EL ENMARQUE EN LOS SERVICIOS DE NEONATOLOGIA: PROBLEMAS Y PROGRAMAS DE LAS DISCAPACIDADES PEDIATRICAS * Dra. Prof. Mª.C. Arrabal Terán. ** Dra. M. Valle Trapero ***Dr. J. Arizcun Pineda. * Jefe Sec. Cuidados intensivos. Profesora Titular de Pediatría. ** Jefe. Sec. Psicología. Psicólogo/Pedagoga ***Jefe Serv. Neonatología. Asociación Genysi. “Prevención y Atención Precoz Deficiencias” Servicio Neonatología. Hospital Clínico San Carlos Madrid (1975/2001) Revisión. Mayo 2011* El título de este artículo conlleva una afirmación: desde los Servicios de Neonatología (SN) se pueden abordar de forma colaborativa los problemas y programas de las Discapacidades Pediátricas. Es evidente, que es un reto muy ambicioso, ya que implicaría de modo conceptual y a ser posible práctico: la obstetricia, la neonatología y la pediatría y de otras especilidades; Neuropediatria, Oftalmología, rehabilitación, psiquiatría etc, Tal compromiso, se debe apoyar en la calidad de vida como elemento complementario a la morbimortalidad, la cual se encuentra en la actualidad, en continuo descenso; la calidad de vida es un principio común aceptado en la actualidad por el mundo médico y como tal, eje prioritario, que debe marcar el objetivo final del desarrollo de una vida en plenitud, tanto biológica como neuropsicológica. El aserto precedente se puede traducir como “Fisiopatología (Ciencia) de la reproducción humana”, que abarca desde la genética de los progenitores, a los periodos embrionario, fetal, del parto, neonatal y del desarrollo psicomotor ó neuroevolutivo; todo esto enmarcado en el contexto del embarazo, parto y del entorno social y familiar. A efectos biológicos, la neonatología se encuentra en el centro de la “Ciencia de la reproducción humana”, pensamos, que este hecho, le da cierto protagonismo para el diagnóstico de las deficiencias o de los factores de riesgo, que causarían las Discapacidades y ó los Trastornos del Desarrollo. *Revision 2008. “Deficiencia, Discapacidades: Servicios de neonatología”. http://www.genysi.es/index.php?option=com_remository&Itemid=32&func=fileinfo&id=192 *Revision 2005. “Deficiencias, Discapacidades del Desarrollo y los Servicios de neonatología”. Libro. Desarrollo Infantil, diagnóstico, trastornos e intervención. Promolibro Valencia 2005. I.S.B.N: 84-7986-598-9. Capítulo 6 pág. 85-107 http://www.genysi.es/index.php?option=com_remository&Itemid=32&func=fileinfo&id=23 *Documento base: “El enmarque en los Servicios de neonatología de los problemas y programas de las discapacidades pediátricas”. Curso prevención de las deficiencias. Real Patronato sobre Discapacidad. 5ª Edicion 2003. Deposito legal: M. 54.943-2003. 1 Como el estado de salud, hay que enfocarlo en sus vertientes biológica, psicológica y social, al pasar todos los recién nacidos, objetos de esta preocupación, por una hospitalización postnatal inmediata, con presencia, en general, continua de sus padres, es relativamente fácil hacer la valoración parental e infantil en los aspectos sociales y psicológicos; como resultado, se llegaría a una visión integral e integrada del niño, su familia y entorno. Este artículo continua actualizando las grandes posibilidades que los Servicios de Neonatología, por ser un buen observatorio de la fisiopatología de la reproducción y del entorno social y familiar de padres e hijo, prestan a la problemática de las Discapacidades en la edad Pediátrica. La actual redacción culmina con su actual titulo “ El enmarque en los Servicios de Neonatología: Problemas y programas de las Discapacidades pediátricas” titulo En nuestro artículo Deficiencia, Discapacidades del desarrollo y los servicios de neonatología, publicado en el libro de “Atención Temprana” Desarrollo Infantil, diagnóstico, trastornos e intervención, (1) hicimos una revisión de las deficiencias y discapacidades, que puedan diagnosticarse o sospecharse en los Servicios de Neonatología. Este articulo se actualizó en el año 2008 sobre todo en los aspectos nosológicos.( URL) De una manera más general estudiamos el enmarque de los servicios de neonatología en el libro del Real Patronato. (2) Por los grandes avances técnicos habidos últimamente, se conocen mejor los acontecimientos acaecidos desde la concepción hasta el nacimiento, investigándose la repercusión que las noxas a estas edades ejercerán sobre el desarrollo de estos seres; por ello hemos actualizado y damos un mayor énfasis a ciertas entidades que son consideradas como posibles causantes de discapacidad. Durante muchos años la acción de la medicina se centró en intentar aminorar la morbimortalidad, en atenuar el dolor y en consolar a los pacientes y sus familiares. Los grandes avances científicos y sociales han conseguido cambiar el espectro de las enfermedades, no sólo descendiendo su morbilidad, sino llegando a erradicar alguna que era mortal; en consecuencia, se ha producido una disminución de la morbimortalidad. Al irse reduciendo la morbimortalidad, fueron floreciendo las secuelas que conducen a las discapacidades; el cometido de la atención neonatal se vio obligado paralelamente a evolucionar, ya que el comienzo del descenso de la morbimortalidad, coincidió con la nueva definición de salud, en la que se incluyó la “calidad de vida”, término que no había sido manejado previamente; fue acuñado en 1978 al definir la salud, en la Declaración de la OMS en Alma Ata, como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”; de esta manera 2 se normalizó y asumió el sentido de la calidad de vida, que la humanidad utópicamente siempre había perseguido. El criterio de calidad de vida, actualmente, es uno de los indicadores más consistentes para determinar los resultados de la actividad médica; en nuestro caso, la evaluación debería comenzarse en la reproducción que tiene lugar en el tiempo Perinatal. La nueva acepción de calidad de vida, obliga a controlar y conocer el estado de salud de los neonatos; centrándose principalmente, en la vigilancia del desarrollo neuro-sensorial y psicológico de todos los niños. La Atención Neonatal, en estos últimos años, ha sufrido una importante transformación debida, como hemos expresado, a los avances científicos que han contribuido a la atenuación de la morbimortalidad. La neonatología, desde esta nueva realidad, ha podido afrontar enfermedades de cierta complejidad, atender poblaciones de una gran vulnerabilidad e introducir, como indicador complementario de salud, el de “calidad de vida”, y como señal negativa los términos de Deficiencias y Discapacidades. (DD) El alcanzar la óptima calidad de vida es un ideal humano; la presencia de una deficiencia o de una discapacidad desde el comienzo de su existencia singulariza su trascendencia. ¡¡Toda una vida con una discapacidad!! lo que supondría además, un serio trastorno para el desarrollo biológico, psicológico y social del niño que posteriormente se convertirá en un hombre. La neonatología adquiere una especial relevancia al reconocer el drama de la discapacidad permanente en un elevado número de RN con deficiencias o con factores de riesgo (FR) a padecerlas, las cuales están en relación con la fisiopatología de la reproducción (genética, desarrollo embrio-fetal, embarazo, parto y periodo neonatal). En pediatría, se incluirán además, las acaecidas posteriormente, ascendiendo su cuantía en un número considerable. (3, 4) Para afrontar el problema de las DD infantiles hay que conocer su incidencia, su prevalencia, su relación patogénica con la fisiopatología de la reproducción y con el diagnóstico. (2) Sin embargo entendemos, que es difícil saber la incidencia y la prevalencia de las DD por las distintas metodologías utilizadas en la recogida de datos del censo, de las encuestas o de los registros, así como por las diferentes definiciones y calificaciones administrativas. En USA se hacen revisiones periódicas, definen como niños con discapacidad de 0 a 2 años, aquellos que tienen un retraso de desarrollo, o tienen dificultad en el movimiento de miembros superiores o inferiores, encontrando un 1,9%; consideran como discapacitados, de los 3 a los 5 años, aquellos que presentan retraso del desarrollo o tienen 3 problemas para andar, correr o jugar; recogen con estos criterios un 3,8%, según el Censo del 2005. (4bis) En la mayoría de las poblaciones, incluida la española, existen pocas citas bibliográficas y sólo, algunos registros administrativos de uso limitado a los campos de su referencia. Hay tres encuestas nacionales sobre discapacidades, la primera realizada en 1986, la segunda en 1999 (EDDES) y la tercera, más amplia que las anteriores, en el 2008 (EDAD). Por su heterogeneidad metodológica, no se puede hacer un análisis comparativo entre ellas. (5, 6, 6bis) Se empleó el término de “limitación” por tratarse de niños menores de seis años, ajustándose al criterio de discapacidad a esas edades. La prevalencia de las discapacidades en 1999, en la población más joven, la de 0 a 5 años, fue de 22,44‰, en la edad intermedia, de 6 a 9 años, bajó a 19 ‰ y en los mayores, de 10 a 15 años, descendió a un 15‰. Un 46,4% de las discapacidades evidenciadas en los niños de 0 a 5 años fueron “congénitas” y sólo un 8,3% fueron debidas al parto. (7) EDAD halló 60.406 niños de 0-5 años con alguna limitación, que correspondían a una tasa de 21,5‰ de la población general; de 6-9 años fue de 18,89 ‰ y de 10-15 años de 16,12‰. La prevalencia de las DD, probablemente debido al empleo como ya se ha indicado de distintas metodologías, no es uniforme; pero hay unanimidad en que la tasa es elevada y en su aumento continuo a lo largo de la vida. (8, 9, 10, 11, 12, 13) La asistencia perinatal, constituye la base científica para poder afrontar la patología fetal y neonatal desde una visión unitaria. Gran parte de las enfermedades del RN tienen su origen en acontecimientos ominosos durante el embarazo, en los partos prematuros, o en lo sucedido durante el trabajo del parto como pudiera ser la hipoxia o el trauma; todo esto exige que el neonatólogo conozca y tenga nociones relativamente profundas de genética, embriología, desarrollo fetal y por supuesto de las bases fisiopatológicas del embarazo y del parto. De todo lo anterior se deduce que gran parte de la perinatología se fundamenta en dominar las causas que originan los trastornos de los RN. Este cuerpo académico: etiología y patogenia, no conlleva responsabilidad compartida obstétrica-neonatológica, sino independiente; los obstetras son responsables del cuidado y tratamiento del feto y de la madre y los neonatólogos de la observación, manejo y profilaxis del neonato, aunque la perinatología moderna tienda a asentarse en una gran colaboración entre ambas ramas, la obstétrica y la neonatal. 4 El florecimiento científico en Medicina y las nuevas técnicas diagnósticas han facilitado el acceso al “hábitat fetal”, se pueden obtener imágenes de gran capacidad y precisión, registros cardiotocográficos, toma de muestras para estudios sofisticados del feto o de la madre: amniocentesis, funiculocentesis, biopsias etc. con ellas se logra una información genética, metabólica etc., que condiciona un conocimiento bastante exacto del estado embrionario y del desarrollo del feto; cada día se descubren nuevas morbilidades de tipo genético y metabólico, que deben sospecharse ya a esta edad, con estos nuevos equipos diagnósticos. Postnatalmente, por el inmenso progreso de los investigadores dedicados a la neurociencias, que nos ilustran sobre inéditas patologías, con el perfeccionamiento del arsenal técnico: el EEG, los potenciales evocados cerebrales (PEC), la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM), la resonancia magnética funcional (RMf), la tomografía de fotón único (SPECT= Single photon emission computed tomography), la magnetoencefalografía, los sistemas de laboratorio genético y metabólico, se ha llegado a un estudio riguroso y extenso de la fisiopatología del desarrollo y por ende al diagnóstico de una gran número de sus enfermedades derivadas, que habían permanecido sin diagnosticar previamente; estamos pues, ante un futuro esperanzador. Exponemos escuetamente la relación existente de entidades patogénicas y de circunstancias que puedan intervenir en la concepción, periodo embrionario, periodo fetal, parto y tiempo neonatal. Resaltamos de nuevo, la trascendencia de los SN, como “Observatorios ideales” del neonato en la detección de DD y de FR, que se complementarán, con las actuaciones sobre el niño y su familia para una mejor aplicación de la AT. (7, 14,15) Según el tiempo en que hubiera acaecido la noxa, las DD como se ha expuesto, se encuadran en genéticas, pre-embrionarias, embrionarias, fetales, del parto o neonatales. Recordemos, que el desarrollo del cerebro ante ciertas agresiones, puede condicionar la aparición de discapacidades; no podemos olvidar que la neuroplasticidad del sistema nervioso está supeditada por su alta resistencia, a los cambios experimentados por el daño que reciba y por la capacidad de recuperarse al cesar la acción perturbadora o resiliencia. Es un sistema interactivo que se va ajustando a los cambios del entorno. La neuroplasticidad o capacidad adaptativa del cerebro es mayor cuanto más joven sea el individuo. Durante la gestación, en los primeros meses hay normalmente multiplicación y migración de neuronas; se efectúan cambios en la forma del cerebro; posteriormente, aumento 5 de las interconexiones y de la mielinización. Por eso son tan importantes los daños causados en la vida intrauterina, que variarán según la noxa y el tiempo de actuación. Las enfermedades genéticas, son las causadas por la alteración de un gen, siendo la mayoría hereditarias. Las enfermedades preembrionarias, son las derivadas de un elemento, que actuó antes de formarse el embrión, esta etapa según los diferentes autores dura desde la constitución del cigoto, por la unión del óvulo y el espermatozoide, hasta la diferenciación celular, que corresponde a los siete primeros días de vida; aunque hay quien la prolonga hasta el décimo cuato día, fecha que determina la imposibilidad de dividirse el cigoto en dos gemelos monocigotos. Por el progreso de estos últimos 60 años, se conocen y se conocerán muchísimas enfermedades genéticas, permitiéndose incluso el diagnóstico precoz de trastornos, que no serían evidentes clínicamente hasta edades muy alejadas del periodo neonatal, como por ejemplo las distrofias musculares; desde los servicios de Neonatología, se podrían sospechar e incluso diagnosticar tempranamente, por observación a los niños y por obtención de una historia personal y familiar rigurosa. En algunos centros, se guarda parte de la sangre neonatal obtenida para los cribados rutinarios en los laboratorios de genética o en los de enfermedades moleculares y metabólicas, por si en época posterior hubiera el temor de alguna de estas morbilidades. La detección precoz de estas afecciones es fundamental, no sólo para el niño, que al tratarle adecuadamente se le evitarían secuelas a veces irreversibles, sino para los propios familiares, que le manejarían mejor, conociendo su problema. Tenemos que insistir, que al nacimiento muchas de estas enfermedades permanecen ocultas empero una buena praxis; suele ser el pediatra el primer especialista médico que podría llegar a un diagnóstico cierto, a pesar de los cribados más exhaustivos. La detección precoz de estas morbilidades es un reto de la sanidad, que se hace mejorable con las nuevas técnicas, sobre todo con el cribado neonatal simple o en algún caso con el ampliado, que repasaremos más adelante. Estudiamos como patologías Genéticas y pre-embrionarias, los errores innatos del metabolismo, (16, 17, 18) las enfermedades moleculares, los síndromes neurocutáneos y las cromosomopatías. 6 Como hay definidos más de 500 errores del metabolismo, nos ceñiremos a la hiperfenilalaninemia, al hipotiroidismo, al déficit de biotinidasa, a la galactosemia y a la tirosinemia II por ser los más frecuentes. El cribado de las enfermedades metabólicas está basado en principios éticos; debe garantizar a todos los recién nacidos: su acceso, la participación informada a los padres, la protección de la confidencialidad, el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de todos los niños afectados por la patología detectada;(19) en España se realiza en los 20 laboratorios del sector público pertenecientes a 16 autonomías; la Rioja, carece de él, ya que tiene un protocolo de colaboración con la comunidad de Aragón; los neonatos, a nivel nacional, son sometidos a este examen en un 99,9% para descubrir o descartar al menos, el hipotiroidismo y la hiperfenilalaninemia, aunque en la mayoría de los centros se estudian algunas más; la espectrometría de masas en tándem, permite el diagnóstico rápido de un alto número de metabolopatías; la tienen en Santiago de Compostela , el País Vasco, Murcia, Andalucía y Zaragoza. Los que abogan por su implantación en el cribado, titulándole “cribado neonatal ampliado” argumentan que es una: 1. Tecnología sensible para el diagnóstico de aminoacidemias, aminoacidemias orgánicas y de oxidación de ácidos grasos. 2. Tiene una favorable especificidad diagnóstica 3. Automatización y rapidez de análisis 4. Permite conocer la incidencia real de varias enfermedades 5. Posibilita reconocer variantes leves de las enfermedades 6. Proporciona la opción de un tratamiento precoz evitando daños irreversibles (20) En los 10 países europeos, que tienen esta técnica, analizan: 1. Hiperfenilalaninemias 2. Hipotiroidismo congénito 3. Galactosemia 4. Hiperplasia suprarrenal congénita 5. Hemoglobinopatías 6. Deficiencia de biotinidasa 7. Enfermedad de jarabe de arce 8. Homocistinuria 9. Fibrosis quística 10.Defectos de la beta-oxidación de ácidos grasos de cadena media 11.Tirosinemia 7 Sin embargo se tiene la necesidad de equipos multidisciplinarios, que vean el problema desde varios puntos de vista, para colegir las verdaderas ventajas de su aplicación; ya que actualmente hay grupos de estudiosos, que afirman que las dos únicas enfermedades que se ajustan a criterios estrictos de cribado neonatal, son el hipotiroidismo y la hiperfenilalaninemia. (19, 21, 22) El Cribado Neonatal Ampliado conduce a una mejora evidente en la salud y bienestar de los niños con Enfermedades Metabólicas Hereditarias (EMH) que sólo se diagnosticarían a esas edades por este método, lo que contribuiría a una buena calidad de la atención médica neonatológica. En España se hace desde el año 2000 en Galicia; en el País Vasco y Murcia desde el 2007 y en Andalucía desde el 2008. La toma habitualmente es de sangre capilar. Se realiza en las maternidades, se intentará obtener una muestra única, que alcance una cobertura del 100% de los recién nacidos a partir de las 48 h de vida. El espécimen, una vez obtenido, deberá enviarse al laboratorio lo antes posible, a poder ser dentro de las 24 horas siguientes a la extracción. Entre los Errores innatos del metabolismo que sin tratamiento, cursarían con retraso mental están las hiperfenilalaninemias. La enfermedad, llamada fenilcetonuria, se produce generalmente, por falta o fallo del gen de la enzima Fenilalanina Hidroxilasa (PAH), en cualquier caso, hay un aumento de la tasa de fenilalanina que actúa como tóxico. Se han descrito más de 300 mutaciones. Afortunadamente un porcentaje muy bajo se debe a un fallo de las pterinas o a una deficiencia de la enzima Dihidropteridina Reductasa, cuyo tratamiento es menos efectivo, que la debida al déficit de la PAH. La herencia es autosómica recesiva, con un riesgo de recurrencia de un 25% en cada embarazo. El consejo genético debe extenderse a la madre afecta de hiperfenilalaninemia en su variante leve, que cursa de forma asintomática a lo largo de la vida; pero como estudiaremos en las fetopatías teratogénicas, puede producir una alteración en el feto. En España se tiene la frecuencia exacta gracias a los programas de Cribado; varía según el tipo de hiperfenilalaninemia; el valor obtenido de 1988-2007 de enfermedad por déficit grave de PAH o fenilcetonuria es de 1/7.549 neonatos; en ese mismo periodo se detectaron 1/12,422 neonatos de hiperfenilalaninemia variante leve y déficit de cofactor sólo en 5 casos entre 1988 y 2007. (23) 8 La clínica sin tratamiento es la de un niño con un grave retraso del desarrollo, cociente intelectual muy bajo, hiperactividad, convulsiones o Parkinson, los adultos pueden presentar esquizofrenias. Además de alteraciones dérmicas y digestivas que no pertenecen a nuestro campo. El diagnóstico se hace postnatalmente a no ser que los padres sean ambos portadores, en cuyo caso se haría en la vellosidad corial materna o en el líquido amniótico; en los RN se hace por cromatografía en sangre del talón; cada vez la técnica es más exacta, pudiéndose realizar diagnósticos fiables desde las 24-48 horas de vida. (24) El tratamiento consiste en una dieta pobre en fenilalanina, aunque no ausente, ya que es un aminoácido esencial para el desarrollo del individuo. El Hipotiroidismo permanente: En esta afección, el recién nacido no tiene la suficiente cantidad de tiroxina o T4 que es necesaria para el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo cerebral normales. Puede deberse a un trastorno morfológico embrionario de la glándula o “disgenesia”, que conduce a: Agenesia o desaparición de la glándula Hipoplasia o menor desarrollo que el realizado en condiciones normales Ectopia falta de descenso a su sitio habitual Dishormonogésesis no se debe a una fallo morfológico, sino que el tiroides es insuficiente para producir la hormona adecuadamente o que a pesar de generarla, no la libera al torrente circulatorio, ésta es una forma genética en la que ambos progenitores son portadores; en este caso la probabilidad de tener otro hijo con la enfermedad es de uno por cuatro nacidos; todas estas anomalías se agrupan como “Hipotiroidismos primarios”. Más raros son los hipotiroidismos por ausencia o disminución de la hormona estimulante tirotropa u hormona hipofisaria por lo que la glándula tiroidea, al no estar activada, no funciona; son etiquetados como “Hipotiroidismos secundarios”. Por fin, también hay alteraciones en la disponibilidad intracelular y en la acción de la hormona tiroidea en los tejidos periféricos, corresponden a los “Hipotiroidismos periféricos”. Se están estudiando las características genéticas de los hipotiroidismos. Los genes con expresión tiroidea se han encontrado mutados o delecionados en pacientes con diferentes tipos de hipotiroidismo congénito (HC), aunque esta etiología molecular sólo se ha demostrado en un 9 5% del total de HC. Se especula con la posible base epigenética, no hereditaria, del hipotiroidismo congénito. La frecuencia en España de la forma permanente, es de uno por 2.494 RN, y 1/11.919 de los transitorios; estas cifras, también se deben al cribado realizado en el 99% de todos los RN, actualizadas en diciembre del 2007. El cribado de esta enfermedad, en general, se hace antes que el de otras metabolopatías; aunque de la misma forma, es decir tomando sangre del talón. (25) La sintomatología neonatal es pobre y el diagnóstico clínico se hacía tardíamente, aunque los síntomas eran y seguirían siendo, si no se realizara el cribado, suturas ensanchadas, tercera fontanela, letargia, hipotonía, además de otros signos generales. Una vez hecho el diagnóstico de hipotiroidismo por el cribado, aún ignorando su etiología, hay que tratar al niño urgentemente con hormona tiroidea, antes que cumpla la cuarta semana, de otra forma habría un alto riesgo de secuelas en su desarrollo neurológico. La hormona es efectiva, para prevenir el retraso mental, aunque está en discusión si tardíamente aparecerán dificultades de aprendizaje y problemas de conducta. El déficit de Biotinidasa. Se debe a la falta de biotinidasa en fibroblastos y leucocitos; como la biotinidasa, libera biotina libre, la falta de la enzima producirá una disminución o fallo de biotina, que al ser una vitamina del complejo B, es necesaria en el metabolismo hidrocarbonado, su falta dará lugar a cetoacidosis, aciduria orgánica e hiperamoninemia moderada. La herencia es autosómica recesiva. Hay más de 62 mutaciones. Está incluida en programas de cribado neonatal en más de 25 países. Menos estudiado que los anteriores trastornos metabólicos, tiene una incidencia variable que según las estadísticas oscila entre porcentajes tan dispares como un caso por 6.677 a uno por 110.000 niños; en Galicia es de 1/94,179. Desde 1990, se han estudiado por cribado neonatal más de ocho millones de niños. La clínica puede aparecer en el periodo neonatal, aunque lo más frecuente es que lo haga, entre los tres y los seis meses; las alteraciones dérmicas son casi constantes, pero lo que interesa en el tema que nos ocupa son las alteraciones cerebrales (atrofia cerebral y dilatación ventricular), ataxia, hipoacusias neurosensoriales, atrofia óptica, epilepsia, trastornos motores y retraso mental. En el 50% de los niños diagnosticados sin tratamiento, si la actividad de la enzima fuera menor del 10%, tendrían un retraso muy grave; en cambio en los 10 sujetos cuya actividad fuera mayor, alcanzando entre un 10 a un 30%, suelen librarse de la alteración neurosensorial. El diagnóstico se hace por cribado neonatal; pero en los casos no realizados, se sospecharía por la clínica y se confirmaría por el estudio de la actividad disminuida de la enzima biotinidasa. El tratamiento precoz evita la sintomatología; aunque si ya estuvieran instaurados los trastornos neurosensoriales, éstos serían irreversibles. El tratamiento, es simple, consiste en aportar biotina oral. Galactosemia: La forma clásica de esta metabolopatía genética, se produce por la falta de la enzima galactosa-1-fostato uridiltransferrasa; por este déficit, la galactosa, que es un azúcar de la leche, al no metabolizarse, actúa como tóxico, dando un cuadro de enfermedad grave neonatal. La herencia es autosómica recesiva, hay más de 150 mutaciones diferentes. La frecuencia es de 1/47.000 a 1/60000 RN Los niños afectados presentarían cataratas, letargia y retrasos del desarrollo además de otros síntomas generales. El diagnóstico puede hacerse por cribado metabólico neonatal, ya que está incluida en la mayoría de los programas de cribado neonatal ampliado; o por sospecha ante una clínica de hipoglucemia, demostrándose Galactosa total elevada en sangre. El tratamiento consiste en la restricción de galactosa de la dieta en el período neonatal, para evitar la instalación de los mencionados síntomas; si no se eliminara de la dieta, el niño se afectaría; por el contrario, si se restringiera tempranamente, podría llegar a ser un sujeto normal. Tirosinemia tipo II, o sindrome de Richner-Hanhart es la forma óculo-cutánea de la tirosinemia. Se debe a la deficiencia hepática de tirosina aminotransferrasa (TAT), que es la enzima que limita la tasa del catabolismo de la tirosina, por lo que su disminución aumenta la cantidad de tirosina en sangre; los niveles elevados de tirosina, que actúan como tóxico, producen la clínica además de tirosinuria e incremento de otros elementos anómalos urinarios. 11 La herencia es autosómica recesiva; el trastorno reside en la alteración del gen que estimula la enzima TAT, que está en el brazo largo del cromosoma 16. Se han descrito más de 10 mutaciones La frecuencia es de 1/100.000 a 1/16.786 neonatos. La clínica ocular más frecuente es el glaucoma, el nistagmus y las lesiones corneales; además se detecta de forma inconstante un retardo mental que varía de medio a moderado; los afectados suelen automutilarse, presentan anomalías de la coordinación fina y déficits de lenguaje. Está incluida en algunos programas de cribado metabólico neonatal; (19, 25) si no se hiciera, el diagnóstico se sospecharía por la clínica, confirmándose en el laboratorio al detectarse tasas elevadas de tirosina y fenilalanina hemáticas; el tratamiento consistente en la administración de una dieta baja en tirosina y fenilalanina, curaría a estos niños; si el diagnóstico fuera precoz, se les evitaría el retraso mental. Llamamos Enfermedades moleculares, a aquellas en las que el diagnóstico se basa en técnicas de biología molecular, es decir, demostrando en qué gene asienta la patología; de ellas sólo aludiremos a dos: la Distrofia miotónica muscular de Steiner y la enfermedad de Huntington. La Distrofia miotónica muscular de Steiner es una enfermedad multisistémica, es decir que afecta a varios órganos y sistemas, cursa con gran atrofia muscular y miotonía; el signo clínico guía en los adultos, que no se evidencia en los niños, consiste en la dificultad para la relajación de un músculo tras su contracción; en el neonato hay gran hipotonía, defectos de conducción cardiaca y a veces cataratas. La enfermedad aparece porque se produce una mutación en el gen, situado en el brazo largo del cromosoma 19, que codifica la proteína reguladora de la MDPK, es decir la proteinkinasa de la distrofia miotónica. En ese gen hay una secuencia de ADN, lo que llaman los geneticistas “triplete”, formado por un tres nucleótidos, en este caso de Cistina, Timina y guanina, que se repite o copia entre 5-35 veces en los sujetos normales, teniendo los hijos siempre, el mismo número de tripletes, siendo todos indemnes a la enfermedad; si por el contrario, llegaran a 50, sería porque hubiera habido una mutación; el sujeto pasaría de ser normal a portador o a padecerla en grado leve; las repeticiones podrían llegar hasta 2000, en cuyo caso la enfermedad sería grave. La distrofia miotónica es una enfermedad hereditaria autosómica dominante, es decir que se hereda tanto por vía paterna como materna; al ser dominante, la probabilidad que los 12 hijos la padezcan es de un 50%. Aunque la herencia es autosómica dominante, en los casos neonatales, que nacen ya afectados, es siempre la madre la portadora, aún cuando, no hubiera sido diagnosticada. Este hecho se explica por la “impronta genética”: la expresión del mismo gen sería distinta si asentara en un hombre o en una mujer, es decir, en el padre o en la madre, porque la secuencia del ADN no es funcionalmente igual en los distintos loci del gen de la distrofia miotónica; si fuera el padre el enfermo el hijo la padecería, como se ha expuesto, pero no tan precozmente como para presentarse en la época neonatal. (26) Incide en uno por cada 7,500- 30.000 nacimientos; es la distrofia muscular más frecuente a cualquier edad. La forma neonatal, es la que nos interesa sobre todo por sus secuelas. Al nacimiento además de las características fisonómicas peculiares, lo que condiciona el carácter ominoso a esta enfermedad, es la gravísima hipotonía, que conduce a insuficiencia respiratoria con necesidad de ventilación mecánica; la falta del reflejo de succión y deglución hace que precisen sonda nasogástrica para alimentarles; las alteraciones neurológicas, aunque algunas sean primitivas, hay otras secundarias a los trastornos respiratorios y de tono que generan retrasos psicomotores y mentales importantes. Esta enfermedad, no sólo es atípica en cuanto a herencia, sino también en su forma de presentación ya que el neonato ni clínica ni Electromiográficamente tiene los signos típicos del adulto. En muchas ocasiones, el diagnóstico de esta enfermedad en la familia, se hace a través del recién nacido; eso fue lo ocurrido en todos los casos estudiados por nosotros. El diagnóstico se sospecha por la gran hipotonía sin causa aparente; si no hubiera una anamnesis positiva, se haría un árbol genealógico lo más amplio posible y se estudiaría genéticamente a través de un laboratorio especializado al niño y sus familiares, para darles un consejo genético. En el primer trimestre de la gestación, el diagnóstico prenatal de la Distrofia Miotónica puede realizarse mediante la biopsia de las vellosidades coriales, siendo útil para orientar a los padres y para plantear una buena asistencia neonatal, que pueda prevenir posibles complicaciones de la enfermedad. El tratamiento es rehabilitador y sintomático, no hay específico. 13 La enfermedad de Huntington o corea es un proceso neurodegenerativo y progresivo, por degradación o desgaste de neuronas cerebrales. Se especula con la posibilidad que se deba a un defecto en el número de interneuronas del núcleo estriado. Genéticamente es semejante a la enfermedad de Steiner, la mutación está en el gen situado en el brazo largo del cromosoma 4, que codifica la proteína reguladora de la huntingtina; hay un aumento del número de tripletes específicos; el número de repeticiones es inversamente proporcional a la edad de comienzo, para que haya clínica infantil, la repetición será mayor de 50. La herencia es también autosómica dominante, presentándose igualmente, el fenómeno de anticipación La extensión de la repetición aumenta con la espermatogénesis, quizá a eso se deba que la "anticipación", en esta enfermedad ocurra con la trasmisión paterna. (27) Anatomopatológicamente se caracteriza por pérdida de neuronas y gliosis que afecta fundamentalmente al núcleo estriado y en menor medida a la corteza cerebral. Su frecuencia es alrededor de 1/10,000 individuos en la mayoría de los países occidentales; la forma infantil que comienza antes de los diez años de edad, corresponde sólo a un 1-3% de la totalidad de los afectados; es más frecuente en las niñas, aunque, ya se ha apuntado, que son los antecedentes paternos, y no los maternos, los que prevalecen; por lo que los estudiosos de la enfermedad plantean la hipótesis de una sinergia entre el sexo del paciente (femenino) y antecedentes familiares (paternos) respecto al adelantamiento de síntomas y manifestaciones patológicas. En los niños, que son los pacientes que a nosotros nos preocupan, se puede encontrar corea, retraso mental, trastornos de conducta, convulsiones hiper o hipotonía; si la hipertonía fuera intensa, los movimientos serían escasos, llegando incluso a una falta total de los mismos o aquinesia. El diagnóstico se sospecha por clínica y anamnesis; en el TAC se puede demostrar pérdida de tejido cerebral, el laboratorio sería contundente con el estudio del DNA. No hay tratamiento específico, habrá que recurrir al sintomático. Entre los Síndromes neuro-cutáneos los más frecuentes son la neurofibromatosis, cuya forma típica infantil es la de Tipo I, la esclerosis tuberosa y la enfermedad de Sturge-Weber. 14 Tienen en común, que los tres son congénitos, que persisten a lo largo de toda la vida y la presencia de tumores en varios órganos y sistemas, siendo la localización cerebral, la que a nosotros nos atañe; la sospecha diagnóstica se hace por las lesiones dérmicas típicas de cada síndrome, por eso se les estudia como un grupo clínico relativamente independiente. El equipo interdisciplinario que tratará a estos niños, estará integrado así mismo por un neurocirujano y un traumatólogo infantil. La gravedad de la enfermedad no se manifestará hasta que el niño crezca y se desarrolle. La Neurofibromatosis tipo I además de los tumores en los nervios, cerebro y otros órganos, tiene de típico la presentación dérmica de manchas de color café con leche. Se produce por daño embrionario en la cresta neural y en los tejidos que de ella se derivan. El gen afectado codifica la neurofibrina, está en el brazo largo 11.2 del cromosoma 17, es un gen antitumoral, su supresión puede facilitar la aparición de los tumores típicos de esta enfermedad; las mutaciones espontáneas llegan a un 50%. Se hereda con carácter autosómico dominante, con 100% de penetrancia, pero con una expresión muy variable; no hay predominio de un sexo sobre otro. La frecuencia es de uno por 4.000 nacidos. Entre un 30 a un 60 por ciento de los niños tiene trastornos del desarrollo, específicamente problemas de aprendizaje, retraso mental y del habla, convulsiones, dolores de cabeza, pueden ser hiperactivos. En la infancia el glioma óptico suele ser asintomático e infrecuentemente habrá pérdida auditiva. En el recién nacido no son tan abundantes las manchas color café en la piel, la intensidad del color también es menor, tampoco la extensión será tan grande como la que aparecerá tardíamente; los Neurofibromas, raramente pueden ser vistos al nacimiento, posteriormente serán muy frecuentes y benignos, sólo malignizarán un 3 a un 5 por ciento. El diagnóstico suele ser clínico, por la presencia de más de siete manchas dérmicas y por los tumores. A veces, como hemos señalado en enfermedades anteriores, la dolencia en los padres puede pasar desapercibida, siendo la sintomatología y el diagnóstico del hijo, las claves de la evaluación del trastorno paterno. 15 El diagnóstico exacto se hace genéticamente; pero no existe por ahora medio de predecir a través de cualquier prueba, la gravedad que pudiera alcanzar la enfermedad. No hay más tratamiento que el sintomático. La Esclerosis tuberosa se caracteriza por la presencia de múltiples tumoraciones localizadas frecuentemente en cerebro, piel, corazón y riñones. La enfermedad se produce por la mutación de dos genes que interaccionan entre ellos, uno situado en el brazo largo del cromosoma 9 (TSC1) que elabora hamartina y el otro en el brazo corto del cromosoma 16 (TSC2) que genera tuberina, ambas intervienen en el origen de los tumores. Los dos genes, controlan el crecimiento celular del cuerpo, teniendo un papel fundamental en el desarrollo fetal temprano del cerebro y de la piel. La incidencia según las distintas estadísticas es de 1 por 6.000 a 1 por 15.000 nacidos vivos. La transmisión es autosómica dominante, ´puede provenir tanto del padre, como de la madre; aunque sólo en un tercio de los casos se demuestra el carácter familiar, ya que hay muchas mutaciones. La clínica es muy variable, las máculas múltiples hipopigmentadas de la piel son muy típicas; desde el nacimiento son visibles los adenomas sebáceos en la cara que histológicamente corresponden a angiofibromas, a lo largo de la infancia se van desarrollando tumores en otros órganos, aunque el rabdomioma cardiaco al poder ser diagnosticado por ecocardiografía, se ha encontrado en un 50-64% de los niños con esta enfermedad; hay tumores benignos en el sistema nervioso central, los cuales se detectan mejor por RNM a partir de los 16-18 meses de edad cuando la mielinización cerebral es completa; hay hamartomas en retina y en otros órganos. Los tumores corticales provocan convulsiones desde los primeros meses postnatales y los subependimarios hidrocefalias, además hay retrasos del desarrollo, mentales y dificultades en el aprendizaje. El diagnóstico es fundamentalmente clínico; la anamnesis ayuda cuando hay otro familiar afectado. El TAC cerebral, Ecocardiografía etc. ponen de manifiesto el tamaño, la localización y eventual repercusión o compresión de los tumores en otros órganos. El ADN puede demostrar la mutación de los genes (TSC1 o TSC2) causantes de la enfermedad. El tratamiento es sintomático. 16 Síndrome de Sturge-Weber o angiomatosis encéfalo-trigeminal: Es un trastorno neurocutáneo infrecuente, caracterizado por una malformación capilar facial asociada a una malformación vascular leptomeníngea y a alteraciones oculares. La causa de la enfermedad de Sturge-Weber es desconocida y se considera esporádica, aunque Comi y col. han encontrado una expresión incrementada del gen de la fibronectina en fibroblastos obtenidos de tejidos lesionados en pacientes afectos de este síndrome. Ellos atribuyen a la fibronectina un papel en la patogénesis, que sería consecuencia de la existencia de una mutación en su gen regulador. (28). En lo que todos los autores están de acuerdo, es que como la dermis frontoparietal nasal, la coroides y la píamadre tienen un origen embriológico común, la vascularización anómala embrionaria afectaría la primera rama del nervio trigémino, que sería la causante final de la patología. Es una enfermedad de carácter esporádico, aunque hay casos descritos con herencia autosómica, tanto recesiva como dominante; a veces, otros miembros de la familia tienen hemangiomas, en menor grado que la persona afecta. Se calcula que la incidencia es de 1/50.000 neonatos. El síntoma clásico de esta enfermedad es una mancha facial plana, de color del vino de Oporto presente desde el nacimiento. Se acompaña de epilepsia (75-90%), que suele ser resistente a los tratamientos habituales, empezando a convulsionar en los primeros meses postnatales; hay retraso mental (40%), no es infrecuente encontrar glaucoma, alteración de la agudeza visual o desprendimientos retinianos cuando se acompañan de angioma ocular ipsolateral; hay trastornos motores como hemiparesia o hemiplejia, retrasos del desarrollo y mentales. (29) El diagnóstico es fundamentalemente clínico, al constatar una mancha facial en el territorio del trigémino. Las pruebas de imagen cerebral con contraste demuestran la malformación vascular leptomeníngea y la atrofia cerebral que se produce en consecuencia. El EEG, diagnostica la epilepsia, que suelen padecer. Oftalmológicamente desde el nacimiento puede haber glaucoma. No hay más tratamiento que el sintomático. Cromosomopatías genéticas ligadas al sexo. 17 Síndrome de Turner es la afección de las niñas-mujeres, que sólo tienen un cromosoma X, es decir es una monosomía X. Es una cromosomopatía, que afecta sólo a las niñas, sexo femenino, caracterizada por la falta de parte o de la totalidad de un cromosoma X; al tener mejores medios analíticos, se ha visto que en esta anomalía, se detectan abundantes delecciones y cambios estructurales bien delimitados, que informan de las alteraciones somáticas que las afectadas puedan presentar. Salvo que uno de los padres tenga una traslocación de su X, que es muy raro, no hay herencia, su aparición es esporádica. En su frecuencia no influye la edad de la madre; estudios moleculares han mostrado que en los dos tercios de las pacientes el cromosoma X es de ascendencia materna. Es la alteración cromosómica más frecuente: su incidencia es aproximadamente de una por cada 1.500 a 3.000 recién nacidas vivas; al estudiar los embriones, la frecuencia se multiplica, ya que un 15% de los abortos espontáneos son X0, se calcula que el 99% de estos embriones no maduran, es decir que terminan en aborto, por lo que se piensa que los fetos que sobreviven son mosaicos, que coexisten con una segunda línea celular del segundo cromosoma X. La clínica neonatal es llamativa, tienen talla baja, cuello ancho con piel abundante, llamado “pterygium colli”, implantación baja del cabello en la nuca, rotación posterior de las orejas, linfedema de pies y manos, displasia de uñas y alteraciones de los dermatoglifos; estos signos llevan a una sospecha fundada de síndrome de Turner. Suelen, además, tener coartación o estenosis aórtica. Un 90% de estas niñas, tienen una inteligencia normal; sin embargo en ellas hay una especial dificultad en las pruebas de percepción espacial, hay trastorno de aprendizaje por el mal procesamiento de ideas por problemas de relación visión-espacio, por defecto en la discriminación derecha izquierda, son lentas en finalizar las tareas, siendo el rendimiento manipulativo peor que el verbal, incluso a veces pueden cursar con hiperactividad y falta de atención. Parece que si el cromosoma X fuera de procedencia paterna tendrían mejores conductas sociales y superior habilidad verbal, que si viniera de la madre. El 10% restante tienen retraso intelectual, trastornos de lenguaje y sólo una mínima parte necesitan ayuda domiciliaria. Un 50% presentan hipoacusias neurosensoriales y un 10% de conducción por otitis repetidas. En cambio, visualmente es poco frecuente el estrabismo y la ptosis palpebral y aún más raras las cataratas y el nistagmus, aunque se han descrito estos trastornos en esta población. (30). El Diagnóstico, que se sospecha clínicamente por los datos anteriores, tiene que confirmarse con la práctica de un cariotipo, en el que se demuestre la ausencia de un cromosoma X, o si lo hubiere, que tenga delecciones o cambios estructurales. 18 Hasta ahora no hay profilaxis; siendo el tratamiento sintomático. El Síndrome de Klinelfelter: Se caracteriza porque afecta a varones, en los que se demuestre que tienen más de un cromosoma X, su genotipo sería 47XXY. No se conoce la causa, parece que hay una mayor incidencia en los niños nacidos de madres añosas. La incidencia es de 1 por 500-1000 RN varones, subiendo a un 8 por 1.000 cuando se estudia la incidencia entre los niños etiquetados de retraso mental. Es la cromosomopatía sexual más frecuente en el sexo masculino. Un 10% son mosaicos. La clínica es anodina, de tal manera que al nacer no presentan rasgos que hagan pensar en esta patología. Se han descrito algunos casos asociados a hipotiroidismo. Martínez Frías afirma que el 95% pueden llevar una vida sana y productiva; sólo un 5% tiene trastornos de conducta y aprendizaje, ese 5% aunque tengan un IQ levemente bajo o normal, hablarán tardíamente, continuando con dificultades en esta área toda su vida, posteriormente en el colegio les cuesta aprender a leer y escribir; si no se les atendiera pronta y adecuadamente, sus conductas serían antisociales, sobre todo si la información de su patología no se hiciera de forma inteligente y cuidadosa, ya que el riesgo mayor es de la posible esterilidad, se dice posible, porque pueden engendrar los que tan sólo sean mosaicos. (31) Es difícil su diagnóstico en el periodo neonatal; no hay tratamiento. Síndrome de X frágil: Se llama así porque el cromosoma X patológico, cuando se ve al microscopio parece que tuviera una sección que fuera a romperse, está como pendiente de un hilo, de ahí la adjetivación de frágil. El síndrome se debe a que tiene alterado un gen en el brazo largo del cromosoma X, este gen, el FMR-1, codifica la proteína FMRP, que está deficiente o ausente en estos niños. Como en otras patologías ya estudiadas, hay una repetición elevada de tripletes específicos, en este caso el trinucleótido es de Citosina-Guanina-Guanina (CGG).; también es posible tener la clínica por una supresión o deleción del propio gen o por una mutación que le impide su función. Como siempre la repetición en los portadores será menor que en los afectos y mayor que en los sujetos normales; presentan el fenómeno de la anticipación génica. Por asentar el gen en uno de los cromosomas X, y no tener el varón otro cromosoma X, que pudiera compensarle, el niño se afectará, en cambio las hembras al tener un segundo X normal, contrabalancearán el déficit de proteína; sin embargo son portadoras. La herencia es dominante ligada al X, con una penetrancia variable. 19 La detección en la madre es muy importante, por su característica de portadoras y tener el riesgo alto de engendrar un hijo afecto. Los hombres no afectados, raramente pueden ser portadores de una pre-mutación; en el caso que lo fueran transmitirían la pre-mutación a todas sus hijas pero a ninguno de sus hijos. Por lo general, las mujeres no presentan síntomas, pero serían portadoras de la pre-mutación que podrían transferir a su descendencia. En los varones la pre-mutación por lo general no aumenta en su descendencia. Hay algunas variaciones citogenéticas. La incidencia es de uno por 1.500 a 4.000 varones, en cambio hay una por 2.500 a 8.000 mujeres; las cuales tienen el 50 por ciento de probabilidades de transmitir el gen, Es la primera causa hereditaria de retraso mental y la segunda después del síndrome de Down, asociada a factores genéticos; el 30% de todas las formas de deterioro cognoscitivo se deben a este síndrome. La clínica es variada, los niños afectos del síndrome de X frágil sufren un pobre contacto visual, rechazo al tacto, mordisqueo de manos, rabietas, timidez o ansiedad social, el retraso mental en las niñas suele ser leve, en los niños es de grado variable (CI de 30-80). Los comportamientos de agresión o explosiones pueden ser un problema en la adolescencia para aproximadamente el 30% de estos enfermos. Aproximadamente de un 15 a un 30% tienen autismo y cerca del 6% de los varones autistas tienen el síndrome de X frágil. Ciertos diagnósticos psiquiátricos, incluyendo el Síndrome de Asperger, trastornos evitativos de la niñez, (inhibición social, sentimientos de inadecuación y una hipersensibilidad a la evaluación negativa), trastorno esquizoide de la personalidad y mutismo selectivo, pueden aparecer en este síndrome. En las niñas con X frágil usualmente sólo hay timidez, ansiedad social, problemas en matemáticas y de atención. En estos individuos el núcleo caudado, el hipocampo y los ventrículos laterales están agrandados frecuentemente; en cambio, el vermis cerebeloso es más pequeño que lo normal, relacionándose su tamaño con el nivel cognitivo, incluyendo la función ejecutiva. Las características físicas llamadas típicas del síndrome de X frágil no son suficientes para hacer el diagnóstico, el signo más precoz del trastorno, ha sido el retraso en la maduración del lenguaje, bien aislada, bien junto a retrasos motores y trastornos de conducta. (33, 34, 35, 36) El diagnóstico se sospecha por la clínica antedicha; pero sólo es definitivo con el estudio del cariotipo, en el que se demuestre el X frágil, es decir que el brazo largo del cromosoma X 20 tenga una especie de rotura o como un hilo que se desprendiera. Es necesario el estudio de la familia para el consejo genético. Tratamiento sintomático. De las Cromosomopatías autosómicas, repasaremos las trisomías, que representan un 0,17% de los nacimientos; suelen ocurrir por no disyunción en la primera división meiótica; nos ocuparemos únicamente de la del 21, por ser la más frecuente, sobre todo en Europa; el resto de las trisomías o son muy raras, como la del 22 o su letalidad relativamente precoz es muy elevada, como ocurre en la 13 y 18. En general no se repiten en gestaciones sucesivas, ya que los padres suelen estar indemnes; por el contrario si uno de los progenitores tuviera un fallo estructural o numérico cromosómico, podría reiterarse. En el síndrome de Down o trisomía del 21 se ha comprobado, gracias a los estudios moleculares, que en la mayoría de los casos se debe a la no disyunción en los gametos maternos, preferentemente en la meiosis I, aumentándose este hecho al avanzar la edad. Si la madre fuera añosa, los cariotipos de los progenitores suelen ser normales, el consejo genético se enfoca acerca del riesgo debido a la edad materna; siempre hay que insistir en riesgo, no en certeza, ya que tenemos casos de madres con más de cuarenta años, que tuvieron hijos con este síndrome, que posteriormente alumbraron otro normal. De todos modos hay varias tablas construidas con la edad de la madre y el riesgo a que el hijo lo padezca, un dato a tener en cuenta es la probabilidad antedicha, de uno por 50 nacimientos cuando la madre tuviera más de 45 años. Si por el contrario la madre fuera joven es obligado hacer a los padres el cariotipo aunque fueran clínicamente absolutamente normales por si fueran portadores de una traslocación compensada del cromosoma 21, que fuera el origen de la trisomía o de abortos por engendrar cigotes monosómicos autosómicos es decir 45 XX o 45XY, que son incompatibles con la vida. En España hay 1 por cada 600 nacimientos, si la madre tuviera más de 45 años el riesgo ascendería a 1 por 50; aunque estas cifras han descendido tras el diagnóstico intrauterino y la interrupción voluntaria del embarazo. Los pacientes cursan con discapacidad, gran hipotonía y a veces defectos sensoriales; además de malformaciones en otros órganos o sistemas: corazón, digestivo, riñón, así como las 21 particularidades que le reportan el fenotipo bien conocido; es la cromosomopatía mejor estudiada y manejada, ya que hay muchas asociaciones que se ocupan de estos pacientes. Otras cromosomopatías son las debidas a Traslocaciones, que pueden ser traslocaciones recíprocas, cuando dos cromosomas diferentes intercambian segmentos entre sí, y traslocaciones robertsoniana, cuando un cromosoma completo se adhiere a otro en el centrómero. La traslocación no altera ni la cantidad ni la calidad de material genético, pero si un individuo es portador de una traslocación, al unirse a otro normal, al llegar a la disyunción cigótica cuando podrían aparecer alteraciones en la descendencia. Tienen una gran variabilidad tanto desde el aspecto cromosómico, como de consejo genético, o de la clínica. Cuando están compensadas, suelen ser asintomáticas, pero incluso en esos casos, su detección, como se ha anotado en la trisomía del 21, es importante para dar consejo genético pues la descendencia tiene probabilidades de ser neonatos afectos de trisomías o abortos por la presentación de monosomías autosómicas. Por tanto la traslocación en sí misma, no tiene relación con la discapacidad; pero pueden unos progenitores afectos de una traslocación, totalmente asintomáticos engendrar hijos con una trisomia, como hemos apuntado en el síndrome de Down. Los Mosaicos se producen cuando hay una falta de disyunción, algo tardía, es decir, ya en la primera división mitótica después de formado el cigoto, bien por una mutación poscigótica, o bien por la corrección de una mutación en un cigoto; por lo tanto el individuo tendrá al menos dos líneas celulares distintas, una normal y la otra patológica, aunque ambas procedan del mismo cigote; a veces se asocian a fenómenos de impregnación genética. El fenotipo de esos individuos será menos expresivo, que si todas las líneas celulares tuvieran el mismo defecto; ejemplos típicos son los mosaicos de la trisomía del 21, en la que los rasgos, conductas etc. son menos ostensibles, que en la trisomía completa. Si el mosaicismo fuera la consecuencia de un error en la división celular durante la meiosis y la mitosis, la posibilidad de que el mismo problema se repita en una futura gestación es de 1%. Si el mosaicismo fuera debido a un error en la división celular después de la fertilización, las posibilidades de una recurrencia son incluso más reducidas (menos de 1%). Entre los mosaicos estudiaremos, como una entidad individualizada, el Síndrome de Pallister-Killian, que produce un retraso mental profundo. 22 Se debe a la presencia de dos líneas celulares, una normal y la otra patológica por ser su cromosoma 12 un isocromosoma, por duplicación del brazo pequeño o “p”, es por tanto una tetrasomía al poseer cuatro brazos cortos en vez de los dos que sería lo normal. Suele hacerse el diagnóstico en los fibroblastos de la piel, siendo en general el cariotipo de los linfocitos periféricos normal. La incidencia es menor de 1/10.000; el promedio de vida de las personas que padecen síndrome de Pallister Killian es reducido, aunque algunas, pueden vivir más de 40 años. Los afectados no legan a hablar; padecen: rigidez en las articulaciones que les producen graves contracturas, falta de tonicidad muscular, convulsiones, retardo mental severo, hipoacusia y cataratas en los adultos, además de unas características típicas somáticas, que ayudan a hacer el diagnóstico. (36) No hay tratamiento etiológico, sólo el manejo sintomático. Espectro autista, es un término más actual que el de autismo; se denomina de esta forma a un conjunto heterogéneo de trastornos producidos por un defecto estático del cerebro inmaduro; el hecho clínico fundamental que otorga una idiosincrasia especial a los enfermos afectos es su anómala relación con la sociedad; en todos ellos hay además trastorno de la comunicación, de la comprensión del lenguaje, tienen una rigidez mental, que restringe su conducta, así como falta de imaginación. Son formas graves y tempranas de alteración psicopatológica. El DSM-IV, define el trastorno autista como "una discapacidad del desarrollo que afecta significativamente la comunicación verbal y no-verbal y la interacción social, usualmente evidente antes de los tres años de edad, que afecta adversamente el rendimiento escolar del niño. Otras características a menudo asociadas con el autismo son la exhibición de actividades repetitivas y movimientos estereotipados, resistencia a todo cambio en el medio ambiente o variación en la rutina diaria, y reacciones poco usuales a las experiencias sensoriales." Como creemos que es una patología, que incluso en los casos graves y precoces, no aparece en el neonato, no profundizamos en ella, aunque ya hay estudios, que hacen referencia a signos sutiles, en niños ingresados en las UCI neonatales, que posteriormente desarrollarán alguna forma de Espectro autista. (37) Frecuencia Ha llamado mucho la atención, el gran aumento de la prevalencia, llegando autores a decir que ha subido en un 55,6% de 1991 a 1997, quizá debido a un mejor diagnóstico. La prevalencia del espectro autista es aproximadamente de un 3 a un 6/1000, 23 con una relación varón a hembra de 3:1; pero si nos referimos únicamente al trastorno autista o autismo clásico está en 5/10.000. Epidemiología: Los estudios epidemiológicos indican que factores ambientales como los tóxicos, teratógenos, daños perinatales o infecciones prenatales se encuentran en algunos niños autistas, pero no en todos. La genética no se conoce bien, ya que no hay árboles genealógicos hechos, aunque los estudios realizados en gemelos parecen demostrar que la incidencia de la repetición de la enfermedad en los gemelos monozigotes es de un 60%-92% y en los dizigotes de un 0-10%. La tasa de recurrencia en hermanos de niños afectados es de un 2 a un 8%, mucho más alta que en la población general; pero más baja que en las enfermedades debidas a la anomalía de un solo gen. Los genetistas sugieren que podría haber una interacción entre múltiples genes, se calculan que serían al menos 10, modificados o tamizados por circunstancias ambientales que por otra parte, es lo que los psiquiatras aseguran que ocurre en la mayoría de los trastornos mentales. Tratamiento del Autismo: No existe un tratamiento general para aplicar a estos enfermos ya que el espectro es muy amplio y es frecuente la comorbilidad. Sin embargo modernamente se insiste en la necesidad de una terapéutica urgente e intensiva para respaldar su desarrollo, con implicación de la familia, orientado a la comunicación, a la relación y a regular y organizar sus experiencias. Deben abordarse prioritariamente las dificultades emocionales, para el procesamiento sobre todo de sus capacidades simbólicas. Necesitan atención temprana, llevada a cabo por profesionales que sean expertos en salud mental infantil para hacer el diagnóstico y prescribir los tratamientos oportunos. A nivel educativo existen los hospitales de Día, dependientes de salud mental y además la escuela inclusiva es en estos momentos la que guía la educación y deben asistir a ella con profesorado especializado. Los padres asesorados por profesionales deberán elegir la modalidad terapéutica que crean más conveniente para las dificultades de su hijo y ellos recibirán el apoyo psicológico necesario. HIJO DE MADRE DIABÉTICA; la diabetes materna, puede afectar al nuevo ser en cualquier etapa de la gestación. Los hijos de madre diabética pueden nacer con 24 malformaciones, trastornos metabólicos, hematológicos, digestivos, cardiacos, etc. dando lugar los nutritivos tanto a obesidad como a niños con un bajo peso al nacimiento. Sin embargo lo más importante, aunque no lo más frecuente, son las malformaciones. No se sabe exactamente el papel de los agentes teratógenos que inducen las malformaciones, se especula con la hipo o hiperglicemia, la hipercetonemia por aumento del betahidroxibutirato, por la elevación de los aminoácidos ramificados, por el aumento de los niveles de zinc o de la síntesis de proteoglicanos anómalos; pero en lo que parece que no hay duda, es que es importantísimo el estado metabólico anormal en la época periconcepcional, días antes, en el día y en los posteriores a la concepción; es la razón por la que se estudia en este apartado. La acción teratogénica de la hiperglucemia podría deberse a que se desencadenaría una deficiencia funcional de ácido araquidónico, necesario para el desarrollo del embrión y de la vesícula vitelina; que por ende incrementaría la producción de radicales libres de oxígeno, que alteraría el ADN. Las malformaciones congénitas mayores asientan preferentemente en el sistema nervioso central, siendo las más frecuentes: los defectos del tubo neural, la anencefalia y la holoprosencefalia; las anomalías del tubo neural las estudiamos dentro de una entidad independiente, “meningomielocele”; como la anencefalia conduce a la muerte y la holoprosencefalia o falta de crecimiento y división del cerebro, también es letal en la mayoría de los casos, no hacemos más que mencionarlas. Otras malformaciones, no son analizadas aquí, por su falta directa de repercusión en los trastornos del desarrollo. La acción teratógena que desembocaría en malformaciones, puede comenzar en la fase de preimplantación o algo más tardíamente, alterando el número de células del blastocisto o del embrión, pero siempre dentro de las primeras seis semanas de gestación. La insulina inyectada a la madre, como no cruza la placenta, no puede ser considerada como un factor teratógenico. Hay consenso en que la incidencia de malformaciones congénitas en los hijos de madres diabéticas, incluso las afectas de la llamada diabetes gestacional, es de 6-10 veces más alta que en la población no diabética; pero si las mujeres se sometieran a un vigilancia diabetológica rigurosa antes de la concepción y se continuara este cuidado, durante las primeras semanas de la gestación, manteniendo en límites normales la hemoglobina glucosilada, que es el parámetro más expresivo del buen control de la enfermedad, el número de malformaciones bajaría de un 7 a un 2%; cifra que refleja la misma incidencia que la habida en la población general. (43, 44) 25 ETIOLOGIA MÚLTIPLE: MIELOMENINGOCELE Es una malformación que se produce porque uno o varios de los arcos posteriores de la columna vertebral, no se funden correctamente entre los días décimo séptimo y trigésimo de gestación, por lo que la médula al carecer de protección ósea que la contenga, se exterioriza. La Etiología es compleja; hay cierta predisposición étnica, como pasa en Irlanda, en cambio, es rara en la raza negra; en el 95% de los casos, no hay antecedentes familiares, como lo demuestran los estudios multicéntricos hechos en 16 países europeos por Eurocat; sin embargo la probabilidad de tener un segundo hijo con la misma malformación llega a ser veinte veces más elevada, que si ninguno de los anteriores la hubiera presentado. Se piensa en el origen genético, aunque está sin confirmar. En Irlanda se estudió el gen de la síntesis de folatos en cerca de 400 niños con mielomeningocele y en más de 800 controles, en el 26% de los niños afectos coexistían dos variantes del gen, no apareciendo en los normales. Entre un 50-70% de los afectados tenían un déficit manifiesto de ácido fólico. En el embarazo bajan los niveles de ácido fólico necesarios para la formación de ADN, que es fundamental en el crecimiento y desarrollo del embrión; si este descenso fuera importante, conduciría a un aumento de homocisteina, que impediría el buen desarrollo del tubo neural. Las madres sujetas a medicaciones antagonistas del ácido fólico, como el valproato sódico, algunos antiepilépticos, anticonvulsivantes, ciertos antinflamatorios, algún diurético, el metrotexato y barbitúricos, son más receptivas a esta anomalía. Las madres diabéticas con hemoglobina glucosilada alta, ya se apuntó en ese apartado, tienen riesgo de tener un hijo con esta malformación. Hay más frecuencia en las madres que tuvieron fiebres altas y prolongadas o que utilizaron saunas al principio del embarazo. Interviene el bajo nivel socio-económico en la mayor presentación de esta malformación. No pueden descartarse factores ambientales y nutricionales. La incidencia descendió a partir de la década de los 80, en parte por la profilaxis y también por la interrupción voluntaria del embarazo, aunque esa tendencia se ha estacionado en los últimos años, por lo que los epidemiólogos insisten en que hay un fallo en la profilaxis. Al examinar la espalda del recién nacido, se ve una especie de saco que contiene líquido céfalo-raquídeo (LCR) y raíces raquídeas. Clínicamente se comporta como una sección medular, los nervios que salen de ella, a partir de ese nivel no pueden enviar mensajes desde las 26 diferentes partes del cuerpo al cerebro, como lo hacen los nervios que están por encima de la lesión. La parálisis y falta de sensibilidad de miembros inferiores será más o menos extensa, según la altura de la lesión. Entre un 80-85% de estos niños desarrollan una hidrocefalia, por lo que al ser intervenidos para drenar ese líquido a peritoneo, se pueden infectar dando lugar a meningitis. Estos niños pueden tener inteligencia normal, aunque por las malformaciones concomitantes o por secuelas de hidrocefalias, meningitis etc., suelen tener trastornos mentales, conductuales, de atención, de comprensión de la lectura y de aprendizaje sobre todo de matemáticas. Al hacerse mayores, si no se les hubiera brindado un buen apoyo psicológico, podrían hacer cuadros depresivos. Se diagnostican perinatalmente, pudiendo ser operados de forma inmediata, incluso intrauterinamente; pero continuarán a lo largo de su vida con la parálisis de miembros inferiores y la incontinencia de esfínteres. El mielomeningocele se acompaña de la malformación de Chiari II, con una frecuencia mayor que cualquier otra malformación; en ella parte del tronco del cerebro y el cerebelo desciende a zonas inferiores, complicando la alimentación, la deglución, respiración, produciendo hidrocefalia y en definitiva conduciendo a una alta mortalidad. El diagnóstico prenatal entre la décimo sexta y décimo octava semanas de gestación, se intuye por una tasa elevada en el suero materno de alfa-fetoproteina, aunque no es patognomónica. La ecografía, confirma el diagnóstico, incluso antes del aumento de alfaproteina. La prevención, tras el estudio llevado a cabo por Ceizel y Dudas en 1992 en Hungría, se hace por la ingestión materna de ácido fólico antes de quedar la mujer embarazada. Parece que algunas madres tienen una actividad disminuida de la enzima que convierte la homocisteina, en metionina; la hiperhomocisteinemia resultante produciría malformaciones neurales que se corregirían con la ingestión de ácido fólico. Tanto en América como en Europa, se está promocionando la toma por toda mujer en edad de procrear de una dosis diaria de 0,4mg de ácido fólico; sin esperar a confirmar su embarazo, ya que la demora en la profilaxis, derivaría en un alto riesgo de malformación. Otro modo, es enriquecer los cereales en ácido fólico, como se ha hecho en Costa Rica. Hay consenso, en que la dosis, indicada por los expertos, previene en un 50-70% las malformaciones del tubo neural. Un vaso grande de zumo de naranja y un tazón de cereales enriquecidos suministran casi la mitad de la cantidad diaria de ácido fólico recomendada. 27 Hay que tener un cuidado especial en las madres que ingieran antifolatos, en las que las dosis preventivas, serían superiores a las dadas a la población general. El suplemento de folatos no aumentó la incidencia de aborto o embarazo ectópico, aunque puede haber incremento de embarazos múltiples. El tratamiento del mielomeningocele, no es curativo, son niños sometidos a múltiples intervenciones quirúrgicas de neurocirugía, traumatología, proctología, urología principalmente y en consecuencia numerosas hospitalizaciones; atenderán a consultas de diversos especialistas médicos: neurólogos, urólogos, gastroenterólogos, endocrinólogos, teniendo que ir muchos de ellos en sillas de ruedas, por lo que el apoyo psicológico será fundamental para ellos y sus familiares; hay varias asociaciones de padres, que se preocupan además de lo reseñado, del apoyo escolar , para que en la edad adulta puedan llegar a gozar de cierta independencia. (45, 46, 47, 48) EMBRIOPATÍAS Las embriopatías, conceptualmente se definen como las afecciones causadas por noxas que inciden entre la segunda y la décima semanas intrauterinas; se incluyen en este apartado las malformaciones idiopáticas del SNC. (49) El resto de las embriopatías debidas a agentes infecciosos o a cualquier otro elemento teratogénico, actuaría perdurando en el embrión o en el feto durante un cierto tiempo, en el que se imbricaría la inflamación, la destrucción, la intoxicación…para dar lugar a la malformación derivada de estas agresiones, sin embargo, son muy difíciles de separar de las fetopatías porque ni siquiera con la pieza anatomopatológica en la mano, como señala Volpe, es fácil saber la cronología; como otros autores han hecho, nos referiremos en este apartado a embriofetopatías. (50) Por esta razón independizamos las malformaciones del SNC, que se consideran auténticas embriopatías, por su asentamiento en el periodo embrionario, de las embriofetopatías, en las que es dudoso el periodo en que comenzó a actuar el agente nocivo. Se consideran como entidades relativamente independientes: Los trastornos de la migración neuroblástica, en las que ahora se integran la agenesia del cuerpo calloso y por algunos científicos la craneosinóstosis. Decimos relativamente independientes, porque en muchas ocasiones se encuentran dentro de un cuadro malformativo abigarrado. Los investigadores están analizando los genes y los productos genéticos necesarios para el desarrollo del cerebro humano; si llegaran a entender cómo los genes controlan la migración, proliferación, diferenciación y la muerte de las células cerebrales y cómo la radiación, las 28 drogas, toxinas, infecciones y otros factores interrumpen estos procesos ayudaría a la prevención de muchos trastornos neurológicos congénitos. En la migración deberíamos hablar de neuroblastos, ya que son ellos los que emigran, antes de convertirse en neurona que es la célula madura. La semiología común en el fallo de la migración neuronal se deriva de: diversos cuadros malformativos del SNC, anomalías cognitivas, retraso mental, trastornos motores y la epilepsia; en todos estos cuadros hay una corteza cerebral anómala La incidencia de epilepsia es alta (60%), su aparición es precoz (10% neonatales, 42% antes del año) y la frecuencia de crisis aumenta con la edad. Como el daño resultante se puede demostrar con neuroimagen, un 42% de las epilepsias de este origen pueden mejorarse con la cirugía. (51) Los trastornos de migración se están estudiando prolífica y profundamente por sus repercusiones clínicas peyorativas. Se invocan como agentes causantes, alteraciones en las proteínas encargadas de la migración por defecto genético, formas esporádicas o incluso por infecciones, intoxicaciones, radiaciones etc. pero por la causa que fuere el resultado es que las neuroblastos de la matriz germinal, no emigran fisiológicamente a las capas elevadas de la corteza, situándose en lugares anómalos, produciéndose en consecuencia alteraciones de la citoarquitectura, la laminación y la fisiología neuronal, que generarán: Lisencefalia o cerebro liso, es la más grave de las malformaciones neurológicas debida a trastorno de la migración neural; tiene origen genético; una forma, por mutación de un gen “doblecortina” ligada al cromosoma X en los varones y otra autosómica dominante, por alteración del gen Lis I. Paquigiria o grandes circunvoluciones cerebrales, si es total, conduce a la muerte precoz, si fuera parcial, el niño presentaría convulsiones, retraso mental y le sobrevendría la muerte hacia la adolescencia. Polimicrogiria o aumento del número de circunvoluciones, que son pequeñas y anormales separadas por surcos superficiales, que forman una superficie cortical irregular. La forma unilateral está asociada con varias discapacidades cognitivas, hemiparesias, convulsiones focales y defectos en el campo visual, se asocia a mutaciones de algunos genes. Esquizencefalia, es un trastorno del desarrollo poco común caracterizado por surcos o una hendidura hemisférica cerebral (uni o bilateral) extendida desde la piamadre hasta el epéndimo del ventrículo lateral con paredes adosadas (labios cerrados) o separadas (labios abiertos) de sustancia gris anormal de aspecto polimicrogírico. En clínica, la mayoría tienen patología motora y retraso mental, con menor frecuencia epilepsia y defectos visuales. 29 Las heterotopias neuronales consisten en la acumulación de grupos de neuronas normales en localizaciones anormales. El tipo más común es la heterotopía nodular periventricular, en la que se observan restos de acúmulos neuronales que no emigraron, que quedaron al lado de los ventrículos laterales; se deben a mutaciones en el gen de la filamina 1 (Fln1); la mayoría de los pacientes desarrolla varios tipos de ataques convulsivos que suelen aparecer en la adolescencia. Todavía no está clara la relación entre la severidad de la epilepsia y la extensión de las masas heterotópicas. La mayoría tienen una inteligencia normal; aunque algunos presentan problemas de aprendizaje y de lectura. (52, 53, 54) AGENESIA DEL CUERPO CALLOSO Hoy se engloba dentro de los defectos de migración neuronal. El cuerpo calloso es una estructura neurológica que establece la comunicación entre ambos lóbulos frontales. Su formación comienza en la quinta semana intrauterina y madura completamente en la décimo séptima. Es una malformación rara, resultado de fallo de la migración neuronal por una agresión que se produjo antes del inicio de su desarrollo. Aunque su fisiopatología no se conoce, se piensa que algunas de las fibras nerviosas cruzan la línea media a través de otras comisuras y las aumentan; otras lo hacen por lugares heterotópicos. Puede ser esporádica, aunque su causa se desconozca, parece asociarse a infecciones víricas y no víricas, a factores tóxicos tanto exógenos, como endógenos o a factores vasculares. En algunas formas hereditarias, su patrón de transmisión genética es mayoritariamente autosómico recesivo. Existen también referencias a transmisiones autosómicas dominantes o recesivas ligadas al cromosoma X. Según algunos autores, existe una mayor incidencia en el sexo masculino. Se puede presentar aisladamente o asociada a otras malformaciones neurológicas, a alteraciones cromosómicas, a metabolopatías; cuando la agenesia no es total, fallaría la parte posterior que es la última en desarrollarse. Es muy poco frecuente en la población general, aunque las estadísticas varían de 0,3 a 0,7%, alcanzando un 2-3% entre los afectos de discapacidad y retardo del desarrollo. La sintomatología es variada: alteraciones psicomotrices, retrasos del desarrollo, niños que tardan en mantener la cabeza erguida, en sentarse o en andar, que convulsionan, retrasos mentales que pueden llegar a ser graves, alteraciones visuales y también ausencia de coordinación entre la vista y las manos; en ocasiones se les detecta hidrocefalia. En los casos 30 menos graves, pueden sufrir cefaleas, el lenguaje suele ser repetitivo y convulsionar tardíamente. Las niñas padecen un síndrome específico sumado a la agenesia del cuerpo calloso, el síndrome de Aicardi, caracterizado por un profundo retraso mental y lagunas coriorretinales. Cuando la malformación es única, limitada a la agenesia del cuerpo calloso sin otra patología concomitante, los individuos suelen ser asintomáticos. El diagnóstico se confirma por resonancia magnética (RM) cerebral, que será la que afirme o niegue el diagnóstico, demostrando además, la presencia o ausencia de otras malformaciones neuronales. La dilatación ventricular aislada, evidenciada por ecografía trasfontanelar; es un signo sólo de sospecha; que indicaría el requerimiento de la resonancia. El pronóstico es difícil de enunciar, sobre todo cuando se trata de la forma aislada, ya que el espectro sintomatológico es muy amplio. (50) El tratamiento es sintomático. CRANEOSINÓSTOSIS: Algún autor, en ciertas formas clínicas, la considera fruto de trastorno de la migración neuronal. Es la fusión prematura de una o varias suturas craneales; la incidencia es alrededor de 1/2.500 RN. La craneosinóstosis puede asentar en un neonato, sin otra malformación; en el 56% de estos niños, se afectaría la sagital, en el 25% sería la coronal, menos frecuentes, con sólo un 4% son las fusiones prematuras de la sutura metópica; el cierre de la lamboidea, tiene menor incidencia, sólo un 2%; si fueran varias las fusionadas, la frecuencia ascendería a un 13%. Estas sinóstosis que llamamos aisladas, por asentar en niños sin otra patología son las más frecuentes y además son esporádicas, en cambio las sindrómicas obedecen a herencias autosómicas tanto recesivas, como dominantes; pero afortunadamente sólo representan un 6% de la totalidad, aunque están descritas en unos 90 síndromes diferentes. Sintomatología: la deformidad craneal es lo que llama la atención y encamina al diagnóstico. Los pacientes pueden presentar aumento de la presión intracraneal (PIC), por distocia entre continente y contenido que conllevaría daño cerebral y alteración visual, pero que sólo aparece en casos de gran compresión del cerebro y tratamiento quirúrgico tardío. En niños mayores, sin cirugía, se puede reconocer el aumento de la PIC por el papiledema o por las impresiones digitales de la bóveda craneal en las radiografías. Es rarísimo que se produzca 31 una hidrocefalia. Hay una mayor frecuencia de retraso mental, que en la población general, sobre todo en las formas sindrómicas. Hay algunas alteraciones visuales, como exoftalmos, además del papiledema descrito, u otras por el tamaño anormal de las órbitas, con infecciones oculares, queratitis, úlceras e incluso ceguera. Los datos complementarios, en sentido estricto de la craneoestenosis, se limitaría a una radiografía de cráneo y una resonancia magnética, por tratar de descartar cualquier anomalía, que pasara desapercibida en la Clínica. El Tratamiento es quirúrgico, la edad ideal es entre los tres y seis meses, para que el cerebro pueda desarrollarse de forma normal y evitar compresión craneal; si fueran varias las suturas fusionadas, el tratamiento se haría en las dos primeras semanas. Como no vamos a describir, todos los síndromes que cursan con craneoestenosis, nos limitaremos al síndrome de Crouzon por ser el más frecuente y típico. Es una acrocefalia, o cráneo en forma de torre por fusión de las suturas coronal, sagital y lamboidea, por lo que la parte superior y posterior de la cabeza, la frente y las sienes están aplanadas; tiene una evolución lenta. Otras malformaciones son la proptosis ocular, las órbitas bajas e hipoplasia del maxilar superior. La nariz es en pico de pájaro, a veces hay estrechez de los conductos nasales, faringe y tráquea, tienen una mala implantación de los dientes, paladar ojival, que con frecuencia está hendido, estas anomalías podrían causar trastornos respiratorios y digestivos. El 30-60% de los casos son esporádicos; pero en el resto la herencia es autosómica dominante; parece causado por mutaciones en el brazo corto del cromosoma 10, que origina la alteración del FGR12 ó 3 (factor receptor del crecimiento fibroblástico). El futuro de esta patología se encuentra en la genética molecular, que investiga los genes asociados a los diversos síndromes que cursan con craneoestenosis. Se han identificado estas mutaciones, en la biopsia de las vellosidades coriónicas en la undécima semana gestacional. El retraso mental es sólo ocasional. En tiempos pasados estos niños eran estigmatizados o escondidos en sus hogares, la cirugía craneofacial ha conseguido no sólo recomponerles el aspecto físico, sino que su calidad de vida ha cambiado; ahora pueden integrarse de una forma normal en la sociedad. La cirugía en estos casos debe ser temprana; pero en varios tiempos, por las malformaciones acompañantes será realizada por diversos especialistas, teniendo en cuenta que si se retrasara en demasía, podría afectar la autoestima del niño. Por todo ello los afectados necesitan un apoyo psicopedagógico y a veces logopeda. (55) 32 EMBRIO-FETOPATÍAS Acabamos de repasar las embriopatías, es decir las anomalías establecidas por daño, entre la segunda y décima semanas gestacionales, etapa embrionaria. En este apartado incluimos la patología derivada de factores que pueden actuar tanto en la vida embrionaria, generalmente en su último periodo, como en la fetal; la mayoría de las veces resulta un problema difícil decidir el tiempo exacto de la agresión, por eso una gran parte de los estudiosos de estos temas han llegado al acuerdo, quizá menos riguroso, pero más posibilista, de llamar a estas enfermedades embriofetopatías. En las Embrio-fetopatías actúan factores infecciosos y teratogénicos, incluyendo en estos últimos los medicamentos, el alcohol y la radiación. Las infecciones intrauterinas son ocasionadas por virus, parásitos y bacterias, todos ellas pueden producir una embrio-fetopatía; aunque su incidencia global, en los países llamados desarrollados, es sólo de un 0,5 a un 1‰ de los recién nacidos vivos; cifras que coinciden con los datos del Grupo de Hospitales Castrillo, que las valoraron en 0,81 infecciones por mil partos. Del 60 al 80% de esos niños, por tanto una cifra muy baja, presentarán alguna discapacidad: alteración del desarrollo, parálisis cerebral, parálisis motora, trastorno visual, dificultad auditiva; estas ocasionales secuelas son las que hacen que sean estudiadas en este capítulo. Unas infecciones producirán principalmente malformaciones, por actuar preferentemente antes de las diez-doce semanas, es decir en plena organogénesis, y otras por el contrario, lo harán en un periodo posterior en el que los órganos ya estarán formados aunque continuarán desarrollándose, dando lugar a alteraciones fetales en diversos órganos con daños más o menos graves; pero con mínimas malformaciones. Vamos a repasar las infecciones perinatales más frecuentes que cursan con trastornos del desarrollo; en 1971 Nahmias y colaboradores las agruparon bajo el acrónimo TORCH que comprendía las infecciones causadas por Toxoplasma gondii (TO), virus de la rubéola (R), citomegalovirus (C) y virus del herpes simple (H); posteriormente se añadieron otras. No se incluye el SIDA, porque no puede estudiarse independientemente; el niño afecto, no suele estarlo únicamente por ese virus, sino que incide además de malnutrición, falta de control del embarazo, otras infecciones etc. Embrio-fetopatía a Citomegalovirus: el 60% de las embarazadas están inmunizadas a este virus; la posibilidad de reinfección es de sólo un 1%; la infección materna durante la 33 gestación es prácticamente asintomática. Si se trasmitiera la enfermedad hacia la vigésima semana intrauterina , el peligro que el neonato tuviera secuelas neurológicas es elevado; pero si fuera una reinfección el riesgo sería casi nulo. La probabilidad que una mujer seronegativa para el citomegalovirus al comienzo de su embarazo tenga un hijo con la enfermedad es de 1‰. El neonato podría infectarse postnatalmente sobre todo por transfusiones sanguíneas sin filtros. Sólo el 10% de los niños infectados tiene algún síntoma, aunque varía desde un cuadro anodino, a una clínica generalizada típica de la enfermedad de inclusión citomegálica que se caracteriza por prematuridad, microcefalia, calcificaciones intracraneales de distribución periventricular, convulsiones y otras anomalías en distintos órganos; el 90% de estos niños tendrán posteriormente retraso psicomotor asociado a las complicaciones neurológicas descritas y con frecuencia hipoacusia neurosensorial. No suelen presentar malformaciones. . Los niños infectados sin clínica evidente, serán sometidos a un examen riguroso para afirmar o negar la presencia de algún signo patológico, que obligara a insertarlos en un programa de seguimiento, por la posibilidad remota que desarrollen trastornos neurosensoriales. Intrauterinamente se puede sospechar el diagnóstico ante una ecografía fetal en la que se evidencie hidro o microcefalia, calcificaciones intracraneales y otras alteraciones del feto; sin embargo es el aumento de IgM específica y sobre todo el aislamiento del virus en el líquido amniótico el que aseguraría el diagnóstico; pero esta técnica se debe reservar para los casos de duda muy justificada. El diagnóstico neonatal, se hace por la anamnesis, por la clínica y fundamentalmente por la detección del virus en la orina durante la segunda a la tercera semanas de vida. Es demostrativa la IgM específica y la identificación del DNA viral por PCR. Si se confirmara la enfermedad neonatal, habría que realizar un estudio neurológico clínico por un especialista, así como del LCR, Ecografía cerebral, TAC craneal, Resonancia Magnética, estudio oftalmológico y valoración auditiva con potenciales evocados del tronco cerebral. Además de las exploraciones y estudios complementarios generales, que indicara la clínica. En la actualidad no puede prevenirse esta enfermedad, salvo por las medidas higiénicas y los filtros en las trasfusiones sanguíneas. En experimentación animal, se han conseguido éxitos con la vacuna, que suprime por completo la capacidad del virus para replicarse y establecer una infección persistente; pero en los humanos aún no se ha logrado. 34 La trasmisión madre-feto, podría evitarse con globulina hiperinmune CMV. El tratamiento de estos niños en el periodo neonatal es con antivirales, como el ganciclovir o sus derivados; pero lo más interesante es el seguimiento, para detectar lo más precozmente las lesiones residuales y aplicarles el cuidado oportuno, que abarcaría prótesis acústicas, rehabilitación, tratamiento psicológico, apoyo escolar etc. (56, 57) La Embriopatía Rubeólica: Gregg fue el primero que relacionó una infección congénita con malformaciones; es la embriofetopatía mejor estudiada; su historia natural tiene una morbimortalidad perinatal muy elevada; la amplia campaña de vacunación ha cambiado totalmente el pronóstico, de tal forma que en ciertas comunidades empieza a estar erradicada. Tras las epidemias de rubéola habidas en Europa y USA entre 1962 y 1964, con miles de neonatos afectos del síndrome de rubéola congénita, se aprobó la vacuna, gracias a ella, las tasas de la enfermedad, han bajado hasta tal punto que el 21 de marzo del 2005, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicó de forma oficial la erradicación de la Rubeola en América del Norte. En septiembre de 2003, durante la reunión anual de ministros de Salud del continente en Washington, D.C., la OPS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) anunciaron que se unirían para llegar a la meta de erradicación de la rubéola para 2010; esto se ha logrado en la Región de las Américas, (35 países); se esperan los mismos resultados en Europa y Región del Pacífico Oeste para el año 2015. (58) En España en los datos preliminares del estudio de los "Hospitales del Grupo Castrillo" del año 1999, no se comunicó ningún caso; sin embargo en Madrid 2003, se detectó un brote con 14 casos en mujeres inmigrantes de origen latino, en edad fértil. (59) La mujer embarazada seronegativa a la rubéola, que en España parece que está en un 3%, puede contagiarse y transmitir la enfermedad a su hijo-embrión-feto; se produce el síndrome de malformaciones congénitas en el 80-90% de los neonatos si la madre hubiera contraído la infección entes de la duodécima semana de gestación. Si se infectara posteriormente el riesgo de infección fetal bajaría al 25-50%, produciendo una morbilidad menos grave, no malformativa; el 70% de las rubéolas congénitas son asintomáticas, cosa que sucede casi siempre cuando la madre se infecta después de la vigésima semana, aunque los niños puedan presentar problemas a largo plazo. El síndrome de la rubéola congénita se caracteriza por sordera neurosensorial en el 80% de estos niños, suele ser bilateral; por defectos oculares: cataratas, coriorretinitis 35 puntiforme, opacidad corneal, glaucoma y microftalmia, el retraso psicomotor suele ser secundario a la meningoencefalitis que presentan el 10-20% de los niños al nacimiento; tienen otras malformaciones en otros órganos, principalmente el corazón. Si la infección fuera tardía, la clínica podría ser la de una enfermedad generalizada sin malformaciones o totalmente asintomática. Posteriormente un 6% de los niños desarrollará autismo. Diagnóstico prenatal: se hace sólo ante la sospecha en una madre seronegativa, que haya podido tener contacto con una persona infectada por la enfermedad, incluyendo siempre a los lactantes afectos de la forma congénita, porque estos niños pueden eliminar virus hasta aproximadamente el décimo octavo mes de vida. En estos casos, la ecografía serviría únicamente para detectar malformaciones y retraso del crecimiento intrauterino; el aislamiento del virus se obtendría por biopsia corial antes de la décimocuarta semana o más tardíamente por cordonocentesis o amniocentesis. En el neonato la detección de IgM específica es diagnóstica: Estos niños entrarán en un programa de seguimiento multidisciplinar, con oftalmólogos, otorrinolaringólogos, neurólogos, psicólogos, etc. La embriofetopatía por Toxoplasma gondii, afortunadamente como todas las embriofetopatías infecciosas es poco frecuente. Suele desarrollarse entre la décima y la vigésimo cuarta semanas de gestación; el riesgo de infección fetal aumenta con la edad gestacional, mientras que la gravedad de las secuelas disminuye con ésta, siendo las formas subclínicas neonatales propias de la infección en el tercer trimestre. No está demostrado que exista riesgo de repetición en otro hijo, tanto por cronicidad, como por reinfección materna, aunque haya algún caso esporádico publicado. La incidencia de la enfermedad es muy variable de unos países o comunidades a otros, por la gran influencia de los hábitos alimenticios, las medidas higiénicas y los contactos con animales sobre todo con el gato. En España no hay datos fiables epidemiológicos. Como la enfermedad en la madre es prácticamente asintomática, y al permanecer los anticuerpos específicos elevados durante periodos relativamente largos, es difícil saber en qué momento exacto se produjo la infección. Se sospecha el diagnóstico serológico ante una seroconversión. El diagnóstico en el embrión-feto, no es concluyente por la baja sensibilidad, carestía y cierta peligrosidad de los tests aplicados. La ecografía tampoco es demostrativa, pues la ventriculomegalia que es el signo más frecuentemente observado, no es patognomónica. 36 La forma congénita grave, por afectarse el sujeto antes de la duodécima semana, se caracteriza por microcefalia o hidrocefalia con eventual porencefalia y calcificaciones cerebrales de distribución no periventricular, así como coriorretinitis, cataratas, glaucoma, microftalmia y nistagmus, además de síntomas generales y daño en otros órganos. En muchos casos, de infección posterior a las 12 semanas, los trastornos neurosensoriales pueden no detectarse al nacimiento, sino varios meses después; por esta razón deben estos niños ser seguidos, ya que la forma subclínica es un riesgo de anomalías oculares que pueden ocasionar ceguera, retrasos mentales de diferente grado, convulsiones e hipoacusia que llegan a afectar hasta un 80% de los pacientes. Ante la sospecha de enfermedad en el niño, habría que seguir la evolución de la IgG específica, la cual tardíamente confirma o niega el diagnóstico; si se pensara que la infección ocurrió en el tercer trimestre, por ser asintomática, habría que realizar PCR en sangre, orina y LCR; ya que es preferible el tratamiento en un niño sano, que su ausencia en un enfermo; además se realizaría tomografía computarizada de cráneo, para evidenciar o descartar alteraciones neurológicas macroscópicas, exámenes de fondo de ojo y de audición. Hay tratamiento medicamentoso intrauterino; pero sólo se administraría si hubiera certeza absoluta, por el peligro de teratogénesis. . Aún está en discusión la profilaxis específica de la temida coriorretinitis durante años, ya que no está demostrado, que sea eficiente, y en cambio son evidentes sus efectos secundarios. (60, 61) Aunque el HERPES forma parte del TORCH, no lo estudiamos, por su extrema rareza como embriofetopatía; ya que las madres infectadas primariamente no son frecuentes. La infección intrauterina por VHS en el estudio del "Grupo de Hospitales Castrillo" para 1999, no se comunicó ningún caso. De ahí que no la contemplemos en este apartado de embriofetopatías. Como la sífilis congénita es una enfermedad de declaración obligatoria, sabemos que en el 2003 se registraron en España, 15 casos, siendo la comunidad andaluza la que tuvo mayor incidencia con seis enfermos, siguiendo la de Murcia con tres, hubo dos en el principado de Asturias, en otras cuatro comunidades, sólo uno. El agente puede pasar a través de la placenta desde la décimo octava semana de gestación. El diagnóstico se hace, tras confirmar una sífilis no tratada en la madre. 37 Si el niño, fuera diagnosticado inmediatamente después del nacimiento y se tratara se curaría, el problema radica en su ignorancia y tratamiento tardío, ya que podrían quedar secuelas visuales, que pueden llegar hasta la ceguera, hipoacusias y trastornos neurológicos. (62) El Síndrome Alcohólico Fetal (SAF) o embrio-fetopatía alcohólica es la embriofetopatía exógena más frecuente. Varía según las distintas estadísticas entre 1-7‰ RN, o un 30 a un 50% de los hijos de las mujeres que ingirieron alcohol durante la gestación. Este síndrome puede manifestarse con distintos grados de gravedad, desde casos oligosintomáticos con leves retrasos ponderoestaturales, de aprendizaje, de actividad y de conducta a casos con múltiples anomalías asociadas y gran retraso mental. Más de la mitad de los RN afectos, son prematuros; del 80 al 90% tienen retraso mental; hay microcefalia en el 93%; suelen tener alteraciones del comportamiento en forma de hiperactividad, irritabilidad y déficit de atención, que incrementan las posibilidades de fracaso escolar. Con frecuencia en la edad adulta son antisociales. Además presentan otras anomalías faciales, cardiacas etc. Para evitar esta embriofetopatía, los estudiosos del tema afirman que no hay más opción que la de tolerancia cero, es decir nada de alcohol durante la gestación, ya que no se sabe a cuánto asciende la tasa mínima sin riesgo fetal. En lo que parece que están de acuerdo todos los autores es que los efectos nocivos serán más graves cuanto más precoz sea la ingestión; por el contrario, si se retrasara a fechas cercanas al parto los daños serían menores. Se evitaría, si la madre aunque fuera alcohólica, hubiera dejado la bebida durante la gestación, ya que no tiene efecto acumulativo; en cambio aparecería, si la madre sin ser alcohólica, lo tomara durante el embarazo. El alcohol actúa interfiriendo la diferenciación y crecimiento celular. (63) DROGAS Y EMBARAZO Es difícil evaluar la acción concreta de una droga en el embarazo, ya que en general la madre drogadicta lo es a diferentes sustancias, que por ende habitualmente están adulteradas; son mujeres marginadas, con mal control de su embarazo y enfermedades crónicas añadidas. Por ello prácticamente todos los neonatos cursan con retrasos de crecimiento, partos prematuros, trastornos del desarrollo, sin encontrarse un fenotipo típico de una droga específica. 38 La adicción a la Cocaína como a la Heroína es multifactorial, su frecuencia es variable. Cursa con microcefalia, defectos de aprendizaje, retrasos mentales y de desarrollo. No parece teratogénica. Las Anfetaminas, los barbitúricos y opiáceos pudieran dar un síndrome de abstinencia neonatal. El tabaco aumenta el riesgo de niño con bajo peso, posteriormente déficits de atención, hiperactividad y disminución del cociente intelectual. No produce malformaciones fetales. El Plomo, si la madre estuviera intoxicada, habría fetopatía; pero afortunadamente son pocos los casos de madre realmente afectada. En caso positivo, el niño presentaría alteraciones neurológicas, trastornos de conducta, retraso mental leve o el síndrome de déficit de atención e hiperactividad. Cuando la madre sufre la variante leve de Hiperfenilalaninemia, si llevara una dieta libre durante el embarazo, las tasas de fenilalanina podrían llegar a más de 360-600 micromoles/l, en cuyo caso el hijo al engendrarse y desarrollarse en un ambiente tóxico por la fenilanina, podría nacer con malformaciones cardiacas, microcefalia e incluso, aunque no se detectara patología en el periodo neonatal, retraso mental. Los tests de conducta cognitiva en la descendencia de estas mujeres, estudiados por el International Maternal PKU Collaborative Study, dan una frecuencia de: 4% de retardo de crecimiento postnatal y 6% de microcefalia si la madre en la concepción tuviera concentraciones de fenialanina de 120-360 µmol/L (2-6 mg/dL), Si fueran mayores de 900 µmol/L (15 mg/dL), el riesgo sería: 85% de microcefalia, 51% de retardo de crecimiento postnatal, and 26% de CIR; a la vista de esos resultados, se debería mantener la fenilalanina en tasas inferiores a 120 µmol/L (2 mg/dL), varios meses antes de la concepción; aunque hay teorías, que permiten una mayor libertad dietética, sin embargo siempre hay que prescribir una cierta restricción, para que en el momento de la concepción los niveles no sean elevados. (64) . Los Medicamentos, que suministrados a la madre durante su gestación, pueden interferir en el metabolismo fetal, son varios y actúan a distintas dosis; repasaremos únicamente aquellos cuyas consecuencias generarían trastornos neurosensoriales o del desarrollo. No insistiremos sobre la Talidomida,ya que fue retirada del comercio hace varios años, por producir niños con focomielia. 39 Los Aminoglucósidos y la Estreptomicina causarán deficiencias acústicas y visuales La Cloroquina sordera. Las Sulfonamidas, encefalopatía bilirrubínica. La Warfarina en el tercer trimestre, hemorragia intracraneal, con sus temidas secuelas. Las Hidantoínas, en el primer trimestre pueden crear un fenotipo especial, con diversas malformaciones, retraso mental importante y trastornos del neurodesarrollo. La Carbamacepina: Defectos creneofaciales menores. La embriopatía por Ácido valproico se presenta en el 5-10% de los embriones a cuya madre se administró este fármaco; la malformación resultante es el mielomeningocele. La Aminopterina: anencefalia y defectos abiertos del tubo neural. En la quimioterapia antineoplásica durante la gestación, hay que hacer estudio individualizado y multidisciplinar, con consejo del neonatólogo y seguimiento posterior para evaluar resultados. Hay que estar siempre en guardia y solicitar asesoramiento individualizado. Las radiaciones, que recibe la madre pueden ser teratogénicas; aunque es muy difícil ser rigurosos en su apreciación, ya que depende de la potencia del aparato, de la distancia del foco a la paciente, de la duración de la recepción, de la edad de la gestación etc. Tampoco se sabe con exactitud hasta qué dosis puede recibir una embarazada sin que repercuta negativamente sobre su embrión-feto; sin embargo la OMS recomienda que ninguna mujer debe ser sometida a procedimientos diagnóstico-terapéuticos que le administren más de 15 rads en sus primeros 30 años de vida; puesto que parece que los niveles de nocividad están entre 25-50 rads; las radiografías en mujeres que pudieran quedarse embarazadas, convendría realizarlas durante la menstruación. Hay descritas microcefalias y defectos de mielinización. Aunque no hay consenso universal, parece ser que hipertermias maternas mayores de 39º, como puede provocarlas las saunas, en las primeras semanas de embarazo podrían producir malformaciones del SNC, señalándose en algunos casos como generadoras de anencefalia. 40 Insuficiencia placentaria A través de la placenta y el cordón umbilical, el feto recibe el oxígeno y los nutrientes que necesita, si la placenta no realizara bien su cometido las consecuencias en el feto podrían ser bastante graves, variando desde un crecimiento retardado hasta la muerte fetal. La hipoxia, sobre todo la crónica, se ha demostrado que conduce a una angiogénesis alterada, es decir mal desarrollo de los vasos de la placenta produciendo su insuficiencia. El intento del organismo fetal de llevar oxígeno al cerebro, con una redistribución vascular conduce a la desaparición de la respuesta normal de vasoconstricción-dilatación con un aumento de la resistencia vascular cerebral y daño neurológico posterior. (65) La hipoxia crónica y la hipoperfusión, se demuestran en las madres que tengan un déficit importante oxigenado, como ocurriría en ciertas cardiopatías, anemias muy intensas, trastornos respiratorios graves etc. o en las que su enfermedad persistente o transitoria, curse con vasoconstricción como puede ocurrir en las mujeres con hipertensión, vasculopatía diabética, lupus, fumadoras crónicas etc. Otras causas que pueden conllevar a malnutrición fetal, hipoxia e hipoperfusión, serán los embarazos múltiples, bien porque una placenta tenga que abastecer a varios fetos o porque a pesar de que cada feto tenga la suya, se produzcan compresiones que dificulten una buena vascularización; por esta razón al llegar a cierta edad, alguno o todos los fetos se desnutren. De los párrafos precedentes se deduce, que una parte importante de ese periodo del embarazo es su control para poder suprimir o tratar la patología subyacente; si no hubiera seguimiento por causas sociales como ocurre a veces con las madres solteras, sobre todo en las menores de edad o por el ambiente socio cultural bajo, el número de fetos con retraso de crecimiento sería alto; este factor es tan importante, que en varias series se apunta, como primera causa del nacimiento de neonatos con bajo peso. Como ejemplo de este aserto es la cifra de un 3% de nacimientos de estos niños en los países industrializados, contra un 17%, habidos en los que están en vías de desarrollo. Los fetos, sujetos a esta patología no se nutrirán adecuadamente, por lo que, al nacimiento serán niños con pesos por debajo del tercer percentil del correspondiente a su edad gestacional, son los llamados CIR (Crecimiento intrauterino retrasado). Fuera de las causas específicas, que conducen a estos retrasos, como las malformaciones, infecciones, cromosomopatías, metabolopatías etc. el CIR inespecífico presenta trastornos de conducta, irritabilidad, alteraciones del desarrollo cerebral, que a veces no se detectan hasta el segundo o 41 quinto año o incluso hasta la edad adulta, por tanto serán niños que tendrán que ser sometidos a un seguimiento estricto. Como la causa social es muy importante en esta colectividad, tanto a nivel particular como general, habrá que hacer mucho hincapié en la ayuda otorgada a los padres. Por todo lo expuesto, se infiere, que los niños nacidos tras una anomalía placentaria: funcional o anatómica, forman un conjunto patológico heterogéneo, que no se ajusta a unos parámetros bien definidos, aunque en general cursarán con CI bajos o en el límite de la normalidad, trastornos del neurodesarrollo, de aprendizaje, de la atención con o sin hiperactividad etc. (15, 66) Como en otras patologías perinatales, si el origen fuera ambiental, continuaría actuando postnatalmente, por lo que en general será difícil deslindar hasta qué punto la etiología es intrauterina, postnatal o la imbricación de ambas, como se ha expresado también en las embriofetopatías infecciosas o tóxicas, en las que es casi imposible conocer el momento del comienzo de la acción, de su persistencia y fecha del comienzo de las secuelas. Alteraciones del Parto. El parto constituye un trauma, aunque en su mayoría, etiquetados como eutócicos, no hay riesgo de secuela para el neonato; sin embargo, cuando hay necesidad de instrumentos, al presentarse posiciones anómalas tanto de los fetos como de la placenta, prolongación o acortamiento excesivos del tiempo de dilatación o de expulsión, infección amniótica etc. el neonato puede nacer en condiciones adversas, siendo la patología que más nos preocupa la encefalopatía hipóxico-isquémica, por su alta tasa de morbimortalidad. (67) Encefalopatía hipóxico-isquémica, está producida por la asfixia perinatal, que es la falta de intercambio gaseoso a nivel de la placenta o de los pulmones, que conducirá a una falta de oxígeno, a un aumento de anhídrido carbónico y a una acidosis por alteración del metabolismo celular. Si perdurara se acompañaría de una perturbación circulatoria con isquemia. Aunque el daño es generalizado, es en el Sistema Nervioso Central donde la injuria tiene las más graves consecuencias, tanto por la cuantía de la mortalidad, como por las secuelas que se derivan de ella. La incidencia de la asfixia varía dependiendo de los distintos Servicios y de la población que se estudie; sin embargo en cualquiera de ellos, es la causa de mayor mortalidad aguda y de lesiones neurológicas permanentes en los supervivientes; se calcula que acontece en un 2-4‰ 42 de los RN a término y en un 60% en los menores de 1,500g; en este último grupo fallecen un 20-50% y tienen secuelas un 25%. La gran mayoría de las causas de hipoxia perinatal son: 1º asfixia de origen intrauterino, o fallo respiratorio en el nacimiento 2º insuficiencia respiratoria grave postnatal, 3º enfermedad cardiaca con shunt derecho-izquierdo o persistencia de la circulación fetal. (50) Las malformaciones congénitas, la prematuridad, las enfermedades neuromusculares y las drogas depresoras del SNC administradas a la madre durante el parto, pueden originarla, si bien con menos frecuencia. Al ser el Sistema Nervioso Central muy vulnerable, da lugar a secuelas que pueden dañar el desarrollo de los niños. Las manifestaciones clínicas más características se han englobado bajo el término de Encefalopatía hipóxica isquémica. Sarnat, dividió este cuadro en tres estadios, el más leve o grado I al que le otorga un buen pronóstico, el grado II con un 20 - 30% de secuelas neurológicas a largo plazo y el grado III, con un 50% de mortalidad en el período neonatal, llegando a presentar secuelas graves un 95% de los supervivientes. (68) En el RN prematuro, no se puede aplicar esta clasificación; ya que por su inmadurez tiene comprometido globalmente el tono muscular y las funciones de tronco cerebral. A pesar de lo antedicho, el pronóstico individual de la Asfixia Perinatal es difícil de precisar. Sólo el seguimiento a largo plazo permite asegurar una patología o normalidad psicomotora. Las secuelas más frecuentes son la parálisis cerebral, el retraso mental, el retardo psicomotor, la hipoacusia y los defectos visuales que llegan en algunos casos a la ceguera. Los traumatismos físicos del nacimiento, con una buena monitorización y vigilancia de la madre, prácticamente han desaparecido. Se siguen apuntando en este apartado la Hemorragia intracraneal, la parálisis braquial, y el daño medular; aunque con un riguroso control y cesáreas profilácticas, han descendido muchísimo. (69) La hemorragia intracraneal en el recién nacido suele ser secundaria a hipoxia, siendo como señalábamos muy raras las postraumáticas. La intraventricular, aunque puede acaecer en el RN a término, es infrecuente, lo contrario de lo que acontece en el pretérmino, en el que por una serie de factores propios de la fisiopatología de la prematuridad, es una lesión a tener muy en cuenta. 43 La hemorragia intracraneal típica del RN a término es la subaracnoidea, provoca trastornos de desarrollo en menos de un 10%; la forma masiva, que es inhabitual, puede desencadenar una hidrocefalia. La hemorragia subdural, suele sobrevenir en neonatos grandes con partos en podálica con retención de la cabeza; cuando asienta en las convexidades, la curación suele ser completa, en cambio las de localización en fosa posterior, la mortalidad es elevadísima y en los pocos supervivientes las secuelas neuro-motoras y sensoriales son muy graves. Las Infecciones: La Corioamnionitis aguda puede desencadenar el parto, en muchas ocasiones es el propio obstetra quien lo provoca, para evitar una sepsis grave en el neonato; según el germen variará el pronóstico. Las infecciones bacterianas suelen dejar pocas consecuencias, aunque se describen algunas por las toxinas generadas; sin embargo las infecciones graves, que requieren tratamientos agresivos como ventilación, ciertas drogas, expansores de plasma etc. suelen producirr secuelas. La sepsis vertical bacteriana tiene las mismas connotaciones que la corioamnionitis al mismo germen. La corioamnionitis se presenta en alrededor de un 3% de los embarazos a término; pero llega a un 10%, en los pretérmino. Alteraciones Neonatales Después de haber evocado las diferentes patologías, daremos un repaso a los niños de bajo peso al nacimiento, tanto a los pretérminos, como a los CIR Prematuros: Son los niños que al nacimiento pesaron menos de 2,500g. Como el peso es más objetivo que las semanas de gestación, se les suele clasificar aplicando este parámetro en tres grandes apartados: Niños de bajo peso son los comprendidos entre 2,499 y 1,500g; suelen tener menos de 37 semanas y más de 32. Niños de muy bajo peso, son los que pesaron menos de 1,500g y más de 1000g; habitualmente nacen entre las 32 y 28 semanas. Niños de extremo bajo peso, son los menores de 1,000g; frecuentemente nacen por debajo de las 28 semanas. Este grupo se subdivide en niños, que pesaron entre 750-999 g y los que no alcanzaron los 750g. 44 Los niños de peso al nacimiento menor de 1,500g son responsables de alrededor de un 60 a 70% de la mortalidad neonatal y representan el grupo de recién nacidos de más alto riesgo, mayor que cualquier otro grupo neonatal; en todos ellos la mortalidad y las secuelas son inversamente proporcionales al peso. (70) Los niños prematuros son los que en Neonatología, en las últimas décadas han hecho derramar mayor cantidad de tinta, ya que su seguimiento, quizá más que la mortalidad, es la preocupación vigente por excelencia. Las cifras de morbimortalidad, pero sobre todo de morbilidad psico-neuro-sensorial, no son universales; en las diversas reuniones y congresos a los que asisten distintos centros, los resultados aportados son muy diferentes según el ambiente, la economía y la educación de cada grupo; ya hay estudios concretos multicéntricos, hechos con la esperanza de saber lo que está ocurriendo y sobre todo, para conocer el manejo óptimo, para que estos individuos alcancen la calidad de vida para la que estaban programados genéticamente. Los trastornos de neurodesarrollo en los menores de 1.500g se dan en un 15-40%, teniendo siempre en cuenta que cuanto menor sea el peso y las semanas de gestación al nacimiento, peor será el pronóstico con respecto a las DD; las más frecuentes son parálisis cerebral, retrasos mentales, trastornos de aprendizaje, cegueras e hipoacusias. (66, 71, 72, 73) La hemorragia intraventricular aparece en un 25-30% de los menores de 1.500g. Cuando es de grado I-II, no se ha demostrado que los niños que la padezcan, tengan mayores secuelas en número o gravedad que sus congéneres de su misma edad y peso carentes de esa patología. Un 10%, padecerán parálisis cerebral generalmente en forma de diplejía. Si es de grado III, en un 40%, de los pacientes afectos, sufrirán cuadriplejía, diplegia, retrasos de desarrollo, necesitando ayuda en la edad preescolar un 50% de ellos. Si la hemorragia hubiera sido de grado IV, el 80% de los pocos supervivientes, tendrían grandes problemas motores y de neurodesarrollo, con hemiparesia en el lado contralateral. La mortalidad es altísima. Lo que produce el daño y secuelas neurológicas en estos niños, es el desarrollo de porencefalia y leucomalacia periventricular, posterior a la hemorragia. La presencia de una hidrocefalia, empeora el pronóstico a largo plazo, por las complicaciones de la válvula, sobre todo las infecciosas, que se registran hasta en un 70% de ellas. (66, 71) 45 Hay varios estudios multicéntricos en los que se ponen de manifiesto las secuelas derivadas de los niños nacidos con escasas semanas de gestación, entre ellos el Epicure (74), el Epipage, (75) otros en Holanda, Australia etc. En el C.I.R ya se ha dicho anteriormente su patología y secuelas. La Retinopatía del Pretérmino, ha descendido en los últimos años por las campañas llevadas a nivel mundial para su prevención. El riesgo en los menores de 1.250g es de 66%, siendo mayor cuanto menor sea la edad de gestación; con el mejor seguimiento en las propias unidades neonatales, aproximadamente un 18% están en el umbral de la enfermedad y un 6% necesitan crioterapia; como secuela hay grados más o menos intensos de déficits visuales. Las Infecciones Neonatales, como se ha dicho en el parto, dejan secuelas sólo en 1-5 por 1000; los gérmenes habituales, además de los ya especificados que producen o pueden producir embrio-fetopatías, son los estreptococos, estafilococos, pseudomonas, coli, enterococo y en las nosocomiales la cándida, no obstante, esta fungosis se está describiendo como una nueva flora por las resistencias habidas a los antibióticos usados. Si la sepsis fuera precoz, es decir que su aparición clínica fuera anterior a las 72 horas de vida, la mortalidad es de un 15 a un 50%; pero en la tardía, baja a 10-15%. La localización bacteriana meníngea tiene una incidencia de 1/2.500 RN, con una mortalidad de un 15 a más de un 30%, acompaña a la sepsis tardía; entre un tercio y la mitad de los supervivientes tienen secuelas neurológicas importantes como son la hipoacusia, los trastornos del lenguaje, el retraso mental y motor, las convulsiones y la hidrocefalia. Las hipoacusias son diagnosticadas en el periodo neonatal gracias al cribado con otoemisiones, o en su defecto por una anamnesis que incluyera infecciones o medicamentos durante el embarazo y el periodo neonatal, eventualmente, sería bueno un estudio del árbol genealógico. En los casos de sospecha fundada o de diagnóstico positivo, habría que seguir a estos niños audiológicamente. . Las Hipoacusias congénitas, aunque frecuentemente pudiéramos estudiarlas como enfermedades genéticas, al ser la falta o disminución de la audición, una entidad muy relevante, preferimos independizarlas. La Hipoacusia profunda y permanente se sitúa, por algunos autores, en 1 por 1000 nacimientos. En el cribado Neonatal realizado en el Hospital Clínico de Madrid, en el decenio 46 de 1991-2001, se encontró que el 9,8‰ de los neonatos tenían hipoacusia, de las que un 49% eran neurosensoriales; las bilaterales (× de 40dB), descendían a un 2,6‰. Aproximadamente la mitad de las hipoacusias congénitas se deben a mutaciones genéticas, entre ellas, sólo un 30% forma parte de un síndrome, aunque hay descritos más de 400 síndromes con este defecto; las que no se incluyen en un síndrome, se clasifican como hereditarias autosómicas: recesivas o dominantes, ligadas al cromosoma X o mitocondriales. La otra mitad, que ya no podrían englobarse dentro de las embrionarias, el llamado “trauma acústico” cuyo origen se debe a las drogas ototóxicas [aminoglucosidos] o a las infecciones, siendo las más comunes las derivadas de la rubeola o del citomegalovirus. Puede ser uni o bilateral, sensorial o conductiva, simétrica o asimétrica, progresiva o estable; el diagnóstico de hipoacusia se reserva para las pérdidas de audición de 30dB o más. Si no se hiciera un cribado neonatal y por ende no se diagnosticara la hipoacusia tempranamente y en consecuencia no se estimulara la audición, el niño tendría defectos de lenguaje y de otras capacidades cognitivas; al identificar y tratar a los niños con hipoacusia prontamente, se logra un buen lenguaje receptivo y se previenen retardos del desarrollo. El cribado debe hacerse antes del alta de la unidad neonatal, en general con otoemisiones, si hubiera duda se repetirían a los tres meses o se enviaría el niño a una unidad otológica, para comenzar la intervención de inmediato. (76, 77, 78) Los defectos visuales Los trastornos de la visión son la cuarta causa de discapacidad infantil en USA. Sin embargo es difícil conocer los datos y las características demográficas de las personas ciegas o con déficit visual, incluso la comparación de datos es complicado, por las diferencias en las definiciones y las clasificaciones a distintas edades En los países industrializados, la causa de la ceguera infantil, se debe a factores perinatales en un 24% y en un 18% a causas genéticas. Los datos sacados de las escuelas de ciegos norteamericanos, dan como primeras causas de ceguera el déficit visual cortical con un 19%, la retinopatía del prematuro con un 13% y la hipoplasia del nervio óptico con un 7%. Los niños con déficits visuales graves, considerados legalmente ciegos, suelen acompañarse de otras discapacidades. Los niños con parálisis cerebral, síndrome de Down, y diversas enfermedades genéticas asociadas a discapacidad, tienen una prevalencia superior a presentar trastornos visuales, que los niños normales. Trastornos Metabólicos transitorios: Hipoglucemia e Hiperbilirrubinemia., 47 Hipoglucemia neonatal. La glucosa es el principal combustible del cerebro, por eso es el órgano que consume mayor cantidad de glucosa en el neonato. Cuando la glucosa en sangre cae por debajo del punto necesario para mantener el equilibrio e integridad neuronal aparecerá la clínica de la hipoglucemia. Este nivel es de 30 mg/dl, aunque con cifras inferiores a 45 mg/dl se pueden encontrar lesiones cerebrales, pero para llegar a esta patología, habría que añadir un tiempo prolongado o la aparición frecuente de estos episodios. La gravedad aumentaría si el niño presentara además de la hipoglucemia una encefalopatía, convulsiones, un traumatismo cerebral con asfixia, hipoxia, anemia o infección. Al mejorar los SN y por ende estar estrechamente vigilados los neonatos, es excepcional que lleguen a alcanzar cifras de riesgo ni que se mantengan durante un tiempo peligroso, por estas causas, no suele haber secuelas. La hiperbilirrubinemia, en la época actual y en los países industrializados, suele ser un proceso benigno y autolimitado, siempre que se controle adecuadamente, aunque en los últimos años, se han descrito algunos casos con secuelas, achacándose este acontecimiento al alta precoz. La hiperbilirrubinemia neonatal es un síndrome cuya presentación dependerá de la mayor producción de bilirrubina, de las dificultades en su eliminación o de una combinación de ambos procesos. Antes de seguir, recordemos que la bilirrubina es un antioxidante, muy beneficioso en los primeros momentos de la vida, por carecer el organismo de varios antioxidantes, o por estar los presentes muy disminuidos. En los niños alimentados a pecho, sin otra patología, la prolongación de la hiperbilirrubinemia indirecta hasta casi el final del primer mes de vida, se considera fisiológica. Hoy se tienen métodos más exactos para conocer las cifras de bilirrubina tóxicas para el SNC: como la excreción de CO por el pulmón a través de la carboxihemoglobina, que es un indicador sensible del grado de producción de bilirrubina y la medición de la bilirrubina libre que es la fracción verdaderamente tóxica para el cerebro. Modernamente el uso de fototerapia, con las lámparas de luz fría de última generación, ha evitado tratamientos más agresivos. 48 El sistema auditivo es altamente sensible a la toxicidad por bilirrubina, por ello la hipoacusia uni o bilateral en diverso grado es la secuela más frecuente en el momento actual. En los SN dotados para un adecuado control de los neonatos: personal, aparataje, medios de laboratorio para el diagnóstico exacto y precoz, ha desaparecido prácticamente la encefalopatía bilirrubínica. Iatrogénicas: Si en las causas anteriores el denominador común era la variabilidad, en este apartado, es mucho mayor, ya que depende del cuidado y esmero personal e institucional para diagnosticarlas; tampoco las secuelas podrán ser homogéneas, ya que juega un gran papel, la idoneidad, la cantidad y el tiempo de actuación del agente. Tenemos que saber que la iatrogenia es difícil de cuantificar; pero existe y desgraciadamente tiene mayor frecuencia de la que desearíamos, con consecuencias potencialmente importantes; en ella influye la organización del Servicio, el tipo de tarea, la hora en que se realiza el trabajo, el ambiente que se disfruta, y sobre todo el tipo de paciente que en nuestro caso al ser neonato, no sólo se trata de una población vulnerable, sino que es totalmente indefensa. Por todos estos efectos se debería inculcar a las personas con responsabilidad, que invitaran a los trabajadores sanitarios a exponer estos errores, los manifestaran, los clasificaran y los cuantificaran, para crear registros que ayudaran a subsanarlos. A lo largo de esta exposición de diagnósticos y circunstancias relacionadas con DD pediátricas queda suficientemente contrastado el papel “patogénico” que la fisiopatología de la reproducción, tiene en los trastornos del desarrollo neuro-psico-sensorial en pediatría, en especial, en aquellos diagnosticados en los primeros años de la vida. En la actualidad, hay una colaboración multiprofesional más o menos activa, que aborda esta problemática; creemos que debería afrontarse también desde un planteamiento interdisciplinario, es decir “con un espacio formal para compartir la información, donde las decisiones se tomen a partir de la misma y se tengan objetivos comunes.” (7, 79) En el mundo asistencial, sea de la naturaleza que fuere: biológico, social, educativo etc. existe el procedimiento basado en los Factores de Riesgo (FR); se puede actuar sobre ellos como método preventivo y como método de gestión sanitaria-económica, porque al afectar a un gran número de individuos, se posibilita el control y posterior tratamiento de los problemas de la salud. En este sentido los SN han establecido, como método complementario al diagnóstico de DD, la identificación de aquellas situaciones o circunstancias que puedan conducir a una DD, es decir, los factores de Riesgo de Discapacidad (FRD). Se llama población de alto riesgo de 49 DD (PARDE) “Aquella que tiene alguna circunstancia o factor que suponga una alta probabilidad estadística para presentar una DD”. (80, 81) Se manejan los FR aprobados por la Sociedad Española de Neonatología, que son usados con toda facilidad en las Instituciones Neonatológicas. En la encuesta realizada en todas las Autonomías por el Real Patronato sobre Discapacidad, a la que ya nos hemos referido, durante los años 1994/98, en 22 Hospitales “terciarios” se encontró que el 3,2 % de los RN constituyen una PARDE. La media de FR por niño era de 1,8. Más de un 40%, de ellos tenían dos o más factores de riesgo, cifra que aumentaba en los menores de 1.500 gramos. (6) La distribución porcentual se dividía en: Crecimiento intrauterino retardado = 32%; Ventilados más de 24 horas = 28%; Menores de 1500 g = 21%; Hijo de drogadicta o de alcohólica = 9%; Hemorragia intraventricular =9%; Test de Apgar a los 5´ < 4 = 7%: Afectación neurológica = 6%; Macro o microcefalia = 6%; Infección (sepsis, meningitis etc.) = 4%; Convulsiones = 4%; Hermano con factor de riesgo = 3%; Hiperbilirrubinemia = 1%; Enfermedades metabólicas = 0.5%; Hermano con deficiencia = 0,3%; Otros = 4,6%. Hay ciertos FR, para discapacidades específicas como hipoacusia, ceguera u otras, que aunque compartan la mayoría de los factores enumerados hay que añadirles algunos propios de tales alteraciones como son las malformaciones cráneo-faciales, historia familiar de déficit auditivo, toma de medicamentos ototóxicos etc. Los niños con varios factores de alto riesgo, con asociaciones peyorativas, o en situaciones extremas, como son el peso menor de 700g al nacimiento, los ventilados durante varias semanas, los afectos de hemorragia intraventricular grado IV etc. son calificados de “vulnerables”, terminología que se usa para indicar su control, cuando son dados de alta de los SN. Los programas de “cribado” de enfermedades metabólicas clásicas, de trastornos auditivos, visuales etc. resaltan el papel de los SN como “observatorio” de las DD. Este es un campo con grandes posibilidades por el avance científico habido en genética, con los nuevos sistemas de detección de estas anomalías, que no podían ser diagnosticadas previamente. La puesta al día del INE, del 2008, en España, sigue registrando discapacidades en niños de 0-5 años en un 21,5‰, de los cuales un 25,2 son varones y 17,6‰, son mujeres. (82) _____________________________________________ 50 Hasta aquí nos hemos centrado básicamente en cuestiones biológicas; aunque nos hayamos referido a los nuevos valores que identifican la Salud, en su sentido integral biológico, psicológico y social. En este aspecto integral, los SN pueden contribuir de forma sustancial a la AT. Se define la AT como “El conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0- 6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”. (7) Es decir tiene como elementos básicos aspectos que en la actualidad son también constituyentes de la medicina. Se habla de intervención integral, biológica, psicológica, social, en consonancia con la definición de salud; se resalta la atención a la familia y al entorno, que recoge el contexto social ¡¡En la edad Pediátrica la “triada” niño, familia y entorno social es indivisible!!. Desde una visión Inter-Profesional-Institucional se establece precozmente la acción asistencial, el diagnóstico y la “terapia” (AT), lo que ha sido y es la base del acto médico. Hay una concordancia entre los objetivos de la AT y los propios de la medicina. La AT se enmarca en la edad 0-6 años debido a que es en los primeros años de vida cuando se adquieren progresivamente funciones tan importantes como el control postural, la autonomía de desplazamiento, la comunicación, el lenguaje verbal y la interacción social. Este logro o desarrollo infantil es un proceso dinámico muy complejo, sustentado en la evolución biológica, psicológica y social. Es una etapa especialmente crítica ya que en ella, se desarrollan las principales habilidades para conseguir una equilibrada interacción con el mundo circundante. (7) En el servicio de Neonatología del Hospital Clínico S. Carlos se desarrollaron a partir de la década de los 80 varios programas de AT Neonatal; en los que ya se consideraba, al RN hospitalizado inserto en la familia. (83) Como criterios de Atención Neonatal se definieron las Necesidades Básicas de estos pacientes, con todos los derechos, por muy pequeños que fueran, y que deberían ser contemplados dentro de los programas de Pedagogía Hospitalaria. (84, 85). 51 En el aspecto de la Atención/tratamiento del niño durante los primeros años de su vida, por la maduración y plasticidad cerebral, los Servicios de Neonatología tienen limitadas sus competencias, ya que se concretan al primer mes o al tiempo que los niños permanezcan hospitalizados, que en los casos con deficiencias o PARDE suele ser muy prolongado. Ello no es óbice, para que en colaboración con otros Servicios Hospitalarios: neuropediatría, oftalmología, rehabilitación, psiquiatría, psicología, servicios sociales etc. se cree un Centro de Desarrollo Infantil y AT (CDIAT) o en su defecto, se colabore con algún otro CDIAT externo, con servicios educativos o de otro contexto asistencial. La limitación, en el caso que se careciera de CDIAT, no resta importancia ni desvaloriza al diagnóstico de las deficiencias o de los FR y su tratamiento durante la hospitalización, ni disminuye el valor de las actuaciones sobre el niño y los padres en el contexto de la AT. Los SN tienen una singular importancia al ser los entornos donde los niños permanecen cierto tiempo conviviendo con sus padres, en ocasiones demasiado largo, precisamente los que tienen deficiencias o FR; sufriendo frecuentemente situaciones críticas tanto biológicas, como psicológicas o familiares. En este entorno de “convivencia” niño-familia, no sólo se pueden diagnosticar los problemas biológicos, sino también evaluar y conocer la situación socio-familiar y la incidencia que el trastorno del niño haya producido en el contexto familiar, en cuyo caso se establecerá el manejo adecuado de los afectados, así como la derivación a los centros apropiados para el control prospectivo y atención de los desórdenes biológicos, sociales y psicológicos evaluados. EL RECIEN NACIDO PACIENTE Hasta hace poco, en el ambiente médico, lo biológico era lo preeminente en la valoración y tratamiento del RN. El entorno afectivo y el trato personalizado era algo que se dejaba para el hogar, que se recomendaba para después del alta. En consecuencia los SN carecían de estructura, medios y disposición para una asistencia centrada en el niño paciente y en su familia. La visión integral de la salud, los resultados adversos por trato despersonalizado en los servicios de Pediatría que generaban hospitalismo, retraso del desarrollo etc., los estudios que demuestran la mejoría de la respuesta biológica y conductual de los niños manejados con “afectividad”, así como las investigaciones en el ámbito sensorial, conductual y psicológico, nos han llevado a considerar y atender al niño como a un paciente que siente, sufre, goza, y en 52 lo que concierne a su evolución, “aprende”; según la naturaleza de lo “aprendido-estimulado”, su desarrollo humano y biológico variará hacia metas positivas o por el contrario negativas. Estas capacidades de padecer, disfrutar y aprender, se deben tener muy en cuenta y motivar acciones específicas en los cuidados del niño durante su hospitalización y sobre todo en niños graves con deprivación afectiva ó problematica familiar. (86, 87, 88, 89, 90, 91) “En AT se ha de considerar al niño en su globalidad, teniendo en cuenta los aspectos intrapersonales, biológicos, psico-sociales y educativos propios de cada individuo y los interpersonales, relacionados con su propio entorno, familia, escuela, cultura y contexto social” (7) La primera necesidad del ser humano es el sentimiento de Seguridad que todo niño debería tener desde su concepción: ser aceptado, amado, cuidado, imaginado por unos padres que crearán un proyecto de vida con él. Se ha visto que este sentimiento ya experimentado en la etapa prenatal, el llamado vínculo padres-hijo prenatal, es un auténtico potencial de desarrollo; desgraciadamente algunos de los niños que presentan trastornos no lo han llegado a experimentar, ya sea por factores biológicos, psicológicos o sociales. Esta falta de seguridad, debería ser obviada por la realización, a través de un adultomadre-padre, de lo que se llama en salud mental la “función materna”, proporcionando al RN la satisfacción de las otras Necesidades Básicas: entorno cálido y estable para facilitar su adaptación extrauterina, una estimulación adecuada que le lleve a una organización de los estados de conciencia, que sucede cuando es entendido, iniciándose un vínculo seguro con un sentimiento de pertenencia y de identidad cultural. Si estas Necesidades Básicas no pudieran ser proporcionadas por la familia, por la situación adversa que fuere, debería ser nuestra principal preocupación, pues estos niños no van a tener “Igualdad de Oportunidades” para alcanzar un buen desarrollo. Uno de los factores principales de “protección” de los niños llamados “resilientes” fue tener un adulto en quien confiar en su primera infancia. ESTRUCTURA Y FUCIONAMIENTO DE LOS SN Es evidente que para poder responder a las demandas que se deriven de la atención centrada en el niño-familia, hay que abordar ciertas necesidades; se consideran de carácter prioritario las propias del funcionamiento y estructura física de las instituciones. 53 Los protagonistas de esta historia son el niño y los padres; la relación y vinculación entre ellos será un elemento básico y esencial. Los SN deberán adecuar su estructura y funcionamiento para poder responder a los requerimientos de la familia, siempre ajustados a criterios científicos y ecológicos. La perinatología moderna, contempla una gran interacción entre el neonatólogo y el obstetra-fetólogo, lo que exige, para que sea fructífera, un esfuerzo deliberado por ambas partes. Físicamente ambos trabajan en sus zonas respectivas, que no deberían estar distanciadas. Si estos sectores estuvieran alejados entre ellos, al nacer el niño en condiciones que requirieran su ingreso en el SN, su desplazamiento, con parte del equipo neonatológico, resultaría muy poco económico. Las Unidades Neonatológicas tampoco deberían estar muy retiradas de los departamentos de pediatría, ya que es relativamente frecuente, precisar sus subespecialidades. Sin embargo nunca se mezclarán, no es imaginable una UCI pediátrica albergando concomitantemente prematuros o neonatos con niños mayores. Ambas unidades no tienen las mismas necesidades. Las dotaciones técnicas y personales, son totalmente distintas, ya que incluso el entrenamiento es diferente. En cuanto al área propiamente neonatal, habrá que hacer diferentes compartimentos, pero en los que se permita el flujo tanto de los propios pacientes, como del aparataje de una zona a otra de modo operativo en los momentos puntuales. En las zonas de hospitalización, hay que reservar un espacio para los padres y eventualmente para otros familiares, por lo tanto, permanecerán abiertas durante todo el día. Estas áreas se amoldarán al estado clínico del niño, que de una manera general se ha dividido en: crítico inestable, crítico estable y de cuidados medios o de prealta; los padres según esa situación: “acompañarán”, “estarán” o “convivirán” con su hijo; por lo que el espacio se ajustará a estas necesidades. Para estas últimas alternativas, “estar y convivir”, sería deseable que los padres gozaran de cierta intimidad. En general, las nuevas construcciones de los SN se hacen sobre este concepto psícoterapeútico y familiar; pero de cualquier manera, tengan la estructura que tuvieren los actuales SN deberán adaptar su funcionamiento a estas normas de convivencia. Actualmente la mayoría de los Hospitales generales de nuestro país se construyen con habitaciones individuales, para cumplir el derecho psicosocial a la intimidad de los pacientes. En los SN una nueva estructura en la que se respetara ese derecho, sería si cabe, más beneficiosa, que en el caso de los adultos, dada la dependencia absoluta del neonato del adulto 54 que hace el maternaje, facilitaría una buena vinculación y mejoraría el apego, características que redundarían en el mejor futuro del niño y de su familia. Los SN, como se ha apuntado, permanecerán abiertos durante todo el día. La presencia continua de los familiares, implica que el ambiente de las unidades deberá ser confortable, acogedor y con el ornato adecuado. Se habilitarán zonas de despachos para atender a los padres así como espacios de descanso y aseos propios. El objetivo de esta estructuración, es lograr que el ambiente de los SN sea lo más parecido a un hogar. Los problemas ecológicos son una parte esencial en este nuevo planteamiento estructural y funcional. Los estímulos que sean “agresivos” como el manejo, la luz, el ruido entre otros, afectarán de un modo mayor o menor al desarrollo del neonato, por lo que habrá que “atenuarlos”, ya que es utópica su total supresión; se sopesará el bienestar del niño y las necesidades que requiere su cuidado para alcanzar una maduración adecuada; por esto, siempre que sea posible se usará la luz natural; los focos de la unidad se establecerán para que faciliten el trabajo general; pero con opción a que cada niño tenga la luminosidad indispensable para su atención sin molestar a su vecino, procurándole penumbra para su descanso. Como elemento complementario las incubadoras se cubrirán con sábanas o colchitas que sirvan para aislarle durante los periodos de sueño. Es también muy importante, mantener bajo el nivel de ruido. Se impedirá el uso de radios, las alarmas sonoras se limitarán únicamente para aquellas situaciones que lo exijan, se evitarán golpes o aperturas bruscas de puertas o ventanas, tanto de la unidad, como de las propias incubadoras y se procurará que el personal hable en voz tenue. El manejo del niño se realizará molestándole lo menos posible y siempre con afectividad, hay que acariciarle, hay que hablarle, mecerle e incluso cantarle nanas. Las maniobras propias de su tratamiento o de su atención se ordenarán para que se hagan a intervalos fijos y se aunarán, para que disfrute de la máxima tranquilidad y pueda establecer su ritmo de sueñovigilia. Cuando el niño se encuentre en una situación de “estabilidad” con pocas acciones terapéuticas agresivas, los intervalos de actuación se alargarán, haciéndolos coincidir con la fase de alerta quieta. Siempre se le hablará y se le acariciará cuando se le vaya a manipular, pero sobre todo, cuando haya que hacerle maniobras dolorosas como extracción de sangre, inyecciones etc. Los niños de largas hospitalizaciones, son los que en general presentarán deficiencias o alto riesgo de padecerlas; en ellos, además de limitar los estímulos “agresivos” y las maniobras inadecuadas ya descritas, se debería cuidar su manipulación, para favorecer su desarrollo y la organización de los distintos estados propios de un Recién nacido (92); es decir, que se incluirán los cambios posturales que faciliten el estado vigilia-sueño, las estimulaciones 55 vestibular, visual y acústica (en brazos de los padres), se observará un “exagerado” respeto a los ritmos biológicos de sueño-vigilia y siempre una fluida e intensa relación con sus padres o en su defecto con la enfermera “madre”. El evitar o reducir en los neonatos los estímulos o maniobras perniciosas y facilitar entornos y contactos agradables y placenteros, no es sólo muestra de cariño ¡¡Qué ya sería bastante!! sino también, una terapia necesaria, máxime, en los niños con un alto riesgo de padecer una deficiencia cuyo desarrollo suele estar afectado. PROGRAMA DE AT INTRAHOSPITALARIA. En el Servicio de Neonatología del Hospital Clínico de San Carlos, por la preocupación que se tenía tanto por los padres como por el niño hospitalizado, se seguía un "Programa de AT intrahospitalaria"; dirigido directamente a los recién nacidos de "alto riesgo biológico neonatal" y su familia. En este sentido, la comunicación de todo el servicio con los padres es fundamental; para conseguirla es indispensable que se encuentren cómodos, que se traten sus inquietudes, que se resuelvan o se pongan en vías de solución sus problemas tanto los puramente materiales, como los familiares, psicológicos o de cualquier índole que les aconteciera. Por todo esto, una de los primeros objetivos es el del "Estímulo de la Vinculación": Todo niño por muy pequeño que sea o por severo que sea su estado, tiene derecho a recibir atención y cariño; muy distinto sería que afirmáramos que necesitara ejercicios físicos o que el afecto tuviera que ser expresado en forma de abrazos, caricias intempestivas o gritos de dolor o de ánimo. Desde el ingreso del niño, se debe comenzar el estímulo para la vinculación con sus padres. Hay tres tiempos distintos para iniciar este estímulo, que variarán según el estado del niño: El niño crítico, el gran pretérmino ya estabilizado y el niño de más de 32 semanas estable. Ante el niño inestable, lo que predomina es el tratamiento biológico; sin embargo, para que comience la interacción entre los padres y el hijo, éstos necesitan sentirse en parte protagonistas de su vida, por eso permanecerán con el bebé, tocándole, porque el neonato desarrolla primeramente los sentidos próximos, olfato, gusto y tacto; solo contacto piel a piel muy suave, una tenue caricia, que es una estimulación termotactil protectora, que le contiene y le calma, procurando no estimularle; en esta fase los padres "acompañarán" a su hijo. 56 Una vez estabilizado, hay que conocer su conducta y sus estados, ya que siempre tenemos que concienciarnos, que es el propio niño el que debe marcar nuestra manera de interactuar. Tanto los padres, como las enfermeras y médicos aconsejados por la psicóloga de la Unidad, tendrán que valorar la conducta del neonato; el pretérmino se comporta de forma distinta, que lo haría el neonato a término, difiriendo también, según su edad gestacional, expresada sobre todo en el patrón de sueño. Los pretérminos extremos, suelen permanecer en sueño REM, por su inmadurez neurofisiológica, por lo que no responderán a los estímulos externos. En este estado son frecuentes los movimientos de sobresalto, de chupeteo o de parpadeo, aunque estén dormidos. El sueño profundo, que hace que el niño esté tranquilo, sin movimiento alguno, el pretérmino no lo tiene; ese sueño actúa como un mecanismo de defensa que sirve para aislarle de estímulos externos, aparece hacia la trigésimo segunda-trigésimo cuarta semana postconcepcional. Basándonos en esa conducta, a los menores de 32 semanas se les evita toda estimulación, que según la mayoría de autores, sería incluso contraproducente; se les dará una atención sumamente delicada, podríamos etiquetarla de primorosa; la voz muy suave, acariciarles con la yema de los dedos, evitarles ruidos, focos de luz, golpes en la incubadora, mantenerles con una camiseta, en el "útero artificial". La estabilización de ese niño la aprovechamos, para aumentar la vinculación con sus padres; por eso se les ofrecerá que ayuden en pequeñas tareas, no sólo que le cojan en brazos, sino que participen en su aseo, baño, toma de alimento, aunque sea por sonda; esto hace que los padres se sientan útiles y no se noten como si estuvieran de visita; con esta actitud se obtiene un protagonismo y una seguridad que les ayudará psicológicamente; al mismo tiempo, como el niño irá madurando, ajustarán mejor sus respuestas a las demandas de su hijo, le entenderán más, se identificarán con él ó ella, iniciándose así el complejo proceso de la vinculación. En esta fase los padres "estarán" con su hijo. Si el niño hubiera cumplido las 32 semanas postconcepcionales, y hubiera dormido profundamente, su despertar estaría en la fase de alerta, por tanto capaz de percibir estímulos, que se aprovecharían para relajarle afectivamente, provocándole una sensación placentera, que irá asociando principalmente con la comida. En esos momentos los padres no dudarán de su protagonismo, deberán cantarles "nanas", hablarles quedamente de su casa, de sus hermanos, de 57 sus abuelos, del porvenir y sobre todo del amor que despiertan; en esta fase el niño estaría apto para recibir mensajes e incluso para responder a ellos. Como el llanto es débil o ausente en el pretérmino, deberemos estar muy pendientes de sus gestos para conocer su estado de placer o de inquietud. La estimulación visual, se hace intentando mantener su mirada, muy de cerca, hablándole y acariciándole para sostener su atención a nuestro rostro, siempre que esté en estado de alerta ó a partir de las 34 semanas postconcepcionales. La estimulación vestibular, se lleva a cabo con el balanceo y el acunamiento. El estado motor, expresa signos de sobrecarga, hay que acercarse al niño lentamente e intentar contenerlo con las manos en posturas de flexión. Las manipulaciones que se le realicen, se agruparán para molestarle lo menos posible. Reiteramos, que todas estas actuaciones serán compartidas por los padres, lo que aumenta su confianza y competencia en el cuidado y conocimiento de su hijo, no nos cansaremos de decirles, que ellos son los protagonistas en la atención y cariño de su hijo, de esta manera, la vinculación se hará efectiva. En esta fase los padres "convivirán" con su hijo. En la evaluación de nuestro programa de AT Intrahospitalaria pretendemos abarcar los siguientes aspectos: Conocer si los padres han aprendido tanto a valorar las capacidades y dificultades de su hijo, como a estimularlas. Saber cuál es la percepción y valoración del niño por parte de los padres: calidad de la vinculación. El significado que tiene el niño en su entorno familiar, para poder colegir el apoyo emocional con el que pueden contar los padres ó la ayuda terapéutica que necesiten. Las intervenciones efectuadas en estos aspectos nos ayudarán a deducir tanto la adaptación al hogar, como las dificultades de acomodación habidas, entre las expectativas de los padres y las capacidades desarrolladas por el niño. En este sentido en el Hospital Clínico de San Carlos, hay un programa de riesgo social, que expondremos posteriormente. 58 NIÑOS PADRES: VINCULACIÓN Hemos aludido a la vinculación en el programa de atención temprana intrahospitalaria; vamos a repasar lo que se intenta con la Vinculación. La ilusión de tener un hijo, las fantasías y expectativas de cómo será y que conseguirá, responden más al mundo de los deseos, que a aquel que nace de la realidad contrastada, que en nuestro caso se produce en el momento del nacimiento. Si la esperanza y la realidad son congruentes, el apego/vínculo afectivo se inicia inmediatamente después del nacimiento. Si en cambio, la objetividad y la perspectiva son diferentes, hay “crisis” de imagen, el pronóstico del tiempo de vida del niño es limitado o hay cualquier otra razón que conlleve la separación del hijo de sus padres, se dificultaría, en un mayor o menor grado la vinculación; estos problemas variarán según la situación del RN, la personalidad y actitud de los padres y la respuesta del SN para “facilitar la situación de apego hijo/padres”. La vinculación/apego afectiva parental/hijo es un aspecto esencial para el RN. Uno de los objetivos de los SN es el de fortalecer esta relación, al considerarla como una necesidad prioritaria del ser humano, a través de la cual, el niño, se hará competente para desarrollar sus capacidades. Un inadecuado apego, con frecuencia se traduce en un desequilibrio familiar más o menos grande, que podría influir en los cuidados del niño y por tanto en un peor resultado de su potencial de desarrollo y de su integración social. Para nosotros el tratamiento de este problema debería encuadrarse en el concepto actual de salud: estado de completo bienestar biológico, psicológico y social; por lo tanto el fomentar un apego adecuado, se calificaría como una acción terapéutica. En este aspecto, según criterios médicos y en estrecha cooperación con el personal de enfermería, consideramos imprescindible la presencia de los padres, como continuamente reiteramos, en los cuidados y atención de su hijo, hasta que lleguen a alcanzar la responsabilidad total, en el momento del alta. El describir los diferentes estadios de la enfermedad y el papel que damos a los padres en cada uno de ellos tiene como objetivo: que vayan conociendo y asumiendo sus problemas, logren el apego parental/niño, puedan aceptar la crítica situación en la que se encuentran, tanto el niño como la familia y con ello adaptarse a su solución. Cuando el niño esté inestable, en estado crítico, con cambios hemodinámicos frecuentes, lo que tiene prioridad es el tratamiento biológico. En este caso se permitirá que los padres acompañen a su hijo siempre que sea posible, contactando con él, pero procurando no 59 excitarle. La permanencia al lado de un niño en estado grave, en un ambiente desconocido y muy “hostil”, como es el que proporciona el aparataje, las señales de alarma, el ajetreo de profesionales afanosos, etc. supone un gran impacto psicológico, que afecta tanto a los padres, como a la familia “extensa”; familia, que con frecuencia sería necesaria en estas circunstancias. Por estas razones se debe apoyar a todos ellos. Superada la inestabilidad del enfermito, aunque continúe su gravedad, los padres pasarán a estar con él; en esta etapa, además de acariciarle, pueden iniciar pequeñas maniobras, que les afiancen en su papel de protagonistas; siempre que sea oportuno, le tocarán, le hablarán, le cantarán nanas y eventualmente le tomarán en brazos, para que se vayan conociendo y aumenten su vinculación, iniciada ya, en la etapa anterior. En el caso que los padres no hubieran podido superar el gran impacto psicológico, sería en esta fase, donde se iniciaría el apoyo psico-terapéutico. Al vencer el niño su estado de gravedad, se trasladará a la sección de cuidados medios o de prealta. Los padres empezarán a “convivir” con él. Se aprovechará esta estancia, que puede prolongarse varias semanas y a veces algunos meses, para afianzar la vinculación padres/hijo. Durante este tiempo hay que hacer a los padres auténticos protagonistas de los cuidados y de la atención del neonato, para que una vez llegado el momento del alta estén preparados, psíquica y asistencialmente, para poder responsabilizarse de su atención total. El asumir que los niños graves o muy prematuros, tienen respuestas/comportamiento propias de su estado, y que es imprescindible conocerlas por los padres, se debe a que será el propio niño el que marcará la manera de actuar con él. Cuando en la valoración de los RN empleamos términos tales como “conducta”, “comportamiento” asumimos otra visión del niño diferente de la únicamente biológica. Las investigaciones de Kennell, Als, Brazelton entre otras muchas, justifican esta otra percepción del RN. El conocimiento y apreciación de estas conductas ayudará a que todos los que se relacionan con él: médicos, enfermeras y padres, puedan observar cómo van apareciendo y procuren acomodar sus actuaciones a ellas, lo que favorecerá el establecimiento de una buena relación. Durante todo este proceso el papel de las enfermeras es sustancial. La ayuda y apoyo en los momentos críticos a los padres, su maternaje compartido, la comunicación, la formación y el entrenamiento en cuidados, dado a los padres, es un nuevo reto que el personal de enfermería debe asumir, en nuestro caso, se asumió con total plenitud y compromiso. Hemos verificado, que los padres, ante esta información, enseñanza y cesión de competencias para el cuidado y atención de su hijo, mejoran el interés por el niño, aumentan el 60 número de visitas, se integran bien en el Servicio, están satisfechos y seguros al alta; como colofón los reingresos infantiles disminuyen. Los padres consideran que ellos deben explorar, tocar, acariciar y con ello reconocer a su hijo, para poder responder afectivamente al nuevo miembro de la familia. Las encuestas hechas a los padres de niños ingresados en UCIN, aportan, que se sintieron mejor cuando participaron en las tareas y cuidados de sus hijos, incluso aunque fallecieran. En este proceso de la vinculación/integración familiar a través del contacto padres/hijo, facilitado por la convivencia cotidiana y la participación en sus cuidados, una parte importante para la interacción de los padres, es el conocimiento que deben tener de las conductas o reacciones de sus hijos para entender sus respuestas y evitar la sobre ó hipoestimulación. Con mucha frecuencia los niños de alto riesgo son niños muy prematuros (<32 semanas gestación) o muy afectados, lo que condiciona sus respuestas a la estimulación. A este respecto conviene enseñar a los padres a conocer y valorar la conducta de su hijo según su edad de gestación o grado de su enfermedad. (“Valoración de la conducta del recién nacido pretérmino” Anexo 1) Ya se ha expuesto que el RN a término muestra unas conductas, un patrón de sueño y una capacidad de habituación a la estimulación diferente a la del niño pretérmino, diferencia más acusada según el niño tenga menos edad de gestación, es decir sea más inmaduro o por el contrario, que esté muy afectado por alguna patología. (Anexo 1) El RN a término se defiende del ambiente hostil, por una capacidad de habituación alta, propia de un sistema nervioso maduro, con un sueño profundo, despertándose prioritariamente ante sus necesidades (hambre, frío, humedad etc.) o lo que es lo mismo, es capaz de pasar de un estado a otro según sus propios requerimientos internos; en cambio el RN pretérmino, debido a la inmadurez de su sistema nervioso, tiene una capacidad de habituación muy baja, que no le permite desconectar del ambiente que le altera, por lo que hay que protegerle más, de ahí tanto cuidado con la luz, sonidos, temperatura, manipulaciones etc. Se deberá tener muy en cuenta también la organización de los estados de conciencia sobre todo en los niños de larga hospitalización: suelen estar mal organizados, predominando los dos extremos, muy peligrosos psíquicamente: los estados de hiperalerta con rigidez postural (por miedo al contacto y a las manipulaciones invasivas ó repetidas), mala calidad atencional, irritabilidad y dificultades de sueño o por el contrario, el extremo opuesto estados de somnolencia y apatía, pobre atención mutua y dificultades en la alimentación (suelen haber sufrido posturas bastante inadecuadas que han dificultado que ésta haya sido satisfactoria); lógicamente también hay estados mixtos, pero lo que siempre predomina es la casi ausencia de 61 estados de bienestar, evitación del contacto afectivo, a veces con no fijación ó desvío de la mirada, no aparición de la sonrisa y no satisfacción en actividades interactivas. El conocimiento de estos estados es fundamental, ya que ayudará a entender al niño y acomodar nuestra conducta a su estado para respetar en lo posible sus necesidades y sus defensas. Siempre partiremos de conductas de protección (corporal y ambiental), de máxima tranquilidad y de contención de su inquietud en los estados de sueño y de somnolencia así como procuraremos la comunicación atenta y su bienestar cuando esté despierto. Estas actuaciones servirán para satisfacer poco a poco sus necesidades de relación, cariño y atención afectiva que son indispensables para el ser humano sobre todo en las primeras etapas de su desarrollo. “Favorecer la vinculación padres hijo, ya que será la mejor garantía del bienestar del niño y de una adecuada estimulación. Ello requerirá la entrada libre de los padres a la Unidad durante todo el día para que puedan ajustarse a las necesidades del niño”. (7) Esta nueva percepción del RN facilita que repitamos la afirmación que “El neonato es un ser que siente, sufre y goza, que por ende “aprende” y según la naturaleza de lo aprendidoestimulado, su desarrollo humano y biológico, adquirirá una mejor calidad.” Estas aptitudes de padecer, disfrutar y aprender, se deben tener muy en cuenta y ser motivo de acciones específicas en los cuidados del niño durante su hospitalización y materia de enseñanza a sus padres ya que son parte básica de todo programa de prevención para un mejor desarrollo infantil. En la actualidad el método madre- canguro está favoreciendo aspectos esenciales de este proceso como son: Consolidar la función de enfermería en los cuidados del niño y de la familia, al ser la enfermera la responsable de poner al niño en el pecho de la madre ó padre, estimularles a que lo hagan, vigilar el estado de ambos y poder detectar muy precozmente dificultades en la relación. Por parte de los padres, este contacto precoz padres hijo trae unos beneficios claros para su función parental, bien diferenciados y complementarios en la pareja: La madre restablece la unión piel a piel con su hijo/hija rota brusca y prematuramente, siente que puede serle útil al proporcionarle su cuerpo como cuidado esencial (nota que su hijo/hija busca su olor, piel, latido y reconoce el sabor de la leche), vuelven con ello las ensoñaciones mutuas, proporcionando al bebé una estimulación muy adecuada a su estado: calor y protección, estimulación vestibular con balanceo, auditiva, táctil y visual, cuando el 62 niño abre los ojos está pendiente de su mirada, pero sobre todo de su estado de bienestar; favorece el sueño profundo y otras constantes vitales y nunca le satura con una sebreestimulación. El padre vive unas emociones muy diferentes unidas al desarrollo de este sentimiento paternal; al sentirle piel a piel, lo reconoce como a su propio hijo antes que si sólo lo hubiera mirado o tomado en brazos ambos vestidos, pone un significado a sus gestos, a su parecido físico y estimula la alerta y atención mutua; sus reacciones tienen una amplia gama, como le ocurre a la madre; siempre pensamos que están muy influidas, como en todos los padres, por sus propias imágenes parentales, estilos de crianza, deseos…. por eso no se debe etiquetar de un “comportamiento típico”. El RN lógicamente en este nuevo hábitat, experimenta muchas sensaciones rotas, quizás sienta que recupera la unión con su madre; estos encuentros le ayudarán evidentemente a organizar mejor los estados de conciencia propios de su edad. PADRES-INFORMACIÓN La información a los padres así como la forma y modo que se trasmita, es parte primordial en todo programa de AT. “Informar a los padres de la posibilidad de que su hijo presente un trastorno o discapacidad, genera en ellos una significativa conmoción emocional, con ansiedad, angustia, miedos, sentimientos de rechazo y negación; iniciándose un proceso de duelo que será distinto en cada familia y para cada miembro de la misma”. El contexto en que se produce la quiebra de las expectativas de tener un hijo “maravilloso” y cambiarlo, en poco tiempo, en temores de muerte o discapacidad, en un entorno desconocido y agresivo, es algo que se debe tener muy en cuenta en el momento de informar a los padres. (7) Se debe informar a ambos padres, después de que hayan estado con su hijo, en un lugar tranquilo, en el que estarán sentados, tanto ellos como el médico, creando un ambiente de serenidad. Se les ofrecerá la información requerida, sin ser catastrofistas, ajustada a sus capacidades de asimilación y de forma progresiva según vayan asumiéndola. En estas circunstancias el diagnóstico y evaluación del niño es un proceso que lleva tiempo y que no se deberá forzar para evitar efectos negativos sobre los patrones de interacción padres-hijo. La información referente al diagnóstico y pronóstico la dará el personal médico de plantilla o eventualmente los médicos del último año de residencia con experiencia en esta clase de comunicación. Siempre que sea posible, será la misma persona, la que les notifique los avatares del niño. Con frecuencia, en esta situación crítica y de desorientación, los padres 63 suelen buscar múltiples fuentes de información, lo que se debe conocer para poder ayudarles y sosegarles. “Una buena información facilita que la familia pueda llegar a tener una mejor comprensión y asimilación de la realidad de su hijo y pueda adecuar su entorno a las necesidades y posibilidades físicas, mentales y sociales de éste.” (7) FAMILIA En la definición de AT se designa a la familia como “objeto de intervención”. A lo largo de este capítulo ya se han esbozado algunos puntos que inciden en el entorno familiar: como la entrada libre en los Servicios, la adecuación arquitectónica de las Unidades para la convivencia padres-hijo, la información y la formación dada a los padres etc.; todo esto facilita y estimula la mejor integración y capacidad familiar para afrontar el proceso de la discapacidad de su hijo. El entorno ambiental familiar es determinante para el buen desarrollo de la personalidad humana y social del niño, ya que es el primer contexto de socialización, donde se aprenden las formas y reglas de relación con los demás. La misión de la familia es crucial y definitiva: no sólo es hacer un individuo mentalmente sano sino además competente para adaptarse a otras instituciones que vendrán después (escuela, universidad etc), por ello cualquier desequilibrio familiar puede afectar su atención y por ende su grado de discapacidad y de integración social. Para evaluar la incidencia negativa que pueda generar la existencia de un niño con dificultades, en el seno de la familia, se ha establecido un protocolo de observación familiar, sobre la conducta de los padres en la forma de relacionarse con su hijo: concreta su calidad, sus posibles desviaciones, las visitas etc, lo realiza la enfermera responsable del niño; es de gran ayuda para planificar las intervenciones psicológicas ó sociales y decidir el alta médica y los criterios de derivación. (Documento Valle M, Molinuevo J, anexo 2) En el caso de detectar alteraciones psicológicas, se pediría la colaboración de los servicios oportunos psicológicos o psiquiátricos, que harían la evaluación e intervención inmediata y posteriormente, al alta del niño, la derivación oportuna. (93, 94) “La atención a la familia hace referencia a actuaciones destinadas sobre todo a los padres y figuras de crianza, siendo esta atención prioritaria, ya que es uno de los factores que más va a condicionar el desarrollo y evolución del niño”( 7). 64 RIESGO SOCIAL Si a cualquier edad, los problemas de salud están directamente relacionados con el nivel socioeconómico de la familia, en la infantil tienen una mayor trascendencia y una íntima dependencia. La contribución social se manifiesta de forma indirecta tanto en la génesis de las enfermedades y de las discapacidades como en la incidencia y gravedad de cualquier patología. El ambiente social bajo suele acompañarse de una preparación insuficiente o nula de los padres para afrontar estas situaciones; las carencias propias de la pobreza limitan la participación y colaboración paternas en los programas de atención e intervención del niño, incluso con abandono de dichos programas Recordemos que en la definición de salud, los problemas sociales son constitutivos de la misma. Asumiendo el sentido integral de la salud y de la AT y conociendo la importancia que tiene el nivel socioeconómico en ambas, inexcusablemente cualquier programa de prevención y atención a las deficiencias/discapacidades tiene que tener en cuenta, las situaciones de riesgo social, al igual que las de riesgo biológico o psicológico; si se detectaran, se enviaría informe del riesgo a los servicios extrahospitalarios oportunos para la aplicación de los recursos que favorezcan la solución o atenuación de tales estados y posibiliten los cuidados y atención de los niños por sus padres. (95) Por estas razones nuestro grupo, estableció un programa de “Detección del Riesgo Social en Neonatología”, en el que están incluidos, no solamente los niños hospitalizados en las aéreas de patología, sino todos los nacidos en el hospital, aunque el niño, como ser biológico, cumpliera los criterios de normalidad . Con ese programa se trata de detectar posibles carencias ó dificultades sociales, problemas personales de los cónyuges, de la pareja como tal, ó de su ambiente familiar, vivienda etc; en caso de grave riesgo o sospecha del mismo, se actuaría siempre en la defensa del niño, a veces en contra del criterio de los padres, aunque afortunadamente este hecho, sólo acaezca en casos muy especiales. El programa fue desarrollado en colaboración con “El Instituto del Menor y la Familia” y el “Hospital de Móstoles de la Comunidad de Madrid”. Está formalmente configurado en estructura, metodología etc. Su acceso se logra a través de: http://paidos.rediris.es/genysi/riesgoso.htm El 2.2% de las familias evaluadas en el área en que se aplicó el programa, son de riesgo social. Más de la mitad de los niños de riesgo biológico, tienen además, riesgo social. (Responsable de la ejecución del programa T. Brun Sanz, Trabajadora Social). 65 “La actuación de los Servicios Sociales se enmarca muchas veces en una labor de atención y ayuda a la familia, siendo estos programas, al considerar el conjunto familiar, especialmente relevantes, por la importancia reconocida de la familia en el bienestar y desarrollo del niño” (7) FORMACIÓN A lo largo de este capítulo citamos de forma reiterada el sentido integral de la salud y AT, que son contempladas desde la visión biológica, psicológica y social, y el uso de nuevos conceptos, habilidades, actitudes y evaluaciones en el trato con los niños y sus familias, tanto por los médicos como por el personal de enfermería e incluso de los padres. De este nuevo planteamiento asistencial y de la forma de afrontar la atención en los SN se desprende la conveniencia de proponer la necesaria formación en estas prácticas novedosas. Se debería incluir la formación y colaboración inmediata con los servicios de salud mental infanto-juvenil debido a la aparición, con relativa frecuencia en esta población de los llamados Trastornos de la Regulación, definidos así en la Clasificación Diagnóstica 0-3 y publicados en la web de Genysi (96) por nosotros como “Nuevo trastorno de hospitalismo”; pueden padecerlo los niños con largos periodos de hospitalización, sometidos a técnicas a menudo invasivas y cuyos padres sufren a la vez no solo las contradicciones habidas entre los diferentes profesionales sino también la propia dinámica de la institución, que supone en ellos un gran agotamiento; se preguntan los estudiosos del tema, si la repercusión de estos eventos simultáneamente en padres e hijo, no tendría consecuencias peyorativas en el desarrollo inmediato de estos niños. Es una población de referencia para atender en AT desde la salud mental, por el riesgo de evolucionar a trastornos mentales graves. Deberán atenderse primordialmente además las actitudes de los cuidadores en el hogar y la colaboración de la familia. “La Atención Temprana a un niño ingresado en una institución sanitaria al que se le diagnosticara de una deficiencia o sufriera una serie de problemas biológicos que fueran catalogados como de alto riesgo de producirla, debería ser contemplada en el marco de la pedagogía hospitalaria por la serie de actuaciones educativas que conlleva, tanto dirigidas al propio contexto sanitario como al niño y a su familia” (3, 97) De lo anterior se deduce la ineludible obligación de cambios curriculares de los profesionales implicados, la conveniencia de protocolos, de sesiones científicas concordantes 66 con estas prácticas, de la entrada de nuevos expertos para el trabajo interdisciplinario como psicólogos, pedagogos, sociólogos u otros, para poder alcanzar la atención integral de los niños, en consonancia con la definición de salud y de las necesidades de la atención temprana. CONTROL Y SEGUIMIENTO Las deficiencias, enfermedades y factores de riesgo se diagnostican y se tratan, si hubiera lugar, durante la hospitalización. Las discapacidades, posteriormente, ya que se van revelando al aparecer nuevas funciones neuro-psico-sensoriales que evidenciarán la patología propia de su actividad. (98) Los SN como instituciones circunscritas en el tiempo, tienen como competencia la colaboración en la atención perinatal y en la asistencia al RN durante su hospitalización, pero en cambio, tienen limitada su participación en los controles de los niños que requieran un seguimiento; este aserto no excluye, que si se establecieran sistemas de coordinación con otros servicios hospitalarios como neurología, oftalmología, ORL, rehabilitación, psicología, pudieran formar parte de un CDIAT o coadyuvaran en los CDIAT extrahospitalarios, en los centros de salud, en las escuelas infantiles etc. Están moral, científica y asistencialmente obligados a conocer y exigir la información del estado del desarrollo de los niños con deficiencias o de alto riesgo después del alta. (99, 100, 101, 102) La práctica médica tiene su mayor eficacia, si el diagnóstico fuera precoz y el inicio del tratamiento fuera idóneo e inmediato. Si esta aseveración es incuestionable a cualquier edad y circunstancia, toma un significado muy especial, si en los primeros meses o años de la vida se atendieran problemas del desarrollo neuro-psico-sensorial, que es la época de pleno crecimiento y máxima plasticidad cerebral. Los niños con diagnóstico al alta de deficiencia y las familias con problemas sociales o psicológicos, se remitirán a centros adecuados para su tratamiento o ayuda. Los niños “vulnerables”, que son los que tuvieran varios FR o muy alto riesgo de alguno de ellos, se les enviará a un CDIAT; a los que sólo se les hubiera detectado un FR leve, se dejarán en su entorno natural y podrían ser controlados en atención primaria o en educación infantil. “Los programas de seguimiento se encuadran dentro de la prevención secundaria de las deficiencias como un conjunto de actividades que, al intervenir en las etapas precoces de la vida sobre las situaciones de riesgo o cuando existen lesiones establecidas, favorecen el desarrollo óptimo del niño” (7) 67 En el informe al alta, que será escrito, constará como mínimo, el resumen de la historia vivida en la unidad, con los datos clínicos y complementarios destacados, tanto en el momento álgido de la enfermedad, como al alta, así como cualquier incidente que se considere tenga relevancia; obviamente no faltarán los diagnósticos, ni cualquiera de los FR constatados, los tratamientos habidos y los cribados realizados. La información social se restringirá a la estrictamente necesaria, para que los servicios sociales conozcan la situación básica familiar y puedan actuar en consecuencia. El documento elaborado por el psicólogo de la Unidad será entregado a los padres. “Se facilitara a la familia la información personal, clara y precisa de la situación del niño y sus necesidades, así como un informe escrito del alta con los datos más significativos y aclaratorios sobre el estado clínico y funcional del niño y la atención que requiere” (7) A través de este capítulo hemos intentado exponer la implicación de la fisiopatología de la reproducción en la génesis de las DD y la importancia de los Servicios de Neonatología en su conocimiento, diagnóstico, tratamiento precoz, que implica, si fuera conveniente, la derivación inmediata a los CDIAT para la continuación de su tratamiento o en los que sólo presentaran FR para que se controlaran adecuadamente. Hemos verificado que los SN se interesan por la salud en su visión integral, por eso tienen entre sus competencias, funciones que son básicas en la AT que es la atención holística al niño: el trato afectivo y ecológico, la integración niño-padres, el cuidado, información y formación a la familia, etc. lo que les convierte, por su exclusivo conocimiento biológico y por la preocupación compartida psicológica y social con AT, en una parte importante de los programas de prevención secundaria y AT de las DD. Creemos que los CDIAT, los Centros Educativos, los Servicios Sociales etc. deben tener en cuenta el papel que los SN, tienen en el problema de las DD y sobre esta idea, establecer su dinámica de trabajo y cooperación Interdisciplinar/Institucional. BIBLIOGRAFIA 68 1.- Arizcun J, Arrabal Mª C. Deficiencia, Discapacidades del desarrollo y los servicios de neonatología, capítulo nº 6. En el libro de “Atención Temprana” Desarrollo Infantil, diagnóstico, trastornos e intervención. 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