o por cambios en las remuneraciones o compensaciones que no respondan a sus expectativas).
Ante esta situación, podemos dar tres tipos de respuestas:
1.
Respuestas con efecto general en el modo en que se realiza la auditoría: deberá incrementarse nuestro
escepticismo profesional a lo largo de todo el proceso de la auditoría. Es muy importante, asimismo,
incorporar un factor de impredecibilidad en las pruebas (cambio en las fechas de la circularización, no
repetición de la misma muestra de clientes a circularizar por ejemplo añadiendo una muestra al azar,
cambio en la fecha de análisis de las conciliaciones bancarias, etc.). Con ello evitaremos que el personal
de la entidad auditada pueda prever el tipo de procedimientos que vamos a realizar y el momento de su
realización, de forma que manipule los resultados para evitar que el fraude en el que pueda estar
involucrado sea detectado.
2.
Respuestas específicas a los riesgos de fraude identificados (naturaleza, momento y extensión de las
pruebas): por ejemplo, la realización de procedimientos analíticos sobre los ingresos utilizando datos
desagregados, la confirmación de términos contractuales con los clientes, la presencia física para
observar los movimientos de mercancías del almacén o las pruebas de corte de operaciones en ventas e
inventario son procedimientos específicos que podemos realizar ante el riesgo de fraude en el
reconocimiento de ingresos.
3.
Respuestas que suponen la realización de procedimientos para cubrir la posibilidad de que la
dirección eluda los controles establecidos: aunque no se hayan identificado riesgos específicos de
errores materiales debidos a fraude existe la posibilidad de que la dirección evite los controles
establecidos. Por ello deberemos realizar procedimientos generales para cubrir este riesgo, tales como
seleccionar y examinar documentación soporte de asientos de diario, revisar las estimaciones
contables significativas para obtener evidencia de tendencias por parte de la dirección o evaluar la
razonabilidad desde el punto de vista del negocio de las transacciones inusuales significativas.
2.2
Deterioro en el valor de los activos
La situación de los mercados supone un factor de riesgo en cuanto a la valoración de los activos, por cuanto
aumenta el riesgo de deterioro del valor de los mismos. Al hablar de activos nos referimos no sólo a activos
inmobiliarios, sino también a activos financieros, intangibles y productivos.
Todos conocemos la caída del valor de los activos inmobiliarios (descenso del precio de la vivienda y otros
activos inmobiliarios) como consecuencia de la caída de la demanda ante la falta de liquidez, pero los riesgos
van más allá, ya que un descenso en la demanda de los productos que constituyen el negocio de la compañía
pueden suponer un indicador de problemas en determinadas líneas de negocio por escasez de demanda que
derive en reducciones de ventas y de rentabilidad e incluso en paradas o incluso cierres de determinados
procesos productivos, indicadores a su vez de deterioro o pérdida de valor de los activos integrantes de las
cadenas de producción.
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Por otra parte, el aumento en el coste del capital de la entidad como consecuencia del encarecimiento de la
financiación puede afectar al valor razonable de activos como el fondo de comercio u otros intangibles, dado el
efecto que puede tener este cambio en el coste de capital sobre el valor actual de los flujos de efectivo
generados que sirvan de base para determinar el valor razonable de dichos activos. Debemos también
considerar qué movimientos en los tipos de interés pueden tener un impacto significativo en la tasa de
descuento utilizada en los cálculos de deterioro.
Prestaremos especial atención al análisis de magnitudes clave representativas del negocio de la entidad
auditada: evolución de las ventas en general y por líneas de negocio, de márgenes y de resultados, comparando
con presupuesto o, en su caso, con nuevas expectativas que supongan una revisión de los presupuestos en
función de la evolución de los mercados. Esta prueba servirá para identificar posibles señales de caída en el
mercado y por consiguiente reducción de actividad en líneas de negocio. Las revisiones analíticas cobran, por
tanto, especial relevancia a la hora de identificar posibles indicios de deterioro.
En cuanto al análisis de los flujos de efectivo, es importante efectuar pruebas de auditoría en detalle sobre los
estudios de deterioro realizados por la entidad auditada, cuestionándonos la razonabilidad de las hipótesis
aplicadas en los cálculos en función de la evolución de los negocios y del sector en el que opera la entidad,
hipótesis que han de ser realistas y ajustadas a mercado.
En relación con activos inmobiliarios, la entidad auditada debe facilitarnos tasaciones adecuadas que estén
actualizadas, que debemos revisar cumpliendo estrictamente con lo indicado en la Norma Técnica de Auditoría
sobre Utilización del Trabajo de Expertos Independientes por Auditores de Cuentas, publicada en el BOICAC nº
28.
2.3
Existencias
Las condiciones actuales del mercado, y el correspondiente efecto en el consumo, pueden provocar excesos de
existencias en almacén en relación con las necesarias para satisfacer la demanda ajustada a las nuevas
circunstancias o existencias para las cuales el precio de mercado haya caído por debajo de coste de producción
o de adquisición.
Prestaremos especial atención durante nuestro trabajo a la identificación de existencias de lento movimiento o
en exceso sobre las ventas previstas así como a la identificación de existencias cuyo coste no sea
completamente recuperable, todo ello con el objetivo de verificar la correcta valoración de las mismas.
2.4
Recuperabilidad de créditos fiscales registrados
En estas circunstancias, se incrementa la posibilidad de caída de los beneficios de las entidades auditadas no
sólo en el ejercicio actual sino también afectando a las previsiones de resultados para los próximos ejercicios.
Esta situación puede provocar dudas sobre la recuperación futura de créditos fiscales que pudiera haber
registrado la entidad auditada.
Debemos, por lo tanto, estar alerta y plantearnos cómo afectan estas circunstancias a la recuperabilidad
de estos activos.
2.5
Dificultades financieras
Un detalle de las principales dificultades financieras a las que pueden estar enfrentándose nuestros clientes es
el siguiente:
a.
Riesgo de liquidez: imposibilidad de atender los pasivos en los plazos y por los importes comprometidos.
b.
Refinanciación de deuda: problemas para acceder al capital o un mayor coste del mismo.
c.
Dificultades para acceder a nueva financiación para atender planes de inversión previstos: esto puede
originar la no viabilidad futura de ciertos proyectos de inversión (por ejemplo, apertura de una nueva
línea de producción, distribución de nuevos productos, inversión en nuevos proyectos de I+D, etc.).
d.
Niveles de endeudamiento ligados a activos cuyo valor puede disminuir: operaciones de financiación
garantizadas con determinados activos, por ejemplo, acciones de una sociedad participada adquirida
con dicha financiación, de forma que hay que aportar como garantía dichas acciones, y, en caso de
reducción de valor de las mismas, se hace necesario aportar garantías adicionales si se quiere evitar la
exigibilidad del préstamo.
e.
Cláusulas ligadas a contratos de financiación: su incumplimiento puede suponer pérdida de financiación
o aumento del coste de la misma.
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Ante estas situaciones no sólo debemos plantearnos el correcto registro y clasificación de los pasivos en el
balance de situación sino, lo que es más importante, cómo afectan estos hechos a la viabilidad futura de la
sociedad.
Como respuesta a ese riesgo de dificultades financieras en la entidad auditada, deberemos desarrollar
procedimientos de auditoría que nos lleven a alcanzar conclusiones sobre el nivel de endeudamiento de la
sociedad y sus necesidades actuales o futuras de nueva financiación, así como las vías previstas de obtención
de la misma (esto resulta muy importante a la hora de evaluar la viabilidad futura del negocio). Esta
información la obtendremos de la Dirección de la entidad, por lo que es importante mantener frecuentes
conversaciones con la misma, enfocadas a la obtención de este tipo de información.
Asimismo, deberemos solicitar al cliente, si lo consideramos necesario, previsiones de liquidez a corto/medio
plazo y deberemos revisar los planteamientos e hipótesis en los que éstas se basan, asegurándonos de que
responden a hipótesis realistas en función de la evolución de sus negocios (por ejemplo, considerando las
ventas reales y los posibles retrasos en los cobros de sus clientes y a la evolución previsible de las condiciones
del mercado).
También debemos realizar pruebas específicas sobre la clasificación de la deuda entre el largo y el corto plazo,
solicitando los contratos de financiación de la sociedad para hacer un análisis adecuado de los mismos que
permita identificar posibles activos ligados a la financiación (sobre los que deberá realizar pruebas específicas
para comprobar su valoración) así como cláusulas de cumplimiento de determinados ratios (también
deberemos, en caso de que existan, realizar pruebas específicas sobre las partidas involucradas en el cálculo de
dichos ratios).
2.6
Recuperabilidad de las cuentas a cobrar
La situación de crisis financiera en la que nos encontramos no sólo afecta a la entidad auditada, sino también a
los terceros con los cuales ésta mantiene cuentas a cobrar, lo que hace que nos encontremos con un aumento
del riesgo de morosidad (en clientes y otros deudores de la entidad), lo que derivaría en una incorrecta
valoración de las cuentas a cobrar. En el análisis de estos activos debemos prestar especial atención a
operaciones de factoring con recurso, en el cual el riesgo de morosidad continúa siendo de la empresa
auditada.
Por otra parte, debemos estar alerta ante un posible incremento de las devoluciones, que haría aumentar el
riesgo de una incorrecta estimación del importe de las mismas si éste se realiza en base a comportamientos
históricos (por ejemplo, un porcentaje medio de devoluciones sobre ventas de los últimos tres años) y, por lo
tanto, hace necesario reevaluar el reconocimiento de ingresos en función de estimaciones más realistas
(previsión de respuesta/aceptación de los productos por los principales clientes/mercados o incluso teniendo
en cuenta condiciones especiales de recogida de productos que se hayan podido pactar para promocionar las
ventas de los mismos).
2.7
Viabilidad futura de la entidad
Como hemos venido observando y comentando en los puntos ya tratados, numerosos riesgos identificados
(dificultades financieras, incumplimientos de cláusulas contractuales, descensos en ventas, beneficios y
flujos de tesorería, pérdidas en el valor de los activos, etc.) derivan en deterioro de la situación patrimonial de
las entidades o en otros factores causantes de duda sobre la viabilidad futura de las mismas.
En esta situación, es importante que prestemos especial atención a la aplicación de los procedimientos
establecidos en la Norma Técnica de Auditoría sobre la Aplicación del Principio de Empresa en Funcionamiento,
publicada en el BOICAC Nº 13, realizando un análisis detallado de los factores causantes de duda acerca de la
capacidad de la sociedad para continuar su actividad como empresa en funcionamiento y de los factores
mitigantes de la misma. Deberemos también cuestionarnos con mayor intensidad las asunciones, previsiones e
hipótesis utilizadas por la dirección en sus análisis de continuidad.
Se hace imprescindible el adecuado desglose de información sobre estos aspectos en la memoria integrante de
las cuentas anuales de la entidad auditada y en el informe de gestión.
Adicionalmente, en aquellos casos en los que el principal factor mitigante sea el apoyo financiero del
accionista, planificaremos y realizaremos suficientes procedimientos de auditoría para asegurarnos de su
solvencia financiera, obteniendo incluso manifestaciones expresas de los miembros de su consejo de
administración en aquellos casos en los que no se posea información suficiente sobre su situación financiera o
manifestaciones en relación a decisiones que puedan afectar a la continuidad de la entidad auditada en caso de
no ser auditores del grupo al que pertenece la misma.
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Dado el alto riesgo de que determinadas compañías se enfrenten a lo largo del ejercicio 2009 a un problema de
viabilidad, los auditores deberán evaluar si este hecho debe tener un impacto en su informe de auditoría.
2.8
Hechos posteriores
En el actual entorno económico aumenta la posibilidad de ocurrencia de hechos posteriores con efecto
significativo en las cuentas anuales de la entidad auditada. Los efectos de la crisis se encuentran en continua
evolución, por lo que condiciones no existentes al inicio del trabajo de auditoría o durante el desarrollo del
mismo sí pueden estar afectando a la entidad en el cierre del trabajo o a la fecha de emisión del informe. De
este modo, es muy importante tener información sobre decisiones que puedan tomar los órganos de
administración con posterioridad al cierre del ejercicio y sobre decisiones de terceros (clientes, acreedores,
entidades financieras) que puedan afectar al negocio o a la situación financiera y sobre todo que puedan
afectar a las asunciones consideradas en el análisis de viabilidad y, por tanto, en la aplicación del principio de
empresa en funcionamiento.
Deberemos prestar atención al desarrollo y aplicación de los procedimientos establecidos en la Norma Técnica
de Auditoría sobre Hechos Posteriores, publicada en el BOICAC nº 53, para asegurarnos de la existencia y el
efecto, en su caso de:
•
Hechos posteriores ocurridos hasta la fecha del informe de auditoría.
•
Hechos posteriores conocidos con posterioridad a la fecha del informe de auditoría, antes de la entrega
del mismo.
•
Hechos posteriores conocidos con posterioridad a la entrega del informe de auditoría.
2.9
Situaciones especiales
La crisis económica está provocando un incremento significativo de las solicitudes de declaración de concurso
de acreedores y de los acuerdos de expedientes de regulación de empleo. El riesgo más significativo al que nos
enfrentamos es la falta de información sobre acuerdos relativos a estas situaciones, lo que genera un riesgo de
incorrecto registro contable de las mismas y/o de falta de información en la memoria.
Ante esto, es muy importante mantener una comunicación continua con la dirección de la sociedad y más
concretamente con los niveles adecuados de la misma que puedan transmitirnos información sobre este tipo
de acuerdos. Debemos asimismo conocer la normativa aplicable a estas situaciones especiales, de forma que
podamos verificar el efectivo cumplimiento por parte de la sociedad.
A modo de reflexión final, estas difíciles condiciones de los mercados exigen de nosotros que:
•
Obtengamos un adecuado entendimiento de los efectos que las condiciones cambiantes de los
mercados tienen en la situación financiera, resultados operativos, flujos de efectivo, liquidez, fuentes de
financiación e información financiera de nuestros clientes. En situaciones de crisis como la actual
debemos prestar una especial atención a los factores específicos que pueden suponer un riesgo de que
los estados financieros contengan errores materiales. Estos riesgos deberán ser evaluados desde la fase
de planificación, de modo que los procedimientos de auditoría se diseñen para cubrirlos.
•
Realicemos juicios apropiados sobre la materialidad y el riesgo de auditoría.
•
Nos replanteemos la estrategia de auditoría en relación con las cuentas evaluadas como de mayor
riesgo.
•
Evaluemos las condiciones y hechos que puedan generar dudas sobre la capacidad de la entidad de
continuar como empresa en funcionamiento.
•
Determinemos la idoneidad de los recursos asignados a los proyectos, planteándonos la necesidad
de contar con la colaboración de especialistas en determinadas materias o, en su caso, de consultar en
situaciones de duda.
Las auditorías del presente ejercicio necesitarán un mayor nivel de escepticismo profesional, si cabe, y una
mayor involucración de los miembros del equipo de trabajo con mayor experiencia. Se convierte en más
necesario que nunca documentar correctamente el trabajo realizado y las conclusiones alcanzadas,
especialmente en las áreas de riesgo que hubieran sido identificadas.
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