Polvo eres

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Polvo eres
Génesis 3:19 “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de
ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” Génesis 32:12 “Y tú has dicho: Yo te haré
bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.”
La constitución del cuerpo carnal y del cuerpo espiritual es en una base de polvo, por un lado la
carne está integrada por elementos terrenales que están localizados en la tierra y por el otro lado
el cuerpo espiritual es una sustancia muy fina imperceptible a la vista y al tacto pero viva, Jesús
dijo algo muy interesante sobre esto que lo leemos en Mateo 13:31 “El reino de los cielos es
semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; el cual a la verdad es
la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se
hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” Estamos
hablando del reino de Dios o sea algo invisible y si comparamos esto con lo visible como es el
cuerpo carnal llegaremos a la conclusión que ambos tienen la misma naturaleza porque la carne
está integrada por moléculas y estas por átomos al igual que lo invisible porque los átomos no se
ven a simple vista. En otras palabras, el cuerpo carnal está integrado por polvo proveniente de la
tierra y el cuerpo espiritual por polvo proveniente de la carne, confirmado con lo que el apóstol
nos dice en 1 Corintios 15:44 “Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo
animal, y hay cuerpo espiritual.” 1 Corintios 15:46 “Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal;
luego lo espiritual.”
Cuando Dios formó al hombre lo hizo tomando polvo dela tierra, el polvo no es la arena ni es el
lodo sino esas partículas pequeñas del suelo que son movidas por el viento, diferente a lo que
leímos arriba relacionado con Abraham que Dios le dijo: “Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu
descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.” En este caso
no se está refiriendo a la naturaleza comparada con el polvo sino a la cantidad de granos en la
playa del mar que es incontable, igualmente lo hizo comparando las estrellas que también son
incontables cuando dijo: Génesis 22:17 “de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia
como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá
las puertas de sus enemigos.”
Este mismo concepto de cantidad lo vemos en Hebreos 11:11-13 “Por la fe también la misma
Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad,
porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi
muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a
la orilla del mar.” La naturaleza del hombre sea carnal o espiritual tiene la misma formación y es
en base al polvo.
La palabra de Dios también tiene esa misma naturaleza como el polvo, veamos esto en Lucas 8:11
“Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.” Y de allí la parábola del sembrador
que Jesús nos narra para enseñarnos como funciona el evangelio. Veamos en Mateo 13:1-2 “Aquel
día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la
barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa.” Noten la similitud de la arena de la playa con
lo que vamos a exponer: “ Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el
sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y
vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó
pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía
raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó
en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene
oídos para oír, oiga.” Si han conocido el método de sembrar sabrán que el sembrador lanza con su
mano un puñado de semillas para que caiga en la tierra donde el hizo los surcos, esas semillas son
livianas y se las lleva el viento, pero contienen vida y pueden nacer y crecer como una planta, eso
mismo es el efecto cuando se predica el evangelio, las semillas que son las palabras de Dios son
llevadas por el soplo al hablar, misma figura que vemos con Adán en Génesis 2:7 “Entonces Jehová
Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un
ser viviente.” Misma que notamos con Jesús cuando sopla el Espíritu Santo, en Juan 20:22 “Y
habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.”
Tenemos entre Adán y Jesús una diferencia: 1 Corintios 15:45 “Así también está escrito: Fue hecho
el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.” Lo que nos plantea dos
naturalezas distintas, la carnal y la espiritual. Lo carnal y lo espiritual son contrarios entre si,
veamos como lo dice el apóstol Pablo en Gálatas 5: 17 “Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis. “
Estas dos naturalezas, lo terrenal y lo espiritual son totalmente contrarios a tal punto que Dios
prefiere lo espiritual a lo carnal, por un lado Dios es espíritu y desea tener a sus hijos con él, por lo
que la condición carnal no es aceptable en su reino, así lo vemos desde tiempos del diluvio cuando
Dios dijo: Génesis 6:3 “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre,
porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.” Romanos 8:8 “y los que
viven según la carne no pueden agradar a Dios.” Contrario a lo que vemos en Juan 4:24 “Dios es
Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Juan 3:6-8 “Lo que
es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es. No te maravilles de
que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido;
mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”
El polvo de la tierra es terrenal y eso le corresponde al hombre natural que es nacido de la
descendencia de Adán, mientras que Cristo es celestial como hijo de Dios. Juan 8:23 “Y les dijo:
Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.”
El mundo es la condición pecadora del hombre y eso no lo desea Dios en su reino, 1 Corintios 6:810 “ Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿No sabéis que los
injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
El plan de la salvación de la humanidad consiste en que el hombre sea convertido de carne a
espíritu y esto solo se logra por medio del evangelio, como lo dice Pablo en Romanos 1:16
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Efesios 1:13 “En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,” y para que los hombres cambiaran su
naturaleza carnal a espiritual, fue necesario terminar con la ley de la muerte entregada por Dios a
Moisés y darnos la gracia de la salvación, Juan 1:17 “Pues la ley por medio de Moisés fue dada,
pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el
camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Hebreos 10: 19-25 “Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el
camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran
sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos
firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis
que aquel día se acerca.”
Solamente Jesucristo nos puede llevar al cielo como hijos de Dios, Juan 1:12-14 “ Mas a todos los
que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los
cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de
Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:12-14 ”Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del
Padre), lleno de gracia y de verdad. “ Habrán notado algo muy especial en “Y aquel Verbo fue
hecho carne, y habitó entre nosotros” diciendo que el celestial se convirtió en terrenal para volver
al cielo llevándonos con él. Mateo 26:64 “Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que
desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las
nubes del cielo.” 1 Tesalonicenses 4:17 “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos
quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y
así estaremos siempre con el Señor.”
La llegada de Jesús a la tierra tiene como propósito que comamos de su carne (naturaleza) y
vivamos para siempre, Juan 6:51 “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de
este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo.” Noten que la palabra pan es un conjunto de polvo de harina amasado que tiene la misma
naturaleza del polvo tanto carnal como espiritual, Jesús nos ofrece darnos de comer ese polvo
espiritual celestial para nuestra conversión y eternidad.
Somos polvo pero busquemos cambiar nuestra naturaleza del mundo pecador a la nueva espiritual
en Cristo. Esa es la salvación.
Por Víctor Manuel Castro Chinchilla Febrero 2009.
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