MÁQUINAS DE ORDEÑAR Y RIESGO DE MASTITIS:

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MÁQUINAS DE ORDEÑAR Y RIESGO DE MASTITIS:
UNA TORMENTA EN LA PEZONERA
1
Graeme Mein , Douglas Reinemann2, Norman Shuring3 y Ian Ohnstad4
1 Sensortee (NZ), Werribee, Australia.
2 University of Wisconsin, Madison, Wisconsin
3 Westfalia-Surge, Naperville, Illinois
4 ADAS, Taunton, United Kingdom
De acuerdo a la tradición inglesa, una “tormenta en una taza de té” significa que un
tema particular ha salido de toda proporción. Esta singular interpretación inglesa se
puede aplicar a la pezonera y a la garra dada que los efectos de la máquina de
ordeñar sobre las mastitis usualmente son más pequeñas y menos importante que los
efectos del manejo del ordeño, manejo del rodeo y las características del pezón o la
vaca. Sin embargo, el interior de una pezonera puede ser un lugar húmedo y ventoso
can cambios rápidos de presión y daño ocasional por “la tormenta”. Nuestro principal
propósito es explicar las dinámica de las interacciones entre el pezón y la pezonera, y
su posible contribución a tasas de nuevas infecciones en rodeos comerciales.
En 1987, cinco mecanismos principales relacionados con la máquina fueron
propuestas por la Federación Internacional de Lechería (IDF, siglas en inglés), un
Grupo de Expertos liderados por Jerry O´Shea (IDF 215, 1987). Estos mecanismos,
resumidos en el Cuadro 1, proveen un punta de partida conveniente. A pesar que la
mayoría de la información, sigue siendo relevante hoy en día, nueva información y
algunas nuevas perspectivas sobre información antigua están disponibles tanto para
fortalecer como para modificar las conclusiones del Grupo IDF.
Cuadro 1. Mecanismos relacionados con la máquina que potencialmente influyan sobre nuevas infecciones (IDF 215: 1987).
Modo de infección
1- Número cambiantes de bacterias sobre
el pezón u orificio del pezón
2- Provocando un cambio en la resistencia
del canal del pezón a la invasión bacteriana
Principales mecanismos relacionados con la máquina
Transferencia de bacterias de de:
Evidencia general importante
-Los desinfectantes disminuyen el número de
a-
Ambiente hacia el pezón
bacterias en la piel y orificio y disminuyen la
b-
Vaca a Vaca
tasa de nuevas infecciones.
c-
Pezón a Pezón (en una misma vaca)
- Los desafíos bacterianos experimentales
Aumento de las lesiones de la piel u orificio del pezón.
aumentan la tasa de nuevas infecciones.
Afectando:
*Las tasas de nuevas infecciones aumentan
a-
La integridad del canal del pezón
b-
Congestión y/ o edema del pezón.
por la remoción de queratina del canal del
pezón y por heridas visibles en el canal del
pezón.
* La nuevas infecciones aumentan cuando el
pulsado es inefectivo.
3- Proporcionado fuerzas que superen la
*Endotoxina, E, coli, han sido impulsada a
Causando impactos de:
resistencia del canal del pezón a la invasión
a-
Gotas microscópicas
bacteriana
b-
Gotas macroscópicas
c-
Tapones de leche
Efectos
de
inercia
través del canal del pezón.
*Escudos o válvulas reducen la tasa de nuevas
infecciones.
*Flujos de aire/ líquido a alta velocidad dirigidos
hacia la punta del pezón incrementan la tasa
de nuevas infecciones
Induciendo la penetración asociado con:
4- Disperando bacterias dentro de la ubre
a-
Eventos de presiones y/ o flujos de poca energía.
b-
Frentes de presión de alta energía
Dispersando patógenos desde.
Casi ninguna evidencia publicada.
*Pocas infecciones tienen lugar si las
a- El canal del pezón al seno del pezón
bacterias son situadas en el seno del
b- Seno del pezón al seno de la glándula y/ o
pezón si son cuidadosamente removidas
ductos..
pero las bacterias situadas dentro del seno
de la glándula frecuentemente causan
nuevas infecciones.
* En algunos experimentos el escurrido de
los pezones luego del ordeño reduce las
tasas de nuevas infecciones.
5- Frecuencia y/o grado de evacuación
de la ubre
Cambiando:
a- La susceptibilidad de la glándula a los
patógenos invasores
b- Concentración de patógenos en la punta del
pezón
c- Duración de la exposición a patógenos
*La tasa de nuevas infecciones son más
altas en vacas seca al comienzo del
período de seca
* El ordeño incompleto o la omisión de un
ordeño tiende a aumentar las nuevas
infecciones o manifestaciones clínicas.
1- Cambio del número de bacterias en el pezón u orificio del pezón.
Una excelente revisión sobre la importancia de los niveles de exposición a los
patógenos hecha por Dodd (1987) fue nuevamente publicada como un tributo a Frank
Dodd en un Boletín reciente del IDF (IDF 318:2003). Dodd realizó una lista con los
siguientes ejemplos para apoyar las conclusiones sobre como la frecuencia de nuevas
infecciones incrementa con un nivel elevado de exposición de los patógenos de
mastitis

Técnicas de higiene durante el ordeño disminuyen la exposición bacteriana y
también reducen la tasa de nuevas infecciones.

La reducción de los niveles de infección en los rodeos traen aparejado tasas
subsecuentemente más bajas de infección

Tasas de nuevas infecciones en cuartos completamente sin infección son más
bajas que en cuartos no infectados de vaca con uno o más cuartos infectados

La tasa de infección se incrementa cuando las lesiones de los pezones se
encuentran colonizadas con patógenos de mastitis.

Datos de experimentos de desafío artificial indican que las tasas de nuevas
infecciones son mayores que aquellas que normalmente tienen lugar en rodeos
sujetos a niveles habituales de exposición a patógenos.
El Dr Dodd, a su vez señalo que no todas estas observaciones demostraban una
relación directa (causal) entre una nueva infección y el nivel de exposición, pero que
sobre todo proveen evidencia para la probabilidad de una relación causal. Según
Smith (1997), la misma lógica se aplica a los estreptococos ambientales. Smith
concluye que “el grado de exposición representa el mayor riesgo para la mastitis a
estreptococos ambientales en los rodeos lecheros actuales y debemos aprender en
forma continua maneras de mantener a las vacas limpias, secas, frescas y
confortables”.
Mientras la correlación no necesariamente implica causalidad, acordamos que la
concentración del patógeno en el orificio del pezón o su cercanía tienen una influencia
dominante sobre la tasa de nuevas infecciones mamarias. Sin embargo los efectos
directos del funcionamiento (o mal funcionamiento)de la máquina de ordeñar sobre el
incremento del nivel de contaminación con patógenos en el orificio del pezón o en su
cercanía, probablemente sean bajos en relación a la influencia que tienen los
procedimientos de ordeño y el manejo del rodeo. Las fuentes más obvias de
contaminación cruzada dentro de la máquina son la garra y la pezonera. Sin embargo
la contaminación cruzada no necesariamente conduce a la aparición de nuevas
infecciones. Las tasas de nuevas infecciones a veces, han permanecido bajas en
presencia de un alto desafío bacteriano. Esto implica que existen otros factores aparte
de la simple transferencia de bacterias de un pezón a la piel de otro pezón de la
misma vaca o a la superficie externa de los pezones de otras vacas, que deberían ser
considerados.
2- Cambiando la resistencia del canal del pezón a la invasión bacteriana
Las conclusiones de la revisión del Grupo de Expertos de IDF sobre los efectos de la
apertura del pezón y la remoción de queratina, los efectos de factores de manejo como
el sobreordeño y los efectos de la máquina de ordeñar como el nivel de vacío y fallas
en el pulsado son bien conocidos. Sus conclusiones (IDF.215:1987) confirman el punto
de vista del Dr Dodd (1987) acerca que “ la principal manera, en que las máquinas de
ordeñar influirían sobre el nivel de exposición, es probablemente mediante el efecto
directo sobre la salud del canal y piel del pezón. A pesar que la mayoría de los
investigadores y especialistas en salud de la ubre estuvieron de acuerdo en este punto
de vista, ha sido ampliamente tenido en cuenta para ser aplicado principalmente para
patógenos contagiosos de mastitis.
Esta presunción parecería haber sido reforzada por la tendencia a principios de los
años 90 de usar solo patógenos contagiosos en ordeños experimentales involucrando
desafíos bacterianos altos.
Jane Lacey Hubert fue, quizás la primera en demostrar una clara conexión entre una
“falla” de la máquina de ordeñar y el riesgo elevado de una nueva infección por Strep
uberis, un organismo presumiblemente clasificado como ambiental. Ella informó una
tasa significativamente mayor de infecciones clínicas (7 Versus 0 en vacas control
apareadas)en vacas gemelas idénticas, sin pulsación y sujetas a un desafío bacteriano
de 2.8 * 109 ufc/ ml de Strept uberis (Lacy-Hubert, 1998). Jane sugirió que la reducción
de la tasa de remoción de la queratina, como el ordeño sin pulsado, conduce a una
reducción significativa de la tasa de crecimiento de la queratina.
Las revisaciones concienzudas de Woolford´s sobre el proceso de entendimiento de
los efectos de la máquina de ordeñar sobre la salud de la ubre incluye los siguientes
puntos acerca de la queratina del canal del pezón ( Woolford, 1995 y 1997).

Cerca de un 10-20% de las células maduras de queratina que revisten el canal
del pezón se pierden en un solo ordeño sin pulsado mientras que la apertura
mecánica del canal del pezón remueve hasta un 80% de la queratina.

Ambos tratamientos reducen la tasa de nuevas infecciones en relación al
ordeño con pulsado normal.

Cerca de un 40% de las células de queratina que revisten el canal del pezón se
pierden durante un solo ordeño con pulsado normal.

Estos resultados sugieren que la remoción regular de queratina durante el
proceso de ordeño es deseable, aunque el grado de remoción no debe ser
excesivo o muy poco. La depleción excesiva de queratina (80%) expondrá a las
células inmaduras de queratina, las cuales son menos efectivas atrapando y
deshaciéndose de bacterias.

Una depleción menor (10-20%) puede ser ineficiente en la remoción de las
capas superficiales de queratina con bacterias adheridas y puede demorar la
tasa de regeneración de la queratina.

La apertura y el cerrado cíclico de la pezonera promueva el fraccionamiento de
la queratina madura dentro del canal del pezón, incrementando de esta manera
las fuerzas de ruptura que actúan sobre la queratina durante el ordeño.

La limpieza periódica del canal durante el ordeño remueve suficiente queratina
(cercano al 40%) para remover cualquier bacteria atrapada dentro o adherida a
las capas superficiales de queratina.
Los resultados de Lacey- Hubert estimuló a uno del grupo (Mein) a revisar los
resultados originales de los estudios sobre fallas de pulsado conducidos en la Granja
Estatal de Investigación (State Research Farm), en Victoria, Australia (Mein et al,
1989). Durante estos experimentos de exposición natural, el incremento duplicado de
nuevas infecciones ordeñadas con pezoneras acortadas se debieron principalmente a
2 patógenos: Staph. aureus y Strept uberis.
A principios de la década de los 80, Staph aureus era el patógeno habitual de mastitis
en el rodeo de los establecimientos de investigación estatal; sin embargo el Strept.
uberis era poco común especialmente en la mitad de la lactancia. En retrospectiva, es
tentador concluir que el incremento de las infecciones a Strept. uberis puede deberse
a cambios en la punta del pezón resultantes de la falla parcial del pulsado utilizado
durante ese experimento.
Los efectos de la falla parcial o completa del pulsado sobre la condición del pezón, la
respuesta de los tejidos del pezón, el grado de apertura del canal del pezón o la
condición de la piel del pezón y el riesgo de nuevas infecciones intramamarias, ha sido
un tema recurrente desde un principio, en los estudios sobre máquina de ordeñar. Por
ejemplo, Neave (1959) declaró que “ mucha dificultad se experimento en el diseño de
una casquillo de cámara única con el objetivo de evitar lesiones en los pezones”. La
conclusión acerca que los casquillos de cámara única estaban asociadas con una
mayor incidencia de lesiones en los pezones le otorgó a Mein & Schuring (2003) su
primer y principal lección. Esta lección fue:

El ordeño exitoso es más fácil de conseguir mediante un casquillo de dos
cámaras que posea una pezonera de goma y pulsado efectivo.
El pulsado efectivo se obtiene cuando las acciones combinadas del pulsador y la
pezonera proveen un adecuada tasa ordeño/ masaje sobre el pezón, con óptimas
tasas de flujo de leche y mínimos cambios evidentes de los tejidos al final del ordeño.
El pulsado es inefectivo si los pezones son demasiado largos como para permitir el
colapso de la pezonera por debajo del mismo ( Mein et al 1983), o demasiado cortos
como para ser comprimidos por la pezonera en fase de masaje (colapsada)(Hamman
et al. 1994; Rasmussen et al. 1998). Ejemplos de los cambios inducidos por la
máquina sobre la condición del pezón se presentan en el material del Teat
Internacional Club (ej: Mein et al. 2001) y está disponible a través del Consejo
Nacional de Mastitis (NMC).
Los resultados de estudios, tanto realizados en rodeos de experimentación como de
observaciones a campo, confirman que, si el pulsado es efectivo, las tasas de nuevas
infecciones usualmente permanecen bajas, a pesar de la puesta en marcha de otras
prácticas o ajustes de la máquina considerados riesgosos o indeseables. Mein et al
(1986) sugirieron que el sobreordeño conduce a la aparición de mayor número de
lesiones e infecciones en los pezones cuando, y quizás solamente, está presente
conjuntamente algún tipo de falla en el pulsado. Sin embargo dicha sugerencia fue una
simplificación exagerada como veremos en la próxima sección.
Una tormenta en la pezonera: algunos factores de riesgo para el “daño ocasional
causado por la tormenta”
Resumiendo la sección 2, el riesgo de aparición de nuevas infecciones por patógenos
contagiosos así como por ambientales, como Strept uberis, es incrementado por
cambios en la condición del pezón, inducidos por la máquina.
Dichos cambios incluyen:

Un incremento en la congestión y edema en la pared del pezón resultan en un
cierre más lento del canal del pezón y/o hipoxia de los tejidos del pezón
(Hamman et al, 1994).

Una tasa disminuida de la remoción y recrecimiento de la queratina del canal
del pezón ( Woolford, 1997, Lacy-Hubert, 1958).

Mayor grado de apertura del orificio del pezón luego del ordeño (Mein et al.
2001)

Aumento de la hiperqueratosis de la punta del pezón (Neijenhuis et al. 2001;
Mein et al, 2003).
3- Proporcionando fuerzas para superar la resistencia del canal del pezón a la invasión
bacteriana
El grupo de expertos IDF(IDF 215:1987) proporcionó una revisión global, sobre la
vasta literatura científica sobre las fluctuaciones de vacío cíclicas e irregulares y los
deslizamientos de pezoneras, publicada durante los pasados 25 años. Nuestra
intención es resaltar los resultados principales para rastrear los desarrollos posteriores
en el diseño de pezoneras y ofrecer algunas nuevas interpretaciones.
Dos investigadores irlandeses fueron los primeros en demostrar que la inadecuada
capacidad de bomba de vacío estaba asociada con mayores conteos de células
somáticas (Nyhan & Cowhig, 1967). Posteriormente, ellos obtuvieron la primera
evidencia en un rodeo experimental que mostraba que el vacío inestable estaba
asociado a un incremento en la tasa de nuevas infecciones. Trágicamente, estos
científicos irlandeses murieron en un accidente de avión cuando se dirigían a una
conferencia internacional sobre máquina de ordeñar en 1968. Luego de sus muertes,
el trabajo pionero irlandés fue continuado en el Instituto Nacional para la Investigación
Láctea (NIRD) en el Reino Unido y por un nuevo equipo de investigación irlandés
liderado inicialmente por Jerry O´Shea y más tarde por Eddie O´Callaghan.
Una serie de experimentos de desafío bacteriano en el Reino Unido en los años 70
demostraron que 30-45% de cuartos mamarios se infectan cuando se ven expuestos a
fluctuaciones muy altas de vacío, por encima de los 40 kPa en promedio (12 pulgadas
de mercurio), en combinación con fluctuaciones grandes, relativamente lentas e
irregulares inducidas experimentalmente.
Por el contrario, solo 2-12% de los cuartos se infectaron cuando eran expuestos
únicamente
a fluctuaciones cíclicas sorprendentemente
altas,
o
a
grandes
fluctuaciones irregulares en combinación con fluctuaciones relativamente pequeñas, o
a pequeñas fluctuaciones cíclicas sumadas a pequeñas fluctuaciones irregulares(Thiel
et al. 1973; Cousins et al. 1973). Se pensaba que los “impactos” eran el principal
mecanismo de infección. El término “impactos” implica el movimiento rápido hacia
arriba de pequeños gotas de leche o tapones de leche desde el tubo corto de leche
hacia el orificio del pezón. El riesgo de nueva infección era más elevado si los
impactos ocurrían durante o cerca del final del ordeño (Cousins et al. 1973).
Una resultado importante de esta serie de experimentos en el Reino Unido,
generalmente subestimado en revisiones sobre el efecto de la máquina de ordeñar
sobre las mastitis es: el primer intento para reproducir los resultados de Nyhan y
Cowhig fallaron en mostrar diferencias entre tratamientos. Las tasas de nuevas
infecciones no se incrementaron por fluctuaciones de vacío altas y cíclicas y/o grandes
e irregulares a pesar que los pezones eran sumergidos en una alta concentración de
patógenos antes y luego del ordeño en ausencia de desinfección postordeño (Thiel et
al, 1973). El principal “problema” fue que las garras experimentales no tenían una
manguera de leche o un.tubo largo de leche común En cambio, cada una de las
pezoneras independientes se conectaba directamente a un jarra medidora a través de
su propio tubo de leche.
Este resultado ofrecía dos importantes ideas:

Los efectos de la máquina de ordeñar sobre las mastitis probablemente resulten
de interacciones entre múltiples factores más que efectos causados por un solo
factor.

Los sistemas automáticos de ordeño proveen inherentemente un riesgo más
bajo de mastitis dado que los mismos incorporan pezoneras independientes,
cada una con su vía de flujo de leche separada de cada cuarto individual.
El nuevo equipo de investigación irlandés también luchó inicialmente, para repetir los
resultados experimentales obtenidos por Nyhan y Cowhig. El éxito posterior resultó de
una atenta observación hecha por el tambero que había trabajado con Nyhan y
Cowhig. Él comentó que los resultados habían sido obtenidos utilizando una clase
menos estable de pezonera que aquella usada en los nuevos estudios irlandeses. El
resto de la historia es conocida. O´Shea y O´Callaghan se volvieron famosos por sus
estudios en rodeos de investigación acerca de los efectos del deslizamiento de
pezoneras sobre la tasa de nuevas infecciones. (O´Shea y O´Callaghan, 1978; O´Shea
et al. 1987). Concluyeron que la entrada repentina de aire a través de una pezonera
que se desliza o cae durante el ordeño, conduce gotitas de leche a través de la garra y
hacia arriba dentro de las pezoneras adyacentes. Las vacas se infectan si las gotitas
de leche cargadas de bacterias golpean las puntas de los pezones adyacentes con
suficiente fuerza para llevar patógenos dentro o a través del canal del pezón, más allá
del alcance de un desinfectante post- ordeño..
El mecanismo irlandés de “impacto” es esencialmente el mismo mecanismo que el
propuesto por los investigadores del Reino Unido salvo por una diferencia
fundamental. En los estudios irlandeses, se pensaba que los impactos eran al
resultado de fluctuaciones “agudas” irregulares de vacío con tasas de cambio de
presión excepcionalmente rápidas. Dichas fluctuaciones agudas pueden ser medidas
solo en las pezoneras adyacentes dentro de una garra individual cuando una pezonera
se desliza. En los estudios del Reino Unido (Cousins et al, 1973)., se pensó que los
impactos resultaban de altas fluctuaciones cíclicas actuando en conjunto con cambios
relativamente lentos en el vacío de ordeño. Las fluctuaciones “irregulares”
experimentalmente inducidas en los estudios del Reino Unido provocaron una caída
de 50 a 30 kPa (15 a 9 pulgadas de mercurio) luego de dos ciclos de pulsado completo
a través de todo el sistema de ordeño. En retrospectiva, seria importartante mencionar
que la pezonera extruída utilizada en los estudios del Reino Unido era conocida por su
tendencia a deslizarse frecuentemente. Dado que las pezoneras tienden a deslizarse
más frecuentemente cuando se utilizan vacíos de ordeño más bajos, quizás es posible
que los deslizamientos de pezoneras contribuyan a las altas tasas de nuevas
infecciones obtenidas en los grupos de tratamiento británicos.
El efecto de una pezonera de mayor tendencia al deslizamiento versus una de menor
tendencia al deslizamiento sobre la tasa de nuevas infecciones fue monitoreada en los
Estados Unidos utilizando un rodeo experimental de 160 vacas bajo condiciones de
exposición natural y desinfección post- ordeño (Baxter et al. 1992). Los deslizamientos
se registraban cuando tenía lugar una caída de vacío de 10 kPa en un tiempo de 0,25
segundos o menos. La pezonera con mayor tendencia al deslizamiento tuvo un
promedio de 7,6 deslizamientos importantes por vaca ordeñada comparada con los 3,1
deslizamientos que tuvo la pezonera con menor tendencia a deslizarse. La tasa de
nuevas infecciones fue de 0,49 cada 100 vacas/día para las pezoneras de mayor
número de deslizamientos comparado con una tasa de 0,27 para aquellas de bajo
número de deslizamientos. La tasa de nuevas infecciones era mayor en vacas que ya
tenían uno o más cuartos previamente infectados (1500-1850 deslizamientos por
nueva infección) en comparación con la tasa de vacas no infectadas previamente (por
arriba de 6000 deslizamientos por cada nueva infección).
Una tormenta en la pezonera: algunos aspectos “húmedos y ventosos”
El efecto de los deslizamientos de pezoneras sobre la incidencia de mastitis nunca ha
sido establecido en ensayos a campo a larga escala. Sin embargo, la importancia
económica de los deslizamientos puede ser inferida de estudios a campos, utilizando
escudos de desviación o válvulas de única vía insertados entre la punta del pezón y la
garra. Experimentos a campo utilizando escudos de desviación en Gran Bretaña y
Australia indicaron un reducción total en la tasa de nuevas infecciones intramamarias
de casi el 10% (desde 20,6% a 18, 4% de cuartos elegibles. Griffin et al, 1980).
Resultados similares se obtuvieron de experimentos a campo con escudos de
desviación en Noruega (Binde et al. 1989), o utilizando una garra con válvulas en Gran
Bretaña (Griffin, Grindal y Bramley, 1988).
Es probable que estos aparatos evitaran todas o la mayoría de los efectos del
deslizamiento de pezoneras, del “apoyo” y de la remoción brusca de la garra sobre las
tasas de nuevas infecciones. Ésto implica que estos efectos directos de la máquina
podrían causar el 10% de las nuevas infecciones en una granja promedio. Las tasas
de nuevas infecciones pueden estar por encima o debajo de esta tasa estimada en un
rodeo individual, dependiendo de factores como la prevalencia de infecciones
subclínicas y la calidad del manejo del ordeño, así como de factores de la máquina
tales como el tipo de pezonera, el ancho de los tubos cortos de leche y el volumen de
la garra. Deslizamientos o caídas en las etapas tempranas del ordeño son
consecuencia de niveles bajos de vacío (especialmente en combinación con una
preparación excelente de la ubre), o con salidas de aire bloqueadas o restricción en el
tubo de leche o los tubos cortos de leche. Una mala alineación de pezonera, una mala
condición de las pezoneras o una distribución despareja del peso de la garra entre los
cuartos de la ubre, son causas comunes de deslizamiento y caídas en las últimas
fases del ordeño.
Thiel et al. (1969) demostraron que una corriente de líquido conteniendo endotoxina
podía penetrar el canal del pezón, cuando se dirigía directamente hacia el pezón
desde un aspersor montado en un pezonera experimental, a 50 mm (2 pulgadas) por
debajo de orificio del pezón. La penetración de la endotoxina en el seno del pezón
ocurría a velocidad de jet de 6,2 o 9,8m/s (20 o 32 pies/segundo) pero no a 1,9 m/s
(6,2 pies/segundos).(Nota: la penetración completa a través del canal del pezón puede
ser requerida para obtener una respuesta si la endotoxina se utiliza para elevar el CSS
(conteo de células somáticas) en un cuarto individual). Se informó que la velocidad jet
más baja suficiente para mantener la punta del pezón húmeda con endotoxina, fue de
1,9 m/s.
Dichos resultados exigen una pregunta: “ ¿Qué fuerzas están disponibles para generar
velocidades ascendentes de aire de 2 m/s (6,5 pies/segundo) o más, a través del tubo
corto de leche?” La tasa de movimiento de la pezonera durante un ciclo normal de
apertura y cerrado es sorprendentemente bajo. Además , la mayoría de las pezoneras
se abren 2 a 4 veces más lentamente que la tasa de cerrado inclusive cuando la
duración de las fases a y c sean similares (Mein, 1992; Spencer, 2003). Spencer(2003)
midió las velocidades de movimiento de 9 pezoneras diferentes. Las velocidades de
apertura variaron entre 33 a 75 mm/s (media: 53,6 mm/s) mientras que las velocidades
de cerrado fueron de 112 a 235 mm/s (media:166,7 mm/s). Por lo tanto la velocidad
promedio de movimiento cuando la pezonera se está abriendo es solo de 0,05m/s
(menos de 0,2 kilómetros /hora o cerca de 0,1 milla7 hora). Poniendo estas cifras en
otra perspectiva, la tasa típica de apertura de la pezonera es casi 40 veces más lenta
que la velocidad de una caminata de una adulto relajado y la tasa de cerrado de la
pezonera es 12 a 14 veces más lenta.
Es poco probable que dichas tasas lentas de los movimientos cíclicos de las
pezoneras, generen velocidades de impacto lo suficientemente altas como para
promover la penetración bacteriana. Se requieren otras condiciones. Factores como
baja capacidad de vacío, mala regulación de vacío o capacidad limitada de las líneas
de leche no pueden (directamente) generar diferencias de presión transitorias dentro
de una garra individual, capaces de conducir gotitas de leche a velocidades superiores
a 2m/s directamente al orificio del pezón. Dichos factores pueden tener una influencia
indirecta, por supuesto, si contribuyen a incrementar la frecuencia de deslizamientos
de pezoneras.
La fuerza adicional conductora para llevar gotitas de leche dentro del canal del pezón
puede ser generada por pérdidas súbitas de aire a través de uno o más pezones como
resultado de deslizamientos de pezoneras, “apoyo” (solo si se produce deslizamiento)
o remoción brusca de la garra. Dichos eventos pueden producir tasas de cambio de
vacío dentro de la pezonera muy rápidas y transitorias.(Ver Cuadro 2 en el trabajo de
O´Shea & O´Callaghan, 1978, por ejemplo) y velocidades de flujo de aire transitorias
muy altas (Woolford et al. 1980). Mediante la colocación de una orificio calibrado de
7,5 mm (0,3 pulgadas) de diámetro, en el tubo corto de leche, Woolford et al. (1980)
midieron velocidades de flujo de aire de 6-8,3 m/s (20-27 pies/segundo), teniendo
como resultado un deslizamiento de pezonera simulado que estaba programado para
ocurrir justo cuando la pezonera se abría. Sin embargo, la velocidad del flujo de aire
promedio a través del orificio era solamente de 1,9 m/s en la ausencia de
deslizamientos simulados de pezonera. Presumiblemente tanto la velocidad promedio
y el pico estimado del flujo de aire podrían ser reducidas a apenas el 50% de los
valores de Woolford´s si el diámetro del tubo se incrementaba de 7,5 mm (0,3
pulgadas) a 11 mm (0,43 pulgadas).
Retomando la metáfora de una tormenta en la pezonera, las bases físicas para la
teoría del impacto de gotitas parece ser más clara hoy. Podemos concluir que:

Una ráfaga de aire soplando desde un tubo corto de vacío hacia la punta del
pezón no es suficiente para causar, por sí sola, una infección.

Alguna energía adicional (ej: el impulso de los tapones o gotitas de leche
recogidas en la garra y parte inferior del tubo corto de leche) es necesaria para
penetrar las defensas del canal del pezón.

La velocidad del aire soplando hacia arriba del tubo de leche, debería
inevitablemente, caer rápidamente a medida que el aire entra en el espacio
muerto por debajo de la punta del pezón.

El cuadro 1 del Grupo IDF indica en forma correcta que el mecanismo de
impacto es una efecto de inercia para gotitas de tamaño macroscópico. Sin
embargo, es improbable que suceda lo mismo para gotitas microscópicas. Las
pequeñas gotitas son efectivamente atrapadas en la corriente de aire y a pesar
que puedan alcanzar la la misma velocidad que el aire moviéndose hacia arriba
por el tubo corto de leche, las gotitas deben desacelerar y parar cuando entrar
al espacio muerto por debajo del la punta del pezón (Woolford et al. 1980)

Gotas más grandes pueden ser recogidas en el colector por admisiones
repentinas de aire desde un tubo corto de leche e impulsadas a las demás
conexiones del colector y luego impulsadas hacia la parte inferior del tubo corto
de leche. Si una gota de leche ha alcanzado suficiente velocidad , su propia
inercia puede llevarla hacia la punta del pezón luego que el flujo de aire ha
desacelerado y frenado. Apoyando este concepto, vale la pena notar que la
frecuencia y la intensidad de los impactos en la punta del pezón, registrados en
una prueba experimental en el Reino Unido, eran mayores cuando se utilizaba
una garra caracterizada por poseer poco drenaje.(Datos no publicados,
comunicación personal del D. Akam a G. Mein, 1980).
Gradientes de presión inversa (RPG´s)
Woolford et al (1978) observaron lo que ellos clasificaron como flujo inverso en o cerca
del final de ordeño, en el transcurso de sus experimentos con un sistema de ordeño
con casquillos de cámara única. Es importante notar que sus observaciones sobre flujo
reverso ocurrieron en ausencia de una pezonera cercana al canal del pezón.
Los gradientes de presión inversa transitorios han sido medidos en el momento de
colocación de pezoneras en un pezón vacío, en el instante de la remoción de la
pezonera u ocasionalmente en aquellos momentos en los que el aire es admitido de
repente dentro de la pezonera, a través del tubo corto de leche. (Galton et al,1988;
Rasmussen et al. 1994). Factores de alto riesgo para RPG (Rasmussen et al, 1994;
Rasmussen,1995) incluyen:

Pezones sin leche o con poca leche suficiente para llenar el seno del pezón o
para mantener un flujo claro, continuo de leche entre la cisterna del pezón y el
seno del pezón.

Uso de pezoneras con boquillas pequeñas en relación al diámetro del pezón.

Manipulación de pezones vacíos antes del ordeño (y presumiblemente por recolocación de una pezonera deslizada o caída cerca del final del ordeño).

Retiro de pezoneras detenidas en fase de masaje (cerradas) (a pesar que el
retiro con pezoneras pulsando normalmente o detenidas en su posición de
ordeño o abierta no está libre de riesgos).
A la fecha, la hipótesis sobre como los flujos reversos de presión contribuyen
significativamente a la aparición de nuevas infecciones intramamarias, permanece sin
ser esclarecida. Basándose en principios físicos, parecería poco probable que flujos
reversos pequeños y transitorios puedan producir suficiente energía para penetrar el
canal del pezón bajo condiciones normales de ordeño. En todas las situaciones donde
un pezonera de dos cámaras es utilizada con un pulsado efectivo, la penetración
bacteriana ha sido demostrada únicamente, en asociación con eventos de presión
extremos.
4- Dispersando las bacterias dentro de la ubre.
Estudios fílmicos y radiográficos, así como técnicas de ultrasonido han demostrado
que cerca de un tercio del volumen de la leche presente en el seno del pezón justo
antes de que la pezonera comience a cerrarse es bombeada nuevamente hacia la
cisterna del pezón a medida que se cierra la pezonera.
En 1967, Nyhan demostró que solo 2 nuevas infecciones (de 100 cuartos
experimentales) ocurrieron cuando las bacterias eran colocadas en el seno del pezón,
pero antes del ordeño mecánico los cuartos eran vaciados a mano cuidadosamente
para remover la leche del seno del pezón.
En un contraste marcado, 33 de 172 cuartos se infectaban cuando las bacterias eran
colocadas en el seno del pezón y los pezones eran manipulados para ordeñar el
contenido del seno hacia la cisterna del pezón, antes del ordeño mecánico.
A pesar de estos resultados de viejas investigaciones, la importancia práctica de la
dispersión de bacterias dentro de la ubre, no ha sido establecida Quizás la única
nueva información que puede ser añadida a esta conclusión son los resultados de un
estudio radiográfico realizado por Williams (Mein et al. NMC,2003). Los estudios
radiográficos de Williams mostraron que el canal del pezón se cierra primariamente
por influencia de la pezonera a medida que se cierra, entre su punto medio y cerca de
un tercio por arriba del canal de su orificio externo. El estudio elegantemente simple
provee una demostración extra del valor de una pezonera y pulsado efectivo en
minimizar el riesgo de traslado de patógenos, que pueden haber contaminado la punta
del pezón, dentro o a través del canal del pezón bajo condiciones normales de ordeño.
5- Frecuencia y/o grado de evacuación de la ubre.
La tasa de nuevas infecciones es relativamente más baja en vacas que son ordeñadas
regularmente dos o más veces por día. al ser comparada con la tasa de nuevas
infecciones en el período temprano de seca o cuando los ordeños son omitidos. Por lo
tanto, la máquina de ordeñar tiene un efecto positivo reduciendo el riesgo de nuevas
infecciones intramamarias. En general, los síntomas clínicos de mastitis disminuyen a
medida que la frecuencia de ordeño se incrementa siempre y cuando la condición de
la punta del pezón no sea vea comprometida por el ordeño frecuente.
Discusión y conclusiones
Influencia sobre el desarrollo de pezoneras
Las revelaciones científicas de los experimentos realizados por los investigadores
irlandeses y del Reino Unido a finales de los 60 y principios de los 70 proveyeron el
trampolín para las tres vías principales de desarrollo en el diseño de pezoneras.
1- Pezonera moldeada de boca ancha y base angosta :O’Shea y O’Callaghan al
concluir que las diferencias altas y transitorias de presión inducidas por
deslizamientos o caídas de pezoneras eran el principal mecanismo de nuevas
infecciones intramamarias, condujeron a la evolución de una familia de pezoneras
basadas en un diseño esencial, con el objetivo de mejorar la estabilidad sobre el
pezón. Esta familia de pezoneras de boca ancha y moldeada, se caracteriza por
una boca inusualmente ancha, y un cuerpo moldeado con una boquilla
relativamente pequeña y un tubo corto de leche de boca angosta. (Más detalles en
Mein et al. IDF, 2003). Las fluctuaciones cíclicas de vacío tienden a ser mucho más
elevadas en garras que utilizan dichas pezoneras, especialmente si son utilizadas
en conjunto con garras de poco volumen y operadas con pulsación simultánea.
2- Pezoneras moldeadas de boca media con tubos cortos de leche de boca ancha: La
cuna de la evolución para esta línea de pezoneras puede haber sido Escandinavia.
Los diámetros de los tubos cortos de leche se incrementaron a un ancho de 12- 14
mm para mejorar el flujo de leche y el drenaje de los cuerpos de las pezoneras durante
el ordeño, especialmente en el momento durante el cual la pezonera se cierra. Dicho
drenaje libre reduce las fluctuaciones cíclicas de vacío en la punta del pezón y
presumiblemente reduce el riesgo de mastitis impidiendo la dañina combinación de
fluctuaciones grandes y cíclicas sumadas a fluctuaciones de vacío grandes e
irregulares. Este cambio de diseño pareció ser doblemente atractivo dado que las
fluctuaciones cíclicas podían ser reducidas por una simple modificación controlada por
el fabricante de pezoneras y garras. Al contrario, los fabricantes no tienen control
sobre las técnicas de manipulación de la garra utilizada por los ordeñadores. Es de
publico conocimiento que las malas técnicas de manipulación de pezoneras pueden
tener una influencia primordial sobre la frecuencia y amplitud de las fluctuaciones
irregulares de vacío.
Dado que los tubos cortos de leche de boca ancha tienden a darse vuelta más
fácilmente y pueden dificultar el manejo de la garra y alterar las características de
equilibrio de peso, tamaños ligeramente menores de boca (10-11 mm) son ahora de
uso más común.
3- Pezoneras moldeadas de boca angosta con tubos cortos de leche de boca ancha:
Pezoneras con cuerpos de ancho tan pequeño como 18 mm (0,7 in) fueron
desarrolladas en los Estados Unidos con la creencia que minimizar la congestión y
edema de los tejidos inducidos por la máquina, era importante para el confort de la
vaca y la salud de la ubre. Pezoneras con cuerpos pequeños y tubos cortos de leche
con bocas anchas (10-11mm o 0,4-0,43 pulgadas) ayudaron a mantener la amplitud de
las fluctuaciones cíclicas de vacío por debajo de 10 kPa (3 in Hg) en un sistema de
línea alta o por debajo de 7 kPa (2 inHg) en un sistema de línea baja.
La introducción inicial de las pezoneras moldeadas de boca fina en los Estados Unidos
cerca de los 60 hizo que se registrará un incremento en la incidencia de
deslizamientos o caídas de pezoneras. Sin embargo los tamberos de California
continuaron utilizando dichas pezoneras dado que ellas estaban asociadas con una
incidencia de mastitis ( John Dahl, comunicación personal a Mein,2003)
Interacciones entre el pezón y la pezonera y la probabilidad de contribución a la
tasa de infección global.
En 1987 durante el Simposio Internacional de Mastitis en Montreal, Canadá, el Dr
Eberhard formuló una pregunta ; “¿Que porcentaje de todas las infecciones son
debidas a factores de la máquina de ordeñar?” . Las respuestas que obtuvo fueron:
“No lo sabemos realmente”, “Probablemente muy bajas”, “Entre el 0% y el 100%”. Hoy
en día podemos dar respuestas mas definitivas
Las estimaciones informadas de efectos indirectos y directos de la máquina de ordeñar
varían del 6 al 20% de la proporción total de mastitis. Los efectos directos (incluyendo
el transporte de bacterias, la contaminación cruzada y los impactos) totabilizan cerca
del 10% de las nuevas infecciones en la mayoría de los establecimientos. Los efectos
indirectos (incluyendo aquellos sobre la salud del canal del pezón, los tejidos del
pezón y piel) pueden totabilizar otro 10% en un rodeo promedio. Sin embargo es difícil
ir más allá de estas estimaciones. Cuando lea artículos publicados o discusiones de
experiencias a campo, recuerde que correlación no implica causalidad. El mundo está
lleno de testimonios y de correlaciones oportunas. Intentos para correlacionar efectos
de un único factor con una mala condición del pezón o de la salud de la ubre
generalmente otorgan falsas expectativas para alcanzar las metas esenciales de salud
de un rodeo y de calidad de leche. Sin embargo, nosotros concordamos con la
conclusión de Woolford (19995) quien dice que mayores cuantificaciones sobre la
contribución total de la máquina es difícil y engañoso, dado la naturaleza multifactorial
de la enfermedad
A pesar de estas dificultades, está claro que la mayoría de las nuevas infecciones son
causadas por factores mas allá de la máquina de ordeñar. Una reducción significativa
en las infecciones relacionadas con la máquina puede llevar a un cambio en la tasa de
nuevas infecciones cercano al 10%. Por lo tanto, para un rodeo con una tasa de
nuevas infecciones del 10% cada 100 vacas por mes el número de nuevas infecciones
seria reducida de a una por mes. La mejora más probable seria la reducción de la tasa
de nuevas infecciones de cuartos no infectados de vacas con uno o más cuartos ya
infectados.
El valor de una pezonera estable ha sido demostrado en mucho rodeos
experimentales de investigación y en observaciones a campo. Las infecciones
inducidas por la máquina de ordeño probablemente resulten de fluctuaciones agudas y
transitorias de vacío que ocurren en la pezonera durante los periodos de poco flujo de
leche. Los deslizamientos de pezoneras, el “apoyo” o la remoción brusca y descuida
de la garra son causas potenciales de fluctuaciones agudas de vacío. Otros factores
tales como una mala alineación de pezoneras o posicionamiento inapropiado de los
tubos largos de leche contribuyen a su vez a la admisión brusca de aire y por lo tanto,
a la aparición de cambios rápidos en la presión en los tubos cortos de leche y
pezoneras. Las tasas de flujo alto de aire poco probablemente causen infecciones por
sí solas. Energía adicional, en la forma de gotitas o tapones de leche moviéndose
rápidamente, es necesaria para penetrar las defensas de un canal del pezón
saludable.
El valor del pulsado efectivo ha sido demostrado tanto en rodeos de investigación
como en experimentos y observaciones a campo. Está claro que las tasas de infección
son más altas si la pezonera está ausente o si se omite deliberadamente el pulsado; o
si el ajuste del pulsador se encuentra por fuera de límites aceptables
El pulsado falla (sea completamente o parcialmente ) si los pezones son muy largos o
muy cortos para permitir que la pezonera colapse y comprima el la punta del pezón.
Es crítico tener puntas de pezones saludables para mantener bajo el número de
cuartos infectados. La condición del pezón debe ser analizada inmediatamente luego
de la remoción de la garra al final del ordeño. El Teat Club International ha presentado
ejemplos de los efectos de una mala acción de la pezonera, pulsado infectivo o
inadecuado manejo del ordeño sobre la condición del pezón al final del ordeño. El
mantenimiento apropiado y la operación de cualquier sistema de ordeño es un aspecto
clave para lograr un ordeño exitoso.
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