ADULTOS. FINALISTA 1.pdf

Anuncio
“ AGUA VIVA”
Se había jubilado hacía ocho meses, después de ejercer Magisterio durante
cuarenta años. El tiempo, se había hecho ahora su aliado, su compañero y maestro. En
estos pensamientos se encontraba inmersa Teresa mientras contemplaba el hermoso
paisaje que se divisaba desde la ventana de su casa de campo. Las vacaciones de
Navidad habían llegado, pronto vería a su nieta Margarita, una niña de nueve años que
la adoraba, y a la que ella quería con locura.
Escuchó risas, y de pronto la puerta de entrada se abrió… Una chiquilla corrió
hacia ella, gritando mientras la abrazaba:
-- ¡Abuela, ya tengo vacaciones!-- ¡Qué bien mi niña! ¿Y los papás? – preguntó la abuela -- ¿Dónde están?
-- Ahí fuera cogiendo el equipaje… -- y bajando la voz preguntó junto a la oreja
de Teresa -- ¿Me llevarás mañana de paseo a la alameda junto al río?
-- Claro que si cariño – respondió la abuela – pero, ahora vayamos al encuentro
de tus padres, hay mucho por hacer…
**********
Al día siguiente, según lo convenido, la abuela Teresa y Margarita, después de
un buen desayuno, se fueron camino de la alameda que bordeaba la ribera del río
Nereo. Cientos de pajarillos trinaban alegremente, y la brisa bisbiseaba en las
hojas de los altos álamos.
Cogidas de la mano, llegaron hasta donde las aguas del río saltaban desde un
desnivel de unos cuatro metros formando una cascada de blancas guedejas. El
rumor del agua al caer era como un coro de cientos de voces. Un precioso arco
iris hacía puentes sobre el agua.
Abuela y nieta se sentaron a cierta distancia sobre unas lisas rocas soleadas y
quedaron absortas contemplando aquella belleza viva y cantarina. Margarita,
recostada en el regazo de la abuela Teresa, preguntó a ésta con vivo interés:
-- Abuelita ¿qué es el agua?
Teresa, la mujer que durante cuarenta años ejerció Magisterio, enseñando y
explicando a cientos de niños y niñas miles de cosas, guardó silencio unos
minutos antes de responder.
-- Margarita, mi querida niña, el agua es… ¡todo! Somos agua. Es el origen, el
principio de la vida. Es el elemento primordial que gestó la vida sobre la tierra.
Ya en el Génesis, se nos cuenta que Dios mezcló agua y arcilla para hacer al
primer ser humano. Y es en agua nutricia donde flotamos antes de nacer. Ella,
el agua, la que produjo el Diluvio Universal; y agua fue la que se tiñó en sangre
en el Río Nilo cuando las plagas de Egipto. Fue agua la que se apartó, abriendo
camino en el Mar Rojo, para que el pueblo Hebreo pasara hacia la Tierra
Prometida. Agua brotó de la roca para saciar la sed de ese pueblo en su Éxodo
por el desierto; y el río Jordán fue el que tuvo el privilegio de que en sus aguas
fuera bautizado Jesús.
Y fueron hombres que trabajaban en la mar, en el agua, como pescadores, los
primeros apóstoles y amigos del Nazareno. Agua fue la que, Jesús (a petición de
su madre María) transmutó en el mejor de los vinos, es en las Bodas de Caná.
Agua le pidió a la Samaritana junto al pozo, a cambio El, le ofreció el Agua
Viva para que jamás tuviera sed. También agua era, la que agitándose
misteriosamente, sanaba y curaba a los enfermos en la Piscina de Siloé. Con
agua lavó los pies a sus amigos en la Ultima Cena, y ya en la Cruz gritó: ¡Tengo
Sed!, aunque pienso, mi querida niña, que esa “Sed” esta vez no era del agua que
conocemos…
Margarita se removió inquieta entre los brazos de su abuela, y preguntó con más
curiosidad aún:
-- Pero abuela… ¿de qué está hecha el agua?
-- Margarita, niña mía – contestó Teresa – el agua está hecha de cristal líquido,
de luz licuada, de espejos maleables, de tres corazones tan firmemente unidos y
entrelazados, que forman un solo corazón que palpitando al unísono crean el
milagro del agua. Los científicos, los hombres y mujeres de ciencia dirían que el
agua está compuesta de H2O, así, tan fríamente. Pero escúchame bien
Margarita, el agua es mucho más que eso, es más valiosa que el oro y las piedras
preciosas, pues si tuvieras esto en abundancia, y no dispusiera de agua, de nada
te serviría esa riqueza, morirías de sed. Sin agua, la tierra sería un erial, roca
resquebrajada, un mar de ardientes dunas de reseca arena.
Guardaron unos minutos de silencio. Solo se escuchaba el cambiante rumor de
la cascada. Pero Margarita inquieta, preguntó intrigada una vez más:
-- Pero abuelita … ¿Porqué es tan rara el agua? ¿Por qué es así?
-- ¡Ay, Margarita! – suspiró sonriendo la abuela Teresa – Si que es rara, si… Y
es por eso que es única y especial. Fíjate lo dúctil, maleable y ágil que es, no
puedes agarrarla con tu mano, no puedes enredarla entre los dedos, se va, se
escapa… Sin embargo, ella puede transformarse en vapor, en gas, ser tal ligera
que sube y trepa por el aire a las alturas, y allí se hace nube, y viaja por allí
arriba empujada por las corrientes de aire, mecida así por el viento, luego puede
condensarse y hacerse lluvia, granizo o copo de nieve... ¿sabes que ningún copo
de nieve es igual a otro? Sus formas exagonales son como bellísimas flores
blancas y frías que bailan, danzan y vuelan antes de caer sobre la tierra. Un
copo de nieve, es geometría sagrada, es una ecuación divina es…como la flor de
la vida. La lluvia que desciende de las masas algodonosas de las nubes, sacia la
tierra, la hace fértil, hace que los ríos canten, que fluyan los arroyos, que manen
las fuentes, y limpia el aire, purificándolo. El agua puede permanecer por
milenios, por millones de años convertida en hielo, gigantescas masas de hielo
que se acumulan en los polos de la tierra, en los glaciares, en las nieves
perpetuas de las más altas montañas… El agua, a través de sus infinitos y
constantes ciclos hídricos en el tiempo, pasa cientos de veces por los mismos
lugares, por lo que el agua de hoy puede que sea el agua de hace siglos, igual
que la de hoy será la de un lejano mañana…
La abuela Teresa apretó contra sí a su nieta, la besó en la frente, y fijando la
mirada en la catarata de agua prosiguió.
 También has de saber querida Margarita, que el agua es la mejor conductora
de la electricidad y del sonido, y según se sabes hasta ahora, el primer
disolvente universal. El agua tiene la maravillosa y misteriosa capacidad de
grabar y llevar en sí, en su moléculas lo que podríamos llamar “memoria del
agua”, los pensamientos, los sentimientos y las emociones de los humanos,
pero también de alguna forma guarda la huella y el recuerdo de los lugares
donde estuvo o por donde pasó. ¡Tanto ha viajado que es un infinito archivo
de sabiduría! La Mar, ese mundo paralelo habitado por los peces, es a la
Tierra, lo que la sangre para el cuerpo humano. Su composición es tan
parecida que tal vez solo varíen en el color: Una Azul, la otra Roja. Las
aguas de mares y océanos, con todas las aguas subterráneas y en superficie
de tierra, conforman el setenta por ciento del planeta; igualmente en
nosotros, la sangre y otros fluidos corporales (agua al fin) son el setenta por
ciento del cuerpo. Ya ves, la proporción es similar. Y es verdad que el agua
es rara, si, mi querida niña, pero sin ella es imposible la vida, tal vez por eso
es tan rara, porque es la vida misma. Hasta tal punto es preciosa y valiosa
que se le suele llamar el “Oro Azul”. Es por todo eso que hay que respetarla,
amarla, y cuidarla, para que se mantenga limpia, transparente, potable. Para
que sea útil a la tierra, a las plantas, a los animales y a la humanidad. Es un
crimen ensuciar y corromper las aguas con vertidos tóxicos, envenenarla con
productos químicos, no usarla debidamente y malgastarla. Las aguas, todas
las aguas, son patrimonio sagrado de la humanidad. Es verdad que todos los
seres humanos tienen derecho al agua, pero también tienen la obligación de
cuidarla, de preservarla, de administrarla con equidad y usarla con lucidez y
conciencia.
Margarita hija, ¿te has fijado en esa cascada? ¿Cuántos cientos de miles de litros
han salido de ella y marchado río abajo alegremente mientras estábamos aquí?
¿A dónde irán? ¿Qué uso le darán a esas aguas los seres humanos cuando
lleguen a sus manos? De aquí van frescas, limpias, transparentes ¿Cómo y donde
acabarán? En fin, ya ves que maravilloso regalo nos da la naturaleza, la duda es
si seremos capaces de ser responsables con ese regalo y honrarlo debidamente,
porque si acabamos con su pureza, con su bondad, acabaremos también con
nuestras vidas, porque somos agua, y en todo lo que existe el agua está
presente…
Teresa guardó silencio, miró el reloj y exclamó:
-- ¡Oye mi niña, se nos hace tarde! Es hora de irnos cariño. Papá y mamá nos
esperan con un buen almuerzo, así que vamos. Es hora de regresar. Vendremos
de nuevo otro día, y hablaremos de otras muchas cosas… ¡De lo que tú quieras!
Descargar