EL TERREMOTO MAGNO Sergio Contreras A. Ingeniero Civil En la colonia, Santiago sufrió un terremoto de gran magnitud que destruyó casi completamente la ciudad que había sido fundada hacía poco más de un siglo antes en 1541, este terremoto ha sido conocido históricamente como el terremoto magno. El día 13 de mayo de 1647, a las diez y treinta de la noche sin aviso previo, comenzó a temblar la tierra en esta ciudad y el estremecimiento duró largo rato, el tiempo que se demora en rezar tres credos o cuatro, al decir de distintos cronistas1. Es importante considerar que en la época un credo era una medida de tiempo usualmente aceptada. Barros Arana hace una interesante descripción del movimiento sísmico: “…un repentino remezon que se prolongó durante algunos minutos, sacudió la tierra con una violencia estraordinaria, conmovió todos los edificios, i en pocos instantes derribaba con un estruendo aterrador los templos i las casas, formando por todas partes montones de ruinas”. Quién publicó una extensa narración de los hechos ocurridos y del entorno de Santiago antes y después del terremoto fue D. Miguel Luis Amunátegui, en el libro: El terremoto del 13 de mayo de 1647. Este autor recoge un relato estremecedor: “Los edificios se estremecieron desde los cimientos hasta el techo, crujieron con un ruido que acrecentó el del terremoto, i aflojaron sus amarras i ligaduras. Muchos empezaron, unos en pos de otros, a venir al suelo. Las torres de las iglesias fueron la primeras que se rindieron a su peso. Todas las casas, con rarísimas excepciones, quedaron, o convertidas en montones de escombros que atestaban los sitios donde poco antes se levantaban, o amenazante de una ruina mas o menos próxima. Grandes peñascos se desprendieron del cerro Santa Lucía, i rodaron hasta considerable distancia, causando en el trayecto daños de magnitud. Instantáneamente, i junto con estos horrores, la ciudad se vió sumerjida en unas tinieblas que se palpaban, las cuales eran ocasionadas, no solo por el denso y abundante polvo que se levantaba de los edificios derrumbados, sino también por unas estrañas i sombrías nubes que cubrieron el cielo i ocultaron la luna.” 2 En todo caso, al parecer, el autor de la narración original de los sucesos del día 13 en la noche fue el obispo de Santiago fray Gaspar de Villarroel, hombre de gran imaginación y talento literario, aunque Barros Arana consigna que el padre 1 ibid, p. 61 2 El terremoto del 13 de mayo de 1647 por Miguel Luis Amunátegui, p. 306 1 Juan Gonzalez Chaparro, chileno de nacimiento, de la Compañía de Jesús escribió una relación de terremoto de mayo. Esta relación había permanecido desconocida por no haberse impreso nunca y contiene pormenores que no se hayan en otras relaciones3. También se describe el comportamiento de la estructura de la Iglesia de San Francisco, único edificio público de la ciudad que resistió de buena manera el embate del sismo: “… (la) iglesia fue el edificio mejor salvado de la capital, si bien perdió su torre derrumbada por el primer temblor,...” 4. De todos los relatos consignados por los historiadores, se desprende que hubo una gran cantidad de réplicas, lo cual es normal en un sismo de esta magnitud. Estas réplicas, las cuáles fueron más intensas hacia el atardecer del día 14, hacían temer a la población la ocurrencia de un nuevo gran cataclismo, el cual trataban de evitar por medio de oraciones y gran fervor religioso incidental. Sin embargo, de acuerdo a los relatos compilados por Barros Arana, también los habitantes de Santiago , en la noche del 13 al 14 de mayo se enfrentaron a otros miedos, originados por rumores, la mayoría sin gran fundamento, de que los indios, aprovechando el caos y la destrucción reinantes, se levantarían en armas para “…borrar el nombre español de Chile…”. Una relación de la época, establecía que el oidor D. Antonio Hernández de Heredia, mandó a resguardar las cajas reales y tapó las acequias para evitar que la ciudad se anegase. El amanecer del día martes siguiente fue desolador para los habitantes de la ciudad, sin agua, la comida enterrada bajo los escombros, los molinos derrumbados por la violencia del movimiento. Sin embargo, dotados de una energía y una entereza insospechada, estos hombres y mujeres que habían sobrevivido a la catástrofe, comenzaron a desenterrar los cadáveres de los escombros, como una desesperada búsqueda de sus deudos y también como una medida sanitaria urgente, dado que la descomposición de los cuerpos comenzaría a invadir el aire con una insoportable pestilencia, amenazando con expandir enfermedades por el aire de la ciudad. La cárcel y el hospital se habían derrumbado, pero sus ocupantes habían sobrevivido casi en su totalidad y debido a su condición, a diferencia de tantos que moraban tranquilamente en sus casas: Los oidores se dedicaron con intensidad a la tarea de resguardar el orden público y evitar la fuga de los delincuentes. También los regidores, desplegaron una inusitada actividad trabajando hasta con sus propias manos, limpiando acequias y canales e incluso botando muros y construcciones que se veían en estado ruinoso para evitar que las réplicas produjeran más daños y amenazaran la vida de más personas sobrevivientes. El pueblo, en una mezcla de religiosidad y superstición, creía experimentar 3 Historia Jeneral de Chile por Diego Barros Arana, tomo cuarto. 1885. p. 427. Nota (18) 4 ibid, p. 428 2 aterradores prodigios sobrenaturales hasta en los hechos más irrelevantes sin que alguno pudiera sustentarse por mucho tiempo. Abundaban relatos de bolas de fuego que entraban por unos edificios y salían por otros, de voces del demonio, cajas y trompetas que recorrían la cordillera, de ejércitos que chocaban y muchos otros. Desde el día 14 los temblores se sintieron cada vez con menor intensidad y frecuencia, hasta que con lentitud la calma fue retornando a los habitantes de la ciudad. Después de ello, se pudo finalmente conocer la extensión y los reales efectos del terremoto. Aunque la sacudida había afectado con mayor fuerza al valle central, donde se levanta la ciudad de Santiago, el sismo se había sentido en casi todo el territorio nacional desde Valdivia en el sur hasta El Cuzco en Perú y la provincia de Cuyo por el este. En una extensa zona del país, desde el valle del Maule hasta el Choapa, se produjo una destrucción casi total de las edificaciones y se observaron varios otros fenómenos naturales debidos, probablemente a cambios geológicos de relativa importancia como desaparición de cursos de aguas y caídas de grandes rocas. También, días antes del terremoto, se constató la ocurrencia de fuertes oleajes en las costas y se consigna el relato del hundimiento de un barco que fue arrojado contra las rocas en Arica ocasionando la muerte de 14 de sus tripulantes y grandes pérdidas materiales. El resumen final de la época computaba en mil la cantidad de personas muertas por la acción del terremoto, entre ellas una gran cantidad de niños que dormían al momento de comenzar el movimiento y producirse los derrumbes. La cifra resulta importante en proporción a la cantidad total de habitantes de la época que era como de 4.000 almas. Las investigaciones actuales indican que el terremoto ocurrió a las 22:30 hrs. de ese día y tuvo una magnitud Richter 8.5 y su epicentro se situó en 35ºS, 72ºW.5 LA RECONSTRUCCIÓN La reconstrucción de la ciudad, que en aquéllos tiempos representaba el centro tanto social como económico de la nación, comenzó al día siguiente del movimiento sísmico, entre el dolor, la angustia y la incertidumbre de sus habitantes, quiénes con entereza y una gran cuota de valor entendieron que debían levantar nuevamente la ciudad, sus edificios, sus puentes y encauzar su río. Para todo ello era necesario contar con los recursos económicos suficientes de manera que las obras pudieran tener un avance adecuado y, además contar con la calidad y resistencia que entregaran confort y seguridad a sus moradores. 5 Información Departamento de Geofísica U. Ch. 3 Para lograr cumplir este conjunto de condiciones de manera eficiente, fue necesario aplicar una concepción de ingeniería amplia y profunda, tarea que fue emprendida con singular éxito por las autoridades y ciudadanos, quienes en gran parte de manera intuitiva, lograron llevar a cabo esta tarea inconmensurable. Es importante considerar que, sumado a las dificultades que la empresa en sí representaba, las condiciones sociales, militares y económicas de la época eran extraordinariamente adversas Sin embargo, una serie de hechos atentaron en forma permanente contra esta aspiración de sus ciudadanos y autoridades. La economía estaba en un mal pie debido a la caída de los precios de los productos chilenos de exportación que se venía observando desde el año 1635 en Lima. Este hecho frenó fuertemente el desarrollo de la nación chilena y de su capital, dado que el terremoto sobrevino en un entorno adverso haciendo que la reconstrucción de los edificios y obras públicas fuera lenta y trabajosa. Luego en 1652, una real cédula emitida en Lima, ordenó rebajar el valor de la moneda corriente de ocho a seis reales, debido a un fraude hecho a la Casa de Moneda de Potosí6. La tarea debió ser llevada a cabo mediante lo que hoy día conocemos como un proyecto de ingeniería multidisciplinario, el cual fue llevado a cabo con gran dificultad; pero, innegablemente con éxito dado que Santiago, finalmente contó con las obras necesarias. Considerando que durante el progreso de las obras, nuevos terremotos y nuevos hechos sociales, económicos y militares atentaron contra la concreción de ellas. OBRAS PÚBLICAS Las obras planificadas y construidas en este período incluyeron la reconstrucción de los edificios públicos en los cuales se ejercían los fundamentos de la vida cívica de la incipiente nacionalidad chilena. Los recursos financieros para poder llevar a cabo estas obras, fueron una preocupación de las autoridades desde el día posterior al sismo, el 14 de mayo y se obtuvieron muchos años más tarde. El año 1669 el Corregidor de Santiago solicitó que se repusiera el impuesto al grano que se exportaba al Perú y que había sido establecido en 1619 y había sido suprimido ese mismo año de 1647. El impuesto consistía en gravar con un cuartillo cada quintal de trigo para exportación, pesado en Valparaíso. Finalmente el impuesto se repuso, por diez año en un principio, a ello se agregó otro medio cuartillo a pagar por los compradores con lo cual se completó un monto total de medio real por quintal. La cobranza se comenzó a realizar desde el año 1672. Este aporte posibilitó la construcción de las obras, tanto de edificación 6 Santiago de Chile, Historia de una sociedad urbana. Armando de Ramón p.65 4 como públicas que eran tan necesarias en la ciudad y que constituían una preocupación principal del Cabildo de Santiago. Estas obras se planificaron en este orden: Tajamar del río Mapocho, puente del río Maipo, Casas del Cabildo, Cárcel de la Ciudad, Casa de Recogidas y puente sobre el río Mapocho. La obra más urgentemente emprendida, a partir del año 1650, fue el Tajamar del río Mapocho, cuyo financiamiento se logró mediante una derrama, vale decir un aporte extraordinario de los vecinos. El edificio del Cabildo, cuyo frontis debía tener 150 tercias (41,79 m) , sus muros construidos de adobe de una vara (83,5 cm) de espesor y el enmaderado fue hecho con madera de canelo de Malloa. El contratista se comprometió a entregar el edificio terminado a fines de mayo de 1679, lo que cumplió con exactitud.7 La reconstrucción de la ciudad se terminó efectivamente los primeros años del siglo siguiente, hacia aproximadamente el 1715. Esta reconstrucción comprendió una gran cantidad de proyectos de ingeniería que hubo de planificar, financiar y llevar a cabo con todas las limitaciones de la época, la falta de recursos y la amenaza permanente de nuevos peligros, además de nuevas catástrofes naturales que asolaban esta ciudad. Sin embargo el tesón de sus habitante y la dedicación de estos ingentes ingenieros y arquitectos, ya sea por profesión o por pura necesidad llevaron adelante la tarea de la reconstrucción. PROPOSICIÓN El actual Comité Ejecutivo del Colegio de Ingenieros propuso establecer el día 14 de mayo como el día nacional de la Ingeniería en conmemoración del comienzo de la reconstrucción de la ciudad de Santiago luego de haber sufrido el llamado terremoto magno. Esta proposición fue hecha al Consejo Nacional del Colegio en su sesión del 7 de enero de 2009 y se aprobó por unanimidad y con gran entusiasmo por este Consejo. Posteriormente, el Comité Ejecutivo, por mandato de Consejo Nacional, solicitó personalmente el día 4 de febrero de 2009 al Ministro del Interior, Sr. Edmundo Pérez Y. que se dicte un Decreto de manera que se establezca en forma oficial en la República de Chile día 14 de mayo como el día de la Ingeniería Chilena. 7 Santiago de Chile, Historia de una sociedad urbana. Armando de Ramón p. 71 5 BIBLIOGRAFÍA Santiago de Chile. Historia de una sociedad urbana. Armando de Ramón Editorial Catalonia. 2007 Historia Jeneral de Chile. Tomo cuarto. Diego Barros Arana Santiago Jober, editor. 1885 El terremoto del 13 de mayo de 1647. Miguel Luis Amunátegui Santiago Jober, editor. 1882 6