EL FORMATIVO TEMPRANO Y LA OCUPACION SALINAR EN EL VALLE... VIRÚ: NUEVAS INTERPRETACIONES Thomas Zoubek

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EL FORMATIVO TEMPRANO Y LA OCUPACION SALINAR EN EL VALLE DE
VIRÚ: NUEVAS INTERPRETACIONES
Thomas Zoubek
Pedro Iberico P.
Proyecto Arqueológico Virú Valle Medio
Resumen:
Investigaciones recientes en el valle de Virú usando los patrones de asentamientos
establecidos por el original Proyecto Virú de la década del ’40, ha mostrado que la
ocupación Guañape del periodo Formativo es mucho más complicada que la presentada
originalmente por Willey (1953). Este trabajo fuerza la necesidad de reconsiderar el
desarrollo de formas complejas de organización social durante el periodo Formativo en el
valle de Virú.
Ubicación Geográfica:
El Valle de Virú está integrado a la franja costera septentrional, perteneciendo a la vertiente
occidental de la cordillera de los Andes, situándose entre los valles de Moche al Norte, y de
Chao hacia el Sur, formando parte de la cuenca del río Virú, el que presenta una distancia
media de 25 Km, en la región Norte de Perú (ONERN 1973:44).
Breve historia de la investigación arqueológica en Virú:
Las investigaciones arqueológicas en Virú se inician con el reconocimiento de Alfred
Kroeber (1930) en Virú y otros valles de la costa Norte, y excavaciones subsiguientes en
un número indeterminado de sitios por parte de Bennett, incluyendo Queneto (1939). Estos
descubrimientos fueron desarrollados por los estudios de Larco (1938, 1941, 1946, 1948),
aunque ellos identificaron unas culturas tardías en el valle: Gallinazo (Bennet 1939),
Salinar (Larco 1944), y Virú (Larco 1945); y plantearon una secuencia cronológica
tentativa, gran parte de sus trabajos se sustenta en la excavación de contextos funerarios,
faltando excavaciones en profundos depósitos estratificados. También, estos investigadores
no encontraron la cultura cerámica más temprana del valle, ni evidencias de ocupaciones
precerámicas.
El Proyecto Valle de Virú 1946-1948:
Al lado de unos artículos descriptivos (Horkheimer 1944, Muelle 1837), ningún trabajo
adicional fue efectuado en Virú hasta el inicio del Proyecto Valle de Virú de 1946 a 1948.
Este proyecto trató de unificar estudios interdisciplinarios para esclarecer la secuencia
cultural en Virú y tenía como metas: 1) El esclarecimiento de ocupaciones precerámicas
(Bird 1948; Bird et al. 1985); 2) La excavación de deshechos estratificados (Collier 1955;
Strong 1947, 1948; Strong y Evans 1952); 3) El estudio de los recursos naturales y el
ambiente de la zona (nótese Moseley 1983); 4) La definición de los patrones de
asentamiento de los diversos periodos culturales (Collier 1955; Willey 1953); 5) El
establecimiento de una secuencia ceramográfica (Ford y Willey 1949, Evans 1951, Ford
1952; Collier 1955), y 6) La investigación de modernas prácticas culturales (Holmberg
1950, 1952, 1954, 1957; Muelle 1948, Gillen 1947; Willey 1953: xvii). También se
efectuaron excavaciones más intensivas en el sitio Gallinazo (V-59) por Bennett en 1950.
En términos del periodo Inicial (ca. 1800-900 B.C) el trabajo del proyecto obtiene como
resultado la identificación de la cultura cerámica más temprana del valle: Guañape, y de
una ocupación precerámica llamada Cerro Prieto.
En el sitio de Huaca Negra, la ocupación Cerro Prieto fue seguida por las fases temprana y
media de la cultura Guañape. Sitios de la cultura Guañape Tardía fueron aislados tierra
adentro por Collier (1955). Se definían las fases primariamente basado en su cerámica y
artefactos representativos (Canziani 1989; Ford y Willey 1949, Strong y Evans 1952,
Collier 1955; y Rodríguez L. 1994. Guañape Temprano, la primera fase cerámica, ofreció
poca evidencia de arquitectura u otros artefactos. Durante la fase media nuevos artefactos
aparecieron incluyendo morteros de piedra y espejos de antracita. El Templo de Las Llamas
en Huaca Negra, fechado a la Fase Media fue identificado como el primer edificio
ceremonial del valle basado en su “limpieza ritual” y la inclusión de llamas sacrificadas.
Según el Proyecto Virú la fase Media se caracterizaba por diseños diferentes en cerámica
incluyendo ambos estilos con bandas aplicadas de la fase Temprano y diseños con líneas
incisas típicos del sitio Ancón de la costa central.
Guañape Tardío, según Collier (1955) y Willey (1953) marcó la primera expansión a la
zona agricultural donde practicaron los Guañape el cultivo con técnicas sencillas. Este
periodo se caracterizaba por un incremento de cerámica de color rojo (cocción con
oxigeno) y una disminución de cerámica color negro (cocción sin oxigeno).
Los miembros del Proyecto Virú admitieron que registraron solamente una cuarta parte de
los sitios del valle y que su registro representaba más los sitios grandes (Ford y Willey
1949:20; Willey 1956:6). Ford y Willey (1949) mantenían que las fechas de los sitios eran
correctas, sin embargo Willey (1953:10-12) admitía que la técnica de fecharlos por
asociación con cerámica y basura de superficie tenía debilidades y que solamente por
excavación podría fecharlos mejor.
Virú Olvidado 1950-1988:
Aunque los miembros del Proyecto Virú criticaron sus propios resultados, generalmente sus
datos se aceptaron sin un debido análisis, salvo pocas excepciones como (Bennyhoff 1952)
por los próximos cincuenta años.
Durante este periodo modelos de la formación del estado fueron desarrollados basados en
los resultados incompletos del proyecto Virú (nótese en Carneiro 1970, Conrad 1977 y
Canziani 1989). La mayoría de los estudios de estos años enfocaron con técnicas
alternativas de agricultura (sin canales de irrigación) practicadas valle abajo al lado del mar
(Moseley 1969, Rowe 1969, West 1976, 1979, 1980, 1981). West también estudio los sitios
de la cultura Puerto Moorin (Salinar) (ca. 200 BC-100 A:D) y su ecología cultural (West
1971a, 1971b 1979, 1980; West y Whitaker 1979). Aunque West mantuvo que había
descubierto 250 nuevas ocupaciones, éstas no fueron publicadas. West no podía redefinir el
entendimiento de la fase que se mantenía evasiva. Fuera de los trabajos de West el único
proyecto notable fue el de los Topic, basado en un reconocimiento de sitios fortificados en
el valle (Lange Topic y Topic 1981, Lange Topic et. Al 1981; Topic y Lange Topic 1983,
y Topic y Topic 1887). Su estudio revela que ningún sitio fortificado existió antes del
periodo Puerto Moorin.
El Proyecto de Rescate Arqueológico Chavimochic:
En 1989 excavaciones arqueológicas efectuadas por el Proyecto Chavimochic en el sitio
Huaca Verde (V-37) en el Valle medio, replanteaban lo conocido hasta la fecha sobre la
cultura Guañape. La excavación reveló que la mayoría de las construcciones fechaba al
periodo Guañape (Oliden 1992, Tam n.d). Aunque todavía faltan publicaciones, el análisis
de los planos, las descripciones y la fragmentería de cerámica realizado por uno de los
autores, evidencian que Huaca Verde fue construida primariamente durante la fase Guañape
Tardía con reocupaciones y reutilizaciones por los Salinar y los Chimú (ca. 1250-1460 AD)
(Oliden 1992, Zoubek 1997). La cerámica se asocia con la de los sitios excavados por
Collier en el valle bajo.
Los resultados de Huaca Verde son importantes porque demostraron la presencia de una
ocupación desarrollada de la cultura Guañape Tardía en el drenaje de Huacapongo en el
valle medio. Esto sugiere que los Guañape habrían utilizado todo el valle en su ultima fase.
Los Proyectos Arqueológicos Huacas El Gallo-La Gallina y Huacapongo Alto:
Durante los veranos de 1994 y 1995 los autores excavaron el sitio denominado Huaca El
Gallo y La Gallina (Ver Fig. 2). Este sitio está ubicado en la margen Norte del río
Huacapongo de la parte media del valle de Virú, 240 m.s.n.m, unos 24 Km. del océano. La
parte central del sitio mide 480 m. (E-O) por 260 m (N-S). El área monumental del sitio
contiene dos plataformas grandes construidas en base a muros de doble paramento con
relleno de grava y tierra al centro. El Gallo tiene muros interiores de adobes cónicos. El
sitio fue fechado a la fase media por la presencia de adobes cónicos, morteros y cuencos de
piedra, espejos de antracita y cerámica. Hay evidencia de reutilización después del
abandono del sitio por gente de las culturas Guañape tardío, Salinar y Chimú.
La identificación de un sitio grande con dos pirámides, dos plazas hundidas circulares y
muchas otras plataformas y estructuras que fechaban a la fase Guañape Media cambió
radicalmente el entendimiento de esta cultura se infiere que el uso del valle fue más
completo durante el Formativo. Se plantea la hipótesis que la mayoría de los sitos grandes
(con pirámides y plataformas) en el valle medio de Virú. Desde el sito San Juan (V-77)
hasta la parte de Susanga se haya construido durante el Formativo y que las fechas de
Willey no eran correctas. Especificamente, parece que todos los sitios con arquitectura
monumental fechados por Willey al periodo Puerto Moorin (Salinar) en realidad fechaban a
la cultura Guañape.
El Proyecto Huacapongo Alto dirigido por los autores fue efectuado durante el verano de
1998. Resultando el descubrimiento de un conjunto de plataformas (V-198, HA-1, HA-2,
HA-3, véase Fig. 3) asociados a cerámica Guañape y elementos arquitectónicos tipos de la
fase media. También se encontró una estructura doméstica, variaciones de cerámica
decorada y adobes hechos a mano y marcado por dedos. Tales datos fuerzan la redefinición
el patrón de asentamientos de esta cultura en el valle medio. Esta sugiere que las formas de
organización social y religiosa eran muchas más complicadas durante el Periodo Formativo
(Guañape).
Las fases Guañape y sus características:
Guañape Temprano (ca. 1800-1400 A.C)
Esta fase fue aislada originalmente en el sitio de Huaca Negra por Strong y Evans (1952).
Hay mucho en común entre esta fase y la fase precerámica Cerro Prieto. Según los datos de
Huaca Negra, en ambas fases la dieta consiste mayormente en recursos del mar. Hay poca
evidencia de agricultura en Huaca Negra, pero evidencia indirecta de las contribuciones de
agricultura proviene del sitio Huaca Prieta en Chicama (Bird 1948; Bird et al 1985).
Aunque muchos han dicho que el uso de maíz como cosecho principal fecha a este periodo
(Strong y Evans 1952:23, 45, 206-7, 247, Willey 1953:30), no se ha encontrado maíz en
ningún sitio Guañape. Todavía, parece que fue durante esta fase que la ocupación del
interior del valle empezó y es probable que la orientación al mar sea exagerada.
Se puede separar la fase Guañape Temprano de la fase Cerro Prieto por el uso de cerámica.
Hay solamente dos diseños usados durante esta fase “Guañape Finger-Pressed Rib” que
tiene una banda de arcilla aplicada al exterior del vasillo y decorada con impresiones de los
dedos, y “Guañape Incised Rib” que tiene una banda de arcilla aplicada en la misma
manera pero decorada con incisiones hechas con cañas, ramas o otras cosas. Se puede
aplicar las bandas horizontales o verticales. Estas aplicaciones son anchas. Las formas de
los vasillos son limitadas a ollas sin cuello y cuencos de varios tamaños. Parece que bandas
anchas en posición vertical son características de la cerámica de esta fase.
Solamente hemos encontrado este tipo de diseño en un sitio el V-198. Este sitio está en la
parte alta de Virú llamada Susanga, unos 30 kms. del mar en un lugar ventajoso para la
construcción de canales de irrigación.
No hay mucha evidencia de arquitectura de esta fase en Huaca Negra y tampoco del patrón
de entierros de esta fase, fuera de unos entierros flexionados encontrados en Huaca Negra.
Dado a la continuación de esta posición en la fase siguiente se puede sugerir que esta
posición caracteriza la fase temprana. Faltan ofrendas en los pocos entierros.
Guañape Medio (1400-1100 A.C):
Definido originalmente por el Proyecto Virú, los artefactos de esta fase incluían espejos de
antracita, morteros de piedra, herramientas de hueso para tejer, y una gran variedad de
cerámica decorada. Los tipos decorados incluían: Ancón negro pulido, Ancón línea fina
incisa, Ancón línea ancha incisa, Ancón puntuado, Ancón puntuado en zonas, Ancón
peinado y Ancón grabado y adicionalmente dos tipos Guañape: Puntuado y Puntuado en
zonas (Strong y Evans 1952, Willey 1953:30-31, 55-57; Willey y Corbett 1954). Hay poca
evidencia de arquitectura sino el Templo de las Llamas que mide 19 m. (N-S) por 16 m (EO) y está orientado E 7º N.
Un análisis de los datos del estudio de Huaca Negra indica que los investigadores, quienes
efectuaron la excavación por niveles arbitrarios, se equivocaron y que los tipos de
decoración Ancón pertenecen a la fase Guañape Tardía. Durante la fase Media los tipos
decorados de la fase Temprana continúan y son acompañados por nuevos tipos Guañape.
Esta reinterpretación es sostenida por las evidencias de las excavaciones efectuadas en el
sitio Huaca El Gallo/La Gallina, y un número de sitios ubicados en Susanga incluyendo V198 A, B y C, HA-1 y V-230 en Huacapongo (Véase Fig. 3). En estos sitios se registraron
muchos tiestos con decoración Guañape pero ningunos decorados en el estilo Ancón, salvo
en contextos post-abandonados. Aunque hay variaciones en las formas de la fase Temprana,
todavía sobresalen la olla sin cuello y el cuenco. Las formas típicas del estilo Ancón como
botellas y botellas con asa estribo faltan completamente.
Parece que el templo de Las Llamas pertenece a la Fase Media porque todos los tiestos
Ancón encontrados por Strong y Evans dentro de la estructura provienen de contextos
disturbados (Strong y Evans 1952:33).
Ellos notaron que el templo fue sellado por adobes cónicos rotos, probablemente unos que
originalmente formaron parte de los muros.
Esta reutilización de los adobes indica que los adobes también deben fechar a la Fase
Media. Los adobes, hechos a mano con marcas de los dedos todavía presentes, comparan
bien en sus tamaños, formas y estructuras con adobes cónicos encontrados en Huaca San
Juan I y II (V-77, V-103), V-126, V-127. V-140, Corral Gate Mound (V-206) y Huaca El
Gallo (V-149). También se puede notar el uso de adobes cónicos en los sitios Chavimochic
512, y; V-198, V-230, HA-2 en Susanga.
Lo que sugiere un cambio radical de nuestro entendimiento en esta fase. Antes Willey solo
registró tres sitios en el valle de la Fase Media: Huaca Negra (V-71), V-100 (otro sitio
cerca de la playa), y V-2 (un cementerio en el área de San Idelfonso), en la parte baja del
valle. La arquitectura fue limitada al Templo de Las Llamas. Ahora parece ser que el uso de
adobes cónicos es diagnostico de la Fase Media, tanto como el uso de adobes odontiformes
hechos a mano con evidencias de marcas de dedos. Este tipo de adobe se encuentra en V230, V-198, HA-1 y HA-2 en Susanga y Willey lo menciona en V-299 que
interesantemente está cerca al cementerioV-2.
Según los datos presentados antes Huaca Negra ya no representa el sitio típico de la Fase
Media sino es periférico al centro del desarrollo de la cultura Guañape: el valle medio.
Ahora se puede identificar once sitios monumentales construidos durante la fase Media y
hay otros sitios que probablemente deben fechar así (Nótese tabla 1). Los edificios
construidos durante esta fase incluyen pirámides y plataformas grandes de más de 10 m. de
altura. También hay evidencias de plazas circulares hundidas, cuadradas y rectangulares.
Los edificios se construyeron usando adobes cónicos y rectangulares hechos a mano y
muros de piedra de doble paramento, Muchos de los edificios están orientados al Este o
Noroeste y siempre hacia la ubicación del río. Todos están rodeados por campos de cultivo
aunque la mayoría de los sitios de quedan fuera de la zona de cultivo. Esto sugiere una
relación entre los templos y agricultura. Es claro que durante la fase Guañape Medio todo el
valle fue utilizado.
Huaca el Gallo/La Gallina es típico de este plan, con dos plataformas, dos plazas circulares
hundidas, una plaza cuadrada hundida frente a la Huaca el Gallo y otros recintos y
plataformas secundarias. El Gallo tiene la forma de U y está orientada al Este (E12ºN) a los
campos de cultivo y al origen del río Huacapongo. El Gallo tiene una altura de 4 a 5 m.
sobre el nivel de la llanura al igual que la Huaca La Gallina que esta orientada al Este
(E10ºN). El área concentra un conjunto de sitios que comparten este tipo de dualidad en la
parte media del valle de Virú.
Falta evidencia de sitios domésticos. Hay solamente un sitio doméstico registrado el V198C. Aquí hay una casa de no más de dos cuartos. Un cuarto mide 4 m. x 3 m. Los muros
son de quincha basados en un paramento de adobes cónicos. En la parte interior, se
encontró cerámica decorada con aplicaciones y puntuaciones. También hay una gran
concentración de conchas (Choromyrilus Chorus). Todavía no se puede decir mucho sobre
la vida doméstica.
Unos 25 entierros del periodo Guañape fueron encontrados en las Huacas El Gallo/La
Gallina. Todos los entierros fechados tentativamente a la fase Guañape Medio se
encontraron en la zona monumental y por eso es posible que no representen todos los
canones de enterramiento usados durante la fase. Los entierros encontrados en el Gallo
provienen de un terraplen entre la huaca y una plataforma secundaria. En la huaca La
Gallina se encontraron entierros asociados con la plaza hundida circular y en un sector al
noreste del sitio (ver mapa 1).
Se puede ofrecer unas observaciones tentativas sobre prácticas funerarias de esta fase: 1)
los entierros están en una posición flexionada, salvo los cuerpos de infantes que están de
cúbito dorsal, 2) una posición excepcional con el cuerpo doblado en V (con las piernas
estrechas y los pies al nivel de la cabeza) fecha al fin de la fase media, 3) estructuras
circulares que miden a de 3 a 7 metros se construyeron encima de unos entierros y esto
sugiere la existencia de una ceremonia rígida a los antepasados, 4) ofrendas típicas
consisten en morteros o cuencos de piedra, herramientas de hueso, cal, cristales de cuarzo,
minerales, y cuentas de turquesa, Spondylus y conchas, 5) solamente al fín del periodo se
incluyen ceramios en las tumbas, 6) usan lugares especiales para entierros. Faltan textiles
aunque se encontró una tumba con tales restos, La posición de las ofrendas en la tumba
varia. También en un caso se encontró una escultura grabada (Zoubek 1998 a.b).
Guañape Tardío (ca. 1100-800 A.C):
Los elementos diagnósticos de esta fase incluyen la decoración típica del estilo Ancón, la
construcción de edificios usando muros de piedra y barro, y entierros de posición
extremadamente flexionada con el uso de cantidades de pigmentos rojo y ofrendas de
cerámica. Se encontró evidencias de esta fase en contextos post-abandonados en Huaca El
Gallo/La Gallina, V-198 y V-230. Habían unas tumbas marcadas en la superficie por
estructuras pequeñas de piedra. Estas tumbas con cuello tienen diámetros de menos de 2
metros y contienen cada uno un entierro y ofrendas de cerámica.
El único sitio monumental conocido de esta fase es Huaca Verde donde se encontraron
muchos tiestos del estilo Ancón (Oliden 1992). Collier (1955) descubrió unas evidencias en
la parte baja del valle y hay otras evidencias en la parte baja del valle y hay otros sitios
domésticos notados por Willey (1953). Faltan excavaciones en sitios de esta fase. Parece
que al fin de la Fase Guañape Medio, muchos sitios fueron abandonados. Todavía el patrón
de asentamiento del periodo tardío es desconocido.
El Periodo Guañape, algunas consideraciones preliminares:
Para el fín del Periodo Guañape, había una fuerte ocupación de todo el valle, pero
especialmente concentrada en el valle medio desde la confluencia del alto Virú y
Huacapongo hasta Susanga. Parece que la ocupación del interior del valle empieza durante
el Guañape Temprano y durante el Guañape Medio, hay evidencias de centros ceremoniales
de gran tamaño por todo el valle, Guañape no es una cultura pobre como lo descrito por el
Proyecto Virú original, sino una cultura emergente y fuerte, con la capacidad de construir
arquitectura monumental.
Todavía no se conoce mucho sobre el Guañape Temprano, esta más clara la fase media
marcada por la expansión de los sitios, el uso de adobes cónicos y el establecimiento de
pirámides y plataformas asociadas con campos de cultivo.
Aunque el entendimiento de la fase tardía es incompleto es claro que solamente esta fase
empieza el uso de decoraciones del sitio Ancón en Virú. Todavía hay mucho que hacer
para un mejor entendimiento de ésta última fase.
La Ocupación Salinar en el Complejo Arqueológico Susanga.
Antecedentes :
Los trabajos desarrollados por Larco en los inicios de la década del 40, en la zona de Pampa
de Jaguey comunidad de Barbacoa (Valle de Chicama), reportando el descubrimiento de
un estilo cultural muy peculiar que por su ubicación la denomina Salinar.
En este sector se excavaron un promedio de 228 entierros, predominando como patrón de
enterramiento la posición de cúbito dorsal, las ofrendas registradas evidencian
conocimiento de los metales, destacando el dominio de la técnica de soldadura, tejidos de
trama simple, trabajos en hueso con representaciones incididas, vasijas de forma
botelliforme y escultóricas con asa estribo, decoradas con pintura crema utilizando pincel
grueso, y motivos incisos, utilizando en su factura el molde y la técnica del modelado.
La propuesta cronológica de Larco a partir de su registro estratigráfico, donde los contextos
funerarios Salinar están intruyendo a los Cupisnique, y en un nivel inferior con relación a
los Moche, resulta un aporte pionero, considerando que investigaciones posteriores en otros
valles ratificarían tal apreciación.
El proyecto arqueológico Valle de Virú, desarrolla investigaciones en la década del ‘40, a
través de un proceso de reconocimiento, logrando identificar algunos asentamientos
poblacionales y estructuras fortificadas ubicadas en las diversas secciones del Valle, las
mismas que las dividen en cuatro categorías: 1) Sitios para viviendas, 2) Estructuras
Ceremoniales, 3) Estructuras fortificadas o refugios y 4) Cementerios.
Es Gordon Willey (1953) quien reporta un cementerio (V-66) en la localidad de Puerto
Moorin, registrando contextos funerarios asociados a vasijas del estilo cultural que
atribuiría el nombre del sitio de procedencia.
Durante un programa de reconocimiento en el valle de Jequetepeque durante la temporada
de fines de 1981 y comienzos de 1982, los arqueólogos W. y G. Hecker (1992:67),
descubren en forma casual un entierro en la zona desértica de la región de Tecapa,
excavando un contexto funerario de un individuo adulto, en posición extendida, que intruye
unos 15 cms. sobre la superficie natural, el cráneo estaba orientado hacia el suroeste, y
presentando como elementos ofrendatarios una vasija globular de base plana y golletes
cilíndricos con asa puente, de superficie pulida y coloración rojo ladrillo, decorada con
motivos incisos en forma de ángulos y pintadas con color crema.
En esta región también se reporta el hallazgo de abundante fragmenteria Salinar, en el
artículo FRÜHE KERAMIK AUS TECAPA, los Hecker (1996:413-432), presentan una
variada muestra de cerámica, que evidencia diversas técnicas de elaboración y función, se
observa cerámica de pasta y superficie fina con decoración incisa, botellas escultóricas y
globulares, con motivos geométricos, y regiones punteadas, algunos presentan pintura
blanca sobre la superficie roja, en otros casos con apéndices ornamentales de motivos
zoomorfos.
En el marco del proyecto Valle de Moche, dirigidos por Moseley y Mackey en los años 70,
las labores de prospección permitieron registrar en la parte baja del valle un importante
complejo arquitectónico, ubicado en Cerro Arena.
Las investigaciones iniciales en Cerro Arena, fueron emprendidas por Elias Mujica del
Instituto Nacional de Cultura, quien estableció los límites del sitio y excavó parcial o
completamente más de 20 estructuras (Mujica Barreda 1975).
La complejidad y diversidad de la arquitectura recuperadas por Mujica animaron a Moseley
a dar orden para realizar investigaciones más extensas durante 1974; trabajos que fueron
desarrollados por Curtiss Brennan.
El sitio cubre aproximadamente 2.5 Km de este espinazo, un espinazo inmediato, y la
llanura intermedia. Contiene un mínimo de 2,000 estructuras de piedra. Esto es notable por
su gran diversidad en tamaño, calidad de construcción, acabado, y distribución interna, que
van de una estructura simple, a estructuras de veinte o más cuartos. El tamaño junto con lo
predominante del sitio por su carácter residencial, hacen de Cerro Arena, por lo menos
parcialmente, el núcleo residencial más temprano del valle de Moche y probablemente de la
costa Norte. (Brennan 1982:248)
El examen cuidadoso de los resultados de estas investigaciones ha determinado que todas
las estructuras diversas investigados en Cerro Arena, consisten en combinaciones de cinco
tipos de cuartos básicos:
Tipo 1: Grandes cuartos residenciales, de planta rectangular, con muros de piedra muy bien
construidos y acabados, los que enlucieron con arcilla fina, los recintos habitacionales y
las cantidades moderadas de evidencias domésticas indican una función residencial.
Tipo 2: Éstos son cuartos pequeños, no rectangulares, y a menudo crudamente construidos
y acabados, presentan coberturas de material orgánico. Los recintos presentan piedras de
molienda, con improntas en el suelo que sirvieron para ubicar los depósitos, banquetas con
rellenos de tierra, y cantidades de cerámicas, comida, y otros desechos domésticos que
atestan su uso residencial.
Tipo 3: Pequeños cuartos de planta rectangular de fino acabado, de probable función
“administrativa”.
Tipo 4: Recintos grandes, de planta rectangular, bien construidos; sin embargo no
presentan un buen acabado. Sirvieron para una variedad de funciones especializadas; como
cocinas y otros como habitaciones, quizás para las familias de bajo estatus.
Tipo 5: Cuartos pequeños se registran solos o aglutinados como estructuras separadas.
Están cuidadosamente edificados y varían de pequeños a medianos, de planta rectangular.
Ellos normalmente no contienen evidencia alguna de uso residencial, y sus funciones son
inciertas.
A todo ello C. Brennan (1982) sugiere que el alto rango en el tamaño y calidad de la
evidencia arquitectónica, particularmente las estructuras residenciales, indican una amplia
gama de compleja diversidad en los niveles sociales entre su población. Similarmente, el
diverso pero bien definido y especializado carácter de la varios tipos arquitectónicos de los
sitios de elite, sugiere una especialización altamente desarrollada de actividades políticas y
económicas.
Examinar la magnitud de la centralización y especialización más allá de la evidente
filiación Salinar de Cerro Arena, obliga a prestar más atención a lo que se conoce del
carácter y distribución de los asentamientos de la fase Salinar en otras partes del Valle de
Moche y en los valles vecinos.
En los últimos años, el arqueólogo S. Bourget y las estudiantes P. Quilcate, R. Paz y C.
Vilchez de la Universidad Nacional de Trujillo efectuaron excavaciones en el flanco Norte
y el sector central de Cerro Blanco, un promontorio rocoso, ubicado a escasos 3 kms. de
Cerro Arena.
S. Bourget (1994), reporta un conjunto de estructuras de mamposteria de piedra, de planta
rectangular y muestras de enlucido con arcilla fina, según el autor estas evidencias están en
relación con las del tipo I de la clasificación de Brennan, de los restos de una cubierta
incinerada que recubría una estructura principal, y de un fogón ubicado en la parte interior
de un recinto del sector Norte, se obtuvieron muestras que arrojaron las siguientes fechas de
2130 B.P y 2270 B.P, datos que confirman la ubicación cronológica relacionada al
desarrollo del la cultura Salinar.
Labores prospectivas realizadas por uno de los autores en la margen derecho del río Moche,
en los sectores Las Huacas y Galindo, evidencian una gran concentración de estructuras de
piedra dispuestas sobre superficies aterrazadas, áreas de enterramiento, deshechos
orgánicos y abundante fragmenteria de cerámica Salinar distribuidas en toda el área.
El Proyecto Poemape dirigido por el arqueólogo Carlos Elera (1997:194), reporta que la
ocupación Salinar ocurre después de un fuerte evento ENSO, sustentado en la muestra
orgánica con la presencia de bioindicadores como son moluscos de manglares, crustáceos y
peces tropicales, diferenciándose de la muestra registrada para la ocupación anterior
(Cupisnique); esta ocupación se distribuye en las casi 20 hectáreas del sitio con
asentamientos domésticos y cementerios, siendo la ocupación cultural más predominante
que habitó en Puémape.
Otro rasgo importante es la superposición de estructuras domésticas sobre una capa de
arena eólica que cubre gran parte del conjunto ceremonial Cupisnique y los cementerios
aledaños, donde se aprecia una intrusión hasta intencional que afectó los contextos
Cupisnique, asimismo se debe considerar las técnicas constructivas utilizadas en la
arquitectura de elite Salinar en Cerro Arena, también se evidencia en las estructuras
Cupisnique tardío en sitios como Puémape y Morro Eten, asimismo; algunos rasgos de las
técnicas decorativas en la cerámica como los motivos incididos, puntuados, en relieve, etc.;
constituyen elementos culturales que evidencian a decir de C. Elera, una
“Cupisniquización” de la cultura Salinar.
Del conjunto de apreciaciones y logros obtenidos por parte de los investigadores antes
mencionados, se observa que la mayoría de trabajos se han desarrollado en la sección baja
de los valles, los mismos que presentan una configuración ambiental con similares
características y se ubican relativamente muy cerca al océano, y con una secuencia cultural
antecedida para el caso Salinar por la cultura Cupisnique, factores que motiva nuestra
atención y preocupación científica para el caso de los trabajos efectuados en los límites del
Valle medio en el sector de Huacapongo Alto – Susanga, donde es notoria la no presencia
de evidencias Cupisnique, considerando la tendencia de los pobladores Salinar a reocupar
los diferentes sitios, como también se ha registrado en las excavaciones de Susanga, donde
se reportan evidencias Salinar superpuestos a la ocupación Guañape; motivo por el cual los
alcances del presente trabajo presentan otro tipo de connotación, resultando imperativo una
revaluación de los logros alcanzados hasta la fecha sobre el conocimiento de la cultura
Salinar y el proceso de asentamiento en todas las secciones que forman los valles donde se
han registrado evidencias asociadas a esta ocupación cultural poco atendida por los
arqueólogos en las últimos años.
El Proyecto Arqueológico Virú Valle Medio (1994-1998)
Sector Huacapongo Alto-Susanga.
El entorno natural se caracteriza por presentar una superficie amplia de topografía irregular,
predominando los suelos de composición pedregosa, flanqueado por una cadena de macizos
rocosos, en medio del cual sobresalen múltiples unidades arquitectónicas que en la mayoría
de casos se integran en pares, estableciéndose una suerte de dualidad, constituyéndose en
un patrón característico para las evidencias arquitectónicas tempranas, registradas valle
abajo (Huaca El Gallo-La Gallina, Huaca San Juan 1 – San Juan 2, etc.); las mismas que se
asocian a diversos muros ubicados alrededor de las plataformas, que delimitan espacios
abiertos a manera de campos de cultivo, considerando la presencia de un complejo sistema
de canales y acueductos distribuidos en toda el área de estudio. (Ver Fig. 3)
Durante el verano de 1998 se desarrollaron investigaciones arqueológicas en los sectores
conocidos como Huacapongo y Susanga, donde se realizó un programa de reconocimiento,
limpieza de cortes de huaquero y excavaciones sistemáticas en las plataformas: V198A,
V198B, V230, HA-1, HA-2, HA-3, y las estructuras HAM1, HAM2.
Las muestras cerámicas registradas en la superficie de todas estas evidencias
arquitectónicas afianzan la propuesta de una densa ocupación Salinar en toda el área,
atributo que se ve reforzado por las excavaciones realizadas durante esta temporada.
La Estructura HA-1, es una plataforma edificada con paramentos de piedra angular y
mortero de barro, presenta doble muro con relleno de tierra y piedra pequeña, delimitando
un espacio con planta rectangular, los trabajos de excavación reportan una primera fase
constructiva en la cual se registró, en un nivel de relleno arquitectónico, los restos de un
entierro disturbado asociado a cerámica temprana (Guañape), y una segunda fase
constructiva que evidencia una reocupación y remodelación de la plataforma con muros de
piedra, enlucidos con arcilla, delimitando posibles recintos asociados a pisos de tierra
sobre los cuales se reportan quemas, fragmenteria de cerámica Salinar, y restos orgánicos.
En el sector Suroeste del complejo arqueológico a 50 metros de las Estructura HA1, se
advierte la presencia de una gran concentración de montículos con diversa dimensión, la
mayoría de ellos cubiertos por la densa vegetación producto del último ENSO, lo que nos
motivó a intervenir dos de estas estructuras las que denominamos HAM1 y HAM2.
El Montículo HAM1 presentaba una superficie íntegramente saturada por material
pedregoso mezclado con tierra y fragmentería de cerámica, el proceso de excavación nos
permitió definir una estructura de planta ovalada edificada con paramentos de piedra de
doble muro, el mismo que se asocia a dos pisos superpuestos de tierra, el primero es un piso
bien elaborado con abundantes quemas, artefactos de piedra, restos malacológicos,
caracoles terrestres y carbón, distribuidos en toda la superficie, elementos que afianzan la
función doméstica del recinto; sin embargo una ligera depresión en la sección central del
extremo Oeste, nos permite registrar un entierro intrusivo cuyo contenido revela la
presencia de un individuo (infante), dispuesto en posición flexionada, con el cráneo
orientado hacia el Oeste, asociado a restos orgánicos y fragmentos de cerámica Salinar
dispuestos alrededor a manera de ofrendas; posterior al levantamiento del entierro se
definió la fosa en su integridad, la misma que intruye en el primer piso y fue revestida con
un fino enlucido.
El segundo piso presenta algunos artefactos de piedra y restos orgánicos sobre la superficie,
observándose bastante deteriorado, motivo por el cual se habilitó el piso superior, es
precisamente hasta el nivel de este piso hasta donde intruye el entierro del infante.
El Montículo HAM2, de menor proporción presenta una pequeña estructura de planta
irregular con relleno de tierra en su parte interior se registraron restos óseos de camelidos y
fragmento de cerámica Salinar con decoración incisa y punteada, con el clásico motivo
estrellado.
Considerando el carácter limitado de todo programa de reconocimiento arqueológico en
esta región del Valle de Virú, los alcances del mismo nos orientan a plantear algunos
alcances preliminares con relación a la ocupación Salinar en el valle medio.
El complejo arqueológico Huacapongo Alto-Susanga constituye uno de los centros o
núcleos de desarrollo de esta cultura a partir de una tendencia hacia la reocupación de los
elementos arquitectónicos de filiación temprana, como son las plataformas y montículos
mayores, las mismas que se asocian a un número ilimitado de estructuras menores, de
planta irregular, rodeados por espacios abiertos que se encuentran delimitados por muros
longitudinales y transversales, canales y acueductos dispuestos estratégicamente en todo el
sector.
Resulta notoria la relación de las estructuras platafórmicas (comúnmente asociadas a una
función ceremonial), con las estructuras menores y los campos de cultivo distribuidos
alrededor, considerando la presencia de edificaciones en los niveles superiores de las
plataformas y la presencia de materiales de uso cotidiano (restos de alimentos, quemas,
cerámica doméstica, etc.), esto sugiere el uso de las mismas, también con fines
residenciales, probablemente de la clase dirigente.
A partir de las evidencias arquitectónicas podríamos plantear una jerarquización de la
arquitectura conformada por: Arquitectura Mayor (pirámides, plataformas, montículos),
Arquitectura Menor(arquitectura residencial, administrativa y doméstica), Arquitectura
Utilitaria (muros perimétricos que delimitan los campos de cultivo, canales, acueductos).
La evidencia ceramográfica reporta fragmentería de función doméstica, con una variedad
de formas donde predominan las vasijas cerradas: ollas sin cuello, con bordes simples y
reforzados, el cuerpo presenta paredes medianas, asimismo; jarras con gollete evertido y
cuerpo globular, y cancheros.
Con relación a la técnica de manufactura prevalece el modelado, utilizando arcilla fina y
temperantes gruesos (arena gruesa, mica, cuarzo) y menos frecuente algunas vasijas
elaboradas con arcilla y arena fina; el proceso de cocción es mixto por reducción y
oxidación, obteniendo un color rojo ladrillo y variantes del marrón en la superficie, con
relación al acabado se observa la superficie alisada y en algunos casos pulida, en la
decoración utilizan motivos incididos y punteados, también se registra la aplicación de
bandas horizontales con decoración incisa. (Ver fig.4)
Estudios de la evidencia bioarqueológica permiten reportar la presencia de especies
malacológicas como Scutalus proteus, Choromytilus Chorus, Donax obesulus, en el
registro de peces tenemos, Trachurus symmetricus m. “jurel”, Sciaena deliciosa “suco”, y
Paralonchorus peruanus “lorna”, todas éstas especies corresponden a ecosistemas de aguas
frías; y mamíferos como CRICETIDAE, Cavia sp., Y Lama sp. , Ésta última que confirma
el consumo y crianza de estos mamíferos en el medio ambiente de costa, durante el
Formativo Tardío.
Considerando la cercanía al Río Huacapongo y la topografía del terreno, el patrón de
asentamiento, estuvo orientado a la edificación de estructuras en la parte media y alta de
esta sección del valle, donde es notoria la presencia de estructuras concentradas;
observándose un amplio dominio de las técnicas básicas de irrigación artificial, utilizando
canales y acueductos, que obviamente ayudarían a mejorar los sistemas de cultivo y la
ampliación de la frontera agrícola que generaría mayor producción y el aumento de la
población.
TABLA 1: SITIOS GUAÑAPE MEDIO Y TARDIO PROBABLES Y CONFIRMADOS
SITIO
FECHA
(Willey)
TAMAÑO/ALT.
ORIENT
V-37
V-77
V-103
V-140
V-141
T
PM/GZ
PM
CH
PM/M
45 x 45 (4 m.) ---------190 x 90 (10 m) NE/SO
74 x 53 (8 m) E25ºN
22 x 25 (1 m.) E-O
21 x 14 (2-3 m.) E-O
ADOBES
CONICOS
CERAMICA
GUAÑAPE
NUEVAS
FECHAS
---------X
X
X
Ancón dec.
?
?
?
?
GT
GM
GM
GM
GT
V-148
V-149
V-182
V-185
V-187
V-188
V-196
V-198
T
GZ/M
T
PM/T
PM/M
PM/M
M
PM/T
57 x 38 (2-3 m.)
V-199
V-200
V-206
V-208
V-221
PM/M
PM/M/T
PM/M
M
GZ
33 x 35 (1.5 m.)
50 x 63 (4-5 m)
14.5 x 11 (2m)
37 x 40 ( 6 m)
35 m. dia. (8.5)
15 x 15 (2-3 m)
30 m. dia. (3m)
37 x 27 (3-4m.)
34 x 23 (3 m.)
E10ºN
E12ºN
NE-SO
NO-SE
------------------------------E-O
X
X+
X+
X
X
GM
GM
?
?
?
?
?
GM
?
?
?
GM
?
?
?
GM
GM?
GM
GM
NE-SO
20 x 12 (1.5 m) ----------40 x 45 (5 m.) N-S
X
13 x 12 (1-2 m) NO-SE?
27 x 7 (1 m)
NE-SO
15 x 12.5 m.
V-230
PM/M
60 x 60 (3 m.) ----------- X
X
V-298
T
100 x 75 (9 m.) ----------85 x 50 (6.8 m.)
V-299
T
----------- X**
60 x 60 (6.7 m.)
V-300
PM/T
----------PM: Puerto Moorin (Salinar) GZ: Gallinazo (Virú)
GM: Guañape Medio
GT: Guañape Tardío.
X** Adobes hechos a mano con marcas diagonales de dedos (V-230, V-198, HA-2)
Agradecimientos:
El Proyecto Arqueológico Virú – Valle Medio, expresa su gratitud y reconocimiento por la
excelente labor realizada en las tareas de investigación durante las temporadas de 1994,
1995 y 1998, a los Arqueólogos: Manuel Tam, César Cornelio, Jorge Ruiz, a Aidan
Zoubek, a los estudiantes Moises Rivero, Jorge Chiguala, Jorge Quijano, Santiago
Rodríguez, Ernesto García; a los señores asistentes de campo: César Arriaga, Segundo
Ríos, Vicente Castro, Eduardo Castro.
A los Arqls. Ana María Hoyle y José Carcelén Silva por su apoyo y facilidades brindadas
en el campamento del Castillo de Tomabal.
A Víctor Vásquez y Teresa Rosales de ARQUEOBIOS responsables del análisis
bioarqueológico.
Finalmente nuestra gratitud a toda la comunidad de los caseríos El Niño y Susanga.
Directores del Proyecto Arqueológico Virú Valle Medio.
Arqueólogo Pedro Iberico Portocarrero, Director del Instituto de los Andes. TrujilloPerú.
E mail: [email protected]
Doctor Thomas Zoubek, Profesor de Antropología, Universidad del Estado de New York.
E mail: [email protected]
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