NORMAS DE LA OCED CON RESPECTO A LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO PREAMBULO En diversos países miembros de la OCED, las Empresas de Propiedad del Estado (EPE) son todavía parte importante con respecto al PBI, al empleo y la actualización del Mercado. Más aún, las Empresas de Propiedad del Estado prevalecen a menudo entre las industrias de servicios públicos y de infraestructura, tales como energía, transporte y telecomunicaciones, cuyo desempeño es sumamente importante para amplios segmentos de la población y otros estamentos del sector de comercio. Consecuentemente, la gobernabilidad de las EPEs será fundamental para asegurar su contribución positiva para la eficiencia económica total y la competitividad de un país. La experiencia de la OCED ha demostrado igualmente que un buen gobierno corporativo de las empresas de propiedad del Estado es un pre-requisito importante para una privatización económica efectiva, por cuanto las empresas serán más atractivas para los probables compradores y serán mejor valoradas. En varios países que no son miembros de la OCED existe también un numero importante de Empresas de Propiedad del Estado, que en algunos casos llegan a ser un factor dominante de la economía de dichos países, que en muchos casos están reformando la forma de organización y manejo de las Empresas de Propiedad del Estado, para lo cual han buscado compartir sus experiencias con los países de la OCED a fin de apoyar las reformas a nivel nacional. Es sobre la base de estos antecedentes que en junio del 2002 el Comité Directivo de la OCED para el Gobierno Corporativo solicitó al grupo de Trabajo sobre Privatización y Gobierno Corporativo de Propiedades del Estado, la preparación de normas no obligatorias y de mejores prácticas sobre gobierno corporativo para Empresas de Propiedad del Estado. El Grupo de Trabajo, constituido por representantes de países miembros de la ODEC, así como del Banco Mundial y del FMI en calidad de observadores, ha iniciado consultas para el desarrollo de estas Normas con una amplia gama de partes interesadas, tales como los miembros de Directorio y CEOs, de Empresas de Propiedad del Estado, organismos estatales de auditoria, sindicatos y parlamentarios, y ha realizado amplias consultas con países que no son miembros. Una versión preliminar de las Normas fue puesta en el sitio Web de la OCED para comentario público, lo cual tuvo como resultado un importante número de comentarios útiles y constructivos, que también han sido publicados en el sitio Web. Estas Normas deben ser consideradas como complementarias a los Principios de la OCED para el Gobierno Corporativo1 por cuanto están basadas en dichos Principios con los cuales son ampliamente compatibles. Las Normas están orientadas explícitamente hacia aquellos aspectos específicos del gobierno corporativo en las Empresas de Propiedad del Estado y consecuentemente dentro de la perspectiva del Estado como propietario, se enfocan en políticas destinadas a asegurar un buen gobierno corporativo. Sin embargo, las normas ni en la intención ni en efecto deben contradecir o desalentar a los países de la OCED o los países que nos miembros de la misma, de emprender otras políticas o programas de privatización. En el transcurso de los años, la justificación de la propiedad estatal de empresas comerciales ha tenido muchos cambios tanto a nivel de países como de las industrias y comprendido por lo general una mezcla de intereses sociales, económicos y estratégicos. Ejemplos de esos cambios son la política industrial, el desarrollo regional, el suministro de bienes públicos y la existencia de los denominados monopolios “naturales”. Sin embargo, durante las últimas décadas, la globalización de los mercados, los cambios tecnológicos y la liberación de normas en aquellos mercados que antes fueron monopólicos ha dado lugar a reajustes y reestructuraciones en el sector empresarial del Estado. 1 OCED Principios del Gobierno Corporativo, 2004. Estos hechos son investigados en dos informes recientes de la OCED, los mismos que han servido de insumo para en la preparación de estas normas2. A fin de cumplir con sus obligaciones como propietario, el Estado puede beneficiarse con el uso de mecanismos aplicables al sector privado, incluyendo los Principios de la OCED para el Gobierno Corporativo. Esto resulta especialmente cierto en el caso de las EPEs que figuran en la lista. Sin embargo, las EPEs también confrontan claros desafíos de gobernabilidad. Uno de ellos es que las EPEs pueden sufrir tanto por un manejo indebido y la interferencia de una propiedad de motivación política como de una propiedad totalmente pasiva o distante por parte del Estado. Puede haber también una diversificación de responsabilidad social. Las EPEs están a menudo protegidas contra dos grandes amenazas que son fundamentales para las políticas de gestión en las empresas del sector privado, como son la expropiación y la quiebra. Más fundamentalmente aún, las dificultades del gobierno corporativo se derivan del hecho que la responsabilidad de las EPEs comprende una cadena gigante de representantes (gestión, directorio, propiedad de las entidades, ministerios, el Gobierno) sin que se pueda identificar en forma clara, fácil y hasta remota a los directores. Es realmente un desafío el estructurar esta red compleja de responsabilidades con el fin de asegurar decisiones eficientes y un buen gobierno corporativo. Por cuanto las Normas están dirigidas a brindar asesoría general para ayudar a que los gobiernos puedan mejorar el desempeño de las EPEs. La decisión de aplicar las Normas en el gobierno de una EPE en particular debe tomarse sobre una base pragmática.. Las Normas están orientadas principalmente a las empresas de propiedad del Estado que estén usando una forma legal diferente (p.ej. separada de la administración pública) y tengan una actividad comercial (p.ej. que el total de sus ingresos sea por ventas y tarifas) ya sea que su objetivo sea o no público.. Estas EPEs pueden estar en el sector competitivo o en el no competitivo de la economía. En caso necesario, las Normas hacen una distinción entre las EPEs que figuran en la lista y las que no figuran en ella, así como aquellas que son absolutamente de propiedad estatal o de propiedad en mayoría o en minoría, por cuanto los aspectos de gobierno corporativo son algo diferentes para cada caso. Las Normas también pueden ser aplicadas a las empresas subsidiarias de las entidades arriba mencionadas, estén o no en la lista. Mientras que las Normas están orientadas principalmente a cubrir a las empresas comerciales bajo la propiedad del Gobierno central o del Gobierno federal, las autoridad podrían también promover su uso en los niveles sub-nacionales del gobierno que son propietarios de empresas. Son también útiles para las empresas de propiedad del gobierno que no son comerciales pero que cumplen en forma esencial fine de políticas públicas, sea o no en forma corporativa . Es en interés de los gobiernos y del público que todas estas categorías de empresas de propiedad del Estado son administradas en forma profesional y aplican las prácticas de buen gobierno.. En todo el texto de las Normas, el término “EPEs” se refiere a las empresas en las que el Estado tiene un control importante ya sea por mayoría absoluta, mayoría o significativa minoría. Sin embargo, muchas de las Normas son también útiles en aquellos casos en que el Estado retiene un accionariado pequeño en una empresa, pero es de todos modos un socio responsable e informado. En este mismo sentido, el término “entidad titular” se refiere a la entidad del Estado que es responsable de ejecutar los derechos de propiedad del Estado, ya sea que se trate de un Departamento específico dentro de un Ministerio, un organismo autónomo u otro. Finalmente, como figuran en los Principios de la OCED, el término “Directorio” tal como se usa en este documento tiene como fin abarcar los distintos modelos nacionales de estructuras de dirección que se encuentran en países miembros de la OCED así como en aquellos países que no son miembros. En el 2 “El Gobierno Corporativo de las Empresas de Propiedad del Estado en los países de la OCED”, OCED, 2005 y “Privatizando a la Empresa Estatal, Una Visión General de las Políticas y práctica en países de la OCED”, OCED 2003. sistema típico de dos estratos que figura en algunos países, el término “Directorio” se refiere a“junta supervisora” mientras que “ejecutivo clave” se refiere a la “junta de gestión”. El documento siguiente está dividido en tres secciones. Las Normas están presentadas en la primera sección del documento y comprende las áreas siguientes: I) Asegurando un Marco Legal y Normativo Efectivo para las Empresas de Propiedad del Estado; II) El Estado como Propietario; III) Tratamiento Igualitario para los Accionistas; IV) Relaciones con los Accionistas; V) Transparencia e Información; VI) Las Responsabilidades de los Directorios de las Empresas de Propiedad del Estado. Cada sección comprende una sola Norma que aparece resaltada y en letra cursiva seguida de varias sub-Normas de apoyo. En la segunda sección del documento, las Normas son acompañadas con Notas Explicativas que contienen comentarios sobre las Normas con el fin de ayudar a los lectores a comprender la justificación de las normas. Las Notas Explicativas pueden contener también descripciones de las tendencias principales y ofrecer métodos de implementación opcionales así como ejemplos que pueden contribuir a que las Normas sean operativas. I. ASEGURANDO UN MARCO LEGAL Y NORMATIVO EFECTIVO PARA LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO El marco legal y normativo de las empresas de propiedad del Estado debe tener seguro un campo de juego parejo en aquellos mercados donde las empresas de propiedad del Estado y las empresas del sector privado compiten con el fin de evitar las distorsiones de mercado.. El marco debe tener como base y ser totalmente compatible con las Principios de Gobierno Corporativo de la OCED. A. Debe haber una separación clara entre la función del Estado como propietario y otras funciones del Estado que puedan influirán la situación de las empresas de propiedad del Estado, en particular en lo que se refiere a la normatividad del mercado. B. Los Gobiernos deben tratar de simplificar y racionalizar las prácticas operacionales y las formas legales bajo las cuales se manejan las EPEs. En el aspecto legal se debe permitir que los acreedores puedan presionar en el caso de sus reclamos e iniciar procedimiento de insolvencia. C. Las obligaciones y responsabilidades que debe asumir una EPE en términos de servicios públicos y que estén más allá de las normas generalmente aceptadas deben estar sujetas claramente a las leyes o normas respectivas. Dichas obligaciones y responsabilidades deben ser de conocimiento público general y los costos respectivos deben ser cubiertos de modo transparente. D. Las EPEs no deben estar exentas de aplicación de las leyes y normas generales. Las partes interesadas, incluyendo los competidores, deben tener acceso a una reparación eficiente y a una normatividad igualitaria cuando consideren que sus derechos no están siendo respetados.. E. El marco legal y normativo debe permitir una flexibilidad para hacer ajustes en la estructura de capital de las EPEs cuando ello es necesario para el logro de los objetivos de la empresa. F. Las EPEs deben enfrentar condiciones competitivas con respecto al acceso financiero. Sus relaciones con los bancos de propiedad del Estado, con instituciones de propiedad del Estado y otras empresas de propiedad del Estado, deben estar basadas únicamente en términos y condiciones comerciales. II. EL ESTADO EN LA FUNCION DE PROPIETARIO El Estado debe actuar como un propietario informado y activo y establecer una política de propiedad clara y consistente, asegurando que el gobierno de las empresas de propiedad del Estado se lleve cabo en forma transparente y responsable, dentro del grado necesario de profesionalismo y efectividad. A. El gobierno debe preparar y promulgar una política de propiedad que defina los objetivos generales de la propiedad del Estado, del rol del Estado en el gobierno corporativo de la EPEs y la forma como va a implementar su política de propiedad. B. El Gobierno no debe involucrarse directamente en la gestión de día a día de la EPEs y para ello debe darles amplia autonomía operacional para el logro de los objetivos fijados. C. El Estado debe dejar que los entes directivos o Directorios de las EPEs ejerzan sus obligaciones y respetar su independencia. D. El ejercicio de los derechos de propiedad deberá ser identificado claramente dentro de la administración del Estado. Esto podrá facilitarse estableciendo una entidad coordinadora o, más apropiadamente, centralizando la función con respecto a la propiedad.. E. La entidad coordinara o que ejerce la función de propiedad será responsable ante los órganos representativos, como el Congreso, y deberá tener una relación claramente definida con los organismos públicos correspondientes, incluyendo las instituciones supremas de auditoria del Estado. F. El Estado como propietario activo deberá ejercer sus derechos de propiedad acuerdo a la estructura legal de cada empresa. Sus responsabilidades principales son: 1. Estar representado en las reuniones generales de accionistas y votar de acuerdo a las acciones del Estado. 2. Establecer procesos de designación transparentes y bien estructurados en las EPEs donde la propiedad es por amplia mayoría o mayoría simple, y participar activamente en el nombramiento de los Directorios en todas las EPEs. 3. Establecer un sistema de presentación de informes que permitan el fiscalización y la evaluación regular del desempeño de la EPE. 4. Cuando el sistema legal y el nivel de propiedad del Estado así lo permiten, se debe mantener un diálogo continuo con auditores externos y los órganos específicos de control del Estado 5. Asegurar que los esquemas de remuneraciones para los miembros del Directorio de la EPE auspicien el interés a largo plazo de la empresa y permitan atraer y motivar a profesionales calificados. III. TRATAMIENTO EQUITATIVO PARA TODOS LOS ACCIONISTAS El Estado y las empresas de propiedad del Estado deberán reconocer los derechos de todos los accionistas y de acuerdo a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED asegurar para ellos un tratamiento equitativo y de acceso igualitario a información de la empresa. A. La entidad coordinadora o propietaria y las EPEs deberán asegurar que todos los accionistas sean tratados equitativamente. B. Las EPEs deberán mantener un elevado nivel de transparencia ante todos los accionistas. C. Las EPEs deberán desarrollar una política activa de comunicación y de consulta con todos los accionistas. D. Deberá facilitarse la participación de los accionistas minoritarios en las reuniones de accionistas a fin de que puedan tomar parte en las decisiones fundamentales de la empresa, como es la elección del directorio. IV. RELACIONES CON LOS ACTORES La política de propiedad del Estado deberá reconocer ampliamente las responsabilidades de las empresas de propiedad del Estado ante los actores, y pedir que éstas informen sobre sus relaciones con los actores. A. Los Gobiernos, la entidad coordinadora o propietaria, y las mismas EPEs deberán reconocer y respetar los derechos de los actores establecidos por ley o por los acuerdos mutuos y referirse en este aspecto a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED.. B. Tanto las EPEs que figuran en la lista como las grandes EPEs y aquellas que tienen importantes objetivos de políticas públicas deberán informar sobre su relación con los actores. C. Las EPEs a través de su respectivo Directorio deberán desarrollar, implementar y comunicar acerca de sus programas para el cumplimiento de los códigos de ética internos. Dichos códigos de ética deberán estar basados en las normas del país de conformidad con los compromisos internacionales y ser aplicados tanto en la empresa principal como en las empresas subsidiarias. V. TRANSPARENCIA E INFORMACION Las empresas de propiedad del Estado deberán mantener un alto estándar de transparencia de acuerdo a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED. A. La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar información consistente y global sobre las empresas de propiedad del Estado y publicar anualmente un informe global sobre las EPEs. B. Las EPEs deberán desarrollar procedimientos eficientes de auditoría interna y establecer una función de auditoría interna que esté controlada por y dependa directamente del directorio del comité de auditoría o del órgano equivalente en la empresa. C. Las EPEs, en especial las más grandes, deberán estar sujetas a una auditoría externa anual basada en estándares internacionales. La existencia de procedimientos específicos de control del Estado no substituye a una auditoría externa de carácter independiente. D. Las EPEs deberán estar sujetas a los mismos estándares de contabilidad y auditoría de alta calidad como las empresas que figuran en la lista. Las grandes EPEs o las que figuran en la lista deberán proporcionar información financiera y no financiera de acuerdo a los estándares de alta calidad reconocidos internacionalmente. E. Las EPEs deberán proporcionar información material sobre todos los temas descritos en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, y además centrarse en áreas de importancia para el Estado como propietario y el público en general. Entre los ejemplos respecto a dicha información figuran: 1. Una declaración precisa de los objetivos de la empresa y su cumplimiento; 2. La estructura de propiedad y de votación de la empresa; 3. Los factores de riesgo material y las medidas tomadas para contrarrestar dichos riesgo; 4. Cualquier ayuda financiera, incluyendo las garantías recibidas por parte del Estado y los compromisos contraídos a nombre de la EPE, 5. Cualquier transacción material en las entidades relacionadas. VI. LAS RESPONSABILIDADES DE LOS DIRECTORIOS DE LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO Los Directorios de las empresas de propiedad del Estado deberán tener la autoridad, capacidad y objetividad necesarias para cumplir su función de orientación estratégica y fiscalización de la gestión. Deberán actuar con integridad y ser responsable de sus actos. A. Los Directorios de las EPEs deberán tener un mandato claro y una responsabilidad suprema con respecto al desempeño de la empresa. El Directorio deberá ser ampliamente responsable ante los propietarios, desempeñarse a favor del mejor interés de la empresa y tratar a todos los accionistas en forma equitativa. B. Los Directorios de las EPEs deberán desempeñar sus funciones de fiscalización de la gestión y orientación estratégica, de acuerdo a los objetivos establecidos por el Gobierno y por la entidad propietaria. Deberán poder nombrar y reemplazar a los CEO. C. Los Directorios de las EPEs deberán estar conformados de modo que pueda ejercer un juicio objetivo e independiente. La buena práctica requiere que el Presidente deberá estar separado del CEO. D. Si por mandato los empleados tuvieran que estar representados en el Directorio, se deberá desarrollar los mecanismos para garantizar que dicha representación sea ejercitada en forma efectiva y contribuya a realzar la capacidad, la información y la independencia del Directorio. E. En caso necesario, los Directorios de las EPEs podrán establecer Comités especializados para apoyar a todo el Directorio en el cumplimiento de sus funciones, particularmente en lo que se refiere a los aspectos de auditoría, manejo de riesgos y remuneraciones.. F. Los Directorios de las EPEs deberán estar sujetos a una evaluación anual con respecto a su desempeño. NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPITULO I: ASEGURANDO UN EFECTIVO MARCO LEGAL Y NORMATIVO PARA LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO. El marco legal y normativo que rige para las empresas de propiedad del Estado debe asegurar un campo de juego parejo en aquellos mercados donde compiten las empresas de propiedad del Estado con las empresas del sector privado con el fin de evitar distorsiones de mercado. El marco debe estar basado y ser ampliamente compatible con los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED. El marco legal y normativo dentro del cual operan las EPEs es a menudo complejo. De no ser consistente y coherente puede fácilmente dar lugar a costosas distorsiones de mercado y al debilitamiento de la responsabilidad tanto de la administración como del Estado como propietario. Una distribución clara de las responsabilidades entre las autoridades respectivas, la racionalización de las formas legales conjuntamente con un marco normativo coherente y consistente facilitará un mejor gobierno corporativo en las EPEs. A. Deberá existir una clara separación entre las funciones del Estado como propietario y las otras funciones del Estado que pueden influir en la situación de las empresas de propiedad del Estado, en particular con respecto a la normatividad del mercado. A menudo el Estado desempeña una doble función como regulador del mercado y como propietario de empresas con operaciones comerciales, en particular con respecto a la reciente liberación de normas para las redes industriales privatizadas parcialmente. Cuando de esto se trata, el Estado es un jugador principal y al mismo tiempo el árbitro en el mercado. Por lo tanto es un pre requisito fundamental que exista una separación de responsabilidades para la normatividad de la propiedad y del mercado a fin de crear un campo de juego parejo para las EPEs y las empresas privadas, evitando así una distorsión en la competencia. Dicha separación es defendida también en los Principios de la OCED para la Reforma Normativa. Otro aspecto importante es cuando las EPEs son utilizadas como instrumento para la política industrial. Esto puede fácilmente conducir a confusión y a conflictos de intereses entre la política industrial y las funciones del Estado como propietario, en particular si la responsabilidad por la política industrial y las funciones de propietario han sido conferidas a las dependencias o sectores de un mismo ministerio. Una separación de la política industrial y la propiedad realzaría la identificación del Estado como propietario y favorecería la transparencia en la definición de objetivos y el fiscalización del desempeño. Sin embargo, dicha separación no significa que no exista la necesaria coordinación entre ambas funciones. A fin de evitar conflictos de intereses, es también necesario que exista una clara separación entre la función de propietario de cualquier entidad dentro de la administración del Estado, que pudieran ser clientes o proveedores principales de las EPEs. Las normas generales de adquisiciones deberán ser aplicadas tanto en las EPEs como en las otras empresas. Se deberá remover las barreras legales y las no legales para que la adquisición sea justa. Para implementar una separación efectiva entre las diferentes funciones del Estado con respecto a las EPEs, se debe tomar en cuenta tanto los conflictos de intereses percibidos como los reales. B. Los Gobiernos deben luchar para simplificar y racionalizar las prácticas operacionales y la forma legal bajo la cual operan las EPEs. El aspecto legal deberá permitir que los acreedores puedan presionar sobre sus reclamos e iniciar procedimientos de insolvencia. Las EPEs pueden tener una forma legal específica, y algunas veces diferente, a la de otras empresas. Ello puede reflejar objetivos específicos o consideraciones societarias así como una protección especial otorgada a determinados actores. Esto concierne en particular a los empleados cuyas remuneraciones pueden ser establecidas por actos / organismos normativos, y reciben derechos específicos de pensión y de protección contra reducción de personal equivalentes a las proporcionadas a los funcionarios públicos. En muchos casos, las EPEs están protegidas en gran medida contra los juicios por insolvencia o quiebra debido a su condición legal específica. Esto se debe algunas veces a la necesidad de asegurar continuidad en la provisión de servicios públicos. Cuando esto sucede, las EPEs a menudo difieren de las empresas privadas de responsabilidad limitada, a través de: (i) la autoridad respectiva y el poder del Directorio, la administración y los ministros;; (ii) la composición y estructura de dichos Directorios; (iii) el nivel hasta donde se otorgue derechos de consulta o de toma decisiones para determinados actores, mas particularmente empleados; el requerimiento de información, y como mencionado antes, el nivel hasta donde las EPEs pueden estar sujetas a juicio por insolvencia y quiebra, etc. La forma legal de las EPEs incluye a menudo una definición estricta de la actividad de las respectivas EPEs, evitando de ese modo que diversifiquen o amplíen sus actividades en nuevos sectores y/o en el exterior. Estos límites han sido establecidos en forma legal para evitar la malversación de los fondos públicos, limitar las estrategias de crecimiento excesivo y evitar que las EPEs exporten tecnologías delicadas. En algunos países, las formas legales específicas para las EPEs han evolucionado de manera significativa en los últimos años como respuesta a la liberalización de normas y un mayor escrutinio a la ayuda del Estado y a la subvención o subsidio transversal. Las limitaciones sobre el tipo de actividades permitidas para las EPEs de acuerdo a su constitución legal han sido reducidas. En algunos países, los cambios en las formas legales han estado acompañados por compromisos asumidos por el Estado con respecto a la protección para los empleados, en particular con respecto al derecho pensionario. Al racionalizar la forma legal de las EPEs, los gobiernos deberían basarse mayormente en la ley empresarial y evitar crear una forma legal específica cuando ello no es absolutamente necesario para los objetivos de la empresa. La racionalización de la forma legal para las EPEs daría realce a la transparencia y facilitaría la fiscalización a través del punto de referencia. Igualmente nivelaría el campo de juego con los competidores del sector privado en mercados cada vez más libres y competitivos. La racionalización deberá estar dirigida a las EPEs que despliegan actividad comercial y que operan en mercados libres y competitivos. Debería estar enfocada en hacer que esos medios e instrumentos generalmente disponibles para los propietarios privados, estén disponibles también para el Estado como propietario. La racionalización debe por lo tanto estar dirigida primeramente a la función y autoridad de los órganos de gobierno de la empresa así como a las obligaciones respecto a transparencia e información. Si los cambios en las formas legales de las EPEs fueran demasiado difíciles, se podría racionalizar otras opciones en las prácticas operacionales de las EPEs, como establecer normas específicas y más inclusivas, por ejemplo extendiendo dicha validez o cobertura a EPEs con formas legales específicas o pedir a las EPEs que cumplan voluntariamente con los requerimientos de dichas normas especificas, en particular en lo que se refiere a información. C. Cualquiera de las obligaciones o requerimientos que deba asumir una EPE en términos de servicios públicos que superan las normas generalmente aceptadas deberán ser claramente establecidas en forma legal o normativa. Dichas obligaciones y responsabilidades deberán ser puestas en conocimiento del público en general y los costos correspondientes deberán ser cubiertos de manera transparente. En algunos casos se espera que las EPEs cumplan responsabilidades y obligaciones especiales con fines sociales y de política pública. En algunos países esto incluye una regulación sobre los precios a los que las EPEs deben vender sus productos y servicios. Estas responsabilidades y obligaciones especiales trascienden la norma generalmente aceptada para las actividades comerciales y deberá ser motivada por un mandato sobre las leyes y normas. También deberían ser incorporadas preferentemente en los estatutos de la empresa. El mercado y el público en general deberán ser claramente informados sobre la naturaleza y envergadura de estas obligaciones, y sobre su impacto general sobre los recursos y el desempeño económico de las EPEs. También es importante que los respectivos costos sean claramente identificados, informados y debidamente compensados por el presupuesto del Estado sobre la base de provisiones legales específicas y/o a través de mecanismos contractuales, tales como contratos de gestión o servicios. La compensación o pago deberá ser estructurada en forma que evite la distorsión del mercado. Esto implica específicamente a empresas en sectores competitivos de la economía. D. Las EPEs no deberán estar exentas de la aplicación de las leyes y normas generales. Los actores, incluyendo a los competidores, deberán tener acceso a una reparación eficiente y a una jurisprudencia justa cuando consideren que sus derechos no han sido respetados. La experiencia ha demostrado que en algunos países las EPEs pueden estar exoneradas de una serie de leyes y normas, incluyendo en algunos casos, la ley de competencia. A menudo, las EPEs no están cubiertas por la ley de quiebras y algunas veces los acreedores tiene dificultades para hacer cumplir sus contratos y obtener el pago correspondiente. Esas excepciones de las provisiones legales generales deben evitarse en todo lo posible a fin que no se produzcan distorsiones de mercado y de ese modo apuntalar la responsabilidad de la gestión. Las EPEs al igual que el Estado como accionista no deberán estar protegidas contra la presentación ante la corte o las autoridades reguladoras en caso que infrinjan las leyes y normas.. Las partes interesadas o actores deberán poder desafiar ante la corte al Estado como propietario y en ese caso recibir un tratamiento justo y equitativo por parte del sistema judicial. E. El marco legal y normativo deberá permitir la flexibilidad suficiente para los ajustes en la estructura de capital de las EPEs cuando esto sea necesario para el logro de los objetivos de la empresa. La rigidez de la estructura de capital hace algunas veces difícil que una EPE pueda desarrollar o cumplir sus objetivos. El Estado como propietario debería desarrollar una política general y brindar mecanismos que permitan hacer los cambios apropiados en la estructura de capital de las EPEs. Estos mecanismos podrían incluir la capacidad para que la función de propietario pueda ajustar las estructuras de capital de las EPEs de manera flexible pero dentro de límites claros, a fin de facilitar, por ejemplo, la transferencia indirecta de capital de una EPE a otra, así como una reinversión de dividendos recibidos, o el aumento de capital en términos de mercado competitivo. Estos mecanismos deben respetar el poder de decisión del Congreso con respecto al presupuesto o el nivel apropiado de propiedad del Estado así como la transparencia general del sistema presupuestal. Cualquier cambio en la estructura de capital de una EPE deberá ser claramente consistente con el objetivo de propiedad del Estado y las circunstancias específicas de la EPE. Las decisiones deberán ser documentadas debidamente para permitir una responsabilidad efectiva o por medio de auditorías o investigación por parte del Congreso. Finalmente, dichos mecanismos deberán ser limitados y sujetos a una cuidadosa revisión a fin de evitar cualquier forma de subsidio transversal a través de las transferencias de capital. F. Las EPEs deberán enfrentar situaciones competitivas con respecto al acceso financiero. Sus relaciones con bancos de propiedad del Estado, instituciones financieras de propiedad del Estado y otras empresas de propiedad del Estado deberán estar basadas puramente en el, plano comercial. Tanto los acreedores como el Directorio asumen que existe una garantía implícita por parte del Estado con respecto a las deudas de las EPEs. En muchos casos esta situación ha llevado a un endeudamiento excesivo , a un desperdicio de recursos y una distorsión del mercado, en detrimento tanto de los acreedores como de los contribuyentes. Es más, en algunos países los bancos de propiedad del Estado, las instituciones de propiedad del Estado y otras instituciones financieras tienden a ser los más importantes o los principales acreedores de las EPEs. Este ambiente deja un amplio margen para los conflictos de intereses que puede conducir a malos préstamos por parte de los bancos de propiedad del Estado, por cuanto la empresa puede sentirse no obligada a pagar el préstamo. Esto puede proteger a las EPEs de una fuente crucial de fiscalización y presión por parte del mercado, distorsionando por lo tanto su estructura de incentivo. Es necesario hacer una clara distinción sobre el Estado y las responsabilidades respectivas de las EPEs en relación a los acreedores. El Estado casi siempre garantiza a las EPEs para compensar su incapacidad de proveerlas con capital accionario, pero esta facilidad es a menudo ampliamente extra limitada. Como principio general, el Estado no debe ofrecer una garantía automática con respecto a las responsabilidades de las EPEs. Se deben desarrollar prácticas justas con respecto a la información y remuneración de las garantías del Estado, se debe alentar a las EPEs para que busquen financiación en los mercados de capitales. Se debe desarrollar mecanismos para el manejo de conflictos de intereses y asegurar que las EPEs se relacionen con los bancos de propiedad del Estado, con otras instituciones financieras así como con otras EPEs sobre una base puramente comercial. Los bancos de propiedad del Estado deben otorgar créditos a las EPEs en los mismos términos y condiciones como a las empresas privadas. Estos mecanismos podrían incluir también límites y una cuidadosa investigación respecto a los miembros del directorio de las EPEs que ocupan un cargo en el directorio de los bancos de propiedad del Estado. NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPITULO II: EL ESTADO EN LA FUNCION DE PROPIETARIO El Estado debe actuar como un propietario informado y activo y establecer una política de propiedad clara y consistente, asegurando que el gobierno de las empresas de propiedad del Estado se lleve cabo en forma transparente y responsable, dentro del grado necesario de profesionalismo y efectividad Con el fin de desempeñar sus funciones como propietario, el Gobierno debe tener como referencia los estándares de las normas que gobiernan tanto al sector privado como al sector en particular los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, que son aplicables también a las Empresas de propiedad del Estado (EPEs). Además de los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED existen aspectos específicos para el gobierno de una EPE que merecen especial atención o que deben ser documentados mas detalladamente a fin orientar a los miembros del directorio de la EPE y a la entidad del Estado encargada de ejecutar los derechos de propiedad del Estado a través de un desempeño efectivo de sus respectivas funciones. A. El gobierno debe preparar y promulgar una política de propiedad que defina los objetivos generales de la propiedad del Estado, del rol del Estado en el gobierno corporativo de las EPEs y la forma como va a implementar su política de propiedad. Son a menudo los objetivos múltiples y contradictorios de la propiedad del Estado que llevan ya sea a un comportamiento sumamente pasivo con respecto a sus funciones de propietario, o en caso contrario tiene como resultado una excesiva intervención estatal en temas o decisiones que deberían corresponder a la empresa y sus órganos de gobierno.. Para que el Estado pueda ubicarse claramente como propietario, debe primero aclarar y priorizar sus objetivos, entre los cuales se debe incluir evitar la distorsión del mercado y la rentabilidad, y que deben ser expresados en forma de metas específicas tales como la tasa de rendimiento y la política de dividendos. Entre los objetivos establecidos se deben incluir ventajas comparativas, por ejemplo entre el valor del accionista, el servicio público y hasta la seguridad laboral. El Estado deberá ir más allá de la definición de sus objetivos principales como propietario, indicando sus prioridades y aclarando el manejo de las ventajas comparativas inherentes. De ese modo, el Estado evitará interferir en asuntos operacionales, y respetará la independencia del directorio. Una política de propiedad con términos claros contribuirá a evitar que las EPEs tengan un exceso de autonomía cuando se trate de establecer sus objetivos o definir la naturaleza y el alcance de sus obligaciones como servicio público. Es más, el Estado debe tratar de ser consistente con respecto a su política de propiedad y evitar que los objetivos generales sean modificados en forma frecuente. Una política de propiedad clara, consistente y explícita proporcionará a las EPEs, al mercado y al público en general la debida previsibilidad y clara comprensión de los objetivos del Estado como propietario así como de sus compromisos de largo plazo. Al desarrollar y actualizar la política de propiedad del Estado, los gobiernos deberán hacer un uso apropiado de la consulta pública. La política de propiedad y los objetivos empresariales asociados deberán ser documentos públicos a los que el público en general deberá tener acceso, y deberán ser circulados ampliamente entre los ministerios, los organismos y directorios de las EPEs, los gerentes y los legisladores. Es importante también que los funcionarios respalden la política de propiedad y que los accionistas reunidos en asamblea general, el Directorio y los ejecutivos principales respalden las declaraciones de objetivos de la empresa. B. El Gobierno no debe involucrarse en la gestión de día a día de las EPEs y para ello debe darles amplia autonomía operacional para el logro de los objetivos establecidos. El medio principal de una propiedad del Estado esté activa e informada es una estrategia clara y consistente de propiedad, un proceso estructurado para la designación del directorio y un ejercicio efectivo de los derechos de propiedad establecidos. Deberá evitarse el involucramiento en la gestión diaria de la EPE. La capacidad directiva del propietario o de la entidad coordinadora en la EPE deberá limitarse a los aspectos estratégicos t las políticas. Ello deberá ser informado públicamente especificando las áreas y tipos de decisiones en las cuales el propietario o la entidad coordinadora tienen la capacidad de dar instrucciones. Dentro de estos mismos lineamientos, se fijarán los límites estrictos con respecto a la capacidad de otros organismos públicos para intervenir en el manejo detallado de día a día de las EPEs. C. El Estado debe dejar que los Directorios de las EPEs ejerzan sus obligaciones y respetar su independencia. En la designación y elección de los miembros del Directorio, la entidad propietaria deberá centrarse en la necesidad que los Directorios asuman sus responsabilidades en forma profesional e independiente. Tal como figura en los Principios de la OCED, es importante que para el cumplimiento de sus obligaciones los miembros del Directorio no actúen como representantes ante distintos públicos. La independencia requiere que todos los miembros cumplan sus funciones en forma igualitaria y respeten a todos los accionistas. Excepto en casos que esto sea compatible con la carta de constitución que rige la empresa o los objetivos explícitos de la misma, lo cual significa que los miembros del directorio no deben ser guiados por el aspecto político en el desempeño de sus funciones. Cuando el Estado es el propietario que tiene todo el control, se encuentra en una posición única para designar y elegir al directorio sin el consentimiento de los demás accionistas. Este derecho legítimo está acompañado de un alto grado de responsabilidad para identificar. Designar y elegir a los miembros del directorio. En este proceso y con el fin de minimizar la posibilidad de conflictos de intereses, la entidad propietaria debe evitar elegir a un número excesivo de miembros del directorio que sean servidores públicos. Esto concierne particularmente a las EPEs que son de mediana propiedad del Estado y las EPEs de las industrias competitivas. En algunos países se ha decidido evitar la designación o elección de personas que pertenezcan a la entidad propietaria o sean funcionarios públicos para que participen en el directorio de una EPE. Con esto se trata claramente de evitar cualquier posibilidad intervención directa del gobierno en la gestión de las EPEs limitando así la responsabilidad del Estado con respecto a las decisiones tomadas por los directorios de las EPEs. Los empleados de la entidad propietaria, los profesionales de otras oficinas de la administración o de los grupos políticos podrán ser elegidos para integrar el directorio únicamente en aquellos casos en que cumplan con el nivel de capacidad requerido para todos los miembros del directorio, y si es que en el ejercicio de sus funciones no va a prevalecer una indebida influencia política. Ellos deberán asumir los mismos deberes y responsabilidades al igual que los demás miembros del directorio y cumplir sus funciones a favor de los intereses de la EPE y de todos sus accionistas. Las situaciones para ser descalificados y las situaciones de conflicto deberán ser evaluadas cuidadosamente con la asesoría debida para su manejo y solución. Los profesionales referidos no deberán tener una inherencia excesiva o conflictos de interés conocidos. Esto implica en forma particular que ellos no deberán participar en las decisiones normativas de alguna EPE ni tener obligaciones específicas o restricciones que afecten su desempeño a favor de los intereses de la empresa de modo más general, todos los potenciales conflictos de intereses con respecto a algunos de los miembros del directorio deberán ser informados al directorio, para que éste a su vez informe sobre la forma como han de ser o están siendo manejado dichos casos. Es particularmente necesario aclarar acerca de la respectiva responsabilidad personal o del Estado cuando los funcionarios del Estado son miembros del directorio de una EPE. Los referidos funcionarios deberán informar sobre cualquier propiedad privada que pudieran poseer en la EPE y cumplir con las normas de funcionamiento interno. La entidad coordinadora o propietaria podría preparar normas o un código de ética para los miembros de la entidad propietaria u otros funcionarios públicos que participan en el directorio. Dichas Normas o código de ética deberá indicar como se deberá manejar la información confidencial presentada al Estado por estos miembros del directorio. La dirección en términos de objetivos políticos mayores deberá ser canalizada a través de la entidad coordinadora o propietaria y presentada como objetivos de la empresa y no como una imposición directa a través de la participación del directorio. Los directorios de las EPEs no deberán responder a señalamientos de políticas sin recibir antes la autorización del Congreso o la aprobación por procedimientos específicos. D. El ejercicio de los derechos de propiedad deberá ser identificado claramente dentro de la administración del Estado. Esto podrá facilitarse estableciendo una entidad coordinadora o, más apropiadamente, centralizando la función con respecto a la propiedad. Es fundamental que la función con respecto a la propiedad dentro de la administración del Estado esté claramente definida, ya sea que se ubique en un ministerio central como el Ministerio de Economía y Finanzas o en una entidad administrativa aparte, o dentro de un sector específico en un Ministerio. Para lograr una identificación clara de la función de propiedad, ésta puede estar centralizada en una sola entidad, que sea independiente o esté bajo la autoridad de un ministerio. Este enfoque ayudaría a aclarar la política de propiedad y su orientación respectiva, y aseguraría igualmente una implementación más consistente de dicha política. La centralización de la función de propiedad podría permitir también un fortalecimiento de reunión de capacidades para organizar grupos de expertos en temas fundamentales tales como información financiera o designación de los miembros de los Directorios. De este modo, la centralización puede ser una fuerza principal para el desarrollo de información agregada sobre la propiedad del Estado. Finalmente, la centralización también es una forma efectiva para separara claramente el ejercicio de las funciones de propiedad de otras actividades que desempeña el Estado, en particular la regulación de mercados y la política industrial, tal como se menciona más arriba en la norma I.A. Si la función de propiedad no está centralizada, el requisito mínimo es el de establecer una sólida entidad coordinadora entre los diversos departamentos administrativos involucrados. Esto contribuirá a asegurar que cada EPE tenga un mandato claro y reciba un mensaje coherente en términos de orientación estratégica o para los informes requeridos. La entidad coordinadora armonizará y coordinará las acciones y políticas emprendidas por los diferentes departamentos propietarios en los diversos ministerios. La entidad coordinadora se encargará también de establecer una política general de propiedad, preparando para ello normas específicas y unificará las prácticas entre los diversos ministerios. La centralización de la función de propiedad en una sola entidad probablemente es más concerniente para las EPEs ubicadas en sectores competitivos y nos necesariamente aplicable para aquellas EPEs que están cumpliendo principalmente con objetivos de política pública. Dichas EPEs no constituyen el objetivo principal de estas Normas, y en su caso, los ministerios del sector pueden continuar como las entidades más pertinentes y competentes para ejercer los derechos de propiedad que deben ser imperceptibles entre los objetivos de las políticas de estas EPEs. La centralización de la función de propiedad, no debe dar lugar a la creación de un nuevo y sumamente poderoso ente burocrático. Si la función de propiedad no puede ser manejada por una sola entidad, algunas de las funciones fundamentales podrían sin embargo estar centralizadas a fin de hacer uso específico del conocimiento y asegurar la independencia individual de los ministerios del sector. Un ejemplo de cuando puede ser útil la centralización parcial es el caso de la designación de los miembros del directorio. La identificación clara de la función de propiedad deberá hacerse en los diferentes niveles del Gobierno, dependiendo donde se encuentre ubicada la propiedad, que puede ser a nivel nacional, regional o local. Estas Normas no dan instrucciones para determinar el nivel apropiado de la gestión de la EPE que puede ser dentro de un estado o federación. Simplemente indican, que sin considerar el nivel de autoridad, la función de propiedad deberá ser mejor si está centralizada o coordinada en una sola entidad. Más aún, si existen diversos niveles administrativos de propiedad, se debe buscar que exista armonía en las prácticas de propiedad. Finalmente, la centralización de la función de propiedad no implica la centralización de la propiedad legal. E. La entidad coordinadora o aquella que ejerce la propiedad será responsable ante los órganos representativos tales como el Congreso, y deberá tener una relación claramente definida con los organismos públicos pertinentes, incluyendo las instituciones supremas de auditoría del Estado. La relación de la entidad coordinadora o propietaria con otros órganos de Gobierno deberá ser definida claramente. Varios órganos de gobierno, ministerios o administraciones tienen funciones diferentes frente a las mismas EPEs y es importante que dichas funciones sean aclaradas y explicadas ante el público en general. En particular, la entidad propietaria debe mantener la cooperación y el diálogo permanente con las instituciones supremas de auditoría del Estado responsables de llevar a cabo las auditorías a las EPEs. Deberá apoyar el trabajo de dichas instituciones de auditoría y tomar las medidas adecuadas para responder a los resultados de las auditorías, para lo cual habrá de seguir la Declaración de Normas para Preceptos de Auditoría de INTOSAI Lima. La entidad coordinadora o propietaria también será claramente responsable por la manera en que el Estado cumple su función de propietario. Su responsabilidad directa o indirectamente debe ser ante organismos que representa al público en general, como el Congreso. Su responsabilidad ante la ley debe ser claramente definida, así como su responsabilidad ante las mismas EPEs, que no debe verse diluida en virtud de una relación intermediara de información.. La responsabilidad debe ir más allá de asegurar que el ejercicio de la propiedad no interfiere con las prerrogativas legales con respecto a la política presupuestal. La entidad propietaria deberá informar sobre su propio desempeño en el ejercicio de la propiedad del Estado y en el logro de los objetivos del Estado. En este sentido, debe proporcionar información cuantitativa y confiable tanto al público como a sus representantes sobre la forma como han sido manejadas de acuerdo a los intereses de sus propietarios. Se podría establecer mecanismos específicos tales como comisiones ad hoc o permanentes para mantener el diálogo entre la entidad coordinadora como propietaria y los legisladores. En el caso de las audiencias en el Congreso los aspectos serán tratados con la confidencialidad debida a través de procedimientos especiales como sesiones confidenciales o cerradas. Mientras que este útil procedimiento ha sido generalmente aceptado, la forma, frecuencia y contenido puede diferir de acuerdo a la ley constitucional y las diversas tradiciones y funciones parlamentarias. Los requerimientos de responsabilidad no deberán restringir indebidamente la autonomía de la entidad coordinadora o propietaria en lo que se refiere al cumplimento de sus responsabilidades. Por ejemplo, en casos en los que la entidad coordinadora o propietaria necesita obtener el acuerdo ex ante del cuerpo legislativo debe ser limitado e incluir cambios significativos en toda la política de propiedad, cambios importantes en el tamaño del sector del Estado y transacciones importantes (inversiones o desinversión). En forma más general, la entidad propietaria debe gozar de cierto grado de flexibilidad frente al ministerio responsable sobre la forma en que se organiza y toma decisiones con respecto a los procedimientos y los procesos. Igualmente, la entidad propietaria debería gozar de cierto grado de autonomía presupuestaria que le brinde flexibilidad para contratar, pagar y retener a los expertos que sean necesarios, incluyendo a algunos del sector privado. F. El Estado como propietario activo deberá ejercer sus derechos de propiedad de acuerdo a la estructura legal de cada empresa. Con el fin de evitar una indebida interferencia política o un estado de propiedad pasivo, es importante que la entidad coordinadora o propietaria esté centrada en el ejercicio efectivo de los derechos de propiedad. El Estado como propietario deberá tradicionalmente comportarse como cualquier accionista principal cuando se encuentre en posición de influir en forma significativa en la empresa y ser un accionista informado y activo cuando ocupe un puesto de accionista minoritario. . Debe estar bien asesorado para ejercer sus derechos a fin de proteger su propiedad y optimizar el valor de la misma. Tal como está definido en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, los cuatro derechos básicos de los accionistas son: (i) participar y votar en las reuniones de accionistas; (ii) obtener información pertinente y suficiente sobre la empresa en forma regular y oportuna; (iii) elegir y revocar a los miembros del Directorio; y (iv) aprobar las transacciones extraordinarias. La entidad coordinadora o propietaria deberá ejercer sus derechos amplia y juiciosamente por cuanto ello permitirá que tengan la influencia necesaria en las EPEs sin que signifique interferir en su gestión de día a día. La efectividad y credibilidad en el gobierno y supervisión de la EPE dependerá en gran parte de la habilidad con la cual la entidad propietaria ejercite informadamente sus derechos de accionista y sus funciones de propietario en las EPEs. Una entidad propietaria requiere de competencias únicas y deberá contar con profesionales en temas legales, financieros, económicos y de gestión y con experiencia en responsabilidades fiduciarias. Dichos profesionales deberá entender claramente sus funciones y responsabilidades como funcionarios públicos con respecto a las EPEs. Además, la entidad propietaria deberá ser competente en relación a las obligaciones específicas con respecto a la provisión de servicios públicos que deben asumir algunas de la EPEs que se encuentran bajo su supervisión. La entidad coordinadora o propietaria deberá tener también la posibilidad de poder recurrir a asesorías externas y contratar algunos aspectos dentro de su función de propietario y con el fin de ejercer los derechos de propiedad del Estado en mejor forma. Por ejemplo, pueden contratar especialistas para que lleven a cabo una evaluación, un fiscalización activo, o que voten en su representación cuando sea necesario y apropiado. Sus responsabilidades principales son: 1. Estar representado en las reuniones generales de accionistas y votar de acuerdo a las acciones del Estado. El estado como propietario deberá ejercer su deber fiduciario ejercitando su derecho a voto, o por lo menos explicar si no lo hace así. El Estado no deberá verse en el caso de no haber reaccionado a las propuestas presentadas por las EPEs en las reuniones generales de accionistas. Para que el Estado pueda expresar su opinión sobre los temas presentados para ser aprobados en las reuniones de accionistas, es necesario que la entidad coordinadora o propietaria se organice para poder presentar una opinión informada sobre dichos temas y referirlas a los directorios de las EPEs a través de la reunión general de accionistas. Es importante que se establezcan procedimientos apropiados en las reuniones generales de accionistas. Esto puede lograrse, por ejemplo, identificando claramente que la entidad coordinadora o entidad propietaria representa al accionariado del Estado. 2. Establecer procesos de designación transparentes y bien estructurados en EPEs donde la propiedad es por amplia mayoría o mayoría simple, y participar activamente en la designación de los directorios en todas las EPEs. La entidad coordinadora o propietaria deberá asegurar que las EPEs tengan directorios eficientes que funcionen profesionalmente bien con una amalgama de capacidades para el cumplimiento de sus responsabilidades. Esto significará el tener que establecer un proceso estructurado para la designación del directorio y cumplir una función activa en este proceso. Esto se facilitará si a la entidad propietaria se le da toda la responsabilidad para organizar la participación del Estado en el proceso de designación. La designación de los directorios de las EPEs deberá ser transparente, claramente estructurada y estar basada en una evaluación de la variedad de conocimientos, capacidades y experiencias requeridas. Estos requerimientos de competencia y experiencia será el resultado de una evaluación del directorio respectivo y las demandas consiguientes dentro de la estrategia a largo plazo de la empresa. En estas evaluaciones se deberá tener en cuenta también la función que desempeña el representante de los empleados en el directorio ya sea que esto hay sido requerido por la ley o por acuerdos mutuos. El hecho que las designaciones se hagan sobre la base de requerimientos tan explícitos respecto a competencias y evaluaciones conducirá sin duda a tener directorios más profesionales, responsable y con orientación de negocios. Cuando el estado no es el único propietario, la entidad coordinadora o propietaria deberá consultar con otros accionistas antes de las reunión general de accionistas. Los directorios de las EPEs también podrán hacer recomendaciones a la entidad propietaria sobre la base de los perfiles aprobados para los miembros del directorio, los conocimientos requeridos y las evaluaciones de los miembros del directorio. El establecimiento de comités de designación puede ser de utilidad por cuanto contribuirá a centra la búsqueda de buenos candidatos y la estructuración posterior del proceso de designación. En algunos países, se considera como buena práctica establecer una comisión especializada o “junta pública” para supervisar las designaciones para los directorios de la EPEs. Aun cuando dichas comisiones o juntas públicas solo tienen poder para hacer recomendaciones, en la práctica puede influir grandemente en una mayor independencia y profesionalismo en los directorios de las EPEs. Las designaciones propuestas deberán ser publicadas con anticipación a la reunión general de accionistas, conteniendo información adecuada sobre la formación profesional y especialización de los candidatos respectivos. Podría también ser útil que las entidades propietarias mantengan una base de datos con candidatos calificados, lo cual deberá obtenerse por medio de un proceso competitivo. El uso de agencias profesionales de empleo o de avisos internacionales es otro de los medios para mejorar la calidad del proceso de búsqueda. Estas prácticas contribuirían a ampliar el grupo de candidatos calificados para los directorios de las EPEs, particularmente en términos de expertos del sector y los expertos internacionales. El proceso favorecerá igualmente una mayor diversidad, incluyendo la diversidad de género. 3. Establecimiento de sistemas de presentación de informes que permitan el fiscalización regular y la evaluación del desempeño de la EPE. Para que la entidad coordinadora o propietaria tome decisiones informadas sobre los temas fundamentales de la empresa, deberán asegurarse que reciben oportunamente toda la información necesaria y pertinente. También deberá establecer medios que hagan posible el fiscalización continuo de las actividades de las EPEs y su desempeño. La entidad coordinadora o propietaria deberá asegurar todas la EPEs cuenten con sistemas de presentación de informes, los mismos que deben ofrecer a la entidad coordinadora o propietaria un cuadro verdadero del desempeño de la EPE o de la situación financiera, para que puedan reaccionar a tiempo y ser selectivos en su intervención. La entidad coordinadora o propietaria deberá desarrollar los mecanismos adecuados y seleccionar los métodos de evaluación apropiados para el fiscalización del desempeño de la EPE en relación con los objetivos establecidos. En este sentido puede ayudarse con el desarrollo de un punto de referencia sistemático sobre el desempeño de la EPE con entidades a nivel nacional como extranjero. Este punto de referencia deberá incluir la productividad y el uso eficiente del trabajo, los activos y el capital. Este punto de referencia es particularmente importante para aquellas EPEs en sectores no competitivos. Esto permitiría que las EPEs, la entidad coordinadora o propietaria y el público en general puedan evaluar mejor el desempeño de la EPE y reflejarlo en su propio desarrollo. Un fiscalización efectivo del desempeño de la EPE puede ser facilitado con capacidades adecuadas de responsabilidad y auditoría dentro de la entidad coordinadora o propietaria a fin de asegurar una comunicación apropiada con las contrapartes correspondientes, tanto con las servicios financieros de la EPEs, los auditores externos y los órganos específicos de control del Estado. 4. Cuando el sistema legal y el nivel de propiedad del Estado asi lo permiten, se debe mantener un diálogo continuo con auditores externos y los órganos específicos de control del Estado. Dependiendo de la legislación, la entidad coordinadora o propietaria puede tener derecho a designar y hasta nombrar a los auditores externos. Con respecto a EPEs de propiedad absoluta, la entidad coordinadora o propietaria deberá mantener un diálogo continuo con los auditores externos, así como con los órganos específicos de control del Estado si los hubiera. Este diálogo continuo puede hacerse en forma de un intercambio regular de información, reuniones o debates ad hoc para el caso de problemas específicos. Los auditores externos proporcionarán a la entidad coordinadora o propietaria la opinión externa, independiente y calificada sobre el desempeño de la EPE y la situación financiera. Sin embargo, ese diálogo continúo entre la entidad propietaria y los auditores externos y entidades de control del Estado no serán de responsabilidad del directorio. Cuando las EPEs son ofertadas públicamente o de propiedad parcial, la entidad coordinadora o propietaria deberá respetar los derechos y el tratamiento justo de los accionistas minoritarios. El diálogo con los auditores externos no proporcionará información privilegiada a la entidad coordinadora o propietaria. y se deberá respetar la información privilegiada y confidencial. 5. Asegurar que los esquemas de remuneraciones para los miembros del directorio de la EPE propicien el interés a largo plazo de la empresa y puedan atraer y motivar a profesionales calificados. Existe una fuerte tendencia a que las remuneraciones pagadas a los miembros del directorio se equiparen o acerquen a las prácticas del sector privado. Sin embargo, en la mayoría de los países de la OCED, dicha remuneración está muy por debajo de los niveles de mercado en relación con las capacidades y experiencia requeridas, así como las responsabilidades comprendidas en el ejercicio de dichas funciones. NOTAS EXPLICATIVAS PARA EL CAPITULO III: TRATAMIENTO EQUITATIVO PARA TODOS LOS ACCIONISTAS El Estado y las empresas de propiedad del Estado deberán reconocer los derechos de todos los accionistas y de acuerdo a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED asegurar para ellos un tratamiento equitativo y de acceso igualitario a información de la empresa. Es de interés del Estado asegurar que en todas las empresas donde existe un compromiso con accionistas minoritarios, éstos sean tratados en forma equitativa, por cuanto su prestigio en este sentido va a influir en la capacidad de atraer financiamiento externo y que se valore a la empresa. Por lo tanto, debe asegurarse que los demás accionistas no tengan una percepción del Estado como algo opaco, impredecible y un propietario injusto. Por el contrario, el Estado debe establecerse de por sí como un ejemplo y seguir las mejores prácticas con respecto al tratamiento que se brinda a los accionistas minoritarios. A. La entidad coordinadora o propietaria de las EPEs debe asegurar que todos los accionistas sean tratados en forma equitativa. Cuando una parte del capital de una EPE está en manos de accionistas privados de carácter institucional o individual, el Estado deberá reconocerles sus derechos. Es de interés de la entidad coordinadora o propietaria y de las EPEs mismas referirse a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED en relación con los derechos de los accionistas minoritarios. Los Principios indican que “Los accionistas minoritarios deberán estar protegidos contra acciones abusivas, o el interés directo o indirecto de ejercer control sobre los accionistas, y deberán disponer de medios efectivos para poder revertir dicha situación”. Los Principios prohíben igualmente el comercio interno y el auto tratamiento abusivo. Finalmente las NOTAS EXPLICATIVAS de los Principios de la OCED sugieren derechos preconizados y mayorías calificadas para ciertas decisiones de los accionistas como un medio ex-ante de protección a los accionistas minoritarios. El Estado como accionista principal, es en muchos casos capaz de tomar decisiones en las reuniones generales de accionistas sin el acuerdo de todos los demás accionistas. El Estado está por lo general en posición de decidir la composición del directorio. Mientras que dicha decisión frente al poder es un legitimo derecho de acuerdo a la propiedad, es importante que el Estado no abuse de su función como accionista principal, por ejemplo estableciendo objetivos que no son del interés de la empresa y por lo tanto va en detrimento de los demás accionistas. El abuso puede producirse a través de inapropiadas transacciones de partido, decisiones de negocios con sesgo propio o cambios en la estructura de capital para favorecer a los accionistas que ejercen el control. Las medidas que pueden tomarse incluyen una mayor apertura, un deber de lealtad de los miembros del directorio así como mayorías calificadas para determinadas decisiones de los accionistas. La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar normas con respecto al trato equitativo para los accionistas minoritarios. Deberá asegurar que las EPEs individuales, y en especial sus directorios, estén ampliamente conscientes de la importancia de la relación con accionistas minoritarios y participen activamente para que ésta sea mejor. Como se indica en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, el potencial de abuso está señalado por lo que permite el sistema legal y que es aceptado por el mercado, accionistas controladores para que ejerzan un nivel de control que no corresponde al nivel de riesgo que ellos asumen como propietarios a través del uso de mecanismos legales para que los accionistas sean retirados del control. Por ello, los Gobiernos deberán, en lo posible, limitar el uso de Acciones Doradas y hacer conocer los acuerdos de los accionistas y las estructuras de capital que permitan a un accionista ejercer un nivel de control sobre la empresa que no está en proporción con la equidad de los accionistas sobre la propiedad de la empresa. B. Las EPEs deberán mantener un elevado nivel de transparencia con respecto a todos los accionistas. Una condición fundamental para proteger a la minoría y a otros accionistas es asegurar un elevado nivel de transparencia. Los Principios de Gobierno Corporativo de la OECD indican “apoyar la entrega simultánea de información a todos los accionistas a fin de asegurarles un tratamiento equitativo. Para mantener una estrecha relación con los inversionistas y los participantes del mercado, las empresas deben tener cuidado en no violar este principio fundamental de tratamiento equitativo”. Tanto los accionistas mayoritarios como todos los accionistas deberán tener acceso a toda la información necesaria para de ese modo poder tomar decisiones con conocimiento de causa. Mientras tanto, los accionistas principales, incluyendo la entidad coordinadora o propietaria, no debe hacer uso abusivo de la información que puedan obtener como accionistas de control o miembros del directorio. Para las EPEs que no figuran en la lista, otros accionistas están por lo general bien identificados y a menudo tienen acceso privilegiado a la información, por ejemplo a través de los miembros del directorio. Sin embargo, cualquiera que fuera la calidad y amplitud del marco legal y normativo con respecto a la información, la entidad coordinadora o propietaria deberá asegurar que en todas las empresas donde el Estado es accionista se implementen mecanismos y procedimientos que garanticen el acceso fácil y equitativo a la información para todos los accionistas. Se deberá hacer de conocimiento público todos los acuerdos de los accionistas, incluyendo acuerdos de información que involucran a miembros del directorio. C. Las EPEs deberán desarrollar una política activa de comunicación y de consulta con todos los accionistas. Las EPEs, e inclusive cualquier empresa en que el Estado sea accionista minoritario, deberá identificar a sus accionistas y mantenerlos debidamente informados en forma oportuna y sistemática sobre los eventos materiales y las próximas reuniones de accionistas. También deberá proporcionar suficiente información de antecedentes sobre aspectos que estarán por ser decididos. Es responsabilidad de los directorios de las EPEs asegurar que la empresa cumple sus obligaciones en términos de información a los accionistas. Al hacerlo, las EPEs estarán aplicando no sólo el marco legal y normativo existente, pero serán alentadas a ir más allá cuando sea necesario crear credibilidad y confianza. Cuando sea posible, una consulta activa con los accionistas minoritarios ayudará a mejorar el proceso de toma de decisiones y la aceptación de decisiones fundamentales. D. Deberá facilitarse la participación de los accionistas minoritarios en las reuniones de accionistas a fin que puedan tomar parte en las decisiones fundamentales de la empresa, como es la elección del directorio. Los accionistas minoritarios estarán preocupados sobre las decisiones que se toman fuera de las reuniones de accionistas y de las reuniones de directorio. Esta es una legítima preocupación para las empresas que figuran en la lista y que tienen un accionariado significativo o de control, pero también puede ser un tema de preocupación allí donde el Estado es el principal accionista. Sería apropiado que el Estado como propietario reitere a los accionistas minoritarios la seguridad de que se está tomando en cuenta sus intereses. Como se subraya en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, el derecho a participar en las reuniones generales de accionistas es un derecho fundamental del accionista. Para alentar a los accionistas minoritarios a que participen en las reuniones generales de accionistas de las EPEs y facilitar el ejercicio de sus derechos, las EPEs deberán adoptar mecanismos específicos dentro de la misma tónica como aquellos recomendados en los Principios de la OCED para las empresas que figuran en la lista. Dichos mecanismos pueden incluir que se facilite el voto en ausencia o se desarrolle el uso de medios electrónicos como una opción para reducir el costo de la participación. Más aún, el papel del empleado que participa en las reuniones generales de accionistas podría ser facilitado, por ejemplo, recogiendo votos en representación entre los empleados accionistas. Es importante que cualquier mecanismo especial para proteger a los accionistas minoritarios no contradiga en aspecto alguno el concepto de tratamiento equitativo. No se deberá evitar que el estado como accionista mayoritario ejerza su legítima influencia en la toma de decisiones, ni tampoco se deberá permitir que los accionistas minoritarios detengan el proceso para la toma de decisiones. NOTAS EXPLICATIVAS SOBRE EL CAPÍTULO IV: LAS RELACIONES CON LOS ACTORES La política accionarial del Estado debe tomar plenamente en cuenta las responsabilidades de las empresas de su propiedad ante los actores, y obligar las mismas a rendir cuenta de sus relaciones con éstos. En algunos países miembros de la OCED, el estatuto jurídico, determinados reglamentos o convenios/contratos mutuos conceden a determinados actores derechos específicos en el seno de las ESE. Algunas ESE inclusive se caracterizan por estructuras de gobernanza particulares en cuanto a los derechos concedidos a los actores, estructuras consistentes, principalmente, en la representación de los empleados en el seno del directorio o en otros derechos a ser consultados o participar en el proceso de toma de decisiones, concedidos a los representantes de los empleados o las organizaciones de consumidores, por ejemplo a través de consejos consultivos. Las ESE deben reconocer la importancia de las relaciones con los actores para la construcción de empresas sostenibles y financieramente sanas. Las relaciones con los actores reviste particular importancia para las ESE en cuanto pueden ser determinantes para el cumplimiento de sus obligaciones de servicio de interés general, de haberlas, y por cuanto las ESE pueden producir, en algunos sectores infraestructurales, un impacto determinante en el potencial de desarrollo económico y en las comunidades en las que se encuentran actuando. Además, algunos inversionistas tienden cada vez más a tomar en cuenta los temas concernientes a los actores en sus decisiones de inversión, y a evaluar los riesgos de controversia judicial vinculados con tales cuestiones. Es por lo tanto importante que tanto la entidad coordinadora o propietaria como la ESE reconozcan los efectos que una política activa para con los actores puede producir en las ambiciones estratégicas de largo plazo y en la reputación de la empresa, lo cual significa que conviene que desarrollen y publiciten adecuadamente políticas claras sobre la materia. Por otra parte, los poderes públicos no deben utilizar a las ESE para promover finalidades diferentes de aquellas propias del sector privados, excepto disponiendo simultáneamente medidas compensatorias de alguna clase. Toda concesión a los actores de derechos específico o de capacidad de influir en el proceso de toma de decisiones debe ser explícita. Ningún derecho específico concedido a los actores por mandato de la ley y ninguna obligación especial que una ESE deba acatar al respecto han de afectar los poderes de toma de decisión de los órganos de gobierno de la empresa, a saber, principalmente, de la junta general de accionistas y el directorio. A. Los poderes públicos, la entidad coordinadora o propietaria y las mismas ESE deben ellos mismos reconocer y respetar los derechos de los actores definidos por la ley o por acuerdos mutuos, y hacer referencia a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED en lo tocante a este tema. En su calidad de accionista dominante, el Estado puede controlar el proceso corporativo de toma de decisiones e tener el poder de tomar decisiones perjudiciales para los intereses de los actores. Por lo tanto, es importante establecer mecanismos y procedimientos para proteger los derechos de los actores. La entidad coordinadora o propietaria debe tener una política clara en este aspecto. Por su parte, las ESE deben respetar a cabalidad los derechos de los actores reconocidos por las leyes, los reglamentos y acuerdos mutuos, manteniendo en este aspecto un comportamiento análogo al de las sociedades privadas con presencia bursátil, y utilizando los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED como instrumento de referencia en lo tocante a las relaciones con los actores. La implementación de los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED implica reconocer plenamente el aporte de los diferentes actores y constituye un aliciente para que éstos cooperen en forma activa y productora de riqueza. Para tal fin, las ESE deben procurar que los actores tengan acceso oportuno y regular a una información pertinente, suficiente y confiable para poder ejercer sus derechos. Los actores deben tener acceso a los medios de tutela jurídica de sus derechos. Además, los empleados deben poder comunicar al directorio libremente sus preocupaciones por prácticas ilegales o contrarias a la ética, sin que ello afecte sus derechos. Conviene permitir el desarrollo de mecanismos de participación de los empleados con la finalidad de mejorar su rendimiento cuando ello se considere útil habida cuenta de la importancia de las relaciones con los actores en una ESE dada. Sin embargo, a la hora de decidir la conveniencia y los alcances de dichos mecanismos, el Estado debe considerar cuidadosamente las dificultades inherentes a la transformación de derechos adquiridos en mecanismos eficaces de mejora del rendimiento. B. Las ESE grandes o con presencia bursátil, así como aquellas que persiguen importantes objetivos de política pública, deben dar cuenta de sus relaciones con los actores. Cada vez más, las buenas prácticas requieren de las sociedades con presencia bursátil que rindan cuentas sobre las cuestiones que atañen a los actores, pues de esta manera demuestran su voluntad de operar con mayor transparencia y su compromiso de cooperación con los actores. A su vez, esto promueve la confianza y mejora la reputación de la empresa. Por consiguiente, las ESE grandes o con presencia bursátil deben comunicar con los inversionistas, los actores y el público en general sobre sus políticas en lo concerniente a los actores, e informar sobre su efectiva implementación. Esto vale también para cualquier ESE que persiga importantes objetivos de política pública o que tenga obligaciones de servicios de interés general, siempre teniendo debidamente en cuenta los costos involucrados en relación con su tamaño. Los informes sobre las relaciones con los actores deben comprender informaciones sobre las políticas sociales y ambientales, siempre que la ESE en cuestión tenga objetivos específicos al respecto. Para tal finalidad, pueden hacer referencia a las prácticas óptimas y ceñirse a las directrices desarrolladas a lo largo de los últimos años sobre transparencia corporativa en razón de responsabilidad social y ambiental. Podría también ser conveniente, en aras de la credibilidad, que las ESE sometan sus informes sobre las relaciones con los actores a una verificación independiente. La entidad coordinadora o propietaria puede ella misma reforzar la comunicación de informaciones sobre las cuestiones relacionadas con los actores tanto estableciendo una política clara como, de ser posible, dando difusión a datos agregados para el público general. C. El directorio de una ESE debe tener la obligación de desarrollar, implementar y dar a conocer programas de cumplimiento de sus códigos éticos internos. Dichos códigos deben basarse en las normas nacionales vigentes, conformarse a los compromisos internacionales y aplicarse tanto a la empresa como a sus subsidiarias. Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED recomiendan que los directorios se rijan por normas éticas rigurosas. Ello corresponde al interés de largo plazo de cualquier empresa, en cuanto constituye un medio para hacerla creíble y digna de confianza tanto en la actividad cuotidiana como en sus compromisos de largo plazo. Una ESE puede verse sometida a presiones adicionales para que deje de ceñirse a normas éticas rigurosas en razón de la interacción entre las consideraciones comerciales y aquellas de política pública. Mas aun, al desempeñar las ESE un papel a veces muy importante en marcar la pauta para el mundo de los negocios de un país, el respeto por su parte de normas éticas rigurosas es realmente importante. Tanto las ESE como sus directivos deben ceñirse en su conducta a principios éticos rigurosos. Las ESE deben dotarse de códigos internos de conducta que las comprometan a cumplir con las normas vigentes en su país y a acatar los códigos de comportamiento más generales. Por lo tanto, deben comprometerse a cumplir con las directrices de la OCED para las empresas multinacionales, que han sido adoptadas por todos los Estados miembros de la OCED y reflejan los cuatro principios contenidos en la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y en la Convención de la OCED contra la corrupción. Los códigos éticos deben aplicarse al conjunto de las ESE y sus subsidiarias. El código ético debe brindar una orientación clara y detallada sobre la conducta que se espera de todos los empleados, y deben establecerse programas de vigilancia del cumplimiento. Se considera buena práctica elaborar dichos códigos en un marco participativo que permita involucrar a todos los empleados y demás actores interesados. Dichos códigos deben, además, contar con el pleno apoyo y ser implementados por el directorio y los directivos de la empresa. El código de ética debe comprender indicaciones sobre los procesos de adquisiciones y contemplar mecanismos específicos que protejan y alienten a los actores en general, y los empleados en particular, a denunciar episodios de conducta ilegal o contraria a la ética por parte de los directivos de la empresa. Al respecto, las entidades propietarias deben asegurarse que las ESE sujetas a su responsabilidad creen mecanismos eficaces de protección en caso de quejas presentadas por sus empleados ya sea personalmente o a través de sus instancias de representación, o por personas ajenas a la empresa. Los directorios de las ESE pueden conceder a los empleados o a sus representantes un acceso directo confidencial a un miembro independiente del directorio, o a un ombudsman dentro de la empresa. Por otra parte, el código de ética debe prever, asimismo, medidas disciplinarias en caso de denuncias infundadas, hechas de mala fe, carentes de propósito o de fundamento o maliciosas. NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPÍTULO V: TRANSPARENCIA E INFORMACIÓN Las empresas de propiedad del Estado deben regirse por normas de transparencia muy altas, de acuerdo con los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED. A. La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar información consistente y global sobre las empresas de propiedad del Estado y publicar un informe anual sobre las EPEs. Las entidades coordinadoras o propietarias deberán desarrollar un sistema de información global que cubra todas las EPEs y convertirlo en una herramienta fundamental de información, dirigida al público en general, al Congreso y a los medios. Este sistema de información debe desarrollarse de tal manera que brinde a todos los lectores un panorama claro del desempeño y evolución general de las EPEs. Además, la información global es fundamental para la entidad coordinadora o propietaria que de ese modo podrá profundizar su conocimiento del desempeño de la EPE y aclarar su propia política. El sistema de información global debe producir un informe global anualizado emitido por el Estado. Este informe global debe centrarse primordialmente en el desempeño financiero y el valor de las EPEs. Debe proporcionar por lo menos una indicación del valor total de la cartera del Estado. También debe incluir una declaración general sobre la política de propiedad del Estado e información sobre cómo ha sido implementada dicha política. Asimismo, debe proporcionarse información sobre la organización de la función de propiedad, así como un panorama de la evolución de las EPEs, información financiera global e información sobre cambios en los directorios de las EPEs. El informe global debe mostrar los principales indicadores financieros, incluyendo el volumen de ventas, utilidades, flujo de caja proveniente de operaciones, inversiones brutas, retorno de capital, el ratio patrimonio / activos y los dividendos. Igualmente, debe proporcionar información sobre los métodos utilizados para agrupar los datos. El reporte global también podría incluir información individual sobre las EPEs más importantes. Es necesario destacar que la información global no debe duplicar sino complementar los requisitos de información existentes, como por ejemplo, los informes anuales al Congreso. Algunas entidades de propiedad podrían apuntar a publicar únicamente informes globales “parciales”; es decir, que cubran las EPEs activas en sectores comparables. Finalmente, la publicación semestral de los informes globales podría mejorar más aún la transparencia en las propiedades del Estado. En algunos países ha resultado de gran utilidad para la entidad coordinadora o propietaria, el desarrollar una página web, lo que permite al público en general acceder fácilmente a la información. Estas páginas web pueden brindar información tanto sobre la organización de la función de propiedad y la política general de propiedad, como información acerca de las dimensiones, evolución, desempeño y valor del sector estatal. B. Las EPEs deberán desarrollar procedimientos de auditoría interna eficientes y establecer una función de auditoría interna que esté supervisada y bajo el control directo del directorio y del comité de auditoría o del órgano equivalente en la empresa. Así como en las grandes empresas públicas, es necesario que las grandes EPEs cuenten con un sistema de auditoría interna. “La auditoría interna es una actividad independiente, de consultoría y garantía de objetividad, diseñada para añadir valor y mejorar las operaciones de una organización. Contribuye a que la organización logre cumplir con sus objetivos, proporcionándole un enfoque sistemático y disciplinado para evaluar y mejorar la efectividad en los procesos de gestión de riesgo, control y dirección”3. Son de gran importancia los auditores internos para garantizar un proceso informativo eficiente y sólido y controles internos apropiados en el sentido más amplio. Deben definir los procedimientos para reunir, recopilar y presentar información con el 3 Definición del Instituto de Auditores Internos (http://www.theiia.org) detalle suficiente. Asimismo, deben asegurarse que se implementen adecuadamente los procedimientos de la empresa y deben poder garantizar la calidad de la información que la empresa brinda. Para incrementar su independencia y autoridad, los auditores internos deben trabajar en nombre y a las órdenes directas del directorio y de su comité de auditoria, en sistemas de un solo nivel, de la junta de supervisora en sistemas de dos niveles o las juntas de auditoria, en el caso que existieran. Deben contar con acceso irrestricto al Presidente del Directorio, así como a todos los miembros del directorio y del comité de auditoria. La información que ellos brindan es importante para que el directorio pueda evaluar las operaciones y desempeño real de la empresa. Deben alentarse las consultas entre los auditores externos e internos. Finalmente, se recomienda, como buena práctica, que se incluya en los estados financieros un informe de control interno que describa la estructura de control interno y los procedimientos de información financiera. C. Las EPEs, en especial las más grandes, deberán estar sujetas a una auditoría anual externa e independiente basada en los estándares internacionales. La existencia de procedimientos específicos de control del Estado no reemplaza a la auditoría externa independiente. Las EPEs no necesariamente requieren ser auditadas por empresas externas de auditores independientes. Esto se debe a menudo a que existen sistemas específicos de auditoria y control del Estado, que son considerados suficientes para garantizar la calidad y la cobertura detallada de la información contable. Estos controles financieros son ejecutados tradicionalmente por entidades especializadas del Estado o entidades “supremas” de auditoría, que pueden inspeccionar tanto a las EPEs como a la entidad coordinadora o propietaria. En muchos casos asisten también a las reuniones de directorio y con frecuencia informan directamente al Congreso sobre el desempeño de las EPEs. Sin embargo, estos controles específicos están diseñados para fiscalizar el uso de los fondos públicos y los recursos presupuéstales, pero no todas las operaciones que realice la EPE. Para reforzar la confianza en la información proporcionada, el Estado deberá solicitar que además de la auditoría especial del Estado, por los menos todas las EPEs grandes deberán estar sujetas a auditorías externas que se llevarían a cabo de acuerdo a los estándares internacionales. Se deberá elaborar procedimientos adecuados para seleccionar a los auditores externos y es fundamental que no tengan relación con la administración ni con los mayores accionistas., es decir, el Estado en el caso de las EPEs. Más aún, los auditores externos deberán estar sujetos a los mismos criterios de independencia como en el caso de las empresas del sector privado. Esto por lo general incluye límites en la provisión de servicios de consultoría u otros servicios que no sean de auditoría, así como la rotación periódica de auditores asociados o empresas de auditoría. D. Las EPEs deben estar sujetas a la misma alta calidad de normas contables y de auditoría como las empresas que figuran en la lista. Las EPEs grandes o las que figuran en la lista deberán proporcionar información financiera y no financiera de acuerdo a la alta calidad de los estándares reconocidos internacionalmente. En el interés del público en general, las EPEs deberán ser tan transparentes como las sociedades mercantiles públicas. Sin considerar su condición legal y aun que no figuren en la lista, todas las EPEs deberán informar de acuerdo a los estándares de mejores prácticas contables y de auditoría. Todas las EPEs deberán proporcionar información financiera y no financiera, y las más grandes que figuran en la lista deberán hacerlo al estándar de alta calidad reconocido internacionalmente. Esto implica que los miembros del directorio de la EPE firman los informes financieros y que los Directores Ejecutivos y los Directores de Fiscalización certifican que los referidos informes son apropiados en todos los aspectos materiales y presentan en forma honesta las operaciones y la situación financiera de la EPE. En lo posible, se deberá llevar a cabo un análisis de costo beneficio para determinar cual de las EPEs deberá ser sometida al estándar de alta calidad reconocido internacionalmente. Este análisis deberá tener cuenta que la solicitud de información requerida es tanto un incentivo como un medio para que el directorio y la administración desempeñen sus funciones profesionalmente. Las EPEs’s de un tamaño determinado podrían quedar excluidas, siempre que no impliquen objetivos públicos importantes. Dichas excepciones podrán ser decididas sólo sobre una base pragmática y puede variar de acuerdo al país, a los sectores industriales y a la dimensión del sector del Estado. Un alto nivel de información es también de valor para las EPEs que persiguen importante objetivos de políticas públicas. Esto es particularmente importante cuando tienen un impacto significativo en el presupuesto del Estado, en los riesgo que afronta el Estado, o cuando tienen un impacto global más societario. En Estados Unidos, por ejemplo, las empresas que tienen derecho a recibir subsidios del Estado para cumplir servicios de interés general, deben llevar cuentas separadas para estas actividades. E. Las EPEs deben proporcionar información sobre todos los temas descritos en los Principios de Gobierno Corporativo del OCED y además sobre aspectos de incumbencia significativa para el Estado como propietario y para el público en general. Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED cuales deben ser los elementos principales sobre los que debe informar una empresa pública. Las EPEs deberán cumplir por lo menos con estos requerimientos, incluyendo los resultados financieros y operacionales, las políticas de remuneraciones, las transacciones con partes relacionadas, las estructuras de gobierno y las políticas de gobierno. Las EPEs deben informa si es que siguen al código de gobierno corporativo y, de ser así, indicar cual. Con relación a las remuneraciones de los miembros del directorio y de los ejecutivos principales, se considera buena práctica hacerlo sobre una base individual. La información deberá incluir las provisiones para cese y retiro, así como cualquier servicio específico o remuneración en especie proporcionada a los miembros del directorio. Las EPEs deberán estar particularmente atentas a mejorar la transparencia en las áreas siguientes: Los Ejemplos sobre dicha información incluyen: 1. Una declaración clara para el público sobre los objetivos de la empresa y el cumplimiento de los mismos. Es importante que cada EPE tenga claros sus objetivos generales. Aparte del sistema de fiscalización existente se deberá identificar un grupo limitado de objetivos generales básicos junto con información sobre la forma como la empresa está manejando la concesión recíproca de objetivos que podrían estar en conflicto. Cuando el Estado es un accionario mayoritario o controla efectivamente la EPE, los objetivos de la empresa deberán estar claros para todos los inversionistas, el mercado y el público en general. Dichas obligaciones alentarán a los funcionarios de la empresa para que aclaren los objetivos para ellos mismos y podría igualmente aumentar el compromiso de la administración para el logro de dichos objetivos. Proporcionará un punto de referencia para todos los accionistas, el mercado y el público en general para tener en cuenta la estrategia adoptada y las decisiones tomadas por la administración. Las EPEs deberán informar sobre la forma como han cumplido con sus objetivos proporcionando para ello indicadores de desempeño que son fundamentales. Cuando la EPE ha sido utilizada para objetivos de política pública, también se deberá informar sobre la forma como fueron logrados dichos objetivos. 2. La estructura electoral y de propiedad de la empresa Es importante que las estructuras electorales y de propiedad de las EPEs sean transparentes de modo que todos los accionistas tengan una comprensión clara de su parte en el flujo de caja y sus derechos de voto. También debe estar claro quien retiene la propiedad legal de las acciones del Estado y donde se ubica la responsabilidad para ejercer los derechos de propiedad del Estado. Se deberá informar también sobre cualquier otro derecho especial o acuerdo que distorsione la estructura de propiedad o de control de la EPE, tales como acciones doradas y poder de veto. 3. Factores de riesgos materiales y medidas tomadas para manejar dichos riesgos Surgen serias dificultades cuando las EPEs emprenden estrategias ambiciosas sin identificar claramente, evaluar o informar debidamente sobre los riesgos implicados. La información sobre los factores de riesgos materiales es particularmente importante cuando las EPEs operan en industrias recientemente liberalizadas y cada vez más internacionalizadas donde deben afrontar una serie de nuevos riesgos en aspectos políticos, operacionales o de tasas de tipo de cambio. Sin información adecuada sobre factores de riesgo materiales, las EPEs pueden proporcionar una representación falsa sobre su situación y desempeño general. Ello a su vez puede conducir a inapropiadas decisiones estratégicas e inesperadas pérdidas financieras. Una información apropiada por parte de las EPEs sobre la naturaleza y alcance de riesgo incurrido en sus operaciones requiere el establecimiento de sistemas sólidos de gestión interna para identificar, manejar controlar e informar sobre los riesgos. Las EPEs deberán informar de acuerdo a los nuevos y evolucionados estándares y sobre el balance de todos los activos y pasivos. Cuando sea necesario, dicha información deberá incluir las estrategias para el manejo de riesgos así como los sistemas implementados. Las empresas que trabajan en industrias de extracción deberán informar sobre sus reservas de acuerdo a las mejores prácticas correspondientes por cuanto ello puede ser un elemento fundamental de su valor y del perfil de de riesgo. Se deberá informar también sobre las Alianzas Públicas Privadas. Dichas empresas de riesgo se caracterizan a menudo por las transferencias de riesgos, de recursos y recompensas entre asociados públicos y privados para proporcionar servicios públicos o infraestructura pública y pueden por lo tanto inducir a nuevos y específicos riesgos materiales. 4. Cualquier ayuda financiera, incluyendo garantías, recibidas del Estado y los compromisos establecidos a nombre de la EPE. Para ofrecer un cuadro más justo y completo de la situación financiera de una EPE, es necesario que los mecanismos de obligaciones mutuas, asistencia financiera, o riesgos compartidos entre las EPEs y el Estado sean debidamente informados. La información deberá incluir detalles sobre cualquier donación o subsidio por parte del Estado para las operaciones, así como de cualquier compromiso que el Estado asuma a favor de una EPE. La información sobre las garantías podrá ser proporcionada por la EPE misma o por el Estado. Se considera como buena práctica que los Parlamentarios monitoreen las garantías del Estado a fin de que se respeten los procedimientos presupuéstales. 5. Cualquier transacción material entre entidades Las transacciones que se realizan entre EPEs y empresas relacionadas, tal como una inversión accionaria de una EPE en otra EPE, pueda dar lugar a un abuso potencial y deberá ser informada. Los informes de transacciones con entidades relacionadas deberán proporcionar toda la información necesaria para evaluar la forma justa y apropiada en que se han llevado a cabo dichas transacciones. NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPÍTULO VI: RESPONSABILIDADES DE LOS DIRECTORIOS DE EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO Los directorios de empresas de propiedad del Estado deben tener la autoridad, competencia y objetividad necesarias para realizar sus funciones de orientación estratégica y fiscalizadora de su gestión. Deberán actuar con integridad siendo responsables de sus acciones. En muchos países, los directorios de las EPEs tienden a ser demasiado grandes y carecer de perspectiva comercial y criterio independiente. Pueden tener un número excesivo de miembros provenientes de la administración del estado. Más aún, puede ocurrir que no se les haya conferido todas las responsabilidades correspondientes a un directorio y, por lo tanto, ser invalidados por la administración superior y por las mismas entidades propietarias y sus funciones duplicadas por los órganos estatales reguladores respectivos en algunas áreas. Potenciar y mejorar la calidad de los directorios de las EPEs es un paso fundamental para mejorar el gobierno corporativo de las EPEs. Es importante que las EPEs cuenten con directorios fuertes que puedan actuar en el interés de la empresa y fiscalizar eficazmente su administración sin interferencia política indebida. Con este fin, sería necesario asegurar la competencia de los directorios de las EPEs, mejorando su independencia y perfeccionando la manera en que operan. Es también necesario conferirles responsabilidades claras y completas de sus funciones y asegurarse de que actúan con integridad. A. Se debe asignar a los directorios de las EPEs un mandato claro y la máxima responsabilidad por la gestión de la empresa. El directorio debe ser totalmente responsable frente a los propietarios, actuar en el mejor interés de la empresa y tratar a todos sus accionistas de manera equitativa. En principio, los directorios de las EPEs deben tener las mismas responsabilidades señaladas en las leyes de sociedades. Sin embargo, en la práctica puede reducirse la responsabilidad de los miembros de los directorios, en especial, en las que los nombramientos los hace el estado. Las responsabilidades de los directorios de las EPEs deben estar articuladas en las legislaciones y reglamentos pertinentes, la política gubernamental de la propiedad y las constituciones de las empresas. Es de fundamental importancia y debe enfatizarse que los miembros de los directorios tienen la obligación legal de actuar en el mejor interés de la empresa con un trato equitativo para todos sus accionistas. La responsabilidad legal colectiva e individual de los miembros del directorio debe estar expresada con claridad. No deben existir diferencias entre las responsabilidades de los miembros de los directorios, tanto de miembros designados por el estado o cualquiera de los accionistas o actores participantes. La capacitación debe ser necesaria para informar a los miembros de los directorios de las EPEs sobre sus responsabilidades y obligaciones. Para promover la responsabilidad del directorio y para que funcione con la eficacia requerida, se deben observar las mejores prácticas del sector privado y limitar su tamaño. La experiencia indica que los directorios de menor tamaño permiten debates estratégicos y son menos propensos a actuar burocráticamente. Para subrayar las responsabilidades del directorio, las Memorias del Directorio deben presentarse con los estados anuales y sometidos a auditorías externas. Las Memorias del Directorio deben proporcionar información y comentarios acerca de la organización, los resultados financieros, factores de riesgo material, acontecimientos de importancia, relaciones con los accionistas y los efectos de las directivas de la entidad coordinadora o propietaria. B. Los directorios de las EPEs deben realizar su función de fiscalización de la gestión y de orientación estratégica de acuerdo a los objetivos establecidos por el Gobierno y la entidad propietaria. Deben tener el poder de nombrar y destituir a los presidentes ejecutivos (CEO). En muchos casos, no se le confiere a las EPEs la responsabilidad total y la autoridad requerida desempeñar sus funciones de orientación estratégica, de fiscalizar la gestión y controlar la divulgación de la situación de la empresa. Las funciones y responsabilidades de los directorios de las EPEs pueden verse entorpecidas tanto por las entidades propietarias como por la administración. La entidad coordinadora o propietaria, o en su defecto, el mismo gobierno pueden estar tentados a intervenir en problemas estratégicos, aunque su responsabilidad sea definir los objetivos generales de la empresa, en especial, desde que la diferencia entre definir objetivos y establecer estrategias puede no ser algo muy claro. Los directorios de las EPEs pueden también encontrar dificultades en la fiscalización de la gestión, puesto que no siempre tienen la legitimidad, o incluso la autoridad para hacerlo. Más aún, en algunos países, existe una relación estrecha entre la administración y la función de la propiedad o directamente con el gobierno. Los CEOs de las EPEs tienden a informar a los que tienen la propiedad o al gobierno de manera directa pasando, por lo tanto, por encima del directorio. Con el objeto de cumplir con su función en forma activa los directorios de las EPEs deben (i) formular, fiscalizar y revisar la estrategia de la empresa dentro del marco de los objetivos corporativos; (ii) establecer indicadores adecuados de la gestión y determinar los riesgos principales; (iii) fiscalizar los procesos de divulgación y comunicación, asegurando que los estados financieros presenten en forma imparcial la situación de la empresa y reflejen los riesgos incurridos; (iv) evaluar y supervisar la gestión de la administración; y (v) desarrollar en forma efectiva los planes de sucesión de los ejecutivos principales. Una función principal de los directorios de las EPEs debe ser el nombramiento y destitución de los presidentes ejecutivos (CEO). Sin esta autoridad, es difícil que los directorios de las EPEs puedan ejercer plenamente su función de fiscalización y sentirse responsables por su gestión. En algunos casos, esto puede realizarse con la entidad propietaria o en consulta con ella. En algunos países, el propietario de una empresa puede nombrar en forma directa al presidente ejecutivo, posibilidad que también existe en el caso de las EPEs. Esto puede ocurrir también cuando el estado es el propietario principal en las EPEs que tienen por objeto la prestación de importantes servicios públicos. Para asegurar el mantenimiento de la integridad del directorio, la buena práctica requeriría consultar los nombramientos con el directorio. Al margen de este procedimiento, los nombramientos deben basarse en criterios profesionales. Las normas y procedimientos para la fiscalización y nombramiento del presidente ejecutivo deben ser transparentes y respetar la línea sucesiva de responsabilidad entre el presidente ejecutivo, el directorio y la entidad propietaria. Debe darse a conocer todo acuerdo de los accionistas con respecto al del nombramiento del presidente ejecutivo. Como resultado de su obligación de evaluar y supervisar la gestión de la administración, los directorios de las EPEs deben tener también un peso decisivo sobre la compensación de su presidente ejecutivo. Deben asegurar que la remuneración del presidente ejecutivo sea adecuada a su gestión y de conocimiento público. C. Los directorios de las EPEs deben estar conformados de manera que puedan hacer uso de criterios objetivos e independientes. La buena práctica requiere que la designación del presidencia del directorio y el presidente ejecutivo recaiga en diferentes personas. Un prerrequisito central en el poder que se le confiere a los directorios de las EPEs es que sean estructurados de manera que puedan hacer uso eficaz de criterios objetivos e independientes, que estén en posición de fiscalizar la administración superior y adoptar decisiones estratégicas. Como se subraya en los Principios, "con el objeto de ejercer sus deberes de fiscalización de la gestión de la administración, previniendo conflictos de interés y equilibrando las demandas de competencia de la empresa, es esencial que el directorio pueda hacer uso de criterios objetivos." Todos los miembros del directorio deben ser nombrados mediante un proceso transparente y debe establecerse con claridad que su deber es actuar en el mejor interés de la empresa en general. No deben actuar como representantes individuales de las entidades que los nombraron. Los directorios de las EPEs debe estar también protegidos contra toda interferencia política indebida y directa que pudiera distraerlos de su concentración en el cumplimiento con los objetivos acordados por el gobierno y la entidad propietaria. Un requisito central para mejorar la objetividad de los directorios de las EPEs es nombrar directorios con el número suficiente de miembros competentes no ejecutivos capaces de ejercer un criterio independiente. Estos miembros del directorio deben tener la competencia y experiencia necesarias y es aconsejable que provengan del sector privado. Esto contribuiría a que los directorios tengan una orientación comercial, en especial, en el caso de las EPEs que operan en mercados competitivos. Su experiencia puede comprender calificaciones relacionadas con las obligaciones y objetivos específicos de la política de las EPEs. En algunos países, la diversidad en la composición de los directorios es también un problema y comprende la consideración de género. Todos los miembros del directorio deben revelar cualquier conflicto de interés para que el directorio decida sobre el tratamiento que deba otorgársele. Se deben desarrollar mecanismos para evaluar y mantener la eficacia de la gestión e independencia del directorio, tales como por ejemplo, el límite del número posible de veces de los nombramientos y los recursos concedidos al directorio para acceso a información independiente o los recursos para realizar pericias independientes. Para mejorar la independencia del directorio, los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE consideran también que puede ser una buena práctica que el presidente del directorio y el presidente ejecutivo de la empresa tengan estructuras diferentes. La separación entre el presidente del directorio y el presidente ejecutivo ayuda "a lograr un balance de poder apropiado, incrementando la responsabilidad y mejorando la capacidad del directorio en la adopción de decisiones independientes de la administración". Una definición clara y adecuada de las funciones del directorio y de su presidencia contribuiría a prevenir situaciones en que la separación pueda dar lugar a una oposición ineficiente entre los dos funcionarios de la empresa. En el caso de un sistema con directorios de dos niveles, se considera asimismo una buena práctica que el jefe del directorio inferior (el directorio de la administración) no sea presidente de la junta supervisora cuando se retire. La separación de la presidencia del directorio del presidente ejecutivo es especialmente importante en las EPEs en que por lo general se considera necesario dar al directorio poder de independencia de la administración. La presidencia del directorio tiene la función principal de guiar al directorio, asegurando su conducción eficiente y promoviendo la participación activa de sus miembros en la orientación estratégica de la EPE. Cuando el presidente del directorio y el presidente ejecutivo son diferentes personas, el presidente del directorio debe también acordar con la entidad propietaria la capacidad y experiencia que el directorio debe tener para un funcionamiento eficaz. Por lo tanto, la separación entre la presidencia del directorio y el presidente ejecutivo debe considerarse como una medida fundamental para el establecimiento de directorios eficientes en las EPEs. D. Si existe mandato para la representación de los empleados en el directorio, se debe desarrollar mecanismos que garanticen que esa representación sea ejercida con eficacia y contribuya a mejorar la capacidad, información e independencia del directorio. En los casos en que por mandato de ley o pacto colectivo los empleados están representados en los directorios de las EPEs, esto debe efectuarse de manera que contribuya a la independencia, competencia e información de los directorios de las EPEs. Los representantes de los empleados deben tener los mismos deberes y responsabilidades de los demás miembros del directorio, deben actuar en el mejor interés de la empresa y tratar con equidad a los accionistas. Los representantes de los empleados en los directorios de las EPEs no deben considerarse como una amenaza a la independencia del directorio. Se deben establecer procedimientos que faciliten el profesionalismo e independencia real de los empleados miembros del directorio y asegurarse de que respeten su deber de discreción. Estos procedimientos deben comprender elecciones adecuadas, transparentes y democráticas y capacitación y claridad en el manejo de conflictos de interés. Una contribución positiva a la labor del directorio requerirá también aceptar y colaborar con los demás miembros así como con la administración de la empresa. E. Cuando resulte necesario, los directorios de las EPEs deben constituir comités especializados para apoyar al directorio en la realización de sus funciones, en especial, con respecto a auditoría, manejo de riesgos y remuneraciones. Se ha incrementado la utilización de comités especializados en los directorios de las EPEs siguiendo los lineamientos de la práctica en el sector privado. El tipo de comités especiales que utilizan los directorios puede variar entre empresas e industrias, se componen de comités de auditoría, comités de remuneraciones, comités de estrategia, comités de ética y en algunos casos de comités de riesgo y adquisiciones. En algunos países, un órgano equivalente al comité de auditoría realiza una función similar. El establecimiento de comités especializados del directorio puede ser una función decisiva para fortalecer la competencia de los directorios de las EPEs y en apuntalar su responsabilidad crítica en asuntos tales como el manejo de riesgos y la auditoría. Pueden también resultar eficaces para el cambio de la cultura del directorio y el fortalecimiento de su independencia así como de su legitimidad en áreas en que existe la posibilidad de conflicto de intereses, como en los casos de adquisiciones, transacciones con partes relacionadas y en materia de remuneraciones. Cuando los comités de los directorios no son constituidos por mandato de ley, la entidad coordinadora o propietaria debe desarrollar una política que defina los casos para los que se debe considerar comités especializados del directorio. Esta política debe estar basada en una combinación de criterios, tales como el tamaño de la EPE y los riesgos concretos que enfrentan o las competencias que deben fortalecerse dentro de los directorios de las EPEs. Las grandes EPEs deben contar por lo menos con un comité de auditoría u órgano equivalente con poderes para reunirse con cualquier funcionario de la empresa. Es de fundamental importancia que los comités especializados de los directorios sean presididos por persona que no estén en cargos ejecutivos y estén compuestos de un número suficiente de miembros independientes. La proporción de miembros independientes así como el tipo de independencia requerida (por ejemplo, de la gerencia o del propietario principal) dependerá del tipo de comité, la sensibilidad de los problemas, los conflictos de intereses y el sector al que pertenece la EPE. Por ejemplo, el comité de auditoría debe estar compuesto de sólo miembros independientes y versados en asuntos financieros. La existencia de comités especializados de los directorios no debe eximir al directorio de su responsabilidad colectiva en todos los asuntos. Los comités especializados de los directorios deben tener atribuciones escritas que definan sus deberes, autoridad y composición. Los comités especializados de los directorios dependen directamente del directorio y las actas de sus reuniones deben estar a disposición de los miembros del directorio. Los directorios de las EPEs deben establecer también un comité de nombramientos que coopere con la entidad propietaria en el proceso de nombramiento del directorio. En algunos países, la práctica es que los comités de nombramiento puedan establecerse fuera de la estructura del directorio y, en especial, con la participación de varios propietarios principales. Cualquiera que sea el órgano que establezca el comité de nombramientos, es importante que el directorio participe en la determinación de su propia composición y la planificación de su sucesión así como en el proceso de búsqueda y en su capacidad de ofrecer recomendaciones. Esto puede contribuir a que el proceso de nombramientos se concentre en la competencia. F. Los directorios de las EPEs deben realizar una evaluación anual de su gestión. Un proceso de evaluación sistemática es una herramienta necesaria para mejorar el profesionalismo de los directorios de las EPEs, puesto que pone de manifiesto las responsabilidades del directorio y los deberes de sus miembros. Desempeña también una función decisiva en la determinación de las competencias necesarias y en el perfil de los miembros del directorio. Por último, es un incentivo útil para que los miembros del directorio dediquen tiempo y esfuerzo suficientes a sus deberes como miembros del directorio. La evaluación debe examinar tanto la gestión general del directorio que podría comprender también la eficacia y contribución de cada uno de sus miembros. Sin embargo, la evaluación de cada uno de los miembros no debe impedir la deseada y necesaria colegiación de la labor del directorio. La evaluación del directorio debe realizarse bajo la responsabilidad de la presidencia y de acuerdo con las mejores prácticas en desarrollo. La evaluación del directorio debe proporcionar insumos para la revisión de problemas, tales como el tamaño y composición del directorio y la remuneración de sus miembros. Las evaluaciones deben tener también una función decisiva en el desarrollo eficaz y apropiado de programas de inducción y capacitación para los miembros tanto nuevos como existentes de los directorios de las EPEs. Al efectuar la evaluación, los directorios de las EPEs se debe contar con la asesoría de expertos externos e independientes así como de la entidad propietaria.