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ORACION PARA PEDIR POR LAS VOCACIONES
.
DE LAS HIJAS DEL PATROCINIO DE MARIA
Corazón divino de Jesús, que un día dijiste:
“Rueguen al Señor de la mies que envíe
obreros a su mies”, te suplico vuelvas tus ojos
misericordiosos a tu amada congregación,
predilección de tu Madre. Envía a ella
numerosas jóvenes escogidas para trabajar en
la santificación propia, la educación y
formación cristiana de la juventud y
evangelización de los pobres y la niñez. Haz
que tu voz resuene en el corazón de tantas
jóvenes generosas al decidir su vida y llámalas
a ser Santas Religiosas Hijas del Patrocinio de
tu Madre. Guarda a aquellas que has llamado,
a fin de que correspondan fielmente a su
vocación. Que sean una sola cosa contigo,
que lleven fruto a las almas y su fruto sea
duradero. María Reina y Madre de nuestra
amada congregación, presenta a Jesús
nuestras suplicas haz valer tu amor de Madre
y tu poder de Reina. AMÉN.
…
Dios en este diciembre quiere hacer de tu vida una constante Navidad, donde la paz, la esperanza, el
amor y la convicción de un futuro seguro llenen tu mente y corazón para siempre. Solamente, tienes
que invitar a Jesús para que sea el Señor y salvador de tu vida, alegrándote así no solo por un mes,
sino por el resto de tus días.
Carta de Jesús de Nazaret
Amado hijo/a:
Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños.
Todos los años, en cada casa, se hace una gran fiesta en mi honor y
posiblemente este año sucederá lo mismo.
Para esa noche, la gente hace muchas compras. La noche de mi
cumpleaños se dice en los anuncios, en la radio, en la televisión y en todas
partes... no se habla de otra cosa, y la gente se despide con el deseo de
que para todos sea una noche buena.
La verdad, que es agradable saber que, al menos un día del año, las
personas piensan un poco en mí. ¿A que a ti también te pasa con tu
cumple?
Lo que está ocurriendo últimamente es que hay gente que parece que no
saben ni lo que celebran. Se reúnen, se divierten mucho, pero no saben de
qué se trata.
Recuerdo por ejemplo el año pasado, estábamos en una casa en esta noche de mi cumpleaños, había
cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado, y recuerdo también que había muchos regalos.
Yo naturalmente estaba allí pero es que… ni me hacían caso. La fiesta era para mí y me dejaron al
margen... y yo quería compartir la mesa con ellos.
Preferí estar sin hacer ruido, y me quedé en el rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos ebrios
contando chistes, carcajeándose. Lo estaban pasando en grande, menos mal.
Para colmo, llegó un gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando ¡jo-jo-jo-jo! Parecía que había
bebido de más. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él, diciendo: Papá
Noel, Papá Noel... ¡Como si la fiesta fuese en su honor! ¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se
hicieran regalos unos a otros y a ti no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa
fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.
Te digo que no sé si cada año que pasa esto va a peor; la gente sólo se acuerda de la cena, de los
regalos y de las ropas, y de mí nadie se acuerda.
Por eso te escribo, porque quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida. Como muchos no
me hacen sitio en su fiesta, voy a organizar la mía propia. Todavía estoy haciendo los últimos arreglos,
estoy enviando muchas invitaciones y quiero contar también contigo, tú eres importante para mí; sólo
quiero que me digas si piensas asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi
gran libro de invitados. En esta fiesta no habrá más que invitados con tarjeta de invitación, y se tendrán
que quedar afuera aquellos que no contesten a la invitación hecha.
Prepárate, quiero contar contigo. Hasta pronto...
Tu amigo,
Jesús de Nazaret
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