49º Mensaje histórico - Universidad Central de Venezuela

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49º Mensaje histórico
AVISO A LOS UNIVERSITARIOS VENEZOLANOS
Germán Carrera Damas
Escuela de Historia
Universidad Central de Venezuela
Al régimen militar militarista le restan demoler tres bastiones de la Democracia
venezolana: los medios de información y orientación de la opinión pública, la Iglesia
cristiana católica y la Universidad. El asedio contra los medios ha sido devastador.
Baste citar el asalto a Radio Caracas Televisión; pero ha suscitado también una tenaz
resistencia. Con la Iglesia cristiana católica se ensayó un ritual de grotesco
engatusamiento (“Jesucristo, primer socialista”), ejemplarmente enfrentado por el la
Conferencia Episcopal y Su Eminencia el Cardenal. Ahora le toca a la Universidad,
temible foco generador de disidencia. Fracasados los intentos de asalto desde dentro, y
de acoso desde fuera (intento de anarquizar las instituciones universitarias y cerco a
través de las restricciones presupuestarias), se ha puesto en marcha, una vez más, la
táctica tan elemental del señuelo. El objetivo es el mismo de las tácticas anteriores:
anular la universidad como centro de formulación de ideas y estímulo de la resistencia
al irrefrenable empeño dictatorial en su labor de demolición de la República. El
señuelo consiste en incitar a la Universidad a enfrascarse en un debate interno sobre sí
misma; cuyo resultado será hacerla que se desacredite ante la sociedad y salga
anulada como vanguardia crítica de los problemas que asedian el país, y como
obstáculo, mediante el ejercicio de su autonomía, interpuesto en el camino hacia la
total anulación de la Soberanía popular por parte del régimen militar militarista.
Es lamentable ver que algunos universitarios de buena fe tiendan a ir tras otro
de los señuelos que lanza el frustrado militarismo. De hacerlo, convendrían con el
régimen en que su temido obstáculo, La Universidad, está mal, y así lo admitirían
voluntariamente. Quedaría, por consiguiente, mediante esta suerte de confesión,
también amañada, afectada su idoneidad como fuente de crítica del régimen.
Es lamentable que universitarios de buena fe terminen cohonestando el
perverso propósito “regenerador” de la Universidad de parte de un régimen que es
insuperablemente su enemigo. Logrando esto mediante una bien tramada estrategia:
el gobierno aprobó en primera instancia una Ley provocadora y retrógrada; y con ello
estimuló una vigorosa reacción universitaria, elevando el caso a la primera plana
informativa y al punto de la máxima preocupación colectiva; finalmente, suspendió su
Ley a cambio de que fuese la misma Universidad la que se abocase a su autoanulación
como fuente de incómoda disidencia crítica.
Es lamentable que actuando de buena fe universitarios cabales monten el
escenario para que sus adversarios internos puedan desatar sus insensateces, so
pretexto de un diálogo imposible por falso; y generen un estado de agitación interna
que propiciaría la necesaria intervención que se quiso lograr mediante la Ley
tácticamente engavetada. Esto mientras la Universidad, incautamente, se miraría el
ombligo.
El cambio en sí mismo –el acto de cambiar por cambiar- no sólo es un hecho
inútil, sino inclusive peligroso. Sustituir una Ley de Universidades por una nueva
exige, por lo menos, preguntarse: ¿qué aspectos de la Ley actual se pretender cambiar
y por qué?, ¿se modifican o se anulan los fundamentos sustanciales de la autonomía
académica y administrativa, la libertad de cátedra, la universalidad de la divulgación
y de la discusión de las ideas, sin la imposición de un pensamiento único?, ¿se
garantiza la supervivencia de las Universidades a través de un presupuesto acorde
con las necesidades reales y actualizadas de su cuerpo docente, de sus funcionarios
administrativos y obreros, de sus estudiantes, de su equipamiento material y
académico? Omitir cuestiones como éstas puede conducir a un salto al vacío, cayendo
en la manipulada ficción de que se trata de un salto hacia delante: lo que pretende
presentarse como un justificado ajuste de esta Ley a cambios que el paso del tiempo
exige, puede ocultar el anzuelo de la dependencia total de la voluntad oficial y la
absoluta eliminación de la siempre rebelde y libre búsqueda universitaria del
conocimiento y la defensa de la autonomía y la democracia.
Creer que el problema radica en el texto de la actual Ley de Universidades es
como pensar que el irrespeto a la Constitución es culpa de la Constitución, y no de
quienes la violan. Y que, en consecuencia, la forma efectiva de acabar con tal irrespeto
es la de eliminar de ella los artículos que disgustan y contravienen a los violentos
irrespetuosos de la Carta Magna. De igual modo, si se trata de sustituir la actual Ley
de Universidades por una versión tendenciosa y castradora de sus fundamentos
esenciales, la salud del espíritu y de la dignidad de la Universidad exigiría, sin duda,
salvaguardar la Ley existente, en su vocación reivindicadora de la libertad de
pensamiento y del ejercicio de la democracia dentro de la autonomía. Erradicar la
duda universitaria, como base generadora de conocimiento original, en nombre de
limitantes imposiciones políticas e ideológicas en general, sería cambiar la duda por el
dogma; es decir: asesinar el espíritu fundamental del conocimiento universitario y de
la apertura universal que debe caracterizar la creación humanística, científica y social
propia de una auténtica Alma Mater.
El saldo, para los universitarios de buena fe, sería, probablemente, un
estudiado y debatido Proyecto de Ley nacido para ser, ese sí, definitivamente
engavetado. ¿Cabría suponer que tal Proyecto pudiera ser considerado lealmente y
aprobado por la Asamblea Nacional; y promulgado por su Jefe supremo?
Cualquier reformulación de las instituciones sólo responderá a los intereses
genuinos de la sociedad cuando pueda realizarse en condiciones de plena vigencia de
la Democracia, y de garantía del ejercicio de la Soberanía popular en el orden
gubernamental.
Caracas, 2 de febrero de 2011
------------------------Mensajes precedentes: Primer Mensaje histórico: “En defensa de las bases históricas
de la conciencia nacional”. 2º Mensaje histórico: “La Larga marcha de la sociedad
venezolana hacia la democracia”. 3º Mensaje histórico: “Recordar la democracia”. 4º
Mensaje histórico: “¿Zonas de tolerancia de la libertad y guetos de la democracia?”. 5º
Mensaje histórico: “El ‘punto de quiebre’ ”. 6º Mensaje histórico: “Entre la
independencia y la libertad”. 7º Mensaje histórico: “El discurso de la Revolución”. 8º
Mensaje histórico: “¿Reanudación de su curso histórico por las sociedades aborígenes?
O ¿hacia dónde llevan a Bolivia?” 9º Mensaje histórico: “Cuando Hugo se bajó del
futuro”. 10º Mensaje histórico: “¿La historia hacaído en manos de gente limitada e
imaginativa?” 11º Mensaje histórico: “Las falsas salidas del temor”. 12º Mensaje
histórico: “¿Hacia dónde quiere ir Venezuela?” 13º Mensaje histórico: “Defender y
rescatar
la
democracia”. 14º Mensaje histórico: “Sigue la marcha de la sociedad venezolana hacia
la democracia”. 15º Mensaje histórico: “En el inicio del 2007: un buen momento para
intentar comprender”. 16º Mensaje histórico: “Las historias de Germán Carrera
Damas”. 17º Mensaje histórico: “República liberal democrática vs República liberal
autocrática”. 18º Mensaje histórico: “Sobre los orígenes y los supuestos históricos
ydoctrinarios del militarismo venezolano”. 19º Mensaje histórico: “El vano intento de
enterrar
el
Proyecto
nacional venezolano”. 20º Mensaje histórico: “Demoler la República”. 21º Mensaje
histórico: “La reducción civilizadora socialista de las tribus indígenas”. 22º Mensaje
histórico: “Lo que no se puede dar ni quitar”. 23º Mensaje histórico, extraordinario:
“Mis razones para decir No”. 24º Mensaje histórico: “La nueva política como intento
de burlar la historia”. 25º Mensaje histórico: “Sobre el 23 de Enero de 1958, en elAula
Magna de la Universidad Central de Venezuela”. 26º Mensaje histórico: “La presencia
activa de Rómulo Betancourt”. 27º Mensaje histórico: “Librarnos del Siglo XIX”. 28º
Mensaje histórico: “Repetición del 8º Mensaje histórico”. 29º Mensaje histórico: “Lo
que fuimos, lo que somos y lo que seremos”. 30º Mensaje histórico: “Los ciudadanos
pasivos están en vías de extinción”. 31º Mensaje histórico: “La revancha de Fernando
VII”. 32º Mensaje histórico: "Las migraciones no controlables". 33º Mensaje histórico:
“El 23-N el régimen militar chocará con el legado de Betancourt”. 34º Mensaje
histórico: “La Democracia: un asunto de los pueblos”. 35º Mensaje histórico: “Mi voz
de alerta: !La República está amenazada!” 36º Mensaje histórico: …”nada pudre más a
una nación“… 37º Mensaje histórico: “El conflictive porvenir de la República”. 38º
Mensaje histórico: “El peligro de no saber leer la Historia”. 39º Mensaje histórico: “Sin
título”. 40º Mensaje histórico: “En desagravio de la mujer venezolana”. 41º Mensaje
histórico: “Yo dialogo, tu no dialogas; soy demócrata, tu no lo eres”. 42º Mensaje
histórico: “Evolución histórica de la masculinidad en Venezuela: desde lo
históricamente absoluto hacia lo socialmente retado”. 43º Mensaje histórico: “Nos
están quitando la República”. 44º Mensaje histórico: “El marco politico de Venezuela
en la actualidad. Balance y perspectiva”. 45º Mensaje histórico.”Tenemos doscientos
años defendiéndonos del despotismo”… Nota: Estos mensajes, hasta el número 13,
fueron recogidos en un pequeño volumen intitulado Recordar la democracia
(Mensajeshistóricos y otros textos). Caracas, Editorial Ala de Cuervo, 2006. 46º
Mensaje histórico: “ El que no entiende la historia ve solo el cambio”. 47º “Entrevista
con Germán Carrera Damas”, realizada por Gloria Bastidas. 48º Mensaje histórico: “?
Bicentenario
de
la
Independencia?
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