Elogio de la Guayabera - Marcel Antonorsi Blanco

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Elogio de la Guayabera
Marcel Antonorsi Blanco
Marco Antonio se presentó el viernes a la tertulia vestido con una guayabera de cuadritos de
lo más conspicua. Tratamos de echarle broma, pero, francamente, no pudimos ir muy lejos.
La guayabera era inobjetable. A pesar de los cuadritos, que no son convencionales en las
guayaberas, es preciso reconocer que estaba muy bien lograda y le quedaba de lo mejor.
Además estaba mucho más fresco, cómodo y hasta elegante que cualquiera de nosotros.
Con simplemente mirarlo, y apenas pensar un poco, tuvimos que llegar también a su
conclusión de que la guayabera tiene una cantidad muy larga de cualidades que la
posicionan como una maravilla de vestimenta tropical masculina.
Fresca y cómoda. Para comenzar, la guayabera de que es fresca es fresca. Sin la menor
duda. Y lo es, tanto por los materiales de que suele estar hecha, como porque se lleva por
fuera. El airecito fresco entra por el cuello, por las mangas cortas y por debajo (es decir:
entre la guayabera y el pantalón). Además, si uno quiere, puede llevar debajo una franela o
franelilla para sudar menos y estar más fresco todavía. Y el que se lleve por fuera quiere
decir también que es más cómoda. No aprieta ni se embojota. Haga la prueba con una
camisa normal: póngasela por dentro y luego por fuera, o a la inversa. ¿Cómo está más
cómodo? Con la camisa por fuera, por supuesto. Bueno. La guayabera gana en los
concursos de elegancia-comodidad porque, por definición, se lleva por fuera: cómoda y
elegantemente. En lo que se refiere a la comodidad, quizás la guayabera solamente es
comparable con las franelas (T-shirts) que utilizan hoy en día todos los chamos del mundo,
en casi todas las ocasiones, con el argumento de la comodidad...
Versátil. La guayabera tradicional es blanca. Pero la creatividad y la necesidad combinatoria
ha producido innovaciones cromáticas. Desde hace mucho tiempo hemos visto guayaberas
de otros colores más bien suaves: beige, azulito claro, amarillito, grisecito.. . Pero también las
ha habido de colores no tan suaves: azul marino, marrón, rojo... para quien le guste. Hoy en
día la versatilidad de la guayabera incluye telas a rallas, de cuadritos, de flores, de palmeras,
de motivos surfistas... Por ese lado no parece haber límites a su versatilidad. Como tampoco
lo hay por el lado del lujo, porque guayaberas hay con telas lujosas, con bordados y
decorados muy finos y elegantes. Parece que así son las guayaberas en las Filipinas, donde
tal fue o es el traje masculino de rigor en su versión con mangas largas. Y hablando de
guayaberas con mangas largas, si bien poco se ven, a veces se consiguen y son mucho más
vestidoras que las de mangas cortas. Más elegantes y casi tan frescas... Y...detalle
histórico...parece que "antes" se usaban con corbata. Aunque tal combinación sea difícil de
imaginar, si ha sido, o es posible, debemos reconocer que la versatilidad de la guayabera es
realmente muy grande.
Utilitaria. La guayabera, cualquiera sea el largo de sus mangas, su color o textura, por
definición, tiene cuatro bolsillos. Cuatro. Dos pequeños arriba, y dos más grandes abajo. Con
una disposición que favorece tanto a derechos como a zurdos. Una de las funciones de los
bolsillos de la guayabera es la meramente decorativa y estética. Pero como bolsillos al fin,
son igualmente utilitarios y sirven como depósito temporal para las cosas más diversas que
el dueño pueda querer o necesitar meterles dentro. El bolsillo de arriba a la izquierda suele
servir para llevar las plumas y/o los anteojos. Este puede ser un uso compartido con el de la
derecha. Los dos bolsillos grandes de abajo sirven para llevar otras cosas más voluminosas
tales como libretas, agendas, recibos, chequeras, o las mismas ya mencionadas, o lo que
sea y quepa. Por cierto, enfatiza Marco Antonio, una agenda electrónica o computador de
bolsillo cabe perfectamente en uno de estos bolsillos y el teléfono celular en el otro. O sea,
que además de fresco y elegante, el vestido de guayabera puede estar perfectamente
actualizado tecnológicamente hablando.
Económica. Las guayaberas suelen tener precios comparables a los de una camisa. Las hay
baratas o caras dependiendo de los materiales, el diseño y la marca. Pero cuando las
guayaberas se hacen realmente económicas y competitivas es cuando las evaluamos
respecto de las prendas de vestir que nos podemos ahorrar si utilizamos guayaberas.
Efectivamente, una guayabera puede substituir indumentarias más complejas (todas las
cuales requieren también una camisa) como son los suéteres, las chaquetas, los sacos y
trajes completos. Haga sus cuentas y se dará cuenta (juego de palabras) de que por el precio
de una camisa, corbata y saco se puede comprar varias guayaberas. Según los cálculos de
Marco Antonio (que no reproduzco para que la inflación no los vuelva obsoletos) por el precio
de un ajuar completo como el descrito puede comprarse entre siete y dieciocho guayaberas.
O sea. Si la Guayabera tiene tantas y tantas ventajas, por qué en pleno trópico nos ha dado
por utilizar trajes completos con camisa de cuello duro y corbata, o chaquetas de abrigo, o
calurosas sudaderas... Si se trata de comodidad, frescura, elegancia, versatilidad, utilitarismo
y economía, en el trópico, la guayabera gana. Estamos frente a una lista de argumentos
larga y convincente que, según Marco Antonio, nos debe animar para desempolvar y
valorizar la guayabera tropical.
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