MSB.PDF

Anuncio
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE COAHUILA
CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOECONOMICAS
DOCTORADO EN ECONOMIA REGIONAL
Tesis doctoral
“Impacto regional de la flexibilidad laboral en México:
1994 -2009”
DIRECTOR:
David Castro Lugo
PRESENTA:
Berenice Morales Sandoval
Saltillo, Coahuila, Mayo de 2012.
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |2
Índice temático.
Introducción………………………………………………………………………………………..7
Capítulo 1. Conceptualización y tipología de la flexibilidad del mercado de
trabajo……………………………………………………………………………………………....12
1.1
1.2
1.3
1.4
Antecedentes…………………………..………………………………………….13
Definición de flexibilidad laboral……..............................................................24
Formas de flexibilidad laboral…..…………………………………………….…32
1.3.1 Flexibilidad numérica……………………………………………………..32
1.3.2 Flexibilidad funcional……………………………………………………..35
1.3.3 Flexibilidad en costos laborales………………………………………….37
Conclusiones del capítulo……………………………………………….……….45
Capítulo 2. Revisión de casos empíricos sobre la flexibilidad laboral a nivel internacional.
2.1 Evidencia para el caso de Europa. …………………………………………………47
2.1.1 Flexibilidad numérica……………………………………………………….48
a)Anualización de la jornada de trabajo……………………………..….48
b)Trabajo temporal…………………………………………….…………..49
c)Trabajos de medio tiempo…………………………………………..….50
d)Subcontratación…………………………………………………….…...51
2.1.2 Flexibilidad funcional………………………………………………….…...51
2.1.3 Flexibilidad salarial…………………………………………………….…...53
2.1.4 El mercado laboral de Europa vs Estados Unidos………………….…..56
2.2 Flexibilidad laboral en Asia…………………………………………………….……59
2.3 Mercado laboral latinoamericano…………………………………………….……..62
2.3.1 Flexibilidad numérica……………………………………………………….62
2.3.2 Flexibilidad de los costos laborales……………………………...………..64
2.3.3 Consecuencias de la flexibilidad laboral……………………...................66
2.3.4 América Latina vs. otras economías…………………………………...…68
2.4 Conclusiones del capítulo………………………………………………………..….69
Capítulo 3. Mercado laboral mexicano………………………………………………………….72
3.1 Las reformas estructurales………………………………………………………..…72
3.2 Características del mercado laboral mexicano…………………………………….76
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |3
3.2.1 Oferta laboral……………………………………………………………......77
|a)Aumento de la población económica activa…………………………77
b)Participación de la mujer…………………………………………..……77
c)Población con mayor nivel educativo……………………………..…..79
d)Jornada laboral………………………………………………………..…80
3.2.2 Demanda Laboral………………………………………………………..….81
a)Tercerización del empleo………………………………….…………...81
b)El empleo informal………………………………………………...…….84
3.2.3 Salarios y desempleo………………………………………….……………86
a)Salarios…………………………………………………………………...86
b)Desempleo…………………………………………………………….....88
3.2.4 Características de la ocupación…………………………………………...90
3.3 Análisis Regional……………………………………………………………………..91
3.3.1 Definición de región………………………………………………………..92
3.3.2 Criterios de regionalización………………………………………………..94
a)Regionalización de Bassols Batalla (1970)……………….................94
b)Regionalización de Luis Unikel (1976)……………………………….95
c)Un clásico de la urbanización en México: Gustavo de la
Garza (1976)…………………………………………………………….....96
d)El análisis de Hiernaux (1995)…………………………………………97
e)La territorialidad mexicana en la investigación de Ruíz Durán
(1999)……………………………………………………………………….97
f)El enfoque de Mesoregiones del Gobierno Federal (2001)………...98
g)Regionalización desde una óptica urbana: Jaime Sobrino
(2003)…………………………………………………………..…………..99
h)Delimitación de las Zonas Metropolitanas en México:
CONAPO, INEGI y SEDESOL (2004)…………………………………..99
3.3.3 Características de los mercados laborales regionales………………..102
3.4 Flexibilidad del mercado laboral en México………………………………………107
3.4.1 Flexibilidad numérica……………………………………………………...108
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |4
3.4.2 Flexibilidad en los costos laborales……………………………………110
3.4.3 Flexibilidad sindical……………………………………………………...113
3.4.4 Flexibilidad-Precarización………………………………………………114
3.5 Conclusiones del capítulo………………………………………………..…….…116
Capítulo 4: Metodología y datos………………………………………………………………118
4.1 Objetivos…………………………………………………………………………….119
4.2 Especificación de los índices y del modelo……………………………………..119
4.2.1 Construcción de los indicadores……………………………………….119
4.2.2 Especificación del modelo………………………………………………127
4.3 Base de datos……………………………………………………………………….129
4.4 Conclusiones del capítulo…………………………………………………………132
Capítulo 5. Flexibilidad Laboral en México: Evidencia empírica…………………………..135
5.1 Flexibilidad laboral…………...……………………………………………………..135
5.1.1 Tipos de flexibilidad laboral……………………………………………..139
5.1.2 Tipos de flexibilidad laboral por sector económico…………………...142
5.2 Flexibilidad de los mercados de trabajo regionales…………………………….148
5.3 Flexibilidad laboral y su impacto en la generación de empleo………………..156
5.4 Conclusiones del capítulo…………………………………………………………164
Conclusiones generales……………………………………………………………………….166
Líneas futuras de investigación……………………………………………………………….172
Bibliografía……………………………………………………………………………………….174
Anexos…………………………………………………………………………………………....181
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |5
Índice de gráficas y cuadros
Gráfica 1.1 Efecto Salario mínimo………………………………………………………..……..18
Gráfica 3.1 Tasa de participación femenina, 1994-2009……………………………………..78
Gráfica 3.2 Tasa de participación masculina, 1994-2009…………………………………….78
Gráfica 3.3 Tasa de participación urbana por género, 1994-2009…………………………..79
Gráfica 3.4 Trabajadores con nivel superior terminado, 1994-2009…………………………80
Gráfica 3.5 Trabajadores, por actividad económica, 1994-2009………………………….…82
Gráfica 3.6 Comercio y Servicios, 1994-2009………………………………………………….83
Gráfica 3.7 Tasa de ocupación urbana en el sector informal, 1994-2009…………………..85
Gráfica 3.8 Tasa de desocupación urbana, 1982-2009………………………………………89
Gráfica 3.9 Participación de la mujer por regiones, 1994-2009…………………………….103
Gráfica 3.10 Trabajadores con nivel superior por regiones, 1994-2009…………………..103
Gráfica 3.11 Participación regional promedio de los trabajadores por actividad
económica………………………………………………………………………………………...104
Gráfica 3.12 Trabajadores asalariados y por su cuenta por región, 1994-2009………….106
Gráfica 5.1 Flexibilidad laboral en México, 1994-2099………………………………………136
Gráfica 5.2 Tipos de flexibilidad laboral en México, 1994-2009…………………………….139
Gráfica 5.3 Flexibilidad funcional en México, 1992-2005…………………………………..140
Gráfica 5.4 Flexibilidad sindical en México, 2004-2009……………………………………..141
Gráfica 5.5 Grado de flexibilidad salarial en México por sector 1994-2009……………….142
Gráfica 5.6 Grado de flexibilidad numérica en México por sector 1994-2009…………….143
Gráfica 5.7 Grado de flexibilidad en seguridad social en México por sector 1994-2009...144
Gráfica 5.8 Grado de flexibilidad en prestaciones en México por sector 1994-2009…….145
Gráfica 5.9 Grado de flexibilidad funcional por sector 1992-2005………………………...146
Gráfica 5.10 Grado de flexibilidad sindical por sector 2005-2009…………………………147
Gráfica 5.11 Flexibilidad laboral por regiones, 1994-2009………………………………….150
Gráfica 5.12 Flexibilidad sindical por regiones 2005-2009……………………………..…...151
Gráfica 5.13 Empleo vs flexibilidad laboral…………………………………………………...157
Gráfica 5.14 Empleo vs PIB………………………………………………………………….....158
Gráfica 5.15 Empleo vs Salario real………………………………………………………..….159
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |6
Cuadro 1.1 Tipos de flexibilidad en el mercado laboral……………………………………….39
Cuadro 3.1 Salario mínimo de cotización al IMSS, por rama de actividad, 2007-2009…...88
Cuadro 3.2 Regiones urbanas de México, 1994-2009…………………………………..….102
Cuadro 5.1 Tasa de desempleo abierta, 1994-2009………………………………………...138
Cuadro 5.2 Flexibilidad laboral por regiones y sectores, 1994……………………………..154
Cuadro 5.3 Flexibilidad laboral por regiones y sectores, 2009……………………………..155
Cuadro 5.4 Criterios para la elección de modelo…………………………………………….160
Cuadro 5.5 Panel balanceado, efectos aleatorios (1994-2009)…………………………….161
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |7
Introducción
Las crisis recurrentes, las altas tasas de desempleo, así como el cambio de modelo
económico que ha experimentado la economía mundial, desde los años ochenta del siglo
XX, han exigido modificaciones y reformas en los marcos normativos que regulan las
relaciones industriales, con la finalidad de incrementar la competitividad productiva de las
naciones y por ende el crecimiento económico de éstas.
Y es en este contexto que la flexibilidad laboral se presentó como la solución para
viabilizar las relaciones laborales y darle solución al desempleo, por lo que la
desregulación del mercado de trabajo se comenzó a aplicar en forma abierta o velada
desde ese entonces.
De acuerdo con los defensores de la flexibilidad, para encontrar cabida en esta
nueva realidad es irremediable que el mercado laboral se modifique, ya que las excesivas
rigideces de éste, no permiten que la mano de obra se adapte al cambio tecnológico y a la
competencia externa. Sin embargo, otros se pronuncian en contra al señalar a la
flexibilización como el reverso de la precariedad en las relaciones laborales, la cual se
traduce en una alta inestabilidad laboral, disminución del salario y prestaciones laborales,
así como en una alta polivalencia de funciones.
El intenso debate que se ha generado alrededor de dicha polémica, ha propiciado
que el término de flexibilidad hoy resulte generalizado, no obstante, la mayoría de las
veces parece confuso, dado que no existe una definición unánime, por ello el mismo
adquiere diversos significados que responden, muchas veces, a las necesidades del
investigador y otras a la concepción que tiene la sociedad del término mismo.
De la misma manera, que resulta difícil obtener una definición única del término,
sucede lo mismo cuando se intenta distinguir entre sus diversas expresiones, así como los
mecanismos, mediante los cuales se introduce la flexibilidad en las relaciones laborales.
El cúmulo de elementos que configuran en cada modelo nacional de empleo:
institucionales, particulares, culturales, políticas, sociales, de especialización productiva,
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |8
etc., conllevan a que la aplicación concreta de la flexibilidad laboral será diferente en cada
país. En este sentido, lo que se entiende por flexibilidad en Francia y Reino Unido por una
parte, y Alemania y Suecia por otro, es diferente, lo que permite pensar, que quienes
creen que están participando en el mismo debate sobre la flexibilidad a escala
internacional pueden estar refiriéndose a procesos muy diferentes dentro de contextos
económicos, jurídicos e institucionales (Recio, 2007 y Pollert,1994).
Asimismo, de acuerdo con la literatura revisada no todos los mecanismos de
flexibilización, impactan de la misma manera en las condiciones laborales de los
individuos, ya que algunos no sólo proporcionan ventajas únicamente para el empleador,
como son el caso del horario variable y la polivalencia de funciones.
Dado lo anterior, resulta pertinente conocer la situación que presentan los mercados
de trabajo, en cuestión de flexibilidad, dado que en los hechos, la discusión teórica puede
estar o no en línea con lo evidencia empírica, lo que estaría generando un debate estéril,
sobre un fenómeno que no tiene pertinencia. Además que dar claridad al tema, permite
proporcionar elementos que conlleven a la correcta implementación de la política
económica en materia de empleo.
A nivel internacional, existe una gran cantidad de estudios que tratan el problema
de la flexibilización de los mercados laborales, los cuales tienen como objetivo confirmar o
rechazar la hipótesis de la teoría neoclásica, la cual refiere a que mayor flexibilización del
mercado de trabajo conlleva a una disminución en las tasas de desempleo. Sin embargo,
son pocos los trabajos que analizan el caso de México, según se desprende de la revisión
bibliográfica realizada, lo que deja entrever insuficiencias en la información, sobre todo
bajo un enfoque económico basado en el análisis cuantitativo. No obstante, que
economías en vías de desarrollo, como México, han sido afectadas también por la
competencia globalizadora que exige, entre otras cosas, modificaciones y reformas en la
legislación de las relaciones industriales con el propósito de generar suficiente empleo,
abatir costos y por tanto elevar la competitividad del aparato productivo.
Impacto regional de la flexibilidad laboral en México |9
En el caso de México durante la década de los ochenta, el marco normativo del
mercado laboral mexicano sufrió modificaciones: por parte de la política estabilizadora; el
congelamiento de salarios en 1987 con el Pacto de Solidaridad Económica, y por parte de
la política restructuradora; nuevas formas de producción al privatizarse las empresas
estatales, y permitir la apertura comercial y del capital extranjero (Cuijpers y Fernández
1995), sin embargo, no se han presentado cambios en las leyes laborales, con el propósito
de modernizar el sistema productivo, a pesar que a principios de la década de los noventa,
la entrada de México al Tratado de Libre Comercio (TLC) así como la intensa competencia
globalizadora marcaron la premura de desregular el mercado de trabajo, con la finalidad
de incrementar la competitividad del aparato productivo en relación con sus socios
comerciales, y por tanto aprovechar las ventajas del libre comercio.
Dichas modificaciones sin duda han alterado las condiciones laborales de los
trabajadores en términos de remuneración económica, estabilidad laboral y opciones de
empleo, aunque no de manera homogénea, ya que las características particulares de los
mercados laborales regionales pueden incidir en los mecanismos mediante los que se
expresa la flexibilidad (Monastiriotis 2003 y Barrera, 2006).
Dado lo anterior, la finalidad de ésta investigación es analizar el impacto regional de
la flexibilidad en el mercado laboral mexicano entre los años de 1994 a 2009, a partir de la
construcción de un aparato teórico, desde la economía regional, que permita abordar el
tema, para después examinarlo por regiones y sectores, así como sus diversas
expresiones, a través del tiempo, mediante la elaboración de indicadores de flexibilidad del
tipo numérica, funcional, sindical y de costos laborales. Con base en la Encuesta Nacional
de Empleo Urbano (ENEU), para los años de 1994-2004, de la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo (ENOE) 2005-2009, y de la Encuesta Nacional de Empleo, Salarios,
Tecnología y Capacitación (ENESTyC), para los años de 1992, 1995, 1999, 2001 y 2005.
Asimismo, tiene como propósito contrastar la teoría neoclásica a través de la
medición del impacto de la flexibilidad laboral del tipo numérica y de costos laborales en la
generación de empleo, mediante un macro panel cointegrado, por efectos aleatorios.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 10
Los principales resultados obtenidos refieren, a que no obstante, que con la firma
del TLCAN se pudiera pensar que las relaciones laborales en México se flexibilizaran aún
más, los hechos muestran que están tienden a volverse rígidas, ya que en particular de
1998 a 2003, se observa una contracción de la flexibilidad laboral en el país. Asimismo
que las expresiones de flexibilidad del tipo sindical y numérica, son las predominantes, sin
embargo, las diversas actividades económicas, así como las regiones exhiben diferentes
grados de flexibilización.
Por otro lado, cabe reconocer que no todos los mecanismos de flexibilización
impactan de la misma manera en la generación de empleo, sin embargo, se puede
concluir que la flexibilidad laboral no la es la solución absoluta para resolver los problemas
de desempleo, ya que si bien puede cooperar el hecho de incentivar los contratos
temporales, reducir la cuota social y el salario real, no es suficiente para cubrir las
necesidades de empleo en el país.
El documento se compone de seis capítulos: en el primero; se analizan los
antecedentes que dieron cabida a la flexibilidad laboral, las diferentes concepciones que
se tienen de ella, a partir tanto del enfoque de la sociología como de la economía, y se
identifican las distintas expresiones de ella en el mercado de trabajo. En el segundo
capítulo se examina la evidencia empírica sobre el fenómeno a nivel internacional, en
especial, en el caso de Europa y América Latina.
El tercer capítulo, analiza el mercado laboral mexicano; para ello se divide en cinco
secciones, las cuales refieren a: 1) las reformas estructurales que resultaron del proceso
globalizador de los años ochenta; 2) las características del mercado de trabajo a nivel
nacional, en donde se observa un incremento de la oferta de trabajo a través del
incremento de la PEA, la participación de la mujer y de individuos con mayor escolaridad,
así como del aumento de actividades terciarias e informales; 3) las características de los
mercados regionales, mediante las cuales se constata la tendencia hacia la divergencia
entre las regiones mexicanas; 4) evidencia empírica de la flexibilidad laboral en México, de
la cual se desprende, la falta de claridad en el grado y de tipo de desregulación de las
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 11
relaciones de trabajo, así como la insuficiencia de investigaciones empíricas y que además
contemplen el aspecto territorial; y 5) las conclusiones del capítulo.
El cuarto capítulo describe la metodología y la base de datos a emplear, en donde
se observa que la principal limitante para el estudio de la flexibilidad laboral, la constituye,
sin duda, la falta de información al respecto, ya que, aunque los contratos colectivos en los
que se basa la mayoría de las investigaciones, muestran claras restricciones. También se
evidenció el hecho, que aunque existen algunas técnicas más elaboradas para la
construcción de indicadores de flexibilización, se eligió una herramienta convencional, por
motivos de desagregación de datos, así como por la comparabilidad con otros estudios,
como son el De la Garza y Bouzas (1997) y Valencia (2009), resultando así siete
indicadores: 1) salarial, 2) contractual, 3) prestaciones, 4) seguridad social, 5)funcional,
6)sindical y 7) global.
En el quinto capítulo, se discuten los resultados empíricos, Finalmente se muestran
las conclusiones generales y se derivan las líneas futuras de investigación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 12
Capítulo 1: Conceptualización y tipología de la flexibilidad del mercado
de trabajo.
Uno de los cambios que con mayor claridad se presentaron a partir de los años ochenta
del siglo XX, pero cuyas raíces refieren al periodo anterior, es la manera en como las
empresas y en general las economías de los países desarrollados y en desarrollo
enfrentaron el problema de la reproducción del capital, ante un escenario de creciente
desempleo y reestructuración de los mercados, mismo que hacía pensar que estas
economías atravesaban por un problema más importante y duradero que una simple
inflexión coyuntural de los niveles de empleo.
Es en este contexto que la flexibilidad laboral se presentó como la solución para
viabilizar las relaciones laborales y darle solución al desempleo, por lo que la
desregulación del mercado de trabajo se comenzó a aplicar en forma abierta o velada
desde ese entonces.
El término flexibilidad hoy resulta generalizado, sin embargo, la mayoría de las
veces nos parece confuso, dado que no existe una definición unánime, por ello el mismo
adquiere diversos significados que responden, muchas veces, a las necesidades del
investigador y otras a la concepción que tiene la sociedad del término mismo.
Dado lo anterior, el objetivo del presente capítulo es identificar, contrastar y
conceptualizar la flexibilidad laboral y los tipos reportados en la literatura a fin de precisar
el término.
El capítulo se compone de cuatro secciones. La primera consiste en una revisión de
los factores que propiciaron la necesidad de la flexibilización del mercado laboral, en la
segunda se discuten los diferentes conceptos, la tercera comprende las diversas formas
en que expresa la flexibilización de las relaciones laborales, y por último las conclusiones
del capítulo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 13
1.1 Antecedentes.
El concepto de flexibilidad laboral surgió en los años ochenta después de un desempeño
económico deficiente en los países industrializados y algunos países en desarrollo, que se
caracterizó por un estancamiento en la producción, alto desempleo e inflación. La idea que
desde entonces se introdujo, fue que el funcionamiento de los mercados de trabajo se
había convertido en un obstáculo significativo para el crecimiento económico, (Galindo,
2002).
Desde principios de los años setenta, en la mayoría de los países industrializados
renació el problema del desempleo masivo e involuntario, lo que conllevó a que en la
década de los ochentas, las tasas de desempleo en Europa superaran a la de los Estados
Unidos y Canadá, (Chávez, 2001).
En relación a lo anterior la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE; 1986), señaló que mientras en Europa la tasa de desempleo iba en
ascenso, en Estados Unidos se crearon 20 millones de puestos de trabajo, a pesar, que el
índice de paro de la economía estadounidense fue mayor al registrado en Japón, (Kucera,
1998).
En un inicio se pensó que el origen del alto desempleo se debía a tres posibles
causas. En primer lugar, se sugirió que la aceleración del cambio tecnológico había
conducido a un paro tecnológico. Una segunda causa, se atribuyó a la competencia
creciente que ejercían en los mercados de productos de los países más industrializados,
las importaciones procedentes de los llamados NIC (Newly Industrializing Countries),
aunado a que dichos países mostraron una estrategia claramente exportadora, y se
allegaron de mano de obra abundante, disciplinada y dispuesta a trabajar largas jornadas
por salarios comparativamente bajos, en áreas específicas tales como la producción de
aparatos electrodomésticos y automóviles. Finalmente, la tercera causa se le imputó al
aumento de los precios internacionales del petróleo en 1973 (Chávez, 2001).
No obstante, dichos factores no lograron explicar del todo las diferencias en materia
de evolución de empleo, entre las economías más desarrolladas, por lo que empezaron a
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 14
surgir ideas, sobre que el mismo funcionamiento del mercado laboral era quien impedía
adaptarse a los cambios en los factores antes mencionados, es decir, los mercados de
trabajo eran “poco adaptables”, o bien, “excesivamente rígidos”.
Al respecto podemos identificar cinco diferentes posturas que han tratado de
explicar la necesidad de flexibilizar las relaciones laborales. La primera refiere, al resultado
del desarrollo de las tecnologías de la información (sobre todo la digitalización) y
comunicaciones. De acuerdo con Castells (2000) y Dicken (2007) éstas propiciaron la
disminución del espacio y tiempo, provocando así la globalización de la actividad
económica. Se generó una recombinación de los factores productivos, economías de
escala y una relocalización de las actividades productivas, las cuales requirieron el acceso
a grandes mercados y a una reserva de mano de obra más flexible y adaptable.
Con respecto a la relocalización de actividades, se puede decir que ésta ha
provocado que los capitales sean cada vez más globales gracias a las tecnologías de la
información, no obstante, no podemos decir que los mercados laborales sean
verdaderamente globales, por lo que más bien el trabajo resulta ser un recurso global del
capital, Castells (1999). En este sentido, las empresas eligen donde ubicarse para
aprovechar la fuerza laboral más barata, calificada o de menor control social que les
permitan disminuir sus costos.
Bajo esta idea, los Estados compiten en estimular a las firmas para localizarse
dentro de sus territorios (Strange,1995), a través de la modificación del mercado laboral en
el sentido que menciona Carnoy (2001), expresada en la individualización del trabajo, el
empleo a corto plazo, la subcontratación, jornadas laborales discontinuas y la variabilidad
de funciones laborales.
Por tanto, esta relocalización de actividades así como la recombinación de los
factores productivos, productos del desarrollo de las tecnologías de la información y
comunicaciones, a una velocidad mucho mayor que en décadas pasadas, generó la
necesidad de crear mano de obra adaptable a las nuevas demandas de las tecnologías
emergentes (Galindo, 2002 y Atkinson, 1985).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 15
Es así, que en concordancia con Castells (2000) y Dicken (2007), Godoy et al
(2007) señalan a la flexibilidad como el principal mecanismo de adaptación y
maximización de la ganancia del capital en mercados globales cada vez más complejos,
interconectados, volátiles, diferenciados y competitivos. Dado, que la inestabilidad sin
precedentes de las condiciones de mercado, ha producido demandas inciertas; las cuales
conllevan a requerimientos inciertos en la fuerza laboral, y por tanto, a buscar empleo
más barato y fácil de variar en cantidad (Atkinson, 1985).
Por otra parte, la segunda postura refiere al producto de los cambios en el sistema
de producción, como otro factor que ha propiciado la flexibilización del mercado laboral. Al
respecto, Atkinson (1985), Chávez (2001) y Jaua (2004), señalan que el modelo
keynesiano-fordista de regulación a nivel mundial entró en crisis producto del agotamiento
de su funcionamiento estructural. Dado que una demanda de productos más diversificada,
una cierta individualización del producto, así como determinados aspectos cualitativos;
implicaron series de producción más cortas y variadas para poder modificar las
características del producto y atender los distintos requerimientos de la demanda.
Por ende un modo de producción flexible, requiere de trabajo flexible como
complemento dentro del sistema productivo (Chavéz, 2001 y Kucera, 1998).
En relación a lo anterior, numerosos estudios, entre ellos De la Garza (2000),
Monasteriotis (2003), Groot et al (2004), Márquez (2005), Ruíz (2006), y Barrera (2006),
coinciden en señalar que a nivel internacional la flexibilidad del mercado laboral ha ido
avanzando en las dos pasadas décadas en muchos países de la OCDE así como en
América Latina, como consecuencia de un cambio global en la política económica hacia la
relajación de las rigideces impuestas en los mercados de trabajo, durante el modelo de
regulación keynesiana y el modelo de producción fordista, bajo la creencia que las fuerzas
del mercado deben operar libremente para alcanzar la producción económica optima,
dado que la intervención política únicamente distorsiona el equilibrio de mercado, y genera
desempleo y menores índices de crecimiento. Asimismo se sugiere que la tendencia hacia
la desregulación del mercado laboral continúa.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 16
Una tercera postura destaca a las inflexibilidades institucionales como el principal
obstáculo en la generación de empleo. Es así que bajo una perspectiva de oferta, donde
el nivel de empleo depende de los costos salariales, las rigidices institucionales reprimen
la generación de nuevas vacantes, es decir, los precios y salarios deben ser tales que
permitan que la oferta y demanda se igualen, produciendo así un paro involuntario nulo.
Por lo que los simpatizantes con esta idea, argumentan que de emprenderse los cambios
adecuados se crearían nuevas plazas, se abatirían los costos y se accedería a un manejo
macroeconómico más flexible, (Chávez, 2001, Ruíz, 2006 y Clar et al, 2007).
Al respecto, desde el punto de vista neoclásico, la oferta de trabajo se define como
el número de personas en edad de trabajar que están dispuestas a hacerlo a los
salarios y condiciones de trabajo vigentes, dadas las preferencias de los individuos, y está
condicionada por: el costo de oportunidad de emplearse (el cual refiere al salario de
reserva, que se equipara con el valor que el individuo le otorga al ocio); los costos
directos asociados a la ocupación en un puesto de trabajo; los costos de la
búsqueda de empleo y la probabilidad que el individuo le asigne a recibir una oferta
aceptable. Esto quiere decir, que cualquier persona puede decidir libremente no trabajar, y
que sumado a la existencia de un precio (salario) de equilibrio, significa que todo
desempleo es voluntario.1
Por el lado de la demanda, dicho análisis parte del supuesto de maximización de
beneficios, además de una función de producción con dos factores homogéneos (capital y
trabajo), mercados de
productos
y
de
factores
competitivos, costos de empleo
reducidos exclusivamente a los costos salariales, y una productividad del trabajo
independiente de la duración de la jornada laboral. En el corto plazo, se supone fijo el
capital, por lo que el trabajo es el único factor que incide en las decisiones de producción;
de forma tal que la empresa demandará trabajo adicional hasta que el salario real se
iguale al valor de su producto marginal. Mientras en el largo plazo, supone que las
empresas pueden variar tanto el número de trabajadores que emplean como el stock
1
Salas Páez, Carlos. “La economía laboral neoclásica contemporánea: algunas notas críticas”. Sistema.
No. 140-141. Madrid, 1997 p. 69-75.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 17
de capital, bajo un marco de tecnología existente. Por tanto, una variación en el precio de
un factor llevará a la empresa a la sustitución del factor caro por el barato,
provocando que la curva de demanda de trabajo en el largo plazo sea más elástica en
relación al corto plazo, lo que significa que la cantidad de trabajo contratada será más
sensible a los cambios de los salarios.
Y en un más largo plazo, además de admitirse la variabilidad de ambos factores de
producción, se considera la posibilidad de cambio tecnológico, lo que lleva a los
neoclásicos a suponer mayor elasticidad de la demanda de trabajo que en menor plazo.
Por tanto, como puede apreciarse, la estructura teórica neoclásica de la demanda de
trabajo está hecha de modo que soporte la proposición de que existe una relación
negativa entre la demanda de trabajo y los salarios.
Ahora bien, de acuerdo con la gráfica 1.1, partiendo de una curva de oferta continua
y ascendente y una de demanda continua y descendente, el punto de intersección
determina el salario y el empleo de equilibrio (W e y Ee). Por tanto, dado que la idea
fundamental del análisis neoclásico refiere a la predicción de la existencia de equilibrios en
el mercado de trabajo (pleno empleo); ante desplazamientos de la curva de oferta o
demanda de trabajo, el empleo y el salario de equilibrio simplemente cambiarán. Sin
embargo, dicha predicción de equilibrio no se cumplirá en presencia de barreras o
rigideces que impidan el libre juego de las fuerzas del mercado.
De esta manera, bajo el supuesto de que las fuerzas del mercados operan
libremente, si el salario mínimo (W 1) es superior al de equilibrio (W e), las personas
que no tienen empleo se ofrecerán para trabajar a cambio de un salario menor que el
vigente (E2), presionando a la baja a los salarios sobre los cuales ya están trabajando
(W 2). Así, la competencia entre los trabajadores provocará una reducción de los
salarios y la demanda terminará volviendo a ser igual a la oferta ( gráfica 1.1).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 18
Gráfica 1.1. Efecto salario mínimo.
Fuente: La economía laboral neoclásica contemporánea: algunas notas críticas; Salas Páez, Carlos.
En este sentido, el desempleo involuntario permanente que han venido sufriendo
las economías desarrolladas y en desarrollo, responde a que el Estado o los sindicatos
han fijado un salario real por encima del nivel correspondiente al pleno empleo e
impiden su caída natural. Por lo que, el pleno empleo sólo se logrará cuando se remuevan
los obstáculos que impiden la flexibilidad del mercado de trabajo.
En síntesis para los neoclásicos, la rigidez de los salarios a la baja es el factor clave
que origina el desequilibrio en el mercado de trabajo. De esta manera, el único supuesto
de desempleo involuntario que admite el modelo neoclásico es el denominado desempleo
friccional, sin embargo, destaca que este tipo de desempleo afecta a poca gente por un
corto tiempo; de ahí que el desempleo constituya una anomalía transitoria.
No obstante lo anterior, para Keynes la flexibilidad nominal y real de los salarios no
necesariamente ayudan a restaurar el equilibrio, dado que el nivel de empleo es
determinado por la demanda agregada, y ésta depende crucialmente de las expectativas
de las firmas, acerca de la eficiencia marginal del capital y de los especuladores acerca
de la tasa de interés;
quienes afectan el consumo y las decisiones de inversión.
Expectativas erróneas podrían causar insuficiente coordinación inter-temporal entre el
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 19
capital y el mercado de dinero, y potenciar así una insuficiente demanda agregada y por
tanto un desempleo involuntario (Keynes, 1936).
Por otro lado, una cuarta postura la representa el “pull” del mercado laboral, que
aparece como otro factor que contribuye a incentivar la flexibilización de las relaciones
laborales, dado que éste proporciona la oportunidad a los empleadores de disponer del
personal necesario, dispuesto a trabajar bajo las condiciones que ellos establezcan
(Brewster,1997).
En este sentido, podemos decir que los progresos de la flexibilidad laboral se han
vistos facilitados por la existencia de un “ejército de parados”, dispuestos a aceptar ofertas
de empleos flexibles, en ausencia de otra posibilidad de acceder a un empleo más acorde
con el modelo de relación de trabajo tradicional. Aunado a la recomposición de la fuerza
de trabajo con la incorporación, en muchos sectores laborales, de personas que acceden
al mismo en condiciones de mayor debilidad social, que hacen que los trabajadores se
vean obligados a aceptar dicha flexibilidad.
Entre los individuos con mayor debilidad social destacan: 1) los jóvenes que
acceden al mercado de trabajo en un nuevo contexto de competitividad individual, y que
dada su inexperiencia laboral entran a través de mecanismos de precariedad, como por
ejemplo mediante contratos temporales, 2) las mujeres cuya situación de inferioridad
persiste gracias a valores e instituciones patriarcales, los cuales influyen en la valoración
social de muchos de los nuevos empleos que cubren las féminas, y 3) los inmigrantes que
constituyen en algunos países una parte importante de la nueva fuerza de trabajo, la cual
habitualmente está orientada a cubrir empleos precarios, muchas veces por la situación
legal en la que muchos de ellos viven (Recio, 2007).
Por último, se encuentra la postura “Escéptica”, para la cual la flexibilización no es
más que una excusa para reducir los niveles de protección y privar a los trabajadores de
algunas de las ventajas que habían conseguido en la época de pleno empleo (Chávez,
2001).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 20
Ya que la flexibilización del mercado de trabajo se presenta únicamente como una
estrategia para garantizar la eficiencia empresarial y su capacidad de adaptación a los
cambios en la vida económica, a través de una fuerza de trabajo adaptable y móvil, la cual
no reconoce los costos sociales que generan las políticas de flexibilidad sobre una parte
de la clase trabajadora (Tokman, 2006 y Recio, 2007). Por lo que Recio señala a la
precariedad como el reverso de la flexibilidad laboral.
Es así que bajo este enfoque, la flexibilidad del trabajo representa un mecanismo de
transferencia de riesgo y de costos, procedentes de las variaciones en la demanda, de los
empleadores a los trabajadores (Recio; 2007, Brewster,1997, Gálvez, 2001 y Miguelez,
2003).
No obstante, otros investigadores contradicen lo anterior, al señalar que aunque por
regla general se tiende a asociar a la flexibilidad con la precariedad del empleo, sobre todo
cuando la misma se identifica con los contratos “atípicos”, los dos términos no son
sinónimos; dado que existen trabajadores comprendidos en el ámbito de alguna forma de
flexibilidad de trabajo que no por ello son precarios; y si algunos trabajadores incluidos en
el campo de una relación de trabajo supuestamente regular (Bronstein, 2005 y Guerra,
1995).
Por lo que es importante notar que la flexibilidad laboral también puede conllevar
elementos positivos, como por ejemplo: 1) para muchos trabajadores, los empleos
flexibles, aparecen como la única alternativa realista frente al paro, 2) ésta puede conducir
a una mayor expresión del factor trabajo en el proceso productivo. Al respecto Miguelez
(2003) señala, que la necesidad de realizar producciones más “personalizadas” de bienes
y servicios puede dar origen a un mayor control del trabajador sobre las diversas fases de
su trabajo, porque le permite introducir “micro-decisiones” en fases determinadas del
proceso, la cual representa una consecuencia positiva de la flexibilización, y 3) también
puede representar la mejor manera de insertarse en el mercado de trabajo con miras a un
empleo definitivo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 21
Por tanto, debe reconocerse que el debate de la flexibilidad no puede hacerse en
blanco y negro, y que los trabajadores también podrían sacar provecho de la flexibilización
de las relaciones laborales (Yañez, 1999), y es en este sentido que va encaminada la
aportación de Recio (1997), al destacar dos grandes divisiones de la flexibilidad laboral: 1)
vista bajo un enfoque empresarial o defensivo2 y 2) desde el punto de vista del trabajador.
Mientras que bajo el primer enfoque, la flexibilidad laboral significa una modificación
de las relaciones laborales en torno a la disminución de los costos productivos por parte
de la empresa, con la finalidad de hacer frente a la creciente competencia mundial. En el
segundo, representa una adaptación de estas mismas relaciones a las necesidades de los
individuos, por ejemplo; en el caso de las mujeres, que dada su condición social requieren
de trabajos de medio tiempo, o jornadas discontinuas, que por un lado les permitan
allegarse de los recursos económicos necesarios para el sustento de su familia, así como
por el otro, tener la oportunidad de realizar las actividades propias de su género.
Con base en lo anterior, podemos plantearnos, ¿puede existir la posibilidad de
compatibilizar las necesidades de la empresa para adaptarse a las nuevas condiciones
económicas con las necesidades de una nueva oferta de trabajo?, en el sentido que la
optimización de los recursos podría tener cabida, tanto por el lado de la demanda como
por el lado de la oferta laboral.
Por otro lado, dado que la flexibilidad laboral, en general, es abordada bajo un
enfoque empresarial; promueve una mayor competencia dentro del mercado laboral entre
los individuos y un incremento constante de los requerimientos y habilidades a cubrir por
parte de la oferta laboral; puede conducir a que la actividad laboral y de capacitación,
adquiera una fracción más alta del tiempo de vida de los trabajadores, conllevando así a
un índice de natalidad cada vez más bajo. Como ya lo podemos observar en muchos
países de Europa, sobre todo en la Europa Meridional, donde la baja tasa de nacimientos
ha provocado un envejecimiento de la población, lo cual representa un grave problema
2
De acuerdo con Fina (2001), la flexibilidad puede ser vista como una flexibilidad ofensiva (ganar mercado, mediante la
introducción de innovaciones en el proceso productivo) o como una defensiva (intentar mantener la situación en el
mercado principalmente reduciendo salarios y costos productivos).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 22
económico para las naciones. Por tanto, los esfuerzos que se direccionen en compaginar
la vida laboral con la familiar, en materia de política podrían llevar al aprovechamiento de
un bono demográfico.
Por otra parte, respecto a la idea neoclásica de la flexibilidad laboral, podemos
notar dos importantes cuestiones: 1) en general, solo adquiere sentido desde el punto de
vista empresarial, y 2) es una idea que se encuentra sustentada en un modelo de oferta
(producción de bienes), el cual solo advierte una disminución en los costos productivos a
fin de que el capital logre su reproducción. No obstante, surge la pregunta referente a
¿qué sucede cuando no existe un problema de oferta sino un problema de demanda?, y
además ¿si dicha flexibilidad podría agravarlo? En el sentido tal que la creciente
inestabilidad laboral podría conducir por un lado, a que los individuos adversos al riesgo
no retiren del mercado bienes a crédito, dada la inseguridad de poder liquidarlos,
provocando así una disminución de la demanda efectiva. O bien, por el otro, aquellos
trabajadores menos adversos al riesgo, que si los retiraran del mercado, en el largo plazo
podrían desencadenar un problema de cartera vencida. Por tanto, ¿cuál es la opción a
seguir?
De igual forma, cabe destacar ¿qué tan viable es la inseguridad en el empleo, para
las empresas?, dado el problema de rotación laboral que podría suscitarse. De acuerdo
con Tokman (2006), la mayor flexibilidad se traduce también en una mayor rotación laboral
que da lugar a un desempleo friccional, y al respecto menciona que a diferencia de los
países de OCDE, en América Latina el 36.1por ciento de desempleo fue de corta duración
(hasta un mes) en la década de los 90, mientras que en Europa del Este fue de 8.3 por
ciento, en Europa Continental de 11.4 por ciento, en otros países desarrollados 17.3 por
ciento y en Estados Unidos 39.6 por ciento. Lo anterior, también nos lleva a pensar, que
dadas estas cifras, solo después de Estados Unidos, ¿es entonces el mercado laboral de
América Latina quien está en mayor medida flexibilizado?
Siguiendo la idea, también surge la interrogante sobre la expansión del sector
informal, como resultado de la creciente subcontratación que menciona Carnoy (2001), y
de la cual las empresas pueden aprovechar para abaratar costos de mano de obra o de
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 23
insumos y eludir las obligaciones laborales e impositivas asociadas a la formalidad. Por
último, si este pronunciamiento hacia la flexibilización ¿agrava los problemas de
desigualdad salarial entre los trabajadores?
En suma, la flexibilidad laboral tiene sus orígenes en los años ochenta, y se
presenta como una estrategia que pretende dar solución a las altas tasas de desempleo
que tuvieron lugar tanto en economías desarrolladas como en vías de desarrollo, pero
principalmente en Europa.
La idea subyacente refiere a que el desempleo masivo involuntario es provocado
por el mismo funcionamiento del mercado laboral, el cual no permite adaptarse a los
cambios de la nueva economía. Por lo que, partiendo de la premisa de que existe rigidez
en el mercado laboral, son tres los factores que destacan:1) factores técnico-organizativos,
2) rigideces de los sistemas de producción en serie basados en grandes unidades
industriales, y 3) los factores institucionales. Por tanto, de acuerdo con los simpatizantes
de la flexibilidad laboral, una vez que se superen tales rigideces, la oferta y demanda
laboral tenderán al equilibrio, de tal forma que ya no tendrá lugar el desempleo
involuntario.
No obstante, que para los investigadores a favor del pensamiento neoclásico, el
libre funcionamiento de las fuerzas de mercado resolverá los problemas económicos de
las naciones, otros ponen en entredicho lo anterior, al señalar a la precariedad en el
empleo como la principal consecuencia de la flexibilidad laboral.
En relación a lo anterior, si bien es cierto que dicha flexibilidad podría tener efectos
adversos para el trabajador, es importante reconocer que también pueden tener lugar
algunos elementos positivos, como así lo sugieren algunos investigadores. Por lo que al
respecto vale la pena cuestionarse, si la flexibilidad vista desde un enfoque empresarial
podría compaginarse con el tipo de flexibilidad que responde a las necesidades de los
trabajadores, llevando así a amortiguar los efectos negativos de la flexibilización en las
relaciones laborales.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 24
Por otra parte, también lo anterior nos permite dar cuenta que el concepto de la
flexibilidad laboral, no obstante, su extensivo uso, es un término muy general y que
adquiere diversos significados dependiendo de la economía que se esté analizando.
1.2 Definición de flexibilidad laboral.
La mayoría de las veces resulta confuso el concepto de flexibilidad laboral, no obstante, su
empleo generalizado desde principios de los ochenta, como ya se mencionó en el
apartado anterior. Frecuentemente se utiliza en términos muy poco definidos, demasiado
generales y de manera ambigua, en consecuencia, algunas veces abarca casi todo y en
otras se consideran cuestiones demasiado puntuales cuando se habla de flexibilidad. Por
tanto, este apartado tiene como objetivo identificar y contrastar las principales
concepciones, a fin de definir nuestra propia percepción.
En principio, cabe destacar que si bien este tema fue mayormente abordado por la
sociología, en el ámbito económico cada vez adquiere mayor importancia. No obstante, en
ambos campos temáticos podemos notar acuerdo sobre la ambigüedad que envuelve al
concepto de la flexibilidad laboral, dado que no existe una definición unívoca y
ampliamente aceptada.
Es así como en Contreras (2000), desde un enfoque sociológico, coincide con la
visión económica de Fina (1984), Galindo (2002) y Amendola (2004), al mencionar que la
flexibilidad laboral implica diversos aspectos en distintos ámbitos de la organización social
del trabajo. En general, estos documentos, destacan que la flexibilidad es un tema muy
amplio, variable y no del todo claro, por lo que resulta difícil de definir.
En concreto, Contreras (2000) considera tres problemas en el propio concepto: 1)
teórico-metodológico; el cual tiene que ver con el uso indiscriminado del término para
hacer referencia a fenómenos de muy diversa índole, 2) orden teórico-ideológico: las
diversas interpretaciones de la flexibilidad difieren al ser explicadas de acuerdo a su
causalidad, sus instrumentos y sus impactos, y 3) la ausencia de una conceptualización de
los actores sociales involucrados en el ámbito laboral.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 25
Al respecto, siguiendo el punto de vista de la sociología, encontramos a De la Garza
(2000b), en cuyo documento identifica que el concepto de flexibilidad tal y como se utiliza
actualmente tiene tres orígenes principales: 1) de la teoría neoclásica, el cual es el más
antiguo, 2) en las teorías posfordista y en la especialización flexible, y 3) en las modernas
teorías gerenciales de la empresa (toyotismo). Por lo que menciona, que de acuerdo a la
fuente conceptual de la que provenga será su contenido y también sus implicaciones en
políticas laborales, coincidiendo así con el segundo aspecto señalado en Contreras
(2000).
Sin embargo, a pesar de establecer estas diferencias, De la Garza (2000b),
reconoce que tanto los postulados neoclásicos, como las teorías posfordistas y el
toyotismo comparten una hipótesis común: las condiciones del mercado y la propia
expansión de la globalización constituyen una verdadera camisa de fuerza que impone
una serie de condicionantes al desarrollo de los países de las cuales no se puede escapar.
Por tanto, refiere a la flexibilidad laboral como “la eliminación de aquellos obstáculos que
impiden que los mecanismos del mercado se encarguen libremente de ajustar los salarios
y el empleo a las nuevas condiciones de mercado” (De la Garza 2000b:152) aunque en
realidad, la flexibilidad no implica únicamente el ajuste de salarios y empleo, por lo que
esta definición resulta parcial.
Por su parte, Godoy et al (2007: 83), señalan que un paradigma flexible;
básicamente supone nuevas formas de regulación política y social. Por lo que, la
flexibilidad del trabajo representa “el principal mecanismo de adaptación, y maximización
de la ganancia del capital en mercados globales cada vez más complejos,
interconectados, volátiles, diferenciados y competitivos”.
En relación a la maximización de la ganancias por parte del capital, Barrera (2006)
concuerda con Godoy et al (2007), al sugerir que la flexibilidad laboral es teóricamente un
mecanismo que conlleva a acciones de tipo unilateral, ya que permite a las empresas: 1)
mayor margen de administración, 2) mayor margen en la disponibilidad de recursos
humanos, 3) adecuación de los contratos colectivos y normas de trabajo acorde a las
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 26
necesidades de la empresa, y 4) una redefinición de la acción sindical con objetivos
similares a la empresa.
Cabe destacar que la definición que proporciona Barrera (2006) es mucho menos
abstracta que en De la Garza (2000b) y Godoy et al (2007), dado que ésta especifica los
mecanismos mediante los cuales se da dicha adaptación de los trabajadores a las nuevas
condiciones, al señalar la adecuación de los contratos colectivos y la redefinición sindical.
Por su parte, Miguelez (2003:3) concibe a la flexibilidad como “la cara técnica de la
lucha contra las incertidumbres que suscitan las formas de la actividad económica”. De
manera similar, esta definición nos sugiere que la flexibilidad laboral es una estrategia
para hacer frente a las nuevas condiciones que van surgiendo, pero no aclara en qué
consiste esta estrategia ni los medios en los que se introduce.
Jaua (2004:13), no obstante, que al igual que Miguelez (2003), reconoce que son
inestables las nuevas condiciones que tienen que enfrentar las empresas, define a la
flexibilidad del trabajo de manera más especifica al sugerir que ésta deber ser entendida
como "los ajustes de efectivos de la mano de obra, salarios y horarios de trabajos, etc., a
una coyuntura que ha pasado a ser inestable y fluctuante".
Por último, Dahrendorf (1986:10), define a la flexibilidad: “como la capacidad de los
individuos en la economía y en particular en el mercado de trabajo de renunciar a sus
costumbres y de adaptarse a nuevas circunstancias”. Dahrendorf adapta el concepto al
individuo, tanto en el entorno del trabajo como en el que lo rodea, pues la flexibilidad no
debe ser vista como un mecanismo tendente por realizar modificaciones de carácter
normativo en materia de empleo, sino también como una forma de llevar a cabo cualquier
actividad de forma eficiente y ajustada a las necesidades especificas de cada entidad o
sujeto.
Como podemos notar en el campo temático de la sociología, se enfatiza a la
flexibilidad laboral, como la adaptación por parte de los trabajadores a las nuevas
condiciones, donde bien señala Miguelez (2003) y Jaua (2004), estas se caracterizan por
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 27
ser inestables, y que por otra parte, dicho ajuste responde a una estrategia de
reproducción de capital. No obstante, dichos conceptos, nos llevan confirmar la idea
anteriormente expuesta, algunas definiciones son bastantes generales, y otras delimitan a
la flexibilidad en demasía, lo que en consecuencia lleva a una idea poco clara del término.
Ahora bien, desde el punto de vista económico,3 Galindo (2002) indica que en
general para los economistas, la flexibilidad laboral es circunscrita a la capacidad que
tienen los salarios (nominales) de aumentar o disminuir según la situación del mercado de
trabajo. Al respecto, el documento de Kucera (1998), es ejemplo claro de lo anterior, al
señalar que la rigidez del mercado laboral está relacionada directamente con el desempleo
y más propiamente dicho con la rigidez salarial.
Sin embargo, Galindo (2002) argumenta que el concepto de flexibilidad laboral no
puede ser limitado al comportamiento de los salarios, como lo hace Kucera (1998) y el
propio Amendola (2004). Por lo que, Galindo (2002: 12) la define “como el ajuste de las
relaciones laborales a las nuevas condiciones económicas”, donde el ajuste de los salarios
representan sólo una parte de la adaptación.
No obstante, que el comportamiento salarial juega un papel importante dentro de la
nueva realidad económica, se debe tener claro que éste solo forma parte del contexto
global de la flexibilidad laboral, dado que la flexibilización involucra también aspectos de la
organización del trabajo, la movilidad de la mano de obra y la formación del capital
humano, entre otros factores.
Y es así que en Fernández (1984: 184), la flexibilidad laboral significa que “la
sociedad debe adaptarse con facilidad, rapidez y eficiencia a tipos de empleo diferentes, a
nuevas formas de cualificaciones de relaciones entre empresas y trabajadores, y a un
modo más maleable de organización de las empresas”. Este concepto proporciona una
idea más clara y precisa de lo que representa la flexibilización de las relaciones laborales
en la actualidad.
3
No obstante, que el marco tradicional de la sociología del trabajo es el predominante, el marco teórico económico es el
que sustenta la presente investigación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 28
En relación a lo anterior, Boyer (1987:7) señala que la flexibilidad laboral se ha
basado en formas muy diferenciadas, debido a esto, postula las cuatro definiciones
siguientes: 1) la flexibilidad laboral como la mayor o menor adaptabilidad de la
organización productiva, 2) como la aptitud de los trabajadores para cambiar de puesto de
trabajo, 3) como las mayores o menores restricciones jurídicas que regulan el contrato de
trabajo, y 4) la posibilidad que tienen las empresas de librarse de una parte de las
deducciones sociales y fiscales, y en general de las regulaciones públicas que limitan su
libertad de gestión.
Al respecto es importante mencionar que la aplicación de una estrategia de
flexibilidad laboral, implica que la relación y el papel de los agentes sociales (sindicatos,
empresarios y gobierno) involucrados en la producción de bienes y servicios se modifican.
Generalmente, estos cambios van acompañados de una transformación del entorno
institucional y legal que norma las relaciones entre ellos (Chávez, 2001).
Por otra parte, la OCDE (1986: 112), conceptualiza a la flexibilidad del mercado de
trabajo como “la capacidad que tienen los particulares e instituciones de salirse de las vías
establecidas, y adaptarse a las nuevas circunstancias”. Respecto a esta definición,
podemos decir que de manera similar a la mayoría de las anteriores, sobresale la
nombrada “adaptación”, sin embargo, ésta resulta ser aún más general que las anteriores,
a excepción de Godoy et al (2007) y Miguelez (2003), ya que en éstas no se restringe el
ámbito en donde debe tener lugar el ajuste por parte de los particulares e instituciones.
No obstante, la definición elaborada por la Oficina Internacional del Trabajo (OIT,
1986: 78), si considera lo anterior, al referirse a la flexibilidad “como la capacidad del
mercado de trabajo de adaptarse a las nuevas circunstancias económicas, sociales y
tecnológicas”.
La presente definición a diferencia de la proporcionada por la OCDE, no sólo si
especifica el ámbito en que debe suscitarse el ajuste a las nuevas circunstancias, sino que
también expresa, de manera implícita, cómo las políticas de empleo deben adaptarse a las
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 29
variaciones del ciclo económico y al cambio tecnológico, sin embargo, esta podría ser
demasiado concreta.
Bajo una perspectiva específica de la flexibilidad, Atkinson (1985), refiere a ella
como la flexibilidad de los recursos humanos de la empresa o bien del diseño del trabajo;
para el autor, ésta consiste en el uso de trabajadores primarios y secundarios dentro del
proceso de producción con la finalidad de incrementar la eficiencia y disminuir los costos
productivos.
Clar et al (2007), concibe a la flexibilidad laboral simplemente como la
desregulación de los mercados laborales, y en particular a la flexibilidad salarial; como la
velocidad con que el salario real reacciona a condiciones macroeconómicas. Ambas
definiciones muestran claramente el trasfondo neoclásico que da origen al término de la
flexibilidad, al manifestar abiertamente la no intervención del Estado en el mercado de
trabajo, cuestión que puede ser observada cuando solo se habla de adaptabilidad de los
trabajadores a las nuevas condiciones.
Monastiriotis (2003:4), señala que el resultado del mercado laboral es determinado
por las propias fuerzas del mercado, por lo que un mercado laboral totalmente flexible “es
uno donde no hay impedimentos financieros, lingüísticos, políticos y culturales.” Por tanto,
al igual que Clar et al (2007), Monastiriotis destaca a la desregulación como el eje principal
de su definición, sin embargo, no solo se refiere a ella en la cuestión económica, sino
también a la social.
Ahora bien, vale la pena destacar que en la definición de la flexibilidad laboral, ya
sea vista bajo un enfoque social o económico, en general se sugiere que son los
trabajadores quienes deben adaptarse a las nuevas condiciones de la empresa.
Lo anterior es subrayado oportunamente en Yañez (1999:3), al señalar el enfoque
empresarial que se le ha dado a la flexibilidad laboral, por lo cual la define, “como el
conjunto de las medidas adoptadas para que las empresas puedan responder al constante
proceso de cambio, dando una respuesta en forma oportuna en tiempo, calidad y costo a
fines de aumentar la eficiencia económica”.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 30
Sin embargo, para Recio (1997), representa lo contrario, al señalar que las
prácticas laborales deben adaptarse a las necesidades de la vida social y económica.
En este sentido, la manera en que se define a la flexibilidad laboral, en Monastiriotis
(2003) y Recio (1997), nos permite dar cuenta que la flexibilidad no tiene por qué
circunscribirse a las necesidades de las empresas por adaptarse a las nuevas
circunstancias, si no que esta desregulación de la que ya hablaba Adam Smith, tendría
que extenderse a todos los aspectos que tienen lugar en la relaciones laborales, como
bien menciona Monastiriotis, de índole lingüístico, político y cultural. Propiciando así la
optimización de los recursos tanto por el lado de la oferta como de la demanda laboral.
Por último, para Chávez (2001:57), la controversia sobre el concepto mismo, ha
logrado una importancia hegemónica, a tal grado que ha adquirido un valor de fetiche,
para arribar a la modernidad que desvía la atención del centro del debate, es decir, que la
flexibilización no es más que “un eufemismo que encubre la precarización de las
condiciones de trabajo de los asalariados”.
En suma, lo anteriormente expuesto, pone de manifiesto la ambigüedad y
complejidad que el uso del término flexibilidad conlleva, y la dificultad de llegar a una única
definición.
Dado lo anterior, nos parece que una definición más adecuada para ésta
investigación, sobre la flexibilidad laboral, puede ser construida a través de la combinación
de los elementos que se sugieren tanto en Monastiriotis (2003) como en Recio (1997),
resultando así:
“La flexibilidad laboral, significa dejar que las propias fuerzas del mercado
determinen las prácticas laborales, como respuesta a las necesidades de la vida social y
económica”.
La flexibilidad del mercado de trabajo no debe ser vista en forma unilateral, sino que
esta puede conllevar a una adecuación de las relaciones laborales a las necesidades
empresariales y a las de la actual oferta laboral, por lo que de acuerdo con algunos
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 31
autores (Guerra, 1995, Recio, 1997, Yáñez, 1999, Miguelez, 2003 y Bronstein, 2005), la
flexibilidad no puede ser vista en blanco o negro, ya que ésta puede traer ciertos
elementos positivos para los trabajadores.
No obstante, si bien la presente definición tiene la ventaja de especificar el ámbito
donde tiene lugar la adaptación, así como incluir tanto el aspecto económico como el
social, esta tiene la debilidad de ser aún general, al no señalar los mecanismos por los
cuales las prácticas se ajustaran a las nuevas necesidades.
Por otra parte, es importante destacar que la aplicación concreta de la flexibilidad
laboral será diferente en cada país, debido al cúmulo de elementos que configuran cada
modelo nacional de empleo: institucionales, particulares, culturales, políticas, sociales, de
especialización productiva, etc. En este sentido, lo que se entiende por flexibilidad en
Francia y Reino Unido por una parte, y Alemania y Suecia por otro, es diferente, lo que
permite pensar, que quienes creen que están participando en el mismo debate sobre la
flexibilidad a escala internacional pueden estar refiriéndose a procesos muy diferentes
dentro de contextos económicos, jurídicos e institucionales (Recio, 2007 y Pollert,1994).
Por tanto, ya que la flexibilidad laboral adquiere diferentes significados dependiendo
de los sistemas de relaciones laborales que predominan en cada país y de las
necesidades de los patronos, podemos notar que en Estados Unidos de América, la
flexibilidad se ha relacionado con la libertad para distribuir la mano de obra dentro de la
empresa. En tanto que en Europa, en el primer lustro de los años ochenta se relacionó con
la libertad de los empleadores para despedir trabajadores en forma transitoria o
permanente según las condiciones económicas. Mientras que en el segundo lustro, los
países europeos buscaron hacer más compatible la flexibilidad con la seguridad del
empleo. Asimismo en algunos países en desarrollo se ha hecho énfasis en la reforma de
leyes laborales que afectan la seguridad en el empleo y disminuyen los costos laborales
indirectos (Galindo, 2002).
Ahora bien, está claro que la flexibilidad no significa lo mismo entre las diferentes
economías; dadas las condiciones económicas y sociales de cada nación, por lo que esta
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 32
adquiere diversas formas de expresión. Sin embargo, resulta pertinente preguntarse si
sucede de igual forma a través de las regiones de un país, dado que el actual proceso de
globalización puede intensificar las diferencias regionales en cuestión de estructura
económica y por tanto de las relaciones laborales, por lo cual uno podría esperar que las
expresiones de la flexibilidad también fueran distintas en cada una de ellas.
1.3 Formas de flexibilidad laboral.
De la misma manera, que resulta difícil obtener una definición única del término
flexibilidad, sucede lo mismo cuando se intenta distinguir entre los tipos de flexibilidad que
existen. Al respecto Galindo (2002) y Chávez (2001), señalan que existen tantas formas
de flexibilidad como componentes hay en la relación de empleo, razón por la cual éste
apartado tiene como propósito identificar los tipos de flexibilización convencionales, que
tienen lugar a nivel internacional.
1.3.1 Flexibilidad numérica.
En general esta forma se expresa a través de la modificación del número de trabajadores;
al flexibilizar tanto la entrada (contratación temporal, a tiempo parcial, subcontratación,
trabajadores autónomos) como la salida de los trabajadores (cambios en el número de
horas trabajadas y variación en las jornadas de los trabajadores actuales). Dentro de esta
forma de expresión se pueden identificar distintos mecanismos de flexibilización que
pueden considerarse del tipo numérico, al permitir la flexibilidad de la duración del trabajo,
del ordenamiento interno del trabajo, y de la contratación laboral.
En relación a “la duración del trabajo”, muchos planteamientos flexibilizadores
destacan que las rigideces relativas a las horas laborales, reflejan las dificultades que
enfrentan las empresas cuando procuran adaptar rápidamente las horas de trabajo al nivel
de actividad requerido por la coyuntura (aumentar las horas cuando los pedidos afluyen y
disminuirlas cuando bajan).
La reglamentación del trabajo limita ambas posibilidades, ya que si bien se permite
la realización de horas extraordinarias, no es posible trabajar por encima de un tope
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 33
máximo de horas extraordinarias; dado que existen prohibiciones/limitaciones respecto al
trabajo nocturno, en días feriados y domingos, y además está el hecho que deben pagarse
con una bonificación. Referente a la segunda posibilidad, la reducción de los horarios de
trabajo, se halla aún más limitada.
Al respecto, Bronstein (2005) y Miguelez (2003 ), señalan que sobre todo en los
países industrializados la flexibilización de los horarios de trabajo, que se produjo en los
últimos treinta años, ha tenido como trasfondo la reducción del tiempo laboral, de 14 o 15
a 8 horas diarias, luego de 44 a 40 horas semanales. Asimismo, destacan que tal
reducción obedeció fundamentalmente a dos factores: 1) al progreso técnico, y 2) como
respuesta al crecimiento del desempleo.
Con base en lo anterior, la anualización se presenta como la posibilidad de
organizar los horarios de manera tal que se laboren menos horas de trabajo en periodos
de baja actividad y más horas en épocas de alta coyuntura, sin necesidad de remunerarlas
con una bonificación.
Este mecanismo flexibilizador, se introduce mediante un contrato por un cierto
número de horas anuales, las cuales se distribuyen a lo largo del año; de tal forma que el
trabajador puede realizar diferentes horarios a lo largo del año, respetando, eso sí, ciertas
reglas o restricciones como: número máximo de horas semanales, períodos de descanso
después de bloques con jornadas laborales largas, etc.
Por tanto, la anualización representa un dispositivo que facilita, a los empleadores,
la adaptación a las variaciones de la demanda con la plantilla de la empresa, así como una
disminución de los costos relativos a las horas extras y a la subcontratación.
No obstante, la dificultad o inconveniente para anualizar la jornada, por parte de los
trabajadores, refiere a que ésta implica un empeoramiento de las condiciones laborales.
Bajo esta idea Lusa (2008), sugiere que las condiciones bajo las que se implante la
anualización y el modo en el que se planifique el tiempo de trabajo, determinarán en gran
medida las ventajas y desventajas que se derivarán tanto para las organizaciones como
para los trabajadores.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 34
Otro mecanismo, el cual opera bajo la idea de la flexibilización del “ordenamiento
interno del trabajo”, es el horario flexible o variable. Los horarios variables dejan a los
asalariados la libertad de elegir sus horas de llegada y de salida del trabajo, dentro de un
marco preestablecido, a condición de que no se modifique el número total de horas de
trabajo dentro de un período determinado. Para muchos trabajadores, este mecanismo
puede representar un elemento positivo de su empleo, al permitirles administrar su vida
laboral de acuerdo a sus necesidades y preferencias personales.
Por otro lado “la flexibilidad en la contratación laboral”, representa otra forma de
flexibilización de las relaciones laborales y ésta responde a la necesidad que tienen las
empresas para adaptar rápidamente el nivel de trabajo al de su actividad. Dado que las
posibilidades de un ajuste pronto, tropiezan con una reglamentación del trabajo que
establece un sistema de protección contra el despido que dificulta o inclusive imposibilita
la movilidad de la mano de obra. Por lo que para superar esta rigidez, se han introducido
mecanismos tales como: los contratos de trabajo atípicos; el empleo a tiempo parcial, y los
procedimientos para los despidos colectivos.
Los contratos atípicos son una amplia gama de contratos de trabajo que carecen de
uno o varios de aquellos atributos de los contratos tradicionales, dichas atipicidades puede
referirse a diferentes elementos: 1) contratos en que los horarios y la duración del trabajo
son diferentes a los horarios o duración regulares (ej. a tiempo parcial, intermitente), 2)
contratos de trabajo que no prevén una protección particular contra el despido (ej. de
duración determinada), 3) trabajos prestados fuera del recinto de la empresa, y 4) otras
formas de trabajo como son el autónomo o clandestino.
Siguiendo la idea, una de las principales fuentes de la flexibilidad numérica es la de
los recursos humanos. Al respecto, se encuentra el modelo de empresa flexible de
Atkinson (1985); en dicho modelo, ésta se consigue mediante grupos de trabajadores con
contrato a tiempo parcial, temporales, autónomos, subcontratados, etc., agrupados en
torno a un conjunto estable de trabajadores que dirige las tareas específicas de la
organización. En otras palabras, el nuevo diseño del trabajo plantea una combinación de
dos tipos de trabajadores (segmentación laboral), uno primario (estables) y otro
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 35
secundario (atípicos), la cual permite aumentar la eficiencia y reducir los costos
productivos.
No obstante, ante esta forma de trabajar, algunos autores como Gálvez (2001),
advierten de los riesgos que se desprenden de este tipo de flexibilidad, al señalar que
tales grupos periféricos, o flexibles, suelen tener una relación débil con la organización,
con lo que su posible falta de motivación y de identificación con los valores de la empresa
puede desembocar en unos niveles bajos de productividad, calidad y altos en rotación
laboral.
Asimismo, para otros, el verdadero significado social de la flexibilidad numérica,
refiere a la escasa consistencia de la estabilidad contractual, donde dicha inestabilidad es
una expresión de la precariedad laboral (Chávez 2001, Miguelez, 2003, Jaua, 2004, y
Tokman, 2006). Dado que ésta puede dar lugar a abusos, en cuanto a la amenaza del
despido y la no renovación del contrato; constituyendo así un factor de poder empresarial,
así mismo la flexibilidad de la jornada laboral puede dar lugar a una pérdida de la calidad
de vida, desde efectos sobre la salud hasta dificultades en las relaciones sociales y
familiares (Recio, 1997).
1.3.2 Flexibilidad funcional.
Por otro lado, también podemos distinguir dentro de las nuevas modalidades del empleo, a
la nombrada “flexibilidad funcional”, la cual refiere a la capacidad para redistribuir a los
trabajadores entre un amplio rango de tareas, con el fin de hacer frente a los cambios en
el producto, en los métodos de producción y en la tecnología con la rapidez exigida por el
mercado.
Este tipo de flexibilidad, se expresa a través de métodos de reorganización de
producción y contenido laboral (multi-habilidades, disminución en las demarcaciones
laborales, e incremento en la participación del empleado), permitiendo así a las empresas
reubicar al personal rápidamente y sin fricciones entre las diferentes actividades y tareas.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 36
De acuerdo con De la Garza (2000), este tipo de flexibilidad es una de las más
conciliadoras, lo cual concuerda con Tunal (2002), quien sostiene que esta situación
proporciona evidentes ventajas tanto al trabajador como a la empresa, ya que a esta
última le permitiría ajustarse rápidamente y sin fricciones a fluctuaciones estacionales y a
cambios imprevistos de demanda. También podría absorber más fácilmente los cambios
tecnológicos y de mercado ya que podría desplazar a los trabajadores de unas actividades
a otras y aún cambiar las localizaciones de tales actividades. En cuanto al trabajador, la
posibilidad de acceder a una diversidad de habilidades y tareas, le permitiría superar los
aspectos negativos de las formas de trabajo tayloristas dado que podría ejercer una mayor
iniciativa y disfrutar de más variedad de actividades (Galindo 2002).
Sin embargo, tal flexibilidad frecuentemente no es utilizada convenientemente, a
pesar de su importancia para las organizaciones, ya que para dotarlas de la requerida
flexibilidad funcional es preciso que éstas inviertan en la formación del capital humano,
hecho que con frecuencia no tiene lugar en la medida que sería deseable. Dado el entorno
en el que las organizaciones han de desarrollar su actividad, la formación ha adquirido un
valor estratégico, y por tanto, es mayor la necesidad de tener un personal altamente
calificado, que sea capaz de adaptarse y evolucionar con los constantes cambios, que no
se estanque en una sola tarea, que sean polivalentes o multifuncionales, para lo cual se
hace imprescindible la formación continua. Una cualificación insuficiente, además de ser
sinónimo de menor productividad empresarial, puede entorpecer el desarrollo de las
fórmulas flexibilizadoras, como la movilidad funcional y dificulta la empleabilidad (Arroyo y
Rodríguez, 1999).
Aunque, resulta una postura conciliadora, habría que considerar que no todos los
trabajadores pueden estar de acuerdo con este mecanismo, ya que cuando el capital
humano se encuentra sobre cualificado, la disposición por cambiar de funciones puede
reducirse cuando estas se encuentran por debajo de su propio nivel de cualificación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 37
1.3.3. Flexibilidad en costos laborales.
Dentro de este tipo de flexibilización se puede identificar a la llamada “flexibilidad salarial”,
en donde la idea que subyace es que los mecanismos bajo los cuales operan los ingresos
laborales, son demasiados rígidos, y ejemplo de ello son los salarios mínimos generales y
los convenios colectivos que establecen mínimos profesionales a un nivel relativamente
elevado. La existencia de un piso legal impide que los éstos caigan hasta alcanzar el
punto de equilibrio teórico entre la oferta y la demanda de trabajo, por lo que la
desindexación y la reducción convencional mediante negociaciones colectivas de
concesiones (en las que se reducen los salarios), aparecen como dos de las formas más
importantes de flexibilización de las remuneraciones laborales.
Otra forma de expresión refiere a la flexibilidad de los “costos laborales no
salariales”, los cuales se consideran adicionales al salario dentro de los cuales destacan
los costos en seguridad social, primas vacacionales, bonificaciones, maternidad y
aguinaldo. Tales erogaciones se supone que introducen un gran peso en la perdida de
competitividad de los empleadores, por lo que la tendencia se dirige hacia una franca
flexibilización de estos (Fujii, 2003).
De acuerdo con la OCDE (1994) y Fina (2001), la flexibilización de los salarios y los
costos laborales no salariales ayudarían a reflejar las condiciones locales y los niveles de
habilidades individuales, en particular la de los trabajadores más jóvenes.
Finalmente se encuentra la “flexibilidad financiera”, que se manifiesta en cambios
hacia sistemas de pago basados en competencias y en la evaluación del desempeño del
trabajador y actúa aumentando la intensidad del trabajo y produciendo diferencias entre
los trabajadores al establecer compromisos individuales y pagos individuales.
Dicha flexibilidad se supone que conllevaría al aumento de la productividad dentro
del proceso de trabajo, al condicionar los pagos a la intensidad del trabajo del individuo
(De la Garza y Bouzas,1997).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 38
Tal y como sucede en el caso del pago por destajo o por metas, cuya remuneración
se pacta con base en las unidades, obras o labores que el trabajador realice en una
jornada determinada,
mejorando así la productividad del trabajador, y a la vez,
la
empresa racionaliza los gastos laborales, por cuanto sólo paga por lo que el trabajador
haga efectivamente.
Sin embargo, una problemática de este tipo de remuneraciones, es la fijación de
estándares erróneos, por lo que una gran mayoría opta por establecer un salario base,
más pagos por destajo, ello supone fijar unos estándares de producción que cubren el
salario base y a partir de los cuales se generan los incentivos por unidad.
Ahora bien, de manera sucinta, en el siguiente cuadro podemos notar los tipos de
flexibilidad que cada autor diferencia dentro del mercado laboral global, con lo que
podemos darnos cuenta, que muchos de ellos difieren en la forma de conceptualizar las
nuevas modalidades de empleo, no obstante, en esencia parecen ser similares.
Con base al cuadro, en términos generales podemos distinguir tres tipos de
flexibilidad: 1) la Numérica, Cuantitativa ó Táctica, la cual concierne al volumen de la
plantilla laboral que cada empresa mantiene para llevar a cabo su proceso productivo, ya
sea de forma interna a la empresa (variación en las jornadas laborales) o de manera
externa (subcontratación, trabajadores de tiempo parcial, no permanentes y autónomos);
2) la Funcional, Cualitativa u Operacional, es aquella que hace referencia a los diferentes
usos que se le da a esa misma plantilla dentro de la empresa y 3) Costos Laborales, la
cual simplemente trata sobre la adaptación de los salarios y los otros costos no salariales
a las circunstancias.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 39
Cuadro 1.1: Tipos de flexibilidad en el mercado laboral.
Autor
Tipos de flexibilidad
Flexibilidad Externa:
Chávez
(2001)
(Económico)
a)
Flexibilidad
Cuantitativa
Externa: se obtiene de hacer
fluctuar el número de empleados,
en función de las necesidades de
la empresa, utilizando contratos
de trabajo por tiempo limitado,
subcontratación, y despidos de
acuerdo a sus necesidades.
Flexibilidad Interna:
a)
Flexibilidad
Cuantitativa
Interna: Se modifica la cantidad
global de trabajo utilizado, con
variaciones en el tiempo efectivo
de trabajo realizado, lo que
conduce a variar el tiempo de
trabajo previsto para las actividades
de producción ( variaciones de los
horarios de trabajo, utilización del
trabajo a tiempo parcial, etc).
b) Flexibilidad Funcional: se
consigue
utilizando
a
los
empleados en funciones variables
según las necesidades de la
cadena de producción o de las
fluctuaciones de la producción.
c) Flexibilidad Salarial: se vinculan
los salarios de los trabajadores a la
evolución
de
los
resultados
empresariales.
Flexibilidad externa:
a) La flexibilidad numérica
refiere al cambio en el tamaño de
su fuerza de trabajo, esta se
relaciona con la contratación y
despido de trabajadores, el uso
de trabajadores part-time y
trabajadores temporales.
Flexibilidad funcional:
Es la flexibilidad dentro de la firma o
dentro del proceso de producción,
esto describe el justo a tiempo que
promueve la Toyota.
De la Garza
(2000)
(Sociológico)
Numérica: Refiere al cambio en
el tamaño de su plantilla de
trabajadores.
Funcional: Es el uso que se le da a
la plantilla contratada.
Salarial:
la
adaptación de los
salarios a las
circunstancias.
Contreras
(2000)
(Sociológico)
Flexibilidad en el ámbito de la
organización
empresarial:
refiere a variar el volumen de
producción,
capacidad
de
introducir
nuevos
productos,
modelos y procesos con rapidez y
eficacia.
Las formas de utilización de la
mano de obra; refiere a la
multicalificación y la rotación de
tareas.
Flexibilidad en el
ámbito de las
políticas
de
empleo
y
adecuación de los
esquemas
salariales
en
función
de
la
productividad.
Kucera
(1998)
(Económico)
Flexibilidad
salarial
Adaptación de los
salarios a las
ganancias
empresariales
Flexibilidad funcional interna: es
la movilidad de los trabajadores a
través de las firmas.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 40
Autor
Tipos de flexibilidad
Jaua (2004)
(Económico)
Flexibilización en la formas de
contratación: contratos
por
tiempo determinado; los trabajos
eventuales y los temporales.
Ruíz (2006).
(Económico)
Flexibilidad numérica externa y
numérica interna.
A
las
que
refiere
a la
subcontratación y trabajadores de
tiempo parcial, y modificación de
la jornada laboral respectivamente
Flexibilidad funcional interna.
Refiere al uso que se hace de la
plantilla laboral para lograr la
producción.
Numérica o táctica:
Funcional u operacional:
a)Flexibilidad numérica interna:
ajuste
del
insumo
laboral
alrededor de lo empleado por la
firma (ajustes en las horas
trabajadas, tiempo de trabajo y
días festivos;
a)Flexibilidad funcional interna: la
habilidad de las compañías para
proveer su eficiencia operativa a
través
de
métodos
de
reorganización de producción y
contenido laboral (multihabilidades,
disminución en las demarcaciones
laborales,
incremento
en
la
participación del empleado) en
orden con lo que marcan las
necesidades tecnológicas.
Monastiriotis
(2003)
(Económico)
4
La
Sierra
(2007)
(Económico)
4
b) flexibilidad numérica externa:
esta relacionado con el consumo
laboral externo como el empleo
temporal, part-time, la relajación
de la regulación empleadoempleador y el incremento de la
flexibilidad salarial.
Flexibilidad numérica: puede ser
asociada con trabajos en el
segmento secundario.
Flexibilidad en el
salario:
Adaptación de los
salarios a las
ganancias
empresariales.
b) Flexibilidad funcional externa:
captura la habilidad de las firmas
para diversificar las partes de su
producción (desintegración vertical),
principalmente a través de la
subcontratación.
Flexibilidad Funcional: el camino
en el cual la compañía puede
organizar su trabajo y puede
alcanzar fuera sus actividades, este
tipo de flexibilidad puede estar
relacionado con la segmentación
primaria.
El autor señala que una perspectiva más empírica podría considerar la flexibilidad del mercado laboral como la
extensión en que las fuerzas del mercado permiten operar libremente en tres principales dominios: 1) flexibilidad de la
función de producción" (flexibilidad en el insumo laboral, flexibilidad en el contenido de trabajo), 2)"flexibilidad de los
costos laborales" (costos salariales que a su vez se dividen en: la determinación de los salarios de reserva y
determinación del salario promedio, y flexibilidad en costos no salariales),y 3) "flexibilidad por parte de los suministros"
(movilidad laboral y flexibilidad en la adquisición de habilidades).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 41
Autor
Tipos de flexibilidad
Flexibilidad
salarial es la
velocidad,
con
que el salario real
reacciona
a
condiciones
macroeconómicas
Clar et al
(2007)
(Económico)
Lusa et al
(2008)
(Económico)
Flexibilidad de los recursos
humanos: En la que destaca la
anualización..
Flexibilidad
salarial:
una
fuerte variabilidad
de los ingresos
laborales dentro
de un contexto de
mercado no del
todo claro.
Amendola et
al
(2004)
Económico
Galvez
(2001)
(Económico)
Flexibilidad Numérica: Expresa
la modificación del número de
trabajadores. Como por ejemplo:
la contratación temporal, a tiempo
parcial,
subcontratación,
trabajadores
autónomos,
y
variación en el número de horas
trabajadas.
Flexibilidad Funcional: Refiere a
la capacidad para redistribuir a los
trabajadores en un amplio rango de
tareas.
Flexibilidad
Financiera:
Cambios en el
sistema de pago
basados en las
competencias
y
en la evaluación
del
desempeño
del trabajador.
Bronstein
(2005)
Flexibilidad en la duración del
trabajo: Refiere a la posibilidad
de aumentar o disminuir las horas
laboradas de acuerdo a la
actividad empresarial.
Flexibilidad en la contratación
laboral: refiere a la contratación de
empleados de forma atípica.
Flexibilidad
Salarial: Refiere a
la disminución del
salario hasta que
se alcance el
equilibrio entre la
oferta y demanda
laboral.
Atkinson
(1985)
(Económico)
Flexibilidad de los recursos
humanos: refiere a los diferentes
combinaciones que la empresas
pueden realizar al hacer uso de
dos
tipos
de
trabajadores:
primarios (permanentes) y de
periféricos
o
secundarios
(atípicos).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 42
Autor
Tipos de flexibilidad
Yañez
(1999)
(Económico)
Flexibilidad Numérica:
a) Externa: número de ocupados
(despidos,
contratos a plazo fijo,
temporales y eventuales)
b) Interna: jornada laboral e
intensidad del trabajo.
Flexibilidad Funcional:
a)Externa: externalización y
subcontratación de actividades.
b)
Interna:
calificación,
polifuncionalidad,
trabajo en equipo, salario
variable, etc.
Miguelez
(2003)
(Económico)
Flexibilidad en la duración del
trabajo: Variación del de las
horas trabajadas de acuerdo a las
etapas productivas de coyuntura.
Flexibilidad del empleo: Refiere a
la flexibilidad en los contratos
laborales. Es decir: a tiempo parcial,
por honorarios, temporales
y
autónomos.
Brewster
(1997)
(Económico)
Flexibilidad contractual: trabajo
a tiempo parcial, subcontratación,
y empleo no permanente.
La
OCDE
(1994)
Recio
(1997 )
(Económico)
Periodo de trabajo: aumentar la
flexibilidad del periodo de trabajotanto de corto plazo como de
vida-escogido voluntariamente por
trabajadores y empleadores.
Flexibilidad en la protección al
empleo: reformar las disposiciones
sobre seguridad del empleo que
inhiben la expansión del empleo en
el sector privado.
1)
Flexibilidad para satisfacer necesidades particulares.
2)
Flexibilidad desde el punto de vista empresarial
2.1)Flexibilidad
Cuantitativa: variaciones de
la producción con el objetivo
de
reducir
los
costos
salariales de la empresa.
a)Flexibilidad Cuantitativa
Externa: medidas tendentes
a adecuar el volumen de la
plantilla contratada por la
empresa a las variaciones
del volumen de producción
(contratos
temporales,
contratos
por
obra,
interinatos).
b)Flexibilidad Cuantitativa
interna: la empresa puede
utilizar su
plantilla
en
diversas actividades con el
objetivo de conseguir su
plena utilización de su
capacidad
de
trabajo
(movilidad
geográfica,
movilidad
ocupacional,
adaptación a la jornada
laboral).
2.2)Flexibilidad
Cualitativa:
depende de la
cualificación
profesional y la
cooperación
entre
las
diferentes
personas
que
participan en un
proceso
productivo.
2.3)Flexibilidad
salarial: la adaptación
de los salarios a las
circunstancias
a)Macroeconómica: el
conjunto de salaries de
un país debe adaptarse
a las circunstancias
económicas generales.
b)Microeconómica:
los
salarios
deben
variar en función de las
circunstancias
particulares de cada
empresa o sector.
c) Variabilidad del
salario Individual: una
parte del salario se
mantiene fija, mientras
que otra es en función
a
la
productividad
individual.
Flexibilidad
de
los
Costos
salariales
y
laborales.
2.4)Movilidad
general:
movilidad
geográfica
de
personas,
movilidad
ocupacional.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 43
Autor
Tipos de flexibilidad
Galindo
(2002)
(Económico)
Flexibilidad Númerica:
a)Flexibilida Numérica Externa: la capacidad
de las empresas de ajustar la cantidad de
trabajadores para responder a las variaciones
de la demanda o a los cambios tecnológicos.
b)Flexibilidad Numérica Interna: se refiere a
la libertad que tienen las empresas para
modificar el número de horas laborales, sin
variar la cantidad de empleados.
Flexibilidad
Funcional: se refiere a
la capacidad de una
empresa para utilizar
eficazmente su fuerza
de trabajo variando la
labor que desempeña
ante modificaciones en
el volumen de trabajo y
las posibilidades que
ofrecen las nuevas
tecnologías
Fujii (2003)
(Económico)
Costos
Laborales:
al
grado
de
sensibilidad de
los
salarios
nominales
a)costos
salariales:
se
refieren a la
remuneración
bruta pagada a
los asalariados
b)costos
no
salariales: son
las
contribuciones y
cargos
obligatorios
pagados por el
empleador.
Flexibilidad de
los
costos
laborales
1)Salariales
Refiere a la
disminución del
salario
hasta
que se alcance
el
equilibrio
entre la oferta y
demanda
laboral.
2)No salariales
Contribuciones y
cargos
obligatorios
pagados por el
empleador.
Fuente: Elaboración propia con base en la revisión de bibliografía.
De acuerdo con Galindo (2002) y De la Garza (2000), los tipos de flexibilidad
laboral, que resultan preferibles entre los trabajadores son la numérica interna a la
empresa (duración del trabajo) y la funcional, ya que la primera es considerada como
benéfica tanto para los trabajadores como para los empresarios, en tanto puede contribuir
a conciliar sus intereses. Además, la reducción de la jornada de trabajo, resulta ser un
mecanismo eficaz para hacer frente al desempleo, al distribuir los puestos disponibles
entre un mayor número de trabajadores.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 44
Siguiendo la idea, la interrogante que se presenta es, sí la flexibilidad laboral
empresarial que se orienta en objetivos de eficiencia económica, contiene puntos de
convergencia entre las necesidades empresariales y de los trabajadores. Relativo a la
flexibilidad externa, sería importante indagar sí algunas de las relaciones laborales atípicas
como: las contrataciones por honorarios, trabajo en régimen de subcontratación, trabajo a
domicilio, y trabajo independiente; contienen aspectos que atenderían preferencias de
diferentes grupos de ocupados que no surgen de presiones vinculadas al mercado, sino
constituyen motivos originarios de estos trabajadores relacionados a sus proyectos de
vida, etapas en el ciclo vital y reproductivo, entre otros.
Al respecto, Yáñez (1999) señala que dicha compatibilidad dependerá de la
“opcionalización”; es decir, de las medidas flexibilizadoras que toman en cuenta las
necesidades e intereses de las personas radicados fuera del ámbito laboral y que
pretenden compatibilizarlos con las estructuras del trabajo remunerado. Aunque también
menciona, que hasta el momento no está claro, cuáles de las necesidades de la empresa
son compatibles con los intereses de los ocupados y cuáles no lo son.
No obstante, para muchos otros, el problema central de la flexibilidad laboral
externa o numérica es la erosión de la relación laboral normal o tradicional y su remplazo
por el empleo atípico, conllevando así a la mencionada precarización laboral.
Ahora bien, respecto a la flexibilidad del tipo funcional, esta puede abrir nuevas
posibilidades en términos de recalificación del trabajo, relaciones laborales cooperativas y
replanteamiento, que no se contraponen a la eficiencia económica, sino, por el contrario,
pueden jugar un papel importante en las nuevas estrategias gerenciales que valoran el
factor humano como elemento decisivo para el éxito del negocio.
Por otra parte, la flexibilidad salarial constituye la forma de adaptación, a la que más
renuentes se encuentran los trabajadores, Galindo (2002) y De la Garza (2000).
Cabe destacar que los tipos de flexibilidad laboral a los cuales se hace referencia a
lo largo del documento son los que hemos distinguido en términos generales: la flexibilidad
numérica, funcional, y de costos laborales.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 45
1.4 Conclusiones del capítulo.
En suma, podemos decir, que la flexibilidad laboral tiene su origen en la década de los
ochenta, como un elemento que pretendió dar respuesta a las grandes diferencias de
empleo, entre las economías desarrolladas y de algunas en vías de desarrollo, y en
particular a las altas tasas de desempleo presentadas en Europa ya desde los años
setenta.
También se puede concluir que el mercado laboral ha sufrido modificaciones como
respuesta al capital globalizado, gracias al desarrollo de tecnologías de información, así
como a la nueva dirección de la política económica.
Por un lado, la relocalización de actividades así como la flexibilización del proceso
productivo requiere de habilidades más flexibles y adaptables por parte de la oferta
laboral. Por el otro, el desarrollo tecnológico propicia cambios constantes en el
requerimiento de cualificaciones y habilidades por parte de los trabajadores.
Por tanto, de acuerdo con los defensores de la flexibilidad, para encontrar cabida en
esta nueva realidad es irremediable que el mercado laboral se modifique, ya que las
excesivas rigideces no permiten que la mano de obra se adapte al cambio tecnológico y a
la competencia externa.
En este sentido, se pueden destacar
tres elementos como los principales
causantes de tales rigideces en mercado de trabajo, y los cuales han propiciado el
desempleo masivo: 1) factores técnico-organizativos, 2) rigideces de los sistemas de
producción en serie basados en grandes unidades industriales, y 3) los factores
institucionales.
Sin embargo, para otros autores, este proceso de flexibilización no significa otra
cosa más que la erosión de las relaciones laborales, a favor de la reproducción del capital.
La transferencia del riesgo que propicia una economía globalizada, del empleador a los
trabajadores, lo que ha conllevado, entre otras repercusiones, a una alta inestabilidad
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 46
laboral, disminución del salario y prestaciones laborales, así como a una alta polivalencia
de funciones.
Por otra parte, no obstante, el amplio uso del término de flexibilidad laboral, no
existe una definición única, lo que lleva a que comúnmente resulte una expresión confusa
y ambigua, que no necesariamente refiere a lo mismo dentro de cada una de las
economías. De igual forma sucede cuando se quieren diferenciar los tipos de flexibilidad,
aunque en términos generales podemos distinguir tres tipos de flexibilidad: 1) la numérica,
la cual refiere a la adecuación en el volumen de la plantilla de trabajadores que mantiene
la empresa, como respuesta a las necesidades de ésta; 2) la funcional, aquella en la cual
significa hacer diferentes usos de esa misma plantilla dentro de la empresa y 3) costos
labores, la cual consiste en la adaptación de los ingresos laborales y demás pagos
adicionales al salario al ciclo económico de la empresa.
Asimismo, se pudo sugerir que no todos lo mecanismos de flexibilización laboral
proporcionan ventajas únicamente para el empleador, como es el caso de horario variable
y la polivalencia de funciones.
Dado lo anterior, resulta pertinente conocer la situación que presentan los mercados
de trabajo, en cuestión de flexibilidad laboral, dado que en los hechos, la discusión teórica
puede estar o no en línea con lo evidencia empírica, lo que estaría generando un debate
estéril, sobre un fenómeno que no tiene pertinencia.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 47
Capítulo 2: Revisión de casos empíricos, sobre la flexibilidad laboral a
nivel internacional.
No obstante, los bondades que han promovido los defensores de la flexibilidad, muchos
investigadores han puesto en duda los beneficios macroeconómicos que postula la teoría
neoclásica y particularmente la política desreguladora del mercado laboral, por lo que en
este capítulo se realiza una revisión sobre la evidencia empírica existente, con la finalidad
de contrastar los hechos con lo que marca la teoría, en el ámbito internacional.
Dado lo anterior, el capítulo se estructura de cuatro secciones, en la primera se
presenta evidencia empírica para el caso de Europa, en la segunda se analiza el caso de
Asia, en la tercera se estudia la flexibilidad del mercado laboral latinoamericano y por
último se encuentran las conclusiones.
2.1 Evidencia para el caso de Europa.
En la década de los ochenta, las diferencias en materia de empleo, entre Europa y
Estados Unidos, son primordialmente atribuidas a la flexibilidad existente en el mercado de
trabajo estadounidense, lo que permitió a esta economía tener una baja tasa de paro.
Mientras que en Europa, una serie de rigidices laborales propiciaron el alto desempleo: 1)
la protección social al desempleado y al trabajador de tiempo completo; lo que limitaba la
libertad de acción de los empresarios para adaptarse a los cambios económicos, 2) la
existencia de sindicatos muy fuertes en el ámbito nacional; que impedían las
negociaciones por empresa, como en los EEUU y Japón, 3) legislaciones rígidas, que
dificultaban y aumentaban el costo del despido, 4) un seguro de desempleo muy generoso
que limitaba el estímulo del trabajador a volver al mercado de trabajo, 5) la falta de
formación de los trabajadores frente una demanda de trabajo más cualificado y, 6) salarios
y contribuciones sociales altas en relación con los Estados Unidos (OCDE, 1986).
La comparación de los mercados laborales entre otras economías avanzadas, de
igual forma evidencia, que es el grado de adaptabilidad de estos mercados lo que conlleva
a diferentes rendimientos del empleo. En el caso de Alemania, Japón y Estados Unidos;
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 48
durante la década de los ochenta y noventa; la flexibilidad salarial (nominal y real), las
instituciones del mercado laboral, el “trade-off” entre desempleo y desigualdad, y la
duración de los beneficios del desempleo, proporcionan evidencia suficiente para mostrar
que el alto desempleo es resultado de las rigideces del mercado de trabajo (Kucera 1998).
2.1.1. Flexibilidad numérica.
a) Anualización de la jornada de trabajo.
En este sentido, en Europa, desde los años ochenta se han puesto en marcha diversos
mecanismos para flexibilizar el mercado laboral, entre los cuales destaca la “anualización
de la jornada de trabajo”. Al respecto Lusa et al (2008) mencionan, que no obstante, que
los primeros casos significativos de anualización de jornada datan de los años setenta,
cuando algunas compañías francesas, alemanas y escandinavas empezaron a utilizar esta
modalidad, su utilización no se hizo extensiva sino hasta finales de los años ochenta,
cuando su uso empezó a crecer sobretodo en el sector de los servicios, por lo que ya en
1993, el 6 por ciento de los trabajadores de Reino Unido tenían un contrato de jornada
anualizada, siendo ésta la segunda modalidad más común dentro de las formas no
estándares de contratación,5 y para 1996 se alcanzó un 10 por ciento, es decir, unos 2
millones de trabajadores de los 20 millones del Reino Unido.
Aunque en general en Europa, el número de contratos de anualización no ha
crecido tanto como era de esperarse y esto se atribuye principalmente al compromiso
necesario que supone implantar un esquema de este tipo (negociaciones, planificación,
etc.), dado que las condiciones bajo las que se implante la anualización y el modo en el
que se planifique el tiempo de trabajo, determinarán en gran medida las ventajas y
desventajas que se derivarán tanto para las organizaciones como para los trabajadores.
5
Cabe destacar que este tipo de contratos no cubren normalmente a los puestos directivos.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 49
b) Trabajo temporal.
La liberalización del “trabajo temporal”, es otro de los mecanismos que fueron introducidos
en el mercado laboral de Europa con la finalidad de propiciar el crecimiento del empleo,
sin embargo, Boeri y Garibaldi (2007), prueban que este mecanismo tiene un efecto
“honeymoon”, de creación de trabajo mediante un modelo de demanda laboral dinámico
bajo incertidumbre.6
Boeri y Garibaldi (2007), encuentran que en general, los países experimentaron un
alto crecimiento en el empleo temporal, a excepción de Países Bajos, y en congruencia
con Brewster et al (1997), señalan por un lado a España y Portugal como los países que
mayor aumento en empleo temporal han registrado y por el otro a Bélgica e Italia con el
menor.
En el caso de España tal situación resulta lógica, dadas las reformas en materia de
contratación laboral que han tenido lugar desde principios de los años ochenta. La primera
reforma referente al Contrato Temporal de Fomento al Empleo (CTFE), fue en 1984, para
asegurar su entrada a la Comisión Económica Europea, así como disminuir el desempleo.
Ya desde esa primera reforma, se legalizó la duración laboral determinada y se permitió la
coexistencia de 14 modalidades de contratación laboral. El principal resultado de la
reforma, fue el incremento de la participación de los contratos temporales en el total de
contratos, llegando a más de un tercio de los contratos firmados, aunque con variaciones,
de ahí que de 1985 a 1989 el contrato temporal absorbió 42.5 por ciento de los CTFE y de
1990 a 1991 el 50.6 por ciento. De forma general, este tipo de contratación sigue en
aumento, afectando así en mayor medida a los jóvenes menores de 20 años, a las
mujeres, al sector público, y a los trabajadores con menor grado de escolaridad.
Asimismo se observa que estos contratos predominan en la agricultura, construcción,
hostelería y comercio en las comunidades de Valencia, Murcia, Extremadura y Andalucía
(Chavez, 2008, y Bentolila y Dolado, 1993).
6
El estudio incluyó los países de Bélgica, Italia, Países Bajos, Portugal, España y Suecia, durante tres puntos en el
tiempo (1980, 1990 y 2000).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 50
No obstante, que cuando los contratos temporales son introducidos, las empresas
explotan cualquier contrato en condiciones de auge, pero no pueden explotarlos en
tiempos de insuficiente demanda, dado que esto es restringido por el stock de
trabajadores miembros, generando así un efecto “honeymoon” de creación de empleo. Por
tanto, dado que los empleadores solo pueden obtener rendimientos marginales con base
en los contratos temporales, bajo un contexto de expansión; cuando estos requieren de
mayor mano de obra, en tiempos donde la demanda es baja, tanto bajo un régimen rígido
o flexible las ganancias son las mismas (Boeri y Garibaldi, 2007).
Por otra parte, la existencia de contratos temporales también ha propiciado la
relocalización de actividades, tal es el caso de Suecia, en donde se evidencia una relación
positiva entre los trabajadores industriales con contrato temporal y la reubicación de las
empresas, es decir, las firmas prefieren ubicarse en regiones donde hay mayor flexibilidad
contractual (Heyman, 2008).
c) Trabajos de medio tiempo.
Siguiendo la idea, es un hecho que la flexibilidad sigue en aumento en el mercado laboral
europeo mediante el incremento en los contratos temporales, sin embargo, la forma más
usada de flexibilidad es la de “trabajo de medio tiempo”, en segundo lugar; cambio de
funciones de trabajo,
en tercero; los trabajos no permanentes, y por último; la
subcontratación (Brewster et al, 1997).7
Al respecto Noruega, Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Reino Unido, son los
países que mayor uso hacen del trabajo de medio tiempo. Desde 1983, en el occidente de
Europa, este tipo de trabajo ha jugado un importante papel en la participación de los
individuos, sobre todo en los trabajadores de avanzada edad, sin embargo, la idea de baja
productividad en este grupo de la población ha hecho que la flexibilidad más que una
ventaja, ésta este contribuyendo a su marginación, dada las cuestiones de la seguridad
social, pensiones, entre otras (Brewster et al, 1997, y Standing, 1986).
7
Su análisis lo basa en una colección de datos de recursos humanos, para el año de 1995. La muestra considera a
Grecia, Portugal, España, Turquía, Luxemburgo, Bélgica, Italia, Irlanda, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Noruega,
Finlandia, Dinamarca, Alemania y Suecia.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 51
En el caso de España, tanto el incremento en el empleo temporal como a tiempo
parcial, han provocado un alto grado de rotación laboral, así como de precarización del
empleo (Chávez, 2008 y Recio, 2007).
Por su parte, Brewster et al (1997), Boeri y Garibaldi (2007) y Chavéz (2008),
coinciden en señalar las desventajas de este tipo de flexibilización, y además sugieren que
no hay evidencia de un encadenamiento directo entre éste y la disminución en el
desempleo.
d) Subcontratación.
La “subcontratación”, representa otra forma de abaratar los costos de producción de las
empresas, y que en teoría conlleva a la generación de empleo. Aunque de acuerdo con
Dicken (2007), tanto los países industrializados se ven afectados ante la relocalización de
actividades, como los países en desarrollo Castells (1999), dado que tal proceso esta
transformando adversamente las perspectivas del empleo, mediante la corriente actual de
la subcontratación de procesos industriales de un país a otro (outsourcing), usualmente en
busca de mano de obra barata en la industria de servicios (principalmente de la India). Lo
que conlleva a una concentración de empleo en aquellas economías con el costo laboral
más bajo, en este sentido se teme que muchos trabajos manufactureros sean absorbidos
por China.
Siguiendo la idea Recio (2007) refiere a la subcontratación como un mecanismo de
precariedad en España, dado que éste representa para las empresas una forma de evadir
responsabilidades en cuanto a derechos laborales. No obstante, que en Alemania y
Países Bajos, la subcontratación es el mecanismo flexibilizador predominante (Brewster et
al 1997).
2.1.2 Flexibilidad funcional.
La demanda por trabajadores con “multihabilidades”, cada vez adquiere mayor
importancia dentro de los mercados laborales. En el caso particular de España se observa
claramente la alta capacidad de las compañías españolas para seleccionar la forma de
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 52
organización de trabajo, que a juicio de ellas, muestra la clave sobre el papel que juega la
estrategia competitiva cuando se encamina hacia la segmentación del trabajo. Dado que
los cambios en la demanda, exige una adaptación a las circunstancias, la segmentación
laboral aparece como la estrategia competitiva preferida (La Sierra, 2007). Por lo que en
España, la creciente flexibilidad no únicamente es presentada de forma cuantitativa sino
también cualitativa (Recio, 1997).
Por su parte Brewster et al (1997), afirman que en Dinamarca, Noruega y Suecia
cerca 80.0 por ciento de la flexibilidad, está representada por el cambio de funciones en el
trabajo.
Asimismo en las regiones del Reino Unido, a excepción de la región sur, la
flexibilidad funcional es mayor y tiende a expandirse, sugiriendo así que los factores
estructurales, que tuvieron lugar a principios de los años ochentas, juegan un importante
papel en influenciar la calidad. En general, se puede decir que la flexibilidad va en
aumento, no obstante, que su avance sea a un ritmo lento y muestre un comportamiento
cíclico (en épocas de recesión aumenta la flexibilidad). Por otra parte, uno de los aspectos
más relevantes a destacar, es el regional, que como ya se evidenció en el caso de
España, a pesar de una evolución temporal común existe persistencia en las diferencias
regionales; en los niveles y tipos de flexibilidad del mercado laboral, (Monastiriotis, 2003).8
Al respecto, Brewster et al (1997), señalan que los usos de las formas de flexibilidad
y posiblemente sus efectos, son muy diferentes entre los distintos países de la Unión
Europea, y así mismo entre sectores (Oke y Idiagbon, 2007).
8
Tal estudio presenta un conjunto de indicadores de flexibilidad laboral para el Reino Unido y sus 12 regiones para el
periodo 1979-1998. Para la construcción de los índices emplea: 1)flexibilidad numérica: tiempo de trabajo, horas
irregulares, cambio de trabajo, trabajo en fin de semana, trabajo en casa, trabajos alternativos, trabajo de tiempo
parcial, empleo temporal, protección sobre el despido, protección del empleo, 2) flexibilidad funcional: derechos
representativos del empleo, estándares laborales y muti-tareas, 3) flexibilidad salarial: estructura de la negociación
salarial coordinación entre las firmas y sindicatos y la elasticidad salarial, 4)flexibilidad sindical: densidad sindical,
cobertura sindical y poder sindical, 5)movilidad laboral: movilidad regional, movilidad sectorial, movilidad ocupacional,
movilidad en el trabajo, flexibilidad doméstica y 6)flexibilidad en la obtención de habilidades: capacitación, políticas de
mercado activas y atención educacional. Cabe destacar, que dado los problemas de obtención de datos, se recurrió a la
inter y extrapolación y para algunos indicadores se redujo el periodo de estudio.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 53
Por tanto, lo anterior sugiere que se deben considerar las condiciones laborales
específicas de cada país y sus regiones, antes de esperar que una medida de
flexibilización funcione por igual a través de ellos.
2.1.3 Flexibilidad salarial.
Otra expresión de la flexibilidad laboral, la cual ha tenido mayor atención por parte de los
investigadores, es la llamada “flexibilidad salarial”. Al respecto, Kandil (2006),9 señala la
importancia de dicha flexibilización como respuesta a la incertidumbre, dado que menciona
que bajo la rigidez del salario contractual, un aumento en el precio de la energía disminuye
la producción real y acelera la inflación, por tanto, mayor precio de la energía lleva a
menor demanda laboral y a disminuir el salario nominal, pero como hay rigidez del salario
nominal, se presenta entonces una disminución del salario real. Por lo que entonces si
existiera flexibilidad en el salario contractual, este conllevaría al incremento
de la
expansión productiva y la deflación en los precios, propiciando así a un aumento del
salario real y por tanto a garantizar a los trabajadores un mayor estándar real de vida. Así
bajo esta lógica el grado de flexibilidad ayuda a contener los desequilibrios de la demanda
agregada que se desprenden de los niveles de incertidumbre.
En este sentido, la evidencia empírica a favor de la flexibilidad laboral, no solo
sugiere a la flexibilidad salarial nominal como la respuesta a los choques de la demanda
agregada, sino también como una de las más importantes alternativas en contra de los
choques asimétricos bajo un contexto donde los gobiernos no pueden usar las políticas
económicas tradicionales de estabilización (el tipo de cambio y las políticas monetarias),
tal y como se muestra en Maza y Moral-Arce, (2006), para el caso de España.10 En dicho
documento se señala que los salarios son muy rígidos en general, lo que no permite la
adaptación del mercado laboral español a las condiciones generales de la Unión
Monetaria Europea.
9
Analiza empíricamente la flexibilidad salarial, en los años noventa, mediante datos anuales para 19 países industriales:
Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón, Países
Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suecia, Suiza, El Reino Unido y los Estados Unidos.
10
. En este documento se emplean técnicas de estimación semiparametricas para proveer evidencia econométrica sobre
la flexibilidad de los salarios durante el periodo de 1985-1999.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 54
Por otra parte, si bien es cierto que la reducción de las leyes de seguridad en el
trabajo reducen los flujos de empleo, también es cierto que este efecto podría ser diluido si
otras diferencias institucionales tienen efectos opuestos, como es el caso del salario, ya
que una compresión en la estructura salarial implica que las firmas no pueden ajustar los
salarios en respuesta a un choque en la demanda, ya sea positivo o negativo, en vez de
ello el número de empleados o el número de horas trabajadas por la fuerza laboral podría
ser ajustada, es decir, la flexibilidad salarial ayudaría a contener otro tipo de medidas
flexibilizadoras (Bertola y Rogerson,1997). Al respecto Heyman (2008), prueba
empíricamente dicha hipótesis y encuentra que efectivamente la dispersión salarial tiene
un efecto positivo sobre el flujo de empleo en la industria manufacturera de Suecia,
sugiriendo así a la flexibilidad salarial como un importante mecanismo para la generación
de empleo.
No obstante, que para muchos las rigideces salariales son un obstáculo para el
empleo total, Amendola et al (2004) encuentran evidencia de lo contrario al confirmar los
resultados de Keynes, los cuales refieren a que la flexibilidad salarial no es suficiente para
eliminar el desempleo. Los autores señalan, que más bien, es la falta de coordinación
entre el consumo y la inversión el origen real de la cadena de efectos que llevan al
desempleo involuntario, y esto es porque el empleo depende no únicamente de lo que
suceda en el mercado laboral sino de un proceso de ajuste entre los cambios de la
demanda y producción.
Asimismo Clar et al (2007), también para los años noventa, señalan que para la
mayoría de las economías europeas, no existe una relación significativa entre el salario y
el desempleo.
Al respecto, en el Reino Unido la flexibilidad salarial se ha mantenido estable, no
obstante, la región sur es la que presenta mayor flexibilidad salarial11 y movilidad laboral
(Monasteriotis, 2003), lo que sugiere que tal flexibilidad no ha tenido los efectos esperados
en cuanto a la generación de empleo, que señala el enfoque neoclásico.
11
La flexibilidad salarial es estimada como la elasticidad salarial del desempleo, usando la curva estándar de Phillips (el
crecimiento salarial, es relacionado con el desempleo y la inflación esperada).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 55
Sin embargo, de acuerdo al Banco Mundial (2002) en muchos países europeos
continúan los esfuerzos por flexibilizar aún más el salario, ejemplo de ello es Bielorrusia,
quien desde el 2001, el gobierno está trabajando sobre la liberalización del mercado
laboral en orden a incrementar la flexibilidad de los salarios particularmente de las
empresas del estado.
En síntesis, con base en lo anterior, se puede decir que en Europa la flexibilidad en
general sigue en aumento, sin embargo, muy poco se puede hablar del nivel de flexibilidad
que exhibe cada país, a excepción de Monastiriotis (2003), quien sí mide el grado de
flexibilidad laboral en las regiones del Reino Unido. Lo que le ha permitido identificar con
mayor claridad el nivel de exposición, así como las diversas expresiones que tienen lugar
a lo largo del país, de acuerdo a las características propias de cada región.
En este sentido se encuentra el índice de flexibilidad laboral que es desarrollado en
Lawson y Bierhanzl, (2004),12 para 73 economías en el año 2000, en donde de las 26
economías Europeas que toma en consideración, 11 de ellas rebasan el promedio (4.8
dentro de una escala de 0-10), mientras que las 15 restantes presentan un grado de
flexibilidad menor. Por arriba del promedio se encuentran: Suiza, Reino Unido, República
Checa, Estonia, Letonia, Islandia y Hungría, mientras que por debajo del promedio se
ubican: Lituania, Portugal, República Eslovaca, Polonia, Dinamarca, Grecia, Irlanda,
Noruega, Austria, España, Países Bajos, Eslovenia, Italia, Bélgica, Francia y Suecia. Al
respecto destaca el caso de España, ya que no obstante, que la evidencia presentada
anteriormente sugiere un alto grado de flexibilidad laboral en este país, el presente
indicador coloca a la economía entre las menos flexibles. Por otra parte, cabe destacar
que la construcción de este índice les permite además a sus autores, sostener la tesis
referente a que mayor flexibilidad en el mercado laboral conlleva a menores tasas de
desempleo.
12
Para construir su índice toma en consideración: 1)el impacto del salario, 2) las practicas de contratación y despido,
3)negociación colectiva y 4) beneficios del desempleo. Por tanto un país que exhibe mayor índice de flexibilidad tendría
que presentar menores tasas impositivas, un salario mínimo bajo, un alto grado de flexibilidad contractual y de despidos,
una baja negociación colectiva, y también bajos beneficios de desempleo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 56
Sin embargo, se debe subrayar que si bien es importante avanzar en la
construcción de índices; estos se deben tomar con reserva, dado que lo datos primarios
en los que se basan estos cocientes, son muy difíciles de obtener para todas las
economías en una misma temporalidad, asimismo tampoco sería posible incluir todas las
variables que resultan medidas relevantes como:
licencias ocupacionales, beneficios,
políticas sobre preferencias étnicas o raciales, políticas de empleo y otras variables que
claramente alteran el funcionamiento del mercado laboral.
2.1.4 El mercado laboral de Europa vs. Estados Unidos.
No obstante, la contradicción de los hechos, actualmente sigue la discusión sobre el
incremento de la competitividad de los países miembros de la Unión Europea en
comparación con los Estados Unidos. Sin embargo, esta vez se habla de lograr el objetivo
sin dañar la cohesión social (Lisboa, 2003).
Al respecto, con base en el tratado de Lisboa, Groot et al (2004), analizan las
diferencias entre ambas economías, y encuentran, que efectivamente, los Estados Unidos
tiene una alta productividad laboral, sin embargo, algunos países pertenecientes a la
Unión Europea lo superan (sobre todo Dinamarca y Noruega). Además, no sólo estos
países son altamente competitivos sino también mantienen una menor desigualdad entre
sus trabajadores.
Groot et al (2004) mencionan que en la última mitad de los años noventa, los
ciudadanos estadounidenses son en promedio más ricos que los europeos, ya que la
producción per cápita fue en promedio más de 30 por ciento mayor en los Estados Unidos
que en la Unión Europea, hecho que no es resultado de una brecha tecnológica, ni
tampoco de una diferencia general en la participación dentro del mercado laboral, sino que
más bien tales discrepancias en el ingreso provienen de las horas trabajadas, ya que
mientras los estadounidenses laboran en promedio 1,865 horas por año, los europeos lo
hacen únicamente en alrededor de 1,600 horas.
Asimismo, es importante señalar que en caso de los Estados Unidos, la flexibilidad
laboral ha sido orientada, desde los años ochentas, a la libertad de distribuir la mano de
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 57
obra dentro de la empresa, lo que ha permitido una relativa estabilidad laboral, así como
trabajos más interesantes y con mayores responsabilidades en la producción y calidad
(Galindo, 2002 y Tower, 2003).
De forma contraria Ibarra y González (2010), sostienen que en el caso de los países
europeos y de los Estados Unidos, la tendencia de la flexibilidad laboral sigue enfocada
hacia la flexibilización externa (trabajo temporal, subcontratación, y movilidad geográfica) y
no hacia la interna (polivalencia, rotación de personal, horas extras, y jornada de trabajo).
Dado que el alto desempleo en Europa ha presionado a los gobiernos a tomar decisiones
inmediatas y más factibles a través de la flexibilidad externa.
No obstante lo anterior, cabe destacar que tal diferencia en el ingreso entre los
ciudadanos europeos y estadounidenses, no necesariamente lo es en bienestar, ya que
estas estadísticas ignoran el valor del tiempo libre y del trabajo doméstico.
Por otro lado, Bélgica, Francia, Italia y Alemania, son identificados como los países
con menor productividad por hora de Europa y usualmente se ha culpado de esta situación
al extensivo sistema de seguridad social que rige en estas economías, lo que no incentiva
la participación de los ciudadanos. Por tanto, la solución que se plantea es hacer un
sistema más austero que propicie una mayor competitividad como en los Estados Unidos,
no obstante, que dicha solución incremente la desigualdad (Groot, 2004)
Al respecto, una mejor solución puede ser hallada en los países escandinavos,
quienes han encontrado la manera de combinar mayor participación de los individuos en el
mercado de trabajo con menores diferencias en el ingreso, mediante un generoso seguro
de desempleo en una corta duración. Dando lugar así a la llamada “flexiseguridad”,13 la
cual ayuda a suavizar los efectos adversos de las reformas del mercado de trabajo (Groot
et al, 2004, y Ruíz, 2006).
13
Consiste en un sistema de transferencias por medio del seguro para el desempleo para quienes pierden su ocupación,
lo cual impide que aumente la desigualdad del ingreso entre sus habitantes.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 58
Siguiendo la idea, Chávez (2008) para el caso de España, menciona que las dos
reformas laborales llevadas a cabo en este país, antes de 1997, fueron concertadas
unilateralmente y permitieron la contratación temporal y a tiempo parcial originando una
gran rotación laboral y una precarización del empleo. Por lo que en 1997 tuvo lugar otra
reforma laboral, que marcó un punto de inflexión en el logro de la flexiseguridad, al tener
como objetivos mejorar la competitividad de la empresa, crear buenos empleos, reducir la
tasa de temporalidad y la rotación, a fin de disminuir la precarización del empleo y corregir
algunas de las limitaciones y disfunciones de las reformas anteriores.
Entre los resultados de tal reforma, fueron la disminución de la tasa de
temporalidad, y de la rotación laboral. Posteriormente, con la Declaración para el Diálogo
Social de 2004, se profundizó el camino hacia la flexibilidad con seguridad (flexiseguridad)
de manera concertada.
En suma, de acuerdo con la autora, se puede observar que aunque la flexibilidad
laboral mantiene una tendencia ascendente, también existe un mayor compromiso social
en el caso de Europa.
No obstante, algunos autores como Leonardi et al (2004), ponen en entre dicho las
virtudes generalizadas del modelo de flexiseguridad, a pesar que reconocen que éste ha
sido tomado por la Unión Europa como paradigma para garantizar la flexibilidad de los
mercados sin menoscabar la cohesión social. Dado que ellos, al analizar el modelo
nórdico (en especial Dinamarca) y su posible traslación a los países del sur de Europa, en
particular España e Italia, muestran que la implementación e importación del paradigma de
flexiseguridad produce resultados dispares.
Encuentran que en los últimos quince o veinte años, Italia y España han encarado
de modo diverso la tensión entre flexibilidad y seguridad debido a la disparidad en los
respectivos contextos socio-productivos, institucionales y políticos. Aunque también
señalan, que parecen influir factores de más largo plazo, como las tradiciones de
regulación y de acción colectiva, así como los cambios en la relación estado-mercado-
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 59
familia en términos de provisión de seguridad y de bienestar, o de distribución del riesgo y
de gestión de la incertidumbre, en los respectivos países.
Sin duda las características y peculiaridades propias de cada país o región influyen
en los resultados de política económica y en específico en materia laboral por lo que se
debe ser respetuoso de ello, e incluirlas al momento de su implementación.
2.2 Flexibilidad laboral en Asia.
No obstante, que el proceso de flexibilización tuvo sus orígenes en Europa, la
globalización de la economía ha propiciado que dicho proceso se extienda al resto del
mundo, sin embargo, vale la pena cuestionarse si dicho fenómeno se exhibe de igual
manera en el mercado laboral asiático, que en el caso europeo, a pesar de las marcadas
diferencias culturales.
Al respecto, una alta flexibilidad interna, acompañada por una externa; con base en el
empleo de fuerza laboral femenina, así como una mayor flexibilidad salarial, han llevado a
que Japón presente niveles de desempleo menores que Alemania y Estados Unidos
(Kucera, 1998). Para el caso de esta economía, es indudable la importancia que ha
mantenido la participación femenina en el mercado laboral, dado que ésta ha contribuido a
facilitar las prácticas flexibilizadoras y con ello a amortiguar el desempleo.
Se ha argumentado que es una razón cultural lo que en Japón ha permitido mayor
flexibilidad salarial, en un intercambio por estabilidad en el empleo (Hamada y Kurosaka,
1984).
No obstante, el caso de Japón, para otros autores, en Asia las circunstancias
históricas y culturales dificultan las relaciones industriales e impiden que se aprovechen
las condiciones de la globalización mediante un incremento en la competitividad, tanto a
nivel de firma como a nivel de nación, (Stephen et al,1998).
En este sentido, si bien es cierto que en Asia se ha dificultado la flexibilización del
mercado laboral, también lo es que no se ha impedido, y ejemplo de ello es Turquía; que
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 60
de acuerdo con el Banco Mundial (2002), en el año 2001 aún se continuaba con la
reducción del salario. No obstante, que en Rusia no se haya encontrado una justificación
económica para la violación sistemática de la legislación laboral existente (Clarke y
Borisov, 1999).
En general, se puede decir que la creciente flexibilidad creada por la competencia
del capital a nivel mundial, ha propiciado un nuevo régimen de prácticas laborales en la
mayoría de las economías, y en el caso especifico de China, éstas se basan en el mayor
control directivo, inseguridad en el empleo, y subyugación de las organizaciones de los
empleados (Gallagher, 2004).
De acuerdo con Frenkel y Peetz (1998), al comparar las economías de China,
Malasia y Corea, encuentra que desde los años ochenta, en China el crecimiento
económico y la competitividad a nivel internacional se ha cimentado en que los
empleadores compitan principalmente sobre la base de menos costos laborales. En este
país los responsables de la política han tenido que encarar el dilema de la transición, de
una economía con alta incertidumbre y desempleo a una con un potencial desencanto por
el gobierno acompañado por una fuerte resistencia sobre la dirección del cambio del
mercado laboral, con la finalidad de lograr tan deseada competitividad internacional.
Mientras que en Malasia, durante los mismos años, el dilema se centró en si las
instituciones del mercado laboral eran capaces de fomentar mayores niveles de flexibilidad
en el empleo, productividad y calidad, necesarias para poder competir en mercados de
mayor valor agregado. En Corea, también se atendía el balance entre los intereses de los
empleadores y los trabajadores, en orden a encarar las exigencias de la globalización.
Dado lo anterior, en China los inversionistas fueron acusados de eludir las
regulaciones laborales con el consentimiento de las autoridades locales. En Malasia, el
Estado propició el cambio de las relaciones industriales de manera conveniente para los
inversionistas extranjeros; por lo que se incluyeron reducciones en los índices de pago,
exenciones en zonas económicas especiales; por ejemplo, la prohibición de que las
mujeres trabajaran por las noches, y se ignoró la ley del salario mínimo, así como la
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 61
equidad en las remuneraciones para trabajos idénticos. Asimismo en Corea antes de 1987
las leyes y los empleadores empezaron a desanimar la negociación colectiva, los
estándares laborales eran pobremente encarados, y los salarios estaban por debajo del
nivel al cual deberían prevalecer bajo una negociación colectiva efectiva.
La legislación laboral de 1986 en China, permitió que desde ese entonces los
empleadores utilizaran más contratos a tiempo determinado (temporal) en relación a los
contratos indefinidos, por lo que en general se puede decir que dentro del mercado laboral
chino, se ha fomentado una mayor flexibilidad del tipo numérica, al admitir la variación del
número de trabajo al deseo de los empleadores.
Malasia por su parte fomentó el contrato temporal, conllevando así a que la
flexibilidad numérica acompañada por una mayor flexibilidad salarial, se introdujeran como
mecanismos para la reducción del riesgo de los empleadores en relación a los costos
laborales.
No obstante, en el caso de Corea, las políticas laborales se han direccionado sobre
la flexibilidad funcional. Al respecto, algunas compañías han implementado políticas
diseñadas a mejorar el sentido organizacional de los empleadores y a contener a los
sindicatos. Sin embargo la flexibilidad numérica ha empezado a cobrar importancia.
En suma, en Asia se ha introducido la flexibilidad numérica, especialmente
mediante la contratación temporal, así como la flexibilización de los salarios, y se ha
reducido la influencia de los sindicatos, al igual que en muchos otros países, con el
propósito de competir a nivel global mediante la reducción de costos laborales, pese a las
circunstancias históricas y culturales de estas naciones. Ejemplo de ello es el caso de
Nueva Zelanda, en donde la flexibilidad ha sido facilitada por la desregulación y la
reestructuración de la relación industrial, principalmente a través de la disminución de la
negociación colectiva, propiciando así que desde 1989 a 1994, ésta se colapsara y cayera
a más de la mitad (Honeybone,1997).
Por su parte, el mercado laboral africano, no escapa tampoco del proceso
flexibilizador de las relaciones industriales a nivel global. En este sentido, en Egipto desde
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 62
1998 el plan para la competitividad involucra la reorganización de la fuerza laboral
obsoleta, en Malaui en 1997 se permitió la subcontratación de funciones ministeriales y en
el mismo año, en Zambia se apoyó, por parte del BM, la descompresión del salario
(Banco Mundial, 2002).
2.3 Mercado laboral latinoamericano.
En el caso de América Latina, Stiglitz (2003), Godoy et al (2007), Tokman (2006) y Ruiz
(2006) coinciden en señalar que los cambios en el mercado laboral, en los años ochenta y
noventa, condujeron a una erosión de la relación laboral mediante una creciente
heterogeneidad de las formas de empleo dependientes de: 1) la pérdida de estabilidad del
empleo; lo que da lugar a trayectorias laborales discontinuas, diversificadas y
desestabilizadas; y 2) un debilitamiento de la fuerza reguladora y protectora del sistema
normativo.
2.3.1. Flexibilidad numérica.
Durante los ochenta, la ampliación de las causales de despido, la introducción de nuevos
contratos laborales más flexibles y el abaratamiento del costo de despido, ha permitido
reducir los tiempos de ajustes, pero como contrapartida ha resultado en mayor desempleo,
cuando lo que se proveía era el aumento del empleo, conllevando a un incremento en el
sector informal (Stiglitz, 2003 y Tokman, 2006).
Tokman (2006), señala que de manera general en América Latina, los últimos años
ha ganado terreno el reconocimiento de la expansión de la informalidad como resultado en
cierta medida de “la subcontratación” que aprovecha esta forma de producción para
abaratar costos de mano de obra o de insumos y eludir las obligaciones laborales e
impositivas asociadas a la formalidad.
Las reformas laborales que buscan la flexibilización por medio de incentivos a la
descentralización del proceso de trabajo, como la del Perú en 1993, promueven este tipo
de encadenamiento que se convierte en espurio, si no son acompañadas por la
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 63
introducción de responsabilidades compartidas y/o subsidiarias entre contratantes y
subcontratistas.
Por otro lado, una mayor flexibilidad se traduce también en una mayor rotación
laboral, lo que significa una disminución de la permanencia en el mismo puesto. Al
respecto, la proporción de ocupados con menos de dos años de antigüedad alcanza al
24.5 por ciento del total de ocupados en los países de la OCDE, mientras que en América
Latina es de 38.1 por ciento. Lo mismo se observa en lo que se refiere a la permanencia
media en el empleo, 10.5 años en países de la OCDE y 7.6 años en América Latina. Ello
significa que en un año dado, se crean y destruyen en promedio uno de cada tres
empleos. Por lo que, de acuerdo a lo anterior, aumenta la incertidumbre pues el
desempleo afecta no sólo a los que efectivamente pierden sus empleos y deben
reubicarse, sino también a muchos de los ocupados que temen perderlos.
En general, en América Latina, dos formas que adquirieron los efectos de las
reformas fueron, la introducción de “contratos laborales atípicos” y el debilitamiento de la
inspección del trabajo. La primera vía consistió en la introducción de contratos
“promocionales” de diferentes características desde contratos a tiempo fijo, temporales, a
tiempo parcial, para jóvenes, para mujeres, para jefes de hogar cesantes y otras
modalidades. En casos como Perú, se introdujo además la externalización del proceso de
trabajo, la creación de cooperativas de trabajadores o “services”.
En Argentina, en 1991 se promulgó la Ley Nacional de Empleo, mediante la cual se
facilitó el camino a nuevas maneras de contratar trabajadores. Posteriormente, en 1995 se
proclamaron dos nuevas leyes: 1) la Ley de la Pequeña y Mediana Empresa, y 2) la Ley
de Flexibilización Laboral: Contratos de Trabajo. La primera de ellas alentó la creación de
empleos mediante el incremento de la flexibilidad y la disminución de los costos de
contratación, mientras que la segunda estableció nuevos procedimientos de contratación
(períodos de prueba, contratos por tiempo determinado, colocaciones y empleo a medio
tiempo). Durante el mismo año, el Congreso también estableció medidas para reducir los
pleitos judiciales laborales y los excesivos costos que encarecían el empleo. Finalmente
en 1998 y en el 2000 tuvieron lugar una serie de cambios adicionales referentes a los
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 64
contratos por tiempo determinado y la negociación de contratos colectivos14 (Pessino y
Andrés, 2005).
Por su parte en Bolivia en 1996, la propuesta del gobierno fue modernizar la
legislación laboral para que fueran adoptadas por empresas de pequeña escala y
generaran empleos. De igual forma, en Ecuador, las nuevas leyes, en el 2000, estuvieron
principalmente dirigidas a incrementar la productividad a través de la “flexibilidad del
mercado laboral”. También en los noventas en Honduras se introdujo mayor flexibilidad,
mediante los contratos colectivos en las grandes empresas, y por último, en Nicaragua, el
nuevo código introducido en la contratación laboral de 1994, se pronunció por mayor
flexibilización en dicha cuestión (Banco Mundial, 2002).
Dado lo anterior, como resultado de dichas reformas, se tiene que en varios países
de América Latina se observa una tendencia creciente y continua de los contratos atípicos
y por consiguiente, de la erosión del contrato por tiempo indeterminado, ya que en el 2000
en Perú la proporción de asalariados sin contrato y con contrato temporal alcanzó el 74.0
por ciento, en Chile el 35.8 por ciento, en Argentina el 41.0 por ciento, y en Colombia el
49.0 por ciento.
2.3.2. Flexibilidad de los costos laborales.
El FMI (2007) culpó a la excesiva rigidez de los mercados laborales de los resultados
obtenidos, por lo que los salarios deben bajar aún más, ya que si los salarios fueran lo
suficientemente bajos, las empresas podrían considerar rentable contratar a más
trabajadores.
Aunado a que de acuerdo con el Banco Mundial (1995), en América Latina los
costos laborales adicionales al salario representan una proporción importante de los
costos totales que tienen que soportar las empresas. La misma opinión es compartida por
el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual destaca lo elevado de los costos en
14
Aunque cabe destacar que las modificaciones del código laboral de Argentina sólo afectan a los contratos nuevos en
empleos formarles.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 65
seguridad social, salud, educación y desempleo (aparte de las primas vacacionales,
bonificaciones, maternidad, etc.): en Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay, las
contribuciones a estos programas superan el 30.0 por ciento del costo salarial directo y en
otros ocho países están entre el 15.0 y el 30.0 por ciento (BID, 1996). En Chile excluyendo
los costos por vacaciones pagadas, prima vacacional, bono anual y participación en los
beneficios, equivalen a 21.0 por ciento; en Argentina, a 60.0 por ciento y en Colombia a
59.0 por ciento.
No obstante, Stiglitz (2003) destaca a Argentina como la prueba en contra de la
hipótesis del FMI, dado que a pesar de haber introducido mecanismos de flexibilización en
su mercado de trabajo, el sector informal fue creciendo hasta abarcar casi el 50.0% de la
economía y la tasa de desempleo aumentó, la cual se ha mantenido en niveles de dos
dígitos desde 1995.
Al respecto, la tasa de desempleo de Argentina se conservó por debajo de 6.0 por
ciento hasta 1988. Sin embargo, en el primer semestre de 1993 comenzó a aumentar a
toda prisa y dos años más tarde alcanzó un máximo de 20.2 por ciento. A esto le siguió un
período de disminución de la misma, hasta el segundo semestre de 1998, después del
cual comenzó a subir nuevamente, hasta alcanzar 22.0 por ciento, en abril de 2002
(Pessino y Andrés, 2005).
Sin embargo, de acuerdo con (Pessino y Andres, 2005), el ajuste estructural fue la
causa principal de este crecimiento brusco del desempleo, es decir, fue debido a los
movimientos laborales necesarios entre empresas en problemas y empresas nuevas, junto
con la fuerza laboral más vieja; producto del modelo económico cerrado de los años
setenta y ochenta. Conllevando así, a que la rigidez de la regulación del mercado laboral,
fuera la culpable de no agilizar la dinámica laboral durante el período de reestructuración.
Además, que enfatizan, no se hallaron efectos significativos en la destrucción de empleos
antes ni después de 1991, ni a finales de 2001.
No obstante, Godoy et al (2007), y Leyva (2006) coinciden con Stiglitz (2003), dado
que sugieren que particularmente en Chile, durante los años noventa, los cambios en el
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 66
mercado laboral produjeron inestabilidad en el empleo, debilitamiento en la fuerza sindical
y mayor desigualdad.
2.3.3 Consecuencias de la flexibilidad laboral.
El neoliberalismo y el neoestructuralimo han promocionado la flexibilidad laboral en
América Latina como un proceso para obtener mayor competitividad internacional, y
disminuir el desempleo, la pobreza, la desigualdad y los conflictos sociales, sin embargo,
esto no se ha mostrado en los hechos. Ejemplo de ello es Chile, que aunque se puede
decir, es un caso exitoso del capitalismo, dado que logro ser el país de América Latina con
mayores
exportaciones,
incrementos
en
la
inversión
extranjera
directa,
mayor
productividad, competitividad e índice de desarrollo humano superior (después de
Argentina) que el promedio de América Latina, gracias a la realización de los procesos de
reestructuración prescritos por el Banco Mundial. Asimismo, cabe señalar que en los
noventa también tuvo significantes reducciones en la pobreza (del 38.6% en 1990 al
20.6% en el 2000 y 18.8% en el 2003). No obstante, es la economía latinoamericana más
desigual, y la flexibilidad de su mercado laboral ha llevado al incremento del nivel de
precariedad en el empleo, menor protección y mayor vulnerabilidad (Leyva, 2006).
En este sentido se puede decir que el crecimiento económico no ha generado
mayores empleos de calidad, sino al contrario ha incrementado la precariedad, durante los
noventas, dada la expansión de un gran número de trabajos inestables, con bajos niveles
de beneficios y remuneraciones.
Además el sector exportador, el cual constituye el pilar del modelo económico
chileno, es el que contiene a la mayoría de los trabajadores con empleos precarios.
Sin embargo, Cowan et al (2004), señalan que si bien es cierto que durante la crisis
asiática Chile experimentó una sustancial caída en la economía, que en 1998 colapsó el
crecimiento de la producción, y tuvo un efecto inmediato sobre el desempleo; el cual
aumentó en 8.3 por ciento en 1999 arriba del 6.1 por ciento del año anterior, y entre el
2001 y el 2002, el desempleo aumentó a 9.2 por ciento, esta caída en el crecimiento del
empleo fue resultado de un choque negativo de la demanda agregada con una rigidez en
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 67
el salario real.15 Asimismo destacan que la rigidez salarial explica porque Chile
experimentó una relativa mayor caída en el empleo, en relación a otros países
desarrollados que encararon también una reducción sustancial de la producción en los
años noventa.
Por otra parte, en Brasil después de las reformas de estabilización una de las
principales consecuencias de las transformaciones ocurridas en el mercado de trabajo, es
el aumento del grado de incertidumbre al cual pasaron a estar sujetos los trabajadores en
general. Dicha incertidumbre, provocó la expansión de la inseguridad del trabajo, la cual
puede ser observada por niveles: inseguridad en el mercado del trabajo, inseguridad en el
empleo, inseguridad en el ingreso, inseguridad en la contratación e inseguridad en la
representación laboral (Ferreira Silva et al, 2005).
Con base en lo anterior, se puede decir que en América Latina, los cambios
realizados de forma paralela, en los sistemas de seguridad social y en las políticas de
mercado de trabajo, no se logró la articulación necesaria para responder a las exigencias
de mayor flexibilidad por parte de las empresas y al mismo tiempo proteger a los
trabajadores. Por lo que estos cambios acentuaron las tendencias hacia el aumento de la
precariedad y la exclusión social en general.
En este sentido, queda claro que las reformas de estabilización, que se pusieron en
marcha en América Latina, como resultado del cambio tecnológico y del proceso
globalizador, con miras hacia lograr la deseada competitividad, flexibilizaron el mercado
laboral,
y con ello se propició el aumento del desempleo, el sector informal y la
desigualdad del ingreso (Barrera 2006). Sin embargo, el incremento en el nivel educativo,
se presenta como la solución para aprovechar el desarrollo tecnológico e incrementar el
nivel salarial de los trabajadores, aumentar la productividad, y por ende la competitividad
(Márquez, 2005, Carnoy, 2001, y el FMI, 2007).
15
Ellos emplean microdatos de la encuesta de empleo de Chile, para mostrar que cerca del 6% de los trabajadores son
afectados por el incremento del salario mínimo que tomo lugar entre 1997 y el 2000
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 68
2.3.4 América Latina vs. otras economías.
No obstante, los resultados generales cabe reconocer que existen diferencias importantes
de acuerdo a las condiciones propias (económicas, culturales y políticas) de las regiones,
que sin duda repercuten en los diferentes niveles y tipos de flexibilidad que exhiben los
países, así como sus consecuencias.
En este sentido González (1999), analiza la flexibilidad laboral en 13 países de
América Latina desde 1960, en comparación con los Estados Unidos, mediante el cálculo
de la sensibilidad del empleo, el desempleo y los salarios reales en relación con los
choques productivos en el corto y largo plazo16. El autor encuentra que los mercados
laborales de América Latina se ajustan a los choques de producción predominantemente a
través de los salarios más que a través del empleo o el desempleo, cuando es comparada
con los Estados Unidos. En América Latina, con la posible excepción de Chile y Bolivia,
los coeficientes de Okun del empleo y desempleo son menores y más volátiles, lo que le
llevar a sugerir que la cantidad de habilidad del ajuste del mercado laboral en América
Latina es cercana al estimado para Europa y Japón.
De igual forma señala que en América Latina la participación laboral no es pro
cíclica como en los Estados Unidos, y al respecto el autor argumenta que esté resultado
es la combinación de mayores niveles de inflación y gobiernos populistas que
contrarrestan las fluctuaciones de la producción y crean empleos en los años setentas que
provocan un alto salario y un bajo desempleo. En síntesis en el documento se afirma que
los mercado laborales de Estados Unidos y de Chile son más flexibles que las doce
economías de América Latina restantes.
Lo anterior puede ser confirmado con base al índice de Lawson y Bierhanzl (2004),
dado que éste indica, que mientras Estados Unidos en promedio tiene un índice de
flexibilidad del 6.6 (escala de 0 a 10), en el 2000, en América Latina es de 5.8 y en
16
Dicha sensibilidad es calculada a través de los coeficientes de Okun, los cuales postulan que por cada punto
porcentual que decrece el desempleo, este se asocia con un incremento del 3 por ciento en la producción. Las 13
economías de América Latina que son consideradas son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica,
Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, y Venezuela.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 69
Europa de 4.8.
Sin embargo, de acuerdo a este indicador, el mercado laboral
latinoamericano más flexible es el del Perú (6.7), seguido de Bolivia (6.1), Nicaragua
(6.1), Jamaica (6.1) y Chile (5.9), mientras los menos flexibles son el de Ecuador (4.8),
Colombia (5.1), México (5.2), Panamá (5.4) y Honduras (5.5).
Retomando la idea, queda claro que tales diferencias aún ocurren entre regiones
regularmente homogéneas, por lo que al hablar de flexibilidad laboral en Europa y la
existente en América Latina, se pueden estar tratando cuestiones muy diferentes. Dado
que las discrepancias en materia de legislación en cuanto al contrato individual de
trabajo, duración semanal de la jornada, vacaciones pagadas y diferencias salariales,
lleva a pensar que el debate en América Latina ha hecho hincapié mayormente en
rigideces que no existen, conllevándolo a un nivel de doctrina, pero rara vez en el de los
hechos, (Bronstein, 2005).
Por tanto, resulta absurdo plantear reformas laborales generales al margen de las
condiciones específicas de cada país, por lo que los organismos internacionales deben ser
respetuosos y tomar en cuenta las condiciones iníciales de cada país (Stiglitz, 2003,
Bronstein, 2005 y Ruíz, 2006).
2.4. Conclusiones del capítulo.
A nivel internacional, existe una gran cantidad de estudios que tratan el problema de la
flexibilización de los mercados laborales, los cuales tienen como objetivo confirmar o
rechazar la hipótesis de la teoría neoclásica, la cual refiere a que mayor flexibilización del
mercado de trabajo conlleva a una disminución en las tasas de desempleo.
En términos generales, las opiniones están divididas, mientras que unos sostienen
que tal afirmación se mantiene en los hechos, para otros; esta solo ha contribuido a la
precarización de las condiciones laborales y ha aumentado la tasa de desempleo, la
informalidad, la desigualdad de ingresos y la rotación laboral.
No obstante, el nivel como los tipos de flexibilización difieren a través de las
economías, por lo que los resultados se muestran desiguales. Las condiciones específicas
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 70
de cada país y región, influyen en gran medida en la adaptabilidad de los mercados de
trabajo a las nuevas condiciones globales y en las ventajas o desventajas para los
trabajadores. Ejemplo de ello es el caso de Europa y América Latina, donde las
consecuencias de la flexibilización, para los trabajadores, no han tenido la misma
magnitud, dado que en Europa, el seguro de desempleo ha amortiguado en cierta medida
la disminución del bienestar de los individuos.
De igual forma cuando se comparan los mercados laborales de Estados Unidos y
de Europa, se puede observar que el nivel de desigualdad entre sus trabajadores está
estrechamente relacionado con el grado de flexibilidad, por lo que a pesar de los ingresos
más altos en la economía estadounidense, no ha significado que esta nación represente
un modelo exitoso de flexibilización laboral, el cual valga la pena replicar.
En este sentido, en el caso de los países escandinavos, el cual para muchos
investigadores puede ser considerado un modelo exitoso de flexibilización laboral, ha sido
difícil de replicar, dado que su logro mucho ha tenido que ver con las condiciones
inherentes a los propias naciones, por lo que para otras economías, adoptar este tipo de
esquemas resulta bastante costoso por la carga impositiva que tendrían que soportar.
En cuanto los mecanismos mediante los cuales se pueden expresar las diversas
formas de flexibilidad en los distintos mercados de trabajo, puede decirse que de acuerdo
con la revisión de literatura en Estados Unidos, ha tenido mayor importancia la polivalencia
de funciones, mientras que el caso de Europa, los contratos temporales y parciales han
sido el mecanismo de flexibilización preferido. Asimismo en América Latina se observa
una combinación de estos dos últimos junto con la disminución del salario y los demás
costos laborales no salariales (prestaciones, seguridad social, entre otros).
En Asia se ha introducido la flexibilidad numérica, especialmente mediante la
contratación temporal, asimismo se han flexibilizado los salarios y reducido la influencia
de los sindicatos, con el propósito de competir a nivel global a través de la reducción de
costos laborales, pese a las circunstancias históricas y culturales de estas naciones.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 71
Por último, es importante subrayar que no obstante, como se mencionó
anteriormente, que este tema ha sido ampliamente discutido, son pocos los trabajos que
analizan la flexibilidad por regiones, aun cuando se reconoce que las características
propias de éstas influyen directamente en los resultados de la flexibilidad laboral.
Asimismo son escasos aquellos que han basado su análisis en la construcción de índices
que permitan estudiar a detalle el nivel y el tipo de flexibilidad que exhibe cada región, y
más aún como tales mecanismos impactan en la creación de empleo, con la finalidad de
identificar la efectividad de cada uno de ellos, con miras hacia la aplicación de políticas
generadoras de empleo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 72
Capítulo 3. Mercado laboral mexicano.
Los desequilibrios macroeconómicos durante los años setenta que llevaron a reformar la
economía a principios de los ochenta, propiciaron cambios en la estructura del mercado
laboral que aunando al lento crecimiento económico, afectaron la generación de empleo.
La creciente tasa de desempleo, conllevó a que la flexibilidad del trabajo se volviera
palabra clave en los discursos acerca del cambio en las relaciones laborales e industriales
en México desde los años ochenta, con la finalidad de incrementar la competitividad del
aparato productivo y al mismo tiempo combatir la tasa de paro. Dado lo anterior, el objetivo
de este capítulo es identificar y analizar, los factores y las condiciones específicas del
mercado de trabajo mexicano, con el propósito de facilitar el entendimiento del proceso de
flexibilización del mercado laboral en México.
Para ello el capítulo se compone de cinco secciones. La primera refiere a la
descripción de las reformas estructurales que se llevaron a cabo en México a principios de
los años ochenta, en la segunda se analizan las características del mercado laboral a nivel
nacional, en la tercera se examinan los mercados laborales regionales mexicanos, en la
cuarta se presenta evidencia empírica sobre la flexibilización de las relaciones laborales y
por último tenemos las conclusiones del capítulo.
3.1 Las reformas estructurales.
Entre 1978 y 1981 la economía mexicana creció a tasas anuales superiores a 8.0 por
ciento dado el capital externo atraído por la bonanza petrolera, sin embargo, el auge
económico se vio interrumpido a partir de 1982 por la caída del precio del petróleo y el
incremento de la tasa de interés internacional, lo que llevo a la suspensión de los créditos
externos al país, manifestándose en una severa crisis fiscal y de balanza de pagos
(Samaniego, 1997).
Para revertir dicha crisis se pusieron en marcha reformas estructurales, las cuales
fueron encaminadas hacia tres puntos clave: 1) la menor participación del estado en la
economía 2) impulsar los mecanismos del mercado y 3) la apertura comercial. Asimismo,
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 73
políticas contraccionistas; a través del ajuste de los salarios reales y una política
devaluatoria, situación que predominó desde 1983 hasta 1987 (Pliego, 1997).
Las reformas abarcaron todo el ámbito económico,17 no obstante, los cambios
estructurales de mayor importancia son los concernientes a la liberación comercial y el
flujo de capitales, ya que refieren al abandono del modelo de sustitución de importaciones
por una economía abierta.
Durante el modelo de sustitución de importaciones, seguido por México entre 1950
y 1982, las transacciones comerciales con otras economías eran en su mayoría
agropecuarias y petroleras, por lo que el sector exportador era casi inexistente y la
apertura comercial buscaba revertir esto.
Tal proceso inicia en 1983 con la reducción gradual de aranceles, sin embargo, se
mantienen los permisos de importación siendo hasta el siguiente año cuando comienzan a
eliminarse ésos permisos. Aunado a lo anterior México aceleró el proceso de apertura con
el establecimiento de incentivos para el exportador con el Programa de Importación
Temporal para Producir Artículos de Exportación (PITEX) en 1985 y el Programa de
Empresas Altamente Exportadoras (ALTEX) en 1987; hechos
que condujeron a la
incorporación de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
(GATT, por sus siglas en inglés) en 1986, así como a otras negociaciones: la Asociación
Latinoamericana de Integración (ALADI) durante el mismo año, la Cuenca del Pacifico en
1988 y, el ingreso al esquema de Cooperación Económica del Pacífico Asiático (APEC) en
1989.
Paralelamente se dio la liberación financiera interna enfocada en dos aspectos
principales: 1) la liberación de la tasa de interés y 2) la racionalización del sistema de
encaje legal. Dentro de la cual también destaca la privatización bancaria llevada a cabo en
1988.
17
Para más detalle ver Clavijo (2000) y Dussel (1995).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 74
En cuanto a la apertura de cuentas de capitales hubo la necesidad de reformar la
ley de Inversión Extranjera Directa (IED) de 1973 que impedía a los foráneos invertir más
del 49.0 por ciento en petróleo, petroquímicos básicos, electricidad, ferrocarriles,
comunicaciones y transporte, explotación de recursos forestales, radio y televisión, así en
1989 entró en vigor la nueva ley, donde se amplían las actividades de participación
foránea, cubriendo ahora sólo 148 actividades en las que la IED no puede rebasar tal
porcentaje, y se fomenta la capitalización de las empresas mexicanas con inversión
foránea hasta en un 100.0 por ciento, al permitir a los extranjeros tener la totalidad del
capital en sectores autorizados; con la condición de cumplir ciertos requisitos entre los que
destacaba la creación de empleos.
No obstante, en 1993 se realizan nuevamente adecuaciones a la ley de IED, con el
fin de proporcionar el marco legal para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN).
En 1989 paralelo a la apertura de inversión extranjera directa, se inicia la liberación
de la inversión extranjera de cartera, permitiendo participar a los extranjeros, de forma
indirecta, en fidecomisos antes restringido para ellos.
Las reformas iniciadas en los años ochenta mantuvieron su continuidad en los
noventa con tres hechos importantes: 1) la promulgación de la Ley de Comercio Exterior;
que proporcionaba un marco legal para las transacciones foráneas, 2) las modificaciones a
la ley de inversión extrajera y, 3) con un conjunto de negociaciones comerciales. Éstos
tratados fueron llevados a cabo con el grupo de los tres: México, Colombia y Venezuela
(1990), el tratado de libre comercio con Chile (1991), el TLCAN en (1994), con Costa Rica
(1995), Colombia y Venezuela (1995), Bolivia (1995) y Nicaragua (1998), sin embargo, el
tratado con América del Norte, sobresale por representar un mayor desempeño exportador
y atracción de inversión extranjera directa para México.
Por otra parte, la desincorporación de empresas paraestatales llevada a cabo por el
Estado, se inició durante la primera mitad de los ochenta, y ésta se produjo bajo la forma
de liquidación, fusión, transferencia y venta. Básicamente el proceso se dio entre 1989 y
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 75
1993. Así, en 1983 el estado administraba 1,155 empresas y para 1998 solo tenía 231.
Cabe destacar que la tercera parte de la desincorporación fue a través de venta.
En este sentido, el Plan Nacional de Desarrollo (1989-1994) plasma el abandono
del modelo de sustitución de importaciones por un modelo orientado al libre mercado,
donde se definió el nuevo papel del Estado y la implementación de una reforma tributaria
que constaba de una reducción en la tasa impositiva (en particular a los productos de
consumo básico), así como de la ampliación de la base tributaria, eliminación de
gravámenes y la modernización administrativa.
Por último, como parte de las reformas realizadas en México, estuvo el
otorgamiento en 1994 de la plena autonomía al Banco de México, cuyo principal objetivo
es controlar la inflación.
En general, la entrada al GATT junto con los demás cambios estructurales llevados
a cabo en los años ochenta, marcaron el inicio de la integración de México a una
economía globalizada, la cual fue reforzada con la firma del TLCAN en 1994. Asimismo,
tales factores también significaron modificaciones en la estructura del mercado laboral del
país, y alteraciones en materia de generación de empleo. Por el lado de la oferta, esta se
vio afectada al dar respuesta a las nuevas condiciones del mercado, mientras que por el
lado de la demanda, dichos factores propiciaron variaciones en la cantidad y en las
características de los trabajadores, así como en los requerimientos regionales y
sectoriales.
En cuanto a la generación de empleo, a nivel macroeconómico, se esperaba que
dichos cambios estructurales tuvieran efectos sensibles sobre el empleo al impulsar el
crecimiento económico y la reestructuración del sistema productivo. Aunque la
privatización y la liberalización de las importaciones, tendrían efectos negativos en
términos de empleo en el corto plazo, se esperaba que la liberalización comercial debiera
impulsar el sector exportador y, por esta vía, el crecimiento y el empleo. Adicionalmente,
dado que el factor relativamente abundante en la economía es el trabajo, serían las
exportaciones intensivas en trabajo las más dinámicas. Entonces, por estas dos vías se
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 76
esperaba que en el mediando plazo se compensaría con creces la pérdida de empleo
derivada de la restructuración de la economía a través de las reformas (Fujii, 2003).
No obstante los resultados de las reformas, en términos laborales han estado muy
por debajo de las expectativas, en particular la estrategia de liberalización presentó serias
limitaciones para la generación de empleo. Aunque la inflación se redujo de tres dígitos, a
mediados de los ochenta, a menos de un 10.0 por ciento en 1994, y el déficit fiscal que
llegó a un 16.9 por ciento, en 1982, disminuyó significativamente a principios de los
noventa, la destrucción de encadenamientos “hacia delante” (dada la caída de las
inversiones) y “hacia atrás” (dada la masiva penetración de las importaciones) tuvieron un
fuerte impacto negativo en el crecimiento económico y en la creación de empleo (Fujii,
2003 y Dussel 1995).
3.2 Características del mercado laboral mexicano.
Dado lo anterior, el objetivo de este apartado es hacer un repaso de las principales
características del mercado laboral urbano de México, así como su evolución en los años
recientes, destacando aquellos elementos que guardan estrecha relación con la flexibilidad
del trabajo, que servirán de antecedentes para una mejor comprensión del tema en
cuestión.
De acuerdo con Castro (2005), durante los últimos 50 años, México se ha
caracterizado por llevar a cabo un importante proceso de urbanización, dando como
resultado que en el año 2000, tres de cada cuatro habitantes se ubicaron en localidades
mayores de 2500 habitantes, asimismo destaca que las ciudades que mayor tasa de
crecimiento urbano presentan, son las que están ubicadas en el centro y norte del país, no
obstante, la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey muestran una relativa
descentralización. Por ello, el análisis y la discusión del mercado laboral mexicano se
centran en la parte urbana del país.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 77
3.2.1. Oferta laboral.
Por el lado de la oferta, el elevado crecimiento de la población mexicana se tradujo en el
aumento de la población económicamente activa (PEA), a través de la ampliación de la
población en edad de laborar, el incremento de la participación de la mujer en el campo
laboral, y el ascenso de la fuerza laboral con mayor nivel educativo.
a) Aumento de la población económica activa.
La situación demográfica que predominaba a inicios de los años ochenta, requería generar
un millón de empleos por año con el objeto de responder a la población económicamente
activa, no obstante, únicamente se produjeron una séptima parte de lo demandado, ya
que, se crearon dos millones durante el periodo 1982-1994. Por tanto, el exceso de oferta
laboral conllevó a que se originará el desequilibrio del mercado laboral formal (López,
2000).
Por un lado, la población de 12 años y más, dentro de la población total pasó de
63.8 a 72.7 por ciento entre 1979 y 1999, y por el otro, la creciente participación de la PEA
dentro de la población de 12 años y más, aumentó de 45.5 a 56.0 por ciento, de principios
de los años ochenta al 2002 (Castro, 2005). 18 En 2003 la tasa de participación, se ubicó
ya en 58.0 por ciento, y se mantuvo en ascenso hasta el 2009 llegando a una tasa de 60.3
por ciento (INEGI, 2010).
b) Participación de la mujer.
De acuerdo con Castro (2005), el aumento de la PEA se explica fundamentalmente por la
participación más activa de la mujer en el mercado laboral; dado que mientras en 1979 la
tasa era de 21.5, dos décadas después se ubicó en 35.9 por ciento, y para el 2009, de
acuerdo con cifras de INEGI (2010) alcanzó el 37.7 por ciento (gráfica 3.1).
18
Los datos son calculados en base a la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU), 1993-2002.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 78
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1994
Participación.
Gráfica 3.1: Tasa de participación femenina, 1994-2009.
Años
Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas ENEU (1994-2004) y ENOE (2005-2009).
Mientras que la participación de la mujer va en ascenso, la de los hombres presenta
una contracción, sobre todo en los últimos tres años (gráfica 3.2), no obstante, que la
participación de este último grupo duplica la tasa de participación de las mujeres.
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
70
68
66
64
62
60
58
56
54
1994
Participación.
Gráfica 3.2: Tasa de participación masculina, 1994-2009.
Años.
Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas ENEU (1994-2004) y ENOE (2005-2009).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 79
Lo anterior nos permite constatar el importante papel que ha jugado la mujer en el
incremento de la PEA, en los últimos veinte años (gráfica 3.3).
Gráfica 3.3: Tasa de participación urbana por género, 1994-2009.
80
70
Participación
60
50
40
30
M
20
H
10
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
0
Años
Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas ENEU (1994-2004) y ENOE (2005-2009).
En este sentido, el mayor nivel educativo de la población femenina, el cambio en la
cultura a favor de la inserción de la mujer en el mercado laboral y en la sociedad, la
reducción en el número de hijos, el crecimiento de actividades económicas con un perfil
favorable para el trabajo femenino y la disminución del poder adquisitivo familiar; son
factores que han propiciado la creciente participación femenina en el mercado laboral
mexicano, sobre todo de aquellas que tienen entre 25 y 34 años de edad (Castro, 2005, y
el Instituto Nacional de la Mujer).
c) Población con mayor nivel educativo.
Como ya se menciono anteriormente, un factor importante en el incremento de la
participación de la mujer en el campo laboral ha sido el aumento de su nivel de instrucción,
aunque en general, se puede observar un aumento en el porcentaje de trabajadores con
educación superior dentro de la PEA total. La gráfica 3.4, muestra claramente una
tendencia creciente de la participación de los individuos, en el mercado laboral con mayor
educación desde 1994 hasta el 2009.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 80
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
1994
Participación.
Gráfica 3.4: Tasa de participación de trabajadores con nivel superior terminado, 1994-2009.
Años.
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Tal tendencia responde en gran medida a que durante los años noventa la
educación superior en México intentó responder a los patrones internacionales y a la
dinámica de la economía, dado el proceso de globalización en el que se encontraba
inmerso el país. De ahí que en México los responsables de la educación volcaran su
atención en la calidad y cobertura de este nivel educativo (Luengo, 2003). Asimismo, si
consideramos que la inversión en el capital humano se volvió un elemento clave para la
PEA, al representar mayores posibilidades de obtención de ingresos, una vez insertados
en el mercado laboral dada la internacionalización de la economía mexicana, la cual
premio en mayor medida al trabajador calificado.
No obstante, que México es uno de los 8 países de la OCDE, dónde el gasto en
educación ha crecido más rápido que el PIB per cápita, los logros educativos a nivel
universitario son aún muy bajos, al ubicarse en 5.0 por ciento entre las personas de 25 a
34 años de edad y en 2.0 por ciento para las de 55 a 64 años de edad. Lo anterior se
explica por un lado, a la base tan baja de la que debió partir el país, y por el otro al gasto
por estudiante que destina México a este nivel educativo, 4,341 dólares, el cual se ubica
por debajo del promedio de la OCDE, 10,052 dólares en 2004 (OCDE, 2004).
d) Jornada laboral
Durante la década de los noventa y principio de la presente, el porcentaje de población
ocupada que trabaja menos de 35 horas semanales se redujo casi cuatro puntos
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 81
porcentuales, ubicándose en 17.0 por ciento en el 2002, y del 2003 al 2009 en promedio
este representa el 12.0 por ciento. Lo anterior significa que los trabajadores que laboran
más de 35, son la mayoría (cerca del 85%, en promedio), lo que lleva a establecer que ha
habido en general un aumento en el tiempo que los mexicanos dedican al trabajo (datos
propios con base en la ENEU; 1994-2004 y en la ENOE; 2005-2009).
Uno de los argumentos del por qué los trabajadores mexicanos se han visto
obligados a laborar un mayor número de horas, refiere a la disminución del poder
adquisitivo del salario, donde para mantener el nivel previo, la población ocupada debió
aumentar la jornada laboral. Otro es que dadas las características de la oferta, esta fue
insuficiente en cantidad y calidad para hacer frente a la demanda laboral que generó la
apertura comercial (Castro, 2005).
Cabe destacar que de acuerdo con el índice de competitividad social, la Ciudad de
México es la que presenta los índices más bajos en intensidad laboral (proporción de la
población que trabaja entre 25 y 48 horas a la semana) en comparación con las ciudades
de Guadalajara y Monterrey. No obstante, Saltillo representa la ciudad con la tasa más
baja de intensidad laboral (PNUD, 2007)
3.2.2 Demanda laboral.
Ante la reestructuración en los patrones macroeconómicos se presenta la creciente
necesidad de cambiar las estructuras de organización industrial imperantes durante el
modelo de sustitución de importaciones, que aunado a la creciente PEA, dio como
resultado el aumento del empleo terciario y de la informalidad en el país.
a) Tercerización del empleo.
Particularmente la liberación de los flujos de inversión y la creciente población, son los
factores que dieron origen al incremento de las actividades terciarias; sobre todo en las
regiones del centro, ya que en las regiones fronterizas ganan preponderancia las
actividades secundarias gracias a las ventajas que representa la liberación de la
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 82
economía, que dieron como resultado una relocalización de actividades industriales en la
región de la frontera México-Estados Unidos (Hanson, 1994).
La terciarización del empleo en México ha sido significativa desde 1970, sobre todo
desde 1982, en virtud de la expulsión de fuerza de trabajo en el sector manufacturero de
1982 a 1992, de ahí que en el nuevo contexto de apertura el sector manufacturero (que es
también el motor del crecimiento económico), no ha sido capaz de generar los empleos
necesarios desde 1987, en consecuencia, en este período el empleo creado ha sido de
menor calidad, productividad y remuneración (Chávez, 2008)
En la gráfica 3.5 se puede observar que el 61.5 por ciento de los trabajadores se
encuentran realizando actividades terciarias, durante el periodo de 1994-2009, mientras
que aquellos que laboran en actividades secundarias apenas representa el 21.5 por ciento
del total de los trabajadores, quedando claro que el empleo terciario se ha expandido a
costa del sector industrial.
Cuadro 3.5: Trabajadores, por actividad económica, 1994-2009.
Agropecuario,
Silvicultura y
Pesca.
1.0%
Minería
0.6%
Manufacturas
21.5%
Actividades
Terciarias
61.5%
Construcción
7.9%
Electricidad
0.8%
Transporte
6.7%
Fuente: elaboración propia con base en la ENEU, 1994-2004 y la ENOE 2005-2009.
*Tal porcentaje representa el promedio de 1994-2009.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 83
El crecimiento sostenido que tuvieron las actividades terciarias, desde los noventa, se
vio interrumpido en 2005 para el caso del sector de Comercio, no obstante, aún conserva
un gran peso en la economía mexicana (ver gráfica 3.6).
Gráfica 3.6: Tasa de participación de los trabajadores en actividades de Comercio y
Servicios, 1994-2009.
45
40
Porcentaje.
35
30
25
20
15
10
5
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
0
Años.
Comercio, restaurantes y hoteles
Servicios comunales y sociales
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
La mayor presencia del sector Comercio y Servicios en la economía de México, puede
ser motivo de satisfacción si los nuevos empleos son en cantidad y calidad suficiente para
absorber la oferta laboral dentro del mercado laboral formal; sin embargo, de acuerdo a
Rendón (1999) este proceso ha dado lugar a un inusitado crecimiento de actividades de
pequeña escala, de trabajo no asalariado, e inestable, sobre todo en el comercio y en
determinados servicios como la preparación de alimentos, las actividades de reparación y
el transporte. Asimismo, la venta ambulante y las actividades de servicios, son una de las
expresiones más visibles de la precarización del empleo.
Asimismo, destaca que aproximadamente el 30.0 por ciento del empleo en estos dos
sectores se concentra en el Distrito Federal y Estado de México (Rendon, 1999).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 84
b) El empleo informal.
La escasa generación de empleos se reflejó también en un aumento del empleo informal,
“en éste sector se ubican los grupos de trabajadores que laboran en ocupaciones
inestables y poco tecnificadas, con predominio de trabajo por su cuenta o en unidades
muy pequeñas, por lo regular de carácter familiar, no organizadas formalmente. Estas
actividades se concentran en el comercio y los servicios, sectores que agrupan a más de
80.0 por ciento de la ocupación del sector informal” (Samaniego 1997: 65).19
Las barreras de entrada al sector formal y el exceso de la oferta de mano de obra
no calificada, causaron un aumento en las ocupaciones dentro del informal (sobre todo en
servicios), lo que conllevó a una caída en el salario de ésta fuerza laboral. A pesar de que
el nivel de empleo en el sector informal presentó incrementos desde 1980, éste ha
funcionado como amortiguador de las presiones del mercado laboral, lo que ha permitido
una baja tasa de desempleo.
De acuerdo con datos de las encuestas ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009),
se procedió a calcular la tasa de ocupación urbana en el sector informal, con base en el
criterio de ILO (2001), el cual considera a los trabajadores por su cuenta, excluyendo a los
profesionistas y técnicos, que se encuentran laborando en establecimientos con menos de
5 trabajadores. Dado lo anterior, en la siguiente grafica se muestra su evolución en el
tiempo, en la cual podemos observar una pequeña caída de 1996 a1997, aunque a partir
del 2001 de nuevo se incrementa para caer en el 2006, y a partir del 2007 se mantiene en
ascenso hasta el 2009.
19
No obstante, esta definición, la cual fue utilizada por el Director General de la Organización Internacional del Trabajo
en 1991, ha evolucionado a partir de la Conferencia Internacional del Trabajo de 2002, en donde se remplazó el término
“sector informal” por el concepto más amplio de “economía informal”, la cual hace referencia al conjunto de actividades
económicas desarrolladas por los trabajadores y las unidades económicas, que tanto en la legislación como en la
práctica, están insuficientemente contempladas por sistemas formales o no lo están en absoluto, es decir, en este nuevo
concepto se incluye a varios sectores de trabajadores que no están sujetos a la legislación del trabajo,
independientemente si se desempeñan en el sector formal o informal de la economía, como por ejemplo trabajadores
precarios y empleos que no están registrados(OIT, 2002).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 85
Gráfica 3.7: Tasa de ocupación urbana en el sector informal, 1994-2009.
Tasa de participación
46.0
45.0
44.0
43.0
42.0
41.0
40.0
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
39.0
Años
sector informal
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
De acuerdo con Aguilar (2010), con datos también de la ENEU y mediante la
construcción de cadenas de Markov, encuentra que efectivamente en México, los niveles
de informalidad (expresada a través de la subcontratación y microempresas), en general,
están vinculados al ciclo económico, lo cual es explicado en buena parte por su
componente coyuntural, ya que las crisis económicas sin duda resultan ser una barrera
franca a la formalización de microempresarios informales involuntarios, además que las
probabilidades de ubicarse en la formalidad a partir de la informalidad son menores
cuando el origen es el desempleo.
Si bien es cierto que la informalidad representa gran parte del empleo urbano en
México (cerca del 44.0% en el 2009),20 también lo es que dentro de este sector las
mujeres tienen mayor participación (INEGI 2010 y Chávez, 2008).
20
Aunque de acuerdo con datos de la OIT, la cifra llega hasta 62%, considerando el nuevo criterio de informalidad
(economía informal).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 86
No obstante lo anterior, Maloney (2002) vislumbra un enfoque alternativo del
fenómeno de la informalidad, para el caso de México, en el cual identifica como otra fuente
del aumento de tal fenómeno a la mejor opción que tienen las personas de obtener un
mayor ingreso como trabajadores por su cuenta en dicha situación, que como asalariados
en el sector formal, por lo que sugiere que el sector informal no únicamente lo compone la
fuerza laboral menos capacitada sino también los trabajadores con educación superior y
que además este tipo de informalidad es temporal, ya que una vez que el negocio
inicialmente pequeño crezca y genere mayores utilidades, le permitirá entonces cumplir
con las obligaciones fiscales y por tanto ingresar al sector formal.
Aunque, para algunos trabajadores informales su aspiración no es precisamente
incorporarse a la formalidad, dado que bajo este esquema laboral, los rendimientos
resultan ser mayores.
3.2.3. Salarios y desempleo.
a) Salarios.
Como ya se menciono anteriormente, uno de los objetivos de la política económica, que
ha estado presente desde 1982, es la estabilidad macroeconómica como prioridad
fundamental; destacando principalmente, el control de la inflación.
Por lo que, en virtud de los altos índices de inflación a principios de los años
ochenta no eran posibles nuevas emisiones monetarias, se aplicó la medida táctica de
congelación salarial, acompañada de la disminución de los subsidios para la alimentación
básica y de los servicios sociales. En 1987 se instituyó el Pacto de Solidaridad Económica
(PSE) como un acuerdo tripartito entre la elite empresarial, las organizaciones sindicales y
el gobierno, destinado a disminuir la inflación por medio de las reducciones salariales y los
controles de los precios (Cuijpers y Fernández, 1995).
De ahí que los incrementos salariales
han
sido
generalmente
menores
al
aumento de la inflación, originando una pérdida del poder adquisitivo del salario, a
pesar del precario incremento del salario nominal, siempre en función de la inflación
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 87
esperada. Por ello, el salario mínimo disminuyó en un 80.0 por ciento en el período de
1988-1991 (Cuijpers y Fernández 1995).
No obstante, que la Ley Federal del Trabajo en su artículo 90 señala que el salario
mínimo es la cantidad menor que debe recibir en efectivo el trabajador por los servicios
prestados en una jornada de trabajo y, que éste deberá ser suficiente para satisfacer las
necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural y, para
proveer a la educación obligatoria de los hijos. Asimismo en el artículo 92, señala que
los salarios mínimos generales regirán para todos los trabajadores del área o áreas
geográficas de aplicación que se
determinen, independientemente de las ramas de
actividad económica, profesiones, oficios o trabajos especiales
Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la consolidación
del modelo exportador, en las empresas industriales competitivas, la determinación salarial
se define fundamentalmente a nivel de planta, sobre la base de esquemas de
productividad y con decreciente presencia
sindical. Mientras que en los
sectores
comercio, servicios e industria no competitiva, los salarios se establecen a nivel
empresa, sin embargo, los factores de oferta y demanda juegan un papel más importante
en la fijación salarial.
Siguiendo la idea, Castro (2005) señala que a partir de la distribución porcentual de
la población urbana ocupada por nivel de ingreso, expresada en salarios mínimos, durante
el periodo 1992-2003, se puede establecer que la participación porcentual de los
diferentes tramos de ingreso presentan variaciones importantes durante el periodo, y que
el comportamiento de la distribución del ingreso está relacionado con la evolución de la
economía, dado que especialmente el periodo de crisis 1994-1995, se aprecia que los
tramos que comprenden menor ingreso ganaron mayor participación, mientras que en la
etapa de recuperación éstos ceden terreno a los niveles superiores (más de 2 y hasta 5
salarios mínimos, y más de 5).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 88
Asimismo, el autor coincide con Cuijpers y Fernández (1995), al señalar que con
base en el análisis del salario mínimo general, durante el periodo 1987-2002, existe un
importante deterioro de este tipo de remuneración laboral.
No obstante, este deterioro es generalizado, cuando se observa por actividad
económica, se puede notar que ha sido más enfatizado en unos sectores que en otros. Al
respecto, en el siguiente cuadro se pueden observar las variaciones en la distribución del
ingreso por actividad; mientras que en la rama de Electricidad y agua, seguida de
Transportes y comunicaciones son las que ofrecen un salario en promedio más alto, la
Agropecuaria, Construcción y Comercio son las de menor salario.
Cuadro 3.1: Salario mínimo de cotización al IMSS, por rama de actividad,
2007-2009 (precios corrientes).
2007
2008
2009
Agropecuaria
118.15
123.18
126.82
Industrias extractivas
266.00
295.40
338.35
Industrias de transformación
213.24
227.78
239.80
Construcción
167.15
174.72
177.22
Electricidad y agua.
464.22
492.26
517.21
Comercio
183.77
193.21
201.55
Transportes y comunicaciones
270.84
281.62
293.20
Servicios financieros
212.18
221.50
221.79
234.52
228.92
247.60
Actividad Económica
Servicios sociales y comunales
Fuente: Secretaria del Trabajo y Previsión Social, con datos del IMSS.
Lo anterior sugiere que no existe rigidez salarial en el mercado laboral mexicano,
dado que el ingreso laboral se ha utilizado como un mecanismo anti- inflacionario, y los
trabajadores parecen estar acostumbrados a bajos salarios, sin embargo, esto se debe
tomar como una primera aproximación.
b) Desempleo.
En México no se ha presentado un drástico aumento en las tasas de desempleo abierto
(total) durante el proceso de ajuste, de hecho nunca ha llegado al 7.0 por ciento en el
período de 1982-2009, según se desprende de los datos de INEGI.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 89
Durante la crisis de mediados de los noventa, es cuando se observa un aumento
más alto en la tasa desocupación total, no obstante, esta se ubica en 6.2 y 6.4 por ciento
en 1995 y 1996, y a partir de 1997 esta desciende hasta el 2009, cuando de nuevo se
ubica en 6.7 por ciento (gráfica 3.8). Asimismo, se puede apreciar una mayor tasa de paro
para las mujeres en comparación a los hombres, aunque su comportamiento es similar al
desempleo total.
Tasa de desempleo
Gráfica 3.8: Tasa de desocupación urbana, 1982-2009.
9.0
8.0
7.0
6.0
5.0
4.0
3.0
2.0
1.0
0.0
Total
Hombres
Mujeres
1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009
Años
Fuente: Elaboración propia, con cifras de INEGI (2010)
Nota: La información de 1982 corresponde a tres ciudades (México, Monterrey, y
Guadalajara. A partir de 1983, los datos corresponden a 12 ciudades, y a partir de 1986, la
información cubre 16 zonas. A partir de 1990 se construye con el Anuario Estadístico de
INEGI (2000) y de 1996 con datos de ocupación y empleo urbano, INEGI (2010).
Lo anterior se explica por un lado, debido al creciente sector informal que registra la
economía mexicana y por el otro a la no existencia de un seguro de desempleo, que hace
difícil permanecer desocupado por largo tiempo, sobre todo en periodos de ingresos reales
decrecientes.
En este sentido Hernandez Laos (2004), señala que el mantenimiento de los altos
niveles de empleo se ha dado en las últimas décadas a través de la notable flexibilidad de
los salarios reales a la baja, lo que permitió preservar el empleo formal aún en los años
más críticos.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 90
3.2.4 Características de la ocupación.
De 1993 al 2003, ha aumentado el número de trabajadores que laboran por cuenta propia,
no obstante, que los asalariados en el mercado laboral urbano representan cerca del 70.0
por ciento del total de los trabajadores (Castro, 2005 y Morales, 2006), y al parecer la
tendencia continúa, ya que de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMMS), los trabajadores permanentes (asalariados) han disminuido en un 3.5 por ciento
entre el 2008 y el 2009.
Por otro lado, las prestaciones laborales también se han visto disminuidas durante
el periodo 1987-2004, dado que en promedio 45 de cada 100 trabajadores de las zonas
urbanas estan ocupados sin prestaciones (vacaciones y aguinaldo) asimismo se observa
que la crisis del 1994-1995 agudizó la tendencia (Morales, 2006). De acuerdo con Fujii
(2003) en la decada de los noventa este grupo de la población ascendió al 60 por ciento
de los ocupados, además se subraya que este problema no excluye a los asalariados,
dado que el 40 por ciento de los que trabajan por un salario tampoco gozan de
prestaciones.
Ahora bien con respecto a la filiación sindical, se registra una caída particularmente
en los años noventa; dado que las nuevas relaciones laborales, han propiciado la
disminución de los contratos colectivos, lo que a su vez ha reducido el poder de
negociación de los trabajadores, asimismo destaca la creación de una nueva cultura
sindical a favor de los intereses de los empresarios, mediante la aparición de la categoría
de Comité de Empresa, como órgano diferente de los sindicatos y que el proyecto de
hecho los sustituye como firmantes de convenios de trabajo, vigilantes de los mismos y
por ser quienes declaran las huelgas, es decir, los sindicatos quedan reducidos a una
suerte de corrientes de libre afiliación que pueden participar con planillas en las elecciones
de Comités de Empresa, pero no representan como tales a los trabajadores en las
negociones colectivas (De la Garza, 2000 y Chávez, 2008).
En suma, se puede decir que el mercado laboral mexicano en las últimas dos
décadas se ha caracterizado por un alto dinamismo de la oferta laboral, como
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 91
consecuencia del incremento de la población en edad de laborar, la mayor participación de
la mujer en el mercado de trabajo y el aumento de tasa de escolaridad, que aunado a la
insuficiente generación de empleo formal, conllevó al aumento de la participación de la
PEA en actividades terciarias, así como del empleo informal.
Por otra parte, la pobre evolución salarial, el aumento de trabajadores por su
cuenta, la caída de los trabajadores permanentes, así como de las prestaciones y de la
filiación sindical, permiten establecer que el mercado laboral mexicano durante las últimas
dos décadas muestra mayor flexibilidad, en respuesta a las nuevas condiciones
económicas que vive el país, aún y cuando no se haya modificado la Ley Federal del
Trabajo.
No obstante lo anterior, es necesario reconocer que el mercado opera en un
contexto espacial determinado, así aunque puede hablarse de un mercado laboral a
escala nacional, éste en los hechos está compuesto por una diversidad de mercados de
trabajo de carácter local relativamente diferenciados, con algunas características propias y
cuya operación se traduce en patrones diversos de funcionalidad. Por tanto, para los
hacedores de política económica, resulta importante la generación de información
apropiada para formulación y aplicación de políticas eficaces que permitan el buen
funcionamiento del mercado laboral, mediante la detección de dichas particularidades
locales.
3.3 Análisis regional.
En relación a lo anterior, los mercados laborales locales pueden ser analizados con fines
analíticos, mediante la consideración de dimensiones regionales, sin embargo, el término
de región es más complejo de lo que se piensa dado que no existe un consenso sobre
éste y por tanto su definición se encuentra relacionada con objetivos funcionales. Dado lo
anterior, con el objeto de identificar y analizar las características de los mercados laborales
regionales, el presente apartado tiene como finalidad principal comprender el término de
región así como los diferentes criterios para regionalizar, permitiendo así la delimitación
del territorio de la forma más adecuada para la investigación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 92
3.3.1 Definición de región.
Cuando se tiene en mente realizar una investigación con carácter regional es primordial
tener claro los elementos que nos permitan tener una viable regionalización del país, la
cual generalmente consiste en la división del espacio en regiones continuas útiles al
momento de realizar análisis en relación a las mismas o bien para tomar decisiones en
relación a su comportamiento. Por tanto, resulta importante realizar una pequeña revisión
teórica sobre el concepto de región.
Dado lo anterior Blair (1990) define como una región a la parte de un área. No
obstante, señala en la práctica es como un camaleón, ya que esta puede tomar diferentes
significados dependiendo del contexto. Por su parte Ferreira (1998) argumenta que una
región es un subespacio nacional continuo considerando subsistemas inter-relacionados e
influenciados recíprocamente.
De acuerdo con la revisión hecha en Ferreira (1998), el autor coincide con Blair
(1990) en que la delimitación de una región es como un discurso de palabras sobre el
significado de ésta y que tal delimitación no pasa de ser un ejercicio académico en función
a un propósito específico determinado.
De igual forma, Isard (1990) señala que región puede ser un concepto abstracto de
una realidad concreta. Dado lo anterior Ferreira (1998) revela que muchos estudiosos
coinciden en que el concepto de región depende del problema particular a ser examinado.
Sin embargo, el autor también señala que existe otro enfoque sobre el concepto de región,
y es aquel que hace referencia al mejor conjunto posible para varias finalidades que sean
relevantes para todos los problemas espaciales y regiones.
Y que estas dos propuestas aunque pueden ser antagónicas de hecho son
complementarias. Una desde el punto de vista práctico u operacional, y la otra en cuanto a
la contemplación sobre lo que les preocupa en general a la sociedad.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 93
Asimismo Ferreira (1998) señala que un aspecto importante a resaltar del concepto
región es que debe ser dinámico, por la estructura interna de las regiones, que condiciona
a extensiones de sus áreas, y se modifican con el tiempo.
Por su parte Richarson (1986:14) hace referencia a una región como un área dentro
de la comunidad nacional con una estructura suficientemente completa para que opere
con independencia y mantenga estrechos lazos con la economía en relación con casi
todos los problemas prácticos.
No obstante, Richarsond (1986) y Temple (1994), de igual forma concuerdan con
los autores anteriores, en que definir la región de manera inequívoca es imposible, por lo
que la decisión tiene que depender en gran medida de los objetivos de la investigación.
Dado lo anterior, Richarson (1986) menciona que la mayoría de los economistas
regionales prefieren eludir la tarea de regionalizar y se escudan en consideraciones de tipo
político o por la disponibilidad de datos y por tanto, se ven obligados a trabajar con
regiones administrativas. En este sentido, Temple (1994) sugiere que la definición de una
región es esencialmente compleja cualitativamente en muchos aspectos, ya que esta
puede ser influenciada por la convención y costumbre al igual que la conveniencia
administrativa o incluso algunas veces por la cohesión económica.
Resumiendo, tenemos que en realidad no existe un consenso sobre el concepto de
región, dado que su definición es compleja y muchas veces influida por costumbres,
cohesión económica o conveniencia administrativa. Por lo tanto, este va a depender en
gran medida del objetivo de estudio por parte del investigador.
Asimismo se asume que la región es un área más pequeña y dentro de un país
pero es un área más grande que una ciudad. Sin embargo el área geográfica apropiada
para el análisis dependerá de la naturaleza y extensión espacial.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 94
3.3.2 Criterios de regionalización.
Richarsond (1986) señala que no es fácil delimitar regiones, como ya se había
mencionado anteriormente. No obstante, los criterios que se utilicen, ya sean económicos,
administrativos, históricos o de otro tipo, no existen metodologías satisfactorias. Por tanto,
son inevitables las discusiones entre economistas y planificadores sobre si unas fronteras
específicas son las apropiadas o no.
Siguiendo
ésta
idea,
en
México
las
regiones
económicas
se
definen
primordialmente con base en el criterio político de la división por entidades federativas. No
obstante, las fronteras políticas que delimitan a las entidades federativas no constituyen
necesariamente un buen criterio de regionalización económica, ya que en muchos casos
la actividad económica interna muestra rasgos de desarticulación tan grandes que sus
regiones se relacionan preferentemente con las de otros estados, conllevando esto a
hacer difícil la planeación y la integración efectiva del territorio mexicano (Bendesky 1994).
Por su parte Temple
(1994) menciona que las regiones dentro de la nación,
algunas veces tienen sus propias y claras identidades culturales, lo que hace fácil su
delimitación.
Con base en lo anterior, podemos darnos cuenta que no es posible definir regiones
de manera satisfactoria, por lo que se plantea un dilema al analista regional. ¿Cómo se
decide entonces, cuáles son los instrumentos y las metodologías más apropiados para
regionalizar?
Obviamente cada regionalización responde a los intereses de la investigación
realizada por cada uno de los académicos, así como los instrumentos y metodologías
empleados, tal y como lo podemos apreciar en los siguientes criterios de regionalización.
a) Regionalización de Bassols Batalla (1970).
Para este autor, la región económica es “un área geográfica identificable, caracterizada
por una estructura particular de sus actividades, con referencia a un conjunto de
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 95
condiciones asociadas físicas y/o biológicas y/o sociales que presentan un alto grado de
homogeneidad y que mantiene un cierto tipo de relaciones internas y con el exterior”
(Bassols, 1970:345). Por lo que utilizando esta definición divide el país en ocho regiones,
las cuales son:

Región Noroeste: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Nayarit.

Región Norte: Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí.

Región Noreste: Nuevo León y Tamaulipas.

Región Centro Occidente: Jalisco, Aguascalientes, Colima, Michoacán, y Guanajuato.

Región Centro Este: Querétaro, Estado de México, Distrito Federal, Morelos, Hidalgo,
Tlaxcala y Puebla.

Región Sur: Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

Región Oriente: Veracruz y Tabasco.

Región Península de Yucatán: Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Los criterios utilizados por este autor para realizar esta regionalización fueron los
siguientes: 1) especialización dentro de un conjunto de actividades diversas, y la
especialización con respecto al comercio exterior; 2) influencia de la población, por su
densidad y trabajo productivo; 3) redes de comunicación y transporte; 4) condiciones
naturales; 5) el grado de desarrollo en general, medido a través de un índice de bienestar
y 6) conocimiento de factores socioeconómicos de cada entidad. Por tanto para el autor, el
grupo de criterios para realizar una regionalización son la continuidad y la homogeneidad
relativa.
b) Regionalización de Luis Unikel (1976)
Para Unikel, las grandes diferencias regionales de México son fáciles de observar aunque
su medición resulte complicada desde un punto de vista metodológico. Por lo que divide al
país en ocho regiones:

Región Noreste: Baja California Norte, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora.

Región Norte: Coahuila, Chihuahua, Durango y Nuevo León.

Región Golfo: Tamaulipas y Veracruz.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 96

Región Centro Norte: Aguascalientes, San Luis Potosí y Zacatecas.

Región Centro Oeste: Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán.

Región Centro: Hidalgo, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala.

Región Valle de México: Distrito Federal y Estado de México.

Región Sur-sureste: Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Campeche, Tabasco, Quintana Roo y
Yucatán.
Cabe destacar que el autor fue quien realizó la primera delimitación sistemática de
zonas metropolitanas en México, identificando doce zonas metropolitanas alrededor de
otras tantas ciudades mayores de 100 mil habitantes para 1960 y actualizó la delimitación
de la zona metropolitana de la ciudad de México para 1970.
Para Unikel (1976: 118) una zona metropolitana es “la extensión territorial que incluye
a la unidad político-administrativa que contiene a la ciudad central, y a las unidades
político-administrativas contiguas a ésta que tienen características urbanas, tales como
sitios de trabajo o lugares de residencia de trabajadores dedicados a actividades no
agrícolas, y que mantienen una interrelación socioeconómica directa, constante e intensa
con la ciudad central y viceversa”
c) Un clásico de la urbanización en México: Gustavo Garza (1976).
De acuerdo con este autor la mejor regionalización en el estudio urbano es la que sigue:

Región I (Noreste): Baja California Norte, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y
Sonora.

Región II (Norte): Coahuila, Chihuahua, Durango, San Luís Potosí y Zacatecas.

Región III (Noreste): Tamaulipas y Nuevo León.

Región IV (Centro oeste): Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán.

Región V (Centro este): Distrito Federal, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla,
Querétaro y Tlaxcala.

Región VI (Sur): Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 97

Región VII (Este): Tabasco y Veracruz.

Región VIII (Peninsular): Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
d) El análisis de Hiernaux (1995).
El autor ofrece nueve regiones en su estudio sobre los cambios territoriales en México.
Las regiones propuestas son: a)Región Noreste: Baja California Norte, Baja California Sur,
Sinaloa y Sonora; b) Región Norte: Chihuahua y Coahuila; c)Región Noreste: Nuevo León
y Tamaulipas; d)Región Centro Norte: Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, San Luis
Potosí y Zacatecas; e)Región Costa de Golfo: Tabasco y Veracruz; f)Región Occidente:
Colima, Jalisco, Michoacán y Nayarit; g)Región Centro: Distrito Federal, Hidalgo, Estado
de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala; h) Región Pacifico Sur: Chiapas, Guerrero y
Oaxaca y i) Región Península de Yucatán: Campeche, Quintana Roo y Yucatán.
e) La territorialidad mexicana en la investigación de Ruiz Duran (1999).
Ruiz realiza una regionalización económica del país utilizando para ello coeficientes de
localización (en su trabajo se usan como sinónimo de índice de especialización), lo que le
permitió agrupar a las entidades federativas de acuerdo a su nivel de especialización en
los siguientes grupos:

Región Frontera: Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y
Tamaulipas.

Región Reconversión Industrial: Jalisco, Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato, San
Luis Potosí.

Región DF y su Entorno: Distrito Federal, Puebla, Morelos, Estado de México, Tlaxcala
e Hidalgo.

Región Estados Petroleros: Veracruz, Tabasco y Campeche.

Región estados del Sur: Guerrero, Oaxaca y Chiapas.

Región estados de Materias Primas: Sinaloa, Nayarit, Durango, Michoacán, Colima y
Zacatecas.

Región estados Turísticos: Yucatán, Quintana Roo y Baja California Sur.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 98
Tal regionalización tiene la limitante de que no considera la cercanía geográfica, con lo
cual hace que tenga regiones que no respetan los limites espaciales, solo se guían por un
criterio de especialización productiva.
f) El enfoque de Mesoregiones del Gobierno Federal (2001).
De acuerdo a lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 de la
administración pública federal, la mejor regionalización económica es a través de cinco
mesoregiones que toman en cuenta, según sus autores, “la orografía diversa, la vocación
y el perfil económico de cada entidad”, (PND 2001-2006).
Dichas mesoregiones son las siguientes:

Sur-sureste: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco,
Veracruz y Yucatán.

Centro-occidente: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit,
Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas.

Centro país: Hidalgo, Distrito Federal, Estado de México, Morelos, Puebla, Querétaro y
Tlaxcala.

Noreste: Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León y Tamaulipas.

Noroeste. Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora.
Como se puede observar en la lista, algunas entidades están incluidas en dos
mesoregiones, la razón de esto, es que de acuerdo con el documento analizado, estas
entidades representan enlaces entre regiones. Por tanto, la regionalización presentada por
el gobierno federal en el Plan Nacional de Desarrollo esta diseñada, exclusivamente con el
fin de satisfacer un criterio de planeación gubernamental y asignación de recursos
públicos.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 99
g) Regionalización desde una óptica urbana: Jaime Sobrino (2003).
En su estudio de “Zonas metropolitanas de México en el 2000: conformación territorial y
movilidad de la población ocupada”,
propone una delimitación de las zonas
metropolitanas del país, donde utiliza como criterios básicos el carácter urbano del
municipio y los viajes intermunicipales por motivo de trabajo, captados en la muestra del
XII Censo General de Población y Vivienda 2000; y como criterios complementarios, la
dinámica demográfica y la importancia económica del municipio. Con estos criterios
identifica un total de 48 zonas metropolitanas, cuya población en conjunto representaba
casi la mitad de la población nacional en el año 2000.
Dado lo anterior con base en su crecimiento poblacional, en el grado de
urbanización y en el PIB per cápita durante el periodo 1980-2000, las entidades
federativas las agrupa en seis regiones, mismas que el autor utiliza en su estudio de la
dinámica urbana. Estas regiones son: 1)Frontera Norte (Baja California Norte, Baja
California Sur, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas); 2) Norte
(Durango, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas); 3) Occidente (Aguascalientes,
Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán); 4) Centro (Hidalgo, Estado de México, Morelos,
Puebla, Querétaro y Tlaxcala); 5)Valle de México y 6) Sur y Sureste (Campeche, Chiapas,
Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán).
h) Delimitación de Zonas Metropolitanas en México: CONAPO, INEGI y SEDESOL
(2004).
Al igual que en Unikel (1976) y Sobrino (2003), en este documento el objeto de estudio es
la
delimitación de zonas urbanas. En él se señala que la apertura comercial y la
restructuración económica están teniendo como resultado una localización más
diversificada de las actividades productivas en el territorio nacional, con la consecuente
emergencia de nuevas tendencias en la distribución poblacional y en la expansión e
interacción de las ciudades.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 100
Por lo que un número importante de las ciudades de México rebasan hoy los límites
del municipio que originalmente las contuvo y se han extendido sobre las circunscripciones
vecinas. En otros casos, ciudades situadas en municipios contiguos han establecido en su
crecimiento contacto físico, dando lugar a “conurbaciones”. Asimismo, existen ciudades de
municipios vecinos que mantienen una intensa relación socioeconómica entre ellas sin que
necesariamente medie una continuidad urbanística. En todas estas situaciones, el común
denominador es un conglomerado urbano, una zona metropolitana, cuya extensión y
funcionamiento involucra dos o más circunscripciones político-administrativas.
Dado lo anterior las zonas metropolitanas son los elementos de mayor jerarquía del
sistema urbano nacional, ya que en ellas se genera 71 por ciento del producto interno
bruto del país y tienen el potencial de incidir favorablemente en el desarrollo económico y
social de sus respectivas regiones.
En este sentido, la presente propuesta de delimitación adopta una definición de
zona metropolitana “como el conjunto de dos o más municipios donde se localiza una
ciudad de 50 mil o más habitantes, cuya área urbana, funciones y actividades rebasan el
límite del municipio que originalmente la contenía, incorporando como parte de sí misma o
de su área de influencia directa a municipios vecinos, predominantemente urbanos, con
los que mantiene un alto grado de integración socioeconómica” (CONAPO, INEGI y
SEDESOL 2004: 17).
Dado lo anterior se identificaron 55 zonas metropolitanas: Aguascalientes, Tijuana,
Monclova,
Piedras Negras,
Saltillo, Laguna,
Colima,
Tecomán, Tuxtla Gutiérrez,
Chihuahua Juárez, Valle de México, Moreleón, León, San Francisco de León, Acapulco,
Pachuca, Tulancingo, Tula, Guadalajara, Ocotlán, Puerto Vallarta Toluca, Zamora, La
Piedad, Morelia, Cuautla, Cuernavaca, Tepic, Monterrey, Oaxaca, Puebla, San Martin
Texmelucan, Querétaro, Cancún, Río Verde, San Luis Potosí, Guaymas, Villahermosa,
Tampico,
Matamoros,
Nuevo
Laredo,
Reynosa, Apizaco,
Coatzacoalcos, Minatitlán, Córdoba, Xalapa, Orizaba, Poza Rica,
Zacatecas.
Tlaxcala,
Acayucán,
Veracruz, Mérida y
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 101
Resumiendo tenemos que la regionalización económica de un país y con mayor
razón para el caso mexicano, es una división del espacio que tiene que actualizarse
permanentemente, de acuerdo con los cambios y avances que el país y sus estados
presentan, una regionalización económica viable en un periodo t no necesariamente es
viable en un periodo t+n debido a los cambios que sufren los factores considerados.
Además la forma en la que se definen estas regiones y la determinación de los
elementos más destacados a tomar en cuenta para regionalizar debe concordar con las
características propias de cada caso particular, ya que no existe un criterio general que
pueda ser usado para todos los casos de regionalización económica, por lo que es posible
hallar, tantas divisiones regionales, como criterios e intereses se tengan.
No obstante, podemos observar que a pesar de la diversidad señalada y de los
criterios en que se basaron las diferentes regionalizaciones, existe un consenso en
relación a que una región debe ser un espacio geográfico continúo con un máximo de
homogeneidad interna, donde el concepto de homogeneidad es definido con diversos
indicadores. Si las características de continuidad y homogeneidad, le agregamos las
limitaciones estadísticas existentes en México y las de tipo político-administrativo de la
división por estados, se generan cuatro elementos que podrían definir el concepto de
región para nuestra investigación:
La región es un espacio geográfico concreto donde las personas llevan actividad
económica, social y política, compuesta por una o más ciudades cercanas, cuya
igualdad entre ellas es mayor que la observada con otras ciudades aledañas.
Tomando en cuenta lo anterior, el criterio de regionalización para el análisis de ésta
investigación, se basa en zonas metropolitanas, retomadas de la Encuesta Nacional de
Empleo Urbano 1994-2004 y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (con un total
de 28 ciudades), dado que lo que nos interesa es observar los mercados laborales más
dinámicos así como su comportamiento por sectores. No obstante, con el fin de hacer más
operativo su manejo e identificación de las tendencias generales, procedimos agrupando
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 102
ciudades de acuerdo a su coeficiente de especialización productiva,21 tal y como lo hace
Ruíz (1999).
Cuadro 3.2: Regiones urbanas de México, 1994-2009.
Regiones
Frontera
Centro
DF y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Tijuana
Guadalajara
México
Veracruz
Acapulco
Culiacán
Hermosillo
Aguascalientes
Puebla
Villahermosa
Oaxaca
Tepic
Chihuahua
León
Toluca
Campeche
Tuxtla Gutiérrez
Durango
Monterrey
San Luis Potosí
Cuernavaca
Mérida
Zacatecas
Tampico
Querétaro
Saltillo
Morelia
Colima
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
De esta manera, se espera que el criterio de regionalización nos permita analizar
las características y el funcionamiento de los mercados laborales en regiones más o
menos homogéneas.
3.3.3 Características de los mercados laborales regionales.
En términos generales se encuentra que el funcionamiento del mercado laboral a escala
nacional se replica en las diversas regiones del país, pero con algunas peculiaridades
especificas que los caracterizan.
Por tanto, al igual que lo referido a escala nacional los mercados regionales de
trabajo del país se caracterizan sin excepción por una acelerada expansión de la fuerza de
trabajo, en donde tal dinamismo de la oferta laboral ha sido en gran parte consecuencia de
la incorporación de las mujeres. Sin embargo, son las regiones del DF y entorno, Centro y
21
Para más detalle sobre los resultados de éste coeficiente, ver Anexo 3.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 103
Frontera quienes exhiben en promedio un mayor dinamismo a diferencia de la región Sur y
Pacífico (ver gráfica 3.9).22
Gráfica 3.9: Participación de la mujer por regiones, 1994-2009.
Participación
0.45
Centro
0.4
DF y entorno
Pacífico
0.35
Sur
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
0.3
Sureste
Frontera
Años
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
De igual forma cuando se observa el nivel educativo por regiones (gráfica 3.10), se
tiene que la tendencia en general es creciente, aunque la región del DF y entorno seguida
de la Frontera son las que cuentan con trabajadores mayormente educados, sobre todo a
partir de 1999. Lo cual puede estar relacionado con la cualificación que requieren los
empleadores en estas regiones.
Gráfica 3.10: Trabajadores con nivel superior por regiones, 1994-2009.
Participación
0.25
Centro
0.2
DF y entorno
Pacífico
0.15
Sur
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
0.1
Sureste
Frontera
Años
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
22
En la gráfica se observa un salto drástico en el comportamiento de la serie, durante el año 2005, el cual
responde en gran medida al cambio de encuesta ENEU-ENOE, sin embargo la tendencia general no deja de
reflejar la realidad del mercado laboral mexicano.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 104
En cuanto a la participación de los trabajadores por actividad económica, a
diferencia de Hernández Laos (2004) y Hanson (1994), quienes sostienen que las
actividades terciarias ganan preponderancia en el centro del país a partir de apertura
comercial de México, los resultados señalan que son las regiones Sur y Pacifico, las que
del total de trabajadores por cada región presentan en promedio un porcentaje mayor de
éstos laborando en Servicios y Comercio.
La Región Sur muestra mayor dinamismo en Servicios Personales, Comercio,
Construcción, Transporte, Productos alimenticios y Servicios Financieros, al igual que la
región
Sureste y Pacifico. Mientras que las regiones del DF y entorno y Centro en
Servicios Personales, Comercio, Textiles y Prendas de vestir, Construcción, Transporte, y
Productos metálicos. Por último la región Frontera en Servicios Personales, Comercio,
Productos metálicos, Construcción, Transporte y Servicios Financieros (gráfica 3.11).
Gráfica 3.11: Participación regional promedio de los trabajadores por actividad
Serv. Com.
Serv. Financ.
Transporte
Comercio
Electricidad
Construcción
Otras
Maq. y Equi.
M. Básicas
M.no Metal.
Química
Papel e Imp.
Madera
Textiles
0.45
0.4
0.35
0.3
0.25
0.2
0.15
0.1
0.05
0
Alimentos
Porcentaje
económica.
Años
Sureste
Sur
Frontera
DF y entorno
Centro
Pacífico
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 105
Al respecto, se pueden identificar dos cuestiones, una de ellas refiere a la detección
de significativos contrastes en la estructura sectorial del empleo de las regiones, ya que
resulta evidente que las regiones más avanzadas económicamente registran proporciones
notablemente menores del empleo agropecuario que las de mayor rezago, (las regiones
del Sur, Sureste y Pacifico tienen mayor porcentaje en dicho sector). Mientras que las
regiones DF y entorno, Centro y Frontera tiene mayor incidencia en el sector secundario
(especialmente la región Frontera en el sector Productos Metálicos, maquinaria y equipo, y
las regiones del DF y entorno y Centro en Textiles y prendas de vestir). Otra es la
tercerización de la economías regionales, que aunque se esperaba que fueran las
regiones del centro las que mayor participación registraran, son en realidad la región Sur,
Sureste y Pacifico las que mayor incidencia muestran.
Lo anterior puede ser resultado de lo que ya mencionaba Hernandez Laos (2004),
en cuanto a que desde los años ochenta hubo una generación de empleo a partir de la
creación de micronegocios, sobre todo, en los sectores de servicios y comercio, tipo de
actividades que pudieron estar proliferando en las regiones del sur, dada la importancia
del turismo y la menor participación de las manufacturas.
Por otro lado, en cuanto a los trabajadores asalariados, la región Frontera destaca
por tener el mayor número de individuos que reciben un salario como pago de sus
actividades
laborales,
mientras
que
en
las
regiones
restantes
muestran
un
comportamiento muy similar (gráfica 3.12). No obstante lo anterior, también podemos ver
en la gráfica que los trabajadores por su cuenta, en todas las regiones apenas representa
en promedio el 30.0 por ciento del total de sus trabajadores.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 106
Gráfica 3.12: Promedio de los trabajadores asalariados y por su cuenta, por región, 1994-
0.9
0.8
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
asalariado
Pacifico
Centro
DF y entorno
Frontera
Sur
por su cuenta
Sureste
Porcentaje
2009.
Regiones
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
En suma, se puede apreciar que el espacio económico de México no es
homogéneo, y más aún de acuerdo con los resultados obtenidos, se observa una
tendencia hacia la divergencia entre las regiones, ya que desde hace dos décadas se
reflejan contrastes significativos entre ellas, las cuales se traducen en diferencias en la
estructura productiva, en la participación femenina y por tipo de trabajador, así como en
los niveles educativos de la fuerza laboral, lo que a su vez genera desigualdades en
desarrollo y modernidad.
Por otro lado, el análisis del mercado laboral tanto a nivel nacional como a nivel
regional, nos lleva a pensar que el proceso de flexibilidad no representa algo nuevo en la
economía mexicana, y que es debido a este precisamente que la tasa de desempleo en
nuestro país ha sido tan bajo en las dos últimas décadas. Asimismo, nos lleva a
cuestionarnos si tales diferencias a través de las regiones mexicanas, inciden en el grado
y los mecanismos bajo los cuales se expresa la flexibilidad laboral en México, ya que
ciertas características inherentes a las regiones pueden apoyar y fomentar determinados
mecanismos de flexibilización, por ejemplo en la región del Sur donde las actividades
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 107
terciarias van en incremento, podría esperarse que los contratos de medio tiempo así
como los temporales fueran los mecanismos de flexibilidad que predominaran.
3.4 Flexibilidad del mercado laboral en México.
Como ya anteriormente se mencionó, la crisis de deuda que experimento la economía
mexicana, provocó que a principios de los ochentas México enfrentara serios problemas,
entre ellos; elevada deuda externa, inflación, fuga de capitales, devaluación del peso, un
alto índice de desempleo, entre otros. Esta problemática, marcó el inicio de la política
neoliberal, donde las prioridades han sido desde entonces el control de la inflación y del
déficit fiscal, con políticas cuya variable de ajuste ha sido el salario, lo que ha significado
postergar la atención de las necesidades sociales, en un contexto de creciente desempleo
que se convirtió en un grave problema a resolver.
Dado lo anterior, la flexibilidad del trabajo se ha vuelto palabra clave en los
discursos acerca del cambio en las relaciones laborales e industriales en México desde los
años ochenta, concepto impulsado por el Banco Mundial al relacionarlo con el incremento
en la competitividad de las empresas; al respecto las organizaciones empresariales se han
mostrado coincidentes con esta necesidad de flexibilización y han respaldado nuevas
formas de organización del trabajo con flexibilidad en la relación laboral de diferentes
maneras: 1) incrementando la proporción de trabajadores eventuales y subcontratados, 2)
con la mayor movilidad interna y 3) a través de nuevos esquemas de remuneraciones con
presencia creciente de los bonos por productividad y calidad, (Barrera, 2006, De la Garza,
2000, y Tunal 2002).
No obstante, el discurso puede no estar en línea con la evidencia empírica por lo
que este apartado, tiene como objetivo contrastar los hallazgos encontrados en otras
investigaciones, en cuanto a la existencia o no de flexibilidad laboral y cuáles son los tipos
que se reportan, con la finalidad de construir un marco de referencia que guie la presente
investigación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 108
3.4.1 Flexibilidad numérica.
En este sentido se muestra la aportación de De la Garza (1999, 2000) y la de Chavez
(2008), quienes señalan que las tendencias hacia la flexibilización son reales, aunque
hasta la fecha no se ha cambiado la legislación laboral, posiblemente porque los contratos
y las relaciones laborales prácticas ya son flexibles. Sin embargo, las presiones
empresariales y gubernamentales para flexibilizarla han aumentado desde la firma del
Tratado de Libre Comercio con América del Norte, donde el argumento principal para
dicha flexibilización se relaciona con la necesidad de ganar competitividad para exportar
más y atraer inversión extranjera directa (De la Garza, 1999).
Al respecto, durante el periodo de 1990-1997, con base en el análisis de los
contratos colectivos23 de jurisdicción federal y local en México, De la Garza (1999, 2000)
sugiere que en general estos son flexibles en lo funcional, más rígidos en lo numérico y
sobre todo en lo salarial.
No obstante, la evidencia encontrada en otros estudios (De la Garza y Bouzas,
1997 y Tunal, 2002), sugiere que la flexibilidad numérica es mayor a la funcional; debido a
la negativa por parte de las gerencias a que sus trabajadores desempeñen funciones que
rebasen el trabajo mecánico y rutinario.
Los trabajadores están dispuestos a abarcar más responsabilidades que las
contenidas en sus contratos, no obstante, esto no significa que en la práctica los
trabajadores desarrollen más funciones de las que les corresponden, aunque el contrato
no es obstáculo para que se puedan realizar. Por lo que en los hechos, la flexibilidad
numérica resulta mayor a la funcional, dado el alto empleo de eventuales; el uso de
23
De la garza, señala que muchos economistas pretenden medir la flexibilidad laboral observando la
fluctuación del salario y del empleo, pero señala que hay que recordar que en México, los salarios se fijan
por las autoridades por lo que estos no responden a la oferta y demanda laboral sino al control de la
inflación, por lo que a él le parece una forma más pertinente de medir la flexibilidad a través de analizar los
cambios que han tenido las leyes laborales y la contratación colectiva. En cuanto al análisis de la flexibilidad
numérica, funcional y salarial, tomó una muestra aleatoria por rama (tal como se clasifica en la Junta de
Conciliación y Arbitraje) de alrededor del 10% del total, además en dicha muestra no discriminó entre
empresas grandes y de otros tamaños, ya que considera que la flexibilidad contractual se concentra en las
grandes.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 109
subcontratistas y trabajadores de confianza, así como del recorte de personal (De la Garza
y Bouzas, 1997). 24
Por su parte Tunal (2002), al igual que De la Garza y Bouzas (1997) mide el grado
de la flexibilidad laboral, a través de examinar los contratos colectivos por rama
económica, pero para el periodo de 1994 al 2000. Los resultados señalan un incremento
de la flexibilidad numérica en relación a la funcional, aunque existen muchas ramas
económicas que muestran excesiva rigidez y en consecuencia rezago en sus procesos de
contratación de mano de obra; tal es el caso de las empresas dedicadas a la industria de
aceites y grasas vegetales, automotriz y cementera.
Lo anterior es en parte confirmado por De la Garza (1999), al señalar también a la
rama de aceites y grasas vegetales, así como a la automotriz; como aquellas que
presentan mayor rigidez numérica, aunque éste identifica además, a la cinematografía, los
niveles más altos de la hulera, la metalurgia y siderurgia, madera básica y la tabacalera.
En este sentido el índice de flexibilidad contractual construido en Valencia (2009),25
sugiere que el comercio tiene un grado de flexibilidad moderado, no obstante, que para el
año 2008 del total de los trabajadores, un 51.5 por ciento no cuenta con un contrato de
base. Ahora bien, en cuanto a la construcción, el índice registra un alto grado de
flexibilidad contractual, ya que para el 2008 llega al 86.0 por ciento. En relación a las
manufacturas, éstas presentan un grado moderado de flexibilidad, dado que en el 2008
24
Dicho estudio tiene como objetivo identificar como influye la flexibilidad laboral sobre la productividad,
durante el periodo de 1982-1997, para ello construye un índice de flexibilidad del trabajo; a partir de la base
de datos Modelos de Industrialización en México (n=500 establecimientos manufactureros), considerando
cuatro dimensiones: intervención sindical en cambios tecnológicos, de organización o métodos de trabajo;
capacidad de la empresa de trabajadores eventuales, subcontratistas, empleados de confianza, reajustar
personal, seleccionar personal; capacidad de mover internamente a los trabajadores, aplicar sanciones,
aplicar multi-habilidades, horas extras; existencia de bonos por productividad, calidad, asistencia o
puntualidad. Cada aspecto de los señalados se valoró en positivo (flexibilidad) o negativo (rigidez), y se
construyó un índice sumatorio, que a su vez se dividió en tres niveles (alto, medio y bajo).
25
Dicho estudio tiene como propósito construir cuatro índices para medir el grado de flexibilidad laboral en
México, así como evaluar el impacto de la flexibilidad en la generación de empleo mediante técnicas
econométricas (un macropanel, en el que se relaciona el nivel de empleo con el índice de flexibilidad salarial,
flexibilidad contractual, flexibilidad en prestaciones, flexibilidad en seguridad social, salario real, y el producto
interno bruto de cada sector). Los sectores que considera son: construcción, manufacturas, comercio y
servicios, para los años de 1998 al 2008, por trimestre, con base en los datos agregados de las encuestas
ENE y ENOE.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 110
parece estar al mismo nivel que en 1998, 41.0 por ciento, y por último respecto a servicios
se cataloga también en moderado de 47.0 a 42.0 por ciento entre 1998 y 2008.
En suma puede hablarse de un incremento en la flexibilidad contractual durante la
segunda mitad de los noventa al 2008, demostrando con ello que si bien en la Ley Federal
del Trabajo hay limitaciones a este tipo de contratos, en la práctica han aumentado, a
pesar de que no se ha modificado la legislación laboral.
Ahora bien, aunque en general el grado de flexibilidad ha aumentado en las
condiciones ordinales de trabajo, ésta es casi exclusiva de las empresas que: 1) cuentan
con un gran número de trabajadores; 2) su giro comercial está ligado a la instrumentación
e innovación tecnológica (telefonía, educación, transporte aéreo, metalúrgica, siderúrgica,
petroquímica y banca); 3) cuentan con grandes niveles de capital; 4) con inversiones de
origen extranjero; 5) territorialmente se ubican en las ciudades más industrializadas
(Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey,
Hermosillo, Tijuana y Puebla); 6) están
agrupadas en sindicatos poco defensivos, y 7) tienen establecimientos en más de una
entidad federativa. En especial se observa que el proceso de flexibilidad laboral ha
involucrado a muy pocas empresas, específicamente a aquéllas que fueron privatizadas
antes de su venta para sanear la economía (Tunal, 2002).
No obstante, lo anterior es refutado por De la Garza 1999, ya que éste señala que
no hay diferencias significativas entre tamaño de empresa, por sector exportador y no
exportador, así como de capital nacional o extranjero. Además identifica que los impactos
de la flexibilidad son relativamente mayores para los hombres, y que la flexibilidad
funcional no aparece obstaculizada por la presencia sindical, no siendo así en la del tipo
numérica y sobre todo en la salarial.
3.4.2 Flexibilidad en los costos laborales.
Por otra parte, el deterioro salarial en general no se ha detenido entre 1994 y 1997. El
salario mínimo ha decrecido todos los años desde 1994, lo mismo que el salario
contractual promedio de las ramas, así como las remuneraciones medias en la industria
manufacturera y en el sector formal de la construcción. Situación similar ha sucedido en la
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 111
maquila con excepción de una pequeña recuperación salarial en 1997, aunque las
remuneraciones en la maquila siguen siendo bajas con relación del conjunto de la industria
manufacturera. No obstante lo anterior, los resultados sugieren rigidez salarial en todas las
ramas (De la Garza, 1999,2000 y Tunal, 2002).
En este sentido el trabajo de Valencia (2009), confirma lo anterior al encontrar
rigidez salarial en las cuatro ramas analizadas; manufacturas, construcción, comercio y
servicios, además destaca que esta tiende a incrementarse de 1998 al 2008.
Siguiendo la idea, Fujii (2003), contradice a los dos anteriores autores, al señalar
que existe poca evidencia de rigidez salarial, dado que los salarios mínimos no son
inflexibles y los sindicatos se preocupan más de la conservación del empleo que de la
fijación del salario. De la misma forma Hernandez Laos (2004) sugiere que una acentuada
flexibilidad salarial, es la que ha mantenido bajos los niveles de desempleo abierto en
México.
Ahora bien, en cuanto a los costos laborales no salariales, es decir, los pagos que
los trabajadores reciben adicionalmente a su sueldo base, un premio, ya sea por bonos de
puntualidad y asistencia, productividad o calidad, se hallado evidencia de flexibilidad en
este sentido (De la Garza y Bouzas, 1997).
En México, los costos laborales excluyendo los costos por vacaciones pagadas,
prima vacacional, bono anual y participación en los beneficios, equivalen al 31.0 por ciento
del salario (Banco Mundial, 1995), por lo que un aspecto de la flexibilización busca reducir
los costos laborales a través de la reducción de la intervención gubernamental en la
fijación de los salarios y de las contribuciones a la seguridad social como medio para
incrementar el empleo formal. Sin embargo, dado que México no se ha caracterizado por
la rigidez salarial, es dudoso el argumento de que el desempleo y la ocupación informal se
expliquen en forma importante por la rigidez de los salarios (Fujii, 2003).
Como prueba de lo anterior, puede observarse en las áreas más urbanizadas, entre
1991 y 1997, donde una quinta parte del incremento de la población ocupada,
correspondió a empleos donde el salario se paga a destajo (Fujii, 2003). En general en
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 112
México, se puede hablar de flexibilidad en los salarios a la baja, toda vez que los
aumentos se hacen en función de la inflación esperada; a lo que hay que agregar que la
mayoría de los trabajadores ganan de uno hasta cinco salarios mínimos (Chavez, 2008),
no obstante, dicha aseveración es importante tener en cuenta que ello también puede
deberse a una mala distribución de la riqueza, que no necesariamente puede ser
incentivada por medidas flexibilizadoras (Morales, 2006).
Asimismo entre 1991 y 1997, la proporción de asalariados sin prestaciones
aumentó de 23.0 a 31.0 por ciento. En 1998, para el conjunto del país, el 40.0 por ciento
de los asalariados no contaba con prestaciones (Fujii, 2003). En relación a lo anterior,
Chavez (2008)26 señala que en 2007 más del 60.0 por ciento de la población no contó con
ninguna prestación laboral, lo que agudiza la precarización del trabajo.
Al analizar este aspecto entre sectores económicos, Valencia (2009) encuentra que
en Manufacturas es donde se presenta mayor rigidez salarial; y en el sector de la
construcción la menor. En cuanto a flexibilidad en prestaciones, sugiere que tanto en el
sector Comercio como en el de Servicios es mayor a la que se observa en Manufacturas.
En cuanto a la flexibilidad en seguridad social, en general la proporción de quienes
tienen acceso a ésta disminuyó de 71.0 a 63.0 por ciento, entre 1991 y 1997, y para 1998
sólo el 52.0 por ciento estaba registrado en la seguridad social (Fujii, 2003).
De nueva cuenta, de acuerdo con el estudio de Valencia (2009), no obstante que la
flexibilidad laboral, de manera agregada, ha disminuido a partir de 1998 hasta el 2008,
señala que la flexibilidad en seguridad social en forma contraria va en aumento. Dado lo
anterior, el autor sugiere que la reducción en los costos fijos del empleo, reflejada en la
supresión del servicio de seguridad social, así como la reducción del salario real tienen un
impacto favorable sobre la generación de empleos, por lo que las soluciones más rápidas
para resolver el problema del desempleo parecen estar en la reducción del salario real y
en la eliminación de los costos de seguridad social, no obstante, estas medidas no son las
más adecuadas, pues al flexibilizar más el mercado laboral mexicano, no se garantiza la
26
Las proporciones que presenta, son obtenidos con base en los datos agregados de la ENE y ENOE, 1998- 2007.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 113
suficiente creación de empleo para cubrir las necesidades del país, así como la creación
de empleos de calidad, o que tal situación pueda mejorar el nivel de vida de los
trabajadores.
Al respecto Lawson y
Bierhanzl, (2004) coinciden con Valencia (2009), ya de
acuerdo con el índice de flexibilidad laboral construido por ellos; éste coloca a México
como uno de los tres mercados laborales más rígidos en América Latina en el año 2000,
salvo en la seguridad social donde los números parecen indicar un aumento.
3.4.3 Flexibilidad sindical.
Por otra parte, en cuanto a los despidos, sólo 6 de cada cien trabajadores demandan a
sus empleadores por despido injustificado, casi el 40 por ciento se va por la conciliación,
en cuyo caso se pierden muchos de los derechos laborales y se estimula el
incumplimiento de los empleadores. Cabe destacar que la flexibilidad en dicho aspecto es
mayor en las pequeñas empresas que en las grandes; en donde se paga lo que marca la
Ley Federal del Trabajo (Chavez, 2008, y de la Garza y Bouzas, 1997).
En general se observa en el mercado laboral mexicano, una caída de la tasa de
sindicalización (que sólo llegaba al 10% en 2002), debido a la reestructuración productiva
que ha afectado el núcleo central de la clase obrera y ha sido sustituida por una clase
obrera sin tradición sindical, con gran movilidad entre empresas y sin identidad con el
sindicato (Chavez, 2008, De la Garza y Bouzas 1997, y De la Garza 2000).
Lo anterior, resulta como una medida para el logro de la modernidad productiva, ya
que de acuerdo con la teoría neoclásica, los sindicatos impiden que esta se lleve a cabo,
dado que representan un obstáculo para la innovación en las empresas y la flexibilidad del
trabajo.
No obstante, que la presencia sindical en establecimientos manufactureros se
correlaciona
positivamente
con:
organización
del
empleo
trabajo,
productividad,
de
tecnología
trabajadores
novedosa,
eventuales,
cambio
en
participación
de
subcontratistas, y participación de los trabajadores en el mejoramiento de la productividad.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 114
El coeficiente de correlación por rama manufacturera entre innovación en el producto y
sindicalización fue 0.6 (De la Garza, 1999).
Aunque reconoce el autor que las altas correlaciones positivas entre sindicalización
y modernización de la empresa no necesariamente significan que el sindicato sea un
agente activo y participativo.
El creciente sindicalismo Blanco es un muestra de ello, el cual hace referencia en
México a aquellos que no pertenecen al Congreso del Trabajo ni tampoco al sindicalismo
de izquierda, si no que más bien responden a las necesidades empresariales por lo que
los contratos que admite este tipo de sindicatos suelen ser más flexibles.
En este sentido Zapata (2006), señala que en México, el sindicalismo no se ha
desempeñado como un actor autónomo que defina alternativas o proyectos fuera del
marco general fijado por el Estado y del partido del cual forma parte, por lo cual resulta
difícil de creer que este responda en realidad a los derechos de los trabajadores.
3.4.4 Flexibilidad-Precarización.
Dado lo anterior Chávez (2008) señala que en México se evidencia claramente un
incrementó en la subcontratación, así como en el sector informal hasta llegar al 46 por
ciento en 2004, y que dicho aumento responde a la políticas flexibilizadoras que han
tenido lugar dentro del país.
Además, que todo apunta a que si bien no ha habido reformas explícitas en la
legislación laboral, lo cierto es que de facto se ha dado una flexibilización del mercado de
trabajo en México, lo que ha incentivado un proceso de precarización en el mercado de
trabajo mexicano.
Dicha precarización se traduce en mayor incertidumbre, falta de garantías de
condiciones socioeconómicas mínimas y suficientes para una supervivencia digna que
afecta a los trabajadores (De la Garza, 2000 y Chávez, 2008).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 115
Sin embargo, si bien es cierto que la informalidad es un problema grave en el país y
que una causante de esta la representan las prácticas de flexibilización laboral, también
existen otros factores que pueden estar contribuyendo a su incremento, como son la falta
de empleo en la actividad formal así como las decisiones de los individuos que buscan
obtener mayores rendimientos en la actividad informal.
Asimismo se ha señalado que las diferencias en el grado de flexibilidad a través de
los mercados laborales, incentivan la relocalización de actividades, lo que conlleva a una
desigualdad salarial entre los trabajadores (Stiglitz, 2003). No obstante, en dicho proceso
también cabe subrayar que existen otros tipos de factores que propician que se dé el
diferencial, como son la ubicación de trabajadores con mayor educación y cuestiones
pecuniarias (Morales, 2006).
Por tanto, sin duda expresiones de la flexibilización laboral pueden provocar el
deterioro de las relaciones laborales, sin embargo, se debe reconocer que existen otros
factores que pueden estarlo ocasionando. Asimismo que no todos los mecanismos de
flexibilidad laboral tienen el mismo impacto en el bienestar de los trabajadores.
Al respecto Tunal (2002), señala que dadas las condiciones existentes, el reto
principal que enfrenta el aparato productivo mexicano es lograr obtener beneficios de: 1)
un mejor aprovechamiento de la inversión en equipos y mano de obra con la consecuente
reducción de tiempos muertos; 2) del aumento de la eficacia productiva a través de la
incorporación de equipos productivos; 3) de la reducción de inventarios; 4) de series cortas
de producción de acuerdo con el producto y la materia prima, generando así el incremento
de la producción de acuerdo con las variaciones del mercado; 5) de
trabajadores
polivalentes que se traducirían en menores costos de capital variable para los
empresarios, y finalmente 6) de una sustancial mejora para los trabajadores en
cuanto a niveles de vida y productividad.
En suma, los estudios empíricos revisados hasta ahora, muestran discrepancia en
los hallazgos obtenidos, asimismo dejan entrever una insuficiencia de información
empírica, dado que la mayoría de ellos son esfuerzos en la parte descriptiva, por lo que
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 116
resulta importante contribuir en la construcción de índices que permitan medir el grado de
flexibilidad no solo por sector, sino también territorialmente, de igual forma, no solo con
base en datos agregados, sino con microdatos, y más aún evaluar el impacto de la
flexibilidad en la generación de empleo, mediante técnicas econométricas, con la finalidad
de contrastar el discurso con lo que realmente sucede en los hechos.
3.5 Conclusiones del capítulo.
Las reformas estructurales que se llevaron a cabo desde principios de los años ochenta,
como respuesta a la crisis de los años setenta, indudablemente afectaron la estructura del
mercado laboral mexicano y con ello la generación de empleo. Mientras que por el lado de
la oferta se presentó un incremento de la PEA, mediante la inclusión de individuos en edad
de laborar, la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo y el incremento de
trabajadores con mayor nivel educativo, por el lado de la demanda cobraron mayor
importancia
las
actividades
terciarias
e
informales.
Asimismo
destaca
que
el
comportamiento del mercado de trabajo nacional no necesariamente es acorde con el
funcionamiento de algunos regionales, ya que existen marcadas diferencias entre las
regiones, lo que lleva a concluir que el mercado laboral mexicano no es homogéneo.
Por tanto, las nuevas condiciones económicas, que tuvo que sortear el país, bajo un
marco de globalización, propiciaron la necesidad de aumentar la competitividad de las
empresas, que aunado al alto desempleo, la flexibilidad apareció como la mejor respuesta
desde los años ochenta.
Sin embargo, de acuerdo con la literatura reportada, no queda claro la magnitud de
la flexibilidad laboral en México, ni tampoco la tendencia que esta presenta, ya que,
aunque en el discurso el tema ha sido ampliamente debatido, son pocos los investigadores
que han aportado evidencia empírica. Se observa la insuficiencia de análisis mediante el
uso de microdatos, así como el reparo del aspecto territorial, que permita un nivel de
estudio en el que se repare en las especificidades y características propias de cada
región, asimismo de técnicas econométricas que den idea del impacto de dichas medidas
de desregulación laboral en la generación de empleo y en el bienestar de los trabajadores.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 117
Dicha insuficiencia, y la poca claridad en los hallazgos ha llevado a que en
diferentes documentos se relacione casi siempre a cualquier tipo de precarización del
empleo con las consecuencias de la flexibilidad laboral. Por tanto, resulta importante
avanzar en superar dichas carencias, con la finalidad de no magnificar los efectos
adversos de la desregulación laboral, o de forma contraria advertir sobre los riesgos de
dicho proceso, con base en evidencia empírica.
Asimismo, en materia de política económica, dicho ejercicio puede contribuir a
generar la información apropiada para la formulación y aplicación de instrumentos más
eficaces.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 118
Capítulo 4: Metodología y datos.
De la revisión de literatura sobre la flexibilidad laboral tanto a nivel internacional como en
el caso específico de México, que se llevó a cabo en los dos capítulos anteriores, se pudo
concluir un consenso sobre el aumento de la flexibilización desde los años ochenta, sin
embargo, no queda claro sus efectos sobre el bienestar de los trabajadores y
especialmente su impacto en la generación de empleo.
Asimismo, las condiciones específicas de cada país y región, así como por sector,
influyen en gran medida en la adaptabilidad de los mercados de trabajo a las nuevas
condiciones globales y en las ventajas o desventajas para los trabajadores. Por lo que, el
nivel de flexibilidad así como los mecanismos de expresión de ésta, difieren a través de las
economías, dando como resultado impactos diferenciados.
En este sentido, aunque el tema de la flexibilidad laboral ha sido ampliamente
debatido, son pocos los estudios que han aportado evidencia empírica en cuanto al grado
de flexibilidad del mercado de trabajo, especialmente en el caso de México; en los cuales
se muestra la falta del uso de microdatos, así como el reparo del aspecto territorial.
Dado lo anterior, resulta fundamental avanzar en la construcción de indicadores y
variables, de corte cuantitativo, mediante los cuales se puedan realizar comparaciones
entre diferentes lugares, sectores y épocas a fin de establecer tendencias y brindar
elementos para la formulación de políticas económicas más eficientes. De igual forma,
esclarecer su impacto en la generación de empleo, mediante métodos econométricos.
Por tanto, éste capítulo se estructura en cuatro secciones, en la primera se exponen
los objetivos del estudio, en la segunda se especifica la construcción de los índices y del
modelo, en la tercera se realiza la descripción de la base de datos en los que sustenta
dicho estudio y por último se muestran las conclusiones.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 119
4.1 Objetivos.
El objetivo general de esta investigación es analizar el impacto regional de la flexibilidad
en el mercado laboral mexicano (1994-2009).
1) Analizar la flexibilidad laboral, por regiones y sectores, así como sus diversas
expresiones, a través del tiempo, mediante la construcción de indicadores de
flexibilidad del tipo numérica, funcional, sindical y de costos laborales.
2) Medir la sensibilidad que existe entre empleo y la flexibilidad numérica, y de
costos laborales.
4.2 Especificación de los índices y del modelo.
4.2.1 Construcción de los indicadores.
A nivel internacional, una parte de los estudios comparativos sobre los niveles de rigidez
o flexibilidad laboral que presentan diversos países en el mundo se centra en analizar sólo
economías de Europa, y su posición relativa con Estados Unidos, como paradigma del
modelo laboral con mayor flexibilidad. Otros estudios realizan análisis de los países que
integran la OCDE (en los cuales a veces se incluye a México). En un tercer grupo de
análisis se hace referencia a clasificaciones mundiales sobre diversos aspectos
económicos e institucionales, entre ellos la normativa laboral, tales como los presentados
por el Banco Mundial (2006).
Respecto de las variables analizadas, en ocasiones se toma como base una serie de
variables macroeconómicas o, con mayor frecuencia, se aplican
cuestionarios
de
distintos agentes económicos públicos y privados, a partir de los cuales se recopila
información que posteriormente es analizada y ponderada por país para dar paso a un
resultado final, identificando sus similitudes y diferencias, así como el establecimiento de
un orden jerárquico (ranking) internacional en función del objetivo del estudio. En el caso
de las instituciones del mercado de trabajo, se lleva a cabo un análisis de las diferentes
regulaciones que conforman los aspectos laborales y con ello se construye también un
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 120
indicador cualitativo de carácter numérico que posibilita la medición y comparación de la
flexibilidad laboral entre países.
En el caso de México, las condiciones no son diferentes, ya que la gran mayoría de los
estudios sobre flexibilidad laboral se enfocan en la parte descriptiva de variables
macroeconómicas, asimismo en estudiar las empresas más representativas de una
economía (normalmente grandes empresas) o en otros casos se centran en las ramas
claves, que principalmente se ha asignado al ramo manufacturero.
En este sentido, Tunal (2002) señala que es un hecho que la mayoría de los estudios
sobre flexibilidad laboral, no sólo en México sino en muchos países, se han orientado a
presentar investigaciones cuyo objeto de estudio son las empresas que aparentemente
tienen gran impacto en la economía. Lo anterior ha provocado, por lo menos en México,
un abuso del estudio de esa parte de la realidad y el consecuente rezago de algunas
disciplinas que han intentado abordar dicha problemática. El nuevo orden internacional no
sólo ha cambiado a las economías, sino que ha desencadenado nuevas situaciones que
generaron nuevas formas de producir y, consecuentemente, nuevos tipos de negociación
laboral. Si bien es cierto que todavía hace algunos años algunos sectores económicos se
vislumbraban como la punta del desarrollo y de la integración de México al primer
mundo, también es un hecho que la realidad ha cambiado, rebasando los supuestos.
Por tanto, dada la conformación actual de la economía, la cual presenta una mayor
heterogeneidad,
el
concentrarse en un único sector puede tener el riesgo de omitir
información importante y por ende, orillarnos a encontrar resultados sesgados. Además
que si consideramos que en México una gran parte de los empleos es generado dentro de
las micro, pequeñas y medianas empresas, y que el ramo manufacturero, si bien es
representativo, solo abarca cerca del 21.5 por ciento del total de los trabajadores en el
país, ya que en los últimos siete años los sectores de comercio y servicios comunales han
crecido de forma exponencial, situación que evidentemente exige estudios con una
conformación en sus bases distinta.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 121
También destaca primordialmente el uso de los contratos colectivos como base del
análisis de la flexibilidad laboral en el país, y lo anterior en gran medida responde a la
insuficiente disponibilidad de fuentes de información que existen para investigar tal
fenómeno, no obstante, sus claras limitaciones; las cuales refieren principalmente a que
los contratos comprenden una serie de regulaciones generales respecto a las relaciones
laborales entre el empleador-trabajador el cual puede diferir de los contratos individuales,
asimismo lo que se encuentra plasmado en el documento no necesariamente es llevado a
la práctica.
Al respecto De la Garza (1999), menciona que las relaciones laborales no sólo pueden
explicarse a través de los clausulados de los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) y/o
reglamentos interiores de trabajo, en tanto que existen prácticas en el interior de los pisos
de trabajos que tienen su dinámica por los usos y costumbres derivados de las
subjetividades de la relación diaria entre trabajadores y gerencias, y en donde casi
siempre los cambios en la organización del trabajo se deciden unilateralmente por las
segundas y son presentadas al sindicato pero sin posibilidad de objeción. Por lo que, en
muchos casos el grado de flexibilidad de los CCT no es visible, debido a que las formas
de pago y contratación se realizan en los hechos y no se registran en dichos contratos,
como ocurre en algunos casos con el pago de bono de productividad y con la contratación
de trabajadores de confianza.
Lo anterior responde a que este tipo de contratos hacen referencia al grueso de los
trabajadores, pero no sobre que sucede con los puestos de confianza, asimismo el nivel
de agregación que presentan, no permite analizar a detalle las condiciones personales y
específicas de los trabajadores que pueden estar respondiendo a su situación laboral
actual.
No obstante, que la falta de información representa una limitante importante en el
estudio de la flexibilidad laboral, resulta significativo destinar esfuerzos en la medición del
fenómeno así como hacerlo a través del uso de micro datos (información a nivel de
persona, hogar o vivienda), dado que la utilización de estos permite investigar sobre el
tema en cuestión dirigida específicamente a conocer la situación de grupos sociales
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 122
determinados o de diversas áreas geográficas del país, así como examinar y evaluar
detalladamente su comportamiento, con la finalidad de establecer tendencias y brindar los
elementos necesarios para la formulación de políticas económicas más eficientes.
Dado lo anterior, en el presente documento nos dimos a la tarea de construir
indicadores de flexibilidad laboral, que dada la disponibilidad de los datos nos permitan
establecer correctamente comparaciones entre las distintas regiones de México. Para ello
se decidió utilizar el mismo criterio que propone de la Garza y Bouzas (1997), en cuya
investigación los autores miden la flexibilización del tipo numérica, funcional y salarial,
mediante la ponderación de una serie de variables que son obtenidas a través de la
aplicación de una encuesta que ellos mismos diseñaron, rescatando una muestra
representativa de las empresas mexicanas dedicadas a la manufactura, así como de los
contratos colectivos. Lo antes expuesto es con la finalidad de hacer comparables los
resultados mediante el empleo de diferentes bases de datos, como de distintas
desagregaciones que refieren a nivel regional y de la actividad económica del país.
La generalidad de este tipo de indicadores sobre flexibilidad laboral refieren
básicamente a una sumatoria de cada ítem dividido entre el número de ítems para cada
tipo de flexibilidad, salvo otros como Ibarra (2010) quien emplea el análisis factorial para
sopesar tres componentes: 1)restricciones en los procedimientos de despido colectivo,
2)medidas de flexibilidad interna y externa, y 3)modalidades y duración de formas de
empleo a plazo, para la creación de un indicador agregado, con el cuál compara las
economías de Iberoamérica. La ventaja de este tipo de técnicas que utiliza el autor, radica
en la posibilidad de medir normativas laborales de países con distinto nivel económico y
desarrollo social, lo cual permite evitar que se realicen juicios a priori sobre el peso que
debería tener cada una de las variables y factores para cada país, de tal manera que no
se discrimina a ningún país, aunque la desventaja de esta consiste en la alta sensibilidad
de los resultados de los factores ante ligeros cambios en los datos, la actualización de
éstos o la inclusión de más o nuevos países puede cambiar el peso de las variables y, por
consiguiente,
de los factores, con lo que la estructura del indicador puede verse
modificada sustancialmente. Por lo que aunque resulta altamente atractiva esta técnica, la
insuficiente información respecto a las relaciones laborales a nivel de micro datos, no nos
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 123
permitió obtener las variables requeridas para sopesar los componentes de la flexibilidad
así como el análisis entre las distintas regiones de México.
En este mismo sentido tenemos la contribución de Monasteriotis (2003) quien estima la
flexibilidad salarial como la elasticidad salarial del desempleo, usando la curva estándar de
Phillips (en donde el crecimiento salarial es relacionado con el desempleo y la inflación
esperada), no obstante, su principal desventaja para ser aplicado en el caso de las
regiones de México, refiere a que existe un salario mínimo que es fijado por una Comisión
y no por la libre oferta y demanda en el mercado laboral, por lo cual esta técnica no
arrojaría un resultado válido para llegar a ser considerado un indicador de flexibilidad
salarial. De igual forma, tampoco resultan significativos los coeficientes de Okun que
emplea González (1999) para estudiar América Latina y el Caribe, como otra alternativa de
indicador de flexibilidad laboral, ya que este tipo de investigaciones se basan en datos
macroeconómicos, los cuales no pueden ser reproducidos a nivel de micro datos.
Tunal (2002), para el caso de México emplea proporciones para indicar el
comportamiento de la flexibilidad laboral, a través de los contratos colectivos, así como de
la tasa media de crecimiento anual para describir más específicamente sus parámetros.
Por tanto, aunque existen otras técnicas más sofisticadas para construir un indicador
de flexibilidad laboral se optó por un tipo convencional, ya que las limitaciones ya arriba
mencionadas impiden emplear otro tipo de herramientas, aunque no por ello deja de ser
significativa ya que cumple con su propósito principal, el de permitir realizar
comparaciones entre las distintas regiones con el máximo nivel de detalle, aprovechando
la información disponible, además que posibilita observar las características individuales
de los trabajadores que se encuentran inmersos en un cuadro de flexibilidad laboral.
Para la construcción de los índices de flexibilidad, se empleó la información obtenida
de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU), 1994-2004, la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo (ENOE), 2005-2009 y de la Encuesta Nacional de Empleo, Salarios,
Tecnología y Capacitación (ENESTyC), 1992,1995,1999, 2001 y 2005.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 124
Los indicadores van de cero a uno y los criterios para definir el grado de flexibilidad
serán los siguientes;27
 (0 – 0.40): rígida
 (0.41 – 0.60): moderada
 (0.61 – 1) altamente flexible.
Y los índices a utilizar son:

Flexibilidad salarial.

Flexibilidad numérica

Flexibilidad en costos laborales adicionales al salario (prestaciones y seguridad
social)

Flexibilidad funcional.

Flexibilidad sindical.
Las variables que se emplean para la construcción de cada indicador son las
siguientes:
1) flexibilidad salarial: es el cociente entre el total de trabajadores a sueldo variable,
esto es, aquellos que ganan por comisiones, honorarios, destajo, propinas, etc.,
entre el total de contratados.
𝒇𝒘 =
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝐬𝐢𝐧 𝒔𝒖𝒆𝒍𝒅𝒐 𝒃𝒂𝒔𝒆
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
2) Flexibilidad contractual: es el cociente entre el total de trabajadores a contrato
temporal o verbal y el total de contratados.
𝒇𝒄 =
27
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝐬𝐢𝐧 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒕𝒂
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
Cabe señalar que dichos rangos son los mismos que se establecen en el indicador de protección al
empleo del capítulo dos de la OCDE (1999).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 125
3) Flexibilidad en seguridad social: es el cociente entre el total de trabajadores sin
seguridad social y el total de contratados.
𝒇𝒔𝒔 =
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝐬𝐢𝐧 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒔𝒐𝒄𝒊𝒂𝒍
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
4) Flexibilidad en prestaciones: es resultado de dividir el total de trabajadores sin
aguinaldo y/o vacaciones entre el total de contratados.
𝒇𝒑 =
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝐬𝐢𝐧 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
5) Flexibilidad funcional: es el cociente entre el total de trabajadores que han rotado
puestos de trabajo entre el total de contratados.
𝒇𝒇 =
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒓𝒐𝒕𝒂𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒐𝒔
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
6) Flexibilidad sindical: es el cociente del total de trabajadores que no se encuentran
afiliados a un sindicato, entre el total de trabajadores contratados.
𝒇𝒔 =
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒔𝒊𝒏 𝒂𝒇𝒊𝒍𝒊𝒂𝒄𝒊ó𝒏 𝒔𝒊𝒏𝒅𝒊𝒄𝒂𝒍
𝑻𝒐𝒕𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐𝒔
Asimismo a partir de tales indicadores individuales, se creó uno global, mediante la
agregación de los cuatro primeros, con el propósito de establecer la tendencia general que
el fenómeno ha tenido desde 1994 hasta 2009.
𝒇𝑮 = 𝒇 (𝒇𝒘, 𝒇𝒄, 𝒇𝒔𝒔, 𝒇𝒑)
Cabe destacar que la construcción de estos índices comprende tres periodos de
tiempo, dado que el principal conflicto que enfrentan este tipo de proyectos es la fuente de
información, pues es escasa en algunos casos (sobre todo para la funcional) y en otros, el
cambio de criterios de muestreo representa una dificultad para la creación de una serie
larga. De 1994-2009, incluye solo cuatro de los indicadores antes mencionados, dado que
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 126
la información necesaria para medir la flexibilidad funcional es muy general y la sindical
sólo se tiene a partir de la ENOE. El segundo periodo de tiempo contempla el análisis de
la flexibilidad funcional aunque solo comprende los años en los que se tiene disponibles
los datos de la ENESTyC (1992,1995,1999, 2001 y 2005), en los que dicha flexibilidad
puede ser vista con más detalle, sin embargo, su cobertura es sólo a nivel de manufactura.
Por último, el tercer periodo incluye los años de 2005-2009, durante los cuales se pueden
incluir otras variables relevantes para la medición de la flexibilidad, que sólo contiene la
ENOE (como por ejemplo: la movilidad laboral28 y la afiliación sindical).
Como ya menciono la elección de estos índices dependen en mayor medida a la
posible comparabilidad con otros estudios, especialmente con De la Garza y Bouzas
(1997) y Valencia (2009), en los cuales se construyeron este tipo de indicadores con la
finalidad de medir de igual forma la flexibilidad laboral en México, aunque en el primer
documento se le relaciona con el nivel de productividad de los trabajadores y no con la
generación de empleo, además el indicador de flexibilidad salarial que emplean; refiere a
trabajadores que reciben adicionalmente a su sueldo base, un premio, ya sea por bonos
de puntualidad y asistencia, productividad o calidad, a nivel de manufacturas. Con
respecto a Valencia (2009), los tres primeros índices refieren exactamente a lo mismo, sin
embargo, tal estudio no mide la flexibilidad del tipo funcional, ni sindical y aunque emplea
micro datos
(ENE y ENOE), solo desagrega a 4 sectores (comercio, manufacturas,
construcción y servicios).
Cabe destacar que ninguno de los dos estudios anteriores repara en el aspecto
territorial, solo en el sectorial. No obstante, resulta significativo tratar de comparar los
resultados obtenidos por vías alternas, ya que de acuerdo con la revisión de literatura, se
observa discrepancia en el tipo y grado de flexibilidad que presenta el mercado de trabajo
mexicano, lo que no permite analizar el fenómeno de manera más clara y precisa.
Por último para que un indicador sea confiable de acuerdo con Lemelin (2004) se debe
asegurar que las variaciones de la medida son variaciones verdaderas, es decir, que
28
Cabe destacar que esta variable no se incluyó en el análisis dado que no resulto significativa al solo
representar el 2% en promedio de los casos.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 127
efectivamente tales variaciones correspondan al fenómeno que se quiere medir y no a
cuestiones diferentes, por ello en el estudio solo se analizó trabajadores subordinados
para así evitar considerar en la medición de la flexibilidad cuestiones que corresponden al
propio comportamiento de los trabajadores por su cuenta.
4.2.2 Especificación del modelo.
Ahora bien, con la finalidad de identificar cuál es el impacto de la flexibilidad laboral sobre
la generación de empleo, se utilizó un modelo de panel, con base en los indicadores antes
propuestos, y dado que el supuesto que se ha venido manejando es que existe una
diferencia sistemática entre las regiones y sectores contempladas, así como variabilidad
de éstos a través del tiempo, se contrastó si el estimador de efectos aleatorios (RE) resulta
pertinente, ya que si tales discrepancias no tienen lugar, el estimador por efectos fijos es el
más apropiado. Las pruebas empleadas para ello fueron la F, Breusch-Pagan y la de
Hausman.
El tipo de panel empleado es del tipo macropanel, pues existen más periodos de
tiempo que individuos, situación que obliga a conocer la tendencia de las series e
identificar si su comportamiento es de tipo I (0) ó I(1) y dado que es necesario la condición
de estacionalidad para así evitar resultados erróneos, nos vimos en la necesidad de
trabajar con un panel cointegrado que tiene la ventaja de evitar sesgos en los resultados
mediante pruebas de raíz unitarias.
Teniendo en consideración lo anterior, se partió del modelo más general:
𝒀𝒊𝒕 = ∝ + 𝜷 𝑿
𝒊𝒕
+ 𝒆𝒊𝒕
donde,
t=1, 2, 3,…, T
(1)
i= 1, 2, 3,…, n
donde t se refiere al periodo de tiempo e i
componen el modelo.
al número de sectores y regiones que
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 128
Una vez planteado el estimador de efectos aleatorios (RE)
𝒀𝒊𝒕 = ∝𝒊 + 𝜷 𝑿
donde ∝𝒊 =∝ +𝒖𝒊
𝒊𝒕
+ 𝒆𝒊𝒕 … … (𝟐)
… (3)
Considerando ∝ como fija, se supone que es una variable aleatoria con un valor medio ∝ y
una desviación aleatoria 𝒖𝒊 de dicho valor medio. Si se sustituye (3) en (2) tenemos:
𝒀𝒊𝒕 = ∝ + 𝜷 𝑿
𝒊𝒕
+ 𝒖𝒊 + 𝒆𝒊𝒕 ….(4)
Con esta metodología, el estimador en particular se conformó de la siguiente manera:
𝒅(𝑰𝒊𝒕 ) =∝ +𝜷 𝒅(𝒑𝒊𝒃𝒊𝒕 ) + 𝜷 𝒅(𝒘𝒊𝒕 )+𝜷 𝒅(𝒇𝒙𝒊𝒕 )+𝒖𝒊 + 𝒆𝒊𝒕 … (5)
(+)
(-)
(+)
donde,
i= son las regiones y sectores
t=1994… 2009
d(I)= nivel de empleo
d(pib) = producto interno bruto de cada región y sector.
d(w) salario real promedio del sector por región.
d(fx)=índices de flexibilidad.
ui= componente que capta la heterogeneidad entre regiones y sectores.
eit= error
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 129
4.3 Base de datos.
El análisis empírico se basa en información de la Encuesta Nacional de Empleo Urbano
(ENEU) para los años de 1994-2004, de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo
(ENOE) 2005-2009,29 y de la Encuesta Nacional de Empleo, Salarios, Tecnología y
Capacitación (ENESTyC), para los años de 1992,
1995, 1999, 2001 y 2005 dada la
disponibilidad de datos.
Las dos primeras encuestas tienen ventajas sobre los Censos Industriales, dado
que estas contienen un mayor número de elementos que permiten dar cuenta de la
flexibilidad laboral, así como del uso de micro datos. De la misma manera, el empleo de
los Contratos Colectivos, no permite el micro análisis, además de lo que señalaba
anteriormente, este tipo de contratos no necesariamente se aplican en la práctica.
Por otra parte, no obstante, que la ENE proporciona la información pertinente para
el presente estudio, se eligió la ENEU sobre la primera; dado las siguientes
consideraciones: 1) la ENE y la ENEU, suministran información básicamente idéntica, la
diferencia radica en su representatividad, mientras que en la primera es a nivel nacional, la
segunda es por área metropolitana, 2) la cobertura geográfica de la ENE es de 1991,
1995-2004, mientras en la ENEU abarca el periodo de 1987-2004,30 manteniendo una
cobertura constante a través del periodo de tiempo, y 3)
las diferencias en
representatividad, pueden no variar tanto, dado que de acuerdo con Castro (2005),
durante los últimos 50 años, México se ha caracterizado por llevar a cabo un importante
proceso de urbanización, dando como resultado que en el año 2000, tres de cada cuatro
habitantes se ubica en localidades mayores de 2500 habitantes (ver anexo 2).
Para el año de 2005 en adelante, la ENOE representa la única opción viable, dado
que a partir de este año la ENEU y la ENE son sustituidas por la ENOE; la cual se
caracteriza por reunir las particularidades de las dos anteriores, al tener representatividad
29
De la ENEU, se toma el tercer trimestre, mientras que de la ENOE el segundo, dado que en este trimestre
cuando se tiene disponibilidad del cuestionario ampliado.
30
Aunque la diferencia en cobertura geográfica entre la ENEU y ENE es de únicamente un año se eligió
considerar menos ciudades al compatibilizar la ENEU con la ENOE, dado que se pretende captar el efecto
del TLCAN, el cual entró en vigor en 1994 y sólo es posible con la ENEU.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 130
nacional. Asimismo la ENOE contiene información adicional referente a la movilidad
laboral, además del papel de los sindicatos y el efecto de las políticas activas de empleo,
cuestiones que las dos encuestas anteriores no permitían analizar.
Por último, dado que la ENEU y la ENOE, no permiten examinar la flexibilidad
funcional adecuadamente (dado que solo incluyen una pregunta general sobre las
funciones que desarrolla el trabajador en su ocupación), es necesario recurrir a otro tipo
de encuestas como la ENESTyC, la cual además de emplear micro datos
información
respecto
a
la
antigüedad,
turnos
laborales,
horas
y ofrecer
trabajadas
y
remuneraciones, como las dos anteriores, se disponen de mayores elementos para medir
la flexibilidad como: grados de instrucción, técnicas de organización internas, y número de
trabajadores capacitados. La debilidad de ésta última encuesta radica principalmente en la
cobertura geográfica y temporal, ya que solo se dispone de ella para los años de 1992,
1995, 1999, 2001 y 2005, además solo contiene información del sector de manufacturas
(considera 54 ramas de actividad, y como unidad de observación a los establecimientos
industriales y al establecimiento maquilador). Dado lo anterior, este índice solo será
analizado para el sector industrial y para algunos años.
Por otro lado, dado el periodo de estudio y con fines de hacer compatible la ENEU y
la ENOE, es posible hacer uso de 28 ciudades,31 los trabajadores que se consideran son
los asalariados, y empleados a destajo, comisión o porcentaje, y el análisis se basa sobre
su trabajo principal.32
Se contemplan ambos sexos, de 12 a 70 años que hayan trabajado por lo menos 35
horas33 a la semana anterior a la encuesta, dado que el interés de este análisis es
examinar a la generalidad de los trabajadores. Dentro de las características personales de
31
Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, León, San Luis Potosí, Mérida, Chihuahua, Tampico,
Veracruz, Acapulco, Aguascalientes, Morelia, Toluca, Saltillo, Villahermosa, Tuxtla Gutiérrez, Tijuana,
Culiacán, Hermosillo, Durango, Tepic, Campeche, Cuernavaca, Oaxaca, Zacatecas, Colima y Querétaro.
Para más detalle ver cuadro A2.1 del anexo.
32
La proporción de los trabajadores que laboran en más de un empleo es pequeño, dado que no se rebasa
el 4% del total, además podemos decir que no existe una tendencia clara.
33
Un primer análisis de la base en general, muestra que en promedio los trabajadores que laboran menos
de 35 horas oscila en 12% del total, aunado a que se observa una tendencia a la disminución de este
porcentaje, sugiriendo así un incremento de la jornada laboral.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 131
los trabajadores se considera, escolaridad (21 niveles) y sector donde labora (17
categorías).34
Como se mencionó anteriormente, para analizar la flexibilidad numérica se
considera tipo de contrato (tres clases: escrito temporal, escrito indeterminado y verbal),
para la flexibilidad en costos adicionales al salario: prestaciones (vacaciones y aguinaldo)
y seguridad social. Mientras que para la funcional, la aplicación de la rotación de puestos
de trabajo. En cuanto a la flexibilidad salarial, el análisis se basa en la proporción de
trabajadores que laboran con sueldo variable y por último para la sindical, se contempla la
parte de los trabajadores que no tienen afiliación a un sindicato. Cabe señalar que tales
variables aunque resultan pertinentes, no son suficientes para capturar, en estricto
sentido, el tipo de flexibilidad que se quiere medir, ya que existen otros elementos que
son reflejo de ella, por ejemplo en el caso de la numérica; las variaciones en la jornada
laboral, la subcontratación y el empleo de medio tiempo, son variables que tendrían que
considerarse además del tipo de contrato, para su correcta cuantificación, sin embargo, la
escasa información al respecto, limita la construcción de los indicadores ideales.
Por otra parte, se emplea de igual forma el salario real por hora, por lo que al
respecto el salario nominal es deflactado por el Índice de Precios al Consumidor por
ciudad, dado que el nivel de precios no es homogéneo a través de las ciudades, en caso
de no contar con él, se emplea el de la ciudad más cercana con características similares
(ver cuadro A2.5).
Una vez deflactado el salario nominal, para calcularlo por hora, el procedimiento fue
el siguiente: dado que el ingreso laboral que proporciona la ENEU y la ENOE es mensual
y las horas trabajadas en promedio son semanales, lo primero que se procedió a realizar
para hacer comparables ambas variables es multiplicar las horas laborales por 4.3. Una
vez efectuado lo anterior, se divide el salario nominal mensual entre las horas promedio
trabajadas mensualmente. Por último se considera el Producto Interno Bruto (PIB) por
actividad económica y entidad federativa 1994-2009, a partir de datos de INEGI, y el nivel
de empleo promedio por sector y región, obtenidos de la homologación de las encuestas.
34
Para más detalle ver el anexo 2 al final del documento.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 132
4.4 Conclusiones de capítulo.
En síntesis, se observa que la principal limitante para el estudio de la flexibilidad laboral,
la constituye sin duda la falta de información al respecto, ya que, aunque los contratos
colectivos, en los que se basa la mayoría de las investigaciones, representan una de las
opciones más viables, muestran claras restricciones, entre las que destacan el nivel de
agregación a nivel empresa y el que solo proporcionan elementos de análisis para una
parte de los trabajadores, sobre la plantilla general y no así para los puestos de confianza.
Por ello otra alternativa para examinar dicho fenómeno la representan la ENEU y la
ENOE, dichas encuestas tienen la ventaja de proporcionar información relevante para el
análisis, más acorde con la realidad, a nivel de micro datos lo que permite observar las
características personales, sectoriales y espaciales del trabajador con más detalle,
elementos que pueden estar explicando, en cierta medida, su situación de rigidez o
flexibilidad laboral. Sin embargo, la principal desventaja de éstas, la constituye la falta
homogeneidad entre ambas encuestas, por lo que requirió de un proceso de
homologación, para poderlas emplear. Asimismo las encuestas no proporcionan
información que den idea sobre la flexibilidad funcional, por lo que se requirió hacer uso de
la ENESTyC, para construir dicho indicador.
También se evidenció el hecho, de aun cuando existen algunas técnicas más
elaboradas para la construcción de indicadores de flexibilidad laboral, se eligió una
herramienta convencional, por motivos de desagregación de datos así como por
comparabilidad con otros estudios, como son el De la Garza y Bouzas (1997) y Valencia
(2009), resultado así siete
indicadores:
1)salarial, 2)contractual, 3)prestaciones,
4)seguridad social), 5)funcional, 6)sindical y 7)global. Asimismo, las variables elegidas
para la construcción de tales indicadores, aunque resultan pertinentes, existen elementos
que quedan fuera, debido a la escasa generación de información al respecto.
Sin embargo, dado que uno de los objetivos de la presente investigación, es
examinar el impacto que la flexibilidad en México tiene en la generación de empleo, se
hace uso de técnicas econométricas, mediante el empleo de un macropanel cointegrado,
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 133
ya que se desea analizar la flexibilidad a través del tiempo, en las diferentes regiones de
México. Además de pruebas que permiten elegir el tipo de estimador más apropiado, entre
uno por efectos fijos o por efectos aleatorios.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 134
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 135
Capítulo 5. Flexibilidad Laboral en México: Evidencia empírica.
Con base en la revisión de literatura pudimos constatar el aumento de la flexibilidad laboral
a partir de las reformas económicas llevadas a cabo en México durante la década de los
ochenta, no obstante, su evolución no queda claro sobre todo a partir de la segunda mitad
de los noventa cuando el país celebra el TLCAN; con la finalidad de incrementar la
competitividad productiva, por ello el objetivo de este capítulo es analizar empíricamente
dicho fenómeno así como el grado y tipo de flexibilización desde un enfoque territorial,
mediante las técnicas propuestas en el capítulo anterior.
La estructura del capítulo la componen cuatro secciones, la primera consiste en el
estudio de la evolución de la flexibilidad laboral en México, así como su comportamiento
sectorial, la segunda analiza la flexibilización a través de las regiones, la tercera el impacto
de ésta en la generación de empleo y por último las conclusiones del capítulo.
5.1 Flexibilidad laboral.
Sin duda, la incorporación de México al proceso de globalización económica planteó
nuevos objetivos de competitividad que obligaron a este a acelerar sus procesos de
restructuración productiva y a buscar nuevas formas de organización y administración del
trabajo, orientadas a recuperar la capacidad del aparato productivo mexicano como
sustento del desarrollo económico y social del país, por lo que se esperaría que los retos
de la modernidad económica en México se intensificaran en los primeros años de la
década de los noventa, vía flexibilidad laboral. Sin embargo, los resultados indican que de
manera general, durante el periodo de 1994 al 2009, la flexibilidad laboral en México ha
mostrado un comportamiento a la baja,35 y con un grado de flexibilidad que puede ser
catalogado como rígido (ver gráfica 5.1).
35
Medida a través de un “índice agregado”, a partir de indicadores de flexibilidad numérica, salarial y costos
laborales no salariales (seguridad social y prestaciones).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 136
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
0.4
0.4
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1
0.0
1994
Indice
Gráfica 5.1: Flexibilidad laboral en México, 1994-2009.
Años
Fuente: Elaboración propia con base en las encuestas ENEU (1994-2004) y ENOE (2005-2009).
A pesar que la mayoría de la literatura se inclina en sugerir un avance en la
flexibilidad del mercado laboral mexicano, los resultados indican lo contrario, en particular
durante el lapso de tiempo que comprende los años de 1998 a 2003, ya que para el 2004
toma lugar un leve despunte de esta, de manera más o menos estable, hasta el 2009.
Al respecto, cabe señalar que en 2005, el aparente abrupto que hubo en este año
parece ser debido al cambio de metodología entre la ENEU y la ENOE, pues a pesar de
los esfuerzos realizados para la homologación de los datos, seguramente existen
variaciones que no fueron posibles de eliminar del todo, no obstante, los resultados
obtenidos no dejan de reflejar la realidad del mercado de trabajo en México.36
36
Durante el 2005 el dinamismo productivo alcanzó el 2.8%, cifra inferior a la reportada en 2004 cuando se
situó en 4.4%, lo que representó un crecimiento insuficiente para absorber las nuevas generaciones de
jóvenes en edad de trabajar, ya que la creación de empleos formales, durante el primer trimestre de 2005,
considerado a partir del número de trabajadores afiliados al IMSS apenas se ubicó en 103 mil 399 personas.
Aunque la tasa de desempleo fue relativamente menor que el año anterior (de 3.7% decreció a 3.6%), dado
que el sector informal y la emigración a los Estados Unidos han fungido en México como válvula de escape.
Informe sobre la Situación económica en México (2005), Banxico.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 137
Retomando dichos resultados, estos se encuentran apoyados en el trabajo de
Valencia (2009), que al igual que en el presente documento replica los tipos de
indicadores propuestos en De la Garza y Bouzas (1997), con los cuales concluye que el
mercado laboral mexicano ha tendido relativamente a disminuir su grado de flexibilidad en
los hechos desde 1998 hasta el 2008. Por su parte Tunal (2002), mediante el análisis de
los contratos colectivos, así como de los reglamentos interiores de trabajo, concuerda con
lo anterior, al sugerir que el proceso de flexibilización en el país aún es lento.
De la misma forma el indicador de flexibilidad construido en la investigación de
Lawson y Bierhanzl (2004), coloca a México como uno de los tres mercados laborales más
rígidos en América Latina en el año 2000.
Lo expuesto anteriormente, nos lleva a plantear que los retos de la modernidad y
competitividad que se iniciaron a mediados de la década de los ochenta, cuando la
estrategia de crecimiento económico trazó la necesidad de conformar un escenario
macroeconómico sano y estable que apoyara la capacidad de crecimiento productivo,
mediante el control inflacionario, el saneamiento de las finanzas públicas y el crecimiento
sostenido de las exportaciones, con la modificación sustantiva de sus componentes, nos
dan una idea de que el aparato productivo mexicano se tuvo que ajustar a las nuevas
condiciones de globalización económica, vía flexibilidad laboral desde ese entonces, por lo
que la firma del TLCAN, no representó un cambio sustancial en las nuevas condiciones del
mercado laboral mexicano.
Asimismo, si se considera que el TLCAN tuvo efectos diferenciados a través de las
regiones mexicanas, se podría esperar que sólo algunas regiones, en especial la región
Frontera de México, hubiera presentado una intensificación de la flexibilidad laboral, dada
su mayor interacción económica con los Estados Unidos y Canadá, al igual que en ciertos
sectores productivos. Por tanto, el resultado anterior, puede no mantenerse cuando se
observa por regiones así como por sector económico.
Siguiendo la idea, tales diferencias entre los niveles de flexibilidad laboral que se
exhiben entre regiones y sectores así como los diversos tipos mecanismos mediante los
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 138
que se expresa tal flexibilidad, no son posibles de ser observadas mediante la
construcción de un índice global.
Sin embargo, considerando tal indicador, de acuerdo con la teoría neoclásica, en
materia de desempleo, se supondría que dada dicha evolución de la flexibilidad en el
mercado de trabajo mexicano, tendría lugar un incremento de la tasa de desempleo
durante dicho periodo, no obstante, el cuadro 5.1 señala que tal relación no existe, ya que
durante 1998 al 2003 el desempleo disminuyó al igual que la flexibilidad laboral.
Cuadro 5. 1 Tasa de desempleo abierta, 1994-2009.
Periodo
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
Tasa de desocupación
abierta
3.7
6.2
5.5
3.7
3.2
2.5
2.2
2.4
2.7
3.27
3.78
3.6
3.59
3.71
3.96
5.46
*Tasa calculada con respecto al total de la Población
Económicamente Activa.
Fuente: De 1994-2004 de la Secretaria del Trabajo y Prevención Social,
con cifras retomadas de INEGI. Del 2005-2009, INEGI, Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo.
De acuerdo con el coeficiente de correlación la tasa de desempleo abierta de 19942009, se encuentra relacionada en 0.54 con el índice de flexibilidad global, lo cual es
indicativo de una correspondencia positiva entre ambas variables. Por tanto, al no existir
una relación inversa entre dichas variables, podría esperarse que una política en pro de la
generación de empleo, no justifique el deterioro de las relaciones laborales en México.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 139
5.1.1 Tipos de flexibilidad laboral.
Ahora bien, cuando se observa el proceso de flexibilización de las relaciones laborales por
tipo de flexibilidad, de 1994 a 2009, se muestran comportamientos diversos; mientras que
la flexibilidad numérica y la de costos laborales no salariales, medida a través de la
seguridad social, muestran un crecimiento, la flexibilidad salarial se mantiene casi estable
en el tiempo y la segunda variable referente a costos laborales no salariales, expresada a
través de las prestaciones, exhibe un comportamiento a la baja (gráfica 5.2).
Gráfica 5.2: Tipos de flexibilidad laboral en México, 1994-2009.
0.6
0.5
Indice
0.4
Salarial
0.3
Numérica
0.2
Seguridad Social
0.1
Prestaciones
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
0.0
Años
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
No obstante, los hallazgos encontrados en Lawson y Bierhanzl (2004) y Valencia
(2009), sobre la relativa rigidez laboral en México, los autores señalan que esta
aseveración no se mantiene para el caso de la seguridad social; donde los números
parecen indicar un aumento.
Asimismo Fujii (2003) señala que en México la flexibilización se traduce en la
reducción de los costos laborales salariales y no salariales, a través de la intervención
gubernamental en la fijación de las contribuciones a la seguridad social como medio para
incrementar el empleo formal.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 140
En cuanto a la flexibilidad numérica De la Garza (2000), sugiere que durante el
periodo de 1990-1997, con base en el análisis de los contratos colectivos, el mercado
laboral mexicano exhibe un incremento en este tipo de flexibilidad, mediante el despunte
de trabajadores con contrato temporal o delimitado.
Por otra parte, la flexibilidad funcional medida a través la rotación de puestos de
trabajo en el sector manufacturero, muestra un incremento de este mecanismo de
flexibilización de 1995 a 1999, periodo en que la flexibilidad numérica disminuye su
preponderancia. No obstante, la evolución de la flexibilidad del tipo funcional de 1992 a
2005, exhibe un comportamiento errático y poco representativo.
Gráfica 5.3: Flexibilidad funcional en México, 1992-2005.
0.05
Indice
0.04
0.03
0.02
0.01
0.00
1992
1995
1999
2001
2005
Años
Flexibilidad Funcional
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENESTYC 1992, 1995, 1999, 2001 y 2005.
La flexibilidad sindical, por su parte muestra un comportamiento estable de 2005 a
2007, comienza a crecer a partir de 2008, y tiene su mayor despunte en el 2009.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 141
Gráfica 5.4: Flexibilidad sindical en México, 2004-2009
Porcentaje
Porcentaje
0.84
0.83
0.83
0.82
0.82
2005
2006
2007
2008
2009
Años
Flexibilidad Sindical
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENOE (2005-2009).
No obstante, que los resultados sugieren que la economía mexicana se ha
caracterizado por su inflexibilidad salarial, al igual que en otros estudios como en: De la
Garza y Bouzas (1997), De la Garza (1998, 2000), Tunal (2002), Lawson y Bierhanzl
(2004) y Valencia (2009). Fuggi (2003), sostiene que en México no existe tal rigidez, dado
que desde 1994 el salario promedio disminuyó, además de que los sindicatos se han
preocupado más por la conservación del empleo que de la fijación del salario por lo que el
desempleo no puede ser explicado a través de esta variable. 37
En general puede observase que de acuerdo con los criterios de flexibilidad que se
siguen en la presente investigación, el grado de flexibilidad que exhibe el mercado laboral
mexicano es relativamente rígido, dado que únicamente el tipo de flexibilidad sindical
expone un grado altamente flexible, el tipo contractual uno moderado, mientras que los
otros cuatro tipos exhiben un grado rígido de flexibilidad, aunque ello no implica que todos
37
La clave en este tema parece estar en la conformación del salario integrado, que se compone del total de
ingresos de un trabajador, esto es, sueldo base + comisiones u otro modo de pago variable, como
honorarios, propinas, etc. + prestaciones en especie. El conflicto radica en que la ENEU y la ENOE excluye
a todo aquel que declara tener un sueldo base (aunque sea el mínimo) de los criterios de trabajador a
destajo, comisión o porcentaje, que es lo que mide el índice de flexibilidad salarial. Tal situación podría estar
subestimando el verdadero valor del indicador de flexibilidad salarial.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 142
los sectores y ramas lo sean, de ahí la importancia de desglosar el análisis en la mayor
medida posible, dado que cada actividad económica tiene su peculiar forma de
comportarse.
5.1.2 Tipos flexibilidad laboral por sector económico.
En cuanto a la flexibilidad salarial, mientras que el sector de Transportes muestra un grado
de flexibilidad moderado, el resto de ellos exhiben un grado rígido, no obstante, que las
ramas de Textiles, Minerales no Metálicos están por arriba del promedio. Por su parte el
sector Comercio de 2004-2005 comienza a incrementarse sobrepasando durante el 20052009 al comportamiento promedio. Aunque la rama de Metálicas Básicas sobresale por
ser la más rígida en esta cuestión (gráfica 5.5).
Gráficas 5.5: Grado de flexibilidad salarial en México por sector 1994-2009.
0.5
0.45
0.4
0.35
Indice
0.3
0.25
0.2
0.15
0.1
0.05
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Periodo
Alimentos
Papel
Metálicas básicas
Construcción
Servicios financieros
Textiles
Quimica
Maquinaria y equipo
Comercio
Servicios Comunales
Madera
Minerales no metalicos
Otras
Transporte
promedio
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009)
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 143
Respecto a la flexibilidad numérica la gráfica 5.6, muestra que únicamente el sector
de la Construcción es altamente flexible, seguido de las ramas de la Madera, Transportes,
Textiles, Minerales no Metálicos, Comercio y Servicios Comunales; con un grado
moderado, mientras que la rama más rígida la representa la de Metálicas Básicas.
Gráfica 5.6: Grado de flexibilidad numérica en México por sector 1994-2009.
0.9
0.8
0.7
Indice
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Alimentos
Papel
Metálicas básicas
Construcción
Servicios financieros
Años
Textiles
Quimica
Maquinaria y equipo
Comercio
Servicios Comunales
Madera
Minerales no metalicos
Otras
Transporte
promedio
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Aunque el grado de flexibilidad en seguridad social, a
nivel nacional, es
considerada rígida, por sectores tenemos que la Construcción, Transportes y la rama de
Maderas exhiben un grado de flexibilidad moderado y en el caso de Comercio muy
cercano a ser altamente flexible (ver gráfica 5.7). Por abajo del promedio y destacando por
su alta rigidez, se encuentra la rama de Metálicas Básicas.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 144
Gráfica 5.7: Grado de flexibilidad en seguridad social en México por sector 1994-2009.
0.7
0.6
Indice
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Periodo
Alimentos
Papel
Metálicas básicas
Construcción
Servicios financieros
Textiles
Quimica
Maquinaria y equipo
Comercio
Servicios Comunales
Madera
Minerales no metalicos
Otras
Transporte
promedio
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Referente a las prestaciones, el sector de la Construcción es altamente flexible, el
sector de Transportes tiene un grado moderado al igual que la rama de Maderas, y
también por arriba del promedio, se encuentran los sectores de Comercio, Textiles,
Minerales no metálicos y Servicios comunales (gráficas 5.8), aunque a partir del 2005 el
grado de flexibilización disminuye para estos dos últimos sectores.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 145
Gráfica 5.8: Grado de flexibilidad en prestaciones en México por sector 1994-2009.
0.9
0.8
0.7
Indice
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Años
Alimentos
Papel
Metálicas básicas
Construcción
Servicios financieros
Textiles
Quimica
Maquinaria y equipo
Comercio
Servicios Comunales
Madera
Minerales no metalicos
Otras
Transporte
promedio
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Por su parte, la flexibilidad funcional como se pudo notar es mucho más pequeña
que las anteriores y todas las ramas son altamente rígidas, no obstante, sobresale la rama
de Sustancias Químicas seguida de Metálicas Básicas por ubicarse por encima del
promedio, como las menos rígidas (gráfica 5.9).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 146
Gráfica 5.9: Promedio del grado de flexibilidad funcional por sector, 1992-2005
8%
19%
10%
6%
7%
11%
16%
4%
19%
Alimentos
Textiles
Madera
Papel
Sust. Quimicas
Min. N Metal.
Met. Basicas
Prod Met.Maq.
Otras
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENESTYC 1992, 1995, 1999, 2001 y 2005.
Por último, en cuanto al grado de flexibilidad sindical por sectores, se tiene que en
general todas las ramas y sectores son altamente flexibles, aunque destacan los sectores
de la Construcción, Comercio y Servicios Financieros, por contener a más del 97.0 por
ciento de los trabajadores en tales actividades sin derecho a sindicato, mientras que la
rama de Metálicas Básicas representa la menos flexible.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 147
4
3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
2009
Servicios Comunales
Servicios financieros
Transporte
Comercio
Construcción
Otras
Maquinaria y equipo
Metálicas básicas
Minerales no metalicos
Quimica
Papel
Madera
Textiles
2008
Alimentos
Índice
Gráfica 5.10: Grado de flexibilidad sindical por sector, 2005-2009.
2007
2006
Actividades económicas
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENOE (2005-2009).
En síntesis se puede decir que las ramas y sectores más flexibles son el de la
Construcción, Transportes, almacenamiento y comunicaciones, Industria y productos de la
Madera, Textiles, prendas de vestir e industrias del cuero y del calzado, Minerales no
metálicos, y Comercio, restaurantes y hoteles. Mientras que la rama de Metálicas Básicas,
sobresale por su alta rigidez, seguido de Sustancias Químicas, derivados del petróleo,
productos de caucho y plástico, Maquinaria y Equipo, y Productos Alimenticios.
Al respecto otros estudios coinciden con los hallazgos aquí presentados, al señalar
a la industria de aceites y grasas vegetales, así como a la automotriz como aquellas
actividades económicas donde se presenta mayor rigidez laboral (De la Garza y Bouzas,
1997,Tunal 2002, y De la Garza y 1998).
Lo anterior constata, las diferencias entre los comportamientos de los mecanismos
flexibilizadores dentro de los mercados laborales, que se derivan de la naturaleza propia
del funcionamiento de la actividad económica, sin embargo, estos se acentúan dada la
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 148
localización de dichas actividades, ya que estas no se distribuyen de manera homogénea
a lo largo del país.
5.2 Flexibilidad de los mercados de trabajo regionales.
Como ya se ha venido mencionado a lo largo de la investigación, el tipo de flexibilidad así
como el grado difiere de cada región y su estructura económica. Por ello, es importante
analizar el fenómeno a través de las regiones mexicanas, sin embargo, si estas no
mantienen una misma distribución de la actividad productiva, se corre el riesgo que la
flexibilidad sea muy diferente al interior de éstas, por ello el criterio para regionalización de
las áreas urbanas mexicanas debe responder al propósito de la investigación, por lo que
se creé que este puede ser en base a un índice de localización, tal como lo hace Ruíz
Durán (1999),38 mediante el cual se constató que para el periodo de estudio en cuestión,
los cambios de temporalidad parecen no ser significativos, ya que la regionalización que
se obtuvo fue muy similar a la que anteriormente logró el autor (descrita en el pasado
capítulo 3 de la presente investigación). Por tanto, entre más homogéneas sean las
regiones al interior, el comportamiento de la flexibilidad laboral tendera a mantener un
comportamiento estable.
Al respecto tenemos que las regiones en general muestran un grado rígido de
flexibilidad salarial, sin embargo, las regiones del Centro, Sur y Pacífico representan las
menos rígidas.
En cuanto a la flexibilidad del tipo numérica, las regiones presentan un grado
moderado a excepción de la región Frontera, quien muestra un grado rígido de flexibilidad.
Las regiones mas flexibles son las regiones D.F. y entorno, Centro y Sur.
Tanto en Seguridad Social como en Prestaciones sólo las regiones del Sur y la del
D.F. y entorno, muestran un grado moderado de flexibilidad laboral, las restantes uno
rígido, y sobre todo la región Frontera.
38
Para más detalle sobre los resultados de este índice ver anexo 3.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 149
En relación a la flexibilidad Sindical, todas las regiones exhiben un grado altamente
flexible, pero en especial la región Sur seguida de la región Centro.
En las gráficas 5.11 y 5.12, se puede observar que en general la evolución de 19942009, por regiones sigue el mismo comportamiento que a nivel nacional. No obstante que
el grado, así como el mecanismo mediante el cual se traduce la flexibilidad varia a través
de las regiones.
En 1994, la región Frontera representa la región con mayor rigidez laboral, lo que se
mantiene constante en 2009, sin embargo, el sector de la Construcción ha mantenido un
alto grado de flexibilidad laboral seguido por la Industria y Productos de la Madera con uno
moderado, en donde dicha flexibilidad se ha traducido en el aumento de trabajadores con
contrato temporal y de empleados sin prestaciones. En total, en 2009, la región contuvo
cerca de un tercio de los trabajadores con dichas características (cuadros 5.2 y 5.3).
Dada su cercanía y su estrecha relación económica de la región Frontera con los
Estados Unidos, una de las economías con el mercado de trabajo más flexible, podría
esperarse que esta región resultará mayormente afectada en cuanto al deterioro de las
relaciones laborales, sin embargo, los resultados indican lo contrario, lo cual puede
explicarse porque las industrias extranjeras ubicadas en la frontera de México o aquellas
empresas con miras a exportar, premian al trabajo calificado, el cual no es un factor
abundante en nuestro país. Al respecto, de acuerdo con los resultados obtenidos en el
capítulo 3, cabe destacar que la región cuenta con uno de los porcentajes más altos de
individuos con educación superior, además de una mayor participación de la mujer, así
como de asalariados.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 150
Gráfica 5.11: Flexibilidad laboral por regiones, 1994-2009.
2) Numérica
0.6
0.6
0.5
0.5
0.4
0.4
Indice
0.3
0.3
0.2
0.2
0.1
0.1
2008
2006
2004
Periodo
Años
Frontera
Centro
D.F. y entorno
Sureste
Frontera
Centro
D.F. y entorno
4) Seguridad social
3) Prestaciones
0.6
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
0.5
Indice
0.4
0.3
0.2
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
0
1994
Años
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
0.1
1994
Indice
2002
2000
1998
2008
2006
2004
2002
2000
1998
1996
1994
1996
0
0
1994
Indice
1) Salarial
Años
Frontera
Centro
D.F. y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Frontera
D.F. y entorno
Sur
Centro
Sureste
Pacifico
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 151
Indice
Gráfica 5.12: Flexibilidad sindical por regiones 2005-2009.
0.87
0.86
0.85
0.84
0.83
0.82
0.81
0.80
0.79
0.78
0.77
2005
2006
2007
2008
2009
Años
Frontera
Centro
D.F. y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Asimismo la alta rigidez de la región Frontera parece estar relacionada con su
especialización productiva en la rama de Metálicas Básicas, cuya actividad se caracteriza
por su alta inflexibilidad en costos laborales y contractual, aunque la menor en el tipo
funcional, lo que significa que el mecanismo predominante mediante el cual se ha
expresado la flexibilidad laboral en la región ha sido a través de la polivalencia de
funciones de los trabajadores, tal como se ha hecho en los Estados Unidos.
De manera opuesta, de 1994 a 2009, la región que presenta la mayor flexibilidad
laboral, es la región Sur, sobre todo del tipo numérico, en prestaciones y seguridad social.
Mientras que en 1994 la Industria y Productos de la Madera, así como el sector de la
Construcción, destacaron por su alto grado de desregulación, en 2009, fueron los sectores
de Transportes y de la Construcción, seguidos por la Industria y Productos de la Madera,
la Industria de Minerales no Metálicos, y Productos Metálicos, maquinaria y equipo.
Cabe destacar que dicho comportamiento parece estar ligado con que la región
cuenta con los niveles más bajos de individuos con nivel superior, así como su
especialización en actividades relacionadas con los sectores de Servicios y Comercio.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 152
En 1994, después de la región Sur se encuentran las regiones del Centro y la del
D.F y entorno, en cuanto a nivel de flexibilidad. Ambas regiones son altamente flexibles en
el sector Construcción y en la Industria y Productos de la Madera, asimismo la segunda
región en el sector de Transportes y Comercio. En 2009 en la región Centro se mantiene
el sector de la Construcción, la Industria y Productos de la Madera, y se adhiere Textiles,
prendas de vestir e industrias del cuero y el calzado, mientras que en el D.F. y entorno,
son la Construcción, Transportes, Productos de la Madera, Comercio, Textiles, prendas de
vestir e industrias del cuero y el calzado, e Industrias Minerales no metálicos.
A diferencia de la región Frontera, las regiones del DF y entorno, y Centro; en
donde a pesar que tienen mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo,
empleados con mayor calificación (sobre todo la primera), exhiben un grado mucho más
alto de flexibilidad que la región del norte del país, por lo que la explicación de este hecho
parecer ser la preponderancia de actividades terciarias y de la rama Textil, las cuales se
caracterizan por su relativa mayor flexibilización.
Los mecanismos flexibilizadores en ambas regiones fueron principalmente, los
contratos temporales, la eliminación de prestaciones laborales y en el caso del D.F y
entorno el segundo tipo más importante fue la eliminación de la seguridad social. En 2009
poco más de la mitad de sus trabajadores presentaron esas características, en sector de
la Construcción más del 80.0 por ciento y en Comercio cerca del 70.0 por ciento (ver
cuadros 5.2 y 5.3).
En el caso del sector de Comercio, una causante de esta situación son las agencias
promocionales, que suelen tener una alta rotación de personal, además de que los
trabajadores en este tipo de empresas suelen ser contratados bajo esquemas de pago por
comisiones, haciendo de ellos víctimas de un doble efecto flexbilizador.
Por su parte en el ramo de la Construcción, se caracteriza por una alta flexibilidad
en trabajadores eventuales, hecho que hasta en cierto punto es normal, pues las
constructoras suelen trabajar por proyecto, situación que no les permite a una gran
mayoría de ellas conservar a la parte gruesa de sus plantillas base.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 153
En la región Sureste tanto en 1994 como en 2009, los sectores altamente flexibles
son la Construcción y la Industria y Productos de la Madera. En 2009 se adhieren las
ramas de Productos Metálicos, maquinaria y equipo, Industrias de Minerales no metálicos,
y Papel y productos de papel.
En 2009, los tipos de flexibilización predominantes son los empleos eventuales con
más del 70.0 por ciento de sus empleos totales, y ausencia de prestaciones laborales con
poco más del 70.0 por ciento en Construcción y en la rama de Productos Metálicos,
maquinaria y equipo. Por otro lado, el 79.0 por ciento de los trabajadores en la Industria y
Productos de la Madera, no contaron con seguridad social, por arriba del 56.0 por ciento
del sector Construcción (cuadros 5.2 y 5.3).
Por último en la región Pacifico, su flexibilidad laboral ha tendido a disminuir dado
que en 1994 presentaba un alto grado de flexibilidad en la Industria de Minerales no
metálicos, en Construcción y en la Industria y Productos de la Madera, tanto del tipo
numérico, como en prestaciones y seguridad social. Para el 2009 sólo en Construcción,
mediante contratos eventuales y la eliminación de prestaciones, así como en Industrias de
Minerales no metálicos a través del empleo temporal.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 154
Cuadro 5.2: Flexibilidad Laboral por regiones y sectores, 1994.
Regiones
Actividad Económica
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met. Met. Bás. Prod. Met. Otras Construcción Electricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com.
Flex. salarial
0.07
0.05
0.04 0.08
0.01
0.07
0.00
0.02 0.00
0.07
0.01
0.08
0.20
0.07
0.05
Flex. númerica
0.28
0.26
0.48 0.25
0.23
0.28
0.20
0.19 0.25
0.69
0.06
0.33
0.36
0.11
0.40
Flex. seg. soc.
0.14
0.13
0.25 0.16
0.05
0.16
0.09
0.05 0.08
0.34
0.03
0.21
0.25
0.11
0.29
Flex. en prest.
0.25
0.26
0.43 0.26
0.11
0.25
0.23
0.14 0.22
0.70
0.04
0.34
0.41
0.15
0.37
Flex. salarial
0.08
0.35
0.12 0.13
0.06
0.20
0.00
0.03 0.03
0.15
0.00
0.09
0.44
0.10
0.05
Flex. númerica
0.40
0.64
0.73 0.42
0.26
0.53
0.17
0.27 0.39
0.72
0.15
0.55
0.51
0.21
0.47
Flex. seg. soc.
0.24
0.33
0.53 0.24
0.10
0.41
0.02
0.10 0.29
0.43
0.00
0.37
0.39
0.13
0.34
Flex. en prest.
0.35
0.51
0.68 0.38
0.22
0.52
0.02
0.17 0.32
0.73
0.06
0.50
0.51
0.18
0.42
Flex. salarial
0.07
0.11
0.10 0.09
0.03
0.11
0.04
0.02 0.04
0.11
0.00
0.08
0.53
0.08
0.04
Flex. númerica
0.43
0.42
0.85 0.30
0.26
0.51
0.30
0.29 0.33
0.83
0.11
0.56
0.65
0.27
0.48
Flex. seg. soc.
0.24
0.28
0.75 0.21
0.11
0.35
0.04
0.09 0.19
0.75
0.04
0.42
0.61
0.15
0.37
Flex. en prest.
0.33
0.37
0.83 0.29
0.21
0.50
0.13
0.15 0.22
0.83
0.04
0.53
0.67
0.19
0.42
Flex. salarial
0.08
0.10
0.08 0.03
0.04
0.03
0.00
0.04 0.00
0.04
0.00
0.10
0.44
0.12
0.04
Flex. númerica
0.47
0.33
0.80 0.41
0.13
0.38
0.07
0.53 0.33
0.73
0.21
0.46
0.54
0.15
0.38
Flex. seg. soc.
0.26
0.27
0.60 0.30
0.11
0.25
0.04
0.38 0.00
0.47
0.00
0.30
0.41
0.18
0.28
Flex. en prest.
0.38
0.31
0.71 0.38
0.04
0.38
0.11
0.58 0.17
0.72
0.08
0.44
0.54
0.19
0.34
Flex. salarial
0.07
0.08
0.11 0.08
0.03
0.05
0.00
0.04 0.24
0.11
0.00
0.10
0.47
0.08
0.05
Flex. númerica
0.41
0.32
0.72 0.26
0.21
0.39
0.00
0.38 0.40
0.81
0.18
0.47
0.55
0.11
0.43
Flex. seg. soc.
0.32
0.17
0.66 0.29
0.29
0.20
0.00
0.27 0.44
0.67
0.01
0.36
0.54
0.15
0.41
Flex. en prest.
0.42
0.26
0.73 0.31
0.32
0.20
0.00
0.35 0.40
0.84
0.04
0.48
0.62
0.20
0.43
Flex. salarial
0.14
0.08
0.14 0.12
0.12
0.40
0.43
0.13 0.13
0.15
0.01
0.09
0.47
0.08
0.05
Flex. númerica
0.45
0.34
0.70 0.27
0.18
0.81
0.71
0.47 0.52
0.80
0.22
0.49
0.56
0.18
0.38
Flex. seg. soc.
0.28
0.14
0.54 0.21
0.10
0.65
0.43
0.23 0.39
0.52
0.03
0.29
0.40
0.13
0.25
Flex. en prest.
0.38
0.43
0.71 0.24
0.14
0.76
0.14
0.40 0.30
0.79
0.12
0.45
0.57
0.19
0.33
Centro
1994
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 155
Cuadro 5.3: Flexibilidad Laboral por regiones y sectores, 2009.
Regiones
Actividad Económica
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met. Met. Bás. Prod. Met. Otras Construcción Electricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com.
Flex. salarial
0.10
0.03
0.04 0.02
0.02
0.04
0.02
0.01 0.02
0.04
0.01
0.13
0.11
0.08
0.06
Flex. númerica
0.36
0.23
0.42 0.19
0.16
0.29
0.24
0.16 0.16
0.76
0.10
0.34
0.34
0.31
0.42
Flex. seg. soc.
0.24
0.13
0.31 0.05
0.02
0.15
0.07
0.04 0.04
0.42
0.01
0.20
0.20
0.15
0.31
Flex. en prest.
0.23
0.15
0.31 0.11
0.07
0.18
0.13
0.07 0.05
0.60
0.01
0.22
0.22
0.19
0.29
Flex. salarial
0.10
0.24
0.11 0.03
0.04
0.05
0.01
0.01 0.06
0.11
0.02
0.16
0.32
0.09
0.08
Flex. númerica
0.44
0.74
0.69 0.45
0.38
0.44
0.15
0.32 0.61
0.85
0.07
0.51
0.51
0.47
0.51
Flex. seg. soc.
0.25
0.39
0.40 0.18
0.16
0.23
0.07
0.13 0.33
0.53
0.02
0.30
0.34
0.22
0.37
Flex. en prest.
0.29
0.46
0.48 0.29
0.20
0.29
0.05
0.17 0.27
0.74
0.09
0.33
0.40
0.30
0.37
Flex. salarial
0.04
0.03
0.02 0.02
0.02
0.03
0.00
0.00 0.02
0.03
0.00
0.10
0.47
0.06
0.05
Flex. númerica
0.49
0.53
0.69 0.39
0.24
0.55
0.39
0.39 0.30
0.88
0.24
0.55
0.64
0.43
0.50
Flex. seg. soc.
0.31
0.43
0.59 0.22
0.11
0.52
0.15
0.22 0.23
0.81
0.04
0.44
0.58
0.26
0.39
Flex. en prest.
0.34
0.46
0.58 0.24
0.15
0.52
0.30
0.21 0.20
0.87
0.04
0.47
0.62
0.32
0.38
Flex. salarial
0.17
0.00
0.00 0.04
0.11
0.00
0.00
0.00 0.00
0.02
0.00
0.14
0.37
0.09
0.05
Flex. númerica
0.50
0.05
0.75 0.65
0.33
0.63
0.00
0.76 0.50
0.71
0.30
0.40
0.46
0.39
0.41
Flex. seg. soc.
0.37
0.05
0.79 0.43
0.00
0.50
0.10
0.65 0.00
0.56
0.00
0.28
0.40
0.25
0.31
Flex. en prest.
0.45
0.09
0.71 0.43
0.00
0.50
0.10
0.74 0.00
0.71
0.06
0.32
0.50
0.33
0.30
Flex. salarial
0.13
0.07
0.06 0.03
0.03
0.11
0.00
0.08 0.00
0.03
0.00
0.16
0.61
0.06
0.06
Flex. númerica
0.45
0.41
0.60 0.57
0.28
0.66
0.00
0.62 0.48
0.81
0.20
0.42
0.70
0.40
0.47
Flex. seg. soc.
0.39
0.32
0.57 0.50
0.08
0.49
0.00
0.51 0.19
0.72
0.00
0.34
0.63
0.31
0.37
Flex. en prest.
0.42
0.32
0.57 0.43
0.15
0.43
0.00
0.49 0.19
0.77
0.00
0.35
0.65
0.33
0.37
Flex. salarial
0.08
0.13
0.10 0.08
0.09
0.32
0.33
0.04 0.04
0.06
0.00
0.17
0.42
0.11
0.05
Flex. númerica
0.53
0.34
0.59 0.26
0.28
0.70
0.33
0.40 0.52
0.83
0.15
0.44
0.59
0.43
0.41
Flex. seg. soc.
0.33
0.21
0.44 0.13
0.13
0.54
0.33
0.22 0.35
0.57
0.03
0.23
0.43
0.24
0.27
Flex. en prest.
0.38
0.21
0.43 0.08
0.20
0.54
0.33
0.29 0.30
0.77
0.08
0.27
0.50
0.29
0.28
Centro
2009
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 156
Hasta ahora se ha medido el grado de flexibilidad del mercado laboral mexicano, de
lo cual se puede concluir que a nivel nacional, el mercado es relativamente rígido. Por
actividad económica, la rama de Metálicas Básicas es la más rígida contrario al sector de
la Construcción, y por regiones, la región Frontera es la más rígida, de manera opuesta a
la del Sur
En suma, se observa que la expresión de flexibilidad predominante en las regiones
es la del tipo numérica y en seguridad social en menor medida, a excepción de la región
Frontera. Por tanto, al respecto podemos preguntarnos ¿el aumento de trabajadores
eventuales, ha justificado de alguna manera, el incremento del empleo? ¿los mayores
niveles de flexibilidad en la región Sur han resuelto los problemas de desempleo o sólo
han representado un tipo de erosión de las relaciones laborales?
5.3 Flexibilidad Laboral y su impacto en la generación de empleo.
Con base en las interrogantes anteriormente expuestas, resulta relevante identificar la
relación que existe entres los diferentes mecanismos de flexibilidad, que tienen cabida a
través de la regiones mexicanas, y la generación de empleo, así como la efectividad de
cada uno de ellos para el propósito antes descrito. Para ello se utilizó el modelo
econométrico ya especificado en el capitulo pasado, aunque resulta recomendable realizar
primero un análisis gráfico de los datos para conocer su comportamiento, por lo que se
realizó inicialmente una inspección de este corte partiendo de lo general, para
posteriormente adentrarse a las particularidades de las regiones.
En la figura 5.13 se graficaron en las ordenadas el nivel de empleo representado
por el total de contratados en el país, en función del índice global de flexibilidad laboral,
representado en el eje de las abscisas. Los datos fueron normalizados para lograr una
mejor interpretación, por lo que los datos negativos sólo indican las variaciones de las
cifras respecto a la media.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 157
Gráfica 5.13: Correlación entre empleo y flexibilidad laboral.
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
De acuerdo con esta información, es claro que existe una relación inversa entre
flexibilidad laboral y la generación de empleo a nivel nacional, dada la pendiente negativa
que se muestra en la figura anterior, es obvio que a medida que aumenta el grado de
flexibilidad laboral, el nivel de empleo disminuye, esto constata el comportamiento
anteriormente descrito en relación con la tasa de desempleo. Asimismo, esto puede estar
en línea con lo que esta sucediendo en muchos países, ya que no obstante, que su grado
de flexibilidad va en aumento, los problemas de desempleo no se han resuelto, dado que
la variable del empleo parece haber respondido a otros factores tales como el crecimiento
económico y el aumento de la productividad.
De acuerdo a lo anterior es posible esperar que los índices de flexibilidad no tengan
mucho impacto en la generación de empleo, por ello es necesario incluir algunas variables
de absorción que puedan brindar robustez para obtener un buen modelo, como son el
Producto Interno Bruto (PIB) por actividades económica, así como el salario real por
región.
No obstante que el nivel de crecimiento, representado por el PIB, no es
una
variable que se incluya dentro del marco neoclásico, pues ya que esta variable es
considerada determinada por el nivel de empleo, pero sin duda es una variable que
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 158
impacta en la generación de empleo, al menos de manera indirecta bajo el supuesto del
desempleo involuntario. Partiendo del supuesto que la demanda agregada estuviera por
debajo de la curva de equilibrio y dada la oferta agregada constante, un incremento en el
PIB provocará un desplazamiento a la izquierda de la demanda agregada y con esto, se
alcanzaría un nivel de precios mayor, que trasladado al mercado de trabajo, esto se
traduciría en una disminución del salario real, mismo que permitiría a los empresarios
generar más empleo.
En cuanto al salario real, se puede decir que es otra manera de medir la flexibilidad
salarial, pues de acuerdo con el análisis neoclásico, tanto trabajadores como empresarios
son altamente sensibles a los movimientos en (w), por lo que de acuerdo con esta
vertiente se requiere reducir el salario real para absorber el desempleo existente.
Al respecto, se observa que existe una relación positiva (grafica 5.14), entre el PIB y
el nivel de empleo por lo que se espera que el crecimiento del PIB influya en la creación
de nuevos empleos, mientras que el salario real lo haga de forma negativa (gráfica 5.15).
Gráfica 5.14: Correlación entre empleo y PIB.
Fuente: Elaboración propia, en base en las estadísticas de INEGI.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 159
Gráfica 5.15: Correlación entre empleo y salario real.
Fuente: Elaboración propia, en base a la ENEU (1994-2004) y la ENOE (2005-2009).
Una vez determinadas las variables a emplear, se procedió a utilizar un macropanel
cointegrado mediante el estimador de efectos aleatorios. Las variables participantes son
los cuatro índices de flexibilidad laboral (numérica, salarial, prestaciones y seguridad
social), de los cuales se obtuvo su primera diferencia para volverlos estacionarios, además
del PIB por sector y región, así como el salario real promedio por sector y región, por lo
que el modelo a estimar es:
𝒅(𝑰𝒊𝒕 ) =∝ +𝜷 𝒅(𝒑𝒊𝒃𝒊𝒕 ) + 𝜷 𝒅(𝒘𝒊𝒕 )+𝜷 𝒅(𝒇𝒙𝒊𝒕 )+𝒖𝒊 + 𝒆𝒊𝒕
Al respecto cabe señalar que todas las series son I (1), por lo que, se tienen
ecuaciones balanceadas, por tanto fue posible y necesario trabajar con el método de
cointegración, mismo que permitirá obtener un equilibrio de largo plazo.
De la misma manera se procedió a aplicar las pruebas necesarias para optar entre
un estimador de efectos aleatorios o uno de efectos fijos, tal y como fue planteado en el
apartado de metodología, todo modelo debe partir del estimador de regresión agrupada,
para posteriormente ser comparado con los estimadores de efectos fijos y aleatorios.
El primer estadístico es mediante una prueba F, la cual sostiene como hipótesis
nula (Ho), que el modelo panel es mejor que efectos fijos; en este caso se rechazo la H o y
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 160
aceptamos la alternativa (H1) la cual afirma que estimador de efectos fijos es mejor que el
de regresión agrupada.
Ahora bien, mediante el estadístico Breusch-Pagan, donde la Ho sostiene que el
estimador de regresión agrupada es mejor que el de efectos aleatorios. Nuevamente se
rechaza la Ho, aceptando que utilizar efectos aleatorios resulta más pertinente.
Dado que los resultados no son consistentes en una prueba y otra se procedió a
realizar una tercera, mediante la prueba de Hausman, la cual indica que efectos aleatorios
es la mejor opción (cuadro 5.4).
Cuadro 5.4: Criterios para la elección de modelo.
Prueba
Probabilidad
F**
0.0014
Breusch-Pagan***
0.0002
Hausman****
3.33
Significancia al 95%
**Ho:Modelo pool es mejor que Efectos fijos
***Ho:Modelo pool es mejor que Efectos
Aleatorios
****Ho:Estimador de Efectos Aleatorios es mejor
que efectos Fijos.
Cabe mencionar que adicionalmente se aplicó la prueba de Wooldridge para
detectar problemas de correlación temporal, la cual llevo a aceptar la Ho, la cual refiere a
no existencia de tal problema, asimismo pruebas de multicolinealidad, para lo cual se
corrieron diferentes regresiones entre las variables independientes, con lo cual se busca
identificar si alguna de ellas explica en cantidad importante a otra variable, ya que de ser
así los resultado serian espurios, sin embargo los R2 arrojados fueron bajos, por lo cual no
hay problemas de este tipo que pudieran poner en duda los resultados del modelo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 161
Por último, dado que el estimador de efectos aleatorios debe realizarse mediante
mínimos cuadrados generalizados (GLS), no existen problemas de heteroscedasticidad,
pues este método es también empleado para solucionar conflictos de esta índole.
Tras superar todas las pruebas de correcta especificación, en el cuadro 5.5 se
presentan los coeficientes que arrojo el estimador de efectos aleatorios:
Cuadro 5.5: Panel balanceado por efectos aleatorios, 1994-2009.
(96 observaciones)
Variable dependiente: Estimador Efectos Aleatorios
Nivel de empleo
Coeficiente
t estadístico Probabilidad
Constante
0.747
3.084
0.130
Flex_Numerica
4.827
9.360
0.000
Flex_Segsocial
1.478
14.480
0.000
Flex_Prestaciones
-2.004
-6.110
0.000
Flex_Salarial
-0.474
-2.88
0.001
0.153
2.020
0.043
-1.140
-3.280
0.001
343.710
0.000
PIB
Salario_real
intervalo de confianza al 95%
Wald chi (2)
Nota: cabe señalar que se empleo el factor de expansión.
Individualmente cada variable es significativa a un nivel de confianza del 95 por
ciento, de igual forma el estadístico de Wald indica que de manera conjunta todas las
variables son significativas.
El PIB tiene signo positivo, hecho que confirma la importancia de esta variable,
pues aunque presenta uno de los coeficientes más bajos, sin duda es relevante en la
generación de empleo, de manera indirecta.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 162
Respecto al salario real, se aprecia el signo esperado y una elasticidad mucho más
alta, la cual de acuerdo con los principios neoclásicos, es normal, pues como se explicó
anteriormente, el crecimiento económico puede cooperar con la generación de empleo de
una manera indirecta, hecho que llevará determinado tiempo para verse reflejado,
mientras que una reducción en el salario real deberá tener un impacto directo en el
mercado de trabajo, y acorde con dicho enfoque más rápido.
En cuanto a los indicadores de flexibilidad, tanto el salarial, como en prestaciones,
el signo indica una relación negativa, lo que quiere decir, que entre más aumente la
flexibilización en dichos factores,
tenderá a decrecer.
sobre todo en el segundo, la creación de empleo
Sin embargo, la del tipo numérica como en seguridad social,
muestran un signo positivo, lo que significa que el incremento de trabajadores eventuales
así como la disminución de la cuota social, representan dos alternativas importantes para
la generación de empleo en las regiones mexicanas.
No obstante, que los resultados constatan los hallazgos obtenidos en otros estudios
como el de Lawson y Bierhanzl (2004), Fujii (2003) y Valencia (2009), con respecto a que
la seguridad social en los hechos mantiene una tendencia clara hacia la flexibilización,
mostrando así su importancia como una de la estrategias preferidas por los empleadores
para disminuir una parte de los costos laborales que tienen que enfrentar y así con ello
aumentar su competitividad. La desregulación de los contratos, aparece como el
mecanismo predominante en México, y que además, de acuerdo con el modelo, tiene
mayor impacto en la generación de empleo que cualquiera de los otros mecanismos.
Por tanto, cuando los defensores de la flexibilidad laboral se pronuncian a favor del
aumento de ésta, con la finalidad de abatir los problemas de empleo, se puede decir, que
no todas sus expresiones se dirigen al mismo resultado, ya que en particular, la
disminución de las prestaciones, sólo significa un aumento en la precariedad de los
trabajadores.
Asimismo, la reducción del salario real y la cuota social, así como del incremento de
los contratos temporales, no forzosamente puede aseverarse que sean la mejor solución,
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 163
ya que además del problema del desempleo esta él de la calidad del empleo, dado que los
nuevos puesto creados bajo este esquema suelen ser con bajas remuneraciones y con
alta inestabilidad, lo que de alguna manera también impacta de forma desfavorable en las
ganancias de las empresas.
Al respecto, la vertiente poskeynesiana, sostiene una posición contraria a los
neoclásicos, argumentando que la reducción en el salario real, suponiendo que no crezca
el PIB, impactará negativamente a la demanda efectiva y con ello, el nivel de empleo. Al
disminuir el poder adquisitivo de los trabajadores, bajo el supuesto de que gastan lo
ganan, los empresarios tendrían mas perdidas que beneficios, pues los trabajadores no
podrían retirar del mercado las suficientes mercancías, lo que provocaría el despido de
trabajadores en el siguiente periodo, y un efecto multiplicador, dado que el desempleo
reduciría el ingreso nacional y por tanto a una nueva reducción en la demanda efectiva.
Tal situación podría no tener límite y tener consecuencias serias para la economía, por los
que los poskeynesianos se muestran a favor del crecimiento económico y no de la
reducción salarial, como medio para la generación de empleos.
Por otra parte, el aumento de trabadores eventuales también influye en la pérdida
de demanda efectiva, ya que la inestabilidad laboral en la cual se encuentran inmersos,
podría conllevar a un incremento de la aversión al riesgo y con ello a retirar menos
cantidad de mercancías en el mercado a través del crédito. Asimismo este mecanismo
flexibilizador puede propiciar, la disminución de la productividad, a través de la perdida de
identificación de éste tipo de individuos con la empresa.
En cuanto a la seguridad social, si bien tiene un impacto directo sobre la
generación del empleo, no debe perderse de vista, que un aumento de este índice
provocará también un crecimiento de la precariedad del empleo. Aunado a que dicha
situación los vuelve más vulnerables y merma aún más el ingreso disponible de los
trabajadores, pues ante una emergencia de salud, ellos tendrán que cubrir estos gastos,
además del grave problema que representa la eliminación de las pensiones en el largo
plazo.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 164
5.4. Conclusiones del capítulo
No obstante, que con la firma del TLCAN se pudiera pensar que las relaciones laborales
en México se flexibilizaran aún más, los hechos muestran que están tienden a volverse
rígidas, ya que en particular de 1998 a 2003, se observar una contracción de la flexibilidad
laboral en el país.
La identificación de algunas expresiones de la flexibilidad laboral en México, sugiere
que el grado de flexibilización es alto en el tipo sindical, ya que se exhibe que poco más de
80 por ciento del total de los trabajadores no están afiliados a sindicato alguno, en el caso
de la numérica; se muestra un grado moderado, dado que cerca del 50 por ciento de los
individuos se encuentran laborando con contratos temporales. Mientras que en
prestaciones, salarial, funcional y seguridad social, se observa un grado rígido de
flexibilidad, no obstante, que ésta última presenta una evolución a la alza.
Asimismo, al examinar el comportamiento por actividad económica, se tiene que los
niveles de flexibilidad varían a través de ellas, ya que mientras el sector de la
Construcción, Transportes y Comercio, y las industrias de la Madera, Textiles y Minerales
no Metálicos son los más flexibles, la industria de Metálicas Básicas representa la más
rígida, al respecto se puede decir que tales conductas responden en parte al propio
funcionamiento de la actividad.
Las características regionales sin duda conllevan a diferencias, tanto en el grado
como en la introducción de mecanismo de flexibilidad a través del territorio mexicano, ya
que mientras la región Sur aparece como la más flexible mediante el aumento de los
contratos laborales eventuales, la disminución de prestaciones y de la cuota de seguridad
social, la región Frontera es la más rígida, tanto en lo numérico como en costos laborales,
sin embargo, en el tipo funcional es la que presenta mayor flexibilización.
Por otra parte, no todos los mecanismo de flexibilización impactan de la misma
manera en generación de empleo ya que mientras la flexibilidad salarial y en prestaciones
solo representan un deterioro de las relaciones laborales y no conllevan a la disminución
del desempleo, tal y como lo afirma el análisis neoclásico, si lo hace la desregulación de
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 165
los contratos así como la anulación de la cuota de seguridad social, sin embargo, dichas
medidas en el largo plazo pueden ser insostenibles, ya que estas afectarían la demanda
efectiva, y en un periodo después, a los propios empresarios.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 166
Conclusiones generales.
Los problemas de reproducción del capital, el creciente desempleo y restructuración de los
mercados, propiciados por el desarrollo de las tecnologías y la globalización de la
economía, conllevaron a que en los años ochenta, se realizaran modificaciones en las
relaciones industriales, tanto en economías desarrolladas como en vías de desarrollo, con
la finalidad de superar tales dificultades e incrementar la competitividad de las naciones,
bajo una nueva realidad económica.
En este contexto que la flexibilidad laboral se presentó como la solución, de corte
neoclásico, para viabilizar las relaciones laborales y darle solución a las altas tasas de
desempleo presentadas, sobre todo, en Europa ya desde los años setenta.
De acuerdo con el análisis neoclásico, las excesivas rigideces del mercado laboral
no permiten que la mano de obra se adapte al cambio tecnológico y a la competencia
externa, y al respecto destacan tres elementos como los principales causantes de tales
rigideces en el mercado de trabajo, y los cuales han propiciado el desempleo masivo: 1)
factores técnico-organizativos, 2) rigideces de los sistemas de producción en serie
basados en grandes unidades industriales, y 3) los factores institucionales. Por lo que una
vez que se avance en la eliminación de tales factores, el desempleo involuntario tenderá a
desaparecer, dado que la demanda y oferta de trabajo convergirán hasta equilibrarse por
sí solos.
No obstante, las bondades que han promovido los defensores de la flexibilidad,
muchos investigadores han puesto en duda los beneficios macroeconómicos que postula
la teoría neoclásica y particularmente la política desreguladora del mercado laboral, ya que
para estos, dicho proceso de flexibilización no significa otra cosa más que la erosión de las
relaciones laborales, a favor de la reproducción del capital, mediante la transferencia del
riesgo que propicia una economía globalizada, del empleador a los trabajadores, lo que ha
conllevado, entre otras repercusiones, a una alta inestabilidad laboral e informalidad,
disminución del salario y prestaciones laborales, así como a una alta polivalencia de
funciones.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 167
Lo anterior ha dado como resultado que poco más de tres décadas de investigación
del fenómeno de la flexibilidad laboral, no han sido suficientes para proporcionar un
consenso en su definición y justificación, lo que ha conllevado que tanto a nivel
internacional como nacional, se continúe el debate, sobre sus supuestas ventajas o
desventajas, aunque muchas veces este radica en cuestiones de ideología, sin reparar en
que no puede existir una generalización del fenómeno, ya que los factores institucionales,
culturales, sociales, de producción entre otros, propician que los mecanismos mediante los
cuales se introduce la flexibilidad, así como sus efectos, difieran entre los territorios, por lo
cual, lo que se entiende por flexibilidad en alguna parte del mundo, no necesariamente
aplica para el resto.
Es así por ejemplo el caso de Europa y América Latina, en donde las discrepancias
en materia de legislación en cuanto al contrato individual del trabajo, a la duración
semanal del trabajo, a las prestaciones y diferencias salariales, llevan a pensar que el
debate en América Latina ha hecho hincapié mayormente en rigideces que no existen.
Asimismo,
no
obstante,
que
la
flexibilidad
laboral
se
ha
examinado
predominantemente desde un enfoque empresarial, también esta puede ser observada
desde la óptica del trabajador, lo que conlleva a que el fenómeno, pueda tener algunos
elementos positivos, como son los que ofrece mecanismos tales como la polivalencia de
funciones y el horario flexible, mediante la incorporación de aspectos menos rutinarios al
proceso de trabajo, así como la posibilidad de adaptar los tiempos laborales con las
necesidades familiares o personales. Por tanto, vale la pena reconocer que algunas
expresiones pueden compaginar tanto las necesidades del empleador con las de los
trabajadores, lo que permite amortiguar los efectos negativos de la flexibilización en las
relaciones laborales.
Ahora bien, a pesar que la flexibilidad laboral, en primer instancia trato de responder
a las altas tasa de desempleo que se presentaron en Europa, esta se extendió a las
economías en desarrollo, tales como México, mediante la introducción de reformas
estructurales, con la finalidad de modernizar el aparato productivo, y adaptarlo a las
nuevas necesidades, no obstante, que la legislación laboral no se ha modificado.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 168
Tales reformas estructurales que se llevaron a cabo desde principios de los años
ochenta, como respuesta a la crisis de los años setenta, indudablemente afectaron la
estructura del mercado laboral mexicano y con ello la generación de empleo. Mientras que
por el lado de la oferta se presentó un incremento de la PEA, mediante la inclusión de
individuos en edad de laborar, la mayor participación de la mujer en el mercado de trabajo
y el incremento de trabajadores con mayor nivel educativo, por el lado de la demanda
cobraron mayor importancia las actividades terciarias e informales.
Sin embargo, tal tendencia del mercado nacional, no necesariamente es acorde con
el funcionamiento de algunos regionales, ya que existen marcadas diferencias entre las
regiones, lo que lleva a concluir que el mercado laboral mexicano no es homogéneo.
Tales diferencias indudablemente impactan en el grado de flexibilidad que exhibe
cada región en México, no obstante que de manera general, se puede decir que muestra
una tendencia a la baja desde 1998 al 2003, a pesar de la firma del TLCAN, con la cual se
supondría una mayor necesidad de la flexibilización de las relaciones laborales.
Aunque en su conjunto, se observa una disminución de la flexibilidad laboral en
México, el mercado de trabajo presenta un alto grado en la del tipo sindical, ya que más de
80 por ciento de los trabajadores no están sindicalizados. Asimismo, los contratos
temporales, representan el segundo mecanismo más importante mediante el cual se ha
introducido la desregulación laboral en el país, dado que cerca del 50 por ciento de los
individuos que laboran, lo hacen bajo este esquema contractual, y aunque la eliminación
de la seguridad social se está volviendo una práctica regular en las relaciones laborales,
aún no llega al 40 por ciento de la población trabajadora. Sin embargo, la polivalencia de
funciones como la variabilidad salarial representan los dos factores más renuentes a ser
flexibilizados.
Lo anterior nos lleva a plantear que desde los años ochenta, el aparato productivo
mexicano se tuvo que ajustar a las nuevas condiciones de globalización económica, vía
flexibilidad laboral, por lo que la firma del TLCAN, no representó un cambio sustancial en
las nuevas condiciones del mercado laboral mexicano.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 169
Asimismo, si se considera que el TLCAN tuvo efectos diferenciados a través de las
regiones mexicanas, se podría esperar que sólo algunas regiones, en especial la región
Frontera de México, hubiera presentado una intensificación de la flexibilidad laboral, dada
su mayor interacción económica con los Estados Unidos y Canadá, al igual que en ciertos
sectores productivos.
Al respecto, al examinar el comportamiento por actividad económica, se tiene que
los niveles de flexibilidad varían a través de ellas, ya que mientras el sector de la
Construcción, Transportes y Comercio, y las industrias de la Madera, Textiles y Minerales
no Metálicos son los más flexibles, la industria de Metálicas Básicas representa la más
rígida.
A nivel regional se tiene por un lado, que la región Sur representa la más flexible,
mediante el aumento de los contratos laborales eventuales, la disminución de prestaciones
y de la cuota de seguridad social, lo cual es acorde dada su especialización productiva, en
los sectores donde se presenta mayor desregulación laboral. Por el otro la región Frontera
presenta la mayor rigidez, no obstante, su cercanía y estrecha relación económica con los
Estados Unidos, una de las economías con el mercado de trabajo más flexible.
Tal resultado, puede tener básicamente dos explicaciones : 1) las industrias
extranjeras ubicadas en la frontera de México o aquellas empresas con miras a exportar,
premian al trabajo calificado, el cual no es un factor abundante en nuestro país, no
obstante, que la región cuenta con uno de los porcentajes más altos de individuos con
educación superior y 2) la alta rigidez de la región Frontera parece estar relacionada con
su especialización productiva en la rama de Metálicas Básicas, cuya actividad se
caracteriza por su alta inflexibilidad en costos laborales y contractual, aunque la menor en
el tipo funcional, tal y como sucede en el caso de los Estados Unidos.
En cuanto a las regiones del Centro y la del D.F y entorno, ambas regiones son
altamente flexibles en el sector Construcción y en la Industria y Productos de la Madera, y
Textiles, asimismo la segunda región en el sector de Transportes y Comercio. La mayor
flexibilidad en estas regiones parece responder la preponderancia de actividades terciarias
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 170
y de la rama de Textiles, las cuales se caracterizan por su relativa mayor flexibilización.
Los mecanismos flexibilizadores en ambas regiones refieren principalmente a los contratos
temporales, la eliminación de prestaciones laborales y la eliminación de la seguridad
social.
En las regiones Sureste y Pacífico, la Construcción, y la Industria y Productos de la
Madera, presentan un alto grado de flexibilidad, a través del empleo eventual y la
disminución de las prestaciones laborales. En el caso de la región Sureste, destaca la
Industria y Productos de la Madera, en donde cerca del 80.0 por ciento de los trabajadores
no tienen seguridad social, de total de los individuos que laboran en esta actividad.
Por otro lado, cabe reconocer que no todos los mecanismos de flexibilización
impactan de la misma manera en la
generación de empleo, sin embargo, se puede
concluir que la flexibilidad laboral no es la solución absoluta para resolver los problemas
de desempleo, ya que si bien puede cooperar el hecho de incentivar los contratos
temporales, reducir la cuota social y el salario real, no es suficiente para cubrir las
necesidades de empleo en el país.
Por otra parte, no obstante, el importante peso de las prestaciones en el nivel de la
flexibilidad laboral a través de las regiones, se constató que este impacta de manera
negativa en la creación de empleos, por lo que esta práctica desreguladora dentro del
mercado de trabajo carece de cualquier justificación, al igual que la variabilidad de las
remuneraciones, por lo que sólo representan un elemento de precariedad en las
relaciones laborales.
Dado lo anterior, debe reconsiderarse el papel el PIB, que aunque no tenga un alto
impacto en el empleo en el periodo corriente, seguramente lo tendrá en los posteriores
trimestres. Además, que no es posible negar la importancia de la demanda en las
decisiones empresariales, pues mientras éstos no logren realizar sus mercancías en el
mercado, por más barato que resulte para ellos contratar personal, no lo van a emplear, so
pena de aumentar los inventarios. Tal situación obligará en un siguiente periodo a
disminuir la producción, con lo cual provocará que se despidan trabajadores, y al haber
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 171
mayor número de desempleados, el nivel del ingreso nacional disminuirá, y por tanto el
consumo seguirá la misma tendencia. Ello llevará a un nuevo recorte de trabajadores en
el siguiente periodo; continuando con la misma lógica, se caerá en una crisis de
sobreproducción donde el exceso de inventario y la falta de consumo serán los pilares de
una posible crisis económica.
Por tanto, si bien los costos pueden ser importantes en las decisiones
empresariales, sin duda la demanda tiene un peso que permite construir planes de
negocios a mediano y largo plazos.
Con base en lo anteriormente expuesto, se sugiere que los estudios de flexibilidad
laboral no deberán dejar a los automatismos del mercado el problema del futuro de la
contratación, sino que deberá partir del supuesto de que los trabajadores son actores
sociales que toman decisiones y que de éstas también dependerán las formas de
negociación que predominaran en los próximos años.
Aunado a esto, debe tomarse en cuenta otro problema que es igual o más serio en
materia de mercado laboral, el cual no radica en la creación de éste, sino en las vacantes
de mala calidad, con sueldos bajos y en condiciones deplorables, lo que desalienta la
productividad. Por lo que sin duda la calidad del empleo debe ser un tema que tiene que
ser tratado a la par de la generación del mismo.
Finalmente, el problema del desempleo plantea la necesidad urgente de
impulsar
el crecimiento en el país sobre la base de un proceso de industrialización
deliberada e impulsada por el Estado y no sólo por la vía de la flexibilización, que busque
un desarrollo integral que permita enfrentar la competencia externa con mayor
eficiencia y productividad a la vez que se busque crear “trabajo decente o buenos
empleos” y, en todo caso, una flexibilización concertada, cuya contrapartida sean
mejores salarios con reparto justo de beneficios.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 172
Líneas futuras de investigación.
Si bien el presente documento representa un esfuerzo por tratar de cuantificar la
flexibilidad laboral en México, así como de identificar los mecanismos que efectivamente
coadyuvan a la creación de empleo, se debe reconocer las limitantes que este muestra, y
entre ellas ésta la insuficiencia en la inclusión de variables relevantes para la medición del
fenómeno, por lo que, las futuras investigaciones deberán tener en cuenta la generación
de información pertinente que permita la correcta examinación de la flexibilización del
mercado de trabajo, así como el uso de metodologías más precisas para la construcción
de los indicadores, como por ejemplo el análisis factorial.
Otra clara limitación de nuestra propuesta es que ha sido pensada para aplicarse en
población de trabajadores asalariados. Eso excluye un conjunto de trabajadores como
inmigrantes, trabajadores en economía informal, autónomos, etc., que podrían
considerarse en situación de precariedad laboral, para los cuales habría que pensar sus
especificidades e incluirlos en el análisis.
Asimismo es importante ahondar más en la polivalencia de las funciones así como
en la flexibilidad de horario laboral, dado que en la mayoría de los estudios se ha
sobrevalorado la del tipo numérica (por tipo de contrato), y no se ha detenido en explorar
la efectividad de dichos mecanismos, además de aclarar si efectivamente, éstos puede
paliar de alguna manera los efectos adversos de la desregulación del mercado laboral.
Por otra parte quedan abiertas las puertas para cuestiones concernientes a ¿cómo
impacta la flexibilidad laboral en la desigualdad salarial de los trabajadores mexicanos? Si
como pudimos observar esta afecta en mayor medida a las mujeres y a los jóvenes, al
mismo tiempo que contribuye la actividad en la que se desenvuelvan éstos grupos, nos
lleva a pensar que el diferencial tendería a aumentar. Por tanto, se puede plantear ¿cuál
es la dirección de la política económica?, ya que si por un lado se desea abatir la
desigualdad salarial con el objetivo de elevar el desarrollo económico y por ende la
competitividad de país, pero también, esta última bajo el esquema de la flexibilidad,
entonces puede decirse que ¿se complementan o una actúa en contra de la otra?
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 173
También seria interesante cuantificar los costos de la rotación laboral para los
empleadores, dada la mayor inestabilidad de los trabajadores debido al incremento en los
contratos por tiempo indefinido, y si estos se compensan en el largo plazo con la
disminución de los costos productivos.
De igual forma, como son afectadas las finanzas publicas del Estado, al verse
incrementada la población abierta, es decir aquella que no se encuentra afiliada a un
sistema de seguridad social, a consecuencia de la eliminación de esta prestación por parte
de las empresas.
Y por último, que incentivo pueden tener los individuos que laboran en el sector
informal para incorporarse al formal, si en este último de igual manera no tendrían acceso
a las prestaciones ni a la seguridad social, y además su ingreso laboral se vería mermado
por la retención de impuestos.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 174
Bibliografía:
Amendola Mario, Gaffard, Jean-Luc , y Saraceno Francesco (2004), “Wage Flexibility and
Unemployment: The Keynesian Perspective Revisited”, Scottish Journal of Political
Economy, vol 51, no. 5.
Arroyo, Silvia y Rodriguez, Jose (1999), “La flexibilidad funcional: Analisis empírico”, La
gestión de la diversidad: XIII Congreso Nacional, IX Congreso Hispano-Francés,
Logroño/coord. Juan Carlos Ayala Calvo, Vol. 1, 1999, ISBN 84-95301-10-5, págs.
915-922.
Atkinson J. (1985), “Flexibility, uncertainty and manpower management”, IMS, Report No.
89 Institute de Manpower Studies, Brighton.
Banco Interamericano de Desarrollo (1996), “América Latina tras una década de reformas.
Progreso económico y social en América Latina”, Washington, D.C.
Banco Mundial (1995), “ Labour and Economic Reforms in Latin America and Caribbean”,
Washington, D.C.
Banco Mundial (2002), “Countries Policies: Dowsinzing, privatization, labour flexibility, and
wage cuts”, Washington, D.C.
Barrera Edith (2006), “Elementos de análisis para la discusión sobre la reforma laboral”
.Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública.
Bassols Batalla Angel (1970) “Geografía Económica de México”, editorial Trillas, México,
pp. 338-363 y 368-400.
Bendesky León (1994), “Economía regional en la era de la globalización”, en la Revista de
Comercio Exterior vol. 44, núm. 11, nov. 1994, pp. 983-989.
Bentolila, Samuel y Dolado, Juan (1993), ”Labour flexibility and wages. Lessons from
Spain” CEMFI, y el Banco de España, CEMFI y CEPR.
Blair, John P. (1990). “Urban and Regional Economics”. Homewood,IL; Boston MA. Irwin.
Boeri, Tito y Garilbaldi Pietro (2007), “Two tier reforms of employment protection: a
honeymoon effect”, The Economic Journal, 117
Boyer, Robert (1987), “Labor flexibilities: Many forms, uncertain effects”, Labor and
Society.
Brewster Chris, Mayne Lesley y Tregaskis Olga,(1997), “Flexible Working in Europe”,
Journal of World Businnes/ 32(2)/ 1997.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 175
Bronstein, Arturo (2005), ”La Flexibilidad del Trabajo: Panorama General”, informe para la
OIT.
Carnoy M. (2001), “El trabajo flexible en la era de la información”, Madrid Alianza.
Castells Manuel (1999), “La era de la información económica, sociedad y cultura, la
sociedad” red vol1, primera edición en español, siglo XX1. Editores. Mexico. D.F.
Cap. 2.
Castells, Manuel (2000), “Information technology and global development”, Keynote
address at the Economic and Social Council of the United Nations, New York.
Castro David (2005) “Salarios y desigualdad territorial en las áreas urbanas de México
1992-2002”, Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona.
Chávez, Ramirez Paulina Irma (2008), “Analisis de los procesos de flexibilización del
mercado de trabajo en España y México, 1982-2007”, Tesis doctoral, Universidad
Nacional Autónoma de México.
Clar Miquel, Dreger C. y Ramos R. (2007), “Wage Flexibility and Labour Market
Institutions:A Meta-Analysis” Journal compilation 2007 Blackwell Publishing Ltd.,
9600 Garsington Road,Oxford .
Clarke, Simon y Borisov, Vadim (1999), “New forms of labour contract and flexibility in
Russia”, Economics of Transition, vol.7(3) 1999, 593-614.
CONAPO, INEGI y SEDESOL (2004), “Delimitación de las zonas
México”.
metropolitanas de
Contreras, Oscar (2000), “Los estudios sobre la flexibilidad laboral en México: algunas
observaciones críticas”, Estudios Sociológicos, Vol. XVIII, núm. 54.
Cowan, Kevin, Micco, Alejandro y Pagés Carmen (2004), “Labour Market Adjustment in
Chile”, Economía.
Cuijpers M. y Fernández J. (1995) “La Integración de México al TLC: Reestructuración
Neoliberal y Crisis del Sistema Partido/Estado”, Instituto de Estudios Internacionales
y Derecho Internacional Público de la Universidad de Ámsterdam, #28.
Dahrendorf Ralf (1986), La flexibilidad del mercado de trabajo, Ed. OCDE, Col. Informes
OCDE.
De la Garza, Enrique (1999), “La Flexibilidad del Trabajo en México”, Universidad
Autónoma Metropolitana.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 176
De la Garza, Enrique (2000), “Flexibilidad del trabajo: discurso y construcción social”.
Región y Sociedad, enero-julio, vol. XII, número 19.El Colegio de Sonora, pp.31-81.
De la Garza, Enrique, (2000b) “La Flexibilidad del Trabajo en América Latina”, en Tratado
Latinoamericano de Sociología del Trabajo, Fondo de Cultura Económica, México,
2000, p.152.
De la Garza, Enrique y Bouzas, Alfonso (1997), “ Contratación colectiva y flexibilidad de
trabajo en México”, Modelos de industrialización en México, mimeo UAMI.
Dicken P. (2007), “Global shiff. Mapping the changing countour of de the world economy”,
5th edition. Guilford Press. USA.
Ferreira, Carlos Mauricio de C. (1998). Economía Regional.Teorias e metodos de analise.
Ferreira, Silva Ilmar, Arruda, Marques Lilian, Ribeiro Luis, Francio Ricardo y Sanches
Solange (2005), “Seguro de desempleo y bonificación salarial anual: Programas de
garantía de ingresos en el Brasil”, capitulo 5 en ¿Para bien o para mal? Debate
sobre el impacto de la globalización en los mercados de trabajo de América Latina,
del BID.
Fugii, Gerardo (2003), “Apertura comercial, reforma laboral, empleo y salarios”, Economía
Informa, Facultad de Economía, UNAM, núm. 313, Dic. 2002-enero 2003, Presente
y futuro de la economía mexicana.
Fina Sanglas, Lluis (1984), “La flexibilización de los mercados de trabajo”, Economistas,
No. 11, Madrid, España.
Fina Sanglas, Lluis (2001), “El reto del empleo”, en José Ignacio Pérez Infante y Luis
Toharia, Madrid, marzo de 2001.
FMI (2007), “Perspectivas de la economía mundial: globalización y desigualdad”, en
Estudios económicos y financieros del FMI. Octubre 2007.
Galindo González, Douglas Napoleón (2002), “Algunos aspectos conceptuales sobre
flexibilidad laboral.” Banco de Guatemala.
Galvez, Thelma (2001), “Las nuevas modalidades del empleo”, consultora, CEPAL-BID.
Gallagher, Mary (2004), “Time is Money, Efficiency is life”. The Transformations of Labour
Relations in China”, Studies in Comparative International Development, summer
2004, vol. 39, no 2, pp 11-44.
Godoy Lorena, Stecher A., Díaz X. (2007), “Trabajo e identidades: continuidades y
rupturas en un contexto de flexibilización laboral”, capitulo 3. Los significados del
trabajo femenino en el mundo global. Cuadernos A, 27, Temas de innovación
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 177
social. (Anthropos y Universidad Autónoma Metropolitana, México: España). Pp.
81-100.
Groot Henri, Nahuis R. y Tang P. (2004), “Is the American Model Miss World? Choosing
between the Anglo-Saxon model and a European-style alternative”, Paper no. 40.
Guerra, Pablo, (1995) ¿Es necesariamente precaria la flexibilización? En Flexibilidad y
Condiciones de trabajo precarias, Rafael Agacino y Magdalena Echeverria
(editores), PET, Santiago de Chile, 1995.
Hanson G. (1994) “Regional Adjustment to Trade Liberalization”, Working Paper, #4713,
NBER.
Heyman, Fredrik (2008), “How Wage Compression Affects Job Turnover”, J. Labour Res
29: 11-26.
Hiernaux-Nicolas Daniel (1995), “Reestructuración Económica y Cambios Territoriales en
México”. Un balance 1982-1995”, Estudios Regionales, no 43, pp.151-176.
Honeybone, Anthony (1997), “Introducing labour flexibility: the example of New Zealand”,
International Labour Review, vol. 136, 1997, no.4.
Isard, Walter (1990). “Location analysis and general theory: Economic, political, regional
and dynamic”. Washington Square, New York. New York University Press.
Jaua Milano Elías,(2004), “Del fordismo a la flexibilidad laboral: supuestos, crisis, y
realidades de la regulacion social”, Economía Y Ciencias Sociales.
Kandil, Magda (2006), “Nominal Wage Flexibility and Economic Performance: Evidence
and implications across industrial countries”, International Monetary Fund,
Washington, DC.
Kucera, David (1998), “Unemployment and external and internal labor market flexibility: a
comparative view of Europe, Japan and the United States”, Center for Economic
Policy Analisys.
La Sierra, José M. (2007), “Labour flexibility and job market segmentation in Spain: a
perspective from the labour demand side”, Int. J. of Human Resource Management
18:10 de october 2007 1858-1880.
Lawson, Robert y Bierhanzl Edward (2004), “ Labor Market Flexibility: An Index Approach
to Cross-Country Comparisons”, Journal of Labor Research, vol. XXV, No 1.
Leyva, Fernando Ignacio (2006), “Neoliberal and Neostructuralist Perspectives on Labour
Flexibility, Poverty and Inequality: A Critical Appraisal”, New Political Economy, vol.
11, no. 3.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 178
Lisboa (2003), http://europa. Eu/institucional_reform/index_es.htm
Lusa, A.; Pastor, R.; Corominas, A.. (2008). “Determining the most appropriate set of
weekly working hours for planning annualised working time. International Journal Of
Production Economics , 111 (2) : 697-706. ISSN: 0925-5273.
Maza, Adolfo y Moral-Arce, Ignacio (2006), “An panel of regional indicators of labour
market flexibility: the UK, 1979-1998”, Original Paper.
Maloney, W. F. (2002) “Distortion and Protection in the Mexican Labor Market”, Working
Paper, num. 138, The World Bank, Center for Research on Economic Develoment
and Policy Reform, June.
Márquez Gustavo (2005), “¿Para bien o para mal?. Debate sobre el impacto de la
globalización en los mercados de trabajo de América Latina”. Banco
Interamericano de Desarrollo, Washington, D.C.
Miguelez, Fausto (2003), “Trabajo flexible, empleo flexible “,, QUIT- UAB
Monastiriotis (2003), “A panel of regional indicators of labour market flexibility: the UK,
1979-1998”. Discussion Paper Series 2003 – 01.Department of Economics Royal
Holloway College, University of London.
Morales, S. B (2006) “Desigualdad Salarial Inter e Intra Regional en México, 1994-2003”,
Tesis de Maestria en el Centro de Investigación Socioeconómica de la UAdeC.
Oke, Adegoke y Idiagbon-oke Moronke (2007), “Implementing Flexible Labour Strategies:
Challenges and key Success Factors”, Journal of Change Management, vol. 7, no
1, 69-87.
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico —OCDE— (1986). “Labour market
flexibility. A report by a high level group of experts to the Secretary General”. Paris,
mayo.
Organización de Cooperación y Desarrollo Económico —OCDE— (1994), “The OECD
Jobs Study: Facts”, Analysis Strategies, Paris, 1994
Organización Internacional del Trabajo —OIT— (1986). “Labour market flexibility. Report of
an experts group meeting”. Ginebra, mayo.
Pessino, Carola y Andrés, Luis (2005), “Creación y destrucción de empleos en Argentina”,
capitulo 6 en ¿Para bien o para mal? Debate sobre el impacto de la globalización en
los mercados de trabajo de América Latina, del BID.
Pliego M. (1997) “La Evolución del Empleo en México: 1982-1995, Desempleo,
Participación de la Fuerza Laboral y Ocupación Informal”, en Macroeconomía del
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 179
Empleo y Políticas de Pleno Empleo, coord. Julio López, Las Ciencias Sociales y
Porrua, 13-94.
Pollert, Anna (1994), ¿Adiós a la flexibilidad? Ed. MTSS, Col. Informes y Estudios, Serie
Relaciones Laborales, No, 5, España.
Programa Microregional del Gobierno Federal 2001-2006. Plan Nacional de Desarrollo.
http://pnd. Presidencia.gob.mx.
Richarsond, Harry (1986). “Economía Regional y Urbana”. Madrid. Alianza Eds. Pp 14-18.
Ruíz Duran, Clemente (1999), “Territorialidad, industrialización y competitividad local en el
mundo global”, en Dinámica Regional y Competitividad Industrial, compilado por
Clemente Ruíz Duran y Enrique Dussel Peters, México, editado por JUS, pp. 13-56.
Ruíz Clemente (2006), “Reforma laboral y debilidad institucional”, Economía UNAM, Vol.2
núm. 5.
Recio Albert (1997), “Flexibilidad Laboral”, en Trabajos, personas, mercados, Fuhem
Economía, pp. 161-172.
Recio Albert (2007),“Precariedad Laboral: del neoliberalismo a la búsqueda de un modelo
alternativo”, Dep. Economía Aplicada. Universidad Autónoma de Barcelona.
Samaniego D. (1997) “El Mercado de Trabajo en México”, en El Empleo en México:
Globalización, Innovación Tecnológica y Pobreza Difundida, El Economista
Mexicano, Revista del Colegio Nacional de Economistas y Nueva Época, 53-74.
Sobrino Jaime (2003), “Competitividad de la ciudades en México”, editado por el Colegio
de México, México, pp.172.
Standing, Guy (1986), “Meshing labour flexibility with security: An answer to British
unemployment?”, International Labour Review, vol. 125, no1.
Stephen J. y Peetz D. (1998), “Globalization and Industrial Relations in East Asia: A ThreeCountry Comparison”, in Industrial Relations Vol. 37, No 3, Oxford, UK.
Stiglitz Joseph (2003), “El rumbo de las reformas para América Latina, hacia nueva
agenda”. Un estudio para la CEPAL 80, Agosto 2003, pp. 8-40.
Temple, Marion (1994). “Regional Economics”. New York. St.Martin`s. pp5-8.
Tokman, Victor (2006), “Inserción laboral, mercados de trabajo y protección social”,
Colección de Documento de proyectos CEPAL, Naciones Unidas, enero del 2006.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 180
Towers, Brian (2003), “New Feature- Trends and developments in industrial relations.
Managing labour flexibility”, Industrial Relations Journal.
Tunal, Gerardo (2002) “La flexibilidad Laboral en la contratación colectiva en México”,
Economía, Sociedad y Territorio, enero-junio, vol. lll, número 11.
Unikel Luís, y Gustavo Garza Villarreal (1976), “El desarrollo Urbano de México:
diagnóstico e implicaciones futuras”, editado por el Colegio de MÉXICO, México pp
64-92.
Valencia, Arriaga Roberto (2009), “Flexibilidad laboral y generación de empleo en México
(1998-2008), tesis de maestria, Universidad Nacional Autónoma de México.
Yánez, Sonia (1999), “ Consideraciones sobre flexibilidad laboral planteadas desde una
mirada de género” Fundación Friedrich Ebert (Representación Chile) y Centro de
Estudios de la Mujer (CEM), Santiago de Chile. pp. 97-110.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 181
ANEXOS
ANEXO 1. Homologación y depuración de base de datos.
Con la finalidad, de analizar un periodo de tiempo más amplio se procedió a compatibilizar
la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (ENEU), con la Encuesta Nacional de Ocupación
y Empleo (ENOE), por lo que a pesar que la ENEU, a partir del tercer trimestre de 1994
incluye 38 ciudades, estas se redujeron a únicamente 28 áreas metropolitanas (ver cuadro
A1), las cuales son consideradas en ambos cuestionarios. Por tanto, de la ENEU, se tomo
el tercer trimestre desde 1994 hasta el 2004 (a excepción del 2003, cuando se toma el
segundo trimestre, porque hasta ese trimestre se mantienen las mismas ciudades),
mientras que de la ENOE, se emplea el segundo trimestre, de 2005 al 2009, dado que
sólo en este trimestre se encuentra disponible el cuestionario ampliado (a excepción del
2009, año en el cual el cuestionario ampliado aparece en el primer trimestre). Es
importante notar que se establecieron estos años para cada encuesta, dada la disposición
de la información.
Cabe destacar, que mientras en la base de datos de la ENEU aparecen juntas las
variables socio demográficas con las de empleo, en la base de datos de la ENOE,
aparecen en archivos diferentes (sdem y coe1 y coe2)39, por lo que fue necesario crear un
identificador del hogar que nos permitiera relacionar dichas variables, y este es creado a
partir de concatenar las siguientes variables que aparecen en ambos archivos: ent, con,
upm, d_sem, n_pro_vi, v_sel, n_ent, n_ren, eda, dando un total de 25 dígitos.
Una vez realizado lo anterior ambas encuestas son filtradas, para cada uno de los años
por: área metropolitana (28 ciudades), edad (12-70 años), que haya trabajado la semana
anterior a la aplicación de la encuesta (p1=1), en cuanto a que la información solo sea
referida al trabajo principal (p3=1), por tipo de trabajador (asalariado, trabajador por su
cuenta y a destajo, comisión o porcentaje), y por jornada laboral (igual o mayor a 35 horas
a la semana).
39
Coe1 y Coe2, aunque aparecen en archivos diferentes, la información aparece en el mismo orden, por lo que solo es
necesario pegar las variables del Coe2 en el archivo de Coe1.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 182
Ya que se filtró de acuerdo a las condiciones anteriores y se eliminaron un total de 107,
020 trabajadores durante el periodo completo, (la variable ingreso fue la que en mayor
medida contribuyo), es decir 9 por ciento de la fuerza laboral que no proporciono
información suficientemente especificada para estar considerados dentro de la muestra,
esta se ubicó en 972,676 datos (ver cuadro A2).
Cuadro A1.1: Porcentaje de datos eliminados por información insuficiente.
Años
Originales
Despúes de
la filtración
Eliminados
Escolaridad
Ocupación
Actividad
Ingreso
Final
Otras*
Total
1994
516,220
66,506
0.036
0.061
0.595
5.097
3.588
9.377
62,365
1995
527,685
63,641
0.034
0.074
0.649
5.908
2.610
9.275
59,030
1996
547,430
66,005
0.043
0.061
0.660
6.009
2.489
9.262
61,134
1997
448,494
69,204
0.018
0.059
0.718
6.710
1.688
9.193
63,621
1998
470,372
72,543
0.012
0.046
0.555
5.864
2.557
9.034
65,535
1999
334,030
83,716
0.022
0.048
0.615
6.181
2.345
9.212
77,121
2000
351,921
86,476
0.022
0.068
0.573
5.111
3.444
9.218
79,715
2001
354,537
85,621
0.025
0.008
0.560
6.379
2.110
9.082
77,765
2002
342,813
81,856
0.013
0.019
0.538
6.938
1.648
9.157
74,957
2003
422,524
78,532
0.011
0.017
0.500
8.002
0.492
9.022
70,851
2004
224,678
54,989
0.000
0.000
0.003
7.109
1.756
8.869
48,772
2005
172,213
60,314
0.001
0.000
0.005
7.105
1.779
8.890
53,619
2006
319,332
52,968
0.001
0.000
0.003
8.121
0.634
8.758
46,388
2007
319,324
53,413
0.001
0.000
0.002
6.136
2.478
8.616
46,021
2008
315,876
53,358
0.001
0.000
0.003
7.158
1.223
8.384
44,738
2009
311,618
50,554
0.001
0.000
0.002
6.185
1.931
8.119
41,044
Total
5,979,067
1,079,696
0.015
0.029
0.374
3.938
4.653
9.009
972,676
*Esta contiene las variables: tipo de contrato, sector privado/público y estado civil.
En cuanto a la variable actividad, además de eliminar los individuos que no especifican su actividad, también
se hizo para la clasificación 888 referente a “Servicios de Embajadas y Consulados Extranjeros en el
Territorio Nacional”.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 183
ANEXO 2. Características generales.
Cuadro A 2.1: Cobertura Geográfica de la ENEU y ENOE.
AÑOS
1T:1987
1T:1992
3T:1992
2T:1993
3T:1993
4T:1993
3T:1994
4T:1994
1T:1996
4T:1996
1T:1998
IT:1999
2000
Total
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
20
21
22
23
13
14
15
16
17
18
19
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
ENEU
México
Guadalajara
Monterrey
Puebla
León
Torreón
San Luis Potosí
Mérida
Chihuahua
Tampico
Orizaba
Veracruz
Ciudad Juárez
Tijuana
Matamoros
Nuevo Laredo
Acapulco
Aguascalientes
Morelia
Toluca
Saltillo
Villa Hermosa
Tuxtla Gutiérrez
Culiacán
Hermosillo
Durango
Tepic
Campeche
Cuernavaca
Coatzacoalcos
Oaxaca
Zacatecas
Colima
Manzanillo
Monclova
Querétaro
Celaya
Irapuato
Tlaxcala
La paz
Cancún
Cd. del Carmen
Pachuca
Mexicali
Salamanca
Reynosa
Cd. Victoria.
47 ciudades (hasta
2004)
01
02
03
04
05
ENOE
México
Guadalajara
Monterrey
Puebla
León
07
08
09
10
San Luis Potosí
Mérida
Chihuahua
Tampico
12
Veracruz
21
Tijuana
13
14
15
16
17
18
19
24
25
26
27
28
29
Acapulco
Aguascalientes
Morelia
Toluca
Saltillo
Villa Hermosa
Tuxtla Gutiérrez
Culiacán
Hermosillo
Durango
Tepic
Campeche
Cuernavaca
31
32
33
Oaxaca
Zacatecas
Colima
36
Querétaro
39
40
41
Tlaxcala
La paz
Cancún
43
Pachuca
32 ciudades (2005-1T:2009)
Nota: de la ENEU, se considera a partir del 3 trimestre de 1994 por ser el año en que se tiene una mayor
cobertura geográfica y hasta el 2004 que es cuando INEGI deja de elabora este cuestionario y lo sustituye
por la ENOE.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 184
Por otro lado, en los siguientes cuadros se muestra la reclasificación de las características
de los trabajadores, con la finalidad de facilitar su manejo operacional.
Cuadro A2.2. Reclasificación de la variable educativa.
Escolaridad
Nivel
Contempla:
1
Sin instrucción
2
Primaria incompleta
3
Primaria completa
4
Secundaria incompleta (incluye carreras técnicas a nivel secundaria)
5
Secundaria completa
6
Preparatoria incompleta ( incluye carreras técnicas a nivel bachillerato)
7
Preparatoria completa
9
Carreras a nivel licenciatura incompletas*.
Carreras a nivel licenciatura completas:
9.1
Arquitectura, urbanismo, diseño industrial y gráfico.
9.2
Biología, ecología y ciencias del mar.
9.3
Ciencias agropecuarias, pesqueras y forestales.
9.4
Ciencias de la salud, nutrición y biomédicas.
9.5
Ciencias humanísticas.
9.6
Ciencias químicas.
9.7
Ciencias sociales, políticas, administración pública y comunicación.
9.8
Disciplinas artísticas.
9.9
Economía, administración, contaduría y turismo.
9.91
Educación y pedagogía.
9.92
Ingenierías (civil, extractiva, metalúrgica, computación, informáticas, eléctrica, mecánica, industrial,
aeronáutica y topográfica)
9.93
Matemáticas, física y astronomía.
10
Carreras a nivel postgrado incompletas*.
Carreras a nivel postgrado completas:**
10.1
Arquitectura, urbanismo, diseño industrial y gráfico.
10.2
Biología, ecología y ciencias del mar.
10.3
Ciencias agropecuarias, pesqueras y forestales.
10.4
Ciencias de la salud, nutrición y biomédicas.
10.5
Ciencias humanísticas.
10.6
Ciencias químicas.
10.7
Ciencias sociales, políticas, administración pública y comunicación.
10.8
Disciplinas artísticas.
10.9
Economía, administración, contaduría y turismo.
10.91
Educación y pedagogía.
10.92
Ingenierías (civil, extractiva, metalúrgica, computación, informáticas, eléctrica, mecánica, industrial,
aeronáutica y topográfica)
10.93
Matemáticas, física y astronomía.
11
Doctorado
*Los trabajadores tanto a nivel licenciatura como a nivel posgrado, que no concluyeron son
agrupadas en un sola clasificación.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 185
Cuadro A2.3. Actividades económicas.
Clasificación por Actividades
Contiene:
1
Sector agropecuario, silvicultura y pesca (ENEU:Ramas: 01, 02, 03 y 04, ENOE:11)
2
Minería (ENEU:Ramas 05,06, 07, 08, 09 10, ENOE:21).
3
Productos alimenticios, bebidas y tabaco (ENEU:Ramas: 11-23, ENOE:3110-3120).
4
Textiles, prendas de vestir e industria del cuero y del calzado (ENEU:Ramas 24-28, ENOE:31303160).
5
Industria y productos de la madera (ENEU:Ramas 29 y 30, ENOE:3210 y 3370).
6
Papel, productos de papel, imprenta y editoriales (ENEU:Ramas 31 y 32, ENOE: 3220-3230).
7
Sustancias químicas, derivados del petróleo, productos de caucho y plástico (ENEU:Ramas 3341, ENOE:3240-3260).
8
Industria de minerales no metálicos, excepto derivados del petróleo y del carbón (ENEU:Ramas
43-45, ENOE:3270).
9
Industrias metálicas básicas (ENEU:Ramas 46 y 47, ENOE:3310).
10
Productos metálicos, maquinaria y equipo (ENEU:Ramas 48-58, ENOE:3320-3360).
11
Otras industrias manufactureras (ENEU:Rama 59, ENOE:3380).
12
Construcción (ENEU:Rama 60, ENOE:23).
13
Electricidad, gas y agua potable (ENEU:Rama 61, ENOE:22).
14
Comercio, restaurantes y hoteles (ENEU:Ramas 62 y 63, ENOE:43-46).
15
Transporte, almacenamiento y comunicaciones (ENEU:Ramas 64 y 65, ENOE: 48,49 y 51).
16
Servicios financieros, seguros y bienes inmuebles (ENEU:Ramas 66 y 67, ENOE:52-54).
17
Servicios comunales, sociales y personales (ENEU:Ramas 68-74, ENOE 61,62,71,72,81 y 93).
NOTA: Dado que la clasificación por rama de actividad difieren en la ENEU y ENOE, el criterio de unificación
fue el que se nota entre paréntesis.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 186
Cuadro A2.4 Tipo de trabajadores.
Por tipo de trabajador:
Por su cuenta
Asalariado
Trabadores por cuenta propia.
Trabajador a sueldo fijo, salario o jornal.
Trabajador a destajo, comisión o porcentaje.*
Cuadro A2.5. IPC que se utilizó para
aquellas ciudades que no cuentan con él.
Cd. de la ENEU
Cd. del IPC
Saltillo
Monclova
Tuxtla Gutieerez
Tapachula
Zacatecas
Fresnillo
Coatzacoalcos
Córdoba
Campeche
Merida
Durango
Torreón
Tepic
Culiacan
Cuernavaca
Toluca
Oaxaca
Cordoba
Queretaro
Toluca
IPC: Índice de Precios al consumidor
mensual por área metropolitana (Base
2da. Quincena de junio 2002=100).
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 187
ANEXO 3. Regionalización.
Con la finalidad de buscar tendencias similares a través del territorio mexicano, se
construyeron los siguientes coeficientes de localización a partir de la variable empleo, tal y
como hace Ruíz Duran (1999).
𝒊𝒋
= ∑𝒏
𝒊
𝒊𝒋
𝒊𝒋
Donde Eij significa el empleo de la ciudad i en el sector j
Cuadro A3.1: Coeficientes de Localización.
Ciudad
Manufactura Construccion Comercio
México
1.211
0.546
0.943
Guadalajara
1.357
0.834
1.020
Monterrey
1.400
1.352
0.862
Puebla
1.268
0.768
1.293
León
2.142
0.541
0.965
San Luis Potosí 1.197
0.906
0.964
Mérida
0.847
0.628
1.105
Chihuahua
1.374
1.031
0.900
Tampico
0.845
1.264
1.052
Veracruz
0.520
0.728
1.279
Acapulco
0.335
1.292
1.540
Aguascalientes 1.248
1.126
0.896
Morelia
0.464
1.221
1.091
Toluca
1.279
0.675
0.727
Saltillo
1.550
1.064
0.736
Villa Hermosa 0.455
0.848
1.135
Tuxtla Gutiérrez 0.366
1.156
1.126
Tijuana
1.333
0.809
1.133
Culiacán
0.553
1.246
1.130
Hermosillo
0.757
1.270
0.933
Durango
0.752
1.011
1.052
Tepic
0.647
1.538
1.046
Campeche
0.570
1.084
0.902
Cuernavaca
0.841
1.407
0.930
Oaxaca
0.557
1.037
1.077
Zacatecas
0.465
1.162
0.909
Colima
0.460
1.462
1.015
Querétaro
1.198
0.965
0.889
Transporte
1.207
0.801
0.945
1.396
0.723
0.861
1.022
0.932
1.254
1.551
1.119
1.141
1.205
1.028
0.685
0.850
1.000
0.993
0.817
0.671
0.968
0.873
0.851
0.937
1.020
0.950
0.959
0.991
Servicios
1.024
1.290
0.825
0.874
0.572
0.956
1.064
0.850
0.942
1.040
0.936
0.890
1.140
1.100
0.913
1.223
1.249
0.811
1.134
1.142
1.114
1.030
1.254
1.395
1.161
1.363
1.136
0.982
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 188
Cuadro A3.2: Regionalización de México.
REGIONES
Frontera
Centro
DF y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Tijuana
Guadalajara
México
Veracruz
Acapulco
Culiacán
Hermosillo
Aguascalientes
Puebla
Villahermosa
Oaxaca
Tepic
Chihuahua
León
Toluca
Campeche
Tuxtla Gutiérrez
Durango
Monterrey
San Luis Potosí
Cuernavaca
Mérida
Zacatecas
Tampico
Querétaro
Saltillo
Morelia
Colima
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 189
ANEXO 4: Flexibilidad laboral.
Cuadro A4.1: Unificación de variables y especificación de éstas para la medición de
la flexibilidad.
Condición de los ocupados (PRIMERA
PARTE)
Durante la semana pasada trabajó al menos
1 hora o un día.
Trabajo principal:
En su trabajo principal era: asalariado,
trabajador por cuenta propia, a destajo.
Tipo de contrato
Tamaño de establecimiento
Ocupación
Funciones
Actividad
Cuenta con local
Jornada laboral
Causa de la reducción de la jornada
Empresa privada o del gobierno
Salario
Prestaciones
Criterios de Unificación.
ENEU
ENOE
C394-2004
2005-2009
P1a1
P1
Tipo de
flexibilidad
Filtro
P3
P3a
P3
P3b, P6, P6a
Numérica
P3d
P3e
P4
P4a
P5b
P5c
P6
(menor a
35 hrs)
P6b
P5
P7a
P7d
P3j, P3k
P3q
P3(ii)
P3(i)
P4a
P4e
P5e
(menor a las
habituales)
P5f
P4, P4c, P4d
P6b
P3l, P3m,
P6d
Motivos por los cuales no trabaja todo el
P10a
año.
LA ENOE ADEMAS PERMITE… (SEGUNDA PARTE)
Con respecto al trabajo principal. Si
pertenece a algún a sindicato el trabajador
Observar la efectividad de las políticas
activas de empleo. Como se entero de este
empleo
Movilidad. Para conseguir o conservar este
empleo, se vio obligado a cambiar de ciudad
o localidad.
Estabilidad. Ha trabajado todos los años
para su actual empresa
Variabilidad de la jornada. La jornada es
de día, nocturna, mixta.
Antecedentes laborales. Porque perdió su
empleo anterior
Apoyos económicos.
Cuenta con: pensión, seguro de desempleo.
En los últimos tres meses ha recibido del
gobierno: capacitación, apoyo económico.
Otras actividades
Durante la semana pasada, cuánto tiempo le
dedico a: estudiar o tomar cursos de
capacitación, realizar quehaceres de su
hogar, cuidar a niños…
P5h
P3i
P3n
Numérica
Funcional
Funcional
Característica
Filtro
No son
comparables
Característica
Salarial
En costos
adicionales al
salario.
Rotación
Laboral.
Afiliación
sindical
Políticas
Activas.
P3o
P3r, P3s
P5
Rotación
Laboral.
Numérica
P9a, P9b,
P9c
P9n
P10
P11
Políticas
Activas.
Flexibilidad
doméstica.
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 190
Cuadro A4.2 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Regiones
Frontera
ACTIVIDAD ECONÓMICA
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.07
0.05
0.04
0.08
0.01
0.07
0.00
0.02
0.00
0.07
0.01
0.08
0.20
0.07
0.05 0.06
Flex. númerica
0.28
0.26
0.48
0.25
0.23
0.28
0.20
0.19
0.25
0.69
0.06
0.33
0.36
0.11
0.40 0.36
Flex. seg. soc.
0.14
0.13
0.25
0.16
0.05
0.16
0.09
0.05
0.08
0.34
0.03
0.21
0.25
0.11
0.29 0.21
Flex. en prest.
0.25
0.26
0.43
0.26
0.11
0.25
0.23
0.14
0.22
0.70
0.04
0.34
0.41
0.15
0.37 0.34
Flex. salarial
0.08
0.35
0.12
0.13
0.06
0.20
0.00
0.03
0.03
0.15
0.00
0.09
0.44
0.10
0.05 0.14
Flex. númerica
0.40
0.64
0.73
0.42
0.26
0.53
0.17
0.27
0.39
0.72
0.15
0.55
0.51
0.21
0.47 0.51
Flex. seg. soc.
0.24
0.33
0.53
0.24
0.10
0.41
0.02
0.10
0.29
0.43
0.00
0.37
0.39
0.13
0.34 0.33
Flex. en prest.
0.35
0.51
0.68
0.38
0.22
0.52
0.02
0.17
0.32
0.73
0.06
0.50
0.51
0.18
0.42 0.45
Flex. salarial
0.07
0.11
0.10
0.09
0.03
0.11
0.04
0.02
0.04
0.11
0.00
0.08
0.53
0.08
0.04 0.10
Flex. númerica
0.43
0.42
0.85
0.30
0.26
0.51
0.30
0.29
0.33
0.83
0.11
0.56
0.65
0.27
0.48 0.51
Flex. seg. soc.
0.24
0.28
0.75
0.21
0.11
0.35
0.04
0.09
0.19
0.75
0.04
0.42
0.61
0.15
0.37 0.38
Flex. en prest.
0.33
0.37
0.83
0.29
0.21
0.50
0.13
0.15
0.22
0.83
0.04
0.53
0.67
0.19
0.42 0.46
Flex. salarial
0.08
0.10
0.08
0.03
0.04
0.03
0.00
0.04
0.00
0.04
0.00
0.10
0.44
0.12
0.04 0.10
Flex. númerica
0.47
0.33
0.80
0.41
0.13
0.38
0.07
0.53
0.33
0.73
0.21
0.46
0.54
0.15
0.38 0.44
Flex. seg. soc.
0.26
0.27
0.60
0.30
0.11
0.25
0.04
0.38
0.00
0.47
0.00
0.30
0.41
0.18
0.28 0.31
Flex. en prest.
0.38
0.31
0.71
0.38
0.04
0.38
0.11
0.58
0.17
0.72
0.08
0.44
0.54
0.19
0.34 0.41
Flex. salarial
0.07
0.08
0.11
0.08
0.03
0.05
0.00
0.04
0.24
0.11
0.00
0.10
0.47
0.08
0.05 0.11
Flex. númerica
0.41
0.32
0.72
0.26
0.21
0.39
0.00
0.38
0.40
0.81
0.18
0.47
0.55
0.11
0.43 0.48
Flex. seg. soc.
0.32
0.17
0.66
0.29
0.29
0.20
0.00
0.27
0.44
0.67
0.01
0.36
0.54
0.15
0.41 0.42
Flex. en prest.
0.42
0.26
0.73
0.31
0.32
0.20
0.00
0.35
0.40
0.84
0.04
0.48
0.62
0.20
0.43 0.49
Flex. salarial
0.14
0.08
0.14
0.12
0.12
0.40
0.43
0.13
0.13
0.15
0.01
0.09
0.47
0.08
0.05 0.11
Flex. númerica
0.45
0.34
0.70
0.27
0.18
0.81
0.71
0.47
0.52
0.80
0.22
0.49
0.56
0.18
0.38 0.47
Flex. seg. soc.
0.28
0.14
0.54
0.21
0.10
0.65
0.43
0.23
0.39
0.52
0.03
0.29
0.40
0.13
0.25 0.31
Flex. en prest.
0.38
0.43
0.71
0.24
0.14
0.76
0.14
0.40
0.30
0.79
0.12
0.45
0.57
0.19
0.33 0.43
Centro
1994
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 191
Cuadro A4.3 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.05
0.05
0.02
0.07
0.01 0.07
0.01
0.01 0.02
0.07
0.00
0.08
0.22
0.10
0.04 0.06
Flex. númerica
0.27
0.24
0.48
0.22
0.20 0.28
0.13
0.15 0.10
0.70
0.13
0.31
0.36
0.15
0.39 0.33
Flex. seg. soc.
0.17
0.15
0.29
0.15
0.04 0.18
0.02
0.05 0.07
0.46
0.10
0.24
0.29
0.12
0.36 0.25
Flex. en prest.
0.29
0.23
0.38
0.24
0.10 0.27
0.06
0.11 0.07
0.74
0.04
0.35
0.39
0.15
0.35 0.32
Flex. salarial
0.13
0.43
0.17
0.16
0.07 0.12
0.02
0.05 0.10
0.13
0.00
0.11
0.52
0.11
0.05 0.17
Flex. númerica
0.40
0.66
0.68
0.49
0.31 0.43
0.13
0.32 0.40
0.69
0.10
0.54
0.52
0.19
0.46 0.50
Flex. seg. soc.
0.28
0.41
0.54
0.25
0.15 0.26
0.07
0.14 0.24
0.49
0.01
0.37
0.45
0.16
0.34 0.34
Flex. en prest.
0.34
0.56
0.66
0.40
0.26 0.43
0.11
0.23 0.38
0.72
0.01
0.50
0.54
0.23
0.41 0.45
Flex. salarial
0.07
0.12
0.08
0.06
0.03 0.08
0.00
0.01 0.05
0.09
0.01
0.10
0.58
0.09
0.04 0.10
Flex. númerica
0.46
0.48
0.82
0.42
0.26 0.58
0.16
0.35 0.38
0.81
0.16
0.57
0.68
0.19
0.45 0.50
Flex. seg. soc.
0.29
0.30
0.69
0.29
0.08 0.50
0.06
0.15 0.11
0.73
0.11
0.44
0.61
0.14
0.39 0.40
Flex. en prest.
0.39
0.37
0.74
0.40
0.19 0.53
0.16
0.24 0.24
0.80
0.06
0.52
0.70
0.17
0.37 0.44
Flex. salarial
0.18
0.56
0.23
0.05
0.03 0.09
0.00
0.11 0.14
0.06
0.00
0.11
0.52
0.08
0.05 0.12
Flex. númerica
0.41
1.00
0.87
0.28
0.24 0.46
0.13
0.73 0.59
0.64
0.13
0.44
0.59
0.13
0.38 0.42
Flex. seg. soc.
0.32
1.00
0.77
0.19
0.04 0.34
0.00
0.34 0.23
0.48
0.09
0.32
0.51
0.19
0.36 0.35
Flex. en prest.
0.43
1.00
0.77
0.33
0.07 0.40
0.10
0.66 0.50
0.69
0.08
0.45
0.63
0.18
0.36 0.42
Flex. salarial
0.09
0.12
0.09
0.05
0.10 0.19
0.00
0.31 0.00
0.07
0.00
0.09
0.44
0.10
0.04 0.10
Flex. númerica
0.41
0.43
0.71
0.44
0.21 0.50
0.00
0.66 0.33
0.82
0.18
0.45
0.55
0.16
0.46 0.49
Flex. seg. soc.
0.34
0.34
0.61
0.39
0.24 0.54
0.00
0.65 0.33
0.75
0.08
0.37
0.53
0.15
0.41 0.43
Flex. en prest.
0.46
0.44
0.76
0.48
0.21 0.50
0.00
0.69 0.33
0.85
0.12
0.50
0.60
0.23
0.44 0.50
Flex. salarial
0.13
0.21
0.11
0.18
0.09 0.31
0.00
0.18 0.17
0.11
0.02
0.09
0.48
0.08
0.05 0.11
Flex. númerica
0.36
0.50
0.50
0.27
0.17 0.61
0.25
0.58 0.67
0.77
0.25
0.41
0.53
0.09
0.36 0.42
Flex. seg. soc.
0.28
0.44
0.33
0.24
0.15 0.61
0.25
0.40 0.33
0.60
0.11
0.29
0.44
0.14
0.28 0.32
Flex. en prest.
0.41
0.48
0.44
0.34
0.15 0.69
0.25
0.57 0.54
0.79
0.16
0.40
0.56
0.16
0.33 0.41
Centro
1995
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 192
Cuadro A4.4 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.09
0.04
0.05
0.07
0.00
0.04
0.04
0.01
0.01
0.03
0.02
0.08
0.21
0.06
0.04 0.05
Flex. númerica
0.29
0.18
0.33
0.24
0.20
0.25
0.22
0.16
0.13
0.65
0.13
0.33
0.35
0.14
0.42 0.33
Flex. seg. soc.
0.19
0.09
0.25
0.19
0.04
0.16
0.08
0.05
0.05
0.43
0.14
0.26
0.27
0.15
0.41 0.26
Flex. en prest.
0.29
0.18
0.32
0.27
0.11
0.23
0.18
0.11
0.12
0.68
0.07
0.35
0.39
0.18
0.38 0.32
Flex. salarial
0.11
0.44
0.14
0.12
0.11
0.18
0.01
0.04
0.05
0.12
0.00
0.10
0.47
0.07
0.05 0.17
Flex. númerica
0.41
0.66
0.65
0.46
0.29
0.48
0.16
0.34
0.42
0.66
0.09
0.54
0.53
0.21
0.45 0.50
Flex. seg. soc.
0.27
0.43
0.61
0.33
0.16
0.38
0.06
0.16
0.21
0.43
0.02
0.38
0.44
0.16
0.34 0.35
Flex. en prest.
0.37
0.55
0.68
0.42
0.25
0.45
0.13
0.24
0.25
0.71
0.09
0.51
0.55
0.17
0.39 0.45
Flex. salarial
0.09
0.10
0.12
0.06
0.05
0.12
0.02
0.03
0.05
0.07
0.02
0.09
0.60
0.07
0.04 0.10
Flex. númerica
0.42
0.47
0.79
0.43
0.25
0.57
0.27
0.35
0.37
0.85
0.11
0.57
0.71
0.19
0.44 0.50
Flex. seg. soc.
0.26
0.29
0.63
0.25
0.11
0.46
0.05
0.17
0.19
0.78
0.04
0.43
0.61
0.11
0.44 0.41
Flex. en prest.
0.32
0.36
0.73
0.31
0.16
0.54
0.22
0.23
0.27
0.83
0.05
0.52
0.68
0.12
0.35 0.42
Flex. salarial
0.08
0.29
0.17
0.03
0.00
0.07
0.00
0.18
0.07
0.10
0.00
0.10
0.46
0.10
0.04 0.10
Flex. númerica
0.38
0.79
0.78
0.33
0.20
0.32
0.29
0.63
0.57
0.66
0.20
0.44
0.56
0.12
0.38 0.42
Flex. seg. soc.
0.31
0.93
0.67
0.28
0.05
0.36
0.04
0.40
0.50
0.57
0.13
0.38
0.48
0.18
0.41 0.40
Flex. en prest.
0.36
0.93
0.72
0.35
0.05
0.39
0.17
0.56
0.57
0.71
0.05
0.49
0.59
0.17
0.34 0.41
Flex. salarial
0.10
0.06
0.10
0.05
0.07
0.14
0.00
0.19
0.13
0.03
0.00
0.08
0.45
0.09
0.03 0.09
Flex. númerica
0.40
0.33
0.74
0.42
0.14
0.54
0.00
0.68
0.45
0.80
0.14
0.47
0.56
0.21
0.42 0.47
Flex. seg. soc.
0.33
0.21
0.65
0.33
0.14
0.46
0.00
0.58
0.39
0.70
0.05
0.35
0.52
0.26
0.39 0.41
Flex. en prest.
0.40
0.30
0.74
0.40
0.21
0.46
0.00
0.61
0.55
0.82
0.13
0.48
0.61
0.22
0.41 0.47
Flex. salarial
0.11
0.08
0.16
0.11
0.00
0.48
0.00
0.11
0.13
0.08
0.01
0.09
0.48
0.08
0.04 0.10
Flex. númerica
0.40
0.44
0.51
0.29
0.22
0.72
0.27
0.50
0.39
0.82
0.17
0.41
0.51
0.12
0.38 0.43
Flex. seg. soc.
0.28
0.30
0.36
0.25
0.07
0.69
0.18
0.37
0.17
0.64
0.04
0.31
0.44
0.12
0.30 0.34
Flex. en prest.
0.41
0.42
0.49
0.33
0.24
0.75
0.18
0.50
0.43
0.83
0.13
0.42
0.58
0.18
0.34 0.43
Centro
1996
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 193
Cuadro A4.5 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.08
0.03
0.04
0.04
0.01
0.04
0.01
0.00
0.05
0.02
0.00
0.06
0.16
0.09
0.03 0.04
Flex. númerica
0.28
0.17
0.41
0.28
0.20
0.27
0.15
0.16
0.18
0.64
0.18
0.32
0.30
0.19
0.39 0.32
Flex. seg. soc.
0.16
0.07
0.32
0.18
0.11
0.16
0.03
0.04
0.10
0.38
0.20
0.25
0.23
0.14
0.40 0.25
Flex. en prest.
0.27
0.21
0.39
0.29
0.08
0.25
0.10
0.12
0.21
0.68
0.05
0.34
0.36
0.20
0.37 0.31
Flex. salarial
0.09
0.41
0.11
0.10
0.06
0.19
0.03
0.04
0.12
0.14
0.03
0.09
0.49
0.12
0.05 0.16
Flex. númerica
0.43
0.63
0.72
0.45
0.27
0.58
0.26
0.32
0.46
0.68
0.09
0.54
0.56
0.29
0.47 0.50
Flex. seg. soc.
0.25
0.39
0.57
0.26
0.08
0.50
0.09
0.14
0.28
0.49
0.05
0.38
0.47
0.15
0.35 0.34
Flex. en prest.
0.36
0.53
0.66
0.36
0.22
0.58
0.12
0.23
0.28
0.70
0.05
0.49
0.55
0.24
0.42 0.45
Flex. salarial
0.06
0.08
0.05
0.03
0.02
0.07
0.03
0.02
0.06
0.03
0.00
0.08
0.53
0.11
0.02 0.08
Flex. númerica
0.48
0.50
0.79
0.42
0.26
0.57
0.25
0.38
0.49
0.82
0.09
0.54
0.65
0.30
0.44 0.49
Flex. seg. soc.
0.31
0.27
0.70
0.22
0.11
0.44
0.03
0.18
0.21
0.74
0.21
0.40
0.58
0.19
0.41 0.39
Flex. en prest.
0.37
0.36
0.77
0.32
0.17
0.45
0.19
0.24
0.34
0.80
0.03
0.49
0.63
0.24
0.35 0.41
Flex. salarial
0.11
0.41
0.04
0.05
0.04
0.04
0.00
0.11
0.10
0.11
0.01
0.09
0.44
0.10
0.04 0.10
Flex. númerica
0.35
0.47
0.78
0.18
0.24
0.29
0.24
0.64
0.90
0.60
0.09
0.41
0.52
0.16
0.38 0.39
Flex. seg. soc.
0.27
0.53
0.78
0.18
0.33
0.17
0.04
0.31
0.60
0.53
0.26
0.36
0.45
0.19
0.41 0.38
Flex. en prest.
0.36
0.82
0.85
0.25
0.11
0.33
0.12
0.56
0.70
0.66
0.06
0.44
0.55
0.21
0.34 0.39
Flex. salarial
0.09
0.08
0.11
0.04
0.11
0.11
0.00
0.08
0.07
0.05
0.00
0.08
0.47
0.17
0.03 0.09
Flex. númerica
0.42
0.29
0.64
0.38
0.25
0.43
0.00
0.61
0.34
0.79
0.13
0.46
0.56
0.27
0.42 0.46
Flex. seg. soc.
0.40
0.26
0.66
0.38
0.21
0.46
0.00
0.53
0.28
0.69
0.11
0.39
0.58
0.25
0.42 0.44
Flex. en prest.
0.44
0.32
0.66
0.40
0.25
0.54
0.00
0.58
0.38
0.84
0.08
0.48
0.64
0.33
0.41 0.48
Flex. salarial
0.10
0.10
0.16
0.11
0.02
0.32
0.00
0.11
0.28
0.14
0.00
0.09
0.46
0.09
0.05 0.10
Flex. númerica
0.39
0.40
0.37
0.34
0.31
0.80
0.18
0.54
0.52
0.82
0.16
0.40
0.48
0.22
0.36 0.42
Flex. seg. soc.
0.26
0.33
0.29
0.31
0.14
0.68
0.09
0.37
0.40
0.65
0.06
0.30
0.39
0.12
0.28 0.32
Flex. en prest.
0.36
0.52
0.39
0.37
0.24
0.73
0.09
0.47
0.64
0.86
0.13
0.39
0.52
0.21
0.32 0.40
Centro
1997
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 194
Cuadro A4.6 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.09
0.03
0.06
0.05
0.01
0.02
0.00
0.00
0.02
0.03
0.00
0.06
0.19
0.05
0.03 0.04
Flex. númerica
0.29
0.17
0.30
0.21
0.14
0.26
0.10
0.10
0.09
0.63
0.17
0.32
0.33
0.09
0.36 0.29
Flex. seg. soc.
0.18
0.08
0.22
0.14
0.03
0.15
0.03
0.03
0.03
0.40
0.11
0.25
0.26
0.10
0.34 0.22
Flex. en prest.
0.26
0.15
0.31
0.20
0.11
0.23
0.11
0.09
0.08
0.64
0.05
0.33
0.38
0.14
0.34 0.29
Flex. salarial
0.07
0.40
0.17
0.03
0.09
0.15
0.03
0.05
0.07
0.15
0.02
0.08
0.46
0.07
0.04 0.15
Flex. númerica
0.39
0.58
0.66
0.49
0.36
0.59
0.18
0.37
0.52
0.75
0.19
0.56
0.52
0.30
0.49 0.52
Flex. seg. soc.
0.24
0.31
0.51
0.24
0.12
0.45
0.03
0.15
0.26
0.50
0.05
0.37
0.40
0.18
0.35 0.33
Flex. en prest.
0.32
0.42
0.66
0.36
0.21
0.50
0.07
0.23
0.32
0.78
0.12
0.47
0.52
0.24
0.40 0.42
Flex. salarial
0.04
0.06
0.05
0.06
0.04
0.10
0.00
0.02
0.07
0.08
0.00
0.08
0.52
0.10
0.03 0.08
Flex. númerica
0.37
0.49
0.77
0.40
0.25
0.60
0.39
0.35
0.36
0.84
0.17
0.54
0.63
0.24
0.45 0.49
Flex. seg. soc.
0.23
0.29
0.61
0.25
0.09
0.45
0.07
0.13
0.21
0.73
0.09
0.41
0.59
0.16
0.40 0.38
Flex. en prest.
0.26
0.35
0.67
0.30
0.12
0.51
0.11
0.20
0.29
0.81
0.08
0.46
0.64
0.18
0.34 0.39
Flex. salarial
0.08
0.24
0.19
0.07
0.01
0.06
0.00
0.07
0.17
0.05
0.00
0.09
0.50
0.09
0.04 0.10
Flex. númerica
0.37
0.82
0.81
0.21
0.11
0.38
0.19
0.69
0.50
0.70
0.16
0.38
0.57
0.13
0.40 0.42
Flex. seg. soc.
0.30
0.71
0.75
0.21
0.79
0.19
0.00
0.43
0.33
0.61
0.20
0.34
0.49
0.16
0.46 0.44
Flex. en prest.
0.38
0.76
0.84
0.27
0.03
0.31
0.15
0.60
0.50
0.72
0.06
0.42
0.61
0.19
0.36 0.41
Flex. salarial
0.09
0.10
0.12
0.03
0.00
0.14
0.00
0.12
0.09
0.04
0.02
0.09
0.49
0.11
0.03 0.09
Flex. númerica
0.40
0.31
0.69
0.50
0.11
0.51
0.25
0.55
0.16
0.80
0.14
0.47
0.58
0.15
0.43 0.48
Flex. seg. soc.
0.35
0.32
0.66
0.47
0.11
0.49
0.25
0.51
0.19
0.67
0.14
0.39
0.57
0.14
0.43 0.44
Flex. en prest.
0.40
0.33
0.72
0.47
0.19
0.49
0.50
0.55
0.19
0.80
0.12
0.47
0.63
0.16
0.40 0.46
Flex. salarial
0.11
0.07
0.15
0.08
0.06
0.33
0.00
0.10
0.05
0.12
0.02
0.08
0.46
0.14
0.05 0.10
Flex. númerica
0.41
0.29
0.51
0.33
0.17
0.74
0.38
0.57
0.62
0.80
0.13
0.45
0.57
0.22
0.37 0.45
Flex. seg. soc.
0.23
0.17
0.33
0.22
0.13
0.66
0.13
0.40
0.43
0.61
0.04
0.30
0.43
0.18
0.29 0.33
Flex. en prest.
0.34
0.32
0.46
0.23
0.13
0.70
0.25
0.49
0.62
0.82
0.07
0.39
0.58
0.22
0.31 0.40
Centro
1998
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 195
Cuadro A4.7Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.06
0.02
0.05
0.05
0.01 0.05
0.01
0.01 0.03
0.03
0.00
0.06
0.17
0.08
0.03 0.04
Flex. númerica
0.24
0.09
0.25
0.17
0.16 0.21
0.08
0.10 0.06
0.64
0.13
0.29
0.27
0.09
0.32 0.27
Flex. seg. soc.
0.14
0.05
0.19
0.13
0.05 0.16
0.04
0.03 0.05
0.37
0.07
0.22
0.20
0.14
0.33 0.20
Flex. en prest.
0.24
0.09
0.26
0.24
0.10 0.23
0.09
0.09 0.09
0.69
0.06
0.32
0.31
0.16
0.32 0.28
Flex. salarial
0.08
0.37
0.11
0.06
0.06 0.29
0.04
0.02 0.05
0.15
0.00
0.09
0.44
0.11
0.04 0.14
Flex. númerica
0.35
0.61
0.63
0.39
0.38 0.56
0.20
0.30 0.27
0.69
0.10
0.49
0.53
0.25
0.43 0.47
Flex. seg. soc.
0.19
0.30
0.46
0.16
0.10 0.43
0.03
0.12 0.17
0.45
0.01
0.34
0.43
0.16
0.32 0.30
Flex. en prest.
0.26
0.40
0.54
0.22
0.16 0.46
0.09
0.19 0.18
0.70
0.01
0.43
0.51
0.23
0.37 0.38
Flex. salarial
0.06
0.06
0.05
0.07
0.03 0.13
0.00
0.02 0.06
0.07
0.00
0.08
0.54
0.08
0.03 0.09
Flex. númerica
0.33
0.44
0.70
0.35
0.23 0.57
0.27
0.30 0.38
0.84
0.16
0.52
0.65
0.25
0.44 0.47
Flex. seg. soc.
0.24
0.27
0.60
0.29
0.09 0.50
0.08
0.14 0.24
0.77
0.16
0.41
0.61
0.18
0.45 0.41
Flex. en prest.
0.27
0.33
0.64
0.32
0.12 0.53
0.14
0.20 0.29
0.82
0.10
0.47
0.66
0.19
0.37 0.41
Flex. salarial
0.07
0.10
0.24
0.06
0.03 0.08
0.00
0.09 0.00
0.03
0.00
0.08
0.52
0.16
0.04 0.10
Flex. númerica
0.32
0.61
0.76
0.30
0.08 0.44
0.12
0.65 0.44
0.67
0.11
0.43
0.62
0.12
0.38 0.43
Flex. seg. soc.
0.30
0.45
0.65
0.25
0.66 0.32
0.00
0.49 0.13
0.57
0.22
0.34
0.50
0.19
0.44 0.43
Flex. en prest.
0.34
0.59
0.74
0.34
0.03 0.52
0.06
0.63 0.31
0.72
0.07
0.42
0.59
0.22
0.34 0.40
Flex. salarial
0.08
0.13
0.07
0.05
0.00 0.21
0.00
0.08 0.07
0.02
0.00
0.08
0.54
0.09
0.04 0.10
Flex. númerica
0.39
0.39
0.63
0.37
0.12 0.38
0.00
0.58 0.31
0.79
0.11
0.45
0.64
0.23
0.42 0.48
Flex. seg. soc.
0.34
0.36
0.59
0.36
0.09 0.40
0.00
0.54 0.24
0.72
0.08
0.36
0.61
0.19
0.41 0.43
Flex. en prest.
0.44
0.44
0.72
0.42
0.09 0.45
0.00
0.59 0.21
0.80
0.13
0.47
0.68
0.20
0.42 0.49
Flex. salarial
0.10
0.04
0.09
0.12
0.02 0.36
0.00
0.07 0.14
0.12
0.00
0.07
0.53
0.11
0.05 0.10
Flex. númerica
0.36
0.29
0.43
0.26
0.15 0.75
0.20
0.53 0.31
0.81
0.13
0.42
0.56
0.16
0.37 0.43
Flex. seg. soc.
0.23
0.15
0.28
0.21
0.02 0.62
0.00
0.34 0.28
0.62
0.04
0.29
0.48
0.15
0.30 0.33
Flex. en prest.
0.33
0.25
0.40
0.27
0.08 0.73
0.00
0.50 0.52
0.84
0.06
0.38
0.61
0.20
0.34 0.41
Centro
1999
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 196
Cuadro A4.8 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.07
0.02
0.03 0.03
0.00 0.03
0.00
0.00 0.01
0.04
0.02
0.05
0.17
0.10
0.03 0.04
Flex. númerica
0.19
0.11
0.32 0.15
0.19 0.18
0.06
0.11 0.08
0.58
0.10
0.29
0.25
0.17
0.32 0.26
Flex. seg. soc.
0.12
0.04
0.27 0.08
0.04 0.11
0.02
0.03 0.03
0.33
0.07
0.22
0.18
0.16
0.32 0.19
Flex. en prest.
0.19
0.11
0.33 0.17
0.09 0.14
0.09
0.08 0.09
0.63
0.06
0.30
0.28
0.20
0.30 0.26
Flex. salarial
0.09
0.30
0.11 0.07
0.05 0.22
0.02
0.03 0.07
0.19
0.02
0.09
0.46
0.13
0.04 0.13
Flex. númerica
0.30
0.48
0.60 0.38
0.23 0.46
0.20
0.23 0.40
0.68
0.10
0.43
0.51
0.17
0.41 0.41
Flex. seg. soc.
0.21
0.33
0.49 0.18
0.10 0.39
0.04
0.11 0.26
0.46
0.02
0.33
0.43
0.17
0.30 0.29
Flex. en prest.
0.24
0.39
0.56 0.27
0.15 0.45
0.06
0.15 0.23
0.68
0.09
0.40
0.50
0.21
0.34 0.36
Flex. salarial
0.03
0.05
0.07 0.04
0.03 0.09
0.00
0.01 0.04
0.04
0.00
0.06
0.51
0.15
0.02 0.07
Flex. númerica
0.33
0.37
0.71 0.37
0.23 0.56
0.23
0.28 0.35
0.82
0.09
0.51
0.62
0.24
0.39 0.44
Flex. seg. soc.
0.25
0.27
0.60 0.25
0.12 0.41
0.06
0.14 0.21
0.77
0.13
0.42
0.56
0.19
0.42 0.39
Flex. en prest.
0.29
0.32
0.68 0.28
0.16 0.53
0.06
0.18 0.27
0.82
0.06
0.47
0.61
0.21
0.34 0.40
Flex. salarial
0.07
0.05
0.14 0.02
0.04 0.07
0.00
0.14 0.13
0.04
0.00
0.08
0.47
0.14
0.03 0.09
Flex. númerica
0.29
0.30
0.78 0.30
0.07 0.21
0.06
0.56 0.31
0.67
0.14
0.37
0.58
0.14
0.34 0.38
Flex. seg. soc.
0.27
0.25
0.68 0.40
0.82 0.18
0.00
0.47 0.25
0.59
0.31
0.33
0.51
0.27
0.47 0.44
Flex. en prest.
0.31
0.35
0.84 0.46
0.04 0.21
0.00
0.61 0.19
0.73
0.08
0.40
0.62
0.26
0.34 0.40
Flex. salarial
0.12
0.15
0.19 0.05
0.08 0.22
0.00
0.08 0.07
0.07
0.00
0.08
0.53
0.12
0.05 0.11
Flex. númerica
0.37
0.29
0.61 0.28
0.20 0.53
0.33
0.54 0.24
0.77
0.09
0.42
0.59
0.22
0.40 0.45
Flex. seg. soc.
0.31
0.24
0.58 0.32
0.18 0.49
0.33
0.44 0.20
0.69
0.08
0.37
0.58
0.24
0.40 0.42
Flex. en prest.
0.41
0.40
0.68 0.34
0.22 0.55
0.33
0.53 0.31
0.84
0.12
0.46
0.66
0.30
0.41 0.48
Flex. salarial
0.13
0.06
0.08 0.10
0.06 0.43
0.00
0.13 0.22
0.14
0.00
0.08
0.53
0.08
0.04 0.10
Flex. númerica
0.41
0.38
0.43 0.30
0.24 0.73
0.00
0.40 0.50
0.79
0.18
0.42
0.60
0.18
0.35 0.43
Flex. seg. soc.
0.25
0.15
0.31 0.18
0.13 0.56
0.00
0.25 0.34
0.59
0.04
0.28
0.49
0.11
0.27 0.31
Flex. en prest.
0.36
0.23
0.43 0.24
0.19 0.66
0.00
0.38 0.31
0.82
0.08
0.38
0.62
0.16
0.30 0.39
Centro
2000
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 197
Cuadro A4.9 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.05
0.01
0.02
0.03
0.00
0.03
0.00
0.00
0.01
0.04
0.00
0.06
0.15
0.10
0.03 0.04
Flex. númerica
0.20
0.16
0.26
0.15
0.11
0.16
0.11
0.07
0.06
0.58
0.08
0.29
0.29
0.10
0.31 0.26
Flex. seg. soc.
0.12
0.06
0.19
0.09
0.02
0.13
0.01
0.03
0.03
0.30
0.11
0.22
0.21
0.13
0.31 0.19
Flex. en prest.
0.20
0.15
0.28
0.17
0.06
0.17
0.08
0.09
0.11
0.59
0.02
0.32
0.31
0.18
0.31 0.27
Flex. salarial
0.06
0.31
0.10
0.08
0.06
0.14
0.00
0.03
0.07
0.14
0.01
0.08
0.47
0.14
0.05 0.13
Flex. númerica
0.31
0.50
0.59
0.27
0.24
0.41
0.16
0.21
0.24
0.66
0.15
0.44
0.47
0.20
0.41 0.41
Flex. seg. soc.
0.20
0.32
0.51
0.23
0.10
0.36
0.00
0.11
0.17
0.47
0.05
0.31
0.41
0.16
0.31 0.29
Flex. en prest.
0.25
0.38
0.57
0.26
0.16
0.41
0.03
0.14
0.16
0.68
0.03
0.38
0.49
0.19
0.35 0.35
Flex. salarial
0.04
0.04
0.05
0.04
0.02
0.06
0.06
0.01
0.05
0.03
0.00
0.06
0.54
0.12
0.02 0.08
Flex. númerica
0.38
0.40
0.64
0.35
0.17
0.48
0.23
0.28
0.42
0.83
0.16
0.53
0.66
0.23
0.43 0.46
Flex. seg. soc.
0.28
0.30
0.61
0.24
0.08
0.38
0.11
0.16
0.22
0.77
0.05
0.43
0.60
0.15
0.44 0.41
Flex. en prest.
0.31
0.33
0.61
0.31
0.11
0.45
0.13
0.19
0.26
0.81
0.02
0.47
0.64
0.16
0.36 0.40
Flex. salarial
0.06
0.02
0.06
0.04
0.02
0.13
0.00
0.04
0.13
0.03
0.00
0.06
0.51
0.12
0.03 0.08
Flex. númerica
0.33
0.10
0.81
0.19
0.12
0.61
0.08
0.60
0.47
0.65
0.16
0.38
0.63
0.19
0.36 0.40
Flex. seg. soc.
0.25
0.08
0.75
0.21
0.64
0.43
0.00
0.41
0.27
0.53
0.25
0.30
0.54
0.29
0.45 0.42
Flex. en prest.
0.32
0.14
0.81
0.30
0.06
0.48
0.00
0.50
0.33
0.65
0.08
0.38
0.63
0.25
0.31 0.37
Flex. salarial
0.11
0.10
0.13
0.04
0.02
0.11
0.00
0.08
0.13
0.04
0.00
0.08
0.53
0.19
0.04 0.10
Flex. númerica
0.35
0.32
0.74
0.36
0.15
0.35
0.50
0.50
0.34
0.75
0.15
0.41
0.58
0.15
0.37 0.43
Flex. seg. soc.
0.32
0.29
0.70
0.32
0.15
0.33
0.40
0.49
0.30
0.70
0.09
0.37
0.58
0.27
0.38 0.41
Flex. en prest.
0.40
0.41
0.74
0.38
0.24
0.42
0.50
0.59
0.38
0.81
0.13
0.47
0.64
0.35
0.39 0.47
Flex. salarial
0.09
0.04
0.10
0.10
0.05
0.42
0.25
0.05
0.20
0.10
0.00
0.07
0.54
0.10
0.04 0.10
Flex. númerica
0.39
0.27
0.40
0.38
0.21
0.67
0.25
0.38
0.56
0.78
0.17
0.39
0.60
0.19
0.33 0.41
Flex. seg. soc.
0.24
0.18
0.31
0.26
0.13
0.60
0.25
0.29
0.44
0.61
0.02
0.27
0.49
0.14
0.26 0.31
Flex. en prest.
0.31
0.26
0.42
0.34
0.15
0.64
0.25
0.38
0.40
0.80
0.07
0.34
0.62
0.21
0.28 0.37
Centro
2001
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 198
Cuadro A4.10 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.06
0.02
0.05
0.08
0.01
0.05
0.00
0.01
0.01
0.07
0.00
0.06
0.15
0.09
0.03 0.05
Flex. númerica
0.21
0.10
0.28
0.17
0.12
0.19
0.02
0.08
0.05
0.65
0.16
0.26
0.26
0.14
0.30 0.26
Flex. seg. soc.
0.14
0.05
0.23
0.14
0.03
0.14
0.01
0.03
0.04
0.38
0.14
0.20
0.20
0.12
0.32 0.21
Flex. en prest.
0.20
0.10
0.27
0.18
0.06
0.20
0.05
0.06
0.07
0.62
0.05
0.27
0.30
0.16
0.29 0.25
Flex. salarial
0.08
0.33
0.08
0.04
0.06
0.22
0.02
0.03
0.03
0.13
0.00
0.07
0.41
0.13
0.05 0.12
Flex. númerica
0.30
0.43
0.58
0.31
0.23
0.51
0.14
0.21
0.23
0.65
0.12
0.42
0.42
0.20
0.39 0.39
Flex. seg. soc.
0.22
0.29
0.49
0.17
0.13
0.48
0.07
0.10
0.18
0.47
0.01
0.33
0.35
0.16
0.30 0.29
Flex. en prest.
0.26
0.40
0.54
0.28
0.17
0.52
0.14
0.14
0.19
0.65
0.03
0.40
0.42
0.23
0.34 0.36
Flex. salarial
0.04
0.06
0.03
0.03
0.02
0.08
0.00
0.02
0.04
0.05
0.02
0.07
0.54
0.10
0.02 0.08
Flex. númerica
0.35
0.39
0.71
0.32
0.20
0.61
0.15
0.28
0.42
0.82
0.11
0.53
0.67
0.19
0.41 0.46
Flex. seg. soc.
0.25
0.28
0.65
0.20
0.07
0.54
0.05
0.15
0.32
0.74
0.22
0.45
0.61
0.14
0.44 0.42
Flex. en prest.
0.27
0.30
0.66
0.25
0.09
0.56
0.05
0.19
0.32
0.79
0.09
0.48
0.63
0.15
0.35 0.40
Flex. salarial
0.10
0.03
0.11
0.05
0.00
0.00
0.00
0.04
0.15
0.05
0.00
0.06
0.48
0.12
0.03 0.08
Flex. númerica
0.36
0.09
0.79
0.30
0.19
0.15
0.05
0.58
0.54
0.70
0.10
0.41
0.62
0.11
0.35 0.40
Flex. seg. soc.
0.26
0.09
0.76
0.23
0.81
0.15
0.00
0.43
0.38
0.58
0.29
0.33
0.50
0.25
0.46 0.43
Flex. en prest.
0.30
0.11
0.79
0.26
0.00
0.23
0.05
0.55
0.46
0.70
0.04
0.38
0.57
0.22
0.31 0.36
Flex. salarial
0.09
0.07
0.05
0.10
0.03
0.06
0.06
0.00
0.13
0.04
0.00
0.09
0.59
0.23
0.03 0.10
Flex. númerica
0.37
0.24
0.70
0.54
0.13
0.36
0.00
0.45
0.31
0.76
0.17
0.40
0.64
0.20
0.36 0.43
Flex. seg. soc.
0.35
0.22
0.70
0.49
0.06
0.32
0.00
0.33
0.31
0.72
0.09
0.37
0.64
0.28
0.36 0.42
Flex. en prest.
0.41
0.28
0.72
0.49
0.22
0.36
0.00
0.41
0.40
0.79
0.12
0.43
0.69
0.30
0.36 0.45
Flex. salarial
0.09
0.04
0.11
0.11
0.08
0.43
0.00
0.08
0.00
0.11
0.00
0.07
0.57
0.17
0.04 0.10
Flex. númerica
0.33
0.28
0.50
0.39
0.28
0.66
0.20
0.44
0.40
0.77
0.15
0.39
0.60
0.25
0.32 0.41
Flex. seg. soc.
0.20
0.13
0.41
0.28
0.15
0.59
0.00
0.29
0.24
0.62
0.00
0.26
0.49
0.22
0.26 0.31
Flex. en prest.
0.27
0.18
0.47
0.33
0.15
0.66
0.00
0.39
0.48
0.79
0.02
0.33
0.61
0.26
0.28 0.37
Centro
2002
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 199
Cuadro A4.11 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.04
0.02
0.05
0.05
0.01
0.05
0.00
0.01
0.01
0.05
0.00
0.05
0.15
0.14
0.03 0.04
Flex. númerica
0.17
0.12
0.32
0.19
0.14
0.18
0.05
0.07
0.09
0.62
0.14
0.27
0.25
0.11
0.29 0.26
Flex. seg. soc.
0.14
0.06
0.28
0.15
0.01
0.17
0.01
0.04
0.04
0.41
0.11
0.21
0.20
0.15
0.32 0.22
Flex. en prest.
0.17
0.08
0.33
0.18
0.04
0.22
0.06
0.06
0.06
0.63
0.03
0.26
0.25
0.14
0.28 0.25
Flex. salarial
0.05
0.33
0.12
0.06
0.05
0.18
0.00
0.02
0.08
0.15
0.00
0.07
0.46
0.13
0.05 0.13
Flex. númerica
0.29
0.40
0.60
0.34
0.20
0.48
0.09
0.21
0.39
0.66
0.11
0.41
0.47
0.24
0.40 0.39
Flex. seg. soc.
0.21
0.27
0.51
0.16
0.09
0.43
0.00
0.12
0.34
0.49
0.03
0.31
0.41
0.10
0.32 0.29
Flex. en prest.
0.24
0.43
0.55
0.26
0.20
0.42
0.06
0.16
0.29
0.68
0.03
0.38
0.48
0.15
0.35 0.36
Flex. salarial
0.06
0.06
0.03
0.03
0.04
0.03
0.03
0.02
0.03
0.04
0.00
0.06
0.54
0.08
0.02 0.08
Flex. númerica
0.38
0.41
0.72
0.38
0.24
0.54
0.27
0.29
0.35
0.83
0.12
0.51
0.66
0.23
0.41 0.46
Flex. seg. soc.
0.27
0.30
0.66
0.24
0.12
0.45
0.08
0.19
0.22
0.80
0.15
0.43
0.61
0.16
0.43 0.42
Flex. en prest.
0.29
0.31
0.67
0.28
0.15
0.44
0.08
0.21
0.23
0.83
0.02
0.45
0.63
0.17
0.34 0.40
Flex. salarial
0.07
0.00
0.15
0.03
0.02
0.00
0.03
0.04
0.00
0.06
0.00
0.07
0.53
0.14
0.03 0.09
Flex. númerica
0.29
0.06
0.69
0.25
0.09
0.11
0.14
0.60
0.00
0.70
0.16
0.41
0.64
0.18
0.36 0.40
Flex. seg. soc.
0.18
0.04
0.62
0.17
0.75
0.11
0.03
0.40
0.00
0.60
0.26
0.31
0.53
0.19
0.45 0.42
Flex. en prest.
0.27
0.08
0.69
0.27
0.02
0.11
0.07
0.51
0.00
0.69
0.05
0.38
0.60
0.18
0.32 0.36
Flex. salarial
0.07
0.10
0.16
0.03
0.00
0.15
0.00
0.03
0.10
0.02
0.00
0.08
0.60
0.11
0.03 0.09
Flex. númerica
0.38
0.29
0.71
0.36
0.09
0.49
0.00
0.44
0.21
0.79
0.14
0.40
0.63
0.21
0.36 0.43
Flex. seg. soc.
0.36
0.26
0.67
0.39
0.06
0.51
0.00
0.40
0.17
0.75
0.05
0.39
0.64
0.21
0.36 0.42
Flex. en prest.
0.40
0.34
0.71
0.36
0.11
0.51
0.25
0.45
0.21
0.82
0.08
0.46
0.70
0.29
0.36 0.46
Flex. salarial
0.08
0.06
0.07
0.16
0.07
0.40
0.00
0.05
0.07
0.10
0.01
0.07
0.58
0.17
0.04 0.10
Flex. númerica
0.35
0.25
0.43
0.38
0.32
0.64
0.29
0.45
0.53
0.79
0.11
0.35
0.61
0.18
0.32 0.40
Flex. seg. soc.
0.25
0.13
0.35
0.31
0.19
0.57
0.00
0.29
0.27
0.63
0.02
0.25
0.51
0.18
0.26 0.31
Flex. en prest.
0.30
0.17
0.39
0.34
0.20
0.59
0.00
0.35
0.33
0.79
0.03
0.29
0.63
0.19
0.27 0.35
Centro
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 200
Cuadro A4.12 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.05
0.02
0.09 0.04
0.01 0.02
0.02
0.00 0.02
0.05
0.00
0.05
0.16
0.11
0.03 0.04
Flex. númerica
0.23
0.12
0.36 0.22
0.14 0.13
0.07
0.08 0.10
0.59
0.15
0.30
0.32
0.17
0.34 0.28
Flex. seg. soc.
0.19
0.07
0.30 0.20
0.02 0.10
0.00
0.04 0.07
0.37
0.07
0.25
0.26
0.21
0.35 0.24
Flex. en prest.
0.24
0.12
0.38 0.27
0.06 0.14
0.07
0.08 0.09
0.59
0.09
0.31
0.34
0.26
0.32 0.28
Flex. salarial
0.05
0.32
0.07 0.05
0.07 0.21
0.00
0.02 0.07
0.14
0.00
0.06
0.41
0.19
0.05 0.12
Flex. númerica
0.30
0.46
0.44 0.30
0.22 0.51
0.29
0.27 0.39
0.63
0.12
0.41
0.47
0.25
0.43 0.41
Flex. seg. soc.
0.23
0.36
0.35 0.20
0.14 0.44
0.11
0.12 0.26
0.47
0.05
0.32
0.40
0.21
0.34 0.31
Flex. en prest.
0.28
0.43
0.43 0.28
0.19 0.48
0.13
0.17 0.28
0.68
0.05
0.39
0.48
0.22
0.37 0.37
Flex. salarial
0.03
0.05
0.12 0.05
0.03 0.03
0.00
0.01 0.05
0.03
0.02
0.06
0.54
0.15
0.03 0.08
Flex. númerica
0.39
0.43
0.73 0.36
0.26 0.55
0.20
0.30 0.40
0.87
0.12
0.53
0.67
0.25
0.42 0.49
Flex. seg. soc.
0.28
0.36
0.66 0.22
0.13 0.45
0.00
0.20 0.35
0.83
0.23
0.44
0.63
0.18
0.45 0.45
Flex. en prest.
0.30
0.38
0.68 0.27
0.14 0.45
0.05
0.23 0.35
0.86
0.08
0.46
0.67
0.21
0.36 0.43
Flex. salarial
0.08
0.02
0.12 0.06
0.00 0.00
0.00
0.00 0.05
0.04
0.00
0.04
0.48
0.06
0.02 0.07
Flex. númerica
0.37
0.17
0.88 0.24
0.27 0.17
0.19
0.57 0.00
0.66
0.13
0.36
0.63
0.10
0.32 0.38
Flex. seg. soc.
0.29
0.15
0.81 0.18
0.81 0.00
0.00
0.55 0.00
0.56
0.21
0.31
0.51
0.22
0.44 0.41
Flex. en prest.
0.35
0.15
0.88 0.21
0.12 0.00
0.00
0.60 0.00
0.69
0.00
0.39
0.61
0.12
0.31 0.38
Flex. salarial
0.13
0.06
0.16 0.12
0.04 0.07
0.00
0.06 0.03
0.03
0.00
0.07
0.58
0.09
0.04 0.10
Flex. númerica
0.44
0.22
0.65 0.52
0.25 0.45
0.00
0.48 0.15
0.77
0.25
0.38
0.62
0.15
0.37 0.43
Flex. seg. soc.
0.43
0.22
0.65 0.45
0.25 0.45
0.00
0.46 0.18
0.69
0.10
0.37
0.65
0.15
0.39 0.43
Flex. en prest.
0.47
0.23
0.67 0.45
0.25 0.52
0.00
0.46 0.18
0.80
0.10
0.44
0.69
0.19
0.39 0.47
Flex. salarial
0.07
0.06
0.09 0.09
0.02 0.20
0.00
0.04 0.11
0.08
0.00
0.06
0.55
0.08
0.04 0.09
Flex. númerica
0.38
0.31
0.58 0.27
0.24 0.64
0.50
0.30 0.44
0.75
0.16
0.40
0.62
0.25
0.35 0.43
Flex. seg. soc.
0.29
0.18
0.43 0.26
0.22 0.58
0.00
0.19 0.44
0.57
0.04
0.31
0.53
0.19
0.29 0.34
Flex. en prest.
0.32
0.15
0.46 0.30
0.22 0.64
0.00
0.21 0.44
0.76
0.06
0.35
0.63
0.22
0.29 0.38
Centro
2004
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 201
Cuadro A4.13 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.10
0.06
0.04
0.02
0.04
0.04
0.03
0.01
0.05
0.06
0.02
0.16
0.17
0.09
0.07 0.08
Flex. númerica
0.39
0.29
0.45
0.22
0.25
0.24
0.21
0.21
0.29
0.74
0.27
0.40
0.38
0.40
0.49 0.42
Flex. seg. soc.
0.22
0.11
0.25
0.10
0.04
0.10
0.09
0.05
0.09
0.44
0.07
0.24
0.22
0.21
0.35 0.25
Flex. en prest.
0.28
0.16
0.30
0.15
0.10
0.13
0.16
0.09
0.12
0.65
0.11
0.29
0.32
0.28
0.37 0.31
Flex. salarial
0.11
0.28
0.08
0.02
0.06
0.20
0.01
0.02
0.20
0.16
0.04
0.19
0.37
0.13
0.07 0.14
Flex. númerica
0.48
0.68
0.63
0.57
0.35
0.45
0.31
0.35
0.60
0.82
0.16
0.58
0.51
0.51
0.54 0.55
Flex. seg. soc.
0.29
0.37
0.48
0.29
0.11
0.29
0.10
0.13
0.49
0.55
0.10
0.38
0.38
0.29
0.40 0.36
Flex. en prest.
0.34
0.44
0.55
0.35
0.23
0.33
0.16
0.20
0.38
0.75
0.12
0.43
0.46
0.37
0.42 0.42
Flex. salarial
0.10
0.08
0.03
0.08
0.05
0.09
0.00
0.02
0.05
0.06
0.02
0.16
0.46
0.10
0.07 0.11
Flex. númerica
0.57
0.56
0.80
0.55
0.33
0.61
0.30
0.41
0.36
0.90
0.20
0.63
0.70
0.51
0.56 0.59
Flex. seg. soc.
0.36
0.37
0.65
0.40
0.11
0.50
0.07
0.19
0.24
0.81
0.07
0.46
0.59
0.34
0.44 0.45
Flex. en prest.
0.43
0.41
0.66
0.46
0.16
0.56
0.07
0.23
0.24
0.87
0.07
0.50
0.65
0.41
0.44 0.48
Flex. salarial
0.16
0.08
0.09
0.05
0.00
0.08
0.00
0.04
0.00
0.05
0.00
0.16
0.38
0.09
0.04 0.10
Flex. númerica
0.49
0.13
0.78
0.58
0.35
0.42
0.33
0.70
0.00
0.77
0.24
0.41
0.56
0.47
0.46 0.47
Flex. seg. soc.
0.34
0.11
0.83
0.42
0.17
0.42
0.08
0.66
0.00
0.67
0.01
0.31
0.45
0.36
0.36 0.36
Flex. en prest.
0.39
0.12
0.78
0.32
0.13
0.33
0.17
0.64
0.00
0.78
0.10
0.39
0.51
0.43
0.37 0.41
Flex. salarial
0.99
0.97
0.91
0.85
0.86
0.81
0.25
0.89
0.72
0.98
0.78
0.99
0.97
0.96
0.99 0.19
Flex. númerica
0.49
0.30
0.67
0.61
0.36
0.56
0.42
0.69
0.49
0.86
0.28
0.49
0.65
0.53
0.50 0.54
Flex. seg. soc.
0.38
0.24
0.62
0.44
0.20
0.42
0.33
0.52
0.41
0.73
0.07
0.37
0.57
0.46
0.41 0.44
Flex. en prest.
0.41
0.23
0.67
0.37
0.14
0.42
0.42
0.60
0.41
0.83
0.12
0.42
0.63
0.44
0.41 0.47
Flex. salarial
0.13
0.08
0.09
0.08
0.16
0.26
0.10
0.03
0.21
0.10
0.01
0.20
0.48
0.14
0.06 0.13
Flex. númerica
0.53
0.39
0.60
0.44
0.32
0.75
0.60
0.41
0.76
0.86
0.26
0.50
0.66
0.54
0.49 0.54
Flex. seg. soc.
0.31
0.24
0.50
0.19
0.10
0.60
0.30
0.25
0.45
0.58
0.04
0.30
0.52
0.35
0.35 0.37
Flex. en prest.
0.37
0.29
0.55
0.28
0.19
0.65
0.50
0.30
0.41
0.77
0.10
0.34
0.61
0.36
0.35 0.41
Centro
2005
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 202
Cuadro A4.14 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.08
0.05
0.02
0.03
0.02 0.03
0.02
0.00 0.03
0.04
0.02
0.13
0.14
0.05
0.06 0.06
Flex. númerica
0.35
0.27
0.34
0.26
0.18 0.19
0.28
0.19 0.24
0.71
0.10
0.32
0.36
0.30
0.41 0.35
Flex. seg. soc.
0.22
0.15
0.16
0.15
0.02 0.08
0.06
0.04 0.02
0.35
0.01
0.18
0.21
0.13
0.28 0.19
Flex. en prest.
0.24
0.17
0.25
0.14
0.08 0.11
0.20
0.07 0.03
0.57
0.05
0.22
0.29
0.21
0.28 0.24
Flex. salarial
0.09
0.29
0.07
0.06
0.06 0.08
0.03
0.02 0.10
0.13
0.00
0.18
0.36
0.13
0.07 0.14
Flex. númerica
0.49
0.61
0.58
0.49
0.33 0.46
0.30
0.33 0.48
0.84
0.18
0.51
0.52
0.44
0.48 0.51
Flex. seg. soc.
0.27
0.34
0.41
0.20
0.11 0.30
0.03
0.11 0.17
0.56
0.03
0.29
0.38
0.22
0.34 0.30
Flex. en prest.
0.33
0.38
0.44
0.23
0.18 0.28
0.09
0.18 0.24
0.75
0.03
0.35
0.46
0.27
0.34 0.35
Flex. salarial
0.09
0.06
0.04
0.06
0.04 0.05
0.04
0.02 0.02
0.03
0.00
0.14
0.41
0.08
0.07 0.10
Flex. númerica
0.45
0.54
0.73
0.53
0.34 0.63
0.27
0.37 0.58
0.89
0.14
0.56
0.66
0.45
0.49 0.54
Flex. seg. soc.
0.28
0.36
0.67
0.41
0.10 0.49
0.19
0.20 0.29
0.80
0.07
0.43
0.58
0.29
0.40 0.42
Flex. en prest.
0.30
0.40
0.66
0.39
0.16 0.50
0.19
0.24 0.35
0.87
0.04
0.45
0.61
0.35
0.39 0.44
Flex. salarial
0.09
0.06
0.05
0.11
0.00 0.18
0.11
0.08 0.00
0.03
0.01
0.16
0.40
0.09
0.05 0.10
Flex. númerica
0.47
0.18
0.85
0.50
0.20 0.45
0.28
0.87 0.00
0.79
0.19
0.38
0.59
0.35
0.41 0.44
Flex. seg. soc.
0.35
0.10
0.75
0.44
0.00 0.45
0.06
0.64 0.00
0.62
0.01
0.28
0.51
0.28
0.32 0.34
Flex. en prest.
0.42
0.08
0.80
0.56
0.00 0.55
0.17
0.67 0.00
0.78
0.04
0.33
0.57
0.35
0.31 0.37
Flex. salarial
0.14
0.09
0.05
0.09
0.10 0.06
0.00
0.04 0.08
0.02
0.00
0.19
0.56
0.09
0.06 0.13
Flex. númerica
0.47
0.36
0.69
0.43
0.18 0.42
0.29
0.55 0.32
0.80
0.21
0.44
0.67
0.44
0.46 0.50
Flex. seg. soc.
0.37
0.26
0.53
0.31
0.06 0.25
0.00
0.42 0.26
0.68
0.07
0.33
0.62
0.33
0.37 0.40
Flex. en prest.
0.37
0.23
0.59
0.31
0.06 0.25
0.00
0.42 0.26
0.78
0.15
0.35
0.65
0.33
0.36 0.42
Flex. salarial
0.13
0.05
0.07
0.09
0.03 0.26
0.00
0.03 0.11
0.10
0.00
0.18
0.44
0.13
0.06 0.12
Flex. númerica
0.47
0.27
0.50
0.42
0.36 0.62
0.67
0.42 0.66
0.84
0.23
0.44
0.63
0.44
0.40 0.48
Flex. seg. soc.
0.37
0.26
0.53
0.31
0.06 0.25
0.00
0.42 0.26
0.68
0.07
0.33
0.62
0.33
0.37 0.40
Flex. en prest.
0.27
0.13
0.38
0.30
0.15 0.53
0.22
0.28 0.34
0.78
0.07
0.26
0.57
0.26
0.26 0.34
Centro
2006
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 203
Cuadro A4.15 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.05
0.03
0.04
0.03
0.03
0.05
0.04
0.01
0.02
0.05
0.01
0.13
0.11
0.09
0.07 0.07
Flex. númerica
0.33
0.20
0.37
0.22
0.23
0.28
0.16
0.18
0.23
0.74
0.28
0.32
0.31
0.31
0.42 0.36
Flex. seg. soc.
0.20
0.07
0.20
0.07
0.02
0.17
0.01
0.04
0.06
0.39
0.04
0.19
0.18
0.16
0.30 0.20
Flex. en prest.
0.24
0.09
0.28
0.13
0.04
0.16
0.08
0.07
0.09
0.61
0.06
0.22
0.24
0.21
0.30 0.24
Flex. salarial
0.11
0.24
0.08
0.04
0.07
0.05
0.01
0.02
0.02
0.11
0.02
0.17
0.31
0.14
0.08 0.13
Flex. númerica
0.39
0.68
0.65
0.46
0.39
0.35
0.25
0.30
0.58
0.82
0.20
0.48
0.49
0.45
0.51 0.51
Flex. seg. soc.
0.22
0.34
0.40
0.19
0.14
0.20
0.06
0.08
0.21
0.49
0.02
0.26
0.34
0.20
0.33 0.28
Flex. en prest.
0.27
0.39
0.47
0.30
0.21
0.26
0.08
0.16
0.27
0.72
0.00
0.32
0.40
0.30
0.36 0.35
Flex. salarial
0.07
0.05
0.07
0.05
0.03
0.06
0.00
0.02
0.10
0.04
0.00
0.14
0.39
0.09
0.07 0.10
Flex. númerica
0.45
0.53
0.73
0.50
0.32
0.73
0.35
0.32
0.63
0.88
0.19
0.56
0.60
0.43
0.46 0.52
Flex. seg. soc.
0.27
0.39
0.66
0.38
0.12
0.57
0.12
0.17
0.41
0.80
0.00
0.40
0.52
0.27
0.37 0.40
Flex. en prest.
0.29
0.39
0.68
0.39
0.18
0.57
0.15
0.21
0.51
0.85
0.04
0.43
0.53
0.31
0.36 0.41
Flex. salarial
0.13
0.01
0.19
0.11
0.09
0.20
0.00
0.02
0.20
0.02
0.00
0.15
0.34
0.12
0.04 0.09
Flex. númerica
0.46
0.15
0.69
0.67
0.09
0.80
0.40
0.66
0.60
0.74
0.15
0.36
0.50
0.38
0.41 0.43
Flex. seg. soc.
0.29
0.12
0.69
0.56
0.18
0.70
0.07
0.58
0.60
0.59
0.00
0.24
0.41
0.30
0.30 0.31
Flex. en prest.
0.36
0.09
0.69
0.56
0.09
0.70
0.27
0.66
0.20
0.74
0.05
0.27
0.47
0.32
0.31 0.34
Flex. salarial
0.11
0.02
0.11
0.04
0.05
0.08
0.00
0.04
0.00
0.03
0.00
0.19
0.54
0.10
0.07 0.13
Flex. númerica
0.49
0.44
0.72
0.46
0.23
0.36
0.00
0.48
0.21
0.83
0.26
0.43
0.63
0.38
0.45 0.49
Flex. seg. soc.
0.40
0.29
0.54
0.31
0.09
0.36
0.00
0.40
0.18
0.71
0.00
0.33
0.59
0.31
0.34 0.39
Flex. en prest.
0.38
0.24
0.54
0.31
0.12
0.31
0.00
0.44
0.18
0.79
0.02
0.36
0.61
0.32
0.34 0.40
Flex. salarial
0.11
0.04
0.06
0.07
0.12
0.35
0.00
0.05
0.07
0.07
0.00
0.20
0.46
0.12
0.06 0.12
Flex. númerica
0.51
0.27
0.59
0.58
0.24
0.86
0.13
0.49
0.50
0.85
0.15
0.45
0.62
0.46
0.43 0.50
Flex. seg. soc.
0.25
0.13
0.33
0.29
0.03
0.68
0.00
0.24
0.29
0.58
0.01
0.22
0.45
0.27
0.26 0.31
Flex. en prest.
0.30
0.15
0.37
0.20
0.12
0.71
0.00
0.29
0.50
0.77
0.04
0.24
0.52
0.31
0.25 0.34
Centro
2007
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 204
Cuadro A4.16 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.08
0.02
0.04
0.04
0.02 0.06
0.00
0.00 0.03
0.04
0.01
0.14
0.13
0.08
0.07 0.07
Flex. númerica
0.34
0.27
0.33
0.30
0.19 0.28
0.18
0.17 0.19
0.74
0.17
0.36
0.32
0.31
0.44 0.37
Flex. seg. soc.
0.18
0.11
0.17
0.09
0.02 0.13
0.00
0.03 0.07
0.41
0.01
0.20
0.17
0.15
0.30 0.21
Flex. en prest.
0.20
0.14
0.23
0.15
0.06 0.16
0.03
0.06 0.10
0.60
0.03
0.23
0.21
0.19
0.28 0.24
Flex. salarial
0.09
0.23
0.10
0.03
0.05 0.12
0.00
0.02 0.09
0.12
0.02
0.16
0.33
0.11
0.09 0.12
Flex. númerica
0.41
0.66
0.66
0.42
0.36 0.48
0.37
0.32 0.47
0.82
0.21
0.53
0.53
0.43
0.50 0.52
Flex. seg. soc.
0.22
0.36
0.43
0.16
0.15 0.32
0.13
0.12 0.30
0.54
0.06
0.32
0.38
0.20
0.34 0.31
Flex. en prest.
0.24
0.40
0.48
0.23
0.18 0.36
0.21
0.17 0.34
0.71
0.09
0.35
0.43
0.28
0.35 0.36
Flex. salarial
0.07
0.05
0.00
0.04
0.02 0.01
0.00
0.00 0.02
0.03
0.00
0.11
0.42
0.07
0.06 0.09
Flex. númerica
0.43
0.49
0.71
0.30
0.24 0.54
0.23
0.35 0.61
0.86
0.19
0.58
0.62
0.46
0.48 0.52
Flex. seg. soc.
0.26
0.37
0.58
0.20
0.09 0.39
0.05
0.17 0.45
0.75
0.05
0.44
0.54
0.27
0.38 0.39
Flex. en prest.
0.30
0.34
0.61
0.23
0.12 0.39
0.23
0.18 0.41
0.84
0.06
0.48
0.55
0.31
0.39 0.42
Flex. salarial
0.21
0.13
0.05
0.00
0.00 0.13
0.00
0.06 0.00
0.02
0.00
0.15
0.33
0.11
0.05 0.10
Flex. númerica
0.51
0.19
0.65
0.58
0.23 0.50
0.36
0.71 1.00
0.75
0.14
0.40
0.48
0.42
0.42 0.44
Flex. seg. soc.
0.36
0.08
0.50
0.47
0.08 0.50
0.07
0.57 1.00
0.61
0.05
0.29
0.38
0.27
0.30 0.32
Flex. en prest.
0.41
0.13
0.55
0.47
0.08 0.50
0.07
0.57 0.00
0.70
0.05
0.32
0.45
0.31
0.30 0.34
Flex. salarial
0.14
0.16
0.06
0.00
0.06 0.11
0.00
0.06 0.05
0.04
0.02
0.16
0.56
0.08
0.07 0.13
Flex. númerica
0.49
0.46
0.58
0.56
0.18 0.38
0.33
0.53 0.23
0.81
0.18
0.42
0.64
0.48
0.47 0.50
Flex. seg. soc.
0.42
0.33
0.33
0.47
0.09 0.22
0.00
0.44 0.09
0.67
0.02
0.32
0.61
0.36
0.36 0.39
Flex. en prest.
0.43
0.33
0.35
0.44
0.06 0.29
0.33
0.47 0.14
0.78
0.05
0.34
0.62
0.39
0.35 0.41
Flex. salarial
0.11
0.13
0.06
0.05
0.08 0.37
0.00
0.04 0.07
0.09
0.03
0.17
0.47
0.12
0.06 0.12
Flex. númerica
0.48
0.35
0.58
0.42
0.16 0.79
0.25
0.39 0.79
0.83
0.15
0.40
0.59
0.44
0.41 0.48
Flex. seg. soc.
0.28
0.18
0.36
0.16
0.05 0.75
0.00
0.18 0.50
0.58
0.03
0.20
0.45
0.22
0.26 0.29
Flex. en prest.
0.33
0.16
0.36
0.21
0.08 0.78
0.00
0.24 0.50
0.76
0.08
0.25
0.52
0.28
0.26 0.34
Centro
2008
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
I m p a c t o r e g i o n a l d e l a f l e x i b i l i d a d l a b o r a l e n M é x i c o | 205
Cuadro A4.17 Resultados de los indicadores de flexibilidad laboral, por regiones y
sectores 1994-2009
Frontera
Alimentos Textiles Madera Papel Química Min. no met.
Met. Bás. Prod. Met. Otras ConstrucciónElectricidad Comercio Transporte Ser. Finac. Ser. Com. Total
Flex. salarial
0.10
0.03
0.04
0.02
0.02 0.04
0.02
0.01 0.02
0.04
0.01
0.13
0.11
0.08
0.06 0.07
Flex. númerica
0.36
0.23
0.42
0.19
0.16 0.29
0.24
0.16 0.16
0.76
0.10
0.34
0.34
0.31
0.42 0.37
Flex. seg. soc.
0.24
0.13
0.31
0.05
0.02 0.15
0.07
0.04 0.04
0.42
0.01
0.20
0.20
0.15
0.31 0.22
Flex. en prest.
0.23
0.15
0.31
0.11
0.07 0.18
0.13
0.07 0.05
0.60
0.01
0.22
0.22
0.19
0.29 0.25
Flex. salarial
0.10
0.24
0.11
0.03
0.04 0.05
0.01
0.01 0.06
0.11
0.02
0.16
0.32
0.09
0.08 0.12
Flex. númerica
0.44
0.74
0.69
0.45
0.38 0.44
0.15
0.32 0.61
0.85
0.07
0.51
0.51
0.47
0.51 0.53
Flex. seg. soc.
0.25
0.39
0.40
0.18
0.16 0.23
0.07
0.13 0.33
0.53
0.02
0.30
0.34
0.22
0.37 0.32
Flex. en prest.
0.29
0.46
0.48
0.29
0.20 0.29
0.05
0.17 0.27
0.74
0.09
0.33
0.40
0.30
0.37 0.37
Flex. salarial
0.04
0.03
0.02
0.02
0.02 0.03
0.00
0.00 0.02
0.03
0.00
0.10
0.47
0.06
0.05 0.08
Flex. númerica
0.49
0.53
0.69
0.39
0.24 0.55
0.39
0.39 0.30
0.88
0.24
0.55
0.64
0.43
0.50 0.54
Flex. seg. soc.
0.31
0.43
0.59
0.22
0.11 0.52
0.15
0.22 0.23
0.81
0.04
0.44
0.58
0.26
0.39 0.42
Flex. en prest.
0.34
0.46
0.58
0.24
0.15 0.52
0.30
0.21 0.20
0.87
0.04
0.47
0.62
0.32
0.38 0.44
Flex. salarial
0.17
0.00
0.00
0.04
0.11 0.00
0.00
0.00 0.00
0.02
0.00
0.14
0.37
0.09
0.05 0.09
Flex. númerica
0.50
0.05
0.75
0.65
0.33 0.63
0.00
0.76 0.50
0.71
0.30
0.40
0.46
0.39
0.41 0.43
Flex. seg. soc.
0.37
0.05
0.79
0.43
0.00 0.50
0.10
0.65 0.00
0.56
0.00
0.28
0.40
0.25
0.31 0.32
Flex. en prest.
0.45
0.09
0.71
0.43
0.00 0.50
0.10
0.74 0.00
0.71
0.06
0.32
0.50
0.33
0.30 0.35
Flex. salarial
0.13
0.07
0.06
0.03
0.03 0.11
0.00
0.08 0.00
0.03
0.00
0.16
0.61
0.06
0.06 0.13
Flex. númerica
0.45
0.41
0.60
0.57
0.28 0.66
0.00
0.62 0.48
0.81
0.20
0.42
0.70
0.40
0.47 0.51
Flex. seg. soc.
0.39
0.32
0.57
0.50
0.08 0.49
0.00
0.51 0.19
0.72
0.00
0.34
0.63
0.31
0.37 0.42
Flex. en prest.
0.42
0.32
0.57
0.43
0.15 0.43
0.00
0.49 0.19
0.77
0.00
0.35
0.65
0.33
0.37 0.42
Flex. salarial
0.08
0.13
0.10
0.08
0.09 0.32
0.33
0.04 0.04
0.06
0.00
0.17
0.42
0.11
0.05 0.11
Flex. númerica
0.53
0.34
0.59
0.26
0.28 0.70
0.33
0.40 0.52
0.83
0.15
0.44
0.59
0.43
0.41 0.48
Flex. seg. soc.
0.33
0.21
0.44
0.13
0.13 0.54
0.33
0.22 0.35
0.57
0.03
0.23
0.43
0.24
0.27 0.31
Flex. en prest.
0.38
0.21
0.43
0.08
0.20 0.54
0.33
0.29 0.30
0.77
0.08
0.27
0.50
0.29
0.28 0.35
Centro
2009
D.F y entorno
Sureste
Sur
Pacifico
Descargar