LA SOSPECHA POP DEL VIDEO CLIP. (ACTIVISMO Y RESISTENCIA A TRAVÉS DE LA IMAGEN MASIVA) vivimos en una era abrumada de sensaciones postizas donde ya ninguna palabra es prohibida y todas las “verdades” necesitan de imágenes que, además de convencer, entretengan; “versiones oficiales” compiten entre ellas en el campo de juego de la opinión pública, en una era tan sofisticada que aparecen y desaparecen estudios de opinión capaces de crear estados de opinión1, mientras “justicia” y “libertad” se reciclan a partir de manifiestos propagandistas; por otra parte, sabidurías milenarias de Oriente provocan actos de contrición occidentales pero, también, misiles como respuesta; para continuar, las noticias sobre atentados terroristas son una forma de suplicio, que castigan ya no al cuerpo sino a la imagen congelada; en fin, vivimos una era caracterizada por el éxito del proyecto histórico del progreso, que surgió con la revolución industrial, prometiendo placer y bienestar, como un remedio que no advirtió de sus contraindicaciones. Con una idea al menos vaga sobre este panorama desolador, las generaciones consumidoras de medios de información han empezado a cuestionar la realidad que los rodea, y han provocado que millones de personas en el mundo se comprometan haciéndose las mismas preguntas, generando proyectos, agrupándose en movimientos sociales, pero siempre expresando sus puntos de vista. El conocimiento y la información se postulan como los dos grandes bienes de consumo masivo a través de los medios de comunicación, los cuales están usualmente destinados a complacer las mayorías; pero, sólo hasta ahora de manera clara, también las minorías han encontrado la forma de usar los mismos medios, para desnudar algunas estrategias, y con las mismas herramientas dar un duro golpe a los dueños del poder cada vez que éste exhibe su brutalidad frente a las cámaras o detrás de ellas; con este antecedente, la agitación activista de nuestro tiempo aprende a abrazarse con expresiones estéticas, seduce con símbolos sin que al hacer uso de ellos se atente contra la vida, une a la gente, resiste, cabalga en sus ideas, y lo más importante, crea y propone lenguajes que se adaptan a unos medios cuya mecánica es reconocida por la sociedad de consumo. Quizás, las estrategias no cambian demasiado o en lo absoluto, pero sí cambia un público que ha aprendido a familiarizarse con los medios de opinión y que ahora tiene más posibilidades de acceder a varias posiciones frente a un mismo tema. Si bien es cierto que el fenómeno activista no cuenta con mayores posibilidades de flotar abiertamente en un medio tan masivo como la televisión, (por lo observado en campañas de resistencia contra el consumo o las que invitan a apagar el televisor, que realizan sus propios comerciales pero que son rechazados por las grandes cadenas), encuentra en las bondades del Internet una suerte de “Talón de Aquiles” del capitalismo que permite a todo tipo de informaciones competir entre sí - la posibilidad de que la sospecha sea masiva. Una de las grandes victorias de los movimientos activistas a través del Internet ha sido oxidar el viejo concepto que se tenía sobre la libertad de la cultura occidental en la misma opinión pública de Occidente, pues los “navegantes” de Juan Luis Cebrián, “¿Qué pasa en el mundo? Los medios de información de masas”, Aula Abierta Salvat, Salvat Editores S.A., Barcelona, 1985, Pág. 459. 1 la red han podido enterarse, entre otras cosas, de sucesos sepultados por la historia que no favorecen en nada la imagen de las políticas internacionales y de Estado de varias potencias mundiales, y conocer que mucha gente en el mundo se encuentra sintiendo lo mismo frente al impacto caótico de las leyes económicas. Los procesos revolucionarios del siglo XIX sentaron precedentes para las manifestaciones activistas contemporáneas al indagar en el arte y sus formas estéticas, la manera de hacer de éste un espejo expresivo de la realidad; varias mentes artísticas rebeldes influidas por las ideas marxistas justificaron la existencia de su arte en la vida social, de modo que mediante la pintura, hombres como Delacroix, Goya, Corot, Courbet y Daumier, por solo mencionar algunos, lideraron un compromiso militante como testimonio de su generación, para ser ellos mismos “imagen” de la revolución y representar el descontento que provocaban las políticas gobernantes en Europa; la imagen era usada para evidenciar todo lo que podía significar un Estado ante su pueblo: tiranía, despotismo, crueldad, opresión, que como palabras se fueron familiarizando en un discurso, el cual se ha ido actualizando desde todos los lados, extremos o no, cada vez que se compra un nuevo calendario. Al haber perdido el arte la capacidad de mover y congregar masas en torno a un sentimiento colectivo, y al ceder su terreno ante la artificialidad de los objetos por la oferta y la demanda, adquiere gran importancia para el activismo que los nuevos líderes de opinión sean músicos populares; inconformes en un sistema del cual hacen parte con una imagen consolidada propia de su condición de “estrellas”, con la rebeldía, ya sea una pose o un acto de su naturalidad individual, justificada ante su público, las figuras de la música describen sentimientos que se ha ido generalizando cada vez más en la juventud; pero, es la inminente desaparición de la intimidad en los artistas, más allá de sus letras y canciones, la que hace que sus vidas privadas funcionen también como imagen. Éste es su gran aporte a la resistencia POP. Muestra de ello son las acciones de celebridades provenientes especialmente de Europa, como Bono de U2, cuando viaja por el mundo para convencer a políticos influyentes sobre la necesidad de olvidar las deudas de países que no pueden dejar a un lado el hambre en que viven; o Chris Martin, la voz de COLDPLAY, cuando además de ser “imagen activa” de “Make Trade Fair” (“Comercialice limpiamente”) provoca la censura al escribir consignas en sus manos e instrumentos. Varios músicos norteamericanos, igualmente populares y con una tarea valiosa para las causas activistas, enunciaron su voz de reprobación frente a la guerra contra Irak. Pero algo en común entre las figuras estadounidenses fue la necesidad de obsequiar explicaciones al por qué de sus protestas, apelando a los tradicionales patriotismos y nacionalismos con los que también se escudaron quienes defendían una intervención militar en Oriente. Por eso cabe mencionar el caso de MADONNA, en el que fueron extrañas las circunstancias que rodearon la exhibición del video clip de su canción “American Life”, tal parece que sus escenas finalmente alarmaron a la cantante misma, pues según se supo, fue ella quien censuró su propio video para dar pie a una nueva versión que llenaría de orgullo a su presidente, aunque el solo hecho de ya generar controversia podría pensarse como una circunstancia puesta a favor de la lucha activista contra la guerra. El uso estratégico del video clip musical para apoyar la “solemnización” de causas activistas, abre un espacio capaz de popularizar la sospecha y exponer la denuncia ante millones de personas en el mundo, ya que, más que ser un elemento promocional para el negocio de la música, es un medio de expresión estética que utiliza varias formas narrativas y como tal puede difundir un mensaje; se transmite a través de estaciones de televisión por cable con sintonía masiva (como MTV o MCM) que repiten los videos más atractivos para la audiencia y las cadenas mismas ya sea por su contenido visual o su propuesta técnica; además, un video clip también se puede ver en Internet de forma gratuita al ser distribuido por la casa disquera del artista, ampliándose las posibilidades para la diseminación del mensaje. Debido a que la imagen en movimiento del video clip tiene vida propia, como en cualquier otra creación artística, la presencia del creador pierde importancia ante la magnitud de su obra, lo cual permite al artista, si no decide comprometerse de lleno con una causa o hacerlo públicamente, que una imagen lo haga por él, es decir, la imagen es activa y activista, invita a la acción, a reflexionar, a dudar y sospechar; esto es significativo si se tiene en cuenta que el activismo desea que un público masivo tenga conocimiento sobre sus planteamientos y que la sospecha se despierte en un mayor número de personas. Un ejemplo que sirve para ilustrar lo antes mencionado es el clip de la canción “Stop Crying Your Heart Out” de la banda de rock inglesa OASIS, pues sus integrantes, aunque participan en conciertos benéficos, nunca hacen alarde de ello; en este video, la historia que se cuenta podría interpretarse como una alusión a la soledad y alienación que siente una joven en una sociedad de consumo, con claras referencias hacia las vallas publicitarias de una ciudad cualquiera. La labor de dirigir un video clip se encarga a un “experto”; el hombre detrás de la historia musicalizada por OASIS es WIZ, quien ya se había destacado por tocar este tipo de temas para los CHEMICAL BROTHERS en “Out Of Control”, que muestra, como comercial de TV de una bebida gaseosa, a una mujer en medio de una protesta con el reto de seducir mediante trucos publicitarios (lápiz labial, alusiones a la sexualidad) al sistema representado en la fuerza represiva anti-motines2; WIZ deja tal testimonio visual que propone un acercamiento estético hacia los movimientos de resistencia en el mundo, luego son los directores, junto a los artistas comprometidos, los verdaderos responsables de las acciones a través de la imagen masiva. Michael Moore es uno de los directores más comprometidos de lleno con la resistencia a través de la imagen, conocido por su visión frente a la guerra y el impacto de la economía capitalista en la vida social, ha juntado sus inquietudes políticas con las de músicos para quienes ha dirigido como RAGE AGAINST THE MACHINE o SYSTEM OF A DOWN. En “Sleep now in the fire” de RAGE, alterna imágenes de la banda en concierto frente al edificio de Wall Street, con 2 También aparecen en el video clip posters del Ché Guevara y el Sub-Comandante Marcos, íconos de los movimientos de protesta y denuncia, consumidos en la actualidad. escenas que parodian al programa de televisión “Quién quiere ser millonario”, cuyos concursantes deben enfrentarse a preguntas como “¿Cuánta gente en el mundo vive con menos de un dólar al día?”, y responder si es “a. un millón” o “b. imposible”; en “Boom” de SYSTEM OF A DOWN documenta las manifestaciones contra la guerra en Irak recogiendo posiciones emotivas de la población civil mundial frente al tema, y finaliza con una animación donde los principales protagonistas del conflicto: George Bush, Tony Blair, Saddam Hussein y Bin Laden, arrojan misiles desde el aire para generar en la opinión pública el descontento y los deseos de paz. La imagen como instrumento para reflexionar acerca de la deshumanización de la vida por el desenfrenado adelanto tecnológico, adquiere su mayor dimensión en las obras de Michel Gondry; en el video clip de la canción “All is full of love” de Bjork, Michel muestra a dos androides que descubren el tacto, uno de los pocos sentidos a los cuales no ha podido imitar la ciencia, mientras viven una situación instintiva y afectiva propia de los seres vivos como es el acto de besarse; pero la que quizás pueda considerarse como su obra maestra es el video clip que hiciera para los CHEMICAL BROTHERS de “Star guitar”, cuyas imágenes comparten la experiencia visual de un acontecimiento a punto de desaparecer: el paisaje que se ve a través de la ventana de un tren; por animación, árboles, túneles y torres, casas, bodegas y estaciones se presentan en el cuadro al ritmo de cada beat sonoro, una exageración que funciona pues resalta la sincronía entre el sonido y la imagen; pero más allá de ser un vídeo técnicamente bien logrado, posee una reflexión implícita en el paisaje virtual, una voz de alerta reflejada en la ventana del pasajero, una invitación a resistirse a la desaparición del paisaje natural. El tema de la clonación también es tratado en casos más recientes como el de “Special Cases” de MASSIVE ATTACK; dirigido por el colectivo H5, se cuenta el proceso de gestación de dos jóvenes saludables y vigorosos, traídos al milagro de la vida por compañías de ingeniería genética diferentes; los apuestos productos cuyos derechos de autor no pertenecen a sus padres sino a las compañías que los crearon, se conocen en un gimnasio, atraídos quizás por la similitud de sus genes, para compartir un amor gestado desde el laboratorio; finalmente cabe mencionar el clip de la canción “Out of time” de BLUR, cuyo líder, Damon Albarn, fue uno de los principales artistas en promover los movimientos de protesta contra la guerra, junto a Del Naja de MASSIVE ATTACK; en “Out of time”, somos testigos de un día en la vida de una mujer soldado que trabaja en un portaviones, imágenes que denuncian la soledad del ser humano ante un episodio tan trágico en todas las formas posibles como es el de la guerra. El activismo y la resistencia a través de la imagen han encontrado en el video clip un elemento de audiencias masivas, para competir indirectamente contra todo tipo de mensajes transmitidos en televisión; tan importante puede ser la imagen en movimiento en mano de artistas y directores, que ayuda a sembrar en las poblaciones desprevenidas del mundo la inquietud de desarrollar un pensamiento simbólico, pues éste les permitirá entender la información que reciben día tras día en todos los medios; el video clip, como testimonio de culturas diversas, deja un aporte valioso en aquellas no acostumbradas a protestar pacíficamente, o que no pueden encontrar la mejor manera de hacer uso de los símbolos a través de los medios de comunicación; la imagen activista espera llegar a todos los rincones del planeta, para seguir despertando esas pequeñas imágenes del cerebro que conciben posible la idea de un mundo mejor, para que los hombres se construyan a sí mismos con sus propias decisiones.