Cultivos en Balcones

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1.1. El cultivo en patios, balcones y terrazas
1.1.1. El cultivo en patios y pequeñas parcelas.
En los pequeños patios de las casas antiguas era fácil ver una parra,
una higuera, un laurel y, en climas templados, limoneros y naranjos.
Si el patio no tiene el piso de cemento o enlosado, es posible
cultivar además algunas hortalizas de temporada, como tomates,
lechugas, berenjenas, pepinos, judías verdes... Todo depende de su
extensión y de si se quiere aprovechar al máximo los metros de
tierra de que se dispone.
Hoy día, lo equivalente a los patios serían las pequeñas parcelas
frontales o traseras de los múltiples chalés adosados que
proliferan en los alrededores de muchas ciudades. En muchos casos
sólo se cultiva césped y algún arbusto o árbol ornamental, debido a
la moda importada de países anglosajones de mayor pluviosidad. En
la mayoría de las ciudades españolas -salvo las del norte- el cultivo
de césped constituye un lujo, ya que consume un agua a veces
escasa y requiere una atención regular. La misma energía -agua,
mantillo y trabajo- puede emplearse, a veces con mayor
satisfacción, en el cultivo de plantas comestibles, según los gustos
de cada cual.
1.1.1.1. Algunas ideas alternativas
1. Muchos setos divisorios entre parcelas están formados por
boj, cipreses enanos, aligustre, madreselva, etc. Podrían sustituirse
obteniendo el mismo resultado de ocultarse a la vista de los
vecinos, con zarzamora o laurel, teniendo además la ventaja de
obtener moras, hojas de laurel para los guisos e infusiones.
Los laureles y las zarzamoras no necesitan casi cuidados.
Simplemente habrá que mantenerlos dentro de los límites
diseñados, pues pueden ser invasivos, sobre todo las zarzas, que
habrá que recortar cada año. Se puede reforzar el seto con
groselleros que, aunque son de hoja caduca, producirán grosellas
durante varios años sin necesidad de excesivos cuidados.
2. A veces se plantan pinos para dar sombra, con el inconveniente
de que también la dan en invierno, o chopos y sauces llorones, cuyas
raíces levantan u obstruyen las tuberías subterráneas. Podría
sustituirse por frutales de sombra fresca y hoja caduca, como la
morera que, además de proporcionar moras para comer frescas o
hacer mermeladas, es la "despensa" de los gusanos de seda que en
algún momento de la infancia muchos niños desean tener. También
pueden plantarse frutales que requieren pocos cuidados como el
níspero, de hoja perenne, o el ciruelo, de abundante producción. Si
se quieren además efectos estéticos pueden plantarse ciruelos
rojos combinándolos con ciruelos de ciruelas claudias, por ejemplo.
Un cerezo o un almendro, tampoco exigirán casi trabajo de poda* y
en primavera embriagarán el pequeño jardín de color y olor, además
de proporcionar posteriormente cerezas y almendras,
respectivamente. El melocotonero y el manzano darán algo más de
trabajo de poda y prevención de enfermedades.
En climas templados-fríos, pueden plantarse algunos perales o
membrillos, y en climas templados-cálidos, caquis. Son árboles
resistentes y cuya producción puede extenderse a varias decenas
de años, si disponen de espacio para crecer.
3. Si se tiene especial gusto por las flores, se pueden cultivar
unos cuantos girasoles, que sólo necesitan espacio, sol y algo de
agua, para transformar completamente un rincón o un costado del
patio o parcela y cuyas semillas se pueden comer crudas o tostadas,
solas o en ensaladas. También pueden cultivarse flores de plantas
aromáticas, como el romero o la lavanda, que no requieren mucha
agua, son resistentes a las heladas y pueden utilizarse para
infusiones, como condimento, o para conservar el buen olor de la
ropa en los armarios.
4. Quien prefiera ver el suelo tapizado siempre de verde, puede
sustituir el césped por un pequeño cultivo de fresas, que se
reproducen cada año con facilidad por estolones, pueden producir
varios años seguidos y salpicarán el suelo de color en épocas de
recolección -de abril a julio- según el clima. El mayor trabajo será
entresacar las matas que se van extendiendo solas y que, si se
dejan, formarán un tapiz impenetrable. Para evitar que las fresas
estén en contacto con el suelo y puedan pudrirse por la humedad,
conviene poner un buen acolchado de paja por debajo de cada mata.
5. El cultivo de alguna hortaliza no está reñido con la estética. Se
pueden hacer bellas combinaciones de coliflores, coles lombardas,
matas de berenjena y lechugas, bordeadas de caléndulas y tagetes
o claveles chinos, disponiéndolas formando macizos, dibujos,
círculos concéntricos..., con la única salvedad de respetar el
principio de que las plantas más altas no priven de sol a las más
bajas.
También se pueden crear cultivos escalonados con fila de maíz, otra
de tomateras, otra de berenjenas o pimientos, otra de coles, la
penúltima de lechugas, que acabarán bordeadas por caléndulas. En
este caso, simplemente habrá que tener en cuenta las asociaciones
desfavorables*.
6. En un rincón, puede dejarse de uno a dos metros cuadrados
para compostar* hojas y materia orgánica. En el caso de añadir
algunos restos procedentes de la cocina como peladuras de cebolla
o patata, hojas deterioradas de coles o lechugas, cáscaras
trituradas de huevo etc., conviene tenerlas siempre cubiertas con
hojas, paja, maleza, restos de poda de césped de los vecinos..., para
evitar los mosquitos y los malos olores. Por ello no es aconsejable
echar restos de carne, pescado o comida cocinada, salvo que se
haga en un compostador*, (aquí enlaza con alguna imagen y una
dirección postal) para lo que vale cualquier contenedor comercial o
casero que tenga intersticios para que entre el aire. Eventualmente
pueden introducirse algunas lombrices* para acelerar el proceso de
descomposición de la materia orgánica.
7. Si se quiere hacer un pequeño cenador, puede hacerse
plantando cuatro parras que ascienden por cuatro postes o barras
que forman un cuadrado; a unos dos metros y medio puede
construirse un pequeño enrejado de alambre, sobre el que se
juntarán las cuatro parras.
Una parra se forma simplemente dejando una sola guía en un pie
injertado de viña y guiándolo en occidental hasta la altura en que se
le quiera emparrar. También es posible formar el emparrado a
partir de una de las paredes de la casa, plantando una o dos parras
a unos 30 cm de la pared. Si ésta tiene orientación mediodía y está
protegida del viento, la parra tendrá más posibilidades de
desarrollarse. Exige poco agua, pero, eventualmente, habrá que
rociarla a la aparición de las yemas y después de la aparición de las
primeras hojas con algún caldo cúprico* como prevención al oidio y
al mildiu. Con un poco de suerte se podrán desayunar o merendar
unas cogidas directamente.
8. Una buena idea podría ser no tirar absolutamente ningún
hueso ni pepita a la basura. Se trata de semillas potenciales que se
pueden echar directamente sobre la tierra. Algunas germinan muy
fácilmente incluso sin ser enterradas, como los huesos de los
nísperos y algunas veces de los melocotoneros. En este caso,
siempre podrán trasplantarse a macetas y regalarse a amigos para
sus terrazas o para plantar directamente en la tierra si disponen de
ella. En caso de que no germinen -lo que sucederá con la mayoría de
las semillas- servirán primero de cubertura* al suelo y, con el
tiempo, acabarán enriqueciéndolo al irse descomponiendo
lentamente.
En resumen, no se trata de sustituir totalmente árboles y plantas
ornamentales por frutales y plantas comestibles, sino de poder
combinarlos según las preferencias personales, sin seguir la moda ni
deseos que se vean luego contrariados por elementos objetivos
como el clima.
1.1.2. El cultivo en balcones y terrazas
En balcones y terrazas puede cultivarse una gran variedad de
hierbas aromáticas, hortalizas y algunos frutos, sobre todo si
aquellos están orientados al sur y si están acristalados. En este
último caso, muchas plantas quedan protegidas de las heladas en
invierno y puede adelantarse su siembra o plantación a principios de
primavera.
Algunos puntos a tener en cuenta:
1. No plantar nunca directamente sobre tierra echada en el piso
del balcón o de la terraza, sino en cajoneras, maceteros y macetas,
pues por bueno que sea el aislamiento y el sistema de desagüe, la
humedad y las raíces pueden acabar deteriorando el pavimento.
2. Instalar maceteros a distintos niveles escalonados y colgar
macetas en las paredes para aprovechar el espacio.
3. Instalar una salida de agua cerca, si no se tiene a mano, o
disponer de una pequeña manguera conectada a un grifo cercano. Si
se cultivan sólo algunas cajoneras o macetas también pueden
regarse con regadera, llenándola en la toma de agua más cercana.
4. Si se dispone de poco espacio, conviene cultivar plantas que
pueden durar casi todo el año como el perejil y que, además, son de
consumo frecuente.
5. Salvo en terrazas grandes, no conviene cultivar plantas de porte
alto. Si se cultivan tomateras, pueden no podarse para que sean
semirastreras o cultivarse tomates enanos que son muy productivos
y ocupan poco espacio.
6. Un cultivo muy gratificante es el de rabanitos, que puede
empezarse en marzo o abril, según los climas y continuarse hasta
los calores de julio o agosto. Ocupan poco espacio, se desarrollan en
menos de un mes y constituyen un buen complemento de las
ensaladas. En general necesitarán tierra rica en compost o mantillo,
mullida y ligeramente húmeda.
La siembra puede hacerse en hilera o a voleo, pero es mejor
mezclar las semillas con arena, a no ser que se tenga la paciencia de
plantar una por una. Otra posibilidad consiste en ir entresacando en
cuanto las plantas tienen dos hojas y dejar un espacio de 5 a 10 cm
entre planta y planta, según la variedad -alargados o redondos- y su
tamaño.
En todo caso, conviene consumirlos cuando sobresalen por encima
de la tierra, pues si se dejan una semana después de estar listos
para consumir se agrietan, su textura se vuelve correosa y su sabor
puede ser excesivamente picante.
1.2. El cultivo de hierbas aromáticas y medicinales
Hoy día es cada vez más frecuente acudir a infusiones y tisanas,
que no tienen efectos secundarios, cuando no se quiere abusar de
los medicamentos, para afecciones leves. Casi todas pueden
cultivarse y elaborarse de forma casera.
La mayoría de las hierbas aromáticas y medicinales son cultivos de
exterior que, si no se dispone de un pequeño terreno, pueden
cultivarse en cajoneras y macetas. Algunas pueden comprarse en
viveros, otras trasplantarse del campo donde crecen en estado
silvestre y las semillas de las más difíciles o raras pueden
comprarse en comercios especializados.
Reglas generales del cultivo y utilización de las hierbas
1. Si se prepara una tierra suficientemente rica en humus y se
abona regularmente con mantillos orgánicos para macetas, puede
cultivarse hasta cuatro y cinco variedades distintas por cajonera,
macetero o maceta grande -30 cm de diámetro-.
2. Controlar babosas, caracoles y pulgones. Contra éstos últimos
rociar agua con un poco de jabón líquido.
3. Conviene renovar la tierra todos los años para que no se agote y
evitar el desarrollo de plagas, ya que muchas hierbas son perennes.
4. La mayoría pueden consumirse frescas en infusiones o
decocciones.
Para la infusión basta con verter agua hirviendo sobre unas cuantas
hojas frescas o una cucharadita de hojas secas y dejar reposar
durante diez minutos.
La decocción se utiliza generalmente más con las raíces y requiere
que éstas hiervan 15 minutos para extraer sus constituyentes
activos. El agua se evapora en dos tercios. Se cuela y se deja
enfriar.
5. Si se quiere secar, suelen recogerse cuando están al máximo de
su potencia y cuando están secas. Los ramilletes se cuelgan a la
sombra bocabajo y cuando las hojas están quebradizas se
desmenuzan con la mano sobre un cartón o unas hojas de papel. Las
flores pueden secarse colgadas en bolsas de papel cerradas, para
evitar el polvo. Luego se sigue el mismo procedimiento que con las
hojas.
Las raíces que se van a utilizar se dejan a remojo una hora, se
limpian bien de tierra y se cortan, primero a través, y luego en
pedazos pequeños. Se secan igualmente en una bolsa de papel como
las flores.
6. Hojas, raíces y flores se conservan a continuación en botes de
cristal, resguardados de la luz. Sus efectos se conservan mejor
durante los primeros seis meses.
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