“LA VIDA CONSAGRADA TIENE MÁS RAZÓN DE SER QUE ANTES”

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“LA VIDA CONSAGRADA TIENE MÁS RAZÓN DE SER
QUE ANTES”
El Rector Mayor de los Salesianos, don Pascual Chávez, presidente de la Unión de
Superiores Generales, invita a los consagrados a ser expertos de Dios en la sociedad
actual.
Madrid, 22 marzo 2007 (IVICON).-El Rector Mayor de los Salesianos, Pascual Chávez
Villanueva, ha estado estos días realizando una visita de animación a la provincia
salesiana de Madrid. Además de diversos encuentros con jóvenes y grupos de la Familia
Salesiana, ha estado predicando ejercicios espirituales a un grupo de unos ochenta
salesianos.
El padre Chávez es, también, el presidente de la Unión de Superiores Generales (USG)
y ha afirmado, en estos días, que “pocas instituciones se han tomado tan en serio el
Concilio Vaticano II para renovarse”, como lo han hecho las congregaciones religiosas.
Aunque, afirma el religioso, lo fundamental es que los religiosos y las religiosas sean
expertos en hablar de Dios, “que hablen de Dios porque se han encontrado con Él”.
-Don Pascual, se habla con mucha frecuencia hoy de renovación, o refundación, de
la Vida Religiosa. ¿Es tan necesario, cómo la entendería usted?
Pascual Chávez: Ha sido tan grande la presencia de la vida consagrada en el aspecto
social, con un papel de suplencia, o sustitución del Estado, que ha corrido el riesgo de
adulterar su misión en este mundo, que no es la de hacer cosas. Y hemos hecho mucho,
y bien. O sea, a quien nos ve como personas, a quien ve nuestras comunidades,
tendríamos que suscitarle interrogantes, quién es éste, quiénes son estos, por qué viven
o actúan así… una presencia significativa no es tanto, o sólo, aquella que hace muchas
cosas por el bien social. Es el tiempo de la refundación, no es que me guste mucho esta
palabra, pero entiendo que es el tiempo de la refundación si se trata de volver a Cristo
Jesús.
Usted insiste mucho en que la vida consagrada tiene que subrayar el ser, más que
el hacer. ¿Hay que dejar de hacer, para ser?
Pascual Chávez: No; lo que hay que evitar es el dualismo entre el hacer y el ser. Si se
está acentuando tanto la primacía del ser es porque un peligro innato a las
congregaciones de vida activa, es el de caer de tal forma en el activismo que se pierde la
razón de ser. Nosotros, en lo que hacemos, tendríamos que ser expresión de lo que
somos. Pero si, en el fondo, no se llega a ver lo que somos, entonces se está en peligro.
No es indiferente que en la última exhortación apostólica de Benedicto XVI, hablando
de la vida consagrada, el Papa vuelva a hacer una referencia a esto. La contribución
esencial que la Iglesia espera de la vida consagrada, escribe el Papa, es más en el orden
del ser que en el hacer. Quiere decir que las congregaciones muy lanzadas a colaborar
en la salvación del mundo en el campo de la salud, la marginación, la educación, han
sido una expresión de la caridad operativa, pero se han visto con frecuencia cediendo al
peligro de un activismo que no sólo esconde, sino que a veces niega su raíz más
profunda.
En estos momentos de situaciones difíciles para las congregaciones religiosas,
¿tiene futuro la Vida Consagrada en esta Europa?
Pascual Chávez: La Vida Consagrada tiene más razón de ser que antes, porque estamos
asistiendo a un escenario dominado por un fuerte materialismo que se expresa en la fe
en el desarrollo científico y tecnológico, que parece trascenderse continuamente con
nuevas innovaciones pero que no da trascendencia a la persona humana. Y esto va
encerrando a la persona en una visión inmanentista, lo que significa no darle futuro, no
darle esperanza. Estoy convencido de que hoy más que nunca se necesita la presencia de
lo que es la vida religiosa, aunque puede ser que las formas institucionales puedan
cambiar, pero la vida religiosa nunca dejará de existir porque es innata al cristianismo;
personas, hombres y mujeres, que son una especie de reserva de humanidad, que se
proponen, en base al seguimiento e imitación de Jesús, preservar a la humanidad de que
caiga en abismos de degradación.
Por lo tanto la vida consagrada tiene futuro en Europa. No tendrá la relevancia social de
número que tuvo en el pasado, pero seguirá siendo viva y será más significativa. Hoy
su relevancia vendrá por su identidad. Junto con ello, creo en la vida religiosa como lo
que fue en los inicios, una serie de modelos, también de vida de comunidad, que eran
fermentos culturales capaces de transformar la cultura. Y esta cultura de hoy, tan
secularizada, tan materialista, tan hedonista, tiene una gran necesidad de ser purificada y
de tener modelos alternativos. Ser signos más claros de la presencia de Dios, porque
Dios sigue amando a este mundo como lo ha amado siempre y tendrá que hacerse
presente a través de sus creyentes.
¿Qué elementos de renovación debería subrayar la vida religiosa para ser más
atractiva especialmente ante los jóvenes?
Pascual Chávez: Yo creo que hay tres elementos a los que son muy sensibles los
jóvenes. El primero es a una fuerte experiencia religiosa. Es interesante que dentro de
todo este materialismo en que se vive, haya tanta hambre de experiencias religiosas que
tratan de satisfacer con sucedáneos religiosos. Esto habla de una dimensión religiosa
que no está del todo satisfecha. Si la vida religiosa logra encarnar, facilitar y vehicular
una experiencia religiosa así, podrá volver a encontrar, a tener un rostro atractivo y
fascinante para los jóvenes.
El segundo es la experiencia de verdadera comunidad, o mejor dicho, de fraternidad.
Pienso que con frecuencia ha prevalecido la vida en común sobre la vida fraterna. Y no
es que sean antagonistas, pero puede haber vida en común sin fraternidad. ¿Por qué este
elemento es importante? Porque hay una gran soledad en el mundo de los jóvenes. ¿Por
qué se refugian en grupos o en bandas? Porque no encuentran en la casa el momento, o
la posibilidad o con quien hablar en profundidad de nada. Este huir hacia delante, en
una cultura de la diversión, hace ver que hay una gran soledad a la que hay que
responder. Y se responde cuando las comunidades, como dice Hechos de los Apóstoles
de las primeras comunidades, que ponían todo en común, lo que eran y tenían, y esto
lograba crear un ambiente de hermandad que decían los demás ‘miran cómo se aman’, y
las hacía atractivas y crecía el número de los adeptos. Este es el segundo elemento que
hay que asegurar con mucha claridad.
Y el tercero es una decidida opción por los pobres. En una sociedad cada vez más rica,
de más bienestar, es más dramática la situación de la gente que queda excluida, queda
más marginada, que es un deshecho y hay que volver a estar presentes en los grandes
campos de la vida social y cultural
Se habla cada vez más de lo intercongregacional como elemento a potenciar.
¿Colaboran la USG y la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG)? ¿Es
esta es un alinea de renovación de la vida religiosa?
Pascual Chávez: Son dos cosas diversas. Una es la mayor cercanía entre la USG y la
UISG. La realidad es que cada vez estamos intentado colaborar más. Ya se trabaja de
hecho junto con la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Tenemos tres
reuniones al año de los consejos ejecutivos de USG y UISG, junto con la Congregación
vaticana, y esto nos lleva a reunirnos previamente los consejos para ver de qué se va a
hablar. Se tuvo toda la preparación, realización y seguimiento del congreso
internacional de la Vida Consagrada de 2004, hemos tenido una asamblea en la que
participaron un grupo representativo de la UISG… la idea es que no sólo sea una
cercanía cordial, que ya existe, sino una cercanía de intenciones y de proyectos
efectivos. Hoy se trabaja en proyectos de colaboración y mayor sinergia entre la USG y
la UISG.
Diverso es, en cambio, lo que se refiere al trabajo intercongregacional dentro de la
USG. Se está caminando decididamente hacia la intercongregacionalidad. En la forma
de trabajar esto no significa que las congregaciones desaparezcan y se fundan en otras.
Significa que hoy el mundo exige de nosotros una mayor unión efectiva, afectiva, con
proyectos concretos, pero ya no de buena intención, de un proyecto que se abre y se
invita a otros religiosos a colaborar, sino llegar a compromisos de institución. Y creo
que en eso estamos y en eso hay que decir que la USG está caminando decididamente.
¿Cómo veo las cosas? bueno, es un proceso largo, pues no estábamos acostumbrados,
porque estábamos acostumbrados a que cada congregación es autosuficiente, casi a vivir
en la rivalidad, y hay que cambiar de mentalidad, para creer que hoy la unión no es una
cuestión de estrategia. En el fondo es recuperar un elemento fundamental de la identidad
consagrada, y que es que la misión de todas las congregaciones es la misma, es la
misión de Cristo; no es “nuestra” misión, es la suya, y participamos e esta única misión
de Cristo.
Si pudiera decir algo personalmente a cada religioso, a cada religiosa de España,
¿qué les diría?
Pascual Chávez: Yo les diría que tienen que estar contentos con la propia vocación. Lo
estoy yo, si no lo estuviera no lo diría, y sé que de la propia identificación vocacional,
de la propia convicción de que somos portadores de una contribución muy valiosa que
aportar a esta España de hoy, es lo que nos puede llenar de una gran motivación. Sin
convicciones no hay motivaciones; sin motivaciones no hay valores y sin valores no hay
ningún proyecto entorno al cual organizar la vida. Hoy hay que volver a recuperar las
motivaciones de fondo, que son fruto de convicciones de quiénes somos y qué estamos
llamados a ofrecer. Y manifestarlo con una inmensa alegría. Yo digo siempre que no
somos parásitos de la sociedad, que me siento muy orgulloso de tener algo que ofrecer a
esta España y a esta Europa. Y hacerlo con un gran sentido de Iglesia. Nuestra acción no
camina marginada de la Iglesia, está dentro de la Iglesia. Y este fortalecimiento de ser
Iglesia es más importante hoy si queremos tener vocaciones.
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