LAS ESTRATEGIAS EMPRESARIALES DE ERNESTO TORNQUIST Y COMPAÑÍA FRENTE AL CAMBIO ECONÓMICO Jorge Gilbert Este trabajo analiza la evolución de un grupo empresarial argentino con existencia centenaria: la sociedad Ernesto Tornquist y Compañía. Constituida en Amberes (Bélgica), en 1873, como sociedad en comandita, un año después fue inscripta en Argentina, donde permaneció como empresa familiar dirigida por los herederos del fundador hasta que, cien años después, fuera vendida junto con otras empresas del holding. Durante un siglo de historia, la empresa atravesó varias etapas vinculadas con los ciclos de la economía argentina y, simultáneamente, con la evolución interna del grupo familiar y sus intereses. Su formación y consolidación tuvo como escenario el auge agroexportador entre 1873 y 1930, período que representara también la época de oro de la firma. A partir de los años treinta, la crisis derivó en una economía orientada hacia el mercado interno, que comenzó a expandirse a partir de las condiciones surgidas del contexto internacional y de la Segunda Guerra Mundial, en una larga fase de ajuste. La modificación de la dinámica económica, los ciclos y las recurrentes crisis generaron incertidumbre, influyeron en el comportamiento del holding y llevaron a modificar sus estrategias. Éstas últimas no estuvieron solo vinculadas con el carácter abierto o cerrado de la economía, pues comprendieron también las reacciones de la dirigencia empresarial ante la emergencia de un Estado intervencionista. Varias son, en consecuencia, las variables a analizar para poder conocer las estrategias que la Compañía Tornquist implementara ante los procesos de cambio económico. Para definir el concepto de “estrategia” nos remitiremos al sentido Jorge Gilbert que utilizan Nelson y Winter al decir que es “el conjunto de amplios compromisos contraídos por una empresa, que definen y racionalizan sus objetivos y los métodos para alcanzarlos. Algunos de ellos puede que consten por escrito, en tanto otros no lo estarán, aunque pertenezcan a la cultura de ges1 tión de dicha empresa”. Esta perspectiva nos permite pensar el término “estrategia” como algo más amplio que la mera solución para maximizar beneficios, porque en la mayoría de las veces los compromisos se basaban en la confianza hacia los directivos y en la tradición de la empresa, y no sólo en resultados previamente calculados. Además, es difícil, en general, que las estrategias empresariales determinen los detalles de las acciones particulares, puesto que se limitan sólo a marcar líneas de acción. Evolución y ciclo de inversiones de la Compañía El ciclo expansivo, consolidado en 1880, estuvo inserto en uno mayor de la economía agroexportadora argentina, sostenido con variadas dinámicas durante cinco décadas. Sus antecedentes pueden ubicarse en 1862, con la afirmación de un proyecto político que pusiera fin a medio siglo de inestabilidad y guerras civiles, a partir del cual las decisiones del Estado se orientaron a afianzar un sistema tendiente a la integración en el orden económico mundial, a fin de aprovechar las ventajas comparativas de nuestra economía. Dicho proceso fue la respuesta de la dirigencia nativa a las condiciones generadas por el predominio de una Europa industrial, en sostenido crecimiento a partir de la incorporación de nuevas tecnologías. Los avances en los medios de transporte y la gran disponibilidad de capitales de las economías avanzadas, sumados a una creciente oferta de mano de obra 1 Nelson y Winter (1994), pp. 225-238. 138 las estrategias empresariales de ernesto tornquist extranjera, fueron los factores a los que nuestro país pudo acceder a partir de la construcción de un orden liberal, que habría de posibilitar una rápida expansión de la producción y las exportaciones del sector rural. De esa manera se pudieron superar en Argentina los condicionantes provocados por su reducida población y la limitada disponibilidad de capitales que dificultaban la explotación de dilatadas extensiones de tierras fértiles. La expansión general se sostuvo por un prolongado lapso, durante el que no dejaron de registrarse crisis de carácter cíclico, cuyos casos más relevantes fueron las de 1875, 1890 y los años de la Gran Guerra, entre 1914 y 1917. Hasta 1930, la dinámica del crecimiento de nuestra economía se ubicaba en las exportaciones agropecuarias y los ingresos de capitales externos, que propagan sus beneficios al conjunto total de actividades. Durante esos años, y según los diferentes estudios, las tasas de crecimiento oscilaban entre un 4% y un 5%, para descender luego de la guerra a un 2 3%. Los lineamientos principales de la política económica nacional se mantuvieron a lo largo del período, con fronteras abiertas al capital extranjero y a la inmigración, y pautas comerciales librecambistas que contemplaban la integración de Argentina al orden mundial. Primer ciclo de inversiones de la empresa Ernesto Tornquist En 1873, cuando la Compañía comenzó a girar como razón social Ernesto Tornquist, era una más de las numerosas casas mercantiles que operaban en la plaza porteña; sin embargo, en menos de dos décadas había logrado constituirse en uno de los principales grupos económicos del país. Durante este primer ciclo, correspondiente a la década de 1880, sus inversiones se orientaron principalmente hacia el 2 Díaz Alejandro (1975) y Cortes Conde (1994). 139 Jorge Gilbert sector industrial, con participación en diferentes ramas: velas y productos químicos, caldos y extractos de carne, y refinado de azúcar. Dichas actividades llevaron a procesos de integración vertical para abastecer parte de sus insumos fabriles y generaron a la vez, inversiones en nuevas empresas. Otro sector de actividad fue el de los servicios hoteleros, en el que puede estimarse una participación eminentemente financiera por parte de Tornquist, y de cuyo núcleo societario habría de surgir la vinculación con la industria frigorífica, que llegaría a constituirse en una de las más importantes dentro del holding. En esta etapa, la Compañía Tornquist formó parte de cuatro sociedades; dos de ellas se habían constituido en Bélgica, como José Conen y Cía (1883) y la Compañía de productos Kemmerich (1884), y las otras eran nacionales, la Refinería Argentina (1886) y el Bristol Hotel (1887). Dicha situación permite identificar la gestación del grupo económico a partir de núcleos diferenciados por el origen de sus capitales y por el tipo de actividad al que orientaran la inversión. En aquéllas donde predominaron los socios belgas el interés inicial fue hacia los productos alimenticios, que eran exportados hacia su país, en tanto los capitales locales se inclinaron a 3 participar en el mercado interno. La primera empresa, Conen, se dedicó a la fabricación de velas de estearina, glicerina y oleína, ácido sulfúrico y otros elementos necesarios para la fabricación de cerillas; su planta industrial estaba ubicada en Barracas al sur, junto al Riachuelo y era provista de sebo por el frigorífico Sansinena que a partir de 1891, sería incorporado al grupo. El incremento de los negocios llevó en 1904, a su reorganización como sociedad anónima, y derivó en el control directo de la Compañía Tornquist, además de la ampliación de sus actividades y la 3 Durante esa década, a título personal, Ernesto Tornquist realizó numerosas y lucrativas operaciones de compraventa de tierras, en la provincia de Buenos Aires, y de terrenos urbanos en la Capital Federal. Véase Gilbert y Harispuru, (2003). 140 las estrategias empresariales de ernesto tornquist reorganización de funciones en tres establecimientos especializados. Por los montos invertidos, no constituyó una gran empresa dentro del grupo, pero su importancia radicó en permitir el fortalecimiento de los vínculos de Tornquist con 4 sus socios belgas. La Compañía de productos Kemmerich fue constituida en base a la reorganización de una empresa familiar establecida en 1880, que se dedicaba a la elaboración de extractos de 5 carne vacuna, y otros subproductos ganaderos. Sus actividades eran realizadas en el saladero Santa Elena ubicado sobre el río Paraná, en la costa norte de la provincia de Entre Ríos, actualmente departamento La Paz. El aporte de esta industria fue la incorporación de procesos novedosos para la preparación de los extractos y caldos de carne, cuya demanda creciente en los países industriales determinó que su producción se dirigiera principalmente al mercado belga que, hacia 1914, absorbía el 60% de las exportaciones de este rubro. La vinculación del grupo con Kemmerich se mantuvo hasta 1908, cuando fue vendido a la firma Argentine Estates of Bovril. La Refinería Argentina, a diferencia de las dos primeras inversiones descriptas, fue creada y dirigida personalmente por Ernesto Tornquist, quién además de recursos financieros, aportó sus vinculaciones con el poder político, que constituían un apoyo imprescindible para la factibilidad de la iniciativa. Esta combinación de política y negocios había constituido la base indispensable para el despegue de la industria azucarera nacional, pues el cultivo de la caña se expandió 4 Algunos de los primitivos socios de “Conen” lo fueron también de la Compañía Tornquist, como el industrial L. Lysen, los comerciantes Victor Lynen, V. Grisar y P. Raeymaeckers, o el rentista H. Van der Burch. Otro de los miembros fue Tomás Devoto, miembro de la Compañía General de Fósforos, cuya empresa utilizaba los insumos elaborados por “Conen”. Véase. Archivo General de la Nación (AGN), Protocolos Notariales, Registro Nº 78, año 1894 y Gilbert (1996). 5 Pillado (1899), pp.175-176. 141 Jorge Gilbert durante las décadas de 1870 y 1880, mediante inversiones en equipos que permitieron iniciar la reconversión de ésta en una actividad moderna. Para culminar esas operaciones, era fundamental que se construyera una planta refinadora, objetivo que motivó, a partir de 1885, la aparición de varios proyectos diferenciados por el lugar previsto para la radicación, y 6 el posible apoyo desde distintos niveles del Estado. Finalmente triunfó el proyecto de la Refinería Argentina, presentado por Ernesto Tornquist al gobierno nacional, merced al decidido aval del Presidente Roca. La planta fue instalada en 1887 en la ciudad de Rosario, en asociación con industriales y políticos tucumanos, quienes detentaban el 25% del capital, en tanto Tornquist se aseguraba el control de la 7 Refinería con un 47%. Las inversiones de Tornquist en el sector no se limitaron al refinado y durante la década de 1890 trató de integrar verticalmente la actividad, comprando tierras e ingenios durante la crisis de sobreproducción que, desde 1895, había llevado a la ruina a algunos productores de insuficientes recursos. Para ello había organizado la Compañìa Azucarera Tucumana (CAT) en asociación con intereses radicados en Tucumán, particularmente los de la familia Méndez, grandes propietarios y que a través de su patriarca, Pedro, candidato a gobernador por el PAN en 1893, habían intervenido en la política 8 provincial. La participación de Tornquist en la actividad azucarera habría de decaer después de la crisis del treinta, a tal punto que la Refinería Argentina fue liquidada en 1932 y progresivamente se retiraron los capitales invertidos en los ingenios que formaran parte de la CAT. 6 Guy (1977), pp. 513-514. Guy (1977), p. 517. 8 Guy (1977), p. 521. 7 142 las estrategias empresariales de ernesto tornquist La derivación de capitales al sector hotelero, por entonces un área no tradicional, fue un caso particular dentro del primer ciclo de inversiones del grupo. La confluencia de los intereses de dos importantes hombres de negocios, Pedro Luro y Ernesto Tornquist, impulsó que surgiera la localidad de Mar del Plata, en la costa bonaerense, basada en el asentamiento de un pequeño saladero. La relación entre dichos empresarios se había iniciado cuando ambos compartieron cargos similares en el directorio del Banco de la Provincia de Buenos Aires durante la primera presidencia de Roca, y sus iniciativas y capacidades financieras se vieron asociadas en la construcción del Bristol Hotel en 1887, y la reorganización del frigorífico Sansinena en 1891. En la década de 1880, cuando la actividad saladeril culminó su ciclo y surgió la industria frigorífica, Pedro Luro, secundado por sus hijos Santiago y José, continuó invirtiendo en otros sectores, entre ellos la naciente industria de las carnes congeladas, y luego hizo lo propio en los servicios de hotelería. En 1911, todas las propiedades del Bristol fueron adquiridas por una nueva sociedad del grupo Tornquist: la Compañía Nacional de Grandes Hoteles, que, con una mayor dotación de capital, realizó importantes obras de ampliación. Los años siguientes fueron de intensa y rentable actividad debido a que la elite local debió interrumpir sus temporadas europeas como consecuencia de la guerra iniciada en Europa en 1914. Las inversiones de Tornquist en este rubro no se vieron limitadas a las realizadas en Mar del Plata, pues en 1908 inició la construcción del Plaza Hotel, en terrenos de su pro9 piedad, frente a la plaza San Martín, en Buenos Aires. 9 El Plaza Hotel fue otra inversión personal de Ernesto Tornquist, y una de las pocas que continuó en posesión de la familia al disolverse el grupo en la década de 1970, pues a la muerte del empresario las acciones de la sociedad hotelera fueron heredadas 143 Jorge Gilbert En síntesis, durante la coyuntura expansiva de la economía argentina de los ochenta, Ernesto puso de manifiesto una gran capacidad empresaria que le permitió capitalizar las fuentes de financiamiento provenientes de sus vinculaciones con el mercado europeo, y comenzó a realizar numerosas inversiones en sectores diversos. Los crecientes recursos acompañaron la modificación de la estrategia empresarial, según se registrara en las escrituras de renovación de acuerdos societarios. Así, durante las últimas décadas del siglo XIX, los objetivos de la firma se fueron ampliando de la actividad mercantil, al sector industrial, el negocio inmobiliario y finalmente a las funciones bancarias. El punto de partida fue el gran incremento de los capitales de su Compañía por parte de los socios belgas en 1883, a los que se sumaron los provistos por el Disconto Gesellschaft y el 10 Norddeutsche Bank, de Alemania, en 1889. La activa presencia de Tornquist negociando acuerdos financieros en las plazas de Amberes, Berlín o Londres, consolidaron su rol como uno de los principales financistas argentinos, en cuya construcción resultó gravitante la relación que mantuviera con los más destacados miembros de la dirigencia política del país, como Julio A. Roca o Carlos Pellegrini, además de la cercanía a otros importantes hombres de nego11 cios. A comienzos de la década del ochenta su intuición para las inversiones comprendió otras con resultados menos exitosos, por su esposa e hijos. Véase Archivo General de Tribunales, año 1908, legajo 3.026: Sucesión Ernesto Tornquist. 10 Gilbert (1996). 11 En la correspondencia casi diaria que mantuviera con su esposa, radicada en París, es factible comprobar, su presencia en Amberes, su participación en la renovación de acuerdos societarios y particulares, o en representación del gobierno argentino para negociar la deuda externa, los proyectos de conversión monetaria o los conflictos con Chile, entre tantos otros temas. (Debo agradecer el acceso a la Correspondencia del Archivo familiar facilitado por la Sra. Maria Acuña de Bary de Coelho. 144 las estrategias empresariales de ernesto tornquist como la actividad petrolera, recurso que fuera detectado a partir de estudios geológicos realizados por encargo del Estado nacional. Para ello, en 1886 organizó la Compañía Mendocina de Petróleo y adquirió terrenos en la localidad de Cacheuta, que si bien brindaron éxitos iniciales, que alcanzaron para poner el yacimiento en explotación, se frustraron poco después; en efecto, los pozos se agotaron hacia 1891 y no se contaba, por entonces, con medios técnicos para perforar a 12 mayores profundidades. De la crisis de 1890 hasta fines del siglo XIX La crisis de 1890 y la aguda recesión que le siguió, explican que no hayan existido nuevas inversiones por parte del grupo entre 1888 y 1894, excepto la de 1891 en Sansinena e hijos, realizada con el objeto de evitar la quiebra de este frigorífico. Durante la crisis, Tornquist evidenció una actitud previsora, al evitar la búsqueda de rápidas ganancias, habitual en el clima especulativo de la época. Por el contrario, la sólida posición económica adquirida lo había convertido en una figura de referencia para los negocios del sector privado, locales o extranjeros, y también en un consejero de influencia para los gobiernos; en consecuencia, buscaba consolidar el buen nombre de la empresa y su prestigio entre quienes buscaban 13 seguridad para sus capitales. En esa década de 1890, las medidas adoptadas por el Es12 Datos estadísticos recopilados por Santos Adolfo Safontas; Archivo familiar, sin fecha. 13 Ernesto Tornquist formó parte de la Comisión de Notables que asesorara a Carlos Pellegrini, y durante los sucesos de julio de 1890 integró, junto con Benjamín Victorica, Luis Saenz Peña y Eduardo Madero, la Comisión designada para negociar con los revolucionarios. Véase Ibarguren (1969), p.77. Por su amistad con Pellegrini y Roca se convirtió en consejero financiero de los diferentes gobiernos de la época y figuró también entre quienes impulsaron, en 1899, la creación de la Caja de Conversión. 145 Jorge Gilbert tado para resolver los graves problemas permitieron que el país recuperara su crédito externo, al comprometerse a cumplir con las obligaciones contraídas, y contribuyeron a generar las condiciones que alentarían un nuevo ciclo de prospe14 ridad. La estabilidad monetaria y la exitosa experiencia de adhesión al patrón oro en 1899, tuvieron en Tornquist a uno de sus principales mentores, y así al finalizar el siglo la economía argentina se hallaba restablecida con equilibrio en el balance de pagos y aumento de las exportaciones de carnes y cereales. Si bien los indicadores económicos fueron auspiciosos en relación con el comercio de bienes exportables, el préstamo extranjero tardaría en recuperarse, situación que habría de generar serias restricciones para los ganaderos que comenzaron a modificar sus pautas de producción, los que se vieron obligados a recurrir al crédito hipotecario, como forma de financiamiento. La Compañía Tornquist acompañó dicha tendencia con la organización de nuevas empresas en momentos en que el crédito externo se había clausurado para la Argentina. Para actuar en los recién nombrados servicios hipotecarios, por ejemplo, se formó en 1894, la Compañía Industrial y Pastoril Belga-Sudamericana, que fuera una de las cinco sociedades extranjeras vinculadas con Tornquist en este sector económico. Dadas las características del contexto, las inversiones locales se limitaron a la organización de la CAT en 1895, la reorganización como sociedad anónima de las Estancias y Colonias Tornquist en el mismo año, y una breve participación en 1897 en la Cervecería Palermo, posteriormente controlada por Otto Bemberg. En cuanto a las Estancias y Colonias Tornquist, esto había sido, también, una acción personal por fuera de los intereses del grupo, en tierras adquiridas durante la década de 14 Ferns (1968). 146 las estrategias empresariales de ernesto tornquist 1880, en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, que conformaron un patrimonio de 59.487 has. organizadas como 15 sociedad anónima. El emprendimiento más representativo del período fueron las inversiones en la industria frigorífica, pues durante los ochenta el procedimiento del congelado era una actividad incipiente, que aún debía superar serios desafíos tecnológicos y financieros antes de convertirse en la rama más importante de la economía argentina. A los cambios que impulsaba, se sumaban las características de por si complejas y particulares de esta nueva industria, que demandaba ingentes capitales y un gran volumen de actividad para alcanzar buena rentabilidad, por lo que la producción debió orientarse hacia el mercado externo, sin descuidar el abasto local, para amortizar eventuales pérdidas. No resultaba sencillo pues, ensamblar las actividades de producción, distribución y comercialización, y poseer, además, una gran capacidad financiera, que los frigoríficos ingleses resolvían fácilmente recurriendo a los capitales de su país. Eso explica el caso de Gastón Sansinena; su establecimiento La Negra, ubicado junto al Riachuelo en la provincia de Buenos Aires, fue en 1883 el tercero en sumarse a la nueva industria. Hacia 1891, su falta de liquidez llegó a ser demasiado crítica, por lo cual Ernesto Tornquist aprovechó la situación para integrarse a la empresa, reorganizada como Compañía Sansinena de Carnes Congeladas. Este fue uno de los tantos casos en que la crisis de los años noventa pusiera a prueba a sectores empresariales, generalizando los quebrantos; sin embargo, la Compañía Tornquist salió fortalecida de ella, pues el agotamiento de algunas firmas le permitió extender sus inversiones hacia industrias de gran dinamismo, como el frigorífico o los ingenios azucareros. 15 Véase Gilbert y Harispuru (2003). 147 Jorge Gilbert La acelerada expansión del nuevo siglo Entre 1900 y 1912, la Compañía registró el mayor flujo de aportes de capital de toda su historia que posibilitó la constitución de otras veinticinco sociedades anónimas. La distinta naturaleza de las nuevas actividades nos llevó a agruparlas por sectores económicos a los efectos de simplificar su descripción. Las empresas orientadas a la compra, venta y explotación de propiedades urbanas y rurales fueron una importante inversión de la Compañía Tornquist; que participó en el negocio de tierras con cinco sociedades: Estancias y Colonias Tornquist, propietaria de más de 59.000 has. en el partido de Tornquist, provincia de Buenos Aires, Estancias y Colonias Curamalán, con 240.000 has. en Coronel Suárez y Saavedra, Estancias y Colonias La Verde, con 245.000 has. en los departamentos de San Cristóbal y Vera, provincia de Santa Fe, La Salamanca, 28.138 has. en Comodoro Rivadavia, Territorio Nacional de Santa Cruz, y Compañía Rural Amberesa, 33.506 has. en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y el ex Territorio de La Pampa. Estos grandes dominios fueron progresivamente parcelados y enajenados; las Estancias y Colonias Tornquist, por ejemplo, fueron liquidadas en 1909, y la familia del fundador quedó con la propiedad del casco y algunos campos, Estancias y Colonias Curamalán entró en liquidación durante la década de 1920 en que mantenía alrededor de 6.000 has.; Estancias y Colonias La Verde (luego Ganadera y Territorial) fue liquidada en 1916 y parte de sus dominios pasaron a una nueva firma denominada La Criolla. En 1903 se organizó El Quebracho SA, con el propósito de explotar los bosques ubicados en campos de la Compañía Kemmerich, en la provincia de Santa Fe, pero diez años des16 pués la sociedad debió disolverse por su baja rentabilidad. 16 Monitor de Sociedades Anónimas (1903), p. 324. 148 las estrategias empresariales de ernesto tornquist Los intereses del quebracho estuvieron también íntimamente asociados a la construcción de ramales ferroviarios, actividad en la que participaron grupos financieros que obtenían recursos mediante la emisión de títulos con interés fijo colocados en mercados europeos. La sociedad Quebrachales Tintina, registrada en 1906, formó parte de un proyecto concebido tres años antes, al constituirse en Bélgica la Compañía BelgaArgentina de Ferrocarriles, formada por comerciantes y banqueros, con el propósito de adquirir, construir y explotar con17 cesiones ferroviarias. La Belga-Argentina adquirió la concesión para la construcción de la línea férrea que unió las localidades de Tintina y Añatuya en Santiago del Estero, así como los derechos para la compra de tierras en esa provincia. Por su parte, Tintina declaró como objeto la explotación de 441.000 has. que, una vez taladas y previo parcelamiento, fueron vendidas; hacia 1931, la empresa, entró en liquidación cuando aún detentaba 44.000 has. Los negocios ferroviarios del grupo habían comenzado a ampliarse en 1905 al formar el Crédito Ferrocarrilero Argentino, otra importante sociedad cuyo propósito era suministrar los fondos para construir 180 Km. de líneas en el Ferrocarril Central Norte, que unirían la localidad de San Cristóbal con 18 el puerto de Santa Fe. Con un capital social de 2.500.000 pesos oro, el núcleo societario ponía de manifiesto la estrecha vinculación establecida por Tornquist con sectores financieros de primera línea a nivel internacional, puesto que sus socios europeos fueron Baring Brothers & Company, la Disconto Gesellschaft, el Norddeutsche Bank y la Compañía Co19 mercial Belga. 17 Annexe au Moniteur Belge (1903), pp. 802-809. Monitor de Sociedades Anónimas (1907), p. 110. 19 En 1907 y 1909 la Compañía Ernesto Tornquist negoció dos importantes empréstitos nacionales para un sindicato de bancos presidido por la casa Baring de Londres. 18 149 Jorge Gilbert El Crédito Ferrocarrilero fue disuelto hacia fines de 1921, una vez que la Administración de los Ferrocarriles del Estado 20 argentino cancelara la deuda pendiente con dicha sociedad. Una enumeración de las principales inversiones del grupo en el sector industrial, entre 1900 y la Gran Guerra, incluiría las siguientes empresas: Plantadora Isleña, Compañía Introductora de Buenos Aires (CIBA), Talleres Metalúrgicos, Compañía Argentina de Pesca, El Petróleo Argentino, El Petróleo Argentino de San Rafael, FERRUM, y la Compañía de Petróleo de Comodoro Rivadavia. Los servicios financieros, seguros y hoteles que se agrupaban en el sector terciario, incluían la Compañía BelgaArgentina de Ferrocarriles, La Alianza Amberesa, el Crédito Ferrocarrilero Argentino, el Crédito Territorial Argentino, la Sociedad General Belga Argentina, la Territorial Belga Argentina, La Buenos Aires Seguros y La Continental, Compañía de Seguros Generales, el Plaza Hotel y la Compañía de Grandes Hoteles. Como se señaló, la Compañía Ernesto Tornquist había realizado numerosas inversiones en este sector, particularmente a través del sistema de crédito hipotecario, cuya importancia debido a la expansión de la región pampeana, incidió en el crecimiento del grupo. Este proceso provocó, una mayor demanda de capitales por parte de productores y propietarios de tierras, quiénes debían modernizar sus explotaciones a fin de lograr adaptarse a los cambios en los patrones de desarrollo pecuario. En respuesta a dicha situación, resultaba habitual recurrir a préstamos hipotecarios, los cuales representaron una parte significativa de las actividades financieras argentinas de la época; en 1904 se llegaron a pagar tasas del 8 al 9% en Buenos Aires, y si bien en años posteriores éstas descendieron a un promedio del 7%, continuaron representando una signifi- 20 Crédito Ferrocarrilero Argentino (1920), 1-2. 150 las estrategias empresariales de ernesto tornquist 21 cativa remuneración del capital líquido. Para operar fluidamente en dichos servicios, y realizar paralelamente negocios de compra-venta de tierras, en 1894, se constituyó en Bélgica una sociedad con el nombre de Industrial y Pastoril Belga-Sudamericana, que resultó la primera empresa organizada por Tornquist con objetivos exclusiva22 mente financieros. La intermediación financiera aseguraba importantes beneficios, pues las colocaciones de préstamos en el mercado local tenían un rendimiento que duplicaba la tasa de las obligaciones emitidas y con poco riesgo puesto que los préstamos locales eran realizados en pesos oro para evitar los problemas 23 derivados de las fluctuaciones del papel moneda argentino. En 1906, la Compañía Industrial y Pastoril Belga Sudamericana, realizó un acuerdo con el Crédito Territorial Argentino, creado ese mismo año en París, que permitiría canalizar fondos franceses hacia nuestro país; en la operatoria, y a fin de evitar los problemas emergentes de una situación de competencia se acordó repartir los posibles negocios en partes iguales. La Industrial y Pastoril ponía a disposición del Crédito, sin retribución alguna, su organización y relaciones en el país, lo cual permitiría que Tornquist representara los intereses de la Societé Genérale y el Comptoir National d'Escompte, dos de las casas bancarias francesas más importantes. Los grandes beneficios obtenidos en préstamos hipotecarios, llevaron al grupo a formar otras tres sociedades en Bélgica, donde Henri de Bary, desde Amberes, actuaba como el catalizador de capitales de muy diverso origen. Así fue forma21 Véase Díaz Alejandro (1975), p.42: “Para 1909 las compañías de tierras y de préstamos hipotecarios se ubicaban en el cuarto lugar entre el capital extranjero invertido en el país, después de los ferrocarriles, los títulos públicos y las empresas comerciales”. 22 Pillado (1899), p. 222. 23 El establecimiento de la Caja de Conversión en 1899, en cuya creación también participara Ernesto Tornquist, permitió estabilizar la moneda y generar mejores condiciones para atraer capitales foráneos. 151 Jorge Gilbert da en 1904, La Alianza Amberesa, que participara también en el negocio inmobiliario; en 1909 se creó la Sociedad General Belga Argentina, y dos años más tarde la Sociedad Territorial Belga Argentina con el objetivo de otorgar préstamos para la construcción. Los capitales de las cinco sociedades de préstamos hipotecarios en conjunto sumaban 8.188.000 pesos oro, al iniciar sus operaciones, los que fueron incrementados hasta superar los 20.000.000 pesos oro a principios de la Primera Guerra. Con dichos fondos, más los obtenidos mediante la emisión de obligaciones en el mercado europeo, se realizaron préstamos en 1914 por montos superiores a 70.000.000 pesos oro; los beneficios de esas operaciones permitieron la consolidación del grupo y la concentración de inversiones en el sector. Más tarde, no obstante, las condiciones generadas por el conflicto redujeron las cifras expuestas, al punto que la más importante de las sociedades, el Crédito Territorial Argentino, 24 debió ser liquidada. De la Gran Guerra a la crisis de 1929 Las condiciones que habían favorecido el auge económico, fueron modificadas al declararse la Gran Guerra, pues el orden comercial internacional se vio alterado y, no menos importante, se interrumpió la oferta de capitales con el consiguiente impacto negativo en nuestra economía, debido a su alto grado de dependencia de esos flujos. En ese nuevo escenario, el ritmo expansivo se desaceleró, las actividades especulativas y los servicios hipotecarios se contrajeron y, aunque no se crearon nuevas empresas, se produjo un importante crecimiento de algunas preestablecidas, con el consiguiente aumento en sus capitales. Las actividades beneficiadas por esa coyuntura fueron, entre otras, la industria frigorífica, como consecuencia de la 24 Ernesto Tornquist y sus compañías afiliadas (1932), p. 7. 152 las estrategias empresariales de ernesto tornquist demanda generada a lo largo del conflicto, y en general todas aquéllas que permitieran sustituir importaciones, como la 25 metalúrgica, el algodón y tabaco. Al finalizar la contienda se inició un nuevo ciclo inversor que habría de llegar hasta 1928 en cuyo lapso fueron creadas once nuevas sociedades dentro del holding. Tres de ellas se organizaron orientadas a la explotación de propiedades rurales; ellas fueron; La Criolla con 11.000 has. de campos en Buenos Aires, más 17.000 has. en Córdoba y Santiago del Estero y 120.000 has. en Santa Fe; la Compañía Inmobiliaria y Ganadera Chacabuco con 171.294 has. repartidas en diferentes provincias, y la Compañía El Dorado con más de 299.000 has. en Misiones y Santiago del Estero. El acento en el sector industrial fue puesto en la actividad metalúrgica donde se crearon tres nuevas sociedades: los Talleres Metalúrgicos San Martín (TAMET), el Crédito Ferrocarrilero e Inmobiliario, y la Sociedad Electro Metalúrgica 26 Argentina (SEMA). A ellas habría de sumarse la Compañía Territorial del Río de la Plata, que operaba en el área construcciones, y que se registraba como propietaria del nuevo edificio de la Compañía Ernesto Tornquist, inaugurado en 1925, en la calle Bartolomé Mitre, de la ciudad de Buenos Aires. Las empresas que se incorporaron en la post guerra al sector servicios fueron tres: la Compañía Técnica e Importadora, la Compañía General de Comercio e Industria y la Comercial e Industrial La Internacional. Un caso particular entre las inversiones lo constituyeron los denominados Talleres Metalúrgicos San Martín, conocidos 25 Si bien la rama textil no figuraba entre las actividades del grupo, la empresa CIBA desarrolló esta faceta industrial durante algunos años en la segunda década del siglo XX, aunque su especialización habría de ser en los rubros del tabaco y la sal. 26 TAMET surgió de la reorganización de los Talleres Metalúrgicos y su fusión con otras empresas de la rama; por su parte, el Crédito Ferrocarrilero e Inmobiliario fue sucesor de Talleres San Martín, Compañía Mercantil y Rural. 153 Jorge Gilbert como TAMET a partir de 1925. Sus orígenes datan de 1902, en que la Compañía Tornquist se asociara con los Talleres Metalúrgicos Rezzónico y Otonello, fusión que diera origen a la fábrica de bulones y remaches más importante de Sudamérica; a posteriori se incorporaron otros rubros como las 27 construcciones metálicas y fundición. Los intereses en el sector se intensificaron al finalizar el conflicto armado, porque fue entonces cuando fructificaron los contactos establecidos con el Grupo Arbed-Terres Rouges (ARBED) de Luxemburgo, que culminarían en 1922 en una asociación que incrementó el capital y las actividades de la empresa, en particular aquéllas vinculadas con el rubro construcciones. Durante la década de 1920 se completó también el proceso de concentración en esta rama, que llevó en 1925 a la formación de TAMET, que implicó la adquisición de la mayor parte de los negocios de los Talleres Metalúrgicos, y la integración de la Compañía de Hierros y Aceros Limitada, ex propiedad 28 de Pedro Vasena e hijos. La consolidación y expansión de TAMET respondió a una estrategia orientada a competir con las importaciones, para lo cual fue necesario trabajar a economías de mayor escala en los procesos productivos, política que implicó la absorción de pequeños talleres, y la incorporación de los antiguos propietarios como socios en la nueva firma. El sector tuvo también un carácter complejo, debido a su dependencia de materias primas e insumos importados, por lo cual, y para poder crecer, debió asociarse con capitales extranjeros, los cuales, dadas las características particulares de la rama, lograron finalmente controlar la empresa. La evolución de esta metalúrgica constituyó un caso particularmente importante, por tratarse de una industria cuyo desarrollo 27 Impresiones de la República Argentina en el siglo XX. Su historia, gente, comercio, industria y riqueza (1911), pp.454 y 466. 28 Protocolos Notariales (1925), Archivo del Colegio de Escribanos, registro 111. 154 las estrategias empresariales de ernesto tornquist estuvo vinculado con el crecimiento del mercado interno, y haber sido una inversión realizada antes de la crisis de 1929, por capitales identificados tradicionalmente con el sector agroexportador. TAMET es un buen ejemplo para rebatir los argumentos de quiénes reducen las actividades industriales de la época a aquéllas asociadas con la utilización de materia prima local, dejando de lado las así llamadas artificiales, por considerarlas contrarias a los parámetros del modelo de inserción primario exportador de la Argentina. Con la crisis de 1929 se completó un ciclo de inversiones, durante el cual el grupo Tornquist participó en cuarenta y cuatro sociedades, nueve de ellas formadas en las dos últimas décadas del siglo XIX, veinticinco entre 1900 y 1912, y otras diez desde 1919 a 1928. Esta fue la etapa dorada en la historia de la empresa en la que logró convertirse en uno de los principales grupos económicos del país, posición que no lograría recuperar como resultado de una adaptación ineficaz frente al cambio de reglas estructurales. Para comparar las principales inversiones del grupo hacia 1930, el cuadro 1 presenta un listado ordenado de acuerdo con la importancia del capital y las reservas de cada una de las empresas, añadiendo el año de creación de cada sociedad, su razón social y capital inicial. De las dieciocho sociedades presentadas, cuatro fueron estructuradas en las últimas décadas del siglo XIX y de ellas, dos se ubicaron en los primeros lugares de su rama: el frigorífico Sansinena y la Compañía Azucarera Tucumana. La Refinería Argentina, una empresa que había nacido grande, si bien había decaído en importancia, mantenía el octavo lugar, en tanto la más antigua inversión en el sector, la Compañía de Productos Conen, figuraba entre las menos significativas. Otras cinco durante el período más dinámico del auge agroexportador, CIBA, FERRUM, Compañía Argentina de Pesca, Compañía de Grandes Hoteles, y Plantadora Isleña. 155 Jorge Gilbert Las nueve empresas restantes, organizadas a partir de 1919, fueron: la Compañía Territorial Río de la Plata, ubicada en el tercer lugar y seguida por TAMET; la Compañía General de Comercio e Industria, dedicada a la explotación de hoteles, la Ganadera y colonizadora La Criolla, la empresa de colonización y bosques El Dorado, la Compañía Ganadera e Inmobiliaria Chacabuco, la metalúrgica Crédito Ferrocarrilero e Inmobiliario, la Compañía Técnica e Importadora y la industria electrometálica SEMA. Si bien el número de empresas creadas fue menor, entre ellas se ubicaron las más importantes en orden a sus capitales, como los negocios inmobiliarios y la metalúrgica. Las condiciones de la etapa fueron obviamente diferentes, debido a la retracción del capital extranjero, que motivara la caída de algunas inversiones, en tanto se daba por cumplido el ciclo de otras. A lo largo de los diferentes ciclos analizados se fue consolidando la sociedad de base familiar, condición que mantuvo a lo largo de toda su historia. Se gestaron vínculos y desarrollaron capacidades cognoscitivas que resultaron funcionales para alcanzar los objetivos de crecimiento diversificado. Así el empresario Ernesto Tornquist puede ser considerado como un precursor del modo actual de organizar las sociedades de negocios. Durante las dos últimas décadas del siglo XIX, comenzó a colocar fondos propios de su Compañía, o los captados de inversores en el mercado de capitales, a fin de aplicarlos a actividades productivas. El resultado exitoso de sus variadas iniciativas le permitió ganar la confianza de los clientes, quienes buscaban principalmente la seguridad en sus inversiones, las cuales se vieron ampliamente compensadas. Con esta metodología se formaba un circuito virtuoso, en el que la mayor disponibilidad de fondos era encauzado a las más diversas iniciativas, según analizáramos en las páginas precedentes. La sumatoria de todas las inversiones, es decir los resultados de las múltiples sociedades y las diferencias que se 156 las estrategias empresariales de ernesto tornquist originaban en la compraventa de obligaciones o por comisiones de intermediación, explican la sólida posición alcanzada por la Compañía Tornquist durante las tres primeras décadas del siglo XX. Por ello, la muerte de su fundador en 1908, no fue obstáculo para la continuidad de la empresa, pues ya se había consolidado una estructura que habría de mantenerse sin grandes modificaciones bajo la conducción de sus sucesores inmediatos. En el aspecto formal, la estructura no era compleja y, aunque se trataba de un holding integrado por numerosas sociedades, respondía al carácter de una sociedad familiar con un liderazgo ejercido por el empresario fundador y luego por uno de sus hijos, Carlos Tornquist. La responsabilidad social fue compartida, en vida de Ernesto, con Teodoro de Bary, responsable local ante sus prolongadas estadías europeas. Lo acompañaban en la gestión como miembros del directorio, entre cuatro y cinco miembros, antiguos y leales empleados de la firma, personas de confianza, con formación y experiencia mercantil. En Europa, hasta la Gran Guerra, la representación estuvo a cargo de Henry de Bary, al frente de la Compañía General Belga, con sede en Amberes. Luego, durante los años veinte, Alejandro Shaw, yerno de Tornquist, se habría de instalar en París para cumplir dicho rol. Si bien el capital externo permitió explicar parcialmente el origen de sus financiamientos, no fue menor el aporte de los originados en los ahorros locales; en tal sentido, el conjunto de actividades desarrolladas, primarias, industriales o de servicios, cumplieron un rol de creciente importancia. Además, los elevados márgenes de ganancias de las empresas no fueron utilizados solamente para distribuir crecientes beneficios, puesto que una parte de ellos era destinada a fondos de reservas extraordinarios y luego transferido para aumentar el capital de las diversas firmas. 157 Jorge Gilbert La crisis de 1929 y la situación financiera de la Compañía Tornquist La crisis de 1929 produjo diversos cambios en el sistema económico internacional, que a su vez afectaron negativamente a la economía argentina, en razón de su alto grado de apertura. La depresión se agudizó en los primeros años de la década siguiente y se fue extendiendo en la economía internacional, cuyos fundamentos se modificaron progresivamente. Los principios de librecomercio de bienes y capitales, apoyados en la vigencia del patrón oro, fueron reemplazados por la adopción de políticas comerciales proteccionistas que acompañaron el abandono del sistema monetario vigente hasta entonces. Entre 1930 y 1934 se deterioraron bruscamente los términos del intercambio internacional de Argentina; sus exportaciones se redujeron en más de un 60%, a la par que disminuyó también la entrada de capital, y al ser el país un deudor neto, la caída del nivel de precios y de sus ventas constituye29 ron situaciones de extrema gravedad. Dado el impacto de la crisis sobre el conjunto de nuestra economía y el deterioro de las condiciones de su sector primario, se procuró reasignar recursos hacia las manufacturas, que permitiría elevar los beneficios en actividades que sustituyeran la importación. En este contexto, el Estado incrementó su presencia con la creación de organismos y la adopción de medidas orientadas a proteger a los sectores afectados por las nuevas condiciones. Al igual que en otros países, se aumentaron los derechos de importación y en 1931 se estableció un sistema de control de cambios, que elevó los costos de transacción de las importaciones. A esas se sumaron otras intervenciones encaminadas a rescatar a los sectores productivos tanto como al financiero; a tal efecto se crearon varias Juntas Reguladoras y el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias. Las primeras 29 Díaz Alejandro (1975), p.100. 158 las estrategias empresariales de ernesto tornquist buscaban subsidiar las diferentes actividades con un precio sostén, utilizando recursos obtenidos mediante la política de cambios, mientras que el Instituto estuvo incluído en el marco regulatorio adoptado en 1935, que incluyó la creación del Banco Central y modificó el funcionamiento del conjunto del 30 sistema a través de una ley de bancos. Los cambios operados a partir de la crisis constituyeron un punto de inflexión en la historia de Ernesto Tornquist y Compañía, al modificarse las condiciones que favorecieran su crecimiento. Dado que era una sociedad bancaria, comercial, industrial y financiera, esta diversificación significó un impacto distinto en cada sector, y los efectos de la depresión se manifestaron globalmente en las reducidas ganancias de la Compañía a lo largo de toda la década del treinta. Las consecuencias sobre las inversiones realizadas durante la etapa anterior en el sector industrial constituyeron un caso particular, pues el cierre de los mercados externos y las medidas de protección del mercado interno generaron un contexto favorable para la expansión de algunas manufacturas, como las metalúrgicas TAMET y FERRUM , o la elaboración de cigarros y sal en la empresa CIBA, en tanto el frigorífico Sansinena y las industrias ligadas al azúcar como la Refinería Argentina o la Compañía Azucarera Tucumana, que habían alcanzado un gran desarrollo hasta 1929, se estancaron y padecieron una situación tan crítica que en algunos casos llevó a su liquidación. De las diferentes actividades en las que participaba la Casa Tornquist; algunas inversiones desaparecieron, a causa de la crisis, mientras otras se vieron favorecidas, pero el sector más vulnerable fue el bancario, dada la centralidad que la gestión financiera tenía para la operatoria del holding. La 30 Véase ley 12.155 sobre Banco Central, ley 12.156 de bancos, ley 12.157 de creación del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, ley 12.158 modificatoria de la carta orgánica del Banco de la Nación, ley 12.159 modificando la del Banco Hipotecario, y ley 12.160 de Organización bancaria. 159 Jorge Gilbert función bancaria que le había permitido obtener recursos a partir de los depósitos y canalizarlos según los diversos intereses hacia las empresas del grupo fue abandonada a partir de 1935. El proceso no fue sencillo y se debió acordar con el Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias una serie de medidas para sanear su situación financiera. La Compañía evitó la quiebra pero sus actividades no escaparon al clima recesivo de la época, y los resultados generales, aunque no registraron pérdidas, descendieron en el primer quinquenio, antes de iniciar un proceso de recuperación. En efecto, entre 1908 y 1917, las ganancias de la firma Tornquist rondaban entre 18% y 21% anual sobre el capital y las reservas legales y registraron su punto más elevado en 1918 cuando lograron superar el 33%; desde entonces y hasta 1929, descendieron de un 14% a un 11% anual; en 1931 cayeron a un 7% y en 1934 se ubicaron por debajo del 3,5%, antes de caer a un nivel aún más bajo al año siguiente: un 2%. Durante la segunda mitad de la década del treinta, esta tendencia de desempeños magros se mantuvo para revertirse recién a fines de la década, y marcar una fuerte recuperación en la rentabilidad, durante los años de la Segunda Guerra, proceso que continuaría en ascenso durante el primer go31 bierno peronista. Los resultados de dicho proceso posibilitaron canalizar recursos hacia la formación de nuevas empresas, entre las que se encontraban: Fibrocemento Monolit, constituida en 1939 y dedicada a la fabricación de toda clase de artículos de fibrocemento; al año siguiente se formaron otras dos sociedades, Neoplástica SA para la elaboración de resinas y productos plásticos, y Condor SA Petrolera Argentina para la explotación, destilación, industrialización y trans32 porte de petróleo. 31 Gilbert (2003). Monitor de Sociedades Anónimas (1939), T.64. El presidente de Monolit era Carlos Tornquist y el vice Antonio Bergeron, quienes ocupaban similares cargos den32 160 las estrategias empresariales de ernesto tornquist En 1943 se constituyó Explotación Minas Argentinas de Tungsteno SA (MATSA), para la extracción de tungsteno y schelita y al año siguiente se formó la Compañía Argentina de 33 Metales SA para la industrialización de metales en general; en 1949, Elaboración de trafilados y afines SA (ELTRA), y en 1951, Piedra Grande S.A. Minera, Industrial, Mercantil y Financiera, con dos establecimientos en la provincia de San Luis, uno de lavado de arcilla y caolines, y otro de molienda 34 de feldespato y cuarzo. Las dificultades en el abastecimiento de importaciones, y la prolongación del conflicto bélico, generaron una situación propicia para este tipo de inversiones, pues los minerales explotados, como el tungsteno, o los incorporados a posteriori, como el caolín o los feldespatos, tienen una amplia gama de aplicaciones en las actividades metalúrgicas, en la elaboración de cerámicas, papel, farmacia, química, productos de limpieza, betunes, y también constituyeron materias primas utilizadas por otras industrias del grupo. Debe destacarse que este tipo de inversiones respondían a los cambios en el patrón de industrialización de la Argentina, pues durante la década de 1930 las actividades manufactureras predominantes habían sido las alimenticias junto con la rama textil, que registraron un rápido aumento en los volúmenes producidos; luego se comenzaron a delinear cambios en las ramas metálicas, y aunque con menor vigor, también en las químicas, actividades que habrían de caracterizar la dinámica del crecimiento industrial en las siguientes décadas. Las empresas CIBA y TAMET constituyeron casos particulares y pasaron a convertirse en las principales del grupo en tro de TAMET. En 1957 Monolit se fusionó con la firma Fortalit SA y a partir de entonces se denominó Monofort SA. Para Neoplástica, ver Monitor...(1940), T.65, p.148 y para Condor, idem, p 339. 33 Monitor...(1943), T 70, p.10 y T 71, (1944), p. 75, respectivamente. 34 Esta última empresa era subsidiaria de FERRUM SA. 161 Jorge Gilbert dicha etapa, a pesar de contar ya con varias décadas de existencia. La primera, especializada en la manufactura del tabaco y la elaboración de sal, y la segunda, metalúrgica, recibieron el estímulo para su crecimiento de las restricciones generadas por la crisis, y las consecuentes medidas adoptadas a partir de 1929, como los controles de cambio y los permisos de exportación. El nuevo escenario favoreció la realización de modificaciones y ampliaciones en las principales plantas productivas, con el propósito de aumentar su capacidad de elaboración y mejorar la capacidad técnica. Para financiarlas, se recurrió en parte a la emisión de obligaciones y debentures, y en la década del cuarenta se pudo contar con políticas de estímulo y el apoyo financiero proveniente del Estado. Hacia 1954, según el cuadro 2, un balance de las empresas del grupo señala un claro predominio de las inversiones realizadas con anterioridad a la crisis de 1930, pues de las diecisiete empresas -excluyendo la firma madre-, sólo cinco habían sido constituidas con posterioridad; dos de ellas fueron ELTRA y Fibrocemento Monolit, firmas industriales que se ubicaron en cuarto y quinto lugar en orden al capital integrado. La ponderación de las firmas que componían el holding a mediados de la década de 1950, destaca las inversiones industriales con ocho empresas, seguidas por seis sociedades con intereses inmobiliarios rurales y urbanos, y otras tres con objetivos diversos, como la actividad petrolera, una revista de derecho y la sociedad financiera La Firmeza. Es decir que la Compañía Ernesto Tornquist mantuvo, hasta la mitad del siglo XX, un perfil industrial, comercial e inmobiliario. En el primer lustro de los años cincuenta se cerró una etapa en la historia de la empresa Tornquist, al morir Carlos Tornquist, en 1953, quién la había presidido por un período de cuarenta años. Se puso fin entonces a un tipo de liderazgo empresarial, de carácter tradicional, y una nueva generación 162 las estrategias empresariales de ernesto tornquist de herederos se rebeló contra la estructura de conducción disputándose los cargos directivos. Quedaban por delante varios desafíos a resolver, además de la consolidación de nuevos liderazgos al interior de la firma, y los implícitos por la reorientación de las políticas económicas a la caída del gobierno peronista. Entre 1955 y la liquidación final de la Compañía Tornquist A partir del golpe militar de 1955, que puso fin al último período del segundo gobierno peronista, se buscó una apertura e integración de la economía argentina al escenario característico de la segunda posguerra buscando liberalizar la economía, para limitar la intervención y los controles estatales, a fin de favorecer la iniciativa privada. Las políticas adoptadas se caracterizaron por los intentos de reorientar la estructura productiva, de modo que el crecimiento no se viera limitado por las periódicas crisis de divisas. Las devaluaciones del tipo de cambio y la gradual eliminación de controles en los precios, estimularon la producción rural; paralelamente, se procuraba avanzar hacia desarrollos industriales más complejos, para prescindir de las importaciones y el consecuente considerable drenaje de divisas hacia el exterior. Estas medidas fueron acompañadas por otras que reconvirtieron el sistema bancario a partir de 1957, mediante la eliminación de las regulaciones que limitaban la expansión del sector, ya fuese por falta de incentivo o por las políticas del Banco Central, el cual hasta entonces regulaba detalladamente todas las operaciones de crédito. La banca comercial privada pudo volver a expandirse en forma competitiva, aunque no siempre fue favorecida por la política de efectivos mínimos, redescuentos y adelantos del Tesoro. Entre 1958 y 1963 la política bancaria benefició la instalación de nuevos bancos y su expansión mediante la apertura de sucursales; 163 Jorge Gilbert sin embargo en los años siguientes la política crediticia favoreció a los bancos oficiales y limitó el crecimiento del sector privado. Además, al estar controlados los intereses, los préstamos se canalizaron a través de entidades financieras no bancarias que podían operar con tasas más elevadas, sin estar sujetos a 35 controles o limitaciones establecidas por el Banco Central. Entre los nuevos bancos que se instalaron en esta etapa se encontraba el Banco Tornquist, resultado de una asociación realizada en 1960, entre la Compañía y el Nederlandsche Andel-Maarschappij N.V., de Amsterdam, Holanda, con el objetivo de reiniciar los negocios bancarios que la Sociedad Anónima Ernesto Tornquist había realizado hasta 1935, y continuar con sus operaciones crediticias cambiarias y bursátiles. La sociedad fue autorizada por el Banco Central en abril de 1960 y formalizada por escritura pública en el mes de julio; el capital inicial autorizado fue fijado en 200.000.000 pesos moneda nacional, dividido en dos millones de acciones 36 de cien pesos cada una. Una vez suscripto el 10% de las acciones, y a fin de constituir la Sociedad, era necesario suscribir otras 1.100.000 acciones, divididas en dos partes iguales de 550.000. La firma Tornquist integraba una suma equivalente a 75.000.000 pesos moneda nacional mediante el aporte del local donde funcionaría el Banco, una propiedad de 2.833 m2 de superficie, en un inmueble ubicado en Bartolomé Mitre 531 al 559 de la ciudad de Buenos Aires. Para cumplir con su participación, la Compañía Tornquist procedió a modificar los Estatutos de una de sus empresas, la Compañía Territorial del Río de la Plata, propietaria del edificio donde funcionaba la firma ma35 Alemann (1970), pp. 398-400. Protocolos notariales (1960), registro 118, fo 451. Integraban la sociedad Eduardo Tornquist, Ernesto Tornquist (nieto), Martín Aberg Cobo, Martín Tornquist, Enrique A. de Bary, Enrique Tornquist, Luis M. Acuña, Carlos A. Paz, Jean Hubert Sassen, Emilio F. van Peborgh, Everardo C. Wessels y Constantin Gortchacow. 36 164 las estrategias empresariales de ernesto tornquist dre desde 1927, dividiendo el inmueble en dos unidades funcionales de 2.924 y 13.268 m2 respectivamente. La asociación con la banca holandesa se mantuvo hasta 1968, cuando éstos vendieron su participación para hacerse cargo del Banco Holandés Unido; la Compañía Tornquist retuvo el control mayoritario con el 80% de las acciones y un porcentaje minoritario fue adquirido por el Banco Popular Español. Además de los negocios realizados desde la casa bancaria, fueron organizadas sociedades financieras que podían eludir los límites establecidos por el Banco Central a las tasas de 37 38 interés. En 1967 se formó Sofargent SA de finanzas; y un año después Tor-Ca SA constructora, inmobiliaria y financiera para actuar como financiera en el primer caso, y en el otro realizar construcciones de viviendas y obras públicas o privadas de cualquier naturaleza, realizar y montar cualquier clase de instalaciones vinculadas con ingeniería, barrios y/o ciudades satélites, fabricar, comerciar, importar o exportar materiales, maquinarias y equipos destinados a la ingeniería, construcción y ramos afines. También podía actuar en el aspecto financiero, suministrando capitales a particulares o 37 Primera Plana, 13 de abril de 1965, pp. 86-89. La tasa de interés para el inversor se estableció en un 16% anual y en un 22% para los préstamos, con lo cual se reducía el margen para el negocio financiero. Como consecuencia de tales políticas los bancos orientaron algunos capitales hacia sectores más especulativos, como el mercado cambiario o el mercado negro de capital, a intereses que multiplicaban hasta cuatro veces los admitidos oficialmente 38 Protocolos Notariales (1968), registro 118, 11 de junio. Entre sus múltiples funciones podía recibir depósitos, emitir y colocar letras, conceder créditos para la compra venta de bienes, otorgar avales, fianzas y otras garantías, otorgar anticipos sobre créditos, realizar inversiones en valores mobiliarios, prefinanciar sus emisiones y colocarlos, efectuar inversiones transitorias en colocaciones fácilmente liquidables, actuar como fideicomisos y depositarios de fondos comunes de inversión, obtener créditos del exterior y actuar como intermediarios de créditos obtenidos en moneda nacional o extranjera, comprar y descontar documentos de otras entidades y realizar todo tipo de inversiones 165 Jorge Gilbert empresas, realizando inversiones en dinero o negociando valores mobiliarios de cualquier naturaleza, fuesen acciones de compañías privadas o títulos públicos. En 1969 el grupo constituyó Promotora Internacional de Ventas con el propósito de promover las exportaciones y asesorar a la mediana empresa tanto en los aspectos técnicos del comercio exterior como en la búsqueda de nuevos mercados. Finalmente, en 1972 se formó el Fondo de Inversión Argentino (FIA), sociedad integrada por el Banco Tornquist, la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFISA) y la Financiera Argentina dirigida por Santiago Soldati (ARFI39 NA). En el listado del anexo están registradas las empresas que permanecían bajo el control del holding a comienzos de los años setenta, etapa en que se produjo la crisis que llevó a la liquidación final. Las empresas fueron agrupadas según se constituyeran antes o después de 1930, a efectos de diferenciar aquellas sociedades formadas en la etapa expansiva, de las que se formaron en los ciclos siguientes. El resultado señala que, sobre un total de diecisiete, siete correspondían a la primera etapa y un número similar a las formadas a partir de 1967. Durante la década de 1960 las industrias más antiguas enfrentaron dificultades para su desarrollo, situación que llevó a implementar medidas de reestructuración y racionalización, a fin de recuperar una mayor rentabilidad. TAMET y FERRUM, fueron ejemplos de plantas sobredimensionadas, 39 Protocolos Notariales, (1972), registro 118, escritura 28 de agosto. En el directorio de la sociedad figuraban Nicanor Costa Mendez, Raúl Lanusse, Alberto Solá, Eduardo García, Juan Cahen d'Anvers, Santiago Soldati y Emilio Cárdenas. Se trataba de un fondo constituido para asegurar la rentabilidad y liquidez de las inversiones realizadas por los copropietarios. Las suscripciones o compras de acciones debían orientarse hacia empresas con un adecuado estado patrimonial económico y financiero y un aceptable rendimiento, y que se encontraran en proceso de crecimiento y consolidación. El fondo se integraba con acciones, debentures y títulos públicos, en el caso de éstos últimos, siempre que estuvieran garantizados contra una depreciación monetaria. 166 las estrategias empresariales de ernesto tornquist con graves problemas de obsolescencia técnica. Por otra parte, Cotécnica al registrar varios períodos con problemas financieros terminó siendo fusionada con CIBA. Mientras agonizaban algunas empresas industriales, la Compañía Tornquist buscó consolidarse en el área de las finanzas; para ello fomentó la organización de la casa bancaria en 1960, y formó luego sociedades mediante las que buscó reposicionarse en el sector. Para lograrlo, negoció títulos privados o públicos, en el mercado nacional y en el exterior, otorgó asesoramiento para inversiones y empresas, realizó financiamientos a mediano y corto plazo para el comercio y la producción industrial, a los que sumó un joint venture con HB-Fuller Company de Estados Unidos. Todos estos cambios implicaron una renovación en el proceso de gestión, pues la tercera generación familiar había comenzado a ocupar posiciones ejecutivas, y fue necesario dinamizar la empresa al multiplicarse el número de aquellos que aspiraban a posiciones de poder. Se trató de modificar la cultura de la gerencia empresaria, de lo que daba cuenta la búsqueda de nuevos negocios. Sin embargo, la percepción de una parte de la sociedad familiar no visualizaba el cambio como oportunidad sino como amenaza. Así, las tensiones desatadas entre el grupo de familiares propietarios dificultó la materialización de las propuestas de cambios en la organización. Estas incluían nuevas prácticas empresariales acompañadas de los conocimientos necesarios para mejorar el desempeño, por lo cual era necesario innovar la estructura de la organización, del personal superior y de dirección, como también establecer la compensación material, estableciendo incentivos y recompensas. En consecuencia, frente a los desafíos que planteaba la economía argentina durante los críticos años sesenta, la Compañía fue perdiendo solidez como resultado de un conjunto de factores, a los que se sumaron cuestiones financieras, y dificultades para consolidar un liderazgo adecuado. 167 Jorge Gilbert Los condicionamientos provinieron de la reubicación internacional del país, de la reconversión técnico productiva, la formación de nuevas empresas y la presencia de firmas transnacionales, como aspectos centrales que influyeron sobre el conjunto de la economía. En el nuevo escenario, el golpe final que llevara a la disolución de la empresa, provino de las desinteligencias al interior del grupo familiar propietario, donde las relaciones parentales se habían visto desgastadas ante la ausencia de un miembro que actuara como líder catalizador. Carlos la había presidido hasta su muerte pero, tras su desaparición, la tercera generación de herederos se rebeló y ocupó los cargos directivos en una estructura de conducción bastante simple: un presidente, un vicepresidente y seis directores titulares constituían el directorio de ocho miembros que eran seguidos, a su vez, por gerentes generales que actuaban en cada una de las diferentes sociedades. Al no existir una oficina técnica, las decisiones se adoptaban en forma individual, lo cual originó desconfianzas y cuestionamientos sobre los consecuentes manejos financieros inconsultos dentro de los directorios, particularmente a partir del reinicio de la actividad bancaria en 1960 y la organización de sociedades financieras. En la experiencia de la firma los cambios de estructura no tuvieron mayores problemas, pues resultó fácil cambiar la organización formal, y también proceder a liquidaciones o compras de sociedades según los ciclos económicos. Sin embargo, modificar significativamente el modo de actuar en el momento de tomar decisiones operativas y llevarlas a término, fue una tarea que habría requerido mucho más tiempo. No fue complejo destruir la vieja estructura, ni su efectividad, pero sí lo fue el lograr que funcionase una nueva sin fisuras internas. La Compañía Tornquist, no logró adecuarse en el momento de definir las estrategias que respondieran a los cambios de la dinámica económica, y aceptar la separación entre proceso de gestión y control propietario, por lo cual 168 las estrategias empresariales de ernesto tornquist resultó ineficiente frente a la organización corporativa de los negocios modernos. 169 Jorge Gilbert Anexo Cuadro 1: Relación entre capital y reservas de las principales empresas del grupo en 1930, en pesos oro. Empresa 1-Sansinena SA (I) 2-Cía. Azucarera Tucumana (I) 3-Cía. Territorial Río de la Plata 4-TalleresMetalúrgicos – TAMET (I) 5-Cía.Introductora Buenos Aires-CIBA(I) 6- La Criolla SA 7-Cía. General de Comercio e Industria 8-Refinería Argentina(I) 9-FERRUM (I) 10-Cía. Argentina de Pesca (I) 11-Cía. El Dorado (I) 12-Cía. de Grandes Hoteles 13-Cía. Ganadera Inmobiliaria Chacabuco 14-Crédito Ferrocarrilero Inmobiliario 15-Cía.Técnica Importadora 16-SEMA (I) 17-Plantadora Isleña (I) 18-Cía. de Productos Conen (I) Capital inicial 2.000.000 (1891) 3.000.000 (1895) Capital en 1930 10.802.451 10.046.861 1.000.000 (1924) 7.014.345 3.700.000 (1925)* 4.462.769 600.000 (1901) 3.300.000 3.000.000 (1919) 2.000.000 (1922 3.296.153 3.116.873 1.500.000 (1886) 660.800 (1911) 200.000 (1904 2.201.551 1.940.677 1.917.618 s / d (1924) 573.000 (1911) 615.000 (1923) 1.720.384 1.575.486 1.572.967 1.500.000 (1927) 1.556.943 800.000 (1922) 882.910 s / d (1928) 500.000 (1900) 130.000 (1883) 730.769 597.557 509.279 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Monitor de Sociedades Anónimas, varios años, y Ernesto Tornquist y Cía. Ltda. y sus Compañías afiliadas, 1932. *En 1902 el capital de Rezzónico Ottonello era de 250.000 pesos oro. 170 las estrategias empresariales de ernesto tornquist Cuadro Nº 2: Ernesto Tornquist y sus Compañías afiliadas, año1954. Año de constitución 1873 1895 1901 1903 1909 1911 1919 1922 1922 1922 1924 1924 1926 1932 1939 1940 1943 1949 Denominación Ernesto Tornquist Cia. Azucarera Tucumana (I) Cia. Introductora (CIBA) (I) Conen (I) TAMET (I) FERRUM (I) La Criolla Cia. Gral. Comercio e Ind. Crédito Ferrocarrilero e Inmob. Cotécnica (I) Cía. El Dorado Cia. Territorial R de la Plata Revista de Jurisprudencia Victoria Cía. de colonización Fibrocemento Monolit (I) El Condor SA Petrolera Arg. La Firmeza Eltra (I) Capital autorizado m$n 150.000.000 Capital suscripto y realizado m$n 92.548.7000 o$s20.000.000 o$s4.800.000 100.000.000 57.733.900 20.000.000 200.000.000 39.000.000 10.000.000 50.000.000 15.020.200 146.928.000 39.000.000 4.423.700 15.409.700 7.000.000 7.000.000 10.000.000 6.000.000 o$s7.000.000 2.000.000 9.163.300 3.136.000 o$s 7.000.000 1.650.000 1.373.725 1.373.725 30.000.000 19.469.500 3.000.000 2.725.100 1.300.000 50.000.000 1.163.000 25.000.000 Nota: (I) industria. Fuente: elaboración propia en base a datos de El accionista de Sociedades Anónimas, año 1954. 171 Jorge Gilbert Listado de empresas en las que participaba Ernesto Tornquist y Compañía en 1971 a- Formadas antes de 1930: 1-“Compañía de productos Conen SA”, (1903) 2-“Compañía Introductora de Buenos Aires”, (1901) 3-“FERRUM SA”, (1911) 4-“Compañía General de Comercio e Industria”, (1922) 5-“Cotécnica S.A.”. Fábrica de cocinas, calefones y estufas, comercializadas con la marca “Bull Dog” y distribuidora de aceites y grasas lubricantes “Fax”, (1922) 6-“Tamet S.A.”, (1909) 7-“Revista de Jurisprudencia Argentina SA”, (1926) b- Formadas con posterioridad a 1930: 40 8-“Condor SA Petrolera Argentina”, (1940) 9-“Piedra Grande SA Minera, Industrial, Mercantil y financiera” (empresa subsidiaria de FERRUM), (1951) 10-Banco Tornquist, (1960) 11-“Sofargent SA de Finanzas”. Financiamiento de automotores, tractores, maquinaria de distinto tipo, y equipos para hospitales y sanatorios. Operaciones de “leasing” de bienes de capital, (1967) 12- “Ubyco S.A.I.C.”. Realizaba su producción en dos líneas: una dedicada a resinas de poliéster y sus derivados, y otra de productos para el uso del hogar Pinoluz, Plastitel, Superlay, (1967) 13-“Fuller Argentina SA”. Administrada por Ubyco, producía adhesivos industriales y de uso escolar (Plasticola), (1967) 14-“Poliglas”. Fabrica de envases y piezas de plástico mediante procesos de soplado e inyección, (1967) 15-“Torca SA” Construcción, venta y financiación de viviendas para sectores de ingresos medios, (1968) 16-“Promotora internacional de Ventas SA”. Promovía las exportaciones, asesorando a la mediana empresa, tanto en los aspectos técnicos del comercio exterior como en la búsqueda de nuevos mercados, (1969) 17-Fondo de Inversión Argentino (FIA), (1972). Fuente: Elaborado en base a datos de Economic Survey, Edición extraordinaria, septiembre de 1971. 40 Refinaba petróleos crudos especiales que eran utilizados para elaborar éter, solvente, aguarrás, cortes de destilados para fabricación de aceites técnicos, grasas y vaselinas, destilados para insecticidas, aceites lubricantes para refrigeración de automotores y motores industriales. Producía también, con licencia de empresas norteamericanas, especialidades para la industria siderúrgica. 172 las estrategias empresariales de ernesto tornquist Bibliografía y fuentes Fuentes Annexes au Moniteur Belge. Recueil des Actes, ProcésVerbaux et Documents Relatifs aux Societes Commerciales, 1873 a 1914, Bruxelles, Imprimerie du Moniteur Belge. Archivo del Colegio de Escribanos, Protocolos Notariales, registro 111, año 1925, registro 118, años 1960, 1968 y 1972. Archivo General de la Nación (A.G.N.), Protocolos Notariales, registro 78, año 1894. Archivo General de Tribunales, año 1908, legajo 3026: Sucesión Ernesto Tornquist. Crédito Ferrocarrilero Argentino (1920), Memorando, mimeografiado. Economic Survey, Edición extraordinaria, septiembre de 1971. El accionista de Sociedades Anónimas, 1954. Ernesto Tornquist y sus compañías afiliadas (1932), mimeografiado. Monitor de Sociedades Anónimas y Patentes de Invención, 1903 a 1954, Buenos Aires, Imprenta Coni. Primera Plana, 13 de abril de 1965, “Las inversiones silenciosas”. 173 Jorge Gilbert Bibliografía Alemann, Roberto, 1970, Curso de Política Económica Argentina, Buenos Aires, Eudeba. Barbero, María (1993), Historia de empresas. Aproximaciones historiográficas y problemas en debate, Buenos Aires, CEAL. Comín, Francisco y Martín Aceña (1996), La empresa en la historia de España, Madrid, Civitas. Cortes Conde, Roberto (1994), “Estimaciones del producto bruto interno de Argentina”, Documento de trabajo nro. 3, Universidad de San Andrés. Díaz Alejandro Carlos (1975), Ensayos sobre la historia económica argentina, Buenos Aires, Amorrortu editores. Ferns, Harry (1968), Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Solar-Hachette. Gilbert, Jorge (1996), “El grupo Tornquist y los capitales belgas”, en Asociación Argentina de Historia EconómicaUNCentro: Actas de las XV Jornadas de Historia Económica, Tandil. 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