República de Colombia Corte Suprema de Justicia SALA DE CASACIÓN LABORAL ISAURA VARGAS DÍAZ LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ Magistrados Ponentes Radicación 22115 Acta No. 54 Bogotá D. C., dos (2) de septiembre de dos mil ocho (2008). Se procede a resolver la impugnación presentada por la señora MARITZA HURTADO JIMÉNEZ contra el fallo proferido por la SALA DE CASACIÓN CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, dentro de la acción de tutela que ANDRÉS RENE CHÁVES FERNÁNDEZ instauró contra la SALA CIVIL – FAMILIA – LABORAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE POPAYÁN conformada por los magistrados Ana Lucía Caicedo Calderón, Carlos Eduardo Carvajal Valencia y Alberto Castro Guzmán. República de Colombia 2 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 I. ANTECEDENTES Se plantea en el escrito de tutela que el accionante promovió proceso ordinario de venta de bien común contra Maritza Hurtado Jiménez y otros, que la demandada antes citada se opuso a la demanda con el fin de que se procediera a la división material del inmueble objeto de la litis, el Juzgado Primero Civil del Circuito de Popayán mediante interlocutorio de 28 de noviembre de 2005, declaró infundada la oposición y la excepción denominada “procedencia de la división material de inmueble” y como consecuencia, decretó la venta en pública subasta del inmueble y el reconocimiento y pago de unas mejoras a favor de la aludida comunera. Adujo que la Sala Civi – Familia - Laboral del Tribuna Superior de Popayán, al desatar el recurso de apelación, que presentaron las dos partes, por proveído de 12 de marzo de 2008, adicionado el de 10 de abril de la misma anualidad, revocó la decisión de instancia y declaró probada la excepción propuesta por Maritza Hurtado Jiménez y, en consecuencia, decretó, de un lado, la división material del bien común y de otro, la venta en pública subasta de la parte del inmueble que permanezca en comunidad. Afirmó que en un proceso divisorio o se ordena al división del bien, o, su venta en pública subasta, no admite las dos cosas a la vez como se pronunció el Tribunal, se trata de una modalidad inexistente dentro de las normas aplicables a esta clase de proceso. República de Colombia 3 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 En consecuencia, acude el accionante al presente mecanismo de amparo constitucional, porque considera que el Tribunal acusado incurrió en vía de hecho y, solicita se deje sin efecto la sentencia de 12 de marzo de 2008 y su sentencia complementaria de 10 de abril de la misma anualidad y, que en su defecto, se proceda a proferir nueva sentencia como en derecho corresponde. II. TRÁMITE Y DECISIÓN DE PRIMER GRADO La petición de amparo constitucional fue tramitada por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, quien puso fin a la primera instancia mediante fallo del 16 de julio de 2008, amparando el derecho fundamental al debido proceso de Andrés René Cháves Fernández y por consiguiente dejó sin efecto las providencias de 12 de mayo y 10 de abril de 2008, proferidas por la Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior de Popayán y ordenó que se emita la decisión que legalmente corresponda. Para llegar a esta decisión la Sala de Casación tuvo en cuenta que los argumentos expuestos por el Tribunal se apartan de los parámetros señalados en los artículos 468 y 471 del Código de Procedimiento Civil, normativas que contemplan el objeto y trámite del proceso de división material o ad valorem de los bienes comunes. III. DE LA IMPUGNACIÓN República de Colombia 4 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 Inconforme con la anterior decisión la señora Maritza Hurtado Jiménez, actuando como tercero interviniente, la impugnó señalando que en el expediente aparecen, entre otras pruebas, inspección judicial y dictamen pericial donde “técnicamente se verifica la división del inmueble en dos unidades familiares: Un apartamento y una casa de habitación, cada una con entrada y servicios públicos independientes”; luego de presentar unos cálculos con los que pretende demostrar que la división material del inmueble es procedente sin que los derechos de los condueños desmerezcan. Afirma que sin que su intensión sea solicitar que se decrete de manera simultánea la división material y la venta, tal como lo decretó el Tribunal Superior de Popayán, si quiere referir que la decisión beneficiaba los intereses del tutelante ya que su pretensión fue que se decretara la venta y en nada le perjudicaba la adjudicación a su nombre del apartamento, porque quedó demostrado en el proceso que su valor es inferior al número de sus acciones. IV. CONSIDERACIONES La Constitución de 1991 consagró la acción de tutela como uno de los mecanismos para garantizar la eficacia de los derechos fundamentales. Sobre la premisa de ausencia de norma positiva la Sala sostuvo la tesis de la improcedencia de la tutela contra sentencia judicial. Pero, esta carencia ha sido suplida por la jurisprudencia de modo que hoy no es posible desconocer su arraigo y afianzamiento en todas las jurisdicciones, en especial en las otras Salas de nuestra Corporación; esta realidad impone morigerar República de Colombia 5 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 aquella postura, cuando en casos concretos y excepcionales, con las actuaciones u omisiones de los jueces, resulten violados en forma evidente derechos constitucionales fundamentales. La prosecución de la eficacia de los derechos fundamentales, ha de acompasarse con otros valores del Estado de derecho, en particular, en lo que concierne a la administración de justicia, con el de la seguridad jurídica, específicamente la que realiza el instituto de la cosa juzgada, y el principio constitucional de la independencia y autonomía de los jueces. Las reglas de interpretación del derecho en el terreno de los valores y de los principios, enseñan que la actuación de uno de ellos no supone la aniquilación de otro, sino que todos han de ser ponderados de manera que hallen cabida, consintiendo grados de aplicación que no afecten su núcleo esencial. No obstante lo anterior sigue siendo valor esencial para la Sala que la tutela contra sentencias judiciales no puede ser medio ni pretexto para abolir la independencia del juez, consagrada en el artículo 228 de la Carta Política, sustituyendo al juez natural. En el caso sometido a estudio, cumple aclarar que el proceso divisorio previsto en los artículos 467 a 487 del Código de Procedimiento Civil, tiene como objeto, ponerle fin a la comunidad mediante la división material del bien, si la misma es jurídica y físicamente posible, o, procediendo a la venta del bien para repartir su producto entre los comuneros, a prorrata de sus República de Colombia 6 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 derechos. El artículo 468 ibidem señala que la división material es procedente cuando se trata de bienes que puedan partirse materialmente sin que los derechos de los condueños desmerezcan por el fraccionamiento. En los demás casos procede la venta. Así las cosas, al rompe se advierte que la decisión de la Sala Civil Familia – Laboral de Tribunal Superior de Popayán en el sentido de disponer la división material del bien común y una vez registrada la partición material, el juez de primera instancia debía proceder a ordenar la venta en pública subasta de la parte del inmueble que permanezca en comunidad, no esta contemplada dentro de la normatividad que gobierna el caso; de donde se colige que la misma es constitutiva de vía de hecho, por cuanto, se reitera, se aleja de los postulados legales previstos para esta clase de procesos. Si bien es cierto, las autoridades judiciales por mandato constitucional están investidas de autonomía para interpretar las normas y valorar las pruebas, también lo es, que el artículo 230 de la Constitución Política establece que los jueces en su providencias están sometidos al imperio de la ley, mandato que en el sub examen no fue tenido en cuenta por el ad quem, toda vez que en la providencia censurada se apartó de los preceptos legales para tomar su decisión. En consecuencia, y sin que sean necesarias otras consideraciones, se confirmará el fallo impugnado. República de Colombia 7 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, FALLA: PRIMERO.- CONFIRMAR el fallo proferido por la SALA DE CASACIÓN CIVIL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, dentro de la acción de tutela instaurada por ANDRÉS RENE CHÁVES FERNÁNDEZ, contra la SALA CIVIL FAMILIA – LABORAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE POPAYÁN. SEGUNDO.- NOTIFICAR a los interesados telegráficamente o por cualquier otro medio expedito. TERCERO.- REMITIR el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión. NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE República de Colombia 8 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 LUIS JAVIER OSORIO LÓPEZ ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN EDUARDO LÓPEZ VILLEGAS GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA FRANCISCO JAVIER RICAURTE GÓMEZ CAMILO TARQUINO GALLEGO ISAURA VARGAS DÍAZ República de Colombia Corte Suprema de Justicia MARIA ISMENIA GARCÍA MENDOZA Secretaria República de Colombia 9 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA No comparto la decisión adoptada, porque en mi opinión la acción de tutela no procede contra providencias judiciales, en virtud de los principios de autonomía e independencia de los jueces, columna vertebral de todo Estado de Derecho, tal como durante mucho tiempo y de manera pacífica y reiterada lo consideró esta Sala de la Corte Suprema de Justicia, con apoyo en varios argumentos jurídicos sólidos que mantienen plena vigencia. Para no abundar en esas serias razones, suficientemente conocidas y que ahora no son compartidas por la mayoría, estimo suficiente remitirme a lo que argumentó la Sala en fallo del 29 de octubre de 1998: “Esta Sala de la Corte inaplicó los artículos del Decreto 2591 de 1991 que autorizaban la acción de tutela contra providencias judiciales antes de que la Corte Constitucional declarara inexequible dichas normas. Por ello, habiéndose proferido la sentencia C-543 de 1º de octubre de 1992, que declaró inexequible los artículos 11, 12 y 40 de dicho decreto, resulta en verdad una temeridad acudir a este procedimiento para tratar de interferir las actuac iones judiciales adelantadas por un juez diferente a aquél al que se solicita el amparo. “Conforme lo ha dicho en múltiples ocasiones esta Sala de la Corte Suprema de Justicia, la declaración de inconstitucionalidad de los artículos República de Colombia 10 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 11, 12 y 40 del Decreto 2591 de 1991, en los cuales se permitía el ejercicio de la acción de tutela contra providencias judiciales, retiró de nuestro ordenamiento jurídico el único aparente fundamento que existía para la procedencia de dicha acción contra cualquier providencia que en desarrollo de un proceso o actuación judicial se profiera. “Como la misma Constitución Nacional establece en su artículo 243 que los fallos que la Corte Constitucional dicta en ejercicio del control jurisdiccio nal "hacen tránsito a cosa juzgada constitucional", disponiendo igualmente que "ninguna autoridad podrá reproducir el contenido material del acto jurídico declarado inexequible por razones de fondo, mientras subsistan en la Carta las disposiciones que sirvieron para hacer la confrontación entre la norma ordinaria y la Constitución", se cae de su peso, o por lo menos así lo considera esta Sala de la Corte Suprema de Justicia, que mientras no sean modificados los artículos 1º, 228, 229 y 230 de la Constitución en vigor, no es posible "reproducir el contenido material del acto jurídico declarado inexequible por razones de fondo", vale decir, el contenido material de los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591 de 1991, ni tampoco soslayar el efecto de cosa juzgada constitucional del fallo de l a Corte Constitucional mediante el expediente de calificar la sentencia o la providencia judicial que le pone fin al proceso, de ser algo distinto a lo que por su naturaleza, forma y contenido son dichas actuaciones judiciales. “Este criterio no constituye una opinión sin fundamento de la Corte Suprema de Justicia, sino que se apoya en la interpretación que de la Constitución de 1991 hizo la Corte Constitucional en la sentencia C543 de 1º de octubre de 1992, en la cual declaró inexequibles los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591 de 1991. “Según las consideraciones de la sentencia Nº C-543 de 1º de octubre de 1992, la Corte Constitucional encontró unidad normativa entre lo República de Colombia 11 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 dispuesto por el artículo 11 del Decreto 2591 de 1991 y lo establecido en el artículo 40 del mismo, de manera que es forzoso entender que ambos se declararon inconstitucionales por exceder el alcance fijado por el constituyente a la acción de tutela, quebrantar la autonomía funcional de los jueces, obstruir el acceso a la administración de justicia, romper la estructura descentralizada y autónoma de las distintas jurisdicciones, impedir la preservación del orden justo, afectar el interés general de la sociedad y, además, "lesionar en forma grave el principio de la cosa juzgada, inherente a los fundamentos constitucionales del ordenamiento jurídico". Vale decir, las normas declaradas inexequibles se hallaron contrarias a lo dispuesto en los artículos 86, 228, 230 y 239 de la Constitución, la integridad de su título VIII, el Preámbulo de la Carta y su artículo 1º, disposiciones todas que subsisten en la Constitución Política de Colombia”. Con el acostumbrado respeto, Fecha ut supra. GUSTAVO JOSÉ GNECCO MENDOZA República de Colombia 12 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 SALVAMENTO DE VOTO Radicación tutela: 22115 Con mi acostumbrado respeto por las decisiones de la Sala, me permito expresar las razones por las cuales me separo de la decisión, pues, en mi sentir, como lo venía sosteniendo unánimemente esta Sala de Casación, no procede la tutela contra decisiones judiciales, por no ser dable mediante esta acción injerirse en la órbita de competencia de otras autoridades judiciales, ni invalidar los efectos de sus providencias; además, porque esa posibilidad no cuenta con un respaldo normativo expreso e iría en contra de los principios de cosa juzgada y de autonomía judicial. Lo precedente se halla fundamentado, esencialmente: a) en que la Constitución Política no previó expresamente la acción de tutela contra decisiones judiciales y sólo mencionó y reguló tal posibilidad en los artículos 11, 12 y 40 del Decreto 2591 de 1991, disposiciones que, a la postre, fueron declaradas inexequibles por la Corte Constitucional bajo el argumento de constituir un exabrupto jurídico el aceptar tal clase de amparo (Sentencia C 543/92), soportes supralegal, legal y República de Colombia 13 Corte Suprema de Justicia TUTELA 22115 jurisprudencial que conservan toda su vigencia; b) la seguridad jurídica y el principio de cosa juzgada indudablemente hacen parte del debido proceso regulado en el artículo 29 de la Constitución, por ello los ciudadanos que acuden al órgano jurisdiccional y se someten a las reglas de los procesos, competencias preestablecidas y decisiones proferidas por el juez natural, no pueden ser sorprendidos en su buena fe al reabrirse el debate indefinidamente, ante un juez, en la mayoría de los casos, no especializado y con el mismo margen de falibilidad como seres humanos; y c) porque sabido es que ningún ciudadano puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho – non bis in idem --, máxime que constituye principio rector en el Estado Social de Derecho que el juez de conocimiento debe velar por la guarda de los derechos fundamentales. En estos breves términos dejo expresado mi salvamento de voto. Fecha ut supra ISAURA VARGAS DIAZ