A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 30 de mayo de 2012, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Soria, Negri, de Lázzari, Hitters, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 103.810, "Montiel, Daniel contra Liberty A.R.T. S.A. y Gip-Metal S.R.L. Indemnización por daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S El Tribunal del Trabajo nº 1 con asiento en la ciudad Judicial de de Avellaneda, Lomas de perteneciente Zamora, hizo al lugar Departamento a la acción instaurada, con costas a cargo de las codemandadas vencidas (fs. 367/399). La codemandada Liberty A.R.T. S.A. dedujo recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 412/440 vta.). Dictada la providencia de autos y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley? V O T A C I Ó N A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. En lo que interesa, el tribunal interviniente hizo lugar a la demanda deducida por Daniel Montiel contra Gip Metal S.R.L. y Liberty A.R.T. S.A., mediante la cual les había reclamado -con sustento en los arts. 1109, 1113 y 1074 del Código Civil- el cobro de una indemnización por los daños y perjuicios derivados de la incapacidad que le ocasionara el accidente de trabajo que sufrió el día 19-XI1996, mientras prestaba labores bajo dependencia de la primera de las citadas. Asimismo, admitió la pretensión resarcitoria deducida por la minusvalía laborativa resultante de la dolencia columnaria y resolvió condenar a Gip Metal S.R.L. y, por mayoría, a Liberty A.R.T. S.A. al pago de la suma que estableció por dicho concepto (fs. 367/399). En el veredicto, el a quo señaló que no se hallaba controvertido que el día 19-XI-1996, el actor se accidentó accionada mientras con una desempeñaba máquina sus cortadora labores de caños para la (fs. 368 vta.). Ponderando el dictamen pericial técnico y la prueba testimonial, señaló que la cortadora de lingotes que provocara la herida en el dedo medio de la mano izquierda del trabajador, carecía de protección alguna para evitar que sus manos se acerquen a la zona de riesgo constituida por el disco en movimiento. A su vez, destacó el carácter obsoleto empresa y riesgoso en el de la sector de maquinaria fundición, utilizada donde por la también se desempeñó Montiel, como asimismo los esfuerzos a los que éste estaba expuesto (v. vered., fs. 370 vta./371 vta.). Sostuvo, que no había podido comprobarse el cumplimiento, por parte del empleador, de las medidas de seguridad e higiene en las operaciones y procesos de trabajo (v. fs. 372 y vta.). Además, con apoyo en la prueba pericial médica, consideró demostrado que el accionante presentaba "signos de artrosis inserción en en inferiores, la los región lumbosacra, movimientos compatible con activos compromiso con de anomalías los irritativo de miembros en los segmentos columnarios individualizados (L5.S1)". Concluyó que las condiciones laborales en las que aquél había prestado sus tareas (esfuerzos repetidos, traslado y desplazamiento de peso) para la demandada, tuvieron aptitud suficiente para incidir concausalmente en el desencadenamiento de la patología columnaria que presentaba (v. vered., fs. 372 vta./374). Ya en la inconstitucionalidad sentencia, del art. 39 luego inc. de 1 declarar de la Ley la de Riesgos del Trabajo y juzgar responsable al empleador -en la órbita del derecho común (arts. 1109 y 1113 del Código Civil)- por los daños sufridos por el actor derivados del infortunio laboral acreditado, se abocó a establecer la eventual responsabilidad de Liberty A.R.T. S.A. En ese trance, consideró que la aseguradora había incurrido en una omisión culposa al incumplir "la obligación preventiva" impuesta por el art. 4 de la ley 24.557 y dispuso que ésta debía responder solidariamente con el empleador, en los términos del art. 1074 del Código Civil (v. sent., fs. 387 vta./388 vta.). Por otro lado, tras juzgar también responsable civilmente al empleador por la minusvalía derivada de la dolencia columnaria padecida por el actor, según los términos de los arts. 1109 y 1113 del Código Civil, el órgano de grado -por mayoría- declaró la inconstitucionalidad del art. 6 de la Ley de Riesgos del responsabilidad a considerar ésta que la Trabajo aseguradora había y resolvió extender codemandada. incumplido también la Ello, por en este aspecto las obligaciones impuestas por el art. 4 de la ley 24.557 y el decreto 170/1996, toda vez que la omisión de todo diagnóstico de seguridad y control permanente de las medidas que debieron adoptarse, mediante las pertinentes visitas a la empresa, contribuyeron en una relación adecuada de causalidad para provocar el déficit que porta el actor en su columna vertebral (arts. 901, 902 y 1074, Cód. Civil; v. sent., fs. 394 vta./397). Por último, determinó que el capital de condena devengaría intereses, desde su exigibilidad y hasta el día 7 de enero de 2002, a la tasa que paga el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días (tasa pasiva) y, a partir de esta última fecha, a la tasa que cobra dicha entidad bancaria para sus operaciones de descuento de documentos comerciales (v. sent., fs. 393 vta./394). II. cabilidad de En el ley, recurso la extraordinario coaccionada Liberty de inapli- A.R.T. S.A. denuncia absurdo y violación de los arts. 699, 701, 1074 y 1109 del Código Civil; 1, 4, 26 y 31 de la ley 24.557; decreto 170/1996; 163 del Código Procesal Civil y Comercial; 47 y 63 de la ley 11.653 y de la doctrina legal que identifica (fs. 412/440 vta.). 1. Alega que lo resuelto en la instancia transgrede la doctrina que emana del precedente de esta Suprema Corte registrado como L. 81.216, "Castro" (sent. del 22-X-2003), toda vez que -afirma- debió el tribunal y no lo hizo, intimar al actor a fin de que reconduzca el proceso para luego valorar la eventual responsabilidad de la aseguradora en base a las obligaciones impuestas por el "régimen empleador garantizado" a resarcir y, la a todo diferencia evento, del condenar valor al existente entre la reparación tarifada prevista en dicho sistema y el quantum indemnizatorio que hubiere estimado suficiente para resguardar los derechos constitucionales inherentes al bien jurídico protegido. A su vez, apoyado en el análisis realizado en el voto de la minoría y con cita de la causa L. 87.394, "V. d. C., M.C." (sent. de 11-V-2005), refuta la decisión de grado en cuanto se condenó a su parte a reparar la minusvalía laborativa derivada de una enfermedad no incluida en el listado del decreto 658/1998. Postula, entonces, que en este aspecto, el fallo resulta violatorio del evocado precedente "Castro" y de la doctrina legal sentada en la causa L. 47.438, "Cirone" (sent. de 10-XII-1991). 2. capital de Cuestiona condena, la por tasa de entender interés que se aplicada aparta de al la doctrina establecida por este Tribunal en los precedentes Ac. 43.858, "Zgonc" (sent. de 21-V-1991); Ac. 86.304, "Alba" (sent. de 27-X-2004) y L. 74.228, "García" (sent. de 19-II-2003). 3. Impugna nuevamente la condena impuesta solidariamente a Liberty A.R.T. S.A., con fundamento en presuntos incumplimientos a los deberes impuestos en las normas vigentes en materia de prevención de los riesgos del trabajo. Manifiesta que de conformidad a los términos en que fuera celebrado el contrato de afiliación suscripto con Gip Metal S.R.L., su obligación se halla limitada únicamente al otorgamiento de las prestaciones establecidas en la ley 24.557 sin que -para más- dicho régimen contemple la inclusión de responsabilidad civil alguna. Refiere, además, que ni en el referido convenio ni en la Ley de Riesgos del Trabajo, se ha establecido que las aseguradoras asumen obligaciones directas relacionadas con el éxito de los planes de mejoramiento a los que alude su art. 4 ni al Programa de Seguridad, ni -menos aún- que sea garante de su cumplimiento por parte del asegurado. De allí que -continúa- no resulte ajustado concluir que su actividad o la eventual omisión de los deberes de vigilancia y seguridad, sean la causa adecuada o condición relevante del resultado dañoso sufrido por el trabajador. Expresa que, aun cuando la ley 24.557 y la resolución 51/97 habilitan a tales entidades a denunciar, ante la Superintendencia incumplimientos de las de Riesgos normas de del Trabajo, higiene y los seguridad, incluido el plan de mejoramiento de sus afiliados (art. 31 inc. 1, L.R.T.), lo cierto es que, en el caso, el accidente sufrido por el actor se produjo en el mes de noviembre de 1996 cuando -por imperio de lo establecido en el decreto 170/1996confección ni o siquiera había instrumentación vencido de el dicho plazo plan (6 para meses la a partir del inicio de vigencia del contrato de afiliación o de la entrada en vigor de dicho precepto). Manifiesta que a la fecha en que ocurrió el accidente no existía norma legal alguna que obligara a su parte a efectuar visitas con determinada frecuencia o a denunciar cada implementación incumplimiento de plan de constatado mejoramiento durante pues la -refiere- siquiera estaba obligada a tenerlo confeccionado. Sostiene, a su vez, que su parte armó el aludido plan y recomendó a la empresa demandada colocar una protección a la sierra con la que se accidentó el trabajador, por lo que -aduce- dio estricto cumplimiento a las obligaciones impuestas por la normativa vigente. En cuanto a la minusvalía derivada de la patología columnaria que afecta al actor, sostiene que las consideraciones logran ser esgrimidas desvirtuadas en por el las voto de la dogmáticas minoría no afirmaciones plasmadas en el de la mayoría. 4. Finalmente, alega que la decisión también resulta absurda porque responsabilizó a la aseguradora sin previamente causal establecer entre los la necesaria supuestos existencia incumplimientos del que se nexo le endilgan y el accidente de trabajo acontecido. III. El recurso prospera parcialmente. 1. Alterando el orden de los agravios traídos, habré de señalar que no le asiste razón a la recurrente en cuanto sostiene que no puede responsabilizarse civilmente a Liberty A.R.T. S.A. por hallarse su obligación limitada únicamente al otorgamiento de las prestaciones establecidas en la ley 24.557. a. Liberty La A.R.T. parte S.A. actora con dirigió sustento, su reclamo concretamente, contra en lo normado en los arts. 1074 del Código Civil y 4 incs. 1 y 2 de la ley 24.557 (v. demanda, fs. 19 vta./20). Al resolver la contienda, configurada la responsabilidad de la patronal en los términos de los arts. 1109 y 1113 del Código Civil, el juzgador de grado resolvió condenar a considerarla la aseguradora responsable, de en el riesgos marco del de trabajo la al normativa invocada por el demandante, por los daños derivados del accidente de trabajo y -previa declaración de inconstitucionalidad del art. 6 de la Ley de Riesgos del Trabajode la dolencia columnaria, que culminaran con una secuela incapacitante en el actor (arts. 1074 del Cód. Civil y 4 de la ley 24.557). b. Luce inhábil lo expuesto por el impugnante al manifestar que las aseguradoras tienen como único objeto el otorgamiento de las prestaciones establecidas en la ley 24.557, o bien, que no existe ninguna norma dentro de dicha ley que autorice a condenar a esas entidades por una indemnización no prevista en el régimen especial, ya que -en el criterio del tribunal interviniente- el fundamento de la condena resultó extraño al sistema de prestaciones de la Ley de Riesgos del Trabajo. Cabe recordar que esta Corte ha resuelto que, situados en el extracontractual marco en de que la se responsabilidad consideró civil incursa a la aseguradora de riesgos por omisión de los deberes a su cargo, el resarcimiento debido queda ligado y determinado por los parámetros de integralidad previstos por la normativa de derecho común y ajeno, por lo tanto, a las prestaciones de la Ley de Riesgos del Trabajo, marco reparador extraño al fundamento y naturaleza de la condena aplicada en autos (conf. causa L. 83.118, "S., V.", sent. de 9-V-2007). Y, posibilidad fundamentalmente, de que las dable es destacar aseguradoras que puedan la ser eventualmente juzgadas en el marco del derecho común en virtud de incumplimientos de los deberes de prevención y control, ha sido admitida por esta Suprema Corte en el precedente L. 98.584, "Bordessolies de Andrés" (sent. de 25-XI-2009) en línea -conforme lo hube de destacar en dicha oportunidad- con el criterio sentado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa T. 205. XLIV, "Torrillo, Atilio Amadeo y otro c/ Gulf Oil Argentina S.A. y otro" (sent. de 31-III-2009). A partir de lo anterior, aclaro, pierde también vigor la impugnación sustentada en la denuncia de violación de la doctrina que emana del precedente L. 81.216, "Castro" pues, en fin, pretende encontrar apoyo en una tesis que supone situar a las compañías aseguradoras fuera de la órbita de responsabilidad del Código Civil, criterio que no merece favorable recepción ni el la jurisprudencia de este Tribunal ni en el de la Corte federal, debiendo apuntar para más- temática que en aquí la referida analizada. causa Iguales estuvo ausente consideraciones la cabe formular en relación a las restantes causas que cita en apoyo de la crítica -siempre sustentada en los alcances que le atribuye a la doctrina del precedente "Castro"- vinculadas a la extensión de la condena a su respecto por la patología columnaria. c. En parte, relacionado con este último, aun cuando se sitúe cuestionamientos en (v. el recurso rec., fs. entremezclado 433 y con vta.), me otros permito adelantar -encuentro oportuno darle aquí tratamiento- que lo argumentado atribución de por el interesado responsabilidad de para la neutralizar firma la aseguradora fijada en el pronunciamiento en lo referido puntualmente a la afección de columna que porta el trabajador -ello, con sustento en que se trata de una dolencia excluida del listado de enfermedades profesionales del decreto 658/1996no merece favorable recepción. En su agravio, explícitamente fundado en la opinión plasmada en el voto en minoría de uno de los magistrados del tribunal de grado, técnica que ya indica su inhabilidad (conf. causas L. 96.969, "Estauro", sent. de 20-X-2010; L. 99.603, "Colque", sent. de 11-VII-2010; L. 98.156, "Díaz", sent. de 23-XII-2009), no se hace cargo el impugnante de rebatir frontalmente la construcción argumental plasmada en la opinión mayoritaria del órgano de la instancia que lo condujo a fundar la decisión en crisis en el entendimiento que correspondía, en el caso, declarar la inconstitucionalidad del art. 6.2 de la Ley de Riesgos del Trabajo (v. sent., fs. 395/396 vta.). d. Por otro lado, cabe señalar que, refiriéndose a la condena de carácter "solidaria" dispuesta por el tribunal, tampoco la crítica estructurada en torno a los arts. 699 y 701 del Código Civil puede ser acogida, ya que circunscribiéndose nuevamente el recurrente al específico régimen de la Ley de Riesgos del Trabajo, se desentiende de que la responsabilidad que se le imputó a ésta -como se dijo- encontró fundamento sustancial en el art. 1074 del Código citado y, al respecto, ningún argumento aporta el quejoso en su discurrir tendiente a justificar que en este concreto molde normativo no puedan reconocerse dicho tipo de obligaciones. 2. No son de recibo los agravios dirigidos a cuestionar lo fallado por el tribunal de grado en cuanto hubo de juzgar que la aseguradora demandada no cumplió con las obligaciones de prevención a su cargo. a. Con basamento en las conclusiones plasmadas en el veredicto (fs. 370 y vta.), sostuvo el juzgador en la sentencia que la aseguradora no había cumplido con las obligaciones a su cargo, desde que "no hubo seguimiento de la propuesta de mejora" en cuanto a la sierra con la que se accidentó el actor, "mediante la incorporación de la respectiva protección aconsejada" y, que ante la inacción del dador, aquella propuesta aparecía como "meramente formal" frente a la carente insistencia para que se cumpla y omisión de denuncia, incurriendo así en una negligencia que posibilitó la oportunidad del daño, es decir, no contribuyó a evitarlo. Por ello, consideró que la aludida entidad debía responder solidariamente con el empleador, puesto que al haber incumplido la obligación preventiva prevista en el art. 4 de la ley 24.557, incurrió en una omisión culposa, siendo que había previsto el riesgo por las condiciones de la sierra sin protección (art. 904, Cód. Civ.), en los términos del art. 1074 del Código Civil (v. sent., fs. 387 vta./388 vta.). En lo que respecta a la afección columnaria padecida por el actor Montiel, el tribunal -por mayoríaafirmó que ninguna medida de seguridad había propuesto la aseguradora para prevenir el riesgo de esfuerzos a que estaba expuesto tareas obsoletos demandada, el y según ingeniero (vgr. trabajador precarios daba el debido del cuenta sistema los sistemas establecimiento el de a dictamen movimiento del de de de la perito crisol del horno de fundición es manual), a lo que cabía añadir el levantamiento de pesos sin auxilio de medios mecánicos adecuados para alzar las cargas, a los efectos de evitar posiciones antifuncionales y movimientos forzados en el dependiente, conforme lo dispuesto por los arts. 8 de la ley 19.587; 42 y 106 inc. 6 del decreto 351/1979 (v. sent., fs. 396). Expresó que el incumplimiento de las referidas normas no sólo generaba la responsabilidad civil del empleador en los términos del art. 1109 del Código Civil, sino que también originaba la de la aseguradora, en virtud de lo dispuesto normativo, al no por el haber art. cumplido 1074 dicha del mismo entidad cuerpo con las obligaciones que le impone el art. 4 de la ley 24.557 y decreto 170/1996, siendo que la omisión de todo diagnóstico de seguridad y control permanente de las medidas que debieron adoptarse, mediante las pertinentes visitas a la empresa, contribuyeron, en una adecuada relación de causalidad, a provocar el déficit que porta el trabajador en su columna vertebral (arts. 901 y 902, Cód. Civ.; v. sent. fs. 396 vta.). b. La labor axiológica desplegada por el juzgador en torno a los hechos y las pruebas de la causa y que lo condujo a encontrar verificadas las mentadas inobservancias que le endilgó a la aseguradora de riesgos del trabajo no ha recibido típicas un embate cuestiones eficaz, de índole ya que en fáctica, el lejos ámbito de está el recurrente de acreditar el absurdo. La prédica que -con renovado énfasis- despliega el quejoso, fincada sustancialmente en que al momento en que ocurrió el accidente todavía no había vencido el plazo para la implementación del plan de mejoras confeccionado por la aseguradora para Gip Metal S.R.L. (en el cual, señala, se recomendaba colocar una protección a la sierra con la que se accidentó el actor), siendo que no existía norma legal alguna que la obligara a efectuar visitas a la empresa con una frecuencia determinada ni a denunciar cada incumplimiento en el plan de mejoras, no pasa de ser la mera expresión de su criterio discrepante, insuficiente para evidenciar aquel excepcional vicio sentencial (conf. causas L. 100.928, "González", sent. de 21-IV-2010; L. 99.061, "Sacchi", sent. de 20-V-2009; L. 93.006, "Hermann", sent. de 28-V-2008). No aporta el quejoso ningún elemento convincente con virtualidad para descalificar el contenido del fallo, derivando la crítica a una mera contraposición de criterios que, como tal, resulta inidónea a los fines del recurso deducido (conf. causas L. 71.024, "Núñez", sent. de 28-II2001; L. 88.730, "Alvarez", sent. de 26-VI-2007). Conforme la doctrina de esta Suprema Corte, el concepto de absurdo hace referencia a la existencia, en el fallo recurrido, de un desvió notorio, patente o palmario de las leyes de la lógica o a una grosera desinterpretación material de la prueba. No cualquier error ni la apreciación opinable, discutible u objetable ni la posibilidad de otras interpretaciones, alcanzan para configurarlo, pues es necesario que se demuestre un importante desarreglo en la base del pensamiento, una anomalía extrema (conf. causas L. 88.229, "García", "Fernández", sent. sent. de de 24-II-2010; 17-VI-2009), L. 95.461, supuestos no evidenciados por el impugnante. 3. Surge de la síntesis del pronunciamiento, plasmada en el punto que antecede (2.a), que el a quo realizó el análisis tendiente a determinar la existencia del nexo causal entre los incumplimientos de la aseguradora codemandada y el accidente de trabajo, al igual que lo hizo en relación a la dolencia columnaria, por lo que tampoco acierta sentencia el interesado con el cuando argumento tacha que de absurda sostiene a que la se responsabilizó a Liberty A.R.T. S.A. sin haberse efectuado el evocado examen. 4. En cambio, debe acogerse la impugnación que cuestiona la condena dispuesta sobre la aseguradora en orden a la tasa de interés aplicada sobre el capital. El asunto traído a conocimiento de esta Suprema Corte ha sido resuelto en casos sustancialmente análogos al sub lite (art. 31 bis, ley 5827). Así, 94.446, en las "Ginossi" causas (ambas C. 101.774, sentencias del "Ponce" y L. 21-X-2009) se decidió -por mayoría- ratificar la doctrina que sostiene que a partir moratorios del deben 1° ser de abril de liquidados 1991, los intereses exclusivamente sobre el capital (art. 623, Cód. Civ.) con arreglo a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, el cálculo será diario con igual tasa (conf. arts. 7 y 10, ley 23.928, modificada por la ley "Rodríguez", 25.561; sent. 622, de Cód. Civ.; 7-IX-2005; causas Ac. 68.861, L. 80.710, "Mena de Benítez", sent. de 5-IV-2000; Ac. 49.439, "Cardozo", sent. de 31-VIII-1993; Ac. 43.448, "Cuadern", sent. de 21-V-1991; entre otras). Lo expuesto autoriza a declarar procedente el agravio en examen y, conforme lo pretendido, revocar la sentencia al respecto, correspondiendo efectuar en la instancia, la liquidación de intereses aplicando in totum la alícuota que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de depósito a treinta días, vigente en los distintos períodos de aplicación. IV. En virtud de lo expuesto, corresponde hacer lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido con el alcance dado en el apartado III. 4. Costas por su orden (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri dijo: Adhiero al voto del doctor Soria con la sola aclaración en cuanto a que, si bien por regla los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no son vinculantes, pues sus alcances se encuentran limitados a los casos en los que se dictan, su contenido puede, no obstante, ser receptado en orden a su validez conceptual, como sucede en la especie en relación a la citada causa "Torrillo", fallada por ese Tribunal el día 31-III-2009. Voto por la afirmativa. A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: Considero suficientemente conocida mi postura según la cual la determinación de la tasa de interés es, dentro de ciertos límites, una facultad del juez (en los términos del resultó, en art. su 622 del Código oportunidad, Civil). minoritaria y Tal posición esta Suprema Corte ha establecido como su doctrina legal (a partir de las causas "Ginossi" y "Ponce", ambas con sentencias del 21-X-2009), la de que los intereses moratorios deben ser calculados a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, según lo que resulte de prorratear diariamente dicha tasa. La profusa reiteración de pronunciamientos en tal sentido y lo prescripto por el art. 31 bis de la ley 5827, autorizan a considerar (aún dejando a salvo mi opinión al respecto) que en la sentencia atacada tal doctrina resulta violada, debiendo hacerse lugar al recurso interpuesto. Adhiriendo en lo demás al voto del doctor Soria y con su mismo alcance, doy el mío también por la afirmativa. El señor Juez doctor Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó también por la afirmativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se hace lugar parcialmente al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley traído y, en consecuencia, se revoca la sentencia impugnada en lo concerniente a la tasa que declaró aplicable devengados a para partir el del cálculo 7-I-2002, de los los intereses que deberán liquidarse conforme la que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus operaciones de depósito a treinta días, vigente en los distintos períodos de aplicación. Vuelvan los autos al tribunal de origen para que practique una nueva liquidación, de conformidad con lo que aquí se establece. Costas atención al de esta progreso instancia parcial del por su recurso orden, (art. en 289, C.P.C.C.). Regístrese y notifíquese. EDUARDO NESTOR DE LAZZARI HECTOR NEGRI DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS GUILLERMO LUIS COMADIRA Secretario