CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA Y BIOCAMPO Publicado en la revista VerdeMente. Febrero 2007 Por Mónica Gómez. Terapeuta holística. Todos los seres vivos generan a su alrededor un campo electromagnético (CEM) denominado campo energético o biocampo. Es esta cualidad la que diferencia un organismo vivo de uno muerto, puesto que aunque en el momento de su muerte tenga la misma composición química, ha perdido, su energía o fuerza vital. El campo electromagnético es generado por la electricidad (denominada bioelectricidad) que produce el organismo. Como todos sabemos, los encefalogramas registran la electricidad generada por las ondas cerebrales, y los electrocardiogramas la del corazón. El sistema nervioso y los músculos también funcionan por impulsos eléctricos. Incluso cada célula produce su propia energía. Campo electromagnético generado por el corazón El sistema energético del cuerpo es muy complejo. De hecho, los científicos han detectado alrededor de 8.000-9.000 vibraciones diferentes en cada persona. Cada órgano, por ejemplo, vibra a una frecuencia determinada. Todas estas frecuencias diferentes deben estar en armonía para que el cuerpo pueda realizar todas sus funciones de forma eficiente, dado que conforman el principal sistema de señalización del organismo, es decir, el medio que utilizan para comunicarse -enviar y recibir información- todas las células del cuerpo. Igualmente, antes de que le llegue a los 5 sentidos (olfato, vista, tacto, oído y gusto), el cuerpo recibe toda la información exterior a través del biocampo. Es imprescindible que cada célula esté informada en cada momento del estado del resto del cuerpo para que pueda actuar en consecuencia (por ejemplo, si has decidido mover una pierna). La coherencia es una cualidad de los campos electromagnéticos del cuerpo imprescindible para mantener la homeostasis (equilibrio entre los múltiples sistemas del cuerpo) a nivel físico. La coherencia de las ondas cerebrales se caracteriza por una creatividad mayor, mejor memoria, mayor concentración y atención. Los campos electromagnéticos artificiales generadas por el hombre rompen la coherencia del biocampo al provocar interferencias en la comunicación celular (como sucede cuando suena un móvil cerca del ordenador y se producen interferencias en la pantalla). Esta situación resulta muy estresante para el organismo, que tiene que gastar más energía para poder llevar a término sus funciones. Algunos síntomas del estado de caos y confusión en el que se encuentra el organismo son cansancio, estrés y ansiedad, dolor de cabeza, insomnio, depresión, irritabilidad, hipertensión, dolores musculares, desequilibrios emocionales, falta de concentración, pérdida de memoria, etc. El sistema inmunológico se debilita: invitación en toda regla para virus, bacterias y toda clase de patógenos. Al ser invisibles, no somos conscientes del mar de radiaciones artificiales en el que nos hayamos inmersos diariamente: aparatos eléctricos o electrónicos, teléfonos móviles e inalámbricos, ordenadores, TVs, GPS, electrodomésticos, microondas, tubos fluorescentes (el tipo de luz más dañina para nuestro biocampo), antenas de telefonía móvil, torres y líneas de alta tensión, transformadores, estaciones de radio y televisión, radares y un largo etcétera. Sin olvidar el creciente aumento en las ciudades de zonas wifi (llamadas hotspots) donde es posible la conexión inalámbrica a internet, que en algunos casos ya se extiende a ciudades enteras, como el caso de Zamora, que ostenta el dudoso honor de ser la primera ciudad del mundo con cobertura 'wireless'. Los efectos de los CEM son acumulativos. Años de exposición continuada contribuyen a extender las epidemias que asolan el mundo occidental: Cáncer, Alzheimer, enfermedades coronarias o Parkinson. Ya en el 2001 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que los campos electromagnéticos constituyen un factor cancerígeno del tipo 2B. Numerosos estudios apuntan un aumento significativo del riesgo de abortos por exposición a CEM, culpables también del incremento de la infertilidad. Resulta que llevar el móvil en el bolsillo puede reducir en un tercio la fertilidad de los hombres. En nuestra sociedad tecnificada actual los campos eléctricos son 10.000 veces superiores a los naturales. Nunca antes durante su evolución se había expuesto el hombre a tal cantidad de radiaciones nocivas incompatibles con la frecuencia vibratoria del organismo. Resulta pues sensato limitar los efectos de los CEM tanto como nos sea posible, por ejemplo, utilizando el teléfono móvil el menor tiempo posible, y sólo si resulta imprescindible, así como dejarlo en un lugar apartado mientras no se usa. Otras medidas a tomar sería sustituir el teléfono inalámbrico (funcionan con un sistema similar a los móviles) por uno con cable, y los teclados y ratones wireless (inalámbricos) del ordenador por unos con cable. Evitar también los modems wifi (inalámbricos) en el ordenador, cuyas emisiones cubren un área de varios metros a su alrededor. Yo, por ejemplo, tengo cobertura wifi (o debería decir contaminación electromagnética) en mi casa gracias a un „generoso‟ vecino. Pero como actualmente es imposible aislarse de las ondas electromagnéticas también recomiendo llevar siempre encima un sistema de protección. Según los expertos el colgante Qlink es el sistema de protección contra las CEM de mayor calidad que existe hoy en día, y el más usado en todo el mundo. Las radiaciones externas alteran la frecuencia de las células debido al fenómeno que la ciencia denomina resonancia simpática (el fenómeno que se produce cuando se golpea un diapasón y otro situado cerca empieza a vibrar a la misma frecuencia, produciendo idéntico sonido). El Qlink utiliza el fenómeno de resonancia a nuestro favor. El colgante Qlink encapsula el chip de resonancia simpática SRT, que actúa como un diapasón programado con la nota ideal que el campo energético del cuerpo debería emitir si gozara de una salud perfecta. El cuerpo se sincroniza con la frecuencia emitida por el Qlink, y por el fenómeno de resonancia empieza a vibrar en la misma frecuencia, restableciendo sus niveles óptimos que las CEM habían desorganizado. El colgante QLink es fruto de más de 25 años de investigación en las instituciones científicas más prestigiosas del mundo: Universidad de Stanford, Universidad de California Irvine, The Imperial College de Londres y el Instituto del Cáncer de Viena. El término QLink deriva de Quantum Link porque la tecnología SRT se basa en una rama de la física cuántica, tan de moda hoy en día gracias a la película ¿Y tú que sabes? El efecto del Qlink en el cuerpo es similar a recibir un tratamiento de acupuntura de forma continuada, al eliminar bloqueos energéticos que impiden la libre circulación de la energía (chi). Muchos monitores de yoga y otras disciplinas orientales como el Tai Chi o Chi Kung recomiendan el Qlink para equilibrar el campo áurico (biocampo), y armonizar la mente y el cuerpo. El colgante Qlink trabaja con energías sutiles y su efecto se traduce en salud y bienestar tanto a nivel físico como mental y emocional. Contracción del biocampo Restauración del biocampo Cuando el cuerpo esta expuesto a CEM se observa literalmente una contracción en el biocampo. Se puede comparar el biocampo a un escudo protector del cuerpo, por tanto, su contracción compromete nuestra salud. El Qlink actúa fortaleciendo y manteniendo la integridad del campo energético del cuerpo restaurándolo a su tamaño original. Estas alteraciones del biocampo se pueden comprobar fácilmente usando kinesiología (test muscular), por ejemplo, antes de usar un móvil y mientras se usa. Nuestra web contiene numerosos artículos sobre los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética en la salud, información sobre el funcionamiento del Qlink y una relación detallada de los estudios científicos realizados. www.colganteqlink.es Tfno: 91 324 05 20 “Me siento bastante vigorizado llevándolo” Deepak Chopra COMO AFECTAN LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS AL DESCANSO NOCTURNO Publicado en la revista VerdeMente. Mayo 2007 Por Mónica Gómez. Terapeuta holística. Como dijo Einstein “La materia es irrelevante, el campo energético lo es todo." Todos los seres vivos generan a su alrededor un campo electromagnético (CEM) denominado campo energético o biocampo. El aura, como se conoce desde la antigüedad en las tradiciones orientales, es ya un hecho científico desde 1994, año en el que el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos estableció el término biocampo referido a un campo electromagnético que rodea el cuerpo de cada persona. Según ellos el biocampo regula y equilibra múltiples sistemas, desde el nivel celular hasta el de toda la persona. Los militares entrenan a algunas de sus fuerzas especiales para ver auras, porque al mirar a alguien saben exactamente lo que esa persona está pensando y sintiendo, lo cual obviamente les resulta de suma utilidad. Tanto las emociones como los pensamientos son campos electromagnéticos, aunque la frecuencia vibratoria de las emociones es más baja que la de los pensamientos, de lo que se deduce que los patrones de pensamientos y emociones se reflejan en el biocampo. Interferencias provocadas por las emisiones electromagnéticas artificiales procedentes de aparatos eléctricos, teléfonos móviles e inalámbricos, ordenadores, TVs, GPS, wifi, microondas y un largo etcétera pueden alterar dichos campos y volvernos irritables, deprimidos o iracundos. Por la noche es cuando somos más vulnerables a las radiaciones electromagnéticas porque el cuerpo tiene las defensas bajas (el sistema inmunológico está desactivado), ya que está realizando labores de reparación. El sueño está intrincadamente relacionado con el sistema inmunológico. Si no duermes bien tu sistema inmunológico será mucho menos efectivo en su lucha contra la enfermedad. Tendrás menos energía, menos motivación y es más probable que estés irritable. El sueño es una de las funciones básicas del ser humano, y las consecuencias de padecer un sistema de dormir desequilibrado son graves. El 25% de la población sufre de algún tipo de trastornos de sueño. Uno de los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética es que inhibe la producción de la hormona melatonina, denominada hormona de la oscuridad, dado que sólo se produce durante la noche mientras dormimos. La melatonina es uno de los antioxidantes más poderosos que se conocen, y juega un papel fundamental en la prevención de numerosos cánceres, puesto que evita mutaciones en el material genético. Estudios realizados concluyen que las personas invidentes, al tener niveles más elevados de melatonina, tienen un riesgo menor de contraer cáncer. La melatonina es más efectiva en la eliminación de los radicales libres que la vitamina E o el ácido ascórbico (vitamina C) de los que tanto se oye hablar. La disminución en la producción de melatonina puede producir a su vez el descenso de la serotonina, característico de patologías como la Depresión, el Parkinson o el Trastorno Afectivo Estacional (TAE). Otra de las funciones de la melatonina es protegernos contra el envejecimiento. Se puede incrementar la producción de melatonina de forma natural exponiéndose a la luz del sol durante el día (y también a bombillas de espectro total) y a una absoluta oscuridad durante la noche. Se deben usar cortinas o persianas que no dejen pasar la luz del exterior. El nivel de oscuridad debe ser tal que no veamos nuestra mano si la colocamos delante de la cara. También se debe evitar encender la luz si se va al baño por la noche, lo que interrumpe la producción de melatonina durante el resto de la noche. Incluso cuando estamos expuestos a una pequeña cantidad de luz, natural o artificial, y aunque tengamos los ojos cerrados, el cuerpo interpreta que ha finalizado la noche y comienza un nuevo día, por lo que interrumpe la producción de melatonina. Científicos británicos han sugerido que el incremento en la incidencia de leucemia infantil en UK, Europa y los Estados Unidos puede deberse a la exposición nocturna a la luz. El electrosmog provoca una pérdida de sincronización de los biorritmos. Los llamados „genes reloj‟ se descubrieron hace sólo 5 años. Anomalías en su funcionamiento pueden provocar que las células no respondan a las señales que interrumpen la división celular o las que indican a las células anormales que se destruyan (apostosis) Las diferentes fases REM –fase de descanso cognitivo- que se suceden mientras dormimos disminuyen al someternos a CEM. Es imprescindible no dejar el móvil encendido o aparatos eléctricos en las cercanías de la cama. Los radiodespertadores son especialmente nocivos, puesto que a las emisiones electromagnéticas que producen se suma la luz emitida por los números de la pantalla digital. Ni que decir tiene que las mantas eléctricas son también desaconsejables. Por otro lado, resulta de suma importancia medir las radiaciones electromagnéticas del dormitorio con objeto de reducirlas al mínimo durante la noche. Puedes encontrar otras recomendaciones para gozar de un sueño reparador en mi web www.dietametabolica.es El informe del biofísico neozelandés Neil Sherry (Junio 2000), realizada a petición del Parlamento Europeo, concluye "la radiación electromagnética de baja frecuencia (como la emitida por los teléfonos móviles) es perjudicial para el cerebro, corazón, feto, hormonas y células. A través de resonancias con los cuerpos y las células, la radiación interfiere en la comunicación intercelular, su crecimiento y regulación, dañando la base genética de la vida". Aunque lo principal es minimizar en todo lo posible la exposición a los CEM, creo que hoy en día resulta imprescindible llevar siempre encima algún tipo de protección. Según los expertos el colgante Qlink es el sistema de protección contra los CEM de mayor calidad que existe hoy en día, y el más usado en todo el mundo. El colgante QLink es fruto de más de 25 años de investigación en las instituciones científicas más prestigiosas del mundo: Universidad de Stanford, Universidad de California Irvine, The Imperial College de Londres y el Instituto del Cáncer de Viena. El término QLink deriva de Quantum Link porque la tecnología SRT (Tecnología de Resonancia Simpática) interactúa con las energías sutiles objeto de la física cuántica. El Qlink actúa como un diapasón programado con la nota o frecuencia ideal de un organismo saludable. Durante los primeros días el Qlink se ajusta o se „sintoniza‟ con el campo energético de una persona. Posteriormente cuando la persona pierda su estado de equilibrio debido a estrés físico, mental o emocional, o a interferencias externas como emisiones electromagnéticas (móvil, ordenador), el Qlink recuerda al organismo su frecuencia ideal. El cuerpo reacciona a la nota emitida por el Qlink, y por el fenómeno de resonancia, comienza a vibrar en la misma frecuencia, restableciendo sus niveles óptimos. Cada persona tiene su propia “firma energética”, similar a lo que ocurre con las huellas dactilares, por lo que no se recomienda prestar el Qlink a otra persona. Los efectos terapéuticos no serían tan efectivos al estar sintonizado para otra persona. Un estudio del Acacia Whole Centre en América constató que la resistencia del cuerpo a los campos electromagnéticos se incrementó en un 292% al usar el Qlink durante 2 minutos. En www.colganteqlink.es encontrarás artículos anteriores publicados en esta revista (sección „recortes de prensa), información sobre los efectos perniciosos de la contaminación electromagnética en la salud y bibliografía, así como información sobre el funcionamiento del Qlink y una relación detallada de los estudios científicos realizados hasta la fecha. www.colganteqlink.es 91 324 05 20 “Para que el cuerpo funcione de forma eficiente, 100 trillones de células tienen que resonar en perfecta armonía. La magnificencia de esta orquesta es asombrosa. El Qlink juega el papel de director de orquesta. Personalmente, me siento vigorizado llevándolo. Deepak Chopra. "El Qlink es una tecnología que amplifica las energías del cuerpo. Al reducir las interferencias con cualquier campo energético se ha comprobado científicamente que esta tecnología incrementa la capacidad del cuerpo para protegerse de las dañinas radiaciones medioambientales”. Ken Wilber. www.colganteqlink.es Tfno: 902 996 375