RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA: RADIOGRAFIA DEL SECTOR A fines del año pasado el IAPG publicó un estudio denominado La Responsabilidad Social de las Empresas de la Industria del Petróleo y del Gas, que constituye un completo panorama de la evolución y situación de esta temática en el sector. La investigación, que consistió en una encuesta de la que participaron 37 compañías, estuvo a cargo de la Dra. Beatriz Balian de Tagtachian y de la Lic. Betsabé Policastro. Presentamos aquí una síntesis de ese estudio y sus conclusiones. Los principales objetivos de este estudio fueron conocer el estado de situación de las empresas de la industria del petróleo y del gas, en relación con las dimensiones fundamentales del concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE): el cumplimiento de normas de Salud, Seguridad e Higiene, el cuidado del medio ambiente, la atención de sus empleados, el carácter de sus relaciones comerciales y su contribución al desarrollo de la comunidad de la que forman parte. Otros de sus propósitos fueron comparar las actuales actividades comunitarias que desarrollan las empresas del sector con las que llevaron a cabo durante 2001, teniendo en cuenta no sólo el eje de sus acciones sino el tipo de vinculación que establecen con otros sectores de la sociedad. Y analizar estas actividades con respecto a distintos contextos: los empresariales y las zonas de pobreza. En relación con los aspectos metodológicos, se trabajó a partir de un cuestionario que se envío a las empresas socias del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG). La respuesta fue positiva, ya que lo respondieron 37 compañías y a partir de allí se conformó una muestra, compuesta por casos de interés para la investigación. Los datos obtenidos se procesaron a partir del programa electrónico de análisis estadísticos SPSS (Statistical Package Social Science), se analizaron las preguntas abiertas y se tuvo en cuenta el material complementario enviado por las empresas. Las empresas relevadas Las compañías consultadas desarrollan distintas actividades. Las cifras (ver tabla 1) permiten advertir que las principales son de producción, exploración, servicios petroleros y distribución de gas. Cabe aclarar que, en comparación con la investigación realizada en 2001, en este trabajo participaron mayor cantidad de empresas de servicios. Esto puede interpretarse como un mayor involucramiento de esta área productiva. Vale resaltar que mientras que en 2001 había 50 compañías de servicio miembros del IAPG, en el año 2004 ese número asciende a 63. Las restantes actividades pueden agruparse en tres grandes categorías. La primera de generación y procesamiento (ingeniería y construcción, generación eléctrica, petroquímica y química y fabricación de productos). La segunda consiste en el suministro de productos (proveedores de equipamiento, comercialización de energía eléctrica y gas natural). Y la última está dada por la prestación de servicios (transporte de combustibles, servicios de mantenimiento y reparación, junto con consultoría en hidrocarburos en general). Zonas de operación Las actividades del sector cubren todas las provincias del país. Las mismas se ordenan, según su importancia, por el recurso natural básico y por la ubicación de la sede principal (ver cuadro 2). Algunas compañías tienen además desarrollos en otras naciones; por lo tanto, alcanzan mayor complejidad. El análisis de la cantidad de empleados, tanto los que trabajan en relación de dependencia como los contratados o pasantes, permite observar que una gran cantidad de las empresas (80%) posee más del 75% de sus empleados en relación de dependencia. Es más, el 65% de las empresas relevadas posee más del 90% de su personal en forma estable, lo que sugiere permanencia y escaso empleo circunstancial. Estos son aspectos que favorecen relaciones personales firmes y duraderas, que contribuyen a afianzar la identidad corporativa. Certificaciones Las empresas relevadas del IAPG han obtenido en su mayoría certificaciones, premios de calidad o reconocimientos; que aseguran su competencia en la actividad. De las 37 compañías consultadas, el 70% tiene una certificación ISO. De esas, el 46% obtuvo la ISO 9000 y la ISO 14000. El resto (54%) posee sólo una de esas certificaciones. La consulta acerca de las empresas que recibieron premios de Calidad, indica que un 22% los han recibido. Los galardones son otorgados por diferentes entidades, tales como “Programa Bonaerense a la Calidad”, “Sello BAIRES”, UIA, IAPG, “Innovation Award” y “Premio Nacional de Calidad”. Los reconocimientos de RSE provienen de distintos ámbitos: internacional, nacional, provincial, municipal o comunitario. A nivel internacional se registran 5 menciones, una de un organismo oficial –el Banco Mundial– y el resto corresponde a organismos de gestión privada de Latinoamérica, España y Estados Unidos. En el plano nacional se detallan 22 reconocimientos, mientras que a nivel provincial y municipal se registran 5 menciones. Al considerar los diferentes ámbitos (internacional, nacional y municipal), se advierte que en su mayoría los premios provienen de organizaciones de gestión privada. Esos reconocimientos muestran una fluida relación y vinculación de las empresas con distintos sectores de la sociedad. Conclusiones En la organización de las empresas del sector de Petróleo y Gas, se destacan tres rasgos, que se refieren a algunas de las dimensiones del concepto de Responsabilidad Social Empresaria (RSE). * La administración efectiva mediante los esfuerzos por satisfacer y exceder los parámetros de Salud, Seguridad e Higiene en el Trabajo en su propio ámbito y en relación con sus clientes y proveedores. * La valoración del personal mediante programas dirigidos a su desarrollo. Durante el año 2004, el 89% de las empresas realizaron cursos de capacitación laboral y profesional. Complementariamente, el 42% de las compañías cuentan con programas de beneficios para las familias de los empleados. * La preocupación por satisfacer y mejorar sus prácticas en relación con el medio ambiente, tanto en el ámbito de la propia empresa como en su contexto. El 92% de las empresas señala su interés por los aspectos ambientales de la comunidad en la que reside. En cuanto a las actividades comunitarias: * El 92% de las compañías realizan actividades a favor de la comunidad, lo cual indica una aceptación plena de los nuevos modelos de inserción de las empresas en su contexto social. Estas actividades pueden considerarse duraderas si se tienen en cuenta las características de las industrias del petróleo y del gas, cuyas inversiones son de largo plazo. * El modo de gestión de las actividades comunitarias es heterogéneo y múltiple. Heterogéneo, porque son diferentes los departamentos o áreas que intervienen, y múltiple, ya que se observó que en el 53% participan simultáneamente varias áreas de la organización. * Las empresas del sector muestran preferencia por los aspectos educativos y de salud; así como por la consideración de las organizaciones de la comunidad, tanto en el informe del año 2001 como en la actualidad. * El tema Educativo se manifiesta en la vinculación con la inserción laboral, el desarrollo de huertas y el cuidado del medio ambiente, además de lo estrictamente referido a la enseñanza. Las acciones en Salud se concentran en ayudar al funcionamiento de comedores comunitarios; así como en la atención médica y la prevención mediante campañas de concientización. * Las situaciones de emergencia social merecen una consideración especial: mientras que en el año 2001 sólo un 3% de las empresas realizaba actividades comunitarias para contribuir a paliar esta situación, en 2004 lo hace un 65%. El incremento de acciones en este campo se dio a partir de la crisis socioeconómica de diciembre de 2001. * Las acciones de las empresas en diferentes temas como Educación, Salud, Emergencias Sociales, Medio Ambiente, Deportes, Arte y Cultura; se enfocan principalmente a las etapas de la niñez, adolescencia y juventud. * En concordancia con el contexto, se observa que además de las zonas geográficas en las que se desarrollan las operaciones de negocios (Buenos Aires, las provincias patagónicas y Salta fundamentalmente), también se dio importancia a aquellas jurisdicciones más afectadas por la crisis socioeconómica (conurbano bonaerense, Tucumán, Santiago del Estero y Santa Fe). * Las actividades comunitarias favorecen la conformación de alianzas con distintos sectores sociales y consecuentemente el desarrollo de la asociatividad y el mayor compromiso en los temas públicos. Al respecto, se observa un crecimiento de vinculaciones con organizaciones de la sociedad civil, que de un 43% en 2001 pasó a un 59% en 2004. En general, puede señalarse que las distintas dimensiones del concepto de RSE están presentes en las empresas del sector. En las dimensiones referidas a la gestión propia del negocio (las operaciones y la relación con empleados y clientes), se observan programas consistentes y planificados. En el área de acciones comunitarias se destaca muy especialmente la alta proporción de proyectos a favor de la comunidad, con la participación de distintas áreas de la empresa y con miembros de la sociedad. No obstante, el desafío actual consiste en pasar de acciones o proyectos puntuales a programas con objetivos explícitos, susceptibles de ser evaluados por su cumplimiento. La continuidad de las acciones comunitarias desde el año 2001 en temas como Educación y Salud principalmente, con énfasis en aspectos de la vida familiar como la infancia y la juventud; permite vislumbrar la posibilidad de sistematizar los proyectos desarrollados hasta ahora, y diseñarlos como programas con una consistencia similar a los que se ejecutan en otras áreas de las empresas. Empresas que respondieron la encuesta ABB Adibak Baker Hughes Argentina, Div. Baker Atlas BG Argentina Bolland & Cía. Cameron Argentina Camuzzi Gas Pampeana, Camuzzi Gas del Sur CAPSA (Compañías Asociadas Petroleras) Carboclor ChevronTexaco Argentina Colhue Huapi Consultora Demison Duke Energy Argentina Esso Petrolera Argentina Favra Gas Natural BAN Gasnor Litoral Gas MetroGAS Nalco Argentina Pan American Energy Petrobras Petrogreen Petrolera Río Alto Petroquímica Comodoro Rivadavia Pluspetrol Refinería del Norte Repsol YPF Schlumberger Argentina Servicios Especiales San Antonio Shell CAPSA Tecna Estudios y Proyectos de Ingeniería Tecpetrol Total Austral Transportadora de Gas del Sur Tuboscope Vetco de Argentina PLAN ALENTAR: UNA INICIATIVA EXITOSA PARA AYUDAR A LA COMUNIDAD Desde la crisis socioeconómica que vivió la Argentina en diciembre de 2001, TenarisSiderca decidió poner en marcha este plan en la ciudad de Campana (provincia de Buenos Aires), con el fin de ayudar a la comunidad. En esta edición describimos los programas que se están ejecutando como parte de esta iniciativa y los últimos logros obtenidos. El Plan Alentar está compuesto por 13 programas (dentro de las áreas de Salud, Alimentos, Empleo, Vivienda, Educación y Obra Pública, entre otros), orientados a fortalecer el capital social de la comunidad y que articula los recursos entre el Gobierno, ONG, universidades, organismos internacionales y otras instituciones. La iniciativa tiene como objetivos centrales brindar asistencia en las necesidades básicas de las poblaciones carenciadas, generar empleos temporarios y mejorar el hábitat a través de la concreción de obras públicas. Entre los proyectos que se están llevando a cabo en este marco se pueden destacar las 1.300 huertas familiares instaladas en Zárate y Campana que producen 620 toneladas de alimentos por año. Estos resultados dependen del programa Campana Verde que fomenta el autoabastecimiento de productos básicos para la alimentación de la familia. Otra de las iniciativas que se llevaron a cabo fue la certificación de 30 PyMEs con la ISO 9000 de Calidad. Estas empresas, radicadas en Zárate y Campana, lograron esta meta gracias a un programa que financió TenarisSiderca dentro del Plan Alentar. La medida también es extensiva a diferentes áreas del Municipio de Campana y a escuelas locales. Además, 400 vecinos de esa zona recibieron una capacitación gratuita del Programa Autoempleo y pudieron acceder a una línea de microcréditos blandos con la única garantía de su palabra. Finalmente, 50 alumnos complementaron su último año del Polimodal con capacitación dentro de la planta industrial de la empresa. De estos alumnos, 21 intensificarán su formación técnica durante 2 meses, mientras que los restantes recibirán becas para cursar estudios terciarios o universitarios. Dentro de los logros que alcanzó el Plan Alentar durante 2003, se encuentran la capacitación de amas de casa en economía doméstica; el abastecimiento de insumos y medicamentos para el Hospital San José de Campana; la construcción del Parque Urbano Roberto Rocca, con el empleo de mano de obra local y beneficiarios del Plan Jefes de Hogar; la asistencia a más de 1.000 familias indigentes, mediante una tarjeta magnética para la compra de alimentos y la construcción de más de 80 viviendas dentro del barrio Siderca. NUEVA GUIA PARA EVALUAR LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA El Centro de Etica Empresaria de la Universidad Católica de Córdoba –PROETICA- presentó el año pasado una Guía de Autoevaluación para la Responsabilidad Social Empresaria (RSE). Mediante dicha publicación, denominada GestionaRSE, se evaluaron 88 empresas de Capital Federal y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza (Argentina). El objetivo de GestionaRSE, Guía de Autoevaluación para la Responsabilidad Social Empresaria, es medir la calidad de los vínculos que la empresa tiene con las partes involucradas en el negocio. La RSE es un tipo de gestión que aborda el impacto de los negocios en la comunidad, y abarca los principios éticos y las acciones planeadas a favor de las personas que están vinculadas con el desarrollo del negocio. Además, confirma el cumplimiento de la normativa legal vigente y los convenios colectivos. GestionaRSE está constituida por 27 indicadores que incluyen las áreas de Público Interno; Gobierno; Valores y Principios; Comunidad; Proveedores; Medio Ambiente y Consumidores–. Cada acción se mide en una escala de 1 a 4 puntos, manifestando los vínculos neutros (1), reactivos (2), correctivos (3) y proactivos (4). Luego del análisis estadístico de las 88 empresas seleccionadas se puede inferir que estas tienen una relación neutrareactiva en sus interacciones con los públicos. Por ahora, la RSE es una reacción ante hechos puntuales que no forma parte de la estrategia del negocio. Por lo tanto, no se puede decir que exista una cultura de “gestión” en materia de RSE en las empresas autoevaluadas. Otro dato interesante que arroja el estudio es mostrar la poca conciencia en relación con la participación ciudadana de la empresa en su entorno, a través de programas de apoyo al Voluntariado Corporativo y de Educación Ambiental. Con estas herramientas, que son habituales en otras latitudes, se ha logrado aumentar la satisfacción laboral de empleados, mejorar el clima organizacional y contribuir al desarrollo de la comunidad. Por otra parte, no se percibe como problema el respeto por la diversidad. En cuanto a la selección de personal, no habría una práctica definida para brindar oportunidades laborales a grupos que habitualmente no son tenidos en cuenta, o que tienen dificultades para ser empleados por cuestiones de sexo, enfermedades, situación social, etc. Al analizar las relaciones entre la calidad de los vínculos con los públicos y la antigüedad de la totalidad de las empresas, se percibe una mejora para las entidades de mayor trayectoria. Para aquellas cuya antigüedad es de 6 a 20 años, la puntuación es de 1,7; para las que tienen más de 40 años el promedio general es de 1,8 y las que superan los 80 años, llegan a 1,96 puntos. Una de las hipótesis que podría justificar esta variación es que las empresas con una gestión madurada en el tiempo cuentan con mecanismos que les permiten mejorar la gestión ética integral. Por otro lado, la ética es una apuesta a largo plazo: si no hay una proyección en el tiempo y no se piensa en compartir el futuro de una comunidad, no hay estrategia de RSE que se justifique. Las empresas con mayor conciencia de RSE son aquellas que tienen entre 6 y 10 empleados (2,9 más de un punto sobre el promedio) y las que tienen más de 300 (2,11). En el primer caso se podría inferir una mayor sensibilidad social de los dueños, quienes cumpliendo diversos roles en la reducida estructura organizacional, entran en contacto directo con los empleados, la comunidad y su problemática. El caso de las empresas grandes puede ser atribuido a su mayor organización y formalización de procesos; y a una mayor exposición pública, que los lleva a cuidar mejor sus relaciones con las partes involucradas. En el comercio el promedio es de 1,93 puntos, en la industria de 1,85, y en los servicios de 1,52. Mientras que en el comercio se nota una preocupación especial por los clientes y la comunidad, su puntaje es bajo en relación con los empleados. A pesar de que en el sector industrial la atención del medio ambiente está en alza, las relaciones con la comunidad no son tan importantes. Los servicios presentan un mejor desarrollo en códigos éticos y especificación de sus valores, pero muestran poca conciencia acerca del impacto ambiental que provocan sus actividades. TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL: EJES CENTRALES DE LA POLITICA DE REPSOL YPF Desde el inicio de sus operaciones, el Grupo priorizó el buen gobierno corporativo, la transparencia y la responsabilidad social. Damos a conocer las acciones más importantes que desarrolló Repsol YPF para hacer de estos principios una realidad. Desde su creación, Repsol YPF apostó por el buen gobierno corporativo, la transparencia y la responsabilidad social. De este modo, las prácticas de buen gobierno se revisan y mejoran constantemente para potenciar la participación de los accionistas en las decisiones empresariales y aumentar la confianza de los inversores. En 1995, Repsol YPF fue la primera compañía española en la que se estableció un Código de Buen Gobierno, con la aprobación de un Reglamento del Consejo de Administración, que incorporaba ideas inspiradas en el informe Cadbury. Dos años después, y una vez finalizado su proceso de privatización, se aprobó un nuevo Reglamento que anticipó los principios publicados en 1998 en el Informe Olivencia, primer Código de Buen Gobierno del mercado español. La normativa por la que se rigen las actuaciones del Gobierno Corporativo de Repsol YPF, se fundamenta en las recomendaciones del Código de Buen Gobierno, el Informe Aldama y los principios y recomendaciones del Informe de la Comisión Especial para el fomento de la transparencia y seguridad en los mercados. Además, se inspira en los códigos de Buen Gobierno aceptados por los mercados internacionales; y aplica las normas prácticas de los Estados Unidos referidas a las sociedades que cotizan en la Bolsa de Nueva York. En este sentido, la compañía incorporó al Reglamento del Consejo de Administración, la obligatoriedad de certificar las cuentas anuales por el presidente ejecutivo, el consejero delegado y el director financiero. En noviembre de 2003, este consejo aprobó la Norma de Etica y Conducta de los empleados, que establece las pautas generales que deben regir la conducta de la compañía y de sus empleados, en el cumplimiento de sus funciones y en sus relaciones comerciales y profesionales. En materia de transparencia, la política de la empresa se reforzó mediante la creación del Comité Interno de Transparencia y la publicidad dada a las retribuciones percibidas por los Consejeros de la Sociedad. Además, se profundizó la elaboración del Informe sobre Gobierno Corporativo que refleja, entre otros aspectos, la estructura de propiedad de la sociedad, la estructura y funciones del Consejo de Administración y de sus comisiones y los cargos de los miembros de consejo. Otro pilar del Buen Gobierno Corporativo es la participación de los accionistas. Con el objeto de reforzar el papel de la Junta General de Accionistas como órgano de dirección y control de la compañía, Repsol YPF ha adoptado diversas medidas, entre las que se destaca la aprobación del Reglamento en la Junta General de Accionistas, que regula y amplia la participación de los accionistas en el control de la sociedad. Repsol YPF es consciente de la importancia de aportar un valor equilibrado a todos los públicos de la compañía – accionistas, empleados, clientes y sociedad en general–, y por eso participa desde su fundación en el Foro de Reputación Corporativa (FRC) y se compromete a estudiar a fondo la generación de valor, que se deriva de la ética empresarial, el buen gobierno corporativo, las políticas de responsabilidad social y desarrollo sostenible y la identidad y cultura corporativas. La nueva estructura de YPF Durante 2003 la compañía puso en marcha una nueva estructura organizativa, que refuerza su gestión y la acerca a los negocios con el fin de impulsar su crecimiento. Esta estructura está en línea con las medidas de transparencia y profesionalización adoptadas por el consejo, que pretenden dotar a Repsol YPF de un equipo de gestión potente, profesional, altamente capacitado y bien coordinado para enfrentar los nuevos desafíos de la compañía. En dicha estructura, las direcciones corporativas, el country manager de la Argentina y la Dirección de Auditoría Corporativa, dependen del presidente ejecutivo y del consejero delegado. Acción social y mecenazgo El principal objetivo de las políticas de Repsol YPF en acción social y mecenazgo cultural es llevar adelante acciones que favorezcan el compromiso de la compañía con la sociedad dentro de un marco ético. Repsol YPF fue patrocinadora de Casa de América como centro de exposiciones del Festival Internacional de Fotografía PhotoEspaña 2003. En ese festival, se presentaron fotografías de los artistas americanos Anthony Goicolea (Estados Unidos), Rosángela Renno (Brasil) y Alexander Apóstol (Venezuela). Durante 2003 continuó con su Programa para la música en Latinoamérica y editó un nuevo CD de la colección El Gran Barroco; que reúne las mejores piezas editadas hasta la fecha y cuatro nuevos temas corales. Dentro de los proyectos de recuperación del patrimonio histórico, se puede destacar la restauración de la reja del altar mayor de la Catedral Primada de Toledo. En cuanto a las publicaciones, en 2003 se editaron: Encuentros en la Medina, un libro de fotografías de Marruecos, y La energía necesaria, un compendio de las diferentes iniciativas de patrocinio y mecenazgo en las que participó la compañía. En materia educativa, el Instituto Superior de la Energía (ISE), que depende de la Fundación Repsol YPF, concluyó su cuarto curso académico. Participaron de este curso 102 alumnos de España y Latinoamérica, y más de 100 profesores de diferentes empresas e instituciones de varios países. En este sentido, se puede destacar el programa El Recorrido de la Energía, que fomenta en los jóvenes el interés por los temas energéticos, promueve hábitos de consumo respetuosos con el medio ambiente e inculca criterios de racionalización de la energía. Repsol YPF también patrocina programas de salud, integración social, medioambientales, autosustentables y ecoturísticos. Debido a que las personas son el principal activo de Repsol YPF, la compañía ideó un importante proyecto de voluntariado comunitario, en el que los empleados de la empresa fueron movilizados hasta las costas de Galicia, para ayudar en la recolección del combustible que quedó como consecuencia de la catástrofe del Prestige. Adicionalmente, se recaudaron fondos que la compañía duplicó y que se utilizaron para financiar trajes de neoprene para los pescadores de una de las comunidades afectadas. La visión de la RSE de Repsol YPF Para Repsol YPF, la RSE significa la integración entre el objetivo principal de creación de riqueza y los criterios del desarrollo sostenible. Este enfoque se materializó en 2003 con la formalización de un marco ético de ámbito mundial, cuyos ejes son la Visión Estratégica, los Compromisos con sus principales grupos de interés y los Valores Eticos y Profesionales que deben guiar el comportamiento de todos los integrantes de la empresa. De acuerdo con la nueva visión estratégica de la compañía, se estableció un Comité de Reputación Corporativa (CRC), compuesto por representantes de todas las áreas de actividad del grupo y sus fundaciones. De esta manera, la empresa establece una interacción permanente entre los directivos y empleados que asegura la optimización de su gestión. Dentro de las acciones llevadas a cabo por el CRC se pueden destacar la incorporación de Repsol YPF al índice ético FTSE4good, la participación en iniciativas internacionales como la Extractive Industries Transparency Initiative (EITI, por sus siglas en inglés) y el avance en las prácticas de gobierno corporativo. Los compromisos asumidos por la compañía con cada uno de sus grupos de interés muestran el alcance de su responsabilidad corporativa. Esto se refleja en sus principales publicaciones: el Informe Anual; el Informe Anual de Gobierno Corporativo; el Informe Social y el Informe Medioambiental. Visión estratégica, compromisos y valores Repsol YPF modificó su Visión Estratégica 1 para adecuarla a los cambios producidos en el sector energético y dentro de la misma compañía. A través de esta nueva visión, Repsol YPF se compromete con los principales grupos de interés con los cuales se relaciona: accionistas, socios, clientes, proveedores, empleados y la sociedad. En este sentido, los empleados de la compañía basan su comportamiento en cuatro valores éticos fundamentales: integridad, transparencia, responsabilidad y seguridad. Además, Repsol YPF definió otros cuatro valores profesionales que aportan a la empresa una ventaja competitiva y aseguran la excelencia en su gestión: liderazgo, orientación a resultados, innovación y orientación al cliente. Para la implementación de la Visión Estratégica; Compromisos y Valores, la compañía formuló y comunicó la Norma de Etica y Conducta de Repsol YPF, primer código ético para sus empleados en todo el mundo. RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA¿LIBERTAD SOCIAL EMPRESARIA? Por Luis Ulla “No busquemos solemnes definiciones de libertad. Ella es sólo esto: responsabilidad”, afirmaba George Bernard Shaw. Si adherimos a la idea de que la medida de la libertad del hombre es la responsabilidad de la que puede ser capaz, podremos decir que, del mismo modo, esto tiene su correlato en las organizaciones. Podemos afirmar entonces que una organización dispone de tanta libertad para ser y operar dentro del conjunto social, como la responsabilidad que es capaz de desarrollar y transmitir. Las personas vamos creciendo en responsabilidad, sólo en la medida en que somos cada vez más capaces de hacernos cargo de los efectos de nuestras acciones. En ese proceso gradual y creciente, se desarrolla nuestra vida. En las organizaciones –que siempre son mucho más que la suma de las personas que las conforman– el proceso adquiere una particularidad: el ejercicio comunitariamente reconocido de la responsabilidad se traduce en lo que conocemos como legitimidad. Es decir, que ellas van siendo cada vez más justificadas, en tanto la sociedad en donde operan les reconoce socialmente una cierta y determinada aptitud para poder actuar como parte activa del proceso de relaciones sociales. Su existencia y razón de ser están respaldadas por expresiones de conducta que resultan altamente convincentes para el conjunto social. Las personas que obran con responsabilidad, y que hacen de esa forma de obrar una trayectoria, son personas valoradas por los distintos ambientes en las que ellas se mueven. Desarrollan prestigio y son estimadas por los demás; disponen de buen crédito y de cierto renombre. Estas personas, por lo general, poseen un ascendiente social importante, despliegan una influencia positiva a partir de una autoridad que les viene por el reconocimiento a la coherencia que desarrollan entre libertad y responsabilidad. Su presencia representa un valor para quienes comparten con ellas la vida en sociedad. Por el contrario, cuando ocurre a la inversa, es decir, cuando las personas hacen de sus acciones una forma del ejercicio de la libertad sin el contrapeso de la responsabilidad, se transforman en algo que los demás no desean, y que muchas veces sólo consideran por algún motivo- que las deben soportar. Este tipo de personas muchas veces se sostiene en base al engaño, a la ilusión, tratando permanentemente de embaucar a los demás. Cuando la conciencia crítica de quienes los rodean crece, su persistencia en esa forma de conducta genera creciente desprestigio y malestar social, al punto que si desaparecieran o estuvieran ausentes, se generaría una forma de alivio en el conjunto social. Es imposible no hacer una translación completa de este razonamiento a las organizaciones sociales. Ellas construyen –o destruyen– con sus discursos y sus actos, el prestigio y el valor que la sociedad les otorga. Son valoradas por el conjunto –no olvidemos que son los demás quienes les dan o no ese valor– y obtienen prestigio, credibilidad y estima. Son consideradas como legítimas, ocupando así un lugar destacado e influyendo positivamente en el desarrollo de la sociedad. Si por alguna razón dejasen de existir, generarían un gran vacío, un dolor, una pérdida. Las sociedades que son conscientes de este valor, las cuidan, las preservan, tratan de fortalecerlas, hacerlas crecer, apoyarlas y así darles continuidad. Si aceptamos finalmente que las empresas son, en la actualidad, uno de los paradigmas de organización social más aceptados como forma colectiva de generación y distribución de bienes y servicios; que en ellas las personas pueden ejercer y desarrollar una porción importante de su libertad, es imposible abstraerlas de la correlación directa con la responsabilidad. Si observamos esta primera etapa de lo que se ha dado en llamar la globalización, veremos que no sólo crecen y se expanden de una manera extraordinaria los mercados y las oportunidades de negocios; sino que la comunicación puede hacer que también crezca y se generalice la conciencia social. Y cuando la capacidad de discernimiento del conjunto se va generalizando, cuando los márgenes entre discurso y acción se acortan notablemente, se tiene la sensación de que llega un tiempo nuevo, donde la libertad se hace absolutamente proporcional con la responsabilidad. Por una parte, en el contexto de Europa y de Estados Unidos las empresas están detrás de la obtención de lo que se llama “licencia social para operar”. Sin embargo, la situación de nuestros países es muy diferente. En el complejo e inestable escenario latinoamericano es muy probable -como decía el empresario chileno Javier Cox recientementeque las empresas deban entender que aquí es necesario trabajar desde una perspectiva de responsabilidad ciudadana, en construir las bases que nos den a todos “licencia social para prosperar”. Y es aquí donde reside el quid del asunto. Quienes entiendan a tiempo este cambio, quienes puedan desarrollar la sensibilidad para percibirlo, serán con seguridad las más valoradas, las de mayor prestigio, las que podrán ejercer una influencia social positiva a partir de una autoridad forjada en la coherencia. Sin duda, esta será una nueva dimensión de la competitividad, en un contexto de libertad tan sostenible como el grado de desarrollo y equidad que como sociedad logremos alcanzar. *El Lic. Luis Alberto Ulla se desempeña como director ejecutivo del Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE).