Comentario de texto de Kant (nuevo)

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Comentario de texto de Kant.
Nota: Kant lleva dos textos, uno de teoría del conocimiento -éste que comentamos- y otro de
ética que ya tenéis a vuestra disposición. Este texto aparece por vez primera, de modo que
trabajadlo con detalle por si fuera objeto de examen)
"No hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. Pues, ¿cómo
podría ser despertada a actuar la facultad de conocer sino mediante objetos que afectan a
nuestros sentidos y que ora producen por sí mismos representaciones, ora ponen en
movimiento la capacidad del entendimiento para comparar estas representaciones, para
enlazarlas o separarlas y para elaborar de este modo la materia bruta de las impresiones
sensibles con vistas a un conocimiento de los objetos denominado experiencia? Por
consiguiente, en el orden temporal, ningún conocimiento precede a la experiencia y todo
conocimiento comienza con ella. Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la
experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro
mismo conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las
impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer produce (simplemente motivada por
las impresiones) a partir de sí misma"
(I.KANT, Crítica de la Razón Pura, Introducción, B 1, trad. de Pedro Ribas, Madrid, Alfaguara,
1978, pp. 41-42).
Sitúa al autor en su momento histórico:
El filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804) es el pensador más importante del siglo XVIII y
representa la culminación del movimiento ilustrado. Su filosofía es una crítica, tanto de la razón
en su uso teórico como en su uso práctico, que se presenta como la superación del
racionalismo y el empirismo sea en el campo del conocimiento como en el de la ética.
Señala el tema del texto:
El texto respondería a la primera pregunta esencial de Kant: "¿Qué puedo saber?". En él Kant
expone la tesis central de su teoría del conocimiento: aunque mi conocimiento comienza con
la experiencia no procede todo de la experiencia.
Indica las ideas principales:
La primera idea es que en el orden temporal nuestro conocimiento se inicia con la
experiencia.
La segunda idea es que aunque nuestro conocimiento empiece con la experiencia no todo
él procedería exclusivamente de la experiencia.
La tercera idea es que podría suceder que nuestro conocimiento empírico no fuese sino un
compuesto de lo que recibimos por los sentidos y lo que pone o aporta nuestro
entendimiento.
Relaciones entre las ideas:
Kant comienza el texto con una afirmación que considera indudable: que todo conocimiento
tiene su origen temporal en la experiencia. Luego la justifica con una pregunta retórica que no
es sino otra manera de exponer más enfáticamente su tesis.
A continuación Kant propone una nueva afirmación que va más allá de la primera y que es
realmente el eje central del texto o su idea principal: el conocimiento comienza con la
experiencia pero no consta todo el de elementos empíricos. Y concluye con una conjetura que
no es sino un modo elegante de justificar y explicar su idea central: podría suceder -Kant está
seguro que sucede- que el conocimiento fuese una composición de lo que da la experiencia y
pone la razón.
Explicación de ideas:
Este es un texto tomado de la Crítica de la razón pura, de Kant, en el que se expone de modo
sintético la tesis central de su teoría del conocimiento. El libro mentado constituye una
respuesta a la pregunta de qué puedo conocer científicamente, es decir, cuáles son los límites
del uso teórico de la razón. O si se quiere formular de otro modo: ¿Puede la metafísica ser
ciencia?
El propio Kant considera haber realizado en el terreno del conocimiento una revolución similar
a la que realizó Copérnico en el campo de la astronomía: viendo Copérnico que no conseguía
explicar el movimiento de las estrellas si aceptaba que giraban en torno al espectador, probó
si obtendría mejores resultados haciendo girar al espectador y dejando las estrellas en
reposo, nos cuenta Kant. Del mismo modo afirma que hasta el momento en que él mismo se
plantea el problema de qué puedo conocer, se había supuesto que todo conocimiento debía
regirse por los objetos (refiriéndose a la teoría empirista del conocimiento de Hume). Su teoría
del conocimiento consistiría, entonces, en suponer que son los objetos los que
deberían conformarse a nuestro conocimiento. Y el texto que comentamos es la prueba de
este modo de pensar y proceder.
La gran laguna de la teoría empirista del conocimiento de Hume era que, de aceptar en
exclusiva que nuestro conocimiento procede solamente de los objetos, es decir, que se inicia y
concluye con la experiencia, entonces la ciencia, la física de modo eminente, no podía ser ni
universal ni necesaria, es decir, válida en todo tiempo y lugar, sino solo una creencia bien
fundada en la costumbre. Por ello conjetura que si es menester salvar la necesidad y
universalidad de la ciencia (cosa que no le cabe duda al tener frente a sí la construcción de la
física newtoniana que consideraba definitiva y absolutamente verdadera), ambos rasgos, al no
poder proceder de la experiencia, habían de proceder, había de "ponerlos", si se quiere hablar
así, el propio sujeto.
En cuanto al orden temporal, nuestro conocimiento comienza con la experiencia que nos
brinda lo que Kant denomina "fenómenos", es decir, impresiones sensibles organizadas (y esto
es fundamental) espacio temporalmente, siendo el espacio y el tiempo "formas a priori" que
pone la sensibilidad del sujeto que conoce: a priori quiere decir no empírico, es decir,
independiente de la experiencia. Sin embargo, para completar el conocimiento científico, los
fenómenos han de poderse tratar por medio de conceptos para formar los juicios de las
ciencias, de modo que Kant supone que los fenómenos son organizados por el entendimiento
(sensibilidad y entendimiento son dos facultades de la razón) para formar leyes científicas por
medio de las categorías o "conceptos a priori": las categorías constituyen la forma o la
condición bajo las cuales pensamos y conocemos los objetos.
En un paso posterior de la Crítica de la razón pura Kant resume lo que explica en este texto
que comentamos diciendo que sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado, pero que sin
entendimiento, ninguno podría ser pensado. Los pensamientos sin contenido -entiéndase, sin
contenido empírico- son ciegos, dice, pero las intuiciones -es decir, lo que la sensibilidad o la
experiencia nos ofrece- sin conceptos, son ciegas: De modo que ni el entendimiento puede
intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. El conocimiento científico tiene que surgir
de la unión de ambos. Ello supone como conclusión a la pregunta de qué puedo conocer, de
que sólo conozco fenómenos, es decir, lo que se me presenta a la experiencia. Por tanto,
ideas -Kant las llama ideas trascendentales, ideas de la razón pura o "noúmenos"- como la de
alma, mundo como totalidad o Dios, objetos tradicionales del supuesto conocimiento
metafísico, en la medida en que no se nos presentan a la experiencia fenoménica no se
pueden conocer científicamente, es decir, la metafísica no es ni puede ser una ciencia
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