COMBUSTIBLES 1. Introducción La forma más habitual de producir calor es mediante una reacción exotérmica de un combustible con oxígeno (reacción de oxidación). La reacción se produce de forma rápida y con llama en la mayoría de casos. La llama se debe a las altas temperaturas que ocasiona el desprendimiento de calor, el cual produce la incandescencia de los productos de la reacción. El aporte del oxígeno necesario para la combustión se puede llevar a cabo directamente con oxígeno puro, con aire atmosférico que tiene un 21 % en volumen de oxígeno, o bien con aire enriquecido con oxígeno. Un combustible puede arder mediante reacciones de oxidación empleando otros oxidantes, como el cloro, el flúor u otros. No obstante, si no se especifica otra cosa, cuando nos referimos a la combustión se sobrentiende que ésta es con oxígeno. 2. Clasificación de los combustibles Hay muchos tipos de combustibles, aunque muchos de ellos no tengan aplicabilidad industrial. Los combustibles utilizados en la industria generalmente son los llamados fósiles, en tanto que su origen procede de antiguas formas vegetales o animales. El llamado combustible nuclear (uranio, plutonio, etc..) que se utiliza en los reactores nucleares, no es un combustible en el sentido que lo hemos definido, puesto que las reacciones que producen calor en el reactor son nucleares. Los combustibles se clasifican en sólidos, líquidos y gaseosos; es una clasificación muy antigua que sigue siendo útil. La tabla 1 facilita su clasificación general y principales características. 3. Propiedades de los combustibles 3.1. Propiedades generales Es evidente que las propiedades de los combustibles dependen de la clase de combustible. Los gaseosos, líquidos o sólidos tendrán propiedades específicas que habrá que considerar de forma separada. Sin embargo, todos ellos poseen una propiedad general común: el poder calorífico. Más adelante estudiaremos con más detalle este concepto. Aquí, baste indicar que, genéricamente, el poder calorífico es la energía desprendida por una unidad de combustible en su combustión. Esta energía pasa a los gases de la combustión, también llamados humos, que contienen los productos de la combustión, entre ellos el vapor de agua. A1 utilizar los productos de la combustión, es decir, los humos, como agentes para el aprovechamiento del calor, en realidad lo que se está haciendo es usar su entalpía. Durante estos procesos, los humos se enfrían y, por tanto, su entalpía disminuye. En algunas aplicaciones, este enfriamiento puede llegar a provocar la condensación del vapor de agua presente en los productos de la combustión, lo cual implica una cesión de calor adicional que se suma a la energía inicialmente cedida por el combustible. Así se distinguen dos clases de poder calorífico: el poder calorífico inferior, que es el propio del combustible y se designa por las siglas PCI, y el poder calorífico superior, que es el del combustible aumentado con el calor latente de condensación del agua de los humos y que se designa por PCS. Tabla 1 Sólidos: carbones Líquidos: derivados del petróleo Gaseosos Antracita: 80 % de C como mínimo Es el carbón con más alto contenido en carbono y menor contenido en volátiles. Semiantracita: 75 % de C como mínimo Es una antracita más pobre en carbono. Carbones bituminosos: entra el 65 y el 40 % de C Tienen un contenido en sustancias volátiles superior a las antracitas, pero menos contenido en carbono. Carbones subbituminosos: entre el 35 y el 40 % de C Pueden tener el mismo contenido en sustancias volátiles que los bituminosos, pero tienen menos contenido en carbono. Lignito: 30 % de C Es una clase de carbón con menos contenido en carbono que los anteriores; en general, tiene menor contenido también en sustancias volátiles que los subbituminosos. Es el combustible utilizado en automoción en motores de explosión (MEP). Comprende la gama de hidrocarburos entre C4 C10. Hay diferentes tipos según el índice de octano. Gasolina Turbocombustibles Es la denominación genérica de un conjunto de gasolinas de elevado índice de octano que se utilizan en los motores de aviación. Comprende la gama de hidrocarburos entre el C10 y el C14 Gasóleo Comprende la gama de hidrocarburos entre el C14 y el C20. Existen las variedades A, B y C . El A se utiliza en los motores Diesel (MEC); el B, para usos agrícolas y el C, en instalaciones térmicas domésticas e industriales. Fuel oil Es el combustible típico de los grandes motores Diesel lentos y de las centrales térmicas. Existen las clases 1 y 2. La clase 1 tiene una viscosidad menor y un menor contenido en azufre. Comprende los gases manufacturados; el más representativo es el gas ciudad. Su uso es cada vez más restringido. 1ª familia 2ª familia Comprende el gas natural y cualquier mezcla de gases (principalmente aire propanado o butanado) con propiedades análogas al gas natural. El gas natural es de origen fósil y se encuentra en la naturaleza en grandes bolsas de las que ha de ser extraído. Se distinguen diferentes clases según su procedencia: gas de Argelia, gas del Mar del Norte, gas de Siberia, etc. 3ª familia Comprende los gases licuados del petróleo, los GLPs: propano, propano metalúrgico y butano. Su principal característica es que se pueden almacenar en fase líquida con relativa facilidad. Genéricamente, el poder calorífico se mide en kJ/kg o en kJ/Nm3 en los gases combustibles. Conviene saber que, en los combustibles sólidos y líquidos, el poder calorífico puede referirse a la unidad de masa de combustible bruto, seco, neto seco y neto húmedo, con el siguiente significado: • Bruto, es el combustible tal cual llega al almacén. • Seco, es el combustible sin el agua molecular que hubiera podido absorber. • Neto seco, es el combustible sin cenizas y seco. • Neto húmedo, es el combustible sin cenizas y húmedo. El poder calorífico de un combustible se puede determinar mediante fórmulas empíricas que puede encontrarse en [1 y 2]. El poder calorífico del carbón oscila entre 30.000 a 35.000 kJ/kg en una antracita, y entre 15.000 a 18.000 kJ/kg en un lignito. Los combustibles líquidos tienen un poder calorífico próximo a 40.000 kJ/kg. Los combustibles gaseosos de la 2ª y 3ª familia también tienen un poder calorífico que varía entre 45.000 a 50.000 kJ/kg. 3.2. Propiedades específicas de los combustibles sólidos Sin entrar a fondo en la compleja y rica temática del estudio del carbón, indicaremos someramente que la composición de un carbón es fundamental para establecer sus propiedades, así como su densidad, y su contenido en azufre y en materias volátiles. La composición se puede dar según se efectúe el análisis del carbón. Así, se distinguen el análisis inmediato, que consiste en dar la composición en carbono fijo, sustancias volátiles, humedad y cenizas, y el análisis elemental, que trata de dar las fracciones másicas en carbono, hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno, con el agua molecular y las cenizas aparte. La tabla 2 facilita la composición de una semiantracita típica en ambas modalidades. Tabla 2 3.3. Propiedades específicas de los combustibles líquidos Las propiedades más características de los combustibles líquidos son: • Densidad: se facilita, generalmente, a 15 °C. Por ejemplo, la densidad típica de una gasolina es 749 kg/m3. De forma aproximada, se puede utilizar la ecuación: kg / m3 250 9,13.mC / mH siendo mC y mH las fracciones másicas de carbono e hidrógeno, respectivamente. La densidad de un combustible líquido se mide frecuentemente en grados API (°API). La relación entre la densidad API y la densidad SI es: API 141.500 SI 131,5 • Viscosidad cinemática: generalmente se determina a 37,8 °C. Por ejemplo, la de un gasóleo varía entre 4,5 y 5,5 cSt. • Transparencia, brillo y color: estas propiedades se establecen mediante ensayos regulados por normas específicas. • Corrosión: el ensayo se lleva a cabo midiendo el tiempo que tarda el combustible en atacar una tira de cobre o plata o también mediante ensayos regulados por normas específicas. • Punto de inflamación: se mide en °C. Representa la temperatura mínima que requiere el combustible para arder en presencia de aire atmosférico. • Índice de cetano (gasóleo) e índice de octano (gasolinas): hacen referencia a la calidad de la combustión de un gasóleo (correcto adelanto del encendido) y de una gasolina (resistencia a la detonación). • Contenido en azufre, plomo y residuos: como su nombre indica, esta propiedad simplemente determina el contenido del combustible en estos elementos, importantes por su efecto sobre la contaminación ambiental. 3.4. Propiedades específicas de los combustibles gaseosos • Densidad relativa: además de la densidad absoluta, en los combustibles gaseosos se utiliza la densidad relativa o cociente entre la densidad absoluta y la densidad del aire: r a Si la composición de un gas de n componentes se da mediante fracciones molares xi, la densidad relativa del gas es: i n r ri .xi i 1 • Límites de inflamabilidad: esta propiedad establece las proporciones de gas y aire necesarias para que se produzca la combustión mediante un límite inferior y un límite superior. La tabla 3 proporciona los límites de inflamabilidad de algunos gases. Para más información, puede consultarse [1 y 2]. Cuando se trata de una mezcla de gases, se utiliza la ecuación de Le Chatelier-Coward: L 1 in L .x i 1 i i siendo Li el límite de inflamabilidad de cada componente de la mezcla. La ecuación anterior se aplica tanto para determinar el límite inferior como el superior. Tabla 3 • Punto de inflamación: para que se produzca la reacción de combustión, se ha de alcanzar una temperatura mínima denominada «punto de inflamación». La tabla 4 proporciona puntos de inflamación en aire y oxígeno de algunos gases. Tabla 4 • Intercambiabilidad de los gases: los gases combustibles, en general, no se pueden intercambiar en los quemadores. El quemador de un horno, de una mufla o de cualquier cámara de combustión regula la relación aire/combustible, así como la velocidad de salida del gas, para que la combustión se lleve a cabo satisfactoriamente. Una combustión insatisfactoria, puede presentar los siguientes problemas: • Retorno de llama. La velocidad de salida del gas es inferior a la velocidad de propagación de la llama. Así, ésta puede retroceder con el consiguiente peligro de calentamiento de zonas que no están preparadas para la combustión. • Desprendimiento de llama. La velocidad de salida del gas es superior a la velocidad de propagación de la llama. Ésta se aleja del quemador y, por tanto, se puede producir en un lugar no deseado. • Combustión no completa. Es consecuencia de que se aporta menos aire del necesario para una combustión completa. A1 margen de que la combustión tenga propiedades diferentes, pues es una combustión reductora, se produce monóxido de carbono, un gas letal, aun respirado en pequeñas proporciones. Tal como establece la normativa vigente, se considera una combustión no completa cuando los gases contienen más de 0,1% de monóxido de carbono. Las condiciones satisfactorias de una combustión se muestran en un diagrama que utiliza como ejes el índice de Wobbe(W) y el potencial de combustión(C). La zona geométrica de éste en la cual no se haya desprendimiento de llama, retorno de llama y combustión incompleta será la zona de funcionamiento satisfactorio. En la figura 1 se muestra de forma cualitativa un diagrama de esta forma. Es evidente que la construcción de un diagrama de este tipo es experimental y corresponde a un grupo determinado de quemadores. Figura 1 Dos gases son intercambiables cuando tienen el mismo potencial de combustión y el mismo índice de Wobbe. El índice de Wobbe (W) es: W PCS r1 / 2 siendo PCS el poder calorífico superior del gas y ρr, su densidad relativa. El potencial de combustión es un índice de naturaleza empírica relacionado con la velocidad de combustión del gas. Se expresa de forma diferente [1] para las distintas familias de gases. Cuando un gas puede ser sustituido por otro en un quemador, sin ninguna clase de ajuste, se dice que ambos gases son intercambiables. Puede construirse un gráfico general que corresponde a una gama amplia de quemadores, donde aparece la zona de funcionamiento satisfactorio correspondiente a las tres familias de gases (figura 2). Este diagrama puede ayudar a decidir la intercambiabilidad de dos gases o mezclas. Figura 2 Bibliografía [1] MIRANDA, A. L. y OLIVER, R.: La combustión. Grupo Editorial CEAC, Barcelona, 1996. [2] LORENZO BECCO, J. L.: Los GLP. Los gases licuados del petróleo, Repsol-Butano, Madrid, 1990. [3] MOLINA, A.L. y MOLINA, G.: Manual de Eficiencia Energética Térmica en la Industria. CADEM, Bilbao, 1993. [4] LLORENS, M. y MIRANDA A.L.: Ingeniería Térmica. Grupo Editorial CEAC, Barcelona, 1999.