EDIPO REY SÓFLOCLES Prólogo

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EDIPO REY
SÓFLOCLES
Prólogo
En este trabajo de análisis se plasmaron los aspectos más importantes de la obra Edipo rey de Sófocles, los
cuales se estudiaron de forma minuciosa a lo largo de toda la obra. A este trabajo se le emplearon largas horas
de trabajo y de estudio, por lo que me encuentro muy satisfecho de haberlo concluido.
Este trabajo como ya se mencionó es acerca de la obra Edipo Rey, sus elementos que la componen, un poco
del marco histórico y religioso en el cual ésta se escribió; pero mas que eso, el trabajo es una manera de que el
lector de este análisis sepa de que trata la obra y se acerque a ésta para leerla, o si bien, para que el lector de la
obra, complemente su lectura con este serio análisis de le obra para que pueda comprender y apreciar esta
obra como lo que es una obra maestra de la literatura griega, es mas, de la literatura clásica universal.
Como ya se mencionó este análisis va dirigido hacia toda persona que quiera conocer más a fondo la obra
literaria Edipo Rey. Éste trabajo se realizó por la simple razón de aplicar los conocimientos que se nos
impartieron en nuestras clases de Taller de Lenguaje, como objetivo principal; pero los objetivos secundarios
y que nos beneficiaron de este análisis son: que tuvimos la oportunidad de leer una obra de categoría como
ésta, y segundo, que al hacer éste análisis conocimos mas a fondo lo que esta obra representa.
Este análisis esta compuesto por el argumento de la obra, el asunto de la misma, una caracterización de
personajes, la acción de ésta, las formas literarias que son: las figuras patéticas, lógicas y pintorescas; además
de la estructura de la obra y una muy breve explicación del ambiente religioso y político reflejado en la obra,
sus objetivos y sus conclusiones.
La fuente consultada en esta ocasión fue el maestro el cual nos enseñó el significado de cada una de las partes
del análisis, también él nos guió de forma clara lo que debíamos hacer, realizar y escribir para poder hacer
cada una de las partes le este arduo trabajo, es así como nuestra única fuente fue nuestro profesor lo cual yo
siento que nos benefició en gran parte para poder realizar un trabajo preciso.
Es de este modo, como les doy una breve introducción por la cual podrán entender el trabajo, sus objetivos, su
estructura y de esta manera apreciar tanto la obra como el trabajo que fue una larga tarea pero pues muy bien
vale la pena leer ambos para tener un acceso completo a lo que Edipo Rey representa.
Índice
Tema Página
1.Argumento 5
2.Asunto 6
3.Caracterización de Personajes 6
4.Acción 12
5.Estilo de Autor 12
1
6.Formas Literarias 13
6.1.Figuras Patéticas 13
6.2.Figuras Lógicas 16
6.3.Figuras Pintorescas 17
7.Estructura de la obra 17
8.Ambiente Político 18
9.Ambiente Religioso 18
10.Conclusiones 19
11.Bibliografía 20
12.Anexo 21
13.Escala Estimativa 22
Argumento de Edipo Rey
Esta historia comienza en el reino de Tebas, cuando el nuevo Rey Edipo se reúne con su pueblo en una plaza
de esta metrópoli, donde su pueblo le hace notar una horrible y catastrófica peste que según los habitantes, se
inició desde que la muerte de su antiguo rey, abatió las vidas de toda Tebas. Edipo consternado promete
esclarecer acerca el crimen que se cometió ya hace tiempo; maldiciendo al asesino y a sus adyacentes,
diciendo que éste junto con sus protectores sufrirán los peores castigos terrenales que puedan existir.
Edipo manda por un adivino a que le ayude a resolver el misterio del asesinato. Pidiéndole a éste que le diga
quien fue el que cometió tal crimen, el adivino se niega a contestar tal demanda, ya que, el adivino Tiresias
advierte a Edipo que si le dice la verdad algo muy malo puede pasarle a éste junto con yoda su familia, Edipo
lo acusa de traidor y le exige que le conteste o de lo contrario lo mandara encerrar, Tiresias le dice que el
autor del crimen es Edipo en persona, él sorprendido lo acusa de mentiroso por tales injurias y lo manda
retirar. Creonte su cuñado, interviene por Tiresias pidiendo a Edipo una explicación de lo que estaba
ocurriendo, Edipo accede y explica lo sucedido, Creonte nota esto como un acto injusto y entonces Edipo en
respuesta a esto, acusa a Creonte de haber formado un complot en su contra.
Yocasta, esposa de Edipo, trata de calmar a su hermano y a su esposo pidiendo a Creonte que se retire, éste
accede. Después de que su hermano se retiro, Yocasta le pregunta la razón de su enojo y Edipo contestándole
su pregunta le dice sus razones, entonces Yocasta le explica a Edipo como fue el asesinato de Layo, Edipo un
poco preocupado le pide a Yocasta que le diga mas detalles acerca de lo sucedido en esa tarde; Yocasta le dice
que ese día solo sobrevivió un criado que alcanzó a ver todo lo sucedido, Edipo pide ver al criado.
De Corinto, llega un mensajero anunciándole a Edipo la muerte de su padre Pólibo. Edipo piensa que una
parte de la profecía no era cierta pero aún tenía miedo de casarse con su madre. El mensajero le dice a Edipo
que el no tenía ningún parentesco con Pólibo, y le dice que fue el mensajero quién le entregó a Pólibo un bebé
que era Edipo, el mensajero dijo que recibió ese bebe de las manos de un pastor en el monte Citerón criado de
Layo. Edipo manda a traer al criado inmediatamente el cual es llevado hasta donde estaba Edipo; Edipo le
pregunta cosas relacionadas con el pasado y El Citerón, el criado dando valiosa información a Edipo, el cual
hace sus propias deducciones y concluye sus pensamientos en que él fue el autor del asesinato y que Layo fue
2
su padre y por consiguiente Yocasta es su madre.
Este hecho al difundirse, hace que Yocasta sea presa de la desesperación y la deshonra, cometiendo así el
suicidio. Edipo al ser avisado de esta tragedia acude al lugar donde tuvo lugar, toma los botones de la túnica
de Yocasta y se desgarra los ojos con arrebatadora ira. Después de que esto sucedió, el coro cuestiona a Edipo
acerca de sus actos de desesperación, éste contestando que no tiene ya mas nada que ver pues desde la noticia
todo ha sido desgracia, poniendo fin así a la conversación con éste. Aparece Creonte, el cual ve a Edipo
brindándole ayuda o más bien justicia, Edipo comprende los motivos de la visita y pide a Creonte que lo
destierre o lo mate porque según Edipo, no se puede ser más infeliz; Creonte le dice a Edipo que esa decisión
hay que dejársela al Oráculo, Edipo accede y el coro evocando su último canto deja esta clara lección, que un
hombre no puede ser considerado completamente feliz hasta que después de morir su vida no haya tenido
alguna tragedia que penar, se da fin a esta magnífica obra de la literatura Griega.
Asunto de la obra Edipo Rey
El asunto de Edipo Rey es que el hombre haga lo que haga nunca podrá escapar de la suerte que le depara su
destino.
Caracterización de Personajes
• Edipo
Edipo comparte la tragedia de su pueblo, sufre con ellos y se preocupa por ellos.
¡Dignos de lástima sois, hijos míos! Conocidos me son, no ignoro los males cuyo remedio me estáis pidiendo.
Sé bien que todos sufrís, aunque de ninguno de vosotros el sufrimiento iguala al mío. Cada uno de vosotros
siente su propio dolor y no el de otro; pero mi corazón sufre por mí, por vosotros y por la ciudad; y de tal
modo, que no me habéis encontrado entregado el sueño, sino sabed que ya he derramado muchas lágrimas y
meditado sobre todos los remedios sugeridos por mis desvelos. Y el único que encontré, después de largas
meditaciones, al punto lo puse en ejecución; pues a mi cuñado Creonte, el hijo de Meneceo, lo envié al templo
de Delfos para que se informe de los votos o sacrificios que debamos hacer para salvar la ciudad. Y
calculando el tiempo de su ausencia, estoy con inquietud por su suerte,; pues tarda ya mucho más de lo que
debiera. Pero esto no es culpa mía; mas sí que lo será si en el momento que llegue no pongo en ejecución todo
lo que ordene el dios.
(1)
Edipo cae en la negación ante la noticia que le dio Tiresias, la mal interpretación fue uno de sus defectos.
¡Oh riqueza y realeza y arte de gobernar, el más difícil de todos en esta ciencia de la adivinación, superior a
todas las demás ciencias en esta vida agitada por la envidia! ¡Cuánto odio excitáis en los demás, si por un
imperio que la ciudad puso graciosamente en mis manos, sin haberlo yo solicitado, el fiel Creonte, amigo
desde el principio, conspira en secreto contra mí y desea suplantarme, sobornando a éste mágico embustero y
astuto charlatán, que sólo ve dónde halla lucro, siendo un mentecato en su arte! Porqué, vamos a ver, dime:
¿en qué ocasión has demostrado ser tú un verdadero adivino? ¿ Cómo, si lo eres, cuando la Esfinge proponía
aquí sus enigmas en verso, no indicaste a los ciudadanos algún medio de salvación? Y en verdad que el
enigma no era para que lo interpretara el primer advenedizo, sino que necesitaba de la adivinación.
Adivinación que tú no supiste dar, ni por los augurios ni por revelación de ningún dios, sino que yo, el
ignorante Edipo, apenas llegué, hice callar al monstruo, valiéndome solamente de los recursos de mi ingenio,
sin hacer caso del vuelo de las aves. ¡Y a mí intentas tú arrojar del trono, para poner en él Creonte, de quien
esperas ser asiduo consejero! Yo creo que Tú y el que contigo ha urdido esta trama expiaréis el crimen
llorando. Y si no pensara que eres viejo, el castigo te haría en conocimiento de la falta que has cometido. (2)
3
También su rigidez y enojo ante algunas situaciones era algo característico de Edipo.
¿Tales injurias he de tolerara de este hombre? ¿Cómo no mando que lo maten en seguida? ¿ Note alejarás de
aquí y te irás a casa? (3)
La incertidumbre fue una emoción que invadió a Edipo, sufrió momentos angustiosos y solo podía ser abatida
por la verdad de otras persona.
Has dicho que él manifestó que lo mataron unos ladrones. Si ahora persiste en afirmar que eran varios, no lo
maté yo; pues solo nunca puede ser igual a muchos; pero si dice que lo mató un hombre solo, claro está ya que
ese crimen recae sobre mí. (4)
Otro sentimiento que manifestó Edipo de forma marcada fue la desesperación de saber su origen, de quienes
era hijo.
Que estallen, si es menester, que yo quiero conocer mi origen, aunque éste de lo más humilde. Ella,
naturalmente, como mujer que es tiene orgullo, y se avergüenza de mi oscuro nacimiento. Pero yo, que me
considero hijo de la Fortuna, que me ha colmado de dones, no me veré nunca deshonrado. De tal madre nací,
y los meses que empezaron al nacer yo, son los que determinaron mi grandeza y mi abatimiento. Y siendo tal
mi origen, no puede resultar que yo sea otro, hasta el punto de querer ignorar de quién procedo. (5)
•
• Yocasta
Yocasta se distingue por su gusto por su carácter al apaciguar una disputa.
¿Cómo, desdichados, habéis suscitado tan imprudente disputa? ¿No os avergonzáis de remover vuestros odios
particulares en medio del abatimiento en que se halla la ciudad? Entra al palacio, Edipo; y tú, Creonte, a tu
casa; no sea que por tus fútiles motivos originéis gran dolor. (6)
Yocasta responde con complacencia ante los deseos de sus criados.
No, por que a su vuelta de allí te vio a ti en el trono y a Layo muerto, me suplicó, asiéndome de la mano, que
lo enviara al campo a apacentar los ganados, para vivir lo más lejos posible de la ciudad. Y yo lo envié,
porque era un criado digno de esta y otra mayor gracia. (7)
(1) Edipo Rey, Sófocles p. 15
(2) Op. Cit., p. 32
(3) Op. Cit., p. 33
(4) Op. Cit., p. 55
(5) Op. Cit., p. 70
(6) Op. Cit., p. 44
4
(7) Op. Cit., p. 52
Yocasta, siempre devota a los dioses, rinde una ofrenda Apolo pidiéndole ayuda en este dilema.
Señores de esta tierra, se me ha ocurrido la idea de ir a los templos con estas coronas y perfumes que llevo en
las manos: porque Edipo se ha lanzado en un torbellino de inquietudes que le torturan el corazón. En vez de
juzgar, como hace un hombre sensato, de los recientes oráculos por las predicciones pasadas, no atiende mas
que al que le dice algo que le avive sus sospechas. Y puesto que nada puedo lograr con mis consejos, ante ti,
¡Oh Apolo Licio!, que aquí mismo tienes el templo, me presento suplicante con estas ofrendas, para que nos
des favorable remedio a nuestra desgracia; pues temblamos todos al ver aturdido a nuestro rey, como piloto de
una tempestad. (8)
Yocasta aconseja a Edipo hacer caso omiso de la profecía.
¿Por qué?¿Debe el hombre inquietarse por aquellas cosas que sólo dependen de la fortuna y sobre las cuales
no puede haber razonable previsión? Lo mejor es abandonarse a la suerte siempre que se pueda. No te
inquiete, pues, el temor de casarte con tu madre. Muchos son los mortales que en sus sueños se han unido con
sus madres; pero quien desprecie esas todas esas patrañas, ese es quien vive feliz. (9)
Yocasta resulta educada e interesada al ver un mensajero
Lo mismo te deseo, extranjero, que bien lo mereces por tu afabilidad. Pero dime qué es lo que te trae aquí, y lo
que quieras anunciarme. (10)
• Creonte
Creonte anuncia el remedio para darle fin a la peste que azota al pueblo.
Voy a decir, pues, la respuesta del dios. El rey Apolo ha ordenado de un modo claro que expulsemos de esta
tierra al miasma que en ella se está alimentando, y que no aguantemos más un mal que es incurable. (11)
Para Creonte las injurias lanzadas por Edipo son de primordial importancia.
Ciudadanos: enterado de las terribles acusaciones que el tirano Edipo ha lanzado sobre mí, vengo sin poderme
contener. Si en medio de las desgracias que nos afligen cree él que yo he sido capaz de causarle algún
perjuicio con mis palabras o con mis obras, no quiero vivir más cargado de tal oprobio. Pues la infamia de tal
acusación no es de poca mota, sino de la mayor importancia, ya que tiende a declararme traidor a ala ciudad, a
ti y a mis amigos. (12)
(8) Op. Cit., p. 57
(9) Op. Cit., p. 61
(10) Op. Cit., p. 58
(11) Op. Cit., p. 17
(12) Op. Cit., p. 36
5
Creonte ante la necedad de Edipo, siempre mantiene una envidiable ecuanimidad.
No lo creerás así, si reflexionas un poco, como yo. Lo primero que has de considerar es si puede haber quien
prefiera gobernar con temores e inquietudes, a dormir tranquilamente, ejerciendo el mismo imperio. Porque
yo nunca he preferido el título de rey al hecho de reinar efectivamente; como no lo preferiría nadie que piense
prudentemente. Porque ahora, sin inquietud de ninguna especie, tengo de ti todo lo que quiero; y si yo fuera el
rey, tendría que hacer muchas cosas contra mi voluntad. ¿Cómo, pues, me ha de ser mas grata la dignidad real
que la autoridad y el poder libre de toda inquietud? No ando tan equivocado que prefiera otras cosas que no
sean las que dan honra y provecho. Ahora, pues, todo el mundo me sonríe; todos me saludan con afecto; todo
el que necesita algo de ti, me adula,; porque en esto está el logro de sus deseos.¿ Cómo es posible, pues, que
yo renuncie a todas estas ventajas por obtener el título de rey? Un espíritu sensato no puede obrar tan
neciamente, pero ni llegue jamás a acariciar tal idea, ni sería nunca cómplice de otro que quisiera ponerla en
ejecución. Y para prueba de esto, vete a Delfos y entérate por ti mismo para saber si te comuniqué el oráculo
con toda fidelidad. Y además, si llegas a tener pruebas de que yo me he puesto en inteligencia con el adivino,
condéname a la muerte; y no con tu voto sólo, sino también con el mío. Pero no me inculpes por infundadas
sospechas y sin oírme; porque ni es justo formar juicio temerario de un hombre de bien, confundiéndolo con
un malvado, ni tomar a los malvados por hombres de bien. Porque el repudiar a un buen amigo es tanto para
mí como sacrificar la propia vida, que es lo que más se estima. Pero con el tiempo llegarás a enterarte bien de
todo esto; porque el tiempo es la única prueba del hombre justo, ya que al malvado basta un día sólo para
conocerlo. (13)
Creonte visita a su abatido amigo por tantas desgracias, de una manera compasiva.
No para reírme, Edipo, he venido, ni para escarnecerte en nada de tus pasadas desgracias. Pero si vosotros (a
los del coro) no tenéis ya sentimientos de respeto para con la raza humana, temed al menos a esa llama del rey
Sol que todo lo alimenta, para que no se exhiba así al descubierto este ser tan impuro, que ni la tierra, ni la
celestial lluvia, ni la luz pueden acoger; sino que entradle en seguida en palacio; pues sólo a los parientes
permite la piedad el que puedan ver y atender a las personas impuras de la familia. (14)
Creonte piensa que lo más conveniente es preguntar que hacer.
Así se dijo eso; sin embargo, en las circunstancias en que nos encontramos, mejor es preguntar lo que
debamos hacer. (15)
(13) Op. Cit., pp. 41−42
(14) Op. Cit., p. 85
(15) Op. Cit., p. 86
♦ Tiresias
Tiresias se arrepiente de acudir por encontrar ningún sentido a la visita.
¡Bah, bah!¡Cuán funesto es el saber cuando no proporciona ningún provecho al sabio! Yo sabía todo eso, y se
me ha olvidado. No debí haber venido. (16)
Tiresias se niega a contestar la pregunta de Edipo porque no quiere afectarse ni a Edipo.
Ni Quiero afligirme ni afligirte. ¿Por qué, pues, me preguntas en vano? De mi nada sabrás. (17)
Tiresias por fin da respuesta a la pregunta de Edipo por desesperación causada por la necedad de Edipo.
6
¿Verdad? Pues yo te ordeno que persistas en el cumplimiento de la orden que has dado, y que desde hoy no
dirijas la palabra ni a éstos ni a mí; porque tú eres el ser impuro que mancilla esta tierra. (18)
Tiresias contesta coléricamente ante los insultos pregonados por Edipo.
Tú eres un desdichado al lanzarme esos insultos, que no hay nadie entre éstos que pronto no los haya de
volver contra ti (19)
Tiresias se marcha pero antes le dice todas las desgracias a las que Edipo se enfrentara.
Me voy; pero diciendo antes aquello por lo que fui llamando, sin temor a tu mirada; que no tienes poder para
quitarme la vida. Así, pues, te digo: ese hombre que tanto tiempo buscas y a quien amenazas y pregonas como
asesino de Layo, ése ésta aquí; se le tiene por extranjero domiciliado; pero pronto se descubrirá que es Tebano
de nacimiento, y no se regocijará al conocer su desgracia. Privado de la vista y caído de la opulencia en la
pobreza, con un bastón que le indique el camino se expatriará hacia extraña tierra. Él mismo se reconocerá a
la vez hermano y padre de sus propios hijos; hijo y marido de la mujer que lo parió, y comarido y asesino de
su padre. Retírate, pues y medita sobre estas cosas; que si me coges en mentira, ya podrás decir que nada
entiendo del arte adivinatorio. (20)
(16) Op. Cit., p. 26
(17) Op. Cit., p. 27
(18) Op. Cit., p. 28
(19) Op. Cit., p. 30
(20) Op. Cit., pp. 34−35
♦ Coro
El coro siempre aconsejando al Rey Edipo.
Puesto que me obligas con tus imprecaciones, por esto, ¡Oh Rey!, te diré: Ni yo lo mate, ni puedo indicarte al
culpable. Pero Apolo, que nos ha enviado el oráculo, debía indicarnos la pista o descubrir al asesino. (21)
El coro se caracteriza por siempre adular a Edipo.
¡Oh Rey!, ya te lo he dicho más de una vez: sería yo un insensato e incapaz de razonar si me apartara de ti que
salvaste a mi patria cuando se hallaba envuelta en los mayores males. Sé también hoy, si puedes, nuestro
salvador. (22)
El coro al enterarse de la muerte de Yocasta externa su dolor.
¡Oh desgracia, que a los hombres horroriza el verla! ¡Oh la mas horrible de cuantas he visto yo¡¿Qué Furia te
dominó? ¿Cuál es la Furia que abalanzándose sobre el más infortunado de los hombres, te subyugó en tu
desdichadísima suerte? Porque no tengo valor para mirarte a pesar de que deseo preguntarte muchas cosas,
saberla de ti y contemplarte. Tal es el horro que me infundes. (23)
Cuando Edipo desea conocer su origen, el coro lo encomienda a los dioses dándoles las gracias.
Si yo soy adivino y tengo recto criterio, juro por el Olimpo inmenso, ¡Oh Citerón!, que no llegará el nuevo
7
plenilunio sin que a ti, como padre Edipo y como a nodriza y madre, te ensalce y te celebre en mis danzas, por
los beneficios que dispensaste a nuestro rey, ¡Glorioso Apolo!, séante gratas mis súplicas. ¿Cuál a ti, ¡Oh
Hijo!, cuál te parió, pues, de las dichosas ninfas, unidas por el Padre Pan, que va por los montes? ¿Acaso
alguna desposada con Apolo? Pues a este todas la planicies que frecuentan pastores le son queridas. ¿Será
Mercurio o el dios Baco, que, habitando en las cimas de los montes, te recibiera como engendro de las ninfas
de graciosos ojos, con las que él frecuentemente se solaza? (24)
Siempre externando su opinión ahora el coro lo hace para tratar de arreglar la disputa entre Tiresias y Edipo
Parece, Edipo, que tus palabras al igual y también las de éste han sido proferidas a impulsos de la cólera. Tal
es mi opinión. Y no es eso lo que hace falta, sino averiguar cómo daremos mejor cumplimiento al oráculo del
dios. (25)
(21) Op. Cit., p. 24 (25) Op. Cit., p. 32
(22) Op. Cit., p. 48
(23) Op. Cit., p. 80
(24) Op. Cit., p. 70
Acción: Sucesos determinados por el objeto de la obra.
♦ Principio:
El resto del pueblo, con los ramos suplicantes en las manos, están en la plaza pública, prosternados ante el
templo de Minerva y sobre las fatídicas cenizas del Imeno. La ciudad, como tú mismo lo vez, conmovida tan
violentamente por la desgracia, no puede levantar la cabeza del fondo del sangriento torbellino que la
revuelve. Los fructíferos gérmenes se secan en los campos; muérense los rebaños que pacen en los prados, y
los niños en los pechos de sus madres (26)
♦ Nudo:
Escúchame y verás cómo ningún mortal que posea el arte de la adivinación tiene que ver nada contigo. Te
daré una prueba de esto en pocas palabras. Un |oráculo que procedía, no diré que el mismo Apolo, sino de
algunos de sus ministros, predijo a Layo, según es fama, murió asesinado por unos bandidos extranjeros en un
paraje en que se cruzaban tres caminos; respecto del niño, no tenía aún tres días cuando su padre le ató de los
pies y lo entregó a manso extrañas para arrojara en un monte intransitable (27)
♦ Desenlace:
¡Oh habitantes de Tebas, mi patria! ¡Considerad aquel Edipo que adivinó los famosos enigmas y fue el
hombre más poderoso, a quien no había ciudadano que no envidiara al verle en la dicha, en que borrasca de
terribles desgracias está envuelto!.. (28)
Estilo del Autor
Sófocles en su obra Edipo Rey se vale de formas literarias, como cualquier escritor, que a continuación se
analizan de forma exhaustiva a lo largo de toda esta obra ya antes mencionada; y encontré, por ejemplo que
Sófocles no utiliza la metáfora en gran cantidad, sino de lo contrario, de una forma más que sobria yo diría
que inusual, y se vale de manera exagerada de la exclamación e interrogación para sobresaltar los momentos
clave de la trama.
8
Es de este modo, cómo por medio del análisis de su estilo sabemos de que se vale al autor para cautivar a su
lector.
(26) Ibíd., pp.11, 12
(27) Ibíd., pp. 44,45
(28) Ibíd., p. 85
Formas Literarias
Figuras Patéticas
• Ironía: Consiste en decir lo contrario por el tono de voz.
Tiresias: Me echas en cara mi obstinación, sin darte cuenta que la tuya es mayor, y me reprendes. (29)
Edipo: Injuria cuanto quieras, que tus insultos serán los que más gloria me den
Yocasta: Pues gran descanso es la muerte de tu padre (30)
• Prosopopeya.− Consiste en atribuir cualidades humanas a quienes no lo son.
Coro: El Olimpo solo es su padre: no las engendro la raza mortal de los hombres, ni tampoco el olvido las
envejece jamás. En ellas vive un dios poderoso que nunca envejece pero e orgullo engendra tiranos. El
orgullo, cuando hinchado vanamente de su mucha alternaría, ni conveniente ni útil para nada se eleva a la más
alta cumbre para despeñarse en fatal precipicio, de donde le es imposible salir.(31)
Coro: Si yo soy adivino y tengo recto criterio, juro por el Olimpo inmenso, ¡Oh Citerón!, que no llegara el
nuevo plenilunio sin que a ti, como padre de Edipo y como nodriza y madre, te ensalce y te celebre en mis
danzas, por los beneficios que dispensaste a nuestro rey, ¡Glorioso Apolo!, seánte gratas mis súplicas. (32)
• Apóstrofe: Hablar de seres inanimados, muertos o ausentes.
Coro: El Olimpo es sólo su padre: no las engendró la raza mortal de los hombres, ni tampoco el olvido las
adormece jamás. En ellas vive un dios poderoso que nunca envejece.
Yo ruego a la divinidad que no se malogre el buen éxito del esfuerzo que la ciudad está haciendo, y para ello
jamás habré de implorar la protección divina. Si hay algún orgullosos que de obra o de palabra proceda sin
temor a la justicia ni respeto a los templos de los dioses, que cruel destino le castigue por su culpa arrogancia.
(33)
(29) Ibid., p.27
(30) Ibid., p.34
(31) Ibid., p.61
(32) Ibid., p.56
(33) Ibid., p.70
9
Mensajero: No; que la muerte lo ha llevado ya al sepulcro.(34)
Yocasta: Edipo huyó hace tiempo de este hombre por temor de matarlo; y ahora ya lo veis, ha muerto por su
propia suerte, y no a manos de aquel. (35)
Edipo: El muerto ya reposado bajo tierra; y yo, que aquí estoy, no soy el que lo ha matado, a no ser que haya
muerto por la pena de mi ausencia; sólo sería yo el causante de su muerte. Pero Póbilo, llevándose consigo loa
antiguos oráculos, que de nada han servido, yace en los infiernos. (36)
Mensajero: No sé; el que te puso en mis manos sabe mejor que yo. (37)
Se decía que era uno de los criados de Layo. (38)
Ciertamente; de ese hombre era el pastor (39)
• Exclamación: Expresión viva de los sentimientos.
Sacerdote: Pues, ¡Oh poderoso Edipo, rey de mi patria!, ya ves que somos de muy diferente edad cientos nos
hallamos aquí de pie de tus altares. La ciudad como tu mismo ves, conmovida tan violentamente por a
desgracia, no puede levantar la cabeza de fondo del sangriento torbellino que la revuelve. ¡Oh poderoso
Edipo!, vueltos a ti nuestros ojos, te suplicamos todos que busques remedio a nuestra desgracia. (40)
Edipo: ¡Dignos de lástima sois, hijos míos! Conocidos me son, no ignoro que los males cuyo remedio me
estas pidiendo. Sé bien que todos sufrís, aunque ninguno de vosotros el sufrimiento igual al mío. Cada uno de
vosotros siente su propio dolor y no el del otro; pero mi corazón sufre por mi, por vosotros y la ciudad. (41)
Oh rey Apolo!, ojalá venga con la fortuna salvadora, como lo manifiesta en la alegría de su semblante. (42)
(34) Ibid., p.56
(35) Ibid., p.59
(36) Ibid., p.60
(37) Ibid., p.66
(38) Ibid., p.67
(39) Ibid., p.14,15
(40) Ibid., p.15
(41) Ibid., p.16
(42) Ibid., p.46
Creonte: Teníamos aquí, ¡OH príncipe! Un rey llamado Layo, antes de que tu gobernaras esta ciudad. (43)
10
Coro: ¡Oráculo de Júpiter, que consoladoras palabras tienes!¿Qué vienes a anunciar a la ilustre Tebas, desde el
riquísimo santuario de Delfos? Mi asustado corazón palpita de terror, ¡Ay, Delio Péan! Preguntándome que
suerte tú me reservas, ya para los tiempos presentes, ya para el provenir. Dímelo, ¡Hijo de la dorada
esperanza, oráculo inmortal!(44)
Tiresias: ¡Bah, bah!¡Cuán funesto es el saber cuando no proporciona ningún provecho al sabio! Yo sabía todo
eso bien y se me ha olvidado. No debía haber venido. (45)
Edipo: ¡Que enigmático y oscuro es todo lo que tienes!. (46)
Yocasta: ¡Ay mal aventurado!¡Ojalá nunca sepas quién eres! (47)
• Interrogación: Cuestiona lo que no se entiende o sabe.
Edipo: ¿Con qué purificaciones?¿Qué medio nos librará de la desgracia? (48)
Qué significan esas palabras? Porque ni confianza ni temor me inspira la razón que acabas de decir. (49)
¿A qué hombre se refiere al mencionar ese asesinato?. (50)
Creonte: ¿Pero dijo, efectivamente, que el adivino, persuadido por mis consejos, ha mentido en su profecía?.
(51)
¿Sabes lo que debes hacer? Oye primero mi contestación a todo lo que acabas de decir y luego medita sobre
ella y juzga. (52)
Pero con firme convicción y razón serena ha lanzado sobre mí tal acusación. (53)
¿Y no mando yo casi lo mismo que vosostros dos, aunque ocupe el tercer lugar?. (54)
Yocasta: ¿Cómo, desdichados, habéis suscitado tan imprudente disputa? ¿No os avergonzáis de remover
vuestros odios particulares en medio del abatimiento en que se halla la ciudad? Entra al palacio, Edipo; y tú,
Creonte, a tu casa; no sea que por tus fútiles motivos originéis gran dolor. (55)
¿Acusaciones de una y otra parte?. (56)
¿Qué nuevas son esas? ¿De parte de quién vienes?. (57)
(43) Ibid., p.18
(44) Ibid., p.20
(45) Ibid., p.26
(46) Ibid., p.33
(47) Ibid., p. 69
(48) Ibid., p. 17
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(49) Ibid., p. 17
(50) Ibid., p. 17
(51) Ibid., p.36
(52) Ibid., p.36
(53) Ibid., p.35
(54) Ibid., p.39
(55) Ibid., p.45
(56) Ibid., p.48
(57) Ibid., p.52
Figuras Lógicas
• Hipérbole: Consiste en expresar un pensamiento con exageración.
Edipo: Pues en verdad que nada callaré, tal es mi rabia, de cuanto conjuro. Has de saber que me parece que tú
eres el instigador de este crimen y el autor del homicidio, aunque no lo hayas perpetrado con tu mano. Y si no
estuvieras ciego, afirmaría que tu solo has cometido el asesinato. (58)
Tiresias: Digo, pues, que tú ignoras el abominable contubernio en que vives con los seres que te son los más
queridos; y no te das cuenta del oprobio en el que estás. (59)
• Retruécano: Juego de palabras, comúnmente por invención de los términos de una cláusula en otra
obra siguiente, para que el sentido de esta última forme antítesis con el de al anterior.
En la obra de Edipo Rey según el análisis que realice no se puede encontrar la Figura Lógica Retruécano.
• Comunicación: Acción de comunicar o comunicarse.
Creonte: Buena, digo; porque nuestros males, si por una contingencia feliz encontrásemos remedio, se
convertirían en bienandanza. (60)
Desterrando al culpable o purgando con su muerte el asesinato cuya sangre impurifica la ciudad. (61)
Voy a decir, pues, la respuesta del dios. El rey Apolo ordena de un modo claro que expulsemos de esta tierra
al miasma que en ella se está alimentando, y que no aguantemos más un mal que es incurable. (62)
El Mensajero: Brevemente os diré la noticia y la sabréis: ha muerto la excelsa Yocasta. (63)
• Graduación: Acomodar o clasificar por jerarquías.
De acuerdo con el exhaustivo análisis de ésta obra no se encontró ningún ejemplo de la Figura Lógica
Graduación.
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• Repetición: Realizar una acción más de una vez
En la obra Edipo Rey no se encontró existencia alguna de la Figura Lógica Repetición.
(58) Ibid., p. 28 (61) Ibid., p. 17
(59) Ibid., p. 30 (62) Ibid., p. 17
(60) Ibid., p. 16 (63) Ibid., p. 79
Figuras Pintorescas
• Simil: También llamada comparación, consiste en relacionar ideas que tengan semejanza empleando
palabras comparativas.
Edipo: ¡Oh riqueza o realeza y arte de gobernar, el más difícil de todos es la ciencia de la adivinación,
superior a todas las demás ciencias en esta vida agitada por la envidia!¡Cuánto odio y éxtasis en los demás,
por un imperio de la ciudad de fiel Creonte, amigo desde el principio, conspira en secreto contra mí, desea
suplantarme, sobornando a este ,mágico embustero y asunto charlatán, que solo ve donde hallar lucro, siendo
un mentecato en su arte. (64)
Tú eres hábil orador y yo mal oyente para que me convenzas porque he visto tu malicia y enemistad contra
mí. (65)
Creonte: ¡ Hermana! Edipo, tu marido, acaba de amenazarme con uno de estos dos castigos: la muerte o el
destino. (66)
• Metáfora: El sentido figurado que se le da a una expresión.
Edipo: ¡Oh nube tenebrosa y abominable que como menstruo te has lanzado sobre mí, indomable e
irremediable!¡Ay de mí!¡Ay de mí!¡Cómo me penetran las punzadas del dolor y el recuerdo de mis crímenes!.
Estructura de la Obra
La estructura de la obra Edipo Rey, es una estructura lineal ya que empieza con una cronología ordenada, es
decir, que el orden de las acciones van ocurriendo de forma ordenada, ya que por la peste se desencadenan
todas las desgracias de Edipo.
(64) Ibid., p. 31
(65) Ibid., p. 37
(66) Ibid., p. 44
(67) Ibid., p. 81
Ambiente Político
En esta obra se ve reflejado el ambiente monárquico por el cual Grecia estaba gobernada, en los tiempos del
grande escritor Sófocles, como emperador se encontraba Pericles, que además de ser un gran monarca para
Grecia, era gran amigo de Sófocles.
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Para Aristóteles las Tragedias de Sófocles fueron el modelo por excelencia a seguir, dadas sus grandes
características como dramas en que se veían los personajes envueltos.
Ambiente Religioso
En ésta obra se aprecia una muy arraigada religión, la cual se presenta en todos sus personajes a lo largo de la
historia, ya que los personajes constantemente enuncian a su rey Apolo. Otro motivo por el cual se observa la
religión en la obra es porque los antiguas Griegos confiaban mucho en el destino que les deparaba, del cual les
informaba el oráculo.
Conclusiones
• Por medio de éste trabajo aprendí como Analizar un libro.
• Tuve la oportunidad de leer una obra maestra de la literatura universal.
• Aprendí el significado de varios términos como retruécano.
• Conocí y entendí la obra Edipo Rey profundamente.
• Conocí el estilo del autor y los elementos de los que se vale.
• Pude desarrollar mi capacidad de redacción y ortografía.
• Aprendí la estructura y como poder hacer un trabajo de análisis de mayor seriedad.
Bibliografía:
Sófocles, Edipo Rey
México, Editores Mexicanos Unidos S.A., 2002, 5ta. Edición, 90 pp.
Anexo
Los objetivos de este trabajo fueron:
• El leer Edipo Rey de Sófocles una de las siete tragedias de este mismo autor las cuales son
consideradas como obras clásicas de la literatura universal.
• El aprender a analizar una obra literaria de una forma más estricta y seria.
• El saber apreciar la obra y poder entenderla completamente ya que por medio del análisis te
involucras con la obra de otra forma.
Escala Estimativa
1.−Que los datos de portada estén completos. si no
2.−Que la portada esté correcta. si no
3.−Que el prólogo esté completo y conteste a las preguntas
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¿Qué escribí?¿Qué tema trató?¿Por qué lo escribí?
¿Cuál fue la intención?¿A quiénes va dirigido?
¿Cómo esta estructurado?¿De qué fuentes me valí? si no
4.−Que en el Índice aparecen los temas y páginas correctamente. si no
5.−Que tenga los elementos por los que está formado correctamente. si no
6.−Que la extensión de redacción sea la apropiada. si no
7.−Que los pies de página estén completos, en su lugar y correctamente. si no
8.−Que exista ortografía en mi escrito, además de claridad y precisión si no
en cada tema redactado
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