Grupos de oración teresiana TALLER DE ORACION Preparado por los GOT de Burgos DIOS EN DIÁLOGO EL ENCUENTRO NOSOTROS CON DIOS EN JESÚS, EL MAESTRO DE ORACIÓN EL MILAGRO DE LA VIDA FRUTOS PARA LA HUMANIDAD SEGOVIA, 4 DE DICIEMBRE DE 2010 1 TALLER DE ORACIÓN DESDE EL IDEARIO GOT Encuentro GOT – Segovia 2010 Un taller: Un trabajo de todos, poniendo los dones que hemos recibido de Dios para una filigrana de su gracia. A partir del ideario: Desmenuzando nuestro estilo de orar y de vivir. Lo que pasó en una carpintería: Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos". La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. 2 Primer grupo: DIOS EN DIÁLOGO Hoja de ruta Símbolo y gesto: La Palabra, que se hizo diálogo, en medio. Con los ojos cerrados, todos escuchan el nombre y el lugar de donde viene cada uno de los presentes. Motivación: “Es menester ir bien fundadas” (C 5,2), porque “de devociones a bobas nos libre Dios” (V 13,16). La escuela de oración es importantísima. Los GOT no pueden ser espacios de ignorancia cómoda. ¿Qué importancia das a la formación como base para tu vida de oración? ¿Qué haces para formarte mejor? Cuando la Palabra se hizo diálogo. Dios, rebosante de Palabra, se pone en éxodo para decirnos su misterio; aparecen la bondad y la ternura. Todo don parte de Dios. Todo es gracia. Prólogo de Juan: “En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios… y la Palabra se hizo carne” (Jn 1,1.14). “A cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios” (Jn 1,12). “A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer” (Jn 1,18). Audición: La Palabra se hizo humanidad (Carmen Cañada). La Palabra en la Iglesia: Regalo del Espíritu - “El hombre ha sido creado en la Palabra y vive en ella; no se entiende a sí mismo si no se abre a este diálogo” (VD 22). - “Dios habla a los hombres como amigos y trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía” (DV 2). “El Dios que habla nos enseña cómo podemos hablar con Él” (VD 24). - “Envió a su Hijo, la Palabra eterna, que alumbra a todo hombre, para que habitara entre los hombres y les contara la intimidad de Dios” (DV 4). “María es símbolo de la apertura a Dios y a los demás; escucha activa, que interioriza, asimila, y en la que la Palabra se convierte en forma de vida” (VD 27). - “La Iglesia siempre ha venerado la sagrada Escritura, como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo” (DV 21). - “Que se multipliquen los ministros de la Palabra capaces de ofrecer al pueblo de Dios el alimento de la Escritura, que alumbre el entendimiento, confirme la voluntad, encienda el corazón en amor a Dios” (DV 23). “Recuerden que a la lectura de la Sagrada Escritura debe acompañar la oración para que se realice el diálogo de Dios con el hombre, pues a Dios hablamos cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras” (DV 25). ¿Qué te ha llama la atención? Elaborad un slogan para los GOT. Ecos de la Palabra en el Carmelo (dos textos solamente): “Comunícase Dios en esta interior unión al alma con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de amigo que se le compare; porque aun llega a tanto 3 la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma, ¡oh cosa maravillosa y digna de todo pavor y admiración!, que se sujeta a ella verdaderamente para la engrandecer, como si él fuese su siervo y ella fuese su señor. Y está tan solícito en la regalar, como si él fuese su esclavo y ella fuese su Dios ¡Tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!” (CB 27,1). “Comenzóme mucho mayor amor y confianza de este Señor en viéndole, como con quien tenía conversación tan continua. Veía que, aunque era Dios, que era hombre, que no se espanta de las flaquezas de los hombres, que entiende nuestra miserable compostura, sujeta a muchas caídas por el primer pecado que Él había venido a reparar. Puedo tratar como con amigo, aunque es señor” (V 37,5). Ejercicio de comunicación de los amigos de orar. Cuando compartimos y comunicamos la vida, cuando hablamos de lo más nuestro, de lo que da sentido a todo lo demás, de nuestra experiencia de Dios, entonces crecemos en vida. ¿Cómo andamos de comunicación en los GOT? ¿Qué nos comunicamos? Texto sobre el que dialogar: ¿Qué valor das al silencio en relación con la Palabra? Recuerda lo que decía san Juan de la Cruz: “Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma” (Dichos de Luz y Amor 104). “Bastantes intervenciones de los Padres sinodales han insistido en el valor del silencio en relación con la Palabra de Dios y con su recepción en la vida de los fieles. En efecto, la palabra sólo puede ser pronunciada y oída en el silencio, exterior e interior. Nuestro tiempo no favorece el recogimiento, y se tiene a veces la impresión de que hay casi temor de alejarse de los instrumentos de comunicación de masa, aunque solo sea por un momento. Por eso se ha de educar al Pueblo de Dios en el valor del silencio. Redescubrir el puesto central de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia quiere decir también redescubrir el sentido del recogimiento y del sosiego interior. La gran tradición patrística nos enseña que los misterios de Cristo están unidos al silencio, y sólo en él la Palabra puede encontrar morada en nosotros, como ocurrió en María, mujer de la Palabra y del silencio inseparablemente. Nuestras liturgias han de facilitar esta escucha auténtica: Verbo crescente, verba deficiunt. Este valor ha de resplandecer particularmente en la Liturgia de la Palabra, que «se debe celebrar de tal manera que favorezca la meditación». Cuando el silencio está previsto, debe considerarse «como parte de la celebración». Por tanto, exhorto a los pastores a fomentar los momentos de recogimiento, por medio de los cuales, con la ayuda del Espíritu Santo, la Palabra de Dios se acoge en el corazón (VD 66). Hacia la creatividad y el intercambio de dones. ¿Cómo decir algo de lo vivido en el taller, de forma creativa, al grupo grande? Algo que nos sirva a todos para tener un estilo de oración y de vida con sabor al evangelio de Jesús. 4 Segundo grupo: EL ENCUENTRO CON DIOS EN NOSOTROS Hoja de ruta Símbolo y gesto: Icono de María en medio del grupo. A medida que cada participante en el taller dice su nombre, va uniendo sus manos a las de los demás para hacer un grupo en amistad. Motivación: Convocamos a la vida desde dentro, dándole profundidad y poniéndola ante el Misterio de Dios. En la tienda del Abrahán, bajo la encina de Mambré, más allá de la risa escéptica de Sara, acontece el encuentro con Dios, el peregrino que da fecundidad a toda vida. La oración es un encuentro entre Dios y nosotros, que acontece en la interioridad entendida como verdad de nuestra vida. Sin vida, no hay oración; sin cimiento, no se puede construir una casa. Sin verdad de vida, aunque sea pobre, no hay oración. Ser lo que somos, con lo que llevamos de fortaleza, de debilidad, de posibilidades, ésa es la clave. Pero “hace falta una heroica humildad para ser uno mismo y no otro” (T. Merton). No es tarea fácil. “Hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio ni parece que pueden entrar dentro de sí” (Moradas 1,1,6). Escoge una de estas preguntas que tuvieron lugar en los inicios y rúmiala durante unos instantes. “¿Dónde estás?” (Gn 3,8-9), “¿qué buscas?” (Jn 1,38), “¿cuál es tu nombre?” (Mc 5,9), “¿de dónde vienes y a dónde vas?” (Gn 16,8), “¿qué te pasa?” (Gn 21,17). Después, pon en común lo que te ha sugerido. Jesús vive con fuente dentro. Jesús encuentra la fuerza y la ternura para ir al encuentro de los perdidos en el encuentro con el Compasivo. De noche, de madrugada, en los apartes que hace a cualquier hora, en el corazón mismo de la vida, en los encuentros con la muerte y las heridas de tantos orillados… busca el encuentro con su Abbá. “Para que haya fuentes en el desierto, tiene que haber pozos escondidos en la montaña” (Abbé Pierre). “Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle. Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: Este recibe a los pecadores y come con ellos. Entonces les propuso esta parábola: ¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se perdió hasta encontrarla? Y, cuando la encuentra, la pone, gozoso, sobre sus hombros, y, al llegar a casa, convoca a los amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me perdió. Os digo que, del mismo modo, habrá en el Cielo mayor alegría por un pecador que hace penitencia que por noventa y nueve justos que no la necesitan” (Lc 15,4-7). Señala los aspectos relacionados con el encuentro que más te llaman la atención en esta parábola. Teresita: La mujer del Dios de la ternura o la lluvia de rosas No comprendo, hermano, cómo puede usted dudar de su entrada inmediata en el cielo si los infieles le quitasen la vida. Yo sé que hay que estar muy puros 5 para comparecer ante el Dios de toda santidad, pero sé también que el Señor es infinitamente justo. Y esta justicia, que asusta a tantas almas, es precisamente lo que constituye el motivo de mi alegría y de mi confianza. Ser justo no es sólo ejercer la severidad para castigar a los culpables, es también reconocer las intenciones rectas y recompensar la virtud. Yo espero tanto de la justicia de Dios como de su misericordia. Precisamente porque es justo, «es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Pues él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles...». Al escuchar, hermano, estas hermosas y consoladoras palabras del profeta rey, ¿cómo dudar de que Dios pueda abrir las puertas de su reino a esos hijos suyos que lo han amado hasta sacrificarlo todo por él, que no sólo han dejado su familia y su patria para darle a conocer y hacerlo amar, sino que incluso desean entregar su vida por el que aman...? ¡Jesús tenía mucha razón cuando decía que no hay amor más grande que ése! ¿Cómo, pues, se va a dejar vencer él en generosidad? Esto es, hermano mío, lo que yo pienso acerca de la justicia de Dios. Mi camino es todo él de confianza y de amor, y no comprendo a las almas que tienen miedo de tan tierno amigo. A veces, cuando leo ciertos tratados espirituales en los que la perfección se presenta rodeada de mil estorbos y mil trabas y circundada de una multitud de ilusiones, mi pobre espíritu se fatiga muy pronto, cierro el docto libro que me quiebra la cabeza y me diseca el corazón y tomo en mis manos la Sagrada Escritura. Entonces todo me parece luminoso, una sola palabra abre a mi alma horizontes infinitos, la perfección me parece fácil: veo que basta con reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en los brazos de Dios. Dejando para las grandes almas y para los espíritus elevados esos brillantes libros que yo no puedo comprender, y menos aún poner en práctica, me alegro de ser pequeña, pues sólo los niños y los que se hacen como ellos serán admitidos al banquete celestial. Me alegro enormemente de que en el reino de Dios haya muchas moradas, porque si no hubiese más que ésa cuya descripción y cuyo camino me parecen incomprensibles, yo no podría entrar en él. ¿Qué destacas en esta carta de santa Teresita al misionero P. Roulland? Ejercicio de comunicación de los amigos de orar. Cuenta a los amigos del grupo algún encuentro que has tenido en tu vida y que te ha dejado marcado. Hacia la creatividad y el intercambio de dones. ¿Cómo decir algo de lo vivido en el taller, de forma creativa, al grupo grande? Algo que nos sirva a todos para tener un estilo de oración y de vida con sabor al evangelio de Jesús. 6 Tercer grupo: JESÚS, EL MAESTRO DE ORACIÓN Hoja de ruta Símbolo: Icono de Jesús, rodeado de rostros de jóvenes simbolizando el Encuentro Mundial de la Juventud en Madrid. Motivación: El verdadero maestro de oración es Jesús. En los GOT oramos porque Jesús oró, como Jesús oró, para la que oró Jesús. Él es libro vivo que nos enseña en el camino. ¿Hasta qué punto la vida y la oración de Jesús son la máxima referencia para tu vida y para tu oración? Testigos de Jesús, encontrados en los cruces de los caminos: Teresa, la de Jesús: “¡Oh hermosura que excedéis a todas las hermosuras!” Juan de la Cruz, juglar de Cristo: “Mi Amado”, “noche sosegada, música callada, soledad sonora, cena que recrea y enamora”, “Cristo es mío y todo para mí”. Teresita, la mujer del abandono confiado, trazó con un punzón en la pared de su celda los rasgos de su amor: “Jesús tú eres mi único amor”. Isabel de la Trinidad, la mujer a la que se le despertó la alabanza de gloria al saberse habitada por el misterio de la Trinidad, grabó en el crucifijo de su profesión: “Es Cristo quien vive en mí”. Edith Stein, testigo de Dios en la noche, confesó en la juventud de su vida: “La vida me había tirado por tierra, pero después del encuentro con Cristo, tomé la vida agradecidamente”. Catalina, una joven coreana: “En mi camino de búsqueda, he conocido a Cristo y me ha parecido una persona excepcional. Pero no entiendo por qué tiene que ser él el centro de mi vida. Yo quisiera seguir buscando. He oído hablar del Carmelo; me han dicho que los que viven esa espiritualidad encuentran el sentido de su vida, el gozo y la libertad, en Cristo. Me gustaría entrar en contacto con los que viven así y tener alguna respuesta. Gracias”. Elena y Gustavo, jóvenes padres de Marcos, burgaleses, en el día del bautismo de éste: “¡Qué alegría! ¡Qué ganas tenemos de ir mostrando a nuestro hijo la belleza de nuestra fe, la alegría que supone conocer y amar a Cristo”! Carmen, joven enfermera riojana, apasionada por Cristo: “Nadie me ha hablado al corazón como Cristo. Él marca el ritmo de mi vida joven. Ya no quiero estar sin Él. Cristo me hace vivir”. Matías, un joven carmelita paraguayo, antes de recibir el diaconado: “Me amó y se entregó por mí” (Gal 2,20). Lema de Obdulio, otro joven carmelita paraguayo, para el día de su profesión: “Quien de verdad comienza a servir al Señor, lo menos que le puede ofrecer es la vida” (C 12,2). ¿Qué te llama la atención de estos testimonios? Jesús enseña a orar a sus discípulos (Mt 6,7-15) “En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: ‘Cuando recéis no uséis muchas palabras como los paganos, que se imaginan que por hablar mucho 7 les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que se lo pidáis. Vosotros rezad así: Padre nuestro del cielo; santificado sea tu nombre; venga tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy el pan nuestro, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas” ¿Qué enseña Jesús: una enseñanza o la experiencia del Abbá? ¿Qué te llama la atención en esta manera que tiene Jesús de enseñar? ¿No te parece que toda la vida de Jesús consistió en mostrar a sus amigos la experiencia del Abbá que llevaba dentro? La humanidad de Jesús en el c. 22 del libro de la Vida Había sido yo tan devota toda mi vida de Cristo…Y así siempre tornaba a mi costumbre de holgarme con este Señor, en especial cuando comulgaba. Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera. ¿Es posible, Señor mío, que cupo en mi pensamiento ni una hora que Vos me habíais de impedir para mayor bien? ¿De dónde me vinieron a mí todos los bienes sino de Vos? Tengo para mí que la causa de no aprovechar más muchas almas y llegar a muy gran libertad de espíritu, cuando llegan a tener oración de unión, es por esto. Paréceme que hay dos razones en que puedo fundar mi razón, y quizá no digo nada, mas lo que dijere helo visto por experiencia, que se hallaba muy mal mi alma hasta que el Señor la dio luz; porque todos sus gozos eran a sorbos, y salida de allí, no se hallaba con la compañía que después para los trabajos y tentaciones. La una es, que va un poco de poca humildad tan solapada y escondida, que no se siente. Y ¿quién será el soberbio y miserable, como yo, que cuando hubiere trabajado toda su vida con cuantas penitencias y oraciones y persecuciones se pudieren imaginar, no se halle por muy rico y muy bien pagado, cuando le consienta el Señor estar al pie de la Cruz con San Juan? No sé en qué seso cabe no se contentar con esto, sino en el mío que de todas maneras fue perdido en lo que había de ganar. Pues si todas veces la condición o enfermedad, por ser penoso pensar en la Pasión, no se sufre, ¿quién nos quita estar con El después de resucitado, pues tan cerca le tenemos en el Sacramento, adonde ya está glorificado, y no le miraremos tan fatigado y hecho pedazos, corriendo sangre, cansado por los caminos, perseguido de los que hacía tanto bien, no creído de los Apóstoles? Porque, cierto, no todas veces hay quien sufra pensar en tantos 8 trabajos como pasó. Hele aquí sin pena, lleno de gloria, esforzando a los unos, animando a los otros, antes que subiese a los cielos, compañero nuestro en el Santísimo Sacramento, que no parece fue en su mano apartarse un momento de nosotros. ¡Y que haya sido en la mía apartarme yo de Vos, Señor mío, por más serviros! Que ya cuando os ofendía, no os conocía; ¡mas que, conociéndoos, pensase ganar más por este camino! ¡Oh, qué mal camino llevaba, Señor! Ya me parece iba sin camino, si Vos no me tornarais a él, que en veros cabe mí, he visto todos los bienes. No me ha venido trabajo que, mirándoos a Vos cuál estuvisteis delante de los jueces, no se me haga bueno de sufrir. Con tan buen amigo presente, con tan buen capitán que se puso en lo primero en el padecer, todo se puede sufrir: es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita. Muy muy muchas veces lo he visto por experiencia. Hámelo dicho el Señor. He visto claro que por esta puerta hemos de entrar, si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos. Así que vuestra merced, señor, no quiera otro camino, aunque esté en la cumbre de contemplación; por aquí va seguro. Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes. El le enseñará. Mirando su vida, es el mejor dechado. ¿Qué más queremos de un tan buen amigo al lado, que no nos dejará en los trabajos y tribulaciones, como hacen los del mundo? Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe sí. Miremos al glorioso San Pablo, que no parece se le caía de la boca siempre Jesús, como quien le tenía bien en el corazón. Yo he mirado con cuidado, después que esto he entendido, de algunos santos, grandes contemplativos, y no iban por otro camino. San Francisco da muestra de ello en las llagas; San Antonio de Padua, el Niño; San Bernardo se deleitaba en la Humanidad; Santa Catalina de Sena... otros muchos que vuestra merced sabrá mejor que yo. ¿Qué mensaje significativo has encontrado en el trozo que te ha tocado leer? Escoged entre todos un lema, que pueda servir a los GOT. Por ejemplo: “Bienaventurado quien de verdad le amare y siempre le trajere cabe sí”. Momento orante. Cada participante termina con una expresión orante dirigida a Jesús. Hacia la creatividad y el intercambio de dones. ¿Cómo decir algo de lo vivido en el taller, de forma creativa, al grupo grande? Algo que nos sirva a todos para tener un estilo de oración y de vida con sabor al evangelio de Jesús. 9 Cuarto grupo: EL MILAGRO DE LA VIDA Hoja de ruta Símbolo: Periódicos esparcidos por el suelo Motivación: Del “andaba lejos de ti y de mí”, que lamentaba Agustín, vamos al acercamiento a la propia vida y a mirarla con cariño y atención, para descubrir en ella al Dios que vive dentro. Pero Dios no solo está en nuestra vida, también está en la vida de los demás, en la vida de la humanidad, en la creación. “Y yéndolos mirando, con sola su figura, vestidos los dejó de hermosura”. La mística verdadera consiste en descubrir que Dios está en el corazón de la vida, tiene su casa en la vida, con sus dolores y gozos, con sus trajines y descansos. Para encontrar a Dios tenemos que reconciliarnos con nosotros, con nuestro tiempo, con la historia. “Permitamos que el tiempo venga a buscarnos, en vez de luchar contra él” (Miguel Delibes). “Nadie puede acercarse a ti que eres Inaccesible. Nadie puede comprenderse si Tú mismo no te das a él. Y, ¿cómo te me vas a dar Tú, si no me das primero a mí mismo? Y mientras yo estoy aquí en el sosiego de mi silencio y de mi contemplación, Tú me respondes, Señor, en lo más profundo de mi ser” (Nicolás de Cusa). ¿Te parece que la oración debe estar conectada con la vida? ¿En qué sentido? ¿Cómo entra en tu oración la vida? Acércate a tu vida Hazlo con una frase del salmo 138, repetida varias veces. Señor, tú me sondeas y me conoces. Todas mis sendas te son familiares. Me cubres con tu palma. ¿Adónde escaparé de tu mirada? Tú has creado mis entrañas. Me has tejido en el seno materno. Sondéame y conoce mi corazón. Guíame por el camino eterno. Un relato "Señor Dios, he pasado la vida buscándote. He preguntado tu nombre y dirección. Quiero saber dónde vives. Deseo encontrarte y hablar contigo. Pero me han dado nombres y direcciones, que no me han llevado precisamente a Ti. Dios mío: ¿dónde habitas? Algunos me han dicho que estás en los grandes templos, en las grandes iglesias. Me han repetido: «Su nombre es Dios, el Altísimo». He ido a esos lugares, pero no te he encontrado. Solo he visto hermosas piedras, y personas que afirmaban saberlo todo acerca de Ti. Sin embargo, por más que yo lo deseaba, no he logrado creer. El corazón me decía: ¡Dios no es así! No encontré en medio de ellos ni justicia ni amor. 10 Otros me decían que Tú estabas en los grupos insumisos, esos que viven en la sombra. «Su nombre es Dios Vengador y justiciero», me decían sin cesar. Me acerqué a ellos y me quedé en la duda. Encontré gente estupenda, pero no hallé ni la humildad ni la libertad de la que tanto hablan. Así que proseguí la búsqueda de tu morada, de tu presencia. Cansado y sudoroso de tanto caminar, me detuve ante la casa de un pobre. Estaba sentado en la acera, frente a su casucha, para disfrutar el aire fresco del atardecer. Le pregunté por tu nombre y dirección. El me respondió: «Amigo, perdona mi ignorancia. Me llamo Severino. No sé darte ninguna información. Pero entra conmigo y descansa un poco. Tienes aspecto de andar dando vueltas, cansado. Quédate aquí conmigo: ¡estás en tu casa!». Entré y me quedé. ¡Aún estoy allí! Ignoro si tú habitas en la casa de Severino. El me ha dicho que no te conoce. Pero junto a él he hallado paz y humildad, participación y perdón, solidaridad y lucha por la justicia. He dado con la libertad verdadera. Dime, Señor: ¿Es en la casa de este pobre donde te escondes? No puede ser de otro modo. En efecto, él no se presenta como un profesor y, sin embargo, ¡cuántas cosas me ha enseñado! No posee nada, pero me ha dado todo aquello que necesitaba. Dice que es un ignorante, aunque sabe mucho más que yo. Es débil y carece de medios, con todo, en su lucha por la justicia, nadie hasta ahora ha conseguido derrotarlo. Vive lleno de sufrimientos, pero ¡nunca he contemplado tanta alegría! Vive luchando y, sin embargo, no hace más que contagiar su paz. Si no fuese ésta tu morada, Señor, ya no sabría donde más buscarla. Aquí encuentro y recibo lo que andaba buscando. Y aquí permanezco lleno de gratitud, hasta que me indiques otra dirección mejor. Espero sólo que un día me reveles tu nombre. Amén". ¿Qué te llama la atención de esta oración de un peregrino? La importancia de los guías para el camino Los guías son presencias alentadoras, ayuda inestimable, para los buscadores de Dios no se pierdan en el camino. Los guías enseñan a volar, para que los orantes vuelen como águilas y no anden como pollos trabados. Santa Teresa buscó quien la entendiera y le ayudara a entablar ese misterioso lenguaje con Dios, que es la oración. Estos guías la ayudaron a orar desde la vida, con la vida, para la vida. “Es gran trabajo, si no hay quien la entienda; y esle gran gusto verse pintada” (V 14,7). “Porque he yo pasado mucho y perdido harto tiempo por no saber qué hacer y he gran lástima a almas que se ven solas cuando llegan aquí” (V 14,7). ¿Quién te ha enseñado a orar? Hacia la creatividad y el intercambio de dones. ¿Cómo decir algo de lo vivido en el taller, de forma creativa, al grupo grande? Algo que nos sirva a todos para tener un estilo de oración y de vida con sabor al evangelio de Jesús. 11 Quinto grupo: FRUTOS PARA LA HUMANIDAD Hoja de ruta Símbolo y gesto: Semillas de trigo. Un abrazo de paz, de acogida a todos los del grupo. Motivación: El terreno santo de la vida. El Espíritu nos lleva a la vida. La vida es la forma de dar voces para hablar de quien tanto nos ama. ¡Sorprendente! Hablar de Dios es hablar de las cosas, de las personas. Lo que habla de la oración es un modo de ser humanos. Se sigue repitiendo el misterio de la Encarnación. Dios se asoma en las obras, que dan gloria a Dios. De ahí la importancia del humanismo teresiano. La experiencia de la Trinidad forja personas nuevas, contemplativas, libres y liberadoras, entregadas al servicio, viviendo desde el Espíritu, sanadas, renovadas interiormente e integradas en toda su realidad humana y espiritual. Sin pasión por la humanidad, ¿qué son los GOT? Sin compasión y sin ternura, ¿qué son los GOT? Sin obras, ¿qué son los GOT? “Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt 5,16). “Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu” (2Cor 3,18). “¡Cuánto queréis a los hijos de los hombres!, que el mayor servicio que se os puede hacer es dejaros a Vos por su amor y ganancia y entonces sois poseído más enteramente” (Exclamaciones II). “La gloria de Dios es que el hombre viva” (San Ireneo). “Mías son las gentes… porque Cristo es mío y todo para mí” (San Juan de la Cruz). ¿Qué te parece todo esto? ¿Te sorprende? ¿Es ésta tu manera de pensar? Ejercicio de comunicación de los amigos de orar. Cuando compartimos y comunicamos la vida, cuando hablamos de lo más nuestro, de lo que da sentido a todo lo demás, de nuestra experiencia de Dios, entonces crecemos en vida. ¿Cómo sabemos que nuestra oración es verdadera? Testimonio Los frutos de la oración de los GOT: don y tarea 12 Una manera de pensar y de amar nuevas. Ya no vemos a los demás desde nuestra cortedad sino desde el Reino. Así somos signo visible de la comunión con Dios y con los hermanos. Con un profundo respeto a las personas y a las cosas, con una capacidad nueva para mirar la vida. No queremos dominar, sino ser como “el pobre que ama” (Simeón el Teólogo). Esto nos hace hombres y mujeres muy humanos Un estilo de vida ensanchado, donde se puede respirar y vivir con libertad. No al encogimiento y al miedo. Hemos nacido en antropologías positivas llenas de luz (“Todas mis fuentes están en ti”). Con límites, pero repletos/as de bendición. Esto nos hace hombres y mujeres de comunión. Una vida teologal: Dios cree en mí, espera en mí, me ama. Con muy poquito de nuestra parte puede empezar la fiesta. Con Él en medio, lo pequeño tiene una fuerza increíble, ocasiona alegrías inesperadas. Es la fuerza de lo pequeño, de los pequeños detalles, de los pequeños gestos, de las miradas, de las palabras que se dan entre nosotros. Esto nos hace hombres y mujeres de experiencia de Dios. Una solidaridad hacia los más débiles. Nuestro tú: los débiles; nuestra belleza: los débiles; nuestra pasión: los débiles. Esto nos hace hombres y mujeres fascinados por la belleza de cada ser humano. Una capacidad de profecía. Al señalar lo nuevo que quiere nacer, al abrir espacios, al plantear nuevas cuestiones, al soñar juntos los sueños de Dios para el mundo, al inventar nuevos caminos que, indirectamente, denuncian lo viejo y deben morir, surgen la inestabilidad y los conflictos. Esto nos hace hombres y mujeres apasionados por el Reino. Una solidaridad profunda con todos, porque ya se ha secado la fuente del egoísmo. “Sueños que se sueñan solo, son vana ilusión. Sueños que se sueñan juntos, son revolución” (H. Cámara). Esto nos hace hombres y mujeres de compasión, amigos de la vida Abandono confiado. “Sé de quién me he fiado” (Tim 1,12). Si nos apoyamos en nuestras razones, endurecemos la realidad y quien la endurece, la pierde. Esto nos hace hombres y mujeres de esperanza Señala dos estos frutos, a los que te está llevando la oración Así iba Jesús por los caminos, después de haber orado al Abbá: Un día por las montañas apareció un peregrino apareció un peregrino. Se fue acercando a las gentes, acariciando a los niños acariciando a los niños Iba diciendo… por los caminos: "Amigo soy… soy amigo". Sus manos no empuñan armas, sus palabras son de vida, sus palabras son de vida. Y llora con los que lloran y comparte la alegría, y comparte la alegría 13 Iba diciendo… por los caminos: "Amigo soy… soy amigo". Reparte el pan con los pobres, a nadie niega su vino, a nadie niega su vino. Y está junto a los que buscan y consuela a los mendigos, y consuela a los mendigos Iba diciendo… por los caminos: "Amigo soy… soy amigo". Y los hombres que lo vieron contaban a sus vecinos contaban a sus vecinos. Hay un hombre por las calles que quiere ser nuestro amigo, que quiere ser nuestro amigo. Iba diciendo… por los caminos: "Amigo soy… soy amigo". Iba diciendo… por los caminos: "Amigo soy… soy amigo". ¿Con qué frase te identificas? Hacia la creatividad y el intercambio de dones. ¿Cómo decir algo de lo vivido en el taller, de forma creativa, al grupo grande? Algo que nos sirva a todos para tener un estilo de oración y de vida con sabor al evangelio de Jesús. PUESTA EN COMÚN La última parte del taller se realiza en común. Cada grupo viene y comparte con los demás lo que ha preparado. Al final, todos, con las manos unidas, oran así: Hermano mío, que estás aquí a mi lado; hermana mía, con quien comparto, seguro, la tierra que pisamos; no es mucho, pero es lo esencial. Respetado sea tu nombre en todas las lenguas del mundo. Hagamos juntos una tierra que no explote a nadie; que a nadie relegue a los márgenes. Una tierra en la que todo aquello que es un regalo (el agua, el alimento, el viento, el suelo...) esté en manos de todos. Y de esta forma, el reino de Aquel al que llamamos Padre vaya viniendo a la tierra, al mar, a cada rincón donde un hermano se siente amado y dispuesto a amar. Que nuestro pan, hermano, sea el de hoy, y si hoy alguno de los dos no tiene pan, llame a la puerta del otro; tal vez nos quedemos con el estómago medio vacío, pero nunca con el corazón reseco; porque mi mesa es tu mesa, y mi casa no es mi casa: es casa de todos. Y perdóname si en algún momento todo esto se me olvida y de repente creo que nuestro Padre no es tan nuestro y es más mío; perdóname y ayúdame. Recuérdame entonces que el dolor del mundo es también mío, y que si voy diciendo que mi Padre es nuestro, no puedo volver mis ojos ni parar mis manos. Y no te preocupes: este pacto es mutuo; si yo en algún momento me siento ofendido por ti, te lo haré saber. De esta forma podemos construir de nuevo; que la forma de librar del mal a nuestra tierra es sintiendo sus males, y a partir de la vida compartida con el hermano... construir, caminar, amar. Así sea, hermano. Así sea, hermana. 14