L_02_E_01_EVALUACION_Activos_Fijos

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Evaluación de activos fijos tangibles.
a) El activo fijo, formado por edificios, terrenos, maquinaria y equipo en general,
deberá valuarse de acuerdo con los principios de contabilidad y conforme con el costo
en que se hayan adquirido o con el de su construcción.
El costo de adquisición está formado por el precio de compra, más todos los gastos
que se hagan hasta que el activo esté en condiciones de utilizarse eficientemente. Esa
serie de gastos pueden ser fletes, derechos de importación, gastos de
acondicionamiento que requiere determinada clase de maquinaria fabril, etcétera.
Por lo que se refiere a la construcción, su costo se forma por el importe de la
planeación (arquitectura e ingeniería), más materiales, mano de obra, supervisión,
impuestos e intereses que correspondan a los préstamos obtenidos siempre y cuando
éstos sean invertidos en la construcción, gastos de escrituración, licencias para la
construcción, etc. Todos los gastos relativos al inmueble edificado cesan, como se
verá más adelante, en el momento en el que está en condiciones de ser utilizado
debidamente.
b) Si se compra un lote de activo fijo sin especificar el precio que corresponda a cada
bien, el costo total del lote deberá distribuirse entre los diversos bienes con base en el
valor relativo de cada uno y, determinarlo por el avalúo de un perito.
A lo anterior cabe agregar que la valoración del activo fijo, especialmente la
maquinaria, depende del valor de reposición, su vida útil probable y de su valor de
rescate.
c) De los cambios en el nivel general de precios.
Lo común es que la maquinaria, el equipo y todo lo que se relacione con el activo fijo
se valore con base en su costo de adquisición o construcción.
Existen varios principios de valuación, entre los cuales destacan los que a
continuación se mencionan.
Terrenos.
Terrenos. Cuando se tenga que determinar el costo de la adquisición de un terreno,
hay que tener en cuenta principalmente el valor de la compra según escritura y cargar
los impuestos que origine la operación al comprador, así como los honorarios que
correspondan por los trámites de las constancias legales de la propiedad, a nombre
del nuevo dueño.
Suelen presentarse algunos aspectos especiales al determinar el costo del terreno,
como que al comprar el bien inmueble, éste tenga una construcción que no sirve para
los fines de la empresa y es necesario demolerla. El importe pagado por dicho trabajo
aumenta el precio de costo del bien adquirido. Todos aquellos gastos adicionales que
se hagan a fin de dejar el terreno listo para recibir la nueva edificación, aumentarán su
costo, como son nivelación del terreno, desmonte, drenaje, indemnizaciones que por
algunas circunstancias tienen que pagarse a las personas que habitan en los locales
construidos en el terreno comprado y que, por lo mismo, deben desalojar, etcétera.
En el caso de las fraccionadoras, todas las adaptaciones que se hagan al terreno,
como calles, instalación de cables para la luz eléctrica, etc., aumentarán el costo del
mismo.
En la contabilidad de una empresa que construye su propio edificio, se llevan dos
cuentas de activo fijo: una para el edificio y otra para el terreno (por ser de naturaleza
diferente, se llevan en cuentas por separado, pues mientras el terreno, conforme
avanza el tiempo, aumenta de precio, el valor del edificio, por su uso, se deprecia).
VALUACIÓN DE LOS ACTIVOS
FIJOS QUE LA PROPIA EMPRESA
CONSTRUYE
Cuando la maquinaria, herramienta o cualquier otra clase de activo fijo, como muebles
(escritorios, archiveros, etc.) se construyen en los talleres de la propia empresa, se
presenta el problema de su valuación. Existen diversos criterios para opinar sobre la
forma de hacerlo:
a) Dar a] activo el costo que tenga en el mercado, independientemente de su costo
real, formado por los tres elementos conocidos: la materia prima, la mano de obra y los
gastos de fabricación que le correspondan. Es decir, valuar al precio que a la empresa
le costaría silo adquiriera en el mercado, precisamente en la fecha en que se termine y
esté listo para usarlo.
Si se acepta este procedimiento, suele argumentarse que si el precio de mercado es
mayor que el costo real de fabricación, se obtendrá una utilidad que, en todo caso, es
aparente.
b) Que el costo de lo construido, el material y la mano de obra, sin incluir los gastos
indirectos, correspondan a las actividades normales dela empresa, y sólo para la
construcción del activo fijo se tengan en cuenta los gastos indirectos. En estas
condiciones se aumentaría, en forma indebida, la utilidad del ejercicio correspondiente,
ya que no reconoce los gastos mencionados en el estado de pérdidas y ganancias.
Por tal razón pugnamos porque se elimine este procedimiento.
Por otra parte, si se analiza qué precio debe elegirse, entre el costo real de producción
o el de mercado, se debe considerar lo siguiente: al fijar el precio de venta de lo
producido, es muy importante, tener en cuenta las condiciones en que se opera,
principalmente el grado de competencia que exista en el mercado con relación a los
artículos fabricados; en consecuencia, es necesario conocer en lo posible los
elementos del costo, entre los cuales está la depreciación, cuyo monto depende del
valor total —real— del activo, de ahí que lo más indicado es aceptar el costo real de la
construcción, así sea mayor o menor del precio del mercado.
Construcción. Si el activo fijo es un edificio, se presentan algunas modalidades para
calcular su costo, que en términos generales son:
a) Cuando se compra un edificio al contado, su costo se carga a la cuenta de edificios,
de la siguiente forma: el precio de compra más los gastos normales de dicha
operación, como son los gastos de la escritura, que correrán por cuenta del
comprador; algunas contribuciones pendientes de pago que, según convenio, deberá
cubrirlas el nuevo propietario.
b) Cuando se procede a la construcción del edificio, los elementos del costo son
variados, pues se considera, además del costo de los materiales y la mano de obra,
una serie de gastos, como licencias de construcción, honorarios del director de Ja obra
(arquitecto o ingeniero), inspección de la construcción, los costos de los planos,
seguros (durante el periodo de la construcción), intereses sobre algún préstamo para
llevar a cabo la obra, etc. Debe aclararse que dichos intereses forman parte del costo
sólo por el tiempo que dure la construcción, y cesan en la fecha en que el edificio esté
en condiciones de usarse. Las contribuciones que se cubran durante el tiempo en que
el edificio se construya aumentan su costo.
Maquinaria,
MAQUINARIA Y EQUIPO
Este grupo comprende maquinaria, herramientas especiales, electrotipos, hornos,
tractores (en empresas agrícolas), moldes, dados, troqueles, etcétera.
De los tres grupos mencionados, el que requiere mayor cuidado para determinar su
costo es éste. Con respecto a la maquinaria. su costo está formado por los
desembolsos que son necesarios para la maquinaria en ciertas condiciones de
utilizarla para la producción de los artículos. Para ello, se deben considerar como
elementos del costo los siguientes:
a) El valor según
h) Impuestos y derechos aduanales (cuando l equipo sea importado).
c) Costo de la plataforma base o refuerzos especiales, para hacer más resistente el
suelo donde se instale la maquinaria.
d) Materia prima que se utilice para probar o experimentar el equipo, cuando éste sea
novedad en la industria de que se trate.
e) Sueldos y salarios de los empleados y operarios que trabajen en actividades de preoperación para dejar el equipo adquirido en condiciones de iniciar la producción o
servicio objeto de la compra.
Es conveniente citar que la empresa debe llevar, por lo que se refiere a la maquinaria,
un control muy especial, es decir, un registro auxiliar para cada unidad, que contenga
la clase de operación para la cual está destinada (descripción de la maquinaria, su
ubicación dentro de la planta, el costo de adquisición, su vida probable, la depreciación
anual, el método de distribución empleado y su valor de desecho).
Es importante que se conozca la suma invertida en la fábrica en maquinaria y equipo,
ya que es un dato que interesa a los inversionistas y acreedores, especialmente si se
trata de empresas de servicios públicos, puesto que el capital invertido a largo plazo
en el que más se tiene en cuenta al identificar las fuentes de ingresos futuros. Desde
luego, esto no significa circunscribirse en el tipo de empresas citado, pues también se
ubican en esta condición la industria minera, las fundidoras, etc. Es por ello que en sus
estados financieros los componentes del activo fijo van en primer término, es decir,
antes del activo circulante.
A continuación se señalan do ejemplos aplicados a la compra de maquinaria.
Equipo y herramientas mayores.
Moldes
Mobiliario, equipo de oficina y enseres.
MUEBLES Y ENSERES
El costo de los muebles y enseres (equipo de oficina o bodega) propiamente no
implica problema alguno, pues si se adquieren en la propia plaza donde opera la
empresa, su costo se reducirá al valor según factura, pero si se adquieren fuera de la
plaza, a dicho costo se le aumentará el importe de los fletes y acarreos. Sin embargo,
si el equipo se compra en el extranjero, como computadoras o impresoras láser, entre
otros, entonces, el costo de adquisición incluirá los derechos aduanales, seguros,
almacenaje (en su caso), transportes, impuestos, maniobras, etcétera.
INTERCAMBIO ENTRE ACTIVOS
Cuando un activo fijo, como maquinaria o muebles se canjea por uno nuevo, el activo
que se recibe debe registrarse a su costo y al activo usado que se entrega, se le
señala el costo que tiene en el mercado en la fecha de la operación, es decir, lo que se
pagaría por él si se tratara de realizarlo. Por tal razón, el costo del nuevo activo se
forma por los siguientes valores:
el precio que tiene en el mercado la maquinaria o equipo usado más el efectivo que se
entrega para completar el importe de la nueva adquisición; esta operación genera
ganancia o pérdida.
Equipo de computo.
Equipo de transporte y reparto.
EQUIPO DE TRANSPORTE
En párrafos anteriores se mencionaron los diversos gastos que forman el costo de
adquisición del activo fijo. Estos mismos elementos SC aplican al equipo de reparto,
cuya compra puede ser al contado, con documentos que estipulen intereses o, bien,
mediante arrendamiento financiero.
Es importante aclarar que los gastos de conservación que se aplican al equipo de
transporte, como reparaciones, refacciones, pinturas etcétera, no aumentan su valor,
por lo que el importe de los mismos se considera gasto de operación. Cabe el
siguiente ejemplo:
Se compra a la compañía “Internacional, S. A.”, un camión con capacidad de 10
toneladas en N$ 100 000.00 se paga la mitad con cheque y el resto con pagaré a
cuatro meses de plazo, con intereses del 1 % mensual, mismos que se incluyen en el
documento. Asiento:
Envases.
Envases retornables. Las empresas que fabrican productos que se venden envasados
tienen el problema de controlar el producto y el envase del mismo. De manera especial
nos referimos al control de los envases, que pueden ser: de vidrio (refrescos,
cervezas, aceite, etc.), tanques de gas, de oxígeno, etc.; cajones (para colocar
determinada clase de envases); cestas (las que usan las panaderías). Algunas
industrias consideran esta clase de envases como activo fijo, sujeto a depreciación; en
cambio, otras lo toman como activo de trabajo.
El control de envases generalmente representa un serio problema para las empresas,
por ejemplo: en la industria lechera, las medidas de protección para la inversión en
envases, en la mayoría de los casos resulta casi nula, al grado de que se considera el
valor de los mismos como gastos de operación; sin embargo, en algunos tipos de
empresas, el control se hace en forma más efectiva, aunque no absoluta, pues
muchas veces la pérdida de envases está en los almacenes de la empresa, motivada
por descuido en el movimiento de los mismos.
El control de los envases se puede obtener de varias maneras, según sea la
naturaleza e importe de los mismos. El sistema que a continuación se menciona no
significa que se aplique a toda clase de envases, pues por lógica se aprecia que no es
lo mismo el control de envases de refrescos que el que se emplea para tanques de
gas.
En términos generales y con las modificaciones que cada caso requiera, se puede
decir que la empresa toma las siguientes medidas:
1. Que el cliente pague el producto, incluido el envase.
2. Que pague únicamente el producto y devuelva los envases o, pague los que falten.
Si en el primer caso, se habla de envases más caros que el producto, no es
recomendable, porque las ventas disminuirían, toda vez que el comerciante, a su vez,
obligaría a los compradores a pagar el envase, lo cual perjudicaría su negocio. Por tal
razón, en la práctica no es recomendable este sistema.
El segundo caso es el que más se usa, pero requiere que la empresa celebren un
convenio con su cliente, en el que se le pide un depósito que garantice los envases del
producto que se le vende.
Para controlar los envases, es necesario llevar un registro auxiliar para cada tipo y con
las modificaciones que cada caso requiera;
La suma de todo deberá ser igual al saldo de la cuenta de almacén de envases, en el
libro mayor.
Los depósitos en efectivo que entreguen los expendedores a cuenta de los envases
que reciban se cargará a la cuenta de caja con abono a percepciones por envases en
circulación. Al entregar los envases, se carga a envases en circulación, CON abono a
almacén de envases.
Cuando se haga entrega de envases a los distribuidores, sin exigirles depósito se
cargará directamente a la cuenta de gastos de venta, con crédito a la cuenta de
almacén de envases, por el costo de los envases que se les hayan entregado (ventas
de promoción). Al recibir envases en devolución se cargará a la cuenta de almacén de
envases, con crédito a la cuenta de envases en circulación, al precio que se
entregaron al expendedor y con crédito a la cuenta de gastos de venta, subcuenta
gastos de distribución, por la diferencia entre el precio medio de costo y el precio
pactado con el expendedor.
Por la devolución del efectivo se cargará a la cuenta de “percepciones por envases en
circulación” con crédito a “caja”.
Para ajustar los saldos de las cuentas de “envases en circulación” y de “percepciones
por envases en circulación”, se deben tener en cuenta que los envases faltantes, ya no
afectarán los resultados del ejercicio, en vista de que se habrán cubierto mediante las
entregas que hagan diariamente los expendedores.
Para comprobar las operaciones relativas a los movimientos de envases, las empresas
conservarán las liquidaciones que hagan a sus repartidores, en las que constan las
unidades que entregaron a los expendedores, y las cuentas de los envases, indica
claramente el número de unidades que recibieron y que entregaron a los
expendedores por las cuales recibieron efectivo, el número de unidades canjeadas y
finalmente la cantidad de faltantes.
En la época del balance, deberá practicarse un inventario físico para determinar el
número de unidades en el almacén, y para comprobar el saldo de la cuenta de
“almacén de envases” al precio de adquisición. Se determina el número de unidades
que están en poder de los expendedores, cuyo importe se carga a la cuenta de
“envases en circulación”, y se considera cada unidad al precio convenido.
A continuación se presenta el tratamiento que recibe la cuenta de almacén de
envases, misma que se carga por los conceptos siguientes:
2. Sobrantes de inventarios físicos a precio de costo.
1. Por la compra de los envases, se incluye fletes, acarreos, etcétera.
Recibe los siguientes abonos:
1. Envases rotos a precio de costo.
2. Envases que se utilizan para el producto vendido, en plan de promoción.
3. Faltante de inventarios físicos.
Cuando la cuenta de almacén de envases se maneja en la forma descrita, su saldo,
que es deudor, aparecen en el balance del activo circulante y representa el importe de
la existencia de envases en el almacén de la empresa.
Sin embargo, si se le destina una depreciación por envases destruídos o faltantes,
ésta seria muy elevada, en cuyo caso el saldo deudor de la cuenta “almacén de
envases” se lleva al activo fijo. Si la cuenta citada se ajusta por depreciación, se
abonará exclusivamente por los envases vendidos.
A continuación proporcionarnos un ejemplo que ilustra lo expuesto.
Desembolsos posteriores a la adquisición.
Establecimiento de criterios para diferencias desembolsos capitalizables y no
capitalizables.
Adiciones.
Mejoras.
Una mejora es el desembolso que tiene como fin ya sea aumentar la vida útil de un
activo fijo, o incrementar su capacidad de producción y servicio, o bien reducir sus
costos de operaciones futuras a través de mejorar su eficiencia de producción. En
síntesis: es un gasto que aumenta la vida útil del equipo, la maquinaria, el edificio, etc.,
así como su rendimiento, y en ocasiones minimizando su costo de operación. Como
ejemplo de mejoras se puede citar el caso de un edificio que tenga pisos de madera y
se reemplacen por pisos de mármol; o bien una tubería de hierro fundido que se
sustituya por una de cobre.
MÉTODO DE LÍNEA RECTA
La fórmula que debe emplearse para el método de línea recta es:
C-R
N’
C = costo de adquisición del activo
R = valor de rescate o de desecho
N’ = tiempo estimado o vida útil
D = depreciación
en la cual:
Reemplazos.
Reparaciones y mantenimiento.
El mantenimiento es el cuidado natural que reciben el equipo, la maquinaria, el edificio,
etc., para conservarlos en buenas condiciones de uso. Estos servicios pueden ser
lubricaciones, limpieza o ajustes menores, si se trata de maquinaria; si es un edificio,
serán las reparaciones de tubería, pintura de muros, etcétera.
Algunos autores afirman que cuando las reparaciones son ordinarias, es decir, que no
aumentan la vida o capacidad del activo fijo, se consideran como parte del
mantenimiento, por ejemplo: ciertos ajustes que se hacen a motores y máquinas, para
reemplazar partes pequeñas, o cuando se pinta el edificio, o el techo se
impermeabiliza, y cuando es necesario reemplazar determinadas piezas de la unidad
de que se trate, en virtud del deterioro que sufren por el uso o la antigüedad.
Las erogaciones por las reparaciones ordinarias son gastos normales y aparecen en el
estado de resultados como gastos de operación, es decir, como deducciones a los
ingresos.
Es importante hacer notar que cuando por descuido se abandonan las reparaciones
ordinarias y la maquinaria o el equipo siguen trabajando sin recibir el cuidado
adecuado y necesario, los gastos del período contable resultan infravaluados, por la
omisión de los mismos en mantenimiento o reparaciones ordinarias que deberían
haberse efectuado.
Cuando se presenta este caso, los gastos por el concepto mencionado aumentan en el
año corriente y, soportan dichas erogaciones aunque no le corresponden. Obsérvese
que en dicho periodo se sufragan gastos de mantenimiento y reparaciones que
corresponden al ejercicio anterior. Cuando sucede esto, lo correcto es que,
contablemente, se haga una rectificación a los resultados del ejercicio en que se
omitieron.
Algunos contadores opinan que debe hacerse una estimación anual de los gastos de
mantenimiento y reparaciones ordinarias con el fin de que sean uniformes, siempre y
cuando dichos gastos se refieran a periodos cortos, como máximo de un año.
El importe anual estimado para los gastos de mantenimiento se abonará a una cuenta
de reserva presupuestal para mantenimiento. Este sistema es recomendable cuando
se practican estados financieros cada fin de mes en los que se cargan las cuentas de
resultados que corresponden y, la doceava parte del monto inicial que se hay a
estimado, con abono a la cuenta de reserva citada.
Cuando se efectúan los gastos por las reparaciones efectivamente realizadas, el
importe de las mismas se carga a la cuenta de reserva con crédito a caja, bancos o a
la cuenta indicada.
Si al finalizar el ejercicio, con motivo del balance general anual, el saldo de la cuenta
de reserva es deudor, significa que los gastos reales por mantenimiento y
reparaciones superaron a los estimados, y el monto de dicho saldo se distribuye a
prorrata entre las cuentas de gastos de mantenimiento respectivas, cargándolas y con
abono a la reserva. Si el saldo fuese acreedor, entonces se cargará a la cuenta de
reserva, con crédito a las cuentas de resultados que se afectaron cuando se creó la
cuenta de reserva citada. Este procedimiento presenta la desventaja de que cuando se
aplica a periodos largos, los costos de mantenimiento suelen ser inexactos.
REPARACIONES
Éstas se dividen en ordinarias, ya comentadas en párrafos anteriores, y las
extraordinarias, que tienen como característica el hecho de que prolongan la vida del
activo fijo más allá de la originalmente estimada. Los costos de esta clase de
reparaciones deben cargarse a la cuenta del activo fijo, cuya vida se prolongó,
registrándose separadamente del costo de adquisición original del activo. El costo de
estas reparaciones extraordinarias puede estar sujeto a una cuota de depreciación
diferente de la que se le venía aplicando al activo fijo reparado.
Reinstalaciones.
Niño Alvarez, Raul (1995). Contabilidad intermedia II. Mexico: Consejo Editorial
Politecnico.
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