Normas de la OCED con respecto a las empresas de propiedad del Estado

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NORMAS DE LA OCED CON RESPECTO A LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO
PREAMBULO
En diversos países miembros de la OCED, las Empresas de Propiedad del Estado (EPE) son todavía parte
importante con respecto al PBI, al empleo y la actualización del Mercado. Más aún, las Empresas de
Propiedad del Estado prevalecen a menudo entre las industrias de servicios públicos y de infraestructura,
tales como energía, transporte y telecomunicaciones, cuyo desempeño es sumamente importante para
amplios segmentos de la población y otros estamentos del sector de comercio. Consecuentemente, la
gobernabilidad de las EPEs será fundamental para asegurar su contribución positiva para la eficiencia
económica total y la competitividad de un país. La experiencia de la OCED ha demostrado igualmente que
un buen gobierno corporativo de las empresas de propiedad del Estado es un pre-requisito importante para
una privatización económica efectiva, por cuanto las empresas serán más atractivas para los probables
compradores y serán mejor valoradas.
En varios países que no son miembros de la OCED existe también un numero importante de Empresas de
Propiedad del Estado, que en algunos casos llegan a ser un factor dominante de la economía de dichos
países, que en muchos casos están reformando la forma de organización y manejo de las Empresas de
Propiedad del Estado, para lo cual han buscado compartir sus experiencias con los países de la OCED a fin
de apoyar las reformas a nivel nacional.
Es sobre la base de estos antecedentes que en junio del 2002 el Comité Directivo de la OCED para el
Gobierno Corporativo solicitó al grupo de Trabajo sobre Privatización y Gobierno Corporativo de
Propiedades del Estado, la preparación de normas no obligatorias y de mejores prácticas sobre gobierno
corporativo para Empresas de Propiedad del Estado. El Grupo de Trabajo, constituido por representantes de
países miembros de la ODEC, así como del Banco Mundial y del FMI en calidad de observadores, ha
iniciado consultas para el desarrollo de estas Normas con una amplia gama de partes interesadas, tales como
los miembros de Directorio y CEOs, de Empresas de Propiedad del Estado, organismos estatales de
auditoria, sindicatos y parlamentarios, y ha realizado amplias consultas con países que no son miembros.
Una versión preliminar de las Normas fue puesta en el sitio Web de la OCED para comentario público, lo
cual tuvo como resultado un importante número de comentarios útiles y constructivos, que también han sido
publicados en el sitio Web.
Estas Normas deben ser consideradas como complementarias a los Principios de la OCED para el Gobierno
Corporativo1 por cuanto están basadas en dichos Principios con los cuales son ampliamente compatibles. Las
Normas están orientadas explícitamente hacia aquellos aspectos específicos del gobierno corporativo en las
Empresas de Propiedad del Estado y consecuentemente dentro de la perspectiva del Estado como propietario,
se enfocan en políticas destinadas a asegurar un buen gobierno corporativo. Sin embargo, las normas ni en la
intención ni en efecto deben contradecir o desalentar a los países de la OCED o los países que nos miembros
de la misma, de emprender otras políticas o programas de privatización.
En el transcurso de los años, la justificación de la propiedad estatal de empresas comerciales ha tenido
muchos cambios tanto a nivel de países como de las industrias y comprendido por lo general una mezcla de
intereses sociales, económicos y estratégicos.
Ejemplos de esos cambios son la política industrial, el desarrollo regional, el suministro de bienes públicos y
la existencia de los denominados monopolios “naturales”. Sin embargo, durante las últimas décadas, la
globalización de los mercados, los cambios tecnológicos y la liberación de normas en aquellos mercados que
antes fueron monopólicos ha dado lugar a reajustes y reestructuraciones en el sector empresarial del Estado.
1
OCED Principios del Gobierno Corporativo, 2004.
Estos hechos son investigados en dos informes recientes de la OCED, los mismos que han servido de insumo
para en la preparación de estas normas2.
A fin de cumplir con sus obligaciones como propietario, el Estado puede beneficiarse con el uso de
mecanismos aplicables al sector privado, incluyendo los Principios de la OCED para el Gobierno
Corporativo. Esto resulta especialmente cierto en el caso de las EPEs que figuran en la lista. Sin embargo, las
EPEs también confrontan claros desafíos de gobernabilidad. Uno de ellos es que las EPEs pueden sufrir tanto
por un manejo indebido y la interferencia de una propiedad de motivación política como de una propiedad
totalmente pasiva o distante por parte del Estado. Puede haber también una diversificación de
responsabilidad social. Las EPEs están a menudo protegidas contra dos grandes amenazas que son
fundamentales para las políticas de gestión en las empresas del sector privado, como son la expropiación y la
quiebra. Más fundamentalmente aún, las dificultades del gobierno corporativo se derivan del hecho que la
responsabilidad de las EPEs comprende una cadena gigante de representantes (gestión, directorio, propiedad
de las entidades, ministerios, el Gobierno) sin que se pueda identificar en forma clara, fácil y hasta remota a
los directores. Es realmente un desafío el estructurar esta red compleja de responsabilidades con el fin de
asegurar decisiones eficientes y un buen gobierno corporativo.
Por cuanto las Normas están dirigidas a brindar asesoría general para ayudar a que los gobiernos puedan
mejorar el desempeño de las EPEs. La decisión de aplicar las Normas en el gobierno de una EPE en
particular debe tomarse sobre una base pragmática.. Las Normas están orientadas principalmente a las
empresas de propiedad del Estado que estén usando una forma legal diferente (p.ej. separada de la
administración pública) y tengan una actividad comercial (p.ej. que el total de sus ingresos sea por ventas y
tarifas) ya sea que su objetivo sea o no público.. Estas EPEs pueden estar en el sector competitivo o en el no
competitivo de la economía. En caso necesario, las Normas hacen una distinción entre las EPEs que figuran
en la lista y las que no figuran en ella, así como aquellas que son absolutamente de propiedad estatal o de
propiedad en mayoría o en minoría, por cuanto los aspectos de gobierno corporativo son algo diferentes para
cada caso. Las Normas también pueden ser aplicadas a las empresas subsidiarias de las entidades arriba
mencionadas, estén o no en la lista.
Mientras que las Normas están orientadas principalmente a cubrir a las empresas comerciales bajo la
propiedad del Gobierno central o del Gobierno federal, las autoridad podrían también promover su uso en los
niveles sub-nacionales del gobierno que son propietarios de empresas. Son también útiles para las empresas
de propiedad del gobierno que no son comerciales pero que cumplen en forma esencial fine de políticas
públicas, sea o no en forma corporativa . Es en interés de los gobiernos y del público que todas estas
categorías de empresas de propiedad del Estado son administradas en forma profesional y aplican las
prácticas de buen gobierno..
En todo el texto de las Normas, el término “EPEs” se refiere a las empresas en las que el Estado tiene un
control importante ya sea por mayoría absoluta, mayoría o significativa minoría. Sin embargo, muchas de las
Normas son también útiles en aquellos casos en que el Estado retiene un accionariado pequeño en una
empresa, pero es de todos modos un socio responsable e informado. En este mismo sentido, el término
“entidad titular” se refiere a la entidad del Estado que es responsable de ejecutar los derechos de propiedad
del Estado, ya sea que se trate de un Departamento específico dentro de un Ministerio, un organismo
autónomo u otro. Finalmente, como figuran en los Principios de la OCED, el término “Directorio” tal como
se usa en este documento tiene como fin abarcar los distintos modelos nacionales de estructuras de dirección
que se encuentran en países miembros de la OCED así como en aquellos países que no son miembros. En el
2
“El Gobierno Corporativo de las Empresas de Propiedad del Estado en los países de la OCED”, OCED, 2005 y
“Privatizando a la Empresa Estatal, Una Visión General de las Políticas y práctica en países de la OCED”, OCED
2003.
sistema típico de dos estratos que figura en algunos países, el término “Directorio” se refiere a“junta
supervisora” mientras que “ejecutivo clave” se refiere a la “junta de gestión”.
El documento siguiente está dividido en tres secciones. Las Normas están presentadas en la primera sección
del documento y comprende las áreas siguientes: I) Asegurando un Marco Legal y Normativo Efectivo para
las Empresas de Propiedad del Estado; II) El Estado como Propietario; III) Tratamiento Igualitario para los
Accionistas; IV) Relaciones con los Accionistas; V) Transparencia e Información; VI) Las
Responsabilidades de los Directorios de las Empresas de Propiedad del Estado. Cada sección comprende una
sola Norma que aparece resaltada y en letra cursiva seguida de varias sub-Normas de apoyo. En la segunda
sección del documento, las Normas son acompañadas con Notas Explicativas que contienen comentarios
sobre las Normas con el fin de ayudar a los lectores a comprender la justificación de las normas. Las Notas
Explicativas pueden contener también descripciones de las tendencias principales y ofrecer métodos de
implementación opcionales así como ejemplos que pueden contribuir a que las Normas sean operativas.
I. ASEGURANDO UN MARCO LEGAL Y NORMATIVO EFECTIVO PARA LAS EMPRESAS DE
PROPIEDAD DEL ESTADO
El marco legal y normativo de las empresas de propiedad del Estado debe tener seguro un campo de juego
parejo en aquellos mercados donde las empresas de propiedad del Estado y las empresas del sector
privado compiten con el fin de evitar las distorsiones de mercado.. El marco debe tener como base y ser
totalmente compatible con las Principios de Gobierno Corporativo de la OCED.
A.
Debe haber una separación clara entre la función del Estado como propietario y otras funciones del
Estado que puedan influirán la situación de las empresas de propiedad del Estado, en particular en lo
que se refiere a la normatividad del mercado.
B.
Los Gobiernos deben tratar de simplificar y racionalizar las prácticas operacionales y las formas
legales bajo las cuales se manejan las EPEs. En el aspecto legal se debe permitir que los acreedores
puedan presionar en el caso de sus reclamos e iniciar procedimiento de insolvencia.
C.
Las obligaciones y responsabilidades que debe asumir una EPE en términos de servicios públicos y
que estén más allá de las normas generalmente aceptadas deben estar sujetas claramente a las leyes o
normas respectivas. Dichas obligaciones y responsabilidades deben ser de conocimiento público
general y los costos respectivos deben ser cubiertos de modo transparente.
D.
Las EPEs no deben estar exentas de aplicación de las leyes y normas generales. Las partes
interesadas, incluyendo los competidores, deben tener acceso a una reparación eficiente y a una
normatividad igualitaria cuando consideren que sus derechos no están siendo respetados..
E.
El marco legal y normativo debe permitir una flexibilidad para hacer ajustes en la estructura de
capital de las EPEs cuando ello es necesario para el logro de los objetivos de la empresa.
F.
Las EPEs deben enfrentar condiciones competitivas con respecto al acceso financiero. Sus relaciones
con los bancos de propiedad del Estado, con instituciones de propiedad del Estado y otras empresas
de propiedad del Estado, deben estar basadas únicamente en términos y condiciones comerciales.
II. EL ESTADO EN LA FUNCION DE PROPIETARIO
El Estado debe actuar como un propietario informado y activo y establecer una política de propiedad
clara y consistente, asegurando que el gobierno de las empresas de propiedad del Estado se lleve cabo en
forma transparente y responsable, dentro del grado necesario de profesionalismo y efectividad.
A.
El gobierno debe preparar y promulgar una política de propiedad que defina los objetivos generales
de la propiedad del Estado, del rol del Estado en el gobierno corporativo de la EPEs y la forma como
va a implementar su política de propiedad.
B.
El Gobierno no debe involucrarse directamente en la gestión de día a día de la EPEs y para ello debe
darles amplia autonomía operacional para el logro de los objetivos fijados.
C.
El Estado debe dejar que los entes directivos o Directorios de las EPEs ejerzan sus obligaciones y
respetar su independencia.
D.
El ejercicio de los derechos de propiedad deberá ser identificado claramente dentro de la
administración del Estado. Esto podrá facilitarse estableciendo una entidad coordinadora o, más
apropiadamente, centralizando la función con respecto a la propiedad..
E.
La entidad coordinara o que ejerce la función de propiedad será responsable ante los órganos
representativos, como el Congreso, y deberá tener una relación claramente definida con los
organismos públicos correspondientes, incluyendo las instituciones supremas de auditoria del
Estado.
F.
El Estado como propietario activo deberá ejercer sus derechos de propiedad acuerdo a la estructura
legal de cada empresa. Sus responsabilidades principales son:
1.
Estar representado en las reuniones generales de accionistas y votar de acuerdo a las acciones
del Estado.
2.
Establecer procesos de designación transparentes y bien estructurados en las EPEs donde la
propiedad es por amplia mayoría o mayoría simple, y participar activamente en el
nombramiento de los Directorios en todas las EPEs.
3.
Establecer un sistema de presentación de informes que permitan el fiscalización y la
evaluación regular del desempeño de la EPE.
4.
Cuando el sistema legal y el nivel de propiedad del Estado así lo permiten, se debe mantener
un diálogo continuo con auditores externos y los órganos específicos de control del Estado
5.
Asegurar que los esquemas de remuneraciones para los miembros del Directorio de la EPE
auspicien el interés a largo plazo de la empresa y permitan atraer y motivar a profesionales
calificados.
III. TRATAMIENTO EQUITATIVO PARA TODOS LOS ACCIONISTAS
El Estado y las empresas de propiedad del Estado deberán reconocer los derechos de todos los accionistas
y de acuerdo a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED asegurar para ellos un tratamiento
equitativo y de acceso igualitario a información de la empresa.
A.
La entidad coordinadora o propietaria y las EPEs deberán asegurar que todos los accionistas sean
tratados equitativamente.
B.
Las EPEs deberán mantener un elevado nivel de transparencia ante todos los accionistas.
C.
Las EPEs deberán desarrollar una política activa de comunicación y de consulta con todos los
accionistas.
D.
Deberá facilitarse la participación de los accionistas minoritarios en las reuniones de accionistas a fin
de que puedan tomar parte en las decisiones fundamentales de la empresa, como es la elección del
directorio.
IV. RELACIONES CON LOS ACTORES
La política de propiedad del Estado deberá reconocer ampliamente las responsabilidades de las empresas
de propiedad del Estado ante los actores, y pedir que éstas informen sobre sus relaciones con los actores.
A.
Los Gobiernos, la entidad coordinadora o propietaria, y las mismas EPEs deberán reconocer y
respetar los derechos de los actores establecidos por ley o por los acuerdos mutuos y referirse en este
aspecto a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED..
B.
Tanto las EPEs que figuran en la lista como las grandes EPEs y aquellas que tienen importantes
objetivos de políticas públicas deberán informar sobre su relación con los actores.
C.
Las EPEs a través de su respectivo Directorio deberán desarrollar, implementar y comunicar acerca
de sus programas para el cumplimiento de los códigos de ética internos. Dichos códigos de ética
deberán estar basados en las normas del país de conformidad con los compromisos internacionales y
ser aplicados tanto en la empresa principal como en las empresas subsidiarias.
V. TRANSPARENCIA E INFORMACION
Las empresas de propiedad del Estado deberán mantener un alto estándar de transparencia de acuerdo a
los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED.
A.
La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar información consistente y global sobre las
empresas de propiedad del Estado y publicar anualmente un informe global sobre las EPEs.
B.
Las EPEs deberán desarrollar procedimientos eficientes de auditoría interna y establecer una función
de auditoría interna que esté controlada por y dependa directamente del directorio del comité de
auditoría o del órgano equivalente en la empresa.
C.
Las EPEs, en especial las más grandes, deberán estar sujetas a una auditoría externa anual basada en
estándares internacionales. La existencia de procedimientos específicos de control del Estado no
substituye a una auditoría externa de carácter independiente.
D.
Las EPEs deberán estar sujetas a los mismos estándares de contabilidad y auditoría de alta calidad
como las empresas que figuran en la lista. Las grandes EPEs o las que figuran en la lista deberán
proporcionar información financiera y no financiera de acuerdo a los estándares de alta calidad
reconocidos internacionalmente.
E.
Las EPEs deberán proporcionar información material sobre todos los temas descritos en los
Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, y además centrarse en áreas de importancia para el
Estado como propietario y el público en general. Entre los ejemplos respecto a dicha información
figuran:
1.
Una declaración precisa de los objetivos de la empresa y su cumplimiento;
2.
La estructura de propiedad y de votación de la empresa;
3.
Los factores de riesgo material y las medidas tomadas para contrarrestar dichos riesgo;
4.
Cualquier ayuda financiera, incluyendo las garantías recibidas por parte del Estado y los
compromisos contraídos a nombre de la EPE,
5.
Cualquier transacción material en las entidades relacionadas.
VI. LAS RESPONSABILIDADES DE LOS DIRECTORIOS DE LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD
DEL ESTADO
Los Directorios de las empresas de propiedad del Estado deberán tener la autoridad, capacidad y
objetividad necesarias para cumplir su función de orientación estratégica y fiscalización de la gestión.
Deberán actuar con integridad y ser responsable de sus actos.
A.
Los Directorios de las EPEs deberán tener un mandato claro y una responsabilidad suprema con
respecto al desempeño de la empresa. El Directorio deberá ser ampliamente responsable ante los
propietarios, desempeñarse a favor del mejor interés de la empresa y tratar a todos los accionistas en
forma equitativa.
B.
Los Directorios de las EPEs deberán desempeñar sus funciones de fiscalización de la gestión y
orientación estratégica, de acuerdo a los objetivos establecidos por el Gobierno y por la entidad
propietaria. Deberán poder nombrar y reemplazar a los CEO.
C.
Los Directorios de las EPEs deberán estar conformados de modo que pueda ejercer un juicio
objetivo e independiente. La buena práctica requiere que el Presidente deberá estar separado del
CEO.
D.
Si por mandato los empleados tuvieran que estar representados en el Directorio, se deberá desarrollar
los mecanismos para garantizar que dicha representación sea ejercitada en forma efectiva y
contribuya a realzar la capacidad, la información y la independencia del Directorio.
E.
En caso necesario, los Directorios de las EPEs podrán establecer Comités especializados para apoyar
a todo el Directorio en el cumplimiento de sus funciones, particularmente en lo que se refiere a los
aspectos de auditoría, manejo de riesgos y remuneraciones..
F.
Los Directorios de las EPEs deberán estar sujetos a una evaluación anual con respecto a su
desempeño.
NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPITULO I: ASEGURANDO UN EFECTIVO MARCO LEGAL Y
NORMATIVO PARA LAS EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO.
El marco legal y normativo que rige para las empresas de propiedad del Estado debe asegurar un campo
de juego parejo en aquellos mercados donde compiten las empresas de propiedad del Estado con las
empresas del sector privado con el fin de evitar distorsiones de mercado. El marco debe estar basado y ser
ampliamente compatible con los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED.
El marco legal y normativo dentro del cual operan las EPEs es a menudo complejo. De no ser consistente y
coherente puede fácilmente dar lugar a costosas distorsiones de mercado y al debilitamiento de la
responsabilidad tanto de la administración como del Estado como propietario. Una distribución clara de las
responsabilidades entre las autoridades respectivas, la racionalización de las formas legales conjuntamente
con un marco normativo coherente y consistente facilitará un mejor gobierno corporativo en las EPEs.
A. Deberá existir una clara separación entre las funciones del Estado como propietario y las otras
funciones del Estado que pueden influir en la situación de las empresas de propiedad del Estado, en
particular con respecto a la normatividad del mercado.
A menudo el Estado desempeña una doble función como regulador del mercado y como propietario de
empresas con operaciones comerciales, en particular con respecto a la reciente liberación de normas para las
redes industriales privatizadas parcialmente. Cuando de esto se trata, el Estado es un jugador principal y al
mismo tiempo el árbitro en el mercado. Por lo tanto es un pre requisito fundamental que exista una
separación de responsabilidades para la normatividad de la propiedad y del mercado a fin de crear un campo
de juego parejo para las EPEs y las empresas privadas, evitando así una distorsión en la competencia. Dicha
separación es defendida también en los Principios de la OCED para la Reforma Normativa.
Otro aspecto importante es cuando las EPEs son utilizadas como instrumento para la política industrial. Esto
puede fácilmente conducir a confusión y a conflictos de intereses entre la política industrial y las funciones
del Estado como propietario, en particular si la responsabilidad por la política industrial y las funciones de
propietario han sido conferidas a las dependencias o sectores de un mismo ministerio. Una separación de la
política industrial y la propiedad realzaría la identificación del Estado como propietario y favorecería la
transparencia en la definición de objetivos y el fiscalización del desempeño. Sin embargo, dicha separación
no significa que no exista la necesaria coordinación entre ambas funciones.
A fin de evitar conflictos de intereses, es también necesario que exista una clara separación entre la función
de propietario de cualquier entidad dentro de la administración del Estado, que pudieran ser clientes o
proveedores principales de las EPEs. Las normas generales de adquisiciones deberán ser aplicadas tanto en
las EPEs como en las otras empresas. Se deberá remover las barreras legales y las no legales para que la
adquisición sea justa.
Para implementar una separación efectiva entre las diferentes funciones del Estado con respecto a las EPEs,
se debe tomar en cuenta tanto los conflictos de intereses percibidos como los reales.
B. Los Gobiernos deben luchar para simplificar y racionalizar las prácticas operacionales y la forma
legal bajo la cual operan las EPEs. El aspecto legal deberá permitir que los acreedores puedan
presionar sobre sus reclamos e iniciar procedimientos de insolvencia.
Las EPEs pueden tener una forma legal específica, y algunas veces diferente, a la de otras empresas. Ello
puede reflejar objetivos específicos o consideraciones societarias así como una protección especial otorgada
a determinados actores. Esto concierne en particular a los empleados cuyas remuneraciones pueden ser
establecidas por actos / organismos normativos, y reciben derechos específicos de pensión y de protección
contra reducción de personal equivalentes a las proporcionadas a los funcionarios públicos. En muchos
casos, las EPEs están protegidas en gran medida contra los juicios por insolvencia o quiebra debido a su
condición legal específica. Esto se debe algunas veces a la necesidad de asegurar continuidad en la provisión
de servicios públicos.
Cuando esto sucede, las EPEs a menudo difieren de las empresas privadas de responsabilidad limitada, a
través de: (i) la autoridad respectiva y el poder del Directorio, la administración y los ministros;; (ii) la
composición y estructura de dichos Directorios; (iii) el nivel hasta donde se otorgue derechos de consulta o
de toma decisiones para determinados actores, mas particularmente empleados; el requerimiento de
información, y como mencionado antes, el nivel hasta donde las EPEs pueden estar sujetas a juicio por
insolvencia y quiebra, etc. La forma legal de las EPEs incluye a menudo una definición estricta de la
actividad de las respectivas EPEs, evitando de ese modo que diversifiquen o amplíen sus actividades en
nuevos sectores y/o en el exterior. Estos límites han sido establecidos en forma legal para evitar la
malversación de los fondos públicos, limitar las estrategias de crecimiento excesivo y evitar que las EPEs
exporten tecnologías delicadas.
En algunos países, las formas legales específicas para las EPEs han evolucionado de manera significativa en
los últimos años como respuesta a la liberalización de normas y un mayor escrutinio a la ayuda del Estado y
a la subvención o subsidio transversal. Las limitaciones sobre el tipo de actividades permitidas para las EPEs
de acuerdo a su constitución legal han sido reducidas. En algunos países, los cambios en las formas legales
han estado acompañados por compromisos asumidos por el Estado con respecto a la protección para los
empleados, en particular con respecto al derecho pensionario.
Al racionalizar la forma legal de las EPEs, los gobiernos deberían basarse mayormente en la ley empresarial
y evitar crear una forma legal específica cuando ello no es absolutamente necesario para los objetivos de la
empresa. La racionalización de la forma legal para las EPEs daría realce a la transparencia y facilitaría la
fiscalización a través del punto de referencia. Igualmente nivelaría el campo de juego con los competidores
del sector privado en mercados cada vez más libres y competitivos.
La racionalización deberá estar dirigida a las EPEs que despliegan actividad comercial y que operan en
mercados libres y competitivos. Debería estar enfocada en hacer que esos medios e instrumentos
generalmente disponibles para los propietarios privados, estén disponibles también para el Estado como
propietario. La racionalización debe por lo tanto estar dirigida primeramente a la función y autoridad de los
órganos de gobierno de la empresa así como a las obligaciones respecto a transparencia e información.
Si los cambios en las formas legales de las EPEs fueran demasiado difíciles, se podría racionalizar otras
opciones en las prácticas operacionales de las EPEs, como establecer normas específicas y más inclusivas,
por ejemplo extendiendo dicha validez o cobertura a EPEs con formas legales específicas o pedir a las EPEs
que cumplan voluntariamente con los requerimientos de dichas normas especificas, en particular en lo que se
refiere a información.
C. Cualquiera de las obligaciones o requerimientos que deba asumir una EPE en términos de servicios
públicos que superan las normas generalmente aceptadas deberán ser claramente establecidas en
forma legal o normativa. Dichas obligaciones y responsabilidades deberán ser puestas en conocimiento
del público en general y los costos correspondientes deberán ser cubiertos de manera transparente.
En algunos casos se espera que las EPEs cumplan responsabilidades y obligaciones especiales con fines
sociales y de política pública. En algunos países esto incluye una regulación sobre los precios a los que las
EPEs deben vender sus productos y servicios. Estas responsabilidades y obligaciones especiales trascienden
la norma generalmente aceptada para las actividades comerciales y deberá ser motivada por un mandato
sobre las leyes y normas. También deberían ser incorporadas preferentemente en los estatutos de la empresa.
El mercado y el público en general deberán ser claramente informados sobre la naturaleza y envergadura de
estas obligaciones, y sobre su impacto general sobre los recursos y el desempeño económico de las EPEs.
También es importante que los respectivos costos sean claramente identificados, informados y debidamente
compensados por el presupuesto del Estado sobre la base de provisiones legales específicas y/o a través de
mecanismos contractuales, tales como contratos de gestión o servicios. La compensación o pago deberá ser
estructurada en forma que evite la distorsión del mercado. Esto implica específicamente a empresas en
sectores competitivos de la economía.
D. Las EPEs no deberán estar exentas de la aplicación de las leyes y normas generales. Los actores,
incluyendo a los competidores, deberán tener acceso a una reparación eficiente y a una jurisprudencia
justa cuando consideren que sus derechos no han sido respetados.
La experiencia ha demostrado que en algunos países las EPEs pueden estar exoneradas de una serie de leyes
y normas, incluyendo en algunos casos, la ley de competencia. A menudo, las EPEs no están cubiertas por la
ley de quiebras y algunas veces los acreedores tiene dificultades para hacer cumplir sus contratos y obtener el
pago correspondiente. Esas excepciones de las provisiones legales generales deben evitarse en todo lo
posible a fin que no se produzcan distorsiones de mercado y de ese modo apuntalar la responsabilidad de la
gestión. Las EPEs al igual que el Estado como accionista no deberán estar protegidas contra la presentación
ante la corte o las autoridades reguladoras en caso que infrinjan las leyes y normas.. Las partes interesadas o
actores deberán poder desafiar ante la corte al Estado como propietario y en ese caso recibir un tratamiento
justo y equitativo por parte del sistema judicial.
E. El marco legal y normativo deberá permitir la flexibilidad suficiente para los ajustes en la
estructura de capital de las EPEs cuando esto sea necesario para el logro de los objetivos de la
empresa.
La rigidez de la estructura de capital hace algunas veces difícil que una EPE pueda desarrollar o cumplir sus
objetivos. El Estado como propietario debería desarrollar una política general y brindar mecanismos que
permitan hacer los cambios apropiados en la estructura de capital de las EPEs.
Estos mecanismos podrían incluir la capacidad para que la función de propietario pueda ajustar las
estructuras de capital de las EPEs de manera flexible pero dentro de límites claros, a fin de facilitar, por
ejemplo, la transferencia indirecta de capital de una EPE a otra, así como una reinversión de dividendos
recibidos, o el aumento de capital en términos de mercado competitivo.
Estos mecanismos deben respetar el poder de decisión del Congreso con respecto al presupuesto o el nivel
apropiado de propiedad del Estado así como la transparencia general del sistema presupuestal. Cualquier
cambio en la estructura de capital de una EPE deberá ser claramente consistente con el objetivo de propiedad
del Estado y las circunstancias específicas de la EPE. Las decisiones deberán ser documentadas debidamente
para permitir una responsabilidad efectiva o por medio de auditorías o investigación por parte del Congreso.
Finalmente, dichos mecanismos deberán ser limitados y sujetos a una cuidadosa revisión a fin de evitar
cualquier forma de subsidio transversal a través de las transferencias de capital.
F. Las EPEs deberán enfrentar situaciones competitivas con respecto al acceso financiero. Sus
relaciones con bancos de propiedad del Estado, instituciones financieras de propiedad del Estado y
otras empresas de propiedad del Estado deberán estar basadas puramente en el, plano comercial.
Tanto los acreedores como el Directorio asumen que existe una garantía implícita por parte del Estado con
respecto a las deudas de las EPEs. En muchos casos esta situación ha llevado a un endeudamiento excesivo ,
a un desperdicio de recursos y una distorsión del mercado, en detrimento tanto de los acreedores como de los
contribuyentes. Es más, en algunos países los bancos de propiedad del Estado, las instituciones de propiedad
del Estado y otras instituciones financieras tienden a ser los más importantes o los principales acreedores de
las EPEs. Este ambiente deja un amplio margen para los conflictos de intereses que puede conducir a malos
préstamos por parte de los bancos de propiedad del Estado, por cuanto la empresa puede sentirse no obligada
a pagar el préstamo. Esto puede proteger a las EPEs de una fuente crucial de fiscalización y presión por parte
del mercado, distorsionando por lo tanto su estructura de incentivo.
Es necesario hacer una clara distinción sobre el Estado y las responsabilidades respectivas de las EPEs en
relación a los acreedores. El Estado casi siempre garantiza a las EPEs para compensar su incapacidad de
proveerlas con capital accionario, pero esta facilidad es a menudo ampliamente extra limitada. Como
principio general, el Estado no debe ofrecer una garantía automática con respecto a las responsabilidades de
las EPEs. Se deben desarrollar prácticas justas con respecto a la información y remuneración de las garantías
del Estado, se debe alentar a las EPEs para que busquen financiación en los mercados de capitales.
Se debe desarrollar mecanismos para el manejo de conflictos de intereses y asegurar que las EPEs se
relacionen con los bancos de propiedad del Estado, con otras instituciones financieras así como con otras
EPEs sobre una base puramente comercial. Los bancos de propiedad del Estado deben otorgar créditos a las
EPEs en los mismos términos y condiciones como a las empresas privadas. Estos mecanismos podrían
incluir también límites y una cuidadosa investigación respecto a los miembros del directorio de las EPEs que
ocupan un cargo en el directorio de los bancos de propiedad del Estado.
NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPITULO II: EL ESTADO EN LA FUNCION DE PROPIETARIO
El Estado debe actuar como un propietario informado y activo y establecer una política de propiedad
clara y consistente, asegurando que el gobierno de las empresas de propiedad del Estado se lleve cabo
en forma transparente y responsable, dentro del grado necesario de profesionalismo y efectividad
Con el fin de desempeñar sus funciones como propietario, el Gobierno debe tener como referencia los
estándares de las normas que gobiernan tanto al sector privado como al sector en particular los Principios de
Gobierno Corporativo de la OCED, que son aplicables también a las Empresas de propiedad del Estado
(EPEs). Además de los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED existen aspectos específicos para el
gobierno de una EPE que merecen especial atención o que deben ser documentados mas detalladamente a fin
orientar a los miembros del directorio de la EPE y a la entidad del Estado encargada de ejecutar los derechos
de propiedad del Estado a través de un desempeño efectivo de sus respectivas funciones.
A. El gobierno debe preparar y promulgar una política de propiedad que defina los objetivos
generales de la propiedad del Estado, del rol del Estado en el gobierno corporativo de las EPEs y la
forma como va a implementar su política de propiedad.
Son a menudo los objetivos múltiples y contradictorios de la propiedad del Estado que llevan ya sea a un
comportamiento sumamente pasivo con respecto a sus funciones de propietario, o en caso contrario tiene
como resultado una excesiva intervención estatal en temas o decisiones que deberían corresponder a la
empresa y sus órganos de gobierno..
Para que el Estado pueda ubicarse claramente como propietario, debe primero aclarar y priorizar sus
objetivos, entre los cuales se debe incluir evitar la distorsión del mercado y la rentabilidad, y que deben ser
expresados en forma de metas específicas tales como la tasa de rendimiento y la política de dividendos.
Entre los objetivos establecidos se deben incluir ventajas comparativas, por ejemplo entre el valor del
accionista, el servicio público y hasta la seguridad laboral. El Estado deberá ir más allá de la definición de
sus objetivos principales como propietario, indicando sus prioridades y aclarando el manejo de las ventajas
comparativas inherentes. De ese modo, el Estado evitará interferir en asuntos operacionales, y respetará la
independencia del directorio. Una política de propiedad con términos claros contribuirá a evitar que las EPEs
tengan un exceso de autonomía cuando se trate de establecer sus objetivos o definir la naturaleza y el alcance
de sus obligaciones como servicio público.
Es más, el Estado debe tratar de ser consistente con respecto a su política de propiedad y evitar que los
objetivos generales sean modificados en forma frecuente. Una política de propiedad clara, consistente y
explícita proporcionará a las EPEs, al mercado y al público en general la debida previsibilidad y clara
comprensión de los objetivos del Estado como propietario así como de sus compromisos de largo plazo.
Al desarrollar y actualizar la política de propiedad del Estado, los gobiernos deberán hacer un uso apropiado
de la consulta pública. La política de propiedad y los objetivos empresariales asociados deberán ser
documentos públicos a los que el público en general deberá tener acceso, y deberán ser circulados
ampliamente entre los ministerios, los organismos y directorios de las EPEs, los gerentes y los legisladores.
Es importante también que los funcionarios respalden la política de propiedad y que los accionistas reunidos
en asamblea general, el Directorio y los ejecutivos principales respalden las declaraciones de objetivos de la
empresa.
B. El Gobierno no debe involucrarse en la gestión de día a día de las EPEs y para ello debe darles
amplia autonomía operacional para el logro de los objetivos establecidos.
El medio principal de una propiedad del Estado esté activa e informada es una estrategia clara y consistente
de propiedad, un proceso estructurado para la designación del directorio y un ejercicio efectivo de los
derechos de propiedad establecidos. Deberá evitarse el involucramiento en la gestión diaria de la EPE.
La capacidad directiva del propietario o de la entidad coordinadora en la EPE deberá limitarse a los aspectos
estratégicos t las políticas. Ello deberá ser informado públicamente especificando las áreas y tipos de
decisiones en las cuales el propietario o la entidad coordinadora tienen la capacidad de dar instrucciones.
Dentro de estos mismos lineamientos, se fijarán los límites estrictos con respecto a la capacidad de otros
organismos públicos para intervenir en el manejo detallado de día a día de las EPEs.
C. El Estado debe dejar que los Directorios de las EPEs ejerzan sus obligaciones y respetar su
independencia.
En la designación y elección de los miembros del Directorio, la entidad propietaria deberá centrarse en la
necesidad que los Directorios asuman sus responsabilidades en forma profesional e independiente. Tal como
figura en los Principios de la OCED, es importante que para el cumplimiento de sus obligaciones los
miembros del Directorio no actúen como representantes ante distintos públicos. La independencia requiere
que todos los miembros cumplan sus funciones en forma igualitaria y respeten a todos los accionistas.
Excepto en casos que esto sea compatible con la carta de constitución que rige la empresa o los objetivos
explícitos de la misma, lo cual significa que los miembros del directorio no deben ser guiados por el aspecto
político en el desempeño de sus funciones.
Cuando el Estado es el propietario que tiene todo el control, se encuentra en una posición única para designar
y elegir al directorio sin el consentimiento de los demás accionistas. Este derecho legítimo está acompañado
de un alto grado de responsabilidad para identificar. Designar y elegir a los miembros del directorio. En este
proceso y con el fin de minimizar la posibilidad de conflictos de intereses, la entidad propietaria debe evitar
elegir a un número excesivo de miembros del directorio que sean servidores públicos. Esto concierne
particularmente a las EPEs que son de mediana propiedad del Estado y las EPEs de las industrias
competitivas. En algunos países se ha decidido evitar la designación o elección de personas que pertenezcan
a la entidad propietaria o sean funcionarios públicos para que participen en el directorio de una EPE. Con
esto se trata claramente de evitar cualquier posibilidad intervención directa del gobierno en la gestión de las
EPEs limitando así la responsabilidad del Estado con respecto a las decisiones tomadas por los directorios de
las EPEs.
Los empleados de la entidad propietaria, los profesionales de otras oficinas de la administración o de los
grupos políticos podrán ser elegidos para integrar el directorio únicamente en aquellos casos en que cumplan
con el nivel de capacidad requerido para todos los miembros del directorio, y si es que en el ejercicio de sus
funciones no va a prevalecer una indebida influencia política. Ellos deberán asumir los mismos deberes y
responsabilidades al igual que los demás miembros del directorio y cumplir sus funciones a favor de los
intereses de la EPE y de todos sus accionistas. Las situaciones para ser descalificados y las situaciones de
conflicto deberán ser evaluadas cuidadosamente con la asesoría debida para su manejo y solución. Los
profesionales referidos no deberán tener una inherencia excesiva o conflictos de interés conocidos. Esto
implica en forma particular que ellos no deberán participar en las decisiones normativas de alguna EPE ni
tener obligaciones específicas o restricciones que afecten su desempeño a favor de los intereses de la
empresa de modo más general, todos los potenciales conflictos de intereses con respecto a algunos de los
miembros del directorio deberán ser informados al directorio, para que éste a su vez informe sobre la forma
como han de ser o están siendo manejado dichos casos.
Es particularmente necesario aclarar acerca de la respectiva responsabilidad personal o del Estado cuando los
funcionarios del Estado son miembros del directorio de una EPE. Los referidos funcionarios deberán
informar sobre cualquier propiedad privada que pudieran poseer en la EPE y cumplir con las normas de
funcionamiento interno. La entidad coordinadora o propietaria podría preparar normas o un código de ética
para los miembros de la entidad propietaria u otros funcionarios públicos que participan en el directorio.
Dichas Normas o código de ética deberá indicar como se deberá manejar la información confidencial
presentada al Estado por estos miembros del directorio.
La dirección en términos de objetivos políticos mayores deberá ser canalizada a través de la entidad
coordinadora o propietaria y presentada como objetivos de la empresa y no como una imposición directa a
través de la participación del directorio. Los directorios de las EPEs no deberán responder a señalamientos
de políticas sin recibir antes la autorización del Congreso o la aprobación por procedimientos específicos.
D. El ejercicio de los derechos de propiedad deberá ser identificado claramente dentro de la
administración del Estado. Esto podrá facilitarse estableciendo una entidad coordinadora o, más
apropiadamente, centralizando la función con respecto a la propiedad.
Es fundamental que la función con respecto a la propiedad dentro de la administración del Estado esté
claramente definida, ya sea que se ubique en un ministerio central como el Ministerio de Economía y
Finanzas o en una entidad administrativa aparte, o dentro de un sector específico en un Ministerio.
Para lograr una identificación clara de la función de propiedad, ésta puede estar centralizada en una sola
entidad, que sea independiente o esté bajo la autoridad de un ministerio. Este enfoque ayudaría a aclarar la
política de propiedad y su orientación respectiva, y aseguraría igualmente una implementación más
consistente de dicha política.
La centralización de la función de propiedad podría permitir también un fortalecimiento de reunión de
capacidades para organizar grupos de expertos en temas fundamentales tales como información financiera o
designación de los miembros de los Directorios. De este modo, la centralización puede ser una fuerza
principal para el desarrollo de información agregada sobre la propiedad del Estado. Finalmente, la
centralización también es una forma efectiva para separara claramente el ejercicio de las funciones de
propiedad de otras actividades que desempeña el Estado, en particular la regulación de mercados y la política
industrial, tal como se menciona más arriba en la norma I.A.
Si la función de propiedad no está centralizada, el requisito mínimo es el de establecer una sólida entidad
coordinadora entre los diversos departamentos administrativos involucrados. Esto contribuirá a asegurar que
cada EPE tenga un mandato claro y reciba un mensaje coherente en términos de orientación estratégica o
para los informes requeridos. La entidad coordinadora armonizará y coordinará las acciones y políticas
emprendidas por los diferentes departamentos propietarios en los diversos ministerios. La entidad
coordinadora se encargará también de establecer una política general de propiedad, preparando para ello
normas específicas y unificará las prácticas entre los diversos ministerios.
La centralización de la función de propiedad en una sola entidad probablemente es más concerniente para
las EPEs ubicadas en sectores competitivos y nos necesariamente aplicable para aquellas EPEs que están
cumpliendo principalmente con objetivos de política pública. Dichas EPEs no constituyen el objetivo
principal de estas Normas, y en su caso, los ministerios del sector pueden continuar como las entidades más
pertinentes y competentes para ejercer los derechos de propiedad que deben ser imperceptibles entre los
objetivos de las políticas de estas EPEs.
La centralización de la función de propiedad, no debe dar lugar a la creación de un nuevo y sumamente
poderoso ente burocrático.
Si la función de propiedad no puede ser manejada por una sola entidad, algunas de las funciones
fundamentales podrían sin embargo estar centralizadas a fin de hacer uso específico del conocimiento y
asegurar la independencia individual de los ministerios del sector. Un ejemplo de cuando puede ser útil la
centralización parcial es el caso de la designación de los miembros del directorio.
La identificación clara de la función de propiedad deberá hacerse en los diferentes niveles del Gobierno,
dependiendo donde se encuentre ubicada la propiedad, que puede ser a nivel nacional, regional o local. Estas
Normas no dan instrucciones para determinar el nivel apropiado de la gestión de la EPE que puede ser dentro
de un estado o federación. Simplemente indican, que sin considerar el nivel de autoridad, la función de
propiedad deberá ser mejor si está centralizada o coordinada en una sola entidad. Más aún, si existen
diversos niveles administrativos de propiedad, se debe buscar que exista armonía en las prácticas de
propiedad. Finalmente, la centralización de la función de propiedad no implica la centralización de la
propiedad legal.
E. La entidad coordinadora o aquella que ejerce la propiedad será responsable ante los órganos
representativos tales como el Congreso, y deberá tener una relación claramente definida con los
organismos públicos pertinentes, incluyendo las instituciones supremas de auditoría del Estado.
La relación de la entidad coordinadora o propietaria con otros órganos de Gobierno deberá ser definida
claramente. Varios órganos de gobierno, ministerios o administraciones tienen funciones diferentes frente a
las mismas EPEs y es importante que dichas funciones sean aclaradas y explicadas ante el público en
general.
En particular, la entidad propietaria debe mantener la cooperación y el diálogo permanente con las
instituciones supremas de auditoría del Estado responsables de llevar a cabo las auditorías a las EPEs.
Deberá apoyar el trabajo de dichas instituciones de auditoría y tomar las medidas adecuadas para responder a
los resultados de las auditorías, para lo cual habrá de seguir la Declaración de Normas para Preceptos de
Auditoría de INTOSAI Lima.
La entidad coordinadora o propietaria también será claramente responsable por la manera en que el Estado
cumple su función de propietario. Su responsabilidad directa o indirectamente debe ser ante organismos que
representa al público en general, como el Congreso. Su responsabilidad ante la ley debe ser claramente
definida, así como su responsabilidad ante las mismas EPEs, que no debe verse diluida en virtud de una
relación intermediara de información..
La responsabilidad debe ir más allá de asegurar que el ejercicio de la propiedad no interfiere con las
prerrogativas legales con respecto a la política presupuestal. La entidad propietaria deberá informar sobre su
propio desempeño en el ejercicio de la propiedad del Estado y en el logro de los objetivos del Estado. En este
sentido, debe proporcionar información cuantitativa y confiable tanto al público como a sus representantes
sobre la forma como han sido manejadas de acuerdo a los intereses de sus propietarios. Se podría establecer
mecanismos específicos tales como comisiones ad hoc o permanentes para mantener el diálogo entre la
entidad coordinadora como propietaria y los legisladores. En el caso de las audiencias en el Congreso los
aspectos serán tratados con la confidencialidad debida a través de procedimientos especiales como sesiones
confidenciales o cerradas. Mientras que este útil procedimiento ha sido generalmente aceptado, la forma,
frecuencia y contenido puede diferir de acuerdo a la ley constitucional y las diversas tradiciones y funciones
parlamentarias.
Los requerimientos de responsabilidad no deberán restringir indebidamente la autonomía de la entidad
coordinadora o propietaria en lo que se refiere al cumplimento de sus responsabilidades. Por ejemplo, en
casos en los que la entidad coordinadora o propietaria necesita obtener el acuerdo ex ante del cuerpo
legislativo debe ser limitado e incluir cambios significativos en toda la política de propiedad, cambios
importantes en el tamaño del sector del Estado y transacciones importantes (inversiones o desinversión).
En forma más general, la entidad propietaria debe gozar de cierto grado de flexibilidad frente al ministerio
responsable sobre la forma en que se organiza y toma decisiones con respecto a los procedimientos y los
procesos. Igualmente, la entidad propietaria debería gozar de cierto grado de autonomía presupuestaria que le
brinde flexibilidad para contratar, pagar y retener a los expertos que sean necesarios, incluyendo a algunos
del sector privado.
F. El Estado como propietario activo deberá ejercer sus derechos de propiedad de acuerdo a la
estructura legal de cada empresa.
Con el fin de evitar una indebida interferencia política o un estado de propiedad pasivo, es importante que la
entidad coordinadora o propietaria esté centrada en el ejercicio efectivo de los derechos de propiedad. El
Estado como propietario deberá tradicionalmente comportarse como cualquier accionista principal cuando se
encuentre en posición de influir en forma significativa en la empresa y ser un accionista informado y activo
cuando ocupe un puesto de accionista minoritario. . Debe estar bien asesorado para ejercer sus derechos a fin
de proteger su propiedad y optimizar el valor de la misma.
Tal como está definido en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, los cuatro derechos básicos
de los accionistas son: (i) participar y votar en las reuniones de accionistas; (ii) obtener información
pertinente y suficiente sobre la empresa en forma regular y oportuna; (iii) elegir y revocar a los miembros
del Directorio; y (iv) aprobar las transacciones extraordinarias. La entidad coordinadora o propietaria deberá
ejercer sus derechos amplia y juiciosamente por cuanto ello permitirá que tengan la influencia necesaria en
las EPEs sin que signifique interferir en su gestión de día a día. La efectividad y credibilidad en el gobierno y
supervisión de la EPE dependerá en gran parte de la habilidad con la cual la entidad propietaria ejercite
informadamente sus derechos de accionista y sus funciones de propietario en las EPEs.
Una entidad propietaria requiere de competencias únicas y deberá contar con profesionales en temas legales,
financieros, económicos y de gestión y con experiencia en responsabilidades fiduciarias. Dichos
profesionales deberá entender claramente sus funciones y responsabilidades como funcionarios públicos con
respecto a las EPEs. Además, la entidad propietaria deberá ser competente en relación a las obligaciones
específicas con respecto a la provisión de servicios públicos que deben asumir algunas de la EPEs que se
encuentran bajo su supervisión. La entidad coordinadora o propietaria deberá tener también la posibilidad de
poder recurrir a asesorías externas y contratar algunos aspectos dentro de su función de propietario y con el
fin de ejercer los derechos de propiedad del Estado en mejor forma. Por ejemplo, pueden contratar
especialistas para que lleven a cabo una evaluación, un fiscalización activo, o que voten en su representación
cuando sea necesario y apropiado.
Sus responsabilidades principales son:
1. Estar representado en las reuniones generales de accionistas y votar de acuerdo a las acciones del
Estado.
El estado como propietario deberá ejercer su deber fiduciario ejercitando su derecho a voto, o por lo menos
explicar si no lo hace así. El Estado no deberá verse en el caso de no haber reaccionado a las propuestas
presentadas por las EPEs en las reuniones generales de accionistas.
Para que el Estado pueda expresar su opinión sobre los temas presentados para ser aprobados en las
reuniones de accionistas, es necesario que la entidad coordinadora o propietaria se organice para poder
presentar una opinión informada sobre dichos temas y referirlas a los directorios de las EPEs a través de la
reunión general de accionistas.
Es importante que se establezcan procedimientos apropiados en las reuniones generales de accionistas. Esto
puede lograrse, por ejemplo, identificando claramente que la entidad coordinadora o entidad propietaria
representa al accionariado del Estado.
2. Establecer procesos de designación transparentes y bien estructurados en EPEs donde la propiedad
es por amplia mayoría o mayoría simple, y participar activamente en la designación de los directorios
en todas las EPEs.
La entidad coordinadora o propietaria deberá asegurar que las EPEs tengan directorios eficientes que
funcionen profesionalmente bien con una amalgama de capacidades para el cumplimiento de sus
responsabilidades. Esto significará el tener que establecer un proceso estructurado para la designación del
directorio y cumplir una función activa en este proceso. Esto se facilitará si a la entidad propietaria se le da
toda la responsabilidad para organizar la participación del Estado en el proceso de designación.
La designación de los directorios de las EPEs deberá ser transparente, claramente estructurada y estar basada
en una evaluación de la variedad de conocimientos, capacidades y experiencias requeridas. Estos
requerimientos de competencia y experiencia será el resultado de una evaluación del directorio respectivo y
las demandas consiguientes dentro de la estrategia a largo plazo de la empresa. En estas evaluaciones se
deberá tener en cuenta también la función que desempeña el representante de los empleados en el directorio
ya sea que esto hay sido requerido por la ley o por acuerdos mutuos. El hecho que las designaciones se hagan
sobre la base de requerimientos tan explícitos respecto a competencias y evaluaciones conducirá sin duda a
tener directorios más profesionales, responsable y con orientación de negocios.
Cuando el estado no es el único propietario, la entidad coordinadora o propietaria deberá consultar con otros
accionistas antes de las reunión general de accionistas. Los directorios de las EPEs también podrán hacer
recomendaciones a la entidad propietaria sobre la base de los perfiles aprobados para los miembros del
directorio, los conocimientos requeridos y las evaluaciones de los miembros del directorio. El
establecimiento de comités de designación puede ser de utilidad por cuanto contribuirá a centra la búsqueda
de buenos candidatos y la estructuración posterior del proceso de designación. En algunos países, se
considera como buena práctica establecer una comisión especializada o “junta pública” para supervisar las
designaciones para los directorios de la EPEs. Aun cuando dichas comisiones o juntas públicas solo tienen
poder para hacer recomendaciones, en la práctica puede influir grandemente en una mayor independencia y
profesionalismo en los directorios de las EPEs. Las designaciones propuestas deberán ser publicadas con
anticipación a la reunión general de accionistas, conteniendo información adecuada sobre la formación
profesional y especialización de los candidatos respectivos.
Podría también ser útil que las entidades propietarias mantengan una base de datos con candidatos
calificados, lo cual deberá obtenerse por medio de un proceso competitivo. El uso de agencias profesionales
de empleo o de avisos internacionales es otro de los medios para mejorar la calidad del proceso de búsqueda.
Estas prácticas contribuirían a ampliar el grupo de candidatos calificados para los directorios de las EPEs,
particularmente en términos de expertos del sector y los expertos internacionales. El proceso favorecerá
igualmente una mayor diversidad, incluyendo la diversidad de género.
3. Establecimiento de sistemas de presentación de informes que permitan el fiscalización regular y la
evaluación del desempeño de la EPE.
Para que la entidad coordinadora o propietaria tome decisiones informadas sobre los temas fundamentales de
la empresa, deberán asegurarse que reciben oportunamente toda la información necesaria y pertinente.
También deberá establecer medios que hagan posible el fiscalización continuo de las actividades de las EPEs
y su desempeño.
La entidad coordinadora o propietaria deberá asegurar todas la EPEs cuenten con sistemas de presentación de
informes, los mismos que deben ofrecer a la entidad coordinadora o propietaria un cuadro verdadero del
desempeño de la EPE o de la situación financiera, para que puedan reaccionar a tiempo y ser selectivos en su
intervención.
La entidad coordinadora o propietaria deberá desarrollar los mecanismos adecuados y seleccionar los
métodos de evaluación apropiados para el fiscalización del desempeño de la EPE en relación con los
objetivos establecidos. En este sentido puede ayudarse con el desarrollo de un punto de referencia
sistemático sobre el desempeño de la EPE con entidades a nivel nacional como extranjero. Este punto de
referencia deberá incluir la productividad y el uso eficiente del trabajo, los activos y el capital. Este punto de
referencia es particularmente importante para aquellas EPEs en sectores no competitivos. Esto permitiría que
las EPEs, la entidad coordinadora o propietaria y el público en general puedan evaluar mejor el desempeño
de la EPE y reflejarlo en su propio desarrollo.
Un fiscalización efectivo del desempeño de la EPE puede ser facilitado con capacidades adecuadas de
responsabilidad y auditoría dentro de la entidad coordinadora o propietaria a fin de asegurar una
comunicación apropiada con las contrapartes correspondientes, tanto con las servicios financieros de la
EPEs, los auditores externos y los órganos específicos de control del Estado.
4. Cuando el sistema legal y el nivel de propiedad del Estado asi lo permiten, se debe mantener un
diálogo continuo con auditores externos y los órganos específicos de control del Estado.
Dependiendo de la legislación, la entidad coordinadora o propietaria puede tener derecho a designar y hasta
nombrar a los auditores externos. Con respecto a EPEs de propiedad absoluta, la entidad coordinadora o
propietaria deberá mantener un diálogo continuo con los auditores externos, así como con los órganos
específicos de control del Estado si los hubiera. Este diálogo continuo puede hacerse en forma de un
intercambio regular de información, reuniones o debates ad hoc para el caso de problemas específicos. Los
auditores externos proporcionarán a la entidad coordinadora o propietaria la opinión externa, independiente
y calificada sobre el desempeño de la EPE y la situación financiera. Sin embargo, ese diálogo continúo entre
la entidad propietaria y los auditores externos y entidades de control del Estado no serán de responsabilidad
del directorio.
Cuando las EPEs son ofertadas públicamente o de propiedad parcial, la entidad coordinadora o propietaria
deberá respetar los derechos y el tratamiento justo de los accionistas minoritarios. El diálogo con los
auditores externos no proporcionará información privilegiada a la entidad coordinadora o propietaria. y se
deberá respetar la información privilegiada y confidencial.
5. Asegurar que los esquemas de remuneraciones para los miembros del directorio de la EPE
propicien el interés a largo plazo de la empresa y puedan atraer y motivar a profesionales calificados.
Existe una fuerte tendencia a que las remuneraciones pagadas a los miembros del directorio se equiparen o
acerquen a las prácticas del sector privado. Sin embargo, en la mayoría de los países de la OCED, dicha
remuneración está muy por debajo de los niveles de mercado en relación con las capacidades y experiencia
requeridas, así como las responsabilidades comprendidas en el ejercicio de dichas funciones.
NOTAS EXPLICATIVAS PARA EL CAPITULO III: TRATAMIENTO EQUITATIVO PARA
TODOS LOS ACCIONISTAS
El Estado y las empresas de propiedad del Estado deberán reconocer los derechos de todos los accionistas
y de acuerdo a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED asegurar para ellos un tratamiento
equitativo y de acceso igualitario a información de la empresa.
Es de interés del Estado asegurar que en todas las empresas donde existe un compromiso con accionistas
minoritarios, éstos sean tratados en forma equitativa, por cuanto su prestigio en este sentido va a influir en la
capacidad de atraer financiamiento externo y que se valore a la empresa. Por lo tanto, debe asegurarse que
los demás accionistas no tengan una percepción del Estado como algo opaco, impredecible y un propietario
injusto. Por el contrario, el Estado debe establecerse de por sí como un ejemplo y seguir las mejores prácticas
con respecto al tratamiento que se brinda a los accionistas minoritarios.
A. La entidad coordinadora o propietaria de las EPEs debe asegurar que todos los accionistas sean
tratados en forma equitativa.
Cuando una parte del capital de una EPE está en manos de accionistas privados de carácter institucional o
individual, el Estado deberá reconocerles sus derechos. Es de interés de la entidad coordinadora o
propietaria y de las EPEs mismas referirse a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED en relación
con los derechos de los accionistas minoritarios. Los Principios indican que “Los accionistas minoritarios
deberán estar protegidos contra acciones abusivas, o el interés directo o indirecto de ejercer control sobre
los accionistas, y deberán disponer de medios efectivos para poder revertir dicha situación”. Los Principios
prohíben igualmente el comercio interno y el auto tratamiento abusivo. Finalmente las NOTAS
EXPLICATIVAS de los Principios de la OCED sugieren derechos preconizados y mayorías calificadas para
ciertas decisiones de los accionistas como un medio ex-ante de protección a los accionistas minoritarios.
El Estado como accionista principal, es en muchos casos capaz de tomar decisiones en las reuniones
generales de accionistas sin el acuerdo de todos los demás accionistas. El Estado está por lo general en
posición de decidir la composición del directorio. Mientras que dicha decisión frente al poder es un legitimo
derecho de acuerdo a la propiedad, es importante que el Estado no abuse de su función como accionista
principal, por ejemplo estableciendo objetivos que no son del interés de la empresa y por lo tanto va en
detrimento de los demás accionistas. El abuso puede producirse a través de inapropiadas transacciones de
partido, decisiones de negocios con sesgo propio o cambios en la estructura de capital para favorecer a los
accionistas que ejercen el control. Las medidas que pueden tomarse incluyen una mayor apertura, un deber
de lealtad de los miembros del directorio así como mayorías calificadas para determinadas decisiones de los
accionistas.
La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar normas con respecto al trato equitativo para los
accionistas minoritarios. Deberá asegurar que las EPEs individuales, y en especial sus directorios, estén
ampliamente conscientes de la importancia de la relación con accionistas minoritarios y participen
activamente para que ésta sea mejor.
Como se indica en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, el potencial de abuso está señalado
por lo que permite el sistema legal y que es aceptado por el mercado, accionistas controladores para que
ejerzan un nivel de control que no corresponde al nivel de riesgo que ellos asumen como propietarios a
través del uso de mecanismos legales para que los accionistas sean retirados del control. Por ello, los
Gobiernos deberán, en lo posible, limitar el uso de Acciones Doradas y hacer conocer los acuerdos de los
accionistas y las estructuras de capital que permitan a un accionista ejercer un nivel de control sobre la
empresa que no está en proporción con la equidad de los accionistas sobre la propiedad de la empresa.
B. Las EPEs deberán mantener un elevado nivel de transparencia con respecto a todos los accionistas.
Una condición fundamental para proteger a la minoría y a otros accionistas es asegurar un elevado nivel de
transparencia. Los Principios de Gobierno Corporativo de la OECD indican “apoyar la entrega simultánea
de información a todos los accionistas a fin de asegurarles un tratamiento equitativo. Para mantener una
estrecha relación con los inversionistas y los participantes del mercado, las empresas deben tener cuidado
en no violar este principio fundamental de tratamiento equitativo”.
Tanto los accionistas mayoritarios como todos los accionistas deberán tener acceso a toda la información
necesaria para de ese modo poder tomar decisiones con conocimiento de causa. Mientras tanto, los
accionistas principales, incluyendo la entidad coordinadora o propietaria, no debe hacer uso abusivo de la
información que puedan obtener como accionistas de control o miembros del directorio. Para las EPEs que
no figuran en la lista, otros accionistas están por lo general bien identificados y a menudo tienen acceso
privilegiado a la información, por ejemplo a través de los miembros del directorio. Sin embargo, cualquiera
que fuera la calidad y amplitud del marco legal y normativo con respecto a la información, la entidad
coordinadora o propietaria deberá asegurar que en todas las empresas donde el Estado es accionista se
implementen mecanismos y procedimientos que garanticen el acceso fácil y equitativo a la información para
todos los accionistas.
Se deberá hacer de conocimiento público todos los acuerdos de los accionistas, incluyendo acuerdos de
información que involucran a miembros del directorio.
C. Las EPEs deberán desarrollar una política activa de comunicación y de consulta con todos los
accionistas.
Las EPEs, e inclusive cualquier empresa en que el Estado sea accionista minoritario, deberá identificar a sus
accionistas y mantenerlos debidamente informados en forma oportuna y sistemática sobre los eventos
materiales y las próximas reuniones de accionistas. También deberá proporcionar suficiente información de
antecedentes sobre aspectos que estarán por ser decididos. Es responsabilidad de los directorios de las EPEs
asegurar que la empresa cumple sus obligaciones en términos de información a los accionistas. Al hacerlo,
las EPEs estarán aplicando no sólo el marco legal y normativo existente, pero serán alentadas a ir más allá
cuando sea necesario crear credibilidad y confianza. Cuando sea posible, una consulta activa con los
accionistas minoritarios ayudará a mejorar el proceso de toma de decisiones y la aceptación de decisiones
fundamentales.
D. Deberá facilitarse la participación de los accionistas minoritarios en las reuniones de accionistas a
fin que puedan tomar parte en las decisiones fundamentales de la empresa, como es la elección del
directorio.
Los accionistas minoritarios estarán preocupados sobre las decisiones que se toman fuera de las reuniones de
accionistas y de las reuniones de directorio. Esta es una legítima preocupación para las empresas que figuran
en la lista y que tienen un accionariado significativo o de control, pero también puede ser un tema de
preocupación allí donde el Estado es el principal accionista. Sería apropiado que el Estado como propietario
reitere a los accionistas minoritarios la seguridad de que se está tomando en cuenta sus intereses.
Como se subraya en los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED, el derecho a participar en las
reuniones generales de accionistas es un derecho fundamental del accionista. Para alentar a los accionistas
minoritarios a que participen en las reuniones generales de accionistas de las EPEs y facilitar el ejercicio de
sus derechos, las EPEs deberán adoptar mecanismos específicos dentro de la misma tónica como aquellos
recomendados en los Principios de la OCED para las empresas que figuran en la lista. Dichos mecanismos
pueden incluir que se facilite el voto en ausencia o se desarrolle el uso de medios electrónicos como una
opción para reducir el costo de la participación. Más aún, el papel del empleado que participa en las
reuniones generales de accionistas podría ser facilitado, por ejemplo, recogiendo votos en representación
entre los empleados accionistas.
Es importante que cualquier mecanismo especial para proteger a los accionistas minoritarios no contradiga
en aspecto alguno el concepto de tratamiento equitativo. No se deberá evitar que el estado como accionista
mayoritario ejerza su legítima influencia en la toma de decisiones, ni tampoco se deberá permitir que los
accionistas minoritarios detengan el proceso para la toma de decisiones.
NOTAS EXPLICATIVAS SOBRE EL CAPÍTULO IV: LAS RELACIONES CON LOS ACTORES
La política accionarial del Estado debe tomar plenamente en cuenta las responsabilidades de las empresas
de su propiedad ante los actores, y obligar las mismas a rendir cuenta de sus relaciones con éstos.
En algunos países miembros de la OCED, el estatuto jurídico, determinados reglamentos o
convenios/contratos mutuos conceden a determinados actores derechos específicos en el seno de las ESE.
Algunas ESE inclusive se caracterizan por estructuras de gobernanza particulares en cuanto a los derechos
concedidos a los actores, estructuras consistentes, principalmente, en la representación de los empleados en
el seno del directorio o en otros derechos a ser consultados o participar en el proceso de toma de decisiones,
concedidos a los representantes de los empleados o las organizaciones de consumidores, por ejemplo a través
de consejos consultivos.
Las ESE deben reconocer la importancia de las relaciones con los actores para la construcción de empresas
sostenibles y financieramente sanas. Las relaciones con los actores reviste particular importancia para las
ESE en cuanto pueden ser determinantes para el cumplimiento de sus obligaciones de servicio de interés
general, de haberlas, y por cuanto las ESE pueden producir, en algunos sectores infraestructurales, un
impacto determinante en el potencial de desarrollo económico y en las comunidades en las que se
encuentran actuando. Además, algunos inversionistas tienden cada vez más a tomar en cuenta los temas
concernientes a los actores en sus decisiones de inversión, y a evaluar los riesgos de controversia judicial
vinculados con tales cuestiones. Es por lo tanto importante que tanto la entidad coordinadora o propietaria
como la ESE reconozcan los efectos que una política activa para con los actores puede producir en las
ambiciones estratégicas de largo plazo y en la reputación de la empresa, lo cual significa que conviene que
desarrollen y publiciten adecuadamente políticas claras sobre la materia.
Por otra parte, los poderes públicos no deben utilizar a las ESE para promover finalidades diferentes de
aquellas propias del sector privados, excepto disponiendo simultáneamente medidas compensatorias de
alguna clase. Toda concesión a los actores de derechos específico o de capacidad de influir en el proceso de
toma de decisiones debe ser explícita. Ningún derecho específico concedido a los actores por mandato de la
ley y ninguna obligación especial que una ESE deba acatar al respecto han de afectar los poderes de toma de
decisión de los órganos de gobierno de la empresa, a saber, principalmente, de la junta general de accionistas
y el directorio.
A. Los poderes públicos, la entidad coordinadora o propietaria y las mismas ESE deben ellos mismos
reconocer y respetar los derechos de los actores definidos por la ley o por acuerdos mutuos, y hacer
referencia a los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED en lo tocante a este tema.
En su calidad de accionista dominante, el Estado puede controlar el proceso corporativo de toma de
decisiones e tener el poder de tomar decisiones perjudiciales para los intereses de los actores. Por lo tanto, es
importante establecer mecanismos y procedimientos para proteger los derechos de los actores. La entidad
coordinadora o propietaria debe tener una política clara en este aspecto. Por su parte, las ESE deben respetar
a cabalidad los derechos de los actores reconocidos por las leyes, los reglamentos y acuerdos mutuos,
manteniendo en este aspecto un comportamiento análogo al de las sociedades privadas con presencia
bursátil, y utilizando los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED como instrumento de referencia en
lo tocante a las relaciones con los actores.
La implementación de los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED implica reconocer plenamente el
aporte de los diferentes actores y constituye un aliciente para que éstos cooperen en forma activa y
productora de riqueza. Para tal fin, las ESE deben procurar que los actores tengan acceso oportuno y regular
a una información pertinente, suficiente y confiable para poder ejercer sus derechos. Los actores deben tener
acceso a los medios de tutela jurídica de sus derechos. Además, los empleados deben poder comunicar al
directorio libremente sus preocupaciones por prácticas ilegales o contrarias a la ética, sin que ello afecte sus
derechos.
Conviene permitir el desarrollo de mecanismos de participación de los empleados con la finalidad de mejorar
su rendimiento cuando ello se considere útil habida cuenta de la importancia de las relaciones con los actores
en una ESE dada. Sin embargo, a la hora de decidir la conveniencia y los alcances de dichos mecanismos, el
Estado debe considerar cuidadosamente las dificultades inherentes a la transformación de derechos
adquiridos en mecanismos eficaces de mejora del rendimiento.
B. Las ESE grandes o con presencia bursátil, así como aquellas que persiguen importantes objetivos de
política pública, deben dar cuenta de sus relaciones con los actores.
Cada vez más, las buenas prácticas requieren de las sociedades con presencia bursátil que rindan cuentas
sobre las cuestiones que atañen a los actores, pues de esta manera demuestran su voluntad de operar con
mayor transparencia y su compromiso de cooperación con los actores. A su vez, esto promueve la confianza
y mejora la reputación de la empresa. Por consiguiente, las ESE grandes o con presencia bursátil deben
comunicar con los inversionistas, los actores y el público en general sobre sus políticas en lo concerniente a
los actores, e informar sobre su efectiva implementación. Esto vale también para cualquier ESE que persiga
importantes objetivos de política pública o que tenga obligaciones de servicios de interés general, siempre
teniendo debidamente en cuenta los costos involucrados en relación con su tamaño. Los informes sobre las
relaciones con los actores deben comprender informaciones sobre las políticas sociales y ambientales,
siempre que la ESE en cuestión tenga objetivos específicos al respecto. Para tal finalidad, pueden hacer
referencia a las prácticas óptimas y ceñirse a las directrices desarrolladas a lo largo de los últimos años sobre
transparencia corporativa en razón de responsabilidad social y ambiental.
Podría también ser conveniente, en aras de la credibilidad, que las ESE sometan sus informes sobre las
relaciones con los actores a una verificación independiente.
La entidad coordinadora o propietaria puede ella misma reforzar la comunicación de informaciones sobre las
cuestiones relacionadas con los actores tanto estableciendo una política clara como, de ser posible, dando
difusión a datos agregados para el público general.
C. El directorio de una ESE debe tener la obligación de desarrollar, implementar y dar a conocer
programas de cumplimiento de sus códigos éticos internos. Dichos códigos deben basarse en las
normas nacionales vigentes, conformarse a los compromisos internacionales y aplicarse tanto a la
empresa como a sus subsidiarias.
Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED recomiendan que los directorios se rijan por normas
éticas rigurosas. Ello corresponde al interés de largo plazo de cualquier empresa, en cuanto constituye un
medio para hacerla creíble y digna de confianza tanto en la actividad cuotidiana como en sus compromisos
de largo plazo. Una ESE puede verse sometida a presiones adicionales para que deje de ceñirse a normas
éticas rigurosas en razón de la interacción entre las consideraciones comerciales y aquellas de política
pública. Mas aun, al desempeñar las ESE un papel a veces muy importante en marcar la pauta para el mundo
de los negocios de un país, el respeto por su parte de normas éticas rigurosas es realmente importante.
Tanto las ESE como sus directivos deben ceñirse en su conducta a principios éticos rigurosos. Las ESE
deben dotarse de códigos internos de conducta que las comprometan a cumplir con las normas vigentes en su
país y a acatar los códigos de comportamiento más generales. Por lo tanto, deben comprometerse a cumplir
con las directrices de la OCED para las empresas multinacionales, que han sido adoptadas por todos los
Estados miembros de la OCED y reflejan los cuatro principios contenidos en la Declaración de la OIT
relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y en la Convención de la OCED contra la
corrupción. Los códigos éticos deben aplicarse al conjunto de las ESE y sus subsidiarias.
El código ético debe brindar una orientación clara y detallada sobre la conducta que se espera de todos los
empleados, y deben establecerse programas de vigilancia del cumplimiento. Se considera buena práctica
elaborar dichos códigos en un marco participativo que permita involucrar a todos los empleados y demás
actores interesados. Dichos códigos deben, además, contar con el pleno apoyo y ser implementados por el
directorio y los directivos de la empresa.
El código de ética debe comprender indicaciones sobre los procesos de adquisiciones y contemplar
mecanismos específicos que protejan y alienten a los actores en general, y los empleados en particular, a
denunciar episodios de conducta ilegal o contraria a la ética por parte de los directivos de la empresa. Al
respecto, las entidades propietarias deben asegurarse que las ESE sujetas a su responsabilidad creen
mecanismos eficaces de protección en caso de quejas presentadas por sus empleados ya sea personalmente o
a través de sus instancias de representación, o por personas ajenas a la empresa. Los directorios de las ESE
pueden conceder a los empleados o a sus representantes un acceso directo confidencial a un miembro
independiente del directorio, o a un ombudsman dentro de la empresa. Por otra parte, el código de ética debe
prever, asimismo, medidas disciplinarias en caso de denuncias infundadas, hechas de mala fe, carentes de
propósito o de fundamento o maliciosas.
NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPÍTULO V: TRANSPARENCIA E INFORMACIÓN
Las empresas de propiedad del Estado deben regirse por normas de transparencia muy altas, de acuerdo
con los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED.
A. La entidad coordinadora o propietaria deberá preparar información consistente y global sobre las
empresas de propiedad del Estado y publicar un informe anual sobre las EPEs.
Las entidades coordinadoras o propietarias deberán desarrollar un sistema de información global que cubra
todas las EPEs y convertirlo en una herramienta fundamental de información, dirigida al público en general,
al Congreso y a los medios. Este sistema de información debe desarrollarse de tal manera que brinde a todos
los lectores un panorama claro del desempeño y evolución general de las EPEs. Además, la información
global es fundamental para la entidad coordinadora o propietaria que de ese modo podrá profundizar su
conocimiento del desempeño de la EPE y aclarar su propia política.
El sistema de información global debe producir un informe global anualizado emitido por el Estado. Este
informe global debe centrarse primordialmente en el desempeño financiero y el valor de las EPEs. Debe
proporcionar por lo menos una indicación del valor total de la cartera del Estado. También debe incluir una
declaración general sobre la política de propiedad del Estado e información sobre cómo ha sido
implementada dicha política. Asimismo, debe proporcionarse información sobre la organización de la
función de propiedad, así como un panorama de la evolución de las EPEs, información financiera global e
información sobre cambios en los directorios de las EPEs. El informe global debe mostrar los principales
indicadores financieros, incluyendo el volumen de ventas, utilidades, flujo de caja proveniente de
operaciones, inversiones brutas, retorno de capital, el ratio patrimonio / activos y los dividendos.
Igualmente, debe proporcionar información sobre los métodos utilizados para agrupar los datos. El reporte
global también podría incluir información individual sobre las EPEs más importantes. Es necesario destacar
que la información global no debe duplicar sino complementar los requisitos de información existentes,
como por ejemplo, los informes anuales al Congreso. Algunas entidades de propiedad podrían apuntar a
publicar únicamente informes globales “parciales”; es decir, que cubran las EPEs activas en sectores
comparables. Finalmente, la publicación semestral de los informes globales podría mejorar más aún la
transparencia en las propiedades del Estado.
En algunos países ha resultado de gran utilidad para la entidad coordinadora o propietaria, el desarrollar una
página web, lo que permite al público en general acceder fácilmente a la información. Estas páginas web
pueden brindar información tanto sobre la organización de la función de propiedad y la política general de
propiedad, como información acerca de las dimensiones, evolución, desempeño y valor del sector estatal.
B. Las EPEs deberán desarrollar procedimientos de auditoría interna eficientes y establecer una
función de auditoría interna que esté supervisada y bajo el control directo del directorio y del comité
de auditoría o del órgano equivalente en la empresa.
Así como en las grandes empresas públicas, es necesario que las grandes EPEs cuenten con un sistema de
auditoría interna.
“La auditoría interna es una actividad independiente, de consultoría y garantía de objetividad, diseñada para
añadir valor y mejorar las operaciones de una organización. Contribuye a que la organización logre cumplir
con sus objetivos, proporcionándole un enfoque sistemático y disciplinado para evaluar y mejorar la
efectividad en los procesos de gestión de riesgo, control y dirección”3. Son de gran importancia los auditores
internos para garantizar un proceso informativo eficiente y sólido y controles internos apropiados en el
sentido más amplio. Deben definir los procedimientos para reunir, recopilar y presentar información con el
3
Definición del Instituto de Auditores Internos (http://www.theiia.org)
detalle suficiente. Asimismo, deben asegurarse que se implementen adecuadamente los procedimientos de la
empresa y deben poder garantizar la calidad de la información que la empresa brinda.
Para incrementar su independencia y autoridad, los auditores internos deben trabajar en nombre y a las
órdenes directas del directorio y de su comité de auditoria, en sistemas de un solo nivel, de la junta de
supervisora en sistemas de dos niveles o las juntas de auditoria, en el caso que existieran. Deben contar con
acceso irrestricto al Presidente del Directorio, así como a todos los miembros del directorio y del comité de
auditoria. La información que ellos brindan es importante para que el directorio pueda evaluar las
operaciones y desempeño real de la empresa. Deben alentarse las consultas entre los auditores externos e
internos. Finalmente, se recomienda, como buena práctica, que se incluya en los estados financieros un
informe de control interno que describa la estructura de control interno y los procedimientos de información
financiera.
C. Las EPEs, en especial las más grandes, deberán estar sujetas a una auditoría anual externa e
independiente basada en los estándares internacionales. La existencia de procedimientos específicos de
control del Estado no reemplaza a la auditoría externa independiente.
Las EPEs no necesariamente requieren ser auditadas por empresas externas de auditores independientes. Esto
se debe a menudo a que existen sistemas específicos de auditoria y control del Estado, que son considerados
suficientes para garantizar la calidad y la cobertura detallada de la información contable. Estos controles
financieros son ejecutados tradicionalmente por entidades especializadas del Estado o entidades “supremas”
de auditoría, que pueden inspeccionar tanto a las EPEs como a la entidad coordinadora o propietaria. En
muchos casos asisten también a las reuniones de directorio y con frecuencia informan directamente al
Congreso sobre el desempeño de las EPEs. Sin embargo, estos controles específicos están diseñados para
fiscalizar el uso de los fondos públicos y los recursos presupuéstales, pero no todas las operaciones que
realice la EPE.
Para reforzar la confianza en la información proporcionada, el Estado deberá solicitar que además de la
auditoría especial del Estado, por los menos todas las EPEs grandes deberán estar sujetas a auditorías
externas que se llevarían a cabo de acuerdo a los estándares internacionales. Se deberá elaborar
procedimientos adecuados para seleccionar a los auditores externos y es fundamental que no tengan relación
con la administración ni con los mayores accionistas., es decir, el Estado en el caso de las EPEs. Más aún, los
auditores externos deberán estar sujetos a los mismos criterios de independencia como en el caso de las
empresas del sector privado. Esto por lo general incluye límites en la provisión de servicios de consultoría u
otros servicios que no sean de auditoría, así como la rotación periódica de auditores asociados o empresas de
auditoría.
D. Las EPEs deben estar sujetas a la misma alta calidad de normas contables y de auditoría como las
empresas que figuran en la lista. Las EPEs grandes o las que figuran en la lista deberán proporcionar
información financiera y no financiera de acuerdo a la alta calidad de los estándares reconocidos
internacionalmente.
En el interés del público en general, las EPEs deberán ser tan transparentes como las sociedades mercantiles
públicas. Sin considerar su condición legal y aun que no figuren en la lista, todas las EPEs deberán informar
de acuerdo a los estándares de mejores prácticas contables y de auditoría.
Todas las EPEs deberán proporcionar información financiera y no financiera, y las más grandes que figuran
en la lista deberán hacerlo al estándar de alta calidad reconocido internacionalmente. Esto implica que los
miembros del directorio de la EPE firman los informes financieros y que los Directores Ejecutivos y los
Directores de Fiscalización certifican que los referidos informes son apropiados en todos los aspectos
materiales y presentan en forma honesta las operaciones y la situación financiera de la EPE.
En lo posible, se deberá llevar a cabo un análisis de costo beneficio para determinar cual de las EPEs deberá
ser sometida al estándar de alta calidad reconocido internacionalmente. Este análisis deberá tener cuenta que
la solicitud de información requerida es tanto un incentivo como un medio para que el directorio y la
administración desempeñen sus funciones profesionalmente. Las EPEs’s de un tamaño determinado podrían
quedar excluidas, siempre que no impliquen objetivos públicos importantes. Dichas excepciones podrán ser
decididas sólo sobre una base pragmática y puede variar de acuerdo al país, a los sectores industriales y a la
dimensión del sector del Estado.
Un alto nivel de información es también de valor para las EPEs que persiguen importante objetivos de
políticas públicas. Esto es particularmente importante cuando tienen un impacto significativo en el
presupuesto del Estado, en los riesgo que afronta el Estado, o cuando tienen un impacto global más
societario. En Estados Unidos, por ejemplo, las empresas que tienen derecho a recibir subsidios del Estado
para cumplir servicios de interés general, deben llevar cuentas separadas para estas actividades.
E. Las EPEs deben proporcionar información sobre todos los temas descritos en los Principios de
Gobierno Corporativo del OCED y además sobre aspectos de incumbencia significativa para el Estado
como propietario y para el público en general.
Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCED cuales deben ser los elementos principales sobre los
que debe informar una empresa pública. Las EPEs deberán cumplir por lo menos con estos requerimientos,
incluyendo los resultados financieros y operacionales, las políticas de remuneraciones, las transacciones con
partes relacionadas, las estructuras de gobierno y las políticas de gobierno. Las EPEs deben informa si es que
siguen al código de gobierno corporativo y, de ser así, indicar cual. Con relación a las remuneraciones de los
miembros del directorio y de los ejecutivos principales, se considera buena práctica hacerlo sobre una base
individual. La información deberá incluir las provisiones para cese y retiro, así como cualquier servicio
específico o remuneración en especie proporcionada a los miembros del directorio. Las EPEs deberán estar
particularmente atentas a mejorar la transparencia en las áreas siguientes:
Los Ejemplos sobre dicha información incluyen:
1. Una declaración clara para el público sobre los objetivos de la empresa y el cumplimiento de los
mismos.
Es importante que cada EPE tenga claros sus objetivos generales. Aparte del sistema de fiscalización
existente se deberá identificar un grupo limitado de objetivos generales básicos junto con información sobre
la forma como la empresa está manejando la concesión recíproca de objetivos que podrían estar en conflicto.
Cuando el Estado es un accionario mayoritario o controla efectivamente la EPE, los objetivos de la empresa
deberán estar claros para todos los inversionistas, el mercado y el público en general. Dichas obligaciones
alentarán a los funcionarios de la empresa para que aclaren los objetivos para ellos mismos y podría
igualmente aumentar el compromiso de la administración para el logro de dichos objetivos. Proporcionará un
punto de referencia para todos los accionistas, el mercado y el público en general para tener en cuenta la
estrategia adoptada y las decisiones tomadas por la administración.
Las EPEs deberán informar sobre la forma como han cumplido con sus objetivos proporcionando para ello
indicadores de desempeño que son fundamentales. Cuando la EPE ha sido utilizada para objetivos de política
pública, también se deberá informar sobre la forma como fueron logrados dichos objetivos.
2. La estructura electoral y de propiedad de la empresa
Es importante que las estructuras electorales y de propiedad de las EPEs sean transparentes de modo que
todos los accionistas tengan una comprensión clara de su parte en el flujo de caja y sus derechos de voto.
También debe estar claro quien retiene la propiedad legal de las acciones del Estado y donde se ubica la
responsabilidad para ejercer los derechos de propiedad del Estado. Se deberá informar también sobre
cualquier otro derecho especial o acuerdo que distorsione la estructura de propiedad o de control de la EPE,
tales como acciones doradas y poder de veto.
3. Factores de riesgos materiales y medidas tomadas para manejar dichos riesgos
Surgen serias dificultades cuando las EPEs emprenden estrategias ambiciosas sin identificar claramente,
evaluar o informar debidamente sobre los riesgos implicados. La información sobre los factores de riesgos
materiales es particularmente importante cuando las EPEs operan en industrias recientemente liberalizadas y
cada vez más internacionalizadas donde deben afrontar una serie de nuevos riesgos en aspectos políticos,
operacionales o de tasas de tipo de cambio. Sin información adecuada sobre factores de riesgo materiales, las
EPEs pueden proporcionar una representación falsa sobre su situación y desempeño general. Ello a su vez
puede conducir a inapropiadas decisiones estratégicas e inesperadas pérdidas financieras.
Una información apropiada por parte de las EPEs sobre la naturaleza y alcance de riesgo incurrido en sus
operaciones requiere el establecimiento de sistemas sólidos de gestión interna para identificar, manejar
controlar e informar sobre los riesgos. Las EPEs deberán informar de acuerdo a los nuevos y evolucionados
estándares y sobre el balance de todos los activos y pasivos. Cuando sea necesario, dicha información deberá
incluir las estrategias para el manejo de riesgos así como los sistemas implementados. Las empresas que
trabajan en industrias de extracción deberán informar sobre sus reservas de acuerdo a las mejores prácticas
correspondientes por cuanto ello puede ser un elemento fundamental de su valor y del perfil de de riesgo.
Se deberá informar también sobre las Alianzas Públicas Privadas. Dichas empresas de riesgo se caracterizan
a menudo por las transferencias de riesgos, de recursos y recompensas entre asociados públicos y privados
para proporcionar servicios públicos o infraestructura pública y pueden por lo tanto inducir a nuevos y
específicos riesgos materiales.
4. Cualquier ayuda financiera, incluyendo garantías, recibidas del Estado y los compromisos
establecidos a nombre de la EPE.
Para ofrecer un cuadro más justo y completo de la situación financiera de una EPE, es necesario que los
mecanismos de obligaciones mutuas, asistencia financiera, o riesgos compartidos entre las EPEs y el Estado
sean debidamente informados. La información deberá incluir detalles sobre cualquier donación o subsidio
por parte del Estado para las operaciones, así como de cualquier compromiso que el Estado asuma a favor de
una EPE. La información sobre las garantías podrá ser proporcionada por la EPE misma o por el Estado. Se
considera como buena práctica que los Parlamentarios monitoreen las garantías del Estado a fin de que se
respeten los procedimientos presupuéstales.
5. Cualquier transacción material entre entidades
Las transacciones que se realizan entre EPEs y empresas relacionadas, tal como una inversión accionaria de
una EPE en otra EPE, pueda dar lugar a un abuso potencial y deberá ser informada. Los informes de
transacciones con entidades relacionadas deberán proporcionar toda la información necesaria para evaluar la
forma justa y apropiada en que se han llevado a cabo dichas transacciones.
NOTAS EXPLICATIVAS AL CAPÍTULO VI: RESPONSABILIDADES DE LOS DIRECTORIOS
DE EMPRESAS DE PROPIEDAD DEL ESTADO
Los directorios de empresas de propiedad del Estado deben tener la autoridad, competencia y objetividad
necesarias para realizar sus funciones de orientación estratégica y fiscalizadora de su gestión. Deberán
actuar con integridad siendo responsables de sus acciones.
En muchos países, los directorios de las EPEs tienden a ser demasiado grandes y carecer de perspectiva
comercial y criterio independiente. Pueden tener un número excesivo de miembros provenientes de la
administración del estado. Más aún, puede ocurrir que no se les haya conferido todas las responsabilidades
correspondientes a un directorio y, por lo tanto, ser invalidados por la administración superior y por las
mismas entidades propietarias y sus funciones duplicadas por los órganos estatales reguladores respectivos
en algunas áreas.
Potenciar y mejorar la calidad de los directorios de las EPEs es un paso fundamental para mejorar el
gobierno corporativo de las EPEs. Es importante que las EPEs cuenten con directorios fuertes que puedan
actuar en el interés de la empresa y fiscalizar eficazmente su administración sin interferencia política
indebida. Con este fin, sería necesario asegurar la competencia de los directorios de las EPEs, mejorando su
independencia y perfeccionando la manera en que operan.
Es también necesario conferirles
responsabilidades claras y completas de sus funciones y asegurarse de que actúan con integridad.
A. Se debe asignar a los directorios de las EPEs un mandato claro y la máxima responsabilidad por la
gestión de la empresa. El directorio debe ser totalmente responsable frente a los propietarios, actuar
en el mejor interés de la empresa y tratar a todos sus accionistas de manera equitativa.
En principio, los directorios de las EPEs deben tener las mismas responsabilidades señaladas en las leyes de
sociedades. Sin embargo, en la práctica puede reducirse la responsabilidad de los miembros de los
directorios, en especial, en las que los nombramientos los hace el estado.
Las responsabilidades de los directorios de las EPEs deben estar articuladas en las legislaciones y
reglamentos pertinentes, la política gubernamental de la propiedad y las constituciones de las empresas. Es
de fundamental importancia y debe enfatizarse que los miembros de los directorios tienen la obligación legal
de actuar en el mejor interés de la empresa con un trato equitativo para todos sus accionistas. La
responsabilidad legal colectiva e individual de los miembros del directorio debe estar expresada con claridad.
No deben existir diferencias entre las responsabilidades de los miembros de los directorios, tanto de
miembros designados por el estado o cualquiera de los accionistas o actores participantes. La capacitación
debe ser necesaria para informar a los miembros de los directorios de las EPEs sobre sus responsabilidades y
obligaciones.
Para promover la responsabilidad del directorio y para que funcione con la eficacia requerida, se deben
observar las mejores prácticas del sector privado y limitar su tamaño. La experiencia indica que los
directorios de menor tamaño permiten debates estratégicos y son menos propensos a actuar
burocráticamente.
Para subrayar las responsabilidades del directorio, las Memorias del Directorio deben presentarse con los
estados anuales y sometidos a auditorías externas. Las Memorias del Directorio deben proporcionar
información y comentarios acerca de la organización, los resultados financieros, factores de riesgo material,
acontecimientos de importancia, relaciones con los accionistas y los efectos de las directivas de la entidad
coordinadora o propietaria.
B. Los directorios de las EPEs deben realizar su función de fiscalización de la gestión y de orientación
estratégica de acuerdo a los objetivos establecidos por el Gobierno y la entidad propietaria. Deben
tener el poder de nombrar y destituir a los presidentes ejecutivos (CEO).
En muchos casos, no se le confiere a las EPEs la responsabilidad total y la autoridad requerida desempeñar
sus funciones de orientación estratégica, de fiscalizar la gestión y controlar la divulgación de la situación de
la empresa. Las funciones y responsabilidades de los directorios de las EPEs pueden verse entorpecidas
tanto por las entidades propietarias como por la administración. La entidad coordinadora o propietaria, o en
su defecto, el mismo gobierno pueden estar tentados a intervenir en problemas estratégicos, aunque su
responsabilidad sea definir los objetivos generales de la empresa, en especial, desde que la diferencia entre
definir objetivos y establecer estrategias puede no ser algo muy claro. Los directorios de las EPEs pueden
también encontrar dificultades en la fiscalización de la gestión, puesto que no siempre tienen la legitimidad,
o incluso la autoridad para hacerlo. Más aún, en algunos países, existe una relación estrecha entre la
administración y la función de la propiedad o directamente con el gobierno. Los CEOs de las EPEs tienden a
informar a los que tienen la propiedad o al gobierno de manera directa pasando, por lo tanto, por encima del
directorio.
Con el objeto de cumplir con su función en forma activa los directorios de las EPEs deben (i) formular,
fiscalizar y revisar la estrategia de la empresa dentro del marco de los objetivos corporativos; (ii) establecer
indicadores adecuados de la gestión y determinar los riesgos principales; (iii) fiscalizar los procesos de
divulgación y comunicación, asegurando que los estados financieros presenten en forma imparcial la
situación de la empresa y reflejen los riesgos incurridos; (iv) evaluar y supervisar la gestión de la
administración; y (v) desarrollar en forma efectiva los planes de sucesión de los ejecutivos principales.
Una función principal de los directorios de las EPEs debe ser el nombramiento y destitución de los
presidentes ejecutivos (CEO). Sin esta autoridad, es difícil que los directorios de las EPEs puedan ejercer
plenamente su función de fiscalización y sentirse responsables por su gestión. En algunos casos, esto puede
realizarse con la entidad propietaria o en consulta con ella. En algunos países, el propietario de una empresa
puede nombrar en forma directa al presidente ejecutivo, posibilidad que también existe en el caso de las
EPEs. Esto puede ocurrir también cuando el estado es el propietario principal en las EPEs que tienen por
objeto la prestación de importantes servicios públicos. Para asegurar el mantenimiento de la integridad del
directorio, la buena práctica requeriría consultar los nombramientos con el directorio. Al margen de este
procedimiento, los nombramientos deben basarse en criterios profesionales. Las normas y procedimientos
para la fiscalización y nombramiento del presidente ejecutivo deben ser transparentes y respetar la línea
sucesiva de responsabilidad entre el presidente ejecutivo, el directorio y la entidad propietaria. Debe darse a
conocer todo acuerdo de los accionistas con respecto al del nombramiento del presidente ejecutivo.
Como resultado de su obligación de evaluar y supervisar la gestión de la administración, los directorios de
las EPEs deben tener también un peso decisivo sobre la compensación de su presidente ejecutivo. Deben
asegurar que la remuneración del presidente ejecutivo sea adecuada a su gestión y de conocimiento público.
C. Los directorios de las EPEs deben estar conformados de manera que puedan hacer uso de criterios
objetivos e independientes. La buena práctica requiere que la designación del presidencia del
directorio y el presidente ejecutivo recaiga en diferentes personas.
Un prerrequisito central en el poder que se le confiere a los directorios de las EPEs es que sean estructurados
de manera que puedan hacer uso eficaz de criterios objetivos e independientes, que estén en posición de
fiscalizar la administración superior y adoptar decisiones estratégicas. Como se subraya en los Principios,
"con el objeto de ejercer sus deberes de fiscalización de la gestión de la administración, previniendo
conflictos de interés y equilibrando las demandas de competencia de la empresa, es esencial que el
directorio pueda hacer uso de criterios objetivos." Todos los miembros del directorio deben ser nombrados
mediante un proceso transparente y debe establecerse con claridad que su deber es actuar en el mejor interés
de la empresa en general. No deben actuar como representantes individuales de las entidades que los
nombraron. Los directorios de las EPEs debe estar también protegidos contra toda interferencia política
indebida y directa que pudiera distraerlos de su concentración en el cumplimiento con los objetivos
acordados por el gobierno y la entidad propietaria.
Un requisito central para mejorar la objetividad de los directorios de las EPEs es nombrar directorios con el
número suficiente de miembros competentes no ejecutivos capaces de ejercer un criterio independiente.
Estos miembros del directorio deben tener la competencia y experiencia necesarias y es aconsejable que
provengan del sector privado. Esto contribuiría a que los directorios tengan una orientación comercial, en
especial, en el caso de las EPEs que operan en mercados competitivos. Su experiencia puede comprender
calificaciones relacionadas con las obligaciones y objetivos específicos de la política de las EPEs. En
algunos países, la diversidad en la composición de los directorios es también un problema y comprende la
consideración de género. Todos los miembros del directorio deben revelar cualquier conflicto de interés para
que el directorio decida sobre el tratamiento que deba otorgársele.
Se deben desarrollar mecanismos para evaluar y mantener la eficacia de la gestión e independencia del
directorio, tales como por ejemplo, el límite del número posible de veces de los nombramientos y los
recursos concedidos al directorio para acceso a información independiente o los recursos para realizar
pericias independientes.
Para mejorar la independencia del directorio, los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE consideran
también que puede ser una buena práctica que el presidente del directorio y el presidente ejecutivo de la
empresa tengan estructuras diferentes. La separación entre el presidente del directorio y el presidente
ejecutivo ayuda "a lograr un balance de poder apropiado, incrementando la responsabilidad y mejorando la
capacidad del directorio en la adopción de decisiones independientes de la administración". Una definición
clara y adecuada de las funciones del directorio y de su presidencia contribuiría a prevenir situaciones en que
la separación pueda dar lugar a una oposición ineficiente entre los dos funcionarios de la empresa. En el
caso de un sistema con directorios de dos niveles, se considera asimismo una buena práctica que el jefe del
directorio inferior (el directorio de la administración) no sea presidente de la junta supervisora cuando se
retire.
La separación de la presidencia del directorio del presidente ejecutivo es especialmente importante en las
EPEs en que por lo general se considera necesario dar al directorio poder de independencia de la
administración. La presidencia del directorio tiene la función principal de guiar al directorio, asegurando su
conducción eficiente y promoviendo la participación activa de sus miembros en la orientación estratégica de
la EPE. Cuando el presidente del directorio y el presidente ejecutivo son diferentes personas, el presidente
del directorio debe también acordar con la entidad propietaria la capacidad y experiencia que el directorio
debe tener para un funcionamiento eficaz. Por lo tanto, la separación entre la presidencia del directorio y el
presidente ejecutivo debe considerarse como una medida fundamental para el establecimiento de directorios
eficientes en las EPEs.
D. Si existe mandato para la representación de los empleados en el directorio, se debe desarrollar
mecanismos que garanticen que esa representación sea ejercida con eficacia y contribuya a mejorar la
capacidad, información e independencia del directorio.
En los casos en que por mandato de ley o pacto colectivo los empleados están representados en los
directorios de las EPEs, esto debe efectuarse de manera que contribuya a la independencia, competencia e
información de los directorios de las EPEs. Los representantes de los empleados deben tener los mismos
deberes y responsabilidades de los demás miembros del directorio, deben actuar en el mejor interés de la
empresa y tratar con equidad a los accionistas. Los representantes de los empleados en los directorios de las
EPEs no deben considerarse como una amenaza a la independencia del directorio.
Se deben establecer procedimientos que faciliten el profesionalismo e independencia real de los empleados
miembros del directorio y asegurarse de que respeten su deber de discreción. Estos procedimientos deben
comprender elecciones adecuadas, transparentes y democráticas y capacitación y claridad en el manejo de
conflictos de interés. Una contribución positiva a la labor del directorio requerirá también aceptar y
colaborar con los demás miembros así como con la administración de la empresa.
E. Cuando resulte necesario, los directorios de las EPEs deben constituir comités especializados para
apoyar al directorio en la realización de sus funciones, en especial, con respecto a auditoría, manejo de
riesgos y remuneraciones.
Se ha incrementado la utilización de comités especializados en los directorios de las EPEs siguiendo los
lineamientos de la práctica en el sector privado. El tipo de comités especiales que utilizan los directorios
puede variar entre empresas e industrias, se componen de comités de auditoría, comités de remuneraciones,
comités de estrategia, comités de ética y en algunos casos de comités de riesgo y adquisiciones. En algunos
países, un órgano equivalente al comité de auditoría realiza una función similar.
El establecimiento de comités especializados del directorio puede ser una función decisiva para fortalecer la
competencia de los directorios de las EPEs y en apuntalar su responsabilidad crítica en asuntos tales como el
manejo de riesgos y la auditoría. Pueden también resultar eficaces para el cambio de la cultura del directorio
y el fortalecimiento de su independencia así como de su legitimidad en áreas en que existe la posibilidad de
conflicto de intereses, como en los casos de adquisiciones, transacciones con partes relacionadas y en materia
de remuneraciones.
Cuando los comités de los directorios no son constituidos por mandato de ley, la entidad coordinadora o
propietaria debe desarrollar una política que defina los casos para los que se debe considerar comités
especializados del directorio. Esta política debe estar basada en una combinación de criterios, tales como el
tamaño de la EPE y los riesgos concretos que enfrentan o las competencias que deben fortalecerse dentro de
los directorios de las EPEs. Las grandes EPEs deben contar por lo menos con un comité de auditoría u
órgano equivalente con poderes para reunirse con cualquier funcionario de la empresa.
Es de fundamental importancia que los comités especializados de los directorios sean presididos por persona
que no estén en cargos ejecutivos y estén compuestos de un número suficiente de miembros independientes.
La proporción de miembros independientes así como el tipo de independencia requerida (por ejemplo, de la
gerencia o del propietario principal) dependerá del tipo de comité, la sensibilidad de los problemas, los
conflictos de intereses y el sector al que pertenece la EPE. Por ejemplo, el comité de auditoría debe estar
compuesto de sólo miembros independientes y versados en asuntos financieros.
La existencia de comités especializados de los directorios no debe eximir al directorio de su responsabilidad
colectiva en todos los asuntos. Los comités especializados de los directorios deben tener atribuciones
escritas que definan sus deberes, autoridad y composición. Los comités especializados de los directorios
dependen directamente del directorio y las actas de sus reuniones deben estar a disposición de los miembros
del directorio.
Los directorios de las EPEs deben establecer también un comité de nombramientos que coopere con la
entidad propietaria en el proceso de nombramiento del directorio. En algunos países, la práctica es que los
comités de nombramiento puedan establecerse fuera de la estructura del directorio y, en especial, con la
participación de varios propietarios principales. Cualquiera que sea el órgano que establezca el comité de
nombramientos, es importante que el directorio participe en la determinación de su propia composición y la
planificación de su sucesión así como en el proceso de búsqueda y en su capacidad de ofrecer
recomendaciones. Esto puede contribuir a que el proceso de nombramientos se concentre en la competencia.
F. Los directorios de las EPEs deben realizar una evaluación anual de su gestión.
Un proceso de evaluación sistemática es una herramienta necesaria para mejorar el profesionalismo de los
directorios de las EPEs, puesto que pone de manifiesto las responsabilidades del directorio y los deberes de
sus miembros. Desempeña también una función decisiva en la determinación de las competencias necesarias
y en el perfil de los miembros del directorio. Por último, es un incentivo útil para que los miembros del
directorio dediquen tiempo y esfuerzo suficientes a sus deberes como miembros del directorio.
La evaluación debe examinar tanto la gestión general del directorio que podría comprender también la
eficacia y contribución de cada uno de sus miembros. Sin embargo, la evaluación de cada uno de los
miembros no debe impedir la deseada y necesaria colegiación de la labor del directorio.
La evaluación del directorio debe realizarse bajo la responsabilidad de la presidencia y de acuerdo con las
mejores prácticas en desarrollo. La evaluación del directorio debe proporcionar insumos para la revisión de
problemas, tales como el tamaño y composición del directorio y la remuneración de sus miembros. Las
evaluaciones deben tener también una función decisiva en el desarrollo eficaz y apropiado de programas de
inducción y capacitación para los miembros tanto nuevos como existentes de los directorios de las EPEs. Al
efectuar la evaluación, los directorios de las EPEs se debe contar con la asesoría de expertos externos e
independientes así como de la entidad propietaria.
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