Farrugia

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LAS MANOS PIENSAN Y LA CABEZA TRABAJA
1. LAS GRÁFICAS DEL PROYECTO
Imaginar el espacio y los objetos tridimensionales sigue siendo una tarea ardua
para nuestra inteligencia, educada, por extensos procesos, en el texto escrito y la
percepción bidimensional. Para promover esta otra inteligencia visual se ha
requerido de representaciones geométricas y metódicas que permiten exponer no
sólo las cosas existentes que nos rodean sino el mundo imaginario propio en el que
habitan los objetos que este pergeña. Probablemente haya sido la perspectiva y las
proyecciones métricas, con sus distintas variantes, las invenciones gráficas que
aseguraron capturar con mayor precisión en los límites de una hoja de papel el
espacio y las formas de las cosas tridimensionales.
Para la formación arquitectónica, la representación gráfica de los espacios y los
objetos están en el núcleo de su procedimiento. El dibujo bi y tridimensional
despliega la amplitud del pensamiento proyectual y si se quiere, reencuentra al
arquitecto con un oficio fundado hace varios siglos. Sin embargo no es el caso de
los diseñadores gráficos, que es en el escenario en el que se cumplen las
experiencias que exponemos. Para ellos, este recorrido, no alcanza aquel relieve
instrumental. Esta disciplina, el Diseño Gráfico, que se desenvuelve en la
producción de imágenes bidimensionales, prescinde razonablemente del
conocimiento metódico del espacio y los objetos tridimensionales.
Por lo tanto si se sigue la secuencia de este relato se verá que nos encontramos
frente a la problemática de la concepción tridimensional de los objetos sin contar
con los conocimientos de los sistemas de representación gráfica conocidos. De este
modo se compone un contexto didáctico cuya producción resultante ha sido
mayormente esquiva a los lenguajes gráficos vinculado a las proyecciones
espaciales, pero también, claramente intencionado a las referencias semióticas
2. LA MATERIA Y LAS FORMAS DE LAS COSAS
El diseño tridimensional en la experiencia que exponemos, queda involucrado en
la producción de los objetos, en su diseño y su construcción. Partimos de suponer
que la ideación morfológica, comunicacional, y la manipulación de materiales,
herramientas y técnicas de construcción, aunque elementales y precarias deben
quedar involucradas en una sola y única práctica productiva.
La producción propia y directa de los objetos se presenta como lugar de
conocimiento, de investigación y experimentación, de la aventura constructiva y la
inventiva proyectual. Se trata de una experiencia de conocimiento en la que la
distinción entre proyecto y construcción queda desarmada a favor de unas prácticas
constructivas en las que se superponen el ensayo técnico y el seguimiento gráfico,
estos pierden orden y se piensan a la vez.
La finalidad constructiva y sus resultados concretos comprobados en los objetos
producidos se alejan de los procedimientos de simulación vinculados a trayectos
académicos en los que la representación gráfica antecede al objeto construido. Se
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presume que el contacto y la manipulación de los materiales y las herramientas, sus
técnicas, reporta la sensibilidad más próxima a la producción de estos objetos.
Manuel de Landa (2001:130-143):
“Me gustaría contrastar dos filosofías distintas del diseño, o lo que es
lo mismo, dos teorías distintas de la génesis de la forma. Una de estas
filosofías piensa en la forma o el diseño como algo principalmente
conceptual o cerebral, algo que debe generarse como pensamiento
puro, al margen del caótico mundo de la materia y la energía, una vez
concebido, a un diseño se le pueda dar forma física limitándose a
imponerlo sobre un sustrato material que se supone que es
homogéneo, obediente y receptivo de los deseos del diseñador”.
“La postura opuesta la representaría una filosofía del diseño en la que
los materiales no son receptáculos inertes para una forma cerebral
impuesta desde el exterior, sino activos participantes en la génesis de
la forma”.
3. LAS MANOS Y LA FORMA DE LAS COSAS
En este contexto estos trabajos hacen evidentes varias situaciones que nos ha
interesado promover y reflexionar. Muchos de los trabajos elaborados por los
alumnos desbordan claramente las posibilidades de ser contenidos en los marcos
del lenguaje gráfico. Han sido obrados por las manos que, en su propio descontrol,
operan geometrías volumétricas de casi imposible representación. “pensar con las
manos, construir con la cabeza” es una frase del arquitecto Campos Baeza
(Campos Baeza 2007: 6) que hemos recogido y nos parece expresiva de estas
explicaciones. Esto sucede no sólo cuando dibujan sino cuando manipulan
materiales, herramientas y configuran modelos volumétricos. En consecuencia,
para algunos la manipulación del lenguaje gráfico será la instancia de pensamiento
proyectual más intenso. Para otros evitarlo será la posibilidad de encontrar otros
recorridos igualmente imaginativos y sorprendentes.
Henri Focillon en su “Elogio de la mano”, texto aún comprometido con una
versión más idealista que caracteriza a las manos como herramientas y hasta
sirvientas de la subjetividad artística debe conceder y reconocer que: “las manos
toman, crean, y, a veces, diríase, piensan” y reconoce que “el vocabulario hablado
no es menos rico que las impresiones de la mano y hace falta más de un lenguaje
para traducir su número, su diversidad y su plenitud”.
En realidad se hizo cada vez más claro que la superficie, el volumen, la densidad,
la gravedad, el color, la textura no son fenómenos solamente ópticos. También son
percibidos por las manos de modo sensible e igualmente participan del diálogo
inventivo. A la vez se hace patente la condición imprevisible que siguen los
recorridos de estas labores manuales. El azar y lo aleatorio, y hasta el talento y la
torpeza, normalmente fuera del ámbito de la razón, encontraron un lugar en estas
composiciones formales. Su potencialidad está medida por su capacidad para abrir
los ámbitos imaginarios, tanto más dificultoso si no se pierde de vista y se tiene en
cuenta la cualidad tridimensional de estas consignas.
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Dada las cualidades volumétricas de tales construcciones no tienen el mismo rigor
semántico de las palabras, no son la misma cosa, es decir no son leídos o
escuchados, en su lugar son percibidos y usados, contemplados, por lo tanto no
siguen la secuencia emisor, mensaje y receptor. Estos objetos y sus imágenes hacen
pensar de otra manera, desbordan las palabras y no hay equivalencia entre unos y
otras. Las sensaciones de luz, color, proporción, textura, etc. se acreditan en la
sensibilidad perceptiva y más allá en la emoción. En este sentido el objeto supera al
proyecto y su obtención sorprende al realizador.
4. LA PREGUNTA POR LAS PALABRAS
Decíamos que los objetos se perciben a través de los sentidos y resuenan en un
ámbito emocional y sensible no siempre contenido entre palabras: la percepción de
las cosas físicas no es la misma que la de las secuencias escritas y literarias y
también son diferentes sus resultantes espirituales. La forma tridimensional, física,
es una realidad material y no una representación. En tal sentido no es ni texto
escrito ni imagen bidimensional y estas, en tanto representaciones, son diversos
medios de registrar y difundir las cosas materiales.
Es parte de la enseñanza del diseño instalar la pregunta como instancia del
conocimiento, dado que es el recorrido educativo encargado de promover la
indagación, la duda y no sólo la respuesta técnica. Para ello forzamos interrogar la
dialéctica entre palabra y objeto en cuanto que la palabra cuando designa también
diseña. Es llamativa la similitud de estas dos palabras. La entendemos una relación
dura y tensa dado que cuando el significado se despliega llena de cualidades y
requisitos al significante y si bien la forma del objeto en su tránsito por el
imaginario del diseñador prescinde del texto, sin embargo es a través de la palabra
que la cultura y la comunidad, y la misma academia, lo consagra. La cercanía entre
estos dos términos, designar y diseñar, retiene una versión dominante de la palabra
sobre las cosas Para presentar un escenario problemático se nos hace necesario
desafiar esta dialéctica entre palabra y objeto.
Es axiológico de la formación proyectual, del diseño, interrogar las formas de las
cosas que la cultura ha consagrado en un momento. Por ello mismo no es la estética
un valor a alcanzar sino un estado de cosas que debe ser interrogado. Al menos es
la utopía educativa que resguardamos ya que lo sentimos inherente y originario a la
esencia del diseño. No vemos posible abrir un espacio proyectual de la forma
tridimensional si el recorrido no atraviesa diversas relaciones entre la palabra,
portadora de las significaciones, y la forma de los objetos.
Aquella versión dominante que el lenguaje intenta sobre las cosas no es la versión
que más nos interesa reproducir. En realidad vemos una relación ríspida y
cambiante en la que las cosas y las palabras intercambian su rol dominante cuando
el proyecto de nuevas cosas conmueve y altera los hábitos y los discursos. También
los objetos físicos y concretos se vuelven imagen cuando mutan referencias y
significaciones. Allí donde estas representaciones se perturban, se opacan, se
oscurecen, son el silencio, y los vacíos, los que abren la oportunidad a su
interrogación.
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5. CONCLUYENDO
“Es contradictorio, absurdo, que la inteligencia pueda llegar a dar contorno a una
interrogación que ella misma no puede contestar: tales preguntas incontestables
serán alumbramientos...” decía Macedonio Fernández (1967 [1977:19]).
Estos alumbramientos son los momentos que esta enseñanza desea procurar. Es el
mundo imaginario de los alumnos el que queda sometido al silencio cuando su
inteligencia no encuentra las respuestas que dan las referencias más cercanas.
Sucede que el azar suele ser más creativo que la razón y son las manos y los
materiales los que buscan las respuestas que el pensamiento no tiene y las gráficas
no alcanza a develar.
Estos trabajos que mostramos son objetos que no fueron acomodados a las palabras
que dan los significados acostumbrados, tampoco se les impuso mediante
representaciones gráficas alcanzar los valores estéticos dominantes. La
manipulación imprevisible de materiales y técnicas elementales advierten de la
productividad en las que la interrogación y el vacío tienen sobre la génesis de la
forma.
6. VEAMOS QUE OBTUVIMOS:
En algunos casos como en el juego del Ajedrez la relación entre las palabras y las
formas es unívoca, cierta e indudable. Nombrar al peón, el caballo, el alfil, la torre,
la dama y el rey es dar cualidades de su morfología, detalles y proporciones.
Proponer rediseñar estas unidades conlleva la consigna de alterar esos vínculos.
Este ejercicio lo hicimos en tres ocasiones:
6.1. La primera de ellas fue en el año 1999, se fijó como material las láminas en
cualquiera de sus formas conocidas, es decir cartulinas, acetatos, pvc, chapas, y
como condición la posibilidad de ser armados y desarmados por sus jugadores. El
tablero también debía ser rediseñado.
Figura 1. Ajedrez realizado con cartulinas y cartón mediante pliegues y encastre.
Figura 2. Ajedrez realizado en acetato y acrílico mediante encastres.
Figura 3. Piezas del ajedrez desarmadas.
6.2. Luego lo hicimos en dos ocasiones agregando una nueva condición
comunicacional: las armadas que confrontaban debían pertenecer a marcas de
cervezas o gaseosas, año 2003, y de marcas de cigarrillos en el año 2005. Para ello
debían reciclar los embases de aluminio y las cajas de cigarrillos; en esta situación
las marcas, con sus colores, textos e ísologotipos debían ser claramente visibles.
Figura 4. Ajedrez confeccionado con latas de gaseosas.
Figura 5. Ajedrez confeccionado con latas de cerveza y madera.
Figura 6. Tablero de ajedrez de madera.
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Figura 7. Piezas de ajedrez construídas con cajas de cigarrillos.
Figura 8. Ajedrez realizado con cajas de cigarrillos mediante encastres y pliegues.
6.3. En varias ocasiones apelamos al cuerpo como escenario tridimensional a
conocer y en el que desenvolver una experiencia de diseño.
La primera de ellas fue en el año 2004, propusimos hacer un indumento; utilizamos
una palabra derivada de indumentaria de dudosa existencia, al menos poco usual,
que no designa ni diseña y, por lo tanto, no daba señas de qué hacer. Los alumnos
debían elegir el lugar del cuerpo sobre el cual trabajar y decidir la pieza que
aplicarían sobre él. Los materiales eran los disponibles y al alcance de los alumnos
y aptos para construir una trama ya no de hilos sino de unidades a ser tramadas,
tejidas, mediante encastres, nexos, conectores, etc.
Figura 9. Indumento realizado en cartulina a partir de módulos.
Figura 10. Indumento en papel de diario realizado con módulos y tejidos.
Figura 11. Indumento realizado en cartón y cartulina con plano seriado y módulo.
Figura 12. Indumento realizado en cartulina a partir de módulos.
La segunda ocasión que trabajamos sobre el cuerpo pensamos en objetos para la
cabeza. Para ello pedimos recuperar todas las palabras referidas a las cosas que se
utilizan en la cabeza o en algunas de sus partes. Fue así que el pizarrón se llenó de
más de 50 palabras que aludían a objetos y cosas que van en la cabeza: lentes, aro,
bincha, peineta, auriculares, casco, peluca, pestaña postiza, máscara, antifaz, piojo,
caspa, rulero, etc. Propusimos trabajar con todas las palabras y el objeto a resolver
debía proceder por ambigüedad o hibridez. En algunos casos se apeló a cosas
conocidas en otros se hizo un intento de hibridez.
Figura 13. Peluca realizada con clips.
Figura 14. Cascos realizados con aluminio y arandelas.
Figura 15. Ruleros realizados en distintos papeles.
6.4. En varias ocasiones e influídos por la cinematografía que trataba con bichos y
criaturas, propusimos trabajar con una idea más que una forma. Así apelamos y
propiciamos la producción de bichos, huéspedes, aliens.
Figura 16. Bicho realizado con cartón mediante planos seriados.
Figura 17. Bicho realizado con cartulinas a partir de pliegues.
Figura 18. Alien realizado con aluminio y mangueras.
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Figura 19. Alien realizado con madera, lija y silicona.
6.5. Finalmente recurrimos a gráficas indígenas para proponer dos ejercicios:
La transformación de un ícono gráfico bidimensional en un objeto tridimensional.
Figura 20. Felino representado a partir de planos seriados.
Figura 21. Felino representado a partir de planos seriados.
A partir de los materiales gráficos derivados de las realizaciones precolombinas se
propuso diseñar y construir unas guardas tridimensionales.
Figura 22. Anfibio representado en goma eva mediante módulos.
Figura 23. Representaciones acuáticas realizadas en cartulinas y plásticos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DE LANDA Manuel, (200l), Filosofías del diseño, el caso de los programas de
modelado, Barcelona, editorial Actar, 2001.
CAMPOS BAEZA Alberto, (2007), Pensar con las manos, Buenos Aires, editorial
Nobuko, Septiembre de 2007.
FOCILLON Henri, (1983), Elogio de la mano, Madrid, editorial Xarait, Colección
libros de Arquitectura y Arte, 1983.
FERNADEZ Macedonio, (1967), Bases de la Metafísica, Buenos Aires, editorial
CEAL, 1977.
NOTA BIOGRÁFICA
Emilio Farruggia, Arquitecto y Licenciado en Educación Tecnológica.
Docente de la Escuela de Enseñanza Técnica Nº 8057, de las asignaturas
Interpretación de Anteproyectos, del primer año, y Proyectos de Edificios, del
cuarto año de la carrera de Maestros Mayores de Obra, de la ciudad de Rosario.
Docente en la Escuela Superior de Diseño Nº 4048, de Rosario, de la asignatura
Diseño Tridimensional, del tercer año de la carrera Técnico Superior en Diseño
Gráfico. Director de la Carrera de Arquitectura de la Sede Regional Rosario de la
Facultad de Arquitectura de la Universidad Abierta Interamericana. Profesor de las
asignaturas Introducción a la Arquitectura y Diseño Arquitectónico 1.
Coautor del Libro “La Seducción de los Objeto” Una experiencia docente.
Gabriela Nazario, Licenciada en Educación Tecnológica y Diseñadora Gráfica.
Diseñadora gráfica independiente. Docente en la Escuela Superior de Diseño Nº
4048, de Rosario, en las asignaturas: Diseño Tridimensional y Diseño Editorial, del
tercer año de la carrera Técnico Superior en Diseño Gráfico. Tutora y evaluadora
de proyectos de tesis de la carrera.
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Docente en la Universidad Abierta Interamericana, sede Rosario, en las
asignaturas: Semiótica del Objeto y del Espacio - Taller de Diseño Editorial Taller de Práctica Profesional, del tercer año de la Licenciatura en Diseño Gráfico.
Coordinadora de ejes socio-profesionales de la UAI, sede Rosario.
Co-autora del libro La seducción de los objetos, una experiencia docente.
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