Circular nº 10 Queridas hermanas: Un año más nos disponemos a celebrar la fiesta de nuestra Titular y de nuevo volvemos a experimentar y recordar la Presencia de nuestra Madre en la Congregación, y su amparo y Patrocinio a lo largo de nuestra historia. La vivencia mariana es uno de los rasgos carismáticos que más nos identifican en la Iglesia, esta vivencia que se ha transmitido en todos los momentos de nuestra historia y que hemos recibido como legado congregacional no ha sido fruto de esfuerzo humano o de cualidades personales, ha sido cuestión de Gracia. Nuestra historia congregacional ha vivido siempre bajo la mirada amorosa de nuestra Madre, Estrella y Norte, Amparo y Guía "protección segura y misericordia desbordante". Nuestra espiritualidad mariana recorre y fortalece nuestro estilo de vida en el seguimiento de Cristo, ya que ésta no es sólo una devoción piadosa sino que nos lleva a vivir desde sus actitudes, así nos lo recuerda la H. Marina: "Para el cumplimiento de la devoción a Ntra Madre y Señora, es bien mirar y remirar las virtudes de esta Soberana Emperatriz y procurar imitarla, porque será cosa lastimosa seamos sólo en el nombre sus hijas y pues que todas las virtudes se hallan en esta Señora superior a la de todos los santos y justos (descontando las de su Hijo santísimo) razón es que le pidamos nos alcance su imitación en todas ellas y especialmente en estas cuatro: Pureza angélica, Amor seráfico, rendida Obediencia y profunda Humildad", ... todo un programa de vida y un camino espiritual que nos tiene que identificar como Hijas del Patrocinio de María. Que este camino sea una propuesta y un estilo de vida evangélico para todas las personas que participan de nuestro Carisma y misión. Es día de celebrar y agradecer la Protección amorosa de nuestra Madre. Que Ella nos bendiga, a su patrocinio nos acogemos. Un fuerte abrazo. Antonia García HPM