EL ORFEO DE MONTEVERDI - Federación de Sociedades

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EL ORFEO DE MONTEVERDI
15 de marzo, viernes
11:00h
Entrada: 4 €
Público: ESO, público universitario
16 de marzo, sábado
19.00h en Familia
Entrada: 8 €
Ópera, Danza y Teatro
Edad: Bachiller, ESO, público universitario
Dirección musical: Salvador Sebastià
Dirección de escena: Roberto Andrioli.
Asistente de Dirección: Sofia Grande
Orfeo: Hector Angel García, Jesus Navarro ( tenores).
La Música, Ninfa, Euridice: Saray García, Elena Martín, Belén Roig
(sopranos).
Caronte: David Sánchez (bajo).
Coro del Taller de Ópera del Departamento de Canto del Conservatorio
Superior de Música “Joaquín Rodrigo” de Valencia.
Dirección del Coro: Amadeo LLoris
Coreografía: Marco Bendoni,
Baile: : Marco Bendoni, Beatrice Brignani, Marino Muñoz y Maria Muñoz.
Actores: Maite Gil, Marino Muñoz y Maria Muñoz.
Vestuario y Maquillaje: Artes Visuales
Coordinación del Proyecto: Ana Luisa Chova y Amadeo Lloris
(Departamento de Canto del Conservatorio de Valencia), Salvador
Sebastià (Conservatorio Superior de Música de Castellón) y Sofía Grande
(Proyectos educativos del Auditorio de Castellón).
“Orfeo” de Claudio Monteverdi (Transcripción de Damián H. Zanette)
Los conservatorios Superior de Música de Castellón y Conservatorio
Superior de Música de Valencia, pertenecientes al Instituto Superior de
Enseñanzas Artísticas de la Comunidad Valenciana, colaboran en un
proyecto interdisciplinario de carácter artístico y pedagógico que será
estrenado en el Auditorio de Castellón y en el Auditorio del Conservatorio
Superior de Música de Valencia. Los alumnos de los dos centros
trabajarán en el proyecto durante los meses de enero, febrero y marzo y, a
partir del 15 de marzo, presentarán ante el público un programa que
incorporará una selección de fragmentos representativos del Orfeo de
Monteverdi acompañados de interpretación dramatizada que permita
introducir el argumento y personajes al público asistente.
La fábula de Orfeo es una ópera con música de Claudio
Monteverdi y libreto de Alessandro Striggio que fue estrenada en el
1607. Puede considerarse como una obra maestra de la historia de la
música, porque consolida la ópera, que se desarrollaría mucho más
durante el Barroco.
En esta producción del Auditorio de Castellón y el ISEACV,
músicos, bailarines y actores interpretarán los momentos más bellos de
esta obra que presenta la fábula mitológica entre Orfeo y Eurídice en
Tracia, y las vicisitudes que experimenta su protagonista para recuperar
a su amada en el Reino de las Tinieblas. Intérpretes de Castellón y
Valencia tendrán la oportunidad de trabajar de la mano de dos
grandes profesionales del mundo de la danza y del teatro como son
Roberto Andrioli y Marco Bendoni, que colaborarán con Castellón
Cultural, Conservatorios superiores de Castellón y Valencia y Artes
Visuales.
El estreno de L’Orfeo de Claudio Monteverdi tuvo lugar en el palacio de
Mantua el 24 de febrero de 1607 con motivo del comienzo del
Carnaval. Es precisamente la fecha establecida como la del nacimiento
de la ópera. Con esta “Favola in musica”, en un prólogo y cinco actos,
compuesta sobre un texto de Alessandro Striggio, Monteverdi sentó las
bases del género operístico gracias a su novedosa estructura
dramática y musical.
Orfeo y Eurídice
Sobre el origen de Orfeo existen dos versiones. Una cuenta que era el
hijo del dios fluvial, rey de Tracia, Eagro, otra nos dice que era el hijo de
Apolo, lo que significa que era el nieto de Zeus. Apolo le regaló la lira a
Orfeo. Cuando cantaba con su lira, este canto era tan especial que los
árboles se doblaban hacia él, los animales salvajes se convertían en
dóciles fieras e incluso las rocas lloraban con emoción al oírle. Su mujer
era la ninfa Eurídice. Las ninfas eran diosas que protegían un lugar
especial en la naturaleza, podía ser un árbol, una fuente, un lago, un río,
una cueva o una colina.
Una vez, huyendo del ataque de un hombre violento, tropezó con una
serpiente que la mordió. Sobre el intento de su esposo Orfeo para
devolverla al mundo de los vivos tratará la historia de este concierto.
La Lira de Orfeo
La Lira es la lira de Orfeo, pero fue inventada por Hermes, el Mensajero
de los Dioses. Hermes la creó a partir del caparazón vacío de una
tortuga que, al darle vueltas en sus manos y por casualidad, golpeó y
sus ecos resonantes le dieron la idea de atarle unas cuerdas
cruzándolo. Descubrió que las cuerdas producían sonidos bellísimos, y
así fue creada.
El trato con Apolo
Hermes entregó la Lira al dios Apolo. Algunos dicen que Hermes dotó a
la Lira de poderes mágicos que proporcionan riqueza y prosperidad.
Otros indican que Hermes empleó la Lira para apaciguar el enfado de
Apolo, cuando éste le sorprendió fugándose con su ganado.
La Lira acaba en manos de Orfeo
Apolo dio la Lira a Orfeo y éste se convirtió en uno de los músicos más
expertos y completos de su época. La música de Orfeo, como ya os
hemos mencionado, podía calmar a las personas y animales salvajes.
Orfeo con su lira podía incluso encantar rocas y riachuelos. Se dice que
los robles que crecen a lo largo de la costa de Tracia “emigraron” allí
para escuchar mejor el canto de Orfeo.
Monteverdi: un músico innovador
Hubo un tiempo, no muy lejano, en que los músicos tenían solamente
dos posibilidades de trabajo: o para la nobleza (las capillas reales, las
orquestas de los duques, varones, marquesas...) o para la Iglesia (los
coros y orquestas de las catedrales, basílicas...). Para estos trabajos eran
elegidos normalmente los mejores músicos del momento. Pues bien, el
músico más genial que había en Italia a comienzos del siglo XVII era
Claudio Monteverdi, por eso no ha de extrañarnos que fuera “fichado”
como maestro de capilla por dos de las más poderosas “empresas”
musicales de entonces: la del Duque de Mantua y la Basílica de San
Marcos de la República de Venecia.
En los veinte años que estuvo entreteniendo con sus inventos musicales
a la corte de Mantua, Monteverdi compuso varios libros de madrigales
(canciones para cantar en grupo), conciertos (piezas para cantar y
tocar) y música religiosa.
En Venecia, Monteverdi continuó investigando nuevas maneras de
expresar sentimientos y comunicar dramatismo con su música en obras
como El combate de Tancredo y Clorinda, los Madrigales Guerreros y
Amorosos, o en su magistral ópera La coronación de Popea.
La primera ópera de la historia
Corría el año de 1607 cuando toda la corte de Mantua se movilizó para
celebrar el cumpleaños de su duque, Vicenio Gonzaga: el poeta
Striggio escribió una obra de teatro en forma de fábula sobre la famosa
historia griega de Orfeo –aquel héroe de la mitología que amansaba a
las fieras con su lira–, sin olvidar que después Monteverdi le pondría la
música; se fabricaron los decorados para cada una de las escenas; los
cantantes, la orquesta, el coro y el ballet se prepararon con esmero...
Así surgió L’Orfeo, la primera obra a la que se puede llamar ópera de
verdad, es decir: una representación donde la música “pinta” a los
personajes y describe la acción, los actores conversan cantando y la
unión de la música y teatro alcanza auténtico dramatismo. Es decir,
genera un nuevo estilo con una concepción musical que reúne varios
niveles: texto, escena y música
La fábula de Orfeo
Desde el inicio del prólogo hasta el final del quinto acto de esta ópera
vivimos con intensidad las aventuras de Orfeo para reunirse con su
amada Eurídice.
Prólogo. Después de la espectacular Obertura, una soprano que
encarna a la Música canta sus maravillas y presenta al público una
drama entrado en el extraordinario poder de la Música.
Acto I. En un verde prado en medio del campo, Orfeo y Eurídice se
casan. Los invitados son pastores, ninfas y demás habitantes del bosque,
que bailando y cantando agradecen la felicidad de los enamorados.
Acto II. Orfeo canta a la belleza de la naturaleza y recuerda las penas
de otros tiempos. Pero este canto feliz es interrumpido por la aparición
de La Mensajera, que le da la triste noticia de que su amada Eurídice ha
muerto de una picadura de serpiente. Ante tan terrible tragedia, Orfeo
se lamenta desconsolado.
Acto III. Orfeo acompañado por su lira, está decidido a buscar a
Eurídice, aunque sea en el mismísimo infierno. Llega a la Laguna Estigia,
que separa el mundo de los vivos del de los muertos, donde Caronte, el
tétrico barquero, le impide el paso. Pero los hipnóticos y dulces lamentos
de Orfeo le adormecen. De esta manera, olvidando el miedo, penetra
en los Infiernos mientras un coro canta semejante proeza.
Acto IV. Plutón, dios de los muertos, no deja salir a Eurídice de su reino, a
pesar de que Proserpina, su mujer, intercede por ella. Al fin se le
ablanda el corazón y permite que se reúnan los amantes, pero le poner
una condición muy difícil de cumplir: Orfeo no debe mirar nunca a
Eurídice. Los amantes se reúnen felices, pero poco dura su dicha: Orfeo,
sin darse cuenta, se vuelve para ver si le sigue su esposa y... Eurídice
debe volver al reino de los muertos.
Acto V. Orfeo nuevamente se lamenta; sus poemas doloridos son
repetidos por el eco y vuelve al campo de Tracia. Allí, se le aparece
Apolo, el dios de la poesía y la música, se dirige a su hijo Orfeo y le
propone viajar hasta las alturas del Olimpo para encontrarse con su
amada Eurídice. Después de cantar un dúo, el coro y la orquesta les
despiden y ponen el punto final a esta increíble historia.
Instrumentos de la época
Tiorba
Es un instrumento barroco, parecido a un laúd, pero más grande. Tiene
dos mástiles, el segundo de los cuales, sin trastes, sujeta las cuerdas más
graves. Se utiliza para acompañar los recitativos y para marcar la
armonía y el ritmo, o sea, el continuo. Hay un instrumento muy
parecido llamado archilaúd.
Arpa barroca
El arpa es uno de los instrumentos más antiguos que se conocen, su
origen se pierde en el antiguo Egipto, y su actualidad es evidente.
Durante el Barroco se utilizaba para hacer funciones similares a la tiorba.
Consta de dos filas de cuerdas paralelas que van disminuyendo de
tamaño para conseguir diferentes alturas. El gran arpista Andrew
Lawrence-King dice de ella: “El arpa barroca tiene el poder de un gran
clave y la delicadeza de un laúd”. Es tan ligera y delicada que se
puede transportar con una mano.
Viola da gamba
Anterior a la conocida actualmente como “familia de la cuerda”
(violines, violas, chelos y contrabajos), la ilustre familia de las violas tuvo
una larga vida en los siglos XV al XVIII. Sus componentes suelen tener seis
cuerdas y se tañen con arco con la palma de la mano hacia afuera. La
viola da gamba se apoya en las piernas y su tamaño es similar al del
violonchelo. Tiene los hombros caídos y la tapa y el mástil
labrados. Los compositores barrocos escribieron para este instrumento
obras de un virtuosismo extremo. En las orquestas marcan el bajo y
efectúan melodías ocasionalmente.
Clave (clavecín, clavicémbalo, cémbalo...)
Instrumento de tecla fundamental del barroco. Su muerte llegó (más o
menos en la época de Haydn) con el fortepiano, y su resurrección en el
siglo XX. Un instrumento capaz de hacerlo todo: acompañar, marcar el
bajo y la pulsación, hacer melodías y contrapuntos. Para él se han
escrito conciertos y toda la música de cámara imaginable. Puede tener
varios teclados y diversos registros de sonido.
Violín barroco
Es parecido al violín moderno, aunque muestra algunas pequeñas
diferencias, sobre todo en el arco, la altura del puente y la longitud del
diapasón. Suele llevar cuerdas de tripa, con menos tensión que en el
moderno. En general es más delicado y con menos sonido que el
actual, y normalmente lo tañen los especialistas. El violín encarna el
espíritu del barroco: todos los compositores de entonces lo tocaban y
componían grandes solos para él: Monteverdi fue uno de los primeros
en escribir grandes solos de violín en la orquesta.
La familia de las flautas dulces proviene de la Edad de Hierro (cuando
eran de hueso). Tuvo su auge en el Renacimiento y el Barroco, y pasó a
mejor vida durante el siglo XIX, para ser recuperada en la segunda
mitad del XX. Las hay de varios tamaños y forman un ensemble con el
que se puede interpretar todo tipo de música. Las más agudas llevan la
voz cantante junto al violín (por cierto, las que se tocan en los centros
educativos son hijas de las barrocas, más sencillas, baratas y
desafinadas que sus progenitoras).
Dossier elaborado a partir del realizado por el Departamento
Pedagógico del Teatro Real de Madrid
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