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ÍNDICE
PRIMERA PARTE
VISIÓN HISTÓRICA DEL ESPAÑOL
F. Miguel Martínez Martín
Presentación ............................................................................................
11
Tema 1.
La Hispania prerromana y la romanización .....................
13
Tema 2.
El influjo lingüístico de los visigodos y de los árabes. Las
lenguas de los primeros reinos cristianos ..........................
31
La lengua hasta el siglo XIII. Nacimiento del castellano y
primera etapa normalizadora con Alfonso X el Sabio ......
55
La lengua en los siglos XIV y XV. El español preclásico y el
Renacimiento .......................................................................
75
La lengua española en los Siglos de Oro. La lucha de normas .......................................................................................
93
El siglo XVIII y el nacimiento de la norma de la Real Academia Española. Política lingüística en el español ...........
113
Tema 3.
Tema 4.
Tema 5.
Tema 6.
SEGUNDA PARTE
FONOLOGÍA Y FONÉTICA
F. Miguel Martínez Martín
Presentación ............................................................................................
127
Tema 7.
Enmarque general de la fonología y fonética del español
129
Tema 8.
La fonética articulatoria ......................................................
151
Tema 9.
Las vocales y las secuencias vocálicas en español .............
175
Tema 10.
Los fonemas de las series oclusiva y nasal ...........................
201
Tema 11.
Los fonemas de las series fricativa, africada y líquida .....
225
8
Tema 12.
LENGUA ESPAÑOLA (PARA FILOLOGÍA INGLESA)
La sílaba y los prosodemas o suprasegmentos en español
255
Actividades para los temas 7-12 ............................................................
279
TERCERA PARTE
GRAMÁTICA: NIVEL MORFOSINTÁCTICO
Ángeles Estévez Rodríguez
Presentación ............................................................................................
Tema 13.
287
Unidades de la gramática. Clases de palabras y formación
de palabras ...........................................................................
289
Tema 14.
El sintagma y la oración .....................................................
293
Tema 15.
Las funciones sintácticas I: Sujeto, complemento directo
y complemento indirecto. Oraciones subordinadas sustantivas I ..............................................................................
297
Tema 16.
Las funciones sintácticas II. Complemento de régimen
preposicional, complemento circunstancial, atributo y
complemento predicativo. Complementos de un núcleo
no verbal. Oraciones subordinadas sustantivas II ............
301
Tema 17.
Las oraciones subordinadas adjetivas. Consecutivas.
Comparativas .......................................................................
305
Las oraciones subordinadas adverbiales propias e impropias .......................................................................................
309
La oración compuesta. Oraciones yuxtapuestas. Oraciones coordinadas ...................................................................
313
Tema 18.
Tema 19.
CUARTA PARTE
GRAMÁTICA: NIVEL LÉXICO-SEMÁNTICO
Emilia V. Enríquez Carrasco
Presentación ............................................................................................
321
Tema 20.
Nivel semántico I: Definición y delimitación de objetivos ..
323
Tema 21.
Nivel semántico II: Relaciones entre significados .............
351
Tema 22.
Ampliaciones del significado lingüístico I .........................
387
Tema 23.
Ampliaciones del significado lingüístico II .........................
437
Tema 24.
El estudio del léxico I: La lexicología. El léxico español ..
479
Tema 25.
El estudio del léxico II: La lexicología. Los diccionarios
del español ...........................................................................
543
Bibliografía general ................................................................................
593
PRESENTACIÓN
En este tema, el alumno podrá reconocer la herencia que los antiguos
pobladores de la Península han dejado sobre el español y sopesar todo el
valor de su cultura. Se exponen ciertas características de la lengua latina, la
lengua madre de las llamadas lenguas románicas.
Exponemos muy brevemente las características de la implantación del
latín como lengua de cultura en la península Ibérica. Este proceso va a traer
diferencias en la configuración de los territorios y de las lenguas que se
hablan en ellos. Hablaremos de las fases y características de la romanización
en la península Ibérica, que fue la semilla del nacimiento, a partir del latín
vulgar de Hispania, de las diferentes lenguas románicas dentro de este territorio: el español, el catalán, el gallego-portugués.
1. LOS PUEBLOS PRERROMANOS
Estrabón, geógrafo griego que vivió en tiempos del emperador romano
Augusto, da fe en sus escritos de que en la península Ibérica había muchas y
muy diversas lenguas. Esta afirmación ha sido comprobada en la actualidad
gracias a la labor de arqueólogos, etnólogos y lingüistas, quienes poco a poco
van desvelando los secretos de la historia de la humanidad.
Por Antonio Tovar (1959) tenemos noticias de que pueblos con idiomas
afines al vasco, de los cuales sólo ha permanecido el vasco, estaban asentados
a ambos lados de los Pirineos y que llegaban hasta casi la Galicia actual, con
asentamientos en toda la cornisa cantábrica.
En la costa de Levante, el actual valle del Ebro y zonas vecinas del interior hay pruebas de la existencia de los iberos, pueblo de origen norteafricano, cuyo nombre usaron los escritores griegos para llamar así a la península
Ibérica.
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LENGUA ESPAÑOLA (PARA FILOLOGÍA INGLESA)
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1
2
1. Lenguas no indoeuropeas
2. Lenguas indoeuropeas
FIGURA 1. Las lenguas primitivas de la península Ibérica (según A. Tovar).
(Recogido de Quilis: 1979)
En el sur de la actual Portugal y en la baja Andalucía tuvo asiento la antigua y famosa civilización de los tartesios. La riqueza de mineral de plata que
ostentaba su rey Argantonius fue proverbial entre viajeros de culturas orientales de la época; no en vano la raíz de su nombre, arg-, forma la palabra latina plata o metal brillante (argentum).
Los fenicios se asentaron en las costas del sur de la Península y fundaron,
entre otros asentamientos, el de Cádiz (gadir: «recinto amurallado»), Málaga
(malaka: «factoría»). De origen fenicio es el nombre España (hispania: «tierra
de conejos» o «tierra escondida»). El pueblo fenicio fue el impulsor de la cultura ibérica; y el hecho de que conservemos la Dama de Elche, perfecta simbiosis de la cultura ibérica y la oriental, es buena prueba de ese interés cultural de los fenicios por lo ibérico.
Los griegos se asentaron en colonias como Ampurias y Rosas, en la actual
provincia de Gerona (Costa Brava). En Alicante (Lucentum) tuvieron otro
importante emporio y siguieron colonizando hacia el sur.
Herodoto de Halicarnaso, en el año 445 a. de C., hace referencia en sus
escritos a unos pueblos de origen indoeuropeo a los que se les llamó «celtas».
Estos pueblos habitaron el centro y el oeste peninsular bajando por el oeste
hacia la antigua Tartesos y otras zonas del sur.
VISIÓN HISTÓRICA DEL ESPAÑOL
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A los celtas se unieron pueblos indoeuropeizados como los ligures (en la
actual zona de Niza, Mónaco y alrededores), los ilirios (pueblo que habitaba
la zona oriental de la Serbia actual) e incluso algún pueblo germánico. Pocos
restos quedan de sus lenguas, pero lo poco que queda hace presumir la convivencia de lenguas paraceltas distintas del arquetipo celta. Por ejemplo, el
sufijo -SCO abunda en topónimos norteños como Biescas, Benasque; en antropónimos norteños como Velasco (bela «cuervo» + -SCO); en topónimos del centro como Orusco (Madrid) y del Oeste como Ledusco (La Coruña). El nombre
vascones que significa «los montañeses», «los de las alturas» o « los altivos»,
en sentido figurado, contiene esa raíz paracelta SCO.
Dice Lapesa (1980: 28) que el contacto entre las distintas lenguas y gentes
debía de ser muy grande en toda la Península. Incluso en Galicia, tradicional
feudo celta, se advierte la presencia de pueblos de nombres bárbaros, no celtas. En Lérida, uno de los caudillos ilergetes muertos en combate en el año
205 a. de C., Mandonio, es un derivado de la misma palabra ilirio-celta que
subsiste en el vasco mando: «mulo».
2. RESTOS IBÉRICOS Y SU RELACIÓN CON EL VASCUENCE
Aunque contamos con más de mil palabras registradas de la lengua ibérica, es muy poco lo que se sabe sobre esta lengua. Nada hay seguro sobre su
procedencia, aunque ciertos indicios la hacen suponer de origen camítico, es
decir norteafricano. Esta lengua convivió durante largo tiempo con el vascuence o con lenguas o dialectos emparentados con la lengua vasca, pero
poco tenían en común. El conocimiento del vascuence no ha servido mucho
para interpretar las inscripciones ibéricas.
Hay un famoso vaso, encontrado en Liria, provincia de Valencia, que está
decorado con figuras de guerreros con lanzas y arcos y con la frase en una
lengua ibérica gu-du-a de-is-te-a, que en el actual vascuence podría traducirse como «grito de guerra»o «llamada a la guerra» (vasco gudu «guerra» o
gudari «guerrero»). Pues bien, esas palabras no son palabras vascas patrimoniales, más bien parecen préstamos de alguna lengua germánica en el caso de
gudu y del latín DICTUM en el caso de dei «llamar» o deitu «llamada». Recor-
FIGURA 2. Inscripción de Liria: gu-du-a de-i-s-te-a (según esquema de Tovar).
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LENGUA ESPAÑOLA (PARA FILOLOGÍA INGLESA)
demos que no hay esfera de la vida en la cultura vasca, espiritual o material,
que no esté llena de latinismos adaptados a sus peculiares estructuras fonológicas y morfológicas. Es decir, solo el conocimiento del vascuence no sirve
para interpretar y descifrar el significado de palabras ibéricas. Los parecidos
entre el vasco y el ibérico no deben ser interpretados como parentescos.
Los problemas lingüísticos se han estado mezclando desde la época del
romanticismo con problemas étnicos debido a un trasnochado nacionalismo
que está dando en estos momentos muchos quebraderos de cabeza. Con lo
que contamos es solamente con un mutuo influjo del vascuence y del ibérico.
No conviene mezclar cuestiones étnicas con cuestiones lingüísticas porque lo
más seguro es que nos confundamos. Todas las lenguas que perviven son
mezcla, mestizajes lingüísticos; no existe la lengua pura, que se mantenga en
sus orígenes tras largos años de convivencia con otras lenguas y sin el freno
de la escritura. No hay una raza pura ni hay una lengua pura, sino mestizajes; de los mestizajes es de donde nace la riqueza cultural, da igual en qué
lugar o en qué tiempo.
3. LOS SUSTRATOS
La romanización de la Península fue lenta, pero muy intensa; tanto que,
si exceptuamos la zona vasca, las lenguas de los restantes territorios, lenguas
indoeuropeas (célticas) y no indoeuropeas (ibéricas), e incluso otras lenguas
emparentadas con el vascuence, desaparecieron, pero enriquecieron a su
sociedad dejando paso al latín como lengua de intercomunicación general.
Ahora bien, a pesar de la desaparición de esas lenguas, quedaron huellas
indelebles en decenas de palabras que son patrimoniales en el español, el
catalán, el gallego, muchas de las cuales se mantienen en el vascuence actual.
Además, estas lenguas nos legaron instrumentos de derivación y composición muy fructíferos. Así tenemos palabras de ese origen como chaparro
(«encina o roble joven»; vasco tsapar); mata («arbusto»; vasco mata); morro
(«saliente que forman los labios abultados»); barranco («depresión producida
por las aguas de la lluvia»); sapo (vasco zapo); barro; vega («tierra baja bien
regada (terra ibaika; vasco ibai); charro («vasto, tosco»; vasco tsar); cama
«lecho»; cencerro (esquila; vasco zinzerri); aro «molde redondo»; chaparrón
«lluvia muy fuerte y de corta duración»; socarrar («chamuscar, requemar»);
cigarra «insecto»; bruja; becerro «toro de menos de dos años», etc.
Quiere esto decir que durante los siglos de bilingüismo latín de Hispania-lengua indígena de Hispania tuvieron que quedar hábitos articulatorios, rasgos peculiares de entonación y ritmo de habla; tendencias sintácticas, morfológicas y léxicas. Y esto es lo que denominamos sustrato lingüístico. Dice
Lapesa (1980: 39) que «cuando un fenómeno propio de una región es muy
raro o desconocido en el resto de la Romania, si en el idioma prelatino correspondiente existían tendencias parecidas, debe reconocerse la intervención
del factor indígena». Y esto sucede con unos cuantos rasgos lingüísticos que
VISIÓN HISTÓRICA DEL ESPAÑOL
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conforman un peculiar modo de hablar latín por los indígenas hispanos,
según la lengua que tuvieran.
Cicerón mencionaba un hispano ore pingue quidam atque peregrinum, un
modo de hablar latín «a la española», por el que los hispanos se distinguían
de hablantes de otras zonas del imperio. Cuentan que el emperador Adriano
(76-138), cuando era funcionario en Roma, hablaba ante los senadores con
una pronunciación extraña a los oídos romanos; aún no se había librado del
acento de Itálica (en la Bética), que era de donde provenía su familia; posteriormente se dedicó a estudiar el latín hasta alcanzar el dominio de la lengua
y una gran capacidad oratoria y de belleza en su expresión (Oliver Asín,
1939: 23).
4. RASGOS LINGÜÍSTICOS DEL SUSTRATO PRERROMANO
Para explicar posibles tendencias lingüísticas cuyos orígenes parecen
estar en las lenguas prerromanas vamos a ver algunos fenómenos fonológicos; pero hay otros muchos rasgos morfológicos y, por supuesto, un gran
número de términos léxicos que así lo atestiguan y de los que daremos algunos ejemplos. Estos fenómenos los han estudiado lingüistas como Wartburg
en La fragmentación lingüística de la Romania y Ramón Menéndez Pidal en
Orígenes del español.
4.1. Rasgos fonéticos
a) Un sustrato de lengua cántabro similar al vasco es el origen de la tendencia del futuro romance castellano a hacer desaparecer la /f/ inicial latina
previa aspiración. Este sonido labiodental sordo era de difícil pronunciación
para los norteños; sólo aprendieron a pronunciarla los de Galicia, Lusitania y
la Tarraconense.
Pues bien, esta tendencia apareció en el norte de Burgos, en la montaña
cántabra, en La Rioja: /filio / > /fio/ > /hío/ > /íxo/ «hijo». Parecido fenómeno
se da también en regiones romanizadas de la primitiva zona vasca francesa de
La Gascuña. Los vascos, más de dos mil años más tarde, siguen sin aceptarla
en sus préstamos: es curioso recordar, como lo hace Asín Palacios (1939: 25),
que la palabra «falange» la pronuncian [palánke] algunos caseros vascos.
b) La ausencia del fonema /v/ fricativo labiodental sonoro en el sistema
fonológico del español es otro de los rasgos de sustrato prerromano.Este
fonema, que tampoco existe en gascón, sí que existe en todos los demás idiomas románicos y existió en el castellano antiguo, aunque no en las regiones
castellanas más norteñas como en Cantabria y en Vasconia. Tampoco existió
en el vascuence y en el siglo XVI la pronunciación bilabial de /v/ y /b/ indistintamente se atribuía a vizcaínos y gascones, sobre todo. Este mismo tipo de
pronunciación se extendía a finales de la Edad Media desde Galicia hasta
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LENGUA ESPAÑOLA (PARA FILOLOGÍA INGLESA)
León, Castilla, Aragón, Cataluña y zonas del sur de Francia. Quiere esto decir
que nos encontramos con un sustrato prerromano más antiguo y extenso que
el representado por la pérdida o aspiración de la / f / inicial latina.
c) La existencia en el español actual de cinco vocales con sus cinco timbres respectivos repartidos en tres grados de apertura (alta, media, baja) se
debe a sustratos prerromanos celtíberos que, a semejanza del vasco, poseían
esas cinco vocales y no los siete timbres vocálicos que tiene el latín de Hispania / i e a o u ɔ / y que se han mantenido, por ejemplo, en el sistema fonológico catalán. Esta hipótesis merecerá completa aceptación cuando se compruebe que las lenguas prerromanas no vascas del centro de la Península
tenían un vocalismo de sólo cinco fonemas.
d) En el sistema fonológico español contamos con dos fonemas vibrantes:
el simple /r/ y el múltiple / r / que se oponen en posición intervocálica: /káro/ y
/kár o/ ; /móro/ y /mór o/ ; / kóro/ y /kór o/. En posición inicial, el español sólo
conoce el vibrante múltiple. Esta curiosa distribución opositiva puede ser un
fenómeno de sustrato ibérico o celtibérico. El sistema fonológico vasco exige
la prótesis de una vocal en inicio de palabra para pronunciar /r / /ar ása/ /ar ósa/
(«raza, rosa»). Esta solución se extendió por el español preliterario creando
dobletes léxicos que han estado conviviendo con epéntesis y sin epéntesis:
ruga, repentir, rancar, rebatar / arruga, arrepentir, arrancar, arrebatar.
e) En los siglos IX al XI aparece muy arraigado en Galicia, Portugal, Asturias, León y Castilla el fenómeno llamado «lenición céltica» o sea la sonorización y posterior fricatización en muchos casos de los fonemas oclusivos
sordos intervocálicos; o lo que es lo mismo, la indiferenciación de los rasgos
sordo- sonoro en esa posición. Este rasgo se utiliza para distinguir a las lengua de la Romania occidental de las de la Romania oriental, según tengan o
no sustrato céltico. Hay inscripciones del latín vulgar de estas zonas en las
que se rastrean dobletes léxicos: PEREGRINUS y PERECRINUS, PERPEDUO y PERPETUO, AUCUSTINUS y AUGUSTINUS, -BRICA y -BRIGA (sufijos, estos últimos que hacen
referencia a fortaleza).
f) Otro fenómeno de sustrato celta es la palatalización del grupo latino
/kt/ ya sea hacia una solución vocálica /it/ o consonántica /tʃ/: NOCTE
> /nótʃe/, /noite/; FACTUM > / féito/ > / étʃo/.
4.2. Rasgos morfológicos
En las lenguas celtíberas, los sustantivos con tema en {-o} tenían como
desinencia de nominativo plural {-os}. Tenemos inscripciones con ejemplos
como ARATICOS, LUTIACOS como núcleo de sintagma nominal sujeto. Este
hecho pudo haber sido el causante de que en Hispania desapareciera el nominativo plural del latín {-i} y quedase una forma única {-os} tanto para el nominativo como para el acusativo masculino plural.
Otro hábito heredado de lenguas peninsulares anteriores es la técnica de
formar palabras derivadas añadiendo, en algún lugar de la palabra primitiva,
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