A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 30 de mayo de 2012,
habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en
el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de votación: doctores Soria, Negri, de Lázzari, Hitters, se
reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia
en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva
en la causa L. 103.810, "Montiel, Daniel contra Liberty
A.R.T. S.A. y Gip-Metal S.R.L. Indemnización por daños y
perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo nº 1 con asiento en la
ciudad
Judicial
de
de
Avellaneda,
Lomas
de
perteneciente
Zamora,
hizo
al
lugar
Departamento
a
la
acción
instaurada, con costas a cargo de las codemandadas vencidas
(fs. 367/399).
La codemandada Liberty A.R.T. S.A. dedujo recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 412/440 vta.).
Dictada la providencia de autos y hallándose la
causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte
decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Soria dijo:
I. En lo que interesa, el tribunal interviniente
hizo lugar a la demanda deducida por Daniel Montiel contra
Gip Metal S.R.L. y Liberty A.R.T. S.A., mediante la cual
les había reclamado -con sustento en los arts. 1109, 1113 y
1074 del Código Civil- el cobro de una indemnización por
los daños y perjuicios derivados de la incapacidad que le
ocasionara el accidente de trabajo que sufrió el día 19-XI1996,
mientras
prestaba
labores
bajo
dependencia
de
la
primera de las citadas. Asimismo, admitió la pretensión
resarcitoria
deducida
por
la
minusvalía
laborativa
resultante de la dolencia columnaria y resolvió condenar a
Gip Metal S.R.L. y, por mayoría, a Liberty A.R.T. S.A. al
pago de la suma que estableció por dicho concepto (fs.
367/399).
En
el
veredicto,
el
a
quo
señaló
que
no
se
hallaba controvertido que el día 19-XI-1996, el actor se
accidentó
accionada
mientras
con
una
desempeñaba
máquina
sus
cortadora
labores
de
caños
para
la
(fs.
368
vta.). Ponderando el dictamen pericial técnico y la prueba
testimonial,
señaló
que
la
cortadora
de
lingotes
que
provocara la herida en el dedo medio de la mano izquierda
del trabajador, carecía de protección alguna para evitar
que sus manos se acerquen a la zona de riesgo constituida
por el disco en movimiento. A su vez, destacó el carácter
obsoleto
empresa
y
riesgoso
en
el
de
la
sector
de
maquinaria
fundición,
utilizada
donde
por
la
también
se
desempeñó Montiel, como asimismo los esfuerzos a los que
éste estaba expuesto (v. vered., fs. 370 vta./371 vta.).
Sostuvo,
que
no
había
podido
comprobarse
el
cumplimiento, por parte del empleador, de las medidas de
seguridad
e
higiene
en
las
operaciones
y
procesos
de
trabajo (v. fs. 372 y vta.).
Además, con apoyo en la prueba pericial médica,
consideró demostrado que el accionante presentaba "signos
de
artrosis
inserción
en
en
inferiores,
la
los
región
lumbosacra,
movimientos
compatible
con
activos
compromiso
con
de
anomalías
los
irritativo
de
miembros
en
los
segmentos columnarios individualizados (L5.S1)". Concluyó que
las condiciones laborales en las que aquél había prestado sus
tareas
(esfuerzos
repetidos,
traslado
y
desplazamiento
de
peso) para la demandada, tuvieron aptitud suficiente para
incidir concausalmente en el desencadenamiento de la patología
columnaria que presentaba (v. vered., fs. 372 vta./374).
Ya
en
la
inconstitucionalidad
sentencia,
del
art.
39
luego
inc.
de
1
declarar
de
la
Ley
la
de
Riesgos del Trabajo y juzgar responsable al empleador -en
la órbita del derecho común (arts. 1109 y 1113 del Código
Civil)- por los daños sufridos por el actor derivados del
infortunio laboral acreditado, se abocó a establecer la
eventual
responsabilidad
de
Liberty
A.R.T.
S.A.
En
ese
trance, consideró que la aseguradora había incurrido en una
omisión
culposa
al
incumplir
"la
obligación
preventiva"
impuesta por el art. 4 de la ley 24.557 y dispuso que ésta
debía responder solidariamente con el empleador, en los
términos del art. 1074 del Código Civil (v. sent., fs. 387
vta./388 vta.).
Por otro lado, tras juzgar también responsable
civilmente al empleador por la minusvalía derivada de la
dolencia columnaria padecida por el actor, según los términos
de los arts. 1109 y 1113 del Código Civil, el órgano de grado
-por mayoría- declaró la inconstitucionalidad del art. 6 de
la
Ley
de
Riesgos
del
responsabilidad
a
considerar
ésta
que
la
Trabajo
aseguradora
había
y
resolvió
extender
codemandada.
incumplido
también
la
Ello,
por
en
este
aspecto las obligaciones impuestas por el art. 4 de la ley
24.557 y el decreto 170/1996, toda vez que la omisión de
todo diagnóstico de seguridad y control permanente de las
medidas que debieron adoptarse, mediante las pertinentes
visitas
a
la
empresa,
contribuyeron
en
una
relación
adecuada de causalidad para provocar el déficit que porta
el actor en su columna vertebral (arts. 901, 902 y 1074,
Cód. Civil; v. sent., fs. 394 vta./397).
Por último, determinó que el capital de condena
devengaría intereses, desde su exigibilidad y hasta el día
7 de enero de 2002, a la tasa que paga el Banco de la
Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días
(tasa pasiva) y, a partir de esta última fecha, a la tasa que
cobra dicha entidad bancaria para sus operaciones de descuento
de documentos comerciales (v. sent., fs. 393 vta./394).
II.
cabilidad
de
En
el
ley,
recurso
la
extraordinario
coaccionada
Liberty
de
inapli-
A.R.T.
S.A.
denuncia absurdo y violación de los arts. 699, 701, 1074 y
1109 del Código Civil; 1, 4, 26 y 31 de la ley 24.557;
decreto
170/1996;
163
del
Código
Procesal
Civil
y
Comercial; 47 y 63 de la ley 11.653 y de la doctrina legal
que identifica (fs. 412/440 vta.).
1.
Alega
que
lo
resuelto
en
la
instancia
transgrede la doctrina que emana del precedente de esta
Suprema Corte registrado como L. 81.216, "Castro" (sent.
del 22-X-2003), toda vez que -afirma- debió el tribunal y
no lo hizo, intimar al actor a fin de que reconduzca el
proceso para luego valorar la eventual responsabilidad de
la aseguradora en base a las obligaciones impuestas por el
"régimen
empleador
garantizado"
a
resarcir
y,
la
a
todo
diferencia
evento,
del
condenar
valor
al
existente
entre la reparación tarifada prevista en dicho sistema y el
quantum indemnizatorio que hubiere estimado suficiente para
resguardar los derechos constitucionales inherentes al bien
jurídico protegido.
A su vez, apoyado en el análisis realizado en el
voto de la minoría y con cita de la causa L. 87.394, "V. d.
C., M.C." (sent. de 11-V-2005), refuta la decisión de grado
en cuanto se condenó a su parte a reparar la minusvalía
laborativa derivada de una enfermedad no incluida en el
listado del decreto 658/1998. Postula, entonces, que en
este
aspecto,
el
fallo
resulta
violatorio
del
evocado
precedente "Castro" y de la doctrina legal sentada en la
causa L. 47.438, "Cirone" (sent. de 10-XII-1991).
2.
capital
de
Cuestiona
condena,
la
por
tasa
de
entender
interés
que
se
aplicada
aparta
de
al
la
doctrina establecida por este Tribunal en los precedentes
Ac.
43.858,
"Zgonc"
(sent.
de
21-V-1991);
Ac.
86.304,
"Alba" (sent. de 27-X-2004) y L. 74.228, "García" (sent. de
19-II-2003).
3.
Impugna
nuevamente
la
condena
impuesta
solidariamente a Liberty A.R.T. S.A., con fundamento en
presuntos incumplimientos a los deberes impuestos en las
normas vigentes en materia de prevención de los riesgos del
trabajo.
Manifiesta que de conformidad a los términos en
que fuera celebrado el contrato de afiliación suscripto con
Gip
Metal
S.R.L.,
su
obligación
se
halla
limitada
únicamente al otorgamiento de las prestaciones establecidas
en la ley 24.557 sin que -para más- dicho régimen contemple
la inclusión de responsabilidad civil alguna.
Refiere, además, que ni en el referido convenio
ni en la Ley de Riesgos del Trabajo, se ha establecido que
las aseguradoras asumen obligaciones directas relacionadas
con el éxito de los planes de mejoramiento a los que alude
su art. 4 ni al Programa de Seguridad, ni -menos aún- que
sea garante de su cumplimiento por parte del asegurado. De
allí que -continúa- no resulte ajustado concluir que su
actividad
o
la
eventual
omisión
de
los
deberes
de
vigilancia y seguridad, sean la causa adecuada o condición
relevante del resultado dañoso sufrido por el trabajador.
Expresa
que,
aun
cuando
la
ley
24.557
y
la
resolución 51/97 habilitan a tales entidades a denunciar,
ante
la
Superintendencia
incumplimientos
de
las
de
Riesgos
normas
de
del
Trabajo,
higiene
y
los
seguridad,
incluido el plan de mejoramiento de sus afiliados (art. 31
inc. 1, L.R.T.), lo cierto es que, en el caso, el accidente
sufrido por el actor se produjo en el mes de noviembre de
1996 cuando -por imperio de lo establecido en el decreto
170/1996confección
ni
o
siquiera
había
instrumentación
vencido
de
el
dicho
plazo
plan
(6
para
meses
la
a
partir del inicio de vigencia del contrato de afiliación o
de la entrada en vigor de dicho precepto).
Manifiesta
que
a
la
fecha
en
que
ocurrió
el
accidente no existía norma legal alguna que obligara a su
parte a efectuar visitas con determinada frecuencia o a
denunciar
cada
implementación
incumplimiento
de
plan
de
constatado
mejoramiento
durante
pues
la
-refiere-
siquiera estaba obligada a tenerlo confeccionado. Sostiene,
a su vez, que su parte armó el aludido plan y recomendó a
la empresa demandada colocar una protección a la sierra con
la que se accidentó el trabajador, por lo que -aduce- dio
estricto cumplimiento a las obligaciones impuestas por la
normativa vigente.
En
cuanto
a
la
minusvalía
derivada
de
la
patología columnaria que afecta al actor, sostiene que las
consideraciones
logran
ser
esgrimidas
desvirtuadas
en
por
el
las
voto
de
la
dogmáticas
minoría
no
afirmaciones
plasmadas en el de la mayoría.
4.
Finalmente,
alega
que
la
decisión
también
resulta absurda porque responsabilizó a la aseguradora sin
previamente
causal
establecer
entre
los
la
necesaria
supuestos
existencia
incumplimientos
del
que
se
nexo
le
endilgan y el accidente de trabajo acontecido.
III. El recurso prospera parcialmente.
1. Alterando el orden de los agravios traídos,
habré de señalar que no le asiste razón a la recurrente en
cuanto sostiene que no puede responsabilizarse civilmente a
Liberty A.R.T. S.A. por hallarse su obligación limitada
únicamente al otorgamiento de las prestaciones establecidas
en la ley 24.557.
a.
Liberty
La
A.R.T.
parte
S.A.
actora
con
dirigió
sustento,
su
reclamo
concretamente,
contra
en
lo
normado en los arts. 1074 del Código Civil y 4 incs. 1 y 2
de la ley 24.557 (v. demanda, fs. 19 vta./20).
Al
resolver
la
contienda,
configurada
la
responsabilidad de la patronal en los términos de los arts.
1109 y 1113 del Código Civil, el juzgador de grado resolvió
condenar
a
considerarla
la
aseguradora
responsable,
de
en
el
riesgos
marco
del
de
trabajo
la
al
normativa
invocada por el demandante, por los daños derivados del
accidente de trabajo y -previa declaración de inconstitucionalidad del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajode la dolencia columnaria, que culminaran con una secuela
incapacitante en el actor (arts. 1074 del Cód. Civil y 4 de
la ley 24.557).
b. Luce inhábil lo expuesto por el impugnante al
manifestar que las aseguradoras tienen como único objeto el
otorgamiento de las prestaciones establecidas en la ley
24.557, o bien, que no existe ninguna norma dentro de dicha
ley
que
autorice
a
condenar
a
esas
entidades
por
una
indemnización no prevista en el régimen especial, ya que
-en el criterio del tribunal interviniente- el fundamento
de la condena resultó extraño al sistema de prestaciones de
la Ley de Riesgos del Trabajo.
Cabe recordar que esta Corte ha resuelto que,
situados
en
el
extracontractual
marco
en
de
que
la
se
responsabilidad
consideró
civil
incursa
a
la
aseguradora de riesgos por omisión de los deberes a su
cargo, el resarcimiento debido queda ligado y determinado
por
los
parámetros
de
integralidad
previstos
por
la
normativa de derecho común y ajeno, por lo tanto, a las
prestaciones
de
la
Ley
de
Riesgos
del
Trabajo,
marco
reparador extraño al fundamento y naturaleza de la condena
aplicada en autos (conf. causa L. 83.118, "S., V.", sent.
de 9-V-2007).
Y,
posibilidad
fundamentalmente,
de
que
las
dable
es
destacar
aseguradoras
que
puedan
la
ser
eventualmente juzgadas en el marco del derecho común en
virtud de incumplimientos de los deberes de prevención y
control, ha sido admitida por esta Suprema Corte en el
precedente L. 98.584, "Bordessolies de Andrés" (sent. de
25-XI-2009) en línea -conforme lo hube de destacar en dicha
oportunidad- con el criterio sentado por la Corte Suprema
de
Justicia
de
la
Nación
en
la
causa
T.
205.
XLIV,
"Torrillo, Atilio Amadeo y otro c/ Gulf Oil Argentina S.A.
y otro" (sent. de 31-III-2009).
A partir de lo anterior, aclaro, pierde también
vigor la impugnación sustentada en la denuncia de violación
de la doctrina que emana del precedente L. 81.216, "Castro"
pues, en fin, pretende encontrar apoyo en una tesis que
supone
situar
a
las
compañías
aseguradoras
fuera
de
la
órbita de responsabilidad del Código Civil, criterio que no
merece favorable recepción ni el la jurisprudencia de este
Tribunal ni en el de la Corte federal, debiendo apuntar para
más-
temática
que
en
aquí
la
referida
analizada.
causa
Iguales
estuvo
ausente
consideraciones
la
cabe
formular en relación a las restantes causas que cita en
apoyo de la crítica -siempre sustentada en los alcances que
le
atribuye
a
la
doctrina
del
precedente
"Castro"-
vinculadas a la extensión de la condena a su respecto por
la patología columnaria.
c. En parte, relacionado con este último, aun
cuando
se
sitúe
cuestionamientos
en
(v.
el
recurso
rec.,
fs.
entremezclado
433
y
con
vta.), me
otros
permito
adelantar -encuentro oportuno darle aquí tratamiento- que
lo
argumentado
atribución
de
por
el
interesado
responsabilidad
de
para
la
neutralizar
firma
la
aseguradora
fijada en el pronunciamiento en lo referido puntualmente a
la afección de columna que porta el trabajador -ello, con
sustento
en
que
se
trata
de
una
dolencia
excluida
del
listado de enfermedades profesionales del decreto 658/1996no merece favorable recepción.
En
su
agravio,
explícitamente
fundado
en
la
opinión
plasmada
en
el
voto
en
minoría
de
uno
de
los
magistrados del tribunal de grado, técnica que ya indica su
inhabilidad (conf. causas L. 96.969, "Estauro", sent. de
20-X-2010; L. 99.603, "Colque", sent. de 11-VII-2010; L.
98.156, "Díaz", sent. de 23-XII-2009), no se hace cargo el
impugnante
de
rebatir
frontalmente
la
construcción
argumental plasmada en la opinión mayoritaria del órgano de
la instancia que lo condujo a fundar la decisión en crisis
en el entendimiento que correspondía, en el caso, declarar
la inconstitucionalidad del art. 6.2 de la Ley de Riesgos
del Trabajo (v. sent., fs. 395/396 vta.).
d. Por otro lado, cabe señalar que, refiriéndose
a
la
condena
de
carácter
"solidaria"
dispuesta
por
el
tribunal, tampoco la crítica estructurada en torno a los
arts. 699 y 701 del Código Civil puede ser acogida, ya que
circunscribiéndose nuevamente el recurrente al específico
régimen de la Ley de Riesgos del Trabajo, se desentiende de
que la responsabilidad que se le imputó a ésta -como se
dijo- encontró fundamento sustancial en el art. 1074 del
Código citado y, al respecto, ningún argumento aporta el
quejoso en su discurrir tendiente a justificar que en este
concreto molde normativo no puedan reconocerse dicho tipo
de obligaciones.
2.
No
son
de
recibo
los
agravios
dirigidos
a
cuestionar lo fallado por el tribunal de grado en cuanto
hubo de juzgar que la aseguradora demandada no cumplió con
las obligaciones de prevención a su cargo.
a. Con basamento en las conclusiones plasmadas en
el veredicto (fs. 370 y vta.), sostuvo el juzgador en la
sentencia
que
la
aseguradora
no
había
cumplido
con
las
obligaciones a su cargo, desde que "no hubo seguimiento de
la propuesta de mejora" en cuanto a la sierra con la que se
accidentó
el
actor,
"mediante
la
incorporación
de
la
respectiva protección aconsejada" y, que ante la inacción
del
dador,
aquella
propuesta
aparecía
como
"meramente
formal" frente a la carente insistencia para que se cumpla
y omisión de denuncia, incurriendo así en una negligencia
que
posibilitó
la
oportunidad
del
daño,
es
decir,
no
contribuyó a evitarlo. Por ello, consideró que la aludida
entidad debía responder solidariamente con el empleador,
puesto que al haber incumplido la obligación preventiva
prevista en el art. 4 de la ley 24.557, incurrió en una
omisión culposa, siendo que había previsto el riesgo por
las condiciones de la sierra sin protección (art. 904, Cód.
Civ.), en los términos del art. 1074 del Código Civil (v.
sent., fs. 387 vta./388 vta.).
En
lo
que
respecta
a
la
afección
columnaria
padecida por el actor Montiel, el tribunal -por mayoríaafirmó que ninguna medida de seguridad había propuesto la
aseguradora
para
prevenir
el
riesgo
de
esfuerzos
a
que
estaba
expuesto
tareas
obsoletos
demandada,
el
y
según
ingeniero
(vgr.
trabajador
precarios
daba
el
debido
del
cuenta
sistema
los
sistemas
establecimiento
el
de
a
dictamen
movimiento
del
de
de
de
la
perito
crisol
del
horno de fundición es manual), a lo que cabía añadir el
levantamiento
de
pesos
sin
auxilio
de
medios
mecánicos
adecuados para alzar las cargas, a los efectos de evitar
posiciones
antifuncionales
y
movimientos
forzados
en
el
dependiente, conforme lo dispuesto por los arts. 8 de la
ley 19.587; 42 y 106 inc. 6 del decreto 351/1979 (v. sent.,
fs. 396).
Expresó que el incumplimiento de las referidas
normas
no
sólo
generaba
la
responsabilidad
civil
del
empleador en los términos del art. 1109 del Código Civil,
sino que también originaba la de la aseguradora, en virtud
de
lo
dispuesto
normativo,
al
no
por
el
haber
art.
cumplido
1074
dicha
del
mismo
entidad
cuerpo
con
las
obligaciones que le impone el art. 4 de la ley 24.557 y
decreto 170/1996, siendo que la omisión de todo diagnóstico
de
seguridad
y
control
permanente
de
las
medidas
que
debieron adoptarse, mediante las pertinentes visitas a la
empresa,
contribuyeron,
en
una
adecuada
relación
de
causalidad, a provocar el déficit que porta el trabajador
en su columna vertebral (arts. 901 y 902, Cód. Civ.; v.
sent. fs. 396 vta.).
b. La labor axiológica desplegada por el juzgador
en torno a los hechos y las pruebas de la causa y que lo
condujo a encontrar verificadas las mentadas inobservancias
que le endilgó a la aseguradora de riesgos del trabajo no
ha
recibido
típicas
un
embate
cuestiones
eficaz,
de
índole
ya
que
en
fáctica,
el
lejos
ámbito
de
está
el
recurrente de acreditar el absurdo.
La prédica que -con renovado énfasis- despliega
el quejoso, fincada sustancialmente en que al momento en
que ocurrió el accidente todavía no había vencido el plazo
para la implementación del plan de mejoras confeccionado
por
la
aseguradora
para
Gip
Metal
S.R.L.
(en
el
cual,
señala, se recomendaba colocar una protección a la sierra
con la que se accidentó el actor), siendo que no existía
norma legal alguna que la obligara a efectuar visitas a la
empresa con una frecuencia determinada ni a denunciar cada
incumplimiento en el plan de mejoras, no pasa de ser la
mera
expresión
de
su
criterio
discrepante,
insuficiente
para evidenciar aquel excepcional vicio sentencial (conf.
causas
L.
100.928,
"González",
sent.
de
21-IV-2010;
L.
99.061, "Sacchi", sent. de 20-V-2009; L. 93.006, "Hermann",
sent. de 28-V-2008).
No aporta el quejoso ningún elemento convincente
con virtualidad para descalificar el contenido del fallo,
derivando la crítica a una mera contraposición de criterios
que, como tal, resulta inidónea a los fines del recurso
deducido (conf. causas L. 71.024, "Núñez", sent. de 28-II2001; L. 88.730, "Alvarez", sent. de 26-VI-2007).
Conforme la doctrina de esta Suprema Corte, el
concepto de absurdo hace referencia a la existencia, en el
fallo recurrido, de un desvió notorio, patente o palmario
de las leyes de la lógica o a una grosera desinterpretación
material de la prueba. No cualquier error ni la apreciación
opinable, discutible u objetable ni la posibilidad de otras
interpretaciones,
alcanzan
para
configurarlo,
pues
es
necesario que se demuestre un importante desarreglo en la
base del pensamiento, una anomalía extrema (conf. causas L.
88.229,
"García",
"Fernández",
sent.
sent.
de
de
24-II-2010;
17-VI-2009),
L.
95.461,
supuestos
no
evidenciados por el impugnante.
3.
Surge
de
la
síntesis
del
pronunciamiento,
plasmada en el punto que antecede (2.a), que el
a quo
realizó el análisis tendiente a determinar la existencia
del nexo causal entre los incumplimientos de la aseguradora
codemandada y el accidente de trabajo, al igual que lo hizo
en relación a la dolencia columnaria, por lo que tampoco
acierta
sentencia
el
interesado
con
el
cuando
argumento
tacha
que
de
absurda
sostiene
a
que
la
se
responsabilizó a Liberty A.R.T. S.A. sin haberse efectuado
el evocado examen.
4. En cambio, debe acogerse la impugnación que
cuestiona
la
condena
dispuesta
sobre
la
aseguradora
en
orden a la tasa de interés aplicada sobre el capital.
El asunto traído a conocimiento de esta Suprema
Corte ha sido resuelto en casos sustancialmente análogos al
sub lite (art. 31 bis, ley 5827).
Así,
94.446,
en
las
"Ginossi"
causas
(ambas
C.
101.774,
sentencias
del
"Ponce"
y
L.
21-X-2009)
se
decidió -por mayoría- ratificar la doctrina que sostiene
que
a
partir
moratorios
del
deben
1°
ser
de
abril
de
liquidados
1991,
los
intereses
exclusivamente
sobre
el
capital (art. 623, Cód. Civ.) con arreglo a la tasa que
pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus
depósitos a treinta días, vigente al inicio de cada uno de
los
períodos
comprendidos
y,
por
aquellos
días
que
no
alcancen a cubrir el lapso señalado, el cálculo será diario
con igual tasa (conf. arts. 7 y 10, ley 23.928, modificada
por
la
ley
"Rodríguez",
25.561;
sent.
622,
de
Cód.
Civ.;
7-IX-2005;
causas
Ac.
68.861,
L.
80.710,
"Mena
de
Benítez", sent. de 5-IV-2000; Ac. 49.439, "Cardozo", sent.
de 31-VIII-1993; Ac. 43.448, "Cuadern", sent. de 21-V-1991;
entre otras).
Lo
expuesto
autoriza
a
declarar
procedente
el
agravio en examen y, conforme lo pretendido, revocar la
sentencia
al
respecto,
correspondiendo
efectuar
en
la
instancia, la liquidación de intereses aplicando in totum
la alícuota que pague el Banco de la Provincia de Buenos
Aires
en
sus
operaciones
de
depósito
a
treinta
días,
vigente en los distintos períodos de aplicación.
IV. En virtud de lo expuesto, corresponde hacer
lugar
parcialmente
al
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley deducido con el alcance dado en el
apartado III. 4. Costas por su orden (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Negri dijo:
Adhiero
al
voto
del
doctor
Soria
con
la
sola
aclaración en cuanto a que, si bien por regla los fallos de
la
Corte
Suprema
de
Justicia
de
la
Nación
no
son
vinculantes, pues sus alcances se encuentran limitados a
los casos en los que se dictan, su contenido puede, no
obstante, ser receptado en orden a su validez conceptual,
como sucede en la especie en relación a la citada causa
"Torrillo", fallada por ese Tribunal el día 31-III-2009.
Voto por la afirmativa.
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de
Lázzari dijo:
Considero
suficientemente
conocida
mi
postura
según la cual la determinación de la tasa de interés es,
dentro de ciertos límites, una facultad del juez (en los
términos
del
resultó,
en
art.
su
622
del
Código
oportunidad,
Civil).
minoritaria
y
Tal
posición
esta
Suprema
Corte ha establecido como su doctrina legal (a partir de
las causas "Ginossi" y "Ponce", ambas con sentencias del
21-X-2009), la de que los intereses moratorios deben ser
calculados a la tasa que pague el Banco de la Provincia de
Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al
inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por
aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado,
según lo que resulte de prorratear diariamente dicha tasa.
La profusa reiteración de pronunciamientos en tal
sentido y lo prescripto por el art. 31 bis de la ley 5827,
autorizan a considerar (aún dejando a salvo mi opinión al
respecto) que en la sentencia atacada tal doctrina resulta
violada, debiendo hacerse lugar al recurso interpuesto.
Adhiriendo en lo demás al voto del doctor Soria y
con su mismo alcance, doy el mío también por la afirmativa.
El
señor
Juez
doctor
Hitters,
por
los
mismos
fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó también por
la afirmativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se
hace
lugar
parcialmente
al
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley traído y, en consecuencia, se revoca
la sentencia impugnada en lo concerniente a la tasa que
declaró
aplicable
devengados
a
para
partir
el
del
cálculo
7-I-2002,
de
los
los
intereses
que
deberán
liquidarse conforme la que pague el Banco de la Provincia
de Buenos Aires en sus operaciones de depósito a treinta
días,
vigente
en
los
distintos
períodos
de
aplicación.
Vuelvan los autos al tribunal de origen para que practique
una nueva liquidación, de conformidad con lo que aquí se
establece.
Costas
atención
al
de
esta
progreso
instancia
parcial
del
por
su
recurso
orden,
(art.
en
289,
C.P.C.C.).
Regístrese y notifíquese.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
HECTOR NEGRI
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
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