Panorámica general del sector de la Construcción en Cuba

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EMBAJADA DE CHILE EN CUBA
SECCIÓN COMERCIAL
Panorámica general del sector de la Construcción en Cuba
Cambios en el sector
Cuba se halla inmersa en un proceso de profundos cambios en la esfera de la Construcción,
donde se persigue una mayor y mejor calidad y eficiencia en la ejecución de las
construcciones.
En estos momentos, las principales vertientes que han requerido toda la atención de la
dirección del país en dicho sector son las Obras de la batalla de ideas y los Programas
priorizados de la Revolución, el Programa de Construcción de Viviendas y la rehabilitación del
fondo habitacional.
En relación a las Obras de la Batalla de Ideas y los Programas priorizados, se terminaron 650,
vinculadas estas con edificaciones de las ramas de la salud, la educación, y la cultura, dígase
reparación y ampliación de policlínicos, de varios hospitales de la capital, de escuelas en el
campo y politécnicos, se restauraron obras de valor patrimonial, se edificaron telecentros
municipales y se habilitaron corresponsalías locales de televisión.
En cuanto al Programa de Construcción de Viviendas y la rehabilitación del fondo habitacional,
constituyen acciones encaminadas a solucionar uno de los problemas más serios del país: la
vivienda. Esto se traduce por un marcado deterioro y envejecimiento del fondo habitacional por
el paso del tiempo y la falta de mantenimiento, precariedad y hacinamiento en las viviendas con
graves efectos sobre el bienestar social y la seguridad de las familias, si se tiene en cuenta
además que el país tiene un déficit de medio millón de casas.
Durante los últimos años la isla ha sufrido las consecuencias de numerosos huracanes que han
producidos estragos en varios sectores y, de manera especial, en la vivienda. Por citar un
ejemplo, el 4 de noviembre del 2001 el Huracán Michelle dañó a más de 160.000 viviendas
mientras los huracanes Isidore y Lili dejaron como saldo 75.380 viviendas afectadas.
Como se había dicho, el Gobierno le ha asignado una alta prioridad al tema de la recuperación,
reconstrucción y mejoramiento de la vivienda, y, pese a las dificultades materiales y financieras
que vive el país, se ratificó bajo acuerdo de la Asamblea Nacional, la voluntad de hacer los
mayores esfuerzos para lograr mejorar y dar solución progresiva a los problemas
habitacionales de la población, previéndose un costo tal obra de 500 millones de dólares.
Según el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, en correspondencia con el plan de
rehabilitación y construcción de 119.000 viviendas en el 2006, se terminaron 110 mil de esos
inmuebles, casi tres veces superior a la del año pasado, conforme informara a la Asamblea
Nacional del Poder Popular en el mes de diciembre de 2006.
En la industria de la construcción se llevó a cabo también un programa de inversión reparando,
modernizando y ampliando 57 líneas de producción y construyendo 36 nuevas, propiciando ello
materiales de construcción de mayor calidad.
Lage refirió, por último, que las 70 mil viviendas previstas para el 2007 requerirán un nivel
semejante de recursos materiales y mayor esfuerzo, porque son viviendas que comienzan
desde sus cimientos, y explicó la prioridad para reponer las casas destruidas por ciclones
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anteriores y las otorgadas a los trabajadores y los médicos, en un plan masivo que solo podrá
hacerse con una amplia participación popular.
Inicialmente, se pretende reparar el próximo año 150 mil viviendas, lo cual requiere más fuerza
calificada y más equipamiento.
En la misma dirección, los esfuerzos se habían encaminado desde el año anterior,
orientándose a fomentar la recuperación en la industria de materiales de la construcción,
fuertemente golpeada por la crisis de la década pasada, puso en marcha un programa de
inversiones en infraestructura para cumplir con la edificación de las casas prometidas.
Para la fabricación de pisos se inauguró una planta en la localidad de Santa Cruz del Norte.
Además, se instalaron otras 10 y se procede a la ampliación de la capacidad en dos más a lo
largo y ancho de Cuba.
Paralelamente, se modernizó una procesadora de cerámica blanca para contar con más
muebles sanitarios.
Se reportó además la inversión de 5 millones de dólares para obtener más materiales de pared
y la aplicación de tecnologías con las cuales fabricar bloques a partir del barro, más baratos
que los de hormigón y tan resistentes como este.
También se incrementaron los techos prefabricados, algunos sobre la base del polietileno
expandible, aperturándose además 20 nuevos yacimientos de áridos y el estímulo para el uso
de arenas naturales.
Estos planes de inversión fueron acompañados de cambios en el sistema de pagos a los
trabajadores, lo cual permite a un operario cargador a ganar mensualmente cerca de los 1.000
pesos cubanos (unos 40 dólares), para motivar al trabajador.
Con todo, según mencionara el Ministro de la Construcción, Fidel Figueroa, hasta ahora se
reporta un déficit en la producción de azulejos, los cuales son importados, así como existen
problemas en relación al transporte de los materiales de construcción.
Por otro lado, en pos de fortalecer el sector, la provincia de Santiago de Cuba – en la zona
oriental de la isla – aplica tecnologías de avanzada que posibilitan el incremento en la entrega
de materiales de construcción.
Para ello, se avanza en el montaje de una línea de lavado de arenas artificiales en la cantera
de Los Guaos, con lo cual se recuperaran los áridos de granulometría fina.
También se instala un molino centrífugo, el cual entregará 90 metros cúbicos por hora y
disminuirá el tipo de piedra plana y alargada, para obtener el renglón requerido que aumenta la
resistencia del hormigón.
Asimismo, se concluyó la modernización de una fábrica de baldosas capaz de entregar hasta
mil 200 metros de esos elementos de pisos en un turno de trabajo de 10 horas.
Frenos al sector
En el área de la construcción se necesita producir materiales, comprar otros en el extranjero,
incluso la tecnología de avanzada para construir más rápido, mejor, con menos costo, contar
con personal técnico y profesional, instalaciones donde prepararlos, bibliografía y equipamiento
para estudiar, experimentar….
El déficit de recursos para alcanzar lo que el desarrollo requiere y que inevitablemente se debe
enfrentar con financiamiento externo, se mantiene como limitante del más cabal progreso
socioeconómico del país.
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A eso se le suman, los enormes escollos para acceder a tecnologías de punta y a
financiamientos, la forzosa adquisición de maquinarias y equipos en mercados lejanos
realizándose sobregastos, y las elevadas erogaciones por concepto de fletes y transacciones
comerciales con terceros países, los cuales revelan algunos de los impactos más negativos
que afronta la industria sideromecánica cubana como resultado del bloqueo económico
impuesto por Estados Unidos.
La producción de acero, un pilar esencial para los programas de construcción de viviendas,
obras sociales y de infraestructura, se ha visto impedida de comprar, por ejemplo, electrodos
utilizados en los hornos eléctricos, ferroaleaciones y material refractario en territorio
estadounidense, uno de los mayores y el más cercano fabricante de esos insumos.
Por esa razón se hace preciso importarlos desde Europa, a precios más altos y sujetos a los
fenómenos del cambio monetario, de manera que en un monto de 25 a 30 millones de dólares
se afectan en un 25% por concepto de tasa cambiaria de euro a dólar.
Igualmente ocurre con la compra de equipos pesados y piezas por parte de la Empresa
CONSTRUIMPORT, la cual está obligada a la búsqueda de lejanos suministradores en Europa
y Asia y al empleo de intermediarios para ello. Esto, unido al aumento de fletes de
transportación, eleva los costos de las compras entre un 20 y un 25%.
Del mismo modo, el desarrollo habitacional del país ha sido signado por las limitaciones
financieras y energéticas, las cuales reducen la producción de materiales de construcción como
arena, cemento, madera con destino a obras nuevas o de rehabilitación por el Estado, las
cooperativas y por esfuerzo propio de la población.
La capital es uno de los territorios donde con más fuerza se evidencia el incumplimiento en
cantidad y celeridad de los programas concebidos en esta dirección, en tanto que los pocos
recursos disponibles son empleados actualmente en restañar los daños de las viviendas de
familias afectadas por recientes fenómenos meteorológicos.
En cuanto al programa de viviendas, surgieron alternativas con el uso de producciones locales,
pero los elevados costos de materiales básicos, más otros imprescindibles de importar,
continúan hoy siendo una limitante.
Adquirir en España un kilómetro de cable eléctrico cuesta 160 dólares, y las lámparas de uno o
dos tubos, 4.50 y 7.26 USD la unidad, respectivamente. Los herrajes sanitarios para baños
tienen un valor en México y China de 2.65 USD cada uno.
Otros productos de terminación que son importados de la nación ibérica y del gigante asiático
como tomacorrientes, interruptores, cajas eléctricas y tuberías hidrosanitarias e hidráulicas de
poder ser adquiridas, por ejemplo, en empresas o filiales norteamericanas del área que
valdrían entre un 30 y un 40% menos.
Un contenedor de 20 toneladas en el Viejo Continente cuesta 42 dólares la tonelada por 18
dólares en los Estados Unidos.
El Grupo Industrial Perdurit, que entre otros renglones fabrica tejas y tanques de asbesto
cemento, tiene que importar materia prima de Europa, aunque en Latinoamérica hay países
que las producen, pero son subsidiarias de entidades norteamericanas que les tienen prohibido
comerciar con la mayor de las Antillas.
El impedimento de adquirir muchos productos directamente o tan lejos provoca atrasos en los
suministros para las obras, su terminación fuera de fecha, y por consiguiente, demora en la
prestación del servicio y prejuicios al inversionista.
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